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Nuestra Costa | Nativas costeras

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AUTORIDADES
Gobernador de la Provincia de Buenos Aires
Axel Kicillof

Jefe de Gabinete
Martín Insaurralde

Ministra de Ambiente
Daniela Vilar

Subsecretaria de Política Ambiental


Tamara Basteiro

Directora Provincial de Educación y Participación


Ambiental
María Clara Cárdenas

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Ministerio de Ambiente
Nuestra Costa - Residuos costeros - 1a ed. - Buenos Aires: Ministerio de Ambiente de
la Provincia de Buenos Aires, 2023.
32 p. ; 21x29,7 cm.

Directora de Educación Ambiental


María Guadalupe López Graciano

En la elaboración de esta propuesta participaron: Ludmila Goldsztejn,


Virginia Arias, María Murillo

Asesoría técnica: Equipo del Plan Nativas Bonaerenses



DISEÑO y COMUNICACIÓN
Directora de Comunicación Institucional: Marianela Nappi
Directora de Imagen y Diseño: Antonela Torretta
Diseño de tapa: Leonardo Tesoniero
Diseño de tapa e interior: Luciana Rocca
Ilustraciones: Marlene Polo, Romina Vidal
Correcciones: Fernando Barrena

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ÍNDICE
1. Introducción........................................................................................................................ 8

2. Plantas nativas.................................................................................................................. 9

3. Ecorregiones de la costa bonaerense........................................................................ 10

4. Plantas nativas de cada ecorregión............................................................................ 11

Nativas del Delta...................................................................................................... 13

Nativas del Espinal................................................................................................. 19

Nativas de Pampa.................................................................................................. 20

5. Exóticas invasoras presentes en nuestra costa...................................................... 25

6. Actividades propuestas................................................................................................. 26

7. Glosario...............................................................................................................................29

8. Bibliografía consultada................................................................................................ 30

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1. INTRODUCCIÓN
La costa se presenta como un mosaico de ambientes variados que están en constante
diálogo entre sí. Cada pieza contiene un vínculo de reciprocidad entre lo acuático y lo
terrestre.
En la provincia de Buenos Aires, con alrededor de 1200 km lineales, la costa es muy
extensa en relación con la superficie total de 307.571 km2 y cuenta con una gran varie-
dad de ambientes que la forman. En ella se superponen ambientes propios del pastizal
pampeano, de la selva en galería y de talares. En cada porción que observemos en-
contraremos tanto características únicas y distintivas como comunes o generales a los
distintos paisajes.
Las plantas que predominan en cada uno de estos paisajes van a otorgarles su identi-
dad. No solo son productoras de su propio alimento y de buena parte del nuestro, sino
también son las encargadas de producir el aire que respiramos. Son nuestras aliadas,
base y sostén de la vida en la tierra.
De muchas de ellas tenemos datos científicos asombrosos que nos conmueven e ins-
piran, de algunas conocemos historias contadas de boca en boca por varias generacio-
nes o sus propiedades curativas, parte del gigante saber ancestral sobre el mundo. De
otras plantas no conocemos curiosidades o peculiaridades, y ahí están, participando
activamente de todo ambiente que habitan, todas ellas, por igual.
Con la firme convicción de dejar atrás el enfoque de la mera utilidad, centrado en la
idea de rentabilidad, uso, recurso; y avanzar hacia un horizonte donde toda la vida se
desarrolle en equilibrio, proponemos este material con el objetivo de conocer una par-
te de la flora nativa que habita nuestra costa.
Las plantas poblaron el mundo junto a otras formas de vida gracias a la facultad de
generar su propio alimento, evolucionaron durante cientos de millones de años, adap-
tándose a todos los paisajes de la tierra en sus sucesivas eras, co-evolucionando con la
vida emergente, brindando alimento, hogar, abrigo y base a cada ecosistema terrestre
prehistórico y actual.
La riqueza de un ambiente está en la forma y variedad de vida interactuando entre sí
y con los ciclos de energía y materia, en los servicios ecosistémicos que provee. Por eso,
en estas páginas vamos a enfocarnos en las plantas nativas de la costa bonaerense. Sin
olvidar que ningún ser vive por separado, sino que en cada ambiente existen organis-
mos de todos los reinos interactuando constantemente.

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2. PLANTAS NATIVAS
¿Qué significa que una planta sea nativa?
Nativas se les dice a aquellas plantas que crecen de forma natural en una zona particular
o ecosistema, y que han evolucionado adaptándose a las tierras y al clima de donde se
originan.
Por el contrario, a las plantas que no son nativas se las denomina exóticas. Son aquellas
que han sido introducidas, de forma accidental o intencionada, en áreas naturales de las
que no forman parte. Pueden ser aquellas que son originales de otras ecorregiones de
nuestro país así como especies de otros continentes.
Las plantas denominadas como exóticas invasoras son aquellas que experimentan
una rápida aclimatación y expansión, gracias a la ausencia de los controladores biológicos
de su lugar de origen (patógenos, predadores, competidores, etc.), lo que termina en un
desplazamiento de las especies originales.

