Está en la página 1de 280

VICO

«No divulgar hasta


que los implicados
estén muertos»

Las guerras de
"Doblecero"

Investigación de
Aldo Cívico

intermedio
El autor agradece a Saruy Tolosa Bello, politólogo de la Universidad
Nacional, por su fundamental aporte a esta investigación.

La última confesión de "Doblecero"

© 2 0 0 9 , A L D O CÍVICO
© 2 0 0 9 , INTERMEDIO EDITORES LTDA.

Director editorial
Alberto Ramírez Santos

Diseño interior
Adriana Amaya

Diseño de carátula
Diego Martínez C.

Foto portada

Intermedio Editores Ltda.


Calle 73 N° 7-60, piso 11
gerencia@intermedioeditores.com.co
Bogotá, Colombia

ISBN tapa rústica: 978-958-709-959-1

Impresión y encuademación
Stilo Impresores Ltda.
Calle 166 20-60, Bogotá, Colombia

A B C D E F G H I J

Impreso en Colombia - Printed in Colombia


2,
o ci 4 a ,
i\)

cj Contenido
0

Q
C\

O
'"T
J
O

Q PRÓLOGO. MI ENCUENTRO CON "DOBLECERO" 7


al
^ "ASÍ VEMOS NOSOTROS LAS COSAS..." 17

í 1 - EL SURGIMIENTO DE LAS AUTODEFENSAS Y EL


0
^ NEGOCIO DEL NARCOTRAFICO 26
CL.
- LA GUERRILLA Y LOS NARCOS 33
1
^ FIDEL CASTAÑO, "RAMBO" 40
J
c) LA EXTRADICIÓN Y LA GUERRA CONTRA EL ESTADO 46
Q Los Pepes 49
0

LAS ACCU DE CARLOS CASTAÑO 59

"MÁS BIEN LE APUNTAMOS A PONER UN PRESIDENTE..." 52


CARLOS CASTAÑO LES VENDE LAS AUTODEFENSAS
A LOS NÁRCOS 64

LAS CONVICCIONES DE DOBLECERO 69


En busca de un nuevo territorio 72

I.
LA GUERRA CON "DON BERNA" Y "MACACO" 77
La estrategia mafiosa 79
"No negociamos con Uribe" 86

EL BLOQUE METRO Y EL CACIQUE NUTIBARA 87


"Las oficinas" de Escobar 88
La guerra por Medellín y algunas verdades 90

LOS AÑOS DE COLEGIO Y LA ESCUELA MILITAR


DE CADETES 107

EN EL BATALLÓN BOMBONÁ 140


La rutina de un soldado en combate 155

EL RETIRO DEL EJÉRCITO 165

"PARA MÍ NADIE MUERE JOVEN NI VIEJO,

NI TEMPRANO NI TARDE" 169

LA LLEGADA AL PARAMILITARISMO I73


La primera vez con los Castaño x75

"LO QUE SIGUE ES ¡OFF THE RECORD.1" l86


La verdadera historia de la familia Castaño 187

LA CREACIÓN DE FUNPAZCOR 218

EPILOGO. ENTREVISTA CON JUAN GARCÍA,


HERMANO DE DOBLECERO 239
"...tuvo a su cargo las muertes de
Santacruz Londoño y Guido Parra" 258
PRÓLOGO

Mi encuentro con "Doblecero"

Mi celular sonó. Al otro lado de la línea, desde un lugar-descono-


cido, un hombre con voz autoritaria me daba direcciones exactas
e instrucciones claras. El comandante Rodrigo Doblecero, el funda-
dor del sangriento grupo paramilrtar Bloque Metro, había aceptado
que lo entrevistara. Anoté las instrucciones: "Domingo, 8:30, en
San Roque. Vaya hacia Puerto Bemo, pase Barbosa y vire a la dere-
cha después de Cisneros. Nos encontramos en la plaza principal, al
frente de la iglesia". Era la llamada que había estado esperando.
Mi estancia en Colombia durante el verano de 2003 tocaba
a su fin. Los últimos tres meses viajé entre Medellín y el pueblo de
Granada, en el oriente antioqueño, registrando los testimonios de
las víctimas del desplazamiento forzado y escuchando sus historias
de horror. Los paramilitares y la guerrilla forzaron a millones de
ciudadanos -sobre todo mujeres y niños- a abandonar sus aldeas,
generando la peor crisis humanitaria del hemisferio occidental.
Estas personas fueron las primeras en proveerme de revela-
dores datos sobre el conflicto colombiano y sus complejas diriá-
. micas. Ilustraron con gran detalle cómo hombres armados los ha-
bían despojado de sus pertenencias y desarraigado de sus tierras.
Algunos, incluso, atestiguaron la matanza de sus seres queridos.
Así, antes de mi esperada reunión con Doblecero, ya sabía
de los paras y de los actos que a diario cometían, a través de las
historias de sus víctimas. Sentí su presencia en el silencio de aque-
llos a quienes intentaba entrevistar, en sus susurros y en el despla-
zamiento temporal, físico y emocional de sus propios barrios a di-
versos sitios en donde se podían sentir más seguros para compartir
sus historias. Era en la negación de su presencia a través del silencio
que la panóptica realidad de los paramilrtares me fue revelada
Apenas comenzaba mi trabajo de campo en Colombia y el
comandante Doblecero sena el primer paramilrtar con el que me
encontraría frente a frente. Al amanecer, mientras Medellín aún
dormía, partí para San Roque acompañado de un amigo. En Niquía,
justo en las afueras de Medellín, pasamos sin problemas por un re-
tén del Ejército y enrumbamos hacia Puerto Berrío, pasando por
Barbosa y Cisneros. De allí, un camino escarpado y sin pavimentar
penetraba en un valle estrecho y verde, llevándonos a la altura de
una meseta. Dejaba el mundo tal y como lo conocía detrás de
mí; me disponía a penetrar una selva espesa, llena incertidumbres
y peligros, como Mariow, el marinero que en El Corazón de las
Tinieblas de joseph Conrad, viaja hacia un inexplorado territorio
del Africa en busca de Kurtz, el jefe de una estación colonial.

"Estaba entrando en un mundo completamente descono-


cido para mí. Las aguas, al ensancharse, fluían a través de
archipiélagos boscosos; extraviarse en aquel no era tan fá-
cil como perderse en un desierto; tratando de encontrar el
rumbo chocábamos todo el tiempo contra bancos de are-
na -llegué a tener la sensación de estar embrujado, lejos
de todas las cosas una vez conocidas... lejos de todo... tal
vez en otra existencia... Aquellas grandes extensiones se
abrian ante nosotros y volvían a cerrarse, como si la selva
hubiera puesto poco a poco un pie en el agua para cor-
tarnos la retirada en el momento del regreso. Penetramos
más y más en la espesura del corazón de las tinieblas."

A un paso muy lento y zigzagueando por cerca de catorce kilóme-


tros, y no sin dificultad, alcanzamos una meseta después de casi
dos horas. En el horizonte podíamos ver el pueblo de San Roque.
En ese lugar comencé a entender cómo la geografía hostil había
forjado la vida y la imaginación de la gente en ciertas regiones de
Colombia, dificultándoles percibir a su país como una nación.
Durante el viaje procuré imaginar cómo seria mi crta con Doble-
cero y me preguntaba sobre su resultado. Para ese entonces no
sabía mucho sobre él, apenas que había sido oficial de las Fuerzas
Armadas colombianas, que al final de los años noventa había for-
mado el Bloque Metro, el cual sembró el terror en Medellín y en
Antioquia Se enfrentaba en una lucha despiadada por Medellín con
el Bloque Cacique Nutibara, que afínales de 2001 expulsó al Bloque
Metro y subyugó la ciudad. Casi en San Roque encontramos otro
retén militar en las afueras del pueblo y una nueva preocupación
ocupó mis pensamientos: no sabía cómo justificar mis cuadernos, la
cámara fotográfica - y en última instancia- nuestra presencia en un
lugar no apto para turistas. "¿Qué debo decir? ¿Qué débo revelar de
mí y cuánto? ¿O debo inventar alguna historia? ¿Quizá debo decirles
que soy periodista? ¿Y sobre qué escribo?"-
Decidí no revelar lo de mi encuentro con el comandante--
-aunque su presencia en la región, estaba seguro, no era un secreto,
especialmente para los militares-. Mientras buscaba frenéticamente Las g u e r r a s
de " D o b l e c e r o "
una idea que me permitiera disfrazar mis propósitos, experimentaba
el poder que cada secreto implica, el silencio y la mentira que revela-
ba no sólo la presencia del comandante Rodrigo en los alrededores,
sino mi lazo invisible con él. Ahora, a través suyo, los soldados y yo
estábamos unidos por ese lazo también. La patrulla militar, integrada
por cuatro o cinco soldados, detuvo nuestro vehículo, que además
era el único que se acercaba al pueblo en muchas horas.
"Buen día Bajen del coche. Sus documentos, por favor". Un
soldado miró mi pasaporte italiano, me ordenó apoyar las manos
en el techo, con los brazos estirados y mientras que otro buscaba
en mis bolsillos, este requisaba mi cintura y mis piernas. Los demás
examinaron el vehículo con cuidado, mirando bajo los asientos, en
cada compartimiento, y el baúl. Los soldados ojearon mi cuaderno,
revisaron mi grabadora y mi cámara fotográfica, pero no se atrevie-
ron a hacer ninguna pregunta acerca de mi presencia en ese lugar
y a esa temprana hora de la mañana de un domingo. De hecho, no
había necesidad de ofrecer ninguna excusa para explicar lo que ya
todos sabíamos; el secreto público de la presencia del comandante
Rodrigo y sus hombres en San Roque, y de mi inminente encuentro
con él. En nuestro recíproco silencio -porque no intercambiamos
ninguna palabra a excepción de saludos y despedidas- revelamos
nuestro lazo en común con el comandante Rodrigo. El secreto, se-
gún cuenta Elias Canetti en su libro Masa y Poder, es la base del
poder, y Foucault agrega que el poder es tolerable solamente bajo
la condición de que enmascare una parte substancial de sí mismo. El
secreto pertenece así a los intestinos oscuros de una sociedad y sus
funciones, como un segundo mundo entre el mundo manifiesto, un
segundo cuerpo encajonado dentro del primero. Dondequiera que
haya poder, hay secreto, pero no es sólo el secreto el que sustenta
la base del poder, sino también ej secreto público, como lo afirma el
antropólogo Michael Taussig de la Universidad de Columbia:

"¿Qué pasa si la verdad, más que un secreto, es un se-


creto público, como es el caso del conocimiento social
más importante, saber lo que no hay que saber?... de he- ,
cho, ¿no son secretos compartidos las bases de nuestras
instituciones sociales, el lugar de .trabajo, el mercado, la
familia, y el Estado? ¿No es este secreto público la más
interesante, la más poderosa, la más engáñosa y ubicua
forma de conocimiento activo social? En comparación, lo
que nosotros llamamos doctrina, ideología, conciencia,
creencias, valores, e incluso, discurso, degenera en una
insignificancia sociológica y una banalidad filosófica: de
hecho es la función y la fuerza vital del secreto público
el mantener la frontera donde el secreto no es destruido
al ser expuesto, sino sujeto a una forma completamente
diferente de revelación que le hace justicia."
En otras palabras, para Taussig el secreto público es el aceite que
permite que las ruedas de la sociedad den vuelta. Sin el secreto
público -un conocimiento compartido que se oculta activamente-
no habría ninguna sociedad, puesto que es el secreto público el que
liga las fuerzas sociales que están en conflicto. En Colombia hay un
lazo que ata al secreto público con el silencio, al secreto con la ver-
dad sobre la presencia de los paramilitares y sus alianzas. "El silencio
y el secreto -escribe. Foucault- son un abrigo para el poder".
Si el secreto público es el cemento de la sociedad, es decir,
la base del poder, entonces el silencio es el lazo que une al poder
y al secreto público con un conocimiento que no puede ser articu-
lado fácilmente. Es decir, en el silencio, y en el silenciar, se revela y
se consolida al mismo tiempo el poder del control, lo cual explica
la ya citada frase de Canetti.
Una vez nos despedimos de los soldados estacioné frente a
la iglesia, según lo acordado, y esperamos algunos minutos hasta
que tres hombres llegaron y rodearon el carro. Tras comprobar
mi identidad - y luego de una tensionante confusión en torno a mi
apellido- uno de los paramilitares, de veintitantos años, se montó
en el carro y con él a bordo abandonamos San Roque por un ca- 11

mino destapado y estrecho. Paramos frente a una casa humilde en Las guerras
donde una mujer trapeaba el frente. Aunque parqueamos en su de Doblecerc
propiedad sin pedir permiso no demostró ni impaciencia ni molestia
alguna; continuó su tarea como si no estuviéramos allí Era una nor-
mal anormalidad. Gente a caballo pasaba por ahí, lanzando miradas
furtivas y curiosas. El secreto público me unía cada vez más con
Doblecero y los paramilitares.
Pasada una media hora al fin llegó el comandante Rodrigo
conduciendo una camioneta cuatro por cuatro, escoltado por dos
hombres y un perro. Todos vestían uniformes militares pero el
único que usaba gafas oscuras era el comandante por lo cual me
fue imposible mirarlo a los ojos. Estaban fuertemente armados
-cada uno llevaba un rifle con mira telescópica, así como un arma
al cinto-. Nos invitaron a que subiéramos a su camioneta y yo me
senté adelante, al lado de Rodrigo, quien puso su rifle al lado de
mi pierna izquierda y no podía dejar de notar cómo el metal frío
presionaba mi muslo. ¿"Cuántas veces ha estado en Colombia?"
me preguntó. "Esta es la cuarta vez. Casi me siento colombiano
a este punto," le respondí bromeando. Con esto, el comandante
explotó en una risa que juzgué espontánea y abierta.
Tras recorrer otro camino destapado durante veinte minutos,
más o menos, llegamos a una cabana abandonada desde la que
se divisaba un ancho y verde valle. Lo bello y acogedor del paisaje
contrastaba con las frías armas de la violencia y de la guerra. Nos
sentamos en un pórtico listos a comenzar nuestra conversación, se
quitó las gafas y reveló una mirada que era cualquier cosa, menos
cruel, fría, o mentirosa; era diferente a lo que estaba esperando. Sus
ojos grandes y oscuros me desconcertaban. Pensé en que no sena
difícil imaginarse a este comandante paramilitar en su rol de padre,
con una vida tranquila, con su esposa e hija, a las cuales sólo podía
visitar clandestinamente y no muy a menudo.
Doblecero tomó un bolígrafo y una hoja de papel en sus ma-
12 nos y bosquejó el mapa de Colombia; "Dibujemos algunas líneas
ALDO CÍVICO .aquí," me dijo, y comenzó a dar una conferencia sobre la historia
de su país. Empezó con la guerra de los Mil Días y resumió los
acontecimientos políticos que llevaron a la Violencia y posterior
formación del Frente Nacional, en 1957. Yo encendí la grabadora.
Mi reunión con Doblecero sucedió en un momento crucial y
muy difícil para él y sus hombres. Hacían frente a una gran ofensiva
militar por parte de los que habían sido sus aliados, a saber, las
AUC, lideradas por Carlos Castaño, y el Ejército colombiano, el
cual - c o m o lo dice el secreto público en Medellín- había estado
siempre de su lado, protegiendo y apoyando a su antiguo oficial.
La lucha interna comenzó cuando Doblecero se negó a cumplir la
orden impartida por Castaño de desmovilizarse e integrar la mesa
de negociación con el gobierno colombiano. El líder del Bloque
Metro había solicitado un foro separado al de la negociación,
pues él se rehusaba a sentarse con poderosos narcotraficantes,
como alias don Berna, jefe del grupo paramilitar Bloque Cacique
Nutibara, que ahora estaba tras Doblecero y sus hombres.
Las dos facciones rivales llevaban luchando desde mayo por
el área donde justamente se desarrollaba nuestra entrevista a fina-
les de agosto de 2003, y ya habían provocado el desplazamiento
de 600 campesinos. El Bloque Metro estaba perdiendo el territorio
que había dominando por más de siete años, y solamente man-
tenían algunos municipios bajo su control. Así mismo, para este
momento, 500 de sus hombres ya habían desertado para unirse
a su rival. Doblecero estaba perdiendo la guerra. Para finales de
septiembre su grupo ya estaba aniquilado y él había huido para
refugiarse en cercanías del Rodadero, en el área de Santa Marta.

