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LABERINTOS DEL

SUEÑO AMERICANO
Regina Martínez Casas, Magdalena Barros Nock, Georgina Rojas García
(Coordinadoras)
Magdalena Barros Nock tiene
un doctorado en Estudios
de Desarrollo del Instituto
Internacional de Ciencias Sociales
de la Universidad Erasmus
de Rotterdam, Holanda. Es
profesora-investigadora en el
CIESAS. Lleva más de 20 años
participando en proyectos
colectivos sobre migración
entre México y Estados Unidos
centrados en temas como
familias de estatus legal mixto,
jóvenes DACA, deportaciones,
niños migrantes, discriminación
y racismo, violencia y género,
economía étnica.

Julián Escutia Rodríguez es


internacionalista por El Colegio
de México y miembro del Servicio
Exterior Mexicano desde el
año 2005. De 2016 a 2019 fue
Coordinador de Asesores del
Subsecretario para América
del Norte y actualmente es
Director General de Protección a
Mexicanos en el Exterior.

Carlos Antonio Flores Pérez es


doctor en Ciencia Política por
la UNAM. Profesor-investigador
titular del CIESAS-Ciudad
de México. Es miembro del
SNI-CONACYT. Su línea de
investigación se enfoca al Estado,
la delincuencia organizada y el
tráfico de drogas.
LABERINTOS DEL
SUEÑO AMERICANO
LABERINTOS DEL
SUEÑO AMERICANO
Laberintos del sueño americano
Primera edición: 2020

Portada: Pequeño hombre entrando en un misterioso laberinto


©Shutterstock ©Mopic

D.R. © 2020, de los textos, sus autores


D.R. © 2020, Editorial Paralelo 21, S.A. de C.V.
Etna 38. Col. Los Alpes.
C.P. 01010, Ciudad de México.
México.
www.mexicanisimo.com.mx

Diseño: Bruno Pérez Chávez

Cuidado de la edición: Doble Acento S.A. de C.V.


www.dobleacento.com.mx

ISBN: 978-607-7891-50-5

Todos los Derechos Reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por

cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia

o la grabación, sin la previa autorización por escrito de los editores.

IMPRESO EN MÉXICO PRINTED IN MEXICO


Índice

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Agustín Escobar Latapí / CIESAS

La población mexicana de Estados Unidos . . . . . . . . . . . . . . . . . 9


La necesaria defensa de los mexicanos en Estados Unidos. . . . . 19
Laberintos de un sueño americano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

Nuevas tendencias en la poblaciónmexicana


en Estados Unidos en tiempos de la administración
de Donald Trump. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Regina Martínez Casas / CIESAS

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
El perfil sociodemográfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Sobre la inserción en la sociedad norteamericana . . . . . . . . . . . 41
La geografía de la discriminación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Reflexiones finales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55

Movilización de recursos consulares ante


la mayor hostilidad haciala población
migrante mexicana en Estados Unidos. . . . . . . . . . . . . 57
Georgina Rojas García / CIESAS

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Las circunscripciones consulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
El modelo mexicano de la atención consular. . . . . . . . . . . . . . . 68
La atención de la emergenciaen 2017: la estrategia FAMEU. . . . . 71
El Centro de Información y Asistencia a Mexicanos (CIAM). . . . 77
Centros de defensoría. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Intensificación de las visitas a los centros de detención . . . . . . . 86
Comentarios finales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Epílogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Referencias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97

Jóvenes DACAmentados: diversidades, similitudes y retos


en la administración de Donald Trump. . . . . . . . . . . . . 99
Magdalena Barros Nock / CIESAS

Los tiempos del COVID-19. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101


Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
Grupos de discusión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Los DACAmentados: ¿quiénes son?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
Ser DACA en la vida de mujeres y hombres jóvenes migrantes. . 116
Licencias de manejar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Dream Act y acceso a la educación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
La familia para los DACA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
Trabajo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Incremento de la discriminación hacia los DACA. . . . . . . . . . . 132
Activismo entre los jóvenes DACA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
Comentarios finales… el futuro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144

La coordinación consular mexicana:


dos casos de estudio en Estados Unidos . . . . . . . . . . . 155
Julián Escutia Rodríguez / Secretaría de Relaciones Exteriores

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
El caso de la ley SB1070 en Arizona. Una estrategia defensiva . 159
El caso de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia
(DACA). Una estrategia ofensiva. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174
Lecciones sobre la coordinación consular estratégica: la ley SB1070
y DACA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187

Consideraciones en torno a las políticas contra las drogas


y la relación bilateral México-Estados Unidos en la era de
la administración Trump*. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197
Dr. Carlos Antonio Flores Pérez / CIESAS

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
La relación bilateral reciente en materia de drogas. . . . . . . . . . 199
La Iniciativa Mérida, el precedente inmediato. . . . . . . . . . . . . . 203
Las percepciones institucionales sobre las drogas
procedentes de México, la delincuencia organizada
mexicana y el lavado de dinero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
Producción y tráfico de drogas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
Delincuencia organizada para el tráfico de drogas
y lavado de dinero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212
El discurso de la nueva administración estadounidense
y sus aliados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
Escenarios y estrategias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
Escenario 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
Escenario 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228
Conclusiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230
Referencias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
Introducción

Agustín Escobar Latapí

CIESAS

1
A
principios de noviembre de 2016 formé parte de un
grupo de mexicanos invitados por organizaciones de
Estados Unidos, el Centro de Investigación y Docencia
Económicas, y la embajada mexicana, a observar el desarrollo
de la elección presidencial de ese país, el 8 de noviembre. El
ánimo de la delegación era optimista. A pesar de que no hice
un sondeo del grupo, la mayoría pensaba, como pensaban
los medios, que ganaría Hillary Clinton. Durante el sábado
previo, los organizadores invitaron a un conjunto de funcio-
narios mexicanos (encabezado por el embajador de México
en Estados Unidos) y de expertos en demografía, en relacio-
nes internacionales, en política y en estudios de opinión para
que discutieran sus perspectivas ante la elección y ofrecieran
elementos para que la delegación visitante la comprendiera y
comunicara sus resultados.
Recuerdo que dos presentaciones rompieron el ánimo ge-
neral. La primera, de Carlos Sada, recientemente nombrado
embajador de México, fue una presentación digna del repre-
sentante de un Estado. No mostró ni preferencia ni creencia
alguna respecto de las elecciones y aseguró que México era
perfectamente capaz de trabajar productivamente con quien
resultara ganador. La segunda, de Ana González Barrera, del
Pew Research Center, moderó el entusiasmo de los asistentes

3
al mostrar que el proceso por el cual los latinos —y los mexica-
nos en particular— iban ganando peso político como votantes
era muy gradual y que las transformaciones demográficas de
Estados Unidos no ofrecían nada claro respecto de los resul-
tados de la elección.
El resto de las presentaciones, por el contrario, mantuvo
cierto consenso implícito o explícito en el sentido de que el
gobierno mexicano seguiría trabajando con un demócrata en
la Casa Blanca y que los “buenos tiempos” de la relación
Clinton–México vivirían una nueva fase.
Durante el día de la elección, nuestro grupo visitó varias
casillas en el Distrito de Columbia, en Virginia y en Maryland.
A pesar de que el distrito de Columbia es tradicionalmente
democrático, los funcionarios y los votantes que salían de
las casillas nos dieron una rápida impresión de que la elec-
ción estaba pareja. Aun así, el grupo siguió bastante tran-
quilo. Yo decidí no asistir a la reunión-celebración a la que
se había invitado al grupo esa noche, porque mi vuelo salía
a las siete de la mañana. Sin embargo, no pude alejarme de
las noticias. A las diez de la noche, aproximadamente, los
comentaristas de CNN que habían asegurado que el condado
Broward en Florida cambiaría de signo a favor de Clinton
cuando se contaran más votos, finalmente asimilaron el he-
cho: ese condado, y la mayoría de los distritos electorales,
se inclinaban hacia Donald Trump. Para ellos, como para
mí, ese resultado fue un choque difícilmente asimilable. A
partir de ese momento quedaba claro que México, pero par-
ticularmente los mexicanos en Estados Unidos, tenían una
perspectiva difícil.

4
Cuando Trump anunció su candidatura en junio de 2015,
había hecho una mención extensa de México y los mexicanos.1
Habrá que recordar que una de las primeras expresiones de
Trump durante la campaña fue el referirse a los mexicanos con
adjetivos como “violadores”, relacionándolos con temas de dro-
gas. En primer lugar afirmó que los mexicanos “no son nuestros
amigos” y “nos están matando en economía”. Posteriormente
señaló que México “envía” violadores y drogas a Estados Unidos.
La elección de Donald Trump a la presidencia de Estados
Unidos hizo revivir pesadillas a muchos mexicanos o hijos de
mexicanos nacidos en ese país. También enfrentó a una nue-
va generación de mexicanos y de mexicano-americanos a un
cambio político cuya trascendencia era imposible aquilatar con
precisión, pero que presagiaba retrocesos y nuevos obstáculos.
Para México y para los mexicanos en México, pero sobre todo
para los mexicanos y mexicano-americanos en Estados Unidos,
esta elección marcó un cambio drástico y súbito. No porque el
pasado fuera color de rosa. Bastantes dificultades había y en
realidad el saldo de veinte años, desde la ley IIRIRA2 de 1996
hasta la elección de Trump, había sido uno de crecientes res-
tricciones, deportaciones y represión. En 2005 habían iniciado
las redadas masivas en barrios mexicanos y en empresas que

1 “When do we beat Mexico at the border? They’re laughing at us, at our stupidity. And now
they are beating us economically. They are not our friend, believe me. But they’re killing
us economically.
The U.S. has become a dumping ground for everybody else’s problems.
Thank you. It’s true, and these are the best and the finest. When Mexico sends its people,
they’re not sending their best. They’re not sending you. They’re not sending you. They’re
sending people that have lots of problems, and they’re bringing those problems with
us. They’re bringing drugs. They’re bringing crime. They’re rapists. And some, I assume,
are good people.” https://www.washingtonpost.com/news/post-politics/wp/2015/06/16/
full-text-donald-trump-announces-a-presidential-bid/

2 Illegal Immigration Reform and Immigrant Responsibility Act.

5
los emplean. La diplomacia mexicana y el servicio consular ya
habían tenido que responder para defender a los mexicanos
en Estados Unidos e innovar servicios que antes no eran nece-
sarios o que lo eran para muy pocos paisanos, como muestra
Julián Escutia en este volumen. A partir de 2008, sin embar-
go, había una política implícita pero definida: acciones más
y más drásticas contra los indocumentados, contrapunteadas
con ampliación de los canales legales de migración y con pro-
tecciones que, si bien no eran ideales, sí permitían a una parte
de la población mexicana superarse, alcanzar cierto bienestar
y contribuir más a la sociedad de Estados Unidos. Con estos
claroscuros llegaron los mexicanos de Estados Unidos a 2016.
Es decir, se había removido y deportado a más de un millón
de mexicanos indocumentados y se habían convencido a mu-
chos más de que debían salir del país. Pero al mismo tiempo se
observaban tendencias positivas entre la población mexicana,
sus ocupaciones, su nivel de documentación y sus ingresos. La
elección fácilmente podía revertir estos progresos modestos.
Este libro responde a la necesidad de la sociedad y el go-
bierno mexicanos de conocer y juzgar con detalle y rigor cómo
están cambiando las vidas de los paisanos, documentados o
indocumentados. Parte de la hipótesis de que esa elección mar-
có un hito para la vida de los mexicanos en Estados Unidos.
Sus capítulos exploran tres temas: el sentido y la magnitud
de esos cambios a partir de una encuesta amplia y de trabajo
antropológico detallado, que incluye testimonios de los bene-
ficiados o afectados; la estrategia consular puesta en marcha
a partir de la elección; y las drogas y la relación bilateral. Las
drogas no son sólo uno de los capítulos de la relación bilateral.

6
Afectan las políticas que modifican, para bien o para mal, las
vidas de los mexicanos en Estados Unidos. La investigación se
hizo en 19 consulados dispersos en el territorio estadouniden-
se, en estados tanto favorables como contrarios a la inmigra-
ción. Básicamente, analiza los cambios desde el punto de vista
de los funcionarios de Relaciones Exteriores (los funcionarios
consulares y los altos funcionarios a cargo de la protección de
los mexicanos en Estados Unidos) y, por otra parte, con los
mexicanos que acuden a los consulados a hacer trámites, a ser
orientados en múltiples temas o a pedir ayuda.
Este libro no es un producto aislado. Es la respuesta del CIESAS
a una iniciativa de Conacyt y de El Colegio de la Frontera Norte
(COLEF), para investigar los cambios que empezamos a ver en
Estados Unidos, en la retórica y las acciones hacia los migrantes,
desde enero de 2017. Conacyt se propuso ofrecer a la sociedad y
al gobierno mexicanos un conjunto de diagnósticos rigurosos y
oportunos sobre el cambio y sus impactos en la población mexi-
cana en ambos lados de la frontera, y en la economía y la política
mexicanas. Esa iniciativa tuvo otras vertientes, que estuvieron a
cargo del propio COLEF, el Centro Geo y el CIDE. El diseño de
la colaboración corrió a cargo de Tonatiuh Guillén, actualmente
profesor-investigador del Programa Universitario de Estudios del
Desarrollo de la UNAM. Los resultados del proyecto se compartie-
ron en boletines, reuniones con el gobierno y actores sociales, y
medios de comunicación en el curso de 2018. Como académicos,
sin embargo, consideramos que conviene que México cuente de
manera permanente con nuestros diagnósticos. Si la población de
mexicanos en Estados Unidos fuera un estado, sería el segundo
en importancia: en el Estado de México habitaban, en 2015, 16

7
millones de habitantes. En Estados Unidos eran un poco menos de
12 millones, casi el 10% de la población dentro del país. Esto sin
contar a la población de ascendencia mexicana, que desde 1996
también son en principio ciudadanos mexicanos, cuyo número
se estima en 36.6 millones.3 Para el gobierno y la sociedad mexi-
canos, contar con diagnósticos y conocimientos precisos sobre
nuestra diáspora es y debería ser básico para colaborar con ellos;
para representarlos y construir fuerzas conjuntamente; para defen-
der sus derechos; y para hacerlos partícipes del desarrollo. Carlos
González Gutiérrez (2006) ha argumentado con ejemplos de otros
países que la atención a la diáspora mexicana era necesaria pri-
mero y obviamente, para brindarle representación y protección,
pero que, además, los países que han fortalecido su relación con
sus diásporas en Estados Unidos han sumado aliados dentro de
aquel país y realizan con éxito proyectos que generan bienestar
para ellos y para su país.
El CIESAS apostó entonces por un estudio de esta pobla-
ción y del aparato consular que la atiende en un momento
de parteaguas para la misma. El servicio consular recibió con
entusiasmo la propuesta. Para ellos, este diagnóstico era fun-
damental por sus propias razones. En primer lugar, porque
les ofrecía una medición del bienestar y de los impactos del
cambio político entre la población que ellos atienden. En se-
gundo lugar, porque hace un examen de las acciones del ser-
vicio consular desde el punto de vista de los funcionarios y

3 El Centro Pew estima la población ”hispánica de origen mexicano” en Estados Unidos en 36.6
millones. Aunque los consulados reciben muchas más peticiones de servicios de mexicanos
nacidos en México, esta otra población, que es tres veces mayor, también requiere servicios,
tales como actas de nacimiento, pasaportes mexicanos y otros. https://www.pewresearch.
org/hispanic/fact-sheet/u-s-hispanics-facts-on-mexican-origin-latinos/

8
de los propios usuarios. No planteamos dicha revisión como
una evaluación. Sin embargo, calibrar la respuesta consular a
las nuevas y mayores necesidades de servicio a la población
mexicana ayuda al Estado a mejorar su actuación. Ésta es una
verdadera actitud de Estado. La participación del servicio con-
sular mexicano cristalizó en una entusiasta colaboración en
los propios consulados, pero también en un capítulo de este
libro escrito por Julián Escutia, director general de Protección
a los Mexicanos en el Exterior.

La población mexicana de Estados Unidos


Una ventaja de la cual gozamos quienes estudiamos la migración
México – Estados Unidos es que siempre hay cambios. Algunos
de ellos pueden marcar quiebres en tendencias que parecían es-
tructurales; otros son de corto plazo. En 1996, Philip Martin y el
autor habían predicho que la migración mexicana hacia Estados
Unidos continuaría fluyendo de manera masiva hasta, aproxima-
damente, el periodo 2005 – 2010, cuando la presión migratoria
disminuiría. La idea fue rechazada de manera bastante general,
en parte porque fue hecha cuando México sufría una profunda
crisis económica. Pero creíamos, con optimismo, que el TLC
no era un acuerdo aislado, sino punta de lanza de una relación
nueva entre los dos gobiernos, una relación que marginaría los
extremismos políticos y convencería a los públicos ciudadanos
de ambos países de que la colaboración cada vez más estrecha
sería condición necesaria para mantener y reforzar la hegemonía
de América del Norte en el mundo, y que la misma conduciría
a una gradual convergencia en ambas economías y sociedades.

9
La presión migratoria disminuiría por dos razones. En primer
lugar, observábamos que la fecundidad mexicana iba en franco
descenso desde fines de los años setenta. Este descenso indica-
ba que las cohortes de ingreso al mercado laboral en México se
harían más y más pequeñas. Esta tendencia fue confirmada por
los hechos. En segundo lugar, pronosticábamos un crecimien-
to sostenido del empleo en México, y en particular del empleo
formal. El razonamiento era que, al haber cada vez más y mejor
empleo en México para una fuerza de trabajo que crecería con
mayor lentitud, los mexicanos preferirían quedarse en México. El
pronóstico del empleo fue menos certero que el de la población.
El TLC provocó dislocaciones y rupturas muy significativas en
la economía mexicana. Es falso que el TLC haya provocado una
caída en la balanza comercial. Esa caída fue provocada por la
crisis de 1986 y la entrada, intempestiva y forzada, de México
al GATT (que después se convirtió en OMC). Fue entre 1986 y
1990 cuando las importaciones se multiplicaron y gran parte
del empleo manufacturero mexicano desapareció o se precarizó
para poder competir ante importaciones de muy bajo precio. Sin
embargo, el TLC sí disparó una serie de reordenamientos eco-
nómicos, crediticios, productivos y comerciales que provocaron
el quiebre de muchas empresas, aunque también la creación y
el crecimiento de otras. El resultado fue que el crecimiento del
empleo formal en México fue menor a nuestra previsión. El cre-
cimiento ocasionado por el TLC fue real, pero se postergó más
de un decenio y no fue del nivel esperado.
A fines de 2007 y claramente a partir de 2008, la migración
mexicana a Estados Unidos cayó de manera drástica. De 2000
a 2006, México había perdido anualmente aproximadamente

10
a 450,000 personas, adultos jóvenes en su mayoría. La mayo-
ría engrosaba la población indocumentada de Estados Unidos
a partir de 2008, pero, por el contrario, el saldo migratorio es
de alrededor de cero (no es posible saberlo por los registros
de flujos) y la población total de mexicanos en Estados Unidos
ha ido menguando paulatinamente. De 12.8 millones en 2008,
para 2017 se calculaba en 11.2 millones.4 Esta baja gradual es
producto de retornos, remociones5 y deportaciones, muertes,
de menos llegadas de mexicanos a Estados Unidos y de otros
cambios, pero en conjunto se puede decir que, por primera
vez desde los años sesenta, la población de mexicanos en Es-
tados Unidos está estable, con un cierto descenso. La menor
emigración mexicana, y la estabilidad de esa población, han
provocado otros cambios. Como muestra este libro, y en parti-
cular el primer capítulo, la antigüedad de residencia en Estados
Unidos ha aumentado sustancialmente; el dominio del inglés
ha mejorado; su nivel escolar es mayor; y la edad misma de
los migrantes ha aumentado, puesto que ya no se rejuvene-
ce esa población con recién llegados veinteañeros. La menor
competencia laboral por parte de migrantes recién llegados
también ha significado que los ingresos de los que ya estaban
allá han crecido en términos reales. Y, muy significativamen-
te, la legalidad del tránsito y del status migratorio en Estados
Unidos ha ido mejorando. Dicho cambio ha sido producto de

4 https://www.pewresearch.org/hispanic/fact-sheet/u-s-hispanics-facts-on-mexican-origin-
latinos/.
Otra fuente del mismo Pew indica que la población total de Mexicanos nacidos en México
que residen en E.U. era de 11.6 millones en 2017.

5 Se usa la palabra “remoción” además de deportación porque, en los usos jurídicos de Es-
tados Unidos, las remociones y las deportaciones son distintas.

11
los trámites normales de residencia, de visas laborales, como
las H-1B, H-2ª y H-2B, TN, L y otras, y de visas no laborales
que realiza esa población de mexicanos.
La caída de la emigración; el retorno masivo de casi 980,000
mexicanos entre 2007 y 2010; y la llegada con ellos de 775,000
personas nacidas en el extranjero, entre las que se encuentran sus
hijos y otros familiares, coinciden con nuestro pronóstico, pero
no con los factores que previmos Martin y yo en 1996. Nuestro
pronóstico se basaba en que la economía mexicana absorbería
exitosamente a los nuevos solicitantes de empleo. La realidad fue
menos positiva y más compleja. En primer lugar, se produjo en
Estados Unidos una súbita caída del empleo, del cual se recuperó
la economía muy lentamente. El sector al que habían transitado
los mexicanos en masa, la construcción, fue el más afectado, y
la tasa de desempleo entre ellos aumentó drásticamente. Por sim-
ples razones económicas, volvieron a México muchos mexicanos.
En segundo lugar, las penas por reingresar a Estados Unidos
después de haber sido removido o deportado involucraron cárcel
forzosa. Esto se sumó a las detenciones en comunidades y sitios
de trabajo. Durante décadas, el “juego” era arriesgarse en el cru-
ce, e intentarlo tantas veces como fuera necesario. Una vez que
llegabas a cierta comunidad y a cierto empleo, la probabilidad de
deportación bajaba casi a cero. Pero a partir de 2005 se incremen-
taron las redadas en comunidades y empresas dentro del país, y
se impusieron penas de cárcel por ingresar ilegalmente. Con todo
ello, el costo personal de la migración ilegal creció sustancialmente.
En tercer lugar, el peligro de la migración se incrementó bru-
talmente. Además del riesgo de aprehensión y cárcel ya men-
cionado, se agregaron muros, cercas muy altas y sensores a la

12
frontera, lo que resultó en menor éxito en el cruce ilegal. Por
esto, el cruce se convirtió en el negocio de grupos criminales.
Mientras el cruce no tuvo grandes riesgos o grandes costos,
los migrantes podían intentarlo solos o con un conocido de
su comunidad. Al incrementarse el riesgo de esta manera, los
grupos criminales ya organizados para el tráfico de drogas pu-
dieron cobrar mucho más por cruzar, secuestrar migrantes, y
convertirlos en una clientela cautiva o en mano de obra forza-
da. Otra consecuencia de esto es que la posibilidad de migrar
con éxito dependió de cada vez mayores inversiones. Migrar
dejó de ser para pobres rurales.
La criminalización de la migración indocumentada, enton-
ces, se dio de varias maneras. Una deriva del mayor riesgo de
vivir y trabajar sin documentos, y de reingresar ilegalmente
a Estados Unidos. Lo que antes era una infracción, se volvió
un delito grave. Otro canal de criminalización se dio al sujetar
a los migrantes a organizaciones criminales que se volvieron
mucho más visibles, activas, necesarias para el cruce fronte-
rizo, y depredadoras, a partir de 2007 – 2008.
En cuarto lugar, en México se reforzaron programas socia-
les de transferencias que desincentivaron la emigración. La
mejor manera de cobrar esas transferencias era no moverse.
Las transferencias a hogares de bajos ingresos se fueron incre-
mentando desde 1997. Al programa Oportunidades se suma-
ron un programa de pensiones no contributivas para adultos
mayores, un programa de subsidio a los campesinos que sem-
braban cultivos básicos, y otros. Para 2018, las transferencias
daban cuenta del 34% del ingreso del decil más pobre de los
hogares mexicanos, y del 23% del ingreso total del segundo

13
decil, según declaraban los propios hogares. Si el hogar y sus
miembros califican, es mucho mejor aumentar el ingreso del
hogar de esta manera, que enfrentar los costos y riesgos de
la migración.6
Por último, el empleo rural empezó a crecer en México, al
paso de las exportaciones agrícolas. La emigración interna-
cional mexicana ha salido sobre todo de zonas rurales, y la
creación de empleo en las zonas de origen, es decir el centro
– occidente y noroeste de México, facilitó enormemente que
las personas no migraran al exterior.7 Con todo lo anterior, de
ser un país fuertemente expulsor, México pasó a ser un país
de atracción, sobre todo de mexicanos en el exterior y de sus
descendientes.8
La migración misma —el flujo de quienes van y vienen— se
apegó más a las previsiones legales correspondientes. Por una
parte, un flujo menor “cabe” dentro de las visas que Estados
Unidos genera año tras año para México. Pero por otra, de
2008 a 2012, sobre todo, se generaron oportunidades adicio-
nales de migrar legalmente. A pesar de que la política oficial
era que México recibiera hasta 200,000 permisos de residencia

6 Se advierte al lector que ésta no es una hipótesis simple o siempre aplicable. Mientras la
migración a Estados Unidos fue relativamente sencilla, el hecho de que un hogar contara
con programas de transferencias y con el Seguro Popular incrementaba la probabilidad de
migrar, tanto como la probabilidad de que el migrante represara. El hogar no arriesgaba tanto
con la emigración puesto que contaba con transferencias, y era atrayente para el migrante
porque al llegar podía contar con mayor seguridad, servicios de salud e ingresos (Escobar,
Banegas y Teruel en Escobar y Masferrer [en prensa]). Al aumentar sustancialmente el
riesgo de migrar, sin embargo, los ingresos por transferencias se vuelven una alternativa
segura a la migración y esta disminuye.

7 Desde luego no hay una coincidencia perfecta entre la zona tradicional de origen de la em-
igración y la zona de agricultura de exportación, pero el traslape es considerable.

8 Hasta 2014 los flujos de centroamericanos eran muy pequeños, y menores aún los de aque-
llos que decidían quedarse en México. En CANAMID.org, un proyecto de diálogo migra-
torio encabezado por CIESAS, se encuentran múltiples estudios que muestran la pequeña
cantidad de migrantes centroamericanos en México hasta esa fecha.

14
permanente o Green Cards al año, la cantidad otorgada tradi-
cionalmente siempre era significativamente inferior. El Depar-
tamento de Estado incrementó (modestamente) la cantidad de
permisos de residencia,9 y más sustancialmente las visas de
trabajo temporales H-2A10, las VISAS TN11 (que formalmente no
son visas) y los permisos simples para visitar Estados Unidos
sin derecho de trabajar. Las visas TN, en particular, observaron
un crecimiento espectacular de 99,000 en 2005 y 2007 a 900,000
en 2011.12 Los movimientos se hacen de manera crecientemente
legal. Poco a poco, la población total de mexicanos en Estados
Unidos, de ser predominantemente indocumentada, pasó a ser
principal y crecientemente documentada.
Una manifestación interesante de que el “problema” de la
vigilancia fronteriza con México se había aminorado sustancial-
mente es que, desde que disminuyó la migración indocumentada
mexicana, la frontera dejó de ser el lugar donde se producen más
ingresos fraudulentos. A partir de ese momento, son los aero-
puertos por donde entran más personas de manera fraudulenta,
o quienes eventualmente abusan de una visa de visitante y se
quedan a trabajar. Y la población mexicana dejó de ser la más
numerosa entre los flujos indocumentados. La atención técni-
ca, mediática y política a la migración indocumentada debería

9 De alrededor de 145,000 en los años previos a la gran recesión, a 160,000 en 2018. MPI Data
Hub: Legal Immigrants by Country of Origin, 1999-2018

10 El sistema migratorio de Estados Unidos tiene 185 tipos de visas según el USCIS. La visa
H-2A es una visa para trabajo agrícola temporal que no está topada por el congreso. Se
otorgan poco menos de 300,000 por año a mexicanos.

11 Cuando Estados Unidos y Canadá firmaron su tratado bilateral de comercio, ambos apro-
baron que sus nacionales profesionales pudieran trabajar en el otro país con un mínimo
de requisitos.

12 https://www.statista.com/statistics/663424/nafta-visa-issuances/

15
haberse trasladado a los aeropuertos y a nacionalidades asiáticas,
centroeuropeas y centroamericanas. No sucedió así. Por des-
gracia, rinde más ganancias políticas denostar a los mexicanos.
¿Es correcto decir que el problema de la migración indocu-
mentada mexicana se ha resuelto o que está en vías de solución?
¿Cuántos mexicanos están realmente indocumentados en Esta-
dos Unidos? ¿cómo ha evolucionado su número desde que se
produjo el gran cambio en los movimientos migratorios? Nues-
tro estudio binacional sobre migrantes mexicanos en México
y en Estados Unidos señala que en 2005 se llegó a un máximo
de 6.3 millones de indocumentados (Masferrer, Claudia, Carla
Pederzini, Jeffrey Passel y Gretchen Livingston, 2020). El centro
Pew señala que doce años después, en 2017, a pocos meses de
la encuesta hecha por el CIESAS, representaban el 43% de una
población total de 11.6 millones de personas, es decir 4.9 millones.
Es decir, una disminución de 1.4 millones, cuando la tendencia
anterior era que el número creciera en 220,000 o más por año.
Por primera vez desde los años setenta, la mayor parte de los
mexicanos en Estados Unidos, es decir 6.4 millones, tiene un
status migratorio legal adecuado.13 Se pasó de un aumento anual
de 200 a 450,000 indocumentados a su disminución gradual.
La disminución en la cantidad de mexicanos indocumentados
(y el aumento de los documentados) debería reflejarse en me-
jores condiciones para que la mayoría de los mexicanos acceda
a nuevas oportunidades educativas, laborales, de servicios, de
vivienda y de movilidad.

13 El conjunto de la población mexicana había descendido, de 2007 a 2017, en dos millo-


nes de personas. La cantidad de deportaciones descendió de 2013 a 2017, de aproximada-
mente 300,000 a menos de 200,000.https://www.pewresearch.org/fact-tank/2019/06/28/
what-we-know-about-illegal-immigration-from-mexico/

16
Pero no todos los indocumentados mexicanos carecen de
algún estatus que les brinde protección. La más importante
población indocumentada que cuenta con protección legal para
evitar la deportación es la población de jóvenes “DACA”14 o
“Dreamers”.15 Este programa administrativo, que abordan con
detalle Barros y Escutia en este libro, fue creado por el presi-
dente Obama ante la imposibilidad de que el Congreso legislara
en materia migratoria. Los beneficiarios de este programa son
jóvenes que fueron llevados a Estados Unidos por sus padres
cuando eran menores de edad (es decir, que no decidieron por
ellos mismos violar las leyes de Estados Unidos al migrar sin
documentos) y que no han cometido un solo delito. Según el
capítulo al respecto en este volumen, la inscripción exitosa en
el DACA les permite a estos jóvenes estudiar, trabajar, conducir
(con diversas condiciones en diversos estados, como se señala
en este libro) y abrir negocios, sin ser perseguidos o deporta-
dos, a pesar de carecer de permiso de residencia permanente.
Los DACA, puesto que carecen de ese permiso, se clasifican
como indocumentados, pero mientras los tribunales de Estados
Unidos suspendan la extinción del programa, no pueden ser
deportados. Pew estima que, en 2019, había 536,000 mexicanos
en el DACA. Estar en el programa puede brindar beneficios sus-
tanciales a este medio millón de jóvenes mexicanos. Este libro
explora el tema desde dos vertientes. Por un lado, se llevaron a
cabo grupos focales con estos jóvenes en 12 consulados, y se

14 Deferred Action For Childhood Arrivals. El nombre significa que las acciones de remoción
y deportación se postergan para quienes llegaron a Estados Unidos siendo menores de edad
e ingresaron a este programa exitosamente.

15 El autor agradece a Jeffrey Passel haber explicado y desmenuzado los diferentes status de
la población mexicana que en general cae bajo la categoría de “indocumentado”.

17
analizaron las políticas de cada estado respecto de los jóvenes
DACA (Barros). Desde otro ángulo, Escutia hace un análisis de
una iniciativa proactiva de la embajada y del servicio consu-
lar mexicano para asegurarse de lograr la máxima cobertura
y los máximos beneficios del DACA para jóvenes mexicanos.
Por el momento, esta población está relativamente protegida
del encarcelamiento o la remoción. Pero su futuro en Estados
Unidos depende de la decisión de la Suprema Corte, que debe
pronunciarse en 2020 sobre el programa DACA. Haberse acogido
al DACA indica que el deseo de estos jóvenes es permanecer
en Estados Unidos. Pero si tienen que salir al concluir el pro-
grama, México deberá tener políticas de inclusión para ellos.
Una segunda población que es indocumentada, pero que
cuenta con protección para permanecer en Estados Unidos en
tanto su estatus se define, son los solicitantes de refugio. Aun-
que ha crecido el número de solicitantes mexicanos de asilo,
su número es aún muy pequeño como para impactar el total
de indocumentados.
Tomando en cuenta lo anterior, además de la reducción de
1.4 millones de indocumentados, hay por lo menos dos grupos
de indocumentados que tienen cierta protección ante la depor-
tación, aunque esta protección es endeble: el programa DACA
fue cancelado, aunque su cancelación fue suspendida, y los
solicitantes de asilo tienen protección en tanto dura su proce-
so, aunque el resultado de las solicitudes de asilo presentadas
por mexicanos es abrumadoramente negativo. En conjunto, se
puede hablar entonces de una población de alrededor de poco
más de 4 millones de mexicanos que no tienen protección legal
para su estancia, y de poco menos de un millón que, aunque

18
son indocumentados, hasta este momento están protegidos
contra la deportación. Esta cifra de indocumentados, aunque
mucho menor a la de 2005, aún representa la mayor pobla-
ción indocumentada de cualquier país en Estados Unidos y,
por tanto, requiere de la protección consular.

La necesaria defensa de los


mexicanos en Estados Unidos
Si la emigración disminuye y el retorno definitivo y la llegada
de nacidos en Estados Unidos aumenta en México;16 si, en con-
secuencia, la población mexicana en Estados Unidos disminu-
ye; y si la población indocumentada en particular disminuye y
aumenta la proporción con permiso de residencia o ciudadanía,
entonces podría pensarse que la necesidad de cincuenta consu-
lados para atender mexicanos (sobre todo) en Estados Unidos
también disminuye. De ninguna manera. En primer lugar, la
población de origen mexicano crece. Como ya se mencionó, Pew
la estimaba en 36.6 millones en 2017. Esta población también
es ciudadana mexicana, aunque en primera instancia tenga na-
cionalidad estadounidense. Su vinculación familiar y social con
México permanece y requieren una gran cantidad de servicios.
Pero la razón principal para mantener la atención de toda esta
población como una prioridad de Estado para México es que
sigue siendo extremadamente vulnerable, lo que magnifica el

16 Otro corolario de este gran cambio migratorio es que es necesario voltear a ver cómo
México está integrando a los retornados y a los mexicanos nacidos en Estados Unidos.
Ése, desde luego, es un tema de importancia sustancial. ¿La población nacida en México
que retorna al país, y sus descendientes nacidos en Estados Unidos, tienen un proceso de
incorporación favorable a México? Nuestro estudio binacional (en prensa), Jacobo Suárez
(2018), Martínez (2019) y otros lo analizan con detalle.

19
impacto de los cambios políticos o económicos. Como se men-
cionó en párrafos anteriores, un poco más de 4 millones están
en serio riesgo de deportación. Es decir, que puede ser apre-
hendida y deportada con facilidad, y que otros 12 millones de
personas —sus familiares inmediatos— verían su vida diaria y
su sobrevivencia en duda. Pero el resto —más de 6 millones de
nacidos en México que cuentan con permiso para vivir o tra-
bajar en Estados Unidos, y otros 24 millones que son de origen
mexicano pero ciudadanos de Estados Unidos por nacimiento,
también sigue siendo vulnerable. Es decir, que el delito de “pa-
recer mexicano”, independientemente de la legalidad de la es-
tancia, o incluso de la ciudadanía estadounidense, no sólo se ha
mantenido vigente, sino que se ha agravado sustancialmente.
La discriminación hacia los mexicanos en general ha mo-
vido a algunos a pensar que el estatus legal es trivial. Esto es
completamente falso. Al contrario. Dado que por razones ra-
cistas la probabilidad de ser cuestionado es alta, contar con
papeles resulta fundamental, y estimular y apoyar a los mexi-
canos que puedan conseguir papeles sigue siendo prioritario.
Ser hijo de indocumentados, como lo sustentan Bean, Brown
y Bachmeier (2015) tiene un costo alto y precisable, en térmi-
nos de escolaridad, ocupación e ingresos. En otras palabras,
una buena parte de la población de origen mexicano hereda
desventajas significativas del status migratorio irregular de sus
padres. Que los mexicanos cuenten hoy en su mayoría con
visa de trabajo, residencia o ciudadanía es extremadamente
positivo para ellos y para sus hijos. Pero aun así ellos y sus
hijos son detenidos e interrogados con mucha mayor frecuen-
cia que los blancos, sin importar la nacionalidad de estos. Ser

20
documentado es muy valioso. Pero sin importar que esos mexi-
canos sean documentados o no, contar en ese momento con un
apoyo consular puede derivar en la diferencia entre continuar
con su vida y ser removido o deportado. Además de que se
trata de la mayor diáspora de cualquier país en cualquier otro
país, entonces, esta población reclama la atención resultado
de su status precario y de un fenómeno adicional que ejerce
una fuerte presión sobre las vidas de los mexicanos y de sus
descendientes, pero sobre el cual hay un fuerte debate. Algu-
nos lo han categorizado como “asimilación segmentada” (Gans
1992, Portes y Zhou 1993, Portes y Rumbaut 2001); otros como
“racialización” (Massey 2009). Con estos conceptos se hace
referencia al hecho de que ser mexicano en Estados Unidos
plantea vivir con un conjunto de condiciones que dificultan la
vida. Hay otras poblaciones indocumentadas que han abusado
de sus documentos y se han quedado en Estados Unidos sin
permiso, o que han entrado sin autorización. De hecho, ésas
son las poblaciones que crecen ahora que la migración indocu-
mentada mexicana ha disminuido. Pero no son objetivo de los
operativos de represión y deportación como lo es la población
mexicana. Éste es un hecho que el gobierno mexicano enfrenta
y por el cual la labor consular es tan significativa.
Este libro no pretende resolver el tratamiento conceptual de
la interacción de la población de origen mexicano con otras
poblaciones y la sociedad de Estados Unidos. Sin embargo,
reconoce que es una identidad a la que se le han adjudicado
valores negativos, tal como lo ha hecho el presidente Trump.
La manera más clara de manchar la identidad mexicana ha
estado en la asociación que se ha hecho de los mexicanos con

21
el delito y, más particularmente, con el tráfico de drogas. Este
libro aborda este tema con detalle. Observa que, mientras que
las interacciones entre los dos gobiernos a propósito del nar-
cotráfico se han realizado con un alto grado de cooperación
que satisface a las instancias encargadas del tema en Estados
Unidos, una facción de línea dura del Departamento de Segu-
ridad de la Patria, del Departamento de Justicia, y allegados
muy cercanos al presidente Trump, ha enarbolado la necesi-
dad de salvar a las comunidades estadounidenses del flagelo
de las drogas y de los traficantes de drogas mexicanos. Esta
visión se traduce en restricciones migratorias, de servicios, en
arrestos, en patrones que prefieren no emplear mexicanos. En
otras palabras, repercute en las condiciones objetivas de vida
de la inmensa mayoría de mexicanos que no tiene ninguna
relación con ese mundo delictivo. Ésta puede representar una
tercera vía de criminalización: la primera corresponde al au-
mento de los riesgos de arresto y remoción desde el interior de
Estados Unidos; la segunda resulta de que la estrategia fron-
teriza forzó a los migrantes a contratar a criminales organiza-
dos para cruzar la frontera; y la tercera es ésta, por la cual se
asocia la identidad mexicana con el delito, y se restringe aun
más el ámbito de vida y acción de los mexicanos en ese país.