¿Por qué son importantes las plantas nativas?


En sus propios ecosistemas, las plantas nativas desempeñan una función particular o
nicho ecológico, que viene a ser el lugar que ocupan en el ambiente que habitan. Ese lugar
es importante en cuanto a las relaciones que establecen con otros organismos del mismo
ecosistema, ya que todos evolucionaron juntos. Distintas plantas proveen alimento, refu-
gio y casa para muchos seres vivos. En ambientes equilibrados es visible la reducción de
la erosión y la polución, al funcionar como “filtros”, mejoran la calidad del aire y el agua.
A su vez, aceleran la rehabilitación de paisajes degradados y son un gran aporte a la
identidad cultural.

¿Sabías que...

...el rol biológico por excelencia de


las plantas es la FOTOSÍNTESIS?
Esta característica es clave porque en este proce-
so las plantas producen materia orgánica a partir
de materia inorgánica y liberan oxígeno al aire, ab-
sorbiendo dióxido de carbono. ¿Cómo? El elemento
fundamental es la clorofila, un pigmento verde que
transforma la energía lumínica en energía química,
propia para la planta. Esto ocurre durante la etapa
luminosa; durante la etapa oscura, con esa energía
almacenada, la planta incorpora sulfatos y nitra-
tos, que junto al carbono presente en el dióxido de
carbono que absorbe (a través de unas pequeñas
aberturas como bocas en las células de las hojas,
llamadas estomas) produce materia orgánica, cre-
ce y se desarrolla, dando sustento a múltiples for-
mas de vida.

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3. ECORREGIONES DE LA COSTA BONAERENSE


Las ecorregiones son territorios geográficamente definidos, en los que predominan
determinadas condiciones geomorfológicas y climáticas relativamente uniformes o re-
currentes. Están caracterizadas por una fisonomía vegetal de comunidades que com-
parten un grupo de especies dominantes, una dinámica y condiciones ecológicas gene-
rales (Burkart et al., 1999). En ellas es posible encontrar características socioculturales
propias, asociadas al desarrollo histórico de las sociedades en interacción con el medio
natural en el que viven.
De las dieciocho ecorregiones que atraviesan nuestro país, en la provincia de Bue-
nos Aires encontramos cuatro: la ecorregión Pampa, la Espinal, la del Delta e islas
del Paraná y la del Mar Argentino.
Todas ellas están representadas en la costa bonaerense [Figura 1]. Por su disposición
y forma se “mezclan” generando ambientes particulares y únicos que conocemos como
ecotonos, donde se presentan características y especies de diferentes regiones que in-
teractúan entre sí.

Figura 1. Distribución de las ecorregiones en el territorio bonaerense

En el siguiente perfil [Figura 2] se pueden visualizar los ambientes de las tres ecorre-
giones terrestres representadas en nuestra Provincia: la franja de espinal con el delta al
este (sobre la costa) y la pampa al oeste. La ecorregión restante, correspondiente al Mar
Argentino, también está presente en la costa y se extiende desde el límite exterior del
Río de la Plata hasta el extremo sur de nuestro país.

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Figura 2. Perfil descriptivo de las tres ecorregiones terrestres bonaerenses


Fuente: Material elaborado por el Equipo de Nativas Bonaerenses, Ministerio de Ambiente

4. PLANTAS NATIVAS DE CADA ECORREGIÓN


La ecorregión Delta e islas del Paraná tiene una forma singular. Baja serpenteando
por el río Paraguay y continúa por el Paraná, uniéndose a otras ecorregiones a lo largo
de las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos hasta Buenos
Aires, en su desembocadura en el Río de la Plata. Su característica es que todos los
ambientes ribereños que la componen en sus distintas latitudes son similares. En la
provincia de Buenos Aires se despliega el delta con sus muchas islas y, en el continente,
una pequeña porción limita estrechamente con la franja de Espinal que ingresa en la
provincia bordeando la costa hasta la bahía de Samborombón; luego, hacia el sur bo-
naerense, son los ambientes de pastizal de Pampa los que llegan hasta la costa, donde
se encuentran con las aguas del Mar Argentino.
Como resultado de esta superposición, encontramos diferentes plantas nativas en di-
ferentes ambientes [Figura 3], principalmente, ecotonos, donde predominan algunas
de las especies que mencionamos en este material. A continuación, te invitamos a
conocerlas.

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Figura 3. Ecorregiones y plantas nativas

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Nativas del Delta


Por la acumulación de sedimentos fluviales, el delta es un ambiente que se encuentra
en constante formación. Los interiores de las islas son inundables y predominan las co-
munidades higrófilas y acuáticas sobre las riberas de ríos, canales y lagunas.

