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Avances e incompletudes del

concepto de violencia política


en razón de género
Avances e incompletudes del
concepto de violencia política
en razón de género

Socorro Apreza Salgado

México, 2023
305.4 M6
A762a Apreza Salgado, Socorro, autora.
Avances e incompletudes del concepto de violencia política en ra-
zón de género / Socorro Apreza Salgado. -- 1.ª edición. -- Ciudad de
México, México : Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federa-
ción, 2023.
1 recurso en línea (69 páginas). (Criterios Electorales)

Incluye referencias bibliográficas: (páginas 63-69).


ISBN 978-607-708-653-6

1. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación - Sala Su-


perior - sentencias. 2. Derechos de los grupos en estado de vulnerabi-
lidad - derechos de las mujeres - derecho de la mujer a una vida libre
de violencia. I. Apreza Salgado, Socorro, autora. II. México. Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación. III. Título.

Criterios Electorales
Avances e incompletudes del concepto de violencia política en razón de género

1.a edición, 2023.

D. R. © Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.


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ISBN 978-607-708-653-6

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Dr. Fernando Alberto Lázaro Serrano Migallón

Dra. Gabriela Dolores Ruvalcaba García


Secretaria Técnica Académica
Lic. Agustín Millán Gómez
Secretario Técnico Editorial
Índice

Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Marco conceptual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

Antecedentes en el ámbito nacional e internacional


sobre la violencia política contra las mujeres
en razón de género . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

Alcances de las libertades informativas


en el debate político . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

Aplicación del enfoque de género en la sentencia


del expediente SRE-PSC-17/2020 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

A modo de conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

Fuentes consultadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Presentación

En la sentencia SRE-PSC-17/2020, que se analiza en este trabajo, se plan-


tea la violencia política en razón de género en contra de una trabajadora
municipal de San Luis Potosí, acerca de la cual se realiza una serie de
acotaciones respecto a expresiones hechas por un diputado en los me-
dios de comunicación.
Para la autora, es sustancial reflexionar sobre los alcances del marco
normativo de la violencia política en razón de género (vprg) y la nece-
saria aplicación del enfoque de género en las decisiones judiciales, con
la finalidad de no seguir normalizando lo que durante años se ha hecho
costumbre con las mujeres: excluirlas de la participación política por
estereotipos.
Esta investigación se estructura en cuatro partes explicadas detalla-
damente para que la interpretación de la sentencia vaya mucho más allá
de la simple definición. La primera ofrece un marco conceptual muy
bien referenciado y amplio. En la segunda, se exploran los anteceden-
tes nacionales e internacionales de la vprg. En la tercera se abordan
los alcances de las libertades informativas en el debate de lo político.
Finalmente, se cierra con la aplicación de la perspectiva de género en
la sentencia.
A través de este profundo análisis, la autora hace una serie de pro-
puestas acerca de un papel más activo de otros organismos, así como de
la responsabilidad de quienes transmiten la información y cómo se debe
evitar que se reproduzcan prejuicios o estereotipos de género.
Asimismo, aborda el tema de la vulneración de los derechos huma-
nos de igualdad y no discriminación cuando, en nombre de la libertad
de expresión, cualquier persona puede expresar lo que desee, aunque
ello incluya reforzar estereotipos y prejuicios.
Socorro Apreza Salgado

En su reflexión, la autora también habla de la insuficiencia de los


mecanismos para la erradicación de la vprg, ya que, en la medida en que
las personas actoras sigan sin aplicar el enfoque de género para frenar y
erradicar dicha violencia, no habrá justicia completa.
Con este ensayo, Socorro Apreza Salgado se adentra en la sentencia
SRE-PSC-17/2020 para explicar, desde su amplio conocimiento, que
son las mujeres quienes tienen que denunciar y alzar la voz para vol-
verse visibles y, con ello, frenar la exclusión política y la pedagogía de
la violencia.
Finalmente, este trabajo se une a la serie de investigaciones acerca
de la violencia política en razón de género publicadas por el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación, quien es pionero en este
tema y sigue brindando herramientas para el estudio y para contribuir
a la desaparición de este tipo de violencia.

Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación

12
Introducción1

[Las mujeres] salimos de la sombra, no teníamos


derechos ni gloria, y precisamente por eso tomamos la
palabra y comenzamos a decir nuestra historia.
Michael Foucault

México cuenta con un ordenamiento jurídico y un Poder Judicial que,


pese a notables avances y conquistas históricas, aún presenta muchas
carencias para enfrentar las violencias políticas contra las mujeres en
razón de género, sobre todo cuando las discriminaciones en las demo-
cracias del siglo xix, como apunta Gloria Poyatos, operan “de forma sutil
y soterrada, mediante tipologías opacas sostenidas sobre estereotipos
y roles de género” (2019, 5). Por ello, en este artículo es indispensable
la reflexión acerca de los alcances del marco normativo de la violencia
política contra las mujeres en razón de género (vpcmrg) y la necesaria
aplicación del enfoque de género en el marco de las decisiones judicia-
les para materializar la justicia, a fin de no habituarse a la “disecación
de lo vivo y lo vital” (Segato 2018, 14). Como apunta el Comité para la
Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer (Comité cedaw, por
sus siglas en inglés)

la violencia por razón de género puede afectar a algunas mujeres


[niñas y adolescentes] en distinta medida, o en distintas formas, lo que
significa que requieren respuestas jurídicas y normativas adecuadas”
(cedaw 2017, párrafo 12).

Hay que comenzar por aclarar que la vpcmrg no engloba solo la


violencia política contra las mujeres, sino también la discriminación y

1
La autora agradece las correcciones y los comentarios de Armando Bravo Salcido
y Maritza Abigail García González para la realización de esta investigación.
Socorro Apreza Salgado

los abusos contra las personas con orientaciones sexuales e identidades


de género diversas; sin embargo, este estudio solo se orientará a la vio-
lencia política contra las mujeres para no exceder el objeto del trabajo.
Con la convicción de fortalecer lo vital, el presente artículo está
dedicado a todas las mujeres que luchan y han sido violentadas por
transgredir un espacio de poder. Ellas, con la decisión de entrar en insti-
tuciones dominadas por hombres en la vida política del país, cuestionan
y visibilizan el orden patriarcal al identificar las instancias de violencia
que buscan excluir a las mujeres como actoras políticas, con lo que con-
tribuyen a frenar las creencias que justifican la subordinación de las
mujeres en la sociedad.
Cabe mencionar que el problema de la violencia política contra las
mujeres en razón de género tuvo un incremento en el proceso electoral
de 2021: de 35 asesinatos de candidatos, 21 fueron contra mujeres, es
decir 60 por ciento. Los principales perpetradores de violencia política
contra las mujeres son los partidos políticos; 80 % son detectados en el
ámbito municipal, 15 % en el estatal y 5 % en el federal (Toche 2021).
Incluso se ha encontrado

que en la medida que las mujeres entran a instituciones dominadas por


hombres, la resistencia a su inclusión se mantiene, pero toma formas
más sutiles con la finalidad de marginar a las mujeres y hacer su trabajo
menos efectivo (Krook 2017, 46).

Asimismo, como se desprende de los siguientes gráficos elaborados


a partir de los datos del Registro Nacional de Personas Sancionadas en
Materia de Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género
(rnps) (ine s. f.),2 entre las entidades con el mayor número de sanciones

2
El registro fue creado el 29 de septiembre de 2020, fecha en que se publicó el
decreto por medio del cual se aprueban los Lineamientos para la integración,
funcionamiento, actualización y conservación del Registro Nacional de Personas
Sancionadas en Materia de Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Gé-
nero. Este registro tiene como antecedente la reforma política del 13 de abril de
2020 y la resolución SUP-REC-91/2020 y acumulado, que, entre otras disposicio-
nes, ordenó al Instituto Nacional Electoral la emisión de los Lineamientos para la
creación de un registro nacional de personas sancionadas por violencia política

14
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

en la materia se encuentra San Luis Potosí (véase gráfica 1). Esto es


relevante para el presente objeto de estudio: el análisis de la sentencia
SRE-PSC-17/2020, en la que se plantea violencia política en razón de
género contra la promovente Nydia Natalia Castillo Vera, entonces
delegada del Organismo Intermunicipal Metropolitano de Agua Pota-
ble, Alcantarillado, Saneamiento y Servicios Conexos de San Luis Potosí
(Interapas).

Gráfica 1. Sanciones en materia de violencia política


en razón de género por entidad federativaA

A
El periodo observado comprende de septiembre de 2020 a octubre de 2021.
Fuente: Elaboración propia con datos del ine (s. f.).

Otro de los hallazgos que se desprenden del Registro es que en el


ámbito municipal hay un mayor número de sanciones (véase gráfica 2),
lo cual representa un patrón que se reproduce en toda la región latinoa-
mericana, donde también se ha “puesto de manifiesto que en el ámbito
político local es donde las mujeres sufren más violencia” (oea 2017, 17).

contra las mujeres por razones de género. Es importante resaltar que este registro
nacional asegura el disfrute del derecho humano al acceso a la información y a la
transparencia, y, con ello, el control democrático de las personas —individual y
colectivamente—, para prevenir la violencia política contra las mujeres en razón
de género.

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Socorro Apreza Salgado

Gráfica 2. Porcentaje de sanciones por ámbito territorial


en materia de violencia política en razón de géneroA

A
El periodo observado comprende de septiembre de 2020 a octubre de 2021.
Fuente: Elaboración propia con datos de ine (s. f.).

Es importante apuntar que las estadísticas precedentes no reflejan la


situación real de las condiciones a las que se ven sometidas las mujeres
—en lo cotidiano y en lo laboral— en materia de violencia política en
razón de género, porque solo señalan los casos en los que hay sanciones.3

3
Cabe añadir que la información contenida en el Registro Nacional de Personas San-
cionadas en Materia de Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género
está limitada por dos cuestiones:

1) De acuerdo con lo previsto en el segundo transitorio de los Lineamientos para la


integración, funcionamiento, actualización y conservación del Registro Nacional
de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política contra las Mujeres en
Razón de Género no se incorporan las personas que hayan sido sancionadas
por violencia política contra las mujeres en razón de género (vpcmrg) con an-
terioridad a su creación.
2) Existe un plazo en el que permanecen inscritas las personas sancionadas en
materia de vpcmrg, establecido por las autoridades jurisdiccionales, electorales,
penales y administrativas:
a) De 3 años si la falta se considera leve.
b) Hasta 4 años si fuera considerada como ordinaria.
c) De 5 años si fuera calificada como especial.
d) Hasta de 6 años en caso de reincidencia igualmente.

