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Revista de los
Psicólogos de la Educación
ISSN: 2174-0550
revistas_copm@cop.es
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
España
Merino Verdugo, Emma; Martínez Arias, M.ª Rosario; Díaz-Aguado Jalón, M.ª José
Sexismo, Inteligencia Emocional y Adolescencia
Psicología Educativa. Revista de los Psicólogos de la Educación, vol. 16, núm. 1, 2010,
pp. 77-87
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
Madrid, España
Abstract. The aim of this article is advance knowledge of sexism and its relationships with
other variables, such as the concept of partner and gender violence, several components of
emotional intelligence, and the understanding of emotions. The study was carried out with
an incidental sample of 238 adolescents of 3rd and 4th year of compulsory secondary edu-
cation, and 1st and 2nd year of baccalaureat (95 boys and 143 girls), with an age range from
14 to 18 years old. The participants responded to the following questionnaires: EQ-i (Bar-
On, 2003); a scale of sexist beliefs developed for this study; a moral dilemma based on gen-
der violence (Díaz-Aguado y Martínez Arias, 2001) and an interview on gender identity and
sexism. The results show that although the boys justify sexism more, progress is observed
in overcoming this problem, as they begin to consider equality between men and women
when it comes to conceptualizing the relationship.
Keys words: Sexism, gender based-violence, emotional intelligence, adolescence.
dependencia y sumisión, en el caso de las mujeres y Algunos autores (Bar-On, 2006; Martín et al.,
el dominio, la dureza y el uso de la violencia, en el 2008) han señalado la relevancia de valorar la inteli-
caso de los hombres. Si bien las causas que condu- gencia emocional como asignatura pendiente en las
cen a la violencia de género son complejas existen aulas, dado que si los y las adolescentes aprendieran
dos factores que los autores consideran necesarios a manejar mejor sus emociones, no sólo mostrarían
para que ésta se produzca, por un lado el desigual mejores niveles de satisfacción y felicidad sino que
estatus que la mujer tiene con respecto al hombre estarían protegidos, en parte, de posibles desajustes
tanto en la relación de pareja como en la sociedad y psicológicos y de comportamientos desadaptativos
el uso normativo de la violencia en la solución de tales como la violencia, puesto que uno de los com-
conflictos (Jewkes, 2002). ponentes de la inteligencia emocional es el control
Las creencias sexistas, en general, han sido supe- del estrés y con él, el de los impulsos. La influencia
radas en mayor medida por las chicas que por los del género en la inteligencia emocional resulta evi-
chicos, estas diferencias podrían estar relacionadas dente, Hoffman (1977) concluyó tras una exhaustiva
con la forma en la que construyen los esquemas de revisión, que la empatía de acuerdo con el estereoti-
género, a partir de los que se organiza el conoci- po cultural, resulta más relevante en las mujeres que
miento y se interpreta la información sobre el tema en los hombres. Conclusión a la que llegan también
(Díaz-Aguado, 2001). En este sentido las chicas tie- en numerosas investigaciones otros autores (Bryan,
nen un mayor conocimiento del género que los chi- 1982; Davis, 1980; Eisenberg y Lennon, 1983;
cos (Signorella et al., 1993), manifiestan actitudes Eisenberg et al., 1991, 1995), encontrando que chicas
más flexibles (Slaby y Frey, 1975) y presentan adolescentes en un amplio rango de edad, de 13 a 19
mayor tendencia al cambio en la identidad de géne- años, puntuaban más que los chicos en preocupación
ro que ellos (Pastorino et al., 1997), debido proba- empática. En estudios más recientes (Mestre et al.,
blemente a que la presión social que se ejerce al 2004; Retuerto, 2004) sigue encontrándose los mis-
estereotipo masculino sigue siendo más rígida que mos resultados, puntuaciones significativamente más
para el estereotipo femenino (Golombock y Fivush, altas en chicas que en chicos.
