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BONAPARTE

Sebastián Apesteguía
Stella Maris Alvarez
Adrián Giacchino

EL AMO DE LOS
DINOSAURIOS
Nota: El siguiente manuscrito responde a las opiniones y visión particular de los autores del
mismo. Puede diferir radicalmente de las experiencias que otras personas hayan vivido.

Tapa. Bonaparte posando delante de uno de sus grandes hallazgos: el dinosaurio abelisáurido
Carnotaurus sastrei. Foto de Louie Psihoyos.
Contratapa. José Bonaparte rodeado de muchos de sus importantes descubrimientos. Ilustra-
ción realizada por Jorge A. González en ocasión de su deceso.

Diseño. Fernando Vázquez Mazzini

Diagramación. Lorena Blanco

Fundación de Historia Natural Félix de Azara


Centro de Ciencias Naturales, Ambientales y Antropológicas
Universidad Maimónides
Hidalgo 775 - 7° piso (1405BDB) Ciudad Autónoma de Buenos Aires - República Argentina
Teléfonos: 011-4905-1100 (int. 1228)
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Primera Edición: 2022. Se terminó de imprimir en el mes de junio 2022, en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

VAZQUEZ MAZZINI EDITORES


info@vmeditores.com.ar
www.vmeditores.com.ar

Apesteguía, Sebastián
Bonaparte : el amo de los dinosaurios / Sebastián Apesteguía ; Stella Maris Alvarez ; Adrián Giacchino. - 1a ed. -
Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Fundación de Historia Natural Félix de Azara, 2022.
320 p. ; 23 x 16 cm.
ISBN 978-987-3781-93-3
1. Dinosaurios. 2. Paleontología. I. Alvarez, Stella Maris. II. Giacchino, Adrián. III. Título.
CDD 567.9092
Capítulo 20

Un titanosaurio para Bonaparte:


Bonatitan reigi y su
reconstrucción
Por Marcelo Miñana y Agustín Martinelli

Este año se cumplen 11 años del montaje y la inauguración del dinosaurio Bonatitan
reigi exhibido en la Sala de Paleontología del Museo Argentino de Ciencias Naturales
“Bernardino Rivadavia” (MACN), de la ciudad de Buenos Aires. Constituye el primer di-
nosaurio titanosaurio montado de manera permanente en el museo. El presente artículo
describe el proceso de realización de su reconstrucción y homenajea a su descubridor, el
paleontólogo argentino José Fernando Bonaparte (1928-2020) quien junto a su equipo
descubrió los restos de este animal cretácico al que posteriormente se le dio su nombre.

Agustín Martinelli, José Bonaparte y Marcelo Miñana de visita por la casa de “Bona”
el día 5 de febrero de 2020. Foto tomada por Cecilia Pérez Winter.

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Bonaparte. El amo de los dinosaurios