Reasumimos el contacto por correo electrónico en marzo


de 2004. Sobre la lucha entre los paramilitares me escribió:

"Después de que hablamos la última vez se sucedieron


una serie de hechos, después de los cuales, nuestras es-
tructuras militares prácticamente han desaparecido. Eso
es algo bien interesante desde el punto de vista político,
puesto que para nosotros ha quedado demostrado que
para enfrentar una agresión conjunta de los ejércitos de
los narcos y del gobierno nacional, habría que recurrir al
narcotráfico como método de financiación y al terrorismo
como metodología de lucha. Ambos no van de acuerdo
con nuestras concepciones ideológicas sobre la crisis de la
sociedad colombiana y sobre el rol que deberíamos jugar
nosotros en ella como parte de la solución y no como par-
te de su prolongación. Debido a este balance que hicimos
y que decidimos no recurrir ni a lo uno ni a lo otro, hemos
sufrido una derrota, en el aspecto militar, y hemos preser-
vado nuestra ideología y nuestras estructuras políticas".

Le propuse escribir la historia de su vida y durante tres meses el


líder del Bloque Metro compartió su testimonio conmigo. Sus co-
rreos eran sólo ocasionalmente largos y frecuentes. Nuestra con-
versación continuó hasta unos pocos días antes de ser asesinado en
una calle del Rodadero, el 27 de mayo de 2004. Tenía 39 años.
El testimonio de Doblecero es único debido al papel que
desempeñó durante los años en que el paramilrtarismo amplió su
dominio en Colombia Oficial retirado del Ejército, educado por
jesuítas, había sido consejero militar de los hermanos Castaño y
hombre de confianza de algunos sectores de la elite antioqueña.

Una noche, durante una reunión con algunos amigos en


Medellín, compartí con ellos mi trabajo con Doblecero. Un abo-
gado de Medellín se encontraba allí escuchando con atención.
Cuando terminé mi historia se levantó y me felicitó por haber co-
nocido a Doblecero. Me aseguró que el líder panamilítar había sido
un patriota auténtico que sacrificó su vida por el país. El no era
como los otros líderes paramilitares ligados al narcotráfico, quienes
minaron el proyecto de las autodefensas -aseguró el abogado-.
Lo comparó con los miembros del Congreso que se encontraban
tras las rejas, acusados de ser cómplices del paramilrtarismo. El los
conocía personalmente y podía garantizar que todos eran verda-
deros patriotas que hicieron tratos con los grupos de autodefensas
solamente en beneficio de la nación. N o le cabía en la cabeza que
hubieran hecho efectivas tales detenciones, las cuales considera-
ba profundamente injustas. Nunca, como esa noche en Medellín
-mientras escuchaba a ese abogado-, pude sentir y tocar la pasión
y la fuerte motivación que por décadas alimentó la alianza tenebro-
sa entre las escuadrillas de la muerte y ciertas élites colombianas.
Todo en nombre, no de la muerte y del terror, sino de la vida; de
una vida mejor. Tales emociones e intereses han prolongado y pro-
fundizado la guerra, sumándose a la espiral de muerte y de horror
que sume a! país en la oscuridad.

En sus conversaciones conmigo Doblecero nunca reconoció


que detrás de sus ideas y de sus intenciones, las cuales comunicaba
con palabras nobles y enmascaraba con valores honorables, había
una vida inaceptable de violencia y de muerte. Cuanto más le pre-
guntaba sobre su experiencia y sobre sus motivos, más luchaba por
justificar y darle sentido a las elecciones que había tomado durante
su vida. Intentaba quizá convencerse, al igual que el abogado de
Medellín, de que su vida había tenido un significado y un propósito.
Que todo lo sucedido con su vida había sido por el bienestar de
Colombia, que definió siempre como un país "hermoso".

Un día, repentinamente, me preguntó: ¿"Usted qué piensa


de todo esto? ¿Cuál es el interés de su trabajo? Quisiera saber más
sobre su trabajo. Para mí, hasta ahora, hablar con usted ha sido útil
y una forma de autoanálisis".

Quizá todavía estoy en el proceso de encontrar una res-


puesta integral y satisfactoria a las preguntas de Doblecero, que
me atormentaron durante un tiempo. A lo largo de mis años de
trabajo de campo en Colombia como antropólogo, mientras re-
cogía los testimonios de víctimas y de paramilitares, muchas veces
me vino a la mente la historia de Gilíes de Rais, un psicópata que
aterrorizó a la Francia del siglo xv. Este asesino abusó sexualmen- L?
te, torturó y asesinó a centenares de niños franceses; primero de^Dobfecero"
los secuestraba, escondiéndolos en uno de sus muchos castillos,
los encerraba en una sala de tortura y de muerte y luego los
estrangulaba mientras que se estimulaba sexualmente. El acto fi-
nal - c o m o sucedió a menudo con los paramilitares- consistía en
picar los cadáveres. El filósofo francés George Bataille ofrece una
descripción eficaz de De Rais:

• "Imaginemos un reino del terror casi silencioso, el cual no


para de crecer; y por el miedo a las represalias los padres
de las víctimas vacilan para hablan La angustia es la de un
mundo feudal sobre el cual se imponen las sombras de ••
grandes fortalezas... En la presencia de los castiilos de
cuentos de hadas de Gilíes de Rais, los cuales eventual-
mente la gente llamará los castillos de Barba Azul, tene-
mos la obligación de recordar las matanzas de estos niños,
presididas no por hadas hechiceras sino por un hombre
sediento de sangre".
Bataille presenta los horrores de De Rais sin la más mínima ver-
güenza, invitando al lector a no alejarse de la violencia. Esa actitud,
de no negar la violencia, iluminó mi trabajo sobre los parami litares
en Colombia. N o puedo cerrar los ojos frente a la violencia y con-
siderarla sólo como algo aberrante y ajeno al medio en el cual los
actores armados siguen multiplicándose como locos. Aún cuando
resulte perturbador; el ensayo de Bataille es una invitación a asu-
mir el crimen y la perversión, al igual que la muerte, como partes
integrantes de la humanidad, así como un llamado a rechazar la
tentación de excluirlos. Este punto necesita ser reconocido si un
día queremos proponer una alternativa a la violencia.
Bataille destaca que la violencia transgrede la integridad del
cuerpo, el orden de las cosas, y cualquier límite. Sugiere que De
Rais no puede ser entendido sin considerar las fuerzas más grandes
que están en juego y que se encontraron en De Rais, y que este
t6 no pudo controlar: "Sus crímenes se originaron desde el inmenso
A1.D0 Cmco • desorden que lo descomponía, que lo descomponía, y lo desarticu-
laba". En la búsqueda de solucionar mi curiosidad académica sobre
la violencia de los paramilitares, necesito rescatar para el análisis y
la investigación mi propia experiencia, el sentirme fragmentado y
abrumado por esta; necesito incorporarla en mi raciocinio filosófi-
co sobre la vida y sus dinámicas. "\

El universo -escribió un poeta estadounidense-, no esta


constituido por átomos sino por historias, y esta es la historia de
un hombre que terminó enmarañado por una vorágine de terror
y muerte. La vida de Doblecero es un reflejo no solamente de la
guerra sucia de Colombia, sino del pensamiento "purgante" que
ha inspirado y justificado tanta violencia. Ojalá esta historia, esta
parte de un universo que compartimos, sirva para comprender y
para encontrar alguna salida.

Aldo Cívico, septiembre de 2009


" A S Í VEMOS NOSOTROS LAS C O S A S . . . "

-¿Trajo suficientes casetes?, porque...


-Eso espero...
-¿Cuántos?
-Tengo como tres horas; cuatro horas y media.
-Bueno, con eso le alcanza.
-Tenemos mucho de qué hablar.
-Entonces vea, dibujemos algunas líneas aquí. Nosotros ve-
mos... ¿cómo vemos nosotros las cosas? Nosotros miramos
las cosas desde el siglo pasado y el siglo antepasado, los fe-
nómenos que nos están afectando en la actualidad, se podría
ir mucho más atrás pero sólo miremos los fenómenos que
están afectando la actualidad, la crisis que tiene la sociedad
colombiana.
Entonces empecemos en la mitad del siglo pasado con
la aparición de las guerrillas: las guerrillas aparecen dentro
de un contexto de enfrentamiento entre Este y Oeste, des-
pués de la segunda guerra mundial, o sea con la aparición de
la guerra fría, con unas causas externas que son el enfrenta-
miento entre los bloques. Pero ya venía un problema desde
principios de siglo. Desde principios de siglo, o sea, el siglo
pasado empieza en Colombia con una guerra, la guerra de
los Mil Días1, de 1900 a 1903. Luego viene... esa guerra viene
porque prácticamente los partidos liberal y conservador han
sido las dos élites aquí por excelencia; tenían, o tienen toda-
vía, una concepción de poder, de privilegios; el que ostenta
el poder utiliza ese poder para privilegiar a su partido, para
privilegiar a su clase y para tratar de perjudicar a los conten-
dientes políticos con ese poder.
' Empezamos en 1900 con una guerra que duró mil días,
una guerra entre liberales y conservadores; los liberales eran
los revolucionarios. Luego viene una hegemonía conser-
vadora hasta 1930. En 1928 se crea el Partido Comunista
Colombiano y luego, en 1930, por ahí, por esa época en la
que vuelven otra vez los liberales al poder y así sucesivamen-
ALDO CÍVICO te se van, van en su lucha, en su lucha, hasta que aparece
en el escenario un personaje liberal con ideas de izquierda:
Gaitán2. La élite lo ve como una amenaza porque el tipo está

1 «[•••] En octubre de 1899, el ala belicista del partido liberal se levantó


en contra del régimen conservador [...]. La guerra duró tres años y sus
principales escenarios fueron Santander -los famosos combates de Pera-
lonso y Palonegro-, Tolima, partes de la Costa y Panamá. [...] En parte
como consecuencia de la guerra, pronto se separó Panamá. La prolongada
guerra devastó la economía del país, aunque bajo su sombra florecieron
negocios turbios y escandalosos. Nadie sabe cuántos murieron, muchos
a causa de las epidemias y pestes que hallaron en la guerra su caldo de
cultivo. Un contemporáneo da la cifra convencional de cien mil, una pro-
porción muy alta para la pequeña población de ese entonces. Sin duda fue
la guerra civil más fatal y destructiva de todas las guerras civiles formales
que ha sufrido el país». Tomado de Malcolm Deas, "Reflexiones sobre la
guerra de los Mil Días", en revista Credencial Historia, No. 121, enero,
2000.
2 <Jorge Eliécer Gaitán nació el 23 de enero de 1898 en el barrio Las Cru-
ces de Bogotá. De extracción humilde, estudió en la escuela pública y
dentro del partido liberal pero tiene ideas socialistas, enton-
ces lo amenazan, lo amenazan y el tipo sigue adelante y en-
tonces lo asesinan en 19483.

terminó su carrera de Derecho en la Universidad Nacional. Orador por


naturaleza encontró tempranamente en la tribuna pública su mejor arma
política. Como abogado se dedicó a las causas sociales desde una con-
cepción liberal muy matizada por las ideas socialistas, lo cual le permitió
ubicarse críticamente ante la dirección y la élite del partido liberal, al que
pertenecía.
«En 1929, como congresista, asumió la defensa de los trabajadores
bananeros, reprimidos y masacraclos en 1928 durante un movimiento
huelguístico organizado en contra de la transnacional norteamericana
United Fruit Company. Su carrera política se fortaleció por el apoyo po-
pular, constituyéndose en una figura pública sin precedentes en la historia
del país.
«Después de haber sido concejal y alcalde de Bogotá, y de ocupar las
carteras de Educación y de Trabajo, lanzó su candidatura a la presiden-
cia en 1946, ocasionando la división del partido liberal, lo que facilitó el
triunfo del conservatismo en esas elecciones. El liberalismo derrotado en- 19
tregó su jefatura máxima a Gaitán, quien poseía en aquel momento la más Las g u e r r a s
alta popularidad como caudillo político. Al aproximarse las elecciones en d e "Doblecero"
las que se daba por segura su elección a la presidencia de la República, el
9 de abril de 1948, tres disparos acabaron con su vida, iniciándose así una
etapa nefasta en la historia colombiana». Tomado de Fundación Manuel
Cepeda Vargas para la Paz y la Justicia, "¿Quién era Jorge Eliécer Gai-
tán?", en <http://manuelcepeda.atarraya.org/spip.php7article9>
3 «[...] El viernes 9 de abril al mediodía, el presidente Mariano Ospina y
su canciller Laureano Gómez presencian, acompañados de sus esposas,
una exposición de ovejas en la Feria Agropecuaria. El participante más
famoso e influyente de la conferencia, el general George Marshall, secre-
tario de Estado de Estados Unidos, se desplaza a un almuerzo a una finca
en el occidente de la capital. Gaitán se apresta a salir a almorzar al recién
construido Hotel Continental, sobre la Avenida Jiménez, a unos pocos
minutos de su oficina.
«Pasada la 1:00 p.m., cuando sale a la carrera Séptima, el caudillo
cae fulminado por varios disparos. Los transeúntes, los oficinistas, los con-
tertulios de los numerosos cafés del centro, los cientos que se rebuscan la
vida en las calles se enteran casi de inmediato de la noticia. Gaitán es el
amado de la calle. La estupefacción inicial da paso al dolor. Después, las
emociones dominantes son la ira y el odio.
»[...] La masa, privada del dique de contención del caudillo, reaccio-
na contra algunos de los centros más visibles de poder. Apenas nacida, esa
Ya se venía gestando una violencia política desde 1930
para acá, pero en 1948 estalla lo que se denomina la Violencia.
Porque prácticamente ese tipo estaba convocando a toda la
masa del partido liberal, él había dividido el partido en las
elecciones anteriores hasta esta fecha, había dividido al parti-
do liberal entre una fracción de izquierda que representaba él
y otra facción de derecha, la misma que ha habido siempre.
Pero entonces al tipo lo mandan asesinar entre la gente del
partido liberal y la gente del partido conservador y eso desata
una violencia que el partido conservador entra a reprimir y
genera la aparición de unas guerrillas liberales4 que práctica-
mente se estaban defendiendo de los atropellos del gobierno
conservador, que utilizaba una policía política para arrasar
los campos y las veredas5. En algún momento el Partido

