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Capítulo 1 –
La Carrera de Escobas
Nuestra ciudad no es como muchas otras. Y las
personas de otros países podrían darse cuenta de ello
con solo verla.
Esta es mi ciudad natal y aquí nací.
Es conocida como Ciudad de las Carreras.
Como lugareña, esas curiosas vistas que se ven en
cualquier lado de esta ciudad—desde los arcos
curvilíneos de los tejados hasta las cuerdas tensadas que
parecen telarañas sobre los caminos y callejones—me
son completamente ordinarias, pero los que vienen de
afuera, quedan inevitablemente cautivados con un brillo
en sus ojos.
Y Elaina, que caminaba a la par mía, no era la
excepción.
“Ya veo… Así que, si tocas una de las cuerdas, quedas
descalificada en el acto, ¿entendí bien?” Ella guardaba la
calma, manteniendo las apariencias, pero yo sabía que
estaba muy emocionada.
Le asentí. “Así es. Y por eso las jinetes tienen que
dominar muy bien la escoba para evitar tocar las
cuerdas”.
“Pero si vuelan muy alto, gastarán mucha energía
mágica, ¿verdad?”.

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“Por eso es que todas vuelan lo más bajo posible, pero
evitando tocar el suelo”.
“Ohh…”
“Y usar magia ofensiva está prohibido. Esta carrera es
un concurso de velocidad y nada más”.
“Ya veo…” Elaina asintió, con la boca abierta.
En ese instante, magas volando sobre sus escobas
pasaron encima de nosotras. Echadas en una carrera,
volaban con mucha agilidad evitando los techos curvos—
girando en las completas—y desaparecieron de nuestra
vista. Eran corredoras que estaban entrenando.
Y por eso es que este lugar es llamado Ciudad de las
Carreras.
Las carreras en escobas mágicas son la moda de hoy
en día. Todos en la ciudad apuestan su dinero, pasando
de felicidad a decepción en cada resultado. En otras
palabras, era simplemente un juego de azar.
Como sea, fiel a su nombre, Ciudad de las Carreras es
el sitio ideal para este tipo de competencias.
Luego de ver a las magas que competían en el cielo,
Elaina volteó la mirada hacia mí, y con una sonrisa dijo,
“Entonces, ¿qué me ibas a preguntar?”.
“… ¿Quieres entrar a una carrera?” Le pregunté
directamente. “O sea, ¿conmigo?”.

Estos concursos prometedores son comúnmente


conocidos como carreras de escobas—Una CE le dicen
aquí—y yo soy una de las jinetes. En otras palabras, soy
una competidora. Y no es por presumir, pero a pesar de
mi edad, puedo defenderme de otras concursantes.

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Soy la más joven corredora, eso es algo indiscutible.
Y luego de mi debut profesional, gané nueve
competencias consecutivas.
Así que tendrás que disculparme si me tengo una alta
valoración, y es que muchos adultos tercos sienten que
tienen la misión de hacer añicos las ambiciones de esta
talentosa marginada.
“Esta carrera va a ser diferentes de las otras. Hay un
pequeño cambio”.
Cuando fui a registrarme a las instalaciones de la
competencia para la carrera de este fin de semana, el
hombre en la recepción dijo algo que me sorprendió.
Sus palabras me golpearon, como si un rayo del cielo
me hubiera caído.
“En honor al quincuagésimo aniversario de las
carreras de escobas, se llevará a cabo una carrera por
equipos de dos personas. Así que les pido que se anoten
en parejas”.
Estás diciéndome que…
“…Necesitas a otra persona para entrar”.
En este momento, hay once personas registradas
como jinetes de escobas—el número exacto de magas
activas en la ciudad. Y cinco equipos ya han enviado sus
inscripciones.
En otras palabras, no cumplo con el requisito para
participar en lo que vendría siendo mi décimo
campeonato. Y el premio para una racha consecutiva de
diez victorias era un monedero de gran tamaño; un
premio que nadie ha podido reclamar.
A los adultos probablemente se les retuerce el
estómago con solo pensar que una joven chica como yo

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se lleve ese premio. Es por eso que están conspirando
para sacarme por la fuerza.
“Ara Ara. ¿Planeabas participar en la carrera?”.
Escuché una voz burlona que me hablaba desde atrás,
mientras yo aún estaba en la recepción.
Sin darme la vuelta, yo ya sabía quién era. Se trataba
de una astilla que no había podido sacarme.
“…Sherry”.
“¿Hmm? Muestra un poco de respeto, niñita”. Se le
escuchaba molesta. “Sabes que hoy es la fecha límite,
¿verdad? No estás creyendo que puedes venir y
aparecerte hasta el último minuto y seguir compitiendo,
¿o sí? Mejor ríndete”.
Cuando me di la vuelta, ella estaba con su expresión
triunfal.
Sherry es quien ha estado reinando en la
competencia… al menos hasta cuando yo entré. Ahora
ella me odia y se la pasa quejándose de mí, como si sus
amargos maleficios pudieran de alguna forma romper mi
racha ganadora.
“Ah, es un deleite. Una carrera en la que no estás.
¡Mentiría si digo que no estaba esperando este día!”. Se
rio disimuladamente y puso su mano en mi hombro.
“Bueno, asegúrate de escoger un buen asiento,
¿quieres? y veme ganar”.
“……”
“……”
Nos quedamos viendo por un momento, y entonces
Sherry resopló y partió hacia la zona de práctica.

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Momento después, yo también me fui… a buscar una
compañera que corriera conmigo.
“……”
Luego de mi debut como jinete, me volví algo así
como un paria en el circuito de carreras. Sólo imagínate
esto—una niña de quince años derrotando a adultos en
su primera carrera, y luego defendiendo ese título. Creo
que, si yo estuviera en la misma posición que ellas, me
sentiría igual de celosa.
Yo no era tan tonta como para no darme cuenta que,
mientras el resto de personas de toda la ciudad estaban
embelesadas por mi presencia, las otras jinetes—y los de
administración—no estaban felices.
Pero…
¿Quién habría imaginado que usarían semejante truco
sucio para ponerle fin a mi racha ganadora?
Sólo había once magas en toda la ciudad. Por lo que
yo tendría que buscar a una de afuera, una maga
extranjera que supiera cómo funcionaba una escoba, si
es que yo aún tenía esperanza de entrar en la carrera.
Sí, como si por arte de magia aparecería una…
“Ah, oye tú. ¿Te pasa algo? Te ves desanimada. ¿Hay
algo que te está molestando?”.
De repente, alguien de la nada me llamó mientras yo
caminaba dando pasos pesados.
Era una chica de cabello largo y color cenizo. Estaba
usando una túnica negra y sombrero triangular, y viendo
más de cerca, diría que llevaba en su pecho un broche
con forma de estrella. Al parecer era un poco mayor que
yo.

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“Si quieres, puedo leerte la fortuna”. Ella estaba
sentada tranquilamente a un lado de la calle,
sosteniendo una bola de cristal, como si de una adivina
se tratara. “Mis predicciones son famosas por su
precisión”.
“……”
“Hmmmm…” No se lo había pedido, pero la chica puso
su mano sobre la bola de cristal y comenzó a hacer una
predicción. “Ah, ya veo, conque es eso. Todo tiene
sentido. Sí, lo veo claro. Algo te está molestado en estos
momentos, ¿verdad? Di en el clavo, ¿no? Mis
predicciones aciertan muy seguido”.
¡Cualquiera se daría cuenta de lo molesta que estoy
con sólo mirarme!
“……”
“Oh, la tarifa por la adivinación es una moneda de
oro”.
“Es una estafa…”
“Mis tarifas son altas porque soy una bruja”.
¿Eh? ¿Una bruja? O sea, ¿el rango más alto de un
mago? Ese ¿tipo de bruja?
“Puedes ver mi broche, ¿no? Soy una bruja”.
No lo noté hasta que ella me lo hizo saber. Ahora que
la veía bien, llevaba una túnica, demostrando que era
una maga. También tenía un broche en forma de estrella,
prueba de que era una bruja. Estuve completamente ida
que supongo no lo había notado.
“Bueno, paga”. La bruja extendió una mano hacia mí,
queriendo el dinero.

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Si esta persona estuviera dispuesta a hacer equipo
conmigo… Bueno, ganar la carrera estaría dentro de las
probabilidades, ¿verdad?
“……”
Y así, tomándola de la mano con las dos mías y
viéndola fijamente a los ojos… “Um, hay algo que quiero
preguntarte…”
“¡¿Eh?!”.
Ella de repente se atemorizó.
Sus ojos se abrieron muy grande y gritando con una
voz aguda dijo: “¡¿E-Eh?! Déjame adivinar… No tienes
dinero y quieres pagarme con tu cuerpo… ¿es eso? Lo
siento, mi especialidad no cubre ese tipo de cosas…”
Ella dijo cosas que no entendí, así que las ignoré.

Poco después de ese cruce de palabras, la chica de


cabello morado—un morado muy, muy claro—y atado en
dos coletas, uno a cada lado de la cabeza, me dijo que
tenía quince años. Y se inclinó, las coletas se balancearon
y me hizo una petición muy seria: “Por favor, entra a la
carrera conmigo”.
Estuvo con la cabeza inclinada por exactamente tres
segundos y luego la levantó, viéndome con sus brillantes
ojos azules.
Me dijo que su nombre era Dorothy.

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Y para poder competir en la siguiente carrera,
necesitaba una compañera—una maga, para ser más
específico.
¿A quién? ¿A mí? Haces que me sonroje.
Yo sonreía mientras Dorothy me miraba muy
seriamente.
“Si ganamos la carrera, nos pagarán…”
“Ooh”.
“Y si me ayudas, te daré las ganancias, Elaina”.
Así que tu plan era atraerme con dinero. Lo siento, no
soy una chica fácil. Y de todos modos—
“Pero entonces qué es lo que ganas tú?”.
“No te preocupes. Si yo gano, será mi victoria
consecutiva número diez, y recibiré un premio especial
además del premio general”.
“Ya veo… Entonces también lo quiero”.
“Pero si te lo doy, entonces no tendré ganancias…”
“Bueno, no ganarías dinero si ni siquiera puedes
entrar a la carrera, así que, es lo mismo”.
“¿No vas a entrar?”.
“No me he decidido todavía”.
Poner mis manos en ese dinero no está mal, pero…
Sabiendo muy poco de la situación, pensé que sería
muy imprudente aceptar a lo que me decía.
Eso me haría ver como una chica fácil.
“Por favor, busca en tu corazón… Te lo ruego… Entra
a la carrera conmigo, por favor…” La chica se inclinó tres
veces seguidas. “Tengo que ganar esta carrera sin

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importar qué… ¡No podría soportar perder contra todos
esos adultos malvados…!”.
Mi acto de adivina debió haberle cambiado el ánimo a
Dorothy, porque empezó a contarme todo sobre su vida.
Desde que debutó como jinete de escoba hasta el día de
hoy.
Entre más me contaba de su situación, más loca se
ponía la historia.
Ella era la jinete más joven y era muy talentosa en el
deporte, eso ella lo tenía muy presente. Por supuesto,
estaba resentida con los adultos que la rodeaban, y eso
también lo tenía presente.
Su historia… me es muy familiar.
“¿Por qué tienes tanto deseo de ganar la carrera?” Le
pregunté por curiosidad.
Ella me respondió sin dudarlo. “Hay alguien a quien
necesito derrotar, sin importar qué”.
A esta chica la rechazaban por tener ambición. No
había hecho nada incorrecto, pero los adultos estaban
por rechazarla por simplemente ser joven.
Muy bien…
Fue probablemente mi imaginación, pero por alguna
razón, simpaticé con esta chica. Su situación me
recordaba a mi yo joven. Lamentablemente.
Y así, por una razón u otra, accedí a su petición.
“Bien, te ayudaré”.

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“Oh, así que te las arreglaste para encontrar a otra
maga”.
Dorothy me llevó al sitio de las carreras. El hombre en
la recepción se dirigió hacia nosotras, se había
sorprendido.
Luego del recepcionista, las corredoras que
regresaban a casa luego de la práctica también se veían
sorprendidas—o más bien, esas magas mostraron
abiertamente su desprecio, incluso nos decían groserías
en el momento que pasaban a nuestro lado.
“¿Y esta mujer quién es…?”.
“¿Eh? ¡Tiene que ser una broma! ¿Quién es esta
mujer? Es imposible que dejen participar a alguien como
ella, ¿verdad?”.
Hasta había una maga que gritaba histérica, estaba
fuera de control.
Dorothy no es bien vista…
Pero, este sentimiento me trae recuerdos, con todas
estas personas viéndome…
“También estaré en la carrera. Por favor permítanme
entrar” Dijo Dorothy con confianza.
“Claro, no tengo problemas con que participes.
Seguiste las reglas y trajiste a una compañera”.
El hombre de la recepción habló como un hombre
serio y nos entregó los formularios de solicitud.
Mientras rellenaba el mío, noté que alguien se
acercaba a mi lado. Era la maga que había estado
gritando histéricamente.

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Me miró con desprecio, sin respetar mi espacio
personal. “… ¿Tienes experiencia en carreras?”.
“Para nada”.
“¿En serio…? Bueno, en ese caso, intenta no quedar
en ridículo mientras corres con esta niñita. Y más porque
vamos a ganar”.
Supongo que saber que yo era inexperta lo tomó con
más calma. Y supongo que me miraba con desprecio
porque yo era joven al igual que Dorothy.
Pero realmente ninguna de esas dos cosas me
molestaba.
Aun así, no podía dejar que hicieran lo que quisieran
con tan falta de respeto.
Miré a las magas que nos rodeaban y les dije:
“Ustedes también deberían tener cuidado. Cuídense de
que esta ‘niñita’ y yo las pisoteemos”.
Ignorando a las magas que fruncían el ceño por mi
provocación, Dorothy y yo nos fuimos a practicar.
Al parecer, las jinetes guardaban sus escobas en
compartimentos que les proporcionaba el personal de
este lugar. Y con movimientos fluidos, Dorothy tomó su
escoba y se subió.
“Sube por favor”.
La forma en que señaló con el dedo indicando que me
sentara atrás de ella fue incluso algo salvaje.
“…Gracias”.
Y con eso, se levantó el telón de nuestro
entrenamiento.

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Bueno, estoy segura de que esta escoba irá a toda
velocidad teniéndome a mí como bruja montada junto a
ella.

“¡Kyaaaaaaaaaaaaaahhh!”.
Un adorable grito se escuchaba en toda la ciudad. Es
claro que yo nunca gritaría así, así que no era mi grito;
era el de Dorothy.
“¡Aaaaaaaaaaahhh!”.
Ese sí era el mío. No es nada lindo, ¿verdad? Lo sé.
Las dos nos caímos de la escoba al mismo tiempo, y
quedamos tendidas en las cuerdas que nos esperaban
abajo, y finalmente dejamos de movernos, estábamos
suspendidas en el aire.
Se suponía que estábamos practicando para la
carrera, pero… siendo sincera… no salía nada bien.
Nuestro desempeño fue más que horrible. Lo hacíamos
tan mal que probablemente era mejor si nos rendíamos
en ese momento.
Estuvo tan mal, que me quedé perpleja de lo horrible
que salió. ¡Parecido a como cuando las personas dicen
que cierto barco es el mejor, pero el mejor para hundirse!
Si antes presumimos, ¿por qué somos tan patéticas?
“…Elaina… ¿no será que no sabes andar en escoba?”
Dorothy me preguntó aún colgada de una cuerda al lado
de un tendedero de ropa.
Qué grosera.
“¡Soy una bruja, por si no te has dado cuenta! Es
imposible que no sepa, ¿verdad? ¿Me estás

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subestimando?” Mis mejillas se inflaron de rabia mientras
yo también seguía colgada.
“No… pero soy más hábil cuando estoy sola”.
“Bueno, ahora que lo mencionas, yo también puedo
volar mucho mejor si lo hago sola”.
Pero extrañamente, cuando las dos volamos en la
escoba de Dorothy, sentadas una detrás de la otra, no
salió nada bien.
Teniendo en cuenta lo que acaba de pasar, la escoba
se volvía de repente imposible de controlar, y las dos nos
caíamos en perfecta sintonía.
Entonces, ¿qué es lo que la afecta…?
“Me pregunto si la escoba no funciona bien… ¿Tal vez
no es adecuada para dos jinetes?” Dorothy se llevó un
dedo a los labios, pensó por un momento, y luego
asintió. “… ¿Elaina? Te parece si, ¿probamos con tu
escoba?”.
“Ah. Mi escoba está diseñada para una persona, así
que… no”.
“No tienes corazón”.
“…Y aún más importante, mi escoba la uso para
viajar, y de ser posible, prefiero no enviarla a las
carreras”.
Además, parece que las escobas de carreras tienen
que dejarse en los compartimientos de este lugar. Si es
así, me niego aún más.
“……” Mientras ella se balanceaba en el tendedero,
Dorothy rio, “¿Mandarla a las carreras? Parece que tratas
a tu escoba como a una persona”.

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Ese día fue el comienzo de nuestros paseos de
práctica, pero al final, fue todo un desastre.
¿Por qué nos está saliendo mal…?
“Elaina, ¿no será que… pesas mucho?”.
“¿Quieres que te golpee en la cabeza?”.

Colaborar con esta chica también era más que


ventajoso para mí.
“Elaina, eres una viajera, ¿verdad? ¿Te gustaría
quedarte en mi casa hasta la carrera de este fin de
semana?”.
Ella me propuso eso.
Y luego—
“También tenemos comida sabrosa”.
Y—
“Nuestra bañera es grande”.
Además—
“Tenemos una habitación extra, así que puedes
dormir cómodamente”.
Usó varias tácticas diferentes para animarme, y caí
fácilmente. Me fui con ella por voluntad propia.
Permítanme corregir mi afirmación anterior de que ser
una chica fácil.
“Por favor, pasa. Bienvenida a mi casa”.

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Dorothy me condujo a una urbanización en un lote
esquinero.
Allí se encontraba una casa común, de clase media.
La construcción no era muy antigua, pero tampoco era
nueva, y encajaba perfectamente con el resto del paisaje
de la ciudad. Entramos al vestíbulo y subimos las
escaleras hasta el segundo piso, que al parecer era
donde ella vivía. Después de subir las escaleras, gritó
“¡Mamá, ya regresé!”, abrió la puerta y entró.
“Oh, bienvenida”. Luego de entrar, vi a una mujer de
cabello morado claro, que se acercó a saludarla con una
sonrisa. “… ¿Y ella quién es?”.
“Es Elaina. Va a participar conmigo en la próxima
carrera”, dijo Dorothy.
“Oh…”
La expresión de la madre de Dorothy pareció nublarse
por un momento.
Pero en cuanto lo noté, volvió a la normalidad.
“Mamá, te levantaste. ¿Estás bien? ¿Te has tomado la
medicina?”.
La madre de Dorothy sonrió ante las palabras de su
hija, pero se veía un poco cansada. “Está bien. Hoy me
siento mejor”. Su piel era tan pálida y delicada que
parecía que iba a disolverse si la tocabas, y su cuerpo
estaba terriblemente delgado.
Estaba claro que sufría algún tipo de enfermedad.
“Espera un momento. Voy a preparar la cena”.
Dorothy corrió por el apartamento. Rápidamente
reunió todos los ingredientes, se puso un delantal y
agarró un cuchillo de cocina.

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Mientras la pequeña se dirigía a la cocina, era la viva
imagen de una hija cariñosa ayudando a su madre con
la cena. Pero en este caso, no había alegría en los ojos
de la madre.
“……”
De todos modos, así fue como llegué a entrometerme
en sus vidas cotidianas.

Al día siguiente, nos dedicamos a entrenar en todo


momento. Después de levantarnos por la mañana, nos
íbamos a entrenar y sólo volvíamos a casa cuando
quedábamos agotadas. Era una rutina brutal.
Siempre empezábamos bien, pero tras un breve
vuelo, nuestra escoba caía inevitablemente en picada y
nos desplomábamos. Una y otra vez, quedábamos
colgando de las cuerdas de seguridad. Después de varios
días y muchos, muchos, muchos intentos, lo único que
conseguíamos era parecer un par de torpes marionetas.
“Tal y como sospechaba, ¡no pueden ni volar en línea
recta! Ja-ja-ja, qué gracioso. Aunque participen en la
carrera, ¡el resultado será el mismo!”.
Alguien estaba allí, riéndose a carcajadas y
mirándonos a las dos con desprecio, a pesar de que
pasábamos muchas horas entrenando.
“…Sherry”.
“¿Eh? ¡Di mi nombre con respeto, niñita!” ¡Pitú!—
escupió la mujer en el suelo. “¡Si van a volar así en la
carrera, su derrota está asegurada!”.

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Nos bañó de insultos antes de volver ella a su propio
entrenamiento.
Yo ya estaba cansada de su actitud altanera y la
carrera no había empezado. Pero, sinceramente, no
podía culparla por reírse de nuestro patético desempeño.
Me sentía miserable.
Toda esta situación era muy humillante.
“… ¿Por qué? ¿Por qué las cosas no van bien cuando
vuelo con Elaina…?”.
Por desgracia, yo no tenía la respuesta a esa
pregunta.
“……”
A mi lado, Elaina simplemente miraba al cielo. Ella
miraba fijamente a las magas y se quedó en silencio.
Me pregunto qué estará pensando.
Ugh, apuesto a que no está pensando nada.
Apuesto a que soy la única a la que le molesta nuestro
pobre desempeño.

Puedo volar muy bien cuando estoy sola. Soy muy


rápida. Pero cuando hago equipo con Elaina, nada sale
bien, no importa lo que intentemos. Cuando vuelo con
ella, me siento como si estuviera encadenada. ¿Qué
podría estar causando este extraño fenómeno?
Un día, después de los entrenamientos, Elaina y yo
volvimos a casa hechas polvo, cenamos y descansamos
en el comedor. Ya era muy noche. Mamá ya estaba
dormida, así que las dos estábamos solas.

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“Quiero que mañana empecemos a entrenar por la
tarde”, le dije a Elaina mientras nos tomábamos el té
después de cenar.
“¿Hmm? ¿Por qué?”.
“Tengo trabajo. Así que no puedo practicar por la
mañana”, dije secamente.
Elaina contestó: “Bueno, está bien entonces…” y
asintió.
Después de eso, charlamos un rato, luego ambas
volvimos a nuestras habitaciones y eso fue todo.
“……”
Ya eran horas muy avanzadas de la noche y mi
habitación estaba cubierta por una completa oscuridad.
Justo cuando estaba a punto de dormirme, escuché
algo. Podía oír voces en la habitación que estaba junto a
la mía, venían de la habitación de Elaina.
“Sí, es por eso que—”
¿Está hablando con alguien? Por lo poco que pude
entender, no era como si estuviera hablando consigo
misma.
“Sí, entonces nosotras…”
Sin embargo, me pareció un poco extraño que Elaina,
que llevaba poco tiempo en esta ciudad, hubiera invitado
a alguien a su habitación.
Desde que me conoció, Elaina ha estado a mi lado…
O eso creía yo. Al menos, no podía imaginar que
estuviera viajando con alguien más.

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Si Elaina tenía algún conocido aquí, tendría que
significar que ya había formado una relación con alguien
antes de conocerme.
“…sabotearle la escoba…”
Lo poco que pude escuchar de la conversación en la
habitación de al lado no fue nada claro.
Sabotearle la escoba.
Fue entonces cuando me di cuenta.
Desde que conocí a Elaina, desde que decidimos
entrar en la carrera, todo este tiempo, había confiado
ciegamente en ella.
Pero, ¿ella es alguien en quien se pueda confiar? ¿Es
realmente una viajera común y corriente?
Mi mente buscó otras posibilidades.
Una de ellas era que Elaina era una encomendada por
los administradores de las carreras. O tal vez trabajaba
para Sherry y le habían encargado que me vigilara…
¿Cómo sé que puedo confiar en ella?
Horribles especulaciones daban vueltas una y otra vez
en mi mente, me quedé pensando hasta muy tarde.

Temprano a la mañana siguiente, fui la primera en


despertar, preparé el desayuno para dos personas y salí
de casa.
Me dirigí a mi trabajo de medio tiempo. Cuando no
estaba practicando, trabajaba duro para ganar dinero
extra.
“Todavía tengo suficientes ahorros, así que no
necesitas trabajar”. Mi madre siempre me decía eso,

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pero yo sabía que si no tenía empleo cuando mi carrera
de corredora se terminara, con el tiempo, nuestras
finanzas estarían en lo más bajo.
También acepté un trabajo como repartidora de
periódicos, ya que me serviría de entrenamiento extra
con la escoba. Esquivando las cuerdas tendidas por toda
la ciudad mientras volaba, iba lanzando periódicos a cada
casa.
Después de volar por varias horas, fui al consultorio
médico.
“Por favor, deme lo de siempre”.
Ya era cliente fijo del médico de la ciudad. Cuando
dije “lo de siempre”, el anciano del consultorio dijo: “Aquí
tienes”, y me entregó un paquete.
“¿Cómo ha estado ella últimamente?” El señor me
miró mientras empaquetaba la medicina.
“¿Cómo ha estado…?” Me costó responder. “Bueno, el
estado de mi madre no ha cambiado. Pero me gustaría
que se curara… Si tanto sólo tuviera suficiente dinero…”
“Ya veo… Bueno, no te esfuerces demasiado”.
“…Claro”.
Pero si no me esfuerzo, no podré curar su
enfermedad, así que tengo que ganar mi décimo
campeonato consecutivo, ¿verdad? Aunque por cómo
van las cosas… quién sabe si eso es posible.
Después de terminar mi trabajo de medio tiempo, fui
a casa por un momento, pero Elaina ya se había ido.
“Estoy segura que le dejé un mensaje diciéndole que
esperara aquí ya que regresaría en la tarde…”

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¿Tal vez no vio la tarjeta que le dejé junto con el
desayuno que le preparé?
“Si buscas a Elaina, ella se adelantó. Dijo que tenía un
recado o algo que hacer antes de ir al sitio de las
prácticas”. Mientras trataba de encontrarle sentido a eso
que escuché, mamá continuó “Probablemente la
encuentres si vas”.
“……”
¿Y a qué fue?
El incidente de la noche anterior daba vueltas en mi
cabeza, llenando mi mente de terribles pensamientos.
Desde el momento en que caí en estos
pensamientos—desde el momento en que conocí a
Elaina—por alguna razón, había depositado mi confianza
en ella.
¿Pero ella es alguien en quien se pueda confiar?
Yo ya no estaba tan segura.

Al final, con mis pensamientos desordenados, y con


mis pies casi arrastras, llegué a las instalaciones de la
carrera.
Y entonces, la vi.
Allí estaba Elaina, frente a Sherry y riendo con ella.
Parecían tener una agradable conversación.
Y entonces… vi esas manos agarrando mi escoba.
“…Así que eso es lo que estaba pasando…”
Desde donde me escondía, yo estaba a sus espaldas.
Sólo podía imaginarme lo desconsolado que se veía mi
rostro.

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Probablemente han estado trabajando juntas desde el
principio.
Elaina ha estado reuniéndose en secreto con las otras
corredoras de esta ciudad.
Ella debió estropear mi escoba, y es por eso no volaba
bien.
No podré estar en la carrera… y no podré ganar mi
décimo campeonato.
Ese fue su plan todo el tiempo.
Nunca debí confiar en un extraño.
Podía sentir las gélidas espinas del arrepentimiento
enroscándose en mi corazón.

Cuando me desperté a la mañana siguiente, Dorothy


ya se había ido, tal y como ella dijo. Frotando el sueño
de mis ojos, me dirigí al comedor, donde encontré el
desayuno preparado, junto con un mensaje que decía
Disfruta. Volveré por la tarde. Por favor, no te
vayas sin mí.
“Buenos días”.
Por cierto, ya había alguien en el comedor.
La madre de Dorothy estaba sentada en una silla,
comiendo lentamente su desayuno. Se fijó en mí y sonrió
amablemente: “Buenos días. Si buscas a mi hija, ya se
fue a trabajar”. Tal vez se dio cuenta que me
preocupaban los movimientos de su hija. Lo dijo como si
me hubiera leído.

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“¿Qué es lo que ella hace?” pregunté, tomando
asiento frente a ella.
Señaló tranquilamente con el dedo hacia la ventana.
Afuera no había nada más que la escena de una
ciudad con cuerdas tendidas de pared a pared.
Pero entonces, en un instante, pasó una escoba,
deslizándose entre las cuerdas. Apenas notándolo, vi
cómo un periódico era arrojado a una ventana del otro
lado de la calle.
Ya veo, ya veo.
“¿Reparte periódicos?”.
Se podría decir que es el trabajo perfecto para
practicar el manejo de la escoba.
“Así es. Ella ha estado practicando desde pequeña. Así
es como llegó a ser lo que es. Hoy en día, creo que casi
todo el mundo en esta ciudad conoce a mi hija. Es una
chica muy especial, y la jinete de escoba más joven en
ganar nueve campeonatos consecutivos”.
La madre de Dorothy miraba por la ventana, cerrando
un poco los ojos ante la brillante luz. “Mucha gente aquí
sabe lo mucho que ha trabajado. Mucha gente la apoya
de todo corazón. Pero ya sabes, ser una chica joven y
con talento atrae la atención, en las buenas y en las
malas”.
“Lo entiendo”.
Porque en el momento en que muestras incluso un
poco de entusiasmo, dicen que eres arrogante o
emocional o lo que sea. Lo entiendo muy bien,
demasiado.

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“Estoy segura de que entre toda la gente que la
anima, hay más de uno que espera en secreto que
fracase. Al igual que las demás jinetes que participan en
las carreras, esperan que se rinda en algún momento—
que su estrella no se siga elevando para siempre”.
“…Y usted no quiere que eso pase, ¿verdad?”.
“Sí. Por eso quiero que seas una buena compañera
para ella”.
“……” No contesté. “Por cierto, ¿qué tipo de
enfermedad padece usted?”.
No es como si ella quisiera ocultarlo.
“Ah”. Dijo como si acabara de recordar algo, y luego:
“Es una enfermedad del corazón. Una muy terrible. Ha
empeorado tanto que ni siquiera puedo salir de la cama
sin medicamentos”.
“……”
“Así que mi hija se encarga de las tareas domésticas,
y ahorra todo su dinero. Con mi salud actual, ya no
puedo ni volar una escoba. Me he vuelto tan inútil”.
“¿…?” En ese momento, me di cuenta de algo.
La esquina del comedor estaba decorada con muchos
trofeos. Y no sólo uno o dos. Había tantos que no podía
contarlos, y brillaban magistralmente.
Y entre todos ellos, destacaba una foto. Mostraba a
una niña tímida y a una mujer que sostenía una escoba
en una mano, sonriendo a la cámara.
Era una bella foto que parecía haber captado un
momento muy precioso.

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“Es una vieja foto nuestra”. La madre de Dorothy
siguió mi mirada y dijo: “Hace tiempo yo también fui una
jinete de escoba. Hace mucho, mucho tiempo”.
Y entonces, poco a poco, me contó una vieja historia.
Era la historia de cierta corredora.
Esta corredora era una joven maga que hizo una
espectacular demostración en el circuito de manejo de
escobas. Mientras criaba a su hija, seguía participando
en las carreras, y seguía ganando.
Claro que perdía una que otra, pero nunca permitió
que eso la detuviera, y disfrutaba mucho más de las
victorias que de las derrotas. Sin embargo, cuanto más
envejecía, más difícil le resultaba ganar.
Desarrolló una enfermedad cardíaca. Pero, se lo
ocultó al mundo y siguió como si nada.
Al parecer, ella era una gran inspiración para su hija.
“¡Algún día quiero ser como mi madre!”, decía muchas
veces.
Incluso cuando las cosas se ponían cada vez más
difíciles, la mujer seguía luchando. Siguió compitiendo y
ganando. E incluso fijó un impresionante récord, algo
que nadie antes de ella había hecho.

Nueve campeonatos consecutivos.


Sin embargo, cuando se acercaba a una potencial
décima victoria consecutiva, con toda la ciudad mirando,
creyendo que iba a ganar…
“Justo cuando pudo haber sido mi décimo
campeonato, la enfermedad me hizo caer de la escoba.
Acabé perdiendo la competencia”.

33
“…Así que ahora, su hija está intentando seguir sus
pasos”.
Cuando conocí a Dorothy, ella había dicho que había
alguien a quien quería vencer, sin importar qué.
Así que se trataba de esto.
Pero su madre negó, moviendo lentamente la cabeza.
“Eso no es todo. Esa chica quiere usar el dinero del
premio para encontrar una cura a mi enfermedad”.
“……”
En otras palabras, Dorothy depositó todo en el
resultado de la próxima carrera. Si perdía, no sólo le
habría fallado a la única persona que le importaba, sino
que también perdería su única oportunidad de encontrar
una cura para la enfermedad de su madre.
Desde el principio sólo había tenido una opción.
Por eso se sigue esforzando tanto.
“Por cierto, todavía no has respondido a lo que te dije
antes”, dijo de repente la madre de Dorothy.
“… ¿A qué?” Incliné la cabeza haciéndome la que no
sabía.
“Te pedí ser una buena compañera de Dorothy”.
Me miró fijamente.
Así que la miré fijamente.
“No necesita escuchar mi respuesta”.
Porque desde el principio yo también sólo he tenido
una opción.

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No iba a esperar a Dorothy, así que me dirigí hacia las
instalaciones de la carrera.
Creo que su mensaje decía algo sobre esperar aquí,
pero ¿para qué preocuparse por cosas pequeñas?
Ya habiendo llegado, me dirigí a los compartimientos
donde estaba guardada la escoba de Dorothy.
“¡Pero si es la amiga de la niñita! ¿Qué haces en un
lugar como éste? No me digas que estás practicando.
¿Para qué molestarse si no sabes montar?”.
Una voz extraña me llamó.
Umm… si mal no recuerdo, esa mujer es...
“¿Sherry?”.
“¿Hmm? ¡Di mi nombre con más respeto! Cuántas
faltas de respeto, ¡por todos los cielos!” Sherry escupió
al suelo y me fulminó con la mirada. “Y bien, ¿a qué has
venido aquí? ¿Y dónde está tu amiga?”.
“……”
La ignoré.
“¡Oye! ¡Espera un segundo!” Empezó a perseguirme.
Abrí la puerta del compartimento para no seguirla
viendo, saqué la escoba y di la vuelta para salir.
Pero ella se paró justo frente a mí, bloqueando mi
camino.
“…Tienes mucho valor para que sigas ignorándome”.
Al oír su grave voz, bajé la mirada.
No es que estaba con miedo.
Miré la escoba de Dorothy.

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A primera vista, era una escoba vieja y desgastada.
No tenía nada de extraño. Cuando le pasé los dedos a la
tosca madera en la parte del mango, pude notar una
suave mancha donde el jinete se aferraba, era el
desgaste de haber sido usada a lo largo de los años.
Pero, al verla más de cerca, vi que estaba llena de
pequeñas grietas, eran demasiado pequeñas para
percibirlas sólo con el tacto.
Las escobas son objetos sensibles. Los magos les
aplican energía mágica y las hacen flotar en el aire, pero
cuando al mango le salen fisuras o el otro extremo del
cepillo empieza a partirse, la escoba deja de volar. Es
posible que este daño haya afectado mucho a la escoba
de Dorothy, negándose a volar.
De hecho, justo ayer, le di vida a mi escoba para
pedirle su opinión, y ella me dijo: “Si la chica puede
montar bien su escoba ella sola, pero hay problemas en
cuanto usted se sube con ella, entonces es natural
concluir que la escoba es el problema. Por ejemplo,
alguien con intención de sabotearle la escoba, o algo
así”.
Sabotearle la escoba.
Por supuesto. Eso es.
Al investigar más a fondo, había, sin duda, rastros de
sabotaje en toda la escoba de Dorothy.
“¿Tú lo hiciste?”.
Sonreí lo más amablemente que pude mientras le
hacía la pregunta, pero Sherry se limitó a resoplar y
hacerse la tonta.
“¿A qué te refieres?”.

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“Sólo te lo voy a preguntar una vez más. ¿Tú hiciste
esto?” Volví a preguntar.
Como era de esperar, se limitó a reírse y no contestó.
Fue entonces cuando ocurrió.
“……”
Escuché un sonido detrás de mí.
Cuando miré hacia atrás, vi a una chica que estaba
huyendo.
Tenía el cabello morado claro, se acercaba al color del
mío, con coletas a ambos lados. Y su pequeña e
indefensa espalda en dirección a mí.
“……”
La perseguí en cuanto terminé de hablar con la
malvada mujer.

Luego de haber huido de las instalaciones, llegué al


lugar donde había conocido a Elaina. Era una esquina
normal y corriente, sin nada especial.
Casi no había nadie en comparación a hace unos días
cuando Elaina estaba con su sospechoso acto de
adivinación.
Las personas me miraban desconcertadas.
“…Ngh. Uwa…uwaahh…”
Fue entonces cuando me di cuenta de que lágrimas
salían de mis ojos. Un lloriqueo patético salió de mi boca
y las lágrimas cayeron al suelo.

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¿Por qué estoy tan molesta?
“¿Qué estás haciendo?”.
Me sorprendí.
Cuando me di la vuelta, Elaina me miraba con una
cara de preocupación.
Intenté alejarme para no mostrarle mi penosa cara,
pero Elaina me puso una mano en la mejilla y me lo
impidió. “¿Estás llorando?”.
Volví a cubrirme la cara con las manos.
“……” De alguna manera u otra, desde los espacios
entre mis dedos, vi a Elaina luciendo afligida. Ella dijo:
“Dorothy, no es lo que piensas”.
“Sé lo que vi”.
“No, no lo sabes”.
“Claro que sí”.
“Te estoy diciendo que no lo sabes”.
“¡¡Y yo te digo que sí!!” Me sorprendí. No sabía que
podía gritar así. “Resultó que eres igual a las otras
corredoras, Elaina, te estabas riendo de mí a mis
espaldas, ¿eh? ‘Ella es sólo una niñita’, es lo que dicen.
‘Es tan arrogante’, dicen. La verdad es que nadie sabe lo
mucho que trabajo”.
“……”
“¡No llegué hasta aquí por accidente! Practiqué más
que nadie, llegando al punto de no perder, ¡y finalmente
llegué hasta aquí! Antes de darme cuenta, ¡había perdido
a todos mis amigos y a personas en las que confiaba! Y…
¡Con todo eso, nunca me rendí, y luché hasta llegar aquí!
¡¿Por qué todo el mundo se interpone en mi camino?!”.

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“… Yo soy diferente”.
“¡No eres diferente! Estabas riéndote con Sherry, ¿no
es así…?”.
“……”
Elaina nuevamente se veía afligida y se quedó callada.
Supongo que la hice sentir mal.
¡Pues qué bien!
Elaina me puso una mano en el hombro mientras yo
sollozaba y sólo dijo una cosa.
“¿Por qué no le das otra oportunidad a tu escoba?”.
“…No. No seguiré corriendo”.
“Bueno, entonces, ¿qué vas a hacer? ¿De verdad vas
a dejar que termine así? ¿Eso te parece bien?”.
“……”
Me quedé sin saber qué responder, y Elaina suspiró
exasperada.
Y entonces…
“…Discúlpame un segundo?”, dijo con calma,
mientras se ponía detrás de mí.
“Ah, aguarda… Elaina, ¿qué ha—?” Confundida sin
saber lo que ella hacía, olvidé mi tristeza. Elaina ignoró
mis protestas e hizo subirme a la escoba junto a ella. De
repente, nos elevamos suavemente.
“¡¿Qu-Qué estás haciendo?! Suéltame. Dije que no
quería correr más, ¿o no escuchaste bien?” Pateé y
luché.
“Qué pena”, dijo ella. “Si realmente lo odias, puedes
saltar, ¿sabes? Aunque si te caes desde esta altura, no

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creo que termine muy bien. No hay ni redes de seguridad
debajo de nosotras”.
Y ya no digamos que alguien me susurraba amenazas
en mi oído.
Esta mujer resultó ser mucho peor de lo que
pensaba…
“……” En el momento en que la escoba se elevó entre
los tejados, me di por vencida. Nos dirigíamos
lentamente hacia las instalaciones de las carreras, como
si Elaina quisiera ponerse a practicar.
“Intenta canalizar un poco de energía mágica en la
escoba, por favor”.
Elaina era un poco insistente. Justo después de
decirme eso, me tomó de las manos y me obligó a
agarrar la escoba.
“…Pero si hago eso, nos caeremos de nuevo”.
“Sólo confía en mí. Ya me hice cargo”.
“……” Sólo me quedaba hacerle caso.
Después de todo, si la desafiaba aquí, Elaina
probablemente me echaría de la escoba, y ese sería el
fin de mis protestas (y el mío).
Así que, a pesar de mis dudas, canalicé energía
mágica hacia la escoba.
Mi energía mágica se mezcló con la suya, y la escoba
volvió a perder altura…
…Excepto que esta vez no caímos. La escoba voló con
destreza por el cielo y continuó volando sobre la ciudad
a una velocidad que nunca antes había experimentado.
Antes de darme cuenta, la agradable brisa había secado
completamente mis lágrimas.

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“Lo supe en cuanto la toqué”, dijo Elaina. “Esta escoba
era de tu madre, ¿verdad? Es bastante vieja y ha tenido
mucho uso, pero… ¿ves estas raras grietas en el mango?
Alguien las puso ahí para dañar tu escoba, por eso es
difícil montar con dos personas. Así que trátala con
cuidado a partir de ahora, ¿entendido?”.
Volví a sonreír.
“Quieres decir que trate a mi escoba como a una
persona, ¿verdad?”.

Era el día de la carrera.


Se podía escuchar gritos por todo el circuito, quizá por
la celebración del cincuenta aniversario. Era como un
festival.
Las calles estaban repletas de gente, las ventanas de
las casas estaban abiertas por completo con los
ciudadanos asomados, esperando ansiosamente el
comienzo de la carrera.
“¡Vaya… está repleto!” Quedé mirando como tonta la
alegre escena.
“Parece que hoy hay más gente que de costumbre”.
A mi lado, Dorothy hablaba con tranquilidad como si no
fuera nada nuevo para ella. “Pronto empezará. Elaina,
será mejor que nos demos prisa”.
Agarrándome ligeramente de la manga, tiró de mí
mientras nos dirigíamos a nuestro destino.
Las otras magas ya estaban reunidas en la línea de
salida.

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Las corredoras estaban ajustando sus escobas, o
flotando suavemente en el lugar tratando de calentar,
cada una hacía lo suyo, pero todas ellas nos ignoraron
completamente, como si no existiéramos.
Y claro, como la carrera estaba a punto de comenzar,
ella también estaba allí.
“Sherry”.
La maga que encorvó los hombros por sorpresa y se
dio la vuelta cuando Dorothy la llamó por su nombre fue
Sherry, la persona de quien estoy segura manipuló la
escoba.
“…Ah, miren… pero si es Dorothy. ¿Pasa algo?”.
Estaba claro que ella ya no tenía esa energía osada
de ayer. Se podría decir que se veía desanimada. Casi
como si estuviera asustada por algo.
“¿Hmm? ¿Te pasó algo? No estás enfadada como
siempre”. Dorothy estaba desconcertada.
“S-sí... hoy… ando un poco… nerviosa, así que…”
Sherry desvió su mirada hacia mí. Parecía una persona
totalmente diferente.
Dorothy, ladeando la cabeza hacia Sherry con
curiosidad, dijo “Bueno, da igual. Demos lo mejor en la
carrera de hoy, ¿de acuerdo?”. Sonrió y se marchó,
dejándonos a Sherry y a mí.
“…Hagamos lo que podamos, ¿de acuerdo? ¿Sherry?”.
“Cla…ro”. Sherry se veía asustada, como un pequeño
animal acorralado por un depredador hambriento. Para
calmarla, le puse la mano sobre su hombro.
“En la carrera, estaremos al mismo nivel, así que no
me importará que vengas con todo lo que tienes”. Me

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incliné hacia ella y le susurré al oído “Pero fuera de la
pista, no haré la vista gorda si usas uno de esos trucos
sucios tuyos”.
“Ah, s-sí… Lo siento mucho…”
“¿En serio? Porque si vuelves a hacer algo parecido…”
No escaparás de mí tan fácilmente… pensé, y luego
seguí a Dorothy.
Me sentía segura de que nadie, ni siquiera Sherry,
amenazaría a Dorothy, ni intentaría sabotearla nunca
más. Me había asegurado de ello.
“… ¿De qué hablaban?” preguntó Dorothy, inclinando
la cabeza.
“Es un secreto”. Sonreí.