1994). Sin embargo, hay que tener en cuenta que el Una de las explicaciones que se han ofrecido a la
sexismo limita los valores y cualidades que podrían luz de tales resultados puede encontrarse en los este-
ser alcanzados por todo ser humano, a los tradicio- reotipos sociales y culturales, que ya anticipaba
nalmente considerados como femeninos o masculi- Hoffman (1977) y en Bastón, Fultz y Schoenrade
nos, confundiendo lo biológico con lo psicosocial, (1987), estos autores explican que en general las
justificando así la injusta división del mundo en dos personas suelen atribuir a las mujeres mayor capaci-
espacios, el público, el del poder para los hombres y dad que a los hombres, de sensibilidad emocional
el privado, el de las emociones y cuidado de los así como una mayor tendencia al cuidado de los más
demás para las mujeres (Díaz-Aguado, 2001) e débiles. Esta explicación tiene que ver con los roles
impidiendo de esta manera la construcción de una sexuales y el sexismo que limita la capacidad de
sociedad igualitaria. Teniendo en cuenta lo anterior- expresión de los sentimientos en los hombres, ya
mente descrito y las investigaciones que en los últi- que socialmente es más adecuado para las mujeres
mos años se han centrado sobre las diferencias de expresar los sentimientos.
género en el desarrollo emocional en población ado- Otro factor relevante de la inteligencia emocional
lescente, encontramos que respecto a la conducta que presenta diferencias de género es el relacionado
social, las chicas adolescentes obtienen una signifi- con el autoconcepto. La etapa de la adolescencia
cativa y mayor puntuación en competencia social y supone un período importante de cambios físicos,
menor puntuación en conductas agresivas (Vordach, cognitivos y sociales en el cual el desarrollo del
2002). autoconcepto adquiere especial relevancia, dado que
es la etapa en la que la persona tiene como tarea toleran más los comportamientos rebeldes en los
principal construir su identidad (Erikson, 1968). En chicos que en las chicas de quienes se espera un
dicho constructo también influyen los estereotipos buen comportamiento.
sociales de género, obteniendo en investigaciones Las diferencias de género encontradas en auto-
recientes al respecto resultados que indican que las concepto podrían representar la distribución de roles
adolescentes puntúan menos en autoconcepto que en la sociedad española, los cuales marcan las
los adolescentes (Pastor, Balaguer y García-Mérita, expectativas que la sociedad espera de cada género
2003). Las bajas puntuaciones en apariencia física y dichas expectativas influyen en la forma en que
por ejemplo, son el reflejo de la enorme presión ellas y ellos se perciben (Pastor et al., 2003).
social que se ejerce al atractivo físico sobre todo en Se debería por lo tanto ayudar a los chicos a iden-
las chicas (Davis, 1997; Toro, 1996), debido a lo tificar y expresar sus emociones más internas y a las
cual los principales problemas de las adolescentes chicas a ser más asertivas y a fortalecer su autoesti-
surgen tras la pubertad, rechazando su imagen cor- ma (Siverio y García, 2007).
poral (Ohannessien et al., 1999; Powell y Hendricks,
1999;), pudiendo ser el origen de problemas de ali-
mentación y depresión a partir de entonces Objetivo e hipótesis
(Ohannessien et al., 1999). Debido a los estereotipos
femenino y masculino que la misma sociedad crea y El objetivo del presente estudio es avanzar en el
alimenta, no es de extrañar que existan diferencias conocimiento del sexismo, estudiando el papel que
significativas de género a favor de los adolescentes desempeñan la inteligencia emocional y la compren-
en relación al atractivo físico, cualidad por la que les sión de las emociones en la etapa de la adolescencia.
gustaría que les identificaran en primer lugar y valo- Además se exploran otros aspectos relacionados
rándolo en la mujer como la cualidad más importan- con el sexismo como el concepto de pareja y la vio-
te que ésta debe poseer (Díaz-Aguado, Martínez- lencia de género, así como las variables anterior-
Arias y Martínez, 2001), de forma que el estereotipo mente citadas en éstas.
sexista de “mujer objeto” no está superado en ellos. Se concretan las siguientes hipótesis: 1. En rela-
En relación al autoconcepto académico, Pastor et ción al sexismo se esperan diferencias de género en
al., (2003) encuentran mayor puntuación en los chi- la aceptación de creencias sexistas y correlaciones
cos que en las chicas, resultado que si bien va en la significativas con el resto de variables estudiadas. 2.