20
ALDO CÍVICO
masa lincha al presunto asesino y arrastra su cadáver por toda la carrera
Séptima en dirección al Palacio de la Carrera, hoy Casa de Nariño. En
el vecindario del Teatro Municipal, donde se celebraron muchos de los
viernes culturales gaitanistas, queda tendido el chivo expiatorio». Tomado
de Juan Carlos Elórez, "El mítico caudillo", en revista Cambio, No. 769,
noviembre de 2008, <http://www.cambio.com.co/portadacambio/769/
ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-4037572.html>
4 «[.-•] Con la llegada a la presidencia de Mariano Ospina Pérez y su go-
bierno de Unión Nacional, creyó haberse encontrado un entendimiento
entre los partidos tradicionales, pero no fue así porque dicha Unión pron-
to terminó y el caudillo popular Jorge Eliécer Gaitán se quejó de la perse-
cución oficial, poco antes de ser ultimado en el centro de Bogotá, lo que
provocó, a su vez, una violenta revuelta. [...] Entre los liberales, quienes '
no perecieron en la represión, huyeron a la vecina Venezuela o se organi-
zaron en forma de guerrillas». Tomado de Eugenio Gómez Martínez, "La
Guerrilla Liberal: 1949 - 1953", en revista Credencial Historia. No. 202,
enero, 2002.
5 «[...] Por iniciativa del gobernador de Boyacá, José María Villarreal, enla
vereda "Chulavita", perteneciente al municipio de La Uvita, son recluta-
dos cientos de campesinos conservadores a los cuales se les adiestra en el
odio y en la barbarie y se les hace agentes de policía; se les trae a Bogotá
y se les reparte por todo.el país con el deplorable objetivo de sembrar te-
Comunista Colombiano manda tonos cuadros urbanos, de
clase media, e infiltran algunas de esas guerrillas liberales.
En 1953 hay un golpe militar de Gustavo Rojas Pinilla6,
un militar, y el tipo prácticamente entra con la visión de pa-
cificar el país; el tipo era un conservador pero él decía que el
Ejército era imparcial, que el Ejército no estaba al lado de los
unos ni al lado de los otros, realmente los que habían tomado
partido al lado de los conservadores eran los de la Policía. La
Policía era una policía política. Para pacificar el país entonces
hace más o menos lo que está haciendo ahora Alvaro Uribe;
dice: vamos a hacer uña ley de sometimiento a la justicia,
amnistía para los guerrilleros que se entreguen. Entonces las
guerrillas prácticamente se entregaron 7 , pero las guerrillas
que habían sido infiltradas por los comunistas se separan y se
forman unas guerrillas comunistas. Las guerrillas comunistas
21
se niegan a desmovilizarse dentro del esquema del gobierno Las g u e r r a s
de " D o b l e c e r o "

rror, que trae como secuela, entre otras, una especie de seudourbaniación
o ruralización de los centros urbanos». Tomado de Historia de Colombia,
t. v, Bogotá, Zamora Editores, 2003, p. 966.
,6 «Militar y estadista boyacense, presidente de la República entre 1953
y 1957. El 13 de junio de 1953 tuvo lugar el golpe militar contra el go-
bierno del presidente Laureano Gómez, que llevó a la Presidencia de la
República al teniente general Gustavo Rojas Pinilla». Tomado de <http://
www.presidencia.gov.co/prensa_new/historia/14.litm>
7 «[•••] [En 1957] El gobierno procedió a decretar la amnistía para los gue-
rrilleros, a quienes se dio tratamiento político. Ahora ya no se les denomi-
naba bandoleros como lo hacía el anterior gobierno. Miles de campesinos
de los Llanos, de Antioquia, del Tolima y de otras zonas se presentaron a
las autoridades para deponer las armas y reintegrarse a la yida civil. [...]
En Yopal fue recibido [el presidente Rojas Pinilla] por mil llaneros mon-
tados a caballo y en Tame la recepción fue encabezada por Guadalupe
Salcedo, el antiguo líder guerrillero, quien con sus hombres hizo guardia
de honor». Tomado de Alvaro Tirado Mejía, "Rojas Pinilla: del golpe de
opinión al exilio", en Nueva Historia de Colombia, t. n, Bogotá, Editorial
Planeta, 2001.
militar. Entonces este es, prácticamente, el surgimiento de
las guerrillas.
Estas guerrillas comunistas, al no quererse entregar, son
reprimidas por el gobierno, pero lo que sucede después es
que tumban a Rojas y las guerrillas comunistas toman ese
hecho como una justificación. Los liberales y los conservado-
res se reunieron por allá en España y firmaron un pacto8 para
tumbarlo, porque ese tipo les había quitado el poder -real-
mente a Gustavo Rojas Pinilla lo subieron los conservadores
con la idea de acabar con la violencia y que les volviera a
entregar el poder después- pero el militar se había subido y
ya no quería soltar el poder. Mediante el pacto, que llamaron
el Frente Nacional9, se iban a alternar el poder 16 años.
Esa alternación del partido liberal y el partido conserva-
dor prácticamente acabó con los linderos ideológicos entre li-
A L D O CÍVICO berales y conservadores, de hecho, aunque los linderos ideo-
lógicos existían, eran sólo en el papel porque en la práctica
era sólo una pugna de intereses; los de los liberales, que eran

8 El 24 de julio de 1957 es firmada por Alberto Lleras y Laureano Gómez


en España la declaración de Sitges mediante la cual se establece una alter-
nancia del poder entre los partidos conservador y liberal cada cuatro años
durante 16 años.
9 «[•••] El Frente nacional consistió en la repartición equitativa de la bu-
rocracia pública entre los dos partidos tradicionales y su alternación en el
poder en periodos de cuatro años entre 1958 y 1974. Fue una salida de las
élites a la situación de la violencia regional que se estaba saliendo de sus
manos, al proyecto popular del general Rojas Pinilla que pretendía per-
petuarse en el poder a las eventuales crisis económicas que todo ello im-
plicaba. [...] En muchos análisis de la violencia se achaca a la desigualdad
en las reglas del juego democrático del Frente Nacional la respuesta de
sectores marginados que no tenían otra opción diferente a la lucha arma-
da y a la radicalización de sus posiciones políticas». Tomado de Gustavo
Duncan, Los señores de la guerra: de paramilitares, mafiososy autodefensas
en Colombia, Bogotá, Editorial Planeta Colombiana, 2006.
Alberto Lleras y Laureano Gómez.
Foto archivo Intermedio.

comerciantes y estaban pugnando por un libre comercio para


poder importar sus mercancías, especialmente de Europa,
sin aranceles. Y los de los conservadores, que básicamente
eran terratenientes y querían evitar que entraran productos
libremente a competir con lo que ellos producían.
El Frente Nacional les abrió la puerta a las guerrillas
comunistas para que montaran el discurso de que había un
sistema político excluyentey que sin una oposición democrá-
tica, la oposición había que hacerla por medio de las armas
y entonces había que hacer la oposición armada. Y surgieron
las guerrillas en el año 64, en 1964 surgen las Farc, por dos ra-
zones: una, el enfrentamiento entre Este y Oeste, dentro del
esquema del enfrenamiento entre Estados Unidos y Rusia;
y otra, unas causas internas, que eran la concepción de po-
der de la clase dirigente política y económica, y el estado de
abandono histórico del campo colombiano. Es que el campo
colombiano siempre ha estado abandonado; estas elites, los
liberales y los conservadores, siempre han mirado al campo
como un medio para sacar recursos, no para invertir o para
poner el campo colombiano a la altura de los otros países del
mundo.
Los oligarcas aquí, o sea las élites política y económica,
siempre han visto el campo como: "yo le vendo los recursos
al mejor postor, se los vendo a los ingleses, se los vendo a
los alemanes, se los vendo a los norteamericanos, el que le
pague más comisión, el que pague más corrupción".
Los guerrilleros dicen que nos están robando el petró-
leo y se dedican a dañar los oleoductos, acabar con lo poquito
que hay. Realmente el problema no es de los que vienen a
comprar, sino que el problema aquí es un problema de co-
rrupción de la parte política.
Entonces tenemos aquí cómo surgen las guerrillas: por
unas causas externas y por unas causas internas que es la con-
cepción de poder con respecto al poder en sí y con respecto
al campo, el abandono histórico del campo colombiano10. Así

10 «[...] Entre 1950 y 2000, Colombia ha triplicado su población, la cual


vive en más de un 70% en zonas urbanas, pues la pobreza absoluta, el
abandono del campo y la violencia han generado grandes inmigraciones
de seres humanos del campo hacia las grandes urbes». Tomado de Carlos
Mario Molina Betancur, "La crisis del Estado educador", en Estado de cri-
sis o crisis del Estado, Bogotá, Universidad del Rosario, 2003.
se van desarrollando las cosas hasta que debido al accionar de
las guerrillas en contra de la clase media colombiana, porque
la estrategia de las guerrillas era la siguiente: existía una clase
media campesina que estaba basada en ciertos gamonalismos
y en ciertos hacendados y en ciertos pequeños terratenien-
tes, y de alguna forma, según la estrategia guerrillera, era
esa gente a la que había que destruir, la clase media campesi-
na, o hacer que esa clase media campesina se convirtiera en
baja, desplazarla a las ciudades para formar unos cinturones
de miseria alrededor de los centros administrativos del po-
der, lo que hoy tenemos como las comunas en las grandes
ciudades y que, después de controlar el campo, los ejércitos
revolucionarios pudieran avanzar triunfantes del campo a la
ciudad y que llegaran a la ciudad y con el apoyo de esa masa
de desarraigados que deberían estar en condiciones de injus- ^
ticia, de miseria y de ignorancia, y que iban a ser fácilmente Las g u e r r a s
de "Doblecero"
manipulables por agitadores profesionales y todo eso, podían
tomar el poder.
Entonces el error de la guerrilla en cierta forma fue ha-
berle declarado la guerra a la clase media, a la clase media
rural. Porque inicialmente ellos enfocaron su guerra contra
la clase media rural, empezaron a secuestrar ganaderos y
agricultores, a extorsionarlos, a asesinarlos, a hacerlos des-
plazar, a acusarlos de ser colaboradores del Estado, a ejercer
terror en contra de la población. Pues esa acción en contra
de la clase media rural generó una reacción y ahí fue donde
aparecieron las autodefensas11.

11 Según el profesor Gustavo Duncan, «la expansión guerrillera y la practica


masiva de secuestros, el anticomunismo y la flexibilidad internacional
ante las violaciones de los derechos humanos en el entorno de la guerra
fría, las disputas electorales en las localidades y la necesidad de los narco-
E L SURGIMIENTO DE LAS AUTODEFENSAS
Y EL NEGOCIO DEL NARCOTRÁFICO

Las autodefensas inicialmente fueron un movimientXMreac-


cionario, que también surgió de causas internas y causas ex-
ternas. Realmente las causas externas eran también las de la
guerra fría y el enfrentamiento entre Este y Oeste. Los milita-
res norteamericanos vinieron y en su intento de no perder el
control de Latinoamérica, entraron a adiestrar a los militares
de todos los países latinoamericanos e impusieron una doc-
trina que denominaron "doctrina de seguridad nacional"12;
ese esquema de la seguridad nacional incluía la participación
del campesino, la participación de las comunidades dentro
del conflicto, o sea, de entrar a armar, a entrenar, a los cam-
pesinos para que los campesinos entraran como parte civil
a colaborar, a negarle espacios a la insurgencia, a negarle

traficantes de contar con algún tipo de protección en sus nuevas propieda-


des rurales le daría una nueva forma a las bandas de asesinos y criminales.
[...] Tradicionalmente se señala el inicio de los grupos paramilitares en
1982 con la conformación del movimiento MAS (Muerte a Secuestrado-
res), como respuesta al secuestro de una hermana del clan de los Ochoa».
Tomado de Duncan, op. cit.
12 «[...] Fue una visión que sostuvo ideológicamente a los gobiernos autori-
tarios en América Latina durante los 60 y 70. Estuvo alentada por Estados
Unidos, ante la amenaza comunista en la región durante la Guerra Fría.
Fue aplicada desde de la polémica Escuelas de las Américas en Panamá,
que instruyó a militares latinoamericanos en técnicas de contra-insurgen-
cia y violaciones a los derechos humanos.[...] La Doctrina de Seguridad
Nacional le otorgaba a las fuerzas armadas de los países latinoamericanos
un rol principal en la lucha contra el comunismo, y en los hechos esto sig-
nificó el apoyo dé la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados
Unidos a las dictaduras militares que se expandieron por el continente
durante las décadas de 1960 y 1970». Tomado de "¿Qué es la Doctrina de
Seguridad Nacional", en <http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N'
. &dis=&sec=&id=142168>

r
espacios a la guerrilla. Las causas internas son el abandono
histórico del campo colombiano por parte de la clase diri-
gente, por parte del Estado, ese abandono histórico se veía
en dos formas: una, falta de vigilancia, falta de protección,
falta de garantizarles los derechos fundamentales a la clase
media campesina, y dos, la situación de abandono del campo,
de abandono en cuanto a vías de comunicación, en cuanto a
salud, en cuanto a todo, esas son las causas del surgimiento
de las autodefensas..
Ese movimiento de las autodefensas surge teniendo en
cuenta que hay algo importante: tanto las guerrillas como
las autodefensas surgen y están compuestas por campesinos,
campesinos sin cultura, campesinos sin educación, porque
el Estado colombiano en medio del abandono histórico del
campo manca ha educado al campesino, nunca lo ha culturi- ^
zado, la educadón en Colombia no es democrática. Entonces, Las guerras
de " D o b l e c e r o "
¿qué fue lo que sucedió?: las guerrillas recibieron una inyec-
ción de gente, o intelectuales, o biólogos de la clase media
urbana que mandó el Partido Comunista13. Las autodefensas
no recibieron esa inyección o al menos en su fase inicial las
autodefensas no recibieron inyección de ideología y de gente
con un nivel cultural o un nivel intelectual, ideológico, que
permitiera una maduración política e ideológica y ahí es don-
de entra el problema con el que surgieron las autodefensas y
que todavía tienen en gran medida.