Laberintos de un sueño americano


El libro se desarrolla en estas tres grandes vertientes: por
una parte, con una investigación amplia y representativa de
los mexicanos que acuden por cualquier razón a los consu-
lados. La gran cantidad de usuarios mexicanos de servicios

22
entrevistados por nosotros garantiza que cubrimos estados y
situaciones personales y familiares muy diversos. Incluimos
en este primer componente tanto las entrevistas al personal
consular como los grupos de discusión con jóvenes beneficia-
rios del programa DACA. En segundo lugar, con un análisis
de la política consular mexicana. Finalmente, con un análisis
de la evolución de la coyuntura de las drogas, la economía
criminal y su relación con la política.
El primer capítulo, de Regina Martínez Casas, explica el ori-
gen y sentido del estudio, y ofrece sus resultados generales.
El notable descenso de la migración México – Estados Unidos
ha provocado cambios importantes en esa población. Algunos
de ellos llevaron a una mejoría relativa de las condiciones le-
gales y de mercado que ellos enfrentan. El capítulo inicia con
el planteamiento de la investigación en general y describe la
población que se entrevistó en los consulados. Como ya se
dijo, encuentra características relativamente favorables, dada
la pobreza, la baja escolaridad y la carencia de papeles que
había marcado a la población mexicana de Estados Unidos en
el pasado. A partir de ahí, Martínez Casas detalla la cantidad
y el tipo de experiencias de discriminación y rechazo experi-
mentados por los usuarios de servicios. Los hallazgos son con-
tundentes: una parte significativa de ellos sí ha experimentado
un aumento en la discriminación, la exclusión y la agresión a
partir de enero de 2017.
El capítulo de Georgina Rojas aborda la historia y las nue-
vas estrategias y formas de coordinación del servicio consu-
lar. El capítulo da voz a los cónsules y altos funcionarios de la
Secretaría de Relaciones Exteriores que diseñaron respuestas

23
a las necesidades más apremiantes de los mexicanos en Esta-
dos Unidos. Entre ellas la más reciente, y en la cual se centra
la parte final del artículo, es el programa FAMEU, o Fortale-
cimiento de la Atención a Mexicanos en Estados Unidos. Ro-
jas analiza cada uno de los componentes de este programa y
la coordinación que se ha dado entre los consulados y entre
ellos, la embajada y la cancillería, con el fin de lograr la ma-
yor protección posible.
Magdalena Barros aborda una de las tres vertientes de la
investigación directa en consulados: el diálogo con jóvenes
beneficiarios del programa DACA. Como ya se mencionó, este
programa permite que jóvenes que fueron llevados a Estados
Unidos de manera indocumentada en su infancia accedan a
una variedad de servicios y oportunidades, y que, mientras
exista el programa y sean parte de él, no se les remueva ni
deporte de Estados Unidos, a pesar de ser técnicamente indo-
cumentados. Los mexicanos comprenden la mayoría de los
beneficiados por el programa (más de medio millón de los
700,000 beneficiarios totales en 2017). Mientras que políticos
y funcionarios exaltan o reprueban lo hecho por el DACA, este
análisis de las experiencias y opiniones de alrededor de cien
jóvenes que se expresaron en los consulados permite enten-
der de manera detallada, pero también empática, por qué y
cómo el programa ha cambiado la vida de sus beneficiarios.
Además de la experiencia personal de estos jóvenes, llama la
atención que el programa ha incidido en la vida de las familias
de múltiples maneras. Al dar acceso a empleos formales y a
licencias, la libertad y las oportunidades de las familias se in-
crementan. Al obtener el derecho de ser titular de un negocio,

24
los jóvenes DACA han permitido que sus familias controlen
negocios que incrementan el ingreso familiar. Se ha decretado
el fin del programa, pero su cancelación ha sido suspendida.
El futuro de estos jóvenes está en vilo. Seguirán necesitando
apoyo consular mexicano.
Julián Escutia, director general de Protección a Mexicanos
en el Exterior, es autor del cuarto capítulo, donde analiza cómo
se produce y se pone en práctica la coordinación del triángulo
Cancillería —embajada— servicio consular para aprovechar
coyunturas favorables a los mexicanos, o bien luchar en con-
tra de iniciativas lesivas de los derechos de los migrantes. El
análisis se divide en dos. En primer lugar, se desmenuza el
proceso por el cual se llegó a la aprobación y promulgación
de la ley del Senado de Arizona la SB1070, en 2010, y el con-
junto de acciones, coordinaciones, servicios e intervenciones
que se pusieron en marcha con el fin de impedir su vigencia.
Estos esfuerzos, en que el gobierno de México se alió con po-
derosas organizaciones sociales, tuvieron cierto éxito, al im-
pedir la entrada en vigor de las disposiciones más dañinas de
la ley. El segundo caso es el del programa DACA. El objetivo
de la Cancillería fue que se beneficiaría a la mayor cantidad
posible de jóvenes mexicanos. El operativo incluyó múltiples y
amplias acciones que involucraron a medios de comunicación,
redes sociales, decenas de miles de sesiones informativas y de
capacitación para el proceso burocrático, y otras acciones. El
resultado es que el 80% de los beneficiarios del programa son
mexicanos, y que desde que el programa fue lanzado esas fa-
milias han vivido mejor, aunque, como Barros señala, algunos
beneficios que los jóvenes esperaban no se materializaron.

25
El último capítulo fue escrito por Carlos Flores. Flores re-
salta que la cooperación del gobierno de México con el de Es-
tados Unidos se ha dado de manera fluida, y que México ha
emprendido las acciones que se le han solicitado. Sin embargo,
observa cómo ha tenido lugar una escalada narrativa y política
que parte sobre todo de la CIA, del Departamento de Seguri-
dad de la Patria, y de consejeros muy cercanos al presidente,
en el sentido de que México está al borde del colapso por la
violencia, y que es necesario tomar medidas en la frontera
y para la protección de las comunidades de Estados Unidos,
que en un mapa presentado por Flores aparece invadido por
cárteles mexicanos. El autor no anticipa un alivio significati-
vo para la relación bilateral a partir de lo logrado en la lucha
contra las drogas. Por el contrario, pronostica dos escenarios.
En ambos, la iniciativa principal parte de Estados Unidos, pero
en uno la presión es acatada con una serie de concesiones en
otros campos, tales como el energético, o al asumir un papel
militar coordinado pero subordinado, o en la negociación del
T-MEC. En el otro, la opción del gobierno de Estados Unidos
es escalar la confrontación con fines básicamente electorales.
Desde el punto de vista de este libro, la segunda opción es la
más dañina para los mexicanos en Estados Unidos. Siempre que
se exacerban las tensiones, los chivos expiatorios son ellos. A
partir de la escritura de este libro, las acciones de Estados Uni-
dos se han correspondido a lo previsto en el primer escenario.
En las primeras páginas de esta introducción menciona-
mos que la población de mexicanos en Estados Unidos sería
equivalente al segundo estado más poblado de México. Reite-
ramos que, para México, los “mexicanos de allá” representan

26
en primer lugar una obligación. Tienen derechos que México
debe defender. Pero también representan un apoyo y un cúmulo
de servicios para México. Si fueran un estado, serían el esta-
do más rico de la federación por sus ingresos. Y como fuerza
política, que gradualmente va en ascenso, podrán ser aliados
fundamentales en el futuro. Mantener actualizado el estudio
de sus condiciones de vida, y fortalecer la relación con ellos,
es imprescindible.

Referencias
Bean, Frank D., Susan K. Brown, James D. Bachmeier
2015 Parents Without Papers. The Progress and Pitfalls of
Mexican – American Integration. Nueva York: Russell
Sage Foundation.

Escobar Latapí, Agustín y Claudia Masferrer (coords.) (en


prensa) La década que cambió la migración. Ciudad de
México: El Colegio de México.

Gans, Herbert J.
1992 “Second-Generation Decline: Scenarios for the Econo-
mic and Ethnic Futures of the Post-1965 American Immi-
grants.” Ethnic and Racial Studies. March. 15(2) 173-192.

27
González Gutiérrez, Carlos (coord.)
2006 Relaciones Estado-diáspora México; Secretaría de Rela-
ciones Exteriores. Instituto de los Mexicanos en el Ex-
terior, Universidad Autónoma de Zacatecas, Asociación
Nacional de Universidades e Instituciones de Educación
Superior, Miguel Angel Porrúa.

Martínez Díaz Covarrubias, Sandra Nadezhda


2019 “Mojado en mi propia tierra. Integración y exclusión de
personas migrantes de retorno en Guadalajara y en San
Gabriel, Jalisco”. Tesis de doctorado, Guadalajara: CIE-
SAS Occidente.

Masferrer, Claudia, Carla Pederzini, Jeffrey Passel y Gretchen


Livingston
2020 “Dinámicas demográficas de la migración mexicana en
ambos lados de la frontera”. En Escobar Latapí, Agustín
y Claudia Masferrer (Coords.) La década que cambió la
migración. Ciudad de México: El Colegio de México.

Massey, Douglas S.
2009 “Racial Formation in Theory and Practice: The Case of
Mexicans in the United States” Race and Social Problems.

Portes, Alejandro, y Min Zhou


1993 “The New Second Generation: Segmented Assimilation
and its variants.” The Annals of the American Academy
of Political and Social Science. 530(1), 74-96.

28
Nuevas tendencias en la población
mexicana en Estados Unidos
en tiempos de la administración
de Donald Trump

Regina Martínez Casas


CIESAS

29
Introducción

A
mediados de 2017, varios Centros Públicos de Inves-
tigación del Conacyt nos propusimos llevar a cabo un
conjunto de investigaciones que permitiera conocer
el impacto en diferentes ámbitos de la vida nacional a partir
de la llegada de Trump a la Presidencia y sus consecuencias
en la economía, el desarrollo regional y la vida de mexicanos
radicados en Estados Unidos.
Como parte de este esfuerzo, en el CIESAS desarrollamos un
proyecto para realizar trabajo de campo en consulados de Mé-
xico en Estados Unidos.1 Nuestra investigación tuvo tres com-
ponentes: incluyó la aplicación de un conjunto de encuestas
realizadas en 19 de los consulados más grandes en aquel país;
grupos de enfoque con jóvenes; y entrevistas con personal con-
sular y funcionarios de la Subsecretaría para América del Nor-
te de la Cancillería. Con esta metodología múltiple buscamos
acercarnos a diferentes voces que viven de distinta manera la
nueva relación entre México y Estados Unidos.
En este trabajo abordo el primer componente de nuestra in-
vestigación. El objetivo de la encuesta fue conocer el perfil so-
ciodemográfico de las personas que acuden a solicitar servicios

1 Los otros Centros fueron el Centro Geo, el Colegio de la Frontera Norte (COLEF) y el Centro
de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). El procesameinto de nuestra base de datos
se realizó con el apoyo del Centro Geo. El equipo del CIESAS estuvo coordinado por la Dra.
Magdalena Barros Nock, la Dra. Georgina Rojas García y la Dra. Regina Martínez Casas.

31
a los consulados; su inserción en el mercado laboral; la anti-
güedad de la migración y su origen; su movilidad dentro de
Estados Unidos y hacia México —voluntaria o involuntaria—;
y las experiencias de discriminación, especialmente en los últi-
mos años a raíz de la campaña de Donald Trump contra México
y los mexicanos, pero también a partir del incremento en las
deportaciones que inició en 2008, tuvo su nivel más alto entre
2011 y 2014, y se ha mantenido como una continua amenaza
contra grandes contingentes de migrantes en situación irregu-
lar y de familias con estatus migratorio mixto.
Partiendo de la hipótesis de que muchos mexicanos perciben
que su condición en Estados Unidos es cada día más vulnera-
ble y que se exponen cotidianamente a expresiones racistas y
xenófobas, nuestra investigación buscó indagar este conjun-
to de experiencias a partir de preguntas que se acercan a la
temática de manera indirecta.
El cuestionario fue elaborado por Magdalena Barros Nock,
Georgina Rojas García y Regina Martínez Casas, con la colabora-
ción de Agustín Escobar Latapí, todos investigadores del CIESAS.
Su implementación fue posible gracias a la colaboración del per-
sonal de la Subsecretaría para América del Norte de la Secretaría
de Relaciones Exteriores, en particular de Julián Escutia y con el
apoyo de Data OPM.2 Las encuestas se aplicaron en dos tempora-
das de campo. La primera tuvo lugar durante los meses de octubre
y noviembre de 2017 y se aplicó en 11 consulados. La segunda
incluyó ocho consulados y se realizó en mayo y junio de 2018.

2 Data OPM es una empresa encuestadora que ha apoyado una gran cantidad de proyectos
académicos y que se ha especializado en el levantamiento de encuestas que son la base
para el análisis de procesos políticos y sociales en México en comparación con otros paí-
ses de la región.

32
En ambos casos se buscó lograr un equlibrio entre consulados
ubicados en zonas urbanas en contraste con las rurales y en re-
giones con políticas “amigables” a la migración frente a regiones
que consideramos más hostiles. La selección de consulados se
realizó en coordinación con la Secretaría de Relaciones Exterio-
res. Se aplicaron un total de 1 991 cuestionarios a personas que se
encontraban realizando diferentes trámites en los consulados o a
sus acompañantes, mientras esperaban su turno. Todos nuestros
entrevistados fueron mayores de 18 años. La participación fue vo-
luntaria y tuvimos un porcentaje bajo de personas que declinaron
participar en el estudio. El tiempo de aplicación de cada cuestio-
nario tomó de 5 a 10 minutos, sin embargo, en algunos casos las
personas hicieron comentarios a sus respuestas, los cuales fueron
registrados en notas de campo por el equipo de entrevistadores.
En la siguiente tabla se muestra el número de cuestionarios apli-
cados en cada consulado.

Número de Número de
Ciudad personas Ciudad personas
encuestadas encuestadas
Los Ángeles 108 St. Paul 89
San Bernardino 88 Miami 89
Oxnard 69 Nueva York 162
Phoenix 117 Little Rock 74
Tucson 56 Denver 187
Chicago 104 Seattle 62
Dallas 84 Portland 175
Houston 60 Fresno 137
Atlanta 157 Filadelfia 75
Raleigh 98

Tabla 1. Elaboración propia

33
El perfil sociodemográfico
Nuestra muestra estuvo constituida mayoritariamente por hom-
bres. En diversas investigaciones se ha documentado que la migra-
ción mexicana a Estados Unidos inició siendo fundamentalmente
masculina, pero a mediados de la década de 1980 se empezó
a feminizar a partir de tres procesos: por un lado, mujeres que
viajaron en busca de sus esposos, por otro, familias que migra-
ron juntas, y en tercer lugar y de manera más reciente, mujeres
solteras o jefas de familia que migran como antes lo hacían pre-
dominantemente los hombres (Massey, Pren y Durand, 2009).
Adicionalmente, en las dos últimas décadas del siglo XX muchas
mujeres migraron a trabajar en las maquiladoras de la frontera
norte de México y eso les proporcionó herramientas para poder
después cruzar la frontera y buscar empleo en Estados Unidos.
Nuestra propia base es elocuente al respecto: 83% de las mu-
jeres que respondieron la encuesta llegaron después de 2005.

1. Sexo

44.7% Femenino
Masculino

55.3%

Gráfica 1. Elaboración propia.

34
La edad de nuestros encuestados corresponde también a
personas que se encuentran en el pico de su vida productiva y
reproductiva. Más de la mitad de quienes respondieron nuestra
encuesta tiene menos de 39 años y sólo un 5% son adultos
mayores. Esto se vincula con la siguiente gráfica que muestra
la antigüedad de la migración y que nos permite inferir que
la mayor parte de nuestros encuestados llegaron muy jóvenes
a Estados Unidos. Este tipo de datos nos obliga a reflexionar
sobre dos factores que discutiremos más adelante. Por un lado,
las implicaciones que tiene para México perder a un porcenta-
je significativo de sus jóvenes por la migración y, por otro, el
incremento en las remesas que se ha venido documentando a
lo largo de la última década. Dado que las personas que res-
pondieron nuestra encuesta se encuentran trabajando casi en
su totalidad, es probable que actualmente contemos con un
número muy importante de connacionales radicados en Estados
Unidos que envían dinero a sus familias que no han migrado.

35
2. ¿Cuántos años cumplidos tiene usted?
35
32.2
30
25.3
25 23.4

20

15 13.4

10
5.7
5

De 18 a 29 De 30 a 39 De 40 a49 De 50 a 59 Más de 60

Gráfica 2. Elaboración propia.


A B C D E

7. ¿En qué año llegó a Estados Unidos?

No aplica 2.8

NS/NC 1.1

De 2011 a 2017 13.7

De 2006 a 2010 11.9

De 2001 a 2005 18.3

De 1996 a 2000 22.9

De 1991 a 1995 11.3

De 1981 a 1990 13.2

Hasta 1980 4.8

0 5 10 15 20 25

Gráfica 3. Elaboración propia.

36
Llaman la atención dos hallazgos que se deducen de los grá-
ficos: durante el incremento de las deportaciones siguieron mi-
grando mexicanos, pero el pico migratorio lo encontramos desde
mediados de la década de 1990, en donde se vivieron fuertes crisis
económicas y cambios políticos en el país, hasta mediados de la
década de los 2000 y justo antes de la crisis en la economía global
que afectó de manera importante el empleo en Norteamérica, en-
tre 2008 y 2010. Más del 40% de nuestros encuestados migraron
en esa ventana de tiempo. En 2020 seguramente hubiéramos en-
contrado información diferente. La crisis de salud originada por la
pandemia de Covid-19 ha desalentado la migración internacional
y a la fecha de la redacción de este texto mantenía semicerrada
la frontera entre México y Estados Unidos. También el compor-
tamiento de las remesas variará por efecto del desempleo que ha
afectado la economía global. En marzo de 2020 se registró un in-
cremento récord en el envío de remesas desde Estados Unidos a
México y esto coincide con el inicio de la contingencia sanitaria en
ambos países. Es probable que muchos de los connacionales que
tienen familia en México decidieran enviar apoyo extraordinario.
Con relación al origen geográfico de la migración, nuestros
hallazgos coinciden con lo que ya se ha documentado en la
bibliografía sobre los estados que envían más población fuera
del país (Mummert, 2016). Los primeros dos lugares los ocupan
estados del Bajío, con una larga tradición migratoria desde la
época del programa brasero. Después le siguen entidades poco
documentadas como expulsoras, particularmente la Ciudad de
México. Es importante señalar que un poco más del 3% de
nuestros encuestados son nacidos en Estados Unidos, que bus-
can servicios consulares para formalizar su doble nacionalidad.

37
Estado
Michoacán 10.4
Guanajuato 7.5
Guerrero 7.5
CDMX 6.9
Jalisco 6.8
Oaxaca 5.4
Veracruz 5
México 4.6
Zacatecas 4.6
Puebla 4.1
San Luis Potosí 4.1
Sonora 4
Hidalgo 3.6
Estados Unidos 3.3

0 2 4 6 8 10 12

Gráfica 4 . Elaboración propia.

Relativo a la escolaridad de nuestros encuestados encontramos


que más de la tercera parte alcanzó estudios en el nivel de
educación media superior y un porcentaje similar secundaria
terminada (media básica). Sorprende que se trata de personas
más escolarizadas que el promedio en México, en donde la
escolaridad alcanza apenas el 9.1% en personas mayores de
15 años (INEE 2019). El otro dato interesante es que el 8.8%
de nuestros entrevistados cuenta con estudios universitarios.

38
5. ¿Cuál es su escolaridad?

NS/N 0.4

Profesional 8.8

Bachillerato 33.8

Secundaria 31.3
Primaria
completa 25.7
o menos
0 5 10 15 20 25 30 35

Gráfica 5. Elaboración propia.

De acuerdo con la información sobre escolaridad, el nivel de


manejo del inglés debería estar relacionado con el tiempo de
permanencia en la escuela. Los datos que nos arroja nuestra
encuesta apuntan a que muchos de ellos estudiaron en México
y que sólo una tercera parte tiene un manejo fluido del inglés
en las cuatro habilidades comunicativas básicas. En el extremo,
también llama la atención que casi el 40% de nuestros encuesta-
dos habla muy poco o nada de inglés. Investigaciones educativas
han mostrado que la enseñanza del inglés como asignatura en
la escuela en México es muy deficiente, por lo que asumimos
que ese sector de nuestra muestra aprendió inglés como parte
de su experiencia migratoria (INEE 2019). Más adelante vere-
mos que esto impacta en la inserción laboral y en las experien-
cias de discriminación que documentamos en nuestro trabajo.

39
10. ¿Cuál es su nivel de conocimiento de inglés?
35 33.0
30 26.1
25
20
15.8
15 13.8
11.3
10
5
0
No sabe Entiende Entiende Entiende, Entiende, habla,
un poco y habla habla y lee lee y escribe

Gráfica 6. Elaboración propia.

Para complementar la información sobre la condición lingüís-


tica de nuestros encuestados, indagamos también si hablan
alguna lengua indígena mexicana. Sorprende que los datos
se parezcan mucho a las tendencias nacionales. Según la
encuesta intercensal de INEGI realizada en 2015, el 7% de
los mexicanos declaró ser hablante de alguna lengua indí-
gena y en nuestros datos fue el 7.3% de quienes aceptaron
responder el cuestionario. Esta tendencia también contradice
algunos de los estudios que existen sobre la migración de
este tipo de población (Martínez Casas, 2007). La literatura
suele afirmar que los indígenas migran menos al extranje-
ro y prefieren la migración interna regional. Nuestros datos
cuestionan esas afirmaciones.

40
11 ¿Habla o entiende algún dialecto o lengua indígena?
7.3%
No

0.3% NS/NC

92.5%

Gráfica 7. Elaboración propia.

Sobre la inserción en la ociedad norteamericana


En este apartado analizamos información que nos muestra
la manera en que nuestros entrevistados se han insertado en
la sociedad a la que migraron. Algunos indicadores como el
acceso que tuvieron —en su momento— al programa DACA3
y el tipo de empleo muestran la manera en que se relacionan
con otras personas en el país en el que ahora radican.
Respecto al primer punto encontramos que más del 20% de
las personas que entrevistamos en los consulados tiene al me-
nos un familiar beneficiario del DACA. Esto es muy superior a
lo que reporta la literatura, lo que nos permite reflexionar sobre
el perfil de las personas que acuden a solicitar servicios a los
consulados de México en Estados Unidos. También es interesante
que la gran mayoría afirmó tener sólo un familiar beneficiado
por el programa (Ver Barros Nock en este mismo volumen).

3 Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés).

41
En las entrevistas con personal de los diferentes consulados
nos informaron que se incrementó la demanda de documentos
de identidad para jóvenes que eran candidatos para solicitar el
DACA. Además, en muchos de estos consulados se organizaron
eventos de capacitación para apoyar estas gestiones.

13. ¿Usted o alguien de su familia


son parte del programa DACA?

No
21.9%
1.2% Sí
NS/NC

76.9%

Gráfica 8. Elaboración propia.

14. ¿Cuántos de sus familiares son parte del programa DACA?

5' o mas 3.9

4' 5.0

3' 8.2

2' 29.5

1' 53.3

0 10 20 30 40 50 60

Gráfica 9. Elaboración propia.

42
Otro elemento que influye de manera muy importante en la
manera en que los connacionales viven la experiencia migra-
toria tiene que ver con el hecho de contar con familiares que
han regresado a México, ya sea por deportación o por retorno
voluntario. La literatura sobre la dinámica de las deportacio-
nes a México marca un pico después de la crisis financiera
que afectó a Estados Unidos entre 2008 y 2010 (Selee, 2018).
Datos del Migration Policy Institute muestran que ese hito im-
plicó que la dinámica de movilidad entre México y Estados
Unidos se tornara negativa, de tal suerte que, como podemos
corroborar en nuestros propios datos, después de 2010 la lle-
gada de nuevos migrantes es poca y el retorno a México ha
marcado a una de cada cinco familias.
De nuestra encuesta llama la atención que el porcentaje de
personas que revelan tener familiares recientemente deportados
y el porcentaje de quienes declaran contar con familiares que
regresaron a México de forma voluntaria son prácticamente
idénticos. Este tipo de información que compara deportaciones
contra repatriaciones voluntarias ha sido poco explorado y es
uno de los temas que Selee pone en la mesa en sus análisis más
recientes sobre la dinámica migratoria entre México y Estados
Unidos. Este autor plantea que ante la deportación de una per-
sona cercana, otros integrantes de su red de apoyo tienen dos
tipos de respuesta: unos deciden regresar a México ante la po-
sibilidad de una deportación o para mantener unida a la familia
y los otros refuerzan las medidas de protección comunitaria
para evitar el riesgo de ser deportados. En un escenario como
el que postula Selee, nuestros números permitirían proponer
que por cada persona que ha sido deportada recientemente,

43
otra más ha decidido regresar. Otra hipótesis es que reconocer
una deportación frente a un entrevistador desconocido no es
fácil para muchas personas, por lo que nuestros números so-
bre retornos voluntarios pueden encubrir un mayor número
de deportaciones que las registradas en la pregunta explícita
sobre este doloroso tema.

20. ¿Alguno de sus familiares ha sido


deportado en los últimos cinco años?

11.3% No

0.3%
NS/NC

88.5%

Gráfica 10. Elaboración propia.

24. ¿Alguno de sus familiares regresó a México


voluntariamente en los últimos cinco años?

11% No

0.7%
NS/NC

88.3%

Gráfica 11. Elaboración propia.

44
Finalmente, el último tema que indagamos en nuestra en-
cuesta y que impacta de manera importante la inserción de los
mexicanos radicados en Estados Unidos es su inserción en el
mundo del empleo. Como mostramos en la gráfica sobre esco-
laridad y conocimiento del inglés, más de la mitad de nuestros
entrevistados cuenta con estudios a nivel de educación media
superior y superior, y cerca del 60% declara hablar y entender
el idioma inglés. En la revisión de las ocupaciones que reportan
encontramos que un poco menos de la mitad cuenta con empleos
no especializados, mientras que el resto realiza actividades de
especialización media y alta. En la revisión de la información
observamos que estos resultados están más vinculados a la an-
tigüedad de la migración que a la escolaridad, pero sí tienen
una correlación muy alta con el dominio del inglés. Casi todas
las personas que desempeñan labores de alta especialización
son altamente bilingües inglés-español. Es muy probable que
la inserción diferenciada en el mercado laboral se vea influi-
da por la escolarización, el bilingüismo y las redes paisanales
con las que cuentan nuestros entrevistados. Como parte de los
comentarios que realizaron al margen de la encuesta, mucho
de ellos declararon trabajar en empresas en las que laboran
otros familiares o paisanos. Incluso considerando que el 33%
de los encuestados declaró poder hablar, comprender, leer y
escribir en inglés, sólo el 18% se ubica en espacios de trabajo
en los que puede utilizar dichas habilidades de forma plena.4

4 Definimos como empleos no-profesionalizantes a las actividades manuales básicas y como


mixtos a aquellos empleos manuales que requieren algún tipo de certificación técnica,
como los que tienen que ver con la construcción especializada, la mecánica y tareas en el
negocio de alimentos de mayor especialidad. Catalogamos como empleos profesionalizan-
tes a aquellos que requieren un título técnico o universitario para poder llevarse a cabo.

45
No profesionalizante
18%
Mixto
Profesionalizante
45%

37%

Gráfica 12. Elaboración Centro Geo.5

La geografía de la discriminación
Uno de los objetivos que nos llevó a realizar el presente estudio
fue indagar sobre nuevas formas de discriminación a partir
de la llegada de Donald Trump a la palestra política. Conta-
mos con evidencia de que desde 2014 arrancó una ofensiva
vía Twitter en contra de México y los mexicanos, especial-
mente de quienes radican en Estados Unidos (Martínez Casas
y López Arellano, en prensa). En trabajos previos (Martínez
Casas et al, 2014) documentamos las diferencias entre la ex-
periencia y la percepción de discriminación. En esta encuesta
sólo preguntamos por el primer fenómeno —es decir la expe-
riencia— pues consideramos que la coyuntura favorece tales
situaciones, sin embargo, sabemos que tiende a ser más ele-
vada la tasa de respuesta positiva cuando preguntamos sobre
la percepción de maltrato a terceros. A la pregunta directa
sobre experiencias de discriminación en donde se menciona

46
la llegada del presidente Trump al poder, sólo el 19% de los
entrevistados respondió positivamente, sin embargo, cuan-
do la pregunta se volvía más indirecta, la tasa de respuesta
positiva se duplicó.

27.1 Desde que empezó la nueva administración


presidencial en Estados Unidos, ¿a usted o a sus
familiares les ha sucedido lo siguiente:
lo han atendido mal en los comercios y restaurantes?

18.8% No

NS/NC

81.2%

Gráfica 13. Elaboración propia.

27.3 ¿Lo tratan diferente por no ser norteamericano?

33.4% No

1%
NS/NC

65.6%

Gráfica 14. Elaboración propia.

47
Como parte de este conjunto de preguntas incluimos la
posibilidad de haber sido detenidos por la policía para solici-
tar documentos y el 7% respondió que le sucedió en los me-
ses previos a la encuesta. Uno de los ejes que ha guiado este
análisis es la discriminación por condición lingüística. En ese
tenor, casi la cuarta parte de nuestros entrevistados declaró
que en alguna ocasión le habían pedido que hablara en inglés.

27.7 ¿lo ha detenido la policía para


preguntarle si tiene documentos?

7% No

0.2
NS/NC

92.8

Gráfica 15. Elaboración propia.

48
27.9 ¿le han pedido que solamente hable inglés?

No
23%

1.8%
NS/NC

75.2%

Gráfica 16. Elaboración propia.

A pesar de que calculamos que parte de nuestra investigación


corroboraría que existen estados más amistosos con la migra-
ción y otros más hostiles tenemos resultados que llaman la
atención. Nuestros datos arrojan que a nivel estatal California,
Colorado, Iowa y New Jersey son los lugares en donde nuestros
entrevistados reportaron más experiencias de discriminación.
Esta geografía está todavía en construcción, pues si hacemos
la búsqueda a nivel de condados vemos que aquellos conda-
dos urbanos de California que se ubican cerca de Los Ángeles
y de San Francisco tienen bajas tasas de reportes de discri-
minación, mientras que los condados fronterizos y aquellos
de clara vocación rural presentan un comportamiento dife-
rente. En negro se muestran los estados con tasas más altas
de respuestas positivas a cualquiera de las cinco preguntas
que indagaron sobre experiencias de discriminación; los es-
tados en gris obscuro fueron los que presentaron porcentajes

49
medios de respuestas positivas; y los que se encuentran en
gris tenue porcentajes bajos. Los estados en blanco no entra-
ron en la muestra de nuestra encuesta. Otra nota importante
es que los estados de California y Nueva York se encuentran
sobrerrepresentados en la encuesta por concentrar a un por-
centaje importante de la población mexicana radicada en Es-
tados Unidos y por tanto en nuestra encuesta.

50
WA ME
MT ND
VT
MN NH
OR WI NY MA
ID SD CT RI
MI
WY
PA
IA NJ
NE OH MD
DE
NV IL IN
WV DC
UT VA
CO
CA KS MO KY
NC
TN
OK AR SC
AZ
NM
AL GA
MS

TX LA

FL

Tasas altas de respuestas positivas

Tasas medias de respuestas positivas Tasas bajas de respuestas positivas No entraron en la muestra

51
Mapa 1. Elaboración Centro Geo.
No podemos cerrar esta sección sin escribir algunas líneas
sobre el reflejo de esta geografía de la discriminación —y de la
exclusión— en la coyuntura de la pandemia que irrumpió en el
mundo a principios del 2020 y que ha causado que millones de
personas se enfermen y muchas de ellas mueran. En consonancia
con nuestros resultados sobre experiencias de discriminación, el
porcentaje de muertes en California, pero especialmente en Nueva
York, fue alto en la población de origen hispano, más cuando se
trata de mexicanos. Datos del Wilson Center muestran que, en
esa zona metropolitana, cerca del 20% del personal que trabaja
en servicios sanitarios es mexicano.5 Estos empleos se concen-
tran en lo que llamamos labores no profesionalizantes (limpieza,
cuidados de adultos mayores y apoyo en cocinas de hospitales),
pero también entre el personal médico y de enfermería, en ese
18% de mexicanos que han encontrado una mejor inserción en
el mercado laboral norteamericano (ver gráfica 12). Esto, y la
dificultad para acceder a servicos médicos, disparó el número
de muertos por Covid-19 nacidos en México pero radicados en
grandes zonas urbanas de Estados Unidos y ha rebasado las
capacidades de los consulados. En redes sociales encontramos
múltiples testimonios de familias pidiendo apoyo para alguno
de sus integrantes que no pudo ingresar a un hospital para ser
atendido o para pedir información sobre personas de quienes
no se tiene noticia en México desde el recrudecimiento de la
crisis de salud. Al incio de la contingencia, el debate sobre el
diferencial de enfermos graves y muertos de personas integran-
tes de minorías etno-raciales se tiñó de argumentos racistas: el

5 www.wilsoncenter.org

52
virus ataca más a los afrodescendientes o a los hispanos porque
tienden a padecer más obesidad, diabetes u otros factores agra-
vantes. En análisis que se realizaron durante los días de mayor
número de contagios y muertes, lo que se mostró es que las mi-
norías históricamente más excluidas son las que presentan una
tasa mayor de letalidad por esta enfermedad.6

Reflexiones finales
Nuestro trabajo busca mostrar cuál es el perfil de los mexi-
canos que acuden a solicitar servicios a los consulados y sus
experiencias y desafíos para insertarse en la sociedad nor-
teamericana, particularmente a partir de la llegada de Do-
nald Trump al poder, en enero de 2017. No pretendemos que
nuestros datos sean representativos de todos los mexicanos
radicados en Estados Unidos, nos interesa mostrar algunas
tendencias sociodemográficas que pensamos son comunes
a todos los connacionales y que permiten reflexionar sobre
diversas temáticas como los cambios en las oleadas migrato-
rias, su composición por género y edad, y factores asociados
comúnmente con indicadores de bienestar como la escolari-
dad y el empleo. En particular buscamos explorar cuál es la
actual inserción de los mexicanos en la sociedad estadouni-
dense y el tipo de experiencias que enfrentan ante la presente
coyuntura geopolítica que ha vuelto blanco de todo tipo de
descalificaciones y ataques a nuestro país y a sus habitantes.
Contamos también con información sobre la manera en que los

6 Dolia Esteves en Twitter @doliaesteves mensajes del 14 y 15 de abril del 2020.

53
mexicanos que trabajan son remunerados y sobre los detalles
de las ocupaciones que predominan, pero esa información,
como la que detallará lo que he denominado la geografía de la
discriminación, está todavía pendiente para un análisis pos-
terior. Otro tema vinculado a los ingresos económicos de los
mexicanos en Estados Unidos se relaciona con el envío de reme-
sas a nuestro país. Información del Banco de México muestra
que, a pesar del incremento en el número de deportaciones,
el dinero que se transfiere desde Estados Unidos a México ha
crecido de manera sostenida desde 2014 y se incrementó con
mayor importancia a partir de la llegada de Donald Trump
al poder a principios de 2017.7 Es muy probable que la crisis
sanitaria disminuya el flujo de dinero que envían nuestros
connacionales debido a que el desempleo se ha incrementa-
do en Estados Unidos de manera inédita entre marzo y abril
del 2020.8 Sin embargo, no será posible realizar un análisis
del impacto de la pandemia en la relación México-Estados
Unidos sino hasta que la enfermedad se haya controlado por
completo y ambas economías realicen los ajustes necesarios
para volver a activarse plenamente.9
Finalmente queremos destacar que, a pesar de la vecindad que
ha unido a México con Estados Unidos y a la histórica vincula-
ción económica y social, los mexicanos en aquel país viven en

7 www.banxico.gob.mx/remesas

8 Al 18 de abril de 2020 se estimaba que al menos 23 millones de personas habían perdido su


empleo en Estados Unidos desde el inicio de la pandemia por Covid-19.

9 El 21 de abril de 2020, el presidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva para cancelar
cualquier regularización a personas migrantes. Se cancelaron hasta nuevo aviso la expedi-
ción de permisos de residencia, de visas de trabajo y de otros documentos que permitan el
empleo legal en Estados Unidos..

54
condiciones que dificultan su exitosa inserción en todos los ám-
bitos de la vida, sin importar su tiempo en Estados Unidos, sus
esfuerzos por escolarizarse o adquirir el idioma inglés o por des-
empeñar actividades que son vitales para el buen funcionamiento
de la sociedad estadounidense. El discurso racista que ha hecho
público Donald Trump es reflejo de un conjunto de prejuicios —
racializados— que han afectado no sólo a la relación binacional,
sino en particular a las personas mexicanas que han decidido
vivir en Estados Unidos. Pero más importante aún es destacar
que este conjunto de prejuicios no es inocuo y afecta de manera
grave la vida de nuestros connacionales. En la coyuntura de la
pandemia por Covid-19 tuvimos un doloroso ejemplo de que la
discriminación es potencialmente mortal. Al 23 de mayo de 2020
habían muerto 1 036 mexicanos por esta enfermedad en Estados
Unidos, la mayor parte de ellos en la ciudad de Nueva York.10

Referencias
Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Encuesta intercensal, 2015, México, INEGI.

Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.


Panorama de la Educación en México 2019, México, INEE.

Martínez Casas, Regina


2007 Vivir invisibles, la resignificación cultural de los otomíes
urbanos en Guadalajara, México, CIESAS.

10 www.sre.gob.mx/prensa

55
Martínez Casas et al
2019 “Las diferentes caras del mestizaje en México”, en Ed-
ward Telles y Regina Martínez Casas (editores), Color,
etnicidad y raza en América Latina, México, Fondo de
Cultura Económica.

Martínez Casas, Regina y Rafael López Arellano


En prensa How has the new Mexico-United States relationship
affected Mexican nationalism?, Los Ángeles, UCLA Press.

Massey, Douglas, Bárbara Pren y Jorge Durand


2009 “Nuevos escenarios de la migración México-Estados Uni-
dos. Las consecuencias de la guerra antiinmigrante”, en
Papeles de población Vol. 15 (61), pp.101-128.

Mummert, Gail
2016 Redes trasnacionales, perspectivas entrelazadas norte-sur,
México, El Colegio de Michoacán.
Selee, Andrew
2018 Vanishing Frontiers: The Forces Driving Mexico and the
United States Together, Nueva York, Hachette Book Group.

56
Movilización de recursos consulares
ante la mayor hostilidad hacia
la población migrante mexicana
en Estados Unidos

Georgina Rojas García


CIESAS

57
Introducción

E
n general, poco se sabe sobre las actividades que rea‑
lizan los consulados mexicanos en el extranjero. Esta‑
dos Unidos es el país donde se ubica un buen número
de ellos; son cincuenta. Ningún otro país tiene tal densidad
de consulados en Estados Unidos o en otra parte del mundo.
A pesar de ello, salvo algunas excepciones (ver Délano, 2018
y Fernández de Castro, 2018), hay un considerable descono‑
cimiento sobre qué hacen los consulados y cómo lo hacen.
En este texto, nuestro objetivo general es abonar en ese sentido,
más específicamente, examinar cómo se ha enfrentado la mayor
vulnerabilidad de los migrantes mexicanos desde el inicio de la
actual administración del presidente Trump. Dicha vulnerabili‑
dad deriva del “estatus legal precario” de los migrantes mexica‑
nos, dado el alto porcentaje de indocumentados o de residentes
permanentes, es decir, todos los que no alcanzan la ciudadanía
estadounidense que, por ende, tienen “un acceso limitado a be‑
neficios públicos o los coloca en riesgo de deportación” (Délano,
2018: 4, haciendo eco a Goldring y Landolt, 2013). Esta situación,
que ya existía previamente, se volvió más acuciante con la llega‑
da de la actual administración presidencial en Estados Unidos.
Desde la campaña de Donald Trump, los mexicanos se con‑
virtieron en el foco de su discurso antiinmigrante. Su llegada a
la presidencia creó una coyuntura muy particular, tanto para la

59
relación bilateral como respecto de las estrategias de protección
hacia la población mexicana en Estados Unidos. En este capítulo
nuestro interés es contestar a la pregunta: ¿Cómo han respondido
las autoridades consulares ante la política más hostil hacia los
migrantes mexicanos desde el inicio de la actual administración?
Para darle respuesta nos basamos en resultados de una inves‑
tigación colectiva más amplia1 en la que se utilizó una estrategia
metodológica que combina información cuantitativa y cualitativa,
toda obtenida de manera directa. La fuente de información para
este texto es una serie de 41 entrevistas semiestructuradas, reali‑
zadas a autoridades de 19 consulados de México en Estados Uni‑
dos.2 Las entrevistas se llevaron a cabo cara a cara con los cónsu‑
les titulares, así como con cónsules auxiliares de diferentes áreas.
En el Cuadro 1 se muestra la relación de entrevistas realizadas.
En total se efectuaron 41 entrevistas en los meses de no‑
viembre y diciembre de 2017 y entre mayo y junio de 2018. La
investigación pudo realizarse gracias a la entusiasta respuesta
de las autoridades consulares. En todos los consulados visi‑
tados se pudo entrevistar a los cónsules titulares y pudimos
entrevistar adicionalmente a 22 cónsules o encargados de las
áreas especificadas en el Cuadro 1. La información permite te‑
ner un panorama amplio de las actividades de los consulados
para proporcionar protección a los connacionales en Estados
Unidos, particularmente durante la administración actual.