El plazo de la sanción puede aumentar hasta un tercio cuando la vpcmrg sea


realizada por una servidora o servidor público, persona funcionaria electoral,

16
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

En principio, hasta donde conoce quien aquí suscribe, no hay estadís-


ticas de los casos de vpcmrg en los que se presente denuncia, pero no
hay sanción; mucho menos respecto a los distintos grados de violencia
que sufren las mujeres de acuerdo con la situación de vulnerabilidad;
por ejemplo, la violencia que padecen de manera diferenciada aquellas
pertenecientes a un pueblo o comunidad indígena, afromexicanas, ma-
yores, con discapacidad, entre otras.
Derivado de estos registros parciales, es urgente la elaboración de
estadísticas de vpcmrg desagregadas por colectivos vulnerables, para
que el Estado pueda garantizarles una atención prioritaria.
Frente a la problemática descrita, es necesario el fortalecimiento de
las medidas para eliminar las relaciones asimétricas y la reproducción
de patrones estereotipados de género que atraviesan a esta población;
adquirir un compromiso contundente y medidas para dar seguimiento
y acompañar a las mujeres que sufren violencia por parte de los partidos
políticos, y aplicar el enfoque de género por todas las personas juzga-
doras. Esto último porque, como apunta Natali Niño, “hay evidencias
que muestran que, en los espacios judiciales, las personas que son más
vulnerables pueden enfrentarse a prejuicios que generan discrimina-
ción” (2019, 12).
Por tanto, en el presente documento se examina si en el expediente
SRE-PSC-17/2020 se juzgó con enfoque de género, principalmente al
momento de analizar si en las expresiones vertidas por el diputado José
Ricardo Gallardo Cardona contra la delegada Nydia Natalia Castillo en
los medios de comunicación se actualiza o no la violencia simbólica y,
con ello, la incidencia de la vpcmrg.
En caso de verificar que no se tomaron en cuenta los elementos del
enfoque de género, se estará frente a la vulneración del derecho a la

funcionaria partidista, aspirante a candidata independiente, precandidata o


candidata, personas que se dediquen a los medios de comunicación o con su
aquiescencia. Además, aumentará hasta la mitad cuando fuere cometida contra
una o varias mujeres pertenecientes a un pueblo o comunidad indígena, afro-
mexicanas, mayores, personas de la diversidad sexual, con discapacidad o contra
algún otro grupo en situación de discriminación.

17
Socorro Apreza Salgado

administración y procuración de justicia, al no frenarse ni transformarse


la perpetuación de las relaciones de poder y subordinación existentes
entre mujeres y hombres. Esto representaría una amenaza, a su vez, para
la democracia, al violarse los derechos humanos de Nydia Natalia, y
perpetuaría la normalización de la violencia política contra las mujeres
en razón de género.
Para lograr su objetivo, esta investigación se estructura en cuatro par-
tes. La primera está enfocada en el marco conceptual. La segunda parte
explora los antecedentes, en los ámbitos nacional e internacional, de
la violencia política contra las mujeres en razón de género. En la terce-
ra sección se plantean los alcances de las libertades informativas en el
debate político. Por último, se aborda la aplicación de la perspectiva de
género en la sentencia del expediente SRE-PSC-17/2020.

18
Marco conceptual

El primer paso para verificar cómo se atendió la existencia o no de


la violencia política contra las mujeres en razón de género en la senten-
cia consiste en desarrollar las herramientas conceptuales que servirán
para realizar el análisis y diagnóstico.

Enfoque de género
Precisiones metodológicas
Es importante mencionar que se debe entender el género no “exclusi-
vamente como una relación entre los hombres y mujeres, sino como el
modo en que estas relaciones se producen en el contexto de las circuns-
tancias históricas” (Segato 2018, 15). Puntualizar este concepto permite
a las autoridades verificar los estereotipos y prejuicios en las investiga-
ciones y procesos que son producto de la construcción social.
Destaca que la perspectiva de género debe aplicarse en todos los
casos, porque permite identificar, visibilizar y eliminar las relaciones
asimétricas, los prejuicios, los patrones y los estereotipos de género que
vulneran el goce y el ejercicio de los derechos de las mujeres, para lograr
que estas vivan libres de violencia por razones de género en las esferas
política, económica, social, cultural, civil o cualquier otra.
Asimismo, se debe señalar que la inclusión de la perspectiva de géne-
ro tiene que cumplir con los criterios no solo de legalidad, sino de justi-
cia (Niño 2019, 13), de modo que las instituciones del Estado frenen los
hechos moralmente arbitrarios. Esto porque, como apunta la Relatoría
Socorro Apreza Salgado

sobre los derechos de las mujeres de la Comisión Interamericana de


Derechos Humanos (cidh),

la prohibición legislativa de toda forma de violencia y discriminación


contra las mujeres, las niñas y las adolescentes es imprescindible, pero
no suficiente por sí sola. Por consiguiente, es necesario adoptar un marco
legislativo y políticas públicas integrales, multisectoriales y multifacéti-
cas con perspectiva de género, que visibilicen el desequilibrio estructural
que enfrentan las mujeres en el goce de sus derechos, con el objetivo de
tomar medidas de prevención, protección y restitución de sus derechos
(cidh 2019, 9).

Además, en la procuración y administración de justicia se requiere


que la investigación y el proceso se realicen con perspectiva de género.
Asimismo, es necesario, junto con el enfoque de género, aplicar los en-
foques de derechos humanos e interculturalidad. El que corresponde a
los derechos humanos sirve de herramienta para identificar y analizar
las desigualdades y, de esa forma, corregir las prácticas de carácter dis-
criminatorio y las injustas relaciones de poder (onu 2012, 21). Por su
parte, el enfoque de interculturalidad

va orientado al reconocimiento de la coexistencia de diversidades cul-


turales en las sociedades actuales, las cuales deben convivir con una
base de respeto hacia sus diferentes cosmovisiones, derechos humanos
y derechos como pueblos (onu 2012, 24).

Así, los enfoques de igualdad de género, de derechos humanos y de


interculturalidad contribuyen a garantizar la justicia y a fortalecer el
sistema democrático.
A continuación, se examinará si los conceptos de perspectiva de gé-
nero y enfoque de género son diferentes o son una cuestión de gradua-
ción, y si es posible utilizarlos como sinónimos. En caso de ser positiva
la respuesta, se apuntará qué ámbitos se recomienda utilizar para
cada uno y en qué casos no utilizarlos como sinónimos, a fin de evi-
tar que la persona juzgadora tenga que interpretar el alcance de estos
conceptos.

20
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

Perspectiva de género y enfoque de género


Es momento de ver qué es y cómo debe llamarse —si perspectiva de
género o enfoque de género— en la doctrina científica y en los están-
dares internacionales. Inicialmente, se puede afirmar que se encuentra
en proceso.
Se comienza por observar que, en algunas ocasiones, al hablar de
perspectiva de género y enfoque de género los diferentes actores no
se refieren a lo mismo. Esto puede deberse a la idea de que el enfoque
de género no existe de manera cerrada, sino que está siendo consti-
tuido de forma dinámica, flotante, incluso dialéctica.
En la doctrina científica, Niño señala que, una vez justificado un
modelo de justicia que implica la revisión de los problemas de las mu-
jeres —niñas y adolescentes— de manera diferenciada, la perspectiva de
género requiere de un método para la aplicación específica en los casos
en concreto, que es el enfoque (Niño 2019, 18).
El método, como sostiene Niño, debe reunir como mínimo seis
elementos:

1) El acceso a la justicia de manera igual. Las juezas y los jueces deben


ser conscientes de los estereotipos y de los roles asignados que ponen
a la mujer en desventaja para poder tomar decisiones que no impli-
quen vulneraciones a los derechos de las mujeres.
2) Identificar categorías sospechosas. Es decir, criterios no taxativos que
se utilizan en las relaciones de las personas, tales como raza, sexo y
nacionalidad, para garantizar privilegios a un sector de la población
en detrimento de otro sector.
3) Aplicación de fuentes internacionales. La persona juzgadora debe
conocer y aplicar todos los instrumentos internacionales que defien-
dan y promuevan los derechos de las mujeres.
4) Pruebas, testimonios y expertos. El testimonio de la víctima debe ser
recolectado por personal experto que maneje de manera diferencial
el enfoque de género.
5) Debida diligencia. La necesidad de introducir mecanismos específi-
cos e instituciones.
6) Reparar de manera proporcional el daño. Es importante la repara-
ción del daño moral y material, como la sanción penal, disciplinaria,

21
Socorro Apreza Salgado

laboral y de carácter económico, además de la declaración de nuevas


formas simbólicas de reparación (Niño 2019, 20-2).

También hay posturas que no distinguen entre estos conceptos, como


el caso de Soledad García, quien utiliza el concepto de perspectiva de
género e incluye en este el método para actuar en esa realidad, sin ceñir-
se solo a una perspectiva teórico-metodológica para conocer y mirar la
realidad (García 2004, 76), no obstante que quien aquí suscribe tiene
la idea de que existen diferentes perspectivas de género y no solo una.
Por otro lado, en los estándares internacionales, la Relatoría sobre los
Derechos de las Mujeres de la cidh utiliza los conceptos de perspectiva
de género y enfoque de género como sinónimos sin precisar su distin-
ción. Así, emplea enfoque de género cuando insta a los estados a diseñar
estrategias para hacer frente a la problemática de estereotipos y patrones
socioculturales discriminatorios asociados con la violencia y la domina-
ción masculina: promoviendo masculinidades positivas, erradicando
los valores culturales machistas, junto con la contemplación de acciones
dirigidas a modificar el modo como se relacionan entre sí las niñas, los
niños y las y los adolescentes, así como a sensibilizar a las madres y
los padres, al personal educativo, a las cuidadoras y los cuidadores y a
la sociedad en general acerca del tema (cidh 2019, 20-1).
Aunado a lo anterior, define la perspectiva de género como un enfo-
que que “visibiliza§ la posición de desigualdad y subordinación estructural de
las mujeres y niñas [adolescentes] frente a los hombres debido a su género y es
una herramienta clave para combatir§ la discriminación y la violencia contra
las mujeres” (cidh 2019, 21), [niñas y adolescentes], de conformidad con
los estándares interamericanos en la materia. Adicionalmente, entendida
desde una visión amplia, la perspectiva de género es una herramienta
clave para combatir la discriminación y la violencia contra las personas
con orientaciones sexuales e identidades de género diversas.
Así, la Relatoría utiliza el concepto de enfoque de género sin precisar
expresamente que es un método, como lo hace Niño, sino que lo usa
como sinónimo de perspectiva de género, es decir, como un enfoque
para visibilizar la desigualdad y la subordinación estructural de las

§
Énfasis añadido.

22
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

mujeres, las adolescentes y las niñas frente a los hombres, que además
es una herramienta para combatir la discriminación y la violencia con-
tra ellas. Por tanto, utiliza como sinónimos los conceptos perspectiva de
género y enfoque de género.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (onu) emplea
el concepto de enfoque de igualdad de género. No obstante, al definirlo,
su contenido es similar al concepto de perspectiva de género abordado
por la Relatoría, al plantear que está orientado a observar, estudiar y
transformar las diferencias culturales, económicas y políticas en construc-
ción de la condición y posición de mujeres, hombres, niñas y niños, que
generan desigualdades y se expresan en situaciones de discriminación y
exclusión social (onu 2012, 23).
En el mismo tenor que la Relatoría, la Corte Interamericana de Dere-
chos Humanos (Corte idh),4 en el caso González y otras (Campo Algo-
donero) vs. México, usa enfoque de género en el parágrafo 61, y enfoque de
género y perspectiva de género en los resolutivos 12, inciso ii, 18 y 22 (Corte
idh 2009a). También utiliza indistintamente los términos perspectiva de
género y enfoque de género en el caso Velázquez Paiz y otros vs. Guatema-
la; enfoque de género en los parágrafos 197 y 198, y perspectiva de género
en el párrafo 199 (Corte idh 2015). Asimismo, emplea solo el concepto
perspectiva de género en los siguientes casos: Favela Nova Brasilia vs.
Brasil, sentencia del 16 de febrero de 2017, en el párrafo 293; Masacre
de las Dos Erres vs. Guatemala, sentencia del 24 de noviembre de 2009,
párrafo 141; Véliz Franco vs. Guatemala, sentencia del 19 de mayo de
2014, párrafos 216 y 251, entre otros.
En este contexto, todo indica que en la doctrina científica no hay un
criterio unívoco; incluso son pocas personas las que realizan una distin-
ción entre perspectiva de género y enfoque de género.
Ambos conceptos se usan de forma indistinta en los estándares in-
ternacionales —en la cidh, la Corte idh y la onu—, que es donde se
introduce el concepto de enfoque de género. Sin embargo, no se puede

4
Cabe mencionar que se utilizan los criterios de la Corte Interamericana de De-
rechos Humanos porque, como se recordará, desde la resolución del pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la contradicción de tesis 293/2011, estos
criterios son vinculantes para las juezas y los jueces del país.