13 «[...] En Colombia en 1960 se funda la Unión de Estudiantes Colombia-


nos, UNEC. Las ideas del "Che" Guevara, la propuesta política del sacer-
dote Camilo Torres, atraen a los estudiantes alrededor de un compromiso
político. [...] La persecución de dirigentes políticos, sindicales, estudian-
tiles, impulsa a gran número de personas a unirse a la guerrilla, como fue
el caso del sacerdote Camilo Torres». Tomado de Comisión internacional
permanente de observadores para Colombia (Londres, 1984].
Esto surgió por allá en la década de los ochenta; lamen-
tablemente en esa época surgió el otro fenómeno que nos
tiene jodidos ahora acá, en la sociedad colombiana, que es el
narcotráfico.
Si uno ve estos tres factores, todos tienen un común de-
nominador: todos surgen por unas causas externas y por unas
causas internas en las cuales tiene mucho que ver la concep-
ción del poder político de Colombia, que se puede leer en
una sola palabra: corrupción. Corrupción porque la gente no
está pensando, el político no está pensando en la concepción
ideal del poder, de tener poder para llevar el mayor bien po-
sible y la mayor cantidad posible a la mayor cantidad posible
de personas. El tipo está pensando es en "venga, venga", ese
es el problema de la corrupción.
Este problema del narcotráfico surge por la demanda
ALDO CÍVICO de narcóticos14. Alguien -lo peor que pudo haber pasado es
eso-, que alguien descubriera que eso le sabía bueno a ciertas.
personas y los hada sentir bien. Eso nos tiene jodidos aquí en
Colombia. ¡Ah, qué problema!
Y por otro lado la misma causa de antes, o sea unas con-
diciones de abandono del campo en cuanto a lo económico,
en cuanto a lo económico y a lo cultural. Esas condiciones
de abandono hicieron que en el momento en que alguien
descubrió esa nueva forma ilegal de obtener ingresos, surgió
una nueva clase social, una clase emergente que son los nar-
cos, los narcotraficantes, una gente sin cultura que encontró
en ese negocio la única forma de emergencia social, porque

14 «[...] En 1987 los ingresos repatriados por el narcotráfico llegaron a ser el


6,7% del PIB nacional y hasta la actualidad no han dejado de constituir un
par de puntos al PIB». Tomado de Duncan, op. cit.
el sistema económico es excluyente. Entonces aparece eso,
en un momento determinado esto aparece por esta misma
época, aparece por la misma época, el narcotráfico estaba ra-
dicado en Perú y en Bolivia, los cultivos ilícitos estaban en
Perú y en Bolivia y lo que descubrieron los colombianos fue
que eso les gustaba a los gringos, descubrieron la forma de
traerlo del Perú, de Bolivia, traerlo a Colombia a procesarlo
en laboratorios y luego de acá exportarlo a Estados Unidos.
Los laboratorios y las pistas normalmente, están... vamos a
mirar el mapa de Colombia.
Mirar así, más o menos, el mapa de Colombia: aquí
está la región del Magdalena Medio, aquí está la región del
Caquetá, del Guaviare, toda esa zona. Por aquí está el Perú,
por aquí está Bolivia. Los narcos traían la droga del Perú y de
Bolivia, la traían en aviones y aterrizaban en el sur del país, ^
aquí retanqueaban los aviones y luego atravesaban la cordi- Las g u e r r a s
de " D o b l e c e r o "
llera y aterrizaban en el Magdalena Medio, donde tenían sus
laboratorios, sus pistas, procesaban lapasta básica de coca, la
convertían en clorhidrato de cocaína y luego la exportaban a
Estados Unidos.
En un momento determinado los narcos se encuentran
en este punto con las Farc, y en este otro se encuentran con
las autodefensas. Cuando los narcos se encuentran con las
autodefensas comienza a gestarse una fusión entre ellos; las
autodefensas no tenían formación intelectual ni cultural, eran
unos campesinos que se estaban defendiendo de las guerrillas
y los narcos comienzan a ofrecerles dinero, armas, unifor-
mes, abastecimientos, municiones, a cambio de algo aparen-
temente fácil: "ustedes nos cuidan a nosotros, a las propie-
dades, los cargamentos, nos cuidan las pistas, los aviones, y
nosotros les damos plata para que ustedes peleen con la gue-

í
rrilla, ¿ustedes son enemigos de la guerrilla, cierto?", decían
los narcos de esa época. Y los campesinos contestaban: "sí,
nosotros somos enemigos de la guerrilla porque la guerrilla
nos hace esto, esto y esto...". Los narcos decían: "nosotros
también somos enemigos de la guerrilla porque la guerrilla
nos amenaza a nosotros y a nuestras propiedades".
Y los narcos comienzan a conseguir mucha plata y por
ser básicamente campesinos y por tener esa concepción de
que el gamonal, o el patrón o el jefe de la región, es el que
más tierra posea, comienzan a invertir ese dinero que traen
de USA en comprar tierras y empieza a generarse el proble-
ma de la tierra en Colombia15, que viene desde mucho an-
tes pero esto lo agrava más porque estos tipos comienzan
a comprar y a comprar tierras, y cuando se juntan con las
autodefensas y comienzan, supuestamente, a hacerle frente a
ALDO Cmco A
I guerrilla porque la guerrilla estaba en desacuerdo con esto.
La guerrilla estaba en desacuerdo con esto porque decía que
la propiedad privada debería desaparecer y que todo tenía
que ser del Estado, y todo el discurso de ellos. Entonces todo
mañoso veía en la guerrilla a un enemigo porque era ene-

15 «[...] Doce mil propietarios poseen el 20% del total de la tierra en Co-
lombia. Son 10 millones de hectáreas que en su mayoría atraviesan dos
corredores estratégicos y que son objeto de disputa por los grupos alzados
en armas.
»[...] En Colombia existen 98,3 millones de hectáreas rurales escri-
turadas, de acuerdo con un informe sobre la propiedad rural en Colombia
y las alternativas para una reforma agraria, realizado por la Contraloría.
»El estudio, que tuvo la participación del ex contralor Carlos Ossa
Escobar y de su sucesor, Antonio Hernández Gamarra, indica que la mi-
tad de estos terrenos son de propiedad privada; el 32% está en posesión
de comunidades indígenas, y el 16% pertenecen al Estado. [...]». Tomado
de "La tierra en Colombia es de pocos", diario La Tarde, Pereira, 7 de
septiembre de 2003, en <http://indh.pnud.org.co/files/rec/gestLaTar-
deseptiembre07 ,pd£>
migo de la propiedad privada y la guerrilla veía un enemigo
—en el mañoso porque era un nuevo elemento de la clase me-
dia rural con un poder militar basado en las alianzas con las
autodefensas. Entonces, de por sí, en el norte de Colombia
el narco no es enemigo de la guerrilla, en sí el narco no es
enemigo de la guerrilla. El que venía siendo enemigo de la
guerrilla era el narcoterrateniente, porque uno veía cómo los
narcos eran enemigos de la guerrilla en el Magdalena Medio
donde la guerrilla les amenazaba y cómo eran amigos de la
misma guerrilla en el sur donde la guerrilla les cuidaba los
laboratorios y les cuidaba las pistas.
Entonces el que se alió con las autodefensas fue el nar-
coterrateniente16. Nosotros decimos que esa alianza de las
autodefensas con los narcos básicamente se dio porque las
autodefensas no tenían unos elementos ideológicos, enton-
31
ees se aborta un proceso de maduración política e ideológica Las g u e r r a s
de " D o b l e c e r o "
que lógicamente tenían que haber vivido las autodefensas.
Nosotros le echamos la culpa de todo al Estado y a la concep-
ción que tiene el Estado. Si el Estado hubiera educado al pue-
blo colombiano lógicamente que estaríamos viviendo estos
procesos y estos procesos no serían tan violentos, ni serían
tan difíciles como los que estamos viviendo nosotros ahora.
Entonces nosotros le explicamos a la gente de la alianza
entre los narcos y las autodefensas; es como decir que us-
ted vaya por la calle y alguien le pegue una cachetada. Usted
reacciona y usted también le pega, ese es el nacimiento de
las autodefensas, una reacción. Pero luego tenía que haberse

16 «[...] Mediante encuestas a expertos en el mercado de tierras a lo largo


del país, [Alejandro] Reyes estimó que para 1995 al menos un 11 % de los
predios rurales habían sido adquiridos por narcotraficantes». Tomado de
Duncan, op. cit., p. 189.
presentado un proceso donde usted no se va a quedar dándo-
le cachetadas toda la vida al otro si no que se va cuadrar y le
va a preguntar al otro:
-Bueno, ¿y usted por qué me pega?, ¿yo qué le hice?
-Es que usted está defendiendo al dueño de la casa.
-Bueno y ¿como así?, ¿el problema es conmigo o con el
dueño de la casa?
-No, con el dueño de la casa.
-Es que yo soy el inquilino; pelee con el dueño de la
casa, a mí déjeme quieto...
Eso es lo que tenía que haber sucedido con las auto-
defensas, entrar a cuestionar el por qué de la agresión de la
guerrilla, cuáles eran las causas que aducía la guerrilla, cuáles
las razones de la guerrilla, cómo se podían neutralizar esas
causas y cuál era el papel de las autodefensas en esa pelea.
A ^ o Si el papel era defender al dueño de la casa, o el papel era
defenderse él y hacerse respetar como persona o como movi-
miento. Eso se abortó, ese proceso de cuestionamiento y de^-"
redefinir cuál era el papel de la organización en el momento
en que en medio de la pelea un pillo y un mañoso vienen y
le dicen: "tenga esta plata". Y a los guerrilleros también les
dicen "tengan esta plata y sigan peleando, que lo que a mí
me interesa es que haya una camorra aquí en la calle pa" que
el policía se fije en ustedes y no en mí mientras yo meto la
droga, y la embarco y la llevo".
En ese momento es lo que sucede con las autodefensas;
a'las autodefensas el narco les entrega una plata y los tipos
ya con plata no entran a cuestionar nada, "sigamos peleando
que la pelea da plata y poder; pelear es bueno". Entonces,
como no tenían formación ideológica, comienzan con ese
problema.
LA GUERRILLA Y LOS NARCOS

El narco quiso hacer lo mismo con la guerrilla. Lo que


hicieron los narcos en el Magdalena Medio también lo hicie-
ron en el sur con las Farc; de hecho, narcotraíicantes como
Carlos Lehder se veían en filmaciones y en fotos por allá con
las Farc en el sur del país, tirándoselas de Rambo. Pero como
las Farc sí tenían una formación ideológica, eran campesinos
pero habían recibido inyección de la clase media urbana al-
tamente ideologizada por el Partido Comunista y con todo
su esquema marxista leninista metido en la cabeza y todo
eso, dijeron: "venga pa'cá la plata pero no más, no es que
nosotros vayamos a ser trabajadores de ustedes". En un mo-
mento determinado las Farc tienen un problema en el Meta
con un narcotraficante, de nombre Pacho Barbosa17, que era
33
un trabajador de Gonzalo Rodríguez Gacha, "el Mexicano".
° Las g u e r r a s
Entonces los grandes narcos eran, aquí en el Magdalena de "Doblecerc

Medio, el Mexicano y Pablo Escobar. Estos fueron los que


terminaron adueñándose de las primeras autodefensas que
surgieron en el Magdalena Medio. Este Pacho Barbosa era un
tipo que era trabajador del Mexicano, o sea, la droga era del
Mexicano. Entonces, en algún momento, las Farc le quitaron
un cargamento a Pacho Barbosa en el Meta y le mataron unos

17 «[•••] El coronel Ramírez Gómez declararía luego, bajo la gravedad del


juramento, que el ministro Lara Bonilla le dijo en varias ocasiones que
el hallazgo de Tranquilandia causaría su muerte según se le había hecho
saber, y que en la libreta de envíos de cocaína se mencionaban cargamen-
tos de "Pacho" para "P.E. y P.C.", iniciales que corresponden a lo que se
conoce en Medellín como "la banda de los Pablos", Pablo Escobar y Pablo
Correa. "Pacho" correspondería al nombre de Francisco Barbosa, lugarte-
niente de los narcotraíicantes en Leticia, socio de Evaristo Porras». Toma-
do de "¿Quién mató al coronel Ramírez?", Semana.com, en <http:/Avww.
semana.com/notidas-nadon/quien-mato-coronel-ramirez/23370.aspx>
trabajadores, y realmente ahí fue cuando se rompieron las re-
laciones entre el Mexicano y las Farc. Entonces el Mexicano
dijo: "no, pero es que yo no necesito a las Farc en el Meta y
no necesito a las Farc en el Putumayo porque yo tengo mi
propio ejército". Entonces comenzó a mandar paramilitares
del Magdalena Medio para el Meta y para el Putumayo, a que
cuidaran sus pistas y sus laboratorios18.
Las Farc es fuerte en el sur del país - y en esa época era
mucho más fuerte-, y las Farc aniquilaron a todos los parami-
litares que el Mexicano mandó para el Putumayo y los arrin-
conó en un municipio por allá que se llama El Dorado, contra
la cordillera, y no sabe uno cómo logró sobrevivir un grupo
pequeño. Entonces, en ese momento, el Mexicano dijo: "si
las Farc son fuertes en el sur del país, yo puedo ser fuerte en
las ciudades" y puso todo el aparato militar de las autode-
34
ALDO CÍVICO fensas, el suyo y el de Pablo Escobar, a acabar con la Unión

18 «[...] Luego de expulsar a la guerrilla de la zona sur del Magdalena Me-


dio, utilizando una táctica que evitaba al máximo los enfrentamientos
directos con las estructuras armadas y, en cambio, atacaba el eslabón más
débil, representado en las redes de apoyo, grupos seleccionados de los
paramilitares que operaban allí, ayudaron a entrenar a otros semejantes
en Córdoba, Urabá, Putumayo y la región del Ariari, en el Meta. Con la
extensión del modelo Puerto Boyacá a otras regiones del país, los grupos
paramilitares experimentaron su primer gran impulso, reflejado en el ele-
vado número de asesinatos y masacres que realizaron.
»Hacia mediados de la década del ochenta, los acuerdos de conve-
niencia entre la guerrilla y el narcotráfico, que por tiempo prolongado se
mantuvieron en áreas de producción de coca, ubicadas sobre todo en el
suroriente del país, se rompieron por las contradicciones que surgieron en
el proceso de fortalecimiento del aparato militar de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia, Farc. El grupo guerrillero trató de imponer
a los narcotraficantes sus condiciones, el pago de "impuestos" y el recono-
cimiento de su predominio». Tomado de "El comienzo: los años del MAS
y las Autodefensas del Magdalena Medio (1981-1991)", verdadabierta.
com, en <http://www.verdadabierta.com/web3/la-historia/periodol>
Patriótica y prácticamente acabaron con la Unión Patriótica,
mataron todos los líderes y acabaron con eso. Era un movi-
miento político que había salido de la guerrilla dentro de las
intenciones del presidente Belisario Betancur, que eran las
de quitarle peso político a la guerrilla, quitarle el discurso de
que la izquierda era excluida, de que la izquierda no podía
hacer política en Colombia. Entonces el presidente Belisario
Betancur hizo un proyecto que se llamaba Apertura Política
y le abrió espacios a la izquierda, espacios amplios y permitió
que gente de la guerrilla, de las Farc, saliera del monte y se
integrara en un esquema democrático y crearan un partido
político legal y gente de la izquierda armada salió a la izquier-
da democrática, y se formó la Unión Patriótica19 y ese fue el
objetivo del Mexicano.
Yo pienso que las Farc realmente le estaban tomando
el pelo al país y le estaban tomando el pelo al presidente
Betancur, y fiie un error haber sacado a sus cuadros políticos
y haberlos mostrado. Yo creo que las Farc nunca pensaron