La Argentina es uno de los países con mayor diversidad de dinosaurios,


animales que vivieron durante la Era Mesozoica (251-66 millones de años
atrás). Los restos más antiguos de estos reptiles arcosaurios datan del período
Triásico (de hace unos 235 millones de años), con un auge de formas durante
los periodos Jurásico y Cretácico. Entre los dinosaurios se registran los anima-
les más grandes que alguna vez hayan poblado los ecosistemas terrestres (solo
superados por la ballena azul, un mamífero de hábitos estrictamente acuáti-
cos). Los mayores dinosaurios batieron records en longitud y peso, alcanzando
los 40 metros y las 70 toneladas. Varios de los fósiles de estas especies fueron
encontrados en lo que es actualmente la Patagonia Argentina (Río Negro, Neu-
quén, Chubut y Santa Cruz), pero también en las provincias de Mendoza, La
Rioja, Salta y Entre Ríos. Los más grandes dinosaurios son parte del grupo de
los saurópodos (Sauropoda), un grupo dentro de los saurisquios y cuyo nom-
bre, acuñado por el paleontólogo norteamericano Othniel C. Marsh en 1878,
significa “patas de reptil”.
Estas colosales bestias extintas alimentaron la imaginación no solo de los
científicos a medida que iban siendo descubiertas y descriptas, sino también
de numerosos artistas que supieron representarlas en carne y hueso. Algunos
artistas destacados como Charles R. Knight (1874-1953) o Zdeněk Michael
František Burian (1905-1981), consiguieron “dar vida” a estos animales extin-
tos y los inmortalizaron con gran realismo. A esto se sumó la incorporación
de otras tecnologías, como fueron los efectos especiales a través de la técnica
de stop motion, a cargo de Willis O’Brien y Marcel Delgado en las reconstruc-
ciones de dinosaurios de la película “El mundo perdido” de 1925. En ella, se
pudo ver por primera vez un Brontosaurus luchando contra un Tyrannosaurus
en la misteriosa selva amazónica. No hay dudas de que los grandes dinosau-
rios, si bien extintos, son parte de la sociedad actual, con una importantísima
presencia cultural y un impacto mediático destacado, debido en gran medida
a estas reconstrucciones. A lo largo del siglo XX, y hasta el presente, siguen
siendo mejoradas, dándoles cada vez mayor realismo. Esto se demuestra con
la saga cinematográfica de “Jurassic Park”, sin duda una de las más exitosas de
la historia del cine, que exhibe las más espectaculares recreaciones de la vida
prehistórica, y sea posiblemente la responsable de llevar a los dinosaurios a su
punto de mayor éxito popular. Estas películas han generado, desde la década
de los ‘90, todo un fenómeno sociológico y cultural basado en la admiración
por los dinosaurios que fue acrecentado por otras películas, animaciones, li-
bros y actividades en museos, entre otras.
Entre los dinosaurios, quizás los favoritos sean los terópodos por su la-
tente peligrosidad como carnívoros, pero los saurópodos, uno de los grupos

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Un titanosaurio para Bonaparte: Bonatitan reigi y su reconstrucción

más abundantes y los más grandes, son los mejor representados en América
del Sur, hallándose a la cabeza los titanosaurios (Titanosauria). Como otros
saurópodos, poseían una cabeza relativamente pequeña en relación al resto
del cuerpo, con el cráneo ancho aunque no tanto como los de los saurópodos
camarasaurios y los braquiosaurios. Las ventanas de la nariz son grandes y
los dientes cilíndricos, alargados y algo espatulados o similares a lápices. Sin
embargo, los diversos tipos de cráneos hallados muestran una variedad de for-
mas. Algunos de los titanosaurios con cráneos mejor preservados son Neme-
gtosaurus, Tapuiasaurus, Repetosaurus y Sarmientosaurus. Si bien el cuello de
los titanosaurios es extremadamente largo, presentaban cierta diversidad mor-
fológica y, según las especies, algunos eran más elongados y esbeltos y, otros
más cortos y robustos. Además, poseían una cola muy larga que compensaba
el peso del cuello y así generaba un equilibrio entre ambos. La cintura pélvica,
donde articulan las patas traseras, era más ancha que en otros saurópodos por-
que sus miembros se abrían hacia abajo, y la cintura pectoral, donde articulan
los brazos, era también ancha, otorgándole mayor robustez.
Los primeros restos fósiles de un titanosaurio fueron descriptos por el pa-
leontólogo inglés Richard Lydekker en 1877 en base a un fémur parcial y dos
vértebras incompletas de la cola, encontrados en India. Con posterioridad, se
demostró que este grupo de dinosaurios fue extremadamente diverso duran-
te fines de la Era Mesozoica, teniendo una distribución prácticamente global,
e inclusive sus restos fósiles se han encontrado en la Antártida. El grupo de los
titanosaurios incluye especies de pequeño tamaño, de unos 5-6 metros de lar-
go, como Neuquensaurus australis, Saltasaurus loricatus y Bonatitan reigi, hasta
formas gigantescas como Argentinosaurus huinculensis, Patagotitan mayorum y
Notocolosus gonzalezparejasi, que llegaban a medir hasta cerca de 40 metros.