23
Socorro Apreza Salgado

dejar de advertir que el uso indistinto de los conceptos de perspectiva


de género y enfoque de género por parte de la Relatoría de la cidh y
la Corte idh, ha servido, en la práctica, por un lado, para visibilizar la
posición de desigualdad y subordinación estructural de las mujeres,
adolescentes y niñas frente a los hombres debido a su género, y por el
otro, para combatir la discriminación y la violencia contra ellas, en la
que se ha utilizado un método.
En ese sentido, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (scjn),
señala que la Corte idh

Ha utilizado ese método de análisis para identificar de qué forma im-


pacta el género en la controversia: (i) al estudiar el contexto; (ii) en la
apreciación de los hechos; (iii) en la valoración de pruebas; (iv) en
la verificación de las previsiones adoptadas durante la investigación de
delitos que comprenden hechos violentos contra mujeres y niñas; (v) en
la identificación de distintos niveles de discriminación por condiciones
de identidad adicionales al género (interseccionalidad); (vi) en la identi-
ficación de estereotipos, prejuicios, prácticas y roles de género; y (vii) en
la determinación de medidas de reparación (scjn 2020, 103).

En la práctica judicial en México, la scjn, por ejemplo, utiliza el con-


cepto de perspectiva de género. En este sentido, se observa de forma
profunda y amplia el dinamismo de esta concepción.
Visto así, quien suscribe considera que tanto en el país como en este
texto es pertinente manejar el concepto de perspectiva de género siem-
pre que incluya un método, así como apuntar que existe en sí mismo
—enfoque de género— y no es solo una mirada o miradas, especial-
mente para evitar que las juezas y los jueces sean quienes tengan que
realizar la interpretación.
Es necesario destacar que en el caso Velázquez Paiz, entre otros,
la Corte idh ha declarado que la aplicación del enfoque de género en
los casos de violencia contra las mujeres es una obligación del Estado
(Corte idh 2015, párrafo 200).
Una vez delimitada la importancia y los alcances del concepto de
perspectiva de género, junto con el de enfoque de género, y cómo
es posible su utilización indistinta, es momento de definir el concepto de
violencia política en razón de género, que es uno de los supuestos con
el que la perspectiva de género permite visibilizar, estudiar y transfor-
mar dicha violencia en la realidad mexicana.

24
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

Definición del concepto de violencia política


Parece evidente qué es la violencia política contra las mujeres en razón
de género; sin embargo, en otros contextos, se han suscitado diversas
discusiones respecto a cómo llamarla, por ejemplo, en Perú.5 En la deli-
mitación de qué es, el marco normativo internacional y nacional, junto
con la jurisprudencia, han tenido un papel relevante.
Inicialmente, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancio-
nar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (Convención Belém Do
Pará) establece en el artículo 6, desde 1994, los supuestos necesarios
para garantizar el derecho a una vida libre de violencia, que después se
incluyó con énfasis en la vida política, en el artículo 4 de la Ley Modelo
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
las Mujeres en la Vida Política, como sigue:

1) El derecho a ser libre de toda discriminación en el ejercicio de sus


derechos políticos.
2) El derecho a vivir libre de patrones estereotipados de comportamien-
to y de prácticas políticas, sociales y culturales basadas en conceptos
de inferioridad o subordinación (oea 2017, 27).

Uno de los acuerdos regionales más importantes lo constituye la Ley


Modelo, instituida con el objeto de garantizar la concordancia de la Con-
vención Bélem Do Pará y los marcos nacionales para atender, sancionar
y erradicar la violencia política en razón de género (oea 2020b, 29).
La Ley Modelo, en su artículo 3, define la violencia política como

cualquier acción, conducta u omisión, realizada de forma directa o a través


de terceros que, basada en su género, cause daño o sufrimiento a una o varias
mujeres, y que tenga por objeto menoscabar o anular el reconocimiento, goce
o ejercicio de sus derechos políticos (oea 2017, 26).§

5
Véase Krook (2017, 60).
§
Énfasis añadido.

25
Socorro Apreza Salgado

En el ámbito nacional, un primer antecedente fue el Protocolo para


Atender la Violencia Política contra las Mujeres, de 2016, que define la
vpcmrg de forma similar a la Ley Modelo, además de incluir los diver-
sos tipos de violencia: simbólica, verbal, patrimonial, económica, psico-
lógica, física y sexual.
Al Protocolo le siguió el Decreto por el que se reforman y adicionan
diversas disposiciones, entre ellas la Ley General de Acceso de las Muje-
res a una Vida Libre de Violencia, publicado el 13 de abril de 2020 y que
define la violencia política, en su artículo 20 bis, capítulo IV. “Violencia
política”,6 como:

toda acción u omisión, incluida la tolerancia, basada en elementos de género


y ejercida dentro de la esfera pública o privada, que tenga por objeto o
resultado limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos
políticos y electorales de una o varias mujeres, el acceso al pleno ejercicio
de las atribuciones inherentes a su cargo, labor o actividad, el libre desarrollo de
la función pública, la toma de decisiones, la libertad de organización, así
como el acceso y ejercicio a las prerrogativas, tratándose de precandida-
turas, candidaturas, funciones o cargos públicos del mismo tipo.
Se entenderá que las acciones u omisiones se basan en elementos de
género, cuando se dirijan a una mujer por su condición de mujer; le afec-
ten desproporcionadamente o tengan un impacto diferenciado en ella.§

De las dos definiciones precedentes, la establecida en la Ley General


de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia es más exhaus-
tiva, pues aborda contra qué acciones procede el objeto de la violencia
y contra quién se ejerce. Asimismo, en su artículo 20 bis, tercer párrafo,
se dispone un catálogo de quiénes ejercen la violencia política: agentes
estatales, superiores jerárquicos, colegas de trabajo, personas dirigentes
de partidos políticos, militantes, simpatizantes, precandidatas, precan-
didatos, candidatas o candidatos postulados por los partidos políticos o

6
Cabe mencionar que, a partir de la reforma del 3 de abril de 2020, la Ley General de
Instituciones y Procedimientos Electorales, artículo 3, numeral 1, inciso k, dispone
en los mismos términos la definición de violencia política contra las mujeres en
razón de género, al igual que la Ley General en Materia de Delitos Electorales lo
establece en su artículo 3, fracción XV.
§
Énfasis añadido.

26
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

representantes de estos; medios de comunicación y sus integrantes, un


particular o un grupo de personas particulares.
Igualmente, se prevé contra quién se ejerce la violencia política: una
o varias mujeres. Y se aprecia en los supuestos que alude “al ejercicio de
un cargo público (en el sentido más amplio), dentro o fuera del proceso
electoral” (Enríquez 2021, 289).
De acuerdo con lo expuesto, se puede afirmar que la definición de
violencia política contra las mujeres en razón de género ha tenido un
desarrollo progresivo, al que no estaría de más añadir, entre los su-
puestos de contra quién se ejerce la violencia política, el supuesto: en
contra de su familia —a través del secuestro de familiares—, como lo
prevé la Ley para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en
Ecuador (oea 2020b, 26) y el Protocolo Modelo para Partidos Políticos
(oea 2019, 11), principalmente porque las formas de vpcmrg son cada
vez más soterradas.
El orden en que se abordan los conceptos de enfoque de género y
violencia política contra las mujeres en razón de género y justicia no es
arbitrario, sino que responde al hecho de que, en la medida en que las
juezas y los jueces utilicen un enfoque de género, frenarán la vpcmrg y
con ello garantizarán la justicia, concepto que se aborda en el siguiente
apartado.

Definición de justicia
La historia de la filosofía demuestra que la justicia es una categoría
abierta e indefinible, porque existe la persistente imposibilidad de fi-
jar una serie de criterios universales y eternos que puedan proveer de
infalibilidad objetiva a los procesos de impartición de justicia en cada
caso particular. Tal incapacidad ha quedado manifiesta en los debates
que respecto a la justicia se han realizado desde Platón hasta Kelsen
(2001, 4-5). Sin embargo, se considera que las reflexiones de Jacques
Rancière (1996) pueden brindar elementos para pensar las luchas
sociales contemporáneas desde una concepción de justicia transhistó-
rica, crítica y plural.
Para Rancière, el campo de lo político está definido por una in-
completitud fundacional, en la que la construcción de un logos como

27
Socorro Apreza Salgado

horizonte de sentido común de la realidad política implica necesaria-


mente la exclusión y marginación de determinados grupos frente a ese
logos. Para Rancière, el movimiento político por excelencia —y la esencia
de la democracia como tal— se hace presente en la dialéctica entre el
demos —constituido por aquellos excluidos de la razón de Estado— y
el logos —horizonte hegemónico de razón que normaliza e invisibiliza
la violencia ejercida contra el demos— (Rancière 1996, 85). Asimismo, lo
político existe porque “quienes no tienen derecho a ser contados como
seres parlantes se hacen contar entre estos” (Rancière 1996, 42), y el
movimiento de lo político es la contradicción entre dos mundos: “En el
que son y en el que no son” (Rancière 1996, 42).
La deliberación de Rancière lleva a considerar las sociedades desde
su incompletitud7 y como campos en disputa. El principio de incomple-
titud, de inicio, implica que ninguna sociedad posee en sus concepciones
hegemónicas los elementos epistemológicos suficientes para dar cuenta
de todos los fenómenos y formas de violencia que ocurren en su seno.
Los significantes hegemónicos de una sociedad siempre son reduccio-
nistas frente a la pluralidad de actores y luchas en que se disputa la
construcción de nuevos significados sociales, por lo cual la historia de
las sociedades es producto de un diálogo de saberes, en el que se cues-
tionan los fundamentos de la realidad social.
Desde los referentes abordados, el movimiento por el cual la reali-
dad social se confronta con el límite de su incompletitud para abrir paso
a los procesos de construcción de nuevos discursos y mundos posibles,
en los que los actores excluidos cobren voz, es el de la justicia. Por
ello, de acuerdo con las ideas de Rancière, existirá justicia cuando se
disuelva la exclusión de las desventajadas y los desventajados, es de-
cir, cuando este otro diga y sea visible, para poder tomar parte de la
democracia, en la que no solo exista un reconocimiento, sino que tam-
bién incluya los derechos humanos (Santiago 2009, 270-2). Precisamen-
te el movimiento por la democracia sería un desafío a esta injusticia

7
En este sentido apunta, por ejemplo, a la concepción de incompletitud cultural
desarrollada por Boaventura de Sousa Santos, señalada como condición para el
diálogo en la hermenéutica diatópica. Véase Santos (2010, 84).