19 «[•••] Hace veinte años, la sociedad colombiana percibía en el ambiente


un cambio. La apertura política publicitaria por el gobierno de Belisario
Betancur, se veía con gran expectativa; la esperanza de la sociedad co-
lombiana por lograr la paz se alimentó. A pesar de que algunos sectores
no coincidían con el propósito gubernamental de encontrar fórmulas de
negociación, para subsanar las heridas de una violencia incesante que,
había recorrido cuatro décadas; en general, el país respiraba optimismo.
En 1984, sucedió un hecho impensable: apenas un par de años antes, se
presentó un acercamiento entre el gobierno nacional y el estado mayor de
las Fuerzas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (Farc-EP).
Este acercamiento trajo como resultado un proceso de diálogo entre el
Estado colombiano y el grupo insurgente armado; este proceso contó con
una Comisión Verificadora de Paz y la participación de varios políticos,
empresario y representantes de otras organizaciones insurgentes como el
M-19, ADO, PSR y EPL». Tomado de Iván David Ortiz Palacios, 'Veinte
años del genocidio político contra la Unión Patriótica y el Partido Comu-
nista", eñ <ittp:/A\av\v.espadocritico.com/articulos/Io-a05.htrn> ;
en desmovilizarse, así les abrieran unos espacios amplios y
democráticos a la izquierda.
Pues las Farc le iban apuntando a la combinación de la
lucha legal y con la ilegal, o sea la combinación de las formas
de lucha donde podían ir ganado mucho espacios por la vía
legal con la Unión Patriótica, y simultáneamente iban avan-
zando en los espacios desde la ilegalidad. Y uno veía eso en
• esa época, como en el año 83, porque en esa época también
dentro de ese esquema de apertura democrática sacaron una
ley que permitía la elección popular de alcaldes20.
La elección popular de alcaldes se dio dentro de un
contexto de cese de hostilidades entre el gobierno y las Farc
que consistía en que sacaron a todo el Ejército del campo,
lo concentraron en las cabeceras municipales y la guerrilla
quedó mandando en el campo. Y la guerrilla aprovechó que
36
ALDO Cmco el Ejército no estaba haciendo operativos contra ellos para
hacer proselitismo político armado. Y en muchas regiones de
Colombia los primeros alcaldes fueron de la Unión Patriótica.
Los primeros alcaldes fueron de la Unión Patriótica porque la

20 «[...] El 28 marzo de 1984, en La Uribe - Meta, se suscribió un acuerdo


de paz entre el Estado colombiano y las Farc-EP, este acuerdo político se
conoce como "el Acuerdo de la Uribe". Entre los puntos acordados entre
la Comisión Nacional de Verificación y este grupo insurgente armado se
lee "con el fin de afirmar la paz nacional [...] La Comisión de paz da fe de
que él gobierno tiene una amplia voluntad de: Promover la modernización
de las instituciones políticas, dirigida a enriquecer la vida democrática de
la Nación, e insistir ante las Cámaras en la pronta tramitación de los pro-
yectos sobre Reforma Política, garantías a la oposición, elección popular
de alcaldes, reforma electoral, acceso adecuado de las fuerzas políticas a
los medios de información, control político de la actividad estatal, eficacia
de la administración de justicia, impulso al proceso del mejoramiento de
la administración pública y nuevas iniciativas encaminadas a fortalecer las
fundones institucionales del Estado y a procurar la constante elevación de
la moral pública"». Tomado de Iván David Ortiz Palacios, íbid.
guerrilla aprovechó para convencer a los campesinos y sacar-
los a votar bajo presión.
Yo pienso que haber mostrado sus cuadros políticos, ha-
berlos sacado al destape, fue un error estratégico de las Farc,
y prácticamente entre el Mexicano y Pablo Escobar acabaron
su movimiento político.
De ahí eso lo cogió la guerrilla también como bande-
ra para decir que fueron el Estado colombiano y el parami-
litarismo los que acabaron con la Unión Patriótica y como
una justificación para continuar la lucha armada y para no
desmovilizarse. Pero realmente lo que hubo detrás del exter-
minio de la Unión Patriótica era un problema entre narco-
traficantes (las Farc robaron los cargamentos del Mexicano
y no dejaban sacar sus cargamentos ni aterrizar sus aviones
y sus cosas).
37
Eso se fue desarrollando así toda la década del ochen- Las g u e r r a s
de Dobleccro
ta hasta el noventa; fue la década de las autodefensas del
Magdalena Medio o del Mexicano y Pablo Escobar21. En esa

21 «[...] Las autodefensas del Magdalena Medio [...] se alzaron sobre los
rimietttos del primer movimiento de autodefensas contraguerrilleras que
existió en Colombia, liderado por Ariel Otero y Henry de Jesús Pérez y
su hermano Gonzalo, en Puerto Boyacá, la población boyacense sobre el
Magdalena. Éstas surgieron en una mezcla de auténticas autodefensas de
la extorsión y el secuestro de las Farc, y los ejércitos privados que mon-
taron los primeros narcotraficantes para proteger su negocio y sus tierras.
Fueron financiados por dineros de Gonzalo Rodríguez Gacha, respaldados
por los militares y entrenados por un comando israelí bajo el mando de
Yair Klein, traído al país con esa misión explícita. [...] En 1982, hartos
del secuestro y la extorsión, los ganaderos de la región hicieron su prime-
ra asamblea de la Asociación Campesina de Ganaderos del Magdalena
Medio, en la cual [...] comenzaron a crear las autodefensas». Tomado de
"Autodefensas campesinas del Magdalena Medio", en <http://www.ver-
dadabierta.com/web3/victimarios/los-bloques/420-autodefensas-campe-
sinas-del-magdalena-medio>
época existían en Colombia básicamente dos carteles de nar-
cotraficantes: el de Medellín y el de Cali. Inicialmente esos
carteles no tenían problema entre ellos pero por un proble-
ma de distribución de cocaína en Estados Unidos, comenza-
ron un conflicto y se formó una guerra entre ellos. En ese
momento el cartel de Medellín entró a controlar los sitios
de compra de coca en el Alto Guayaga en Perú y en Bolivia.
Mandaron a sus sicarios y a sus bandidos a controlar esos
compradores, y dejaron al cartel de Cali sin dónde comprar
la coca en Perú y en Bolivia.
Eso fue más o menos a finales de los ochenta, ya para
empezar los noventa, y fíjate que en esa época es que se da
también la caída del muro de Berlín y prácticamente las Farc
se quedan sin apoyo internacional y sin apoyo financiero. Y
otros movimientos que eran más ideológicos, como el M-19
38
e
A L D O CÍVICO J l EPL, se reinsertan . Se reinsertan y entran en un proyec-
to que era la reforma de la Constitución, que vamos a ver
más adelante.

22 «[...] En noviembre de 1989 entre el Gobierno Nacional y el M-19, se


firma el Pacto Político por la Paz y la Democracia y con este acto se con-
solida la propuesta de solución negociada que se materializó con la firma
de Acuerdos de Paz con cuatro organizaciones insurgentes entre marzo de
1990 y mayo de 1991. Estos acuerdos de paz y la desmovilización de las
organizaciones insurgentes firmantes [...] fueron un factor determinante
en la convocatoria y legitimación de la Asamblea Nacional Constituyente
[...]. La desmovilización del Ejército Popular de Liberación, del Movi-
miento 19 de abril, del Partido Revolucionario de los Trabajadores y del
Movimiento Quintín Lame, además del hecho político, significó un cam-
bió transitorio en la correlación de fuerzas, no sólo por la reducción signi-
ficativa del número de alzados en armas, sino porque se frenaba la inten-
sidad del conflicto en algunas zonas del país». Tomado de Édgar Ruiz, "La
reinserción: ¿Paz o contrainsurgencia?", en <http://74.125.95.132/searc
h?q=cache:sd9OZENv0dIJ:indh.pnud.org.co/redir.plx%3Fd%3Dindh.
pnud.org.co/files/rec%26PA3.DdesvPonenaaEdgarRmz_Remsercion.doc
+reinsercion+m+19+epl&cd=88Jil=es8i.ct=clnk&gl=co>
Pero volvamos a las Farc. Entonces quedamos en que
las Farc se quedan sin el apoyo internacional y el cartel de
Cali sin dónde comprar la base de coca, pero surge lo siguien-
te: Los narcos del cartel de Cali sí podían aterrizar los aviones
en las zonas donde estaban las Farc y seguían en relaciones
con las Farc. Los narcos de Cali deciden comenzar a sembrar
coca en el sur de Colombia en los territorios de las Farc. Les
piden permiso y listo, a sembrar coca, pongan a todos los
campesinos a sembrar coca, y así las Farc encuentran un nue-
vo método de financiación. Las Farc empiezan cobrando el
gramaje23. Las Farc empiezan a recibir dinero por cuenta de,,
ese gramaje y solucionan en parte su problema y el cartel de
Cali comienza a recibir base de coca y también solucionan su
problema.
En un momento determinado las Farc le dicen al cartel
39
de Cali: "ustedes nos están dando a nosotros un 5% de lo que deLas
guerras
"Doblecero"
se están ganado por gramaje y ustedes se están ganando un
95%, porque están exportando esa coca y la están llevando
por allá y se están enriqueciendo a costa del trabajo y el sudor
de los campesinos y los revolucionarios. Nosotros tenemos
el control de la materia prima y nos están dando una miseria,
nos están dando una limosna". Entonces las Farc le plantean
al cartel de Cali otra cosa: "vamos por mitad", o sea que te-

23 «[...] La expansión de los cultivos de coca entre 1960 y 1986 fue posible
gracias a la temprana resolución del conflicto entre traficantes y guerrillas
y al acuerdo de distribución de competencias y funciones entre unos y
otros. Los traficantes estimularon el cultivo y transfirieron la tecnología
del procesamiento y refinación de la coca. Las guerrillas garantizaron el
orden interno y establecieron el "gramaje", impuesto que cobran a culti-
vadores y negociantes». Tomado de Alejandro Reyes Posada, "Violencia
y expansión territorial", artículo citado en El desplazamiento interno en
Colombia, Osa, Bogotá, 1992, p. 31.
nían que ir como socios en los cargamentos. Lógicamente
los narcos del cartel de Cali tenían que decir que sí porque se-
guían en su guerra con el cartel de Medellín, "Listo, sí, vamos
a ser socios pero el día que ustedes vayan a hacer una nego-
ciación de paz seria con el gobierno, pues si ustedes se toman
el poder, pues nosotros también quedaremos bien", decían
los narcos. Pero en todo caso nadie cree que la Farc se vayan
a tomar el poder en Colombia, yo creo que ni ellos. "El día
. que hagan una negociación de paz real con el gobierno uste-
des nos presentan a nosotros como los financiadores rebeldes
de la guerrilla, como los financistas, como los ideólogos, el
poder detrás del trono, algo así". Los narcos buscándole sali-
das a su problema del narcotráfico, buscando que el delito del
narcotráfico fuera conexo con el delito de la subversión, y los
^ guerrilleros lógicamente le dijeron que sí, y así comenzaron
ALDO CÍVICO déle que déle con su narcotráfico y su cosa.
Vamos a volver entonces a lo de las autodefensas del
Magdalena Medio. Pasó lo que tenía que pasar: esos campe-
sinos metidos a narcos, con plata y con poder, empezaron a
pelearse entre ellos.

FIDEL CASTAÑO, "RAMBO"

Fidel Castaño24 que en esta zona de acá [señala un punto en


el mapa, al norte de Colombia] había tenido unos proble-

24 «[...] Fidel castaño nació en Amalfi, Antioquia en 1951 [...] Fue socio
de Pablo Escobar en los negocios de tráfico de narcóticos, y cuando el
cartel de Medellín tuvo problemas con el suministro de base de coca, que
entonces la traían desde Bolivia, Fidel se apersonó del negocio en Bolivia.
[...] En junio de 1979 su padre, Jesús Antonio Castaño González, fue
secuestrado en su finca por las Farc. Fidel, ya un boyante narcotraficante
mas con la guerrilla, era muy cercano a las autodefensas del
Magdalena Medio; esta es la zona del Nordeste antioqueño,
hacia el norte está Segovia y Remedios, donde la guerrilla le
secuestró al papá y donde hizo una contraguerrilla inicial a la
guerrilla de las Farc en venganza por la muerte de su padre.
Fidel había sido amigo de la gente del Magdalena Me-
dio, por sus nexos con el Ejército, y con las autodefensas del
Magdalena Medio -porque en esa época las autodefensas es-
taban enmarcadas dentro de la legalidad25-, pero cuando vio
que eso se había revuelto con el narcotráfico, y Pablo Escobar
y el Mexicano estaban utilizando a esa gente, el hombre, que

y gran ganadero, dueño de extensas tierras en Córdoba y Antioquia [...]