• Camalotal
Una de las plantas que seguro nos encontremos en el delta es el camalote (Eichornia
crassipes). Esta planta acuática es viajera y se la considera originaria del sur de Bra-
sil, por esas razones no hay consenso sobre si debe considerarse nativa o exótica para
nuestra provincia. Baja por los ríos formando enormes islas, ya que entrelaza sus raíces
junto a otras plantas acuáticas.
De este modo, ofrece refugio y alimento a muchísimos animales: entre sus raíces ha-
bitan crustáceos e insectos, quienes a su vez son buscados por peces como alimento.
También se suelen observar aves, como la jacana o gallito de agua (Jacana jacana), y,
sobre todo en épocas de inundación, mamíferos y reptiles que buscan un refugio cuan-
do la superficie firme disminuye a causa de las crecidas.

Figura 4. Propagación vegetativa del camalote (Instituto de Botánica Darwinion)

Otra peculiaridad del camalote es que cambia de forma para adaptarse al ambiente
donde se encuentra. Esta característica se conoce como plasticidad ecológica y tiene
que ver con su capacidad de generar unos globos debajo de las hojas, específicamente
en los pecíolos o tallos, que se engrosan y ahuecan permitiendo la flotación. En ese
momento las hojas permanecen pequeñas, lo que les permite expandirse lateralmente
en un espacio recién colonizado, generando plantas hijas por estolones o propagación
vegetativa [Figura 4]. De esta manera, puede ocupar espacios y resistir vientos hasta
formar un buen número de individuos. Una vez que se asientan, comienzan a crecer las
hojas verticalmente y a prepararse para florecer.
Los camalotes tienen la capacidad de absorber nutrientes e, incluso, metales pesados,
por lo que son “filtros” para depurar efluentes domésticos y/o de usos agropecuarios
antes de verterlos a un curso natural de agua. Suelen colonizar espacios velozmente
y bloquean la entrada de luz, generando cambios de temperatura y composición en el

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agua, afectando la vida de los ambientes que coloniza. Se los considera como una es-
pecie exótica invasora en muchos ríos de Europa, donde los llevaron por su belleza y se
propagaron rápidamente.

• Juncal
Estas islas viajeras “estacionan o amarran”, junto al juncal, otro ambiente presente
en el delta. Se encuentra en lagunas y bordeando algunas islas, predominando el jun-
co (Schoenoplectus californicus) junto con la saeta (Sagittaria montevidensis), el cu-
charero (Echinodorus grandiflorus) y el falso caraguatá (Eryngium pandanifolium)
[Figura 5].

Figura 5. Derecha: cucharero; izquierda: falso caraguatá.

• Helechito o lentejita de agua (Azolla filiculoides)


Otra planta acuática presente en el delta es el helechito o lentejita de agua (Azolla
filiculoides) [Figura 6]. Esta planta forma parte de una de las maravillas del mundo na-
tural: la simbiosis. Vive en este estrecho y vital vínculo con la cianobacteria (Anabae-
na azollae), que desde sus raíces, tiene la capacidad de fijar nitrógeno. Esto hace que el
ambiente en el que se encuentren sea más propicio para el desarrollo de la vida, ya que
fomenta el crecimiento de raíces.

Figura 6.
Helechito o lentejita de agua

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• Margarita de bañado (Senecio bonariensis)


La margarita de bañado (Senecio bonariensis) es una planta que puede llegar a me-
dir 2 m. Sus tallos son gruesos y huecos. Tiene muchísimas flores de color blanco y ama-
rillo [Figura 7], que forman sus caracteristicos racimos. Florece de octubre a diciembre.
Se le conocen propiedades medicinales: por ejemplo, sus hojas se usan como cicatrizan-
te de heridas.

Figura 7.
Margarita de bañado

• Bosques higrófilos
Otros ambientes propios del delta son los bosques higrófilos, con abundancia de
plantas que prefieren ambientes acuáticos en los que predomina un árbol u otro. Entre
el bosque y el juncal, puede presentarse lo que llamamos matorral. Estos bosques se
encuentran en el delta y, al sur, en los ecotonos que forman con el espinal.

Afín, amante

HIGRÓ FILA
Agua

• Matorral ribereño
El matorral ribereño es una formación localizada entre el juncal y el bosque o selva.
Se encuentra formado por arbustos acompañados por herbáceas erguidas y tendidas.
Predominan las leguminosas, que suelen ocupar franjas paralelas al río como la mimo-
sa (Mimosa bonplandii) [Figura 8] y el ceibillo (Sesbania punicea). Hay muchísimas
especies de mimosas y se las nombra así por la peculiar reacción al tacto: se cierran
instantáneamente al sentir que la tocan en el envés de sus hojas (la parte inferior). Esta
peculiaridad quedó inmortalizada en la pluma de Horacio Quiroga, en su cuento “La
abeja haragana” (Cuentos de la selva, 1918) [Figura 9], en el que la protagonista logra
engañar a su depredadora escondiéndose magistralmente dentro de una hoja y salvar
así su vida gracias a la observación minuciosa de su entorno.