28
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

constitutiva; por lo tanto, el momento de la disolución de esta exclusión,


el cese de la violencia y la discriminación constituyen un momento de
justicia. La justicia es crítica porque su movimiento es radical, apunta a
la transformación de las bases materiales y simbólicas de las relaciones
de dominación. Es plural porque es un proceso de democratización de
la verdad, en el que lo que se ostenta como diferente obtiene la voz para
determinar su realidad concreta. Finalmente, es transhistórica porque
se presenta en cada etapa de la historia, pero como forma abstracta que
adquiere los significados de las luchas particulares de cada sociedad y
momento histórico concreto.
La definición de justicia de Rancière está vinculada con las teorías de
la democracia radical que conciben la democratización como un proceso
abierto e inacabado, en el que la construcción de lo común se vuelve un
principio de todas las dimensiones de la expresión humana. Para el filó-
sofo francés “la emancipación política no consiste en las constituciones,
las leyes, los modos de gobierno, sino que es la creación de una especie
de mundo común, que es además un mundo de la capacidad común”
(Rancière 2007). En este sentido, la construcción de lo común debe tomar
no solo los espacios explícitamente políticos y jurídicos, sino también
las dimensiones económica, financiera, cultural, simbólica, existencial,
estética, corporal y digital.
Así, en la medida en que todas las personas actoras apliquen el en-
foque de género para frenar y erradicar la violencia política en razón
de género, habrá justicia. De modo que cuando las mujeres participan
o denuncian la violencia política en razón de género, son visibles para
ser parte de la democracia y frenar la exclusión.
Hasta aquí se cuenta con los elementos conceptuales que permiti-
rán verificar la aplicación o inaplicación de la perspectiva de género y
el enfoque de género en la sentencia de la Sala Regional Especializada
del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (tepjf) para
lograr o no la justicia.
En la narración de la historia, es momento de examinar cuál ha sido
la respuesta en el marco normativo para frenar y erradicar la vpcmrg,
porque ello permitirá conocer cuál es el margen de maniobra en la toma
de la palabra.

29
Antecedentes en el ámbito nacional e
internacional sobre la violencia política
contra las mujeres en razón de género

A continuación, se realizará un breve repaso del esquema de protec-


ción específico frente a la violencia política contra las mujeres en razón
de género en los ámbitos nacional e internacional. Su existencia res-
ponde a las movilizaciones de mujeres a lo largo de la historia y a la
existencia de voluntad política para nombrar un problema multifocal
que no es nuevo.
Entre los retos se encuentra el número reducido de casos en los que
se presentan denuncias y son sancionados, como se mencionó en la in-
troducción de este trabajo. Sin embargo, “cada vez más mujeres políticas
reconocen la existencia de este problema” (Krook 2017, 61) y su impacto,
sin que ello implique necesariamente reconocer que sufren o han sufrido
violencia.
Sin duda alguna, es indispensable que las mujeres que participan
en la política hablen explícitamente y denuncien las experiencias de
violencia política en razón de género que han sufrido, porque nom-
brar un fenómeno puede tener importantes efectos que empoderan a
las personas —con el objeto de incluir a las actoras colectivas— y “les
ayudan a entender mejor sus propias experiencias y crear conciencia en
la sociedad respecto a las dinámicas que son injustas” (Krook 2017, 59).
Al nombrar el fenómeno de la violencia política contra las mujeres
en razón de género, el marco normativo existente en México constituye
un paso importante para asegurar el disfrute de los derechos humanos
de las mujeres.

Ámbito nacional
Algunos aspectos del desarrollo normativo, como la definición del con-
cepto de violencia política contra las mujeres en razón de género, se
Socorro Apreza Salgado

abordaron en el apartado “Marco conceptual”. No obstante, falta men-


cionar qué se busca lograr con la normativa nacional e internacional,
junto con los aspectos relevantes a la lucha contra esta modalidad de
violencia. De entrada, el marco existente es un paso que dota a las muje-
res de “las palabras para describir sus experiencias y las ha motivado a
abordar este problema” (Krook 2016, 479); incluso, son ellas las que tam-
bién generaron esta normativa entre una pluralidad de actoras y actores.
En ese andar, como se indicó, una de las primeras respuestas es la
elaboración del Protocolo para Atender la Violencia Política contra las Mu-
jeres en Razón de Género, en 2016. Su creación tiene especial relevancia
en la medida en que incluye entre los tipos de violencia la simbólica. Al
respecto, existe una gran resistencia para incluirla en el marco normativo
y todavía más para valorarla por parte de las juezas y los jueces en las
denuncias presentadas. Esta modalidad visibiliza violencias que se

encuentran enclavadas en la cultura, y son particularmente poderosas,


puesto que se ven y se sienten correctas, consiguiendo que las víctimas
sean con mucha frecuencia cómplices de estos actos, en lugar de verlos
como una dominación (Krook 2017, 56).

En ese contexto, la violencia simbólica contra las mujeres en razón


de género, en la política,

busca deslegitimarlas por medio del uso de estereotipos de género que


niegan su competencia y visibilidad en la esfera política. Estos comporta-
mientos van más allá de la crítica […] en los medios de comunicación, o
de comportamientos groseros normales por parte de colegas y opositores
(Krook 2017, 56).

El problema no es menor, porque quien aquí suscribe coincide con


Krook que “puede ser más poderosa que la violencia física justamente
porque son formas de disciplinamiento que están fijas en la cultura, lo
que las hace sutiles, indirectas, invisibles” (Krook 2017, 58), en algunos
casos para las víctimas, las juezas y los jueces y la sociedad.
Aunado al Protocolo, un paso decisivo, en el sentido integral, lo
constituye el decreto del 13 de abril de 2020, que establece la reforma
de ocho leyes generales con la finalidad de prevenir, erradicar, atender
y sancionar la vpcmrg:

32
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

1) Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia


(lgamvlv).
2) Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (lgipe).
3) Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Elec-
toral (lgsmime).
4) Ley General de Partidos Políticos (lgpp).
5) Ley General en Materia de Delitos Electorales (lgmde).
6) Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República (lofgr).
7) Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación (lopjf).
8) Ley General de Responsabilidades Administrativas (lgra).

En la reforma de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida


Libre de Violencia se incluye la definición de vpcmrg, en su artículo 20
bis, capítulo IV, que —como se mencionó en el apartado “Marco concep-
tual”— es más exhaustiva que la contenida en el Protocolo y en la Ley
Modelo. Igualmente, en el artículo 20 ter, se establecen las conductas
que constituyen vpcmrg.
La segunda reforma es la realizada a la lgipe, en la que se adicio-
na al artículo 3, numeral 1, inciso k, la definición de violencia política.
Además de reconocer

entre sus atribuciones el garantizar que los derechos políticos electorales


se ejerzan libres de vpcmrg; dota de carácter permanente a la Comisión
de Igualdad de Género y no discriminación; establece que las leyes elec-
torales deberán regular el procedimiento especial sancionador para los
casos de vpcmrg (2021, 11).

La tercera reforma es a la lgsmime, en la que se adiciona el inciso h


al numeral 1, del artículo 80, para incluir que el juicio puede ser pro-
movido por una ciudadana o un ciudadano cuando considere que se
actualiza algún supuesto de vpcmrg.
La cuarta reforma modifica la lgpp, en la que se añade, en el numeral
1, el inciso t del artículo 25, que dispone, entre las obligaciones de los
partidos políticos, garantizar a las mujeres el ejercicio de sus derechos
político-electorales libres de violencia política, en los términos de la
lgamvlv. Igualmente, en el mismo numeral, se agrega el inciso u, que es-
tablece sancionar, por medio de mecanismos y procedimientos internos

33
Socorro Apreza Salgado

con los que cuente, todo lo relacionado con la vpcmrg. Además, en el


numeral 1, se adiciona el inciso g, del artículo 37, en el que se dispone
que los partidos establezcan mecanismos de sanción aplicables a quien
o quienes ejerzan vpcmrg, de acuerdo con lo estipulado en la lgipe y
en la lgamvlv. Al mismo tiempo, en el numeral 1, en el inciso g del
artículo 39, se incluye la implementación de los mecanismos que garan-
ticen la prevención, la atención y la sanción de la vpcmrg.
La quinta reforma es a la lgmde, en la que se incorpora la fracción
XV, del artículo 3, que prevé la definición de vpcmrg, y además la adi-
ción, en el artículo 20 bis, que establece los supuestos de quién comete
el delito de violencia política contra las mujeres en razón de género.
La sexta ley reformada es la lofgr, que en su artículo 32 prevé crear
la Base Estadística Nacional de Violencia Política contra las Mujeres en
Razón de Género, junto con la posibilidad de que la o el fiscal pueda
crear comisiones especiales, de carácter temporal, para colaborar en in-
vestigaciones de vpcmrg.
Por su parte, la reforma a la lopjf prevé medidas relacionadas con
la paridad de género.
La última reforma es la efectuada a la lgra, que prevé que incurrirá
en abuso de funciones la persona servidora pública que se valga de sus
atribuciones o de un tercero para realizar alguna de las conductas que
constituyen vpcmrg, dispuestas en el artículo 20 ter de la lgamvlv.
Quien aquí suscribe coincide con Laura Correa en que la reforma
representa

un hito a nivel normativo, considerando criterios integrales y vincu-


lantes de cada una de las instancias electorales federal y locales, de los
órganos jurisdiccionales electorales, autoridades administrativas y de
los partidos políticos que deberán acatar [su cumplimiento] (Correa
2021, 10).

Sin embargo, los retos están en la implementación que conlleve a la


transformación de las cuestiones culturales que reproducen estereotipos
y violencias que atraviesan los cuerpos de las mujeres.
Con la reforma de junio de 2011, los tratados internacionales ratifi-
cados por México son parte del derecho interno; de ahí la necesidad de
exponer los estándares internacionales, que además se gestaron antes

34
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

que las reformas específicas en materia de violencia política contra


las mujeres en razón de género.

Ámbito internacional
No cabe duda de que la respuesta en el ámbito internacional ha sido un
motor de impulso en la reivindicación de los derechos humanos de las
mujeres. Dos instrumentos son un parteaguas en el ejercicio de sus dere-
chos humanos: la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación Contra la Mujer (cedaw, por sus siglas en inglés) de
1979 y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erra-
dicar la Violencia contra la Mujer (Convención Belém do Pará) de 1994.
Entre los aportes significativos de la cedaw está la definición de
discriminación contenida en el artículo 1, de la que cabe destacar tres
contribuciones

a) La discriminación contra las mujeres es cualquier tipo de desigualdad


o impedimento que no permita a las mujeres, por ser mujeres, desa-
rrollarse plenamente en la sociedad.
b) La discriminación puede ocurrir en forma directa o indirecta. Como
se apunta en el Proyecto de Recomendación General 28, se entiende
por discriminación directa contra la mujer la que supone un trato
diferente fundado explícitamente en las diferencias de sexo y género.
La discriminación indirecta tiene lugar cuando la ley, una política, un
programa o una práctica parece ser neutra por cuanto se refiere a los
hombres y mujeres, pero en la práctica tiene un efecto discriminato-
rio contra la mujer porque las desigualdades preexistentes no se han
tenido en cuenta en la medida.
c) La discriminación puede suceder en distintos campos: político, eco-
nómico, social, cultural, civil y en cualquier otro (Apreza 2017, 148).

