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personal
El liderazgo personal no es un lujo, es una necesidad. No es algo reservado para
los CEOs o los políticos; es la columna vertebral de cualquier vida exitosa. Si no
tomas las riendas de tu propio destino, alguien más lo hará por ti, y raramente en
la dirección que deseas.

La fuerza de tu liderazgo personal se refleja en la claridad de tus decisiones. Si


no actúas en línea con tus valores y metas, terminarás siendo un barco sin timón, a
merced de las corrientes de la vida. Una actitud pasiva no solo te desempodera,
sino que también disminuye tu impacto en el mundo.

No subestimes el poder de tus decisiones diarias; se convierten en tus hábitos, y


esos hábitos esculpen tu futuro. Como dijo alguna vez Peter Drucker, "La mejor
manera de predecir el futuro es crearlo". No te descuides al establecer tus
hábitos; pequeñas desviaciones hoy pueden convertirse en grandes obstáculos mañana.

Tus hábitos de liderazgo personal te definen. Pueden construir un legado o ser tu


perdición. Son el motor de tu éxito o el ancla de tu fracaso. Los líderes exitosos
no nacen, se hacen a través de hábitos de excelencia. La autodisciplina no es un
talento, es un hábito cultivado. Y la integridad no es una cualidad, es el
resultado de decisiones conscientes y repetidas.

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