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Figura 8. Figura 9.
Planta mimosa florecida Portada del libro de Horacio Quiroga

• Ceibal
Son bosques caducifolios (que durante la estación invernal pierden sus hojas), higrófi-
los, con predominancia del ceibo (Erythrina crista-galli). Ocupan espacios anegados, en
riberas o bordes de lagunas.
El ceibo, vistoso y famoso por sus exuberantes racimos de flores rojas, habita una gran
parte del territorio de nuestro país. Asimismo, existen otras dos subespecies: con flores
rosadas, en la selva de las yungas, y con flores naranjas, en la selva misionera.

En las flores del ceibo vive una leyenda gua-


raní, sobre una mujer valiente que resiste la in-
vasión española y defiende su tierra hasta caer
luchando. Desconcertados por el poder de la
mujer, que logra escapar, deciden que es una
bruja y hacen una hoguera. De esta espantosa
tradición de quemar brujas —(recién) importa-
da del otro lado del océano— brota esta historia,
como las flores rojas brotan desde ese instante
del árbol donde ataron a Anahí.

Las leyendas son historias que se transmiten de boca en boca, se inter-


pretan y actualizan. Por eso de cada una de ellas hay muchísimas versiones
orales y escritas. La escritora Ana Maria Shua cuenta su versión ¿se animan
a buscarla y conocerla?

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El Ceibo, flor nacional argentina y uruguaya


En nuestro país, la flor de ceibo fue declarada Flor Nacional Argentina por De-
creto Nº 13.847 del 22 de diciembre de 1942. Previamente había sido seleccionada
la magnolia, pero fue descartada por tratarse de una especie exótica, no autócto-
na de la Argentina.
https://www.argentina.gob.ar/pais/ceibo

• Sauzal y Alisal
El sauzal es una comunidad vegetal típica de si-
tios húmedos con predominio de especies caducifo-
lias, menos denso que el ceibal. Predomina en ella el
sauce criollo (Salix humboldtiana). Por su parte, los
alisales son bosques densos donde predomina el ali-
so de río (Tessaria integrifolia) [Figura 10], que sue-
le ser acompañado de ejemplares aislados de ceibo
(Erythrina crista-galli) y sauce criollo (Salix humbol-
Figura 10. Aliso de río dtiana).
Planta El aliso de río crece, junto al sauce criollo, a lo largo
de los suelos costeros bonaerenses hasta el sur de la
bahía de Samborombón. El aliso es más pequeño y
EPÍ FITA menos longevo que el sauce. Este último llega a me-
dir más de 15 metros generando bosques muy carac-
terísticos, por ser todos los individuos del mismo ta-
Sobre
maño, sostener pocas enredaderas y epifitas —salvo
líquenes— y por algunos arbustos y hierbas que cre-
cen en el sotobosque y que resisten las crecientes.

De hecho, cuando las inundaciones se prolongan


varios días, el sauce criollo [Figura 11] puede gene-
rar raíces nuevas desde el tronco, característica que
comparte con otras colonizadoras. Esto le permite
aferrarse al suelo —el llamado anclaje al sustrato—,
filtrar el oxígeno del agua y tomar los nutrientes di-
recto del suelo.
Figura 11. Sauce criollo

Junto a otras especies pioneras consolidan las costas y generan bosques costeros es-
pontáneos que van preparando el terreno para el desarrollo de otras especies, brindan-
do así un servicio ecosistémico vital. También vemos ceibos y sauces en toda la franja
de los talares perteneciente al espinal.

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• Selva marginal
Otro de los ambientes propios de la ecorregión del Delta e islas del Paraná es la selva
marginal, también denominada “selva en galería”, ya que se encuentra en los bordes de
cursos de agua. Es una formación higrófila y se diferencia de los bosques por un mayor
número de especies, el predominio de especies persistentes (que prefieren suelos ya
formados, al reparo del viento y del sol directo), la mayor complejidad de estratos, la
mayor densidad y cantidad de especies trepadoras y epífitas. Las enredaderas, tam-
bién conocidas como isipó, son las que al conectar los distintos estratos le otorga a la
selva su identidad. Una de las especies de esta comunidad vegetal es la palmera pindó.