Otra contribución relevante es el planteamiento del Comité de la


cedaw, en el proyecto de recomendación general No. 28, que establece
la violencia de género como una forma de discriminación:

La violencia por motivos de género, es decir la violencia dirigida contra


una mujer por ser [por el hecho de serlo] o la violencia que afecta a la
mujer de forma desproporcionada es una forma de discriminación que in-
hibe seriamente la capacidad de la mujer de gozar y ejercer sus derechos

35
Socorro Apreza Salgado

humanos y libertades fundamentales en pie de igualdad con el hom-


bre. Abarca […], o la violencia perpetrada o condonada por el Estado
(onu 2010, parágrafo 19).§

Este vínculo entre violencia y discriminación se visualiza con cla-


ridad en el caso de la vpcmrg, desde el momento en que la violencia
fomenta que permanezcan los roles que producen la desigualdad entre
mujeres y hombres, dentro de ellas y ellos. De ahí que, para frenar la
desigualdad, se requieren ejercicios “libres de discriminación y violencia
contra las mujeres en todos los niveles y espacios de la vida política”
(oea 2015, 8).
Por otra parte, en la Convención Belém do Pará también se esta-
blece la vinculación entre los conceptos de discriminación y violencia,
así como que la violencia contra la mujer es una ofensa a la dignidad
humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre mujeres y hombres. Además, en su artículo 4, inci-
so j, prevé entre los derechos humanos de las mujeres, el derecho a tener
igualdad de acceso a las funciones públicas de su país y a participar en
los asuntos públicos, incluyendo la toma de decisiones. Simultáneamen-
te, se dispone en el artículo 8, inciso g, alentar a los medios de comuni-
cación a elaborar directrices adecuadas de difusión que contribuyan a
erradicar la violencia contra la mujer en todas sus formas; resoluciones
similares se desarrollan en los dos siguientes instrumentos regionales.
El primer instrumento regional específico en materia política consiste
en la Declaración sobre la Violencia y el Acoso Políticos contra las Mu-
jeres, que destaca que la violencia y el acoso políticos contra las mujeres
impiden que se les reconozca como sujetos políticos, lo que se traduce
en un desaliento al ejercicio y la continuación de sus carreras políticas.
Por ello, la utilización de la violencia simbólica como instrumento de
discusión política afecta gravemente al ejercicio de los derechos políticos
de las mujeres. Es especialmente grave cuando la violencia y el acoso
político contra las mujeres son perpetrados por autoridades públicas. Al
mismo tiempo, esto alienta a los medios de comunicación tradicionales

§
Énfasis añadido.

36
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

y a las redes sociales a que se elaboren códigos de ética que incluyan


el tema de la violencia, el acoso político y la discriminación contra
las mujeres (oea 2015). Este último aspecto es uno de los derechos de las
audiencias que se establecen en el artículo 6 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos (cpeum), así como en el artículo 256
de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (lftr), el cual
se desarrollará en el siguiente epígrafe.
A un año de la Declaración sobre la Violencia y el Acoso Políticos
contra las Mujeres, se aprobó la Ley Modelo Interamericana para Pre-
venir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en la Vida
Política. Ambas establecen la necesidad de elaborar estadísticas en torno
a la vpcmrg, en tanto permitan conocer la magnitud y las características
para diseñar políticas en la materia. Lamentablemente, este aspecto si-
gue siendo una tarea pendiente en la política nacional, como se expone
a continuación.
A la par, la Ley Modelo establece como obligaciones de los partidos
políticos elaborar protocolos para prevenir, atender, sancionar y erradi-
car la violencia contra las mujeres (oea 2016, artículo 22). Esta medida
ya fue implementada en México por los siguientes institutos políticos:
Partido Verde Ecologista de México (pvem), Partido Acción Nacional
(pan), Partido Revolucionario Institucional (pri), Partido de la Revolu-
ción Democrática (prd), Morena, Movimiento Ciudadano (mc) y Partido
del Trabajo (pt). Los partidos en los que no se localizaron protocolos
son: Redes Sociales Progresistas, Partido Encuentro Solidario y Fuerza
por México.
En términos generales, todos los partidos políticos, en sus respecti-
vos protocolos, disponen de la definición del concepto de vpcmrg y de
medidas de sensibilización al respecto, pero no determinan sanciones
para estos casos, únicamente Morena, el prd, el pri y el pan; por su par-
te, el pvem solo dispone medidas de apoyo a las víctimas. Los partidos
tampoco incluyen en sus protocolos la elaboración de estadísticas de
los casos de vpcmrg; solo lo hacen el prd —que prevé un registro de los
casos de vpcmrg—, Movimiento Ciudadano y el pt —quienes plantean
la obligación de guardar la información acerca de vpcmrg—. Por otra
parte, el pvem, el pri, el pan y Morena no establecen la obligación de
elaborar estadísticas, tal como se observa en la figura 1.

37
Socorro Apreza Salgado

Figura 1. Protocolos para prevenir, erradicar y sancionar la


violencia política contra las mujeres en razón de género

Nota: vpcmrg, violencia política contra las mujeres en razón de género; Morena; pan,
Partido Acción Nacional; pri, Partido Revolucionario Institucional; prd, Partido de
la Revolución Democrática; pvem, Partido Verde Ecologista de México; pes, Partido
Encuentro Solidario; rsp, Redes Sociales Progresistas; FxM, Fuerza por México; mc,
Movimiento Ciudadano, y pt, Partido del Trabajo.
Fuente: Elaboración propia con base en los protocolos de cada partido político.

Otro reto es la elaboración de la Base Estadística Nacional de Violen-


cia Política Contra las Mujeres en Razón de Género por parte de la Fisca-
lía General de la República. Esto es grave, en la medida en que incumple
con la obligación de producir o capturar información que, como señala
la cidh, es competencia del Estado producir informaciones estadísticas
desagregadas por colectivos vulnerables para que este pueda brindar
atención prioritaria a dichos sectores, lo cual es contrario a lo dispuesto
en la Ley Modelo y en la Declaración sobre la Violencia y el Acoso Po-
líticos contra las Mujeres.
Así, junto a la implementación de las medidas, es necesario que las
mujeres se articulen en el ámbito político en clave de sororidad, para
frenar que “las mismas continúen desarrollando el trabajo de base y
gestión para que los hombres sigan en el poder” (Enríquez 2021, 289).
Al mismo tiempo, se requiere que el Estado actúe sin dilaciones, que la
ciudadanía intervenga para desactivar y eliminar el consenso social que
naturaliza la violencia, que se nombre al sujeto activo de la violencia y
que toda expresión de violencia tenga consecuencias para quienes la
ejercen (Enríquez 2021, 293-4).

38
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

Cabe mencionar que los estándares internacionales impulsan y


fortalecen el desarrollo normativo interno en materia de vpcmrg.
Una situación diferente se constata en el área de los medios de comu-
nicación, pues las medidas fueron incluidas antes que en el ámbito
internacional, desde 2014 —en el artículo 256 de la lftr, relativo a los
derechos de las audiencias—, como se expone en la siguiente sección.
No obstante, es importante señalar que en el ámbito internacional
tiene un mayor desarrollo.
En consecuencia, a un año y ocho meses de la reforma siguen exis-
tiendo grandes retos en la instrumentación de medidas por parte de
todos los actores para deconstruir las construcciones socioculturales que
reproducen los estereotipos y los roles de género.
En este breve repaso acerca de cómo surgió la necesidad de crear un
esquema de protección específico de la violencia política contra las mu-
jeres en razón de género, se pretende comprender cómo se introduce la
perspectiva de género en el marco interno del ámbito político y cómo se
fortalece con el marco internacional. Sin embargo, este estudio no abarca
la totalidad de los aspectos, por ejemplo, los retos en su aplicación.

39
Alcances de las libertades informativas
en el debate político

Libertades informativas como piedra angular


de la democracia
Es reiterada la jurisprudencia de la Corte idh en la que se establece
que la libertad de expresión y el derecho a la información son la piedra
angular de la democracia. Así, en el caso Perozo y otros, la Corte idh
declara que

la libertad de expresión particularmente en asuntos de interés público es


una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática.
No solo debe garantizarse en lo que respecta a la difusión de información
o ideas recibidas favorablemente o consideradas inofensivas e indiferen-
tes, sino también en lo que toca a las que resultan ingratas para el Estado
o cualquier sector de la población (Corte idh 2009, párrafo 116).

Las libertades informativas contribuyen a garantizar el derecho a


recibir información plural y veraz —artículo 6, segundo párrafo, de la
cpeum, que tiene por objeto hechos noticiosos— y la libertad de expre-
sión en sentido estricto —artículo 6, primer párrafo, de la cpeum— que
tiene por objeto ideas, opiniones y juicios de valor, materias primas para
despertar el interés y formas públicos, que hacen posible una participa-
ción libre de la ciudadanía y la formación libre de la opinión u opiniones
públicas, las cuales se generan de manera permanente y constituyen la
característica democrática por excelencia.
Al respecto, la Corte idh señala que

el control democrático a través de la opinión pública fomenta la transpa-


rencia de las actividades estatales y promueve la responsabilidad de los
funcionarios sobre su gestión pública. De ahí la mayor tolerancia frente
a las afirmaciones vertidas por los ciudadanos[as] en el ejercicio de dicho
control democrático (Caso Kimel 2008, párrafo 87).
Socorro Apreza Salgado

De tal modo, la formación de la opinión pública fomenta el acceso a


la información que permite el control de las actividades de los órganos
del Estado y la relación Estado-sociedad.
Tal como en el caso Kimel, se reitera que en los casos la Última ten-
tación de Cristo, Ivcher Bronstein y Ricardo Canese,

la arena del debate sobre temas de interés público, no solo se protege la


emisión de expresiones inofensivas o bien recibidas por la opinión pú-
blica [opiniones públicas], sino también la de aquellas que chocan, irritan
o inquietan a los funcionarios públicos o a un sector cualquiera de la
población (Caso Kimel 2008, párrafo 88).§

En este orden de consideraciones, no hay duda de que las libertades


informativas son un requisito sine qua non de las democracias, al igual
que la “eliminación de la violencia contra las mujeres en la vida política
es una condición esencial para la democracia y la gobernabilidad en el
hemisferio” (oea 2017, 14).
Por consiguiente, es importante verificar el papel de los medios de
comunicación como freno de las violencias contra las mujeres en ra-
zón de género, dado que son el instrumento por el cual se transmiten,
difunden y reciben las informaciones, opiniones o juicios de valor. En
principio, como destaca la Plataforma de Acción de Beijing, los medios
de comunicación han de suprimir las imágenes negativas y degradan-
tes de la mujer (onu Mujeres 1995, párrafo 236), y adoptar medidas
dirigidas a introducir la perspectiva de género en todas las cuestiones
de interés para las comunidades, los consumidores y la sociedad civil
(onu Mujeres 1995, párrafo 244, inciso c).

Papel de los medios de comunicación como freno de la


violencia política contra las mujeres en razón de género
Los medios de comunicación, las empresas publicitarias y las redes so-
ciales pueden tener un papel decisivo en la promoción de la igualdad

§
Énfasis añadido.

42
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

de género y en la perpetuación o modificación de los roles y estereo-


tipos de género. Por ello, los estándares internacionales destacan la
necesidad de alentar medidas dirigidas a las empresas informativas
para frenar y erradicar la violencia y los mecanismos de dominación
contra las mujeres, las niñas y las adolescentes.
El punto de encuentro entre los distintos tipos de empresas infor-
mativas es que difunden y transmiten información, y es la información
veraz y plural la que fomenta una ciudadanía libre, crítica y tolerante.
Más adelante se retomará el requisito de veracidad y la obligación de
los profesionales de asegurarla.
Por tanto, las medidas deben ir dirigidas a los medios de comunicación
y a todas las personas que difunden o transmiten información, en tanto
la invisibilización de las mujeres, las niñas y las adolescentes, o la repre-
sentación de los estereotipos de género, “contribuyen a la reafirmación
de la desigualdad mediante la reproducción de un sistema de creencias y
símbolos que las han desfavorecido [y desfavorecen]” (ift 2019, 4).
Al mismo tiempo,

es necesario entender que la publicidad es una narrativa que está pre-


sente en los medios de comunicación y que guarda una relación íntima
con las audiencias, ya que orienta sus decisiones de consumo e impactan
en la construcción identitaria individual y colectiva (ift 2019, 5).

Con base en lo anterior, todas las empresas informativas tienen que


comunicar con enfoques de género y derechos humanos, porque la ciu-
dadanía se encuentra frente al ejercicio de los derechos humanos relativo
a la libertad de expresión en sentido estricto y a la información veraz y
plural. Además, la radiodifusión es un servicio público que implica obli-
gaciones de interés público encaminadas a garantizar los derechos de las
audiencias (cpeum, artículo 6), aspecto que se desarrolla a continuación.