Un solo disparo fue la señal de inicio de la carrera. El


sonido hizo que mi corazón diera un gran salto. Como
cuando los pájaros se dispersan de sorpresa, seis
escobas salieron volando de la línea de salida.
Cada escoba con dos jinetes una al lado de otra,
volaron en línea recta sobre la ciudad. Directamente
debajo de nosotras corría el paisaje de la ciudad y el
sonido de las ovaciones.
EL completo manejo de la escoba se lo encargué a
Dorothy, aunque sólo podía ver su espalda. En cuanto a
mi papel, bueno, yo estaba sentada detrás de ella,
canalizando la energía mágica hacia la escoba. En otras
palabras, como si estuviera sentada sin hacer nada. Así
era como se sentía.

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Pero Dorothy se estaba luciendo.
Nadie le podía seguir el ritmo.
La larga recta terminó, y al entrar en una curva,
Dorothy inclinó la escoba bruscamente, y cortamos la
curva sin perder velocidad, podíamos ver el gran cielo
azul sobre nosotras.
Me giré para mirar y vi que las otras escobas se
estaban quedando atrás.
Nadie lograba alcanzar a Dorothy.
Toda la ovación de la ciudad aumentaba a medida que
nos acercábamos a la línea de meta. Se podía ver a la
gente agitando las manos. Desde las ventanas de las
casas, desde el centro de la carretera, las voces de la
gente la alentaban.
La casa de Dorothy estaba cerca de la línea de meta.
Desde la ventana, pude ver a una sola persona, su
madre, saludando lentamente.
Puede que Dorothy fuera rechazada por sus
compañeras, y que alguien intentara sabotearla, pero
desde el principio nada de eso pudo detenerla.
Porque había alguien que la apoyaba.
“Elaina…”
Cuando la meta estaba ante nuestros ojos, Dorothy
dijo mi nombre en voz baja, sin darse la vuelta.
En medio de los clamorosos gritos, rodeadas por este
incesante flujo del viento, sólo su voz era muy, muy
clara.
“Muchas gracias”.
No sé para qué son esas palabras.

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Pero sólo había una cosa que decir a cambio.
“De nada”.
Y entonces la bandera de la carrera bajó, marcando
el momento en que cierta chica ganó su décimo
campeonato consecutivo.

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“¡Y se lleva su décimo campeonato consecutivo!
¡Increíble! Es la primera vez que alguien lo consigue
desde la fundación de esta ciudad”.
El locutor alborotó al público salvajemente, y los gritos
de la ciudad resonaron todavía más fuerte. Era imposible
distinguirlos de los gritos.
Tras cruzar la línea de meta, nos quedamos flotando
por encima de una ciudad hecha circuito de carreras.
Parecía que nos habíamos hecho famosas. La ciudad de
abajo estaba envuelta en aplausos y gritos. Así que
saludamos a todos y, antes de darnos cuenta, las dos
estábamos sonriendo.
Finalmente, dije: “¡Dorothy, lo lograste! Ahora la
enfermedad de tu madre—”
Yo estaba por decir algo, cuando ella me interrumpió
un poco avergonzada. “… ¿Mi mamá te lo dijo? Bueno,
ahora, por fin, creo que puedo dedicar toda mi atención
al tratamiento de mamá. Tendremos mucho dinero”,
dijo, todavía saludando a la ciudad de abajo.
Bueno, sobre eso...
“Por cierto, sobre el dinero del premio…”
“¿Eh? ¿Ya quieres hablar de dinero?… Qué grosera…”
Dorothy me entrecerró los ojos.
No, no, no. No entiendes lo que trato de decir...
“Iba a decir que no lo necesito, pero…”
“¿Eh?”.

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“El dinero del premio, y el gran bono del campeonato,
también… Deberías quedártelos. No necesito ningún
pago. No te preocupes por eso”.
“……”
Dorothy estaba desconcertada. Tenía una leve
sonrisa, pero al mismo tiempo, sus cejas estaban
levantadas de la sorpresa. “Pero en ese caso, tú…”
“No soy el tipo de persona que aceptaría dinero de
una niña con una madre enferma”.
Antes de conocer su situación, había considerado
tomar el bono del campeonato… Digamos, que lo
consideré un poco. No, en realidad, sólo lo pensé tantito,
y luego también pensé en llevarme una parte del dinero
del premio normal, pero… después de conocer a su
madre, cualquier deseo de hacerlo se evaporó por
completo.
“¿Estoy hablando con la misma Elaina que quería
estafar en la ciudad con…”
“A eso me refiero”.
De todos modos, tampoco estaba tan necesitada de
dinero. Incluso ganar dinero en la ciudad había sido algo
temporal. En estos momentos no tengo mucha prisa. No
necesitaba tomar su dinero. Aunque tal vez esa
impresión se viera reforzada por la prisa de nuestra
reciente victoria.
“Será mejor que vayas y utilices el dinero antes de
que cambie de opinión”.
“En otras palabras, ¿estás diciendo que me apresure
a encontrar una cura para mi mamá?”.
“Puedes tomarlo como quieras”.

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Aparté la mirada y Dorothy dejó salir una pequeña
risita.
Nada que ver con lo que uno esperaría de alguien que
acababa de limpiar el suelo con sus contrincantes.
Era una niña, riendo como si lo encontrara gracioso.
“Elaina”, después de reírse un rato, dijo de repente:
“Mi objetivo era romper el récord de mamá. Mi meta era
el tratamiento de la enfermedad de mamá. He logrado
ambas cosas. Yo lo llamaría un éxito”. Dorothy se veía
revitalizada de alguna manera.
“Entonces, ¿vas a retirarte de las carreras?”.
“Por supuesto que no”. Sonrió mientras hablaba. “Sólo
he conseguido un objetivo, romper el récord de mamá.
Seguiré ocupada por mucho tiempo. A partir de ahora,
empezaré de cero”.
Pues bien.
De una forma u otra, puede que haya sido sólo mi
imaginación, pero sentí que algo del nuevo comienzo de
esta chica tenía algo en común con mi viaje. Era sólo una
impresión.
“Así es”. Asentí.
Y así, a partir de aquí, comienza.

“Fufufu…”
Por cierto, había una buena razón por la que una
persona como yo, siempre impaciente a la hora de ganar

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dinero extra, había presumido de no necesitar el dinero
del premio.
Aquel día, después de que termináramos la carrera y
me separara de Dorothy, fui de nuevo a las instalaciones
de la carrera. No con el propósito de correr. Obviamente.
“Cobraré estos”.
Puse varios trozos de papel en el mostrador de
recepción.
Eran tickets.
Tickets que había rellenado con mi predicción sobre la
ganadora de la carrera.
Fue algo que escuché, pero al parecer se podía
apostar por quien creías que iba a ganar. Es decir, si tus
predicciones resultaban ser correctas, podías llevarte a
casa un montón de dinero.
Bueno, era imposible que yo pudiera dejar pasar una
oportunidad tan jugosa, ¿no lo crees? Sobre todo,
porque estaba casi segura de que íbamos a ganar.
¿De verdad está bien que exista esta forma de ganar
dinero tan fácil? ¡Ufufu!
“¡Claro!” La chica de la recepción tomó los papeles y
me miró la cara y los comparó con las inscripciones que
tenía, y se puso pálida.
Es de esperar. He invertido una gran cantidad de
dinero en estos tickets, así que los beneficios deben ser
inimaginables. ¡Probablemente es demasiado soñar que
podría ser multimillonaria! Ah, ¿qué debería comprar
primero? Hmm, tal vez empiece por comprar mi propia
panadería. ¡Ufufufufu!

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Comencé a llenarme la cabeza de ideas
descabelladas, cuando la recepcionista dijo: “Umm,
señorita… las reglas dicen que los competidores no
pueden apostar en la carrera…” Su tono era
profundamente pesaroso. “…Y por lo tanto estos tickets
no son válidos”.
“……”
“¿Señorita…?”
“…Y los reembolsos… ¿son posibles…?”
“Lo siento mucho, pero el reglamento dice que no
podemos hacer reembolsos…”
“……”
“Um… ¿Señorita…?”.
“… ¿No hay nada que puedas hacer…?”.
“Me temo que no”.
“… ¿Aunque cueste?”.
“Esas son las reglas”.
“……”
“……”
Y así, la bruja que había intentado llevar a cabo un
asqueroso plan para hacer dinero, nuevamente no tuvo
suerte.
Y vivieron felices para siempre.

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Capítulo 2 –
Un Ladrón y su Madre
Yo estaba entrando a otra ciudad, bajo un cielo despejado,
una amplia calle principal rodeada de árboles, todos separados
a la misma distancia, esperaba por mí. Las casas que miraban
hacia la calle, estaban repletas de hojas otoñales en sus
tejados. En el momento en que sopló una fría brisa, todas las
hojas despegaron, bailando por los aires mientras caían.
Casi no había personas en la calle.
Aunque ésta era una escena encantadora, la ciudad se
sentía desolada.
El viento que sopló detrás de mí era frío, como si lamentara
esta soledad.
“……”
Cuando te topas con una ciudad como ésta, sólo hay dos
cosas que se te pueden ocurrir: O la ciudad es aburrida y no
hay razón para salir, o es peligrosa y las personas temen por
salir de sus casas.
¿Cuál de las dos será?
“Oye, señorita, alto ahí”.
Hmm, supongo que la segunda.
La persona que de repente se apareció ante mi para
bloquearme el paso se miraba bastante joven. Empuñaba un
cuchillo bastante corto. No podía ver su boca porque llevaba
un pañuelo alrededor de su cara.

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Mientras balanceaba su cuchillo de atrás hacia adelante
como la cabeza de una serpiente, el sujeto carcajeaba
melodramáticamente. “Je-je-je… Sabes lo que es esto,
¿verdad? Si pones resistencia, tu cabeza le tendrá que decir
adiós a tu cuerpo”.
Era una amenaza bastante floja. Y el cuchillo que empuñaba
parecía ser uno de pelar frutas, como mucho uno para cortar
carne barata.
¿Me pregunto si se encuentra bien? Bien de la cabeza.
Como sea…
“Ignorando lo que acababas de decir… ¿tú sabes lo que es
esto?”.
Con mi dedo índice, toqué el broche que llevaba en mi
pecho.
Era mi broche de bruja.
Soy una bruja, el rango más alto de entre los magos. No
eres contrincante para mí. ¿No lo ves? Fue lo que le quise dar
a entender.
La mayoría de los maleantes rogarían de inmediato que los
perdonara en cuanto vieran el broche, o se fijarían más de
cerca y dirían: “¡Eh-je-je-je, sólo bromeaba, señorita!” o
chillarían un: “¡Ah! ¡P-perdón, persona equivocada!” antes de
salir huyendo.
Por esa razón, siempre que veo a un ladrón, les muestro mi
broche de inmediato. Mientras no me encuentre en algún lugar
remoto, resulta ser muy efectivo.
“¿Eh? ¿Y eso qué es? No tengo idea”.
“……”
Bueno, no esperaba que este lugar contara como un lugar
remoto.

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Suspiré y le respondí. “Bueno, verás… Soy una bruja… lo
que significa que puedo usar magia. En resumen, soy muy
poderosa”.
“Hmm. ¿Con que, poderosa? ¿Qué tanto?”.
“Extremadamente poderosa”.
Se siente vergonzoso decir eso de mí misma.
“Si estabas planeando amenazarme y llevarte todo mi
dinero, será mejor que te detengas, o te lastimaré”.
“Ya veo…” El chico asintió, como si entendiera lo que
trataba de decirle. “¡Pues qué genial! Desde un principio
planeaba quitarte el dinero y dejarte ir, pero si estás interesada
en enfrentarte a mí, la historia cambia. Tendré que tomarlo por
la fuerza, ¿no te parece?”.
Ah, no entendió nada.
“No, um… ¿Por qué asumes que vamos a pelear…?”.
“Soy un bandido. Y tú eres mi víctima. Así que… sí. ¿No le
encuentras sentido?”.
“Para nada”.
“Oh, así que eres cabeza dura”.
“¿Y lo dices tú?”.
“¡Mira, tus opciones son pagar o pelear! Deja todo tu dinero
y vete, o tendré que tomarlo por la fuerza… Así que, ¿qué
eliges?”.
“No hay mucho para elegir…”
“Esas son tus opciones. Je-je-je…”
“Pero acabo de decir que no hay mucho para elegir…”
Acabo de llegar y no estoy de ánimos para pelear en un
lugar como este. Y aunque me las arregle para ahuyentarlo,

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hay una posibilidad de atraer atención indeseada de gente
loca. Me encantaría terminar con esto lo más pronto posible…
“…(Suspiro). Muy bien. Ataca cuando quieras”.
Cuadré mis hombros. No tenía ganas de pelear, pero si mi
única opción era darle mi dinero…
“Je… Y yo que ya me estaba aburriendo de este lugar de
mala muerte. Vamos… ¡alegra mi día!”.
Si lo doy todo con este niño, lo único que tendré será más
problemas. Entonces no tenía de otra… Lo voy a congelar el
pie, solo como advertencia.
“Oh, antes que comencemos, solo quiero que sepas que las
chicas de pecho plano no son mi tipo, así que… No creas que
estoy tratando de… ya sabes… hacer ese tipo de cosas” el chico
dijo todo lo que tenía que decir mientras jugaba con su
cuchillo.
¿Saben qué? Creo que bien podría lastimarlo un poco…
Furiosa, tomé mi varita, y entonces…
…en medio de este problema sin esperanzas (sin
esperanzas para el ladrón, obviamente) apareció una
salvadora.
¿Quién podrá ser?
“¡Kou-kun! ¡Olvidaste tu almuerzo!”.
En efecto, era su madre.
Ella salió de la nada. La mujer que apareció desde atrás del
ladrón, trayendo puesto un delantal casero con lindos dibujos
de conejos y unas sandalias que golpeaban el pavimento con
cada paso, era sin duda su madre. En una mano, traía en alto
como una antorcha sagrada y envuelta con una cubierta tan
linda como su delantal, una caja de almuerzo.

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Y entonces, la sagrada madre le entregó el instrumento de
salvación (la caja de almuerzo) al bandido novato.
“¡Aquí tienes!” Ella respiraba con dificultad, probablemente
por la corrida que tuvo que hacer, y sus mejillas estaban un
poco coloradas. “Siempre se te olvida”.
El joven bandido quedó estupefacto por este repentino
desarrollo. Cuando ella le dio un buen golpe en la nuca, no fue
el cuerpo del chico que pareció sufrir el mayor daño, sino su
espíritu.
“¡Ma-Mamaaaaaa! ¡¿Qué haces aquí?!” El ladrón… o mejor
conocido como ‘Kou-kun’… pareció haberse olvidado de la
imagen ruda que estuvo tratando de proyectar.
“Kou-kun, como olvidaste tu almuerzo, Mami vino corriendo
a dejártelo. No tienes que hablarme así. ¡Harás que mami se
enoje!” El ‘niño de mami’ sopló sus cachetes, muy enojado.
“¡N-No quiero ese estúpido almuerzo!”.
“¿Aunque le haya puesto las hamburguesitas que tanto te
gustan?” Por alguna razón ella puso una mirada triunfal.
“¡N—No las quiero! ¡No me gustan!”.
“¡Bueno! ¡No tienes que ponerte nervioso sólo porque estás
con tu amiga!” Su madre le dio una palmada juguetona en el
hombro.
“¡Cállate y vete de aquí, Mamá! ¡Estoy trabajando, y me
estás interrumpiendo!”.
La persona que tenía de frente ya no era el bandido de
antes; sólo un hijo rebelde discutiendo con su cariñosa madre.
¿Y esto? Siento que estoy viendo a un niño yendo tarde a
la escuela.
“Está bien. ¡Esfuérzate mucho, mi cielo! ¡Y no llegues tarde
a cenar! Haré tu plato favorito, carne de hamburguesa”.

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“¡Como sea, sólo vete! ¡Ya! ¡No lo soporto más!”.
“Sí, mi cielo”.
……
El ‘niño de mami’ se alejó tambaleándose, dejando un
incómodo silencio entre nosotros.

“Fiuu… perdón por eso. Bien, regresemos donde


quedamos”.
Después de aclararse fuertemente la garganta, el bandido
preparó nuevamente su cuchillo.
Él me miraba con los ojos de una bestia carnívora que ha
arrinconado a su presa. El reluciente cuchillo (de pelar fruta)
se veía sediento de sangre cuando la luz se reflejaba en la
hoja.
Tragué saliva. Un sudor frío recorría mi mejilla.
La atmósfera del pueblo fantasma estaba llena de tensión.
Era fácil de notarlo porque la zona estaba por convertirse
en un campo de batalla.
“¡Kou-kun, ánimo!”.
Oh, por favor…
La madre del bandido, estaba sentada no muy lejos de él
sobre una manta cómoda. La manta, que seguro ella la trajo
de su casa, estaba desgastada y tenía un bonito estampado
que parecía guardar muchos recuerdos familiares muy
preciados. Ella trajo una canasta de picnic y mordisqueaba muy
adorablemente un sándwich.

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¿Un picnic?
“¡¿Qué estás haciendo, Madre?!”.
“¡Oh, no me pongas atención!” ella rio. “¡Sigue trabajando,
tesoro!”.
“¡Bieeen!”.
……
Otro silencio incómodo.

“Fiuuu… perdón otra vez por la interrupción. Intentémoslo


una vez más”.
El bandido volvió a preparar su cuchillo.
Pero la viajera ya no estaba frente a él.
“Oh, prueba un sándwich de ensalada de huevo. Está muy
rico. Es mi receta especial”.
“Mmm… Está delicioso”.
“¡Sabía que te gustaría!”.

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59
Sentadas elegantemente en una manta, dos mujeres
disfrutaban de un picnic—la madre del bandido… y una viajera.
Seguía siendo una escena bastante incómoda, pero los
sándwiches estaban deliciosos, así que no me importaba.
“Espera. ¡Aguarda! ¿Qué crees que estás haciendo?”.
“Almorzando”.
“Pero se supone que estamos en medio de una batalla…”
“Mi estómago comenzó a hacer ruidos, ¿podemos dejarlo
para más tarde?”.
“No creo que una batalla épica sea algo que se pueda dejar
para más tarde…”
En primer lugar, perdí todo el interés en el momento en que
me amenazaste con un cuchillo de pelar fruta. Al menos usa
una espada legendaria o un arma mística o qué sé yo… ¡Hablo
en serio!
“Señorita viajera, ¿cómo te llamas?”.
“Elaina”.
“Oh, es un bello nombre. ¿Y de qué trabajas?”.
¿Trabajo? No sé cómo responder a eso.
“Lo mío no es algo a lo que pueda llamar un ‘trabajo’”.
“Ara Ara… ¿Así que te estás preparando para la vida de
casada?”.
“¡¿Quién dijo eso?! Para su información, soy una viajera”.
Continué masticando mi sándwich.
Siento que estamos en frecuencias completamente
distintas. Pero estos sándwiches de huevo son tan deliciosos,
que la verdad no me importa.

60
“¿Eh? Pero ese es tu personaje, ¿no? Yo pregunto por tu
trabajo real…”
… ¿Qué?
“¿Un personaje?” Incliné la cabeza ante la pregunta.
Me gustaría que dijera de una vez a lo que se refiere. Sus
palabras necesitan ser más fáciles de digerir, como estos
sándwiches.
Ella se veía aún más desconcertada que yo y dijo “Sí…
Elaina, eres actriz, ¿no?”.
¿Pero qué…
“Yo… no…”
“¡Ara Ara! ¡Hasta te niegas a salir del personaje! Toda una
chica precoz1”.
Debería buscar el significado de “precoz”, señora.
“Pero ya en serio, ¿cuál es tu verdadero trabajo?”, continuó.
“¿O tal vez intentas ganarte la vida con sólo la actuación? ¿No
crees que tu madre se preocupa por ti?”.
“…Pero no soy actriz”.
Ya veo, en otras palabras, esto es lo que pasa:
La madre del bandido… también conocida como “Kou-
kun”… no sabe que su niño es realmente un ladrón. Está
convencida de que él hace estas cosas como parte de algún
personaje que está interpretando. Ya veo, ya veo. En ese caso,
ahora entiendo cómo es que puede estar tan despreocupada
con todo esto.
“...Bien, escuche señora. Le voy a decir la verdad, y también
me incluye. Su hijo nunca se hizo actor”.

1
Adelantada a su edad, o que es muy madura.

61
“¿Mi niñito… no es… un actor?” La madre del bandido,
asombrada, levantó las cejas y ladeó la cabeza. “Pero Koucito
siempre se la pasa practicando al espejo diciendo cosas como:
‘¡Je-je-je… dame todo tu dinero!’, ¿Dices que no está
practicando para su papel de chico malo?”.
“Está practicando para ser un ladrón”.
“…Pero hace un tiempo, dijo que necesitaba la ropa correcta
de un bandido, ¡y la ropa que trae puesta yo misma se la hice!
¿Dices que no era para un papel?”.
“Era para verse más como un ladrón”.
“¡Pues…!”
Sus ojos se abrieron muy grande por el asombro.
Luego, rápidamente se puso de pie y empezó a estrujar al
Señor Bandido para que le diera respuestas. “Kou-kun, ¿qué
es todo esto? Mamá no sabía nada”.
“¡Cá-Cállate! ¡No tiene nada que ver contigo, mamá!” Trató
de hacerse el rudo, pero era casi imposible tomarlo en serio.
“Waaa... ¡Mamá está muy triste...! ¿Cómo es que mi niñito
se ha convertido en esto...?” La madre comenzó a llorar.
Oh no, la hiciste llorar.
El bandido entró en pánico sin necesidad de yo haberle
lanzado una mirada de reproche.
“¡…! A-aah... ¡pero esto es apenas un…! ¡Sólo estaba
fingiendo ser un bandido, en serio! ¡No pensaba ser uno!”.
Si ella hubiera escuchado todo lo que él dijo cuando
estábamos por enfrentarnos…
“¿Se encuentra bien?” Me acerqué al lado de la madre. Le
toqué el hombro con suavidad y le ofrecí mi pañuelo. Yo miraba
con reproche a su hijo en todo momento. Yo hacía el papel de

62
compañera de la escuela, regañando al chico que había
lastimado a mi amiga. Era mi forma de mostrar gratitud por
aquellos deliciosos sándwiches.
“Gracias, Elaina...” La madre aceptó mi pañuelo e
inmediatamente se sonó la nariz, con fuerza.
¡Pero qué hace señora!
“¿Elaina? Ven, mira esto. Es una foto de mi pequeño Kou
cuando estaba tierno”. Por alguna razón, de repente sacó una
fotografía del bandido cuando era un bebé.
¿Siempre camina con eso?
“A esa edad, su sueño era convertirse en un dulce...”
“¿Eh...?”
¿Qué clase de sueño es ese?
“Siempre lo recuerdo porque se escucha sabroso... creo que
era... ¿una mafia?”.
“Señora, ese es el nombre que se usa para una organización
criminal”.
Seguro lo confundió con “muffin”.
“Oh... Cuándo fue que empezó a caminar por el camino de
la delincuencia…”
“Probablemente fue un delincuente todo el tiempo”.
No ha cambiado nada desde que era un niño, ¿verdad?
Ella no pudo contener las lágrimas por el comportamiento
de su hijo bandido.
“¿Qué crees que debo hacer?”.
“Es una pregunta difícil de responder…”
Miré rápidamente al bandido.

63
Él estaba de pie, no muy lejos de nosotras, se veía nervioso.
Seguramente no odiaba a su madre. Sólo le daba mucha
vergüenza ser sincero con sus sentimientos.
Yo ya he lidiado con personas testarudas, lo suficiente como
para saber que muchas veces, ofrecer tu ayuda sólo hace que
se enfrasquen aún más. En vez de usar un método directo, a
menudo es más fácil obtener resultados con mentiras sin
importancia.
......
En fin.
En ese momento, se me ocurrió algo.
“Señora, acerque su oído, le voy a contar algo”.
Y entonces le dije mi plan.
En secreto.

“Fiuu… bien. Siento mucho las molestias. Intentemos esto


una vez más... ¡Las manos arriba!”.
El joven bandido gritó en tono triunfal. Llevaba un pañuelo
negro enrollado que le cubría la parte baja de la cara. Y un
cuchillo en una mano, y su punta reluciente me apuntaba con
intención de matar.
“Tu suerte se acabó desde el momento en que te vi.
¡Vamos, sácate el dinero! Dame todo lo que llevas. Si no te
parece, te lo quitaré por la fuerza”, gritó el joven.
Una viajera en shock se preparó para rendirse, con las
manos en alto. Se estremeció y tembló de miedo.

64
“Fufufu... ¡No confundas las cosas! O nos das el dinero o te
golpeo con este cucharón”.
Apareciendo de repente por detrás del bandido había otra
persona—su camarada. Una mujer, que había regresado a su
casa para cambiarse de ropa y que coincidiera con la del
bandido, luego se puso su delantal y sandalias encima de la
nueva—ya era un hábito—y volvió a la escena con un cucharón
como arma. No era otra que la madre del bandido.
Ahora ella era su compinche del crimen.
“Espera...”
“¡Ahora, Kou-kun! ¡Haz lo tuyo! ¡Hay que robarle todo su
dinero!” Su madre estaba tan de buen humor que daba miedo.
“Espera. ¿Qué estás haciendo, mamá?”.
“¿Hmm? Oh, lo siento. Creo que me equivoqué... Es la
primera vez que mamá es una bandida...”
“No, no es eso”.
“¿Será que te molesta que haya venido vestida igual que
tú? Lo siento. La verdad es que fue mucho trabajo, así que...”
“No, tampoco es eso. Es que... ¿Qué haces...?”
“¡Me preocupabas, así que regresé!” Su madre le hizo un
guiñó con el ojo tan adorablemente que pareció haber salido
un corazón seguido de eso. “Desde hoy, voy a acompañarte
siempre que estés trabajando, ¿te parece bien, mi cielo?”.
“……”
El bandido estaba completamente desanimado. Perdió su
fuerza de voluntad para gritarle. Su cuchillo de pelar fruta cayó
al suelo y luego sucumbió de rodillas.
Por el tiempo que pretendiera seguir siendo un ladrón, la
madre estaría a su lado.

65
El bandido se cubrió la cara con ambas manos, como si
quisiera negar esta nueva realidad.
“Quiero un descanso...”
Qué vergonzoso... ¡No sólo su madre lo acompañaba al
trabajo, sino que incluso se vistió igual que él! La realidad lo
hizo añicos.
Puse una mano en el hombro del derrotado chico y le dije.
“Sabes que tu madre no te seguirá si dejas de ser un
bandido, ¿verdad?”.
Yo estaba sonriendo.
En otras palabras, si no es algo que puedas hacer con tu
madre, no lo hagas.

Me quedé en la ciudad por algunos días después de eso.


Después del primer encuentro, no hice planes para
reencontrarme con ellos, y dicen que estos encuentros
fortuitos son algo que ocurre una vez en la vida, así que no
pensé que volvería a verlos.
No es que me hubiera importado tanto. Al fin y al cabo, me
había cautivado el sabor de aquellos sándwiches de huevo.
El día que estaba lista para dejar la ciudad, por pura
casualidad, volví a verlos.
Era temprano en la mañana. Vi a un joven salir de su casa
vestido de traje y corbata. No pude verle bien la cara, pero
tanto su peinado como su físico me recordaban al bandido con
el que me había encontrado hace días.

66
“¡Kou, cariño! ¡Olvidas tu caja de almuerzo! ¡Tu caja de
almuerzo!”.
Una mujer salió a toda prisa de la casa unos instantes
después del joven. Aunque sólo la vi de espaldas, estaba
segura de que era alguien a quien había conocido antes.
Ah, es ese dúo de madre e hijo.
Sentí una pequeña emoción, como si de algo inusual y
efímero se tratara.
“¡Da tu mejor esfuerzo en el trabajo!” La madre entregó el
almuerzo casero a su hijo, despidiéndose de él mientras se
marchaba.
Al final, parece que Kou optó por no seguir esa vida de
maleante si eso significaba tener a su madre a sus espaldas.
Al parecer, optó por buscar un trabajo respetable.
Esas personas que vi, ya no eran un par de ladrones.
Eran simplemente una madre y su hijo.
Y vivieron felices para siempre.
“Me siento preocupada por él… Me pregunto si también
debo ir a su nuevo trabajo” La madre suspiró y se llevó la mano
a la mejilla mientras observaba al joven marcharse.
……
Bueno, talvez no completamente felices.

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Capítulo 3 –
Un Político Devoto
Una denuncia anónima llegó cierto día a las oficinas de
cierto periódico, y parecía ser—para sorpresa de nadie—un
resentimiento tonto.
Dentro del sobre que había sido puesto entre las puertas de
la oficina, había varias fotografías, junto a una carta. Cuando
estás en el negocio de compra y venta de información, este
tipo de denuncias anónimas son frecuentes, abarcando desde
secretos que podrían dejar conmocionado a toda una ciudad,
hasta la más pura tontería. El reportero, llegó temprano a
trabajar esa mañana, abrió la carta, pero no le interesó su
contenido.
Una elección presidencial estaba en curso. No tenía tiempo
para historias baratas. Si no era algo importante, el reportero
rompería la carta y la botaría en el acto.
La cuestión es que, lo que estaba escrito en esa carta eran
puras bobadas.
Elaina, la Bruja Ceniza, es una bruja mala que entró hace
varios días a la ciudad. Me estafó y perdí todo lo que tenía.
Quiero vengarme de esa bruja. ¿Crees que podrías usar tus
conexiones para darle caza?
No había nombre anexado, sólo fotos de una joven bruja
adolescente, de cabello color ceniza y ojos color lapislázuli. El
reportero ya estaba al tanto de que una joven chica con el
rango más alto de mago—una bruja—había llegado a la ciudad
hace un tiempo. No hacía falta que su intuición de periodista

68
se lo dijera; que un usuario de magia se encontrara en la
ciudad, era algo sin precedentes. Así que la visita de una bruja
era un evento raro.
Tal vez en días más tranquilos, el reportero podría haber
reunido material para un artículo sobre la visita de la bruja,
pero ahora mismo, toda la ciudad estaba en proceso de decidir
su futuro.
Los periódicos ya tenían suficiente material.
“……”
No obstante, el reportero metió la carta en el bolsillo de su
camisa antes de abrir las puertas de la oficina.

“¡Sí, así! ¡Ese desprecio que se refleja en tus ojos está


genial!”.
Una chica linda y de buen corazón, le lanzaba miradas
asesinas a la cámara cada vez que sonaba el obturador.
¿Quién podrá ser ella?
En efecto, soy yo.
“Um… ¿no es ya suficiente?”.
“¡No, espera! ¡Déjame tomarte otra! ¡Por favor! ¡Para la
siguiente quiero que sostengas estas flores y sonrías así!” El
hombre sacó su cara de la capucha de la cámara y me dio una
rosa blanca. “¡Pon esto en tu boca!” Me mostró el pulgar hacia
arriba. Pensé que era mejor si destrozaba la flor.
Las personas de países vecinos me dijeron de ante mano
que en este lugar la fotografía estaba de moda y era normal
que fotógrafos aficionados te pidieran ser el modelo.

69
Aparentemente, muy común.
Hoy ya se cumplen tres días desde que llegué aquí y ya
perdí la cuenta de las veces que esos cretinos me pidieron
posar para una foto.
“¡Así!... Ah, aguarda. Te dije que la tuvieras en tu boca,
pero… ya la tiraste… ¡Ah! Pero ese desprecio en tus ojos… ¡Es
genial! ¡Increíble! ¡Lo mejor de lo mejor!”.
El obturador de la cámara seguía.

“Estoy cansada…”
Por fin, luego de pasar varias horas retenida por el
camarógrafo aficionado, me escapé.
Ya son 3 días los que llevo aquí.
Y hoy, como siempre, había mucho ruido de la gente
reunida en la calle principal. Entre tanto alboroto, yo iba ahí,
caminando sola, ya estaba harta de todo esto, los gritos de la
ciudad me golpeaban los tímpanos.
Al parecer, faltaban varios días para la elección presidencial,
por lo que la campaña estaba en su punto máximo. Eso explica
el porqué de tanto alboroto.
“¡Una luz para los de escasos recursos! Como político, Yo…
¡Yo me comprometo a servir a la ciudad, en consideración a
aquellos que me mostraron el camino!”.
Seguí caminando por la calle principal y observé a un
hombre hablando en voz alta encima de una carreta en media
calle. Llevaba puesto un traje negro y había muchas personas
a su alrededor. Se veía algo joven como para ser un político.
Si tuviera que adivinar, diría que estaba en sus treinta años.
El nombre de ese hombre era Matthew.

70
Era tan famoso, que nadie que viviera en esta ciudad—no,
incluso yo que sólo he estado aquí por tres días—lo
reconocería.
¡VOTA POR MATTHEW, VOTA POR UN MEJOR FUTURO
PARA NUESTRA CIUDAD!
Por todos lados se podía ver pancartas e imágenes del
hombre con su traje negro.
Verlo todos los días con esa sonrisa, es algo que no podrás
olvidar, ya sea para bien o para mal.
“¡Nuestros ciudadanos están luchando en esta recesión,
nunca los abandonaría! ¿Saben qué es eso importante que
ayudará a resolver esta disputa territorial? ¡El perdonarnos
unos a otros! Yo también he cometido errores, en el pasado,
dejé la política por un tiempo. Pero encaré las consecuencias,
recibí el perdón de mi amada esposa y por eso estoy aquí”.
Bueno, todo lo que dice son sólo disparates para mí.
A juzgar por lo que la multitud dice, parece que hay mucha
gente que lo apoya.
“Él debería ser nuestro nuevo presidente”.
“Nunca había visto a semejante político honesto”.
Desde que salí en mi viaje como bruja antes de llegar a la
mayoría de edad, y como había vivido sin preocuparme por
temas de la política, me temo que palabras dichas en tiempos
como este, no entraban en mis oídos.
Te endulzan los oídos, pero sin dar resultados. Todos los
políticos hacen las mismas promesas exageradas, por lo que
no hay ninguno que no se parezca.
Las personas de esta ciudad, parece que lo ven de otra
forma. No muy lejos de donde el señor Matthew estaba dando
su discurso, otra persona—otro político—también estaba

71
hablando desde la parte de atrás de un vehículo. Aunque en
este caso, era un carruaje fino y no una simple carreta. Y ese
hombre no era un joven. Sólo con verlo es fácil adivinar que
era un político veterano.
“Quiero un futuro próspero para todos los ciudadanos. No
habrá prosperidad si viene de un gobierno dirigido por un
idealismo juvenil. Eso es algo que yo puedo ofrecer,
precisamente por mis años de experiencia guiando el
desarrollo de nuestra nación”.
El hombre de actitud tranquila que criticaba sin pelos en la
lengua al joven político, era Bernard.
UN VOTO PARA BERNARD ES UN VOTO PARA LA
PROSPERIDAD DE ESTA CIUDAD.
Este hombre era también uno de los candidatos a la
presidencia. Yo ya había visto sus carteles de campaña
pegados en las paredes de las casas de muchas personas.
En otras palabras, la elección para el próximo presidente
parecía ser un concurso de uno a uno entre el joven Matthew
y el veterano Bernard.
En cuanto a quien resulte ganador, era imposible saberlo
con sólo mirar lo sucedido. Tanto el veterano como el
aficionado tenían casi la misma cantidad de gente amontonada
alrededor de sus coches.
“Hola, Señorita Bruja. ¿Me da un minuto?”.
Estaba distraída observando a los candidatos cuando un
hombre de mediana edad, bastante modesto, se puso delante
de mí, bloqueando mi vista.
……
“Si es para una foto, tengo que negarme”.
No pienso ser víctima de otro fotógrafo aficionado.

72
Me di la vuelta y me fui.
“¿Eh? ¡Espera, no, no! No soy fotógrafo”. El hombre se puso
delante de mí, bloqueando mi escape.
“Así es, no eres fotógrafo... ¡Eres un aficionado que aspira
a ser fotógrafo! Estoy en lo correcto, ¿verdad?”.
“No, no es eso…” Me mostró su tarjeta de presentación.
“Este soy yo”.
......
“Lo siento, pero no tengo ningún interés en la industria del
entretenimiento”.
Vas a adularme y luego me harás entrar en el mundo del
espectáculo, ¿verdad? Bueno, ¡no voy a caer en ese viejo
truco!
De nuevo, me di la vuelta y huí.
“No, no pertenezco a ninguna industria del entretenimiento”
De nuevo, me bloqueó el camino. “…Y tienes un concepto muy
alto de ti misma...” murmuró.
“Uh... Entonces, ¿quién eres?”.
“…Ya te la mostré, esto es lo que hago”.
El hombre otra vez extendió su tarjeta de presentación.
......
No tuve de otra, así que la tomé.
PERIÓDICO AZAMI
FRANK – REPORTERO
Ya veo. Así que es un periodista, aparentemente.
“Lo siento, pero eso de las entrevistas para mi es…”
Me di la vuelta y me alejé.

73
“¡No, no, no! ¡Espera un segundo! ¿No quieres escuchar lo
que tengo que decir? ¿Por favor? Te lo ruego”.
“Eh………………”
Me parece que será un fastidio.
“¡Te pagaré por tu tiempo!”.
… ¡Pero ahora me siento con ánimos!
En un abrir y cerrar de ojos, yo ya estaba frente a él. “¿Qué
quieres saber exactamente?”.
“Qué codiciosa...” El asombrado periodista sacó un
bolígrafo. “Bueno, vienes de otra ciudad, ¿verdad? ¿Cuáles
crees que serán los resultados de las próximas elecciones?”.
Ya me preguntaba por qué se tomó la molestia de hablar
conmigo siendo yo una extranjera, pero es una entrevista
cualquiera sobre las elecciones. Me parece que en esa multitud
hay gente más capacitada que yo para responder a esa
pregunta, pero… Lo más probable es que quiera la opinión
objetiva de un extranjero. Apuesto a que es eso.
“No estoy del lado de ninguno de los dos, así que no sabría
responder a eso”. Luego de observar a ambos participantes
que estaban en medio de sus discursos, respondí: “Puede que
en este momento estén igualados, ¿no crees eso? No me
sorprendería si ganara cualquiera”.
“¡Ohh! ¿Y por qué crees eso?”.
“Pues… Para empezar, cuando el joven Matthew estaba en
su discurso, mencionó la relación que tiene con su esposa,
¿verdad? Eso parece haber conquistado a la gente más joven”.
Antes de todo esto, un político rival había revelado que
Matthew tuvo un amorío, y se vio forzado a retirarse de la
política. Luego, reconoció su desliz y se disculpó con su mujer,
y con el paso del tiempo recuperaron su relación. Ahora que

74
tiene el apoyo de su esposa, ha podido volver a aparecer en
estas elecciones. Admito que es una buena historia, pero un
poco vulgar. Y la razón por la que recordaba esta historia es
porque la escuché muchas veces en los anuncios de la
campaña.
“En cambio, su competencia, Bernard, es político de muchos
años y claramente se ve orgulloso de su distinguida carrera.
Por cierto, las personas que lo rodeaban son todas personas
mayores. Parece que ha conquistado a la multitud de más
edad.
“¿Qué te parecen sus promesas?”.
“La verdad es que me da igual”.
“Qué horror”.
“¿O me vas a negar que las elecciones son un concurso
pretencioso de popularidad?”.
“Pero qué horror”.
En una esquina tenemos al joven político que había salido
de sus problemas personales, y en la otra, a un político que se
interponía en su camino… Esta descripción se me hace
conocida.
No me sorprende que a todos les interesa el resultado.
“Pues mira, en cuanto a nosotros los mayores, preferimos
que Bernard sea nuestro presidente. ¿No crees que sería una
vergüenza que alguien con semejante ideal tan ingenuo,
consiguiera el cargo más alto de la ciudad? Además, es un
adúltero”.
“Pero parece tener el apoyo de la gente más joven”.
“Es verdad, pero eso es sólo un efecto del ser joven. ¿Qué
es lo que dice en sus discursos? No son más que historias

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tristes unas tras otras, ¿o no? Si un tipo así intenta dirigir al
pueblo, te aseguro que el resultado será muy malo”.
“……”
“Por eso la gente mayor quiere que Bernard gane. Pero es
como has dicho, en la situación actual, ambos están igualados.
Y eso es un problema, ¿me entiendes? Él inclinó la cabeza
hacia mí.
No tenía ni la más mínima idea de lo que me trataba de
decir.
“… ¿Acaso quieres que yo haga algo malo?”.
Medio le había adivinado. Pero el reportero Frank dijo: “No,
no, para nada” moviendo su mano de forma extraña. “Sólo
quiero que hagas lo correcto”.
Entonces, asegurándose de que sólo yo pudiera ver, sacó
unas fotos del bolsillo de su camisa y me las mostró por sólo
unos segundos.
Eran varias fotos donde yo aparecía.
“Han pasado tres días desde que llegaste a esta ciudad,
¿verdad? Por cierto, ¿cuánto ganaste con esa cochina estafa
en los primeros dos días?”.
En sus manos había una recopilación muy buena de fotos
donde dejaba en evidencia mi actividad en esta ciudad. En la
primera foto estaba yo comprando collares de mala calidad a
un precio bajo. En la segunda foto estaba yo abriendo un
puesto en la acera de la calle con un cartel que decía DICEN
QUE GRACIAS A ESTOS COLLARES HAN ENCONTRADO LA
FELICIDAD. En la tercera foto estaba yo vendiendo un collar al
precio de una moneda de oro.
Bueno, eso no me lo esperaba. Si alguien viera estas tres
fotos, podría parecer que estoy haciendo algo ilícito, ¿no?

76
“Entiendes lo que trato de decir, ¿verdad?” Y con una gran
sonrisa, el reportero continuó. “Hay algo que me gustaría
pedirte que hicieras, si eres tan amable de regresar a mi oficina
en el periódico”. Se dio la vuelta.
“Estas fotos me llegaron como denuncia anónima de una
persona a la que estafaste. No es que yo esté interesado en
arruinar tu imagen o meterte en un asunto legal o algo
parecido. Sólo quiero que cooperes conmigo un poco. Para
hacer lo correcto”.
Y entonces dijo, “Si no te pones de nuestro lado, de una u
otra forma lo harás”.
Creo que claramente me está diciendo que sucederán cosas
malas.

“El joven político de nombre Matthew tiene una esposa


llamada Laurie, y es muy bella—en serio, es la mujer ideal”. El
reportero Frank me invitó a su oficina del periódico y encendió
un cigarrillo mientras me lo contaba. “Aunque, como ya te
habrás dado cuenta, no fue tan inteligente cuando decidió
confiar en un político de pacotilla. Lo que trato de decir es que,
incluso luego del escándalo de su marido, se quedó junto a él
y lo ayudó a arreglar el desastre que hizo”.
Frank me pasó varios libros.
Parecían ser autobiografías, y en sus portadas había fotos
de una bella mujer.
Viviendo como la esposa de un político.
Cómo perdonar a un marido infiel.
Estas y otras frases estaban en toda la portada.