línea de otros trabajos (Balaguer et al., 1998), con- Respecto al sexismo y la inteligencia emocional
tradice los encontrados en otros países (Eiser et al., (IE), se espera encontrar correlaciones significativas
1995; Harter, 1988), sin embargo los autores expli- entre la aceptación de creencias sexistas y los com-
can que mientras que los chicos se consideran más ponentes que forman la IE medida con el I-CE de
competentes a nivel académico, las chicas están más Bar-On. Además se encontrarán diferencias signifi-
comprometidas con la escuela, se encuentran más cativas entre hombres y mujeres en los componentes
satisfechas, dedican más tiempo a las tareas acadé- intra e interpersonal de IE. 3. En cuanto a las expec-
micas y tienen más expectativas de seguir estudian- tativas de futuro de trabajo, las adolescentes imagi-
do. Estos resultados ponen de manifiesto que la ima- narán su futuro profesional más relacionado con
gen que obtienen los y las adolescentes sobre el estudios superiores que los adolescentes. 4. En rela-
nivel académico se ven influidas por expectativas de ción a los cambios sufridos a través de la edad en las
género que les transmites padres y profesorado variables anteriores, se espera que a medida que las
haciendo ver a los chicos que son más inteligentes y y los participantes aumenten en edad, maduren el
a las chicas que son más constantes y se esfuerzan nivel de IE y por lo tanto disminuya la aceptación de
más. De la misma manera que a nivel conductual se creencias sexistas.
En los cursos más altos: 1º y 2º de Bachiller las Rechazo de la conducta aludiendo a condiciones psi-
puntuaciones totales disminuyen tanto en hombres cológicas individuales. 3.4. Rechazo de la conducta
como en mujeres con respecto al alumnado de ESO, vinculándola al sexismo. 3.5. Rechazo de la conduc-
aunque sigue existiendo una diferencia significativa ta vinculándola a sentirse bien delante de los ami-
entre sexos. gos. 4. Representación de los sentimientos de Sara.
5. Representación de los sentimientos de Andrés. 6.
Concepto de pareja en general. 7. Concepto de pare-
Dilema de violencia de género ja vinculado al sexismo.
Se comprobó la significación estadística a través
En el dilema empleado para esta investigación se de tablas de contingencia. A continuación se mues-
realizan algunas modificaciones con respecto al ini- tran las tablas de las categorías cuyos residuos corre-
cial (Díaz-Aguado y Martínez Arias, 2004). En la gidos fueron superiores a 2.
Rechazo de dicha conducta vinculándola al sexismo % del total 13,5 14,8 28,3
Residuos corregidos 1,3 -1,3
El valor del estadístico χ2 (4, 237) fue de 15,39 estadístico χ2 (8, 235) fue de 48,32 con un valor de
con p < 0,05 y con un valor del coeficiente V de p < 0,001 y con un valor del coeficiente V de
Cramer de 0,25. Cramer de 0,45.
Se observan diferencias significativas entre las y Respecto a la solución del conflicto entre la vida
los adolescentes en tres de las cinco categorías defi- profesional y la familiar, también hubo diferencias
nidas. En relación al rechazo de la conducta del significativas de género, siendo el valor del estadís-
agresor, sea en términos poco elaborados o aludien- tico χ2 (5, 235) de 13,42 con un valor de p < 0,05 y
do a condiciones psicológicas individuales tales con un valor del coeficiente V de Cramer de 0,23.
como sentimiento de inferioridad, existen diferen- En este caso son los chicos quienes presentan mayor
cias significativas a favor de las adolescentes. Sin dificultad a la hora de resolver el conflicto.
embargo cuando se trata de rechazar la conducta del Cuando se les pregunta acerca de la existencia de
agresor vinculándola a sentirse bien delante de los igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres
amigos, la diferencia significativa en función del para acceder a los puestos de máximo poder, los
género resulta a favor de los adolescentes, demos- chicos responden en su mayoría que sí y las chicas
trando que son éstos quienes reconocen en mayor que no, dando lugar a diferencias significativas. A
medida que el comportamiento de Andrés tiene continuación se muestra la tabla de contingencias.
como finalidad quedar bien, sentirse importante El valor del estadístico χ2 (2, 237) fue de 11,35
delante de sus amigos aun a costa del sufrimiento de con un valor de p < 0,01 y con un valor del coefi-
su pareja. ciente V de Cramer de 0,21.
Aún parece existir entre los adolescentes la creen-
cia de que llorar no es de hombres, suelen justificar-
Entrevista sobre identidad y sexismo lo diciendo que el hombre llora menos por naturale-
za, que es más fuerte y aunque tenga ganas de llorar
En relación a las expectativas profesionales, exis- debe aguantarse o que los hombres no tienen que
ten diferencias significativas de género acerca de la llorar por cualquier tontería. Tras el análisis de con-
profesión que les gustaría desarrollar, eligiendo las tenidos se obtiene el valor del estadístico χ2 (2, 236)
chicas estudios superiores relacionados con la vía de 14,58 con un valor de p < 0,01 y con un valor del
sanitaria y los chicos con la tecnología. El valor coeficiente V de Cramer de 0,24.