Cuando se decidió a pagar, ya era tarde y las Farc ya lo habían asesinado.
Montó en cólera y formó [un grupo] con sus propios hermanos, amigos y 41
trabajadores de la finca, y el apoyo de militares de la región, salió a matar Las guerras
guerrilleros. Este grupo fue responsable de varias masacres y le ganó a de Doblecero"
Fidel Castaño el mote de "Rambo". De allí nacieron, luego, las autodefen-
sas.de Córdoba y Urabá en 1987. [...] Según relató su hermano Carlos
en el libro Mi Confesión, Fidel cayó en un combate contra una disiden-
cia del EPL que seguía activa el 6 de enero de 1994. Sin embargo otros
relatos aseguran que Fidel fue asesinado por su propio hermano Carlos,
quien codiciaba ser el jefe de las ACCU. Otros especularon por muchos
años que Fidel seguía vivo y estaba en Europa». Tomado de " 'Rambo',
Fidel Castaño Gil", verdadabierta.com, en <http:/Avww.verdadabierta.
com/web3/component/content/article/123-rambo-fidel-castano-gil/694-
perfil-de-fidel-castano-gil-alias-rambo>
25 «[...] Con la sigla de ACDEGAM, Asociación Campesina de Agricul-
tores y Ganaderos del Magdalena Medio, se constituye una entidad bajo
la cual se habría de erigir el proyecto más claro y desarrollado de lucha
antisubversiva en el país. [...] En 1986, el 11 de diciembre, el ministerio
de Agricultura le concede a ACDEGAM una nueva personería jurídica
con el No. 0528. [...] ACDEGAM es la respuesta política, a través de la
cual se legalizan los grupos paramilitares y de autodefensa en Puerto Bo-
yacá, constituyéndose en ente jurídico, reconocido oficialmente a partir
del informe del procurador Carlos Jiménez Gómez en 1983». Tomado
de Carlos Medina Gallego, Autodefensas, paramilitares y narcotráfico en
Colombia, Bogotá, Editorial Documentos Periodísticos, 1990, p. 220.
tenía un poco de visión, supo que eso se iba a volver en un
problema... que eso iba a ser el acabóse. Fidel Castaño deci-
dió salirse de esa zona, se fue para Córdoba y se compró unas
tierras a bajo precio dentro del mismo esquema de lo que ha-
bíamos hablado; la guerrilla prácticamente echó a la gente de
la clase media rural, gente que estaba apilonada alrededor de
Montería y vino alguien comprando tierra y le vendieron la
tierra, sé la vendieron barata y el hombre fue e hizo su guerra
allá en el sur de Córdoba26 y mientras las autodefensas en el
Magdalena Medio se estaban matando, todos contra todos, el
hombre montó allá su grupo paramilitar, hizo la guerra allá
contra las guerrillas del EPL.
Con la caída del muro de Berlín en el año noventa, las
guerrillas del EPL entraron en un proceso de paz27 con el go-

42
. ALDO Cmco
26 «[...] En lo que se refiere a las autodefensas, en su fase más reciente,
tienen su cuna en el Magdalena Medio y en los municipios de Amalfi y Se-
govia en el nordeste antioqueño. Estos grupos, asociados bajo una unidad
de intereses, luego conocidos como MAS o "masetos", fueron financiados
y liderados en la mayoría de las veces por reconocidos miembros del nar-
cotráfico y esmeralderos como Gonzalo Rodríguez Gacha, Jairo Correa
Alzate, Fidel Castaño Gil, Gilberto Molina y Víctor Carranza, entre otros.
A partir de 1988 la expansión de estas agrupaciones hacia otras regiones,
como el sur de Córdoba, Urabá y Bajo Cauca antioqueño, en lo que se
refiere al departamento estudiado y su entorno, fue notoria, comenzando
a perfilarse la nueva estructura preponderante dentro de este fenómeno,
entonces conocida como "Los Tangueros" con asiento en Tierralta, Cór-
doba[...]. Hacia 1990 la organización de Fidel Castaño en Córdoba y el
eje ganadero de Urabá se perfila como la de mayor crecimiento, contrario
a lo que acaecía con las demás, sumidas en múltiples pugnas determinadas
por la ruptura entre los carteles». Tomado de "Los derechos humanos
en el departamento de Antioquia", Programa presidencial de Derechos
Humanos, vicepresidencia de la República, en <http://www.virtual.unal.
edu.co/cursos/humanas/2004945/docs_curso/descargas/4ta%20sesion/
Complementaria/separataantioquia.pdf>
27 «[...] En efecto, en 1982 el presidente Belisario Betancur quiso poner fin
a un período nefasto en que la tortura y la existencia de millares de pre-
bierno y el M-19 también en un proceso de desmovilización.
Pero las guerrillas del EPL plantearon que ellos no se podían
desmovilizar porque un grupo paramilitar que tenía Fidel
Castaño los eliminaba, el gobierno le hizo saber eso a Fidel
y Fidel dijo que él no iba a ser el obstáculo para la paz, que si
esas guerrillas se iban a acabar, que si esas guerrillas se iban a
desmovilizar, él también desmovilizaba su grupo paramilitar
y se dio una desmovilización paralela entre el EPL y el grupo
de Fidel Castaño28. Fidel Castaño desmovilizó su grupo, le en-
tregó las armas al gobierno, pero al mismo tiempo dijo que les
iba a entregar 10.000 hectáreas de tierra a los campesinos y a

sos políticos fueron moneda corriente. Ya desde su discurso de posesión


anunció un cambio de estrategia, afirmando que el conflicto social no se
soluciona con medidas represivas sino con medidas que promuevan la 43
justicia social. Ofreció entonces una "bandera de paz" a las organizado- Las guerras
nes insurgentes; constituyó "comisiones de paz" y de "diálogo nadonal"; . de Doblecero
suscribió "acuerdos de paz" con cuatro organizadones guerrilleras e hizo
aprobar leyes de "amnistía" e "indulto" para, los guerrilleros procesados
por delitos políticos. Tanto el discurso gubernamental como las medidas
proclamadas y los procesos puestos en marcha, anundaban una "apertura
democrática" donde pareda que iba a ser posible la controversia política
sobre problemas estructurales, sin pagar por ello el predo de una repre-
sión brutal». Tomado de Javier Giraldo M., S. J., "Cambio de etiquetas a
registros", en <http://www.javiergiraldo.org/spip.php7artide7>
28 «Fidel Castaño, sindicado de ser el jefe de los paramilitares que actúan en
Córdoba, anundó ayer sorpresivamente que está dispuesto a desmovilizar
a estos grupos. Castaño condidonó esa dedsión al desarme efectivo del
Ejérdto Popular de Liberación (EPL). Este anundo, que está contempla-
do en una dedaradón que Castaño hizo llegar a los medios de comunica-
don, es el resultado de las conversadones de paz que el gobierno adelanta
con el EPL, grupo con el que tuvo varios enfrentamientos militares y
serias diferendas ideológicas. En consecuenda, su objetivo, el de acabar
con la extrema izquierda armada, quedaría sin piso. "No hay, entonces,
motivos para nuestra presentía, afirmó. Habrá desmovilización si lo hace
EPL"». Tomado de "Castaño ofrece desmovílizadón", diario El Tiempo,
agosto de 1990, en <http://www.eltiempo.com/archivo/documento/
MAM-66604>
los desplazados que habían dejado esos procesos violentos en
el norte de Urabá y Córdoba. Fidel se quedó con unas 1.500
hectáreas: "yo puedo vivir perfectamente con 1.500 hectáreas;
estas tierras son muy buenas y yo reparto las otras 10.000" y
creó una fundación que se llamaba Fundación por la paz de
Córdoba, Funpazcor29. La meta de esa fundación era repartir
las tierras, hacerles casas a los campesinos, darles educación
y fomentar la forma en que ellos pudieran generar una pro-
ducción agrícola y una comercialización. Eso era como una
reforma integral, una reforma agraria... y lo que se le daba
era educación. Lo que él quería era crear un arraigo y calcula-
ba que en unos 10 o 15 años se podía dejar al campesino solo,
que el campesino siguiera. Eso fue en el año 91, el Ejército se
comprometió y el Estado se comprometió a que iban a asegu-

29 «Sor Teresa Gómez, suegra de alias "Monoleche", el hombre que se atri-


buyó el asesinato de Carlos Castaño, es dueña de una de las siete fincas
que Fidel Castaño parceló a 2.50.0 campesinos en 1990. El miércoles,
apenas unas horas después de que un sicario asesinó en Montería a Yo-
landa Izquierdo, líder de los desplazados por paramilitares en Córdoba,
dos denunciantes se presentaron ante la Fiscalía para acusar a Gómez.
La Fundación para la Paz de Córdoba (Funpazcor), la organización que
representa Gómez, fue fundada por Fidel Castaño para entregar 10.000
hectáreas de tierra a campesinos, que después fueron despojados. A través
de esa Fundación, los paramilitares, desde 1999, comenzaron a convocar a
los campesinos beneficiados con la entrega de tierras de Fidel para que las
devolvieran. Les ofrecieron entre 2 y 5 millones de pesos para que se fue-
ran de Las Tangas, Santa Paula, Jaraguay, Roma, Cedro Cocido, Pasto Re-
vuelto y Leticia. Aunque varios aceptaron, después muchos no quisieron
firmar la supuesta venta. Todos, sin embargo, tuvieron que abandonar las
10.000 hectáreas de tierra [...]». Tomado de "Acusan a representante de
fundación creada por los Castaño de crimen de mujer de líder de despla-
zados", diario El Tiempo, 2 de febrero de 2007, en <http://www.eltiempo.
corn/archivo/buscar?q=sor+teresa+gomez8cportalBiiscar=on&estadisticas
=OK&cmbregistros=10&típoBusqueda=Avanzada8údTipoBusqueda=l&
clearParameters=S&seVende=N&seArrienda=N&REDIRECT_ON_EMP
TY=home&tipoFuente=18aiuevosCriterios=SSdd_tipovehiculo=&esnuev
o=&tipodebusqueda=EMPRES A8de=latinl &producto=eltiempo>
rar estos procesos y que los territorios que había abandonado
la guerrilla, el EPL, no iban a ser copados por otras guerrillas
y que iba haber una presencia militar y todo eso. El Estado se
comprometió y lógicamente el Estado no cumplió.
Por ahí como en ese año 91 las Farc crearon el Frente
58 con la misión de copar los espacios que había dejado el
EPL, y comenzaron a incursionar en los territorios al sur de
Córdoba. En el año 92 Fidel se contactó con las Farc y se
generaron unas reuniones donde Fidel les planteó que respe-
taran este proceso. Invitaron a los guerrilleros y los guerrille-
ros estuvieron mirando estos procesos y lógicamente dijeron
que eso era muy bonito, que eso era una labor muy noble y
todo eso, pero que eso no le correspondía hacerlo a los parti-
culares sino al Estado.
De alguna forma hoy en día nosotros podemos decir ^
que las Farc tenían razón y no tenían razón. Porque hoy en Las g u e r r a s
de " D o b l e c e r o "
día uno ve que este proyecto fracasó, fracasó porque Fidel se
murió y, al morir Fidel, estos proyectos no siguieron con el
impulso que él les daba. Las iniciativas privadas son buenas
pero si no hay una forma de que eso sea sostenible en el tiem-
po y en el espacio, fracasan. Solamente las iniciativas estata-
les, dentro de un esquema de programas a largo plazo, pue-
den sobrevivir a ciertas cosas como la muerte de las personas.
Pero tampoco se pueden negar las iniciativas privadas dentro
del proceso de ayudar a la solución del problema social.
Bueno, volviendo al tema, Fidel les planteó a la Farc que
dejaran este territorio sin entrar ellos, y las Farc dijeron que
no porque ellos no podían cambiar su razón social, ellos de-
cían que ellos no podían cambiar de ser las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia menos el sur de Córdoba, por-
que si hacían eso entonces todo el mundo a generar procesos
y se iban a quedar sin territorio (risas). Ante esa negativa,
Fidel les dijo que tenían que respetar eso. Las Farc plantea-
ron unos corredores por donde ellos pudieran entrar a estos
territorios para sacar al Ejército y a la Policía y volver a sa-
lir. Pero Fidel tampoco estuvo de acuerdo con eso. Estando
en estas, volvamos al cartel de Medellín. Pablo Escobar le
declaró la guerra al Estado, por estar en desacuerdo con la
extradición; los narcotraficantes se habían metido en política,
algunos líderes habían criticado la introducción de los nar-
cotraficantes en política, como por ejemplo el ministro de
Justicia; entonces los narcotraficantes, al ser denunciados por
los líderes políticos y por algunos jueces que los habían inves-
tigado, comenzaron a asesinar jueces y políticos.

46 L A EXTRADICIÓN Y LA GUERRA
3 CIVIC
° CONTRA EL ESTADO

Los narcotraficantes querían adueñarse del país y que nadie


les dijera nada y que nadie los criticara; asesinaron al ministro
de Justicia, eso fue en el año 83, empezaron a asesinar jueces
y policías, a todo el que los desafiaba lo asesinaban. Entonces
el gobierno sacó la extradición y comenzó a extraditar nar-
cotraficantes a Estados Unidos. Extraditó a Carlos Lehder y
a otros de menor peso. Entonces el cartel de Medellín le de-
claró la guerra al Estado, para que no siguiera extraditando
gente. Cuando sucedió ese proceso de reinserción del M-19,
el EPL y de otros movimientos guerrilleros se creó una co-
yuntura en la cual decidieron reformar la Constitución y en
eso se la metió toda Pablo Escobar: a corromper políticos,
a amenazar la clase política. Mandó asesinar a miles de per-
sonas, miles de policías y de alguna forma infiltró la política
con amenazas y terror e impuso en la Constitución del 91 la
prohibición de la extradición... Me estaba acordando de lo
que me dijo el hermano mío ayer: que estaban pensando en
crear un grupo parecido al de los extraditables (¿se acuerda
que los extraditables tenían un lema que decía "preferimos
una tumba en Colombia a un calabozo en Estados Unidos"?);
pues ahora, hablando de los problemas que nosotros tene-
mos, el hermano mío dijo que iba a crear un grupo que se
llamaba: los inasilables, "preferimos una tumba en Colombia
a un lavaplatos en Estados Unidos" (risas).
La Constitución del 91 decretó la no extradición, Esco-
bar se entregó y se metió a una cárcel de lujo, la Catedral, de
donde entraba y salía cada que le daba la gana, y bueno, llegó
el momento en que al hombre lo iban a meter en una cárcel
de verdad y se les voló. Fue el gran fiasco nacional durante el
gobierno de Gaviria, por el 92. Ya habían matado al Mexicano,
y de la parte militar del cartel no quedaba sino Escobar. Ya
prácticamente habían acabado con la Unión Patriótica y se-
guía la guerra entre los carteles de Cali y Medellín.
Cuando en el año 92 Pablo Escobar se vuela de la cárcel
y Gaviria queda como llevado del berraco (eso fue la gran
vergüenza nacional; con qué cara le iba salir Gaviria a la co-
munidad internacional) el cartel de Cali y el cartel del nor-
te del Valle le plantean a Gaviria qué significaba para ellos
ayudarle a capturar o a matar a Escobar, que ellos querían
buscarle salida a su problema de narcotráfico. Inicialmente
el cartel de Cali trató de apoyarse en las Farc para matar a
Escobar, pero las Farc no pudieron, o en todo caso, no quisie-
ron: "el problema de nosotros no es tanto con Escobar sino
con el Mexicano, y el Estado ya mató al Mexicano, entonces
no toriemos a Escobar".
Pablo Escobar en un acto político de Alternativa Popular,
en compañía de Alberto Santofimio.
Foto El Colombiano.

