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003 Edamb Cuadernillo Nativascosteras Mar23
003 Edamb Cuadernillo Nativascosteras Mar23
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Nuestra Costa | Nativas costeras
AUTORIDADES
Gobernador de la Provincia de Buenos Aires
Axel Kicillof
Jefe de Gabinete
Martín Insaurralde
Ministra de Ambiente
Daniela Vilar
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Nuestra Costa | Nativas costeras
Ministerio de Ambiente
Nuestra Costa - Residuos costeros - 1a ed. - Buenos Aires: Ministerio de Ambiente de
la Provincia de Buenos Aires, 2023.
32 p. ; 21x29,7 cm.
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ÍNDICE
1. Introducción........................................................................................................................ 8
2. Plantas nativas.................................................................................................................. 9
Nativas de Pampa.................................................................................................. 20
6. Actividades propuestas................................................................................................. 26
7. Glosario...............................................................................................................................29
8. Bibliografía consultada................................................................................................ 30
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1. INTRODUCCIÓN
La costa se presenta como un mosaico de ambientes variados que están en constante
diálogo entre sí. Cada pieza contiene un vínculo de reciprocidad entre lo acuático y lo
terrestre.
En la provincia de Buenos Aires, con alrededor de 1200 km lineales, la costa es muy
extensa en relación con la superficie total de 307.571 km2 y cuenta con una gran varie-
dad de ambientes que la forman. En ella se superponen ambientes propios del pastizal
pampeano, de la selva en galería y de talares. En cada porción que observemos en-
contraremos tanto características únicas y distintivas como comunes o generales a los
distintos paisajes.
Las plantas que predominan en cada uno de estos paisajes van a otorgarles su identi-
dad. No solo son productoras de su propio alimento y de buena parte del nuestro, sino
también son las encargadas de producir el aire que respiramos. Son nuestras aliadas,
base y sostén de la vida en la tierra.
De muchas de ellas tenemos datos científicos asombrosos que nos conmueven e ins-
piran, de algunas conocemos historias contadas de boca en boca por varias generacio-
nes o sus propiedades curativas, parte del gigante saber ancestral sobre el mundo. De
otras plantas no conocemos curiosidades o peculiaridades, y ahí están, participando
activamente de todo ambiente que habitan, todas ellas, por igual.
Con la firme convicción de dejar atrás el enfoque de la mera utilidad, centrado en la
idea de rentabilidad, uso, recurso; y avanzar hacia un horizonte donde toda la vida se
desarrolle en equilibrio, proponemos este material con el objetivo de conocer una par-
te de la flora nativa que habita nuestra costa.
Las plantas poblaron el mundo junto a otras formas de vida gracias a la facultad de
generar su propio alimento, evolucionaron durante cientos de millones de años, adap-
tándose a todos los paisajes de la tierra en sus sucesivas eras, co-evolucionando con la
vida emergente, brindando alimento, hogar, abrigo y base a cada ecosistema terrestre
prehistórico y actual.
La riqueza de un ambiente está en la forma y variedad de vida interactuando entre sí
y con los ciclos de energía y materia, en los servicios ecosistémicos que provee. Por eso,
en estas páginas vamos a enfocarnos en las plantas nativas de la costa bonaerense. Sin
olvidar que ningún ser vive por separado, sino que en cada ambiente existen organis-
mos de todos los reinos interactuando constantemente.
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2. PLANTAS NATIVAS
¿Qué significa que una planta sea nativa?
Nativas se les dice a aquellas plantas que crecen de forma natural en una zona particular
o ecosistema, y que han evolucionado adaptándose a las tierras y al clima de donde se
originan.
Por el contrario, a las plantas que no son nativas se las denomina exóticas. Son aquellas
que han sido introducidas, de forma accidental o intencionada, en áreas naturales de las
que no forman parte. Pueden ser aquellas que son originales de otras ecorregiones de
nuestro país así como especies de otros continentes.
Las plantas denominadas como exóticas invasoras son aquellas que experimentan
una rápida aclimatación y expansión, gracias a la ausencia de los controladores biológicos
de su lugar de origen (patógenos, predadores, competidores, etc.), lo que termina en un
desplazamiento de las especies originales.
¿Sabías que...
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En el siguiente perfil [Figura 2] se pueden visualizar los ambientes de las tres ecorre-
giones terrestres representadas en nuestra Provincia: la franja de espinal con el delta al
este (sobre la costa) y la pampa al oeste. La ecorregión restante, correspondiente al Mar
Argentino, también está presente en la costa y se extiende desde el límite exterior del
Río de la Plata hasta el extremo sur de nuestro país.
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• Camalotal
Una de las plantas que seguro nos encontremos en el delta es el camalote (Eichornia
crassipes). Esta planta acuática es viajera y se la considera originaria del sur de Bra-
sil, por esas razones no hay consenso sobre si debe considerarse nativa o exótica para
nuestra provincia. Baja por los ríos formando enormes islas, ya que entrelaza sus raíces
junto a otras plantas acuáticas.
