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¡NO TE OLVIDES!

DEUTERONOMIO 8:1-11

Texto áureo:
«Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para
cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus
estatutos que yo te ordeno hoy;» (Deuteronomio
8:11)

Vocabulario
Mandamiento
Orden dada por alguien con autoridad para hacerlo; Orden por escrito, mandando
ejecutar alguna cosa.

Decreto
Resolución o decisión que toma una persona o un organismo con autoridad para ello;
Decisión tomada por la autoridad competente en materia de su incumbencia, y que se hace pública
en las formas prescritas.

Estatuto
Reglamento, ordenanza o conjunto de normas legales por las que se regula el
funcionamiento de una corporación o asociación; Régimen legal que se determina en
consideración a la naturaleza de las cosas o al territorio en que radican.

Objetivos
1. Distinguir cómo el contenido del pasaje bíblico nos plantea los elementos del mensaje de
Moisés al pueblo que invitaban a retomar y fortalecer la memoria del acompañamiento de Dios.

2. Analizar en qué medida situaciones conflictivas y desafiantes pueden convertirse en


recursos pedagógicos que Dios usa en nuestro favor.

3. Considerar cómo la relación entre la memoria y la voluntad pueden potenciar nuestro


ejercicio de la fe.

Texto bíblico
1
1
Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que
viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con
juramento a vuestros padres.

2
Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos
cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en
tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.

3
Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no
conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan
vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.

4
Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos
cuarenta años.

5
Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así
Jehová tu Dios te castiga.

6
Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos,
y temiéndole.

7
Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de
aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes;
8
tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite
y de miel;

9
tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra
cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.

10
Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te
habrá dado.

11
Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus
decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy;

Contexto histórico
2
• En griego “Deuteronomion” (Δευτερονόμιον), “la segunda ley” y en hebreo
“Devarim” (‫“ )ָּפ ָר ַׁש ת ְּד ָבִר ים‬las palabras”. Según Reina Valera 1960, se traduce
correctamente como “una copia de esta ley”.
• No obstante Deuteronomio no es una segunda ley, sino una aplicación y
expansión de gran parte de la ley original dada en el Monte Sinaí.
• Era necesario que la ley se repitiera por cuatro razones:
1. había una nueva generación de israelitas
2. Israel iba a afrontar condiciones de vida enteramente nuevas: de ser
un pueblo nómada a uno sedentario

3. Estarían en medio de naciones idólatras


4. La ley tenía que repetirse para asegurarle a Israel que para ellos, el
pacto aún era válido
• Los eventos ocurren en su totalidad durante más o menos un mes y en un
lugar específico (1:3; 34:8 y Josué 5:6-12), Israel había establecido su campamento
en un valle, al este del río Jordán (Moab).
• El libro da cuenta de los acontecimientos que se llevaron a cabo en las semanas
finales de la vida de Moisés, la que culmina con la contemplación de la tierra de
Canaán por parte de Moisés desde el Monte Nebo (32:48-52; 34:1-4) y su su muerte
(34:5-12).
• Va dirigido a la “segunda generación” de la nación de Israel, esta incluía a los que
habían nacido en Egipto y eran niños o jóvenes en el éxodo y aquellos que habían
nacido y criados en el desierto, esta era la generación que se encontraba a punto de
conquistar la tierra de Canaán bajo Josué, cuarenta años después de que habían
dejado Egipto (1:34-39).
• La mayor parte del libro está constituido por discursos de despedida de Moisés,
estos eventos se ubican entre enero y febrero del 1405 a.C.
• Escribió los discursos y se los entregó a los sacerdotes y ancianos para las
generaciones venideras de Israel (31:9, 24-26).
• La tierra producía trigo, cebada, vides, higos y granados, Canaán también era una
tierra de olivares y de miel, la riqueza mineral mencionada en el v. 9 probablemente
se encontraba en el Líbano o tal vez en el área de Transjordania,y estudios
geológicos han demostrado la presencia de minerales de cobre e hierro en las
colinas cercanas.

3
4
Desarrollo
• La experiencia del desierto fue una de disciplina y enseñanza, Moisés
les recuerda la experiencia pasada para con ella, motivar al pueblo en un
momento crucial de su historia: entrar a poseer la tierra de la promesa,
no obstante, no debían pensar que la conquista de Canaán y su
abundancia serían obtenidas por esfuerzo humano (Josué 1:2-3).
• Moisés instruye al pueblo a no olvidar como Dios de forma
sobrenatural estuvo con ellos: “Y te acordarás de todo el camino por
donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto…”
(8:2).
• Para vivir y prosperar en la tierra que el Señor prometió dar a sus
padres, exhorta al pueblo a obedecer las leyes y los mandamientos que el
Señor les había dado.
• Obedecer los mandamientos y las demandas del pacto eran la
condición que Jehová había impuesto para la entrada y la conquista de la
tierra de Canaán.
• Por su obediencia, Israel viviría en la tierra por muchos años y por su
obediencia gozaría de las bendiciones de la tierra de la promesa, pero la
obediencia a Dios no es solamente un asunto del entendimiento, hay que
tener voluntad y un corazón dispuesto, ya que este es propenso a seguir
sus propios designios (Mateo 6:21).
• Por medio de la experiencia del maná, Israel aprendió una lección muy
importante: la vida del hombre no consiste solamente del bienestar físico,
sino la palabra viva que procede de la boca de Jehová, el pueblo tuvo que
aprender a depender de Dios todos los días, debían creer que Dios iba a
proveer el sustento para el día (Éxodo 16:35).
• “Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su
hijo, así Jehová tu Dios te castiga” (8:5)
La palabra “castiga”, lleva en sí la idea la corrección, era una exhortación a
la nueva generación a obedecer los mandamientos de Jehová y a caminar
en sus caminos con reverencia cumpliendo con sus estatutos.
5
• En el versículo 6, Moisés utiliza el término “temiéndole”, con el
propósito de exhortar al pueblo a la reverencia y la adoración debida a
Dios, la que debe de haber en todo aquel que le busca (Juan 4:23).
• Israel debía bendecir a su Dios y agradecerle por la provisión en el
desierto, por la tierra fértil que estaban a punto de heredar, era menester
que el pueblo reconociera que estas bendiciones eran dádivas de Dios y
por tal razón el pueblo debía dedicar a Dios lo que habían recibido de él.
• La prosperidad y la abundancia podían transformarse en maldición si
Israel se olvidaba de quién era el autor de esta prosperidad, necesitaban
obedecer los mandamientos de Jehová y vivir su vida bajo las demandas
del pacto, de ahí el no olvidarse de “Aquel “ que los redimió.
• Es bueno tener presente en nuestra mente y en nuestro corazón que en
todo Dios es bueno y nuestra acción debe ser responder con adoración y
obediencia sabiendo que aún mejores cosas Dios hará en nuestro favor.
11
Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus
12
maravillas antiguas. Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de
13
tus hechos. Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande
14
como nuestro Dios? Tú eres el Dios que hace maravillas;
Hiciste notorio en los pueblos tu poder (Salmo 77:11-14).
• En Ezequiel 16:60 leemos: “Antes yo tendré memoria de mi pacto que
concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un
pacto sempiterno*”. *que durará para siempre; que, habiendo tenido
principio, no tendrá fin.
¿Será bueno recordar que éramos dignos de muerte y Él ofreció en
sacrificio lo más preciado que tenía, su Hijo, para redimirnos de nuestros
pecados?

Entonces pregunto: ¿Cuándo fue la última vez que trajiste a la memoria,


de donde el Señor te sacó y cuánto te ha bendecido desde entonces?

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