EL DESCUBRIMIENTO
En 1990 José F. Bonaparte y su equipo realizaron excavaciones en el área
conocida como Bajo de Santa Rosa, en la Provincia del Río Negro, norte de Pa-
tagonia. Durante ese viaje recolectaron una gran cantidad de especímenes fósi-
les provenientes de rocas de la Formación Allen, una unidad geológica rica en
fósiles del Cretácico Superior. Entre los fósiles recolectados se destacan varios
restos de un saurópodo titanosaurio de pequeño tamaño, diversos huevos fó-
siles pertenecientes a titanosaurios, y numerosos restos aislados. Estos últimos
incluyen restos de peces de agua dulce, fragmentos craneanos y apendiculares
de anuros, restos craneanos de esfenodontes, vértebras de ofidios, fragmen-
tos de caparazón de tortugas, dientes de dinosaurios terópodos del grupo de

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Bonaparte. El amo de los dinosaurios

los abelisáuridos, dientes y fragmentos óseos de dinosaurios hadrosáuridos y


restos vertebrales de plesiosaurios elasmosáuridos. Aunque muchos de estos
materiales se obtuvieron mediante técnicas de tamizado de sedimentos, otros
fueron fruto de excavaciones, como fue el caso del titanosaurio de pequeño
tamaño y nidadas con varios huevos.

Las manos de José F. Bonaparte en las tareas de preparación del basicráneo de


Bonatitan reigi durante la campaña donde se halló. Foto de Agustín Martinelli.

LOS ESTUDIOS SOBRE BONATITAN


Bonatitan reigi fue descripto por Agustín G. Martinelli y Analía M. Fora-
siepi en el 2004, en un trabajo publicado en la Revista del Museo Argentino de
Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (nueva serie). Allí describen por
primera vez los restos del pequeño saurópodo colectado por el enérgico pa-
leontólogo José F. Bonaparte y su equipo. Los fósiles se encuentran deposita-
dos en la Colección Nacional de Paleontología de Vertebrados del MACN. El
nombre Bonatitan, Bona + titan, fue elegido por los autores para homenajear
al destacado paleontólogo argentino José Fernando Bonaparte (1928-2020)
por su incansable labor en el estudio de la fauna de tetrápodos del Mesozoico
de América del Sur. Además de ser un impulsor de la paleontología de verte-
brados con énfasis en el Mesozoico, el paleontólogo norteamericano Robert

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Un titanosaurio para Bonaparte: Bonatitan reigi y su reconstrucción

Baker lo llamó “Master of the Mesozoic” y en el 2010 fue reconocido en un


estudio realizado por Michael Benton, de la Universidad de Bristol, como el
paleontólogo con más especies de dinosaurios nombradas que seguían siendo
válidas hasta ese momento. Por otro lado, el epíteto específico “reigi” fue elegi-
do para honrar al paleontólogo Osvaldo Reig (1929-1992), otro propulsor de
la paleontología de vertebrados del Mesozoico y destacado biólogo evolutivo,
quien fue además el que incentivó a Bonaparte a introducirse en el estudio de
tetrápodos de esta era. El neologismo “Bonatitan reigi” significa: “el Titán de
José Bonaparte y Osvaldo Reig”.
Bonatitan reigi es, entonces, un dinosaurio titanosáurido que vivió a finales
del período Cretácico, hace aproximadamente entre 83 y 70 millones de años,
durante el final del piso Campaniano y el inicio del Maastrichtiano. Se estima
que tendría cerca de seis metros de largo, un metro y medio de alto en la zona
de su cadera y un peso de alrededor de tres toneladas. En la descripción ori-
ginal se consideró la presencia de dos individuos entre los huesos colectados,
aunque los paleontólogos Leonardo Salgado, Pablo Gallina y Ariana Paulina
Carabajal, quienes reestudiaron los especímenes referidos a Bonatitan reigi,
concluyeron que, en verdad, el conjunto de huesos correspondía a cinco indi-
viduos mezclados. Adicionalmente, Ariana Paulina Carabajal realizó en 2012
el estudio de la cavidad cerebral y oído interno de uno de los individuos de B.
reigi mediante tomografía computarizada.
El estudio detallado de las relaciones de parentesco presentado por Salgado
y colaboradores en 2013 posiciona a Bonatitan reigi como un titanosaurio más
primitivo que los saltasáuridos. De todos modos, las relaciones de esta especie
son aún discutidas y ameritan estudios más detallados.