1 Proyecto “Nuevo orden mundial. Estrategias para la autoprotección de mexicanos en Esta‑


dos Unidos” en el que participamos Regina Martínez Casas, Magdalena Barros Nock y la
autora de este texto. El proyecto fue financiado por Conacyt.

2 Agradecemos profundamente el apoyo que el proyecto recibió de parte de la Subsecretaría


para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en especial al maestro
Julián Escutia, en dicho momento coordinador de asesores, por su interés y respaldo.

60
Cuadro 1. Entrevistas realizadas

Personal consular Entrevistas

Cónsul titular 19
Cónsul de protección 7
Asuntos comunitarios 5
Cónsul adscrito 2
Documentación 4
Otros 4
Total 41

Fuente: Elaboración propia.

Tres fueron los criterios principales para la selección de los con‑


sulados visitados. El primero fue la diversidad en cuanto la anti‑
güedad de la migración, de modo que tuviéramos en la muestra
consulados que atienden a población donde ha habido migración
histórica, así como otros ubicados en destinos más recientes de
migrantes mexicanos. El segundo fue relativo a los contextos so‑
ciopolíticos de los estados donde se ubican los consulados, con
la finalidad de captar las experiencias de mexicanos en lugares
donde la política ha sido más amigable y otros donde ha habido
más hostilidad hacia los migrantes nacionales. El tercer criterio
tuvo que ver con la distribución geográfica de los consulados
mismos, es decir, se buscó diversidad regional.3
De tal suerte que la muestra quedó compuesta por los siguientes
19 consulados mexicanos en Estados Unidos: 1) Seattle, Washington;

3 Otro criterio lo constituyó, obviamente, la limitación de los recursos financieros disponibles


en el proyecto. Con todo, tuvimos una muestra interesante de casi la mitad de los consu‑
lados en Estados Unidos.

61
2) Portland, Oregón; 3) Fresno, California; 4) Los Ángeles, Ca‑
lifornia; 5) San Bernardino, California; 6) Oxnard, California;
7) Tucson, Arizona; 8) Phoenix, Arizona; 9) Denver, Colorado;
10) Little Rock, Arkansas; 11) Dallas, Texas; 12) Houston, Texas;
13) Miami, Florida; 14) Atlanta, Georgia; 15) Raleigh, Carolina
del Norte; 16) Filadelfia, Pennsylvania; 17) Nueva York, Nueva
York; 18) Chicago, Illinois; 19) Saint Paul, Minnesota. Al realizar
las entrevistas solicitamos el consentimiento de los cónsules para
grabar el audio de las mismas. Las entrevistas fueron posterior‑
mente transcritas y revisadas.
La estructura del capítulo está organizada de la siguiente
manera: en el siguiente apartado describimos primero los con‑
textos en que se ubican los consulados para dar idea de la pro‑
blemática que enfrentan en el día a día; después examinamos la
atención que se dio ante una situación de emergencia, es decir,
la estrategia seguida por los consulados durante el primer año
de la administración del presidente Trump; por último, en los
comentarios finales nos centramos en la infraestructura ins‑
titucional, así como en algunos de los obstáculos y retos que
el personal consular enfrenta en la realización de su trabajo.

Las circunscripciones consulares


Como señalamos al inicio del capítulo, el objetivo de nuestro
proyecto4 no era evaluar el funcionamiento de los consulados,
sino entender cómo actuaron en particular al iniciar la admi‑
nistración actual (2017‑2020) del presidente Donald J. Trump,

4 En el que también participaron Regina Martínez y Magdalena Barros, autoras de otros ca‑
pítulos en este libro.

62
dada su fuerte postura antiinmigrante. No obstante, justa‑
mente para entender mejor el trabajo de los consulados en
este periodo, consideramos necesario revisar someramente
los contextos en que los consulados llevan a cabo su trabajo.5
Cada consulado tiene como tarea atender a la población mexi‑
cana —compuesta regularmente por la primera y segunda gene‑
raciones de migrantes— que radique en la zona geográfica asig‑
nada, llamada circunscripción. De los 50 consulados existentes,
en el trabajo de campo de esta investigación pudimos visitar 19,
es decir, casi la mitad. En el Mapa 1 se despliegan los condados
incluidos en la circunscripción de cada uno de los 19 consula‑
dos de la muestra. La extensión territorial asignada depende de
la densidad de la población mexicana en cada uno, así como
de las características de los condados mismos, por ejemplo, su
extensión, su contigüidad y la accesibilidad de la zona.
Por ello, como puede observarse, en términos de la exten‑
sión territorial que los consulados deben cubrir, la diversi‑
dad es amplia: hay algunos que abarcan uno o dos condados
(por ejemplo, Los Ángeles y San Bernardino, en California, o
Tucson, en Arizona). Pero otros, la mayoría, cubren muy am‑
plias extensiones, pues tienen como responsabilidad estados
completos, más condados de otro estado o de otros estados:
por ejemplo, el de Phoenix que cubre casi todo el estado de
Arizona, así como también a la población mexicana en el estado
de Nevada; o el de Denver que brinda servicios a la población
en Colorado y cubre aproximadamente la mitad del estado de

5 Para una revisión más detallada del funcionamiento de algunos programas de los consu‑
lados véase Délano (2018), Fernández de Castro (2018), así como el capítulo de Escutia
en este volumen.

63
Wyoming y aproximadamente la mitad del estado de Montana;
el consulado de Atlanta abarca los estados de Georgia, de Ala‑
bama y la mayor parte de Tennessee; el consulado de Filadelfia
cubre a la población en los estados de Pennsylvania, Delaware
y ocho condados de Nueva Jersey; el resto del estado de Nue‑
va Jersey, más los estados completos de Connecticut y Nueva
York son cubiertos por el consulado ubicado en la ciudad de
Nueva York; otro caso con una muy amplia extensión es el de
Saint Paul, que brinda servicios a los mexicanos radicados en
el estado de Minnesota, en Dakota del Norte, en Dakota del
Sur y en 19 condados adicionales en el estado de Wisconsin; al
consulado de Seattle corresponde una circunscripción en dos
estados que no son contiguos (Washington y Alaska), además
de siete condados del estado de Idaho.
Es decir, si bien los cincuenta consulados cubren todo el
territorio del país vecino, la mayoría enfrenta la dificultad de
atender a población dispersa en su circunscripción. A sabien‑
das de que para muchos paisanos la ubicación del consulado
es muy lejana, una manera de contrarrestar tal lejanía y la
dispersión de la población ha sido el despliegue de servicios
móviles. Éstos pueden tener dos modalidades: los “consulados
móviles” y los “consulados sobre ruedas”. La forma en que
ambos funcionan es la siguiente:

Los consulados móviles [son aquellos que] en algún fin de semana,

prácticamente todo el equipo del consulado que está dedicado a pro‑

tección, a documentación, etcétera, se traslada de la sede a un lugar

en donde sabemos que radica un importante número de connacio‑

nales. Entonces ahí llega y se arma en algún lugar que nos prestan o

64
Circunscripción de los 19 consulados de la muestra
Seattle

Saint Paul
Portland Nueva
York

Denver
Filadelfia

Chicago

Fresno
Phoenix
Oxnard Raleigh
San
Bernardino Little Rock
LA
Atlanta
Dallas
Tucson

Houston

Miami

65
Mapa 1. Fuente: Elaboración propia con base en las entrevistas e información de la SRE (sitios web de los consulados)
rentamos, dependiendo, como si fuera el consulado completo, como

si fuera la sede, y ahí se dan todos los servicios. Ése es un consulado

móvil. El consulado sobre ruedas no existe en todos los consulados,

hay algunos consulados que tienen este servicio. Y lo que tienen es

un equipo de trabajo, pequeño, que tiene unos vehículos y computa‑

doras y demás, que permanentemente están visitando lugares donde

sabemos que se concentra la comunidad, se anuncia por supuesto,

y ahí se dan los servicios. Pero no es toda la oficina que va sino es

un equipo pequeño que está dándole esos servicios a los paisanos.

En toda la circunscripción donde sabemos que hay más comunidad.

¿Los móviles sí existen en todos los consulados? Los móviles existen en

todos los consulados, son ejercicios que se hacen durante los fines de

semana para que pueda ir todo el equipo. Los sobre ruedas se hacen

todos los días, inclusive también el fin de semana, pero andan dando

vueltas por donde sabemos que están nuestros paisanos.6

Cabe aclarar que a pesar de que los consulados móviles son


un servicio que se proporciona en todos los consulados, no en
todos es factible que funcionen a lo largo del año. Por ejem‑
plo, el cónsul titular de Saint Paul, Minnesota, explicó en
la entrevista que en su consulado durante el invierno no se
proporciona este servicio. En su circunscripción hay grandes
extensiones despobladas, el invierno es largo y con cierta fre‑
cuencia se presentan severas tormentas de nieve, por lo que
el traslado del personal puede tornarse peligroso —además
de que tampoco habría seguridad de que la población acu‑
da a buscar los servicios en medio de un temporal crudo—.

6 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, Secre‑


taría de Relaciones Exteriores, abril 2019.

66
Salvo algunas excepciones como ésta, en la gran mayoría
de los consulados sí se ofrecen los servicios móviles a lo lar‑
go del año. De hecho, en algunos, como en el consulado de
Nueva York, no solamente ofrecen los servicios tanto de los
consulados móviles como de los consulados sobre ruedas, sino
que de estos últimos cuentan con tres equipos de personal que
de manera permanente recorren diferentes puntos de toda la
circunscripción para acercar los servicios a los connacionales.
Por otra parte, para tener idea de la potencial demanda de los
servicios consulares, elaboramos el Cuadro 2, con un estimado
de la población mexicana en cada circunscripción consular de
la muestra. Como puede apreciarse, el total de la población a
atender en cada consulado varía mucho.
De los 19 consulados incluidos en la muestra, el que atiende
al volumen más pequeño de población es Miami, Florida, con
122 682 personas; mientras que en el otro extremo se encuentran
Dallas, Texas, y Chicago, Illinois, con más de 2.2 millones de
personas, seguidos por San Bernardino, California, y Houston,
Texas, con 2 millones cada uno, así como Phoenix, Arizona y
Los Ángeles y Fresno, en California, con una demanda potencial
de 1.5 millones de personas o más. A pesar de contar con
50 oficinas consulares, estas cifras sugieren que la potencial
demanda de servicios consulares es muy alta. El cálculo que
hizo el maestro Julián Escutia, coordinador de asesores de la
Subsecretaría para América del Norte (febrero de 2019), es
que, en términos reales, aproximadamente cuatro millones de
personas son atendidas cada año en los consulados mexicanos
en Estados Unidos.

67
Cuadro 2. Población mexicana estimada en las
circunscripciones consulares de la muestra

Consulado Población mexicana estimada

Seattle, Washington 850 000


Portland, Oregón 400 000
Fresno, California 1 500 000
Los Ángeles, California 1 700 000
San Bernardino, California 2 000 000
Oxnard, California 530 924
Tucson, Arizona 1 000 000
Phoenix, Arizona 1 800 000
Denver, Colorado 852 828
Little Rock, Arkansas 438 716
Dallas, Texas 2 200 216
Houston, Texas 2 000 000
Miami, Florida 122 682
Atlanta, Georgia 877 077
Raleigh, Carolina del Norte 932 000
Filadelfia, Pennsylvania 250 000
Nueva York, Nueva York 684 976
Chicago, Illinois 2 200 000
Saint Paul, Minnesota 229 740

Fuente: Elaboración propia con base en las entrevistas realizadas e información


de la SRE.

El modelo mexicano de la atención consular


Especialmente de la década de 1990 en adelante, el gobierno
mexicano ha desarrollado cada vez más ampliamente la in‑
fraestructura institucional para dar atención a su diáspora,

68
con la finalidad de contrarrestar las repercusiones del estatus
legal precario, señalado previamente.
El modelo mexicano de atención consular se estructura sobre
lo que los cónsules llaman la “trípode de la atención consular”
(Calva, 2018), es decir, sobre los ejes de documentación, protec‑
ción y atención a las comunidades en el extranjero.7 Al frente
de cada una de esas áreas hay un(a) cónsul que coordina y
supervisa las tareas específicas, salvo en los consulados donde
no se dispone del personal consular de carrera suficiente, en
los cuales se designan “encargados” de esas áreas, en particu‑
lar, en atención a comunidades.
El área de documentación es, claramente, la que atiende al
mayor número de personas que requieren el servicio del con‑
sulado. Todos los consulados tienen una sala, en la que los
usuarios esperan su turno para realizar el trámite que necesitan.
Lo más solicitado son los pasaportes y matrículas consulares,
es decir, una identificación que da certeza de la ciudadanía
a los paisanos y sus descendientes. No obstante, se expiden
diversos documentos más, por ejemplo, una copia del acta de
nacimiento, la cartilla militar, poderes notariales y se gestiona
la credencial para votar desde el extranjero.
Se han realizado algunos ajustes a los procedimientos con el
objetivo de hacer más eficiente el servicio. En 2005 se creó mexitel,
la línea telefónica para agendar citas, así como dar informa‑
ción de los requisitos para cada trámite. Si el usuario no tiene
cita, no es un impedimento para llevar a cabo el trámite, so‑
lamente implica —por lo regular—que el paisano espere en

7 Ver también el capítulo de Escutia en este volumen.

69
la sala más tiempo y se le atiende en función de la carga de
trabajo de ese día. Asimismo, se han hecho adecuaciones de
sus procedimientos para reducir el tiempo total de espera en
el consulado. Nuestro estudio no tenía como objetivo evaluar
ese tipo de atención en los consulados; no obstante, pudimos
observar la dinámica seguida en una jornada de trabajo.
El área de protección de los consulados tiene, por explicarlo
de una manera gráfica, diferentes frentes. Por una parte, duran‑
te el tiempo de espera en las salas, se aprovecha para difundir
mensajes diversos que promueven otros servicios de los con‑
sulados en materia de educación, salud, derechos laborales,
asesoría financiera, asesoría jurídica, entre otros. La asesoría
jurídica es necesaria de manera permanente, pero se volvió aún
más apremiante desde que inició la administración Trump. Éste
es un nivel de difusión grupal de la información, que puede ser
general y breve, pero permite enviar mensajes a la población.
Un segundo nivel, de acuerdo con la entrevista al maestro
Escutia, es el de la atención individual que, dependiendo del
caso —por ejemplo, si detectan la posibilidad de conseguir un
“alivio migratorio” para el paisano— trabajan con los abogados
para asesorarlo y evitar, en lo posible, una deportación. El tercer
nivel es de los litigios estratégicos, como los que trata el maestro
Escutia en su capítulo en este volumen, es decir, el que llevan a
cabo junto con organizaciones aliadas para conseguir cambios
en la ley, en la aplicación de la misma o la garantía de la pro‑
tección de ciertos derechos de los paisanos, que están siendo
vulnerados. El área de protección, como se verá en el siguiente
apartado, se volvió central durante el periodo de respuesta a la
emergencia que implicó la llegada de Trump al poder.

70
El tercer eje, la atención a las comunidades en el extranjero,
se ha desarrollado con base en diversas políticas diseñadas por
el Instituto de Mexicanos en el Extranjero (IME), que contem‑
pla “programas educativos, culturales, deportivos, de salud,
de negocios y de organización comunitaria” (González Gutié‑
rrez, 2000, p. 109). Mediante estos programas, los cónsules o
encargados de la atención a las comunidades se mantienen en
constante comunicación con líderes de paisanos —como los
clubes de oriundos, aunque no se limita a ellos— o congrega‑
ciones (iglesias) e instituciones a las que los paisanos acuden
(escuelas), por ejemplo.
Las diferentes áreas de atención a los connacionales tuvie‑
ron que mantener una coordinación cuidadosa, a fin de poder
responder a la situación crítica que se presentó a la llegada de
Trump al poder, como se verá en el siguiente apartado.

La atención de la emergencia
en 2017: la estrategia FAMEU
Según lo observa Escutia (2016, p. 133): “Los ataques contra
la comunidad migrante en Estados Unidos, en particular la
mexicana, son cíclicos…”. De modo que no ha sido novedad
que, desde la campaña presidencial en 2016, la población
mexicana se convirtiera en el blanco de los ataques antiinmi‑
grantes. Sin embargo, dada la constancia y la virulencia del
discurso, cuando el triunfo de Donald Trump fue un hecho,
se abrió una coyuntura que puso a prueba la capacidad de
respuesta de la Cancillería, la embajada y la red consular de
México en Estados Unidos.

71
Los cónsules coinciden en describir el momento en que se
supo el resultado de las elecciones de noviembre de 2016 como
de “nerviosismo generalizado”, como lo comenta el cónsul ti‑
tular de Saint Paul:

Yo creo que pasó en todos los consulados, hubo mucha gente que

llegaba con ataques de pánico, el encargado de la ventanilla de sa‑

lud los calmaba, luego nosotros compartimos edificio con esta orga‑

nización [una ONG que atiende a migrantes], entonces se les daba

asistencia, pues un poco psicológica porque había gente que tenía

ataques de pánico.8

Mientras, en la Ciudad de México, desde 2016 se echaron a an‑


dar “12 acciones específicas de fortalecimiento de la protección
a mexicanos en el exterior”, como señaló el responsable del
área de protección en la Subsecretaría para América del Norte:

En el momento que vimos los resultados de la elección, de inmediato

la Cancillería echó a andar este fortalecimiento de la protección. En

ese momento se trató de abarcar, con los recursos existentes, diversos

ámbitos en los que la población mexicana en Estados Unidos tenía

que ser apoyada porque sabíamos que iba a haber mucha presión

sobre la población mexicana. No nada más ese estrés iba a estar allí

por esa situación, sino que iba a haber muchísimos casos donde las

familias iban a estar separadas. Y claro que eso iba a tener un efecto

en la psique de nuestra comunidad. Entonces, [entre] esos puntos, se

previó y se echó a andar la línea telefónica que se llamaba “Estamos

8 Gerardo Guerrero, cónsul titular, consulado de Saint Paul, Minnesota, noviembre, 2017.

72
contigo” para que se pudiera dar este este apoyo psicológico. Pero en

realidad el fuerte de la respuesta del gobierno de México en materia

de protección se dio en el año 2017.9

De acuerdo con el embajador Prado, en enero de 2017, cuando


Trump tomó posesión:

El Congreso mexicano autorizó un presupuesto adicional a la Can‑

cillería de aproximadamente 52, 53 millones de dólares, dependien‑

do el tipo de cambio que uno aplique, eran 1 070 millones de pesos

que nosotros utilizamos en lo que denominamos “la estrategia para

el Fortalecimiento a la Atención a Mexicanos en Estados Unidos,

FAMEU”, como nosotros le llamamos burocráticamente para hacerlo

más corto. Esta estrategia involucraba, sí muchas acciones de pro‑

tección, pero no solamente eso, sino también otros servicios que la

Cancillería tenía que ofrecer a los mexicanos en Estados Unidos.10.

Siguiendo con el recuento que hizo el embajador Prado en la


entrevista, la mayor parte de esos recursos (67%) fueron des‑
tinados a la Dirección General de Protección. Pero dentro de
la Secretaría de Relaciones Exteriores también se distribuyó
el dinero entre la Dirección de Servicios Consulares “con lo
que se hicieron más consulados móviles y consulados sobre
ruedas”; la Dirección General de Delegaciones —distribuidas
en todos los estados de la república mexicana— “con el pro‑
pósito de poder brindar mejores servicios a los mexicanos en

9 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019.

10 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019.

73
retorno”; el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME),
que creó “las ventanillas de asesoría financiera y protección
al patrimonio” que se pusieron a funcionar en la red consu‑
lar; así como la Dirección de Comunicación Social “con el
propósito de difundir los servicios que se estaban fortale‑
ciendo, que la comunidad conociera cuáles eran los recur‑
sos disponibles en los consulados para atender esta nueva
realidad que se estaba viviendo”. Es decir, como enfatizó
el embajador Prado, la estrategia de protección involucró a
diversas unidades administrativas dentro de la propia Can‑
cillería, si bien la mayor responsabilidad recaía en la Direc‑
ción General de Protección.
La estrategia FAMEU fue coordinada por la Subsecretaría
para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exterio‑
res. En México requirieron de una coordinación interinstitucio‑
nal que incorporó, al menos, a la Secretaría de Hacienda por
si los connacionales repatriados contaban con un patrimonio
que quisieran traer a México —ahorros, herramientas de sus
talleres— y lo pudieran hacer de manera segura; a la Secreta‑
ría de Salud por si la persona repatriada regresaba enferma;
al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia
(DIF) por si se trataba de deportados menores de edad; a la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que abrió una bolsa
de trabajo y a la Secretaría de Educación Pública para que los
hijos de los mexicanos que nacieron fuera se pudieran inscribir
en la escuela, en el grado correspondiente, sin necesidad de
la apostilla. En el ámbito estatal y local el papel de las delega‑
ciones de la SRE era fundamental para coordinar la provisión
de todos esos servicios.

74
No obstante, en Estados Unidos se encontraba la mayor
necesidad de echar mano de cuanto recurso estuviera dispo‑
nible —especialmente financieros y humanos—, así como las
posibles alianzas con diferentes organizaciones. La demanda
allá fue inmediata. De hecho, los consulados tuvieron que
responder aún antes de que se aprobaran los fondos adicio‑
nales por parte del Congreso mexicano, que dieron lugar a la
estrategia FAMEU.
Según la explicación de uno de los cónsules titulares entre‑
vistados respecto de los servicios que regularmente ofrece el
consulado, apenas tomó posesión el nuevo presidente estadou‑
nidense (20 de enero de 2017), se incrementaron exponencial‑
mente las solicitudes de documentos, en particular pasaportes,
matrículas consulares y registros de nacimientos. En principio,
los consulados tuvieron que reforzar sus departamentos de
documentación, en virtud de que:

Todo se maneja con cita. Normalmente, si usted habla se le puede dar

la cita en la misma semana o a la semana siguiente y aquí tuvimos

un tiempo en que no podíamos dar citas por un mes o inclusive por

dos meses. Entonces sí hubo ahí un esfuerzo, en primer lugar, au‑

mentamos el número de citas diarias, por decirle, si hacemos cinco

o seis registros al día, pues estábamos haciendo diez registros al día,

duplicamos. Pero aparte hacíamos las jornadas sabatinas, exclusi‑

vamente para el registro de nacimiento, entonces hacíamos treinta

o cuarenta registros de nacimiento al día.11

11 Gerardo Guerrero, cónsul titular, consulado de Saint Paul, Minnesota, noviembre, 2017.

75
La urgencia se debía a que, para protegerse, los paisanos bus‑
caron tener sus documentos en orden, “por si hay alguna opor‑
tunidad de que yo me pueda regularizar o por si me tengo que ir
[deportado], y la otra razón es quiero tener a mis hijos en regla,
por si me tengo que ir, que ya me los lleve como mexicanos”.12
La estrategia FAMEU se puso en práctica en marzo de 2017,
cuando el presidente Enrique Peña Nieto anunció que todos los
consulados mexicanos en Estados Unidos se habían convertido
en centros de defensoría de los paisanos en dicho país y que para
tal efecto habría recursos económicos. En términos operativos,
según lo que explicaron los diferentes cónsules en las entrevis‑
tas, la estrategia FAMEU implicó reforzar de manera simultánea
diversas actividades que ya realizaban previamente los consula‑
dos, demandó una mayor coordinación entre las diferentes áreas
y requirió también la creación de algunas iniciativas nuevas.
En lo que sigue de este apartado pondremos el énfasis en lo
que percibimos como tres ejes centrales de la estrategia FAMEU:
el primero consistió en el reforzamiento del Centro de Informa‑
ción y Asistencia a Mexicanos (CIAM), que es propiamente un
call center ubicado en el consulado de Tucson, Arizona, pero
que ofrece servicio a usuarios de Estados Unidos o México. El
segundo eje han sido los centros de defensoría, a través de los
cuales en todos los consulados de Estados Unidos se ofreció
asesoría legal y representación, así como talleres informativos.
El tercer eje fue la intensificación de la tarea de los cónsules
de protección de visitar los centros de detención, con la finali‑
dad de evaluar si las detenciones se estaban llevando a cabo

12 Gerardo Guerrero, cónsul titular, consulado de Saint Paul, Minnesota, noviembre, 2017.

76
mediante el debido proceso, ofrecer apoyo básico a los paisa‑
nos que serían deportados y detectar casos en que se pudiera
evitar la deportación o conseguir algún alivio migratorio.13

El Centro de Información
y Asistencia a Mexicanos (CIAM)
Respecto del CIAM, el maestro Escutia explica en este volumen su
evolución. Se creó con otro nombre a fines de 2008 y entre 2013 y
2014 fue transformado y empezó a operar donde se ubica actual‑
mente, en el consulado de Tucson, Arizona; además extendió su
atención al ámbito nacional. En 2017, a propósito de la emergen‑
cia, empezó a funcionar las 24 horas del día, todos los días. Para
ello, la Cancillería no solamente contrató personal que pudiera
cubrir la demanda de servicios en los diferentes turnos, sino que
también se le capacitó para que “pudieran atender casos de emer‑
gencias, no solamente de deportaciones o cuestión migratoria
pero también tráfico de personas, en fin”.14 Independientemente
del horario o ubicación geográfica, abunda el embajador Prado:

No importa de dónde uno llame, la llamada es gratuita desde Estados

Unidos, la llamada es gratuita desde México porque hay mucha gente

que [plantea]: “oiga, no he tenido conocimiento de mi hermano que se

13 Hubo otras actividades de la estrategia FAMEU, como la multiplicación de consulados


móviles o el reforzamiento de la ventanilla de asesoría financiera para la protección al pa‑
trimonio e, inclusive, en casos específicos como el de Houston, hubo apoyo económico a
connacionales afectados por desastres provocados por fenómenos naturales (pues además
de que tuvieron pérdidas materiales por un huracán en agosto de 2017, había quienes por
miedo a ser deportados no querían acercarse a refugios o a cualquier autoridad de Estados
Unidos, como lo informó el cónsul titular en dicha circunscripción). No obstante, nuestra
percepción es que los tres ejes que destacamos en este apartado fueron los principales.

14 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019.

77
fue [de México] hace una semana y no sabemos si está bien”. Entonces,

se puede llamar desde aquí [México], contestan en Tucson, ahí lo que

hacen es tratar de ubicar a la persona con la patrulla fronteriza, los hos‑

pitales, etcétera, pero a nivel nacional con el apoyo de los consulados.15

El embajador Prado explica también: “el propósito de ampliar


esta cobertura del CIAM era transformar el Centro en el primer
punto de contacto de la comunidad mexicana con los consu‑
lados”. Es decir, en caso de que un paisano requiera ayuda y
llame al CIAM, lo atienden y lo canalizan luego al consulado
correspondiente; asimismo, como también lo señaló el embaja‑
dor, “lo convertimos en un lugar en donde las llamadas que se
hacen en horarios fuera de oficina de los consulados las conteste
directamente el centro”. De modo que no se quedara ninguna
persona sin ser atendida y, dependiendo de lo que cada usua‑
rio necesitara, se le canalizaba a alguna instancia específica.
Al tiempo que se reforzó la atención del CIAM, se promovió
el uso de una aplicación llamada “Miconsulmex” que proporcio‑
na al usuario información sobre el consulado correspondiente
a su ubicación geográfica: “Incluimos un botón de emergen‑
cia, uno lo oprime y lo que hace es comunicar vía telefónica
al teléfono de emergencia al consulado más cercano. La idea
era tener un contacto fácil para la comunidad con nuestras
representaciones consulares y pudieran ser atendidos los ca‑
sos de manera inmediata ya sea a través de Miconsulmex o
del CIAM”. 16

15 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019.

16 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019.

78
Centros de defensoría
Respecto del segundo eje, de acuerdo con el embajador Prado:
“En materia de protección, lo que hicimos fue crear los llama‑
dos centros de defensoría. La idea era fortalecer la asesoría y
la representación legal en casos específicos de los mexicanos
que enfrentaran una posible deportación. Entonces se fortale‑
ció nuestro equipo legal” (embajador Jacob Prado, director ge‑
neral de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019).
Regularmente en los consulados se manejan dos programas,
uno llamado “Abogados consultores” que funciona con el apoyo
de algunos despachos de abogados con los que los consulados
trabajan cotidianamente y son considerados profesionales se‑
rios, ofrecen orientación general gratuita y si los consulados les
refieren algún caso, “lo toman pro bono”, es decir, no cobran.
Sobre el segundo programa, explicó el embajador:

Y otro programa adicional es el programa de asesorías legales externas, el

PALE, que es similar al programa de abogados consultores, pero en este

caso el gobierno de México, después de hacer un análisis de la situación

de vulnerabilidad del ciudadano mexicano que requiere esa represen‑

tación, nosotros mismos [los consulados] podríamos pagar, pues si no

toda la representación, al menos parcialmente su representación legal.

Entonces, utilizamos recursos del FAMEU precisamente para fortalecer

ese segundo programa. La idea era que todas las personas, indepen‑

dientemente de los recursos que tuvieran, efectivamente contaran con

representación legal en caso de enfrentar una [posible] deportación.17

17 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019.

79
Es decir, durante el lapso en el que se dispuso de los fondos
adicionales, hubo oportunidad de que los consulados hicie‑
ran más efectiva la protección a los connacionales, pues hubo
más recursos para pagar a los abogados.18
Otra función de los centros de defensoría fue la impartición
de talleres informativos para los paisanos, con la finalidad “de
difundir entre la comunidad, conocimientos sobre cómo enfren‑
tar situaciones específicas que los pudieran poner en riesgo”.19
Fueron cuatro temáticas las que abordaron en dichos talleres,
la primera se trató en los talleres llamados “Conoce tus dere‑
chos”, cuya finalidad era: “capacitar a la comunidad migrante
sobre qué hacer en caso de que tuvieran que interactuar con el
ICE,20 ya sea fortuitamente o porque efectivamente el ICE tenía
orden de arrestar a una persona”.21 En dicho taller explicaban:

Por ejemplo, si llegaba migración a una casa buscando a una persona

en particular, y se dieron muchas situaciones así, entraba Migración

y se llevaba a toda la familia. [Para que] supieran, uno, no tenía que

permitir la entrada a menos que se demostrara [la autoridad de Mi‑

gración] que había una orden judicial de allanamiento o una orden

18 Inicialmente se pidió a los consulados que ocuparan el dinero durante el ejercicio fiscal
de 2017 y, puesto que al final del año todavía había recursos, la Cancillería solicitó a la Se‑
cretaría de Hacienda que extendiera el plazo a marzo de 2018, a lo que Hacienda accedió.
Después de esa fecha, con el dinero que no se ocupó (aproximadamente la tercera parte de
los recursos), Hacienda permitió que se creara “una especie de fideicomiso que nos permite
utilizar estos recursos reservados para dar continuidad a esta estrategia” para los siguientes
cinco años llamado “Mandato FAMEU”, conocido en los consulados como “MAFAMEU” (In‑
formación proporcionada por el embajador Prado y algunos de los cónsules entrevistados).

19 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019.

20 Se refiere al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, ICE por


sus siglas en inglés.

21 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

80
de detención específica. Qué hacer también en caso de una detención

por alguna infracción de tránsito, qué hacer en caso de que efectiva‑

mente fueran detenidos, o sea, de inmediato aplicar la notificación

consular para que los consulados estuvieran informados y se les diera

precisamente esta representación legal, etcétera.22

Un recurso utilizado en este taller era “un video bastante cru‑


do, si me permite la palabra, pero realista, de las tácticas que
utiliza el ICE para tocar la puerta, un poco para intimidar a la
familia, para que las personas salgan voluntariamente [de su
casa] porque, naturalmente, si no hay una orden de cateo no
pueden ingresar al domicilio”.23 Como explicó el cónsul Carrera,
para evitar lo que en el argot legal llaman “colaterales”, es decir,
que arresten a alguien que no buscaban, pero lo arrestan por
el hecho de encontrarlo en ese lugar en ese momento, se hacía

una recomendación muy básica: [decirle al oficial] si traes una orden

de arresto, enséñamela por abajo de la puerta, o enséñamela por la

ventana, o dime a quién estás buscando, puede que estés buscando a

José, pero yo soy Felipe, ¿no? Estás buscando a José, pero yo te abro

la puerta, yo siendo Felipe, pues me expongo a que en una interacción

tan breve como de dos preguntas puedan deducir que soy mexicano

y que soy indocumentado y, por tanto, es una causa probable para

detenerme. Pues [esa información] evitaría colaterales.24

22 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019.

23 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

24 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

81
La segunda temática de los talleres fue el “Plan de emergen‑
cia”, es decir, en caso de que los paisanos fueran detenidos,
trataran de prever los arreglos o acuerdos necesarios respecto
de sus hijos y su patrimonio. Se les sugería que

como familia tuvieran un plan sobre qué hacer: quién acudiría por

los hijos a la escuela, quién se ocuparía de vender el coche, pagar

la renta, en dónde estarían los documentos del coche para poderlo

vender, en dónde estarían los pasaportes de los hijos, los pasaportes

mexicanos... a quién le vas a hablar en México, tía, prima, sobrina,

quién es la persona de contacto a la que hay que avisarle que tal per‑

sona está siendo deportada y que probablemente va a llegar por ahí.

Todas esas cuestiones, cómo cerrar una cuenta bancaria, a lo mejor

el marido tenía ahorros para pagar dos o tres meses de renta, pero

si la esposa no puede disponer de ellos, no sirve de mucho, a la me‑

jor convenía sacar una cuenta mancomunada y que ambos tuvieran

acceso a ese dinero.25

Desde la perspectiva de varios de los cónsules entrevistados,


a pesar de que este tema era muy sensible, pues partía de la
posibilidad de que hubiera detenciones y deportaciones y,
por lo mismo, separación familiar, era mejor ser explícitos.
Se invitaba a los paisanos a hablar sobre esta eventualidad
en familia, a anticiparlo para que, en la medida de lo posible,
ellos decidieran sobre el cuidado de lo que más les importaba.

25 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

82
La temática del tercer taller fue la “Promoción de la doble
nacionalidad”, a través del cual, por una parte, se promovía
entre los paisanos con residencia permanente en Estados Uni‑
dos que tuvieran la posibilidad de convertirse en ciudadanos
de dicho país, que lo hicieran. Por otra parte, promovían en‑
tre los paisanos con hijos nacidos en Estados Unidos que los
registraran como mexicanos. Esto último para que, en caso de
ser deportados y quisieran que sus hijos se fueran a México
también, que ingresaran al país como ciudadanos. La finalidad
de sugerir a los paisanos que pudieran convertirse en ciudada‑
nos estadounidenses que lo hicieran fue “por ser la naturali‑
zación la forma única, infalible, para evitar la deportación”.26
En dicho taller

explicamos a la comunidad que el que se vuelvan ciudadanos [de Esta‑

dos Unidos] no les va a hacer romper su relación con México, que ellos

van a tener doble ciudadanía, que es una ventaja. La gente de pronto

cree que ser “Residente legal permanente” es algo vitalicio, inamovible

y les explicamos que no. La palabra “permanente” no es correcta ahí,

porque cualquier situación en la que te veas envuelto, [por ejemplo]

en alguna DUI [manejar bajo la influencia de sustancias tóxicas], al‑

guna falta criminal, lo que sea, puede desencadenar que te cancelen

a ti la residencia y te vas para México. Entonces queda en este caso la

ciudadanía para tener realmente una plenitud de derechos y derechos

de participación también.27

26 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

27 Cónsul de Protección, consulado de Tucson, Arizona, noviembre 2017.

83
Este taller lo llevaban a cabo en dos sesiones, de modo que
en la primera los abogados explicaban los requisitos y en la
segunda ayudaban a los interesados en el llenado de los for‑
matos. La Cancillería calculaba en 2017 que aproximadamente
600 mil paisanos podían postularse a la ciudadanía estadou‑
nidense (entrevista con el embajador Prado).
El cuarto taller que se diseñó como parte de la estrategia
FAMEU se llamó “Diagnóstico migratorio”, mediante el cual:

La idea era que cada uno de los mexicanos indocumentados que

están en Estados Unidos tuviera la oportunidad de conversar perso‑

nalmente, en una sesión larga de 30 minutos, una hora, al menos,

con un abogado migratorio que les hiciera preguntas de: “¿Cuándo

fue que viniste la primera vez? ¿Cómo cruzaste? ¿Te detuvieron?

¿Tienes familiares que son ciudadanos estadounidenses?”, pregun‑

tas que son claves, que le permiten al abogado identificar si existe

algún posible beneficio en la ley migratoria que les posibilite regu‑

larizar su situación.28

De acuerdo con el embajador Prado, mediante la realización


de estos talleres, la Cancillería calcula que aproximadamente
16.5% de la población indocumentada en Estados Unidos ten‑
dría posibilidad de conseguir un alivio migratorio, pero requie‑
re ser “efectivamente orientada y representada” para lograrlo.
Los alivios migratorios pueden ser temporales o definitivos,
dependiendo de las circunstancias específicas: “a lo mejor se
casó un ciudadano americano, a lo mejor fue víctima de algún

28 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019.

84
crimen y es elegible para la Visa U, a lo mejor su mamá o su
papá eran ciudadanos y habían solicitado una petición hace
muchos años”.29 Los objetivos de este taller eran:

Primero, identificar de nuevo alivios migratorios permanentes o defini‑

tivos que por el momento no tenían ni idea [de] que eran elegibles para

ellos. En segundo lugar, para evitar fraudes migratorios, para que, aun

siendo malas noticias, conocieran de primera mano que desafortuna‑

damente no eran elegibles y que de esa forma no fueran susceptibles

de fraudes por notarios o por abogados sin escrúpulos. Y, en tercer lu‑

gar, que supieran en dónde estaban parados en términos migratorios,

es decir, su nivel de riesgo.30

Antes de la emergencia por la llegada de Trump a la Presiden‑


cia de Estados Unidos ya existían dichos talleres, la diferen‑
cia a partir de la estrategia FAMEU fue que: “con ese recurso
pudimos llevar a cabo mayor cantidad de talleres y llevarlos a
todos los lugares y no sólo darlos en la sede consular o en los
consulados sobre ruedas, sino llevarlos también en los consula‑
dos móviles específicamente a los lugares donde sabíamos que
había una gran población de mexicanos”.31 Al poder contratar
a los despachos de abogados, los consulados tuvieron la posi‑
bilidad de movilizar diferentes equipos en su circunscripción
y la difusión de la información tuvo un mayor alcance.

29 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

30 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

31 Embajador Jacob Prado, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior, abril de 2019.

85
Intensificación de las visitas
a los centros de detención
El tercer eje que destaca de la estrategia FAMEU es la inten-
sificación de las visitas a los centros de detención de parte del
equipo de protección de los consulados. Si bien en todos los
consulados se realizaba esta tarea aún antes de 2017, no en
todos ha tenido la misma centralidad. Por su ubicación geo‑
gráfica, así como la compleja estructura y diversidad de ins‑
talaciones del gobierno de Estados Unidos donde puede haber
mexicanos detenidos, el consulado de Tucson, Arizona resulta
excepcional en términos de la responsabilidad que tiene al
respecto. Explica el cónsul de Protección:

En nuestra circunscripción hay 19 centros de detención, pero de esos 19,

cuatro son complejos penitenciarios que tienen varias unidades cada uno.

