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La parábola de la oveja perdida

15 se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírlo, 2 y los


fariseos y los escribas murmuraban, diciendo:

—Éste recibe a los pecadores y come con ellos.

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entonces él les refirió esta parábola, diciendo: 4 «¿Qué hombre de vosotros, si
tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el
desierto y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5 cuando la encuentra, la
pone sobre sus hombros gozoso, 6 y al llegar a casa reúne a sus amigos y
vecinos, y les dice: “Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se
había perdido.” 7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador
que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de
arrepentimiento.

La parábola se explica así:

Un pastor tenía cien ovejas. Este pastor simboliza a Dios, y las cien ovejas representan a todas
las personas en el mundo.

Una de las ovejas se pierde. Esta oveja perdida simboliza a una persona que se ha alejado de
Dios debido al pecado o la falta de fe.
El pastor, en lugar de quedarse con las 99 ovejas restantes, decide ir en busca de la oveja
perdida. Esto refleja la búsqueda activa y el amor incondicional de Dios por cada individuo.
Dios no desea que nadie se pierda espiritualmente.
El pastor busca diligentemente la oveja perdida hasta encontrarla. Esto representa los
esfuerzos de Dios para llamar la atención de aquellos que se han alejado de Él y guiarlos de
nuevo hacia la senda de la fe y la rectitud.
Cuando finalmente encuentra la oveja perdida, el pastor se llena de alegría y la carga sobre sus
hombros. Esto muestra la gran alegría que Dios siente cuando una persona se arrepiente y
vuelve a Él. Dios no se enfoca en el castigo, sino en la redención y la reconciliación.
El pastor regresa a su casa y llama a sus amigos y vecinos para que se regocijen con él. Esto
simboliza la alegría y la celebración en el cielo cuando una persona se arrepiente y se reconcilia
con Dios. La parábola resalta que la conversión de un pecador es motivo de gran alegría en el
cielo.

En resumen, la Parábola de la Oveja Perdida es una enseñanza de Jesús sobre el amor, la


misericordia y la búsqueda activa de Dios por aquellos que se han alejado de Él. Muestra que
Dios anhela la salvación y el regreso de los pecadores, y que en el cielo hay más alegría por un
pecador que se arrepiente que por aquellos que nunca se han apartado de Dios. Esta parábola
enfatiza el valor del arrepentimiento y la importancia de mantener una relación cercana con
Dios.

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