Ámbito nacional
En su artículo 6, apartado b, la cpeum prevé que la ley regulará los dere-
chos de las audiencias; por su parte, la lftr los desarrolla en su artículo
256, mientras que las fracciones VIII y IX establecen la materia de género
como un derecho de las audiencias, al garantizar la no discriminación en

43
Socorro Apreza Salgado

razón de género, que vincula a todos los medios de comunicación (Apre-


za 2018, 68). De esta manera, los medios de comunicación no pueden
difundir prejuicios ni estereotipos, además de que están prohibidas las
expresiones de odio. Igualmente, en el artículo 256, fracción X, segundo
párrafo, de la la lftr, se dispone que todos los medios de comunicación
deben tener un código de ética.
De la interpretación conjunta de los artículos 1 y 6, apartado b, frac-
ción III, de la cpeum,

se desprende la obligación de los medios de comunicación de difundir


información veraz y la prohibición de discriminar por cuestiones de sexo
o género, y por tanto, que fomenten o invisibilicen la violencia contra la
mujer, especialmente porque los estándares internacionales declaran que
la violencia es una forma de discriminación (Apreza 2015, 186).

Como se señaló hace algunos años (Apreza 2015, 186), la obligación


de los medios de comunicación, los profesionales de la información
y las personas en general, de sensibilizar acerca del sexismo y sus
manifestaciones, se desprende también del requisito de veracidad de
la información, concretamente, de acuerdo con los siguientes criterios
desarrollados, primero, por el Tribunal Constitucional Español y, des-
pués, con pequeños matices, por los tribunales colegiados de Circuito
y la scjn:

1) Que se priva de la garantía constitucional al emisor que actúe con


menosprecio de la veracidad o falsedad de lo comunicado, e incurre en
responsabilidad (tce 1988, foja 5; tesis I.3oC.607 C, 1779).
2) Que el ordenamiento constitucional mediante el requisito de vera-
cidad no presta tutela a la conducta que comunique como hechos
simples rumores o, peor aún, meras invenciones o insinuaciones in-
sidiosas (tce 1988, foja 5; tesis I.3oC.607 C, 1779).
3) La scjn señaló que la veracidad encierra una exigencia de que los
reportajes, las entrevistas y las notas periodísticas

vengan respaldados por un razonable ejercicio de investigación y


comprobación encaminado a determinar si lo que quiere difundir-
se tiene suficiente asiento en la realidad, el[la] informador[a] debe

44
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

mostrar de algún modo que ha respetado un cierto estándar de di-


ligencia en la comprobación del estatus de los hechos de los cuales
informa (tesis 1ª.CCXX/2009, 284).

Por tanto, del requisito de veracidad se desprende que las autorida-


des —con un mayor grado de exigencia—, el profesional de la informa-
ción y cualquier persona no pueden

fomentar una imagen de la mujer estereotipada, en tanto que identificar


y cuestionar las manifestaciones del sexismo van en la línea de auto-
ridades y profesionales de la información que investigan y contrastan
con datos objetivos, esto es que cumplen con el requisito de veracidad
(Apreza 2015, 187).

Junto con el desarrollo interno, es importante exponer las mejoras


de los estándares internacionales dirigidos a las empresas informati-
vas —concesiones de radiodifusión, empresas de publicidad y redes
sociales—.

Estándares internacionales
En la línea precedente, se insta en la Declaración sobre la Violencia y
el Acoso Políticos contra las Mujeres a que los estados alienten a los
medios de comunicación, las empresas publicitarias y las redes sociales
a elaborar e incluir en los códigos de ética el tema de la discriminación
contra las mujeres, así como la violencia y el acoso políticos que se
ejerce contra ellas. Se subraya la necesidad de presentar a las mujeres
de forma justa, respetuosa, amplia y variada, en todos los ámbitos je-
rárquicos y de responsabilidad, eliminando los estereotipos sexistas,
descalificadores e invisibilizadores de su protagonismo y liderazgo en
todos los espacios de toma de decisiones.
La Ley Modelo prevé en su artículo 27 que los medios de comuni-
cación deben tener directrices adecuadas de difusión que contribu-
yan a erradicar la violencia contra las mujeres en la vida política, evitar
toda expresión que las denigre con base en estereotipos de género y
asegurar el respeto a sus derechos políticos y a su reputación en la vida
política, además de condenar, por medio de sus códigos de ética, las

45
Socorro Apreza Salgado

conductas contrarias a estos lineamientos. De forma complementaria,


la Convención Belém Do Pará, desde 1994, dispone en su artículo 8,
apartado g, el respeto a la dignidad de mujeres.
Las medidas establecidas en los artículos 27 de la Ley Modelo y 8 de
la Convención Belém Do Pará son indispensables, ya que

los juicios continuos contra las mujeres en los medios de comunicación


—principales perpetradores de violencia simbólica que, basados en pre-
juicios y estereotipos, socavan la imagen de mujeres como líderes políti-
cas eficaces— (oea 2017, 13).

Es importante destacar que la violencia simbólica difundida en los


medios de comunicación puede provenir de periodistas, de funcionarios
o de ambos, y son ellos quienes transmiten prejuicios y estereotipos que
afectan gravemente los derechos políticos de las mujeres; en el caso de
la sentencia objeto de análisis, proviene de un servidor público.
A la par, es importante implementar medidas en los casos en que el
sujeto activo de la violencia política en razón de género sea un funcio-
nario y la ejerza a través de un medio de comunicación, hecho relevante
en el que se deberá analizar la difusión y el porcentaje de audiencia del
medio en cuestión.
Según se advierte del desarrollo normativo nacional y los estándares
internacionales, así como del derecho de las audiencias en materia de
género y del requisito de veracidad, se desprende que las autoridades,
los funcionarios, los profesionales de la información y todas las personas
que ejerzan los derechos de libertad de expresión en sentido estricto y el
derecho a la información tienen la obligación de no difundir prejuicios,
estereotipos ni discriminar a las mujeres en los medios de comunicación,
empresas de publicidad y redes sociales. Junto con ello, es importante
que las empresas informativas en sus códigos de ética prohíban la vio-
lencia simbólica que reproduce prejuicios y estereotipos, que socava la
dignidad y la imagen de las mujeres.
La prohibición en todos los códigos de ética de las empresas infor-
mativas se constituiría en un mecanismo complementario al derecho de
las audiencias —previsto en el artículo 256 de la lftr—, de modo que se
avance en involucrar a los medios de comunicación, a los profesionales
de la información y a las mujeres, porque quien aquí suscribe considera

46
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

que es necesaria, como sostiene Alda Facio, “la desarticulación del


discurso masculino, para rearticular el significado de nuestra experien-
cia como seres activamente involucrados en la construcción y decons-
trucción” (1992, 75-6). Asimismo, es indispensable que las instituciones y
dependencias involucradas dejen de pensar que la violencia contra las
mujeres es algo que solo nos afecta a nosotras, sino que “socava el entra-
mado de las relaciones que se construyen en la sociedad” (par 2010, 8).
Por lo tanto, es importante que, frente a la vulneración de los
derechos de las audiencias a la no discriminación de las mujeres y del
requisito de veracidad por los medios de comunicación —a saber, los
profesionales de la información— se acuda a la defensora o al defensor
de las audiencias para denunciar, de forma que se frene, desde la so-
ciedad, la banalización de la violencia contra las mujeres en razón de gé-
nero en los medios de informativos, porque, como sostienen J. Mantilla
y Rodrigo Uprimny “tan grave como la extensión de la violencia es que
esta tiende a ser banalizada e incluso invisibilizada, por la persistencia
de inaceptables estereotipos culturales” (2009, 119).
Una vez expuestos el marco conceptual, el desarrollo normativo en
el ámbito interno, los estándares internacionales en materia de vpcmrg,
así como el papel de los medios de comunicación, las empresas de pu-
blicidad y las redes sociales como freno a la banalización de la violencia
contra las mujeres en razón de género para evitar la extensión de la
misma, se tienen los elementos suficientes para verificar si se aplicó el
enfoque de género en la sentencia SRE-PSC-17/2020.

47
Aplicación del enfoque de género en la
sentencia del expediente SRE-PSC-17/2020

Antes de verificar la aplicación o no del enfoque de género en la senten-


cia del expediente SRE-PSC-17/2020, es importante señalar que

la integración del principio de igualdad en las resoluciones judiciales es


una obligación vinculante para jueces y juezas, que les exige que tengan
en cuenta permanentemente, este principio informador, como paráme-
tro principal […] en aquellas resoluciones en las que se comprometa el
derecho a la igualdad y no discriminación por razón de sexo (Poyatos
2019, 9).

Desde el ámbito normativo, se desprende la obligación vinculante


de todas las autoridades del Estado de aplicar el enfoque de género:

1) De la cpeum, los artículos 1, párrafo quinto, que prohíbe toda discri-


minación motivada por el género, y 4, que dispone que la mujer y el
hombre son iguales.
2) De la cedaw, el artículo 2, que establece que los estados parte con-
denan la discriminación contra la mujer en todas sus formas, y es-
pecialmente, el apartado c, que dispone la protección efectiva de la
mujer contra todo acto de discriminación; el apartado d, acerca de
la abstención de incurrir en toda acto o práctica de discriminación
contra la mujer, y el artículo 5, apartado a, que establece modificar
los patrones socioculturales con miras a modificar los prejuicios.
3) De la cadh, los artículos 1, numeral 1, y 24, que establecen que los
estados se comprometen a respetar los derechos humanos, entre ellos
la igualdad sin discriminación.
4) La Convención Belém do Pará establece, en el artículo 3, que la mujer
tiene derecho a vivir una vida libre de violencia; en el 4, que tiene de-
recho al goce, ejercicio y protección de todos los derechos humanos;
Socorro Apreza Salgado

en el 6, apartado a, el derecho a ser libre de toda discriminación,


y en el 7, apartado a, que los estados parte tienen la obligación de
abstenerse de cualquier acción o práctica de violencia contra la mujer
y velar por que las autoridades, funcionarios, personas e institucio-
nes cumplan con este deber.

En el ámbito práctico, la scjn también promueve, desde 2013, el Pro-


tocolo para Juzgar con Perspectiva de Género, y en la nueva versión de
2020 se recogen los avances de la doctrina jurisprudencial de la scjn
y los estándares internacionales de derechos humanos en materia de
género (scjn 2020, XVII).