Entonces es una población de un poquito más de 9 500 presos mexica‑

nos que tenemos aquí en la circunscripción y a los que nos toca atender.

Aparte hay dos [centros] en particular que son referentes nacionales,

uno es Eagle Detention Center, que es el Centro de Detención de ICE, de

migración. Hay población que sí dura bastante tiempo, pero hay pobla‑

ción que por cierta temporada está ahí en espera de una audiencia para

fianza, que está ahí peleando alguna situación de asilo y demás, pero

mientras están ahí, a nosotros nos corresponde atenderlos. Y el otro es

el que se conoce como Florence o que le llamaban CCA, porque antes la

compañía, era la Correctional Complex America, ahora cambió de nombre

y el nombre oficial es Central Arizona Florence Correctional Complex. Es

un complejo que contiene ahí a las dos unidades. ¿Qué es lo que pasa?

Los [migrantes] que están enfrentando un proceso ya sea en la Corte

de Distrito de Arizona, división Tucson, por reentrada, por documentos

86
falsos, por posesión de droga, por lo que sea, un delito de orden federal,

está en un proceso ante la Corte de Distrito de Arizona o en la división

Phoenix (porque Florence queda entre Phoenix y Tucson), entonces si

están en una o en otra, van a estar detenidos ahí. Todo viene a converger

aquí en Tucson en los temas de protección.32

Tanto por esto como porque en Tucson opera el CIAM (el call center
referido previamente), este consulado tiene como tarea principal
atender diariamente a un volumen considerable de paisanos reclui‑
dos en centros de detención o resolver emergencias en ese sentido.
No obstante en todas las circunscripciones consulares hay
centros de detención ubicados en diferentes puntos de la ex‑
tensión geográfica que les corresponde cubrir, éstos son de
diferente tipo y tamaño. En todos los consulados las personas
del equipo de protección se organizan para realizar dichas vi‑
sitas. Lo que en el trabajo de campo reportaron los cónsules
fue que, durante el periodo de la emergencia por el inicio de la
nueva administración, además de que aumentó la frecuencia
de sus visitas, cambiaron el enfoque con el que realizaban las
entrevistas a los paisanos detenidos.
Sobre el cambio en la frecuencia de las visitas, enfáticamente
señala el cónsul de Protección de Los Ángeles, California: “Es algo
que se hacía anteriormente, no con la misma agresividad, no era
diario, no se hacía dos veces al día y no se hacía los fines de se‑
mana, pero sí se hacía. En cualquier caso, siempre una persona
de ahí, del centro de detenciones, tiene derecho a llamarnos por

32 Cónsul de Protección, consulado de Tucson, Arizona, noviembre 2017).

87
teléfono y nosotros podemos desplegarnos y acudir”.33 Antes de
la emergencia de 2017 en este consulado la visita la realizaban
una o dos veces por semana y cuando eran notificados de que
había algún connacional detenido que requería de la protección
consular; su frecuencia cambió a dos veces al día, todos los días.
En el mismo sentido, la cónsul de Protección del consulado
de Filadelfia explicó que los cónsules titulares se han dado a
la tarea de promover entre las autoridades la importancia de
la notificación consular, es decir, de hacerle saber al detenido
que tiene derecho a que su consulado lo proteja, pero debe
notificarlo. A su vez, los cónsules de protección y de comuni‑
dades promueven entre los paisanos que se notifique:

Sí es importante que [sepan que], al llegar al Centro de Detención

Migratoria, les entregan un documento donde ellos aceptan o no que

se notifique al consulado, si ellos dicen: “yo no quiero que se notifi‑

que al consulado”, nunca nos vamos a enterar de que el connacional

está ahí y eso las autoridades lo hacen por derecho a la privacidad

de datos. Entonces sí es importante que, si requieren apoyo, desde

luego firmen la notificación consular.34

Otra de las maneras de notificar al consulado es directamente


por parte de los familiares del detenido. El consulado toma
nota y cuando visita al centro de detención da su nombre y
le realiza la entrevista inicial. En esta entrevista, como expli‑
caron los cónsules, tratan de tener un enfoque integral. Por

33 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

34 Paula Lucano, cónsul de Protección, consulado de Filadelfia, Pennsylvania, mayo 2018.

88
una parte, identifican si la persona detenida tiene algunas
necesidades básicas, por ejemplo, si requiere algún tipo de
atención médica; asimismo, detectan si cuenta con una red de
familiares y amigos y su situación familiar, en caso de que,
por ejemplo, haya que avisarles, sepan que su familiar está
detenido(a) y prevenir posibles extorsiones. Por otra parte:

Si la persona manifiesta haber sido detenida en circunstancias no del

todo claras, hay que recordar que cualquier persona que se encuentre

en este país tiene derechos civiles básicos y [promovemos] que se le

respeten. Entonces, por ejemplo, aun y cuando la autoridad migra‑

toria tenga una orden de detención, hay protocolos, hay medidas y

hay formas y tácticas que son acorde a la ley y otras que no. Enton‑

ces es esa entrevista, es esa interacción que tenemos inicialmente

con ellos lo que nos permite inferir si la detención se llevó a cabo

conforme a derecho o no.35

Asimismo, importa saber si la persona fue detenida porque te‑


nía una orden de deportación y la vigencia de ésta, o bien, “si se
trata de una persona que fue detenida fortuitamente, por encon‑
trarse en un momento y un lugar en el que ocurrió un operativo
migratorio y al no poder documentar su estancia legal en este
país, también fue detenida”.36 Éstos son los casos considerados
“colaterales”, para quienes, de acuerdo con el cónsul Carrera,
los agentes de migración deben tener “una causa probable para
inferir que esa persona se encontraba indocumentada en este

35 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

36 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

89
país. Cuando existe esa causa probable, tiene la autoridad de de‑
tenerlo, pero cuando no existe, no tiene autoridad para detenerlo”.
Los cónsules de protección indicaron que el enfoque más
integral de la entrevista inicial en los centros de detención les
permitió entender mejor la circunstancia en que las detenciones
se llevaron a cabo y el contexto familiar y social de los paisanos
detenidos. Antes de la emergencia de 2017, de acuerdo con la
cónsul de Protección de Filadelfia, en las visitas a los centros
de detención se enfocaban más en las personas que estaban
por ser deportadas, para ayudarles —con información y docu‑
mentación— en el proceso, para facilitarles la vuelta a México.
Pero desde ese año dicha entrevista se volvió más exhaustiva:

Para detectar si hay un posible alivio migratorio y no detectarlo ya que se

van, porque ya tenemos el tiempo encima… la entrevista se hace cuando

llega el connacional, porque va iniciando el proceso y porque tenemos

más tiempo de obtener una opinión legal de si califica o no para su caso

un posible alivio migratorio, de entregarle una lista de abogados, que

ellos o su familia puedan contactar, o de organizaciones [que trabajan]

a bajo costo que también puedan contactar.37

Con el cambio en la administración, desde 2017 ha habido


en los centros de detención más casos considerados colate‑
rales que antes, porque cambiaron las prioridades de las au‑
toridades del ICE. Todavía a principios de 2017 “si detenían
a una persona y no tenía antecedentes criminales y no tenía
antecedentes migratorios recientes, pues la dejaban salir bajo

37 Paula Lucano, cónsul de Protección, consulado de Filadelfia, Pennsylvania, mayo 2018.

90
discreción procesal o la famosa procedural discretion y ahora
ya no”.38 Antes de esa fecha “las prioridades eran las personas
que tuvieran antecedentes penales. Y ahora, cualquier perso‑
na que tenga una violación a las leyes de migración es sujeta
a ser deportada, removida o iniciar un proceso”.39 La cónsul
Lucano señala que las autoridades de migración les han ex‑
plicado que siempre ha habido detención de colaterales. Un
oficial le ejemplificó: “Yo iba en busca de alguien y ahí me
encontraba a otra persona que tenía antecedentes penales,
también me la llevaba; pero ahora voy a buscar a alguien con
antecedentes penales y ahí me encuentro a cinco que no tienen
antecedentes penales, pero están indocumentados, también
me los llevo”. La tarea de los cónsules ha sido, por una par‑
te, tranquilizar a los paisanos cuando hubo pánico al inicio
de la administración Trump y posteriormente sugerirles que
eviten situaciones en las que accidentalmente entren en con‑
tacto con las autoridades de ICE.
En general, ante la emergencia de 2017, los consulados de‑
bieron “generar una capacidad de respuesta rápida” que a su
vez pudiera “generar una capacidad de gestionar riesgos de
deportación”.40 En otras palabras, ha sido tarea de los consula‑
dos proporcionar “información fidedigna y buscar soluciones a
las circunstancias particulares de los connacionales”.41 En ese
sentido, en los consulados:

38 Cónsul de Protección, consulado de Tucson, Arizona, noviembre 2017.

39 Paula Lucano, cónsul de Protección, consulado de Filadelfia, Pennsylvania, mayo 2018.

40 Felipe Carrera, cónsul de Protección, consulado de Los Ángeles, California, noviembre 2017.

41 Diego Gómez Pickering, cónsul general de Nueva York, mayo 2018.

91
Trabajamos mucho: uno, para darles certidumbre a todas las personas

sobre sus posibilidades, es decir, si pueden o no tener derecho a un bene‑

ficio migratorio. “Si de plano no puedo tener ninguno” [cuando lo saben

los paisanos], eso les blinda frente posibles actividades fraudulentas

por parte de pseudo abogados o pseudo despachos —que es una cosa

muy común y por supuesto, por el ambiente se ha incrementado—.42

Ante la emergencia, si bien hubo algunas innovaciones des‑


de la Cancillería y en los consulados mismos, en éstos se echó
a andar y se mejoró la infraestructura de la “institucionalidad
diaspórica” (Gamlen, 2014) que se venía desarrollando desde
que cambió la perspectiva de acercamiento a los connacionales
en la década de 1990 (González Gutiérrez, 2000). De no haber
contado con dicha infraestructura, con la experiencia de los
cónsules y el conocimiento de su circunscripción, más las redes
que han tejido con las organizaciones de connacionales y de
defensa de los derechos civiles, difícilmente hubieran podido
desarrollar la estrategia FAMEU de manera tan rápida y eficaz.

Comentarios finales
Si bien la coyuntura que se abrió con el triunfo electoral de
Donald Trump a finales de 2016 puso a prueba la capacidad de
respuesta del gobierno mexicano hacia sus connacionales, la
manera en que se enfrentó la embestida fue la movilización de
diversos recursos e infraestructura interinstitucional en México

42 Diego Gómez Pickering, cónsul general de Nueva York, mayo 2018.

92
y en Estados Unidos para desplegar lo que percibimos como una
protección en sentido amplio. Es decir, por una parte, se ofreció
lo que podría considerarse “protección remedial”, la requeri‑
da cuando se tiene que atender a alguien afectado –como, por
ejemplo, cuando ya se ha consumado un arresto y las personas
son visitadas en los centros de detención para vigilar que no
se viole el debido proceso e intentar evitar la deportación y, si
parece factible, buscar un alivio migratorio—. Por otra parte,
se desplegó también lo que algunos de los cónsules llamaron
“protección preventiva”, desarrollada por múltiples vías. Una
de ellas fueron los diferentes tipos de talleres, cuya intención
era que hubiera más información entre los paisanos sobre los
derechos que todos los migrantes tienen, independientemente
de su estatus migratorio. Otra vía de la “protección preventi‑
va” fue el más intensivo acercamiento a la comunidad. Se di‑
fundieron las políticas por los diversos medios al alcance de
las autoridades consulares, pero también los servicios fueron
llevados a lugares con cierta concentración de población mexi‑
cana fuera de la sede consular ofreciendo la “atención integral”,
es decir, adicionalmente a los servicios de documentación que
de manera regular ofrecen los consulados sobre ruedas y los
consulados móviles, se contrataron abogados para impartir los
talleres que se daban en las oficinas consulares en las locali‑
dades visitadas por los consulados móviles.
En última instancia, esta protección en sentido amplio que ob‑
servamos en la forma como se instrumentó la estrategia FAMEU
para atender la emergencia al inicio de la actual administración
presidencial en Estados Unidos, corresponde con lo que Délano
(2018) caracteriza como una búsqueda —de parte de las políticas

93
del gobierno del país de origen— de mayor integración de los
connacionales a la sociedad estadounidense. Esta política com‑
prehensiva no podía haberse llevado a cabo sin los recursos
financieros extraordinarios que la SRE recibió de manera muy
oportuna por parte del gobierno federal a principios de 2017.
Pero tampoco hubiera sido posible sin la experiencia de la prác‑
tica cotidiana de los cónsules, que les ha permitido conocer su
circunscripción —geográfica y políticamente— y tender las den‑
sas redes que han tejido con diversas organizaciones aliadas.
Parafraseando a Bada y Gleenson (2015), esta estrategia amplia,
denominada FAMEU, se montó sobre “la culminación de años de
coordinación entre los consulados y grupos comunitarios”, así
como sobre la convicción que guía a los cónsules de acercarse
a los connacionales para hacerles saber que: “por el solo hecho
de que estén aquí [en Estados Unidos], tienen derechos y tienen
que conocerlos para poderlos ejercer, pues es más sencillo abusar
de los derechos del que no sabe que los tiene que del que tiene
conocimiento de su existencia y, por tanto, puede ejercerlos”.43
Además de poner a prueba la capacidad de respuesta rápida
y de gestión de riesgos por parte de la red consular de México
en Estados Unidos —como lo indicaron los cónsules de Los
Ángeles, California— la atención a la emergencia demandó
mostrar la capacidad de los cónsules mismos de ser flexibles
y su disposición a coadyuvar a la transformación de la diplo‑
macia consular mexicana, como se ha hecho en recientes dé‑
cadas (González Gutiérrez, 2000). En ese tenor, de acuerdo
con Diego Gómez Pickering:

43 Cónsul de Protección, consulado de Tucson, Arizona, noviembre 2017.

94
Justo la administración de Trump empieza en un momento de trans‑

formación de la diplomacia consular mexicana para dar ese gran

paso; trascendiendo el paternalismo y cortoplacismo, y fijándonos

en lo que es mediano y largo plazo; en proveer las herramientas y

en proveer el servicio de atención para la comunidad. Creo que es

en el momento que nos encontramos, a mí lo que me motiva y lo

que nos lleva a concebir nuestro plan de trabajo es esa visión más a

largo plazo sin dejar de atender la urgencia. Atender la urgencia no

pierde esa visión de mediano y largo plazo; que es lo que va a hacer

eventualmente la diferencia dentro de 10 o 15 años, volver a enfren‑

tar coyunturas como la actual.44

Epílogo
Como enfatizamos a lo largo del capítulo, el trabajo de campo
que lo nutre fue realizado durante 2017 y 2018; sin embargo,
antes de que este libro se encaminara hacia la publicación, la
pandemia del Covid-19 se esparció, literalmente, por todo el
mundo y esta última nota se volvió obligatoria. El acento se
tiene que poner sobre un par de asuntos. El primero es que
toda la historia del FAMEU desarrollada en este capítulo llegó
a su final cuando, a principios de abril de 2020, durante la ad‑
ministración del presidente mexicano Andrés Manuel López
Obrador, se anunció la desaparición de múltiples fideicomisos
sin estructura, como el MAFAMEU. Este fideicomiso se creó
mediante la autorización de la Secretaría de Hacienda con el
remanente de los fondos utilizados durante 2017 y principios

44 Diego Gómez Pickering, cónsul general de Nueva York, mayo 2018.

95
de 2018 para la atención a los migrantes mexicanos, cuya
vulnerabilidad se exacerbó a la llegada del presidente Do‑
nald Trump al poder. Si bien ya eran fondos limitados, el fi‑
deicomiso todavía tenía unos tres años más de vida, pues en
2018 Hacienda autorizó que tales fondos se pudieran utilizar
durante los siguientes cinco años. De esa manera, se canceló
la posibilidad de pagar la atención legal de mexicanos con
necesidades apremiantes ante la posible deportación. Los fi‑
deicomisos “sin estructura”, justificó la Secretaría de la Fun‑
ción Pública, se prestan a que haya actos de corrupción en
su manejo. Los fondos de los fideicomisos desaparecidos, se
anunció, servirían para reactivar la economía.
El segundo asunto sobre el que hay que reflexionar son las
posibles repercusiones de la pandemia sobre los migrantes
mexicanos en Estados Unidos. Cuando estas líneas finales se
escribieron, en dicho país se habían registrado ya más de 100 mil
muertes (y seguían sumando muchas cada día). Es imposible
ponderar las repercusiones que tendrá, pero se sabe ya que ha
servido de excusa al presidente Donald Trump para amenazar
con rechazar toda la inmigración en Estados Unidos. Se sabe
también que, ante la indicación de que se realicen nada más
las actividades esenciales y se observe una obligatoria distan‑
cia social para evitar los contagios, a los consulados no les
permiten hacer las visitas a los centros de detención donde se
encuentran los paisanos. Si la crisis económica que se vislum‑
bra alcanza, como calculan, la magnitud que tuvo la de 1929,
se puede prever que miles de migrantes volverán a México,
de manera voluntaria o no. Es necesario poner atención a la
crisis que se avecina…

96
Referencias
Bada, Xóchitl y Shannon Gleeson
2015 “A New Approach to Migrant Labor Rights Enforcement:
The Crisis of Undocumented Worker Abuse and Mexican
Consular Advocacy in the United States”, Labor Studies
Journal, Vol. 40 (1): 32 – 53.

Calva Ruiz, Vanessa


2018 “Diplomacia consular y el acercamiento con socios es‑
tratégicos”, en Rafael Fernández de Castro (coord.), La
diplomacia consular mexicana en tiempos de Trump,
México, El Colegio de San Luis – El Colegio de la Frontera
Norte, pp. 205 – 216.

Délano Alonso, Alexandra


2018 From Here and There. Diaspora Policies, Integration & Social
Rights Beyond Borders, Canada, Oxford University Press.

Escutia Rodríguez, Julián


2016 “La doble nacionalidad como instrumento de vincula‑
ción e integración”, Revista Mexicana de Política Exterior,
107, pp. 129 – 141.

Fernández de Castro, Rafael (coord.)


2018 La diplomacia consular mexicana en tiempos de Trump,
México, El Colegio de San Luis – El Colegio de la
Frontera Norte.

97
Gamlen, Alan,
2014 “Diaspora Institutions and Diaspora Governance”, Inter-
national Migration Review 48, pp. S180 – S217.

Goldring, Luin y Patricia Landolt (eds.)


2013 Producing and Negotiating Non-citizenship. Precarious
Legal Status in Canada, Toronto – Búffalo – Londres,
University of Toronto Press.

González Gutiérrez, Carlos


2000 “La diplomacia descentralizada: el papel de los consula‑
dos mexicanos en las relaciones de México con su diás‑
pora” en Rodolfo O. de la Garza y Jesús Velasco (coords.),
México y su interacción con el sistema político estadouni-
dense, México, CIDE – Miguel Ángel Porrúa, pp. 97 – 124.

98
Jóvenes DACAmentados:
diversidades, similitudes y retos en
la administración de Donald Trump

Magdalena Barros Nock


CIESAS

99
Los tiempos del COVID-19

E
stamos atravesando momentos difíciles y no es posible
escribir un artículo sin tomar en cuenta lo que el co-
ronavirus está causando en las vidas de todos. Es por
esta razón que, aun y cuando lo que queremos presentar es el
resultado del trabajo de campo que realizamos en 2017 y 2018,
creemos necesario contextualizar la situación que están atra-
vesando los jóvenes DACA1 con el desarrollo del COVID-19.2
Estados Unidos es el país con el mayor número de infectados
y muertes por causa del COVID-19,3 pero Donald Trump no cesa
sus ataques contra los migrantes, las familias de estatus legal
mixto y los jóvenes DACAmentados. Es un hecho que más de
27 mil hombres y mujeres DACA trabajan en servicios relacio-
nados con la salud, ya sea como doctores, enfermeras, cuida-
dores de personas mayores, técnicos farmacéuticos, paramédi-
cos, incluyendo estudiantes de medicina y enfermería (Griffith
2019; Griffith 2020; García 2020). No obstante, en un momento
de crisis médica, Trump les sigue dando la espalda a miles de
jóvenes DACAmentados y a sus familias, que están poniendo
sus vidas en peligro y ayudando en esta emergencia sanitaria.

1 DACA (Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia).

2 Nombre dado a la enfermedad causada por el coronavirus

3 Para el 24 de junio, Estados Unidos llevaba 2,347,598 infectados y 121,232 muertos


(cna.asia/covid19)

101
El jueves 18 de junio la Corte Suprema de Estado Unidos
decidió que la administración de Trump no proporcionó justi-
ficación adecuada para terminar con el programa DACA y por
lo tanto en una votación donde cinco jueces votaron contra
cuatro, decidieron que el programa continuara como fue ins-
taurado en 2012. Obviamente Trump en seguida sacó un tuit
informando que pronto volvería a ir contra los jóvenes DACA,
esta vez cumpliendo con los requisitos impuestos por la Supre-
ma Corte (Williams 2020). Ésta fue una victoria para los jóve-
nes Daca pero para poder vivir en paz necesitan la ciudadanía.
Es importante mencionar que los jóvenes DACAmentados no
están solos, la gran mayoría forma parte de familias de estatus
legal mixto, es decir, algunos de los miembros de sus familias
no tienen documentos, otros cuentan con ciudadanía y otros
con permisos de trabajo. Gran parte de ellos no tiene acceso a
seguro médico y con la introducción del “public charge rule”
que entró en efecto el 24 de febrero de 2020, que bloquea la
elegibilidad de aquéllos que hayan usado beneficios públicos
o que el gobierno crea que en el futuro vayan a hacer uso de
ellos, menos personas hacen uso de los pocos beneficios públi-
cos a los que tienen derecho, incluyendo a los miembros con
ciudadanía en las familias de estatus legal mixto (Chishti and
Pierce 2020). Esto ha incrementado su situación de pobreza
y marginación. Aunado a ello, el apoyo que Trump ofreció a
los ciudadanos que pagan impuestos fue negado a aquéllos
que viven en familias donde existen miembros que pagan sus
impuestos a través de un número ITIN (Individual Tax Iden-
tification Number –número de identificación individual para

102
pagar impuestos—),4 es decir, personas indocumentadas. Ésta
es una de las medidas más crueles en tiempos de crisis. Mu-
chos miembros de estas familias están perdiendo sus empleos
o están viendo reducidos sus ingresos drásticamente. Con la
crisis económica que el COVID-19 está generando, el peso sobre
los hombros de los jóvenes DACAmentados está aumentado.
Es importante decir que muchos de estos jóvenes DACA y
sus familiares llevan a cabo los llamados trabajos esenciales. Ya
mencionamos aquéllos relacionados con la industria de la salud,
pero también tenemos a quienes trabajan en la agroindustria
llevando la comida de las parcelas a los mercados, repartidores,
limpiadores, etcétera. Gracias a estas familias, Estados Unidos
funciona en estos momentos de crisis y gracias a estos jóvenes
DACA las familias cuentan con un mínimo sostén.
Debido al COVID-19, varios de los procesos para la reno-
vación de sus permisos se han complicado o incluso se han
suspendido temporalmente. Si los DACAmentados no logran
renovar sus permisos de trabajo a tiempo perderán sus traba-
jos, como ya ha sucedido con anterioridad. Esto se complica
debido a que la mayoría de los estados en Estados Unidos es-
tán en lockdown, es decir, en encierro, lo cual va a producir
un letargo en el procesamiento de los papeles de los jóvenes
DACA que necesiten renovar sus permisos en estos tiempos
complicados (Chishti y Pierce 2020).

4 Este es un número que se les da a personas que no tienen número de seguro social, por lo
general indocumentados. Es una prueba de que los indocumentados SÍ pagan impuestos.
Ahora, en tiempos de crisis, el gobierno no reconoce esto y los deja fuera de la ayuda que
ofrece a nivel nacional a ellos y a cualquier miembro de la familia que sea ciudadano ¡aun
y cuando sí tengan seguro social! (Vélez Santiago 2020).

103
Introducción
En este capítulo queremos presentar, desde la perspectiva de los
jóvenes, cuaáles son las ventajas que han tenido al adquirir el
DACA y cuáles son sus mayores retos en estos momentos. Los
resultados provienen del trabajo realizado en el proyecto titulado
“Estrategias y Movilización de Recursos para la Protección de
Mexicanos durante la Administración Actual en Estados Unidos”,5
donde se visitaron 19 consulados de México en ese país.6 En 12
de ellos, gracias a la ayuda de los cónsules7 y su personal, se
organizaron grupos de discusión con jóvenes DACAmentados.8
Queremos contribuir a entender quiénes son las mujeres y los
hombres que han participado en el programa DACA.9 Expondre-
mos aquellos aspectos de sus vidas que cambiaron al entrar al
programa y los retos que enfrentan en la actualidad, basándo-
nos en lo que los jóvenes mencionaron en los grupos de discu-
sión como los más importantes. Los puntos relevantes fueron
la educación y el trabajo, las licencias de conducir, la familia y
sus hijos, el incremento en la discriminación y los estigmas ha-
cia ellos por parte de la sociedad en la que viven, el activismo y
un futuro incierto. Haber visitado 12 consulados localizados en
diversos estados del vecino del norte nos permitió ver la gran

5 Financiado por Conacyt.

6 Los consulados de México en Estados Unidos tienen una serie de políticas que han lleva-
do a cabo para apoyar a los jóvenes DACA (ver el capítulo en este libro de Julián Escutia
y Georgina Rojas).

7 Estamos muy agradecidas por la ayuda proporcionada por los cónsules de los consulados
visitados y por su equipo.

8 Para poder aplicar para el DACA los jóvenes tenían que presentar una identificación y el
primer lugar a donde acudieron para adquirir una fue a los consulados.

9 En este capítulo se les llama jóvenes DACA, Dreamers o DACAmentados.

104
diversidad que existe entre ellos y los factores que han interve-
nido en la manera en que los jóvenes han experimentado estar
en el programa DACA y cómo éste ha afectado sus vidas. Dos
puntos importantes resaltaron al visitar los 12 consulados, los
cuales serán discutidos a lo largo del texto: uno, la heterogenei-
dad existente entre los jóvenes DACA; y dos, cómo el contexto
en que viven ha influido la manera en que han podido tomar
ventaja, o no, de estar en el programa DACA.
El presente capitulo se compone de cuatro secciones. En la
primera presentamos los objetivos y los grupos de discusión; en
la segunda damos características generales de los DACA; en la
tercera señalamos los principales puntos que se discutieron en
los grupos de discusión; y en los comentarios finales hablamos
de cómo ven el futuro (estas discusiones se llevaron a cabo an-
tes del COVID-19, sin embargo, creemos que son importantes).

Grupos de discusión
Llevamos a cabo tres actividades en los consulados: entrevistas
a los cónsules (ver el capitulo de Georgina Rojas en este libro), se
levantó, una encuesta entre las personas que estaban esperando
a ser atendidas (Ver el capitulo de Regina Martínez en este libro),
y los grupos de discusión con jóvenes DACA. En la encuesta se
incluyeron preguntas sobre los jóvenes DACA y sus familias. Du-
rante el levantamiento de la encuesta se pudo conocer a jóvenes
DACA que estaban esperando a ser atendidos y se llevaron a cabo
pláticas informales con ellos y sus familiares, información que
también está vertida en este capítulo. Pero la mayor parte de la
información proviene de los grupos de discusión.

105
En el Mapa 1 se pueden ver todos los consulados que se vi-
sitaron y las estrellas con un punto en el centro son los consu-
lados donde se realizaron los grupos de discusión con jóvenes
DACAmentados. Hubo consulados de larga tradición en Estados
Unidos como el consulado en Denver, en Colorado; consulados
recientes como el consulado de Atlanta, Georgia, y el de Raleigh,
Carolina del Norte; consulados en estados liberales pro migran-
tes como Fresno, California, y Saint Paul, Minnesota; y consula-
dos conservadores como Atlanta, Georgia, Raleigh, Carolina del
Norte, y Phoenix y Tucson en Arizona. Escogimos consulados
en el centro como Little Rock, Arkansas, y norte como Saint
Paul, Minnesota, y consulados en la frontera sur como el de
Tucson, Arizona. Nuestra intención era tener una visión amplia
y diversa sobre las experiencias de los jóvenes DACAmentados
en los últimos años.
Estos grupos fueron formados por jóvenes invitados por los
consulados. Son jóvenes que de alguna manera habían recurrido
al consulado por apoyo o que estaban trabajando en los consu-
lados. Los grupos de discusión estuvieron formados por grupos
de dos a nueve jóvenes. En algunos consulados, los cónsules
de protección quisieron estar presentes. Las discusiones fueron
dirigidas por las profesoras del CIESAS que estaban asignadas a
los diferentes consulados.10 Elaboramos un guión con preguntas
para iniciar la discusión, sin embargo, cada grupo tuvo su propia
dinámica dependiendo de los jóvenes presentes y sus intereses.11

10 Saint Paul: Georgina Rojas; Phoenix y Nueva York: Regina Martínez y Magdalena Barros;
Tucson, Atlanta, Raleigh, Filadelfia, Little Rock, Denver, Portland, Seattle y Fresno: Mag-
dalena Barros.

106
Mapa 1. Consulados donde se llevó a cabo el proyecto y los grupos de discusión DACA

107
Asistieron jóvenes de diferentes edades y con diversas pro-
fesiones y actividades: activistas, estudiantes, profesionales,
bomberos, paramédicos, pequeños empresarios, amas de casa,

11 Guion:
Datos personales
Primer nombre
Dónde nacieron
A qué edad entraron a los Estados Unidos
En qué año entraron a la escuela
Les fue fácil/difícil aprender ingles
En caso de hablar una lengua indígena, que hablaron primero, español o ingles
En qué trabajan sus papás
En qué año van de la escuela, colegio o universidad
En qué trabajan
Tienen hermanos nacidos en Estados Unidos

DACA
Cómo se enteraron del DACA
Participaban en algún grupo u organización Dreamer antes de 2012
Cuánto se tardaron en decidirse a aplicar
Qué problemas tuvieron: no reunían los requisitos, no tenían dinero, sus familiares estaban
en contra, miedo a dar su información, no estaban a favor de los principios del DACA
En qué año entraron al DACA
Cuántas veces han renovado su DACA
Cuánto falta para que se termine su DACA

Cómo cambio su vida al entrar al DACA


ESTUDIOS. ¿Pudieron volver a estudiar o terminar sus estudios, entraron a la universidad,
colegio estatal?
TRABAJO. ¿En qué trabajaban antes y en qué trabajan ahora, mejoró su salario, condiciones,
prestaciones, etcétera?
FAMILIA. ¿Cambió su relación con su familia, hermanos?
CIUDAD. ¿Sintieron más libertad para moverse en la ciudad?
¿Manejan?
¿Viajan?
¿Han ido a México, a dónde?
Fin de DACA
Desde su campaña, Trump amenazó con quitar el DACA, ¿ustedes qué pensaron de estas amenazas?
Qué piensan de que terminara con el DACA y le dejara el trabajo de encontrar una solución
al Congreso
¿Ustedes qué quisieran que el gobierno americano hiciera?
¿Conocen las alternativas que han surgido en las últimas semanas?
¿Conocen la propuesta de California, el Dream Act?
¿Cómo piensan que el gobierno mexicano los puede apoyar?
¿Cómo piensan que la comunidad mexicana en México los puede apoyar?

Activismo
¿Participan en alguna organización relacionada con los Dreamers?
¿Participan en alguna otra organización y cómo los apoya?
¿Tiene una organización de Dreamers en su universidad y participan en ella?
¿Desde que se dio fin al programa DACA qué han hecho?
¿Cómo los han apoyado la comunidad mexicana y mexicano americana?
¿Cómo los han apoyado los miembros de otras comunidades?

Estrategias para el futuro


¿Cómo se están preparando para su futuro próximo en caso de que el Congreso no llegue a una
solución el 5 de marzo de 2018 y llegue su día en que su DACA termine?
¿Cuál es el reto más grande que ustedes creen que van a enfrentar sin DACA?
¿Sus familias qué opinan?

108
entre otros. En ocasiones vinieron menores de edad con sus
madres, jóvenes que acababan de entrar al DACA, que aún no
cumplían 21 años y todavía estaban en la preparatoria. Las re-
uniones duraron entre una hora y media y dos horas. En cada
consulado salían nuevos temas, que provocaron reacciones
diversas entre los asistentes, como veremos más adelante. Las
emociones emergieron, sobre todo cuando se hablaba de las
posibles deportaciones, los hijos y potenciales separaciones12.
La presencia de los cónsules de protección13 fue muy útil, ya
que pudieron ofrecer información sobre qué hacer en estos
momentos difíciles y cómo el consulado los podía asistir, así
como la presencia de activistas, quienes también proporcio-
naron información y ayuda a los jóvenes presentes. El Cuadro
1 muestra el número de muchachas (32) y muchachos (34)
DACAmentados que asistieron a los grupos de discusión por
consulado; en total 69 jóvenes DACAmentados. La presencia
de mamás es debido a que hubo siete menores de edad en los
grupos de discusión.

12 Por discreción nos abstenemos de mencionar los nombres de los jóvenes DACA y cónsules
que participaron en los grupos de discusión.

13 Ver capítulo Georgina Rojas en este libro para entender cuál es su función en el consulado.

109
Cuadro 1. Asistentes a los grupos de discusión por consulado

Consulado Mujeres Hombres Mamás Otras personas


Administración
Phoenix 3 1
consulado
Tucson 4 1 2
Tucson Grupo 2 2 2 2
Atlanta Grupo 1 2 2 1
Atlanta Grupo 2 1 3
Raleigh 2 4
Saint Paul 3 1
Nueva York 3 3
Filadelfia 1
Cónsul de
Little Rock 1 4 1
Protección
Cónsul de
Denver Grupo 1 5 1 Protección y
ayudante
Denver Grupo 2 2 1
Abogado
Cónsul
Portland 4 3 Protección
Dos mexicanas-
americanas
Seattle 3
Trabajador del
Fresno 1 4
consulado
Total 32 34 7
Total jóvenes, 66
Total grupos, 15

Elaboración propia

El total de jóvenes DACAmentados que participaron fueron 66,


en 15 grupos de discusión. En cinco grupos hubo menores de
edad que asistieron con su mamás. Participaron 32 mujeres
y 34 hombres. En cuatro grupos asistieron cónsules, en un
grupo asistió un abogado americano defensor de los derechos
de los migrantes y, en otros, jóvenes mexicanos americanos.

110
Los DACAmentados: ¿quiénes son?
Gracias a la lucha de los miembros del movimiento United
We Dream que dio origen a la propuesta Dream Act,14 el pre-
sidente Obama presentó la Iniciativa “temporal” de Acción
Diferida para los llegados en la Infancia (DACA por sus si-
glas en inglés). Ésta entró en vigor el 15 de agosto de 2012
y con ella se esperaba que más de 1.4 millones de jóvenes
con características específicas15 pudieran incorporarse al pro-
grama y recibir un aplazamiento a su deportación y permi-
so para trabajar por dos años. Se calcula que, de esta cifra,
aproximadamente 1.1 millones son de origen mexicano, es
decir, el 65%; que 60 mil provienen de El Salvador y 50 mil
de Guatemala, y que el 57% de los potenciales beneficiados
viven en California, Texas, Florida, Nueva York e Illinois.16
Por otro lado, el presidente Obama ha sido uno de los pre-
sidentes con el mayor número de deportaciones en la historia
contemporánea de Estados Unidos, deportaciones que han se-
parado a familias y dejado a niños sin sus padres, creando un

14 Dream es el acrónimo de Development, Relief and Education for Alien Minor. Este movi-
miento se inició en 2001 y básicamente lo que han pedido sus miembros a través de los
años promoviendo el llamado Dream Act es que los jóvenes indocumentados que quieran
ingresar a la universidad reciban las mismas condiciones que los jóvenes residentes, y no
se hagan diferencias basadas en origen étnico y nacional. Los jóvenes indocumentados lle-
gan a pagar colegiaturas en las universidades hasta tres veces más altas que los residentes,
lo cual dificulta mucho su integración. Esta iniciativa no ha sido aprobada a nivel federal,
sólo ha sido aprobada a nivel estatal en algunos estados.

15 Los jóvenes necesitan tener las siguientes características: tener menos de 31 años a la fe-
cha de junio de 2012; haber llegado a Estados Unidos antes de los 16 años de edad; haber
residido continuamente en Estados Unidos por un periodo mínimo de 3 años antes del 15
de junio de 2012 y en el momento de presentar la acción diferida ante la USCIS; haber resi-
dido continuamente en Estados Unidos desde junio 15 de 2007 hasta el momento presente;
estar asistiendo a la escuela, o haberse graduado de la escuela superior (High School), o
poseer un certificado de Educación General (GED por sus siglas en ingles), o haber servido
con honor en la Guardia Costera o en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. No haber
sido encontrado culpable de un delito grave, delito menos grave significativo, múltiples de-
litos menos graves, o representar amenaza nacional o a la seguridad pública (USCIS 2012).

16 Beneficiarán a más “soñadores” (2012).

111
ambiente de miedo y marginación donde los niños y jóvenes
temen que en cualquier momento sus padres o ellos mismos,
en el caso de ser indocumentados, puedan ser arrestados y de-
portados por las autoridades estadounidenses.17 No cabe duda
que DACA es un gran paso en la ayuda a miles de jóvenes in-
documentados que llegaron de niños a Estados Unidos y que
viven dentro de las familias de estatus legal mixto. Sin embargo,
el hecho de que ellos o sus padres puedan ser deportados en
cualquier momento ha hecho que sus vidas se desenvuelvan
en un ambiente no sólo de marginación y discriminación sino
también de miedo y creciente violencia.
El programa DACA nunca fue una solución permanente
para los millones de jóvenes que arribaron siendo niños a
Estados Unidos. Se presentó como lo que Menjívar (2006) ha
llamado una condición legal liminal, donde no se ofreció un
camino a la ciudadanía y donde los jóvenes en Estados Unidos
permanecen en un área legal gris, lo que significa que tienen
más derechos que aquéllos que no tienen DACA, pero siguen
sufriendo de muchos estigmas e inseguridades (Cebulko y Sil-
ver 2016; Barros 2017b). Obama brindó una oportunidad a la
población joven, pero dejó fuera a gran parte de su familia, la
cual ha sido asediada por deportaciones constantes o por la
amenaza de ser deportados. Para muchos jóvenes fue difícil
acceder a un programa que no incluía a sus padres y que los
dejaba con poca protección frente a las políticas estatales y

17 Sólo en los primeros 6 meses de 2012 se deportaron 45,000 padres y madres y más de
5,100 niños ciudadanos en 22 estados viven bajo el cuidado del estado en casas de acogida
(foster care homes) donde familias cuidan a los niños y niñas temporalmente hasta que
alguna familia los adopta definitivamente o llegan a la edad adulta y se pueden cuidar por
si mismos (O´Neil 2012).

112
frente a la decisión que un nuevo presidente pudiera tener,
tal como sucedió con el presidente Trump, quien decidió
erradicar el programa.
En 2016 empezó la campaña de Trump y muchos jóvenes
temieron solicitarlo y/o renovarlo. Algunos más dudaban
de dar sus datos por miedo a que el gobierno los buscara y
los deportara a ellos y a sus familiares.
El Cuadro 2 nos muestra el número aproximado de jóvenes
DACA activos en septiembre de 2017 por sexo. Observamos
alrededor de 4% más mujeres que hombres aprobados en el
programa, lo cual necesita de mayor investigación.

Cuadro 2: Número aproximado de DACA


(nacional) por sexo (septiembre 2017)

Numero –
Sexo porcentaje
redondeado
Total 689 800 100.0
Mujeres 362 700 52.6
Hombres 326 900 47.4
(No disponible) 200 0.0

Fuente: USCIS 2017. Aun y cuando se dice que hay mas de 800 000, éstas son las
cifras oficiales.

El Cuadro 3 muestra el número de jóvenes DACA en los estados


donde llevamos a cabo los grupos de discusión. California tiene
el mayor número, seguido por Texas. Se calcula que el 80% se
encuentra trabajando y el resto estudiando (Mathema 2017).

