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Diego se encontraba en su habitación tumbado sobre la cama, pensando en lo que acaba de

suceder tan rápidamente que no tuvo tiempo de reaccionar. Acaba de visualizar algo que
consideraba imposible, su vida dependía de cada palabra que escribía y no podía parar, porque si
paraba tenia el temor de que podía caer muerto o algo peor podría sucederle. Tenía la presión de
entregar un escrito, pero mientras lo redactaba, tuvo una visión, un acto profético que llamaban
algunos de sus amigos que pertenecían a cultos religiosos, pero que él no se había tomado nunca
enserio por pensar que eran supercherías baratas para sacarle el dinero a las personas. Ahora,
seguía escribiendo lo que veía, eran como grandes fogonazos en su cabeza, pudo visualizar que
ganaba el concurso en el cual llevaba años participando con cartas de rechazo que llenaba la
puntilla de su escritorio y en ese momento su vida cambiaba, ganaba el premio de 500 millones
que daba la editorial y sus libros se convertían en grandes bestsellers, Stephen King o J.K Rowling,
eran en comparación con su visión autores con éxito, pero no de la talla de lo que él se convertiría;
ganaba un premio nobel y desde Cervantes y Shakespeare no se veía un talento tan descomunal…
cuando estaba escribiendo sobre su ascenso al podio que siempre quiso llegar, las visiones pararon
de golpe y la ansiedad desapareció para darle lugar al terror absoluto.

En ese momento, en la habitación, vio a un ser con un rostro deforme acompañado de dos cabezas
de cabra y bue parado en su puerta, este ser espectral tenia al menos tres patas; la primera, una
mano humana, con garras afiladas como cuchillar y bastante musculosa; la segunda, tenia el
aspecto de ser el miembro inferior de un zapato con un color verde oscuro y la última, era la pata
de un felino en estado de descomposición.

Este ser le dijó a Diego

- Te agrada lo que has visto ¿Cierto? - dijo con tono socarrón- Es solo el principio de las
cosas que te puedo ofrecer, solo debes seguir mis indicaciones.

Diego en ese momento estaba aterrado y balbuceo a duras penas – ¿Quién eres?

-He tenido muchos nombres, pero en realidad, eso no importa, lo que nos interesa es que cumplas
lo que deseas, es lo que en realidad le interesa a los de tu condición, el tener, poseer y cumplir sus
sueños por encima de lo que sea- dijo el ser con tono seguro.

Diego, que había visto un futuro brillante para él y se armó de valor para decirle al ser que deseaba
lo que había visto y que pagaría cualquier precio por ello. El ser sonrió y dejo ver entre los labios,
unos dientes afilados y llenos de una sustancia negra entre ellos y lo que debería ser una encía.

-Vaya, vaya, los seres humanos son más entretenidos de lo que parecen, les muestras un poco de
un posible futuro lleno de cosas materiales y caen a tus pies, el maestro tenia toda la razón-Soltó
una risa estridente.

Luego de eso, el ente, aclaro las condiciones del pacto.

- Debes escribir todo lo que veas, así como quedó escrito tu triunfo en la literatura y se
cumplirá, debes dejar cada suceso en esas páginas, pero solo se cumplirá si escribes todo
lo que veas sin distinción. Sencillo ¿No? Dijo la criatura mostrando su pestilente
dentadura.
- Solo escribir, parece muy sencillo, acepto, no tengo objeció…. Y se desvaneció antes de
terminar la palabra.

A la mañana siguiente, sonó la puerta de su habitación y la madre de Diego le contó


emocionada que acaban de llamar de la editorial para decirle que por favor le indicara a su hijo
que acaba de ganar el premio Planeta y que se comunicara urgentemente con ellos para
acordar la publicación de su obra y temas relacionados al pago del dinero del premio, que
llegaba a los 500 millones de pesos. Diego estaba impactado de mala manera, su madre lo
notó, le dijo que su cara era de tragedia y era una reacción algo extraña para una noticia de esa
envergadura. El pobre Diego se dijo para si mismo -¡Carajo fue real, fue real!- Esa cosa que
había aparecido en su habitación y no había sido producto de su imaginación o un mal viaje
con alguna sustancia psicoactiva. En ese momento, le llego un fogonazo mental igual a los del
día anterior, su madre caía por la escalera de la casa y se rompía el cuello y prácticamente su
cabeza quedaba colgando por la piel del mismo.

En ese momento, la madre de diego se acercó a él, lo beso en la mejilla.

-Mijito, le voy a calentar el desayunito, voy a bajar a la cocina y ya se lo traigo, no me demoro.

Diego en ese momento recordó que, si deseaba eso que había visto, debía sentarse en el
escritorio, tomar su computadora y empezar a escribir , le temblaban las manos y su corazón
latía fuertemente, tenia que tomar una decisión y para ello tenía solo que hacer algo que
durante años había sido felicidad, escribir.

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