77
“Sospechamos que Matthew forzó a Laurie a escribir todos
estos libros” dijo mientras exhalaba el humo del tabaco.
La historia de esta pareja era demasiado común.
Fueron muchos los años forjándola.
Cuando él aún era un simple desconocido, el político
Matthew comenzó un amorío con su secretaria, a pesar de
estar casado, y con el tiempo, un contrincante político lo
expuso.
La gente rápidamente juzgó al político por este asunto
personal, que la verdad, no tenía nada que ver con la política
y poco a poco fue perdiendo el apoyo. Y a pesar de tener un
futuro prometedor, sus aspiraciones tuvieron un final abrupto.
Por último, Matthew prácticamente desapareció por muchos
años. Nada de qué sorprenderse. Las personas nunca podrían
confiar en un adúltero. Pero ahora ha regresado al ojo público
y ha ido subiendo en las filas políticas hasta quedar como único
aspirante a líder político.
Pero, ¿qué lo convirtió en el hombre que es ahora?
“Todo lo que ha sucedido hasta el día de hoy ha sido parte
de la estrategia de Matthew”. El reportero Frank alejó el
cigarrillo y le dio unos golpes suaves para deshacerse de la
ceniza acumulada y continuó.
“Desde el día en que Matthew se fue a la ruina, hasta el
inicio de esta elección, su esposa Laurie ha tomado un papel
activo en el centro del escenario, como si los dos hubieran
cambiado de lugar”.
Luego de que su marido perdiera su posición, la esposa,
Laurie, le ha dado entrevistas muy seguidas al periódico y otros
medios de comunicación. Hablaba muy sinceramente respecto
a sus emociones, por ejemplo: “No puedo perdonar a mi
marido” y “Pero creo que quiero confiar en él”. Actuaba a la

78
esposa fidedigna inseparable de su marido sin importar nada,
y por la forma en cómo se comportó con tanta valentía, sin
mostrar el dolor que le provocaron las acciones de su marido,
conquistó el corazón de muchas personas.
El tiempo pasó, y Laurie se quedó sin métodos para apoyar
a su marido. Ella publicó autobiografías, dio conferencias, inició
su propia línea de moda, hasta abrió un restaurante. Se vio
tentada a bromear con que todo eso eran sus propios
intereses, pero al menos la gente parecía apoyarla en sus
muchos emprendimientos.
Y como su popularidad estaba vinculada a la de su marido,
pudo recuperar la imagen de Matthew ante el ojo público. Pero
los periódicos aún le recordaban a la gente lo dependiente que
era él de la buena voluntad de su esposa.
“Después de que su infidelidad quedó expuesta, Matthew
ideó una manera de recuperar la buena voluntad del público.
Su esposa era la clave. El publicar esas autobiografías, las
conferencias, los negocios, esa era ella cumpliendo lo que le
decían”.
“¿Tienes prueba de eso?”.
En respuesta a mi pregunta, el reportero Frank negó con la
cabeza.
“No tengo pruebas. Ni una sola”.
Ya veo. Así que, ¿todo es especulación?
“Pero, la ayuda que te pido es para poder conseguirlas.
Periodismo sin evidencia es sólo ficción. Y ese tipo de
periodismo no es más que inservible. Creo que, si logramos
hacer que su esposa diga la verdad, podemos exponer las
mentiras de Matthew”.
“¿Y qué quieres que yo haga?”.

79
“Eres una bruja, ¿verdad? ¿No puedes usar un hechizo para
que no mienta? ¿O crear algún tipo de suero de la verdad?
Algo como eso”.
“Estás sobreestimándome”.
“¿No puedes?”.
“No es que no pueda,” dije secamente. “Pero mira, si yo
hiciera eso, ¿qué harías tú en caso de que Laurie no diga eso
que esperas?”.
Este tipo actuaba como un periodista obsesionado con la
verdad y la justicia y con hacer lo correcto, pero estaba
bastante claro que en realidad sólo quería que Matthew se
quitara de en medio. Sería conveniente para su empresa
periodística que Bernard ganara las elecciones, y significaría un
problema para la empresa si Matthew fuera elegido. Así que,
naturalmente, este periodista quería impulsar la idea de un
escándalo y ver al joven político retirado del centro del
escenario una vez más.
Pero si continuaba con ese plan, y me hacía ponerle un
hechizo a Laurie para que sólo pudiera decir temporalmente la
verdad, entonces ¿qué le tocaba hacer si no conseguía las
pruebas incriminatorias? Imaginé que, si lanzaba ese hechizo
aquí y ahora, podría entrever una profunda y oscura relación
entre Bernard y la empresa periodística, salido de la boca del
reportero Frank.
“Eres una bruja, ¿verdad?” Me estaba provocando. Y luego
dijo: “Si puedes hacer un suero de la verdad, entonces también
puedes hacer uno para que alguien mienta, ¿verdad?”.
Que saliera de la boca de Laurie era suficiente. Verdad o no,
me daba igual.
Al parecer, eso era lo correcto, eso según el periodista
delante de mí.

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Hoy era día laboral y la cafetería de la esquina estaba
desierta. Al menos, aparte de mí, casi no había clientes, y el
poco ruido que hacía la camarera del mostrador mientras
ordenaba unos cubiertos se escuchaba hasta donde estábamos
junto a la ventana.
“¿Te digo algo? Soy el dueño de esta cafetería. Pero como
puedes ver, no prospera mucho. O tal vez todos están
ocupados con lo de la campaña”.
Tres de los cuatro lugares de la mesa estaban ocupados,
dejando sólo el asiento frente a mí vacío. A mi lado estaba
sentado el reportero Frank. Y frente a él, Laurie reía
amablemente, cubriendo con gracia su delicada boca.
A decir verdad, ella era muy deslumbrante.
“¿Qué los trae hoy por aquí?”.
“Queríamos preguntarle por su relación con su marido
Matthew” dijo el reportero Frank, luego de lanzarme una
mirada. “Si le parece bien, me gustaría pedirle que me hable
del político Matthew, desde su punto de vista como esposa”.
“¡Bien!” Laurie juntó sus manos con fuerza. “¡Es
maravilloso! Si eso ayuda a mi marido en su elección, ¡estaré
encantada de cooperar!”.
“De acuerdo, eso es bueno. Prosigamos”.
El reportero Frank empezó a lanzarle preguntas fáciles, con
lápiz en mano.
En cuanto a mi papel, me limité a estar sentada, toda
despreocupada sin hacer nada en particular, nada más
escuchando la conversación.

81
Realmente no sabía qué estaba haciendo yo aquí.
“Gracias por esperar. Aquí tienen su café”.
Al cabo de un rato, apareció la camarera con tres cafés.
Debí verme desocupada, sin nada qué hacer, en
comparación con la importante entrevista que yacía a mi lado.
Y como una cliente amable dije: “Oh, póngalos aquí, por
favor”, y tomé las tazas.
Y entonces, “Disculpe, ¿lo quiere con azúcar?” Interrumpí la
entrevista, tan educadamente como pude.
El reportero Frank negó con la cabeza en silencio. Laurie me
miró con una sonrisa y dijo: “Tomaré el mío con uno de azúcar,
gracias”.
Sin nada más que hacer, asumí pequeñas tareas como ésta.
Era justo, ya que hasta ahora no se me ha dicho nada.
Pero mi verdadera tarea comenzaría pronto.
Dejé caer un único terrón blanco en su taza de café con un
¡plop! exagerado y luego revolví el líquido caliente con una
cuchara. Fui muy cuidadosa al hacerlo. Como si fuera mi
primera vez haciendo esto con una taza de café.
“Aquí tiene”.
Laurie tomó la taza sin desconfianza, y dijo: “Gracias”, y me
sonrió.
No parece ser una falsa.
“……”
Pero la realidad era que todos estábamos a punto de
descubrir qué clase de oscuros secretos podría estar
guardando.
Ella no tenía ni idea de lo que realmente le puse a su café.

82
“Veamos. Tengo una pregunta más”, dijo el reportero
Frank, después de que Laurie bajara su taza. “Es sobre su
relación con su marido. ¿Diría usted que su relación de pareja
es de igualdad de trato?”.
La última pregunta iba directo al fondo del asunto.
¿Los rumores eran sólo rumores o eran verdad? ¿Matthew
llevaba el sombrero blanco, o el negro?2
Si Laurie aún pensaba con normalidad en ese momento, ella
respondería: “Sí”, con una sonrisa.
“……” Pero no hubo sonrisa en su rostro. “…No. Desde un
inicio… Nunca fue de igualdad de trato”.
Ella respondió a la pregunta con una voz muy débil, como
si estuviera en trance.
“¿No? ¿Me podría explicar eso?” El reportero Frank inclinó
la cabeza con una expresión confundida en el rostro.
Parece que no puedes ocultar tus intenciones. La verdad
sale de la boca de Laurie, gracias a mi intervención.
“……”
Vi a ambos con cuidado.
Laurie ahora hablaba con nada más que la verdad. Da igual
la pregunta que le hicieran, ella respondería con todo detalle,
sin vergüenza o premeditación.
Y en caso de que no dijera lo que el reportero Frank
esperaba, aun con mi hechizo, teníamos un plan para pedir
otra ronda de café en breve y darle una poción diferente.
En definitiva, ya sea de una forma u otra, ella tendría que
decir la verdad que el periodista estaba buscando.

2
Honrado o malandro, respectivamente.

83
“Por mucho tiempo… entre Matthew y yo, ha habido una
relación de amo y sirviente…”
Pero no hubo necesidad de pedir otro café. Porque cada
palabra que pronunciaba cumplía con creces las expectativas
de Frank.
“Los dos… tenemos un contrato de amo y sirviente…
disfrazado como matrimonio… Las disputas… son
impensables…”
“¿Qué has dicho? ¿Qué significa eso?” El reportero Frank se
veía sorprendido. Aunque obviamente estaba sonriendo.
“Su repentino regreso a la política… su campaña
presidencial… Se debe a que todo… fue parte del plan…”
“… ¿De qué plan hablas? ¿Me quieres decir que desde que
comenzó el asunto del amorío todo ha sido parte de un plan
elaborado?”.
Ya ni se molestaba en enmascarar sus preguntas.
“Así es…”
Aunque a ella tampoco se le veía la intención de disimulo.
“¡¿Pero qué…?!” El reportero Frank como que se veía muy
sorprendido. Sin embargo, había una sonrisa en esa cara. “Sólo
para aclarar, ¿dices que esa campaña presidencial de Matthew
fue el resultado de un largo y bien pensado plan? ¿Y que
aunque ustedes dos fingen estar felizmente casados, has sido
su esclava desde hace mucho?”.
El reportero Frank no trataba de ocultar nada. En su
descarada insistencia demostraba que quería escuchar todo lo
que ella tenía que decir.
Y como Laurie se hallaba en un estado en el que contaba
todo con bastante indiferencia, era natural que respondiera a

84
esta pregunta con demasiada sinceridad. Estábamos
esperando que ella confirmara todas nuestras sospechas.
Eso es lo que debería haber ocurrido, pero—
“…No, así no son las cosas”. Ella negó lentamente con la
cabeza.
Y luego dijo: “…Yo no soy la esclava. Él lo es”.
Yo diría que esa no era la respuesta que Frank esperaba.

El reportero Frank no esperaba esas palabras que salieron


de la boca de Laurie. Las sospechas que él tenía sobre la
verdad que se escondía en el matrimonio de Laurie y Matthew
no eran del todo erróneas, ya que precisamente dio con la
verdadera naturaleza de esa relación.
“Todo lo que él ha hecho ha sido para servirme. Así fue
como lo acordamos”. Dijo ella con mucha naturalidad. “Hasta
la parte del adulterio con su secretaria y la renuncia
deshonrosa—él sólo siguió mis órdenes”.
Ella nos contó que desde un principio todo estuvo arreglado.
La ferviente esposa apoyaría legalmente al joven político
durante su retiro del ojo público y también en su regreso a la
política, y cuando eso sucediera, competiría en las elecciones
para la presidencia. Incluso ese desarrollo era parte del plan.
El joven político ya se había enfrentado a un veterano, pero
con menos recursos y sin reputación. Y, por supuesto, los
periódicos habían publicado muchos más artículos sobre el
candidato establecido y habían ignorado en su mayoría al
político más joven. Estaba claro que se encontraba en una
situación de gran desventaja.

85
Tener renombre es esencial para sobrevivir en el mundo de
la política.
Así que necesitaban vender su nombre.
Un político del que nadie sabe nada, es un político que no
existe. Y esto no sólo aplicaba a políticos.
“Y entonces, tuve una idea. En vez de hacer que la gente
se fijara en nosotros haciendo las cosas ‘correctas’,
conseguiríamos que el mundo nos prestara toda la atención
que queríamos haciendo las cosas ‘incorrectas’”.
Y el método que eligieron para esta broma publicitaria fue
la infidelidad de Matthew.
Dejaron que su matrimonio se viera manchado por una
mentira barata.
Y el resultado ya es obvio, Matthew atrajo mucha atención
negativa, y finalmente fue sacado del mundo político tras
enfrentarse a las críticas que se le vinieron encima. Laurie se
encargó de todo después.
Dio conferencias, abrió negocios, siguió insistiendo
públicamente que su vida familiar era feliz y armoniosa. Hizo
todo lo que pudo para seguir siendo el centro de atención.
Y la imagen de la esposa fidedigna, que apoyaba lealmente
al despreciable hombre que tenía como marido, rápidamente
cautivó los corazones de la gente.
El tiempo pasó y la noticia del desliz de Matthew quedó
completamente eclipsada por los diversos emprendimientos de
Laurie.
Y entonces Matthew volvió al centro de la escena, ahora con
su esposa apoyando públicamente sus ambiciones
presidenciales.

86
Ya en ese momento, lo que la gente pensaba de Matthew
había dado un giro de 180 grados.
“Pues, a veces una persona mala que por lo general hace
cosas buenas da una impresión más favorable que una persona
buena cuando hace una cosa mala, ¿verdad? Todo lo que hice
fue hacer que mi marido tomara ambos papeles”, dijo Laurie,
con la misma sonrisa de siempre.

¿LA MUJER MALVADA DEL SIGLO? LA VERDADERA Y


ATERRADORA NATURALEZA DE LAURIE, LA ESPOSA DE
MATTHEW. Decía el titular del periódico del día siguiente junto
a una foto de Laurie y un artículo dedicado. Bueno,
probablemente sea más exacto decir que era sobre él, más que
sobre ella.
“¿Qué te parece? Con esto, Bernard tiene para ganar las
elecciones. No creo que haya alguien que siga apoyando al
perdedor de Matthew, cuando estuvo bajo el hechizo de una
mujer malvada todo el tiempo”.
“......”
Estoy en la oficina del periódico porque se me dijo que
viniera y me pidieron que le diera un vistazo al artículo que
estaban escribiendo, basado en la entrevista de ayer. Pero esto
que me entregaron se me hace difícil describirlo como un
verdadero artículo periodístico.
Habían publicado toda la entrevista, cada palabra que
Laurie había dicho. No se guardaron nada.
“¿No es esto a lo que llaman un: reportaje imparcial?”.

87
Le clavé la mirada mientras balanceaba el chirriante papel
de periódico, pero el reportero Frank se limitó a encogerse de
hombros, frustrado.
“¿No? ¡Acabo de decir la verdad, tal y cual es!”.
“¿Y tu compañía no cae en lo imparcial al apoyar a
Bernard?”.
“Bueno, sí. Pero no creo que las personas lo vean de esa
forma”.
“……”
Supongo que en esta ciudad, la palabra “imparcialidad”
tiene menos peso que periódico mojado.
Y ni se esfuerza por disimularlo.
Qué inaudito.
“Tienes mi gratitud, señorita bruja. Gracias a ti, el futuro de
esta nación está asegurado. Bernard ganará las elecciones y
llevará a nuestra ciudad por la dirección correcta”.
“…Claro, no hay problema” Le extendí la mano, sin verlo a
la cara.
“¿...? ¿Qué? ¿Quieres un apretón de manos?”.
¿Estás menso?
“¿No me vas a entregar las fotos?”.
“¿Ah, eso?” Como si realmente se hubiera olvidado de las
fotos, el reportero Frank comenzó a buscar en su bolsillo.
“Veamos, ¿qué se hicieron...?”. Finalmente, sacó varias fotos
mías en blanco y negro. “Aquí están”.
“Gracias”. Le arrebaté las fotos y las metí en mi bolsillo.
“Entonces nuestra colaboración informal queda formalmente
disuelta, ¿no?”.

88
“¡Ja-ja-ja! Aunque me gustaría que me prestaras tus
poderes un rato más. No esperaba menos del poder de una
bruja para hacer algo tan útil como una poción que te hace
confesar todo. ¿No quieres venir a trabajar en nuestro
periódico?”.
“Estás sobreestimándome”.
“No lo creo”.
“En fin, no voy a colaborar más contigo”.
Resopló cuando lo rechacé amablemente.
“Bueno, está bien. Si algún día vuelves a visitar esta ciudad,
te lo pediré de todas formas”. Y dando media vuelta como
soldado luego de recibir una orden, volvió a entrar en la oficina
del periódico.
“Como quieras. Nos vemos”.
No creo que nos volvamos a encontrar.

Dejen que les cuente lo que le sucedió a Matthew después


de eso.
Las malas acciones de su esposa fueron expuestas en el
periódico, y él se desplomó durante un discurso de campaña.
Con lágrimas en los ojos, se disculpó diciendo que todo lo que
había dicho hasta ese momento—que había podido llegar tan
lejos gracias al apoyo de su esposa, etc etc—había sido una
tontería.
La verdad era que su malvada esposa lo había atormentado
y lo obligó a tener un amorío como parte de un plan para ganar
las elecciones.
También reveló que estaban tramitando el divorcio.
La gente se indignó, pero la ira de todos no iba hacia él.

89
Laurie se convirtió en la villana de la historia. Casi todos los
negocios que había abierto hasta la fecha se vieron obligados
a cerrar, y sus libros formaron montañas de devoluciones en
las tiendas.
Al poco tiempo, se completó el divorcio, la echaron de la
casa en la que vivía y desapareció de la vida pública.
Era el típico final que esperarías les pase a las mujeres
malvadas.
Por otro lado, Matthew continuó su campaña presidencial.
A pesar de que su esposa lo atormentó por mucho tiempo, los
sentimientos que tenía por su ciudad eran reales, eso era lo
que él decía.
La gente estaba conmovida al ver cómo había soportado sus
abusos durante tanto tiempo.
“¡Da lo mejor de ti!” “¡No te rindas!” Palabras como esas le
dieron el empujón que necesitaba.
Y como era de esperar, la denuncia de la malvada mujer
proveniente del reportero Frank volcó las elecciones. Sin
embargo, su plan arrojó el resultado contrario al que pretendía.
Desde que salió el artículo exponiendo a Laurie, y el tema del
divorcio, Matthew se había vuelto mucho más popular que
nunca.
Por medio del trauma que había sufrido a manos de su
malvada esposa, Matthew siguió dedicándose al servicio de su
ciudad. La gente estaba cautivada por su sinceridad.
Las fechorías de su malvada esposa no iban a ponerse en
su contra. La gente que vivía en la ciudad lo entendía muy
bien, aunque los periódicos no.
El reportero Frank había cometido un error, y sus esfuerzos
por sabotear la campaña de Matthew sólo la reforzó.

90
Por cierto...
Le mentí al reportero Frank.
Cuando fuimos al café para la entrevista de Laurie, ese no
fue mi primer encuentro con ella.
“...Según el periódico de hoy, parece que Matthew se
proyecta para ganar la elección. ¿Qué te parece?”.
“Muy predecible, qué aburrido”.
Después de su divorcio, ella me invitó a su casa y me invitó
a un café.
Parece que es recién molido.
Meneando su café humeante con una cuchara, sonrió.
La miré y tomé un sorbo de café.
“Este café... está delicioso”.
“¿Verdad que sí? Es el mismo café que servimos en mi
cafetería”. Ella bebió su café—con un terrón de azúcar—y
sonrió. “El mismo sabor de siempre”.
Debió tener el mismo sabor que cuando estaba sentada
frente al reportero Frank.
Después de todo, lo único que yo le agregué a su taza fue
azúcar común.

Conocí a Laurie el primer día que llegué a esta ciudad.


Después de caminar sin rumbo durante un rato, entré por
casualidad a una de las cafeterías de las que ella era la
propietaria.

91
“Ara. ¿Acaso eres una viajera?”.
De repente, una mujer se había sentado frente a mí, en la
mesa junto a la ventana donde yo había tomado asiento.
¿Qué le pasa? Viene y se me acerca, así como si nada. ¡Da
miedo!
Me puse en guardia cuando sacó una tarjeta de
presentación. “Oh, por favor, puedes estar tranquila. Te
prometo que no soy ninguna sospechosa”.
Eso sólo lo hace más sospechoso.
“...Eh”.
La tarjeta tenía todo tipo de títulos, desde gerente hasta
esposa de político.
Um, sospechoso.
Entonces esta sospechosa mujer empezó a contarme—
aunque no se lo pedí—todo sobre la ciudad.
“En este momento, hay mucha emoción en la ciudad por
unas elecciones. Es un versus entre un político influyente y un
nuevo y enérgico candidato”.
Pero hay ciertos problemas con el sistema político de aquí,
me dijo ella. El problema está en los periódicos. Todas las
empresas de noticias apoyaban firmemente a Bernard, y los
artículos que publicaban se centraban en su campaña y sólo
eso. Los candidatos no reciben la misma cobertura en sus
páginas, y todos los reportajes son totalmente parciales.
“Si esto sigue así, la campaña de mi marido será aplastada
por los periódicos. Por eso quiero que me prestes tu poder”,
dijo ella. “Los políticos deben ser elegidos por sus posturas
sobre las cuestiones que se abordarán. El pueblo debería elegir
a una persona recta y honesta para dirigir la ciudad. Pero el
gobierno es demasiado corrupto para que eso ocurra. Las

92
elecciones para decidir el futuro de nuestra ciudad se han
reducido a simples concursos de popularidad”.
La realidad era otra. Los discursos que escuché en la ciudad
eran únicamente para atraer a grandes multitudes. Era normal
que la gente se reuniera alrededor de los candidatos populares,
y de este modo, cuanta más atención reuniera una persona,
más apoyo seguía ganando.
Me recordó a un enjambre de insectos atraídos por la luz.
“¿Te importaría prestarme tu poder para conseguir que se
elija a un político honrado?”.
Eso fue lo que me dijo.
Pero no iba a aceptar su propuesta solo porque sí.
Después de todo, puede que me esté mintiendo, y yo no
trabajaría con ella hasta haber sacado mis propias
conclusiones.
Así que me limité a decir: “Lo pensaré”. Y me fui.
Ya en ese punto, se me habían acercado varios fotógrafos
aficionados, atrapados en la locura que recorría la ciudad. A
todo lugar al que iba, me decían que estaba linda y que por
favor modelara para sus fotos. Eso me pasó muy seguido el
primer día que vine aquí, y de nuevo en el segundo.
Y siempre que accedía a tomarme fotos, me llevaba varias
como recuerdo.
Ya en mi segundo día, volví a visitar la cafetería de Laurie.
“¿Decidiste ayudarme?” preguntó Laurie, inclinando la
cabeza.
“......” Saqué varias de las fotos que me tomaron, así como
una breve carta que yo escribí. “No sé si tú o el periódico está
en lo cierto, así que no puedo asegurar mi apoyo”.

93
La sencilla carta me acusaba de una serie de delitos.
“Hoy a medianoche, pon esto en la puerta de la oficina del
periódico. Si el periodista es alguien que quiere hacer lo
correcto, seguramente ignorará esta carta, o tratará de
exponerme por todas las cosas malas que dice que he hecho.
Y si es alguien que quiere hacer lo incorrecto, pensará que me
tiene en desventaja y vendrá a amenazarme. Si hace eso,
cooperaré contigo. Pero de no ser así, entonces no te coopero”.
Y así, en mi tercer día en la ciudad, descubrí que el reportero
del periódico era exactamente el tipo de persona que intentaba
hacer las cosas mal.

“¿Estás bien con eso? Podrías perderlo todo con tal de


conseguir que tu marido sea elegido”.
El método de Laurie para conseguir que Matthew fuera
elegido era muy desesperado.
“No me importa”.
Como siempre, sonrió mientras sorbía su café.
Ella venía planeando este alboroto desde ya hace unos
años, y pasó otro tiempo sentando las bases de lo que tendría
que hacer para hacer famoso a su marido, si es que quería
tener esperanzas de ganar las elecciones. No había otra
manera, salvo demostrar su honestidad.
Seguro eso era en lo que ella estaba pensando.
Y por esa razón, Laurie había obligado a su marido a tener
un amorío hace varios años, y ahora se preparaba para que
ese hecho saliera a la luz.
Al confesar él, que todos esos delitos fueron por orden de
su esposa, ella le estaría creando una imagen de hombre

94
honesto que mantenía a su esposa descarriada a su lado por
encima de cualquier cosa.
Ella hasta había ideado el plan que implicaba su confesión
con el suero de la verdad—ella armaría un espectáculo para
revelar todas sus malas acciones.
“Tenía que hacer lo malo por un buen motivo”, dijo. “Quiero
que sea un político que haga las cosas correctas por razones
correctas”.
“……”

95
96
Bajé mi taza de café y la miré. “Parece que Matthew hará
muchas buenas cosas después de que lo dejes ir”.
Ahora mismo, su popularidad no tenía límites. Se sentía
seguro de que sería el siguiente presidente.
“Estoy segura de que las hará. Al menos, eso espero. Es lo
que hemos esperado tanto tiempo”.
Parecía que la ciudad tendría por fin un líder dedicado a su
gente.
Pero, ¿otra persona más sabía que él había llegado hasta
aquí gracias a su esposa sin escrúpulos, que había estado
dispuesta a hacer lo malo en el momento correcto?
Tuve la certeza de que nadie sabía sobre ese hecho.
Siempre ha sido así.
Y así es como se quedará.

Varios días después de la partida de la Bruja Ceniza, un


nuevo presidente tomó posesión. Era el presidente más joven
en la historia de la ciudad.
Esto supuso un hito en la historia de la ciudad—dicho muy
cínicamente por los periódicos.
Al inicio de las elecciones, nadie pensó que Matthew se
enfrentaría a un político poderoso e influyente, armado sólo
con su idealismo y devoción por su ciudad, y que ganaría.
Toda la ciudad estaba ebria de la emoción con la toma de
posesión del nuevo presidente. Que llevaría a la ciudad por un
nuevo camino. Todos estaban convencidos de ello.
“Gracias”.
En una pequeña residencia privada cerca de la frontera de
la ciudad, un hombre hizo una profunda reverencia. Este

97
hombre debía llevar la ciudad sobre sus hombros. Este hombre
acababa de convertirse en el nuevo presidente. Y este hombre
era quizás más honesto de lo que nadie imaginaba.
Después de esa reverencia, como haría cualquier político,
se levantó.
Su mirada se encontró con la de su ex mujer, con la barbilla
apoyada en sus manos sin mostrar ninguna alteración en su
estado de ánimo.
“Por favor, guíame de nuevo”, él estaba implorando. “¿Qué
debo hacer ahora?”.
Al oír sus palabras, las comisuras de la boca de la mujer se
levantaron ligeramente.
Ese de ahí, era sin duda un político devoto.
Sin embargo, nadie más supo que su devoción nunca estuvo
dirigida a su querida ciudad. Ningún votante comprendió que
siempre le fue devoto a cierta persona.
Siempre ha sido así.
Y siempre lo será.

98
Capítulo 4 –
La Historia de una Enfermedad,
Una Bruja y Una Escoba
Una parte de los magos, portan el título de bruja, el rango
más alto. Pero cuando me topo con personas que en su mente
albergan la idea de que una bruja es alguien super increíble
que puede resolver cualquier tipo de problemas, no hago otra
cosa más que negar con la cabeza.
Las brujas no somos perfectas. Cometemos errores. Hay
muchas cosas que no podemos hacer.
Por ejemplo, no podemos regresarle la vida a alguien que
ya murió y no podemos detener el tiempo para todo el mundo
y tampoco tenemos un dominio perfecto para manipular el
clima… Lo que trato de decir es que, probablemente haya
brujas que puedan, pero en definitiva yo no puedo. Si pudiera,
no me refugiaría en días lluviosos.
Las brujas tampoco podemos alcanzar la inmortalidad. No
podemos estar vivas y muertas al mismo tiempo. No podemos
estar despiertas y dormidas al mismo tiempo. Tengo muchos
otros ejemplos, pero en resumen, las brujas no somos
omnipotentes. (Sin embargo, son muchas las cosas que
podemos hacer y sería más fácil listar las que no podemos
hacer.) Y hablo en serio cuando digo que nunca me ha
molestado no poder hacer ese tipo de cosas. Aunque yo
pudiera estar despierta y dormida al mismo tiempo, ¿qué
sentido tiene hacerlo?
Sin embargo…

99
… ¿Qué sucedería si existiera una bruja capaz de curar
cualquier enfermedad?
En el momento en que las personas ascienden a brujas,
tienen un buen control en hechizos que pueden curar heridas,
pero en cuanto a una bruja que pueda curar cualquier
enfermedad… Bueno, en mis días como viajera, nunca he
escuchado de alguien que pueda y menos haber visto a una
que lo haga.
Aunque sería maravilloso que ella existiera.
Me gustaría mucho tenerla aquí conmigo y me salvara de
esta terrible enfermedad. ¿No aparecerá alguna en el
momento más oportuno y me curará?
“…Cof…”
Si no, creo que voy a morir.
En este momento, estoy segura de que las garras heladas
de la muerte aprietan mi corazón. Estoy sufriendo una grave
enfermedad. Estoy entre la vida y la muerte.
Mientras hablaba conmigo misma, el techo al que miraba se
deformaba y distorsionaba, diría que mi cabeza daba vueltas
por la fiebre. Sentía como si el flujo del tiempo disminuía hasta
casi detenerse.
¿La manecilla de los segundos siempre se ha movido tan
lento?
“¿Se encuentra bien, Señorita Elaina?”.
A un lado de la cama, escuché una dulce voz que sonaba
preocupada por mí. Cuando levanté mi cabeza, había una chica
viéndome con un rostro idéntico al mío.
Intenté sacudir mi cabeza, pero estaba tan débil que me era
imposible. Abría y cerraba mi boca varias veces hasta que pude
susurrar, “No estoy… nada bien… siento que… me muero…”

100
Ahora con esta grave enfermedad, que me tiene entre la
vida y la muerte con sus gélidas garras, la fuente de todo mi
sufrimiento, ¿qué será lo que tengo?
En efecto, tengo un resfriado.

“No, no. Pero qué cosas dice. Es sólo un resfriado común”.


Yo observaba a la Señorita Elaina, cómo con su mirada
vaga, veía fijamente el techo desde su cama.
Como soy su escoba y estoy a su lado todos los días, yo
sabía la razón de su condición actual. A pesar de que estamos
en pleno invierno, ella había abierto todas las ventanas de su
habitación antes de irse a la cama, diciendo “Hoy tengo ganas
de disfrutar el aire frío”. Ese fue su error. Pues verás, hay
ocasiones en que la Señorita Elaina se comporta como una
tonta sin remedio.
“Uuh… Estoy segura de que se me ha pegado alguna
enfermedad de esta ciudad… Estoy segura que voy a morir
pronto… Vete, mi querida escoba. No creo que me vaya a
recuperar pronto… La muerte ya viene por mí…”
Era obvio que mi dueña estaba agotada física y
mentalmente por esta enfermedad. O puede que sus
cuestionables decisiones que ha tomado en su vida la estaban
alcanzando en su momento de debilidad.
“Todo estará bien, Señorita Elaina. Estoy segura que pronto
estará en paz”.
“Tienes razón… porque pronto voy a morir…”
“No, no me refería a eso”.

101
“¿Hmm? ¿Entonces… Eutanasia?”.
“Tampoco me refería a eso”.
Ella ya se había hecho la idea, que hasta pensó en lo peor.
¡Usted no se va a morir por un simple resfriado!
Pero la única razón por la que puedo conversar con ella de
esta forma, se debe a que ella conjuró un hechizo que me hizo
adoptar forma humana.
Recordé que me invocó mientras la peor parte de su
enfermedad la azotaba.
“Medicina… Por favor… ve a comprarme unas medicinas”,
ella me suplicó.
“…Um, me gustaría ir a comprarle la medicina, pero…”
“No… no vayas”.
Ella no era la Señorita Elaina que yo conocía. Me agarró de
la falda y se reusó a que fuera.
Esperó tanto para invocarme que hasta estaba delirando, y
en vez de mandarme a buscarle la medicina, ahora me pedía
que no me separara de ella.
Cuando tomé forma humana, la Señorita Elaina ya estaba
tirada en el piso, así que rápidamente la llevé a su cama, pero…
“…No vayas… Por favor” Antes de irme a comprar la
medicina, ella me veía con ojos llorosos. “Escucha… si me
quedo sola, moriré… me arrancaré la lengua, me la tragaré y
moriré, ¿eso te parece bien?”.
“¿Y tiene la energía para hacer eso?”.
“Zí”.
“Claro que no”.
“Zí, da tendo”.

102
“Veo que lo intenta, pero claramente no puede”.
“Por favor no me dejes”.
Y así quedamos en un círculo vicioso.
“Pero si no voy, usted no se mejorará, Señorita Elaina”.
Endurecí mi corazón, me solté de sus manos y me puse de pie.
“Ah…”
Si tuviera que describir la expresión que puso la Señorita
Elaina, diría que se veía tan triste como un cachorro
abandonado a un lado de la calle, cansada y triste. Parecía que
rompería en llantos en cualquier momento. Me sorprendí
porque también se me estaban saliendo un poco las lágrimas.
Verla así, hace que me duela un poco el corazón.
“Bueno. Me quedaré a su lado y le leeré un libro hasta que
se quede dormida. ¿Qué le parece?”.
Acordado esto, yo deseaba que la Señorita Elaina aceptara
quedarse sola para ir a buscar la medicina que necesitaba.
Mi sugerencia la alivió un poco.
“En ese caso… Entiendo. Por favor regresa antes que me
despierte”.
“……”
¿Por qué será que quiero protegerla y cachetearla al mismo
tiempo?
Aclaré mi garganta en voz alta, deshaciéndome de esos
pensamientos groseros, y me senté a un lado de la cama de la
Señorita Elaina.
El libro que abrí fue el de Las Aventuras de Niche, que la
Señorita Elaina llevaba siempre.
Ella ya lo ha leído muchas veces, así que seguro se aburrirá
y se quedará dormida rápidamente.

103
104
“Um… Hace mucho tiempo, en cierto lugar, una bruja—”
“Zzz…”
Se durmió.
Cinco segundos después de comenzar a leer, la Señorita
Elaina cayó dormida.
“……”
Rápidamente salí de la habitación, pensando en muchas
cosas que preferiría no decir.

Recuerdo que la Señorita Elaina llegó a esta ciudad hace


varios días, y aparentemente desde ese tiempo, una plaga que
se extendía sin parar, se había esparcido por toda la ciudad.
Bajo el cielo nublado, la ciudad estaba ocupada por un
ambiente oscuro y lúgubre, y todas las personas que
caminaban por las calles lucían sin energías, como si la fuerza
vital de sus cuerpos hubiera sido drenada. Arrastraban los pies
como cadáveres vivientes.
Era más común escuchar estornudos o tos que personas
platicando. Parecía que cada persona con la que me
encontraba estaba enferma, y sentí que sólo era cuestión de
tiempo para que también me enfermara. Aunque eso sólo
estaba en mi cabeza. Como soy un objeto, no tengo que
preocuparme por enfermar.
“Veamos… Supongo que primero tengo que encontrar una
botica…”
No conozco esta ciudad, pero estaba segura que de alguna
forma la encontraría si seguía buscando. Por impulso, caminé

105
por una calle en particular y descubrí que la botica estaba
sorprendentemente cerca de donde nos alojábamos.
Tan cerca como para que la Señorita Elaina hubiera venido
ella misma, ¿no?
Sin embargo—
“¡Oye, ¿qué es lo que te pasa?!”.
“¡Apúrate y véndenos medicamentos!”.
“¡Mi hijo está sufriendo por esta enfermedad! ¡Haga algo
rápido!”.
“¡Si la botica no nos vende medicina, ¿a quién podemos
recurrir?!”.
“¡Apúrate y sal de ahí!”.
Una multitud de personas se había reunido frente a la tienda
debido a la epidemia desenfrenada que atravesaba la ciudad.
La multitud de personas estaba atemorizada y amenazaron con
ocupar la tienda. Los gritos aumentaron y comenzaron a
escucharse en coro.
¿Qué es lo que está pasando?
“Jee-jee-jee… La situación se puso bastante seria, ¿no?”
Una anciana se apareció detrás de mí de repente, viendo a la
multitud de lejos con cara de que sabía lo que pasaba.
“Cielo santo” dijo ella, encogiéndose de hombros, “sabes
algo, en este momento hay una terrible plaga que azota la
ciudad”.
“Ahh…”
Ya me di cuenta.
“La chica que es dueña de la botica siempre hace una
estupenda medicina para prevenir la plaga. Pero hasta hace
poco, dejó de hacer la medicina”.

106
“¿Ah sí…?”.
Bueno, supuse algo parecido.
“Y por eso ahora la ciudad está tan deplorable. Nadie que
se haya enfermado se ha recuperado. Y por eso es el alboroto
frente a la tienda. Es algo terrible. Jee-jee-jee…”
“……”
Luego de esa tan laboriosa explicación que ya hasta yo me
habría dado cuenta con sólo ver la situación, la anciana se fue.
¿Qué quería lograr con eso?
Pensé que, si las personas frente a la botica tenían tanta
energía como para amontonarse, entonces se sentirían mejor
si descansaran un poco, sin necesidad de la medicina. Sin
embargo, parece que no podré conseguir lo que vine a buscar.
Estaba en apuros. A juzgar por la multitud, la dueña de la
tienda probablemente era la única que podría hacer una
medicina para combatir la enfermedad que padecía la Señorita
Elaina.
……
Momento, eso significa que…
En palabras más simples, si la dueña de esta tienda hace un
poco de medicina, la Señorita Elaina recuperaría su buena
salud.
Bien, por ahora, tocará conocer a la dueña de la botica.
“¡No te encierres! ¡Sal de ahí!”.
“¡Sí, sal!”.
“¡Véndenos la medicina!”.
Me abrí paso entre la multitud y sigilosamente fui a la parte
de atrás de la tienda. Verán, gracias a que soy un objeto,

107
percibo cosas que la gente ordinaria no puede. Por ejemplo, la
entrada independiente de la parte de atrás de la tienda.
“…Aquí la tenemos”.
Y por supuesto, ahí estaba.
“Je-je-je… parece que de algún modo me encontraste”.
Ahí estaba la puerta trasera, mofándose.
“¿Crees que podrás forzar mi cerradura? Es muy fuerte,
¿sabes?”.
Yo no sabía por qué, pero la actitud sutilmente provocadora
de la puerta me hace enojar.
Ignorando lo que la puerta dijo, me había encontrado restos
de alambre tirados cerca de la calle.
Y entonces, lo usé con la cerradura.
Verán, gracias a que soy un objeto, forzar cerraduras es una
de mis especialidades.
“Psh… ¡Mi defensa es sólida! ¡Sólo una llave me ha entrado
en toda mi vida! ¡No me abrirás tan fácilmente!”.
Clink, clink.
“¡No lo hagas! ¡Un cable no me va a abrir!”.
Y rápidamente giré la manilla. La puerta se destrabó sin
problemas.
Esa cerradura fue muy fácil.
“¡E-Espera, por favor! Qué… ¿Qué planeas hacerme?”.
Abrí la puerta.
“Ahh… tú… no puedes… Detente… por favor… Es
vergonzoso…”
Cerré la puerta.

108
“¡Gracias!”.
Con la puerta detrás de mí, presencié una habitación
sombría.
Fue hasta estar completamente dentro, que sentí un olor a
químicos, un olor particular para una botica. El intenso aroma
estaba impregnado en la habitación y no pude evitar hacer
muecas.
El lugar era todo un caos, y todo tipo de objetos clamaban
a gritos. Los papeles esparcidos en todo el piso. Los frascos
que parecían haber sido desechados justo antes de ser
mezclados. Los ingredientes abandonados. En la habitación
había muchos muebles antiguos, pero era un desorden el que
había encima de ellos. Sentí que estaba en la casa de un
acumulador.
Pude escuchar gritos afligidos que venían de todas
direcciones y que pertenecían a todos los objetos que
lamentaban su cruel destino. Todos insultaban a la dueña de
la casa que yacía en cuclillas en el centro de la habitación.
“¡Eeeeyyy, no nos abandooooness!”.
“¡Oh, he estado tirado en el piso por taaaanto tiempo!”.
“¡No nos puedes tratar así, asquerosa humana!”.
Y cosas así. Al igual que las personas de afuera.
“……”
Por supuesto, la dueña no podía escuchar lo que decían.
Porque eran objetos.
“Buu-ju-ju… todo se acabó…”
Momento, tal vez de alguna manera sus voces le llegaban.
Esta chica de cabello rubio estaba usando una bata blanca de
química. Se podía notar que era muy bella, pero… sus ojos

109
estaban vacíos y su cara paliducha. Parecía que pronto iba a
morir.
“No puedo seguir con esto… Ya no me importa nada…”
Hablaba como si el mundo se estaba acabando.
“¡Oye, no te riinndaaas!”.
“¡Espeeeraa, tienes que resistir!”.
“¡No puedes encapricharte así, asquerosa humana!”.
Los objetos trataron de alentarla. Claro que, ella no podía
escucharlos.
“Umm… ¿todo bien?”.
Me arrodillé frente a la chica. No pude evitar sentir lástima
por ella.
Ella levantó la vista, pero no se sorprendió al verme, a pesar
de haber entrado como si nada a su habitación. “Por favor…”
dijo inclinándose. “¿No quieres ayudarme…?”.
No sabía qué decir.
¿De qué estás hablando?
“¿Qué fue lo que pasó aquí…?” Pregunté.
“¡Ya deseché todo!” exclamó la chica. “No haré ni una sola
maldita medicina! ¡No puedo, necesito un respiro!” Sus mejillas
se humedecieron con sus lágrimas. Ella estaba aterrada y
desesperada.
“Um… parece que muchas personas sufrirán sin tu
medicina…”
“¡¿Me importa un carajo?! ¡¿No has pensado que tal vez yo
también estoy enferma?! ¡No tengo tiempo para estar
haciendo medicinas!”.

110
“¡Ara, ¿estás enferma?!” Eso es horrible, pensé. “¿Qué es lo
que tienes?”.
“¡Mal de amores!”.
“¿Qué?”.
“¡Mal! ¡de amores!”.
Ah, o sea que estás bien.
La boticaria cuyo nombre desconozco, ignoró mi asombro y
comenzó a contarme por lo que estaba pasando.
“Hay un chico del que soy amiga. Y también tengo
sentimientos por él. Ha comenzado a gustarme, pero… hace
poco, me dio un collar. Tenía una joya incrustada, y una muy
bella, pero cuando investigué, resultó ser que, en el lenguaje
de las piedras, simboliza la amistad, ¿ya me entiendes? Él
quiere ser mi amigo. No quiere salir conmigo. No se quiere
casar conmigo. ¡Amigos con beneficios es todo lo que busca!
¡Eso es lo que esta piedra significa! ¡¿Ya habías escuchado
semejante cruel traición?! ¡Claro que no! ¡Maldición!”.
“Ehh…”
Ella tiró el collar en su berrinche. Pero unos segundos
después, dijo: “Pero… ¡No puedo odiarlo! ¡Lo amo!” y recogió
el collar. Esta chica obviamente estaba emocionalmente
inestable.
Pero estaba claro que, a menos que hiciera algo con su mal
de amores, ella no haría la medicina.
Si esta chica no se recompone, la Señorita Elaina no
regresará a la normalidad. Y eso es un problema. Debo hacer
algo para que la chica boticaria haga el medicamento.
Tenía la intención de unirme a la turba furiosa de afuera si
la chica no cooperaba pronto.