113
Cuadro 3. Numero de jóvenes DACA en los estados donde
se llevaron a cabo los grupos de discusión (2017)

Estado DACA
California 197 900
New York 32 900
Arizona 25 500
Carolina del Norte 25 100
Georgia 21 600
Washington 16 300
Colorado 15 500
Virginia 10 100
Oregón 10 200
Minnesota 5 500
Arkansas 4 700

Fuente: USCIS 2017

Durante su campaña, Donald Trump amenazó con terminar


todas las Acciones Ejecutivas llevadas a cabo por el presidente
Obama. Al momento de las elecciones, organizaciones activistas
recomendaron que nadie metiera sus papeles al sistema DACA
hasta no saber cómo reaccionaría Trump, quien por meses dijo
que terminaría con el programa DACA en cuanto entrara a la
Casa Blanca. Según datos de USCIS, el día antes de que Trump
terminara con el programa, había 689 800 jóvenes DACA, de
los cuales el 80% era de origen mexicano. Alrededor de 70 mil
no lo renovaron o sus renovaciones fueron rechazadas y 40 mil
obtuvieron la residencia por otros medios (Robertson 2018).
En conferencia de prensa, el 16 de febrero de 2017, ya habiendo
asumido la presidencia, Trump dijo que tendría una solución para
los jóvenes DACA, pero que incluso entre ellos había miembros de
pandillas y, por lo tanto, había que aplicarles la ley. Dos días antes,
el 14 de febrero, ya un joven DACA había sido apresado por ICE para
ser deportado (ver National Migration Forum, February 14, 2017).

114
En 2016, Trump amenazó con terminar el programa DACA
y les dio dos meses a los jóvenes para renovar por última vez
su DACA. Por semanas, organizaciones no lucrativas, escuelas
y consulados ayudaron a los jóvenes a llenar sus solicitudes de
renovación e ingresar sus papeles. Incluso se les llegó a apoyar
económicamente. Mientras tanto, en el Congreso se discutían
diferentes alternativas para poder darle un seguimiento per-
manente a la alternativa. En ese año ninguna fue aprobada.
Una serie de demandas se han hecho por parte de jueces en
distintos estados, ya sea para detener la decisión de Trump de
finalizar el programa o de obligar a Trump a continuarlo. El 31
de agosto de 2018, el juez Andrew Hanen de Texas ordenó una
solución temporal para que los DACA continuaran renovando
sus permisos, mas no permitió nuevas solicitudes (Lind 2018 y
para más información Status of Current DACA Litigation 2018).
El viernes 17 de mayo de 2019, la Corte del Cuarto Circuito dic-
taminó que la decisión de Trump de terminar con el programa
DACA violaba las leyes federales (Vogue De, 2019). El 4 de junio
de 2019, la Cámara de Representantes pasó la llamada “Dream
and Promise Act” la cual ofrece protección para los jóvenes
DACA, así como a otros inmigrantes que buscan un estatus le-
gal, incluso la ciudadanía (Farías 2019). Sin embargo, sabemos
que ésta tiene que ser aprobada por el Senado y el presidente;
dos pasos muy difíciles en estos momentos. Sin embargo, estos
tres años han sido años de inseguridad y miedo para los jóvenes,
tres años de no saber hacia dónde los llevará el futuro.
En el próximo apartado veremos cómo mujeres y hombres
han reaccionado de diversas maneras y los factores que han
influido en su realización como DACAmentados.

115
Ser DACA en la vida de mujeres
y hombres jóvenes migrantes
La antropología social, en especial, así como otras discipli-
nas, pone atención a los contextos en que viven sus sujetos
de estudio. En el caso de los migrantes, trabajos como los
de Portes y Zhou (1993), Wong et al (2013), entre otros, han
puesto énfasis en cómo el contexto influye en las formas en
que los inmigrantes se incorporan a la sociedad de destino.
Varias son las investigaciones que han estudiado el impacto
de diferentes contextos políticos en las vidas de los jóvenes
DACA y sus familias. Por ejemplo, Torre (2017) estudia la dife-
rencia entre jóvenes DACA en California y en Arizona y cómo
afectan tanto sus vidas como las de sus familiares; Cebulko
y Silver (2016) analizan cómo las diferencias en las políticas
estatales pueden provocar inclusión o exclusión en los proce-
sos que viven los jóvenes DACA y ponen como ejemplo a los
estados de Massachusetts y Carolina del Norte.
Al no existir una reforma migratoria integral federal, los go-
biernos estatales han implementado políticas específicas con
el objetivo de hacer frente a la creciente población migran-
te en sus estados (Gilbert 2009, Rodríguez, Chisti, Nortman
2010). Desde sus inicios, Obama dispuso una serie de requisi-
tos que los jóvenes debían tener para entrar al programa y les
dio seguro social y permiso para trabajar. Cada estado tuvo la
libertad de decidir cómo apoyaba a los jóvenes DACA o si los
llegaba a apoyar.
Como cada estado, e incluso cada ciudad, apoyan o no a
los jóvenes DACA, ha influido de muchas maneras la forma en
que los jóvenes han vivido la experiencia de tener un permiso

116
DACA y la manera en que hoy en día están enfrentando la deci-
sión del presidente Trump de terminar con el programa. Desde
que el programa se inició, los jóvenes han tenido experiencias
desiguales a lo largo de Estados Unidos, dependiendo del con-
texto en el que viven (Cebulko y Silver 2016).
El presente estudio tiene la intención de aportar a esta dis-
cusión e introduce nuevos elementos. Nos interesa ver no sólo
cómo sus estudios, su vida económica y sus familias han sido
afectadas, sino también cómo ha aumentado la discriminación
hacia ellos a raíz del discurso de Trump, cómo ven los retos en
su futuro próximo y cómo está cambiando el discurso activista
y las posibles alternativas que tienen en mente.
Empezamos por señalar la diversidad en la implementación
de políticas migratorias en Estados Unidos. El Mapa 2 muestra,
por estado, el tipo de políticas migratorias que implementan,
es decir, si son incluyentes, excluyentes o indeterminadas.

117
118
Mapa 2. Estados con políticas migratorias incluyentes, excluyentes
e indeterminadas hacia los DACA en Estados Unidos (2018)

Fuente: Generation Progress, Genprogress.org.


Hay que tomar en cuenta que, aun y cuando los estados
puedan ser considerados liberales o conservadores, incluyentes
o excluyentes, las políticas migratorias se aplican de manera
selectiva, ya sea en las zonas urbanas o rurales, en las gran-
des ciudades o en las pequeñas. A la hora de implementar las
políticas migratorias, las ciudades y condados pueden ser se-
lectivos en cómo y hacia quien las impulsan. Por ejemplo, en
California, que es considerado un estado santuario, las gran-
des ciudades como Los Ángeles y San Francisco son liberales
y apoyan a los migrantes, pero las zonas rurales son conser-
vadoras a pesar de que dependen de los jornaleros migrantes
para su agricultura y agroindustria. Así, lo que se presenta es
una aplicación de la ley migratoria de forma selectiva. Los fac-
tores que intervienen están fuera del alcance de este texto, sin
embargo, creemos que es importante mencionarlo.
Es interesante lo que Cebulko y Silver comentan en su estu-
dio donde comparan Massachusetts y Carolina del Norte. Ellos
nos dicen que los jóvenes en Carolina del Norte sintieron DACA
como una política más inclusiva frente a un estado con un am-
biente hostil y excluyente, mientras que en Massachusetts los
jóvenes sentían las políticas estatales más incluyentes frente a
una política federal insuficiente (Cebulko y Silver 2016: 1561).
Esto es lo que ahora muchos jóvenes en nuestros grupos de
discusión sienten; lo veremos más adelante.
En todos los grupos de discusión los siguientes temas fue-
ron mencionados: licencias de manejar, educación, familia e
hijos, trabajo, discriminación, deportaciones, activismo, retos
y alternativas, pero en cada consulado fue diferente la manera
en que los jóvenes viven estas experiencias. A continuación,

119
trataremos de explicar cómo ciertos factores han intervenido
en sus vivencias como jóvenes DACAmentados y en la forma
en que están respondiendo a los retos actuales.

Licencias de manejar
En Estados Unidos es importante tener un coche para poder mo-
vilizarse y no tener miedo a ser detenidos por la policía y correr
el riesgo hasta de ser deportados (ver Barros 2017b). Sólo en las
grandes ciudades se cuenta con buen transporte público. En todos
los grupos de discusión, los jóvenes mencionaron que obtener
una licencia trajo cambios importantes a su vida. En Atlanta un
joven narró cómo le tomaba dos horas y media llegar a su uni-
versidad en camión, perdía cinco horas diarias en autobús para
llegar a su universidad y regresar a su casa, y cuando pudo obte-
ner su licencia y comprar un coche, su vida cambio totalmente.
Obama dejó a discreción de los estados el darles o no licen-
cias a los jóvenes DACA. Algunos estados ya daban licencias a
migrantes indocumentados como Nuevo México, Washington
y Utah; otros, como California, decidieron dar licencia a los
jóvenes DACA en el momento en que se inició el programa;
en otros estados los jóvenes tuvieron que luchar para que les
dieran una licencia; en algunos les dieron licencias marcadas
como las que les dan a los migrantes indocumentados (National
Immigration Law Center 2013). En algunos estados pusieron
restricciones para dificultar el proceso para obtener la licencia;
el Cuadro 4 muestra los estados de este estudio.
Las licencias también son un ID del gobierno. USCIS (UE Ci-
tizenship and Immigration Services) confirmó que los jóvenes

120
integrantes del DACA estaban autorizados por el Departamento
de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security DHS)
a estar presentes en Estados Unidos y, por lo tanto, legalmen-
te presentes durante el tiempo que estuvieran en el programa
DACA. Sin embargo, las leyes que regulan la elegibilidad para
obtener una licencia de conducir varían de estado a estado y
tener el DACA no significa que automáticamente puedan ob-
tener una licencia para conducir.

Cuadro 4. Licencias para jóvenes DACA en los estados del estudio

Año en que las


Consulado
empezaron a dar
Arizona 2014 Con restricciones
California 2012
Georgia 2012 Con restricciones
Con restricciones/
Carolina del Norte 2012
marcada
Nueva York 2102
Pensilvania 2014 Con restricciones
Arkansas 2012
Con restricciones/
Colorado 2014
marcada
Oregón 2014 Con restricciones
Washington 2012 Con restricciones
Minnesota 2012 Con restricciones

Elaboración propia basado en el National Immigration Law Center 2013 y 2019.

El hecho de que en algunos estados se dificultara el acceso a


las licencias de manejar para los jóvenes DACA y que tuvie-
ran que luchar por ellas, llevó a que su inserción a colegios y
mejores trabajos tardara más años en comparación con otros
jóvenes DACA que pudieron tener su licencia inmediatamente.

121
Los trabajos a los que los jóvenes podían acceder fueron en
muchos casos, restringidos a trabajos cercanos a sus casas.
En California se les dio la licencia que se les da a los habi-
tantes de California, no a los indocumentados. En otros esta-
dos, como por ejemplo Carolina del Norte y Colorado, se les
dio una licencia marcada, que se distinguía de la licencia que
todos los habitantes del estado usaban. Traer la licencia evita
tener problemas con los oficiales de tránsito, pero sigue identifi-
cándolos como excluidos, semiilegales, es una situación liminal
y esto hace sentir a los jóvenes no aceptados. Los muchachos
del grupo de discusión en Denver comentaron sobre tener una
licencia marcada y lo que para ellos significa:

“…si nos llega a parar la policía pueden decir “no tienes seguro so-

cial porque esta licencia esta marcada” …” - “Yo allá en California

si la saque la licencia, y mi seguro social, y todo como sin problema

con eso del DACA y ya aquí, llegando es donde marcaron la licencia

y todos es cuando me preocupe más yo pues nunca había pasado por

esto hasta ahorita, híjole... (Grupo de discusión Denver, mayo 2018).

Dream Act y acceso a la educación


Se ha dicho mucho que los DACA son jóvenes que quieren
estudiar, de hecho, el movimiento Dreamer tenía como ob-
jetivo que los jóvenes fueran aceptados en las universidades
y que les cobraran la misma inscripción que a los jóvenes
locales y no como a foráneos que han llegado a pagar dos o
tres veces más que los locales. Algunos estados han aprobado

122
sus propios Dream Act estatales, como es el caso de Texas
(2001); Nueva York (2002); Connecticut (2011); Rhode Iland
(2011); Colorado, Minnesota, New Jersey y Oregón (2013);
Florida (2014); Hawaii y Michigan (2013); y California (2016)
(Cebulka y Silver 2016).
Hay estados que en las últimas décadas han implementado,
medidas agresivas para limitar el acceso de indocumentados a
todo tipo de recursos como Carolina del Norte, Georgia y Ari-
zona. Carolina del Norte fue de los primeros en habilitar que
oficiales locales impulsaran el programa 287(g)18 (Weissman,
Headen y Parker, 2009) y fue el décimo estado en adoptar el
programa de “Secure Communities” (Comunidades seguras)19
en 2011. Introdujeron varios proyectos de ley específicamen-
te dirigidos a los jóvenes indocumentados para prevenir que
hicieran uso de los colegios locales y de las universidades es-
tatales, aunque no han sido aprobados; algunos sí lo fueron
en Carolina del Sur y Georgia. Sin embargo, el “Community
College Board” de Carolina del Norte emitió una resolución
donde prohibió que los jóvenes indocumentados asistieran a
los colegios en 2008. Esa resolución fue eliminada en 2009,
pero quedó estipulado que pagarían tres veces lo que pagan
los locales y que, en caso de que las clases tuvieran exceso de
alumnos, se les daría preferencia a los locales. Incluso después

18 El programa 287(g) permite al estado y a las agencias locales actuar como agentes de
inmigración en sus jurisdicciones (U.S. Immigration and Customs Enforcement;). Esto ha
llevado a que en condados y ciudades se creen leyes que ayuden a encontrar hombres y
mujeres susceptibles a ser deportados.

19 Secure commnunities es un programa a través del cual la policía local y estatal puede re-
visar las huellas de cualquier persona que arresten, ya sea culpable o no, en las bases de
datos del FBI y DHS para ser revisadas y si hay una alerta, ICE busca a la persona para
entrevistarla y si procede, deportarla.

123
de que entró en vigor el DACA no redujeron las colegiaturas
a nivel local para los DACA ni facilitaron la entrada de éstos a
los colegios y las universidades (Cebulko y Silver 2016: 1558).
En estados hostiles son pocos los jóvenes que pudieron re-
dirigir sus vidas y entrar a estudiar para después trabajar en lo
que siempre soñaron. Y aquí la edad tiene mucho que ver. Los
mayores vieron esto con mayor dificultad que los jóvenes que
viven en estados mas amigables y que tenían políticas que los
podían ayudar como colegiaturas equiparables a los locales, así
como becas y créditos para pagar esas colegiaturas. Los mayo-
res ya sienten que no pueden redirigir sus vidas; los jóvenes
en los estados liberales vieron en el DACA una gran oportuni-
dad de hacer lo que siempre soñaron. El Mapa 3 muestra qué
estados dan apoyos para la educación.
En Atlanta, por ejemplo, un joven de 28 años comentó que
él no había podido estudiar porque no le permitieron tener el
pago de colegiaturas que pagaban los locales y las que le asig-
naron eran demasiado altas. Por ser el mayor en su familia con
papeles, decidieron poner un negocio donde su familia colabo-
rara y él sería la cabeza. Otros jóvenes del grupo de discusión
de Atlanta comentaron que estar en estados conservadores
los ha hecho luchar más y volverse hábiles para buscar alter-
nativas. Por ejemplo, una chica nos platicó cómo estudió su
carrera por internet, ya que no pudo pagar las cuotas en cla-
se, y está por obtener su título en línea. Incluso se han vuelto
muy hábiles en buscar becas, no sólo en Estados Unidos sino
también en México. Una chica del grupo de discusión Atlanta
2 nos platicó cómo consiguió una beca a través del consula-
do —otra manera en que los consulados han ayudado a los

124
Mapa 3. Costos de la educación para indocumentados en Estados Unidos

125
jóvenes indocumentados y a los DACA— y consiguió otra a
través de la Casa Mexiquense. Los jóvenes en estados donde
no hay Dream Act y los hacen pagar tres veces el costo que
paga un residente local mostraron tener mucha iniciativa en
buscar diferentes colegios y universidades estatales y privadas
que los ayudaran, moverse de una a otra para poder terminar
sus estudios y una constante búsqueda de becas y financia-
miento. Todos hablaron de no poder terminar sus estudios en
el tiempo que un estudiante normalmente lo hace ya que mu-
chas veces tenían que dejar de estudiar y ponerse a trabajar
para poder pagar las cuotas que les pedían.
Los jóvenes del grupo de Atlanta comentaron: “Cuando
estás ahí, quieres avanzar como los demás, pero no puedes”;
“…la universidad de cuatro años, para nosotros se vuelven
ocho, diez años, para poder acabar y pues es triste, porque
uno dice, un simple papel o algo pues no nos quita, pero nos
atrasa la oportunidad”.20
Como vemos, no fue igual para todos. Las condiciones loca-
les fueron muy diversas y esto significó a su vez que las expe-
riencias que estas muchachas y muchachos han tenido desde
que obtuvieron su DACA han sido desiguales.

La familia para los DACA


Para muchos jóvenes DACA vivir en familias de estatus legal
mixto, donde sus padres son indocumentados, les ha creado
una carga en sus espaldas, al ser ellos los únicos que tienen

20 Grupo de Discusión Atlanta 2, noviembre 2017.

126
papeles legales. Esta situación puede ser aun más difícil y
complicada en estados donde las restricciones son más se-
veras en contra de los inmigrantes en general. Creo impor-
tante traer a la discusión estos factores ya que en los estu-
dios sobre los DACA son pocos los que han intentado ver las
diferencias y particularidades entre ellos (ver por ejemplo a
Torre-Cantalapiedra, 2017).
En el grupo Atlanta 2, tres hombres y una mujer, todos pe-
queños empresarios, con negocios, trabajaban con sus familias
contribuyendo a la creación de empleos. Su mayor preocupación
era que, si les quitaban el DACA, tendrían problemas con los
permisos de sus negocios, ya que a diferencia de otros estados
donde no te piden papeles para registrar tu negocio, en Georgia
sí lo hacen. Sin DACA, sus negocios tendrían problemas y por
lo tanto, sus familias también. Estos jóvenes cargan con el peso
de su familia. En la discusión del grupo Atlanta 2, los jóvenes
comentaron“ mi hermano, también tiene el permiso DACA y
mi hermano tiene un negocio tradicional, un restaurante y el
siendo dueño del negocio, algunas licencias de él para poder
renovarlas tiene que tener seguro social vigente, el permiso
de trabajo vigente, y eso es lo que digo, y ahora cómo le va
a hacer…” (Grupo de Discusión 2, Atlanta noviembre 2017).
“…creo que la preocupación de nosotros los DACA es des-
pués que se nos venza el permiso no, ¿qué vamos a hacer? Para
los que ya tenemos negocios, o sea para solicitar licencias …
de los negocios ¿qué va a pasar con los negocios?” (Grupo de
Discusión 2, Atlanta noviembre 2017).
Encuestas hechas apoyan estas ideas, por ejemplo, el estudio
hecho por Wong y sus colegas (2014) muestran que el 51% de

127
los jóvenes encuestados declaró que su contribución a la eco-
nomía familiar aumentó cuando pudieron conseguir mejores
trabajos al adquirir el DACA. Sin embargo, hay jóvenes DACA
que no sólo incrementaron su contribución, sino que crearon
empleos para sus familiares.
También hay jóvenes DACA que han sido los responsables
de buscar mejor casa/habitación, ya que sólo los que tienen
documentos pueden rentar o comprar. Esto pone a los chicos
en una situación difícil de gran responsabilidad, ya que, si
les quitan el DACA, no sólo los afectan a ellos, sino también
a toda su familia. Es conocido que en varios estados ha sido
casi imposible comprar una casa para un migrante. En esta-
dos como California ha sido un poco mas fácil, sin embargo,
durante la crisis de bienes raíces, muchos latinos perdieron
sus casas (Barros 2015). No es raro oír a las familias decir que
estaban esperando a que sus hijos nacidos en Estados Unidos
llegaran a ser mayores de edad para poder comprar una casa a
su nombre. El que los hermanos obtuviera el DACA les dio los
papeles legales necesarios para tramitar créditos y poder com-
prar coches, casas y abrir negocios. Ahora, seis años después
de que el programa inició y que Trump decidió darle fin, sur-
ge la pregunta: ¿qué va a pasar con esos créditos una vez que
esos jóvenes vuelvan a ser indocumentados? Esto está creando
una angustia más en sus vidas. Estos jóvenes invirtieron en la
economía americana y ahora las instituciones bancarias están
listas para revisar sus papeles y actuar.
La familia juega un papel muy importante también para aque-
llos jóvenes DACA que ya formaron su propia familia y se en-
cuentran en una situación de angustia y miedo, pensando todos

128
los días que en cualquier momento los pueden deportar y lo que
puede pasar con sus hijos. Una madre del grupo de discusión de
Denver nos comentaba llorando: “…mis papás decían: pero es
que están diciendo que van a quitar el DACA y si, y si los depor-
tan qué van a hacer, qué va a pasar con la casa y todo eso, los
niños orita veo por mis hijos de que si, si pasa eso y nos llevan
quien se va a quedar con ellos, quien va a ver por ellos y eso es
lo que me preocupa más, mis hijos orita … por ejemplo que pase
algo rápido y que mis hijos estén en la escuela o algo y yo, ya
este digamos este en migración, qué va a pasar con ellos, qué es
lo que puedo hacer!” (Grupo de Discusión, Denver, mayo 2018).
Constantemente las familias están siendo fracturadas y uno
de los temores más grandes son los hijos. Tomar la decisión
de dejarlos en Estados Unidos o llevarlos a México; o incluso
puede suceder que los deporten y el estado se los quite y los
meta en casas de acogida (ver Barros 2017a). Los jóvenes DACA
con hijos, cada vez son más y enfrentan estos problemas. El
consulado les recomienda darles la doble nacionalidad para
estar preparados si tienen que irse con ellos a México para que
los niños puedan ser integrados al sistema mexicano escolar
y de salud sin problemas. Sin embargo, esto no quita el temor
y la inseguridad con que viven día a día desde que la nueva
administración puso al DACA en la línea de fuego.

Trabajo
Existen varios estudios a lo largo de Estados Unidos que
permiten tener una visión general sobre el impacto a nivel
educativo y laboral que el programa ha tenido. La mayoría de

129
estos estudios han utilizado métodos cuantitativos, encuestas
realizadas en distintos estados que dan datos representativos.
La encuesta llevada a cabo por el National UnDACAmented
Research Project (NURP) y el Center for American Progress,
donde 2 381 beneficiarios de DACA fueron encuestados, deja
ver cómo beneficiarios del DACA que no tenían la preparato-
ria (High School) teminada o su colegio (college) han tenido
acceso a educación y programas de entrenamiento que han
beneficiado sus vidas. Han podido terminar la preparatoria,
hacer una carrera corta en un colegio, conseguir un trabajo
mejor pagado (45%); 61% consiguió un nuevo trabajo y esto
ha llevado a mejores salarios, más dinero para gastar dentro
de la familia, más pagos de impuestos y beneficios para la
economía en general (Gonzalez Roberto G., et al 2017).
La ofensiva que Trump inició desde su campaña contra
los jóvenes DACA, por un lado, trajo temor a las vidas de los
DACAmentados y, por otro lado, puso en guardia a aquéllos
que los habían empleado, ya que saben que pueden perder a
sus trabajadores. Esta situación se ha sentido de diversas ma-
neras según el estado donde los jóvenes viven. Por ejemplo,
en el caso de California, no ha sido tan fuerte la presión de
los empleadores porque los jóvenes renueven sus documen-
tos, pero en otros estados más conservadores los empleadores
empezaron a tomar cartas en el asunto desde el día que Trump
entró a la presidencia.
En el grupo de discusión de Little Rock un joven nos pla-
ticó que entró a trabajar con los bomberos desde que obtuvo
su DACA y ha sido un bombero ejemplar. Sin embargo, desde
que Trump dijo que terminaría con el programa, sus jefes le

130
han preguntado constantemente sobre su situación, preocupa-
dos de que cuando se llegue a quedar sin su permiso DACA,
lo tendrán que despedir. El joven comenta:

“…eh lo que me decían en, en el departamento de bomberos, me

hicieron una lista de ah, todo lo que, lo que gasta para entrenar un

bombero, pues desde que lo contratan, 30 mil dólares, no puede

perder la ciudad, no puede perder así nomas, y me vienen diciendo,

pues tienen que hacer algo seguro…” (Discusión de Grupo, Little

Rock, Mayo 2018).

De estar en un trabajo donde se sentía realizado, donde sentía


que contribuía a la comunidad, ahora “parecen disco rayado
pregunte y pregunte y no sé que hacer”, cada día se preocu-
pa más por perder su trabajo y pasar a ser indocumentado.
Su sueño desde niño fue ser bombero y el DACA se lo per-
mitió y ha sido un beneficio para él y para la comunidad, ha
arriesgado su vida por otros. Es importante recalcar que el
DACA no sólo ha beneficiado a los jóvenes sino también a las
comunidades donde viven.
Tener el DACA no significa encontrar el trabajo que uno quiere
y, menos aún, si durante los estudios universitarios constan-
temente les bloquean el acceso a ciertos cursos o trabajos por
ser indocumentados. Un joven de Seattle nos comentaba en
el grupo de discusión que incluso teniendo ya el DACA, como
ingeniero le costó mucho trabajo obtener su primer trabajo ya
que durante sus estudios no le permitieron realizar pasantías.
Los empleadores, de acuerdo con los comentarios de los jó-
venes, cada vez son menos abiertos a contratarlos en puestos

131
con buenos salarios y que tengan trato con el público. Una
joven en el grupo de discusión de Tucson (octubre 2017) co-
mentó cómo, a una amiga suya que trabajaba en una tienda al
frente con el público, en cuanto Trump entró a la presidencia
la pasaron al almacén. Ella piensa que estas acciones tienen
que ver con el recrudecimiento de la discriminación en el es-
tado de Arizona. Pasemos al siguiente punto: discriminación
y xenofobia hacia los DACA.

Incremento de la discriminación hacia los DACA


Un aspecto que salió en todos los grupos fue la percepción
de que hay un cambio en cómo la gente los trata y percibe.
Es sabido por todos que, desde su campaña, Trump ha pro-
movido el resurgimiento de sentimientos racistas entre la
población de Estados Unidos, lo que ha provocado a que se
atrevan, cada vez más, a actuar sobre ellos. Es lo que se ha
llamado el efecto Trump (Barros 2107).
Los jóvenes nos comentaron que cuando obtuvieron su
DACA, sintieron que estaban siendo aceptados por fin, y que
de alguna manera formarían parte de Estados Unidos. El mie-
do a ser deportados y la desilusión de no poder llevar a cabo
sus sueños fue poco a poco cambiando por un sentimiento de
aceptación y seguridad. Sin embargo, esto difiere de estado a
estado. En los estados conservadores, los DACA lucharon por
conseguir acceso a servicios básicos, como la licencia, y el que
los aceptaran en las universidades y colegios con colegiatu-
ras locales, sin llegar a lograrlo en muchos casos. Esto no les
permitió ni sentirse realmente aceptados, ni parte de Estados

132
Unidos. Comentaron que, desde que llegó Trump, ha ido cre-
ciendo un estigma hacia ellos por parte de la población. Trump
y su administración han logrado ponerlos en el centro de la
discusión política de Estados Unidos y han sido fuertemente
atacados por aquéllos que apoyan al presidente y quieren que
el programa sea terminado y que ellos sean deportados. La
población oye este discurso negativo, que va desde decir que
el programa es muy caro para el Estado y que se paga con los
impuestos de todos, hasta las noticias de que hay miembros
de pandillas entre los DACA. Nada comprobado.
En el grupo de discusión de Denver, una joven, llorando,
nos decía cómo ahora ella siente que la gente la ve “con malos
ojos”, que los critican porque están abusando del Estado y usan-
do sus impuestos. Platicó cómo le han dicho directamente que
“nosotros no tenemos que estar pagando porque estén aquí”.
Otra joven comentó que ya no quiere participar en las redes
sociales, ya que encuentra comentarios como los siguientes:

“…depórtenlos son criminales, son violadores cuando ellos en ver-

dad no saben que nosotros tuvimos que este, enseñar papeles, o sea.

Hasta de la policía porque si tuviéramos algún crimen o algo, no nos

iban a dar DACA o sea la gente no entiende eso… la gente piensa

que nosotros somos malos (sollozos) que nosotros este, hemos he-

cho cosas malas ah, y también que vivimos del gobierno” (Grupo de

Discusión Denver, mayo 2018).

El incremento de la discriminación y la xenofobia ha tenido


efectos en sus trabajos. En Atlanta un joven comenta cómo él
estudió ingeniería y empezó a trabajar en obras, pero cuando

133
entró Trump, lo despidieron y ahora trabaja dando tutorías
a estudiantes:

“…cuando que, como que se había acabado todo ese racismo que había,

entró este señor, este presidente de los Estados Unidos actual y des-

pertó otra vez el racismo que había y es increíble verlo en la, en la

misma institución, en donde me encuentro y acaso eso pues me quedé

sin trabajo, eh, diferentes circunstancias pero estoy cuatro meses sin

trabajo…” (Grupo de Discusión 1, Atlanta, noviembre 2017)

Aun con DACA los jóvenes han ido perdiendo sus trabajos
como profesionales. El grupo de discusión de Little Rock co-
mentó que en su estado no sabían qué era un DACA, incluso
en las escuelas. No fue hasta que Trump empezó a hablar de
los DACA y de los mexicanos criminales, que la gente empezó
a preguntar. Éstos son algunos de sus comentarios:

“Siento que se despertó… ahora que entró nuevo presidente, como que

todo se revolvió y empezaron ora si a, a sacar sus colores verdaderos

otra vez muchas personas…” “…a mí me dicen ¡tus días están con-

tados aquí!” (Grupo de discusión Little Rock, mayo 2018).

Activismo entre los jóvenes DACA


En la mayoría de los grupos de discusión, los jóvenes opinaron
que cuando recibieron el DACA los miembros del movimiento
Dreamer disminuyeron su activismo. Un joven menciona en
el grupo de discusión de Nueva York:

134
“… después de ya ok, nos dieron DACA, como que hubo una confor-

midad y yo creo que eso es lo que nos esta dañando, esta dañando

el movimiento, porque ok, después de que surgió Trump a la pre-

sidencia, pum, todos ok, vamos, vamos al ataque también, pero ya

después de que ok, ya todo apaciguo… ya después de que los jueces

bloquearon a Trump, el bloqueo de Trump ah, igual como que la

misma conformidad nos este, este otra vez teniendo allí, ah… en un

limbo… es conformismo… de alguna manera… nos debilita y es lo

que no nos deja ver que no nos debemos de conformar sólo con DACA

…” (Grupo de Discusión Nueva York, Mayo 2018).

Un joven en Seattle comenta al respecto:

…(el tener DACA) redujo el involucramiento político de muchos jóve-

nes ah, por tener esto, y por ejemplo, yo me involucré mucho como

un estudiante universitario en activismo, y, y hacer mucho trabajo

comunitario, pero creo que el tener un cierto privilegio y no estar pen-

sando todo el tiempo en qué significa esto, ah, muchos de los jóvenes

ah, se desengancharon, se dijeron ah, ya tenemos algo y ya no vamos

a, como a pedir más ¿no?” (Grupo de Discusión Seattle, mayo 2018).

Dentro del llamado grupo de jóvenes DACA se empieza a per-


filar la existencia de dos generaciones. El Cuadro 5 muestra
las edades de los DACA en septiembre de 2017. La mayoría
se encuentra entre los 21 y 29 años de edad, pero existe un
número significativo de jóvenes menores de edad (28.5%). A
lo largo de las discusiones de grupo nos encontramos con jó-
venes de todas las edades y pudimos detectar diferencias en
cuanto a los temas discutidos.

135
Cuadro 5. Jóvenes DACA activos por grupos
de edad. Septiembre de 2017.

Edades (septiembre Números


Porcentajes
2017) redondeados
Total 689 800 100.00
Menos de 16 2 000 0.3
16 – 20 196 500 28.5
21 – 25 253 100 36.7
26 – 30 163 400 23.7
31 - 36 74 900 10.9

Fuente: USCIS 2017.

Los menores en los grupos de discusión contaban cómo habían


entrado al DACA desde que cumplieron los 16 años y por tan-
to no tuvieron que pasar como indocumentados, no tuvieron
que usar un seguro social del mercado negro para conseguir
trabajo, no sintieron lo que era no poder hacer algo, obtener
un trabajo, una licencia de conducir o lo que es tener miedo
en las calles por no tener papeles. Aplicaron por el DACA in-
cluso antes de salir de la preparatoria.21 Los jóvenes mayores
pasaron algunos de sus años adultos como indocumentados,
teniendo que manejar sin licencia, trabajar sin los papeles
adecuados y recibiendo un salario menor que los demás, con
miedo a ser deportados y sin estar integrados a la sociedad
donde crecieron y a la cual pensaron que pertenecían.
Sobre todo, universitarios, se integraron al movimiento
Dreamer que buscaba ser reconocido por la sociedad; sus es-
trategias estaban basadas en abrirse paso, presentarse en las

21 Este hubiera sido el caso de muchos jóvenes indocumentados que aún no tienen la edad
para entrar al DACA, pero debido a que Trump terminó el programa ya nadie más pudo
entrar a él. Gracias a los jueces que lo detuvieron, pueden renovar su DACA pero no pue-
den entrar nuevos.

136
universidades, las oficinas de los representantes del gobierno,
hacer marchas y otro tipo de manifestaciones que llamaran la
atención. No tenían miedo de ser indocumentados y tenían
un discurso concreto: nosotros llegamos de pequeños, fuimos
traídos por nuestros padres, no es nuestra culpa ser indocu-
mentados, para nosotros éste es nuestro país. A lo largo de los
años se han formado organizaciones nacionales como United
We Dream y organizaciones de Dreamers en las universidades
y colegios por todo Estados Unidos.
A lo largo de nuestro recorrido por los consulados pudimos
notar algunos cambios en el discurso de los activistas y en los
objetivos que perseguían. Era evidente que los menores de edad
tenían presente el discurso inicial de los Dreamers donde se
decía que ellos eran víctimas de las acciones de sus padres y
que no era su culpa estar en Estados Unidos de manera indo-
cumentada. Llegamos incluso a conocer a un joven que culpó
a su madre por su situación y la hizo llorar en la reunión, sin
saber ella cómo hacer entender a su hijo de 17 años que fue
gracias a sus sacrificios que él tenía más oportunidades en la
vida de las que podría tener en un pueblo de Oaxaca. Los me-
nores tendían a creer en el discurso donde Trump decía que
los quería ayudar, pero que no podía continuar con el DACA
porque había sido una medida ilegal del presidente Obama.
No estaban de acuerdo con estrategias aguerridas que algunos
activistas estaban llevando a cabo en Washington y otras ciu-
dades, y pensaban que era mejor colaborar con Trump.
Jóvenes mayores tenían un discurso diferente hacia la familia
y expresaban la necesidad de luchar por una reforma integral que
incluyera a sus padres también, rechazando el discurso inicial

137
de los Dreamers. Ellos expresaban que en un principio decir que
llegar a Estados Unidos no fue su decisión sirvió como estra-
tegia, pero que era gracias al sacrificio de los padres que ellos
ahora estaban donde estaban. Pensaban que Trump estaba en
contra del programa y lo que quería era terminarlo sin importar
lo que les pudiera pasar. Por lo tanto, el activismo de estos jó-
venes era mayor. Por su parte, los jóvenes que trabajan tiempo
completo en organizaciones no lucrativas comentaban haberlo
hecho desde que estaban en la preparatoria. En casi todos los
grupos de discusión estaba presente un activista que trabajaba
en alguna organización no lucrativa, que asistía porque tenía
interés en conocernos y hacer conocer la situación de los DACA
a las personas que venían de México. Estaban en contacto con
el personal del consulado y trataban de llevar a cabo programas,
seminarios, talleres para la población joven.
Las estrategias a seguir diferían. Para algunos, las marchas ya
eran obsoletas, pensaban que lo importante era demostrar que
los DACA traían beneficios a Estados Unidos y que no eran una
carga. Jóvenes del grupo de discusión de Atlanta 2 comentan:

“…yo creo que, si los estudiantes DACA se comprometen ante re-

sultados importantes y se dan cuenta que, que no estamos aquí,

pa robarles los, los trabajos de los americanos porque eso es lo que

siempre dicen… Los DACA para mí van hacía, como somos la gene-

ración milenial, eh, somos el grupo de jóvenes más grande que ha

habido en Estados Unidos por decir ¿no? Hablando en general… como

estudiantes inmigrantes formamos parte de ese grupo que todo va

dirigido a la tecnología, eh, mi negocio, por ejemplo, yo lo manejo

desde mi celular, so, si nosotros nos enfocamos en eso, podemos ser

138
los líderes en esa parte en manejar los negocios, la parte robótica….”

(Grupo de Discusión 2 Atlanta, noviembre 2017).

Otro agrega:

“… como dicen… ya es otro mmm, es otro siglo… ya las cosas van

cambiando, va revolucionando todo completamente y pues de las

marchas aquí en Atlanta no saben que den tanto resultado…” (Grupo

de Discusión 2 Atlanta, noviembre 2017).

El uso de las redes sociales, como la herramienta más útil y


fuerte en la lucha de los DACA, se mencionó continuamente en
los grupos de discusión. Las redes sociales han sido utilizadas
desde el inicio por los Dreamers. Una de las jóvenes del gru-
po de discusión de Denver comentó sobre las redes sociales:

“….me llegan muchos correos electrónicos ahm… te mandan así tipo

de “firma esta petición” o si habla a este número, o para las oficinas

de esto y esto y lo otro ahm, en esta parte si este, estoy haciendo eso,

pero también como al mismo tiempo te preguntas: ¿está trabajan-

do esto, lo que estoy haciendo, o sea, esta haciendo un impacto?…

seguimos en el limbo con el presidente ¿no?” (Grupo de Discusión

Denver, mayo 2018).

Un joven del grupo de discusión de Seattle explica claramente


lo que para él y muchos ha sido el DACA. Ellos comentan que
a lo largo de los años aprendieron que el programa no ha sido
justo ni para ellos ni para sus familiares. Al ver lo que ellos
podían obtener con un seguro social, con una licencia y que

139
sus familiares no, y que además sus familiares estaban siendo
deportados, se dieron cuenta de lo inequitativo e injusto que
este programa es y lo alto del costo que tiene. En estos años los
objetivos y la lucha de estos jóvenes ha cambiado para incluir
a su familia, a la comunidad migrante de la que forman parte:

“… creo que ésta es una oportunidad muy grande para decir DACA no

es suficiente, nunca lo fue, y nunca fue la solución, y también para,

pensar que Dreamers o, estos jóvenes que llegaron a temprana edad, no

son prioridad y nunca lo fueron, siempre fue una táctica política ¿no?,

para decirnos, ten esto, ten, ten, ten un poquito, pero nunca te vamos

dar el paquete completo… y aunque nosotros estamos con la idea de

que nosotros somos… en realidad nunca lo fuimos… una prioridad para

ningún partido político…” (Grupo de Discusión Seattle, mayo 2018).

Uno más explica:

“… que no fuera a cambio de nada… que por tomar a los jóvenes…

deportaran a nuestros padres, que, porque nosotros no lo merece-

mos, porque llegamos a temprana edad… eso significa criminalizar

al resto de nuestra comunidad migrante… si no incluye a nuestros

padres no queremos esto” (Grupo de Discusión Seattle, mayo 2018).

Y otro concluye:

“… para mi DACA no es suficiente, en vez de exigir que, que renue-

ven DACA ¿no? Yo no quiero DACA, yo quiero lo que sigue, por qué,

porque me van a tener DACA, DACA, DACA, no, eso no…” (Grupo

de Discusión Nueva York mayo 2018).