Hechos del expediente SRE-PSC-17/2020


El caso particular es un procedimiento especial sancionador (pes) ante
la Sala Regional Especializada del tepjf, por las expresiones emitidas
en una entrevista difundida en la televisión y alojadas en las páginas de
internet y en la red social Facebook de dicho canal de televisión, por el
presunto infractor, el diputado federal José Ricardo Gallardo Cardona
—que se transcriben en el siguiente epígrafe—, contra Nydia Natalia
Castillo Vera, delegada del Organismo Intermunicipal Metropolitano de
Agua Potable, Alcantarillado, Saneamiento y Servicios Conexos de San
Luis Potosí por violencia política en razón de género.
El diputado federal José Ricardo Gallardo, presunto infractor, alegó
que los hechos denunciados no se encuentran relacionados con el ejer-
cicio de los derechos político-electorales de la promovente, motivo por
el cual se debían desechar.
Sin embargo, de acuerdo con la definición prevista en el artículo
3, inciso k, de la lgipe, es posible conocer asuntos cuando la violencia
política en razón de género sea dirigida para obstruir el acceso al pleno
ejercicio de las atribuciones inherentes al cargo, labor o actividad rela-
cionados con el libre desarrollo de la función pública. En este sentido,
el artículo 7, apartado b, de la cedaw; el artículo 4, apartado j, de la
Convención Belém do Pará, y el artículo 2, apartado b, de la Ley Modelo,
disponen que los estados tienen la obligación de eliminar la discrimina-
ción contra la mujer en la vida política y pública del país, y garantizar

50
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

a las mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a


ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos
los planos gubernamentales.
Precisamente, en el caso se alegó una posible obstrucción al libre de-
sarrollo de la función pública y, por tanto, la necesidad de hacer efectivo
el derecho de acceso a la justicia de las mujeres que buscan una vida
libre de violencia.
Respecto al alegato del presunto infractor, la Sala Especializada
declaró que ni la ley electoral ni los instrumentos internacionales dis-
tinguen la posibilidad de que la violencia política en razón de género
contra la mujer se limite a los cargos públicos emanados de la vía
electoral, sino, por el contrario, expresamente refiere el derecho de las
mujeres a ejercer las funciones en un ambiente libre de violencia y, por
tanto, su obstrucción debe calificarse como vpcmrg.
Ahora bien, no cualquier asunto en el que se alegue vpcmrg es tute-
lado según el régimen sancionador electoral. En el caso particular, la Sala
Especializada era competente para conocer la queja porque:

1) El medio por el que se difundieron las expresiones denunciadas fue


la televisión.
2) El sujeto infractor es un diputado federal que forma parte del catá-
logo de sujetos infractores.
3) Se advierte que cualquier mujer debe desempeñar las funciones pú-
blicas que tiene encomendadas de manera libre y, por ende, fuera de
cualquier acto de violencia o discriminación.

La Sala Especializada utilizó la metodología del Protocolo para Juz-


gar con Perspectiva de Género perteneciente a la scjn a fin de analizar
el caso.

Argumentos de fondo
La Sala Especializada realizó una clara exposición de lo que implica
juzgar con perspectiva de género y su carácter vinculante para todas las
autoridades. En el caso de la scjn, entre los criterios que incluye, define
la perspectiva de género como:

51
Socorro Apreza Salgado

un método que pretende detectar y eliminar todas las barreras y obstáculos


que discriminan a las personas por condición de sexo o género, es de-
cir, implica juzgar considerando las situaciones de desventaja que, por
cuestiones de género, discriminan e impiden la igualdad (Tesis aislada
I.3o.C.463 C [10a.], 29).

En consecuencia, la scjn incluye en su definición de perspectiva


de género el método, por lo que habría de enfatizar que el enfoque de
género existe en sí mismo; es decir, se refiere a la aplicación de un
contenido concreto y determinado surgido en el diálogo, que es el de-
recho, y no es solo una mirada o miradas, lo cual implicaría un grado
de discrecionalidad y subjetividad.
Respecto a los argumentos en torno a la libertad de expresión y el
debate político, quien aquí suscribe coincide con la Sala Especializada
en que

[en] un Estado democrático, las limitantes a la crítica se amplían si estas


se encaminan a las personas que por su proyección pública se encuentran
más expuestas a una estricta vigilancia de sus actividades y manifes-
taciones que aquellos particulares sin proyección, atendiendo a que la
crítica es inherente a cualquier cargo de relevancia pública (PES-17/2020,
párrafo 134).

De modo que, aun cuando las limitantes a la crítica se amplían en


personas con proyección pública, con el objeto de asegurar el control de
las actividades que realizan en relación con sus competencias —transpa-
rencia— y la formación libre de la opinión pública u opiniones públicas
—característica democrática— en todo momento, ello nunca implicará
vulnerar los derechos de igualdad y no discriminación ni el requisito de
veracidad del derecho a la información, pues constituyen dos derechos
de las audiencias que deben ser cumplidos con mayor exigencia por las
autoridades y los funcionarios.
En ese sentido, la Sala Especializada sostiene que

los discursos con contenido discriminatorio constituyen una limitante


válida al ejercicio de la libertad de expresión, puesto que este tipo de
mensaje no está encaminado a circular ideas que procuren información
que pueda fomentar el debate público entre la ciudadanía; y, por el con-
trario, sí es posible que suscite ciertos prejuicios sociales sobre aquellas

52
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

personas que son el objeto de la exclusión por su condición física, de


salud, sexo, edad, raza, entre otras (PES 17/2020, párrafo 138).

Quien aquí suscribe coincide en parte con el argumento anterior de la


Sala Especializada; sin embargo, cabe mencionar que confunde el objeto
de dos derechos: la libertad de expresión en sentido estricto y el derecho
a la información; el primero tiene por objeto las ideas, los pensamientos
y los juicios de valor, y el segundo, los hechos noticiosos a los que hay
que exigirles la veracidad, aunque, claro, ni en las ideas ni en los juicios
de valor ni en los hechos son susceptibles de protegerse los discursos
discriminatorios que cuestionan al propio Estado democrático.

¿Se aplicó el enfoque de género en la sentencia


del expediente SRE-PSC-17/2020?
Para dar respuesta a esta interrogante, se dividirá la exposición en tres
subsecciones.

Contenido de las entrevistas


A continuación se reproduce parte de las entrevistas.

Voz off: La delegada de Interapas en Soledad de Graciano Sánchez, Na-


talia Castillo Vera, afirmó que el agua que regalan algunos políticos en
la ciudad está sucia, situación que puede afectar la salud de los usuarios
soledenses. Sin dar nombres la funcionaria hizo mención de un diputado
federal, así como de diputadas locales pertenecientes al pt, a Morena y al
prd y los exhortó a no aprovecharse de la actual contingencia sanitaria
para promocionarse políticamente.
Voz Nydia Natalia Castillo Vera: Yo de verdad que los exhorto a
que ya cambien el chip, que se dejen de andar regalando agua que es
contaminada, que se dejen de andar utilizando la pandemia y utili-
zando la necesidad del agua para ayudar al usuario, para ayudar al
ciudadano, es tremendo la utilización política que están haciendo y
no se están dando cuenta que estamos en un covid, en una pandemia
tremenda en donde la gente se está muriendo y necesita el agua (PES
17/2020, párrafo 143).
Voz Ricardo Gallardo Cardona: Que no sea tonta, con mucho res-
peto; no puede hablar de aguas duras cuando la extracción del agua en

53
Socorro Apreza Salgado

Soledad de Graciano Sánchez toda es de los Pozos de Soledad de Gra-


ciano Sánchez; es una tontería hablar de aguas duras en Soledad cuando
todos los pozos que se surten de la red hidráulica para Soledad y para
San Luis son de las mismas cuencas en Soledad de Graciano Sánchez
(PES 17/2020, párrafo 142).

Aplicación del enfoque de género


Este rubro permite conocer cómo aplica la metodología la Sala Especiali-
zada, adoptada del Protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género de
la scjn, así como la postura de quien aquí suscribe en relación con esta.

Contexto de la conducta denunciada


Este rubro da respuesta al primer cuestionamiento, que incluye el con-
texto en que se desarrollan los hechos. Entre ellos, cabe mencionar que
la denunciante fue nombrada delegada del Organismo Intermunicipal
Metropolitano de Agua Potable, Alcantarillado, Saneamiento y Servicios
Conexos de los municipios Soledad de Graciano Sánchez y Cerro de San
Pedro, San Luis Potosí, el 8 de octubre de 2018.
Asimismo, de las constancias del expediente se desprende que pre-
sentó una querella en contra de los ciudadanos que, según sostiene,
forman parte del grupo político denominado gallardistas, por los hechos
sucedidos el 5 de noviembre de 2018.
El 4 de junio de 2020 se difundió la entrevista que le fue realizada a
la delegada de Interapas en el municipio de Soledad y transcrita en el
epígrafe anterior.
El 7 de junio de 2020, el mismo medio de comunicación realizó y
difundió la entrevista al diputado federal y las declaraciones transcritas
en el tema precedente.
Respecto a los portales electrónicos, 5 retomaron las declaraciones del
diputado federal (Día Noticias, Informativo Exprés, Noticia Potosina, Revista
Capital y Alerta slp), en cuyos contenidos se calificaba al funcionario
de machista y misógino por los comentarios dirigidos a la delegada de
Interapas del municipio de Soledad.
Por último, la denunciante remitió capturas de pantalla de las reac-
ciones y los comentarios expresados en una publicación en la red social

54
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

Facebook. Esta lista es prueba de la proliferación de la violencia de gé-


nero, con expresiones como “delegada tan pendeja” y “pinche vieja”.
Expuesto el contexto, la Sala Especializada pasó a pronunciarse si la
denunciante es una persona históricamente discriminada.

Se trata de una persona históricamente discriminada


En este rubro, la Sala Especializada da respuesta a las interrogantes 2, 4
y 5 del Protocolo de la scjn, al hacer referencia a si es una persona que
se encuentra discriminada por razón de sexo y si está involucrada una
persona tradicionalmente discriminada.
Al respecto, declaró que es un caso en el que está involucrada una
mujer, “lo que la coloca históricamente en desventaja y desigualdad es-
tructural” (PES 17/2020, párrafo 155). Además, esto ha sido reconocido
por la Sala Superior del tepjf “al señalar que las mujeres pertenecen a un
grupo que histórica y estructuralmente ha sido objeto de discriminación,
un grupo de población en desventaja y en situación de desigualdad”
(PES 17/2020, párrafo 156).
Y añade que la situación se agrava al ocupar un cargo público, “pues
las mujeres históricamente se han visto limitadas en el acceso a los car-
gos de este tipo, se han obstaculizado sus derechos correspondientes”
(PES 17/2020, párrafo 157), además de que se han invisibilizado y
normalizado los casos de vpcmrg.
Hasta aquí, se coincide con los criterios planteados por la Sala Re-
gional Especializada.

Existencia de una relación asimétrica


de poder entre las personas del caso
La Sala Regional Especializada apunta que no se advierte que la solici-
tud de pruebas pudiera producir alguna afectación a la actora (PES 17/
2020, párrafo 165), afirmación que no se comparte, porque de la propia
lista de reacciones en la red social Facebook, aportada por la denun-
ciante, se desprende que ha habido una afectación a Nydia Castillo al
proliferar la violencia de género en los comentarios, hecho que, a su vez,
vulnera sus derechos político-electorales, al violentarse y discriminarse
a la denunciante, como se demuestra en el siguiente apartado.

55
Socorro Apreza Salgado

Se trata de un caso en el que se expone


a doble discriminación
Quien aquí suscribe coincide con la Sala Especializada en que no se
“advierte una situación que exponga a la denunciante a una doble dis-
criminación por tratarse de un caso de interseccionalidad puesto que
no se aprecia” (PES 17/2020, párrafo 168) la pertenencia de la delegada
a algún otro grupo que la pudiera colocar en una situación de vulne-
rabilidad, como podría ser una persona indígena o con discapacidad.

El caso obedece a estereotipos


No se coincide con la respuesta a los cuestionamientos 7 y 8 del Pro-
tocolo para Juzgar con Perspectiva de Género de la scjn, en la que la
Sala Regional Especializada apunta que el comportamiento del diputado
federal denunciado no obedeció a estereotipos ni la reacción esperada
sería diferente si cambiara su sexo o género.
Si bien es un caso difícil, dada la complejidad de probar la intención
psicológica del diputado federal, la Sala Especializada sí debió valorar
que se está frente al caso de un funcionario que participa en el debate
público, y que, por lo tanto, tiene el deber reforzado de combatir los
estereotipos, sobre todo cuando a la mujer, históricamente, se le ha cues-
tionado en su capacidad intelectual.
Así, las declaraciones del diputado federal son un estereotipo de
género que pone en entredicho las capacidades intelectuales o cogni-
tivas de la quejosa —Nydia Castillo—, y de las que se desprende que
las mujeres tienen menos capacidades intelectuales que los hombres, lo
que, como consecuencia, puede contribuir a negar oportunidades a las
mujeres y continuar relevándolas de la toma de decisiones.
Ello es sumamente grave, tomando en cuenta que esto se agudiza
porque los estereotipos de género se caracterizan por ser extremada-
mente resistentes al cambio, dominantes y persistentes. Dicha resis-
tencia tiene que ver con dos cuestiones: por un lado, está la forma en
la que se transmiten; esto es, como si fueran algo inherente al sexo
con el que se nace, como si lo que prescriben fuera algo natural de las
mujeres y los hombres. Por otro lado, está la facilidad con la que pasan
inadvertidos (scjn 2020, 52).