111
“Quiero hacerte una pregunta diferente, pero que está
relacionada”.
“¿Qué cosa?”.
“…Si tu mal de amores fuera… curado… ¿Harías la
medicina?”.
“¡Por supuesto! ¡Pero eso es imposible! ¡Augh!” Se tiró al
suelo de mala gana. “¡No puedo hacerla!”.
Yo debería ser la del berrinche, pero…
Nadie se curaría si no hago esto. No había otra opción.
“Entonces, permíteme resolver tu problema”. Le puse mi
mano sobre su hombro. “Por cierto, ¿conoces el dicho, ‘la
mente es la que crea la enfermedad?”.
“Sí. ¿Pero por qué me la mencionas ahora?”.
“Por nada. Sólo quería sentir que había dicho algo
inteligente”.
Por ahora, tengo que buscar al hombre que ama.

Dejé a la boticaria en su casa y salí con el collar en mano.


Me dirigí a encontrar a su amado.
“¿Qué dirección tomo para llegar a la casa de ese hombre?”.
Colgué el collar delante de mí.
Como soy un objeto, puedo comunicarme con el collar sin
problemas.
“Tres cuadras hacia adelante, luego giras a la derecha y
llegarás a la casa del hombre, sí”.

112
“¿En serio?”
“Es la verdad, sí”.
Este collar era un buen guía de viajes.
Siguiendo sus instrucciones, caminé tres cuadras más y
giré, y cuando lo hice, efectivamente, ahí estaba la casa de ese
hombre. Bueno, como no sabía dónde comenzar, lo único que
pude confirmar fue que, efectivamente había una casa. Y como
confirmación adicional, el collar gritó: “¡Llegamos!”.
Si les soy sincera, lo que el collar dijo fue: “¡Aquí, sí!”.
Estábamos frente a una casa completamente ordinaria. Pero
como fue el collar que lo dijo, no cabía duda de que allí era
donde vivía el hombre.
“¡Disculpe!”.
Toqué el timbre.
Y esperé.
Pero no hubo respuesta.
“¡Disculpe!”.
Esta vez golpeé la puerta.
No hubo respuesta.
No había tiempo que perder.
No tuve de otra.
“¡Es-Espera...! ¿Qué crees que haces con eso?” Clink, clink.
“¡N-No! ¡Si usas un cable, voy a enloquecer!”.
Forcé la cerradura y entré.
“...Buu-ju-ju... Soy un… completo inútil…”
Dentro, un hombre yacía en cuclillas en el piso. Sus ojos
vacíos, sin nada de vitalidad, miraban fijamente a un único

113
punto de la pared. “Ah... yo también quiero convertirme en
una mancha en la pared...” Claramente había renunciado a la
vida.
Bueno…
… ¿Qué será lo que le pasa?
“Mi corazón... está roto...”
El hombre que parecía no estar ni sorprendido ni alarmado
porque entré a su casa sin permiso, parecía la persona más
exhausta sobre la tierra. Tenía unas bolsas pesadas debajo de
los ojos, y estaba claro que algo lo estaba atormentando hasta
el punto de tener insomnio.
“Aah… supongo que vienes a robarme… Bueno, puedes
llevarte todo lo que quieras e irte… No me importa…”
Yo ya sabía lo que estaba sucediendo.
El hombre dejó salir otro suspiro sin vida. “La verdad es
que… hace no mucho, le di un collar a una chica que me
gustaba… y entonces… desde esa vez… ella ha estado
encerrada en su habitación… Dejó de atender su trabajo en la
botica… Sí… Seguro le dio asco haber recibido un collar de un
tipo desagradable como yo…”
El hombre parecía estar a punto de desplomarse.
“Um… ¿estás bien…?”.
Estaba tan trasnochado que creo que, si yo fuera un ladrón
común y corriente, podría hasta preocuparme por él.
“No puedo seguir con esto…”
“Um, ¿ánimo? ¡Te ves bien! ¡Estás guapo!” Le puse una
mano en su hombro.
“¡Basta! ¡No seas amable conmigo! ¡Me harás llorar! ¡Podría
enamorarme de ti!”.

114
“Umm, bueno, cuando dije que estabas guapo, sólo te hacía
un cumplido. No estoy enamorada de ti, así que no confundas
las cosas”.
“... ¿No fue algo rudo?”.
“Lo normal”.
“……”
“Por cierto, el collar que dijiste que le habías regalado a una
chica... ¿Es este?”.
Levanté el collar para que pudiera verlo.
“¡E-Es ese...!” La mirada del hombre cambió. “¿Por qué lo
tienes...? Ah... ya veo... Entonces lo tiró… porque soy muy
repulsivo...”
¡Como que esto comienza a cansarme!
“Te equivocas. Tenía algo que discutir contigo, así que lo
tomé prestado”. Y entonces, dije: “¿Sabes el significado de
este collar?”.
“¿......?” Frunció el ceño e inclinó la cabeza. “¿El
significado...? No, sólo lo compré porque me pareció bonito...”
“……”
No se había dado cuenta de que la piedra simbolizaba la
amistad en el lenguaje de piedras.
Así que eso fue lo que pasó.
Claro que, yo lo sabía desde un principio.
Porque el collar me lo dijo.
“Este hombre me eligió diciendo ‘creo que esto le quedará
bien’, ¡sí!”.
No hace falta decir que este final lo vi venir desde el
principio.

115
Resumiendo esta historia, esto es lo que había sucedido.
Estas dos personas estaban, sin duda, enamoradas. Tan
enamorados que no veían las intenciones del otro.
Y también está el asunto de que la mente es la que crea la
enfermedad.

“Aquí tiene. Por favor, tómese su medicina”.


“Odio la medicina. Y más si la medicina es en polvo”.
La Señorita Elaina me apartó la cara, se negaba a tomarla.
¿En serio va a actuar como una bebita?
“No sea terca. Si no se la toma, no va a mejorar su estado”.
“No. Me. Gusta”.
“Bien, ¿quiere estar enferma por el resto de su vida?”.
“¡No. Quiero!”.
“Pues entonces, tómese la medicina, por favor”.
“¡No!”.
La Señorita Elaina seguía apartando la cara, negando con la
cabeza.
Cielos, ¿qué le pasa? Me dijo que le fuera a comprar la
medicina y ahora que se la traigo, ¿me la está rechazando? ¿Es
que la fiebre la volvió loca?
“¡Ya tómese la medicina!”.
“¡No!”.
Y así continuamos, le decía y se negaba, hasta que la forcé
a tomársela.

116
“Bleeeeh…”
Y comenzó a llorar.
Yo también estaba llorando. No quería ver nunca a la
Señorita Elaina en semejante estado tan deplorable. No podía
sacarme esa imagen de ella.
“Por cierto, Señorita Elaina, ya pronto regresaré a mi forma
original, pero—”
“¡No! Por favor, no te vayas…”
“Bueno, le voy a leer de nuevo su libro, así que… ¿me va a
perdonar?”.
“Hace mucho tiempo, en cierto—
“No te en—Zzz…”
“¿Eh? Eso fue rápido…”
Y así cayó el telón de mi pequeña aventura.
Acaricié el cabello de la Señorita Elaina mientras dormía, y
me tomé la libertad de registrar mi historia. Sentí que era justo,
después de todo me esforcé mucho. Cuando la Señorita Elaina
se despierte con buena salud, y lea lo que he escrito en su
diario, estoy segura de que se reirá y me perdonará. Creo.

Cuando abrí los ojos, la fiebre había desaparecido y ya


pensaba con claridad. Recordé los problemas que causé
cuando la fiebre había aparecido, y cómo no había sido yo
misma.
Mi escoba estaba apoyada a un lado de la cama. Parecía
que se había quedado dormida vigilándome mientras yo
dormía.

117
Al lado de ella estaba mi diario. En él, con una letra muy
parecida a la mía, había un reporte exhaustivo de todo lo que
había ocurrido cuando estuve durmiendo.
......
Sentí que la fiebre estaba apareciendo de nuevo mientras
ojeaba las páginas.
Ahhh, no puedo creer que haya actuado así... Quiero
morir...
Pero incluso en mi peor momento, sin importar las cosas
terribles que yo hice o dijera, mi leal escoba se mantuvo a mi
lado. Yo sabía que siempre que la necesitara, ella estaría ahí
para mí. Y estaba consciente de lo dependiente que soy de
ella.
Tomé la escoba de donde estaba apoyada en la cama y la
puse encima de mi regazo.
Y entonces, acaricié el extremo del cepillo de la escoba. Era
rígido y áspero, ni se sentía bien al tacto.
“Dependeré de ti siempre que tenga problemas, así que por
favor cuida de mí, por favor”.
Mi voz hizo eco en la habitación y luego se perdió en el
silencio.
Estoy segura de que ésta no será la última vez que se me
compliquen las cosas y tenga que invocarte para que me
salves, pero...

...El día que eso ocurra de nuevo, por favor, perdóname con
una sonrisa, ¿quieres?

118
Capítulo 5 –
La Esclava Maldita
Cierto bosque separaba a dos ciudades vecinas. Los
habitantes lo llamaron: El Bosque de los Perdidos, y lo odiaban.
A menos que alguien tuviera una buena razón, los habitantes
se negaban a entrar al bosque, e incluso para sus rutas
comerciales usaban caminos que rodeaban al bosque y así lo
evitaban. Claro que, el camino más rápido para ir de una
ciudad a otra era atravesando El Bosque de los Perdidos, y por
desgracia, circunstancias excepcionales le daban a alguien
razón suficiente para entrar al temido bosque.
El Bosque de los Perdidos.
Un traicionero bosque al que no entrarías sin una razón.
En medio del bosque estaba una bruja.
Llevaba una túnica negra y un sombrero triangular. Ella era
bruja y una viajera.
Ella inspeccionaba el bosque con sus ojos color lapislázuli
mientras la briza hacía ondear su cabello cenizo. No mucha luz
iluminaba al bosque debido a lo tupido de las hojas, y el musgo
crecía en los troncos de los árboles por los que ella pasaba.
Fruncía el ceño con cada paso que daba, debido a que sus pies
se hundían en el aguado suelo.
Por cierto…
Antes de que ella entrara al bosque, un guardia de una
ciudad cercana le había advertido a la bruja.

119
“¿Eh? ¿Un atajo?” había dicho él. “¡Que ni se te ocurra! ¡Te
vas a perder!”.
Pero a la bruja le importó menos su advertencia, mostrando
una confianza que desconcertaba a cualquiera. “Estaré bien”
insistió ella “Créeme cuando te digo que ya he pasado por lo
mismo muchas veces”.
Esta bruja, que terminó perdida, exactamente como el
guardia dijo… ¿Quién podrá ser?
En efecto, soy yo.
Y estoy perdida.
“¡Ya no puedo más!”.
Casi una hora había pasado desde que comencé a caminar
por el bosque, y estuve convencida de que he estado
caminando en círculos todo este tiempo.
Caminé y caminé, pero nunca llegué al borde del bosque.
¿Cuánto más tengo que seguir? ¿Siquiera estoy
progresando? ¿Será que he estado dando vueltas y vueltas en
el mismo lugar?
Continué caminando por esta monótona escena, claramente
progresando nada. Dentro de poco, el cansancio, el
aburrimiento y la soledad me estaba atrapando. Ya estaba
hastiada de este ridículo bosque.
Y entonces, por último, el paisaje me mostró algo diferente.
“……”
Más adelante, había una chica, dándome la espalda. Su
cabello era de color azul oscuro, llegando a negro y caía
suavemente sobre sus hombres. Llevaba puesto un vestido
negro, más oscuro que su cabello. Su larga falda no tenía nada
de lodo encima. Estaba impecable.

120
Ella sostenía una cesta con una mano, mientras que con la
otra la llenaba de cosas que recolectaba. Se veía como si
estuviera recolectando plantas silvestre comestibles de un
bosque ordinario. La chica murmuraba felizmente mientras
estaba en lo suyo, y su comportamiento despreocupado no
coincidía con este espeluznante bosque.
¿Será que vive en este bosque?
“Umm…”
Sin pensarlo mucho, la llamé.
Y en el momento en que lo hice—
“¡Hyaaah!” Me vio con una expresión muy, muy
sorprendida, y ahora presa del pánico, perdió el equilibrio.
“¡Ah, aahh, aaaah…!” La chica soltó la cesta, volteándosele y
cayéndole sobre su cabeza la gran pila hongos.
Ya veo, parece que estaba recolectando hongos. Fuchis,
hongos…
“¡¿Qui-Quién anda ahí?!”.
“Um, soy una viajera… Me llamo Elaina”. Le extendí la mano
a la chica. “¿Estás bien?”.
Vio mi mano, mi cara, y finalmente se dio cuenta de la
situación en la que se encontraba, y después de entrar en
pánico nuevamente y desesperadamente metiendo los hongos
en su cesta, tomó mi mano.
“Muchas gracias…”
Tomó mi mano con fuerza y se puso de pie. Ahora que
estábamos un poco más cerca, fue que me di cuenta que ella
era un tanto más alta que yo.
“Ah. Me llamo Eustia. ¿A qué has venido, Elaina?”.

121
“……” Aparté la mirada. “Bueno, estoy tomando un atajo
para ir de una ciudad a otra”.
“Ah. ¿Entonces te perdiste?” Dijo Eustia con un choque de
palmas.
“…No, no. Lo malentiendes, sé que no estoy perdida. Es
sólo que… entré al bosque para tomar un atajo e ir de una
ciudad a otra”.
“¿Oh? Pero estamos en lo profundo del bosque, ¿sabes? En
el tiempo que te ha tomado venir hasta aquí, pudiste haber
rodeado el bosque y llegado más rápido”.
“……”
“¿Estás perdida?”.
“…¡Sí, bueno, ya! Estoy perdida. ¿Y qué?” Con la evidencia
puesta en mi contra, comencé a ponerme de mal humor.
Pero mi expresión de disgusto no molestó a Eustia y chocó
sus palmas otra vez. “En ese caso, ¿quieres que te enseñe el
camino? Este bosque confunde bastante, por lo que es difícil
encontrar la salida si estás sin compañía”. Su comportamiento
despreocupado no coincidía con este oscuro bosque.
“Estaría… encantada… sí”.
Asentí mientras admitía con desgano mi error, y en ese
momento—

122
123
“¡Gurgurgur!”.
—un raro sonido hizo eco entre los árboles. Di un vistazo,
pensando que era el llanto de una bestia que yo no conocía,
pero rápidamente me di cuenta que ese ruido venía de mi
estómago. Parecía que tenía un animal salvaje en mi
estómago.
¡Qué grosero!
Eustia se rio ante mi asombro.
“Antes que te muestre el camino, ¿qué tal si buscamos algo
de comer?”.

Eustia me contó todo tipo de cosas mientras íbamos de


camino a su casa. Al parecer, ella vivía en lo profundo del
bosque, donde otras personas rara vez se aventuran.
Lo primero que pensé fue que vivir en un lugar como este
no había sido su decisión, pero Eustia dijo una sola cosa: “Tu
hogar está donde tú estés”.
¿Quién querrá vivir en una casa llena de hongos?
Su casa no estaba lejos de donde estuvo recolectando y
llegamos en pocos minutos. La casa estaba en el centro de un
pequeño claro; y podrías pensar que los árboles torcidos
alrededor de la casa, la evitaban.
La casa era completamente de madera; el techo, las
paredes, las puertas y todo lo demás… De alguna forma,
parecía pertenecerle al bosque. De no ser por la luz de sol que
entraba en el claro, se habría camuflado a la perfección. Vi
ropa colgada en un tendedero.
El lugar daba la sensación de estar habitado.

124
A un lado de la casa se encontraba la tumba de alguien. No
pude ver bien el nombre. Pero por lo fresca que se veía la tierra
volcada, diría que alguien fue enterrado recientemente.
En el patio, un hombre estaba partiendo leña. Por la forma
en cómo balanceaba el hacha con mucha energía una y otra
vez, era gracioso.
Un momento después, el hombre se dio cuenta de nuestra
presencia y se giró hacia nosotras.
“Ah. Ya regresaste, Eustia… ¿Y quién es nuestra invitada?”.
Él era un hombre joven. Se veía como de unos veinticinco
años. Inclinó la cabeza, aun viéndome.
Eustia se le acercó al hombre en un santiamén y le dijo:
“¡Acabo de regresar, Amo!” Ella lo abrazó. “Ella es Elaina. Es
una bruja extraviada”.
Es una presentación vergonzosa.
Pero esa fue toda la explicación que Eustia dio.
“Ah…” El hombre asintió. “Bueno, es fácil que uno se pierda
en este bosque. Supongo que, si la trajiste hasta acá, es
porque planeas darle comida, ¿no? Bueno, será mejor que ya
vayan adentro”.
Él instó a Eustia a que entráramos a la casa.
Entonces, me dijo: “Tomará algo de tiempo hasta que la
comida esté lista. Si no te importa, ¿quieres pasar a la sala y
me cuentas de ti? Como ya te habrás dado cuenta, es muy raro
ver a personas viniendo de afuera”.
Asentí.
“Gracias… Oh, olvidé decírtelo, me llamo Giulio. Mucho
gusto, Señorita Bruja Extraviada”.
“Es Elaina”.

125
Me niego a aceptar ese nombre vergonzoso.

“Eeeh. Fue así como te perdiste. Para ser una viajera eres
un poco descuidada”.
“Qué grosero. Te hago saber que esta es la primera vez”.
En la sala se podía respirar un aire cálido. El calor provenía
de la chimenea. Eustia estaba ocupada cocinando en la cocina,
mientras que Giulio me hacía compañía.
Me sentí como si estuviera molestando la vida de una pareja
feliz.
Aunque ya sabía que estos dos no tenían ese tipo de
relación.
Y eso es porque Eustia se refirió a Giulio como: ‘Amo’.
“¿Por qué están viviendo en medio de este bosque?” Ladeé
la cabeza con esa incógnita.
Giulio asintió calmadamente. “Ah, bueno, se nos hace más
fácil vivir aquí”. Respondió vagamente.
“¿A qué te refieres?”.
“Este lugar es llamado El Bosque de los Perdidos, y hace
que las personas se pierdan, ¿verdad? Los lugareños no entran
sin una buena razón, y los forasteros que hacen el intento, por
lo general, dan la vuelta. Porque siempre se pierden”.
“…Cierto”. Desvié la mirada, recordando al guardia que me
advirtió muy seriamente que no lo tomara como atajo”.
“Nosotros abandonamos ese mundo. Es mejor no
relacionarnos con forasteros tan a menudo”.
“Estoy muy segura de que soy una forastera”.

126
“Eres la excepción, porque Eustia te trajo aquí”. Dijo él.
“Además, de vez en cuando nos gusta hablar con alguien de
afuera”.
¿No te estás contradiciendo?
No tuve el deseo de preguntarle.
Porque había algo más que me inquietaba.
“¿La razón por la que evitan a los forasteros tiene que ver
con la tumba en su patio?”.
Bajo la mesa, saqué mi varita con mucho cuidado.
Giulio pareció haber notado mi ligera cautela por mi tono de
voz. Con una sonrisa, dijo: “Supongo que te preguntas si
nosotros matamos al anterior inquilino”.
“……”
“No. No es lo que crees. Vamos, puedes estar tranquila. Lo
que viste, sí es una tumba, pero verás”—bajó el tono de voz,
como confesando—“es la tumba de una mala persona”.

Y entonces, me contó la historia de la vida de Eustia.


Hace mucho tiempo, cuando Eustia estaba más pequeña,
fue vendida como esclava. No se supo la razón, y está claro
que ella no lo deseaba.
Eustia tenía viejos recuerdos, y sólo podía recordar a su
madre que la abrazaba con cariño, pero no recordaba el lugar
en el que se encontraba. Entonces, algo pasó. Eustia fue
separada de su madre y convertida en esclava.
La primera vez que la compraron, tenía unos diez años. Un
comerciante que recién se hizo rico, le gustó su aspecto y la

127
compró. Pero sólo medio año después, ella regresó con el
comerciante de esclavos. El comerciante adinerado había
muerto bajo circunstancias sospechosas.
La siguiente persona que la compró, fue un aristócrata. La
compró para tenerla de sirvienta. Al parecer, ella pasó muchos
años con él, pero cuando el hijo del aristócrata quedó
fascinado con ella, también murió bajo circunstancias
sospechosas, y la chica nuevamente regresó con el
comerciante de esclavos.
Luego de eso, pasó de casa en casa de gente adinerada.
Pero por alguna razón, a donde sea que iba, las muertes
antinaturales continuaban. Daba igual quien la compraba, al
final regresaba con el comerciante de esclavos.
Era como si estuviera maldita.
Hace mucho tiempo, se ganó la reputación de: ángel de la
muerte.
Nadie la quería comprar.
Cuando ella estaba por cumplir quince años, cierto hombre
joven que se enamoró de ella a primera vista, la compró en el
acto.
Ese hombre joven era Giulio.
Desde el momento en que él la vio, quedó encantado, desde
el fondo de su corazón. Se preguntó como rayos nadie la había
comprado, si era tan encantadora. Desconcertado, se la llevó
a casa. Aunque ciertamente a él le gustaba ella, Giulio tenía
una razón más práctica para comprarla. Como mercenario a
sueldo, él se pasó su vida vagando por tierras lejanas. No sabía
hacer la limpieza ni cocinar. Así que pensó en comprarla para
que atendiera las tareas domésticas. Y como se movía de
ciudad en ciudad, Giulio no se relacionaba con nadie, así que
probablemente estaba solo.

128
Eustia era una buena trabajadora. Ella obedecía cada orden
y era dedicada a su amo Giulio, justo como lo haría una buena
sirvienta. No pasó mucho tiempo antes de que Giulio quedara
completamente encantado no solo por la belleza de Eustia, sino
también de su gran carácter serio.
Pasó sus días formulando planes para ganarse su corazón.
Ella se lo había robado.
“Eustia. Ven”. Un día, Giulio la llamó mientras ella hacía los
quehaceres, y le dijo: “Gracias por tu gran esfuerzo. Umm, si
te gustan… tómalas”.
En la mano traía un ramo de flores. Él pensó que la harían
feliz.
Pero ambos han vivido mundos diferentes. No veían de igual
manera las cosas.
“¿Quiere que decore la casa, Amo?”.
Entonces, Eustia ladeó la cabeza, con la misma expresión
seria de siempre.
“¿Eh? No… um, se supone que son un regalo…”
“¿Un regalo? ¿Por qué un amo le daría un regalo a su
esclava?”.
“……”
“¿……?”.
Muchas veces anteriores a esta, Giulio ya le había
obsequiado regalos, pero en todas, ella siempre se veía
confundida. No hubo ni una sola vez en la que se sintiera
contenta.
Giulio estaba perplejo. Ella todavía no lo veía como algo más
que sólo su dueño.

129
Parecía que él no lograría ganarse su corazón con regalos.
¿Qué es lo que ella quiere? Él no sabía la respuesta.
“Eustia, ¿hay algo que desees? ¿Algo que te gustaría tener,
o algo que quisieras para ti en el futuro?”.
Ella lo vio con sus ojos carentes de vida y respondió:
“Nada”.
Su respuesta fue directa, y muy fría.
“No hay nada que yo quiera”.

Fue ahí cuando él se dio cuenta.


La chica que él conocía era una cáscara vacía. Toda su vida
fue tratada como una muñeca que sólo era buena para seguir
órdenes.
Así que Giulio no siguió complaciéndola más con regalos,
porque ella nunca sería completamente feliz hasta llenar el
vacío que tiene por dentro.
Luego de eso, él se la llevó a varios lugares.
Se fueron juntos de viaje. Iban juntos de compras. Iban al
teatro juntos. Se escondían en la biblioteca. Él le enseñó un
poco a usar la espada, para que pudiera defenderse. Los dos
pasaban todos los días juntos persiguiendo diferentes
intereses.
En poco tiempo, Eustia había llenado el vacío dentro de ella
con conocimiento y cultura. Ella se había convertido en la bella
mujer que conocí ese día en el bosque.
“Eustia. Ven”. Un día, Giulio la llamó mientras ella hacía su
trabajo, y le dijo: “Gracias por tu gran esfuerzo. Umm, si te
gustan… tómalas”.

130
En la mano traía un ramo de flores. Él pensó que la harían
feliz.
“Muchas gracias… Amo”.
Él me contó que la sonrisa que ella le mostró cuando aceptó
el ramo era muy, muy bella.
Por fin estaban preparados para dejar atrás su relación de
amo-sirviente y empezar una nueva vida como enamorados.
Sin embargo…
“Pero incluso después de eso, no pudimos llevar nuestra
relación al siguiente nivel. Pues verás, yo no podía tocarla. No
me dejaba. El ser felices era sólo una ilusión”.
¿Qué quieres decir con eso?
“Y es porque ella está maldita” dijo él.
Seguí sin entender lo que quiso decir.
“Amo, yo le contaré el resto de la historia”.
Fue ahí cuando platos de comida comenzaron a aparecer en
la mesa. Al parecer, ya llevábamos rato de estar hablando.
Tanto así que Eustia ya había terminado de cocinar.
“Pero antes que continuemos, por favor comamos. Sería
una pena si se enfría”.
Eustia puso una dulce sonrisa.

Luego de la comida, Eustia se llevó los platos y luego puso


tres tazas de té sobre la mesa, y dijo con algo de vergüenza:
“…Si te parece bien, ahora yo contaré el resto de la historia”.

131
“Giulio me dijo que no eres una sirvienta normal. Y bueno,
eso es porque una sirvienta nunca tendría esta vida feliz,
¿verdad?”.
“……”
“…Y eso no es todo. Creo que podrás adivinarlo ahora que
escuches sobre mi juventud. Pero…” Dijo como algo natural:
“Soy una esclava malvada que ha llevado la muerte a todos los
amos que he tenido”.
Toda su vida pasó de amo en amo, por todo tipo de manos.
Una vez, fue el amo el que murió, en otra fue el hijo del amo…
E infaliblemente, la muerte seguía a la chica, y todas esas
veces regresó de nuevo con el traficante de esclavos y el ciclo
se repetía.
Eustia no los mataba intencionalmente. Ella no tenía la
naturaleza ni la fuerza para hacerlo. Esta chica ha vivido toda
su vida como una sirvienta ideal.
Cuando el primer hombre la compró, acabó muerto, ella se
sintió aliviada. Su primer amo era de los que se propasaban
con sus sirvientas. Murió justo después de atacarla.
El siguiente hombre que la compró no se comportó tan mal,
pero su hijo quedó fascinado con ella. El chico murió luego de
forcejear con ella.
Una vez tras otra, los hombres quisieron aprovecharse de
la vulnerable sirvienta y a todos les llegó un final prematuro y
nuevamente ella estaba de vuelta con el comerciante de
esclavos.
Eustia se había dado cuenta que había algo extraño dentro
de ella.
“Tengo alguna clase de maldición. Como si yo fuera
venenosa”.

132
Entrar en contacto con su piel era algo bastante inofensivo;
el veneno, como dijo ella, estaba en sus fluidos corporales, así
como: la saliva, el sudor, entre otros.
“Un hombre que me robó un beso murió en el acto. Los
hombres que han intentado… propasarse conmigo, se
encuentran con el mismo destino. Todos los que tocaron mi
cuerpo murieron de inmediato. Por eso no soy una sirvienta
normal”.
“… ¿Qué fue lo que te sucedió?”.
“Es una historia de hace mucho tiempo” Eustia respondió.
“Fue cuando recién me hicieron esclava. Una vieja bruja sucia
y zarrapastrosa llegó al mercado de esclavos”.
Eustia no pudo ver quien era debajo de esa pesada
capucha, pero recordó muy bien lo que esa bruja le hizo.
La bruja había sacado su varita y apuntó con ella a la chica
de la jaula. Luego tocó la cara de la chica y dijo: “Es mi
voluntad que nunca serás pertenencia de nadie. ¡Así será!”.
Eustia no supo el significado de esas palabras. Sólo recordó
quedar perpleja por la dulce sonrisa de la bruja cuando la
tocaba.
Incluso cuando el comerciante de esclavos la vendió como
cualquier otra mercancía, esas palabras seguían presentes en
su mente.
Y cuando los hombres que la compraban comenzaron a
morir uno tras otro, se dio cuenta.
“Cuando esa bruja zarrapastrosa me puso la mano… Debió
ponerme una maldición y así yo no poder tener ningún amo. Y
debido a eso, muchas veces terminé de vuelta con el
comerciante de esclavos”.
“……”

133
“Bueno, unos días después de que el Amo Giulio me
comprara, me enteré de cierto rumor. Escuché que una
aterradora bruja estaba buscándome. Fue ahí cuando
finalmente lo entendí. La bruja me quería para ella”.
Entonces ella se lo consultó a Giulio. Él de inmediato dejó
su trabajo y se vinieron a vivir a este bosque. Al parecer, a él
no le hacía falta el dinero. Después de todo, era lo
suficientemente rico como para haber comprado sin problemas
a una esclava costosa.
Entonces después, ambos idearon un plan para tenderle
una trampa a la bruja. Esparcieron el rumor de una pareja
viviendo en el bosque prohibido. Los rumores llegaron
enseguida a oídos de la bruja.
“La bruja vino a nuestra casa hace unos días. Ella atacó a
mi amo—trató de matarlo. Mi amo podía ser muy buen
guerrero, pero él se enfrentaba a una bruja… Era imposible
que él le ganara. Por eso…”
Ella se apretó las manos.
Sus delgados y blancos dedos temblaban ligeramente.
“Maté a la bruja”.
La bruja quería con desesperación a Eustia. Sólo era
cuestión de ir hacia donde se encontraba, pues era lo que
deseaba. Y entonces, recibió una puñalada en su espalda
desprotegida, y se acabó.
Había sido algo sencillo.
Ahora con la bruja muerta, la maldición se quitó. Todo se
resolvió con un solo movimiento. El mal fue vencido, y ahora
los dos enamorados podían estar juntos para siempre.
Esta era toda la trama de su historia hasta ahora.

134
“Mi amo me salvó. Estoy agradecido con él, por fin soy libre
de esa terrible maldición. Es por eso que ahora quiero casarme
con él y pasar el resto de mi vida junto a él”.
Eustia prácticamente estaba brillando.
“Pero, hay una cosa más… Me gustaría verme con mi madre
algún día. Estoy segura que no quiso abandonarme. Eso lo sé.
En mis recuerdos, ella era muy amable. Quiero esperarla aquí,
sin importa cuánto tiempo tome”. Dijo Eustia.
Me pregunto si ahora tendrá una vida feliz sin la bruja que
le causó esa maldición…
…Esperando ahora a su madre.

Una semana atrás…

Estuve caminando bajo la luz de la luna en una ciudad


lejana, lejos del bosque prohibido, cuando me encontré con
una extraña mujer.
“……”
Creerás que es una grosería llamarla extraña mujer, pero
cuando vi a la maga tumbada boca abajo justo en medio de la
avenida principal, pensé que estaba enferma o herida, y entré
en pánico.
Así que me apresuré y ayudé a que se sentara. “¡¿Estás
bien?!” Incluso mi voz estaba temblorosa.
“...Um… Lo siento mucho… Yo… uhhh… No puedo
moverme…”

135
Parecía que aún respiraba. Mirando más de cerca a la mujer
de cabello largo y negro, vi que llevaba un broche en forma de
estrella en el pecho, y deduje que era una bruja. Pero su
broche estaba muy viejo. Probablemente lleva bastante tiempo
siendo bruja.
Imagino que debe ser una bruja muy hábil.
¿Qué pudo haber traído a una bruja tan poderosa a este
lugar...?
Con cautela, empecé a ver los alrededores.
“¡Gurgururu!”
El gruñido de una bestia desconocida estaba cerca. Me
pregunté si algún monstruo espantoso estaba merodeando
donde no alcanzaba mi vista, y si esa terrible bestia era la
responsable de atacar a esta bruja.
......
No, a pesar de mi miedo, el horrible ruido provenía
obviamente del estómago de la mujer. Era simplemente el
llanto de un estómago que ya no podía soportar estar vacío.
“…Tengo tanta hambre… No he comido nada en tres días”.
En cuanto dijo eso, la mujer se desmayó en mis brazos.
“……”
¿Otra vez está pasando?
A partir de ahora, si veo a alguien tirado en la calle, creo
que lo ignoraré.

“...Estoy en deuda contigo. He tenido tanta prisa yendo de


ciudad en ciudad, así que rara vez me detengo a comer. Casi
me muero justo antes de llegar a mi destino”.

136
Finalmente, llevé a la hambrienta mujer a mi habitación
donde me hospedo y le ofrecí el sándwich que había comprado
para cenar.
Mientras ella apaciguaba el ruido de su estómago, la mujer
me dijo que se llamaba Sirith, y que también era una bruja
viajera. Al parecer teníamos mucho en común. Me sentí como
si estuviera unida a ella.
Yo también me presenté, tarde pero seguro, y ella dijo lo
que yo estaba pensando.
“¡Ara! Sabía que sentía una conexión contigo”.
Ya veo, ya veo, así que supongo que somos similares, en
cierto modo.
Sin embargo...
“¿Qué hacías yendo de ciudad en ciudad? ¿Estabas huyendo
de alguien a quien ofendiste? ¿O te metiste a problemas luego
de un intento de estafa y te atrapó la policía? ...Estoy segura
de que eso no es nada raro para una bruja viajera... ¿no?”.
Si entiendo la situación, sería peligroso que pasáramos
mucho tiempo juntas. Sería más seguro para ambas si nos
separamos lo antes posible, pensé.
Pero rápidamente negó con la cabeza.
“No, sólo soy una bruja viajera, nunca me he metido en
problemas en ningún sitio, ni tampoco he ganado dinero sucio,
ni menos ser expulsada. Nunca he estado envuelta en nada de
eso, soy una viajera. Nunca haría nada malo”.
“Ve-Verdad que sí. Así somos las brujas viajeras. Nunca
causamos problemas a los lugares que visitamos”.
“¿Hmm? ¿Por qué miras hacia la ventana? ¿Hay algo
interesante afuera?”.
“Oh, no es nada”.

137
Yo estaba mirando atentamente por la ventana. La luna se
veía brillante en el cielo despejado, a diferencia de la nublada
conversación por la que íbamos, así que tosí disimuladamente
con fuerza, y encaminé la conversación. “Entonces, ¿por qué
colapsaste?”.
“...Me entró el pánico. Tengo mucho qué hacer, pero...”
Cuando estuvo a punto de decirlo, me miró de repente. “Por
cierto, voy a preguntarte algo que no tiene nada que ver,
pero... Elaina, ¿has visitado ya muchos lugares de por aquí?”.
“No, todavía no”.
“Ara…” La expresión de Sirith se nubló, se veía
decepcionada. “¿Así que no sabes nada sobre El Bosque de los
Perdidos?”.
“¿Hmm? No...”
¿El Bosque de los Perdidos?
Ya veo. Sólo por el nombre, puedo decir que es un lugar
extraño.
Si me da tiempo, será divertido ir a conocerlo.
“Voy de camino hacia allá...”, continuó Sirith. “Entonces, tú
tampoco debes conocer a la persona que vive en ese bosque,
¿verdad?”.
Asentí con la cabeza. “No, no sé de quién se trate”.
“Ya veo...”
“...Y”, pregunté, “¿te diriges a ese bosque?”.
“Sí. Voy a encontrarme con esa persona”. Me contó poco a
poco. “Llevo mucho tiempo buscando a alguien, y… he oído el
rumor de que está viviendo en lo más profundo del bosque”.
“¿Y esa es la persona que buscas?”.

138
“Probablemente”. Sirith asintió en silencio. “Bueno, no estoy
segura del todo, así que esperaba poder obtener información
de algún otro compañero viajero, pero... Si no sabes nada,
pues no hay de otra”.
No había forma de que yo supiera de la existencia de gente
que viviera allí, apenas y escucho hablar de él. Tal y como ella
dijo, no había de otra.
“¿Por qué buscas a esa persona?”.
No pude evitar la curiosidad.
Respondiéndome con sinceridad, me dijo: “Es mi hija. Fue
vendida como esclava cuando era sólo una niña. Mi hija está
en ese bosque”.

Hace mucho tiempo, Sirith vivía en una tierra lejana. Tenía


un título bastante inquietante—La Bruja de las Maldiciones—
pero eso la convertía en un valioso activo para el país. Ella era
muy bien reconocida en su tierra natal, ya que su mayor
especialidad eran las maldiciones que, una vez lanzadas, nunca
podían ser eliminadas, excepto por su voluntad... o que
muriera.
El país estaba inmerso en un periodo de caos inducido por
la guerra.
Ella había eliminado a los traidores que vendían secretos del
gobierno, utilizando sus poderes para manipular a los líderes
enemigos, incluso maldijo a los soldados de su propia nación
para que no tuvieran miedo a morir. La Bruja de las Maldiciones
estaba a la altura de ese horrible apodo.

139
Pero todos sus esfuerzos fueron en vano, y su país se fue
directo a la ruina.
Expuso a tantos traidores, que la paranoia se apoderó de la
ciudad, y cada vez que uno de sus líderes moría
inesperadamente, el pueblo asumía que ella los había
maldecido. Los soldados que habían perdido todo el miedo a
la muerte, marchaban a misiones suicidas hacia territorio
enemigo, y uno a uno morían.
El país había confiado demasiado en la Bruja de las
Maldiciones, que cayó en el proceso. Todo se desmoronó
rápidamente. Estaban indefensos ante una invasión enemiga.
“Cuando se supo que el enemigo iba a invadir, me quedé
atrás de los soldados para ganar tiempo y que los civiles
pudieran salir. Mi hija escapó con ellos”.
“……”
“Todos los soldados murieron, y yo luché hasta que mi
energía mágica se agotó. Después de ganar todo el tiempo que
pude, se suponía que iba a reunirme con la gente que había
escapado e irme a algún lugar fuera del país. Pero cuando
llegué al lugar donde se suponía debían estar, encontré una
pila de cadáveres”.
“... ¿Qué pasó con tus compatriotas que huyeron?”.
“La mayoría de los adultos fueron asesinados. El enemigo
se llevó a todos los niños. Al parecer, se dieron cuenta de
nuestro plan. Pensé que los estaba conteniendo, pero en
realidad, sólo nos mantenían ocupados”.
“...Entonces, ¿tu hija?”.
“El enemigo se la llevó como esclava”.
No pudo—no estaba en las probabilidades—rescatar a su
hija.

140
Ni siquiera una bruja poderosa podría marchar sola hacia
un ejército enemigo y esperar a que todo saliera bien. Y si su
hija hubiera sobrevivido, no había garantía de que Sirith
pudiera encontrarla. Estoy segura de que esto no lo pasó por
alto.
“Después de que mi hija fue secuestrada, me escabullí en
el país enemigo”.
Seguro más de una persona reconocería a la Bruja de las
Maldiciones, así que se vistió como una vagabunda, se cubrió
la cara con una pesada capucha y entró de incógnito a los
barracones de los esclavos.
Cuando vio a su hija ahí, debió sentir un terrible pesar
¡Cuánto debió querer salvarla! Pero estaba rodeada por el
enemigo. Rescatarla era imposible.
Sirith me dijo que lo único que había podido hacer era meter
su varita en la jaula de su hija. No podía arriesgarse a causar
un alboroto.
“Lo único que pude hacer fue que nadie pudiera lastimar a
mi hija”.
Su hija, quien estaba formada como mercancía.
Sirith había dicho: “Es mi voluntad que nunca serás
pertenencia de nadie. ¡Así será!” y le puso una maldición.
Era una maldición que envenenaba su saliva, sus lágrimas,
su sudor, todos sus fluidos corporales. No importaba qué
terrible amo la comprara, no importaban los abusos que
sufriera, al menos nadie podría tomar su dignidad más privada.
Eso fue todo lo que Sirith pudo hacer por su hija—por
Eustia—en aquel momento.
“Después de eso, me fui de la ciudad. La maldición no
habría servido de nada si me mataban ahí, así que... no tenía
nada más que hacer”.

141
Y así esperó, aguardando su momento mientras viajaba por
el mundo, nutriendo al mismo tiempo un secreto deseo de
reencontrarse con su hija. Se aferró a la esperanza de que su
hija escapara de algún modo de esa esclavitud, y adonde iba,
preguntaba por una esclava de hermosa cabellera negra.
Pasaron más de diez años.
“Por fin... por fin llegó el momento. Escuché un rumor de
que mi niña fue llevada por un nuevo amo a vivir en lo
profundo del Bosque de los Perdidos. Finalmente, puedo
salvarla...”
Sirith apretó los puños con mucha, mucha fuerza.
Después de todos estos años, su esperanza más querida
estaba a la vista.
“...Espero que puedas reunirte con tu hija”, dije. “Entonces,
¿qué piensas hacer una vez se reúnan?”.
Ante esa pregunta, se quedó pensando un momento y luego
respondió: “Veamos... después de deshacerme de su malvado
amo, creo que me retiraré a vivir en el bosque con ella”. En
medio del Bosque de los Perdidos, deberíamos poder vivir en
paz”.
Sirith sonrió satisfecha.

Cuando Eustia terminó de contarme toda su historia, yo


estaba lista para irme.
“Gracias por la comida. Estaba deliciosa. Te lo agradezco
mucho”. Me incliné formalmente. “Tengo que irme, así que me
despido”.

142
“Ah, en ese caso, te acompañaré”. Eustia se levantó de su
asiento y se me acercó.
Ella había prometido acompañarme, después de todo.
“Si te refieres a ayudarme a salir del bosque como
prometiste”, dije, “no será necesario. Puedo encontrar el
camino. ...En caso de ser necesario, puedo volar sobre el
bosque en mi escoba”. Sacudí la cabeza lentamente. “Bueno,
nos vemos...”
Abrí la puerta y salí. Eustia se quedó allí, con un brazo
extendido, como si quisiera detenerme. Pero mantuve la
mirada baja mientras me apresuraba a salir.
No podía soportar estar más tiempo aquí.
La casa estaba anidada en un pequeño claro del bosque. La
ropa se secaba en un tendedero. Se sentía habitado.
A un lado de la casa se encontraba la tumba de alguien. No
pude ver bien el nombre. Pero por lo fresca que se veía la tierra
volcada, diría que alguien fue enterrado recientemente.
Estaba segura de que la tumba había sido cavada hace unos
días.
“Elaina”.
Giulio me llamó mientras me demoraba cerca de la tumba.
Corrió hacia mí, solo. Eustia seguía adentro.
“... ¿Olvidé algo?” Fingí estar confundida.
Él negó con la cabeza: “No olvidaste nada. Sólo estaba
preocupado porque te noté algo preocupada al final de la
historia”.
Creí que lo había soportado bien, supongo que me
descubrió.

143
Aparté la mirada. “No es nada, quédate tranquilo”. Mi
mirada se posó en la tumba a mis pies. Ahí, estaba un
montículo de tierra y nada más.
“......” Giulio siguió mi mirada. “...Ni Eustia ni yo tenemos
idea de lo que pensaba esta bruja cuando lanzó la maldición
sobre Eustia. Murió antes de poder decirnos la verdad”.
“…Ya veo”.
“A veces me pregunto... si en verdad esta bruja era
realmente malvada. Hizo infeliz a Eustia, no hay duda de eso.
Fue una maldición cruel que hizo que nunca pudiera vivir una
vida normal... Era igual que obligarla a una vida de esclavitud”.
“......”
“Sabes, siempre asumí que la bruja era malvada, pero a
veces pienso que quizás no vimos todo el panorama. Quizás
esa bruja tenía alguna buena razón para lanzar la maldición
sobre Eustia. Tengo la sensación de que pudo haber sido así”.
Giulio murmuró. “Le hice esta tumba como un pequeño intento
de expiación”.
Y entonces...
“¿Qué hay de ti?” Giró la mirada hacia mí.
“¿Yo qué?”.
Giulio asintió con fuerza. “Nadie entra al Bosque de los
Perdidos sin una buena razón”, dijo. “Así que debe haber algo.
Si no, ¿por qué te desviaste de tu camino y entraste al bosque,
aun pudiendo volar en tu escoba?”.
“……”
“Será que viniste a encontrarte con alg—”
“No”.
Lo interrumpí, girando la cabeza.