• Palmera pindó (Syagrus romanzoffiana)


La palmera pindó es una especie común en buena
parte de Brasil y Paraguay. En la latitud más austral de
su distribución original, habita la costa bonaerense. Sus
frutos son buscados por una inmensa cantidad de aves,
como por ejemplo la pava de monte (Penelope obscura).
En otras provincias de la Argentina, esta palmera sirve
de casa para muchas aves que la eligen por su peculiar
copa para anidar entre sus hojas, como el boyero cacique.
También se alimentan de sus frutos los monos y las ardi-
llas, y entre las raíces suelen esconderse ofidios. Una de
las muchas cualidades de esta palmera es que ofrece un
alimento preciado y sagrado para el pueblo mbya guaraní,
que “cultiva” larvas de escarabajo en ciertos ejemplares.
Esta es una tradición ancestral, conocida y transmitida de
generación a generación en las tekoas o aldeas guaraníes
de la provincia de Misiones, donde dos veces por año, en
los ejemplares elegidos y dispuestos para ello, cultivan y
cosechan estas larvas, que son un preciado alimento, rico
y nutritivo. También utilizan el aceite que se produce en
la cocción para preparar ungüentos medicinales.

• Clavel del aire (Tillandsia aeranthos)


Entre las bromelias, observamos a la epífita clavel del aire (Tillandsia aeranthos) [Fi-
gura 13]. A veces se escucha decir que esta especie parasita otras plantas, lo que es
imposible, ya que ni siquiera posee un sistema de raíces para alimentarse. En realidad,
desarrolla unas raíces muy pequeñas que le sirven exclusivamente para fijarse al sus-
trato (suelen verse en troncos de árboles, cables de luz, antenas, pérgolas y otras cons-
trucciones).
Entonces, ¿cómo se alimenta esta planta si no es por las raíces? Incorpora el alimento a
través de sus hojas, que poseen unas diminutas escamas que tienen una doble función:
se abren para dejar entrar el alimento y el agua, y al cerrarse impiden que se sequen, que
pierda humedad al pleno sol.

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Figura 13. Clavel del aire

Las bromelias son un grupo de plantas relativamente nuevo desde una perspectiva
evolutiva. Desarrollaron características para habitar todo tipo de suelos, por lo que las
hay adaptadas para vivir sobre otros árboles, como las epífitas del género tillandsia,
mientras que otras viven sobre suelos rocosos o arenosos, alimentándose de las par-
tículas que quedan atrapadas en las tormentas de arena entre sus hojas, sobre las que
también acumulan agua para proveerse de alimentos durante los meses sin lluvia. Son
cobijo de otras especies, como larvas de insectos o renacuajos.

Nativas del Espinal


El espinal es una ecorregión que ocupa varias provincias argentinas. Se caracteriza por
tener muchos ambientes distintos donde predominan las plantas con espinas (de ahí su
nombre). En la costa bonaerense encontramos los talares.

• Talares
Aparecen representados a lo largo de la costa: al norte, en una estrecha franja con
intervalos, aparecen los talares de barranca, que limitan con el delta y se despliegan
entre zonas principalmente urbanas hasta los alrededores de la ciudad de La Plata; lue-
go los talares continúan sobre la costa hasta los alrededores de Miramar, pasando por
la bahía de Samborombón.
La descripción de talar corresponde a un bosque xerófilo (plantas mejor adaptadas
para vivir en ambientes secos), que habitan franjas paralelas a cursos de agua y barran-
cas. En los talares del este, ubicados a lo largo de la ribera platense sobre antiguos
cordones de conchilla, predomina el tala (Celtis tala) acompañado por el coronillo (Scu-
tia buxifolia), la sombra de toro (Jodina rhombifolia) y el molle (Schinus longifolius)
[Figura 14]. Esta es una franja angosta que está en estrecho vínculo con los pastizales
pampeanos, por lo que se forman muchos ecotonos.

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Figura 14. De izq. a der.: tala (Celtis tala),


coronillo (Scutia buxifolia), sombra de toro
(Jodina rhombifolia) y molle (Schinus longi-
folius)

Nativas de Pampa
La vegetación que habita la costa marina se desarrolla en ecotonos entre las ecorre-
giones Pampa y Mar Argentino, que al unirse generan ambientes únicos a los que se
adaptaron a través de los años.