De este modo, ofrece refugio y alimento a muchísimos animales: entre sus raíces ha-
bitan crustáceos e insectos, quienes a su vez son buscados por peces como alimento.
También se suelen observar aves, como la jacana o gallito de agua (Jacana jacana), y,
sobre todo en épocas de inundación, mamíferos y reptiles que buscan un refugio cuan-
do la superficie firme disminuye a causa de las crecidas.
Otra peculiaridad del camalote es que cambia de forma para adaptarse al ambiente
donde se encuentra. Esta característica se conoce como plasticidad ecológica y tiene
que ver con su capacidad de generar unos globos debajo de las hojas, específicamente
en los pecíolos o tallos, que se engrosan y ahuecan permitiendo la flotación. En ese
momento las hojas permanecen pequeñas, lo que les permite expandirse lateralmente
en un espacio recién colonizado, generando plantas hijas por estolones o propagación
vegetativa [Figura 4]. De esta manera, puede ocupar espacios y resistir vientos hasta
formar un buen número de individuos. Una vez que se asientan, comienzan a crecer las
hojas verticalmente y a prepararse para florecer.
Los camalotes tienen la capacidad de absorber nutrientes e, incluso, metales pesados,
por lo que son “filtros” para depurar efluentes domésticos y/o de usos agropecuarios
antes de verterlos a un curso natural de agua. Suelen colonizar espacios velozmente
y bloquean la entrada de luz, generando cambios de temperatura y composición en el
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agua, afectando la vida de los ambientes que coloniza. Se los considera como una es-
pecie exótica invasora en muchos ríos de Europa, donde los llevaron por su belleza y se
propagaron rápidamente.
• Juncal
Estas islas viajeras “estacionan o amarran”, junto al juncal, otro ambiente presente
en el delta. Se encuentra en lagunas y bordeando algunas islas, predominando el jun-
co (Schoenoplectus californicus) junto con la saeta (Sagittaria montevidensis), el cu-
charero (Echinodorus grandiflorus) y el falso caraguatá (Eryngium pandanifolium)
[Figura 5].
Figura 6.
Helechito o lentejita de agua
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Figura 7.
Margarita de bañado
• Bosques higrófilos
Otros ambientes propios del delta son los bosques higrófilos, con abundancia de
plantas que prefieren ambientes acuáticos en los que predomina un árbol u otro. Entre
el bosque y el juncal, puede presentarse lo que llamamos matorral. Estos bosques se
encuentran en el delta y, al sur, en los ecotonos que forman con el espinal.
Afín, amante
HIGRÓ FILA
Agua
• Matorral ribereño
El matorral ribereño es una formación localizada entre el juncal y el bosque o selva.
Se encuentra formado por arbustos acompañados por herbáceas erguidas y tendidas.
Predominan las leguminosas, que suelen ocupar franjas paralelas al río como la mimo-
sa (Mimosa bonplandii) [Figura 8] y el ceibillo (Sesbania punicea). Hay muchísimas
especies de mimosas y se las nombra así por la peculiar reacción al tacto: se cierran
instantáneamente al sentir que la tocan en el envés de sus hojas (la parte inferior). Esta
peculiaridad quedó inmortalizada en la pluma de Horacio Quiroga, en su cuento “La
abeja haragana” (Cuentos de la selva, 1918) [Figura 9], en el que la protagonista logra
engañar a su depredadora escondiéndose magistralmente dentro de una hoja y salvar
así su vida gracias a la observación minuciosa de su entorno.
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Figura 8. Figura 9.
Planta mimosa florecida Portada del libro de Horacio Quiroga
• Ceibal
Son bosques caducifolios (que durante la estación invernal pierden sus hojas), higrófi-
los, con predominancia del ceibo (Erythrina crista-galli). Ocupan espacios anegados, en
riberas o bordes de lagunas.
El ceibo, vistoso y famoso por sus exuberantes racimos de flores rojas, habita una gran
parte del territorio de nuestro país. Asimismo, existen otras dos subespecies: con flores
rosadas, en la selva de las yungas, y con flores naranjas, en la selva misionera.
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• Sauzal y Alisal
El sauzal es una comunidad vegetal típica de si-
tios húmedos con predominio de especies caducifo-
lias, menos denso que el ceibal. Predomina en ella el
sauce criollo (Salix humboldtiana). Por su parte, los
alisales son bosques densos donde predomina el ali-
so de río (Tessaria integrifolia) [Figura 10], que sue-
le ser acompañado de ejemplares aislados de ceibo
(Erythrina crista-galli) y sauce criollo (Salix humbol-
Figura 10. Aliso de río dtiana).