144
Nadie entraba al bosque sin una buena razón... Bueno,
incluso suponiendo que tuviera una buena razón, no iba a
decirles cuál era. Nunca.
Puede que haya venido para encontrarme con alguien, pero
eso no tenía nada que ver con ellos dos ahora.
Y así, mentí lo mejor que pude.
“Sólo quería tomar un atajo. Es todo”.

145
Capítulo 6 –
Elaina, La Pequeña Bruja
Resumen de la historia hasta ahora.
Mi nombre es Elaina. Soy la Bruja Ceniza. Cuando apenas
llegué a la adolescencia, logré alcanzar el título de bruja: el
rango más prestigioso de entre los usuarios de magia. Luego
emprendí un viaje por el mundo para dejarlo fascinado con mis
delicados encantos.
Pero pasar dificultades es algo inevitable de los viajes. Los
problemas llegaron uno tras otro, y antes de darme cuenta, mi
cuerpo y mi mente retrocedieron a la edad de diez años.
“Waah… no puedo viajar luciendo así…”
Al parecer, mis habilidades mágicas también tuvieron una
regresión; mi inmaduro cuerpo no podía estar a la altura de los
niveles de magia que solía usar. Todavía puedo hacer hechizos,
pero no tan bien que digamos. Mi título de bruja ya no me
serviría de mucho.
Por otro lado, me hizo un 30% más linda, así que sentí que
todo podía salir bien.
Como todavía puedo usar magia, ajusté las medidas de mi
ropa acorde a las de una niña de esta edad. Supongo que a
mis diez años tenía mucho talento. Bien por mí.
“……”
…Veamos, no diría que estoy en una buena situación.

146
Mientras asimilo este hecho asombroso, observo mi
entorno.
Me encontraba en la habitación de una posada. Mis
pertenencias estaban colocadas una sobre otra en una
esquina. Afuera de la ventana pude ver una ciudad que seguía
bajo un manto de nieve. Por suerte, aún con la regresión que
tuvo mi cuerpo, mis recuerdos de lo que pasó ayer estaban
frescos en mi mente.
Entonces, ¿qué rayos pasó?
Les describiré la escena.

Era un día de invierno cuando llegué a esta particular


ciudad. Los aleros de las viviendas de ladrillo rojo oscuro
estaban pintados de un blanco puro. La nieve acababa de caer,
pero ahora ya no había nubes en el brillante cielo. Sin
embargo, aún con el clima despejado, el tibio calor del sol
apenas llegaba a la avenida en la que ahora me encontraba
caminando.
Llevaba puesta mi túnica negra y mi sombrero triangular,
una bufanda alrededor de mi cuello y unas gruesas medias,
pero el implacable frío logró colarse y rozó mi cuerpo con su
frialdad.
“…Qué frío”.
Incluso con mis manos dentro de mis bolsillos, ahí estaba
yo, mirando al suelo, tratando de rechazar el frío. De no haber
apretado mis dientes, habrían empezado a castañear3. A eso
le sumo que estaba temblando como un ciervo recién nacido.

3
El sonido cuando chocan los dientes de cada mandíbula

147
La gente de esta ciudad parecía estar acostumbrada a este
frío. Los hombres y mujeres que tenían puestos de venta a un
lado de la calle llevaban ropa más ligera que yo, disfrutaban
de sus compras mientras caminaban tranquilamente por la
calle, sin dejarse intimidar de este clima gélido.
“Disculpe. Usted, pequeña dama. ¿Está descontenta por
cómo luce ahora, ¿verdad?”.
Al parecer, algunas personas se sentían tan cómodas con
este frío que pensaron abrir sus negocios en la calle. La voz
que me había llamado, era de una niña que estaba sentada
sobre una caja de madera.
Llevaba un sombrero redondo y plano que se veía suave y
esponjoso, y en la parte inferior de ese sombrero caían con
suavidad unas hermosas ondulaciones doradas de su cabello.
Su atuendo era lindo. Llevaba una túnica negra diseñada como
un elegante vestido gótico. Además de su hermoso vestir, su
voz era elegante y refinada, por lo que estaba muy claro que
era la hija de alguna familia respetable.
Pero…
“Más bien yo debería llamarte pequeña dama4…”
Ella al parecer tenía unos diez años.
“¡Hmph! ¡No me subestimes! Algún día me convertiré en
una gran bruja... ¡Soy una maga muy prometedora y seré una
gran bruja! ¡Y no dejaré que este miserable pueblito me
detenga! Ahora, aquí es donde me muestras un poco de
respeto”, insistió, sin dejar de respirar.
...Y yo que esperaba poder registrarme en una posada y
descansar temprano. ¿Por qué soy un imán de raritos?
“Por cierto, ¿qué me quisiste dar a entender cuando me
preguntaste si estaba descontenta con quien soy ahora? No
4
La típica ojou-san

148
siento que llevo una vida infeliz”. Intenté hacer avanzar la
conversación. “Además, ya te hago saber que no acepto
invitaciones religiosas”.
“¡No te preocupes! No soy evangelista. En realidad,
recientemente he desarrollado una nueva e increíble medicina.
Y esa es… ¡esta! ¡Ta-raaan!” La niña hizo un raro sonido con
la boca mientras sacaba algo de la caja en la que estaba
sentada. Era un vial que por dentro tenía un líquido
transparente. “Veamos... Prueba esta medicina. Si te la bebes,
tu cuerpo hará, como, ¡bam! Y será todo ¡wuuu! Increíble,
¿verdad?”.
Sus descripciones eran horribles. No me decía nada bueno.
“Como sea, si bebes esto, ¡tendrá un efecto increiiiiible!”.
“¿Un efecto increiiiiible, dices?”.
No tengo idea de lo que se supone que significa eso.
“Lo recomiendo especialmente para gente como tú”.
“… ¿Y eso qué significa?”.
Cuando pregunté, la niña puso una enorme sonrisa, y
después de poner sus manos en su pecho, habló con una
enorme confianza: “¡Tendrás pechos grandes!”.
Su pecho era plano como una tortilla.
“Es mentira, ¿verdad?”.
“¡No es mentira! Lo digo en serio. Si bebes esto, ¡realmente
crecerán!” Agitó desesperadamente los brazos. “¡Créeeeeme!”.
El líquido del vial comenzó a burbujear. En este punto, yo
había perdido completamente las ganas de beber.
“No. Jamás la beberé. Esa medicina es muy sospechosa”.
“¡No lo es! ¡Tardé medio año en desarrollar esta super obra
de arte!”.

149
“Es una medicina de dudosa procedencia y super poderosa,
entiendo, adiós”. Tras endurecer aún más mi decisión de no
beber el extraño líquido bajo ninguna circunstancia, di media
vuelta y me alejé.
“¡Espera, cretina5!” La niña me persiguió, gritando unas
palabras que no entendí bien. “¡No te arrepentirás si la bebes!
¡Debes beberla! Bébela—aaah!”.
Fue entonces cuando escuché que algo se quebró, y el grito
de la niña.
...Ya más o menos sabía lo que había pasado detrás de mí
incluso sin haberme dado la vuelta.
“… (Sollozo). Mi creación… está…”
En el suelo nevado se estaba esparciendo el contenido del
vial destrozado. Un pequeño charco se estaba formando en el
camino.
El excepcional descubrimiento de la niña tuvo un final
prematuro. Ella estaba sentada en el suelo, abatida y llorando.
“Um... ¿estás bien?” Toqué a la niña en un hombro.
Ella dijo sollozando: “Hic… Trabajé mucho para hacerla…”
“Ah… lo siento”.
“Me esforcé tanto…” Ella se había cubierto muy
elegantemente los ojos con ambas manos, pero pude adivinar
que debajo de esas manos, probablemente se estaban
derramando lágrimas.
“… ¿Y no tienes reservas?” pregunté, y la niña negó
lentamente con la cabeza.
… ¿Por qué no hiciste extras?

5
Agréguenle un -desuwa

150
“No hice más, pero… tengo otras medicinas…”
Completamente descorazonada, la niña se levantó y caminó
tambaleándose hacia la caja. Abrió la tapa. “...Ah, pero todas
son un fracaso. No son más que basura... Da igual la que te
bebas, no pasará nada... Creo que voy a dejar ya este
negocio”.
“……”
Era como si, la niña segura de sí misma que vi hace unos
momentos, se hubiera hecho pedazos junto con su medicina
especial. Ahora estaba tan devastada, llorando mientras
sacaba frascos de su caja.
Sinceramente, no podía seguir viendo esto. Si alguien me lo
preguntara, no creo que yo pudiera decir que fue culpa mía,
pero era un hecho inevitable que el encuentro conmigo fuera
el comienzo para que ella perdiera su preciado descubrimiento,
o lo que fuera.
“¿Cuál medicina es la más normal que tienes?”.
Finalmente, decidí tomar una de sus pociones.
“...Esta”, dijo, mientras me mostró un pequeño vial.
“¿Y esta qué hace?”.
“…Te hace sentir como si hubieras crecido más”.
“......”
“... ¿Quieres tomarla? Cuesta una moneda de plata”.
“… Está bien, sólo un poquito”.
Sintiéndome obligada a beberla, le acepté la botella.
Entonces abrí la tapa y tomé un diminuto sorbo.
“... ¿Cómo te sientes?”.
“...De alguna manera, siento que he crecido un poco más...”
“……”

151
“……”
Fue difícil describir mis sentimientos cuando le tuve que
ofrecer una moneda de oro por la medicina (le di una extra
como disculpa) y me retiré.

Después de ese encuentro, caminé un rato por la ciudad, y


luego me dirigí a la oficina de gobernación.
“Oh, ¿usted es la Bruja Ceniza? La he estado esperando”.
Un funcionario del gobierno me recibió cordialmente. “Venga,
pase por aquí, por favor—”
En la sala de recepción a la que me llevaron, había dos sofás
que se veían de frente, y el calor que irradiaba la chimenea
crepitante de la esquina de la habitación calentó mi helado
cuerpo. Tras quitarme el abrigo, tomé asiento en un sofá.
El funcionario habló mientras se sentaba frente a mí: “Creo
que ya lo ha escuchado de una de las ramas de la Asociación
Mágica, pero... estamos solicitando su ayuda para tratar con
cierta maga que vive en esta ciudad”.
Como bruja y viajera, suelo aceptar encargos. Esta vez,
mientras me preparaba para partir hacia mi próximo destino,
recibí una solicitud de la Asociación que decía: Una maga en la
siguiente ciudad se está comportando mal y actúa muy
violentamente. Queremos que hagas algo al respecto.
No pertenezco a la Asociación, pero, por desgracia, no había
ningún mago miembro aquí cerca. Y además, la situación era
urgente, así que la organización me llamó personalmente.
Acepté porque no tenía dinero y la generosa remuneración
me atrajo.

152
Por esa razón vine a esta ciudad.
“Tenemos graves problemas. ¡Esa maga es una molestia!
¡Está totalmente fuera de control! No sabemos qué hacer con
ella…”
Entonces el funcionario me dio un pequeño resumen de la
situación.
La aprendiz Priscilla era una niña, sólo tenía diez años, y sin
embargo, poseía un talento excepcional. Como maga, era algo
a lo que llamarían: genio.
Sin embargo, nunca enfocó ese talento en la dirección
apropiada.
Por ejemplo, las pociones que preparaba siempre poseían
algunas cualidades peculiares.
En una ocasión, hizo una extraña poción que hacía que
quien la bebiera, le salieran repentinamente orejas de gato. En
otra ocasión, una curiosa poción hacía que, por alguna razón,
la víctima no le tendría afecto a nadie que no fuera una niña
de diez años. También había una terrible poción que convertía
a la víctima en un cerdo. Se dijo que ella era tan elocuente
como hábil en el arte del engaño, engañaba a ciudadanos
inocentes para que bebieran sus extraños brebajes y les
estafaba el dinero.
Sin embargo, como las víctimas solían ser objeto de
transformaciones extrañas y antinaturales, era difícil a veces el
denunciar esos incidentes a las autoridades, e incluso al
momento de la denuncia, era difícil saber qué hacer con esas
quejas. En el último reporte, todo eso había sido ignorado.
Ya veo, así que engaña a sus víctimas y encima las silencia,
mientras sigue estafando a la gente. Lo ha planificado bien…
......
Momento, ¿dijo, maga de diez años?

153
¿Una niña vendiendo medicinas a un lado de la calle?
“¿Podría describirme el aspecto de esta niña Priscilla?”.
El funcionario dijo: “Veamos—Creo que” miró hacia arriba,
pensando. “Es una niña rubia, lleva una túnica estilo gótico, y
un sombrero esponjoso. Ah, y su forma de hablar es
curiosamente madura”.
“…………Oh, ya veo…”
Ya he visto a alguien con esa descripción en algún lugar.
Hasta podría asegurar que me parece haber visto a alguien
así hace menos de una hora...
“¿Ocurre algo? Señorita Bruja Ceniza, no se ve bien...”
“…No, no es nada”.
El funcionario del gobierno estaba desconcertado, pero
continuó: “En fin, Priscilla sigue creando sus pociones dudosas
y le está causando problemas a los ciudadanos. Si no hacemos
algo con ella pronto, los costos de daños irán más en
aumento”.
“……”
Me quedé en silencio. El funcionario inclinó la cabeza hacia
mí con educación y me dijo: “Me gustaría encomendarle que
dirigiera la captura rápida de Priscilla. No podemos permitir que
siga sufriendo gente inocente”.
Puede que yo haya tomado una de esas pociones dudosas.
La niña que conocí parece concordar con la descripción de
la apariencia de Priscilla, y estuvo actuando la parte sobre…
Aunque ante mis ojos se dejó ver algo torpe…
Puede que sea una coincidencia, o el parecido con otra
persona…

154
“Ah, otra cosa”. Continuó el funcionario. “Priscilla finge ser
una niña torpe y lamentable para disuadir a los adultos, y luego
se inventa situaciones para engañarlos y hacer que beban sus
pociones. Por favor, tenga en cuenta eso”.
“……”
“Además, cuando le dice a la gente que una de sus pociones
es un fracaso, es porque tiene algunos efectos secundarios
extraños, así que también hay que tener cuidado con eso”.
“......”
Ah.
¿En serio?
“Señorita Bruja Ceniza, ¿nos hará el favor de aceptar este
encargo?”.
El funcionario del gobierno se inclinó ante mí una vez más.
……
No se trataba de si quería o no.
“Por supuesto. Yo me encargo. Lo resolveré de inmediato”.
Nada bueno me pasaría si no lo acepto.
“¡Oh! ¡Qué palabras tan prometedoras!”.
Desde la perspectiva del funcionario que estaba muy
emocionado, supongo que me vio como una bruja maravillosa,
rebosante de deseos de justicia.
Pero en realidad, sólo soy una bruja inepta e insensata que
está en pánico porque bebió descuidadamente una poción
sospechosa.
Fufufu…
…No le veo la gracia.

155
Después de haber terminado de hablar con el funcionario,
regresé a toda prisa al lugar donde me había encontrado con
(la niña quien sospechaba que era) Priscilla. Pero ella ya no
estaba, como que presintió que yo venía, y todo lo que quedó
fue la marca donde estuvo la caja.
No había nadie, luego deambulé muy ansiosa por la ciudad,
tratando de seguir el rastro de la niña. Si fuese fácil saber su
ubicación con tan sólo un poco de esfuerzo, la gente de esta
ciudad no tendría tantos problemas con ella, ¿verdad?
No encontré ningún rastro de ella.
Busqué hasta el atardecer, cada vez más desesperada, pero
nada que me dijera a dónde había escapado.
Busqué y busqué, pero todo fue en vano.
Sin embargo, al final del día, incluso después de recorrer la
ciudad, no se había materializado ni un solo efecto de la poción
que bebí.
¿Tal vez lo que me hizo beber fue realmente una poción
defectuosa?
No siento ningún efecto secundario extraño... De hecho,
¿puede que la niña que conocí haya sido una persona diferente
y se parecía a Priscilla?
De hecho, no fue hasta que me quedé en la posada y me
dormí que empecé a tener dudas sobre su identidad, a quien
había conocido ese día.
Entonces, cuando desperté a la mañana siguiente, me había
convertido en una niña.
“¡Sabía que eras tú!”.

156
¡NoOoO!
Ahora, dejándome llevar por mis emociones como una niña
de mi edad (yo de 10 años), me entregué a la frustración y me
metí de nuevo en la cama.
“¿Esto significa que el efecto secundario de la poción que te
hace sentir más alta, te hace encoger? ¿Pero qué rayos?”.
Ha superado completamente los efectos secundarios.
Recomiendo revisar el nombre y llamarlo poción encogedora.
Nunca me bebería algo con ese nombre, ni sentenciada a
muerte.
¡Fui patética por haberme dejado engañar con tanta
facilidad!
Y en medio de esta situación desesperada, tuve otro
problema muy grave.
Yo estaba sin dinero.
“... ¿Me alcanzará para quedarme tres días más?”.
Cuando comparé la cantidad de dinero que me quedaba en
la cartera y las tarifas de la posada e hice los cálculos en mi
pequeña cabeza, teniendo en cuenta el precio de la comida y
otros gastos, los fondos que me quedaban me durarían tres
días. Después de eso, sería echada y me quedaría bajo el
helado cielo, aún atrapada en este cuerpo de niña. No había
nada más que pudiera hacer.
...Parece que siempre me enfrento a la falta de dinero, pero
como viajera, entre los precios de la comida, y el dinero para
pagar los peajes, y la ropa para los diferentes climas, y para el
consumo diario, no importa cuánto dinero tenga, nunca es
suficiente. Da igual qué tan ingeniosa sea la estafa que me
proponga para sacar beneficios, el dinero desaparece tan
rápido como la nieve cuando se derrite. Ya veo, creo que no
es de extrañar que el mal no haya desaparecido del mundo.

157
“...Haah...”
Después de dejar salir un gran suspiro, miré al techo desde
mi cama. Por ahora tengo que posponer la búsqueda de
Priscilla y buscar una forma de ganar dinero…

Bajo el frío cielo de invierno, usando un vestido rojo barato


y capucha del mismo color, estaba una niñita y sola.
“Fósforos… ¿Alguien necesita fósforos…?”.
Era una niñita vende fósforos.
Sacó unos fósforos de su cesta y luego extendiendo la
mano, se los ofrecía a quien pasara caminando y les
preguntaba con una frágil voz: “¿No necesita fósforos…?”.
Pero los corazones de las personas eran igual de fríos que
este invierno, y observaron los esfuerzos de la niñita con una
mirada fría. No había indicio alguno de que la cantidad de
fósforos fuera a reducirse.
“Fósforos… ¿Alguien necesit—aah!”.
Mientras ofrecía fósforos, la niña chocó con un hombre que
venía en dirección contraria. A la niña se le llenaron los ojos de
lágrimas mientras recogía con cuidado los fósforos que se le
habían caído, uno por uno.
“Hmph. Es tu culpa por vender algo tan estúpido en un lugar
como éste”, dijo sin asco el hombre que había chocado con la
niña. “Bueno, supongo que me llevaré uno”.
Entonces el hombre le arrebató uno de la cesta que estaba
en manos de la niña. Qué arrogante era este hombre.
“Uh, um... esos están en venta...”

158
“¿Eh? ¿Me vas a quitar mi dinero luego de haberte estrellado
conmigo? ¡Dame uno gratis!”.
“P-pero…”
Pero la resistencia de la niña fue en vano, y el hombre le
arrebató una caja entera de fósforos y se marchó.
Pobre niñita.
Por cierto, esa pobre niñita, ¿quién podrá ser?
En efecto, soy yo.
“Fósforos... ¿Alguien necesita fósforos...?”.

159
160
Actuando como una niñita pobre, intentaba copiar la misma
técnica que cierta maga de diez años usó en cierto lugar. Era
un negocio redondo.
“Ah… um… fósforos…” Seguí mostrando los fósforos a
quienes pasaran. Y me seguían ignorando.
Todavía no había vendido ninguno. Me quedaba una
cantidad vergonzosa de mi inventario de fósforos, que había
guardado en un almacén de por aquí.
Si pudiera vender todo, amasaría una hermosa fortuna,
pero...
“Hmm… Fósforos, ¿eh? …No estoy interesado en los
fósforos, pero ¿estás sin dinero?”.
Inusualmente, un hombre se acercó a mí, me vía con mucha
curiosidad. Este momento podría ser mi oportunidad, así que
traté de actuar lo más dulce posible.
“Así es… Yo… no tengo donde vivir… Si no vendo todos mis
fósforos, me quedaré sin techo…”, respondí, haciéndome la
tonta y tímida.
Recordé usar más seguido miradas tristes. Los jóvenes
honestos que anhelan proteger a niñitas débiles (a niñitas
como yo, por ejemplo) son blancos fáciles.
A partir de ahí, las cosas se desarrollaron como siempre.
“¿Eh… ah sí? Qué mal… Si quieres, ¿qué tal si compro uno?”.
“¡¿De verdad?! ¡Muchas gracias! ¡Eso me hace muy feliz!”.
“Bueno, ¿y cuánto es?”.
“Una moneda de oro cada uno”.
“Bien, trato he—¡¿Eh?! ¿Una moneda de oro...? Es la caja
la que cuesta eso, ¿verdad?”.
“Una moneda de oro por cada palito”.

161
“... ¿No es un poco caro?”.
“No lo creo”.
“¿Qué, te has golpeado la cabeza?”.
“No lo creo”.
“……”
El joven se veía claramente disgustado. Le estaban
cobrando un precio ridículo por un fósforo, y eso enfriaba por
completo su entusiasmo de comprarle. Incluso trató de volver
a meter la cartera al bolsillo, que estaba a punto de sacar.
Sin embargo.
“¡O-Oye, damita!”.
Justo en ese momento. El sujeto arrogante que me había
robado fósforos, regresó.
Se veía alterado y con un fósforo en mano. “¡Estos! ¿Cuánto
cuesta cada uno? Por favor, ¡déjame comprarte varios!”.
“Una moneda de oro cada uno”.
“¡Llevaré diez!”.
El generoso señor sacó diez monedas de oro al instante y
me las dio. A cambio, le puse en la mano una caja con diez
fósforos.
“Gracias por su compra”.
Después de darme una reverencia, salió corriendo,
murmurando: “¡Je, je, je... estos fósforos son increíbles...! ¡Es
revolucionario…!”.
Yo vendo fósforos, pero nunca dije que fueran fósforos
comunes.
Después de todo, ¿quién vendería un palito de fósforo por
una moneda de oro?

162
“Estos fósforos... ¿Tienen algún truco especial?”.
El hombre me miró, con la cartera en la mano.
Entonces sonreí de oreja a oreja, y le respondí con una
pregunta.
“¿Qué tal si compra uno y lo averigua con sus propios
ojos?”.

La practicante Priscilla trabajaba duramente en su


cuestionable oficio en la ciudad, igual que el día de ayer.
“Oiga, ¿está descontento por cómo luce ahora mismo,
¿verdad?”.
Siempre usaba esta frase con los transeúntes, antes de
venderles medicinas con efectos increíbles—y con esto quiero
decir, medicina cuestionable con nombres prometedores.
“¡Esta medicina que tengo es genial! ¡Aunque no me lo crea,
¡puede curar la obesidad! ¿Qué me dice? ¿Quiere comprarla?”.
Priscilla levantó un vial para enseñárselo a un hombre gordo
que se detuvo a ver.
Le mostraba las pociones a la gente para estimular sus
complejos y aspiraciones, y la mayoría de la gente que se
acercaba, las compraba. Si se le acercaban mujeres con poco
pecho, lograba que se las compraran diciéndoles que el pecho
les crecería. Si eran personas de baja estatura se las
compraban con el pretexto de hacerlas más altas... Incluso a
los pobres les endulzaba el oído alegando que la poción les
daría una gran fortuna.

163
Con esas tentaciones, ella fue capaz de detener a todo el
que pasaba. Entre los clientes que se detenían, una parte de
ellos compraban de inmediato, la bebían y seguían su camino.
La otra parte vaciló o con la sospecha suficiente se alejaban,
pero… al igual que ayer, Priscilla fingía ser una niña pobre y
los engañaba para que se bebieran una poción.
Era el mismo método para estafar de siempre. Todo un
negocio turbio.
“No, estoy bien. Tengo esto. Je-je-je”.
Sin embargo, el hombre gordo que estaba delante ni
siquiera miró el frasco. Se limitó a encender un fósforo, lo
levantó y sonrió.
La pequeña llama parpadeó, como queriéndose apagar.
Parecía un fósforo común y corriente. Sin embargo, el hombre
debió ver algo diferente.
“Jejeje... este debe ser el paraíso...” Se dio la vuelta y se
alejó, dejando a Priscilla intentando adivinar lo que pasaba.
“¿...? Ese sujeto actuó un poco extraño...”
Priscilla se encogió de hombros y llamó a otro cliente.
Pero…
“Ah, no gracias. Esto que tengo es todo lo que necesito…
Fufufufu…” Una mujer pasó caminando a la par de ella, viendo
fijamente la llama de un fósforo.
“Oh… Me siento rejuvenecido… Esto es magnífico…” Un
anciano con la espalda encorvada ignoró a Priscilla y siguió su
camino.
“Je-je-je-je… qué maravilloso...” A este punto ella se dio
cuenta que no tenía caso hablarle a un hombre que se babeaba
mientras caminaba.

164
¿Qué diantres fue lo que pasó?
De un momento a otro, el negocio de Priscilla ya no era
rentable.
“Tch… parece que alguien irrumpe en mi territorio, ¡si
guerra quieren, guerra tendrán…!”.
Priscilla estaba muy molesta.
Ya se había dado cuenta que se estaban metiendo en su
territorio. Alguien estaba estropeando su negocio. En otras
palabras, quienquiera que estuviera vendiendo esos fósforos
estaba buscando una pelea.
“¡Los haré papilla!”.
Priscilla siguió por el camino de donde venían las personas
con los fósforos.
Ella necesitaba dinero—mucho dinero—para lograr lo que
quería. No iba a dejar que nadie interfiriera.
Priscilla vio una multitud de personas que se había formado
en una esquina de la avenida principal. Las personas se
estaban empujando, gritando: “¡Yo quiero fósforos!”.
De pie frente a esta multitud estaba una niña que sonreía
dulcemente mientras trataba de mantenerlos a todos bajo
control. “Sí, sí. Por favor, hagan una fila, sean ordenados”.
Cualquier duda sobre la procedencia de los fósforos
sospechosos, ya se había aclarado.
“Ga… ¡¿Quién es esa niña?!”.
Priscilla entrecerró sus ojos con mucho odio, estaba viendo
a una niña de unos diez años de edad. Pero en cuanto a quién
era esa niña, Priscilla no tenía idea.
Tenía el cabello del mismo color que la ceniza y le llegaba a
los hombros. Los ojos eran de color lapislázuli. El vestido que

165
llevaba era el que usualmente usan en esta región. Pero
Priscilla nunca había visto a una niña como ella en esta ciudad.
“……” Mientras la miraba fijamente, Priscilla se dio cuenta
de algo. “... ¿Es la bruja de ayer…?”.
Ayer, Priscilla había engañado a una bruja para que bebiera
una poción de regresión de edad haciéndola pasar como
medicina que te hacía sentir más alto. Así que no se asustó al
ver a la bruja de ayer en esta forma ahora. De hecho, le
quedaba muy bien.
Pero…
“Es la bruja que envió la Asociación… entonces ¿qué
beneficio sacan por enviarla?”.
Priscilla había oído que el gobierno de la ciudad había hecho
el llamado a alguien de una organización llamada Asociación
Mágica Unida para que se hicieran cargo de ella. Y ese alguien,
la persona que había sido enviada para capturar a Priscilla, era
una bruja: un usuario de magia que había alcanzado el título
más alto, al que todas las demás magas aspiraban. Una
persona por encima de todas las demás.
Ella nunca esperó ver el caso de una bruja engañando y
estafando a la gente. ¿Es que una persona con ese estatus
puede realizar negocios turbios?
No, eso es impensable—Priscilla sacudió la cabeza. Es
imposible que existan brujas rastreras, ¿verdad?
Entonces, ¿qué beneficio saca haciendo eso? ¿Qué
esperaba conseguir rebajándose hasta ese punto?
“¡No será que…!” Fue ahí, que Priscilla se dio cuenta del
verdadero motivo de la bruja. “Está tratando de interferir
indirectamente en mi trabajo. ¡Pretende sacarme del negocio!
¡Qué truco más repugnante!”.

166
Así interpretó Priscilla a la joven bruja que vendía fósforos.
Llegó a esa conclusión ignorando que también ella tenía sus
propios trucos repugnantes.
Sólo pudo ver esto como una provocación, como si la otra
chica se estuviera burlando de ella, diciendo: “Como puedes
ver, no sufrí ningún efecto secundario de tu poción”.
“¡Se cumplirá tu deseo...! Si buscas pelea, ¡entonces la
tendrás...!” Priscilla rechinó los dientes por el enojo. Ahí estaba
ella, de pie, echando humo en la esquina de la calle,
seguramente se veía sospechosa, pero afortunadamente, la
multitud de adultos que rodeaban como locos a la joven era
mucho más turbia, por lo que Priscilla no atrajo nada de
atención.

Los fósforos que yo había creado, mostraban a la gente,


visiones de lo que más querían.
En realidad, sólo eran fósforos normales a los que sólo les
puse un pequeño hechizo. Pero se vendían mejor de lo que
esperaba.
Al igual que los fósforos normales, una vez encendidos, era
cuestión de segundos para que se consumieran.
“¡Dame varios! ¡Compraré diez!”.
“¡Yo también!”.
“¡Oye! ¡No los compres todos!”.
“¡¿No me vas a vender a mí también?!”.
“¡Ah! ¡Quiero ver más visiones! ¡Por favor!”.
Mi puesto de fósforos atraía a mucha gente día tras día.

167
Esto era genial. Era dinero fácil. Hasta pensé que ya me
daba igual lo que pasara con Priscilla.
“Sí, sí. Los atenderé uno por uno. Por favor, hagan una fila”.
Todos los días me la pasaba haciendo dinero fácil.
¿Quién iba a imaginar que yo compraría fósforos por tan
poco y los revendería por tanto?
Di en el clavo con este negocio.
Me felicité por mi reciente éxito financiero.
Y ahora que recuerdo, hasta hace unos días estaba tensa
por demostrar que podía resolver rápido el asunto de Priscilla.
En mi búsqueda de dinero fácil, ya había olvido a lo que
había venido a esta ciudad. Al tercer día de mi iniciativa de
venta de fósforos recibí un aviso.
“¡Desgraciada! ¡¿Entiendes dónde estás?! ¡Estás en el
territorio de la Señorita Priscilla!”.
Un hombre musculoso se abrió paso entre la multitud. Tenía
los ojos enrojecidos y llevaba ropa casi transparente en pleno
invierno, como si estuviera desnudando su piel con el único
propósito de mostrar su exceso de músculo. Todo un zoquete.
“¿Qué?” Actué como una pobre niña que no sabía nada.
“Dices que… El territorio de la Señorita Priscilla… Lo siento…
no sé quién es... sólo pensaba en hacer felices a todos…”
Por lo general, hablar con una voz llorosa, solucionaría más
o menos las cosas. Después de todo, me veía como una niña
de diez años.
Ahora, yo estaba disimulando mi descaro con un exagerado
show de mocos y sollozos.
Pero…

168
“¡De nada te va a servir llorar! ¡Este es el territorio de la
Señorita Priscilla! ¡Ya lárgate!”.
El hombre musculoso gritaba y gritaba.
Mientras lo miraba desde los espacios de entre mis dedos,
el hombre seguía repitiendo, murmurando: “La Señorita
Priscilla, La Señorita Priscilla, La Señorita Priscilla es
increíble…”
¿Y eso qué fue?
“¿Acaso bebiste de la medicina de Priscilla?”.
“Si te refieres a la medicina que una niña estaba vendiendo
a un lado de la calle, entonces sí, la bebí. Aparentemente,
aumenta la masa muscular. ¡Larga vida a la Señorita Priscilla!”.
“……”
Fue engañado para que se bebería la poción de Priscilla y
fuese usado como títere. Era obvio que ella lo había enviado
para callarme. Quiere mi cabeza.
Ya entiendo.
“Si no te das prisa, tendré que hacerlo a mi manera, ¿me
entiendes? Con mis poderosos músculos, yo…”
“Está bien”.
Como este tipo irritante seguía flexionando sus músculos
justo en mi cara, encendí un fósforo y lo levanté para que el
musculoso lo viera.
“Te golpea… ré…” El musculoso miró fijamente la llama.
“…Oh, lo veo—¿Qué es este fósforo…? Lo veo… ¡veo un mundo
maravilloso…!”.
A pesar de que se había tomado una de las pociones de
Priscilla, mi magia no era inferior a la de ella.

169
El hombre musculoso que tenía frente a mí, estaba
encantado con lo que veía.
“Un mundo lleno de músculos… puedo verlo…”
……
Eso para mí sería como ver el infierno en una pintura…
En fin, luego de vencer al matón de Priscilla, volví a mis
negocios.
Esto sí que es fácil…

“¿Qué significa esto…?” Priscilla se quedó sin aliento al ver


cómo el hombre musculoso cayó en la trampa en un instante.
La poción lo había puesto bajo su control. Debió haber usado
sus enormes músculos para pulverizar ese fósforo, pensó ella.
Estaba convencida de que su cerebro de idiota sería demasiado
pequeño para ser afectado por la magia del fósforo.
“Tch…” Priscilla se mordía las uñas, estaba muy molesta.
“Bueno, está bien… ¡Tengo más lacayos bajo mi control!”.
Priscilla dio media vuelta, la desesperación era visible en su
rostro.
“¡Escuchen! Quiero que se hagan cargo de esa niña”.
Entonces gritó, a pesar de estar escondida en las sombras.
Ya en este punto no le preocupaba los pequeños detalles como
revelarle su posición a la otra bruja.
“Como lo desee… Señorita Priscilla”. Un hombre delgado
con gafas estaba a la espera de Priscilla.
“Je-je-je… Podemos acabarla, ¿verdad?”. Dijo un joven con
una sonrisa macabra.

170
“Fufufu… Hace tiempo que no voy en serio…” Una mujer
fijó su cautivadora mirada en la bruja.
Así es.
Estos eran los Cuatro Líderes de Priscilla.
Eran la élite de la élite, que Priscilla había reunido en los
últimos días.
Cada uno de ellos por sí solo era (según su evaluación)
mucho más fuerte que cualquier mago. En resumen, tenían
poco cerebro.
Se llamaban los Cuatro Líderes, pero ahora sólo eran tres.
El hombre musculoso era el cuarto.
Y era el más fuerte.
“……”
“……”
“……”
La moral de los tres había caído. La situación era tan mala
que Priscilla podía oírlos refunfuñar queriendo volver a casa.
“¡Oigan! ¡De prisa! ¡Muévanse!”.
Priscilla señalaba a la bruja mientras hacía un berrinche.
“Pero, Señorita Priscilla…”
“Je-je-je me temo que no puedo”.
“Tengo miedo…”
Aunque estuvieran bajo su control, ella no los había privado
de su consciencia.
“Grrr…” ¿Fue en vano todo el esfuerzo que Priscilla había
hecho para esclavizarlos si este era el resultado? “Bien,
entiendo. En ese caso, beban estas pociones”.

171
Priscilla buscó entre todo lo que tenía en su cajón y sacó
tres viales de medicina, que entregó a cada lacayo.
Era una droga que aumentaría las habilidades físicas de
quien la bebiera.
“¡Oh… esto es…!”.
“¡Asombroso…!”.
“¡Ahh… puedo sentir el poder…!”.
En resumen, se estaban dopando.
“Fufufu... Con esto, ¡todo saldrá bien! ¡Andando!”.
Y entonces, con su confianza restaurada, los Cuatro Líderes
(sólo tres de ellos) marcharon valientemente para acabar con
una niña de diez años.

Un raro tercio se acercó, así que les mostré a cada uno la


llama de un fósforo.
“¿Eh? ¿En serio? ¿A ella... le gusto...? Espera, yo también le
gusto”. Al hombre delgado con gafas le mostré la visión de una
chica que le confesaba su amor.
Cielos, es un sujeto sano.
“Je, je… Qué débiles… Los humanos son todos tan
patéticos… Todos y cada uno…” Este sujeto parecía estar
entregándose a los delirios que se presentan en el apogeo de
la adolescencia. De cierta forma, también es un tipo sano.
“¡Basta! ¡No se peleen todos por mí…!” La hermosa mujer
parecía tener una visión de muchos hombres compitiendo por
su atención.

172
A pesar de su apariencia, ella realmente es muy inocente...
Bueno, estos tres probablemente también estaban
trabajando para Priscilla, pero rápidamente los puse bajo mi
control.
Y sólo me tomó menos de cinco segundos.

“Ugh… parece que esos fósforos afectan a cualquiera,


siempre que sea humano…”
Al sacrificar a todos sus lacayos, Priscilla había aprendido
una costosa lección.
Sin embargo, enviar a sus Cuatro Líderes, empezando por
el musculoso, no era su única estrategia. Habían pasado varios
días desde que descubrió a la joven bruja interfiriendo en sus
asuntos.
Ella no iba a perder tiempo.
“Fufufu… Quería evitar el ensuciarme las manos, pero…
parece que no tendré elección”.
Sacó un nuevo vial de medicina y mostró una sonrisa
temeraria.
Esa bruja de la Asociación es un estorbo en mi negocio. No
es nadie importante como para tenerle miedo. Pensé que
podría hechizar a unos cuantos lacayos para deshacerme de
ella lo más pronto posible, pero no desistirá. ¡Ahora no tengo
de otra… Tendré que… ser agresiva!
“¡Hasta aquí llegas… bruja!”.
Priscilla abrió el vial, muy dramáticamente.
Y liberó a la bestia.

173
Un poco menos de una hora después de haber hechizado a
los cuatro extraños con mis fósforos, Priscilla envió a otro
asesino.
“¡Achú!”.
En cuanto vi a la criatura, estornudé.
Priscilla puede que se haya dado cuenta de que mis fósforos
eran eficaces con la mayoría de los humanos y dejó de enviar
gente para eliminarme. Esta nueva criatura que apareció ante
mí no parecía estar ni siquiera un poco interesada en los
fósforos.
“¡Maaaaaaaaaaaauuuuu!”.
Era un gato.
Pero era un gato tan enorme que tuve que estirar el cuello
para mirarlo.
Me comenzó a picar la nariz, sorbí, y me quedé inmóvil,
estaba aturdida.
“¿Qué es esa bestia?”.
“¡Esto es malo!”.
“¡Corran! ¡Todo el mundo, corra!”.
“¡Esa cosa se los comerá vivos!”.
Como era de esperar, todos los ebrios de fósforo que me
rodeaban recobraron sus sentidos con la aparición del
monstruo, y la multitud que estaba haciendo fila en la calle se
dispersó en un instante.
Oh no, mis presas...

174
“¡Fufufufufu! ¡Te lo mereces, bruja! ¡Tu fin se acerca!”.
Priscilla estaba allí, riéndose malvadamente en voz alta
desde las sombras de un callejón a la lejanía.
“¡Achú!”.
Pensé en acercármele y hacerla pasar un mal momento,
pero allí estaba el enorme gato justo delante de mí,
bloqueando el camino.
“¡Ya es tarde para que llores! Mejor arrepiéntete por
meterte en mis negocios”.
Yo, me llevo fatal con los gatos, soy alérgica a ellos, y la
presencia de este enorme espécimen hacía que me ardieran
los ojos y me picara mucho la nariz. Esa era la razón por la que
estaba llorando.
Y bueno, miedo no tenía.
Pero más importante que eso, ¿realmente los fósforos no
tienen ningún efecto con los animales? Para ser sincera,
enfrentarse a un oponente tan temible habría sido difícil. Para
empezar, mi poder mágico se ha reducido junto a este cuerpo
de niña de diez años. Decidí que era mejor evitar una batalla,
así que—
“Aquí voy”.
Encendí un fósforo frente al gato para que lo viera.
“Nyaaan…”
Funcionó.
Realmente funcionó.
“Eh, no puede ser… ¿Está funcionando…?”.
Una voz sorprendida hizo eco desde algún lugar a lo lejos.
Cuando lancé el fósforo lejos de mí, el enorme gato dejó
salir otro “Nyaan” y persiguió la pequeña llama.

175
No es exageración si digo que el combate ya estaba
resuelto.
“Grrrrrr...”
Mientras me acercaba despacio a Priscilla, ella se alejaba,
se veía asustada y molesta. Su comportamiento era un poco
extraño, ya que incluso en su retirada, se mantuvo con mucha
confianza.
Manteniéndola en suspenso, avancé hacia ella muy
lentamente. “Y bien, ¿qué vas a hacer ahora? ¿Te vas a rendir?
¿Pelearás? Cualquier opción me da igual, ¿sabes? De todas
formas, el resultado será el mismo”.
Priscilla se alejaba cada vez más y más de mí, por el angosto
callejón.
Poco a poco, paso a paso, ella quedaba sin salida. Se le
acababan las opciones.
“Entonces, ¿qué vas a hacer?”.
Ladeé la cabeza una vez más.
“Tch…” Finalmente, Priscilla estaba contra la pared, pero no
parecía dispuesta a rendirse. “¡E-Esto debe ser una broma…!
¡Voy a convertirme en una gran bruja en el futuro! ¡Este no
será mi fin!”.
Entonces sacó una varita del bolsillo de su pecho.
Pero en el momento en que intentó sacarla, “¿Oh? Disculpa,
¿qué has dicho?” la mandé a volar.
Siendo yo una niña de diez años, no podía conjurar hechizos
complicados, pero hacer volar la varita de un oponente ya es
diferente. Se me daba bien.
“……”
“……”

176
La varita de Priscilla hizo clac varias veces en el suelo.
Pero ella no era de las que se rinden tan fácilmente. “¡H-
Humph! De todas formas, conjurar hechizos no es lo mío”.
Con la voz un poco temblorosa, sacó un pequeño frasco del
bolsillo de su pecho. Tratando de decirme que su especialidad
eran las pociones.
“¡Prueba esto!”.
Lanzó el frasco antes de que pudiera apartarlo con mi varita.
“No, no funcionará”.
Es fácil mandarlo a volar.
Golpeé el vial con una ventisca de magia, y se estrelló en
medio del camino, haciéndose añicos.
“……”
Estuve atenta, esperando varios segundos a que ella hiciera
un movimiento. Parecía que iba a llorar mientras observaba el
frasco roto. Entonces junto a un grito desesperado, me lanzó
otro pequeño frasco.
“¡A-Ahora prueba este otro!”.
Lo destruí con facilidad.
“……”
“... ¡Toma esto! ¡Y esto!”.
Siguió lanzándome vial tras vial, pero aún con esta edad, yo
todavía manejaba bien la magia. No iba a recibir un golpe
directo de un ataque como ese.
Los restos de quién sabe cuántos viales pequeños se
acumulaban en el suelo.
Cada vez que lanzaba uno, su expresión se volvía más
sombría.