• Vegetación de las dunas


CONTINENTE
MAR

1 2 3 4
Dunas activas y Bajos inundables Dunas fijas y semifijas
CARACTERÍSTICAS

Porción distal montículos de


Se ubican relativamente alejadas del mar.
arena El régimen hídrico es regulado
vegetación con fisonomía de pastizales bajos y
Porción alta de la playa. estacionalmente por el agua de lluvia
Escaso desarrollo vegetal matorrales psamófilos.
Afectan fuertes vientos inundaciones de mar. y la napa freática.
de hábito psamófilo con
Gradiente de humedad asociado a la
sistema radicular extenso y Pastizales bajos: Conforman un estrato de 60 cm y
Herbáceas como: vegetación.
profundo para afianzarse al una cobertura del 60%. Predominan el “Chajapé” y
Soporobolus coactactus “Spartina”
sustrato móvil y alcanzar el “pasto hebra”. Acompañan subarbustos y
zonas húmedas. herbáceas.
Desarrollan matas compactas y aisladas. Herbáceas como:
Propician la acumulación de sedimentos Thypas sp. “totoras”, Equisetum
Adaptaciones morfológicas Matorrales: Prosperan en suelos con más tiempo de
transportados por el viento. giganteum “Cola de caballo”.
para mitigar los Rx y evitar desarrollo. La vegetación puede alcanzar hasta 2 mts
Arman contención. Acompañan herbàceas bajas como
la desecación. de altura y su cobertura es del 80 %.
Hydrocotyle bonariensis “redondita de
agua”. En suelos de dunas asociadas al borde exterior de los
Predomina el panicum Sobre sustrato salobre: hunquillares cordones de conchillas se asientan comunidades de
racemossum“Tupe”, pionera Juncus acutus “Hunco” Distichlis talares.
en la colonización de arenas spicata “pelo de chancho”,
en movimiento. Participan Senecio bonariensis “Margarita de
de la primera fase de bañado”, Plantago australis “llantén”
formación y estabilización entre otros
de dunas.

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CONTINENTE
MAR

1 2 3 4
REPRESENTATIVAS
ESPECIES

- Sporobolus coarctatus - Panicum racemosum - Typha sp “totoras” - Poa lanuginosa “Pasto hebra”
(=Spartina ciliata) “tupe” - Hydrocotyle bonariensis - Senecio crassiflorus “Margarita de las dunas”
- Calycera crassifolia “redondita de agua” - Baccharis gensitifolia
- Calystegia soldanella - Cortadera selloana - Discaria americana “brusquilla”
- Cortadera selloana “cortadera”

La mayor parte de la flora que se desarrolla en las dunas corresponde a los ambientes
del pastizal. Son ecosistemas altamente dinámicos y diversos. La particularidad de los
suelos determina la presencia de comunidades psamófilas (que se desarrollan sobre
arena) propias de las dunas.

• Spartina (Sporobolus coarctatus)


Especie psamófila, común en las playas are-
nosas de toda la provincia. Adaptada a fuertes
vientos e inundaciones por el mar. Se desarro-
lla en matas compactas y aisladas en la por-
ción alta de la playa. Propicia la acumulación
de sedimentos transportados por el viento. La
spartina es una de las pocas especies adapta-
das a esas condiciones ambientales.

• Tupe (Panicum racemossum)


Especie de comunidades psamófilas, que
se desarrolla sobre las dunas y montículos
activos, con adaptaciones particulares. Sus
raíces son extensas y profundas para afian-
zar la planta al sustrato móvil y alcanzar
así las profundidades más húmedas. Posee
adaptaciones morfológicas para mitigar la
radiación solar y evitar la desecación (teji-
dos carnosos). Es una especie pionera en la
colonización de arenas en movimiento, par-
ticipando en la primera formación y estabili-
zación de dunas.

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• Redondita de agua
(Hydrocotyle bonariensis)
Crece en toda la extensión de la provincia de
Buenos Aires, en depresiones entre las dunas,
en praderas húmedas y en pajonales. Las ho-
jas son simples, de pecíolos (tallos) erectos de
hasta 25 cm, de forma redondeada, de entre 2 y
10 cm de diámetro. En la medicina popular se le
conocen varios usos: por ejemplo, el jugo fres-
co de la planta, en tomas, es tónico, depurativo,
diurético, hepático; y en cataplasmas, se aplica
sobre heridas infectadas, llagas venéreas e in-
flamaciones cutáneas.

• Margarita de las dunas


(Senecio crassiflorus)
Esta hierba se destaca por su folla-
je gris y flores amarillas. Junto a otro
elenco de especies conforman el estrato
herbáceo de las dunas fijas y semifijas.
Las aves que comen semillas encuen-
tran alimento en sus frutos. Es poliniza-
da por insectos.

• Cortadera (Cortadera selloana)


Hierba perenne muy robusta. Hojas que pa-
recen cintas, verde grisáceo. Flores muy altas
en panojas blanco amarillentas. Se disponen en
bordes de pastizales altos en planicies interdu-
nales y laderas de dunas altas. Conforman co-
munidades llamadas cortaderales. Sus frutos
son alimentos de aves granívoras, tales como
el “sitevestidos” y el “verdón”. También varias
aves nidifican en las grandes matas que forman,
ya que les ofrece reparo y protección.

• Marismas
A lo largo de la costa hay varios sectores de marismas [Figuras 15 y 16], un tipo de
pastizal costero que permanece sumergido desde algunos centímetros hasta varios me-
tros, dependiendo del régimen de las mareas. Aunque contienen diferentes especies de
pasto, todos son fundamentales por la función que cumplen.