Planta El aliso de río crece, junto al sauce criollo, a lo largo
de los suelos costeros bonaerenses hasta el sur de la
bahía de Samborombón. El aliso es más pequeño y
EPÍ FITA menos longevo que el sauce. Este último llega a me-
dir más de 15 metros generando bosques muy carac-
terísticos, por ser todos los individuos del mismo ta-
Sobre
maño, sostener pocas enredaderas y epifitas —salvo
líquenes— y por algunos arbustos y hierbas que cre-
cen en el sotobosque y que resisten las crecientes.
Junto a otras especies pioneras consolidan las costas y generan bosques costeros es-
pontáneos que van preparando el terreno para el desarrollo de otras especies, brindan-
do así un servicio ecosistémico vital. También vemos ceibos y sauces en toda la franja
de los talares perteneciente al espinal.
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• Selva marginal
Otro de los ambientes propios de la ecorregión del Delta e islas del Paraná es la selva
marginal, también denominada “selva en galería”, ya que se encuentra en los bordes de
cursos de agua. Es una formación higrófila y se diferencia de los bosques por un mayor
número de especies, el predominio de especies persistentes (que prefieren suelos ya
formados, al reparo del viento y del sol directo), la mayor complejidad de estratos, la
mayor densidad y cantidad de especies trepadoras y epífitas. Las enredaderas, tam-
bién conocidas como isipó, son las que al conectar los distintos estratos le otorga a la
selva su identidad. Una de las especies de esta comunidad vegetal es la palmera pindó.
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Las bromelias son un grupo de plantas relativamente nuevo desde una perspectiva
evolutiva. Desarrollaron características para habitar todo tipo de suelos, por lo que las
hay adaptadas para vivir sobre otros árboles, como las epífitas del género tillandsia,
mientras que otras viven sobre suelos rocosos o arenosos, alimentándose de las par-
tículas que quedan atrapadas en las tormentas de arena entre sus hojas, sobre las que
también acumulan agua para proveerse de alimentos durante los meses sin lluvia. Son
cobijo de otras especies, como larvas de insectos o renacuajos.
• Talares
Aparecen representados a lo largo de la costa: al norte, en una estrecha franja con
intervalos, aparecen los talares de barranca, que limitan con el delta y se despliegan
entre zonas principalmente urbanas hasta los alrededores de la ciudad de La Plata; lue-
go los talares continúan sobre la costa hasta los alrededores de Miramar, pasando por
la bahía de Samborombón.
La descripción de talar corresponde a un bosque xerófilo (plantas mejor adaptadas
para vivir en ambientes secos), que habitan franjas paralelas a cursos de agua y barran-
cas. En los talares del este, ubicados a lo largo de la ribera platense sobre antiguos
cordones de conchilla, predomina el tala (Celtis tala) acompañado por el coronillo (Scu-
tia buxifolia), la sombra de toro (Jodina rhombifolia) y el molle (Schinus longifolius)
[Figura 14]. Esta es una franja angosta que está en estrecho vínculo con los pastizales
pampeanos, por lo que se forman muchos ecotonos.
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Nativas de Pampa
La vegetación que habita la costa marina se desarrolla en ecotonos entre las ecorre-
giones Pampa y Mar Argentino, que al unirse generan ambientes únicos a los que se
adaptaron a través de los años.
1 2 3 4
Dunas activas y Bajos inundables Dunas fijas y semifijas
CARACTERÍSTICAS
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CONTINENTE
MAR
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REPRESENTATIVAS
ESPECIES
- Sporobolus coarctatus - Panicum racemosum - Typha sp “totoras” - Poa lanuginosa “Pasto hebra”
(=Spartina ciliata) “tupe” - Hydrocotyle bonariensis - Senecio crassiflorus “Margarita de las dunas”
- Calycera crassifolia “redondita de agua” - Baccharis gensitifolia
- Calystegia soldanella - Cortadera selloana - Discaria americana “brusquilla”
- Cortadera selloana “cortadera”
La mayor parte de la flora que se desarrolla en las dunas corresponde a los ambientes
del pastizal. Son ecosistemas altamente dinámicos y diversos. La particularidad de los
suelos determina la presencia de comunidades psamófilas (que se desarrollan sobre
arena) propias de las dunas.
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• Redondita de agua
(Hydrocotyle bonariensis)
Crece en toda la extensión de la provincia de
Buenos Aires, en depresiones entre las dunas,
en praderas húmedas y en pajonales. Las ho-
jas son simples, de pecíolos (tallos) erectos de
hasta 25 cm, de forma redondeada, de entre 2 y
10 cm de diámetro. En la medicina popular se le
conocen varios usos: por ejemplo, el jugo fres-
co de la planta, en tomas, es tónico, depurativo,
diurético, hepático; y en cataplasmas, se aplica
sobre heridas infectadas, llagas venéreas e in-
flamaciones cutáneas.