Estos carteles le dicen a Gaviria: "bueno, nosotros le


ayudamos a usted a capturar o dar de baja a Escobar, pero
necesitamos que usted nos diga cuáles son las garantías; no-
sotros le ayudamos pero a cambio de qué". Y el gobierno
sacó unas leyes de sometimiento a la justicia y de suspen-
sión de penas por colaboración voluntaria con la justicia y
una cantidad de cosas. Y le dijo: "esto es lo que se puede".
Y los narcos: "es que queremos más". En esas se dedicaron
a crear una organización entre el cartel de Cali, la Policía,
los restos de cartel de Medellín, la DEA y la organización de
Fidel (Fidel ya había entregado las armas pero en todo caso él
también estaba. Fidel era una persona que gozaba de presti-
gio, más bien, tenía fama de malo, de malo y de... ¿cómo se
llama?, de... desalmado)30.

Los Pepes
Se forma entonces una organización ad hoc para combatir a
Pablo Escobar que incluía los restos del cartel de Medellín y
eran los restos porque Pablo Escobar había mandado asesinar
a sus socios del cartel de Medellín que eran los Galeano y los
Moneada31; solamente quedaron los hermanos Ochoa por- 49
Las g u e r r a s
que ellos se habían acogido a esa misma ley de sometimiento de "Doblecero"
a la justicia, se habían entregado y estaban en la cárcel de
Itagüí; por eso no los pudieron matar. ¿Y quiénes quedaron?
Unos cuantos que siguieron cumpliéndole órdenes a Escobar
y otros que no, como el que ahora conocemos como "don

30 «[-..] Con el ánimo de combatir la guerra narcoterrorista, y mientras la


ley de extradición se discutía en la Asamblea Nacional Constituyente, Cé-
sar Gaviria tomó varias medidas para frenar las acciones del narcotráfico,
entre ellas la política de sometimiento a la justicia para narcotraficantes
y paramilitares, y la creación de un bloque de búsqueda de la Policía,
apoyado por Estados Unidos. La política de sometimiento a la justicia
proponía que, a cambio de la entrega y la confesión de delitos, el gobierno
le otorgaba al sometido una rebaja de hasta la mitad de la pena impuesta.
Así mismo, el gobierno garantizaba la no extradición para quien se entre-
gara [...]». Tomado de "Cruzada contra el narcotráfico", verdadabierta.
com, en <http://www.verdadabierta.com/web3/narcotrafico-periodo2>
31 Se refiere a los hermanos Mario y Fernando Galeano, y a William y Ge-
rardo Moneada, los cuatro asesinados en julio de 1992 [Nota del editor]:
Berna"32, personaje que ahora cobra importancia y vamos a
ver quién era el tipo.
Don Berna era del grupo de seguridad del clan de los
Galeano, socios de Pablo Escobar, y cuando asesinaron a los
Galeano en la cárcel de la Catedral, Pablo Escobar mandó a
llamar a don Berna para que le entregara las propiedades y
los capitales de los Galeano y este se negó; más bien se fue
a la clandestinidad y desde ahí comenzó a hacerle la guerra
a Escobar, pero no representaba el poder intimidatorio y te-
rrorífico que se requería para lograr que el resto del cartel de
Medellín le diera la espalda a Escobar. Ahí fue cuando los del
cartel de Cali, la Policía y toda esa gente le dijeron a Fidel:
"venga que lo necesitamos porque usted es el único que tiene
la capacidad de aterrorizar a los mafiosos para que le den la
espalda a Pablo Escobar y se aglutinen a su alrededor para
A L D O CÍVICO pelear contra Pablo.

32 «Diego Murillo Bejarano, "Don Berna" o Adolfo Paz. Era jefe militar del
cartel de Medellín. Pero dentro de las vendettas internas del cartel termi-
nó siendo un feroz enemigo de Pablo Escobar y miembro de los Pepes
(Perseguidos por Pablo Escobar). Manejó al grupo de sicarios de la banda
La Terraza en Medellín. Tenía a su mando los bloques Cacique Nutibara,
[...] Pacífico y Héroes de Granada en el oriente antioqueño. El "inspector
de las AUC" está en la lista de grandes narcotraíicantes de Estados Unidos
y fue pedido en extradición. Aunque su bloque de Medellín ya se desmo-
vilizó hay denuncias de que "Don Berna" sigue manejando las oficinas de
cobro y extorsión en la ciudad. Promovió la conformación de un partido
político de las autodefensas liderado por la ex congresista Rocío Arias.
Casi rompe el proceso cuando fue capturado por su participación en el
homicidio de un diputado de Córdoba, delito cometido con posterioridad
a su desmovilización. Por ese hecho fue recluido en la penitenciaría de El
Barne (Tunja) pero los paramilitares presionaron para que lo sacaran de
allí y terminó en la cárcel de Itagüí, una de las 2;onas que mejor dominan
sus hombres [...]». Tomado de "La presencia Paramilitar", revista Sema-
na, 2 de julio de 2006, en <http://www.semana.com/multimedia-nacion/
presencia-paramilitar/15.aspx>
El presidente César Gaviria junto a su ministro de Defensa, Rodrigo Pardo,
el día que Pablo Escobar fue dado de baja. Foto archivo Intermedio.

Porque es que realmente el poder de los mañosos, o al


menos la mitad del poder de los mañosos, está en la mente de
la gente, en el diario colectivo de la gente; la mitad del poder
de Escobar estaba en el terror que le tenían, la otra mitad
estaba en la corrupción y en la capacidad de llevar a cabo
ese terror, y lo mismo pasa con todos los mañosos y todas
las organizaciones de narcotráfico. Realmente la mitad del
poder que tienen está en la mente de cada uno de nosotros, y
si uno logra sacarse ese terror de la cabeza les queda la mitad,
ya nos les queda sino la corrupción y contra esa corrupción
también hay formas de luchar. Por eso fue que utilizaron a
Fidel, que era la persona que generaba tanto miedo en los
mañosos que de alguna forma le iban a tener más miedo a
él que a Pablo; realmente las mafias le tenían más miedo a
Pablo pero al aparecer Fidel, junto con la DEA, y parte del
cartel de Medellín, junto con la Policía y los de Cali, entonces
quedaba como un balancín: "¿a quién le tenemos más miedo,
a Pablo solo o a Fidel con toda esa gente?" Es más o menos
lo que puede pasar ahora en Medellín entre el Bloque Metro
y los mañosos. Que la gente pueda decir: "no, es que los del
bloque Metro tienen razón". Pero aquí está el Bloque Metro
solo y aquí está don Berna con la Policía, con el Ejército, con
la Fiscalía, con resto de autodefensas, entonces toda la gente
se inclina por el que les da más miedo, ¿cierto?
Esa organización acciona durante casi todo el año 93,
ALDO CÍVICO el hombre se vuela a mediados del año 92 y en el año 93 se
crea esta organización, se va fraguando en el 92 pero es en el
93 que empieza a funcionar esa organización que llamaban
los Pepes33. Y a finales del 93, después de hacerle la guerra a
Escobar, lo dan de baja.

33 «Cuando Pablo Escobar fue dado de baja, el 2 de diciembre de 1993,-el


país entero celebró su muerte. En algún lugar de Medellín, un grupo de
hombres sin insignias ni uniformes también brindó por el objetivo que ha^
bía ayudado a conseguir. Eran los Pepes: Perseguidos por Pablo Escobar,
era el temido ejército que dinamitaba todo lo que oliera al capo y regaba
las calles con los cuerpos de los integrantes del cartel de Medellín. Sus
cabezas más visibles eran los hermanos Castaño Gil y Diego Fernando
Murillo, alias don Berna. Sin embargo, la teoría de que los Pepes contaron
con la anuencia de. la Policía, la CIA, la DEA y todas las demás agencias
nacionales y extranjeras que se involucraron en la cacería de Escobar, se
fue erigiendo como un secreto a voces. Con el pasar de los años, los Pepes
se reencaucharon: quienes un día fueron los cazadores de Escobar, se rein-
ventaron como narcotraficantes y paramilitares, y así una guerra engendró
la otra. Detrás de todo estaba el blanco fulgor de la cocaína. [...]». Reseña
Cuando se muere Pablo Escobar, Fidel dice: "listo, vamos
a seguir la guerra con la guerrilla". Porque las Farc habían in-
cursionado en estas zonas para matar a los ganaderos, secues-
trar, bueno, hicieron todo lo que ellos hacen. Luego, en el 94,
surge una segunda generación. Quedamos en que íbamos a
descansar un poquito de la guerra esa y que en enero del 94
nos veíamos en Urabá para comenzar por allá, otra vez, la gue-
rra contra las Farc. Fidel dijo- "listo, ya se acabó esto, vamos
entonces a irnos a Urabá a seguir peleando con las Farc". Las
autodefensas del Magdalena Medio prácticamente se habían
acabado, en medio de esa guerra interna se acogieron a estos
procesos de sometimiento a la justicia y entregaron las armas
y se reinsertaroñ, quedaron unos grupitos pequeños que más
adelante fueron creciendo. ¿Y qué es lo que sucede desde ahí?
En el primer combate, el 6 de enero del 94, matan a Fidel.
53
Las g u e r r a s
de "Doblecero'

LAS A C C U DE CARLOS CASTAÑO

A la muerte de Fidel siguen los otros hermanos Castaño


y ahí es donde nacen las ACCU, que eran las Autodefensas
Campesinas de Córdoba y Urabá y la misión era expulsar a
las Farc de esos territorios donde se estaban llevando a cabo
esos procesos34. Pero con la muerte de Fidel ese proceso no

del libro Los perseguidos por Pablo Escobar de Natalia Morales y Santiago
la Rotta, editado en 2009 por Planeta, en <http://extroversia.universia.
net.co/html/arteyUt/archivoNoticiasAntesVer.jsp?actualConsecutivo=17
76&ann=2009&mess=Junio>
34 «[...] El 6 de enero de 1994, una bala de fusil disparada por un guerri-
llero del EPL destrozó el pecho de Fidel Castaño. "Murió a los 45 años y
de la manera más pendeja", relató su hermano. [...] La muerte de Fidel
disparó a la escena pública a Carlos. En 1995 fundó las ACCU (Auto-
defensas Campesinas de Córdoba y Urabá), grupo armado ilegal cuyo
ALDO CÍVICO Carlos Castaño en una reunión délas ACCU.
Foto Salud Hernández-Mora.

empezó a declinar inicialmente, ese proceso vino a declinar


fue después, más adelante como vamos a ver. El tiempo que
nosotros habíamos pasado haciendo trabajo social con los
campesinos de la mini reforma agraria de Fidel, que era más
o menos entre el 91, 92 y el 93, eso en todo caso dejó su
huella y cuando nosotros empezamos nuevamente la gue-
rra contra las Farc, en el norte de Urabá, ya no entramos a
aplicar las metodologías que se habían hecho en la guerra

principal objetivo era cuidar los intereses de finqueros y comerciantes


contra posibles ataques de la guerrilla [...]». Tomado de "Los Castaño:
la saga de los desaparecidos", diario El País, Cali, 27 de agosto de 2006,
en <http://74.125.47.132/search?q=cache:F-YKLVBR5EcJ:www.elpais.
com.co/paísonline/notas/Agosto272006/castano.html+accu+autodefensa
s&cd=20&H=es&:ct=clnk&gl=co>
anterior sino que ya teníamos una concepción más social y
pensábamos hacer la guerra al lado de las comunidades, al
lado de los campesinos y trabajando de la mano con ellos.
Algo habíamos aprendido y era relativamente fácil porque
estas guerrillas accionaban directamente en contra del cam-
pesinado y se echaban encima al campesino, entonces no era
sino llegar y hablar con el campesino, explicarle las cosas, y
eso generaba ciertas simpatías y así comenzaba el accionar
con ellos, muy de la mano con los campesinos.
Se tenía esa concepción y además una concepción de
no narcotráfico porque ya se había visto lo que había suce-
dido con la primera generación de las autodefensas, cuando
el Mexicano, Pablo Escobar y otros mañosos, se apoderaron
de eso y acabaron con eso, y comenzamos en un proceso de
maduración. Un proceso de maduración política e ideológica ^
de forma de que ya había algunos de nosotros que éramos Las g u e r r a s
de "Doblecero"
de la ciudad, de pronto con un poquito más de educación, y
comenzamos a generar cuestionamientos: bueno, ¿y cuál es
la función? ¿Cuál es el objetivo estratégico? Comenzamos un
proceso de maduración política.
Nosotros estuvimos del 94 al 98 en ese proceso, pero
mientras estábamos en eso con las comunidades, sucedió una
cosa: mientras algunos de nosotros nos dedicados a trabajar
con las comunidades, otros se dedicaban a sus fincas y a su
vida, como si no estuvieran en guerra, y entonces se formó
una división, habían como dos planes: unos estábamos tra-
bajando con las comunidades y haciendo la guerra contra la
guerrilla desde las comunidades y tratando de mejorarles las
condiciones de vida y otros estaban dedicados a sus fincas, a
sus haciendas y a sus negocios. Esos que estaban dedicados a
sus fincas, a sus haciendas y a sus negocios eran los Castaño,
de alguna forma ellos estaban aportando financiación para la
guerra y para todo eso. Carlos Castaño comenzó a interesar-
se por la política y a meterse en la política como líder de las
35
ACCU, y comenzó a mostrar la imagen del líder político .