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Figura 15. Marismas bonaerenses (imagen ANP)

Los pastos de marismas son intermareales (vi-


AfÍn, amante ven entre mareas) y halófilos, es decir que bue-
na parte de su vida la pasan sumergidos en agua
salada. Reciben el impacto constante del oleaje,
HALO FILA disminuyendo la velocidad del agua al ingresar al
continente y mitigando así los efectos de la ero-
sión. Las marismas desarrollaron adaptaciones fa-
Sal bulosas para ello, por lo que desempeñan un papel
imprescindible de cara a la crisis climática.

Para generar mejores oportunidades


de adaptación y mitigación de la vulne-
rabilidad, conservar estos espacios
es una acción certera, necesaria y
urgente.

Figura 16. Sectores de marismas


a lo largo de la costa bonaerense

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• Jume, vinagrillo o
espárrago de mar
(Sarcocornia perennis)

Uno de los pastos que podemos


encontrar en las marismas bonae-
renses es el jume, vinagrillo o es-
parrago de mar (Sarcocornia peren-
nis). Se trata de una planta halófila y
suculenta, especialmente adaptada
a las oscilaciones en la concentración
de sal, ya que poseen una vacuola,
órgano especial donde “guardan” la
sal, para que no dañe otros tejidos
de la planta.

Es un subarbusto de altura variable, de coloración típicamente verde que en otoño


toma un tono rojizo. Su tallo es erguido en la extremidad y postrado en la base, sus
raíces pequeñas y superficiales se extienden sobre el sustrato. Las hojas son diminutas
y escamosas y sus flores hermafroditas y femeninas en forma de espiga. Los frutos
contienen una sola semilla.

Nuestra costa es humedal


Todos los ecosistemas costeros que albergan las plantas que presentamos coin-
ciden con la definición de humedal: áreas que permanecen en condiciones de
inundación o de suelos saturados con agua durante periodos considerables
de tiempo.
Algunas de las plantas que vimos son propias del humedal y otras están presen-
tes tanto en zonas de humedal como zonas alejadas de la línea de costa o ribera,
con suelos sin tanta humedad estacional o permanente. Todas ellas necesitan sus
ecosistemas equilibrados.

Proteger los humedales


bonaerenses es proteger a
quienes habitamos la Pro-
vincia de Buenos Aires.

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5. EXÓTICAS INVASORAS PRESENTES EN NUESTRA COSTA


Como mencionamos anteriormente, las especies exóticas son seres vivos (plantas,
animales, hongos y microorganismos) transportados por las personas, de manera vo-
luntaria o accidental, fuera de su área natural de distribución.
No todas las especies exóticas se vuelven invasoras. Si una especie introducida consi-
gue establecerse y avanzar de manera espontánea —y por lo general sin control— en los
nuevos ambientes, causando impactos sobre la diversidad biológica, la cultura, la eco-
nomía y/o la salud pública, estamos ante la presencia de una especie exótica invasora
(EEI). Los ecosistemas están en equilibrio porque cada integrante “ocupa su lugar”, ejer-
ciendo un control sobre las especies con las que interactúa, resultado de la coevolución.
A ese lugar se le llama nicho ecológico. Cuando una especie exótica encuentra un nicho
disponible y puede desarrollarse con facilidad se convi erte en una exótica invasora.
A continuación, les presentamos dos especies exóticas que han invadido la costa
bonaerense y les comentamos los impactos que producen en el equilibrio ecosistémico.

• Tamarisco
Nombre científico: Tamarix ramosissima
Tipo de organismo: arbusto
Los tamariscos producen impactos am-
bientales asociados al aumento de consu-
mo de agua donde tienen las raíces, incre-
mentando la salinidad del suelo. Por otra
parte, sus frutos y follaje son considerados
inflamables y, por ende, aumentan la inci-
dencia de fuego. Integra la lista de las 100
especies más invasoras del mundo.

• Lirio amarillo
Nombre científico: Iris pseudacorus
Tipo de organismo: herbácea
El lirio amarillo, apreciada por sus visto-
sas flores, es originaria de Europa, Asia y
África. Fue introducida como ornamental y
rápidamente se develó invasora. Entre sus
impactos ambientales, desplaza a pajona-
les nativos. Tiene un rebrote muy complejo
de erradicar y sus semillas se dispersan por
agua y en gran volumen.

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6. ACTIVIDADES PARA HACER ENTRE TODOS Y TODAS


Para conocer más sobre las plantas nativas presentes en nuestra vida cotidiana, sea
alrededor de la escuela, de nuestra casa o en los caminos que recorremos, podemos
afilar la vista y transformarnos en observadoras/es de este reino.
Te proponemos utilizar una libreta o cuaderno de campo, donde anotemos nuestras
observaciones cotidianas y, si sacamos fotos, ponerles fecha y referenciarlas, así tene-
mos una carpeta ordenada de registros para compartir.