177
“Um… yo… ya no tengo… armas, pero…”
Priscilla estaba temblando como un venadito en una esquina
del callejón.
“Ah, ya no tienes más”.
Por fin estaba derrotada.
Comencé a caminar hacia ella.
“… ¿Umm…? Mis armas están…” Temblando de miedo,
Priscilla se veía aún más pequeña que cuando la conocí.
“¿Tus armas? ¿Qué tienen?” Con una sonrisa aún más
grande, continué acercándome a ella. “Por cierto, tengo
curiosidad de algo… ¿Qué esperabas conseguir haciendo
pociones mágicas sospechosas y vendiéndolas a un alto precio
en este pueblucho?”.
“Um… ¿Eh? Ehm… bueno…” La chica que antes estaba llena
de vida no se veía por ningún lado. Ahora se veía más como
una presa acorralada. “Um… Yo… quería convertirme en
bruja… Así que sólo…”.
“No entiendo lo que dices, ¿podrías hablar un poco más
claro?”.
“¡Ek!”.
Los hombros de Priscilla se sacudieron. Estaba temblando
mucho desde la esquina donde había quedado sumida y dijo:
“Um... Como este es un sitio rural, quería ganar dinero para
marcharme y estudiar magia”.
“Ya veo. Es una buena meta”.
“¿Me perdonarás, verdad…?”.
“No, una cosa no tiene nada que ver con la otra”.
Te agradeceré que no te dejes llevar. Pero ahora que tengo
la oportunidad...

178
“También te espera una conversación diferente sobre la
reducción de mi cuerpo. Con respecto a la poción con la que
me engañaste, ¿exactamente cuánto tiempo tiene que pasar
para que el efecto desaparezca?”.
“...Aproximadamente una semana”.
“¿Y no se puede aligerar el proceso?”.
“Se revierte de inmediato si tomas el antídoto, pero…”
“¿Y dónde está el antídoto?”.
“En mi casa…”
“Mm-jú”.
O sea que puedo volver a la normalidad de inmediato.
Es una buena noticia. Ya que me es imposible seguir
viajando en este estado. Estaba pensando que me gustaría
hacer ya el cambio.
...Ya he causado bastantes disturbios en esta ciudad, y
tampoco es fácil administrar un negocio con la apariencia de
una niña de diez años.
“Me parece bien, ¿podrías regresarme a la normalidad?”.
Le sonreí a la chica.
“¿Eh?” Priscilla como que no entendió el motivo de mi
sonrisa, vi que su cara se iluminó de repente después de
mirarme un momento. “¡Bueno…! Entonces, tal vez, después
de que vuelvas a la normalidad, ¿podrías pasar por alto lo que
hice?”.
Apartó la mirada y luego me vio de reojo, diciendo tonterías.
¿De qué está hablando?
“Bien sabes que no puedo hacer eso”. Yo aun sonriendo, le
dije: “Pero tampoco soy una bruja malvada, así que puedo
darte dos opciones. ¿Quieres pasar por una experiencia

179
dolorosa, o por una aterradora, antes de devolverme a la
normalidad? ¿Cuál eliges?”.

Y entonces…
Ese día, se escuchó el grito de una maga de diez años por
todos los rincones de la ciudad.

“Y básicamente eso fue lo que pasó”.


Luego de tomar el antídoto y volver a mi forma normal,
entregué a Priscilla a las autoridades y les entregué un breve
reporte de los detalles del incidente.
“¿Entonces eso fue lo que pasó?” El funcionario del gobierno
asintió cuando terminó de leer el informe. “Entonces, ¿hizo
todo eso sólo porque quería ganar dinero…?”.
Asentí con fuerza.
“Bueno, dicho de otro modo, fue la única forma de hacer
dinero que se le ocurrió. Si le interesa saber, creo que está
planeando dejar la ciudad una vez que tenga los fondos”.
“Hmm…” El funcionario asintió dando a entender que captó
la situación. “Ah, ahora que recuerdo”, dijo, “desde el día que
usted vino, hasta el día de ayer, una niña estuvo vendiendo
fósforos por varios días en la ciudad… ¿No sabrá nada de
eso?”.
“No, nada”.
“Ya veo… Esos fósforos tenían cierto hechizo extraño…
Embriagaban a los ciudadanos, pero… ¿no sabe nada?”.
“Para nada”.

180
“Otra cosa, ayer se informó de la aparición de un enorme
gato en la ciudad…”
“Ni idea”.
“No, supongo que no sabe nada de eso… Estamos haciendo
una búsqueda, pero no hemos dado con nada…”
Naturalmente, Priscilla también tenía un antídoto que había
transformado al monstruo a su forma original de gato
doméstico. Así que, llegado a este punto, yo no creía que lo
encontraran por mucho que buscaran.
Quejándose en silencio, el funcionario del gobierno bajó la
mirada hacia el informe que redacté.
“Señorita Bruja… ¿En serio le presentará esto a la
Asociación?”.
“¿Está mal hecho?”.
“No, no es eso, pero…”
Se hizo un embrollo al final de su frase y dejó salir otro
quejido.
La conclusión del informe que iba dirigido a la Asociación,
era así:
La maga Priscilla provocó un incidente de esta índole,
porque no ha recibido educación sobre el uso correcto de la
magia. No cabe duda de que, si estudia magia con una buena
maestra, es probable que en el futuro se convierta en una bruja
prometedora. Por lo tanto, juzgo que no es necesario ningún
castigo o sanción en este momento.
Dicho de otro modo, no era necesario meterla en una celda
ni condenarla a ningún castigo. Mejor dicho, ya me encargué
de aplicarle un castigo. Lo único que quedaba por parte de los
adultos era un buen regaño.

181
De momento, Priscilla sólo tenía el conocimiento suficiente
para crear pociones cuestionables. Sólo tenía diez años.
Todavía había tiempo.
Tenía mucho que aprender, no sólo sobre magia, sino
también sobre el mundo.
“Ella no sabe todavía lo que es la magia, lo que es ser una
bruja. De todos modos, es probable que se vaya pronto de
aquí”.
Al parecer ya tiene juntado mucho dinero, y probablemente
quería irse de inmediato. Y además...
“¿No le parece que sentenciar a una niña de diez años a un
duro castigo mancharía la honorable reputación de su
ciudad?”. pregunté. “Puede castigar a la niña si quiere, ya de
por sí es un caso raro que una maga como ella se aparezca en
una ciudad como ésta, o puede ganarse su gratitud dejándola
libre, para que con el tiempo se convierta en una bruja de
prestigio en este país. ¿Qué cree que es mejor?”.

Después de eso, Priscilla fue reprendida fuertemente por el


funcionario de la ciudad.
El funcionario la regañó con mucho detalle, diciéndole lo
malo de las estafas, exponiendo las virtudes de un salario
honesto, haciéndole saber del sinfín de historias sobre el
sufrimiento que le causó a muchas personas al seguir
vendiendo sus sospechosas pociones, y luego le mostró la
montaña de quejas e informes de daños.
Desde el punto de vista de un forastero, era un regaño
normal y corriente.

182
Priscilla era una niña normal a quien se le regañaba por las
cosas malas que hizo.
Finalmente, después de una hora de constante regaño, el
funcionario terminó diciendo: “…Bueno, eso es todo lo que
tenía que decir. Deberás tener cuidado a partir de ahora”.
No hubo sanciones, ni castigo. Fue sólo un sermón y ya.
“¿Ahm…?”.
Al parecer, Priscilla había estado esperando otra cosa. “¿Así
que… no hay multas ni nada…?”.
Pero el funcionario se limitó a negar con la cabeza. “No te
preocupes por el dinero. He hecho arreglos para pagar a las
víctimas”.
“… ¿Eh?”.
“A lo que quiero llegar, es que con el dinero que le
pensábamos pagar a la bruja por el encargo, está siendo
reaprovechado para ese fin, porque…” El funcionario se
encogió de hombros como ya no queriendo saber nada de este
asunto. “Me pidieron que redirigiera todo el dinero de la
recompensa a reparaciones”.
En otras palabras, la bruja hizo el trabajo gracias a la
bondad de su corazón.
El funcionario parecía decirle a Priscilla que estaba
perdonada, ya que era su primer crimen.
“......”
Pero si lo piensan bien, la bruja ganó mucho dinero gracias
a su sucio plan de venta de fósforos, por lo que renunciar a la
recompensa no era gran cosa.
“Oh, también tengo un regalo que te dejó la bruja”. El
funcionario le entregó a Priscilla un gran paquete. “Me dijo que
te lo entregara después de que ella se fuera de la ciudad,

183
pero… Bueno, es emocionante, así que me adelantaré y te lo
entregaré ahora”.
Priscilla aceptó el paquete sin pensarlo dos veces,
preguntándose muy temerosa qué clase de regalo dejaría esa
horrible bruja. Con mucho cuidado, y preocupada por que
pudiera explotar o algo así, abrió lentamente el paquete.
“¿…?”.
Se llevó una desilusión.
Todo lo que había dentro era un libro ordinario.
“Al parecer, es una bruja que viaja mucho, y ha estado en
casi todos los lugares importantes de esta región. En este libro
ha reunido todo tipo de información útil para cuando vayas a
estudiar magia al mundo exterior. Dijo que le dieras buen uso”.
Priscilla hojeó el libro, sin prestar atención a las palabras del
funcionario.
Dentro había mapas de las regiones vecinas. Orientaciones
para viajar sola. Detalles y explicaciones sobre los países que
la bruja ya había visitado, y notas detalladas sobre cómo los
magos eran recibidos, y lugares con escuelas donde se pudiera
estudiar magia.
Parecía un regalo de despedida hecho a medida para
Priscilla.

Al final del libro había una línea que decía:


De corazón espero que te conviertas en una buena bruja en
el futuro.
Así concluía el libro.

184
Luego de que el telón de ese incidente cayera, me despedí
de la ciudad.
En un principio había venido a esta ciudad para hacer un
trabajo, así que no tenía necesidad de quedarme más tiempo.
Bueno, digo que vine a hacer un trabajo, pero en realidad no
hice nada tan significativo.
Al final, me dediqué sobre todo a vender fósforos
encantados. Una cosa llevó a otra. Fui otra vez una niña de
diez años por una poción extraña, y luché contra una niña
extraña mientras estaba en mi estado de diez años. Pero todo
eso quedó atrás. Sinceramente, ahora no me parece la gran
cosa mencionarlo.
“¡Elaina-sama!”.
Me sorprendí bastante al escuchar que alguien me llamaba
así. No recuerdo que alguien me haya idolatrado así antes.
“¡Elaina-sama! Por favor, espere”.
Lo siguiente que supe fue que una mano se aferraba
fuertemente a mi brazo.
“¿Qué sucede?”.
Cuando me di la vuelta, allí estaba Priscilla, mirándome con
un brillo en sus ojos.
“¡Elaina-sama! ¡Digo, Onee-sama!” Por alguna razón,
Priscilla se dirigía a mí de otra forma. “¡Muchas gracias por el
libro!”.
“… ¿Libro? Um... no, no es nada. Sólo es algo simbólico”.
Qué extraño… Estoy segura que le dije: “Entréguele este
libro después de que me vaya, ¿entendido? ¡Asegúrese de
hacerlo! Asegúrese de dárselo después de que me haya ido de

185
la ciudad, ¿entendió bien?” Incluso repetí la petición para estar
segura, pero…
¿Ese funcionario tenía algo metido en los oídos?
“¡Onee-sama, este libro, se convertirá en una herencia de
familia!” Priscilla se veía inocente, ella con su gran sonrisa.
“Hasta ahora nadie había entendido mis sueños… ¡Es la
primera vez que recibo algo tan maravilloso!”.
“Claro. Me alegro de que te guste…”
“Y también, y también, ¡siempre he querido ser como tú,
Onee-sama! ¡Una bruja fuerte, amable, genial, ruin y
podrida!”.
“¿Te estás… burlando de mí…?”.
“¡Cuando crezca, me convertiré en una bruja exactamente
como tú, Onee-sama!”.
“¿Y no preferirías convertirte en un adulto respetable?
Además, ‘Onee-sama’, no es mi nombre”.
“¡Bueno, no te preocupes por esos detalles, Onee-sama!”
Priscilla no parecía querer cambiar su plan. Todavía con una
sonrisa, ladeó la cabeza y preguntó: “Cambiando a otro tema,
Onee-sama, te vas a ir de la ciudad, ¿no?”.
“...Bueno, en realidad ya no tengo nada que hacer aquí, así
que…”
“En ese caso, ¡toma esto!”.
Priscilla puso un pequeño vial en mi mano.
Dentro, un líquido transparente se agitaba.
Miré a Priscilla. “Umm, ¿qué es esto…?”.
“¡Es la asombrosa poción que te hice beber, Onee-sama!”.
“Uh, no necesito nada asombroso”.

186
“Por favor, bébela pensando en mí, ¿sí?”.
Las mejillas de Priscilla se pusieron repentinamente rojas.
“Aunque no sé en qué momento pudiera usarla”.
“Ufufu…” Priscilla me miró con ojos amorosos, que no iban
con su edad. “Algún día, cuando sea mayor, voy a ir a verte,
Onee-sama… Y entonces, puedes beber esa poción y
tendremos la misma edad. Y así podremos pasar mucho
tiempo juntas”.

187
188
“Yo… no necesito esto…”
“Por cierto, le hice unas mejoras a la versión anterior de la
poción. La ajusté para que retrocedas un año por cada sorbo.
Eso significa que si tomas diez sorbos, ¡serás diez años más
joven! ¡Podrás coquetear con chicos de todas las edades!
¡Cuando nos encontremos de nuevo, podremos incluso volver
a la edad que teníamos cuando nos conocimos! ¡Será tan
nostálgico!”.
“Siento que te van a arrestar en el momento que salgas de
casa…”
“¡Por favor, tómalo como un regalo!”.
“Me niego amablemente”.
“¡No te contengas! Por favor, ¡acéptalo!”
“¡No me contengo, sólo me siento incómoda!”.
“¡Cielos! ¡Eres tan linda cuando estás avergonzada! ¡Pero
está bien! Aunque la botes, cuando nos volvamos a ver,
prepararé la misma poción y te engañaré para que te la bebas,
¡quieras o no!”.
Era como si me convenciera de que resistirme es inútil.
Suspiré y guardé la poción en mi bolso. “Está bien, me la
quedo…” Parecía que no iba a dejarme ir si no se la aceptaba.
Priscilla me miró seriamente con sus ojos brillantes, y le
puse una mano en la cabeza. Le froté su esponjoso sombrero
y ella murmuró en silencio con una gran sonrisa en su rostro.
“Bueno… estoy segura de que pasarás por mucho a partir
de ahora, pero… da tu mejor esfuerzo, ¿entendido?”.
Y entonces, agité mi mano, despidiéndome de ella.

189
Seguí caminando, y Priscilla a mi espalda, seguía
diciéndome adiós con la mano y gritando: “¡Onee-
saaaamaaa!”.
La ciudad, donde los aleros de los edificios de ladrillo rojo
oscuro se encontraban alineados con gran esmero, estaban
como siempre, pintados de un blanco puro. Y bajo el despejado
cielo, la nieve comenzaba a derretirse, como un helado.
El frío estaba más intenso.
Yo estaba sumida en mis pensamientos, pensando en visitar
algún lugar cálido.
“¡Adiós, Onee-samaaaaa!”.
……
Haber resuelto la petición directa de la Asociación no fue la
gran cosa, pero sin querer, pasé por cosas inesperadas.
Ahora que estoy de vuelta en mis viajes, espero que con
suerte, las pociones cuestionables de Priscilla, no afecten mis
días con sus efectos secundarios.

190
Capítulo 7 –
Entendiendo el Corazón de una Mujer
“Ah… Ya no… Ya no puedo más con esto…”
En un hotel de clase alta, un hombre estaba sentado sobre
la barandilla de un balcón, y con una mirada melancólica
viendo hacia el horizonte. Una tristeza cernía sobre él, como
una nube oscura. Y aunque se podía ver la desesperación en
su rostro, no dejaba de verse atractivo. Clasifica como un
hombre guapo... ignorando las alas de murciélago que salen
de su espada.
“¡Aaah, dioses! ¡Los odio desde el fondo de mi corazón!
¿Cómo pude nacer en una raza tan miserable y enclenque...
Habría preferido ser un humano normal, y no pasar este
sufrimiento… La vida habría sido fácil... O sea, soy un bombón
después de todo”.
El hombre delgado miraba hacia el firmamento. El cielo
estaba lleno de nubes y se había oscurecido. Como si los dioses
no soportaran ver su bello rostro.
“Lo único que me queda es la muerte… Si me dejo caer
desde aquí… Será una bella muerte segura”.
Por cierto, el lugar en el que él se encontraba era la
habitación más extravagante en el piso más alto. Si mirabas
hacia abajo, las personas que caminaban en la avenida
principal se verían tan diminutas como granos de arroz.
Sólo puedo imaginar el desastre que haría si se cayera, pero
¿estará bien dejarlo caer?

191
“Ummm…”
Quise llamarlo.
“¡Por favor! No intentes detenerme”, gritó el hombre guapo.
“¡Ya no tengo ganas de vivir!... O es que—¿Eres una diosa que
ha venido a salvarme?”.
“¿Eh? No, yo, ehmm…”
“Entiendo… Ya lo comprendo. Eres muy amable… al venir a
detener a un hombre que está por desperdiciar su vida… Pero
por favor, quiero estar en paz… Ya he perdido toda voluntad
de seguir viviendo como demonio…”
“Mm-hmph…”
“Realmente eres muy amable… ¿Quieres escuchar mis
problemas…?”.
“Ehm”.
“Sabes, yo... La verdad es que, desde que nací he intentado
seducir a las mujeres, pero nunca tuve éxito. Incluso con este
bello rostro, las mujeres no me soportan. Siempre me dan la
espalda”.
“Ehmm”.
“En resumen, soy virgen”.
“Ehmmmm”.
“Durante toda mi vida, he tenido mala suerte con las
mujeres y no creo que eso cambie. Así que decidí que preferiría
morir antes que continuar luchando sin recibir recompensa por
mis esfuerzos y—”
“¡¡Ejem!!” Cuando sus quejas se intensificaron, decidí que
era momento de levantar la voz.
“¿Vas a… consolarme?”.
Pero este tipo parece que estaba pensando en otra cosa.

192
(Y esa NO ERA LA RAZÓN por la que lo llamé).
“…No, no es eso. Es sólo que estás gritando mucho. No
puedo concentrarme en mi lectura”.
“……”
“¿Podrías bajar más la voz?”.
“……”
En el balcón del piso más alto de este hotel de clase alta,
había una bruja, disfrutando elegantemente de una lectura en
el balcón.
En efecto, soy yo.
Pero el hombre de la habitación de al lado, intentaba
suicidarme, y eso también me molestaba.
“…Entonces es como pensaba… Nadie… nadie me quiere…”
“……”
Al parecer, este tipo molesto se me pegó como pulga por
alguna razón. Si lo dejo solo, probablemente saltaría. Y aunque
no saltara, probablemente seguiría chillando sin parar en su
lado del balcón, lo que sería aún más molesto.
“Bieeen... te escucharé si quieres”.
“¡Meh, no quiero tu mísera amabilidad!”.
“Entiendo. No hace falta que me lo digas dos veces”.
“¡Ah! ¡Espera un segundo! ¡Sólo… sé un poco amable
conmigo!”.
“¿Qué es lo que te ocurre?”.
Creo que le entrecerré la mirada.
“La verdad es que no he estado de buen ánimo… Lo siento.
Estoy algo emocionalmente inestable”. Agachó la cabeza,

193
suspirando. “Creo que ya lo has notado, pero estoy al borde
del abismo”.
“No me digas”. Me doy cuenta.
“Por cierto, ¿cómo te llamas?”.
“Elaina”.
“Elaina, ¿eh…? Es un buen nombre…” Con su mirada puesta
en mí, puso una débil sonrisa. “Por cierto, Elaina… me
preguntaba si tendrías la amabilidad de escuchar una
petición…”
“¿Tu última voluntad y testamento?”.
“No”.
“… Si es una ridícula petición, me iré directo a mi cuarto,
¿entendido?”.
“¡No te preocupes! ¡No es algo tan bajo! Es cuestión de vida
o muerte”.
¿Qué se hizo el sujeto resignado de hace un momento? ¿Ya
se fue al cielo?
Pero ya veo, ciertamente está emocionalmente inestable.
Decidí que lo mejor era mantener una distancia sana.
“Y… ¿Cuál es la petición?”. Dije fríamente.
Respiró profundamente y con fuego en sus ojos dijo, “Ten
se—”
Regresé a mi cuarto.

194
“No, escucha, a eso me refería. ¡Era sólo una expresión,
ehm, vamos! ¡Ni me dejaste terminar! ¡No tengo nada por lo
que sentirme culpable! ¡Vamos, te lo ruego! Por favor, escucha
mi historia”.
Por los golpes de la puerta, pude imaginar que era el sujeto
afuera en el pasillo.
Deslicé la cadena de la puerta y la abrí un poco para
observarlo. “…Me estás molestando. Por favor, regresa por
donde viniste”.
“…Lo siento, pero ya no tengo donde vivir… ¡lo que significa
que no tengo un hogar al que volver!”.
“Entonces no vuelvas a casa. Regresa a la tierra”.
“Dices que… que me muera…”
“Bueno, eso te lo encargo”.
“¡Ah! ¡Espera un segundo! ¡Espera, por favor! ¡Escucha mi
historia!” Puso las manos en la puerta, forzando a seguir la
conversación. “...Hasta que no escuches mi historia, no iré a
ninguna parte”.
“Como quieras, supongo. Y no me hago responsable de lo
que la puerta les haga a tus manos…”
“¿Eh?”.
“¡En sus marcas!”.
¡Listos fuera!
Resulta que las manos del tipo no eran rival para la puerta.
Su llanto de agonía se podía escuchar en todo el pasillo del
hotel. Me preocupaba que otros huéspedes salieran a
investigar.
“…Tch. ¿Pensabas que iba a ir por ayuda? Bueno, ¡has
cometido un pequeño error…! ¡Tú y yo somos los únicos que

195
nos alojamos en el último piso de este hotel! ¡Así que da igual
lo fuerte que yo grite, no vendrá ayuda! Acéptalo, ah-ja-ja-ja-
ja…”
“Ya veo”.
“Y es que le pedí al dueño del hotel que me dejara quedar
junto a la habitación de una chica linda. ¡Y de paso pagué por
todas las habitaciones, así que no hay gente en ninguna
habitación!”.
“Uwaa…”
Qué desagradable.
“Dejando eso de lado, ¿no quieres escuchar lo que tengo
que decir? Quiero aclarar el malentendido de antes”.
“Olvídalo. Ya mismo estás siendo desagradable”.
“Está bien, eso no es un problema”.
“¿Cómo que eso no es un problema?”.
“Hay una buena razón por la que he estado tan desesperado
hasta ahora. Si me das la oportunidad de explicarte mi
situación, te aseguro que estarás emocionada por ser mi
amada—”
¡Listos fuera!
“¡Aaaaaaaaahhh!”.
El tipo decidió sabiamente que era mejor compartirme su
trágica historia desde el otro lado de la puerta.
Lo que vino a continuación fue la triste historia de un chico
nacido en una raza de demonios… supongo.
Demonios sexuales.
Es el término genérico de una raza de demonios con rostros
apuestos y físicos bien formados. Su apariencia externa no
difiere mucho de la de los humanos, excepto por las alas que

196
son como de murciélago que les salen de la espalda. Entre
estos demonios, la raza femenina conocida como súcubos,
visitan a los hombres en sus sueños y les quitan la energía
vital. He escuchado que se ganan la vida tomando prestada un
poco de la energía de un hombre a cambio de darle sueños
sucios, y han sobrevivido mezclándose bien con la sociedad
humana. Hay ciudades en las que se encuentran estos sitios
nocturnos dirigidos por estas súcubos. Por cierto, esta ciudad
es una de esas.
Este problemático sujeto pertenecía a la relativamente rara
especie masculina de la raza de demonios sexuales. Él era un
íncubo.
Su naturaleza básica no era diferente de la de una súcubo.
Los íncubos sobrevivían dándole a las mujeres sueños sucios y
tomando a cambio parte de su energía vital. Aparentemente,
eso era todo lo que hacían.
Pero…
“¡Nooooo! Nadie quiere mi mercancía. No la quieren ni
regalada. Soy tan poco atractivo que quiero morirme ya”.
“Ahaa”.
Ahí tenemos un ejemplo. Una súcubo podría pasearse por
la ciudad y atraer a un hombre con cualquier acto barato, y
con una frase parecida a esta: “Hola. ¿Quiere ir a tomar un
pequeño descanso en el hotel de allá? Le mostraré sueños
maravillosos ♥” o “Estoy algo cansada ♥…” o “Esta noche… no
quiero ir a casa♥…”
Entonces ella llevaría al hombre que atrapó, a un motel que
es administrado por súcubos, tumbándose al lado del hombre,
fumarse un cigarro y mostrándole sueños sucios. Al
despertarse, el hombre diría “Je, je, je... eso estuvo genial…”
o algo así, y le dejaría una gran cantidad de dinero. Al parecer,

197
este era un modelo de negocio muy rentable para las súcubos,
pero las cosas no iban igual para este íncubo.
Primero, tenía que salir de la ciudad.
“¡Oiga, Señorita, sí usted! ¿Quiere tener sueños sucios…
conmigo?”.
“¿Eh? Qué asco”.
“……”
Y con eso, no fue capaz de engatusar a una chica. En otras
palabras, no pasó ni de la línea de salida.
Eso no fue una sorpresa.
“Ese tipo de acercamiento no funciona tan bien con las
mujeres. Además, se nota que eres un íncubo”.
Dado que las súcubos dirigían moteles y lugares similares,
la existencia de demonios sexuales debía ser bastante
conocida por aquí. Así que, naturalmente, cualquier mujer que
viera a un íncubo acercarse a ella, sabría exactamente lo que
buscaba.
Por supuesto, eso ponía a cualquier mujer en guardia.
Seguramente ya sabrán que él sólo busca sus cuerpos.
Obviamente es por eso que no puede seducir a ninguna.
“Sí, estoy en problemas. Como dije al principio, nunca tuve
a una chica en mi vida. Soy un demonio sexual, pero nunca he
podido hacer cosas de demonio sexual”.
“Veo que no”.
“Soy un íncubo… y un virgen. Soy un íncubo virgen”.
“¿No te da vergüenza?”.
“Claro que sí, y mucha… ¿Puedes imaginar lo que se siente
ser un demonio maduro que nunca ha otorgado sueños
sucios?”.

198
“No, no me refería a eso…”
Me refería a que si no te da vergüenza lloriquear por eso…
“Y bueno, ahora que escuchaste mi historia”—giró su lindo
rostro hacia mi—“¿me dejas mostrarte sueños sucios?” Pero
esas palabras no eran nada lindas. Más bien, fue desagradable.
“Ya me has hecho esa pregunta muchas veces. Mi respuesta
sigue siendo no”.
“… ¿Es un rotundo no? Si no quieres los sueños, también
puedo hacer cosas con tu cuerpo”.
“Eso es aún peor”.
“Espera, qué me dic—”
“No”.
“……”
“No”.
“……”
El tipo estaba desconsolado. Y yo no le daba tregua para
discutir mi firme rechazo.
“…Eso pensé… Es imposible… Ya veo, así que lo que me
queda es morir. Soy un pedazo de basura que no merece
vivir…”
Yo también lo creo.
...Quise decir eso, pero reprimiendo el impulso de decirlo,
le contesté con un largo y pesado suspiro.
Aún puede salir de esta situación, pero también tenía la
sensación de que podría ser peligroso dejar solo a alguien tan
inestable mentalmente… Me preocupaba que pudiera atacar a
la siguiente mujer que encontrara.
Y entonces…

199
“...No puedo aceptar y ni quiero cambiar de opinión…
Primero muerta antes que aceptar tus cochinadas… Mejor aún,
¿qué tal si te doy un pequeño consejo?”.
Luego de pensarlo bien, le dije mi propuesta.
Su incapacidad para relacionarse adecuadamente con las
mujeres se debe probablemente a su total falta de experiencia
interactuando con ellas. En otras palabras, no sabe cómo
interactuar con ellas. Sin embargo, su falta de experiencia
puede compensarse en cierta medida con la cantidad de
conocimientos que posee.
Por lo tanto, para evitar que ponga en peligro a más
mujeres…
“Te enseñaré a entender el corazón de una mujer. Serás
irresistible para cualquier chica mañana. Hasta podrás
conseguir una chica nueva cada día”. Le susurré como si fuera
el mismísimo diablo.
“¿Dices que me enseñarás los secretos del corazón de una
mujer? ¿De verdad puedes hacer algo así?”.
“¿De qué estás hablando? Para tu información, sé tanto
sobre lo que quieren las mujeres que me llaman la gurú del
amor”.
“¿Tienes experiencia tratando con mujeres aun cuando eres
una? ¿Acaso… prefieres a las mujeres antes que a los
hombres?”.
¡Listos fuera!
“¡Aaaaaaaaahhh!”
Un gemido de agonía se podía escuchar en el piso más alto
del hotel.

200
Fuimos a dar una vuelta por la ciudad.
“Bien, asumamos que tus fracasos se deben a que no estás
acostumbrado a las mujeres, y por eso no eres atractivo para
ellas”.
“Bien”.
“Para que seas realmente popular, primero tienes que
relacionarte con las mujeres y conocer cómo son. Tendrás que
lograrlo sin fracasar en el intento”.
“Claro”.
“Pero como eres un íncubo, no podrás relacionarte
correctamente con ellas. Necesitas experiencia, eres muy
directo y eso no es nada atractivo”.
“Tiene sentido”.
“Pero la otra cara de la moneda es que si no eres un íncubo,
puedes seguir teniendo interacciones con las mujeres”.
“Creo que lo voy entendiendo…”
“Bien, entonces ve y habla con una chica. Y esta vez, no lo
estropearás, porque no serás un íncubo”.
“……”
“¿Qué pasa? ¿Te volviste gallina?”.
“…No, um…”
“Descuida, ni una sola mujer debería tenerte miedo ahora.
Actúa como hombre”.
“Um, no es eso, es sólo que…”
“Ara, no seas modesto. ¡Te ves muy bien!”.
“Esa es la cuestión… ¿Qué es esto que llevo puesto?”.

201
El íncubo se dio un vistazo a sí mismo y frunció el ceño.
Tenía una mirada muy, muy escéptica. Era como si el tipo que
estaba al otro lado de la puerta hubiera renacido como una
persona completamente diferente.
Ahora tenía un rostro bien cuidado, con el cabello largo y
liso, y llevaba ropa de mujer, una falda y una blusa. Aún le
salían las alas de murciélago en la espalda, pero nadie que las
viera pensaría que era un íncubo.
Para decirlo de forma clara y concisa...
“Eres una súcubo”.
Es decir, un íncubo vestido como súcubo.
“¡¿Qué demonios?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tengo que fingir
ser una súcubo?!”.
El íncubo estaba indignado. La gente que pasaba se
quedaba asombrada por la voz varonil que salía de una chica.
“¿Sabes qué? Cada vez que conoces a una mujer, sólo
piensas en querer acostarte con ella. Tu actitud vulgar es lo
que te está haciendo fracasar. Existen pasos”. Hice que se
calmara. “Lo que necesitas es experiencia interactuando con
mujeres, ¿tengo razón?”.
“¿Que si tienes razón? ¡No! Incluso si me hago amigo de
una mujer, con esto que llevo, no tiene sentido, ¿verdad? Digo,
sólo parezco un viejo pervertido, ¿no?”.
“Entonces está claro que te queda bien”.
“¡Eso es ir demasiado lejos!”.
“En primer lugar, no dije nada sobre ‘ser amigable’ mientras
vistas eso”. Sacudí la cabeza con disgusto. “Escúchame bien,
vas a fingir ser una mujer y eso te dará la oportunidad de
conocer a otras mujeres. Y además, nadie tiene por qué
descubrir que eres un íncubo. Esto es sólo una práctica. Si

202
quieres llegar a la cima, tienes que aprender a sentirte cómodo
con las mujeres”.
“¿Así que estás diciendo que me será más fácil hablar con
las mujeres vestido así? Pero, ¿con quién se supone que debo
hablar usando esto?”.
“¿Por qué no hablas con cualquiera en la calle?”.
“No digas tonterías…”
“¿Qué? Es más fácil de lo que crees”.
Me detuve a la orilla de la calle y eché un rápido vistazo.
Podía ver a todas las personas que iban y venían por la avenida
principal. Había parejas que caminaban juntas, grupos de
chicas que caminaban lentamente, una al lado de la otra, y
gente que salía a comprar sola.
……
Miré al íncubo escéptico. “Entonces deja que te muestre un
ejemplo” le dije, y me alejé.
Justo delante de mí había una mujer de apariencia sencilla
que claramente había salido a comprar sola.
Me dirigí hacia ella, caminando lentamente—
“¡Ah! ¡Lo siento!”.
—me topé con ella.
Nos golpeamos y caí sentada, ella también se cayó. La fruta
que ella debió haber comprado salió volando de su bolsa,
rodando hacia el centro de la calle.
Bueno, sólo fue un simple accidente.
“¡Lo siento! No miraba por dónde iba…” Jadeo y finjo el
pánico mientras recojo la fruta tirada en el suelo.
“N-No, fue mi culpa…” La otra mujer también estaba
nerviosa y confundida.

203
Ambas murmuramos una disculpa tras otra mientras
recogíamos la fruta caída, y luego de no dejar nada en el suelo,
nos inclinamos la una ante la otra y nos fuimos por caminos
distintos.
“Básicamente algo así”.
Volví a donde me esperaba el íncubo, haciéndole una
mueca.
“Espera… ¿qué? Sólo corriste para chocarte con ella”. Dijo
el íncubo entrecerrando los ojos.
Oya, Oya. ¿De verdad cree que lo hice sólo para hacer eso?
“Mira esto”.
Saqué una llave de mi bolsillo.
Era una llave del hotel de clase alta en el que me estaba
alojando.
“¿Y qué con eso?”.
“Fue una demostración, así que no fue simplemente correr,
pero... suponiendo que se hubiera llevado esto por error, ¿qué
habría pasado?”.
“¿……?”.
Por lo visto, el íncubo no era muy listo.
“Digamos que metí esta llave en el bolso de la mujer sin que
se diera cuenta. ¿Cuál crees que sería el resultado?”.
“Bueno, ella probablemente devolvería la llave del hotel.
Cualquier persona normal lo haría”.
“Correcto. Se desviaría para ir a mi hotel”. Asentí. “Después
de eso, esperas en el hotel hasta poder verte con ella de
nuevo. Y luego te inventas algo como: ‘Como agradecimiento
por haberme devuelto la llave’ o algo así, la invitas a cenar. Si
te viera como íncubo, probablemente se pondría en guardia,

204
pero ahora que eres una súcubo, no debería dudar en aceptar
tu invitación. Y luego disfrutas de una buena comida y
practicas el hablar con una mujer”.
Cuando te acostumbres a tratar con las mujeres, entonces
podrás seducir a las mujeres como un íncubo.
“Ya veo… Así podré saber fácilmente de mujeres, ¿eh? ¡Eres
increíble, señorita bruja! ¡Qué brillante método se te ocurrió!”.
“Fufufu, lo sé, lo sé”.
“Ciertamente fue muy inteligente, por lo general lo que yo
hago es est—”
¡Listos fuera!
“Aaaaaaaaahhhh!”

Creo que ya había pasado una semana.


Ya no había nada en particular que hacer en la ciudad, así
que hice las maletas y salí del hotel.
Desde entonces, el íncubo que se alojaba en la habitación
contigua a la mía había logrado, al parecer, un éxito razonable
a la hora de relacionarse con las mujeres mientras fingía ser
una súcubo. Cada día, varias mujeres iban a su habitación y se
iban a algún sitio con él.
Parecía que el íncubo también se había sentido cómodo
interpretando el papel de súcubo. Incluso comenzó a hablar
con más feminidad, como las demás mujeres. Hasta lo escuché
hablar de una nueva tienda de dulces en la avenida principal.
Yo confiaba que no le faltaba mucho para prosperar como
íncubo.

205
Con esto en mente, caminé por la avenida principal de la
ciudad por la noche.
“¡Hola guapo! ¿Cómo te va? ¿Quieres tener dulces sueños
conmigo?”.
“Te ves cansado, ¿Por qué no descansas conmigo un
poco?”.
“¡Oh, eres un encanto! ¿Qué me dices? ¿Por qué no me
eliges como tu dama esta noche?”.
Las súcubos se reunían en la avenida principal que llegaba
hasta las puertas de la ciudad. Se acercaban a los hombres
que caminaban solos de noche por las calles, los miraban con
ojos lascivos, los rodeaban con sus brazos y desaparecían en
los moteles. Era evidente que la vida nocturna de la ciudad era
todo menos sana.
“……”
Por cierto—Me detuve frente a cierto motel.
“…Fufu, ¿Me pregunto a qué hombre voy a elegir esta
noche...?”.
No me interesaban los negocios dirigidos por las súcubos,
pero la súcubo que estaba en la entrada, evaluando a los
hombres que pasaban, me resultaba familiar.
No, definitivamente la había visto antes.
¿Pero qué rayos?
Obviamente era...
“… ¿Qué rayos estás haciendo?”.
Por alguna razón, el íncubo, un demonio sexual masculino,
estaba mezclado entre las féminas, sirviendo a los clientes del
lugar dirigido por súcubos.
No entiendo qué significa esto. No entiendo nada.

206
Cuando lo reconocí, el íncubo dijo: “¡Araaa! ¡Pero si es la
bruja! Cuánto tiempo sin verte, querida”. Su rostro se iluminó.
… ¿Y esta quién es?
“Te agradezco lo que hiciste por mí. Con tu ayuda, por fin
me he convertido en el demonio sexual que siempre debí ser”.
“Ah-jaaa”.
“Y mientras pasaba el tiempo con las mujeres, fingiendo ser
una, pensé: ‘Espera, soy relindo, ¿no?’ ¡Y henos aquí!”.
“Ah-jaaa”.
Bueno, ciertamente tiene ese porte atractivo, pero...
A pesar de mi asombro, me contó velozmente su historia.
“Y entonces, ¿sabes lo que hice después? Fui a comer con las
otras chicas muchas veces, ¿puedes creerlo?” Sus ojos
brillaron. “Y allí, yo… bueno…” Luego, con la misma rapidez,
sus ojos empezaron a nublarse. “Fui testigo de todas las cosas
desagradables de las mujeres... y vi que son realmente...
bueno, son criaturas mucho más desagradables de lo que
esperaba... Las mujeres son…” La luz ya había desaparecido
por completo de sus ojos. “Se ponen celosas con facilidad,
delante de los hombres fingen inocencia, pero cuando se trata
de otra mujer serán amables de frente, pero a tus espaldas no
pararán de hablar mal de ti y su lenguaje sexual es muy vulgar,
y todas tienen conversaciones unilaterales en las que sólo
hablan de lo que quieren y no escuchan a las demás… Es como
si las mujeres fueran personas completamente diferentes
cuando están con otras mujeres, a diferencia de cuando están
con hombres…”
“Ah-jaaa”.
Bueno, no te niego que hay algunas mujeres así, pero…
“Sólo pensé… que las mujeres son más sucias de lo que
imaginaba”.

207
El íncubo travesti tenía una expresión oscura, como si
estuviera bajo una sombra tenebrosa. Ciertamente, era más
fácil relacionarse con las mujeres si se hacía pasar por una
mujer, pero era un poco duro para él. Era natural que la forma
en que las otras mujeres habían reaccionado ante una persona
que habían percibido como alguien de su mismo sexo había
sido muy diferente a la forma en que trataban a las personas
del sexo opuesto. Ese fue el punto ciego del plan.
Pero un momento después, la luz volvió a sus ojos. “Y
entonces, ¡tuve una idea! ¡Las mujeres en mi cabeza no se
parecían en nada a estas criaturas! ¿Verdad?”.
“Ah-jaaa”.
“¡Las chicas son más… ¡limpias! ¡Y huelen bien! ¡Son
suaves! ¡Y hacen que tu corazón palpite! ¡Así es como deberían
ser!”.
“Ah-jaaa”.
“¡Y así, pensé! ¡Ya lo tengo! ¡Debería convertirme en mi
mujer ideal! ¿Verdad?”
“Ah, ya veo… ¿Qué?”.
“Por eso estoy saliendo con las súcubos. He decidido
convertirme en mi mujer ideal. ¿Qué te parece?”.
“¿Que qué pienso? No sé cómo... Lo siento, esto está fuera
de mi alcance”.
“Bah. Es sencillo. Voy a ser la reina de las súcubos”.
Oh, ¿vas a postularte? No, espera, ¿de qué estás hablando?
Pero ella (?) se reía mientras ponía su mano en mi hombro,
a pesar de mi consternación.
“Gracias, Señorita Bruja. Me abriste los ojos”.

208
209
¿Te abrí los ojos… a una nueva identidad de género?
“Bueno… um… lo más importante es que seas feliz…”
“Por cierto, ¿cómo andas de tiempo? Si estás libre, ¿quieres
una ronda?” El demonio sexual hizo un gesto con el pulgar
hacia el motel. “Me da igual si es chico o chica”.
“No puedo decir lo mismo de mí, así que tendré que
negarme”.
“Fufufufu… Ara Ara. ¡Te vas a arrepentir! Uno de estos días,
¡seré lo mejor de lo mejor! ¡El demonio sexual número uno!”.
Entonces la señorita íncubo desapareció en la noche, riendo
a carcajadas.
No pude evitar sentir que, de alguna manera, había creado
una nueva y salvaje raza de demonio sexual.
Unos días más tarde, escuché por casualidad un rumor. Al
parecer, en cierta ciudad, había aparecido un íncubo que era
aún más popular que las súcubos
Eran una criatura rara en este mundo. La gente decía que
el íncubo era, en efecto, un íncubo, pero con ropa de mujer, y
seducía a cualquiera, fuera hombre o mujer. Era salvaje.
Incluso escuché que los hombres que vivían allí ya habían
desarrollado un peculiar dicho: “¿Cómo es que semejante
lindura de súcubo pueda ser una chica?” Se dice que él (¿ella?)
saltó a la cima de la vida nocturna.
Es más, las súcubos que se habían quedado sin trabajo han
creado un grupo de protesta y ahora buscan con todas sus
fuerzas a la bruja que convirtió al íncubo en un monstruo.
Y todos vivieron felices para siempre.
……Bueno, no exactamente…

210
Capítulo 8 –
Los Siete Días de Ariadne
[Día Seis Mediodía]
Era una tarde de finales de verano con una brisa fresca.
Dos estudiantes entran al auditorio de la Universidad
Nacional de Latorita.
Una es una chica que usaba una chaqueta negra, su largo
cabello sedoso era del color como de la ceniza y sus ojos de
color lapislázuli. Estaba viendo fijamente hacia el otro lado del
auditorio.
¿Y quién podría ser esta estudiante universitaria ordinaria?
En efecto, soy yo.
“¿Estás nerviosa, Ariadne?”.
A mi lado estaba otra estudiante.
Ella usaba una chaqueta roja y una falda negra. Su cabello
era rojo y lo llevaba atado con dos coletas. Ella me miraba con
sus impresionantes ojos azules.
“¿Hmm? ¿Eh? ¿Tengo que estar nerviosa?”.
Yo lo habría apreciado si se mostrara un poco más nerviosa
en esta situación, pero a pesar de lo mucho que hay en juego,
parecía no inmutarse.
Le hice un reproche con la mirada. “Nos han mandado a
llamar a las dos. Sería prudente suponer que está pasando
algo”.