PRIMEROS INTENTOS DE SU RECONSTRUCCIÓN


Bonaparte fue pionero en la reconstrucción y el montaje de esqueletos de
dinosaurios, y de otros varios reptiles y sinápsidos del mesozoico argentino
desde su trabajo en la Fundación-Instituto Miguel Lillo (Tucumán) por la dé-
cada de 1960 y su continuación en el MACN (1979-2005). Fue, además, de los
primeros en emplear materiales como caucho de siliconas para la realización
de moldes en combinación con el uso de resinas y espumas de poliuretano,
convenientes para el replicado de los grandes y pesados huesos fosilizados.
Complementando estas técnicas, mejoró el uso de estructuras metálicas que
se habían utilizado en forma externa para el montaje de los grandes mamífe-
ros fósiles desde el siglo XIX. Bonaparte incorporó en la Argentina el paso de
caños metálicos como sostén interno (como ya se estilaba en los importantes

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Bonaparte. El amo de los dinosaurios

museos del exterior) y, junto con las réplicas de plástico más livianas y fáciles
de manipular, pudo lograr el ensamblado de esqueletos de grandes dinosaurios
como Patagosaurus, Carnotaurus y Amargasaurus, técnica que mejoró nota-
blemente la estética del montaje y que se incorporó en la década de 1990.

Algunas de las vértebras modeladas en Réplicas y modelados de huesos largos de


arcilla de la primera reconstrucción. yeso del primer ejemplar reconstruido.
Foto de Marcelo Miñana. Foto de Marcelo Miñana.

En el caso puntual del Bonatitan reigi, Bonaparte y sus colaboradores comen-


zaron el modelado del esqueleto a principios de los 2000 con el propósito de
mostrar un saurópodo pequeño, pero el proyecto tomó fuerzas en el año 2004,
aunque lamentablemente sin concluirlo. Durante ese trabajo, se realizaron los
modelados de las vértebras y el cráneo en arcilla, así como también algunos
huesos de los miembros, como el húmero, fémur y la tibia y algunos huesos
especulares que fueron replicados en yeso sobre moldes de las piezas originales.
Algunas de las vértebras modeladas en arcilla fueron perforadas y cocidas en un
horno a leña, lo cual conllevó algunas dificultades tratándose de piezas macizas
de arcilla, de bajo costo pero frágiles y pesadas a la vez. El proceso de horneado

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Un titanosaurio para Bonaparte: Bonatitan reigi y su reconstrucción

de algunas de las piezas modeladas se realizó en el predio anexo al Museo, de-


nominado “Siberia” (así apodado por el personal debido al frío invernal en los
grandes y antiguos galpones de chapa que siguen en pie hoy día).
De esta manera, las piezas recreadas, lisas y sin demasiados detalles, fueron
confeccionadas en variados materiales. El cráneo con la mandíbula articulada
se replicó en poliuretano, vaciado sobre un molde de dos taceles (partes) de
látex con contramoldes de yeso. La columna vertebral estaba casi completa,
con las vértebras cervicales, dorsales y gran parte de la cola realizadas en arcilla
cocida, mientras que la cadera (el sacro y ambos iliones) llegaron a ser copia-
dos en poliuretano.