• A) ¡A buscar nativas!
Con la ayuda de las imágenes que viste en el cuadernillo, podemos salir a identificar
especies de plantas nativas de la zona que habitamos. En el siguiente cuadro vas a po-
der registrarlas mediante dibujos, fotos o compartiendo los links de videos, grabaciones
de sonidos, etc. También podrás observar si hay algún ser vivo interactuando con ellas.

• B) ¡Armemos un herbario!
¿Qué es un herbario?
Un herbario es el compendio de un conjunto de plantas que pasarán por un proceso
de secado para poder ser clasificadas. Esta colección nos permitirá conocer la botánica
propia de la zona en la que habita la escuela.
¿Qué materiales necesitamos?
» Tijeras
» Cuaderno
» Lápiz
» Papel secante
» Papel de diario
» Planchas de madera, una prensa o algo que pueda usar para ejercer presión. Pue-
den utilizar libros, cuidando que no se deterioren, separando la muestra con cartones.

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1. RECOLECCIÓN DE MUESTRAS

Para comenzar un herbario empeza-


mos por buscar y recoger hojas o flores
frescas caídas cerca de la planta nativa
que eligieron.

Una vez realizada la recolección pasaremos a realizar el secado. Depositaremos las


hojas o flores frescas entre el papel de diario indicando y la hoja secante [Figura 16].
Es importante agregar una etiqueta que contenga el nombre de la planta, la fecha y el
lugar de recolección.

Papel Hojas
absorbente
Ficha
Diario

Figura 16. Ejemplo de cómo conservar las muestras recabadas.

2. PRENSAR LAS MUESTRAS


Para realizar el prensado tendremos que ejercer presión sobre las hojas de diario en
las que se colocan las muestras.
Dejaremos secar por lo menos durante una semana en verano. Siempre es importante
ir evaluando el estado de secado de las hojas, ya que no hay un tiempo mínimo ni máxi-
mo, dependerá de la humedad ambiente y el calor.

Figura 17. Maderas de prensado


con las muestras botánicas

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3. INCORPORAR LAS MUESTRAS EN EL HERBARIO


» Es importante poder sumar al herbario la siguiente información:
» Nombre científico y coloquial de la muestra.
» Lugar donde se ha efectuado la recolección.
» Hábitat en el que se desarrolla (ca­racterísticas del sus­trato, tipo de suelo, altitud,
orientación, comunidad vegetal y especies con las que convive).
» Fecha de la recolección.

Luego, incorporar las muestras secas


N
O

en las cartulinas que utilizaremos como


hojas de nuestro herbario. Podemos
utilizar una carpeta de anillos y ordenar
alfabéticamente las diferentes especies
[Figura 18].

Figura 18. Herbario finalizado

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7. Glosario
» ADAPTACIÓN: características de un organismo que resultan de un proceso evoluti-
vo de selección natural, otorgando a dicho organismo mayores posibilidades de super-
vivencia. Esta definición está desarrollada en el célebre libro El origen de las especies
(1859), de Charles Darwin.
» CLIMA: condiciones típicas del tiempo en un cierto lugar sobre un largo período de
años.
» CADUCIFOLIO: que pierde por completo las hojas estacionalmente.
» ECOSISTEMA: comunidad donde interaccionan los seres vivos.
» SIMBIOSIS: una relación simbiótica entre organismos es el producto de su historia
evolutiva entrelazada. Las relaciones simbióticas se clasifican según los resultados que
obtengan los organismos que participan de esta interacción, existen numerosos ejem-
plos como las flores y sus polinizadores específicos, los líquenes que son una simbiosis
entre un alga y un hongo.

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8. Bibliografía consultada
• Benzaquen, L., Blanco, D., Bo, R., Kandus, P., Lingua, G., Minotti, P. y Quintana, R.
(editores). (2016). Regiones de Humedales de Argentina. Ministerio de Ambiente y Desa-
rrollo Sustentable, Fundación Humedales/Wetlands International, Universidad Nacional
de San Martín. https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/humedales-de-argenti-
na_07032017_01.pdf
• Burgueño, G. y Rodríguez, G. O. (2022). Plantas Invasoras del Cono Sur. Introduc-
ción al paisaje natural (parte 3). Reconocimiento de especies principales e impacto
en el ambiente y la cultura sudamericana. Orientación Gráfica Editora.
• Burkart, R., Bárbaro, N. O., Sánchez, R. O. y Gómez, D. A. (1999). Eco-regiones de la
Argentina. Administración de Parques Nacionales. https://sib.gob.ar/archivos/Eco_re-
giones_de_la_Argentina_1999.pdf
• Demaio, P., Karlin Ulf, O. y Medina, M. (2002). Árboles nativos de Argentina. Tomo
1: centro y cuyo. Galerna.
• González Trilla, G., Blanco, D. E. y Yorio, P. (2017). Capítulo 9b, subregión pla-
yas y marismas de la costa bonaerense. https://ri.conicet.gov.ar/bitstream/hand-
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