211
Pero Ariadne seguía distante, diciendo cosas como: “¡Eso
no lo sabemos! Tal vez están en problemas y necesiten nuestra
ayuda. Esta podría ser nuestra oportunidad, ¿no lo crees?”.
“Obviamente así no se vería alguien que necesite nuestra
ayuda”.
Apunté con el dedo.
Al otro lado del auditorio había una chica que claramente
nos había estado esperando. Usaba el mismo tipo de chaqueta
que Ariadne, así como una larga capa negra encima. Traía su
cabello rojo oscuro recogido en una coleta a un lado y nos
observaba con una mirada vacía. Ella estaba quieta, como un
maniquí.
“¿Entonces, para qué hemos sido llamadas?”.
Ariadne le preguntó a la otra estudiante. Fue directa, y tal
vez no le importó ser indiscreta, pero la otra chica al otro lado
del auditorio simplemente movió su cabeza.
“No te voy a decir”.
Algo en la voz de la chica—en la voz de Sara—me provocó
escalofríos.
“Qué fría…” Ariadne se encogió de hombros, claramente se
le había agotado la paciencia.
‘No te voy a decir’, ¿qué respuesta es esa?
De repente, el sonido de unos tacones hizo eco en todo el
auditorio, se sentía una presencia helada.
“No fue ella quien las mandó a llamar”.
Apareció frente a nosotras y sin ninguna prisa, una mujer.
Su cabello se le ondeaba glamorosamente detrás de ella como
la hierba joven de primavera que se mece con el viento. Y
aunque sólo estaba caminando, era tan intimidante que nos
provocó escalofríos.

212
Finalmente, la mujer se detuvo al lado de Sara. “Sabía que
había unos ratoncitos husmeando en todo lo que hacíamos, y
ahora resulta que eran ustedes dos, ¿eh? Qué mala suerte.
Tienen, muy, muy mala suerte…” Sus frías palabras nos
golpearon como una ventisca helada.
Ya había oído hablar de esta mujer; ella es la élite en esta
universidad, ha sido así desde su fundación, es la opción
favorita de todos para ser la próxima directora, y es joven (sólo
tenía treinta años). Era la brillante y encantadora profesora
Vivian.
Y estoy segura de que disfruta de toda esa atención
(aunque no sé muy bien qué tiene que ver su edad).
Pero Ariadne, que estaba a mi lado, dijo: “No puede ser
verdad, ¿es en serio? Parece que nos han descubierto, Elaina”.
Por alguna razón, no se escuchó del todo afectada.
“…Estaba bastante segura de que no íbamos a salirnos con
la nuestra”, respondí luego de un suspiro.
A decir verdad, Ariadne y yo ya estábamos actuando muy
sospechosamente desde hace unos días, al tratar de averiguar
en qué trabajaba Vivian. Si yo fuera ella, ya nos habría
mandado a capturar e interrogar.
Por otro lado, Vivian estaba actuando muy
sospechosamente. Cualquier otra persona en mi lugar ya
hubiera hecho una retirada estratégica.
“Lo supe en cuanto empecé a investigarlas. La lista de
estudiantes lo decía todo. No hay estudiantes llamadas Elaina
o Ariadne matriculadas en esta institución”. Nos apuntó con su
varita y exigió: “Mejor díganme quienes son. ¿Por qué me
investigan?”.
Resoplé por la nariz: “¿La lista también decía que
responderíamos con la verdad si nos amenazabas?”.

213
“…Supongo que deberíamos incluir esa información”.
Entonces ella agitó su varita.
Inmediatamente, el piso del auditorio se partió, y la grieta
subió por la puerta a nuestras espaldas. Supimos que fue
destrozada por la ráfaga de viento ridículamente fuerte cuando
pasó por delante de nosotras e hizo ondear las faldas de
nuestros uniformes.
Ya veo, así que quiere alardear lo fuerte que es.
Es eso, o está tratando de bloquear nuestra retirada
destruyendo la puerta.
“Les conviene responder con sinceridad”, dijo Sara,
poniéndose al lado de Vivian. “No es que la profesora quiera
matarlas…”
Eso sonó como una advertencia.
“Sara, ya es suficiente”, respondió Vivian. “Si no las lastimo
un poco, no van a responder. No parece que sean inteligentes”.
Creo que estaba provocándonos.
Pero no somos tan tontas como para caer en la trampa.
Sin embargo...
“Hemos venido a bajar el telón de este teatro. Libera a Sara
de tu hechizo”.
Ya tenía preparada mi varita. Si mi oponente quería
problemas, pues los tendrá.
“¿Por qué? No estoy bajo ningún hechizo”, respondió Sara.
“Sólo quería estudiar magia bajo su inigualable tutelaje”.
Puede que haya dicho, pero lo dijo con una mirada vacía.
La chica obedecía lealmente todo lo que la profesora decía
sin siquiera dudarlo ni preocuparse por el bien y el mal. Tuvo

214
que haberla manipulado de alguna manera. De eso estoy
segura.
“¿Planeas acabar conmigo tú sola? ¿Sólo tú?” Los ojos de
Vivian se movían entre Ariadne y yo. “Después de todo,
Ariadne no puede usar magia, ¿verdad? Por eso hice a un lado
el hacerme cargo de ella. Pensé que podría convertirla en una
maga como hice con Sara”.
“¡No necesito que hagas eso!” dijo Ariadne. “¡Soy muy feliz
incluso sin poder usar magia!” Se puso detrás de mí. “Así que,
por favor, protégeme, ¿sí, Elaina?”.
“……Um, claro”.
No estaba segura si se hizo la genial o la tonta.
En cualquier caso, preparé mi varita mientras me movía
para protegerla.
Me enfrentaba a una instructora hábil con años de
experiencia. Definitivamente, no era el momento para bajar la
guardia.
“¿Eres feliz sin magia?” La expresión de Vivian se nubló, y
parecía que estaba acumulando poder en sus manos. “¡No seas
presumida! La vida de la gente que no puede usar magia no
tiene sentido porque la magia lo es todo”.
Y entonces, volvió a agitar su varita.

215
216
***

[Día Tres Mediodía]


¡Bang!
Un sonido ensordecedor me regresó a la realidad.
Por lo visto, me había distraído. Cuando moví mi mirada de
la ventana del aula hacia el atril, vi el rostro de una instructora
de mediana edad con una cara amarga.
El aula está en silencio, como si estuviera prohibido hablar.
Mirando a mi alrededor, pude ver que los asientos de los
estudiantes habían formado un semicírculo. Algunos estaban
asustados, otros intentan desesperadamente escribir las
palabras en la pizarra, mientras que otros dirigían una mirada
de desaprobación a la profesora.
“¡Tú! ¿Cómo te llamas?” Los ojos de la profesora se
encontraron con los míos con fiereza.
“Elaina”, respondí con un bostezo.
“Muy bien. Elaina. Has estado viendo por la ventana desde
que empezó la clase. ¿Piensas que mis lecciones son
aburridas?”.
La instructora tenía las manos en las caderas y las cejas
levantadas. En la pizarra, detrás de ella, había un sinfín de
notas sobre la elaboración de pociones y los ingredientes
necesarios, como una receta de cocina.
“Si quieres ser aprendiz de bruja, esta clase es obligatoria.
¿No crees que deberías poner atención?”.
Así estaban las cosas.

217
La Universidad Nacional de Latorita era una institución
mixta en el que la mitad de los estudiantes eran magos, y esta
clase era importante para los que aspiraban a convertirse en
aprendices de bruja. El material que cubría, seguramente
aparecería en la prueba de ascenso.
Bueno, en resumen, para mí es un camino que ya he
tomado.
“…Lo siento. Prestaré atención”.
Di una disculpa indiferente.
Es verdad que no escuché las lecciones, me estaba
aburriendo.
“¡No te librarás tan fácilmente! ¡Como castigo, ven a
resolver este problema! ¡Si no puedes resolverlo, haré que
repitas la clase! Levántate”. La profesora golpeó su varita
contra la pizarra. Parecía querer avergonzar a su problemática
alumna para corregir su comportamiento.
Con la varita, señaló la receta de una poción para dormir.
La columna de los ingredientes estaba en blanco. Seguro
quería que completara la parte que faltaba de la receta.
Todo un reto.
Me levanté.
“Primero, hay que tomar tallos de hierba para dormir que
hayan pasado secándose durante diez días y triturarlos hasta
hacerlos polvo. Luego se añade un poco de lana extraída de la
piel de una oveja dormida. Se mezcla con agua limpia y se
infunde con energía mágica. Luego—” Tardé unos treinta
segundos más en explicar los ingredientes y el método de
elaboración de la poción.
“……”

218
La instructora se limitó a mirarme con rabia, sin decir si
tenía razón o no, y volvió a golpear la pizarra. “...Muy bien,
¿esta otra?”.
Esta vez señalaba una lista de ingredientes.
“Con esos ingredientes, se hace una poción paralizante”.
“… ¿Esta otra?”.
“Esa es una poción para transformar temporalmente a
alguien en un ratón. Cuando se haga esa…” Dije la receta con
fluidez.
Supongo que la profesora probablemente estaba tratando
de intimidarme, pero respondí a cada una de sus preguntas.
Finalmente, con una expresión amarga, la instructora dijo
simplemente: “Puedes sentarte. No quiero verte aburrida en
mi clase”.
“¿Disculpe?”.
“¿Qué?”.
“Esa receta de ahí... Los ingredientes son incorrectos. Y
también hay un problema con el procedimiento”.
“……”
Después de disfrutar de mi modesta venganza, ojo por ojo
y todo eso, me senté de nuevo en mi silla. Había un silencio
en el aula. Y puede que haya dejado de escuchar. Ahora que
lo pienso, debe ser eso.

Me había dado un descanso de mis viajes y, por varias


razones, estaba de encubierto como estudiante en la
Universidad Nacional de Latorita.

219
Por consiguiente, hoy iba vestida diferente a lo habitual.
Llevaba un uniforme escolar con una chaqueta y una capa
larga. Han pasado muchos años desde que no me ponía un
uniforme y temía que no me quedara bien, pero para mi
sorpresa, me quedaba sorprendentemente bien. Sólo digo.
“¡Elaina! ¿Qué vas a tomar en tu próxima clase? Si quieres,
tal vez podrías tomar Historia de la Magia conmi—”
“¿Eh? ¡Elaina está tomando matemáticas conmigo!”.
“¡No, ella está tomando filosofía conmigo!”.
Después de la clase, varias estudiantes me detuvieron
cuando quise salir del aula.
Sólo dos días habían pasado desde que entré de encubierto
a esta universidad, pero aparentemente, ya había dejado una
gran impresión.
El plan original era infiltrarme clandestinamente en la
universidad y efectuar un rescate sigiloso, pero... parecía que
estaba atrayendo mucha atención. Eso podría ser un problema.
Supongo que mi carisma se está ganando la adoración de
los demás.
“Elaina sabe cómo callar a esas profesoras irritantes”.
“Sí, es muy conveniente”.
“Y por eso viene a mi clase de filosofía”.
“¡No digas tonterías! Ella está tomando historia de la
magia”.
“¡No, matemáticas!”.
“……”
Aparentemente, no era mi carisma. La gente simplemente
pensaba que era útil tenerme cerca.

220
“Disculpen. Tengo que ir a ver a alguien…” Rechacé
abiertamente todas las invitaciones de las chicas y salí del aula.
En la Universidad Nacional de Latorita, las estudiantes
podían elegir asistir a diferentes clases cada día. Esto hacía que
nos mezcláramos con los estudiantes. La seguridad en este
campus es muy floja, pensé.
De todas formas, debido a las circunstancias que me
trajeron aquí, tuve que mezclarme con la multitud
universitaria. Probablemente sería mejor no involucrarse
demasiado con otras personas.
Caminé hacia el patio central. Había prometido reunirme
con alguien allí entre las clases. Pero…
“… ¿Ves? No se verá bien si pierdes un botón en un
momento crítico, ¿verdad? Si no le sacas provecho al tiempo
libre para arreglarlo, terminarás arrepintiéndote. ¡Tienes que
tener más cuidado! ¡Y oye tú! Tu cabello tapa tus ojos. Eso es
peligroso. Usa esta horquilla. ¡Ah! Y tú, ¿y esa falda corta? ¡Es
indecente! Las chicas deberían ser más modestas. ¡Desdobla
tu falda! La falda debe llegar a las rodillas”.
Por alguna razón, una multitud de chicas estaba reunida en
el patio, y la conmoción se estaba formando. En el centro de
la multitud, había una chica de cabello rojo, del color de las
hojas de otoño, lo llevaba recogido en dos coletas a ambos
lados de la cabeza. Estaba usando una chaqueta roja y una
falda negra. Era una de las estudiantes normales, que no
estudiaba magia.
Se mezclaba con mucho esmero con las demás chicas y,
siempre que hacía alguna broma, las otras no paraban de
chillar por la emoción.
“Haa… Pueden llamarme Onee-sama”.
Incluso se peinó mientras decía ese extraño diálogo.

221
……
“¿Qué haces, Ariadne?”.
“Oh, Elaina. Llegas tarde”. Ariadne me saludó
despreocupadamente. Al mismo tiempo, recibí muchas
miradas hostiles de las chicas que la rodeaban. “Lo siento,
chicas”, les dijo Ariadne. “Ya tenía un compromiso con ella. No
puedo acompañarlas a la siguiente clase”. Ariadne le guiñó el
ojo a las chicas y luego corrió hacia mí. Y cuando me alcanzó,
me agarró del brazo.
……
Sus seguidoras no tardaron en tirarme miradas asesinas.
“¿Te importaría no echar leña al fuego?”.
“¿Hmm? ¿De qué estás hablando?”.
“Parece que no te das cuenta…”
Mientras caminábamos por el patio una al lado de la otra,
muchas curiosas nos clavaban sus miradas como dagas. Yo
había hecho la promesa de tomar la siguiente clase con
Ariadne.
“… ¿No fuiste tú quien dijo que debíamos intentar no
destacar porque estamos en medio de una operación
encubierta, ¿o no, Ariadne? Estás llamando mucho la atención,
¿no crees? ¿Qué es lo que tramas?”.
Yo sólo la observaba con el ceño fruncido mientras
caminábamos por el pasillo, pero todo lo que hizo fue reírse:
“Ah, ¿yo dije eso?”. Continuó: “Ya que tocamos el tema, ¿no
crees que llamaste mucho la atención con lo que le hiciste a la
profesora, Elaina? Supe lo que hiciste”.
“Las noticias viajan rápido”.
“Bueno, no es que no sepa lo que hago. Al rodearme de
todo tipo de gente, muchas cosas llegarán a mis oídos”.

222
“Entonces, ¿has reunido información secreta sobre Vivian?”.
“Mmm… Ni un pelín. ¿Y tú?”.
“Ni un pelín”.
“Qué mala suerte”. Ariadne se encogió de hombros.

“Parece que las estudiantes que se ponen del lado de Vivian


tienen los labios sellados”. Dije. “Incluso cuando pregunté por
ella, la mayoría sólo sabía responder ‘es una buena profesora’”.
“Por fuera, digo—por dentro, deben saber lo que hace,
¿no?”.
Ariadne se detuvo. Habíamos llegado a un aula al final del
pasillo. La clase ya estaba casi llena. Aquí era donde Vivian
enseñaba magia de combate.
“... Ahí está ella”.
De pie, erguida en la puerta, le clavé el codo a Ariadne y le
hice de señas para que viera a alguien.
Porque sentada dentro del aula, estaba Sara, la chica que
buscábamos.

“Los hechizos que hoy les voy a enseñar son muy versátiles
para usar en batalla. Y con eso me refiero a magia de viento.
La magia de viento es, como su nombre indica, una magia para
manipular el viento y encaminar su poder. Lo más aterrador es
que la magia es invisible. Esto hace que sea muy difícil de
evadir o contrarrestar. Es una magia versátil que puede usarse
en batalla abierta, pero también es práctica para actividades
encubiertas”.

223
Sentí una pequeña punzada en los nervios cuando dijo
‘actividades encubiertas’.
Todo anda bien, ¿verdad? ¿No nos ha descubierto?
Indiferente a mi ansiedad, Vivian continuó la clase.
“Les daré una demostración”. Ella estaba de pie en el atril,
agitando su varita y explicando los usos de los hechizos y la
mejor manera de dirigir la energía mágica. Su cabello verde
fluía suavemente cada vez que agitaba la varita.
“Como sea, tenemos que encontrar la manera de rescatar a
Sara…” Ariadne miraba fijamente a Vivian—de hecho, fruncía
el ceño mientras hablaba. “Quizá podamos convencer a Vivian
de que deje ir a Sara”.
“No parece que sea el tipo de persona que escuche una
petición cortés”.
Yo estaba segura de que había más estudiantes como Sara
que habían caído bajo el hechizo de Vivian. Existe la posibilidad
de que ya ha hechizado a la mayoría de las estudiantes. Y yo
tenía por seguro que no conseguiríamos nada yendo a
pedírselo.
“¡Ah...! Se me acaba de ocurrir una gran idea”. Dijo Ariadne
con un choque de palmas, pero al menos supo mantener baja
su emoción. “¡Deberías atacarla, Elaina!”.
“… ¿Y luego qué?”.
“Fufu… Entonces es cuando sucede. Improvisaré algo
increíble”.
“¿No se te ocurre algo mejor?”.
“¿Eh? Pero es una gran idea. Vamos, Elaina, ¡hagámoslo!”.
“Es una mala idea”.

224
Aún si suponemos que podemos ganarle, lo único que podía
ver venir es a los seguidores de Vivian.
“Ah, y cambiando de tema”, dijo Vivian desde el atril.
“¿Cuántos de ustedes pertenecen al programa de no-magos?
Levanten la mano”. Vivian levantó la mano y les pidió a las
estudiantes que la levantaran.
Todas en la clase levantaron las manos. A mi lado, Ariadne
también levantó la mano con sinceridad. Más o menos la mitad
de las alumnas eran magas como yo, y se limitaron a mirar al
atril, sin preocuparse por nada. Lo mismo ocurría con Sara.
Ya veo, así que esta es una clase de magia de combate,
pero al parecer está abierta a los no-magos.
“Bien, casi la mitad de la clase”, continuó Vivian. “Bueno,
no asuman que este curso no tiene nada que ofrecerles sólo
porque no pueden usar magia. También aprenderán formas de
defenderse contra magia de combate, así que por favor les
pido que lo tomen con seriedad”.
Vivian observó cuidadosamente a Ariadne por un momento.
La diferencia entre los alumnos no-magos y los magos era
evidente. Los magos como Sara y yo llevábamos capas sobre
nuestras chaquetas. Saber esto estaba claro sin necesidad de
pedir a todos que levantaran la mano. Seguramente Vivian
quiso decirnos que estábamos hablando mucho.
“Bueno, de vuelta a la clase”.
Después de eso, la clase se reanudó como si no hubiera
pasado nada.
Si ella fuese más parecida a la instructora de mediana edad
de hace un momento, probablemente las cosas habrían salido
como Ariadne quería…
“Creo que estábamos hablando mucho”, susurré, mientras
agarraba lápiz y papel. “Bueno, en lo que respecta al rescate,

225
tenemos muchas opciones además de un ataque directo. Deja
que yo me encargue”.
Unos segundos después de escribir algo en el papel, lo
doblé hasta hacerlo pequeño.
Luego, toqué el hombro de la chica sentada frente a mí y le
entregué la nota. “¿Podrías pasarle esto a la chica de adelante
que tiene el cabello castaño?”.
Dos asientos delante de mí pude ver la espalda de una
alumna que, como dije, tenía el cabello castaño brillante
llevaba un moño a un lado de la cabeza. Era la chica que
Ariadne quería rescatar: Sara.
Esta era mi estrategia:
Hacer contacto con Sara y pedirle que nos organizara un
encuentro con Vivian.
Mi nota preguntaba: ¿Estás libre después de clase? Si no te
importa, hay algo que me gustaría hablar contigo.
El primer paso fue conseguir que ella aceptara reunirse.
Esta es la opción más viable. No creo que esta estrategia
pueda fallar.
Sin embargo…
La chica del asiento de enfrente dijo con una risita: “¿Eh,
qué es esto? ¿Una carta de amor?” Tocó la espalda de Sara y
le entregó la nota. “Te llegó una carta de amor de la chica que
está detrás de mí”, dijo.
Obviamente, había malinterpretado la situación y supuso
erróneamente que Sara y yo ya teníamos algún tipo de
relación.
“……”

226
Por lo tanto, cuando Sara se dio la vuelta y recibió la nota,
me entrecerró la mirada con sus ojos azules, agarró el lápiz
con una mirada muy, muy molesta, rayó algo en el papel y
prácticamente se lo lanzó a la chica que estaba entre nosotras.
“¿Es tsundere?” comentó la chica mientras me devolvía la
nota.
Sólo había una cosa escrita en ella.
‘Lo siento, no me gustan ese tipo de cosas’.
“Ahora que recuerdo. Es una tradición del campus que los
enamorados intercambien pequeñas notas en clase…” Ariadne
miraba la carta de reojo.
“¿Y no pudiste decir eso primero?”.
“Oh, pensé que lo sabías”.
“……”
“Pero esta es nuestra oportunidad, Elaina. Dame eso”.
Ariadne me quitó el lápiz de la mano y volvió a escribir en el
papel. “Si aprovechamos esta oportunidad para hacernos
amigas de Sara, quizá podamos liberarla del control de Vivian”.
Ella escribió:
¡Lo sieeento! Mi amiga puede ser rara (upsi), pero no tenía
mala intención. Sólo queremos ser tus amigas (ja, ja). ¡Quiero
saber más sobre ti, Sara!
......
Miré a Ariadne incrédulamente mientras me pasaba la nota.
La carta regresó momento después.
Qué asco, fue la única respuesta.
“Realmente no le agradamos…”
“Es porque es muy fría…”

227
“Siento que ese no es el problema”. Cada vez tenía más
claro que tendría que resolver esto por mi cuenta. “Rayos, ya
dame eso”.
Escribí: “Queremos ser tus amigas, Sara. Por favor, habla
con nosotras.
Estoy ocupada.
¿Será porque estás colaborando con la profesora Vivian?
¿Por qué debería responder a eso?
Entonces, ¿qué piensas de ella?
Me coqueteas, pero sólo quieres hablar de otra mujer. No
te entiendo.
Créeme, el sentimiento es mutuo...
Intercambiamos notas por otro rato más, pero sin
resultados. Cuando terminó la clase no logramos recolectar
información.

Vivian era una profesora muy popular, no había duda de


eso. En cuanto terminó la clase, las alumnas llenas de
entusiasmo se amontonaron a su alrededor.
“Pensé que podríamos establecer contacto directo después
de la clase, pero… parece que no se va a poder”.
“Sí, eso parece”.
Había un muro de gente. Llegar hasta donde ella, parecía
casi imposible.
“¿Qué hacemos?”.
“…Parece que la única forma de llegar a Vivian es usando a
Sara”. Me di cuenta de repente. “Aunque creo que Sara
también está en el montón”.

228
Allí estaba Sara, en el centro de la multitud, sus ojos
brillaban mientras veían a Vivian. Parecía una doncella
enamorada. Intentar hablar con Sara estaba igual de difícil
como acercársele a Vivian.
“Tch... Qué complicado. ¿Cómo se supone que nos vamos
a acercar a Vivian?” Ariadne empezaba a sonar desesperada.
“Ustedes dos”, una voz salió de esa multitud, “Sí, ustedes”.
Los ojos de las estudiantes se volvieron hacia nosotras, y
entonces nos dimos cuenta de que Vivian nos miraba
directamente.
Caminó directamente hacia nosotras, el muro de
estudiantes le abría paso. De repente, estaba de pie frente a
nosotras con una gran sonrisa.
“¿Tienen un minuto?” preguntó. “Me preguntaba si me
podrían regalar un poco de su valioso tiempo en una
investigación importante que estoy haciendo”.
Investigación… Esa fue la palabra que Vivian usó cuando se
llevó a Sara.
Así que, ayudarla con su investigación es igual a dejarse
manipular.
Esto no era parte de nuestro plan. Nos tomó por sorpresa.
“…Entonces, ¿qué hacemos si es ella quien hace contacto
primero?” Ariadne me susurró en voz baja.
“Creo que deberías improvisar algo”, le susurré cortante.

[Un mes atrás Por la tarde]

Voces de enfado hicieron eco en las ventanas de la


panadería que quedaba en la avenida principal. Una clienta que

229
estaba a punto de entrar en la tienda, dio media vuelta al
percibir la peligrosa atmósfera que emanaba del lugar, y se
alejó rápidamente.
Al otro lado de los cristales temblorosos, había una madre
y una hija que se miraban mutuamente, sólo ellas dos.
“Repite lo que dijiste”. La madre bajó la voz. Había visto a
la clienta salir corriendo. “¿Te estás escuchando?”.
La hija le respondió, prácticamente diciéndolo sin asco. “He
dicho que me voy de esta casa para ayudar a la profesora
Vivian en sus investigaciones. A partir de ahora, voy a vivir en
su casa. No volveré en varios años”.
Habló con mucha tranquilidad. La chica llevaba una
chaqueta roja y una bolsa grande y pesada en el hombro. Ella
gimió.
Su madre estaba ahí, perdida, viendo lo que hacía. “Se te
dijo que heredarías nuestra tienda. Y ahora dices que te vas a
vivir con una profesora a hacer… ¿qué, exactamente?”.
“¡Nada! ¡Da igual! ¡Lo que yo quiera! No confundas las
cosas. No estoy pidiendo permiso, mamá. Sólo te lo hago
saber. Voy a aprender magia con ella”.
La hija dijo semejante declaración.
Ella era una estudiante de la Universidad Nacional de
Latorita, donde los magos representaban casi la mitad del total
de estudiantes. Ella anhelaba ser maga porque estaba
constantemente rodeada de lo que más deseaba.
Las estudiantes que se graduaban en esa escuela pasaban
a ocupar puestos importantes en la ciudad. Por otro lado,
cuando se trataba de estudiantes como ella, que no podían
usar magia… bueno, la mayoría tenía muy pocas posibilidades
después de la graduación. La diferencia que había entre ambos
grupos era notable a simple vista.

230
“…Has estado actuando muy extraño últimamente, ¿lo
sabías? Desde que empezaste a ir a esa escuela… no, desde
que conociste a esa profesora… Pero te va bien sin usar magia,
¿no? Y si heredas la tienda…”
“No digas tonterías”, interrumpió la hija. “Quiero ser maga.
Así que, madre… no estaré aquí por un buen tiempo”.
Dio media vuelta y salió de la tienda sin mirar atrás.
Desde que empezó a estudiar en la universidad, la chica
estuvo cambiando. Tal vez por el nuevo entorno, o tal vez por
la gente que había conocido. Pero se distanció de su madre.
La chica ya no ayudaba en la tienda. Y no volvió a sonreír como
antes.
La madre había querido que la tienda fuera el legado de su
hija. La había enviado a la universidad para que conociera el
mundo, creyendo que un negocio exitoso necesitaba un
propietario con buenas conexiones. Pero en cuanto empezó la
escuela, la chica se olvidó de la pequeña tienda.
De este modo, la hija—Sara—abandonó la casa de su
madre, diciendo que no volvería nunca más.
Al día siguiente, Sara pasó del curso normal al programa de
magia.

[Día Tres Por la noche]


“¿Qué te parece?”.
La panadería de la avenida principal de la ciudad se veía
muy especial. Incluso tenía un espacio para que los clientes
comieran adentro. De hecho, fácilmente puede ser llamada
cafetería enfocada en pan, en lugar de una simple panadería.
Incluso tenían café gratis para los clientes que decidieran
comer adentro.

231
“¡Este es el mejor! ¡Lugar! ¡Del mundo!”.
Me emocionaba estar en esta panadería vanguardista.
Ariadne me vio con los ojos entrecerrados. “No te pregunté
qué te parece el lugar, para que lo sepas”.
Oh, mi error.
“… ¿Te refieres a la propuesta de Vivian?” Hice una ligera
reverencia mientras aceptaba una taza de café de la dueña, y
luego tomé un sorbo.
Ariadne asintió fuerte con la cabeza. “Sí, creo que apesta”.
“…Pues a mí me parece que tiene una fragancia
encantadora”.
“No te pregunté qué te parece el café, para que lo sepas”.
“……”
Puse la taza sobre la mesa. “Bueno. Sinceramente, creo que
es una trampa. Es demasiado conveniente”.
“Estoy de acuerdo… pero, eso nos da una mejor
oportunidad para llegar a ella. No podemos dejarla pasar”.
“En otras palabras, ¿nos lanzamos directamente sabiendo
que es una trampa?”.
“Exacto”, asintió Ariadne con la cabeza. “Tendremos que
tener cuidado de no bajar la guardia. Sara cambió después de
conocer a Vivian, así que…”
“…Creo que yo estaré bien, después de todo, sé usar
magia”. Más bien, no sé por qué Vivian mostró interés en mí.
“Creo que probablemente te echó el ojo. Así que, eres tú quien
debería tener cuidado”.
“Sí, probablemente…”

232
Ariadne respiró profundamente, casi como un suspiro, tomó
su taza de café y dio un sorbo. “En caso de que me pase algo…
Bueno, por favor, si yo no puedo, sácala de ahí”.
“Eso suena como una última petición”.
“Esa era la intención”.
“En ese caso, me temo que no puedo aceptar. Estaré en
problemas si te mueres estando conmigo”. respondí. “Tendrás
que cumplir tu promesa”.

[Día Cuatro Por la tarde]


Al día siguiente, las dos acompañamos a Vivian después de
clase.
“Bienvenidas a mi laboratorio. Pasen. Me alegro de que
estén aquí. Estoy muy, muy contenta”.
Con una gran sonrisa, nos mostró su laboratorio. Este salón
se encontraba al final del pasillo donde había dado su clase el
día anterior. Este lugar, que se encontraba en lo más profundo
del edificio, tenía todo tipo de productos químicos y materiales
de investigación que estaban tirados por todo el lugar.
Un líquido misterioso estaba ebullendo a fuego lento en una
olla, más fluidos extraños en viales, recetas y notas sobre los
diversos brebajes... todo estaba allí al aire libre.
Esto era muy sospechoso.
“……”
Vivian nos recibió bien en su laboratorio, pero la persona
que ya se encontraba aquí, tenía otra opinión.
Sara nos observaba con una fuerte mirada. “Bienvenidas…”,
dijo con una voz fría. Parecía que iba a escupirnos en cualquier
momento.

233
Su odio es notable.
Vivian no pareció darse cuenta y dijo: “Es verdad, aún no
las presento. Ella es Sara. Me ha estado ayudando con mis
investigaciones desde ya hace un tiempo”.
“…Hola”.
Sara nos saludó mientras miraba al suelo bajo sus pies.
“Soy Elaina. Encantada de conocerte”. Me incliné y me
ignoró.
“Soy Ariadne. Encantada de conocerte, Sara”. Ariadne
saludó y fue ignorada.
Era como si no estuviéramos presente.
“Lo siento por eso…”, Vivian se rio de improviso. “Esa chica
puede ser muy fría”.
No, es más que eso. Es como si no tuviera emociones.
Al parecer, Sara era la única que participaba en la
investigación de Vivian. Yo no entendía bien el por qué una
profesora tan popular se centraría en una sola alumna, ni
menos por el tipo de investigación que llevaba a cabo, pero al
menos no había otras que estuvieran siendo utilizadas y eso
era algo bueno.
“Sonará repentino y perdón por la prisa, pero me gustaría
que me ayudaran con mi investigación”. Con un choque de
palmas, Vivian le entregó a Ariadne y a Sara un papel a cada
una. “Ariadne, te pediré que consigas ingredientes, también
Sara. Elaina, tú mezclarás las pociones conmigo”.
Sara al parecer previó esto, pues se limitó a decir:
“Entendido”, y salió del salón.
Ariadne dijo: “Ah, bueno, iré con ella…” Siguió a Sara, con
la mirada un poco perdida.

234
Luego de que la puerta se cerrara de un golpe, Vivian y yo
quedamos solas en el salón.
“Entonces, empecemos a mezclar pociones”. Vivian puso en
fila varios ingredientes encima de su escritorio. “Esta es la
receta de una poción experimental”. Me entregó un papel. “Me
gustaría prepararla hoy, pero... ¿sabes lo que es?”.
Cuando creas una poción mágica, es una serie de
experimentos de prueba y error, un proceso por el cual una
única poción perfecta surge de un montón de intentos fallidos.
Yo suponía que Vivian aún estaba resolviendo los fracasos.
“……”
Los ingredientes de la receta, anotados con precisión en la
hoja de papel que tenía en la mano, coincidían con los
numerosos frascos que Vivian acababa de poner sobre el
escritorio. Los examiné cuidadosamente, tratando de
comprender lo que ella intentaba.
Entonces murmuré: “…No sé”.
Vivian murmuró. “Ara... Bueno, todavía eres una estudiante.
Supongo que es normal que no lo sepas”. Luego dijo: “Esta es
una nueva poción, y cambiará el mundo. Está muy cerca de
completarse. Me atrevo a decir que cuando esta poción esté
perfeccionada, no quedará una sola persona infeliz en el
planeta”.
Ella puso una gran sonrisa mientras hablaba.
“……”
La poción que estaba tratando de hacer no tenía un nombre.
Pero a juzgar por los ingredientes en el escritorio y los
procedimientos descritos en la receta, podía saber más o
menos lo que pretendía.

235
La poción que Vivian intentaba hacer, obligaría
temporalmente a la energía mágica entrar al cuerpo de una
persona y le daría la capacidad de controlarla.
Parecía ser una poción que convertiría a cualquiera en
mago.
A primera vista, parecía una invención revolucionaria,
pero...

“...Pero Vivian, esto es…” Uno de los ingredientes de la


receta era conocido por ser tóxico. Podría ser peligroso. “No se
sabe qué efectos puede tener esta poción en el cuerpo
humano. ¿Está bien usar este ingrediente?”.
“Ara, claro que está bien”, asintió Vivian con la cabeza con
facilidad, como si fuera totalmente natural utilizarlo, y luego
dijo: “No se puede cambiar el mundo sin hacer sacrificios. Para
adquirir poderes mágicos, hay que pagar el precio
correspondiente. ¿No es natural?”.
No pude entender. ¿Por qué podría valer la pena
experimentar con algo tan peligroso? ¿Qué la impulsaba?

[Día Cuatro Por la noche]


“…En otras palabras, ¿Vivian está tratando de extinguir a la
gente como yo?”.
Al igual que el día anterior, llevamos a cabo una reunión de
estrategia en la panadería.
Luego de haber escuchado mi informe, Ariadne empezó a
golpear la mesa, estaba indignada.
“¡No podemos dejar que se salga con la suya! Pongamos fin
a la supuesta investigación de esa mujer, pero ya”.

236
“Sí, pensé que dirías eso. Hoy le robé algunos de sus
materiales de investigación”.
“Qué mal hábito”.
“También pensé que dirías eso”.
Pero dadas las circunstancias es lo que se tenía que hacer.
No tuve opciones.
“Sinceramente hablando”, continué, “todas las pociones de
Vivian llevaban ingredientes muy peligrosos”.
Es lógico que reduzca al mínimo el número de asistentes
para sus investigaciones. Porque si se sabe que utiliza
materiales peligrosos, es posible que la expulsen.
Entonces, si se trata de eso…
“Entonces la razón por la que Sara está caminando como
un zombi... ¡deben ser los efectos secundarios de todas las
pociones que ha tomado!”.
Sara había elegido ayudar a Vivian en su investigación con
las peligrosas pociones. O era muy buena, o tenía mucha
confianza en Vivian, o de alguna forma la estaba obligando.
No podíamos negar las posibilidades, pero sea cual sea la
respuesta, si queríamos tener alguna esperanza de rescatar a
Sara, necesitábamos detener a Vivian.
“Tenemos que asegurarnos de que la investigación de esa
mujer no se complete, ¿verdad? Sólo tenemos que hacerle
creer que es absolutamente imposible”.
“……” La gran cantidad de material de investigación me dice
que lleva mucho tiempo trabajando en esto, y no creo que esté
dispuesta a abandonarlo tras unos pocos fracasos…
“¿Tienes algo en mente?”.
“¡Claro que sí!”.

237
Se puso de pie, con las manos en las caderas.
“¡Habrá que improvisar algo y a estorbarle el camino!”.
“……”
O sea que no tienes nada.

[Día Cinco Por la tarde]


Para alguien que dijo que improvisáramos, Ariadne tenía un
plan concreto.
Ariadne me contó los detalles de su plan esta mañana. Al
parecer, yo iba a desempeñar un papel fundamental para la
ejecución de su plan. De hecho, todo el plan dependía de mí.

Fase uno.
“¿Me trajeron todos los ingredientes necesarios?” Vivian dijo
a Ariadne y a Sara, que volvían de conseguir ingredientes, tal
y como habían quedado el día anterior.
Sara asintió con la cabeza, pero Ariadne negó moviendo la
cabeza con mucha tranquilidad.
“No pude conseguirlos”.
La bolsa que traía Ariadne se veía muy ligera. Era obvio que
no pudo traer todo.
Sólo trajo lo suficiente para aparentar que se esforzó.
“Ara… Qué mal…” Vivian echó un vistazo a la bolsa y frunció
el ceño, luego dijo: “Bueno, entonces, ¿podrías ir a buscar de
nuevo?”.
“Ah, me duelen las piernas de tanto caminar. Ahora mismo
no puedo”.

238
Vivian estaba segura de interpretar su poca seria actitud
como falta de respeto. Sin embargo, esa era exactamente la
razón por la que Ariadne había optado por esta estrategia.
El plan era frustrarla para que no pueda pensar con claridad.
……
Cuando me contó de su plan, me pregunté si Ariadne estaba
bien de la cabeza, pero viendo ahora el plan en acción, parecía
que iba en serio.
“Entonces, Elaina y Sara, ¿podrían salir por provisiones, por
favor? Ariadne, tú serás mi asistente”. Vivian nos dio nuevas
indicaciones.
Esto también era parte del plan de Ariadne. Debió anticipar
que Vivian me enviaría a recoger ingredientes.

Fase dos.
Salí con Sara a buscar los ingredientes restantes.
Por lo que pude ver en la lista, Ariadne no recogió la mayoría
de las hierbas que crecen en esta zona.
“…¿Por qué no pudo reunirlas? Sólo es un montón de
hierbas ¿Tan idiota es?” dijo Sara con malicia, mirando como
en un huerto crecían el montón de hierbas justo en el centro
del patio.
“¿Tal vez no quiso tocarlas porque están sucias?”.
“……”
Hasta allí llegó mi conversación con Sara. Ella no era muy
conversadora. Se quedó en silencio mientras cortaba hierbas y
las metía en su bolsa.

239
Cualquier otra persona que pasara por el lugar, podría
confundir a Sara con una estudiante voluntaria que está
trabajando duro limpiando el patio.
“¿Cuánto tiempo llevas ayudando a Vivian con su
investigación, Sara?” Intenté charlar con ella mientras
trabajábamos.
“…Más o menos una semana”. Esta vez me respondió bien.
“Interesante. Y… ¿Por qué decidiste ayudarla?”.
“… ¿No escuchaste de la poción que está tratando de
hacer?”.
“Sí, algo así”. Miré a Sara. Ella estaba en silencio mirando
las hierbas con sus ojos vacíos. “Es una poción que puede
convertir a alguien en mago, ¿no?” dije.
“Así es… Creo que el plan de la profesora es increíble.
Porque una vez que todos puedan usar magia, nadie tendrá
que pasar por dificultades nunca más”.
“¿Crees que la gente es infeliz porque no puede usar
magia?”.
“Claro”, respondió firmemente. Sus ojos aún se veían
opacos. “Es imposible no notarlo, en esta universidad donde
los magos y… la gente como yo estamos reunidos en un mismo
lugar. Ya te has dado cuenta de la diferencia entre nosotros y
los estudiantes que pueden usar magia”.
“……”
Probablemente tomaba como ejemplo la clase impartida por
Vivian. Era una asignatura obligatoria en la universidad, y la
clase estaba obviamente destinada para magos. Para los
estudiantes que no podían usar magia, no era más que una
incómoda pérdida de tiempo.

240
Aunque en la escuela también se impartían clases comunes,
también había cursos exclusivos para usuarios de magia. La
clase de farmacología mágica que tomé hace dos días era una
de ellas.
De este modo, los estudiantes ordinarios eran tratados con
discriminación, y probablemente siempre se sentían
obsesionados por su complejo de inferioridad.
“Entonces, ¿quieres poder usar magia para sentirte bien
contigo misma?”.
“Así es”, dijo ella, “aunque la verdadera razón es otra”.
“... ¿Cuál?” pregunté inclinando la cabeza.
“Quiero hacer feliz a mi madre”.
Lo dijo con mucha claridad, estaba determinada.
Por primera vez, vi un destello de luz en sus ojos.

Fase tres.
Volvimos con los ingredientes—o mejor dicho, con las
hierbas—en mano. Ahora debíamos ayudar a Vivian, y ella nos
enseñaría cómo completar la poción. Dicho esto, yo fui la única
en estar presente.
“Elaina, canaliza algo de tu energía mágica en la mezcla”.
“Bien”.
“Buen trabajo. Ahora revuélvelo tres veces, y luego canaliza
aún más energía mágica”.
“Bien”.
Lo hice tal cual me dijo, como una marioneta. Por el
contrario, Sara estaba sentada con la mirada perdida en la olla
que tenía en mis manos, y Ariadne estaba inquieta a la par.

241
Estábamos esperando el momento correcto para ejecutar la
tercera parte de nuestro plan. Ariadne y yo nos mirábamos de
vez en cuando de reojo, esperando por lo que sucedería
después.
Y entonces...
“¡Ah! ¡La rectora está afuera!”.
Cuando la poción estaba casi terminada, Ariadne se levantó
de repente y gritó mientras señalaba por la ventana.
La rectora.
Ariadne supuso que, como Vivian estaba utilizando
ingredientes peligrosos para crear una poción con el mayor
secreto, no podía haber un enemigo más formidable.
Vivian y Sara levantaron la vista del caldero burbujeante por
un segundo.
...Miraron en dirección a Ariadne, que de repente había
gritado de forma extraña. “Rayos” murmuró.
Era una buena oportunidad.
En el momento más oportuno, agarré las hierbas que había
recogido antes y las eché todas en la olla.
Esta era la tercera fase del plan: en resumen, arruinar la
poción cuando estuviera casi completa. Cuando estuve
recolectando las hierbas, aproveché para recoger flores y
hierbas al azar.
Cualquier variación en la receta debería causar problemas
con el producto final.
Finalmente, la poción estaba completa.
“Está terminada”. Vivian sacó un poco del líquido de color
dudoso de la olla y lo echó en un vial. “Toma, Sara. Prueba
esto”.

242
Se lo entregó, con mucha confianza—el resultado de los
esfuerzos de hoy.
Aunque, la poción en el vial fue un fracaso.
“Muchas gracias”.
Sara aceptó obedientemente el vial.
Y entonces, aquí fue donde la etapa final del plan entró en
juego.
“¡Me lo beberé!”.
Ariadne le robó el vial que contenía la poción que alteramos.
Luego de bebérselo de un solo trago, salieron burbujas de la
boca de Ariadne y colapsó.
Ese fue todo el plan.
A diferencia de Sara que llevaba tiempo tomando estas
pociones, Ariadne no tenía experiencia bebiéndolas. No tenía
tolerancia y además, si lo que bebió fue un algo fallido, era
comprensible que colapsara.
“¿Estás bien? Oye, ¿Ariadne…? ¡Ariadne!”.
Vivian entró en pánico. Salió a toda prisa del salón asustada,
llevando a Ariadne en brazos.
Sara y yo nos quedamos.
“… ¿Qué le pasa a esa chica?”.
Recuerdo la mirada que puso Sara en ese momento, era
una de repugnancia.

“Dejé a Ariadne en la enfermería para que descanse.


Seguramente volverá en sí”.