140
Comentarios finales… el futuro
Existe en estos momentos mucha tensión y desinformación.
Muchos jóvenes DACA han preferido no renovar sus papeles
por miedo a dárselos al gobierno y que use su información en
contra de ellos. De acuerdo con un estudio hecho por Center
for American Progress, alrededor de 64 mil, es decir, cuatro
de cada diez jóvenes DACA que en 2018 podían renovar su
DACA ya no lo hicieron (citado en Patricia Guadalupe, 2018).
Aun y cuando la Corte Suprema votó en contra de la admi-
nistración de Trump, la ambivalencia en que han vivido estos
últimos tres años ha traído un sinnúmero de problemas y si-
tuaciones en sus vidas. Pero tal vez lo que más se mencionó
en los grupos de discusión, fue la posibilidad de volver a ser
indocumentados y la posibilidad amenaza de ser deportados.
El miedo a regresar a México, a un país que pocos conocen y
del cual han oído cosas terribles a través de los medios de co-
municación, es una sombra constante en sus vidas constantes.
Sobre todo, aquéllos que ya tienen hijos nacidos en Estados
Unidos sentían mucho miedo de perder a sus hijos, de que los
deportaran y de que sus hijos se quedaran en Estados Unidos,
o que sus parejas se quedaran en Estados Unidos. Este miedo
sólo terminara cuando logren obtener la ciudadanía.
Algunos hablan de las deportaciones con mayor serenidad,
han estado investigando sobre universidades en México para
seguir estudiando y de posibles maneras de abrir negocios en
México, después de todo, la amenaza de una deportación no
es nueva. En el grupo de discusión de Denver una de las jó-
venes comentó lo siguiente sobre sus planes para preparase
por si la deportan:

141
“… mi plan es terminar la escuela, tener un ahorrado por cualquier

cosa… he hablado con mi abuelita… ella vive en México… ¿me aceptas

en tu casa? Me dice ‘sí, si, es tu casa’… ahorrar dinero y pues termi-

nar la escuela” (Grupo de Discusión Denver, mayo 2018).

Un joven del grupo de discusión de Fresno comentó:

“... no pues ahora que me, ahora que me deporten siempre… afortu-

nadamente mis papás han ayudado en México y también tienen sus

terrenos y han construido.. A mí sí me gustaría unas cuestiones como

de invertir con, en México, pero a mí me gustaría unas cuestiones

como de invertir en México en propiedades, además soy mexicano y

puedo comprar tierra allá… si me deportan, tengo algo en México y

sé dónde llegar…” (Discusión grupal, Fresno, mayo 2018).

Otros tienen diversas alternativas en mente y explorar el mun-


do es una de ellas. Varios comentaron que estar en el DACA
es como estar en una jaula porque no podían salir de Estados
Unidos, ya sea para viajar y conocer o si los mandaran de su
trabajo. Algunos comentaron que si el DACA desapareciera
ellos estaban buscando irse a Canadá. Los jóvenes del grupo
de discusión de Nueva York dicen:

“… por mi parte, cuando Trump subió a la Presidencia, sí llegó como

un momento de pánico, y como qué, y ahora ¿qué va a pasar, o nos

vamos a regresar o qué?… entonces platicando con mi mamá, mi

mamá me decía “no te preocupes, si tú quieres, si nos deportan, te

puedes ir a Canadá, tú puedes ir a donde quieras…” (Grupo de Dis-

cusión Nueva York, mayo 2018).

142
“yo creo que ese, ese punto por el cual muchos nos sentimos ni de aquí

ni de allá, porque aquí pues no nos aprecian, eh, de igual manera nos

desprecian por el hecho de ser indocumentados, por ser mexicanos,

igual allá (México), por el hecho de que porque no nacimos en una

familia… ah privilegiada de alguna manera…” (Grupo de Discusión

Nueva York, mayo, 2018).

Estos jóvenes se enfrentan a un Estado cada vez más duro


y violento hacia los indocumentados, que por décadas ha
criminalizado al migrante, llevando hasta las últimas con-
secuencias esta forma de enfrentar la migración, de manera
que la vida de los migrantes indocumentados y sus familias
sea cada vez más difícil, precaria y violenta (Dowling y Inda
2013; De Genova, 2002). Estos jóvenes llegaron de niños o
adolescentes a Estados Unidos y se han integrado al sistema
educativo americano. Algunos con más éxito que otros han
logrado articularse al sistema escolar y llegar a distintos ni-
veles del colegio e incluso a la universidad. Sin embargo, su
camino no ha sido fácil, muchos se han encontrado con múl-
tiples obstáculos en su camino por el highschool que los ha
llevado a no recibir su diploma o no poder aspirar a los cursos
que querían por ser indocumentados.
De igual manera su acceso a los trabajos no ha sido fácil
y desde que existe la amenaza de que el programa se acabe, la
reacción no ha dejado de sentirse entre los empleadores, sien-
do cada vez más difícil encontrar un buen trabajo. El miedo
de perder el negocio que construyeron, la casa que compra-
ron, el crédito que obtuvieron, está en la mente de estos jóve-
nes, día a día. Los DACA han ido adquiriendo un estigma en

143
su contra, creado por el discurso de la administración actual;
pasaron de ser jóvenes estudiosos y trabajadores a una carga
para el gobierno y la sociedad. Sabemos que más de 27 mil
jóvenes DACAmentados trabajan en el sector salud, esperemos
que este dato sirva para que la población de Estados Unidos y
sus gobernantes vuelvan a valorar el trabajo de estos jóvenes,
sobre todo ahora, en estos momentos de crisis global.
Este estudio lo que nos muestra, es que aun y con la adver-
sidad a la que se han enfrentado estos jóvenes, son mujeres y
hombres guerreros, inteligentes, creativos, dispuestos a luchar
por sus familias sin importar dónde estén, ni los retos que ten-
gan que enfrentar. Su identidad ya está hecha, no depende de
un papel, ni del país donde vivan.

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153
La coordinación consular mexicana: dos
casos de estudio en Estados Unidos1

Julián Escutia Rodríguez


Secretaría de Relaciones Exteriores

1 El autor agradece el invaluable apoyo de Carlos Manuel Morales Álvarez para la elabora-
ción de este artículo.

155
Introducción

L
a coordinación consular no es una actividad reciente en la
diplomacia mexicana. La Secretaría de Relaciones Exteriores
(SRE), mediante sus direcciones generales —como la de
Protección a Mexicanos en el Exterior (DGPME) o la de Servicios
Consulares (DGSC)— envía instrucciones, desarrolla estrategias
y mantiene un grado de cooperación con las delegaciones diplo-
máticas de México en el mundo para llevar a cabo las activida-
des consulares. Esta labor incluye, principalmente, la asistencia y
protección a los mexicanos en el exterior y se ha estructurado en
torno a tres ejes rectores: documentación, protección y atención a
las comunidades en el extranjero (De la Vega, 2014). De ahí, que
las acciones del gobierno mexicano con relación a la protección
de sus ciudadanos tengan una gran relevancia para la diploma-
cia en su conjunto.2 Específicamente, la asistencia consular ha
concentrado sus esfuerzos en Estados Unidos debido a los retos
que enfrentan diariamente las 12 millones de personas nacidas
en México que residen en ese país. Por ello, México desarrolló la
red de protección consular más grande en el mundo para atender
las necesidades de su diáspora en Estados Unidos.
La protección a connacionales en el exterior es un ejemplo
de la importancia de la coordinación consular en el esquema

2 Para un análisis teórico y práctico del origen e historia de la protección consular de México,
ver Hernández Joseph, 2015.

157
general de política exterior. En un primer nivel, las acciones
de protección se coordinan de manera triangular; es decir, la
Cancillería formula el plan que manda a su embajada o con-
sulado y, a su vez, éstos envían información, realizan activi-
dades de vinculación con autoridades locales y desarrollan la
estrategia. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la coordi-
nación consular es mucho más compleja y se elabora a partir
de varios ángulos que implican uno o más consulados, diversas
delegaciones diplomáticas y distintos organismos y direcciones
dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Actualmente, la coordinación consular sucede en un con-
texto de globalización económica, reestructuración del espacio
social por flujos migratorios constantes, interdependencia entre
Estados, y el surgimiento de actores no estatales; por lo que los
retos y oportunidades para la comunidad mexicana en Estados
Unidos adquieren una nueva dimensión y exigen una forma de
coordinación consular más sofisticada, adaptable al contexto
y más eficiente. En pocas palabras, una coordinación consular
estratégica. Este enfoque involucra nuevos actores y aristas so-
ciales y políticas que trascienden la labor consular tradicional.
El objetivo de este artículo es analizar la utilidad de la nue-
va coordinación consular de carácter estratégico. Para ello,
se estudiarán dos ejemplos contemporáneos de protección a
mexicanos en Estados Unidos: la ley SB1070 en Arizona y el
programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia
(DACA, por sus siglas en inglés). En el contexto actual de con-
tinua desaprobación y descrédito a la diáspora mexicana en
Estados Unidos, las acciones de protección realizadas por la
red consular mexicana cobran una mayor relevancia y resulta

158
indispensable hacer uso de todas las herramientas consulares
para mejorar la condición de los migrantes mexicanos en Es-
tados Unidos y en el mundo.

El caso de la ley SB1070 en Arizona.


Una estrategia defensiva
La ley de Arizona Senate Bill 1070 (Support Our Law Enfor-
cement and Safe Neighborhoods Act) ejemplifica la coordina-
ción consular estratégica de carácter defensivo. El proyecto
de ley SB1070 no fue la primera propuesta legislativa con una
perspectiva abiertamente antiinmigrante, pero sí fue la ley
migratoria estatal más restrictiva que había entrado en vigor
hasta ese momento. Posterior a los ataques terroristas del 11
de septiembre de 2001, y durante la primera década del siglo
XXI, se aprobaron o discutieron diversos proyectos de ley en
el ámbito estatal y federal que buscaron reducir o controlar
la migración indocumentada. Los casos más representativos
fueron la Proposición 200 (Arizona Taxpayer and Citizen Pro-
tection Act, 2004), el Proyecto Sensenbrenner o HR4437 (The
Border Protection, Antiterrorism, and Illegal Immigration Control
Act, 2005), la Georgia Security and Immigration Compliance Act
(2006), la propuesta legislativa SB2611 (Comprehensive Immi-
gration Reform Act, 2006), entre otros (ver Bustamante, 2010).3
En Arizona, entre 2004 y 2010, se promulgaron cerca de
cuarenta proyectos de ley relacionados con la migración

3 En Arizona, la Proposición 200 “requería presentar prueba de ciudadanía en los registros


para votar y que convertía en «delito menor» (…) la omisión de servidores públicos en
reportar violaciones migratorias de quien solicitara beneficios públicos, criminalizando de
esta forma a los migrantes indocumentados” (Mendoza, 2018).

159
indocumentada (Torre, 2017). Únicamente en 2011, se presen-
taron 39 iniciativas sobre migración y, para 2013, el número
se redujo a 17 propuestas (De la Mora y Pinzón, 2014). El an-
tecedente inmediato de la ley SB1070 (2010) fue la ley HB2008
promulgada en 2009, la cual “obligaba a todos los funciona-
rios estatales a denunciar a cualquier indocumentado que so-
licitaba beneficios públicos ante las autoridades migratorias”
(De la Mora y Pinzón, 2014). Si bien podemos encontrar an-
tecedentes legislativos para comprender el origen de la ley
SB1070, las causas detrás de su elaboración se encuentran en
una combinación de factores demográficos, político-electorales,
económicos y de seguridad, específicamente con el aumento
de la violencia en las zonas fronterizas (Magaña y Lee, 2013).
La iniciativa de ley SB1070 fue presentada por el senador re-
publicano Russell Pearce el 20 de enero de 2010. El 19 de abril
del mismo año, una versión modificada de la propuesta inicial se
aprobó en la legislatura estatal de Arizona.4 Posteriormente, el 23
de abril, el proyecto de ley se turnó a la oficina de la gobernadora
republicana Janice Brewer quien la promulgó sin demora. Ante-
riormente, la gobernadora demócrata Janet Napolitano había de-
jado su cargo para convertirse en secretaria del Departamento de
Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) por invitación
del presidente Barack Obama, por lo que la secretaria de Estado
de Arizona (Brewer) se convirtió en gobernadora del mismo (De
la Mora y Pinzón, 2014, pp. 193-194). La firma de la gobernadora
Brewer de la ley SB1070 contribuyó a asegurar su victoria electoral
en los comicios estatales para la gubernatura en noviembre de 2010.

4 En la Cámara Baja de Arizona, el proyecto se aprobó por 35 votos a favor contra 21. En la Cámara
Alta se aprobó por 17 votos a favor y 11 en contra (Eduardo Torre, 2017 y Notimex, 2012).

160
Al momento de la firma, la gobernadora Brewer comentó
que el objetivo de la ley era “contribuir a la protección de los
residentes contra ‘la delincuencia asociada con la inmigración
ilegal’ (…). Esta ley, agregó, ‘representa una nueva herramien-
ta para que nuestro estado enfrente una crisis que no creamos
y que el Gobierno federal ha rechazado arreglar” (Munguía,
2018, p. 40). El mismo día, la gobernadora emitió la Orden
Ejecutiva 2010-09 que presentaba las medidas que debía cum-
plir la Junta de estándares y capacitación de oficiales de paz
de Arizona (Arizona Peace Officers Standards and Training
Board) con el objetivo de entrenar a las agencias y funciona-
rios gubernamentales para garantizar la adecuada aplicación
de la ley (Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales, 2011).
La ley tuvo como finalidad general instrumentar las medi-
das de attrition through enforcement como “política oficial de
todas las agencias estatales y locales en Arizona” (Senado de
Arizona, 2010), y “fortalecer a las fuerzas del orden público”
para tener un mayor control sobre la migración indocumentada
(Grageda, 2018, p.7). Además, otorgó facultades exclusivas del
gobierno federal de Estados Unidos a las autoridades estatales
de Arizona y tipificó como causantes de un delito a aquellas
personas que no tuvieran documentos migratorios para estar
legalmente en Arizona. La ley ampliaba las facultades de las
autoridades, pues permitía la detención, sin orden de arresto
previa, de cualquier individuo “con actitud sospechosa” de no
poseer documentos para estar en Estados Unidos y consentía
la verificación del estatus migratorio de los extranjeros, por
parte de las autoridades de Arizona, con las agencias migra-
torias. Por último, penalizaba el acto de transportar, albergar

161
y contratar a inmigrantes indocumentados (Conferencia Nacional
de Legislaturas Estatales, 2011 y Torre, 2017, pp. 22-23). En
conclusión, la ley SB0170 buscó penalizar la estancia de mi-
grantes indocumentados en Arizona.
A finales de abril, la gobernadora Brewer firmó la HB2162
cuyo objetivo fue enmendar algunas secciones de la SB1070
para evitar que la detención de los migrantes indocumentados
tuviera un “perfil racial” específico. El 28 de julio de 2010, un
día previo a la entrada en vigor de la ley, la juez Susan Bol-
ton de la Corte Federal de Distrito de Arizona emitió un fallo
que anulaba los aspectos más perjudiciales de la SB1070.5 El
fallo judicial fue el resultado de las demandas presentadas
por individuos y grupos de la sociedad civil organizada que
impugnaron la ley y por la estrategia legal de la Secretaría de
Relaciones Exteriores que discutiremos más adelante.
La estrategia diplomática creada por la Cancillería, en coor-
dinación con la embajada en Estados Unidos y la red consular
en Arizona —conformada por dos consulados generales (Phoe-
nix y Nogales) y tres de carrera (Douglas, Tucson y Yuma— fue
esencial para evitar que las disposiciones más perjudiciales de
la ley SB1070 entraran en vigor. A continuación, se analizará
la estrategia de México en cinco aspectos fundamentales que
ejemplifican la coordinación consular estratégica. El primer
elemento por considerar fue la protección consular preventi-
va. El objetivo de las acciones de protección fue informar a la
comunidad mexicana residente en Estados Unidos sobre las

5 Las secciones anuladas fueron la sección 2(B), sección 3, sección 5(C) y la sección 6. Véase
el fallo de la juez Bolton en Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales, 2010, “Docu-
ments”, consultado el 12 de junio de 2019, disponible en <http://www.ncsl.org/documents/
immig/2010Arizonaboltonruling.pdf>.

162
discusiones legislativas que transcurrían en el Congreso esta-
tal de Arizona y reafirmar a la diáspora mexicana que la ley
SB1070 no había entrado en vigor y, por tanto, las autoridades
no podían aplicar sus disposiciones.
Para lograr que la información difundida entre la comunidad
mexicana fuera idéntica, se realizaron folletos y mensajes in-
formativos estandarizados que compartieron todos los consu-
lados. Entre 2010 y 2012, la red consular en Arizona distribuyó
aproximadamente 120 000 folletos que describían las principales
secciones de la SB1070, los derechos que tenían los migrantes
sin importar su condición migratoria y algunas medidas de pre-
vención enfocadas en la obtención de documentos de identifi-
cación (Cámara de Diputados, 2012). Posterior a la decisión de
la juez Bolton, los consulados mexicanos continuaron emitien-
do guías actualizadas que se consolidaron en la “Guía sobre la
ley SB1070: lo que los mexicanos deben saber” que incluyó las
secciones de la ley que no habían sido anuladas, pero que con-
tinuaron representando un peligro para la comunidad mexicana.
Otro aspecto de la protección preventiva fueron las campa-
ñas informativas. El 27 de abril de 2010, la Secretaría de Rela-
ciones Exteriores, por medio de la “Guía del viajero”, emitió
una “Alerta de viaje a los mexicanos que visiten, residan o
estudien en Arizona” cuyo objetivo fue prevenir a la diáspora
mexicana sobre las potenciales consecuencias negativas de la
ley SB1070 y se recomendó respetar la legislación vigente en
Arizona para no incurrir en ningún delito (Consulado Gene-
ral de México en Phoenix, 2010). En coordinación con la Can-
cillería, los consulados desplegaron la campaña “Protección
Preventiva 2010” cuya finalidad fue, en palabras del cónsul

163
mexicano en Douglas, “evitar violaciones a derechos de los
migrantes y proporcionarles protección consular en los casos
en que desafortunadamente nuestros connacionales sean objeto
de violación de sus derechos” (El Economista, 2010).
Además, la red consular en Arizona, por petición de la Se-
cretaría de Relaciones Exteriores, organizó jornadas sabatinas
para duplicar los servicios de protección y asistencia consular.
De hecho, entre 2010 y 2012, se llevaron a cabo 331 jornadas
sabatinas, en las cuales, se atendió a 25 745 mexicanos (Cáma-
ra de Diputados, 2012). Por último, las campañas informativas
se difundieron en las comunidades más alejadas del estado
por medio de los consulados móviles y los consulados sobre
ruedas que operaron en fines de semana.
El segundo aspecto de la coordinación consular estratégica
fue el diálogo político entre actores de la diplomacia consular
tradicional y nuevos grupos o sectores con potencial influencia
en el proceso legislativo y judicial. En un inicio, el consulado
general en Phoenix y la embajada en Estados Unidos tuvieron
contacto permanente con los legisladores estatales de Arizona
y autoridades federales para resaltar las contribuciones eco-
nómicas y sociales de los mexicanos al estado, y enfatizar las
consecuencias negativas que resultarían de la aprobación de la
ley. Sin embargo, pese a los múltiples esfuerzos diplomáticos,
los primeros acercamientos no tuvieron resultados satisfactorios.
Por ende, el subsecretario para América del Norte y el em-
bajador de México en Estados Unidos visitaron el consulado
en Phoenix para coordinar a los cinco consulados en Arizona
(Consulado General de México en Phoenix, 2010). Las reunio-
nes tuvieron como objetivo revisar la estrategia del gobierno

164
mexicano ante la promulgación de la ley, establecer acciones
conjuntas y lograr una coordinación eficaz entre las autorida-
des. A las juntas asistieron funcionarios de distintos niveles y
participaron algunos actores no estatales. Entre las conclusio-
nes que se obtuvieron, se encontró la necesidad de diversifi-
car el diálogo político a diferentes áreas para lograr una mejor
difusión de los efectos negativos de la SB1070 y crear alianzas
con actores clave.
Una primera área por la que se optó fue la económica. La
Secretaría de Relaciones Exteriores y la embajada, por medio
de los consulados, dialogaron con grupos empresariales y de
interés que, al observar los primeros efectos económicos nega-
tivos de la ley —como una disminución del turismo mexicano
que contribuía con 7.3 millones de dólares diarios al estado
en 2010—, decidieron modificar sus posturas iniciales (De la
Mora y Pinzón, 2014, p. 198). Como resultado de la informa-
ción clara y concisa transmitida durante las reuniones con el
empresariado, “pronto surgió un consenso en la comunidad
empresarial respecto al daño a la imagen ocasionado por estas
leyes” (De la Mora y Pinzón, 2014, p. 198). Este consenso fue
de utilidad para lograr el apoyo de las autoridades municipales
y de algunos legisladores que cambiaron su posición original
respecto a la ley. El alcance de las nuevas redes de cooperación
entre México y estos grupos fue tal que se “iniciaron visitas
empresariales a México lideradas por los alcaldes de Phoenix
y Tucson” (De la Mora y Pinzón, 2014, p. 199).
Un segundo ámbito fue el social. La red consular y la em-
bajada mexicana mantuvieron contacto con líderes hispanos a
nivel local y federal; académicos de la Universidad de Arizona;

165
organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes,
que buscarían impugnar la ley por medio de litigios; grupos
religiosos como la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días; y otros grupos como la Liga Anti-Difamación
(Anti-Defamation League) y el Comité Judío Americano (Ame-
rican Jewish Committee) (De la Mora y Pinzón, 2014, p. 197).
La alianza con estos actores fue esencial para transmitir las
consecuencias negativas e informar a la comunidad migrante
de los límites y alcances de la ley.
En el área social, cabe destacar la excepcional estrategia de
diplomacia pública desplegada por los consulados mexicanos,
coordinada por la embajada y la Cancillería. Su propósito era
informar a diversos actores en Arizona acerca de los efectos
negativos de la SB1070. Para ello, los cónsules otorgaban en-
trevistas a medios de comunicación locales y nacionales; rea-
lizaban eventos con la comunidad mexicana para resolver sus
preocupaciones; asistían a reuniones en lugares públicos y
coordinaban actividades con otras representaciones diplomá-
ticas que tenían intereses similares a los del gobierno mexica-
no (Wradio, 2010). Por tanto, la dimensión social del diálogo
político fue, probablemente, el aspecto que mejor representó la
coordinación consular estratégica; en la cual, la comunicación
con actores diplomáticos no tradicionales resultó necesaria para
lograr los objetivos del gobierno de México.
Por último, el diálogo político se vio interrumpido con las
autoridades estatales de Arizona debido a la permanencia del
discurso antiinmigrante de la gobernadora Brewer. Sin em-
bargo, el gobierno mexicano continuó en contacto con sus
aliados estratégicos que se encontraban en diferentes niveles

166
del gobierno estatal y en el ramo legislativo. Algunos de esos
aliados clave fueron legisladores, alcaldes como Phil Gordon
(Phoenix) y miembros de la administración estatal como Greg
Stanton (subprocurador de Justicia del Estado de Arizona entre
2009 y 2011) que consideraron a la ley SB1070 anticonstitucional.
El tercer aspecto de la coordinación consular fue la emisión
estratégica de comunicados de prensa. La comunicación se
realizó a distintos niveles diplomáticos y por etapas. En una
primera fase, cuando la iniciativa se aprobó en el Senado de
Arizona, la red consular fue la encargada de transmitir a los
medios locales el resultado de la votación y el rechazo diplo-
mático de México ante la ley.
El 15 de abril de 2010, cuando el proyecto de ley se encon-
traba en la Cámara de Representantes del estado, la embajada
en Estados Unidos manifestó “su gran preocupación con los
efectos potencialmente graves que para sus nacionales pudiera
acarrear en materia de derechos civiles la aprobación definiti-
va de la SB1070” (Consulado General de México en Phoenix,
2010). El 23 de abril, día en que la ley se aprobó por la gober-
nadora Brewer, la Canciller Patricia Espinosa, en nombre de
la Secretaría de Relaciones Exteriores, lamentó la aprobación
de la ley e instruyó a la embajada y a los cinco consulados
en Arizona a redoblar las acciones de asistencia, protección y
asesoría jurídica. En el comunicado, se manifestó que

pese a los acercamientos realizados a todos los niveles por autorida-

des federales y estatales mexicanas, los legisladores que aprobaron

esta medida y el Ejecutivo de Arizona no hayan tomado en cuenta la

valiosa aportación de los migrantes a la economía, la sociedad, y la

167
cultura de Arizona y a los Estados Unidos de América. El gobierno de

México realizó diversas acciones para transmitir al gobierno de Ari-

zona las preocupaciones mexicanas frente a la eventual aprobación

de la Ley, sin obtener una respuesta positiva de su parte.

Además, se condenó que la criminalización de la inmigración


indocumentada fuera el camino para resolver las cuestiones
migratorias entre Estados Unidos y México y se declaró que
“[e]l Gobierno de México utilizará todos los recursos a su
alcance para defender los derechos y dignidad de los mexi-
canos en Arizona” (Presidencia de la República, 2010ª). La
emisión del comunicado por parte de la Cancillería hasta el
momento de la aprobación de la ley SB1070 refleja el grado
de coordinación en el triángulo consular (Cancillería-emba-
jada-consulado) y el nivel de respuesta que se consideró ne-
cesario ante cada evento. Es decir, en un ámbito local, los
consulados transmitieron a sus circunscripciones correspon-
dientes la información. Cuando se percibió que la aprobación
por parte de la Cámara Baja de Arizona sería inminente, la
embajada en Estados Unidos fue la encargada de expresar las
preocupaciones del gobierno mexicano. Por último, cuando
se firmó la ley, la Secretaría de Relaciones Exteriores retomó
los mensajes de condena y las declaraciones realizadas pre-
viamente por parte de los consulados y la embajada, planteó
nuevas instrucciones a éstos y formuló una nueva estrategia.
El 24 de abril, el presidente Felipe Calderón, mediante un comu-
nicado de prensa, condenó la aprobación de la ley SB1070 (Presi-
dencia de la República, 2010b). Dos días después reiteró su posi-
ción al inaugurar la decimoquinta Reunión del Consejo Consultivo

168
del Instituto de los Mexicanos en el Exterior. En todo el proceso,
el presidente mantuvo un discurso crítico contra la SB1070 y co-
mentó que ésta era “injusta, racial y discriminatoria” (Velázquez
y Domínguez, 2013, p. 504). Entre el 19 y 21 de mayo, en el marco
de su visita de Estado a Washington, D. C., el presidente Calderón
compartió sus preocupaciones por la ley con el presidente Obama
y, ante una sesión conjunta del Congreso estadounidense, “expre-
só personalmente una protesta respecto de la Ley Arizona”.6 La
importancia de los comunicados presidenciales reside en el apoyo
explícito a la Cancillería y, por ende, a las acciones realizadas en
coordinación con la embajada y los consulados.
El 29 de abril, la embajada de México en Estados Unidos
emitió un comunicado de prensa donde manifestó su apoyo
“a las acciones judiciales que la coalición formada por las
principales organizaciones defensoras de los derechos de los
migrantes en Estados Unidos” habían interpuesto (Consulado
General de México en Phoenix, 2010). Finalmente, el 28 de julio
de 2010, el gobierno de México reconoció a la Corte Federal de
Distrito de Arizona la “decisión de suspender provisionalmen-
te secciones de la Ley SB1070” y, el 29 de julio, la Cancillería
anunció que daría seguimiento a los otros procesos judiciales
de anulación de la ley (Consulado General de México en Phoe-
nix, 2010,); seguimiento que, como mencionamos arriba, pudo
observarse en los folletos y mensajes informativos desplegados
por los consulados que incluían las secciones de la ley que no
habían sido suspendidas.

6 Posteriormente, el 3 de junio, la gobernadora Brewer y el presidente Obama se reunirían


en Washington con el objetivo de discutir la estrategia de Arizona para reducir migración
indocumentada en el estado; sin embargo, la reunión no tuvo los resultados esperados por
el gobierno federal estadounidense (Torre, 2017, p. 29).

169
De este modo, los comunicados de prensa tuvieron una do-
ble función. Por un lado, tuvieron el propósito de informar a la
ciudadanía y a los actores políticamente relevantes en México
(como el Ejecutivo y el Congreso de la Unión) acerca del esta-
tus legislativo y judicial de la ley SB1070, y sobre las acciones
que la diplomacia mexicana llevaría a cabo sucesivamente.
Por otro, en los comunicados de prensa se difundieron decla-
raciones y señalamientos con el propósito de crear un diálogo
político con las autoridades estadounidenses conforme lo exi-
gió cada etapa del proceso legislativo o judicial.
En cuarto lugar, se encuentra la estrategia legal que com-
plementó las acciones de protección preventiva, vinculación
con actores no estatales y la emisión de boletines. La Secreta-
ría de Relaciones Exteriores diseñó una estrategia jurídica que
tuvo dos dimensiones. La primera consistió en canalizar re-
cursos adicionales a la red consular para garantizar una mejor
asistencia jurídica a las personas mexicanas. Como resultado,
se amplió la red de abogados consultores y del Programa de
Asistencia Jurídica a Personas Mexicanas a través de Aseso-
rías Legales Externas (PALE), que brindaron orientación a la
diáspora mexicana para informar y prevenir sobre las conse-
cuencias legales de la SB1070, y para aquellos mexicanos que
habían sido víctimas de la violación de sus derechos.
La segunda parte de la estrategia legal fue instrumentada
por la embajada en Washington, D.C., en coordinación con la
Cancillería. Ésta se caracterizó por la participación del gobierno
mexicano en los procesos judiciales de demanda contra la ley
SB1070 iniciados por el gobierno federal estadounidense y organi-
zaciones nacionales de litigio. Durante el proceso de aprobación

170
de la ley, la embajada de México había mantenido comunica-
ción con las organizaciones defensoras de los derechos de los
migrantes; lo que permitió, posteriormente, un flujo constante
de intercambio de información y cooperación entre las partes.
Con la promulgación de la ley, la estrategia jurídica mexica-
na tuvo la oportunidad de instrumentarse. Las demandas in-
terpuestas contra la SB1070 permitieron al gobierno mexicano
presentar escritos de “Amigo de la Corte” (amicus curiae), que
“permiten que un tercero, ajeno al conflicto, aporte de forma
voluntaria argumentos de derecho o de otro tipo para colaborar
con el tribunal en la resolución del objeto del proceso” (Torre,
2017, p. 32). Este recurso jurídico permitió intervenir con ar-
gumentos y evidencia contundente sobre los efectos anticons-
titucionales en materia civil de la SB1070 y tuvo el respaldo
de un grupo numeroso de países latinoamericanos, entre los
que se encontraban Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cos-
ta Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Paraguay y Perú.
Los escritos de “Amigo de la Corte” de México, sometidos
en los diferentes procesos de demanda en cada instancia judi-
cial, contribuyeron a la decisión de la Suprema Corte de anular
las secciones más controversiales de la SB1070. Dos demandas
fueron esenciales para este resultado: la demanda del 6 de ju-
lio por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos
(United States of America v. State of Arizona et al.) y aquella de
la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, organización
nacional, que demandó el 9 de julio (League of United Latin
America Citizens et al. v. State of Arizona et al.).7

7 En total, la SB1070 enfrentó siete demandas por parte de diversas organizaciones sociales
(Torre, 2017, p. 22).

171
Por último, se fortaleció e impulsó el Centro de Llamadas
de Protección Consular a Mexicanos en el estado de Arizona
(CLPA) creado el 8 de diciembre de 2008. Este Call Center es-
pecializado se abrió como respuesta a los proyectos legislati-
vos y actitudes antiinmigrantes que habían comenzado a ocu-
rrir en Arizona. El centro telefónico de atención se creó en el
marco del Programa Especial de Protección Consular (PEPAC)
que tuvo la “finalidad de ofrecer un servicio humano e inme-
diato” a los migrantes (Centro de Información y Asistencia a
Mexicanos, 2017, p.22). El Centro de Llamadas de Protección
Consular fue resultado de la coordinación entre la Dirección
General de Protección a Mexicanos en el Exterior y los consu-
lados en Phoenix y Tucson que se encargaron de la parte ope-
racional. El CLPA estuvo disponible en cualquier horario, con
un número de teléfono gratuito y su función principal, entre
otras, fue brindar asesoría e información sobre el estatus de la
ley y recopilar los testimonios de aquellos migrantes que sufrían
algún abuso por parte de las autoridades estatales. Entre 2008
y 2012, la cantidad de llamadas que atendió el Call Center llegó
a 51 315. Únicamente en 2010, el CLPA recibió 34 067 llama-
das, de las cuales, 18 538 procedían de Arizona (Torre, 2017, p.
31). En ese periodo, 74% de las llamadas fueron sobre temas
de protección consular ((Centro de Información y Asistencia a
Mexicanos, 2017). Este primer centro telefónico de asistencia
remota sirvió como antecedente para crear el Centro de Infor-
mación sobre Actualidad Migratoria (CIAM) el 15 de abril de
2013 que comenzó a operar en las instalaciones del Consulado
de México en Tucson. En julio de ese año, el Call Center de
Arizona y el CIAM de Tucson se integraron; y el nuevo centro

172
de llamadas se extendió gradualmente por Estados Unidos. El
9 de noviembre de 2014, el CIAM evolucionó para transfor-
marse en el Centro de Información y Asistencia a Mexicanos
(CIAM) de escala nacional (Centro de Información y Asisten-
cia a Mexicanos, 2017). El Call Center representó un ejemplo
más de la coordinación consular estratégica, específicamente
la colaboración Cancillería-consulado, donde se canalizaron
recursos y se apoyó para operar de manera eficiente el CLPA.
En las conclusiones retomaremos las lecciones sobre la
coordinación consular estratégica. Sin embargo, es importan-
te subrayar que esta labor, con relación a la ley SB1070, fue de
carácter defensivo, porque la estrategia mexicana y las accio-
nes que derivaron de ella buscaron impedir que la situación
de los migrantes empeorara conforme avanzaba el proceso de
promulgación de la ley. En resumen, la red consular estuvo a
cargo de las funciones operativas y ofreció información útil y
valiosa a la embajada y a la Secretaría de Relaciones Exteriores
sobre lo que ocurría en las comunidades. La embajada proveyó
a la Cancillería con una lectura política de las percepciones a
nivel federal de la ley y vinculó a las organizaciones nacionales
que estaban en contra de ella con el gobierno federal estadou-
nidense. Todo lo anterior fue coordinado por la Secretaría que
propuso la estrategia; fue la responsable del proceso de toma
de decisiones; apoyó con recursos financieros y humanos; en-
vió instrucciones concisas y claras; y mantuvo informados a
los actores clave en México: el presidente, el Congreso de la
Unión y los medios de comunicación.

173
El caso de la Acción Diferida para los Llegados
en la Infancia (DACA). Una estrategia ofensiva
“Estamos aquí [en Estados Unidos] básicamente sin hacer nada
por nuestro país. Así que es bueno saber que, aunque no estés
en México, aún recibes ayuda de ellos”, comentó una benefi-
ciada del programa DACA al preguntarle sobre la asistencia
consular del gobierno mexicano (Lo Wang, 2014). La Acción
Diferida para los Llegados en la Infancia (Deferred Action for
Childhood Arrivals, DACA) ejemplifica otro caso de coordi-
nación consular estratégica de carácter ofensivo y desde una
perspectiva positiva. El 15 de junio de 2012, Janet Napolitano,
secretaria de Seguridad Nacional, anunció el comienzo del
programa DACA, cuya población objetivo fue el conjunto de
jóvenes indocumentados que habían llegado a Estados Unidos
como menores de edad, también conocidos como Dreamers.8
DACA permitía a los jóvenes migrantes indocumentados, que
cumplían con ciertos requisitos, evitar la deportación y au-
torizaba, para aquellos que lo solicitaran, un permiso para
trabajar. La Acción Diferida tenía una vigencia de dos años
y podía renovarse por el mismo periodo. Sin embargo, no
proporcionaba algún camino para obtener la residencia legal
permanente o la ciudadanía estadounidense y se otorgaba de
manera discrecional, es decir, no era una solución definitiva
para el estatus migratorio de los beneficiados.
El origen del DACA se encuentra en los esfuerzos del mo-
vimiento organizado por los Dreamers, que exigía derechos

8 El término Dreamer se origina en la iniciativa legislativa aún no aprobada Development,


Relief and Education for Alien Minors (DREAM Act) que permitía el acceso a la ciudadanía
estadounidense para los jóvenes indocumentados.

174
humanos fundamentales (como el acceso a la educación) y una
mejora en las condiciones de vida. Las críticas realizadas por
las organizaciones de Dreamers a las políticas migratorias del
presidente Barack Obama influyeron en la creación del progra-
ma. En el anuncio del DACA, el presidente Obama declaró “[i]
magina que has hecho todo bien en tu vida —has estudiado y
trabajado mucho, probablemente incluso te graduaste como el
mejor de tu salón— sólo para enfrentar de pronto la amenaza
de deportación a un país del cual no conoces nada y con un
lenguaje que probablemente no hablas” (Wong, 2016, p. 105).
Ahora bien, para entender el alcance de la estrategia con-
sular mexicana en el caso DACA es necesario comprender el
proceso administrativo para su obtención. Los requisitos para
solicitar por primera vez la Acción Diferida fueron los siguientes:

• Ser menor de 31 años de edad al 15 de junio de 2012.


• Haber llegado a Estados Unidos antes de cumplir los 16
años de edad.
• Haber residido continuamente en Estados Unidos desde el
15 de junio de 2007.
• Haber estado presente físicamente en Estados Unidos el 15
de junio de 2012, y en el momento de presentar la petición
de consideración para la Acción Diferida ante el Servicio
de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS,
por sus siglas en inglés).
• No contar con un estatus migratorio autorizado al 15 de
junio de 2012.
• Encontrase inscrito en la escuela, haberse graduado o
haber obtenido un certificado de término de la escuela

175
secundaria; haber obtenido un Certificado de Educación
General (GED, por sus siglas en inglés), o ser un veterano
dado de baja honorablemente de la Guardia Costera o de
las Fuerzas Armadas de Estados Unidos; y
• No haber sido condenado por un delito grave, delito me-
nor significativo, o tres o más delitos menores; y de nin-
guna manera constituir una amenaza para la seguridad
nacional o la seguridad pública (Servicio de Ciudadanía
e Inmigración de los Estados Unidos, 2017).

