Nochevieja es la última noche del año.

En algunos países se conoce como el Día

de San Silvestre, santo que da nombre a las carreras de San Silvestre: disputas
atléticas que tienen lugar el 31 de diciembre en numerosas ciudades de todo el
mundo. En este evento, no importa tanto llevar ropa deportiva cómoda como
lucir un original disfraz navideño.

En España y en casi todos los países hispanohablantes se recibe el año nuevo

comiendo las doce uvas de la suerte al son de doce campanadas a medianoche.
Si conseguir comerse las uvas sin atragantarse no supone ya un desafío lo
suficientemente grande, hay quien añade dificultad a la tarea apoyándose solo
en la pierna izquierda para empezar el año con el pie derecho; para muchos,
presagio de buena suerte. En España, se retransmiten las campanadas desde la
Puerta del Sol de Madrid, mientras que en México todo están atentos a la
Catedral Metropolitana de la capital.

Además de las uvas, hay muchos rituales que se pueden poner en práctica para
tener suerte en el año nuevo. Así, dicen que hay que llevar ropa interior roja,
poner una joya de oro en la copa de cava durante la cena y meter un billete en el
zapato. Para la prosperidad, viene bien comer una cucharada de lentejas.

Las tradiciones no se restringen a la cena sino que ocupan toda la noche. En

México, antes de tomar las uvas, hay que barrer la casa desde el interior hacia la
calle, para sacar todas las impurezas. En Perú, Honduras y Ecuador se hace una
fogata con muebles y ropa vieja como ritual de purificación. En Uruguay, tiran
por la ventana los calendarios del año que queda atrás. En Colombia, la gente
pasea por las calles con maletas a rastras para que el nuevo año les brinde
muchos viajes; ritual que han adoptado otros países, como Venezuela, Panamá,
Chile, Salvador y Costa Rica, quizá, en vista del éxito.

Ya sea por tradición o simplemente por diversión, todo el mundo se acoge a

alguno de los divertidos rituales que acompañan a esta fecha tan especial. Sin
duda, representan ante todo una voluntad común que atraviesa fronteras y
culturas: la voluntad de seguir adelante.