243
Poco después, Vivian regresó, se veía algo cansada.
…Iré luego por ella.
“¿Ariadne siempre se comporta así?” Vivian frunció el ceño.
“…Algo así”.
Fue hace sólo seis días que la conocí, así que realmente no
la conozco muy bien.
“¿En serio...? Se ve que lleva una vida lamentable… Bueno,
mientras exista gente no-maga, habrá muchos más casos
como ella…”
“……”
Bueno, no sé si lamentable sea el caso. Es sólo una simple
idiota…
Yo no le diría eso.
“Pero que Ariadne haya colapsado seguro significa que la
poción que hicimos fue un fracaso. Es una pena”. Vivian no se
había dado cuenta de que Ariadne y yo alteramos la fórmula.
“Hagamos de este fracaso, un éxito al siguiente intento. No
perdamos tiempo ya que no lo tenemos…”
Vivian comenzó a murmurar y a revisar entre sus libros y
demás pociones, como si algo la perseguía.
Yo no sabía qué era lo que la impacientaba. Era como si
todos los seres humanos tuvieran una obsesión por convertirse
en magos.
“… ¿Por qué tan decidida a crear una poción que pueda
convertir a la gente en mago?” pregunté.
Vivian respondió: “Aún no te lo he dicho, ¿verdad?”. Sus
ojos se entrecerraron mientras miraba distraídamente por la
ventana los rayos del sol poniente. Había tristeza en su mirada.

244
Como si tuviera nostalgia del pasado, como si se arrepintiera
de haber dejado pasar algo.
“La primera vez que decidí intentar hacer esta poción fue
cuando estudié en esta misma universidad”.
Y entonces, me contó una historia de hace mucho tiempo.
Fue hace dieciséis años.
Vivian fue reconocida como una estudiante prodigio. Sólo
tenía catorce años, pero tomaba las clases que los mismos
estudiantes de dieciocho años. Además, tenía verdadero
talento para la magia. Era natural que ganara muchos elogios.
Pero Vivian no fue la más prodigiosa de la escuela. Había
otra alumna a la que también llamaban de la misma forma.
Se llamaba Elizabeth y era una estudiante normal, ella era
una no-maga. Es verdad que no podía usar magia, pero sus
notas eran incluso mejores que las de Vivian. La gente decía
que nadie podía rivalizar con ella académicamente. Además,
Elizabeth era muy cariñosa y todos los que la rodeaban
confiaban en ella. Vivian recuerda con cariño a Elizabeth como
una persona cariñosa, de confianza, agradable y maravillosa.
Vivian y Elizabeth que, por ser llamadas genios, eran objeto
de celos por ser más jóvenes que las demás alumnas, y se
encontraban en situaciones completamente opuestas.
Habría sido normal que estas dos genios fueran vistas como
rivales, o incluso enemigas. Sin embargo, este no fue el caso.
Eran las mejores amigas. Hacían todo lo posible por asistir
a las mismas clases, almorzaban juntas en el patio y se reunían
en la pastelería después de clases. Las dos genios pasaban los
días juntas como estudiantes normales.
“Elizabeth, tengo un sueño”.

245
Un día, cuando charlaban entre clases, la joven Vivian dijo
de repente: “Quiero ser profesora en esta escuela. Quiero
enseñar magia a todo el mundo”.
Elizabeth asintió con la cabeza ante las palabras de su
amiga: “¡Eso sería genial! Me gustaría también hacer lo
mismo”, respondió.
Al igual que Vivian, Elizabeth también quería ser profesora
después de graduarse. Ambas amigas compartían el mismo
objetivo, y eso las había unido aún más.
Sin embargo, su relación amistosa no tardó en romperse.
Un día, antes de la graduación. Todas las estudiantes que
se graduaban estaban pensando en su futuro, pero sólo dos
habían tomado cierta decisión.
Eran Vivian y Elizabeth.
Si quieres ser profesor, tienes que esperar a que te acepten
para trabajar o seguir estudiando, lo que significa que, si no te
conviertes en profesor, es casi seguro que acabarás en la calle.
Fue una medida adoptada por la escuela que no permitía a
nadie seguir la carrera de profesor a menos que estuvieran la
dedicación.
Había dos puestos de profesor disponibles. Las dos genios,
con la esperanza de pasar el examen juntas, habían dejado
pasar todas las oportunidades de empleo o de seguir
estudiando para convertirse en profesoras.
Finalmente, se presentaron al examen.
Pero…
“Cuando miré los resultados, vi que yo fui la única en
aprobar el examen. Por desgracia, Elizabeth no fue aceptada.
Nunca llegó a ser profesora”.
“……”

246
“Siempre había sido mejor estudiante que yo, pero a la
administración no le importaba. Me eligieron por encima de las
notas, todo porque yo sí podía usar magia”.
El comité había determinado que, si las buenas notas eran
importantes, ser mago lo decidía todo, esa fue la base que
impusieron. Se decidió que Elizabeth no calificaba para el
puesto.
“¿Qué pasó con Elizabeth después de eso?”.
Vivian negó lentamente con la cabeza. “...No sé”. Después
de eso, las cosas nunca volvieron a ser lo mismo entre
nosotras. Nunca la volví a ver. Conociéndola, seguro fue a
hacer su propia vida, pero…”
Pero, estaba claro que Vivian sigue atormentada por los
acontecimientos de ese día. De haber sido Elizabeth una maga,
probablemente ahora tendría un importante puesto de
profesora, al igual que su amiga, y probablemente las dos
seguirían juntas. Era la única diferencia que había entre las
dos.
Así que…
“¿Así que por eso deseas un mundo de magos?”.
“Sí…” Ella asintió con la cabeza lentamente. “Cuando esta
poción esté terminada, no habrá más estudiantes llorando sólo
porque no pueden usar magia. Ese es mi deseo…”
Volvió a mirar por la ventana.
Pude ver una determinación inquebrantable en sus ojos
mientras reflejaban los rayos del sol poniente.
Momento después, el periodo de clases había terminado.
Sara y yo nos fuimos primero y Vivian se quedó, diciendo
que aún tenía trabajo que hacer por su cuenta, o algo así.
Parecía completamente obsesionada con su investigación.

247
Me llevé a casa a Ariadne, cargándola en mi espalda ya que
seguía quejándose, Sara caminaba a mi lado, mirando a
Ariadne con ojos fríos. De camino a casa, todo estaba
completamente oscuro, ya era de noche.

“La profesora quiere reparar una relación que se rompió


hace mucho tiempo”, dijo Sara de repente. “Por eso la estoy
ayudando. Y si alguien intenta interponerse en su camino… no
se lo permitiré”.
¿Ya sospechosa de nosotras?
“Tienes que hacer lo que crees que es correcto”, respondí,
desviando la mirada. “Pero sigo sin entender por qué estás
dispuesta a arriesgar tu vida para ayudarla. ¿Es tanta la
obligación?”.
“¿Arriesgar mi vida? No sé de qué estás hablando”.
“¿No es eso lo que haces? Hoy Ariadne se bebió por
casualidad esa poción que salió mal, pero tú te expones
bebiendo pociones casi siempre, ¿no? Muchos de los
ingredientes son dañinos para el cuerpo. No creo que te
encuentres bien”.
“Estoy bien”, respondió ella con indiferencia. “Si su sueño
puede realizarse con un pequeño sacrificio de mi parte,
soportaré cualquier cosa. Si nadie lo hace, nunca lo terminará,
por mucho que trabaje”.
Tanto Sara como Vivian parecían estar obsesionadas con la
misma idea—con la creencia de que la gente no podía ser feliz
sin magia.
“Mañana por la tarde, vengan a la sala de conferencias. Hay
algo de lo que quiero hablar con ustedes”. Dijo por fin Sara.
“Sólo tú y Ariadne”.

248
[Día Cinco Por la noche]
“Así que eso es lo que está pasando. Creo que es obvio que
ya sabe de nuestro plan”.
Me dirigí a la panadería después de separarme de Sara,
estaba sentada con Ariadne, que por fin se había despertado,
y le conté todos los detalles de la situación actual.
“¿De qué hablas?” respondió ella. “No creo que se hayan
dado cuenta”.
“¿Hablas en serio?”.
La actitud arrogante de Ariadne definitivamente iba a hacer
que nos atraparan. Aunque cuando acepté este plan ya sabía
que nos atraparían.
Ariadne le dio un sorbo a su café. “Pero si nos descubren,
puede que sea bueno para conseguir una oportunidad. Y así
lograr que se desenmascare sola”.
“Bueno, supongo que debo agradecer que ella haya
escogido el día de mañana”, respondí. “Como sea, esperaba
resolver todo esto antes de eso”.
No quería que esto fuera una guerra larga e interminable.
Para empezar, Ariadne y yo no debíamos estar en esa
escuela.
“Elaina”, Ariadne levantó su taza de café hacia mí mientras
hablaba. “Mañana la rescataremos”.
“Yo me encargo”. La imité y levanté mi taza también.
“Muéstrales tu fuerza”.
Chocamos suavemente nuestras tazas.
Un silencioso tintineo llenó el aire entre nosotras.
Unas ondas de vapor salieron de las tazas y desaparecieron.

249
[Día Seis Por la tarde]
“¡La magia lo es todo!”.
Un rugido fuerte reverberó en el auditorio.
Entonces, Vivian nos atacó directamente.
Ariadne me agarró la chaqueta y yo la empujé por la espalda
mientras esquivábamos la ráfaga que venía. Pudimos
esquivarlo y dio contra la pared del auditorio, abriendo una
profunda grieta.
La invisible magia de viento.
Era un hecho que recibir un golpe directo de ese hechizo,
nos habría aplastado.
Así de peligrosa era esta magia de viento.
Sin embargo…
“Recuerde que les enseñó a sus estudiantes cómo
contrarrestar magia de viento”.
Agité mi varita. Inmediatamente, una tenue niebla salió de
la punta, extendiéndose rápidamente hasta llenar el auditorio.
Todo estaba blanco y nublado.
“Así podremos ver el movimiento del viento, ¿verdad?”.
Lo más problemático de alguien que usa hechizos de viento
es que es naturalmente invisible. Pero si puedes encontrar una
manera de detectarlos, no habrá muchos problemas. La niebla
mostraría la trayectoria del viento, así que bien podríamos
defendernos fácilmente de cualquier tipo de ataque de viento.
“¡Vamos, ataca desde donde sea! ¡Anularé cualquier
ataque!”.
Pude ver vagamente la silueta de Vivian en la niebla.

250
“Ara, Ara… estuviste poniendo atención a la clase, ¿verdad?
Qué buena estudiante. Eres muy inteligente”. Una voz se
escuchó. “Pero estás en problemas si crees que eso será
suficiente”.
La niebla comenzó a moverse.
Pude ver todo tipo de luces parpadeando en este paisaje
blanco.
No pude saber con exactitud qué eran hasta que las vi
acercarse, pero al menos pude comprobar que se trataba de
un enjambre de poder mágico con una buena cantidad de
poder mortífero.
Pilares de hielo volaron a través de la niebla con una fuerza
desgarradora. Pilares de hielo. Bolas de fuego. Todo tipo de
armas moldeadas de luz.
“Si tu oponente no puede ver, entonces tú tampoco,
¿verdad?” Dijo Vivian. “Y bien, ¿ahora qué me dices? ¿Podrás
hacerme frente con todo esto?”.
“……”
“¿Te quedaste callada?”, se burló ella. “¿Sólo quieres jugar
a la defensiva? Entonces, ¿no puedes contraata—”
“¡Mejor no gastes energía con puro bla bla!”.
Lancé una ráfaga de viento en dirección de la voz de Vivian.
La niebla se abrió y, por un segundo, pude ver claramente el
otro lado del auditorio.
No había nadie.
¿Escapó?
“No olvides que yo sigo aquí”.
“¡…!”

251
Alguien estaba detrás de mí… y no era Ariadne. Esta voz era
una mucho más fría.
Estuve tan concentrada buscándola en la niebla que cuando
me di la vuelta ya era demasiado tarde.
“¡No puedes hacer nada sin esto!” Sara salió de repente de
la niebla y me quitó la varita. Estaba protegiendo a su
profesora, aún sin saber usar magia, y pensó que al quitarme
la varita me dejaría sin poderes.
Pero…
“Así es, no me he olvidado de ti”.
Saqué una segunda varita del bolsillo de mi pecho y le lancé
a Sara una ráfaga de viento.
“¡…Ah…ugh…!”
Sara salió volando aún con mi varita en su mano. Cayó con
un fuerte golpe entre los bancos del auditorio.
Y antes de que se levantara, usé los mismos bancos para
contenerla. No podía arriesgarme a otro ataque.
“¿Crees que los magos sólo llevan una varita?”.
Sara no respondió.
“Ella lo sabe bien”, escuché una voz cerca de mí. “Pero se
las arregló para ganar el tiempo suficiente y poder acercarme
a ti”.
A esta distancia, pude saber de quién de era.
Vivian tenía su varita apuntando a mi garganta.
Al parecer, se las arregló para acercárseme sin que me diera
cuenta.
“……” Preparé lentamente mi varita.
“Si veo otro movimiento raro, te arranco la cara”.

252
Me pinchó fuerte con su varita.
“……”
Me preparaba para rendirme. Todavía con la varita en la
mano, levanté ambas manos por encima de mi cabeza. “¡No lo
creo! Mi cara es demasiado bella”.
“Ara. Todavía tienes tiempo para hacer bromas, ¿eh? O tal
vez no te das cuenta del problema en el que te has metido”.
“No, no”. Sacudí la cabeza. “Tampoco”.
“Entonces, ¿qué?”
Bueno, ya que preguntaste...
“Estoy segura que voy a ganar”.
Moví mis ojos para ver más allá de Vivian. Ella siguió mi
mirada, se dio la vuelta y le quité la varita de la mano.
“¡No son las únicas que pueden atacar por la espalda!”.
Ariadne, que había estado escondida detrás de mí, ahora
estaba detrás de Vivian.
Vivian se vio sorprendida por un momento, pero luego…
“¡Qué ingenua!”.
Y de la misma forma que yo, metió su mano en el bolsillo
del pecho.
“¡Hyah!”
La golpeé con otra ráfaga de viento. La varita de repuesto
que quiso sacar de su túnica, se fue volando de su mano.
“Sabía que querías que yo creara la niebla, y entonces
planearías tus ataques”, le expliqué. Puse mi varita en su
cuello, de la misma forma en como lo hizo conmigo. Era como
si hubiéramos intercambiado lugares. “Lástima que seas tan
fácil de leer”.

253
Imaginé que, si invocaba la niebla, Vivian intentaría
atacarme por la espalda. También supuse que intentaría
utilizar a Sara.
Todo lo que tenía que hacer era esperar a que Sara
apareciera, mientras me mantenía en su mira.
Probablemente pensaron que me tendieron una trampa.
Pero quienes cayeron en la trampa fueron ellas.
“Perdieron”, dije, acumulando energía en la varita que tenía
contra el cuello de Vivian. “Por favor, ríndete y no des
problemas. Detendrás esa investigación sospechosa en la que
has estado trabajando. Y liberarás a Sara”.
Vivian me fulminó con la mirada. “¿Es lo que querían?
¿Rescatar a Sara?”.
Asentí. “Has hecho de ella un conejillo de indias para tu
investigación, y está teniendo efectos extraños en su cuerpo,
¿o no es así?”.
“……” Vivian dudó, y luego dijo claramente: “Es verdad.
Pero fue su elección. Sólo queremos que nuestro sueño—el de
ella y el mío—se haga realidad”.
“¿Dices que Sara quería esto, aunque tuviera efectos
negativos en su cuerpo?”.
“Sin sacrificio no hay ideal. Estoy preparada para hacer ese
sacrificio, y ella también lo está”.
Vivian no estaba del todo visible por la niebla, pero su voz
era clara como un cristal. “Tanto Sara como yo, deseamos un
mundo en el que todos puedan usar magia. Cuando lo
hagamos realidad, estoy segura de que pondremos fin al
sufrimiento del mundo…”
“……”

254
“Ya hablé de esto ayer, ¿no recuerdas? Este mundo no trata
bien a las personas no-magas. Discriminación, opresión... No
tienen esperanza. Estoy cansada de vivir en un mundo así. Por
eso… Para que nunca haya otra Elizabeth, yo…”
“Realmente eres una tonta”.
Ariadne interrumpió la palabrería de Vivian.
Encogiéndose de hombros, ya disgustada, dijo algunas
palabras.
“¿La gente es infeliz porque no puede usar magia? ¿Cómo
llegaste a esa conclusión? ¿Sabes lo que le pasó a Elizabeth
después de la graduación?”.
“… ¿Y cómo sabes eso?” murmuró Vivian.
“Un pajarito me dijo”, continuó Ariadne. “He oído que
después de que Elizabeth se graduara, se hizo cargo de la
panadería de su familia. Luego se casó, dio a luz y tuvo una
vida normal y feliz. No consiguió el trabajo con el que soñaba,
pero no creo que la vida que llevó Elizabeth luego de haberse
destruido sus sueños, haya sido de infelicidad. Lleva una vida
normal y corriente, apreciando cada momento”.
“……”
Los ojos de Vivian se abrieron ampliamente.
“¿Cómo es que sabes de ella?”.
Hasta donde Vivian sabía, la historia de Elizabeth era un
secreto que sólo se lo contaba a personas cercanas a ella.
No era difícil imaginar su sorpresa.
“¿Te preguntarás, cómo lo sé…?” Ariadne se rio a
carcajadas. “Conozco la historia de Elizabeth... porque soy
Elizabeth”.
Y entonces, la niebla se disipó.

255
[Día Uno Por la tarde]
Lo primero que visité llegando a Latoria, fue una panadería
que estaba en la esquina de cierta calle. El pan de allí era
famoso entre los aficionados.
Está requete delicioso.
Está muy sabroso. Está tan bueno que se te caerán las
mejillas.
Está tan bueno que morirás al primer bocado.
Es básicamente veneno.
Estaba segura de que eso último fue una mala crítica.
Y claro, yo como amante autoproclamada del pan, mis pies
se movieron por su cuenta.
Pero...
“…………………………………………… Eh. No está tan bueno”.
Y pues, siendo honesta, no sólo está feo. Sabe horrible.
No sabía qué era peor, el sabor o la textura. ¿O hay un
problema más fundamental? Este pan no era sabroso. Me sentí
profundamente decepcionada.
“¡Disculpe!” Hice sonar mis palmas y llamé a la empleada.
“¿Podría llamar al panadero que hizo esto?”.
Ella dijo: “Ah, ajá…” y, con una expresión molesta como
diciendo “Gah, qué clienta más molesta”, desapareció al fondo
de la tienda.
Por cierto, la tienda era una rara panadería con un espacio
para comer dentro y con café disponible.

256
“No está delicioso… ¿verdad? Ya veo... supongo que no…”
Una mujer con unas grandes ojeras, de unos treinta años,
apareció. Los brazos que salían de su bata de panadera eran
blancos y delgados, y su cabello rojo sin cuidado alguno
colgaba de su cabeza.
“Lo siento... La verdad es que... la mayor parte de la comida
está en los estantes desde ayer… Verá... Estoy pensando en
cerrar la tienda pronto…”
“¿Va a cerrar?”.
Me quedé sorprendida.
¿La cerrará? ¿De verdad acaba de decir eso? ¿En serio?
Momento, ¿este pan ha estado desde ayer? Bueno, eso explica
por qué no sabe bien.
“…Um, ¿pasó algo? ¿Quiere contarme su historia?”.
“...No es el tipo de historia que le cuentas a una bruja que
anda de paso… Es algo privado”.
“Vamos. Siéntese y cuénteme”. Prácticamente obligué a la
dueña de la panadería a sentarse frente a mí. “Bien, ya.
Veamos, esta panadería tiene tan buena reputación que los
viajeros hablan muy bien; se supone que el pan de aquí es
exquisito. Pero en este momento, no está a la altura de esa
reputación”.
“Uh... así que ahora supongo vas a decir a todo el mundo
que esta panadería vende un pan terrible y asqueroso... je-je-
je he metido la pata”.
“¡Esto no es para reírse! Contrólese, por favor. Esto es
serio”.
Sacudí el hombro de la dueña que miraba por la ventana
con sus ojos sin vida.
Y entonces, grandes lágrimas rodaron por sus mejillas.

257
“…(Sollozo). Lo siento... La verdad es que mi hija... Mi hija
se ha ido”.
Entonces, la dueña de la tienda se puso a llorar.
Después, me contó su situación poco a poco.
En resumen, se trataba de una disputa común de madre e
hija, es decir, padres perplejos por sus hijas rebeldes. La
madre quería que su hija heredara la panadería, pero la hija
se había escapado de casa diciendo que quería ser maga.
Y lo que originalmente había dejado en shock a Elizabeth—
así se llamaba la madre—fue la insistencia de su hija de que
nunca sería feliz hasta que aprendiera a usar magia.
Elizabeth me contó que su hija se había ido de casa, sobre
cómo la estaban utilizando como sujeto de pruebas para cierta
investigación sospechosa. Y la persona que estaba llevando a
cabo esa investigación. Creo que lo que sorprendió más a
Elizabeth tanto como la partida de su hija, fue el hecho de que
la persona encargada de eso, guiada por la creencia de que
todo el que no era mago tenía una vida miserable, era una
vieja amiga suya.
Eso explicaba por qué Elizabeth no estaba haciendo pan.
“Entonces, si recuperamos a su hija, ¿podrá volver a hacer
pan delicioso?”.
“¿Eh? Claro… supongo que… sí…”
“Ya veo, ya veo”. Asentí. “Bien, hay que ir a ayudarla”.
“Ayudar... ¿la? ¿Nosotras? ¿Por qué?”.
“No sé cómo es su hija. Ni esa profesora”.
“Pero... ¿no voy a llamar la atención…?”.
“¿Y eso qué tiene? Tiene su viejo uniforme escolar, ¿no?”.

258
“Sí lo tengo… Y creo que todavía me queda... pero, ¿yo? ¿A
esta edad...?”.
“Ah, eso no será problema”. Con un gesto, le dije que me
esperara y rebusqué en mi bolso un pequeño frasco.
Era una poción que una chica me dio en cierto momento,
en cierto lugar, muy lejos de aquí. Esa poción tenía una magia
muy especial.
“Si bebe esta poción, puede hacerla ver más joven y podrá
mezclarse en la escuela, con años de sobra”.
Ella no se vería como adulto. Así que, con eso lo resolvimos.
“Pero…”
“Hay que hacerlo”.
“Estás muy impaciente…”
“Quiero comer ese pan”. Me le incliné hacia adelante, yo
estaba muy determinada. “Cuando traigamos a su hija de
vuelta, me va a invitar, ¿de acuerdo? Bien, vayamos a
ayudarla”.
No teníamos un segundo uniforme para mí, así que me
apresuré a confeccionar uno decente y partimos.
Así fue como nos infiltramos a la universidad.
Ahora que lo pienso, la promesa de un delicioso pan fue
todo lo que necesité para saltar a la acción. (Una de las dos
tenía que mostrar iniciativa.) Pero cuanto más aprendía de
Vivian y Elizabeth, más sabía que tenía que ayudar a estas
mujeres.
Porque la idea de que todas las personas que no pueden
usar magia viven en constante desgracia es demasiado
desgarradora.

259
“Entiendo. Lo prometo. Una vez que recuperemos a mi hija,
trabajaré muy enserio y te haré todo el pan que quieras”.
Al menos, esta mujer que se veía muy animada, no parecía
tener una vida miserable.
Esta mujer tenía fuego ardiendo en sus ojos.

[Día 6 Por la tarde]


A pesar de que fuimos con el objetivo de rescatar a su hija,
disfrutamos mucho de la vida estudiantil. Tal vez por eso casi
nos dejamos atrapar por nuestro propio plan. Pero de todos
modos, habíamos elaborado un plan para ponernos en
contacto con Vivian y luego rescatar a Sara antes de que
desaparecieran los efectos de la poción de regresión de la
edad.
Y por eso Elizabeth, alias Ariadne, tenía ahora a Vivian
acorralada.
“¿Tú eres… Elizabeth…?” El rostro de Vivian era ahora uno
de desconcierto. “Claro, pensé que te parecías a la antigua
Elizabeth que conocí hace tanto tiempo, pero… pero, ¿cómo?
¿Cómo es que ésta eres tú?”.
Cuando ella puso sus ojos en Ariadne, Vivian probablemente
había notado un gran parecido con Elizabeth, e incluso puede
que se haya visto a sí misma en mí, al ver mi amistad con
Ariadne. Y no había duda de que el parecido entre Sara y su
madre era también la razón por la que Vivian había elegido a
la chica para que la acompañara en su investigación.
Vivian estaba atada a su pasado.
“¿Crees que, porque no pude seguir mi sueño de
convertirme en profesora, llevo una vida miserable?” Ariadne
se rio en voz baja. “Escucha… Estoy bastante contenta de no
haber sido profesora. Bueno, no me gustaba la idea de heredar

260
la panadería de la familia, pero después de crecer y darle una
oportunidad, fue más divertido de lo que esperaba. Conocí a
un hombre estupendo y tuve a Sara”.
Ariadne echó un rápido vistazo al auditorio.
Sara estaba de pie entre los pupitres, mirándonos con una
expresión confusa.
Ella y Vivian estaban estupefactas. Los hechos las tomaron
por sorpresa.
Ariadne continuó. “Lo siento. Después de graduarme, no
volví a verte. Así que… Nunca supe que te sentías así”.
“...No”, murmuró Vivian.
“Llevas guardando esos sentimientos desde el día en que
fallé el examen para profesora, ¿verdad?”. Continuó Ariadne.
“Incluso ahora que has crecido…”
“…No, esto no está bien. Yo…” Vivian se desplomó en el
piso como una niña pequeña. “Yo… sólo quería que no volviera
a ocurrir… Para que nadie más tuviera que enfrentarse a ese
tipo de discriminación…”
“No hace falta que te preocupes por eso”. Ariadne se
encogió de hombros. “Nadie está condenado a vivir una vida
de miseria por un sueño roto, del mismo modo que nadie tiene
garantizada su felicidad, aunque todos sus sueños se vuelvan
realidad. Además, no creo sentirme feliz si Sara aprendiera
magia, cuando el costo es alto”.
Beber constantemente pociones no probadas hechas con
ingredientes tóxicos era un alto precio en Sara. Y mientras Sara
se acercaba hacia su madre a duras penas, era obvio, por su
forma de caminar, que no estaba nada bien.
“… ¿Estás bien?” Me le acerqué para ayudarla, dejando que
se apoyara en mí. Me sentí culpable por haberla golpeado con
el viento.

261
Sara asintió con la cabeza lentamente. “...Mm” Luego miró
fijamente a Ariadne. “...Mamá, ¿eres tú? ¿En serio eres tú?”.
Ahora que se hizo mención de ello, el parecido era
inconfundible, aunque había pasado desapercibida por poco.
Ayudaba el hecho de que tuvieran diferentes colores de
cabello.
“¿Nos vamos a casa, Sara?” Ariadne abrazó suavemente a
su hija. “Por favor, ya no pongas triste a tu madre”.
Estando en los brazos de su madre, Sara respondió: “...Mm-
sí”. Volvió a asentir ligeramente y cerró los ojos.
Vivian sólo las observaba, hasta que Ariadne fue con ella.
“Ya no sigamos con esto, Vivian”, dijo mientras tiraba de ella
para abrazarla.
Y entonces...
“Por favor, no quiero malos recuerdos”.
Ariadne no dijo nada más.
Sus palabras habían sido suficientes.
Las dos, Sara y Vivian, estaban envueltas en los brazos de
Ariadne—en los de Elizabeth—, se quedaron en silencio, como
bebés que hubieran llorado hasta quedarse dormidos.

262
263
[Día Siete Por la tarde]
Pasé a comer por mi nueva panadería y cafetería favorita.
Siempre iba luego de la escuela, pero hoy era fin de
semana. Y como era de esperar, el lugar estaba bastante lleno.
“¿Te importaría compartir mesa?”.
De hecho, estaba tan lleno que la camarera habitual tuvo
que preguntármelo.
Asentí con la cabeza y me indicó un asiento junto a la
ventana.
“... ¿Eh?”.
Quedé boquiabierta cuando vi quiénes estaban ahí. Las dos
personas que ya estaban sentadas frente a la mesa junto a la
ventana reaccionaron igual. Ambas se veían preocupadas.
“...Elaina”.
“...Hola”.
Eran Sara y Vivian.
Las saludé con un simple “Hola” y me senté frente a ellas.
Pedí café y pan a la camarera, y luego miré a Sara mientras
esperaba mi comida. Se veía con mejor salud ahora.
“¿Ya no tomas las pociones?” pregunté.
Ella asintió levemente con la cabeza. “...Bueno,
abandonamos nuestra investigación. No tiene caso destruir mi
salud”, dijo.
Al final, después de todo lo que pasó, Vivian renunció a
crear una poción que pudiera convertir a la gente corriente en
mago. Ariadne—la propia Elizabeth—me contó que no era
necesaria una poción así. Incluso si lograran crearla, no
significaría nada.

264
Después de eso, las tres seguimos hablando un rato más en
la mesa junto a la ventana.
Según parece, Vivian usaba todo su tiempo libre para
trabajar en su poción, y ahora que cesaron con la
investigación, tenía mucho más tiempo ahora. Lo mismo para
Sara. Como ya no necesitaba trabajar en la investigación, no
era necesario que se quedara en casa de Vivian. Desde ayer,
había vuelto a su casa.
“En resumen, soy una profesora normal y corriente, y Sara
vuelve a ser una alumna normal y corriente”.
“Qué poco interesante”.
“Lo sé. Pero, bueno, tengo que admitir que no somos
infelices después de todo”.
“Entonces, eso es genial”.
De repente estábamos las tres sonriendo, y fue entonces
cuando la camarera me trajo el pan y el café.
“Aquí tiene, disculpe la espera. Un poco de mi mejor pan,
hecho con gratitud”.
No era la camarera después de todo.
Era Ariadne, pero...
El efecto de la poción ya había pasado, y Ariadne ya no era
una joven colegiala. Volvió a ser una mujer adulta.
“Está recién salido del horno, así que está un poco caliente.
Ten cuidado cuando lo comas”.
Ariadne, o mejor dicho, Elizabeth, sonrió. Era la sonrisa de
una madre cariñosa.
“¿Por qué no te nos unes, Ariadne?” Después de todo,
estábamos sentadas en una mesa para cuatro personas. Le di

265
una palmadita al asiento que estaba libre en señal de
invitación, pero ella negó lentamente con la cabeza.
“Me encantaría comer con ustedes, pero tengo trabajo que
hacer”. Elizabeth se encogió de hombros. “Bueno, que lo
disfrutes. Nuestro pan es el mejor, después de todo”.
La mujer triste que había conocido, ya no la veía por ningún
lado.
Puse una mano sobre mi pan mientras la veía alejarse.
Todavía estaba caliente. Degusté el reconfortante calor.
“Ahora que lo pienso, ¿qué vas a hacer ahora, Sara?”.
Incliné la cabeza en señal de pregunta mientras hacía mi pan
en trozos. “¿Te harás cargo de la panadería?”.
“Lo estoy pensando”. Rompió su pan de la misma manera y
se llevó un trocito a la boca.
“Pero es casi seguro, creo que me haré cargo después de
mamá”.
Pero me dijo que quería pensarlo después de estudiar más
en la escuela. Era una idea completamente ordinaria.
La chica que estaba con nosotras era completamente
ordinaria; una chica que no sabía qué hacer con su futuro. Eso
también era completamente ordinario.
“Bueno, creo que es genial”. Asentí con la cabeza, luego
hice lo mismo que Sara y me llevé el pan a la boca. La masa
esponjosa se deshizo en mi boca. El aroma a trigo se fue
extendiendo poco a poco por mi nariz y el pan estaba tan
delicioso que no pude evitar sonreír mientras lo masticaba.
Podría comerlo por siempre.
“Está muy delicioso...”, murmuré feliz.
“Vendré más seguido”. Vivian asintió decidida.

266
“Yo lo como siempre, así que…” Sara se encogió de
hombros y sonrió.
Y así pasamos juntas una tarde cualquiera.
Aunque para una viajera como yo, compartir una comida
con amigos no es tan ordinario…
Me hace muy feliz, cuando ocurren cosas inusuales salidas
de lo normal.

267
Palabras del autor
Cierto día en el 2017:
“Jejeje… El volumen 5 de Majo no Tabitabi ya casi se
pone en circulación… ¿Eh? ¿Y esto? Esta vez hay un gran
número de tuits referente a la compra… ¿Qué rayos está
pasando? ¿Las copias firmadas ya se acabaron? ¿Eh? ¿Pero
qué…?
“Jougi”
“¡Editor! ¿Y todo esto?”.
“Parece que las reacciones iniciales del Volumen Cinco
fueron buenas”.
“¡Repítelo! ¡SIUUUUUUUUUUUUU!”
“Se comenzará la segunda impresión”.
“¡Pero si sólo ha pasado una semana! Es el quinto
volumen y esta es la primera vez que recibe una segunda
impresión inmediata. ¡SIUUUUUUUUUUU!”.
“También se habla de un CD Drama y posiblemente un
manga”.
“¡¿EEEN SEERIOOOOOOO?!”.
“Estás gritando mucho”.
“¡¡SIUUUUUUUUUUUUU!!”.
“Que te calles”.
“Bueno”.

Hola a todos, nos leemos de nuevo. O puede que esta


sea la primera vez que nos conocemos. Mi nombre es Jougi
Shiraishi.

268
Muchas cosas han pasado en estos días. Si les soy
sincero, ha habido mucho que procesar. Y aunque me
distraigo mucho, me las arreglé para terminar el Volumen 6.
Desde que el Volumen 5 salió a la venta… o mejor dicho, más
o menos cuando empezó a venderse… ha habido muchos
avances. Elaina fue incluida en la Exposición de las Tres
Grandes Heroínas de GA Novels para los libros ya publicados,
y me emocionó muchísimo la idea de convertir la serie en
manga y CD Drama. Hasta ahora, he estado preocupado, un
poco más preocupado y muy preocupado. A veces apenas y
podía escribir de lo preocupado que me encontraba, y otras
veces me sumergía en el sentimentalismo, y a veces sufría un
miedo terrible a que me cancelaran en ese mismo momento.
Pero, por fin, siento que mi flor ha florecido. Hurra por eso.
Tengo toda la intención de seguir trabajando duro en
este 2018. ¡También habré superado uno de mis años de
mala suerte! Aunque de todas formas no ha pasado nada tan
desafortunado.
Muy bien, pues antes de entrar en lleno, me gustaría dar
mi comentario sobre cada uno de los capítulos de este
volumen.
Hay un montón de spoilers, así que si aquellos a los que
les gusta leer primero el epílogo pueden saltarse las
siguientes tres páginas, más o menos.

Capítulo 1 – La Carrera de Escobas


Estaba pensando en los tipos de deportes que podrían
practicar los magos y se me ocurrió la idea de una carrera de
escobas. Pero entonces decidí que escribir “la carrera de
escobas” dispararía mi número de palabras hasta el techo
cada vez que la escribiera, así que se me ocurrió la
abreviatura “CE”.

269
El volumen 5 terminó con una cierta firmeza, así que
escribí esta historia como una especie de nuevo comienzo
para el volumen 6.

Capítulo 2 – Un Ladrón y su Madre


Una batalla decisiva contra un hijo en su fase rebelde, y
su cariñosa madre. El personaje materno era el centro de
atención de esta historia, y por eso el final tierno. Pensé que
estaría bien tener al menos una historia que fuera feliz de
principio a fin, ya que el volumen 6 hay una historia cruel.

Capítulo 3 – Un Político Devoto


Esto ocurrió hace mucho tiempo, así que sólo lo recuerdo
vagamente, pero cuando aún estaba joven, se emitió un
programa especial en la televisión que insistía en la siguiente
teoría.
Proponía que John F. Kennedy era, de hecho, un hombre
muy tímido, y que en realidad fue su esposa Jacqueline que
logró que consiguiera la presidencia y que dirigió el país entre
bastidores...
Al parecer, fue idea de su esposa que sólo usara trajes
negros para que se viera bien en la televisión a blanco y
negro de aquella época. Esa fue sólo una de las muchas ideas
que lo llevaron a la presidencia, y todas gracias a su esposa.
Ahora que soy adulto, eso me intriga, así que lo
investigué. Pero, por desgracia, no pude encontrar ninguna
prueba definitiva. Aun así, siempre quise escribir una historia
basada en la relación entre Jacqueline y John Kennedy que
existía en mi imaginación, y la hice realidad. Pero lo que más
quería transmitir con esta historia era la idea de que ser
desconocido no es diferente a no existir. Teniendo eso en

270
claro, espero sinceramente poder escribir historias que vivan
en el corazón de la gente.

Capítulo 4 – La Historia de una Enfermedad, Una Bruja y


Una Escoba
Todos nos sentimos débiles cuando nos resfriamos,
¿verdad? Sí yo sé. Pero cuando releí el manuscrito terminado,
pensé: “¿Y ésta quien es…?” Personalmente, estoy muy
contento con las escenas en las que la escoba abre las
cerraduras de las puertas. Intenté evitar el uso de personajes
ya existentes en el volumen 6, pero la escoba es la constante
compañera de viaje de Elaina, así que, por esa lógica, decidí
incluirla. Creo que también seguirá apareciendo regularmente
a partir de ahora.

Capítulo 5 – La Esclava Maldita


He oído hablar de una gema bastante peligrosa llamada
Diamante de la Esperanza6, y cuando investigué más a fondo,
provocó de algún modo la muerte de cada uno de sus
propietarios y, como resultado, es una legendaria gema
maldita que ha estado de dueño en dueño. Todo eso es
superstición, por supuesto, y no creo realmente que nada de
eso sea cierto, pero la idea de un objeto maldito que provocó
la muerte de su dueño me pareció muy interesante, y pensé
que en una historia cabría bien. El resultado fue esta historia,
en la que el ‘objeto’ está maldito para pasar de un dueño a
otro y al final se da cuenta de que es venenoso cuando se
toca. Además, cuando estaba terminando de escribir el

6
Es un diamante de color azul marino, con un peso estimado en 45.52 quilates. Su color es
debido a la presencia de trazas de átomos de boro en su composición. Con el paso del tiempo,
se ha vuelto legendario por la supuesta maldición que alcanza a sus respectivos poseedores.

271
manuscrito de esta historia, se estaba emitiendo un drama
sobre un beso mortal que estaba causando furor.

Capítulo 6 – Elaina, La Pequeña Bruja


La idea de convertir a Elaina en loli es algo que había
considerado desde hace un tiempo. Pero antes de hacerlo,
Majo no Tabitabi entró en pausa, y Slime Taoshite 300-nen,
Shiranai Uchi ni Level Max ni Nattemashita publicados por el
mismo sello, utilizaban la misma idea, así que pensé: “¡Ah,
me la van a rechazar ¿no?” y dejé la idea apartada durante
mucho tiempo. Pero cuando estaba escribiendo el borrador
del volumen 6, recibí una revelación. “Jougi… Te estoy
mandando mis palabras directamente a tu cerebro... debes
escribir la historia de la lolificación…” y lo hice.
El diseño de Elaina loli es muy adorable. Creo que es tan
adorable como para eliminar la guerra de este mundo.

Capítulo 7 – Entendiendo el Corazón de una Mujer


Un súcubo es un demonio sexual estándar en el género
de fantasía, y me pregunté si un demonio masculino lo
pasaría mal si vive de la misma forma que ellas, así que pasé
quebrándome la cabeza con esa idea. Por cierto, siempre me
lo he preguntado: El trabajo principal de un demonio sexual
es darle sueños eróticos a la gente. Pero no es necesario que
se vistan eróticamente, ¿o sí?

Capítulo 8 – Los Siete Días de Ariadne


Cuando se me ocurrió este capítulo, el primer problema
que tuve fue la cronología, no sabía cómo hacerla. Si contaba
la historia en orden desde el principio, habría tenido que
escribir mucho antes de que las chicas empezaran a asistir.

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Luego de sentirme perdido, decidí quebrar un poco el orden
cronológico y cambiando el principio y el final. Siempre he
querido escribir una historia en la que Elaina asistiera a una
escuela, pero aún no se me había presentado la oportunidad,
así que al final decidí que fuera el último capítulo del volumen
6.
Como anécdota, me dieron tres bocetos del uniforme de
Elaina, pero estaban tan lindos que dije: “¡Quieres que elija
sólo uno! ¡No puedo elegir uno!”. Lloré. Las calcetas hasta la
rodilla son lindas, ¿verdad?
Esos han sido mis comentarios sobre cada historia.
El volumen 5 tenía algunas historias alegres—la mayoría
lo son—, así que esta vez quería escribir un libro que tuviera
mucha variedad. Personalmente, me gusta el elemento yuri,
pero también me gustan las historias serias, y por supuesto
las historias de comedia, y también las tramas
profundamente conmovedoras. Tengo profundos
sentimientos con Majo no Tabitabi, una serie en la que puedo
escribir todo ese tipo de historias, y quiero seguir escribiendo
estos libros por mucho tiempo. Estoy muy contento de haber
podido sacar otro volumen…
Esta vez hubo muy pocas apariciones de personajes
existentes, pero a partir del próximo volumen, creo que me
gustaría que cada uno de ellos volviera a aparecer como
personajes invitados en las historias más largas.
La serie también se ha alargado mucho, y antes de
darme cuenta, hemos llegado al volumen 6. El siguiente es el
volumen 7. Haré todo lo posible por seguir con más.
Cambiado a otro tema, a finales de 2017 hice un poco de
ejercicio por primera vez en mucho tiempo, y eso fue
suficiente para lesionarme la espalda y casi matarme, así que
quiero hacer de este 2018, el año para hacer una cantidad

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moderada de ejercicio. Y lo digo en serio, como suelo hacer
un trabajo que no requiere mucho movimiento, mi fuerza
física ha bajado. Además, hace tiempo compré una tarjeta
Suica, pero gracias a la compra de un smartphone, ya no
tengo que tocar la tarjeta en la puerta del tren. Sólo tengo
que tocar el teléfono con el sensor y puedo pasar por la
puerta sin problemas. El avance de la tecnología es increíble.
Ha convertido mi tarjeta Suica en un trozo de plástico normal
y corriente. Bueno, para empezar, mi estación más cercana
no admite Suica, así que desde el principio sólo era un plato
de plástico. ¡Jajajaja!

Ahora me gustaría pasar a los agradecimientos.


A Azure:
Gracias una vez más por tus lindas ilustraciones. Mis más
sinceras disculpas por dejarte el diseño de tantos personajes
una y otra vez… Pero todas están lindas, así que espero
poder contar contigo por muchos años. Además, Elaina con
su uniforme es demasiado linda. SUBLIME. Elaina loli es
lindísima. Y Ariadne, el personaje invitado de este volumen,
también es linda y me encanta. Siempre hablo de lo lindo que
son tus dibujos, ¿eh?

A mi editor, M:
Gracias por todo. Me alegré mucho cuando me enviaste
el dibujo que hizo tu hija, se esforzó mucho. Me sentí muy
feliz. Por cierto, acabo de comprar un smartphone y no he
copiado mis contactos, así que entré en pánico cuando
trabajaba, y quedé como “¡¿Quién es este?! ¡Mi información
personal se ha filtrado! Oh, no”. Pero la felicidad que sentí
fue real. Y mi pánico también.

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Para todos los demás implicados:
Todo el mundo en las operaciones de SB Creative, para
todos en el departamento editorial, a todos los empleados de
la librería, y todo el mundo en la oficina de impresión. A
todos los que han participado en esta publicación. De verdad,
muchas gracias. Han pasado tres años desde mi debut, pero
sinceramente, a medida que se acumulan los volúmenes, me
doy cuenta de que las novelas ligeras como medio son
capaces de llegar a publicarse porque cuentan con el apoyo
de mucha gente. Gracias por su continuo apoyo.

Estimados lectores.
Por favor, continúa leyendo Majo no Tabitabi
El volumen 8, que saldrá a la venta en noviembre,
también incluirá un CD Drama, así que atento.
Estas palabras de despedida fueron largas, pero voy a
terminar aquí, porque quiero volver a mis manuscritos.
Nos vemos en el Volumen 7. ¡Adiós!

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