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Cavar una zanja de entre 65 y 70 centímetros de profundidad por 90 centímetros

de ancho. Si el terreno se encuentra inclinado, la excavación de la zanja debe


realizarse por pasos, considerando una línea imaginaria de 10 centímetros de
inclinación.

Preparar una mezcla de mortero con 12 botes de 19 litros de arena y 2.5 botes
de agua de la misma cantidad.

Vaciar el mortero preparado dentro del terreno en el que se llevó a cabo la


excavación para formar una plantilla.

Formar una parrilla con cuatro varillas de 3/8 de pulgada en sentido longitudinal,
es decir, a lo largo del eje, y varillas de la misma medida cada 20 centímetros en
sentido contrario. Para conseguir la unión entre los materiales debes usar alambre
recocido.
Añadir a la parrilla, con la ayuda de estribos o anillos de alambrón, de forma
horizontal, seis varillas de 3/8 de pulgada. Los estribos o anillos deben ser
colocados cada 20 centímetros.

Coloca una cimbra de madera en el centro de la zapata, con la ayuda de dos


tarimas o tablones de dicho material. Cada uno de los elementos debe estar a
cada lado de la viga y deben ser unidos por otros pedazos de madera para evitar
que se separen.

Realizar una mezcla con cemento portland gris, agua, grava y arena.

Humedecer la cimbra y, posteriormente, verter la mezcla de concreto dentro de la


estructura del cimiento. Es importante asegurarse de que el colado se encuentre
distribuido completamente por todo el elemento.
Retirar la cimbra 48 horas después de haber vaciado la mezcla. Esto con la
intención de que el concreto cuente con una resistencia significativa y no existan
riesgos de agrietamiento.

Humedecer toda la cimentación con poca agua y rellenarla con la misma tierra
que se retiró durante la excavación. ¡Listo! Ahora tienes una zapata corrida.

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