Una vez que el postulante cumplía los requisitos y tenía la


documentación que respaldaba su información, debía comple-
tar correctamente los formularios correspondientes: la consi-
deración para el DACA (I-821D), la solicitud de autorización
de empleo (I-765) y la hoja de trabajo de la solicitud de auto-
rización de empleo (I-765WS) que se hallaban en la página
del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos
(USCIS, por sus siglas en inglés). Posteriormente, el candidato
enviaba los formularios junto con el pago total de la tarifa de
465 dólares por correo al USCIS. Si los formularios comple-
tados y el monto de la tarifa eran correctos, USCIS notificaba
a los candidatos de su cita en un Centro de Apoyo para las
Solicitudes (ASC, por sus siglas en inglés) con la finalidad de
registrar los datos biométricos de la persona. Por último, se
consultaba y verificaba el estado de la solicitud en línea (Servi-
cio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos, 2017).
En su inicio, el DACA representó la posibilidad de evitar la
deportación de 1.17 millones de jóvenes mexicanos que cons-
tituían 65% del total de los jóvenes migrantes potencialmente

176
elegibles en 2012 (Batalova y Mittelstadt, 2012, p.7). Si bien, el
DACA es un programa de carácter temporal que protege a sus
beneficiarios de una deportación y no soluciona su condición
migratoria, se puede considerar como la medida benéfica más
relevante desde la reforma migratoria de 1986.
Cuando se anunció el DACA, la Cancillería, la embajada
en Estados Unidos y la red consular se dedicaron prioritaria-
mente a apoyar a los jóvenes elegibles. Así, para lograr que
la mayor cantidad de jóvenes mexicanos obtuviera su Acción
Diferida, la Secretaría de Relaciones Exteriores desarrolló una
estrategia diplomática que incluyó realizar pláticas informati-
vas sobre el DACA; la organización de jornadas y sesiones de
asesoría para completar solicitudes de los candidatos con el
apoyo de abogados; la gestión eficaz de trámites consulares
para expedir la documentación necesaria que requerían los jó-
venes migrantes; reuniones con organizaciones comunitarias
de Dreamers y en pro de los derechos civiles de los migrantes
para formular estrategias informativas; y, con base en cada
caso, se pagó la cuota total de la solicitud, según la necesidad
probada del postulante.
La estrategia de la Cancillería incluyó elementos de coor-
dinación interna y externa. Al interior, se mejoró la comuni-
cación y cooperación entre los principales organismos encar-
gados de instrumentar la asistencia y protección consular en
la dependencia, como la Dirección General de Protección a
Mexicanos en el Exterior (DGPME), la Dirección General de
Servicios Consulares (DGSC) y el Instituto de los Mexicanos
en el Exterior (IME). Paralelamente, estas áreas compartían
información con la Subsecretaría para América del Norte para

177
concretar “acciones centralizadas que fortalecieron la eficacia
y eficiencia de los procesos” (Lara, 2014, p.231). Las direccio-
nes generales y la subsecretaría estuvieron en contacto con la
embajada y los consulados en Estados Unidos, lo que permitió
un canal de comunicación continuo y abierto entre los actores.
En el ámbito exterior, la Secretaria de Relaciones Exteriores
“reforzó con recursos presupuestales y humanos extraordina-
rios las capacidades de los consulados, a fin de que pudieran
atender una nueva demanda de servicios” (Lara, 2014, p.231).
La facilitación de trámites y documentación para los jóvenes
mexicanos no fue un tema menor. La Cancillería ordenó a su
red consular la modernización de los procesos para la adquisi-
ción de documentos (Lara, 2014, p.231). Prácticamente, todos
los jóvenes que solicitaron el DACA han visitado un consula-
do mexicano. Como se observó anteriormente, debido a los
requisitos del programa —que incluían comprobar la identi-
dad de la persona— y por las características de la población
elegible, era complicado que los jóvenes mexicanos tuvieran
su pasaporte vigente o su acta de nacimiento. Al momento
de solicitar uno o ambos documentos, surgieron dificultades
en los consulados que se solucionaron gracias al apoyo de la
Cancillería y a la cooperación con los gobiernos estatales de
México; específicamente, sus áreas de registro civil. Además,
había un número significativo de jóvenes que carecían de los
recursos económicos para obtener sus documentos de identi-
dad. Por ende, entre 2012 y 2018, la Secretaría de Relaciones
Exteriores invirtió un 1 760 000 dólares para apoyar en el pro-
ceso de trámite de documentación a cerca de 27 411 jóvenes
mexicanos (Secretaría de Relaciones Exteriores, 2017ª).

178
Por otro lado, la Cancillería envío la instrucción a la emba-
jada en Estados Unidos de establecer canales de comunicación
con organizaciones comunitarias de migrantes, coaliciones na-
cionales de jóvenes, fundaciones y otros grupos de interés que
apoyaran a los Dreamers. La labor de enlace de la embajada con
estas organizaciones fue esencial durante el proceso y posterior
a él. El 20 de julio de 2012, cinco días después del anuncio del
DACA, la embajada de México se reunió con la organización
nacional más grande de jóvenes inmigrantes en Estados Uni-
dos, United We Dream (UWD), con la American Immigration
Lawyers Association (AILA) y otras organizaciones de apoyo
a los Dreamers. La junta tuvo como objetivo coordinar esfuer-
zos entre el gobierno mexicano y actores de la sociedad civil
para difundir información sobre “el proceso, los lineamientos
y documentos necesarios, así como también para advertir a la
comunidad de potenciales notarios y asesores fraudulentos en
temas de inmigración que podrían aprovecharse de los jóvenes
que buscan su acción diferida” (Saavedra, 2012). De este modo,
demostró el compromiso y apoyo del gobierno mexicano con
los jóvenes migrantes.
Posteriormente, la embajada se encargó de vincular a los
miembros locales de organizaciones pro migrantes y de las
coaliciones nacionales de jóvenes inmigrantes con la red con-
sular. La finalidad de los encuentros entre consulados y estas
organizaciones fue promover la campaña nacional de difusión
de información sobre los requerimientos del DACA entre los
jóvenes mexicanos elegibles para alcanzar el mayor número
de personas y resolver las dudas que tuvieran. A las reuniones
asistieron aliados estratégicos no tradicionales como miembros

179
de iglesias y sindicatos. Por último, la embajada mantuvo co-
municación permanente con el USCIS para conocer cualquier
modificación a los requisitos para obtener el DACA y auxiliar
con la solución de casos complejos. Por su parte, los consula-
dos hicieron lo mismo en las oficinas locales de USCIS.
Aunado a lo anterior, la red consular mexicana se encargó
de las funciones operativas. La Secretaría de Relaciones Exte-
riores instruyó a los consulados la prerrogativa de otorgar el
apoyo necesario a los jóvenes mexicanos en todo el proceso.
A partir del 26 de junio, las representaciones diplomáticas se
dedicaron a difundir la información correspondiente sobre los
requerimientos para obtener la Acción Diferida entre la población
elegible por medio de campañas y asesorías sobre los requisitos
del programa. Entre 2012 y 2018, se realizaron 16 966 eventos
informativos, en los cuales, se atendieron a 952 723 mexica-
nos (Secretaría de Relaciones Exteriores, 2019, p. 71). Además
de los eventos, la información se transmitió en los canales de
comunicación tradicionales con la cooperación de actores no
estatales. Un ejemplo de esto fue la campaña “Think About
It-Piénsalo” que desarrolló la Fundación Televisa en forma de
comerciales que se mostraron en canales de habla hispana
como Univisión (Singer, Prchal y Wilson, 2015).
Por último, se utilizaron dos herramientas de los servicios
consulares mexicanos con la finalidad de transmitir los requi-
sitos sobre el DACA, responder preguntas de los candidatos y
combatir la información errónea. El primero fue el entonces
Centro de Información sobre Actualidad Migratoria (CIAM)
—mencionado en el apartado anterior— que permitió tener una
línea telefónica abierta y bien informada a la que los jóvenes

180
podían acudir en cualquier momento. La segunda herramien-
ta fue la aplicación para teléfonos celulares denominada Mi-
Consulmex, creada por la Cancillería en 2013. El objetivo de la
aplicación fue facilitar el acceso a los servicios de asistencia y
protección consular. MiConsulmex ofreció información espe-
cífica sobre trámites de documentación y mantenía informada
a la población sobre el proceso de renovación del DACA. Entre
2013 y 2019, la aplicación ha sido descargada en más de 500 000
ocasiones (Secretaría de Relaciones Exteriores, 2019, p. 70).
Paralelamente a la difusión de información, los consulados or-
ganizaron jornadas de llenado de solicitudes, otorgaron asesoría
legal a aquellos jóvenes que lo solicitaban y, en ciertos casos, se
apoyó con el pago total de la cuota con base en las necesidades
financieras de la persona (Lo Wang, 2014). En el marco de estas
acciones, el 23 de julio de 2012 se celebró en 25 consulados el
Dreamer Day at the Consulate, cuyo objetivo principal fue “atender
a potenciales beneficiarios del DACA” (Lara, 2014). En conclusión,
la red consular mexicana ofreció la asistencia consular necesaria
para todos aquellos que la solicitaron, creó vínculos de confian-
za con la parte más joven de la diáspora mexicana en Estados
Unidos y contribuyó a vincular a organizaciones defensoras de
los derechos de migrantes con jóvenes mexicanos.
El resultado de la estrategia mexicana fue claro y contunden-
te. Los esfuerzos coordinados por la Secretaría de Relaciones
Exteriores junto con la embajada en Washington, D. C., y la red
consular se observaron en el hecho de que los jóvenes mexicanos
tuvieron “la tasa de participación más alta entre aquellos jóve-
nes elegibles para el programa” (Domínguez Villegas, 2019).
En los primeros meses de la admisión de documentos para el

181
programa, el porcentaje de jóvenes mexicanos que solicitaron
DACA fue de 75%, es decir, 348 579 jóvenes migrantes (Singer
y Prchal Svajlenka, 2013). De agosto a diciembre de 2012, el
Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos aceptó
355 889 solicitudes de DACA, de las cuales, 258 708 fueron de
mexicanos, es decir, 73% del total de beneficiados (Servicio de
Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos, 2013). Durante
el periodo 2012-2018, los jóvenes migrantes nacidos en México
constituyeron el grupo demográfico más grande con solicitu-
des aceptadas. Al 31 de agosto de 2018, la cantidad de jóvenes
Dreamers con DACA ascendió a 699 350, de los cuales, 558 050
fueron mexicanos (80% del total) (Servicio de Ciudadanía e
Inmigración de los Estados Unidos, 2013).
El 20 noviembre de 2014, el presidente Barack Obama anunció
su intención de extender el periodo del DACA a tres años (DACA
en su versión ampliada) y crear un nuevo programa conocido
como Acción Diferida para Padres de Ciudadanos Estadouni-
denses y Residentes Legales Permanentes (Deferred Action for
Parents of Americans and Lawful Permanent Residents, DAPA).
Sin embargo, 26 estados —liderados por Texas— interpusie-
ron una demanda por el supuesto carácter inconstitucional
de la acción ejecutiva del presidente Obama y, en febrero de
2015, un juez federal de la Corte del Distrito Sur de Texas de-
cidió suspender temporalmente la instrumentación de ambos
programas. La demanda continuó hasta la Suprema Corte de
Justicia de Estados Unidos, donde el 23 de junio de 2016, sus
ocho miembros no alcanzaron un consenso con relación a la
cuestión y la votación final fue un empate (4-4). Por ende, que-
dó reafirmada “la decisión de la Corte Federal de Apelaciones

182
del Quinto Circuito de Nueva Orleans que ratificó el bloqueo
del DAPA y la expansión del DACA” (Munguía, 2018, p. 47).
El 29 de junio de 2017, Texas y otros estados enviaron una
misiva al procurador general Jefferson Sessions en la que so-
licitaron rescindir el programa DACA de 2012 con base en los
argumentos finales de la Corte Federal del Quinto Circuito con
relación al DAPA y al DACA extendido. En caso de que el Depar-
tamento de Seguridad Nacional no respondiera afirmativamente
a su solicitud antes del 5 de septiembre, los estados “buscarían
enmendar la demanda del DAPA para incluir una impugnación al
DACA” (Duke, 2017). El 4 de septiembre de 2017, el procurador
general envió una carta a Elaine Duke, Secretaria de Seguridad
Nacional, en la que recomendó rescindir el DACA, porque, según
se argumentó, fue producto de una acción ejecutiva que carecía
de la autorización estatutaria correspondiente y, por ende, el
programa era inconstitucional. Además, el fiscal general expresó
que el DACA tenía similitud con el programa DAPA al tener “los
mismos defectos legales y constitucionales que las cortes habían
reconocido en el DAPA”.9 Un día después, el 5 de septiembre, la
secretaria Duke emitió un memorándum en el que rescindía el
programa DACA de 2012 (Duke, 2017).
El mismo día del anuncio de la secretaria Duke, la Secreta-
ría de Relaciones Exteriores emitió un comunicado en el que
lamentó la cancelación del programa y envió, por medio de
su embajador en Estados Unidos, “cartas a senadores y con-
gresistas exponiendo el valor de los jóvenes DACA para la

9 Véase la carta de Jefferson Sessions a Elaine Duke, consultado el 14 de julio de 2019, dis-
ponible en <https://www.dhs.gov/sites/default/files/publications/17_0904_DOJ_AG-le-
tter-DACA.pdf>.

183
sociedad estadounidense y exhortándolos a encontrar pronto
una solución permanente que les brinde certidumbre jurídica”
(Secretaría de Relaciones Exteriores, 2017b). Asimismo, en vir-
tud del compromiso del gobierno de México con los jóvenes
mexicanos en Estados Unidos, estableció acciones específicas
para aquellos jóvenes que regresen a México. Entre estas accio-
nes se encuentra la creación de una “bolsa especial de trabajo
en México para Dreamers, por medio de los consulados; un
Programa Crédito Joven para Dreamers en Estados Unidos y
México; becas en México y otros países; acceso a la educación
sin trámites innecesarios y revalidación inmediata; y afiliación
al Seguro Popular” (Secretaría de Relaciones Exteriores, 2017b).
Posteriormente, tras una serie de demandas interpuestas por
organizaciones defensoras de Dreamers, el 22 de diciembre de
2017, el gobierno de México presentó un escrito de “Amigo de
la Corte” (amicus curiae) ante la Corte de Distrito de Estados
Unidos para el Distrito Este de Nueva York. El objetivo del es-
crito fue apoyar la petición de suspender provisionalmente la
anulación del programa DACA. México argumentó “el daño que
esta rescisión causa a los beneficiarios del programa DACA,
sus familias y, en general, a la comunidad mexicana en Esta-
dos Unidos” (Secretaría de Relaciones Exteriores, 2017c). Para
presentar el escrito de “Amigo de la Corte”, la relación de la
Cancillería y la embajada de México con las organizaciones
pro migrantes fue clave. El resultado de la controversia jurídica
fue el otorgamiento de una suspensión provisional que per-
mite a los beneficiarios del DACA renovar su permiso actual,
sin embargo, el Departamento de Seguridad Nacional no está
aceptando solicitudes nuevas.

184
En la actualidad, hay aproximadamente 669 080 jóvenes con
una Acción Diferida vigente, de los cuales, 535 980 son mexi-
canos, es decir, cerca de 80% del total de beneficiados (Servi-
cio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos, 2019).
Este resultado sin duda alguna exitoso fue producto, por un
lado, de la estrategia diplomática establecida por la Secretaría
de Relaciones Exteriores que, en coordinación de actividades
de asistencia y protección consular con la embajada en Was-
hington, D. C., y la red consular, lograron informar eficazmente
a la población elegible sobre los requerimientos del DACA. Por
otro, fue consecuencia del movimiento organizado por miles
de jóvenes Dreamers que han luchado incansablemente por
sus derechos en Estados Unidos. En conclusión, el caso DACA
representó otro ejemplo claro de la coordinación consular es-
tratégica en la que el triángulo consular (Cancillería-embaja-
da-consulado) cobró nuevas dimensiones al incorporar aliados
no tradicionales y donde cada parte fue esencial para lograr
el principal objetivo del gobierno de México: el bienestar de
los ciudadanos mexicanos donde quiera que se encuentren.

Lecciones sobre la coordinación consular


estratégica: la ley SB1070 y DACA
La ley SB1070 y la Acción Diferida para los Llegados en la Infan-
cia (DACA) demostraron —aunados a muchos otros casos— la
utilidad y eficacia de la coordinación consular estratégica. Como
se analizó en ambos ejemplos, no se dio por hecho que algu-
no de los tres actores del triángulo consular realizaría alguna
acción de manera automática. En cambio, se demostró que la

185
Secretaría de Relaciones Exteriores formuló de manera explícita
la estrategia con acciones determinadas que, posteriormente,
la embajada en Estados Unidos y la red consular ejecutaron de
manera coordinada. En un sistema político complejo y un am-
biente social y económico en constante reconfiguración, como
el existente en Estados Unidos, es fundamental que cada parte
de la diplomacia consular mexicana explote sus capacidades y
fortalezas de manera concertada y con un objetivo en común.
El caso de la ley SB1070 en Arizona es un ejemplo claro en
el que se aplicó esta perspectiva de coordinación estratégica.
En términos generales, los resultados fueron exitosos, debido
a que las partes más nocivas de la ley fueron suspendidas por
orden judicial. Sin embargo, es importante resaltar que la deci-
sión de interrumpir el diálogo con la gobernadora Brewer y su
equipo no fue una acción acertada en el largo plazo. Al romper
la comunicación con el Ejecutivo estatal, el gobierno mexicano
perdió su oportunidad de obtener información adicional que
pudo haber sido de utilidad en etapas posteriores. Esta lección
fue aprendida y, durante la entrada en vigor de la ley SB4 de
Texas —similar en esencia a la ley SB1070 de Arizona—, se ha
mantenido el diálogo con las autoridades estatales.
El caso del DACA abrió una ventana de oportunidad para que
la diplomacia mexicana se acercara a un grupo que anteriormente
no tenía diálogo con las representaciones diplomáticas: los jóve-
nes migrantes mexicanos en Estados Unidos. Como respuesta al
perfil de la mayoría de los migrantes mexicanos en la década de
los noventa y al inicio del siglo XXI, el contacto de la red consular
con los jóvenes era limitado y las acciones consulares se centra-
ban en temas de educación y deportes. Con el programa DACA,

186
la Secretaría de Relaciones Exteriores pudo vincularse con esta
parte de la diáspora mexicana en un tema migratorio clave y,
mediante sus representaciones en Estados Unidos, ofreció servi-
cios consulares no tradicionales y orientación legal, es decir, una
asistencia consular integral. Al final del proceso de preparación de
solicitudes, la red consular se convirtió en un aliado de los jóvenes
mexicanos que, como se mencionó, lograron por ellos mismos el
cambio migratorio más significativo en 30 años.
En la actualidad, la coordinación consular estratégica continúa
siendo tan relevante como lo fue para el caso de Arizona en 2010
y DACA en 2012. El perfil de la comunidad mexicana en nuestro
país vecino ha cambiado y también sus necesidades, aspiracio-
nes y objetivos. La atención y protección consular que ofrecen
nuestros 50 consulados en Estados Unidos deben adaptarse a
este nuevo contexto. La Secretaría de Relaciones Exteriores, la
embajada en Estados Unidos y la red consular deben mantener
los principios de uniformidad y coordinación, para que la acti-
vidad consular sea sistemática, efectiva y estratégica.

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195
Consideraciones en torno a las
políticas contra las drogas y la relación
bilateral México-Estados Unidos en
la era de la administración Trump1*

Dr. Carlos Antonio Flores Pérez


CIESAS

1 * Este texto se terminó de escribir en septiembre de 2017 y su propósito obedecía a una


lógica de análisis de coyuntura y elaboración de líneas estratégicas para el apoyo de toma
de decisiones para el Estado mexicano, ante el enigma que representaba entonces una aún
nueva administración al frente de Estados Unidos. Algunos años después, varios de los
actores que aquí se mencionan ya no ocupan las posiciones institucionales de entonces y
un nuevo gobierno ha entrado en funciones en México, de manera que la actualización del
texto hubiera requerido, más que modificaciones parciales, su reelaboración completa. No
obstante, a criterio de los coordinadores, es pertinente preservarlo e incluirlo en el libro tal
cual fue originalmente redactado porque varias de sus consideraciones generales continúan
vigentes en la relación bilateral sobre el tema de las drogas psicoactivas ilegales. Se trata
de condiciones y contradicciones permanentes que han moldeado la relación entre ambos
países en la materia y que permanecen, más allá del cambio de actores y de nuevos matices
en la concordia que al momento parece caracterizar las relaciones entre los mandatarios
mexicano y estadounidense.

197
Introducción

E
n este trabajo se analiza el panorama reciente de la
relación bilateral en materia de drogas entre México y
Estados Unidos, las concepciones de la nueva adminis-
tración estadounidense relativa a las drogas provenientes de
México y el efecto que pueden tener en este lado de la frontera.
Se consideran algunos escenarios posibles y se apuntan algu-
nas líneas estratégicas que considero útiles para salvaguardar
los intereses del Estado y la nación mexicana en un contexto
complejo y potencialmente ríspido.2

La relación bilateral reciente en materia de drogas


En los años más próximos, la relación entre ambos países en
materia de drogas psicoactivas ilegales se ha caracterizado
en general por una cooperación relativamente fluida, sin las
confrontaciones que en décadas pasadas ubicaron al tema en
situación crítica. Prácticamente desde el 2000 no se han re-
editado tensiones equiparables a las vividas en 1969, con la
denominada Operación Intercepción que ordenó el gobierno
de Richard Nixon y que aspiraba al virtual sellamiento de la
frontera entre las dos naciones, en especial, la zona ubicada

2
https://www.dea.gov/sites/default/files/2018-07/DIR-001-17_2016_NDTA_Summary.pdf

199
entre Tijuana, Baja California y San Ysidro, California (Cas-
tañeda J. y Pastor R., 1989, p. 304).
Tampoco como las observadas tras el asesinato del agente de la
Oficina de Administración de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés)
Enrique Camarena a manos de traficantes mexicanos asentados en
Jalisco, en 1985, que tuvo por secuela la presión de las administra-
ciones Reagan y Bush, e incluso de legisladores estadounidenses
sobre el gobierno mexicano, y que incluso derivaron en la abduc-
ción de ciudadanos de México y su traslado ilegal para ser juzga-
dos en Estados Unidos (Castañeda J. y Pastor R., 1989, p. 333).3
Por el contrario, desde 1997, con el reconocimiento de la ad-
ministración Clinton de la corresponsabilidad estadounidense
en el problema compartido de las drogas (Secretaría de Rela-
ciones Exteriores, 1997)4 y finalmente, tras el fin de la práctica
de certificación periódica que imponía de manera unilateral
ese país, la cooperación se ha hecho en general fluida. 5 El

3 Sobre el secuestro y traslado ilegal de ciudadanos mexicanos hacia Estados Unidos, Agui-
rre, Alberto y Beatriz Johnston (1992) “Machain relata su secuestro; su abogado impugna
que se le juzgue junto con Zuno”, En Proceso. No. 816- 06 22 de junio. El 15 de junio de
1992 la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos emitió una opinión según la cual la
existencia de un tratado de extradición entre ese país y otro no limitaba la posibilidad de
que los estadounidenses secuestraran a individuos acusados de actividades ilícitas para su
traslado a suelo estadounidense y someterles a juicio. The New York Times (1992), “Excerpts
from the Supreme Court’s Decision on the Kidnapping of Foreigners”, junio 16, disponible
en línea: http://www.nytimes.com/1992/06/16/us/excerpts-from-supreme-court-s-deci-
sion-on-the-kidnapping-of-foreigners.html?pagewanted=all&mcubz=0

4 Adicionalmente, en mayo de 1997, los presidentes Ernesto Zedillo y William Clinton dieron
a conocer un documento denominado México y Estados Unidos ante el Problema de las
Drogas: Estudio Diagnóstico Conjunto. Más tarde, en ese mismo mes, firmaron la Decla-
ración de la Alianza México-Estados Unidos para el Combate a las Drogas. Presidencia de
la República, sitio web con información de la administración Zedillo, disponible en línea:
http://zedillo.presidencia.gob.mx/pages/visitas/usa97/acuerdos_narc.html.

5 La certificación de la cooperación de otras naciones en materia de drogas fue una medida


que tuvo por antecedente la disposición de la Ley de Asistencia Extranjera (Foreign Assis-
tance Act), según la cual el Ejecutivo estadounidense debía enviar anualmente al Congreso
de ese país una lista sobre los principales países productores o distribuidores de drogas.
La certificación como tal comenzó a realizarse en 1986, durante la administración Reagan,
cuando el Congreso estadounidense requirió al presidente certificar, con la supervisión del
legislativo, que los países productores y de tránsito de drogas se apegaran a los objetivos y
criterios de cooperación estadounidense, bajo la pena de recibir, en caso contrario, diversas

200
mecanismo de cooperación más reciente ha sido la Iniciativa
Mérida, que comenzó a delinearse desde inicios de 2007 y de
la que se firmó la primera Carta de Acuerdo en diciembre de
2008 (Embajada de Estados Unidos en México, 2015). A ella
volveremos más adelante, con un análisis más detallado.
Desde finales de los noventa, la tendencia ha sido, pues, la
cooperación entre ambas naciones, que no ha sufrido menoscabo
permanente a pesar de no estar exenta de momentos delicados
a lo largo de estos años —el arresto del general Jesús Gutiérrez
Rebollo, principal funcionario mexicano en el combate al tráfico
de drogas, por su vinculación con una organización delictiva,
en 1997 (NY Daily News, 1997); el asesinato de un agente de
la oficina de aduanas estadounidense (ICE) en San Luis Potosí,
en 2011 (Reuters, 2011); el ataque contra agentes de inteligen-
cia estadounidense en el estado de Morelos, en 2012 (CNN en
Español, 2012); la segunda fuga de Joaquín Guzmán Loera, en
el Cefereso ubicado en Almoloya de Juárez, en 2015 (Reed, R.,
2015), por mencionar algunos de los más notables—.
Esa cooperación se ha caracterizado, en general, por la acep-
tación tácita y más o menos automática, por parte del lado
mexicano, de los lineamientos generales propuestos, incentiva-
dos o virtualmente impuestos en la materia desde Washington,
sin que al momento pueda afirmarse que se han construido
los consensos internos necesarios para articular una política

sanciones comerciales y en materia de ayuda. La última ocasión en que dicha certificación


tuvo lugar fue en 2002, año en que el Congreso estadounidense modificó de manera per-
manente la disposición para permitir que fuera el presidente de ese país quien aplicara de
manera discrecional sanciones o retuviera la asistencia brindada a países que incumplieran
de manera relevante, a su juicio, los compromisos contraídos con Estados Unidos en cuestión
de drogas psicoactivas ilegales. Storrs, K. Larry (2002), Mexican Drug Certification Issues:
U.S. Congressional Action, 1986-2002, Congressional Research Service.

201
de Estado en función sustantiva de los intereses nacionales.
A ello habría que agregar que, en semejantes condiciones de
indefinición, resulta también difícil determinar con claridad
el beneficio específico que México deriva de tal cooperación.
Nunca como en el periodo 2007-2012 las instituciones de se-
guridad e inteligencia estadounidenses habían gozado de tan-
tas facilidades para operar formalmente en suelo mexicano,
gracias a los acuerdos de cooperación bilateral alcanzados a
comienzos de esos años. Y si bien la administración federal
mexicana (2012-2018) intentó rearticular los mecanismos de
intercambio con tales agencias, las definiciones sustantivas
en el fondo no parecen haber variado demasiado. No deja de
resultar paradójico que en este mismo periodo y durante se-
mejante cooperación, las condiciones de seguridad y de pro-
blemas asociados a la delincuencia organizada para el tráfico
de drogas en México evidencien una gravedad sin precedentes.
Resulta pues, de una importancia apremiante la evaluación de
las prioridades del Estado mexicano y de los criterios para definir
su protección y cumplimiento, especialmente en el contexto de
la conformación de una nueva administración federal, en el lado
estadounidense, inaugurada a comienzos de 2017, encabezada
por Donald Trump. Es de sobra conocido que el discurso del
nuevo presidente estadounidense se ha caracterizado desde su
campaña electoral por sus descalificaciones hacia México, no
obstante la apertura a la cooperación antes descrita en materia
de drogas, e incluso a pesar de la integración comercial entre
ambas naciones prevista por el TLCAN. Dada esta beligerancia,
resulta fundamental analizar las condiciones específicas en las
que tiene lugar la cooperación bilateral vigente en materia de

202
drogas, como paso previo e imprescindible para evaluar las posi-
bles repercusiones que puedan revestir para México el enfoque de
este personaje y sus aliados políticos sobre el tema en cuestión.

La Iniciativa Mérida, el precedente inmediato


El primer punto a considerar, en lo referente a la Iniciativa
Mérida, es que ésta fue originalmente diseñada y acordada
por dos administraciones caracterizadas por su cariz belige-
rante: la administración Bush (2000-2008) en el caso estadou-
nidense, y la de Felipe Calderón (2006-2012), en el mexicano.
No se trata de un dato menor, pues a pesar de que la adminis-
tración estadounidense siguiente encabezada por el presidente
Barack Obama intentó conferirle una visión menos rígida, el
enfoque esencial de la Iniciativa Mérida puede interpretarse en
función de las premisas de seguridad estadounidenses construi-
das por la administración Bush como resultado del 9/11 y su
proclamada guerra contra el terrorismo. Lo anterior se puede
constatar si se contrastan las prioridades expuestas original-
mente en la Iniciativa Mérida y lo contenido en la Declaración
de la Alianza México-Estados Unidos para el Combate a las Dro-
gas, emitida en 1997 por las administraciones Zedillo-Clinton,
según se podrá observar en el siguiente cuadro comparativo:

203
Declaración de la Alianza
México-Estados Unidos para el Iniciativa Mérida (2007)
Combate a las Drogas (1997)
[Ambos países]:
• “Reducirán la demanda de drogas “Our shared goal is to maximize
ilícitas a través del fortalecimiento de the effectiveness of our efforts to
esfuerzos educativos y de difusión fight criminal organizations —so
pública, particularmente de aqué- as to disrupt drug-trafficking (in-
llos enfocados hacia la juventud, cluding precursor chemicals); we-
así como a través de programas de apons trafficking, illicit financial
tratamiento. activities and currency smuggling,
• Reducirán la producción y la dis- and human trafficking. The Merida
tribución de drogas ilícitas en am- Initiative represents a new and inten-
bos países, particularmente de la sified level of bilateral cooperation
mariguana, las metanfetaminas, la that marks a new stage in the bila-
cocaína y la heroína. teral cooperation that characterizes
• Orientarán los esfuerzos de pro- the strong relationship between our
curación de justicia en contra de two countries.
las organizaciones criminales y en The Merida Initiative will build
contra de aquéllos que faciliten sus on specific activities that aim to 1)
operaciones en ambos países. bolster Mexican domestic enforce-
• Fortalecerán la cooperación bila- ment efforts; 2) bolster U.S. domestic
teral y la coordinación de políticas enforcement efforts; and 3) expand
en materia de procuración de jus- bilateral and regional cooperation
ticia, y asegurarán la protección that addresses transnational crime.
de los funcionarios encargados de Mexico will strengthen its opera-
aplicar la ley. tional capabilities to more effectively
• Procurarán que los fugitivos sean fight drug-traffickers and organized
procesados, de manera expedita, con crime; the U.S. will intensify its
apego al debido proceso legal, y que efforts to address all aspects of drug
sean incapaces de evadir la justi- trafficking (including demand-rela-
cia en un país huyendo al otro o ted portions) and continue to combat
permaneciendo en él. Con este fin, trafficking of weapons and bulk cu-
acordamos negociar un protocolo al rrency to Mexico. Both nations will
tratado de extradición que, en ape- augment cooperation, coordination,
go al sistema legal de cada nación and the exchange of information to
permita, bajo condiciones y circuns- fight criminal organizations on both
tancias apropiadas, que individuos sides of the border.
sean juzgados en ambos países an- To increase the operational ca-
tes de completar sus sentencias en pabilities of Mexican agencies and
cualquiera de ellos. institutions, our strategies include
• Identificarán las fuentes de, y de- enhanced transfer of equipment and
tendrán el tráfico ilegal de armas technical resources, consistent with
de fuego. all appropriate standards in both
• Trabajarán conjuntamente con el countries of transparency and ac-
propósito de concluir un acuerdo countability of use.

204
Declaración de la Alianza
México-Estados Unidos para el Iniciativa Mérida (2007)
Combate a las Drogas (1997)
hemisférico para proscribir el tráfico The strategies also include training
ilegal de armas de fuego. programs and two-way exchanges of
• Trabajarán conjuntamente para el experts, but do not contemplate the
éxito de la Asamblea Extraordina- deployment of U.S. military person-
ria de las Naciones Unidas sobre las nel in Mexico.
drogas ilícitas que tendrá lugar en Our strategies for expanded coo-
junio de 1998. peration are based on full respect for
• Incrementarán las capacidades de the sovereignty, territorial jurisdic-
sus instituciones democráticas para tion, and legal frameworks of each
combatir y eliminar el potencial de country, and are guided by principles
corrupción del tráfico ilegal de dro- of mutual trust, shared responsibi-
gas en ambos países. lity and reciprocity. The initiative
• Fortalecerán la cooperación en am- will build upon existing domestic
bos lados de la frontera común con strategies and ongoing efforts be-
objeto de incrementar la seguridad. tween law enforcement agencies of
• Controlarán los precursores y los both countries.
químicos esenciales, para prevenir The strengthening of the bilateral
su desvío y uso ilícito, y mejorarán cooperation between Mexico and the
el intercambio de información en U.S. will facilitate our regional and
esta materia. international cooperation against
• Aplicarán de manera más efectiva organized crime, particularly with
las leyes y reglamentos existentes the countries of Central America.
para detectar y penalizar el lavado Both Mexico and the United States
de dinero en ambos países, y forta- recognize the global and regional
lecerán los intercambios bilaterales nature of transnational criminal
y multilaterales de información así organizations trafficking in drugs,
como las experiencias obtenidas en people, bulk cash and arms across
el combate a este fenómeno. national borders” (U.S. Department
• Asegurarán y decomisarán los re- of State, 2007).
cursos e instrumentos utilizados por
el narcotráfico, y los asignarán a la
prevención del abuso de drogas y
la procuración de justicia, en apego
a los procedimientos legales vigen-
tes en nuestros países y entre ellos.
• Mejorarán sus capacidades para
interrumpir los flujos terrestres, aé-
reos y marítimos de drogas.
• Pondrán en marcha programas de
capacitación y de cooperación téc­
nica para garantizar que el personal
antinarcóticos desarrolle las capa-
cidades necesarias, y para que se

205
Declaración de la Alianza
México-Estados Unidos para el Iniciativa Mérida (2007)
Combate a las Drogas (1997)

desempeñe con el nivel más alto de


integridad y profesionalismo.
• Fortalecerán y facilitarán el in-
tercambio de información y de evi-
dencias para procesar y condenar
a criminales y detener el tráfico de
drogas, y garantizarán la seguridad
y el uso apropiado de esta informa-
ción y evidencias” (Presidencia de
la República, 1997).

En los hechos, la concepción de asistencia de la Iniciativa


Mérida estuvo enfocada, desde su origen, a la transferencia
de equipo y al entrenamiento de las corporaciones operativas
de seguridad (law enforcement). El mismo 27 de octubre de
2007, el presidente George W. Bush solicitó al Congreso esta-
dounidense la autorización de fondos para la nueva iniciativa
de cooperación con México y los países de Centro América
“para combatir el tráfico de drogas, el crimen transnacional
y el terrorismo en el Hemisferio Occidental” (U. S. State of
Department, 2007). La petición de 550 millones de dólares,
en un esquema de administración de varios años, se enfocó
a la provisión, en el caso específico de México, de:

• Equipo de inspección no intrusivo, escáneres de iones, uni-


dades caninas para las aduanas mexicanas, para la policía
federal y para los militares, para interceptar drogas, armas,
dinero en efectivo y personas.

206
• Tecnologías para mejorar y mantener sistemas de seguri-
dad para respaldar la recolección de información vital y
asegurar su disponibilidad para las agencias de seguridad.
• Asesoría técnica y entrenamiento para fortalecer las institucio-
nes de seguridad —control de confianza para la nueva fuerza
policial, software para la administración de casos y para lo-
calizar investigaciones a través del sistema, nuevas oficinas
de quejas ciudadanas y responsabilidad profesional, así como
el establecimiento de programas de testigos protegidos—.
• Helicópteros y vigilancia aérea para apoyar las activida-
des de intercepción de drogas y la rápida respuesta opera-
tiva de las agencias de seguridad en México (U. S. State of
Department, 2007).

Es decir, a diferencia del compromiso de alto nivel prece-


dente, que incluía aspectos sistémicos sustantivos, como el
combate a la corrupción dentro de las instituciones mexica-
nas y la adopción de enfoques con compromisos comparti-
dos para disminuir el consumo de drogas en Estados Unidos
y el tráfico de armas y dinero en efectivo hacia México, la
nueva Iniciativa Mérida se enfocó, en lo fundamental, a la
transferencia de equipo y entrenamiento operativo. Esta
decisión puede entenderse a la luz de un desplazamiento
del paradigma de lucha contra las drogas y la delincuencia
organizada, basado en su proceso judicial penal hacia otro
enfocado sustancialmente en su confrontación esencialmente
policial, e incluso militar. Hacia 2008, el monto de la ayuda
había sido estimado en 2.5 mil millones de dólares, que en
su mayor parte habían tenido por destino final a compañías

207
estadounidenses con participación en la industria bélica o
tecnología de seguridad (Franzblau, J., 2016).
De acuerdo con información de la agencia Reuters, la mayor
parte de los 400 millones de dólares aprobados por el Congreso
estadounidense, por concepto de las transferencias previstas
por la Iniciativa Mérida, habían sido destinados a un número
de entre treinta y cuarenta compañías estadounidenses (Reu-
ters, 2009). Compañías de seguridad con base en Estados Uni-
dos fueron contratadas para la erradicación aérea de cultivos
y para brindar entrenamiento a fuerzas militares y policiales
mexicanas. De acuerdo con otra reconocida publicación, Insi-
ghtCrime, la ausencia de transparencia sobre el destino final
de los fondos —tanto el Departamento de Defensa como el
Departamento de Estado estadounidenses habían rechazado
hacer pública esta información— había sido objeto de censura
en una audiencia senatorial, en mayo de 2011, porque dicha
información tampoco había sido entregada al comité que in-
dagaba la cuestión (Ramesy G., 2011).
En todo caso, los resultados de la Iniciativa Mérida, de
acuerdo con la evaluación hecha por el propio Departamento
de Estado de Estados Unidos, son en general magros:

• “cooperación entre agencias de seguridad y oficiales de


inteligencia, que ha conducido a la captura y extradición
de altos líderes criminales, incluyendo a Joaquín “el Cha-
po” Guzmán;
• la transición de México a un sistema de justicia acusatorio
con juicios orales en junio de 2016;
• la mejora en infraestructura y políticas que ayudaron a que

208
más de 55 instalaciones penitenciarias (incluyendo todas las
prisiones federales) alcanzaran acreditación internacional; y
• la aprehensión de más de 150 000 migrantes centroameri-
canos en los años fiscales 2015 y 2016, así como migrantes
de África y Asia (Ribando, C. y Finlea, K., 2017).

Pero, más allá de su reducido número, lo más relevante pue-


de ser su carácter autorreferencial y tangencial en lo relativo
a su impacto para disminuir la crisis de seguridad y violen-
cia asociada a la delincuencia organizada para el tráfico de
drogas que vive el país. En especial, para reducir al máximo
posible la zozobra que por ella sufre la sociedad mexicana,
cuestión que debería ser el objetivo central de la política de
este país en la materia.

Las percepciones institucionales sobre las


drogas procedentes de México, la delincuencia
organizada mexicana y el lavado de dinero

Producción y tráfico de drogas


Si bien el tráfico de otras drogas —especialmente la cocaína—
no ha dejado de ser una cuestión relevante, la preocupación
más apremiante del gobierno estadounidense relacionada con
el tráfico de drogas procedentes de México son los opiáceos y
las metanfetaminas, de los que México es un proveedor sus-
tantivo para el mercado de ese país. De 2009 a 2010 —los años
más recientes con estimaciones disponibles—, el número de
usuarios de cocaína en Estados Unidos disminuyó en 200 000

209
respecto a la cifra del primer año, que fue de 2.7 millones de
personas. La estimación de la cantidad de cocaína consumi-
da en esos años en el mercado estadounidense disminuyó de
161 toneladas en 2009 a 145 en 2010. En cambio, en el mismo
periodo, el número de usuarios de uno de los opiáceos más
usuales, la heroína, permaneció estable, con 1.5 millones de
consumidores. Se calculaba además que el número de usua-
rios crónicos de opiáceos se había incrementado desde 2010.
De hecho, las autoridades estadounidenses consideraban que
su población enfrentaba una epidemia de consumo de opiá-
ceos, con un deceso de 10 574 personas por sobredosis de
heroína. Y en lo referente a las metanfetaminas, en 2009, la
cantidad de usuarios fue estimada en 1.9 millones de perso-
nas, que decrecieron a 1.6 millones en 2010; no obstante, el
monto de metanfetaminas consumidas aumentó de 40 tone-
ladas en 2009 a 42 en 2010. Los aseguramientos de metan-
fetaminas realizados en la frontera con México aumentaron
215% entre 2010 y 2015 (Executive Office of the President of
the United States, 2016).
De acuerdo con las estimaciones oficiales de Estados Unidos,
la mayor parte de los opiáceos ilegales disponibles en ese país
han sido producidos y traficados desde México y por organi-
zaciones criminales mexicanas (United States Department of
State-Bureau for International Narcotics and Law Enforcement
Affairs, 2017). Asimismo, el gobierno estadounidense estable-
ce que la mayor parte de las metanfetaminas disponibles en
Estados Unidos son también producidas en México, con pre-
cursores químicos adquiridos en China (Executive Office of
the President of the United States, 2016).