• Marismas
A lo largo de la costa hay varios sectores de marismas [Figuras 15 y 16], un tipo de
pastizal costero que permanece sumergido desde algunos centímetros hasta varios me-
tros, dependiendo del régimen de las mareas. Aunque contienen diferentes especies de
pasto, todos son fundamentales por la función que cumplen.
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• Jume, vinagrillo o
espárrago de mar
(Sarcocornia perennis)
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• Tamarisco
Nombre científico: Tamarix ramosissima
Tipo de organismo: arbusto
Los tamariscos producen impactos am-
bientales asociados al aumento de consu-
mo de agua donde tienen las raíces, incre-
mentando la salinidad del suelo. Por otra
parte, sus frutos y follaje son considerados
inflamables y, por ende, aumentan la inci-
dencia de fuego. Integra la lista de las 100
especies más invasoras del mundo.
• Lirio amarillo
Nombre científico: Iris pseudacorus
Tipo de organismo: herbácea
El lirio amarillo, apreciada por sus visto-
sas flores, es originaria de Europa, Asia y
África. Fue introducida como ornamental y
rápidamente se develó invasora. Entre sus
impactos ambientales, desplaza a pajona-
les nativos. Tiene un rebrote muy complejo
de erradicar y sus semillas se dispersan por
agua y en gran volumen.
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• A) ¡A buscar nativas!
Con la ayuda de las imágenes que viste en el cuadernillo, podemos salir a identificar
especies de plantas nativas de la zona que habitamos. En el siguiente cuadro vas a po-
der registrarlas mediante dibujos, fotos o compartiendo los links de videos, grabaciones
de sonidos, etc. También podrás observar si hay algún ser vivo interactuando con ellas.
• B) ¡Armemos un herbario!
¿Qué es un herbario?
Un herbario es el compendio de un conjunto de plantas que pasarán por un proceso
de secado para poder ser clasificadas. Esta colección nos permitirá conocer la botánica
propia de la zona en la que habita la escuela.
¿Qué materiales necesitamos?
» Tijeras
» Cuaderno
» Lápiz
» Papel secante
» Papel de diario
» Planchas de madera, una prensa o algo que pueda usar para ejercer presión. Pue-
den utilizar libros, cuidando que no se deterioren, separando la muestra con cartones.
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1. RECOLECCIÓN DE MUESTRAS
Papel Hojas
absorbente
Ficha
Diario
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7. Glosario
» ADAPTACIÓN: características de un organismo que resultan de un proceso evoluti-
vo de selección natural, otorgando a dicho organismo mayores posibilidades de super-
vivencia. Esta definición está desarrollada en el célebre libro El origen de las especies
(1859), de Charles Darwin.
» CLIMA: condiciones típicas del tiempo en un cierto lugar sobre un largo período de
años.
» CADUCIFOLIO: que pierde por completo las hojas estacionalmente.
» ECOSISTEMA: comunidad donde interaccionan los seres vivos.
» SIMBIOSIS: una relación simbiótica entre organismos es el producto de su historia
evolutiva entrelazada. Las relaciones simbióticas se clasifican según los resultados que
obtengan los organismos que participan de esta interacción, existen numerosos ejem-
plos como las flores y sus polinizadores específicos, los líquenes que son una simbiosis
entre un alga y un hongo.
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8. Bibliografía consultada
• Benzaquen, L., Blanco, D., Bo, R., Kandus, P., Lingua, G., Minotti, P. y Quintana, R.
(editores). (2016). Regiones de Humedales de Argentina. Ministerio de Ambiente y Desa-
rrollo Sustentable, Fundación Humedales/Wetlands International, Universidad Nacional
de San Martín. https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/humedales-de-argenti-
na_07032017_01.pdf
• Burgueño, G. y Rodríguez, G. O. (2022). Plantas Invasoras del Cono Sur. Introduc-
ción al paisaje natural (parte 3). Reconocimiento de especies principales e impacto
en el ambiente y la cultura sudamericana. Orientación Gráfica Editora.
• Burkart, R., Bárbaro, N. O., Sánchez, R. O. y Gómez, D. A. (1999). Eco-regiones de la
Argentina. Administración de Parques Nacionales. https://sib.gob.ar/archivos/Eco_re-
giones_de_la_Argentina_1999.pdf
• Demaio, P., Karlin Ulf, O. y Medina, M. (2002). Árboles nativos de Argentina. Tomo
1: centro y cuyo. Galerna.
• González Trilla, G., Blanco, D. E. y Yorio, P. (2017). Capítulo 9b, subregión pla-
yas y marismas de la costa bonaerense. https://ri.conicet.gov.ar/bitstream/hand-
le/11336/106593/CONICET_Digital_Nro.8fe7a554-3459-4487-b631-5da48c234395_A.
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