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ART 288 – Obtención de documento publico falso: El que para obtener documento
público que pueda servir de prueba, induzca en error a un servidor público, en ejercicio de
sus funciones, haciéndole consignar una manifestación falsa o callar total o parcialmente
la verdad, incurrirá en prisión de cuarenta y ocho (48) a ciento ocho (108) meses.
Ejemplo:
Documentos de propiedad de un vehículo falsos: Crear o modificar documentos
privados relacionados con la propiedad de un vehículo, como un título de
propiedad, un contrato de compra-venta o una factura, con información falsa para
transferir la propiedad del vehículo de manera fraudulenta.
Vanesa
ART 291 – Modificado L.1142/2007, art 54. Uso de documento falso: El que sin haber
concurrido a la falsificación hiciere uso de documento público falso que pueda servir de
prueba, incurrirá en prisión de cuatro (4) a doce (12) años.
Si la conducta recae sobre documentos relacionados con medios motorizados, el mínimo
de la pena se incrementará en la mitad.
ART 295 – Falsedad para obtener prueba de hecho verdadero: El que realice una de
las conductas descritas en este capítulo, con el fin de obtener para sí o para otro medio
de prueba de hecho verdadero, incurrirá en multa.
ART 296 – Falsedad personal: El que con el fin de obtener un provecho para sí o para
otro, o causar daño, sustituya o suplante a una persona o se atribuya nombre, edad,
estado civil, o calidad que pueda tener efectos jurídicos, incurrirá en multa, siempre que la
conducta no constituya otro delito.
Ejemplo:
alguien que quiere entrar a un club nocturno exclusivo, pero es menor de edad y
no cumple con los requisitos de edad mínima para ingresar. Esta persona decide
presentar un documento de identidad falso que muestra una fecha de nacimiento
diferente y una edad suficiente para entrar al club. En este caso, la persona está
cometiendo falsedad personal al proporcionar información engañosa sobre su
edad y su identidad para obtener acceso al club nocturno.
La falsedad personal también puede ocurrir en situaciones como solicitudes de
empleo, solicitudes de préstamos, solicitudes de pasaporte, entrevistas de trabajo,
registro en redes sociales y en otros contextos en los que se proporciona
información personal. La falsedad personal es a menudo ilegal y puede tener
consecuencias legales, dependiendo de la jurisdicción y la gravedad de la
falsedad.
Delito de Falsedad
El debate sobre la legitimidad ética y utilidad práctica de la pena capital ha sido una
constante histórica en la doctrina penal. A pesar de que la mayoría de los países la han
abolido, aún se aplica en varias naciones poderosas y en vías de desarrollo. En Panamá
también se debate intensamente este tema en la actualidad, en medio de una oleada
política y social a favor de endurecer las penas y aplicar la pena de muerte.
Argumentos abolicionistas
Los defensores de la pena capital esgrimen varios argumentos para justificarla:
1. Es necesaria para proteger a la sociedad de los criminales (defensa social).
2. Intimida a posibles delincuentes y disuade la comisión de delitos (efecto
intimidatorio).
3. Su aplicación sirve de escarmiento aleccionador (ejemplaridad).
Sin embargo, diversos estudios empíricos en sociología criminal han demostrado que la
pena de muerte no logra intimidar ni reducir efectivamente la criminalidad violenta que
supuestamente busca disuadir. No existe una correlación estadística comprobable entre
aplicar la pena capital y la disminución de esos crímenes.
Por otro lado, la pena de muerte viola groseramente el principio universal de
proporcionalidad entre delito y pena, pues no hay ninguna proporción posible entre
quitarle la vida a una persona (por más criminal que sea) y la protección de bienes
jurídicos fundamentales como la vida y la propiedad. Una vida no compensa otra vida.
Otro gravísimo problema es la irreparabilidad de la pena de muerte en caso de errores
judiciales. Lamentable y trágicamente, muchos condenados inocentes han sido
ejecutados debido a esos errores, cuya posibilidad siempre existe en cualquier sistema de
justicia penal por más avanzado que sea. Por todo ello, la inmensa mayoría de la doctrina
penal contemporánea concuerda en que la pena capital debe ser universalmente abolida
por tratarse de una medida éticamente bárbara, políticamente discriminatoria y
Vanesa
científicamente inútil para los fines preventivos que históricamente ha pretendido lograr.
Debe ser erradicada y sustituida por sanciones más humanas, respetuosas de la
dignidad, y verdaderamente efectivas.