Cráneo realizado en espuma de poliuretano de la primera reconstrucción (perteneciente al Mu-


seo Municipal de Ciencias Naturales “Carlos Ameghino”, Mercedes). Foto de Marcelo Miñana.

LA NUEVA RECONSTRUCCIÓN
El montaje de Bonatitan reigi, coordinado por José F. Bonaparte, no se pudo
concretar ya que el investigador dejaría el MACN en 2005. A pesar de esto, fue
su último trabajo de reconstrucción en el Museo, dejando tras de sí una gran
labor técnica con las reconstrucciones y montajes de los esqueletos de los gran-
des Patagosaurus, Amargasaurus, Carnotaurus, Kritosaurus y Piatnizkysaurus,
entre otros animales que hoy día se imponen en la sala de paleontología.
En el año 2011, por iniciativa del entonces jefe de la Sección de Paleontolo-
gía de Paleovertebrados Alejandro Kramarz, la dirección del MACN encargó

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Bonaparte. El amo de los dinosaurios

la realización del esqueleto de Bonatitan reigi a los técnicos del Taller de Mol-
des y Calcos, Maximiliano Iberlucea y Marcelo Miñana. En la etapa final del
trabajo se sumó la colaboración de Juan Funes, con el modelado de costillas y
la confección de algunos moldes. Para la reconstrucción de los huesos faltan-
tes, José Luis Carballido, del Museo Paleontológico Egidio Feruglio, contribu-
yó con el asesoramiento científico y el suministro de bibliografía. Se tomaron
como referencias la morfología de los saurópodos cercanamente emparenta-
dos, en pos de mantener un rigor científico durante la confección de este es-
queleto. Es así que para el modelado de las piezas se utilizaron como referentes
los titanosaurios Saltasaurus y Neuquensaurus de la Argentina, Nemegtosaurus
de Mongolia y Rapetosaurus de Madagascar, teniendo especial cuidado con
adaptar las medidas y proporciones relativas en cada caso.
A pesar de que la exhibición de dinosaurios del MACN es bastante diversa,
hasta el momento no contaba con ningún titanosaurio montado, siendo Bona-
titan reigi el primero en su tipo. Solo la reconstrucción del cuello de Argentino-
saurus estuvo temporalmente exhibida en el MACN.

METODOLOGÍA
La reconstrucción de Bonatitan reigi se realizó en varias etapas. El primer
paso fue tomar moldes de silicona sobre los huesos fósiles originales. Los huesos
faltantes fueron reconstruidos con una técnica tradicional, modelados la mayor
parte en yeso tipo París. Algunos huesos, por ser más voluminosos, se tallaron
en poliestireno (Telgopor) para modelar sobre ellos los detalles anatómicos y
texturas con yeso. Una vez finalizada la etapa de modelado se fracturaron in-
tencionalmente muchas piezas en sitios elegidos para imitar las fracturas de los
fósiles originales, aprovechando la forma de rotura de un material sólido.
En particular, la reconstrucción del cráneo incluyó la réplica del basicráneo
original y sobre ella se modeló el resto del cráneo. Una vez que el esqueleto
modelado estuvo completo, se realizaron moldes con silicona y contramoldes
de resina laminada con fibra de vidrio, dada la excelente capacidad de repro-
ducción de detalles que estos materiales permiten, y la versatilidad a la hora
de vaciar esos moldes con distintos materiales como resina, poliuretano o en
algunos casos la combinación de ambos.
Las copias finales de los huesos que fueron montados se realizaron prin-
cipalmente con espuma de poliuretano rígida de alta densidad. Piezas claves
para el sostén de la estructura, como la cadera y los huesos de las patas, fueron
copiados en resina poliéster laminada con fibra de vidrio.

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Un titanosaurio para Bonaparte: Bonatitan reigi y su reconstrucción

Modelado de las piezas


de Bonatitan reigi.
Sobre estas se realizó el
molde final con silicona.
Fotos de Marcelo Miñana.