56
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

Incluso, en las preguntas 2 y 4 de los párrafos precedentes, la Sala


Especializada destaca que la mujer ha sido históricamente discriminada,
de modo que sí le era posible demostrar las regularidades históricas dis-
cursivas contra la mujer, por las que se debe exigir un deber reforzado a
los funcionarios para combatir los estereotipos, tal como se desprende
del tercer tema, en el que se expone el requisito de veracidad, que se
reiteró en el rubro “Argumentos de fondo”.

Análisis de la existencia de la vpcmrg


Con base en lo mencionado en la sección anterior, es momento de exami-
nar los criterios de la Sala Especializada acerca de las expresiones para
acreditar la existencia o no de la vpcmrg, de acuerdo con los siguientes
elementos declarados por la Sala Superior en la jurisprudencia 21/2018:

1) Sucede en el marco del ejercicio de derechos político-electorales, o


bien en el ejercicio de un cargo público.
2) Es perpetrado por el Estado o sus agentes, por superiores jerárquicos,
colegas de trabajo, partidos políticos o representantes de los mismos
medios de comunicación y sus integrantes, un particular o un grupo
de personas.
3) Es simbólico, verbal, patrimonial, económico, físico, sexual o
psicológico.
4) Tiene por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento,
goce o ejercicio de los derechos político-electorales de las mujeres.
5) Si se basa en elementos de género, es decir:
a) Se dirige a una mujer por ser mujer.
b) Tiene un impacto diferente en las mujeres.
c) Afecta desproporcionadamente a las mujeres.

Los dos primeros elementos se cumplen de acuerdo con la Sala


Especializada. El primero, porque las declaraciones realizadas por el
denunciado fueron dirigidas a la quejosa en ejercicio del citado cargo
público. El segundo, al ser perpetrado por un agente del Estado, es
decir, un servidor público, como un diputado federal.

57
Socorro Apreza Salgado

Respecto al tercer elemento, del análisis de las expresiones denuncia-


das y del contexto en que sucedieron los hechos, la Sala Especializada
declara que este no se cumple, consistente en la acreditación de actos
que constituyen violencia verbal o simbólica en el presente caso.
En opinión de quien suscribe, la Sala Especializada no resolvió ade-
cuadamente este elemento, porque, si bien las declaraciones versaban
respecto a cuestiones de interés público, es decir, precisamente por el
hecho en sí mismo considerado —regularización del sistema de aguas
Interapas y que se estuviera entregando agua contaminada— y por la
naturaleza pública de los protagonistas de las noticias8 —la delegada de
Interapas y el diputado federal son funcionarios—, el diputado federal
tiene un deber reforzado de combatir los estereotipos, sobre todo cuando
a la mujer, históricamente, se le ha cuestionado en su capacidad intelec-
tual; y que sus declaraciones tienen un mayor grado de incidencia en la
ciudadanía por su relevancia pública, como se señaló en las secciones
en las se aborda el requisito de veracidad y el mayor nivel de exigencia
de su cumplimiento por el funcionariado.
De tal modo, las expresiones sí son suficientes para acreditar la pre-
sencia de violencia simbólica, pues las declaraciones buscaron desle-
gitimar a la delegada por medio del uso de “estereotipos de género
que niegan su competencia y la visibilidad en la esfera política. Estos
comportamientos van más allá de la crítica sana en los medios de comu-
nicación” (Krook 2017, 56).
Incluso, el ejercicio de la crítica política del diputado federal, al emi-
tir información respecto al desempeño de la delegada Nydia Castillo,

8
Cabe mencionar que los dos criterios aquí utilizados para determinar que la infor-
mación es de interés público son declarados por el Tribunal Constitucional Espa-
ñol; así, el interés público se determina:

1) Por el hecho en sí mismo considerado.


2) Por la naturaleza pública de la fuente de información.
3) Por la naturaleza pública del protagonista de la noticia; esta puede venirle dada:
a) Por la condición intrínseca del puesto que ocupa en la estructura social y el
papel que representa en la misma.
b) Por razón de acontecimientos ajenos a su voluntad y, en cierto modo, a la
de los demás.

58
Avances e incompletudes del concepto de violencia política...

tiene como límite que no sea “violento e incite directamente a cualquier


forma de violencia” (Díaz 2018, 210), que no solo va dirigida contra la
delegada, sino contra todas las mujeres. Por lo tanto, como afirma Juan
Antonio Cruz Parcero,

esto no significa que la libertad de expresión no tenga límites, es común


aceptar que esta libertad se puede ejercer en la medida en que no dañe o
lesione los derechos de terceras personas o cuando exista un peligro de
que ello pueda ocurrir (Cruz 2017, 431).

Sobre todo, cuando se trata de derechos relevantes como a vivir li-


bre de violencia y a la igualdad y a la no discriminación, que ponen en
riesgo la dignidad de la delegada Nydia Castillo.
En relación con el cuarto elemento dispuesto por la jurisprudencia,
respecto a que las frases vertidas tengan por objeto o resultado me-
noscabar o anular el goce o ejercicio del derecho político-electoral de
Nydia Castillo, a juicio de la Sala Especializada tampoco se tiene colmado
dicho punto, porque las expresiones no implicaron un grado de dis-
criminación que tuviera como finalidad menoscabar o anular el derecho
político-electoral por el hecho de ser mujer.
Tampoco se coincide con los argumentos vertidos por la Sala Espe-
cializada en torno a este cuarto elemento, porque, como se señaló en el
tercer elemento, la expresión “no sea tonta” sí implica un estereotipo
de género y subestima las capacidades intelectuales o cognitivas de la
quejosa Nydia Castillo, lo que menoscaba su derecho político-electoral,
en el presente y el futuro.
Además, la idea de la Sala Especializada es muy reduccionista, desde
el momento en que la violación de los derechos a la no discriminación
y a una vida libre de violencia de Nydia Castillo basta para mostrar la
violación de los derechos político-electorales, pues sin estos se vacían
de contenido sus prerrogativas de índole político-electoral.
Al mismo tiempo, las expresiones no añaden nada a la información
de interés público, y sí tienen por objeto reproducir realidades históri-
cas discursivas contra la mujer; además, sí le era posible demostrar a la
Sala Especializada que esta expresión ha sido utilizada para cuestionar
las capacidades de las mujeres, lo que ha limitado el acceso a los cargos
públicos de ese sector.

59
Socorro Apreza Salgado

En cuanto al último elemento, tampoco se coincide con la Sala Es-


pecializada en que las expresiones vertidas contra Nydia Castillo, dado
el contexto, no conlleven elementos de género, es decir, que no fueron
emitidas contra ella por el hecho de ser mujer y, por lo tanto, no le afec-
taron desproporcionadamente ni tuvieron un impacto diferente respecto
a los hombres.
En tal sentido, las capturas de pantalla de las reacciones y los comen-
tarios expresados en una publicación en la red social Facebook —apor-
tadas por la denunciante—, son prueba de que fueron emitidas contra
ella por el hecho de ser mujer. La cantidad y el tono de los comentarios
vertidos demuestran la proliferación de la violencia de género, por ejem-
plo, “delegada tan pendeja” y “pinche vieja”; por lo mismo, afectaron
y afectan desproporcionadamente a la denunciante, la someten a vio-
lencia simbólica y reproducen estereotipos. En esta línea, la Declaración
sobre la Violencia y el Acoso Políticos contra las Mujeres dispone que
la utilización de la violencia simbólica como instrumento de discusión
política afecta gravemente el ejercicio de los derechos políticos de las
mujeres (oea 2017, 21).
En consecuencia, resulta equivocada la resolución de inexistencia de
la infracción consistente en violencia política en razón de género con-
tra Nydia Castillo Vera, atribuida al diputado federal Ricardo Gallardo
Cardona, porque la Sala Especializada tuvo pruebas para demostrar las
realidades históricas discursivas contra la mujer, sobre todo cuando el
diputado federal tenía y tiene un deber reforzado de no reproducir este-
reotipos. Así, mediante sus expresiones, menoscaba a Nydia Castillo en
su capacidad intelectual y la afecta de manera desproporcionada, como
se demuestra en las reacciones manifestadas en la red social Facebook
de un comunicado, en el que se profundiza en su condición de mujer
y se constata la proliferación de la violencia de género. Por tanto, la
Sala Especializada no aplicó la perspectiva de género al no visibilizar
la posición de subordinación histórica a la que se ha sometido a la mujer,
y al no combatir la violencia y la discriminación no aplica tampoco el
enfoque de derechos humanos y vulnera el acceso a la justicia de Nydia
Castillo.

60
A modo de conclusión

Las mujeres seguiremos tomando la palabra hasta que la dignidad se


haga costumbre, y diremos nuestra historia para que sea contada entre
los seres parlantes que frenan y eliminan las pedagogías de la crueldad.
Es importante destacar que no existe un criterio unívoco respecto a
la distinción entre perspectiva de género y enfoque de género, de modo
que es posible utilizarlos como sinónimos siempre que la perspectiva
de género incluya una metodología y se tenga claro que el enfoque de
género existe por sí mismo, es decir, que se refiera a la aplicación de un
contenido concreto y determinado surgido en el diálogo, que es el de-
recho, y no sea solo una mirada o miradas, lo cual implicaría un grado
de discrecionalidad y subjetividad.
Asimismo, esta sentencia es un ejemplo de que los avances norma-
tivos en los ámbitos nacional e internacional no son suficientes para
frenar la vpcmrg, porque se requiere que las juezas y los jueces conoz-
can cómo desactivar y eliminar el consenso social que naturaliza la vio-
lencia. Para ello, no basta con la aplicación mecánica de los elementos
para identificar la vpcmrg ni reproducir los criterios jurisprudenciales,
sino argumentar con enfoque de género, de derechos humanos y de
interculturalidad.
En la línea de una respuesta integral, es indispensable un papel más
activo del Instituto Federal de Telecomunicaciones para sensibilizar a
la sociedad acerca de los derechos de las audiencias, exigir a los medios
de comunicación su cumplimiento y no permitir que se reproduzcan
prejuicios o estereotipos de género, al tiempo de observar que lo anterior
se acate en todas las empresas informativas.
Ahora bien, el derecho a la crítica política de ninguna manera autori-
za la vulneración de los derechos humanos de igualdad y no discrimina-
ción, de la violencia de género y del requisito de veracidad del derecho
Socorro Apreza Salgado

a la información. Incluso, del requisito de veracidad se desprende que


las autoridades y el funcionariado tienen el deber reforzado de erradicar
la imagen de la mujer estereotipada.
En la medida en que todas y todos los actores apliquen el enfoque de
género para frenar y erradicar la violencia política en razón de género,
habrá justicia. De modo que, cuando las mujeres participan o denuncian
la violencia política en razón de género, son ellas quienes hablan y son
visibles para pasar a ser parte de la democracia y frenar la exclusión.

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Armero 5000, CTM Culhuacán,
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