210
De acuerdo con el Informe Mundial sobre Drogas 2017, pu-
blicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas
y el Delito (UNODC), México ha sido el mayor productor de
opiáceos en el hemisferio americano. Esta preeminencia ha
sido consistente desde 2005 hasta 2015, que constituye el año
más reciente con datos actualizados. A ello hay que añadir que
el incremento en la producción ha sido muy considerable: en
2005, la cantidad de hectáreas cultivadas con amapola fue de
3 300. En 2015, la extensión fue de 26 100 hectáreas (UNODC,
2017, p. 50). Mientras que en el primero de esos años se estimó
que la producción potencial de opio fue de 71 toneladas, en
2015 fue de 499 (UNODC, 2017, p. 52). De cualquier manera,
la labor de erradicación de cultivos de amapola, realizada por
México, no ha sido menor: 16 890 hectáreas en 2006, con in-
crementos sustantivos en 2014 (21 644); 2015 (26 659); y 2016
(24 926) (UNODC, 2017, p. 55).
Cabe destacar que la información correspondiente a la ex-
tensión de cultivos y de producción potencial de opio fue pro-
porcionada, hasta 2014, por el Departamento de Estado de Es-
tados Unidos, no por el gobierno mexicano (UNODC, 2017, p.
51 y 53). En junio de 2016, las autoridades mexicanas dieron a
conocer su propia estimación, a la que llegaron con el aval de
la UNODC. Según ésta, la estimación promedio de cultivos de
amapola en México fue de 24 800 hectáreas, entre julio de 2014
y junio de 2015 (Executive Office of the President of the United
States, 2016, p. 51). La estimación correspondiente a 2015 por
parte de las autoridades estadounidenses fue considerablemen-
te mayor: 28 000 hectáreas, con un potencial de producción de
70 toneladas de heroína pura, frente a las 17,000 hectáreas de

211
extensión de cultivos de amapola en el país en 2014, con poten-
cial de producción de 42 toneladas de heroína pura (Executive
Office of the President of the United States, 2016, p. 73).
En el caso de las metanfetaminas, las agencias de seguridad
estadounidenses involucradas en la lucha contra la delincuen-
cia organizada aseguraron 37 toneladas de metanfetaminas y,
como se ha dicho, se da por descontado que la mayor parte
de ellas son traficadas desde México (Executive Office of the
President of the United States, 2016, p. 42 y 45).
No obstante lo anterior, hasta 2016, al menos, la postura
oficial del ejecutivo estadounidense había sido de reconoci-
miento al esfuerzo desplegado por México en la lucha contra
las drogas y resaltaba la colaboración estrecha que habían
mantenido ambos gobiernos en la materia (Executive Office
of the President of the United States, 2016, pp. 46-47 y 50-52).

Delincuencia organizada para el tráfico


de drogas y lavado de dinero
En su National Drug Threat Assessment 2016, la DEA ubica
a las organizaciones del tráfico de drogas mexicanas como
la mayor amenaza criminal en contra de Estados Unidos.
En la perspectiva de la agencia, no existen en la actualidad
estructuras criminales capaces de desafiar la preeminencia
que las mexicanas tienen en el mercado estadounidense de
las drogas (U.S. Department of Justice-Drug Enforcement Ad-
ministration, 2016).
Para la DEA, en 2015, seis organizaciones delictivas mexica-
nas tuvieron la mayor presencia en Estados Unidos: el Cártel de
Sinaloa; el Cártel Jalisco Nueva Generación; el Cártel de Juárez;

212
el Cártel de Los Zetas y la organización Beltrán-Leyva (U.S. De-
partment of Justice-Drug Enforcement Administration, 2016).
Si bien la presencia considerable de las organizaciones mexica-
nas del tráfico de drogas está fuera de cuestión, debe considerar-
se el estilo efectista en la presentación visual de la información,
que incluso pareciera contradecir declaraciones oficiales de la
propia agencia contenidas en el mismo documento. Por ejem-
plo, en un mapa donde se muestra la influencia geográfica de
las organizaciones mexicanas en Estados Unidos durante 2016,
éstas parecen cubrir prácticamente todo el territorio de ese país
y una de ellas, el Cártel de Sinaloa, virtualmente tiene una co-
bertura nacional, a pesar de su fractura. Adicionalmente, en voz
de la propia DEA, una de las organizaciones de mayor pujanza
y poderío económico sería el Cártel Jalisco Nueva Generación
(CJNG), que paradójicamente, según este mismo mapa, sería
a lo sumo marginal dentro del territorio estadounidense, como
puede apreciarse en la reproducción del referido mapa, que se
muestra más abajo (ver el mismo documento, U.S. Department
of Justice-Drug Enforcement Administration, 2016).
La presunta supervivencia de otras organizaciones y su in-
clusión en esta evaluación fechada en 2016 no deja también de
resultar paradójica, pues parece darse por descontado que a pesar
del desgaste que evidencia su estructura de mando, su presunta
influencia transnacional se mantiene. En algunos casos, como
Los Zetas, en su liderazgo sólo se menciona a un individuo ya
detenido, mientras que en otras aparecen como líderes individuos
de los que no se evidencia una trayectoria previa significativa ni
equiparable a quienes les habrían antecedido (U.S. Department
of Justice-Drug Enforcement Administration, 2016).

213
214
Figura 1. Áreas de Influencia de las mayores organizaciones criminales transnacionales
(FDO- División DO- District Office RO-Resident Office)
Fuente: Department of Justice-Drug Enforcement Administration (2016), 2016 National Drug Threat Assessment Summary, November,
Washington, disponible en línea: https://www.dea.gov/sites/default/files/2018-07/DIR-001-17_2016_NDTA_Summary.pdf p.1
6
Un aspecto de atención a considerar es la vinculación tácita
que este enfoque hace de migrantes mexicanos —documenta-
dos e indocumentados— y de población de origen mexicano
como parte integral de la cadena de trasiego y distribución del
tráfico de drogas de procedencia mexicana (U.S. Department of
Justice-Drug Enforcement Administration, 2016). Resulta fun-
damental evitar generalizaciones que puedan dar lugar a exce-
sos en contra de la población de origen mexicano en Estados
Unidos y generen un recrudecimiento de la xenofobia y ánimo
hostil hacia el país, en el escenario de una nueva administra-
ción con mayor proclividad a hacer eco a este tipo de discurso.
A pesar de ello, resulta relevante que la propia DEA establezca
con claridad que las organizaciones delictivas mexicanas no han
generado una escalada de violencia dentro del territorio estadou-
nidense, optando en cambio por mantener un perfil alejado de la
confrontación (U.S. Department of Justice-Drug Enforcement Ad-
ministration, 2016). Esto resulta especialmente útil en un contexto
en el que determinados sectores domésticos de Estados Unidos
pudieran intentar justificar una escalada intervencionista, justificán-
dose en supuestos escenarios de violencia generados por la delin-
cuencia organizada mexicana dentro de territorio estadounidense.
Por otra parte, en lo referente al lavado de dinero, en 2015
México tenía el mayor número de negocios e individuos aña-
didos en la relación de personas enlistadas por actividades de

6 El indicador empleado para determinar la presencia de una organización fue la existencia


de casos en contra de sus miembros y su influencia fue valorada en función del número de
casos frente a densidad poblacional. No obstante, no se determina si semejante valoración
es en función de estados o localidades subestatales, de manera que la presentación gráfica
de la información no permite visualizar de manera más precisa la presunta influencia de
las referidas organizaciones que, así vistas, parecieran establecer un control reticular sobre
el territorio de ese país. No se puede soslayar, en tal sentido, la tendencia de determinadas
instituciones burocráticas a presentar la información a modo de sus propias justificaciones
y objetivos, sean estos presupuestales, de influencia o incluso de existencia.

215
tráfico de drogas (Specially Designated Narcotics Trafficking
Kingpin, SDNTK) de la Oficina de Control de Recursos Extran-
jeros (OFAC) del Departamento del Tesoro estadounidense. En
2014, el mayor número de personas añadidas a esta lista lo
tuvo Colombia, seguido por México y Panamá.7
Es de destacarse que ni en la Estrategia Nacional de Control de
Drogas ni en la Estrategia de Control Internacional de Narcóticos
más recientes se advierten ni hostilidad ni tendencia a incrementar
la presión hacia México en materia de la lucha contra las drogas.
Es preciso señalar que ambos documentos son generados desde
la Presidencia y desde el Departamento de Estado, respectivamen-
te. La visión de mayor rispidez potencial parece estar construida
desde agencias específicas de seguridad, con proporciones mag-
nificadas en función de su propio discurso e intereses.
De acuerdo con lo observado en la documentación oficial
del gobierno estadounidense consultada, las deficiencias más
significativas y fundadas no parecen encontrarse en la dinámica
del esfuerzo de su contraparte mexicana en la erradicación de
cultivos ilícitos y la interdicción de drogas psicoactivas ilegales,
sino en la impunidad y en la lucha contra la corrupción, que se
manifiesta, por ejemplo, en los pocos resultados en materia de
lucha contra el lavado de dinero procedente del tráfico de drogas.

7 A través de la OFAC, el Departamento del Tesoro publica una lista de individuos de nacio-
nalidad extranjera a quienes identifica por su participación en actividades delictivas y a
quienes ha detectado activos (cuentas bancarias, empresas, sociedades comerciales, etcétera)
dentro de Estados Unidos. En función de lo establecido en el Acta de Designación de Líderes
Extranjeros del Narcotráfico (Foreign Narcotics Kingpin Act Designation), cualquier recurso
económico de aquellas personas que son designadas como Specially Designated Narcotics
Trafficking Kingpin (SDNTK), son incautados y se prohíbe a cualquier estadounidense sos-
tener cualquier tipo de transacción comercial o financiera con ellos y sus empresas. El Acta
Kingpin fue convertida en ley el 3 de diciembre de 1999 y el reporte se deriva de la Orden
Executiva 12978 del presidente de Estados Unidos “Bloqueo de Activos y Prohibición de
Transacciones con Narcotraficantes Significativos (Blocking Assets and Prohibiting Transac-
tions with Significant Narcotics Traffickers). U.S. Department of Justice-Drug Enforcement
Administration, 2016 National Drug Threat…, p. 141.

216
Es en ese rubro donde se hicieron manifiestas apreciaciones de
mayor dureza y que, potencialmente, pueden constituir la parte
más delicada de la relación bilateral en el porvenir inmediato.
Es preciso diferenciar entre las prioridades y percepciones
de las instituciones que han mantenido el contacto permanente
con sus pares mexicanas y contrastarlas, en un segundo mo-
mento, con la estridencia del nuevo discurso prevaleciente en
la Casa Blanca, en función de su nuevo ocupante.
Los documentos revisados fueron todavía generados por la ad-
ministración del presidente Barack Obama. El actual gobierno a
cargo de Donald Trump no ha emitido aún un documento oficial
equivalente, de manera que las fuentes de indagación, en este
caso, deberán ser declaraciones públicas del nuevo presidente, de
su equipo de colaboración en la materia y de los círculos de opi-
nión que tienen mayor incidencia en esta nueva administración.
Es preciso, pues, analizar en qué consiste este discurso,
quién le secunda dentro y fuera de la administración, para
ponderar eventuales cambios en la política de Estados Unidos
hacia México en esta materia y, en su caso, sus repercusiones.

El discurso de la nueva administración


estadounidense y sus aliados
En su “Contrato con el Votante Americano”, el ahora presi-
dente Trump no hizo demasiado hincapié directo en el tema
de las drogas. De manera específica, planteó promover ante
el Congreso un Acta para Restaurar la Seguridad de la Co-
munidad, que contempla el incremento de recursos para las
agencias de seguridad y fiscales federales para combatir el
crimen (Trump, D. s/f, p.2).

217
Resulta cuestión conocida que, desde su campaña electo-
ral, Trump mantuvo un discurso derogatorio hacia México,
que tuvo por inicio su declaración de que la migración mexi-
cana trasladaba drogas y crimen hacia Estados Unidos (The
Guardian, 2015). No obstante, su discurso contra México,
con frecuencia revestido de tintes racistas, es más tempra-
no. La revista Time reprodujo, por ejemplo, algunos de sus
mensajes que datan desde junio de 2013, en los que culpa a
las minorías afro e hispanoamericanas de la mayor parte de
crimen violento en ese país (Reilly, K., 2016). Poco más de
un año más tarde y por el mismo medio, Trump se lamen-
taba de que Estados Unidos enviara dinero a sus enemigos,
mencionando explícitamente a México, como uno de ellos.
En un siguiente mensaje, se refirió al sistema legal mexicano
como corrupto y extendió este calificativo al país en general;
demandó el pago de dinero que supuestamente se le debía
y que “se dejara de enviar criminales por la frontera”. El 3
de marzo de 2015 envió un mensaje adicional señalando
que deseaba construir un muro impenetrable con la frontera
mexicana para evitar que los mexicanos siguieran desgarrando
a Estados Unidos. Pocos días más tarde, arremetió de nuevo
señalando que la frontera era zona abierta para los carteles
y los terroristas y demandó que se incrementara su seguri-
dad. En los meses siguientes, Trump insistió en que México
causaba problemas de seguridad en la frontera: “They are
killing us on the border and they are killing us on jobs and
trade. FIGHT!” (Reilly, K., 2016).8

8 El mensaje citado fue publicado por Trump el 30 de junio de 2015. Todas las demás decla-
raciones aparecen expuestas en esta misma nota.

218
Tras asumir el poder presidencial, el discurso beligerante
de Donald Trump hacia México se ha mantenido en términos
generales, aunque otros integrantes de su equipo de colabora-
dores han emitido opiniones más moderadas sobre la cuestión
del tráfico de drogas procedentes de este país. Por ejemplo,
tanto el secretario de Estado Rex Tillerson como el exsecreta-
rio de Seguridad Nacional (Homeland Security) y ahora jefe
de gabinete, John Kelly, hicieron declaraciones contundentes
resaltando la responsabilidad de Estados Unidos en la guerra
contra las drogas que se libra en suelo mexicano, vinculán-
dola directamente a la existencia de una amplia demanda de
semejantes sustancias: “Si no fuera por nosotros, México no
tendría el problema de delincuencia organizada transnacional
y la violencia que está sufriendo” (Gehrke, J., 2017). Tal decla-
ración fue hecha en el contexto de una reunión bilateral con
el entonces Secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Luis
Videgaray. En términos generales, da cuenta de un matiz con-
ciliatorio en áreas clave para la relación con Estados Unidos. El
Departamento de Estado es considerado la posición ejecutiva
de mayor importancia después de la Presidencia; conduce en
general la política exterior de ese país y administra diversos
mecanismos de cooperación, como USAID y los programas de
derechos humanos. Por su parte, el Departamento de Seguri-
dad Nacional ejerce el control fronterizo a través de la Oficina
de Aduanas y Protección Fronteriza (United States Customs
and Border Protection, CBP) y de la Oficina de Inmigración
y Aduanas (United States Immigration and Customs Enforce-
ment, ICE), ambas con responsabilidad directa en materia de
drogas —y de prevención de incursiones terroristas—, un tema

219
sensible por la porosidad de la frontera y por la propensión de
algunos circuitos de opinión a vincular de manera esquemática
o tendenciosa ambas problemáticas.
Otras agencias estadounidenses de seguridad —y/o persona-
lidades relacionadas con ellas— han desempeñado un rol consi-
derable en la definición de la lucha contra las drogas en México
en el pasado reciente. Por ejemplo, en 2009, John Brennan, ex-
director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y asesor en
jefe del presidente Obama en la lucha antiterrorista, visitó México
para discutir el diseño e implementación de las operaciones en-
focadas a capturar o neutralizar líderes delictivos considerados
de alto valor (high-value targeting) (Franzblau, J., 2017).
Ya durante la administración Trump, a principios de julio
de 2017, el ahora director de la CIA, Mike Pompeo, el entonces
secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, el senador por
Arkansas, Tom Cotton —republicano integrante del Comité de
Inteligencia del Congreso estadounidense— y la embajadora
de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, se reunieron
directamente con el presidente Enrique Peña Nieto para discu-
tir cómo se habría de enfocar la lucha contra la delincuencia
organizada transnacional, la seguridad regional y la coopera-
ción económica (Valencia, J., 2017).
Las declaraciones que trascendieron a los medios fueron
escuetas: que era importante para los dos países trabajar de
manera conjunta en la lucha contra la delincuencia organizada
transnacional, enfocándose en sus responsabilidades compar-
tidas y que ambos han reconocido. No obstante, el hecho en
sí y el nivel de interlocución establecido —directamente con
el presidente de la república— parece mostrar que, más allá

220
de la administración cotidiana de la lucha contra las drogas
ejercido por otras agencias de ese país, son estas instituciones
las que definirán el fondo de la estrategia estadounidense en
la materia, ligada directamente a concepciones geoestratégicas
más amplias, que incluyen cuestiones de naturaleza política
y económica. En una reunión en el Centro de Estudios Estra-
tégicos e Internacionales (CSIS) —uno de los más influyentes
think-tanks dedicados al tema de la seguridad y defensa– en
abril de 2017, Mike Pompeo, director de la CIA, hizo referen-
cia directa a México y a la lucha contra las drogas cuando se
le inquirió sobre temas donde existiera una oportunidad fa-
vorable para hacer avanzar la agenda de seguridad nacional
estadounidense. Específicamente, respondió:

Junto con el general Kelly, presentamos al presidente algunas opciones

donde pensamos que podemos hacer realmente un buen trabajo en con-

tra de las amenazas del narcotráfico en México y Centroamérica. No

creo que muchos recursos, sino mucha concentración puede hacer real-

mente un bien ahí. Y creo que nos estamos moviendo en ese camino.9

De hecho, durante su visita a México, Kelly y Pompeo so-


brevolaron campos de amapola en Guerrero, México, acom-
pañados de los secretarios de Defensa y Marina mexicanos
(Newsweek en Español, 2017), lo que da cuenta del interés de

9 Traducción libre del autor. En el texto original en inglés: “Along with General Kelly, we
presented the president some options where we think we can do some really good work
against the counternarcotics threats in Mexico and in Central America. I think not a lot
of resources but a lot of focus can do some real good there. And I think we’re going to
head down that path.” Center for Strategic and International Studies (2017), “A discussion
on National Security with CIA Director Mike Pompeo”, 13 de abril, disponible en línea:
https://www.csis.org/analysis/discussion-national-security-cia-director-mike-pompeo

221
la CIA y del ahora jefe de gabinete de la administración Trump
por la cuestión de las drogas y por enfocar la respuesta institu-
cional al problema a través de las fuerzas armadas mexicanas.
Por su parte, el Departamento de Defensa ha mantenido
una relativa distancia discursiva respecto al tema de las drogas
provenientes de México durante la administración Trump. Un
rastreo simple en la red muestra una notable ausencia de de-
claraciones de las instituciones militares estadounidenses sobre
el tema. Para estas instituciones, la tradición ha sido mante-
ner como prioridad estratégica permanente la existencia de un
México estable, sin desplazamientos transfronterizos masivos
a causa de la violencia y sin constituir un punto de acceso al
terrorismo internacional. La ausencia de amenazas directas
desde la frontera sur ha sido un factor estratégico indispensa-
ble para que Estados Unidos haya podido ejercer una influen-
cia militar global desde 1945 (Dziedzic, M., 1997, pp. 85-92).
Esto no implica que el seguimiento a la evolución del asunto
del tráfico de drogas y las organizaciones criminales dedica-
das a él le sea ajeno a las fuerzas armadas estadounidenses;
sin embargo, parecen evaluar la cuestión en función de esce-
narios más amplios de potencial inestabilidad doméstica en
México con repercusiones posibles para su país, no como un
objeto de atención o intervención directa o automática. Para
ellas, escenarios de inestabilidad en México por cuestiones de
la operación de las organizaciones del tráfico de drogas, puede
potencialmente representar un riesgo de interés mayor para la
seguridad nacional estadounidense que requeriría algún tipo
de respuesta de su parte, según lo han expresado oficialmente
en sus documentos de evaluación estratégica, al menos desde

222
2008 (United States Joint Forces Command, 2008, pp. 34 y
36). Entretanto, su interés de estrechar lazos de colaboración
con las fuerzas armadas mexicanas se mantiene entre las prio-
ridades de sus concepciones hemisféricas estratégicas. Es de
destacar que un miembro de las fuerzas armadas, el general
John Kelly, haya sido designado jefe de gabinete, una posición
de especial influencia sobre las decisiones que se toman desde
la Presidencia estadounidense (The Guardian, 2017). Por haber
sido jefe del Comando Sur, el general Kelly parte de las premi-
sas militares estadounidenses de preservación de los intereses
de ese país en el hemisferio, que trascienden la lógica de la
administración cotidiana del asunto de las drogas y requieren
esquemas de cooperación más amplios. Es de destacar, sin
embargo, que en diversas ocasiones ha insistido en el riesgo
de que terroristas utilicen las rutas del tráfico de drogas para
introducirse en Estados Unidos, lo que constituye lógicamente
un tema de atención para México, dada la posibilidad de que
semejante percepción se sobreenfatice (Lissardy, G., 2017).
A mediados de septiembre de 2017, los medios de comu-
nicación difundieron una declaración de Kelly, en la que ma-
nifestaba que México se encuentra “al borde del colapso” y
equiparó su situación a la de Venezuela bajo el régimen de
Hugo Chávez. La declaración habría tenido lugar durante
una reunión del funcionario con los líderes demócratas en
el Congreso estadounidense, con miras a obtener su apoyo
para incrementar la seguridad fronteriza con México. En ella
habría ofrecido un panorama pesimista de las condiciones
de seguridad y estabilidad del país (Newsweek en Español,
2017). En este caso, aunque no se hace una mención explícita

223
de la cuestión de las drogas, es preciso incluir a la dinámi-
ca de violencia de las organizaciones criminales dentro del
país, como factor directamente ligado a esa percepción de
riesgo fronterizo.
Por otra parte, en el tiempo transcurrido de la administración
Trump, la posición que aparece más beligerante dentro del apa-
rato institucional estadounidense en lo referente a la cuestión
de las drogas proviene de aquellas dependencias dedicadas a
la administración cotidiana de las políticas en la materia. Éste
es el cariz que le ha impreso Jeff Sessions, el nuevo fiscal ge-
neral, al Departamento de Justicia.
En un recorrido por la frontera, en Nogales, Arizona, hizo
eco al discurso refundacional de Trump y a sus tintes xenó-
fobos al anunciar que había iniciado una nueva era —la “era
Trump”— en la que se tomarían medidas para liberar a las ciu-
dades estadounidenses y la frontera de ese país de la suciedad
(filth) que les traían los carteles de droga y las organizaciones
criminales. Asimismo, anunció que la nueva administración
entablaría un mayor número de acusaciones criminales en
contra de los inmigrantes que cruzaran la frontera de manera
ilegal (NBC News, 2017). Semejantes declaraciones no dejan
de resultar paradójicas a la luz de la considerable reducción
de arrestos de inmigrantes y de decomisos de drogas en ese
punto fronterizo: 65 000 en el caso de los primeros, en el año
fiscal 2016; y 728 000 libras de mariguana. Estas cifras repre-
sentan casi la mitad de arrestos de migrantes ocurridos en ese
punto durante 2012 y una reducción de los aseguramientos de
mariguana del 28%, frente a la cantidad decomisada también
en ese año (NBC News, 2017).

224
Antes de su nombramiento como fiscal general, Jeff Ses-
sions fue senador republicano por el estado de Alabama, po-
sición que mantuvo desde 1996. Como legislador, Sessions
formó parte de los Comités de Servicios Armados, Judicial y
también del de Presupuesto y fue considerado entre los más
conservadores y un opositor recalcitrante a la migración, do-
cumentada e indocumentada. Fue uno de los personajes que
contribuyeron directamente en el diseño de la política exterior
de Trump (BBC, 2017). En su paso por el Congreso de Estados
Unidos, Sessions estuvo involucrado en diversas controversias
motivadas por sus presuntas posiciones racistas (BBC, 2017).
De hecho, tres décadas atrás, el Comité Judicial del Senado
de esa época rechazó la nominación de Sessions como juez
federal tras escuchar a diversas personas que colaboraron con
él, quienes dieron testimonio de sus comentarios racistas y de
su antagonismo hacia los grupos defensores de derechos ci-
viles, cuando era fiscal federal en Alabama (Baker, M., 2017).
Desde 2013, Sessions ha mantenido una relación cercana de
participación con la cadena Breitbart, encabezada por Stephen
Bannon, un medio reconocido por su vinculación con los gru-
pos estadounidenses de extrema derecha (Baker, M., 2017). La
relación de Bannon con Sessions es cercana y de apoyo mu-
tuo. En julio de 2017, Breibart publicó una nota calificando
a Sessions como el hombre que personificaba al movimiento
que eligió a Trump como presidente. Cuando Trump recrimi-
nó a Sessions haberse recusado en las indagaciones sobre sus
relaciones y las de algunos miembros de su equipo de cam-
paña —incluyendo al propio Sessions— con funcionarios ru-
sos (Logan, B., 2017), Bannon y su publicación respaldaron a

225
Sessions. Breitbart criticó la recusa de Sessions, pero insistió
en su papel como pieza central para preservar la coalición que
apoyó la candidatura presidencial de Trump (Boyle, M., 2017).
Las relaciones entre Trump y Sessions parecen haberse en-
friado a causa del recusamiento del segundo y la expectativa de
apoyo que Trump tenía de él. De hecho, ha habido declaraciones
de descalificación de Trump hacia Sessions, tras el recusamien-
to. Breitbart ha mantenido su apoyo hacia Sessions, incluso
con descalificaciones hacia el propio Trump (Shaw, A., 2017).
A la luz de lo anterior, resulta significativo que la filial de
Breitbart en Texas exhiba especial interés sobre el tráfico de
drogas en México. El enfoque pareciera ser la presentación
continua de una imagen de México al borde del caos, que
implícitamente sugiere o permitiría justificar escenarios de in-
tervención directa o indirecta de instituciones o corporaciones
de seguridad estadounidenses, que podría ser incluso antecedi-
da por la designación de organizaciones mexicanas del tráfico
de drogas como terroristas (Correa, G., 2017).10

Escenarios y estrategias

Escenario 1.
En el enfoque estadounidense, el tema de las drogas podría
percibirse como una vulnerabilidad del Estado mexicano sus-
ceptible a ser explotada en función de intereses geopolíticos

10 En la entrevista, Guadalupe Correa muestra la habilidad de los representantes de la pu-


blicación para apropiarse de reclamos legítimos de la sociedad mexicana y encaminarlos
para justificar sus propias visiones radicales orientadas a un mayor intervención de Esta-
dos Unidos en México.

226
o económicos de Estados Unidos, que forzarían a México a
alinearse con la visión de defensa y seguridad hemisféricas,
así como a los intereses comerciales de ese país. En el primer
caso, presiones semejantes podrían verificarse en lo referente
a la postura de México hacia sucesos internos ocurridos dentro
de otras naciones o en su pronunciamiento respecto a conflic-
tos existentes entre otras tantas. Puede implicar también una
presión para incorporar a las fuerzas armadas en operaciones
conjuntas de diversa naturaleza. En lo referente a cuestiones
económicas, esto puede ocurrir especialmente en un contex-
to de redefinición de los acuerdos establecidos en el TLCAN.
También, para obtener contratos favorables para la exploración,
explotación y comercialización de hidrocarburos, a la luz de
las oportunidades disponibles con la reforma energética. En
esta lógica, se ejercería presión selectiva por aspectos ligados
a la delincuencia organizada para el tráfico de drogas y/o la
corrupción asociada a la misma a través de las agencias esta-
dounidenses involucradas cotidianamente en la lucha contra
las drogas. No obstante, los fines estratégicos estarían defini-
dos por intereses geopolíticos estadounidenses más amplios a
través de otras instituciones y los sectores de poder que han
tenido tradicionalmente mayor influencia sobre ellas.
En alguna medida este escenario puede de hecho estar ma-
nifestándose ya, como parece corroborarlo el interés de mar-
car agenda, por parte de instituciones estadounidenses que
no tienen por tema sustantivo la administración de justicia ni
la lucha contra las drogas, según se vio en páginas anteriores.
Aunque el escenario es en sí mismo adverso, en términos de in-
tereses nacionales y soberanos, se puede considerar relativamente

227
estable. En todo caso, puede considerarse que la presión será
mayor mientras más intente México separarse de la ruta prestable-
cida que eventualmente se le desease imponer desde el exterior.
La estrategia de respuesta para contener en lo posible seme-
jante presión debe contemplar al menos los siguientes puntos:
• Saneamiento de las instituciones domésticas que permita
disminuir con eficacia y eficiencia los niveles de impuni-
dad. Resulta imprescindible que las autoridades mexicanas
recuperen credibilidad en la materia, a los ojos de la socie-
dad mexicana y de la comunidad internacional.
• Recuperación de los principios de política exterior basados
en la no intervención y su defensa en los ámbitos diplomá-
ticos multinacionales (ONU, OEA, etcétera).
• Evaluación de las políticas antidrogas a la luz de los inte-
reses sustantivos de la nación mexicana y redefinición de
las mismas en función de ellos; construcción de amplios
respaldos sociales en lo doméstico y alianzas con países
afectados por costos humanos equiparables para defender
posturas comunes en los foros internacionales.

Esto no implica insensibilidad respecto a los intereses esta-


dounidenses, sino no incorporar en automático y sin mayor
ponderación estrategias y políticas que pueden ser contrapro-
ducentes para los intereses nacionales.

Escenario 2
La lógica de confrontación con México, de determinados secto-
res de opinión de derecha radical, se combina con las inercias
institucionales de dependencias encargadas de la administración

228
cotidiana de la cuestión de las drogas y de corporaciones pri-
vadas de seguridad. Todo ello en condiciones en las que las
propias estrategias de lucha contra las drogas, promovidas por
esas mismas instituciones y los sectores de opinión que hoy las
encabezan generan mayores escenarios de violencia en México.
A partir de esta dinámica, se escala la percepción de riesgo
en la opinión pública estadounidense respecto de México. Las
condiciones domésticas en México acusan problemas crecien-
tes y agravados de erosión institucional y social,consecuencia
de episodios reiterados de violencia e impunidad asociadas a
la delincuencia organizada para el tráfico de drogas. Todo ello,
en condiciones de inestabilidad política, en un contexto volátil
y de conflicto derivado de los procesos electorales de 2018 y/o
sus resultados. Las condiciones de violencia generan un ma-
yor desplazamiento forzado interno, e incluso, hacia Estados
Unidos; ocurren episodios en los que resulta difícil diferenciar
entre violencia delictiva y violencia política de alto impacto. El
discurso intervencionista cobra legitimidad en Estados Unidos
y sectores de opinión e interés diversos de ese país lo secundan
y retroalimentan. La intervención se convierte en una posibili-
dad real y tangible y se manifiesta no sólo en la exhibición de
las deficiencias de la contraparte mexicana para garantizar el
Estado de derecho y la estabilidad fronteriza y regional, sino
en declaraciones oficiales y medidas como el emplazamiento
fronterizo masivo de fuerzas de seguridad estadounidenses,
especialmente de orden militar.
El escenario puede ser menos probable que el anterior, pero
no deja de ser posible a la luz de las propias evaluaciones
estratégicas que las fuerzas armadas estadounidenses han

229
generado en la última década y del espíritu de confrontación
hacia México que anima a determinados miembros del actual
gobierno estadounidense, comenzando por el propio Donald
Trump, según se vio con anterioridad.
Si bien la estrategia de contención pasa por incorporar las
medidas ya previstas para el escenario anterior, en este caso
resultaría también fundamental:

• La articulación del reconocimiento a la legitimidad de la


autoridad mexicana constituida, tanto en el ámbito do-
méstico como en el internacional, especialmente tras el
proceso electoral de 2018.
• El fortalecimiento de la cohesión interna en torno a la le-
gitimidad de la autoridad nacional constituida.
• Negociación de apoyo multinacional para el fortalecimiento
de instituciones mexicanas clave, como la Fiscalía General
de la Nación, aquéllas encargadas de administrar justicia
y las electorales, para buscar una pronta rearticulación de
procesos políticos y de funcionamiento judicial que recupe-
ren la funcionalidad institucional y la estabilidad del país y
eviten que el escenario de intervención militar se cumpla.

Conclusiones
Desde la puesta en marcha del régimen prohibicionista con-
tra las drogas, pero especialmente desde que Richard Nixon
decretó la llamada guerra contra las mismas, la cuestión de
las drogas ha sido un factor de tensión —a veces potencial y a
veces declarada— entre México y Estados Unidos. La asimetría

230
de poder entre ambas naciones generalmente se ha traducido
en que sean las perspectivas del último país las que predomi-
nen y que sean las deficiencias o irregularidades del primero
de ellos las que se exhiban y utilicen como medio de presión
para obligarle a seguir las estrategias afines a los intereses
estadounidenses. Muy poco se ha hecho, desde el lado mexi-
cano, para investigar si esas deficiencias e irregularidades
tienen también algún tipo de correlato presente al norte de
su frontera. Tampoco se han hecho suficientes análisis para
dimensionar los impactos de las políticas antidrogas para los
intereses nacionales mexicanos, especialmente a partir de la
puesta en marcha de la estrategia de combate a las mismas,
inaugurada en 2007. México asumió sin demasiada reflexión
las prioridades y los lineamientos estadounidenses, sin reparar
en sus efectos secundarios que, agravados por debilidades o
deficiencias propias, parecen ahora ubicarle como riesgo poten-
cial para los intereses de seguridad del país que formalmente
constituye su principal asociado en el contexto internacional.
Es posible que el discurso de confrontación sea algo pasa-
jero, limitado a la permanencia y cada vez más limitada ca-
pacidad de maniobra de una administración que ha resultado
polémica y ha disgustado a una parte sustantiva de la propia
comunidad estadounidense. No obstante, el Estado mexicano
debe ser también sensible al hecho de que una parte influyente
de los sectores que generan evaluaciones estratégicas en las
instituciones estadounidenses mira con preocupación las con-
diciones de inestabilidad potencial que muestra nuestro país.
En la capacidad de análisis estratégico y en la diplomacia de
México recae la responsabilidad de mostrar ante la opinión

231
pública doméstica e internacional que, en buena medida, la
inestabilidad ha sido favorecida por políticas de drogas que
virtualmente reproducen escenarios de conflicto y violencia a
perpetuidad, sin alterar de fondo y de manera permanente las
variables de la producción y el consumo. Políticas cuyos re-
sultados son esencialmente autorreferenciales y sólo parecen
ser funcionales a los intereses de burocracias de seguridad,
públicas y privadas, que derivan su propia influencia, super-
vivencia, presupuesto o ganancia económica de su continui-
dad, de la preservación de escenarios de conflicto violento y
de la perpetua designación de blancos a detener o neutralizar.
Todo ello no implica pasar por alto los problemas y deficien-
cias que el Estado mexicano debe subsanar para recuperar la
credibilidad y el apoyo de la población: disminuir de mane-
ra consistente los altos niveles de corrupción y la impunidad
que generan; profesionalizar a sus instituciones de seguridad
y justicia y fortalecer la vigencia del Estado de derecho y el
respeto a los derechos humanos.
El escenario de hostilidad continua hacia México, que ha
marcado el discurso político de varias de las principales figu-
ras de autoridad en la actual administración estadounidense,
obliga a nuestro país a replantear sus propias prioridades en
lo referente a las políticas contra las drogas y anteponer la pro-
tección de sus intereses nacionales. Todo ello, sin menoscabo
de tender puentes de cooperación y entendimiento con los
sectores menos adversos de la institucionalidad y la opinión
pública estadounidenses. De manera paralela, resulta preciso
fortalecer la presencia de México en los foros internacionales
en los que, con alianzas multinacionales, puede contribuir a

232
modificar un régimen de drogas que guarda un gran desequili-
brio en los costos que asumen los diversos países involucrados;
y más aún, defender su propia soberanía. Con la imprescin-
dible articulación de consensos nacionales en la materia, con
evidencias certeras de que se atiende a la solución de las pro-
pias deficiencias e irregularidades institucionales domésticas,
es posible y viable hacerlo. La cuota pagada en vidas humanas
por el país le da suficiente legitimidad al respecto. Para México,
resulta apremiante adoptar una estrategia proactiva, antes de
que las inercias de las burocracias antidrogas estadouniden-
ses, las posturas xenofóbicas de sus sectores conservadores y
la avidez de la industria de la violencia terminen por hacer de
nuestro país un nuevo escenario de intervención y conflicto
de proporciones inéditas.

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Drug and Chemical Control, United States Department
of State, Washington, disponible en línea: https://www.
state.gov/documents/organization/268025.pdf.

United States Joint Forces Command


2008 The Joint Operating Environment; Challenges and Impli-
cations for the Future Joint Force, United States Joint For-
ces Command, disponible en línea: https://fas.org/man/
eprint/joe2008.pdf.

UNODC
2017 Global overview of drug demand and supply, UNODC,
Viena, disponible en línea: https://www.unodc.org/
wdr2017/field/Booklet_2_HEALTH.pdf.
Valencia, Jorge

241
2017 “CIA Director, Homeland Security Chief Visit Mexican
President”, Fronteras, Julio 5, disponible en línea: https://
fronterasdesk.org/content/10737/cia-director-homeland-se-
curity-chief-visit-mexican-president

242
LABERINTOS DEL
SUEÑO AMERICANO

Impresión y encuadernación
Offset Rebosán S.A. de C.V.

Esta edición consta de 100 ejemplares


Primera edición, septiembre, 2020
La migración internacional de los mexicanos alcanzó dimensiones muy
importantes durante las últimas décadas, concentrada en los Estados Unidos.
Actualmente cerca de 12 millones viven en ese país, junto con una cantidad
similar de hijas e hijos nacidos en Estados Unidos, que también son integrantes
de la nación mexicana con plenos derechos.
La migración nos ha transformado, con consecuencias de alcance histórico:
somos hoy una nación transterritorial y al mismo tiempo formamos parte
del intenso cambio social al interior de Estados Unidos. Ambos procesos
son estructurales y no hemos terminado por valorar sus profundos efectos
actuales y futuros.
Los mexicanos en Estados Unidos nos encontramos así entre tensiones de
inclusión y exclusión, particularmente difíciles con el gobierno de Donald Trump.
El desaf ío para el gobierno mexicano ha incrementado exponencialmente,
debido al número de mexicanos en Estados Unidos y por la complejidad del
escenario antiinmigrante. Así lo demuestran los estudios que integran el libro
Laberintos del sueño americano, que de manera objetiva y con actualidad
abordan aspectos centrales de la problemática.
Las funciones consulares del Estado mexicano han alcanzado relevancia
estratégica y prioridad política de primer orden. No únicamente para intervenir
ante emergencias de protección y ofrecer otros valiosos servicios, sino además
para configurar un sólido puente para la nación en su conjunto, uniendo a
los mexicanos de uno y otro lado de la frontera. La población binacional en
particular es un eslabón decisivo para construir el futuro del Gran México,
por lo que es imprescindible fortalecer sus vínculos con la cultura y sociedad
mexicanos, de aquí y allá.

Tonatiuh Guillén López


Profesor Investigador
Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, UNAM

Paralelo 21
LABERINTOS DEL SUEÑO AMERICANO
Agustín Escobar Latapí
es investigador de CIESAS
Occidente en Guadalajara. Ha
sido director general de CIESAS
(2014 - 2019) y consejero de
CONEVAL (2006‑2020), además
de que pertenece al SNI - III. Se
especializa en dos temas: política
social y migración.

Regina Martínez Casas es


Lingüísta y Antropolóloga. Es
profesora-Investigadora del
CIESAS y ha sido coordinadora
del posgrado en Lingüística
Indoamericana, subdirectora de
Docencia y directora académica
en dicha Institución. Es Miembros
del Sistema Nacional de
Investigadores y de la Academia
Mexicana de Ciencias. Sus temas
de investigación se han centrado
en la discrimianción por condición
lingüística, migración y en el
marco del sistema educativo.

Georgina Rojas García es


doctora en Sociología por la
Universidad de Texas en Austin.
Es investigadora del CIESAS
en la Ciudad de México e
integrante del Sistema Nacional
de Investigadores. Temas
investigados recientemente:
reestructuración económica
y mercado de trabajo; trabajo
doméstico remunerado; y
migración internacional y empleo.

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