Había una vez dos amigos llamados Lucas y Martín, que habían sido los mejores amigos

desde la infancia. Sin embargo, un día discutieron y terminaron enemistados. La discusión

fue tan fuerte que decidir no hablarse más y seguir cada uno su camino.

Con el paso del tiempo, Lucas se arrepintió de la pelea y quiso reconciliarse con Martín. Sin
embargo, cada vez que intentó hablar con él, Martín lo ignoró o lo rechazó. Lucas no sabía
qué hacer, se sintió muy triste por haber perdido a su amigo y se culpaba a sí mismo por la
pelea.

Un día, Lucas decidió hacer algo diferente para intentar reconciliarse con Martín. En lugar de
hablar con él directamente, decidió escribirle una carta. En la carta, le contó cuánto lo
extrañaba y lo mucho que lamentaba la pelea que habían tenido. También le pidió disculpas
por cualquier cosa que hubiera dicho o hecho que hubiera lastimado a Martín y asi llegaron
a la paz