Se calculó el coeficiente de Pearson para conocer significativas entre los y las adolescentes en sólo
la relación que pudiera existir entre la aceptación de tres de los subcomponentes. En autoconcepto, a
creencias sexistas y cada uno de los componentes de favor de los chicos y en empatía y responsabilidad
la IE. La tabla 3 muestra correlaciones negativas social, a favor de las chicas. Confirmándose en parte
entre las variables del componente intrapersonal: la hipótesis dos, planteada inicialmente.
Tabla 4. Estadísticos descriptivos de los componentes de la inteligencia emocional y género y resultados de los contrastes t de Student
y no así en el de las chicas. No se han encontrado Aunque en relación a la edad siguen siendo los
diferencias significativas de género en relación a la más jóvenes quienes tienden a justificar en mayor
representación de los sentimientos que las y los ado- medida el sexismo y son los adolescentes quienes
lescentes hicieron de la víctima y del agresor. siguen mostrando un nivel de aceptación de creen-
Si bien no han aparecido diferencias estadística- cias sexistas significativamente superior al de las
mente significativas de género en la conceptualiza- adolescentes, éstos empiezan a plantear la igualdad
ción de pareja y su vinculación al sexismo, sí se ha entre hombres y mujeres a la hora de conceptualizar
observado que mientras que los adolescentes con- la relación de pareja en lugar de definirla emplean-
ceptualizan la pareja en términos afectivos ingenuos do términos sexistas como hacían hace menos de
y proponen la igualdad aunque sin rechazo explícito diez años. Este pequeño avance podría suponer cam-
al sexismo, las adolescentes consideran el respeto bios futuros en el resto de variables estudiadas tales
mutuo como valor principal en una relación de pare- como la solución al conflicto entre la vida familiar y
ja y rechazan de forma explícita el sexismo. Los la laboral.
resultados son similares a los encontrados por Díaz- Finalmente hay que destacar la incidentalidad de
Aguado et al. (2004) respecto a las mujeres, sin la muestra que limita la generalidad de resultados al
embargo en relación a los varones se observan dife- no ser en modo alguno representativa de la pobla-
rencias que hacen pensar en un avance con respecto ción de adolescentes escolarizados, limitación que
a la superación del sexismo, ya que mientras que en se superará en un estudio posterior.
la investigación del 2004 definían la relación de Conviene recordar que el objetivo de la presente
pareja en términos sexistas, en la presente investiga- investigación era comprobar si se habían producido
ción tienden a definirla en términos de igualdad. cambios en las y los adolescentes respecto a las
5. En relación a las expectativas de futuro y el variables relacionadas con el sexismo y adaptar
género, se han encontrado diferencias significativas materiales para una futura investigación que permi-
de género, las adolescentes tienden a elegir estudios ta avanzar en nuevas predicciones e hipótesis sobre
universitarios de la rama sanitaria, mientras que los los avances y limitaciones en el nivel de sexismo
adolescentes eligen estudios universitarios de la que muestran los y las adolescentes.
rama de tecnología así como profesiones relaciona-
das con las fuerzas de seguridad. Dichos resultados
van en la línea de lo expuesto en el Informe sobre Referencias
los indicadores educativos de la OECD, Education
at a Glance (2009). Alberdi, I. (2005). Cómo reconocer y cómo erradi-
6. Respecto a los cambios sufridos a lo largo del car la violencia contra las mujeres. Programa de
tiempo, no se ha encontrado relación entre la edad y prevención de la Obra Social “La Caixa”.
las creencias sexistas, ni tampoco entre la edad y la Barcelona. Fundación “La Caixa”.
inteligencia emocional. Conviene recordar que la Bar-On (2006). The Bar-On model of emotional-
variabilidad de edades empleada en la investigación social intelligence (ESI). Psicothema, 18, sup, 13-
ha sido bastante reducida, pudiera resultar probable 25.
que ampliando el rango de edad, se encontrasen Bosch, E. y Ferrer, V. (2003). Maltrato de mujeres y
cambios significativos para las variables estudiadas. misoginia. Anuario de Psicología, 34, 215-233.
En resumen, puede concluirse que si bien se han Cuadrado, I. (2004). Valores y rasgos estereotípicos
observado ciertos avances en relación a la supera- de género de mujeres líderes. Psicothema, 16,
ción del sexismo en algo menos de una década, éstos 270-275.
no adquieren la dimensión deseada, se avanza pero Díaz-Aguado, M. J. y Martínez Arias, R. (2001). La
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