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Bonaparte. El amo de los dinosaurios

Para el soporte de los huesos en el armado del esqueleto se emplearon


caños estructurales de varias medidas. Se dividió el esqueleto en varios seg-
mentos por medio de un sistema telescópico de conexión hembra/macho, que
permite anclar las diferentes partes; por ejemplo, la columna vertebral, dada
su longitud, fue dividida en varias secciones y las patas acoplables a sus co-
rrespondientes cinturas. Esta modalidad facilita el transporte, el armado y el
desarmado del esqueleto.

El técnico Maximiliano Iberlucea seccionando un caño para la estructura del cuello.


Foto de Marcelo Miñana.

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Un titanosaurio para Bonaparte: Bonatitan reigi y su reconstrucción

La estructura metálica en el interior de los huesos se planeó para que los ca-
ños, planchuelas y herrajes sean imperceptibles. La pintura final fue realizada
empleando los colores y tonos reproduciendo los fósiles originales.

El cráneo con su coloración final.


Foto de Marcelo Miñana.

La confección de cada hueso tanto como la elección de los materiales per-


mitió que este ejemplar se pudiera montar en una posición de marcha tran-
quila, en el momento de dar el próximo paso, un movimiento sutil que brinda
al esqueleto un gran dinamismo. Todo el esqueleto se presentó sobre una base
de poliestireno y espuma de poliuretano que le otorgó una pequeña elevación
para destacarlo en la exhibición.
Finalmente, el montaje de Bonatitan reigi fue presentado en la Sala de Pa-
leontología del MACN el lunes 27 de junio de 2011 y sigue formando parte de
dicha exhibición hasta la actualidad.

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Bonaparte. El amo de los dinosaurios

Montaje del esqueleto de Bonatitán reigi el día de su inauguración en 2011.


Foto de Marcelo Miñana.

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Un titanosaurio para Bonaparte: Bonatitan reigi y su reconstrucción

Este aporte de un nuevo dinosaurio para la exhibición fue la base para


conmemorar los festejos del 199° aniversario del museo. Al año siguiente, en
el 2012, esta reconstrucción fue incluida en una serie de estampillas oficiales
emitidas por el Correo Argentino para conmemorar los 200 años de la funda-
ción del MACN.

Estampilla conmemorativa. Foto de Marcelo Miñana.

AGRADECIMIENTOS
A Maximiliano Iberlucea y Alejandro Kramarz por el suministro de algu-
nos datos que enriquecieron el texto y a Daniel Melendi y M. Victoria Sánchez
por la lectura crítica y comentarios al manuscrito.

LECTURAS SUGERIDAS
• Bonaparte, J. F. 2008. Dinosaurios y pterosaurios de América del Sur. Edi-
torial Albatros.
• Miñana, M., Fernández, M. y Martinelli, A. G. 2021. Los dinosaurios y
otros reptiles del Mesozoico como argumento temático en la filatelia de la
Argentina. Historia Natural, Tercera Serie Volumen, 11(1): 165-181.
• Martinelli, A. G. y Forasiepi, A. M. 2004. Late Cretaceous vertebrates from
Bajo de Santa Rosa (Allen Formation), Río Negro province, Argentina,

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Bonaparte. El amo de los dinosaurios

with the description of a new sauropod dinosaur (Titanosauridae). Revista


Museo Argentino de Ciencias Naturales, nueva serie, 6(2): 257-305.
• Salgado, L. Gallina y Paulina Carabajal, A. 2015. Redescripción de Bona-
titan reigi (Sauropoda: Titanosauria), del Campaniano-Maastrichtiano de
la provincia de Río Negro (Argentina) Historical Biology, 27(5): 525-548.

LOS AUTORES: Marcelo Miñana es técnico en paleontología y artista plástico en el Museo


Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”.
Agustín G. Martinelli es paleontólogo de vertebrados, investigador del CONICET en el Museo
Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”.

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