¿Que sucedió mientras tanto? Entre el 94 y 98 sucedie-


ron varias cosas. Muerto Pablo Escobar los narcos del nor-
te del Valle y los de Cali, encontraron que ya no tenían un
enemigo común y las diferencias entre ellos comenzaron a
aflorar, como es lógico; los narcos se unen cuando tienen un
enemigo común pero, cuando no lo tienen, afloran sus di-
ferencias. Los narcos del norte del Valle fueron y le pasaron
la cuenta de cobro al presidente Gaviria y este les dio lo que
les podía dar y les dijo, más o menos: 'los que no están muy
comprometidos y no están muy calientes, como se dice aquí,
muy reconocidos por el gobierno de Estados Unidos, yo les
ALDO CÍVICO puedo dar una especie de amnistía a sus capitales y a sus per-
sonas". El caso es que doce narcos del norte del Valle cum-
plieron con un procedimiento de entrega y de sometimiento
a la justicia dentro del esquema de colaboración voluntaria
con el gobierno colombiano y todo eso por la guerra con-
tra Pablo Escobar, y doce narcos lograron lo que necesita-
ban: impunidad para sus capitales36 y una cantidad de cosas,

35 «[...] El columnista Hernán Gómez dice sobre Carlos Castaño: "Él no ha-
bría aceptado una autoridad superior, pues siempre se ha desempeñado
como jefe, aún estando su hermano vivo. Castaño fue importante en com-
bate porque le tocó; las circunstancias de la vida lo tornaron en un buen mi-
litar. Pero actúa mejor como estratega político" [...]». Tomado de Mauricio
Aranguren Molina, Mi Confesión, Bogotá, Oveja Negra, 2002, p. 137.
r.
36 «[...] La debilidad de la justicia sigue siendo uno de los principales facto-
res que dificulta el manejo de una política autónoma contra el narcotráfi-
co. Esto ha creado conflictos entre las autoridades judiciales y diplomáti-
cas de USA y Colombia -los esfuerzos por compartir pruebas, en delitos
que usualmente incluyen acciones en ambos países- no han sido muy
pero otros se sintieron traicionados, entre los cuales estaban
Iván Urdinola37, Víctor Patino Fomeque38, Diego Montoya39,

reales, a pesar de las declaraciones ocasionales de buena voluntad. Fue esa


debilidad la que convirtió casi en única salida para el gobierno de Barco
el uso de la extradición, que siguió funcionando como amenaza durante
las primeras etapas de los procesos de sometimiento a la justicia de 1990
y 1991. Por esa debilidad, que esperaba superar al menos en parte, tuvo
Gavina que proponer el sometimiento voluntario a la justicia: si no había
jueces que condenaran a los traficantes contra su voluntad, que por lo
menos estos-se dejaran condenar a cambio de librarse de las condenas en
Estados Unidos. [...] Cuando Escobar, los Ochoa y otros 15 o 20 trafi-
cantes inmensamente ricos se entregaron, no sólo no tenía el DAS, que
durante años los había investigado, prácticamente ninguna prueba para
enjuiciarlos, sino que desconocía casi por completo la estructura de sus
fortunas, los mecanismos de uso de testaferros, las formas de manejar sus
negocios [...]». Tomado de Jorge Orlando Meló, "Narcotráfico y demo-
cracia: la experiencia colombiana", publicación digital en la página web de
la Biblioteca Luis Ángel Arango, en <http://www.lablaa.org/blaavirtual/
educacion/melo/droga/reforma.htm> [búsqueda realizada el 25 de julio __
de 2009], —
Las guerras
37 Considerado "el rey de la heroína", Urdinola Grajales fue capturado en su de "Doblecero"
finca La Porcelana el 26 de abril de 1992, cerca del municipio de Zarzal,
en el Valle. Luego de permanecer ocho años en prisión, y poco antes de
recuperar su libertad, muere de un infarto en su celda de la cárcel de
máxima seguridad de Itagüí, el 24 de febrero de 2002, si bien algunas
versiones sostienen que fue envenenado [N. del E.].
38 «[...] Patino Fómeque [...] fue policía hasta 1988. Después ingresó al
negocio del narcotráfico y fue escalando posiciones en el cartel de Cali,
además de asociarse'con los narcos del norte del Valle. Purgó una condena
de seis años en Colombia, y a finales de 2002 fue extraditado a Estados
Unidos con la acusación de haber continuado traficando desde la cárcel.
Una vez en territorio norteamericano decidió colaborar con los hombres
de la DEA, sus eternos enemigos,' sin medir la magnitud de la venganza de
sus antiguos aliados. Hoy es uno de los principales testigos bajo el programa
de protección del gobierno norteamericano [...]». Tomado de "El narco que
mató a 35 miembros de una familia", revista Semana, 17 de enero de 2007,
en <http:/AN^v\v.semanaxom/wf_InfoArtictilo.aspx?idArt=l00469>
39 «[...] Diego León Montoya Sánchez ("Don Diego") nació en Trujillo
(Valle), el 11 de enero de 1958. Era el narcotraficante colombiano más
perseguido en los últimos años por la DEA, el FBI y la Policía de Colom-
bia, y estuvo a punto de morir luego de que su camioneta se fuera a un
abismo en carreteras del departamento del Tolima. [...] Las autoridades
Orlando Henao40, toda la cúpula del norte del Valle y dijeron:
"esos acuerdos bueno, pero nosotros necesitamos que nos
arreglen el problema". Como estos ya estaban más compro-
metidos con la justicia americana, entonces el gobierno no
podía, porque al gobierno le quedaba bien difícil mostrarle al
gobierno de Estados Unidos que... le quedaba bien difícil; la
DEA estaba enterada de todo esto. La DEA estuvo de alguna
manera enterada de todos los movimientos que se hicieron
con todos estos narcos y con todo eso.
De alguna forma estos narcos, al tiempo que tenían su
esquema con las Farc, también tenían su plan B. El plan de

federales acusaron a Montoya de liderar el cartel del Norte del Valle y


de ser el responsable de introducir a EE.UU. más de 1.000 toneladas de
cocaína utilizando puertos ecuatorianos y mexicanos, en especial los con-
trolados por el cartel de Tijuana (México). [...]en su afán por arreglar
sus problemas con la justicia de Estados Unidos, "Don Diego" participó
activamente, en compañía de otros capos de la mafia, como "Rasguño", en
reuniones con la DEA para negociar las condiciones de su sometimiento
[...]». Tomado de "¿Quién es el zar de'la mafia Diego León Montoya
Sánchez?", diario El Tiempo, 10 de septiembre de 2007, en <http://www.
eltiempo.com/archivo/documento/CMS-3716293>
40 «[...] La exterminación entre los dos bandos [el clan de Helmer "Pacho"
Herrera y los narcos del norte del Valle del Cauca] comenzó el 6 de no-
viembre del año pasado [1998] cuando Herrera fue asesinado en la cancha
de fútbol de la cárcel de máxima seguridad de Palmira. En ese ajuste de
cuentas, 12 horas después del crimen, otras tres personas cercanas al tercer
hombre del cartel de Cali fueron asesinadas en una céntrica calle de la capi-
tal del Valle. [... ] José Manuel Herrera vengó la muerte de su hermano, 10
días después, en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Modelo en
Bogotá. El hermano menor del clan Herrera, quien es parapléjico, acribilló
de seis tiros a José Orlando Henao Montoya, en noviembre del año pasado.
El arma la había escondido en un compartimiento de su silla de ruedas.
Henao, considerado por las autoridades como el verdadero "Hombre del
overol", y cuñado de Iván Urdinola, señalado por la justicia como el jefe
del cartel del norte del Valle, se había entregado en septiembre de 1997.
[...]». Tomado de "La 'vendetta' desatada entre el cartel del norte del Valle
del Cauca...", revista Semana, 29 de noviembre de 1999, en <http://www.
semana.com/notiaas-nadon/cuentas-pendiente/38640.aspx>
ellos era que cada uno de estos tenía su grupo guerrillero de
bolsillo, estos de Cali tenían el Jaime Bateman Callón, que
era una disidencia del M-19, y estos del norte del Valle tenían
una cosa que se llamaba "Movimiento Jorge Eliécer Gaitán
por la dignidad de Colombia", cuyo comandante era un tipo
llamado Hugo Toro, alias Bochica, y el autor intelectual era
Orlando Henao. Estos tipos se sintieron traicionados por el
presidente Gaviria y después utilizaron a este grupo, el Jega,
para secuestrar al hermano de Gaviria, yo no sé si ustedes se
dieron cuenta que después terminó el mejor policía del mun-
do trepado en un avión con los líderes del Jega viajando a
Cuba (risas); son esas cosas que todo el mundo sabe pero que
nadie pregunta. ¿Cómo resulta el mejor policía del mundo
montado en un avión? Es que resulta que el mejor policía del
mundo era trabajador de Orlando Henao; ahora seguimos
c o n eso. Las g u e r r a s
de "Doblecero"

" M Á S BIEN LE APUNTAMOS A PONER UN


PRESIDENTE..

Los de Cali dijeron: "no, mejor dejemos a Gaviria que haga su


arreglo con estos doce tipos que nosotros más bien le apun-
tamos a poner un presidente. Nosotros ponemos presidente,
ponemos a Samper y Samper sí nos da un arreglo más benefi-
cioso que el que nos está ofreciendo Gaviria", pero ya existía
el problema entre el norte del Valle y el cartel de Cali, ya ha-
bían aflorado sus diferencias por rutas, plata, mujeres, celos,
peleas en discotecas; ya había un problema ahí. Dentro de ese
esquema del enfrentamiento entre el norte del Valle y el car-
tel de Cali, es donde los del norte del Valle comienzan a hacer-
le, mejor dicho, la cúpula de la Policía tenía policías que eran
del norte del Valle y policías que eran del cartel del Cali. Los
policías del cartel del norte del Valle les interceptaron unas
comunicaciones a un periodista, eso fue en el año 94, que es-
taba hablando de la plata que le iban a dar a Samper para la
campaña y le pasaron esos casetes a la DEA y la DEA se los
pasó a Pastrana, pero esos casetes se los pasaron..., o sea, la
jugada del cartel del norte era dejar a Samper en entre dicho, y
obligarlo a enfilar sus baterías para destruir al cartel de Cali.
¿Y qué fue lo primero que hizo Samper? Sacar a todos
los policías que eran del cartel de Cali, sacarlos de la Policía,
pero algunos no se dejaron sacar y comenzaron a tener con-
tactos con la DEA; como la gente de Cali conocía todos los
escondites de la gente del norte del Valle estos eran bien
vulnerables, entonces se fueron a esconder donde una per-
sona que habían conocido cuando la guerra contra Escobar:
A L D O CÍVICO Castaño en Córdoba; compraron propiedades en Córdoba y
se escondieron allá.
Por esos días José Santacruz41 se voló de la cárcel y
como sabía que en Cali no podía esconderse, entonces tam-
bién pensó en irse para Córdoba, pero los del norte del Valle
no lo podían dejar porque era como llevarse el campo de ba-
talla para allá. Y entonces le dieron a Carlos pruebas de los
acuerdos que tenían los del cartel de Cali con las Farc y cuan-
do Santacruz se contactó con Carlos para irse para Córdoba

41 «[...Juno de los principales jefes del cartel de Cali, considerado hace


unos doce años como la organización de tráfico de cocaína más grande del
mundo, junto con los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela
[...] José Santacruz Londoño, conocido como "Chepe" y "el Estudiante",
se fugó de la cárcel en enero de 1996 y tres mesés más tarde fue abati-
do por la Policía en la ciudad de Medellín». Tomado de "Confiscan 320
inmuebles y 27 empresas de José Santacruz Londoño", RCN Radio, en
<http:/Avww.rcn.com.co/noticia.php3?nt= 12415>
El presidente Ernesto Samper en compañía del embajador estadounidense,
Myles Frechette (al centro). Foto archivo Intermedio.

-supuestamente eran muy amigos-, entonces Carlos se lo de^Doblecerc


entregó a la Policía del norte del Valle. Ahí fue donde resultó
caliente el viejo Berna porque, comó estaba en Medellín, lo
metieron en la guerra y Berna también se tuvo que ir a es-
conder a Urabá. Entonces se juntaron la cúpula del cartel del
norte del Valle y Berna protegidos por Castaño, eso sucedió
entre el 94 y el 98. Durante ese tiempo esta gente del cartel
del norte del Valle se dedicó a mandarles instructores y pro-
fesores a Castaño, tratando de formarlo intelectualmente,
y comenzaron a inculcarle ciertas teorías que más adelante
prácticamente ya le comprobaron con hechos.
En el año 98 el gobierno de este Samper empezó persi-
guiendo al cartel de Cali y defendiéndose de las acusaciones
por narcotráfico; en algún momento Samper trató de estable-
cer ion acercamiento con las autodefensas para darle legitimi-
dad al gobierno, pero eso no llegó a ningún lado.
En el año 1998 Andrés Pastrana Arango gana las elec-
ciones como presidente de la paz, y nosotros entre el 94 y el
98 nos fuimos expandiendo por el norte de Colombia42, por
algunas partes del país pero con una concepción de no nar-
cotráfico; si alguien nos quería dar plata pues nosotros se la
recibíamos pero no nos involucrábamos en nada que tuviera
que ver con el narcotráfico, aduciendo todas esas cuestiones
que veíamos en las autodefensas del Magdalena Medio y al
mismo tiempo íbamos haciendo un proceso biológico de ma-
duración política.
¿Y qué sucede en el 98? Sube Pastrana y comienza un
proceso de paz con las Farc. Bill Clinton le hace un recibi-
miento apoteósico en Estados Unidos y todo eso, y entonces
los amigos del cartel del norte del Valle les dicen a las Farc:
"bueno, como ahora ustedes sí van a hacer el proceso, ¿cómo
62
ALDO Cmco vamos nosotros ahí? Acuérdense que ustedes nos van a mos-
trar ante el gobierno como esto y aquello". Las Farc, como es
lógico, les contestaron: "no, ustedes son unos narcotrafican-
tes y nosotros somos unos ideológicos insurgentes. Ustedes
han ganado mucha plata y, como lo que querían era plata,
entonces vean a ver qué hacen con su plata".
Las Farc ya tenían las rutas para sacar narcóticos por
el Brasil y por Venezuela, rutas independientes, narcos inde-
pendientes, las Farc ya podían darse el lujo de decirles a estos

42 De acuerdo con el informe de la revista Semana titulado "La presencia


paramilitar", en 1994 las AUC contaban con 2.150 hombres y para 1998
alcanzaron los 4.500. «El movimiento paramilitar se consolida como una
fuerza contrainsurgente, con campamentos, entrenamiento militar y fi-
nanciación del narcotráfico. Su objetivo es el control absoluto de territo-
rios. Entran en grandes ciudades como Barrancabermeja, Medellín, Buca-
ramanga y Cúcuta». Tomado de Semana.com, en <http:/Avww.semana.
corn/multímedia-nacion/presencia-paramilitar/15.aspx>
El presidente Andrés Postraría y Manuel Marulanda durante las negociaciones ^
de paz con las Farc. Foto archivo Intermedio.
Las g u e r r a s
de "Doblecero"

que no, y sin embargo esta gente no rompió sus relaciones


con las Farc, siguieron en su narcotráfico pero comenzaron a
mirar a las AUC; bueno, ya las habían analizado desde aden-
tro porque ya los intelectuales esos que le habían llevado a
Carlos Castaño tenían hecho un diagnóstico de la personali-
dad de Carlos y sabían cuáles eran las debilidades ideológicas
del hombre. •
Yo no sé si usted se leyó Mi confesión, el libro de Carlos
Castaño. Ese libro es bien importante porque entre los ca-
pítulos 13 y 14 dice, más o menos, que los gringos eran de-
terminantes en el conflicto colombiano porque decidían con
quién se negociaba y con quién no, y daban el aval para que
el gobierno colombiano negociara con las Farc, porque las
Farc tenían algo que los gringos necesitaban (como las Farc
controlaban los cultivos ilícitos y controlaban la materia pri-
ma del narcotráfico realmente eso era lo que motivaba a los
gringos para dar el aval, porque las Farc tenían algo qué ofre-
cerles).
Mejor dicho, convencieron a Carlos de que ese proceso
de paz con las Farc era irreversible, que la paz estaba a la vuel-
ta de la esquina y que si las autodefensas querían alcanzar un
estatus político, le dieran importancia a tener el control de la
economía, y el control de la economía era controlar la lícita
y la ilícita (en ese caso era más la economía ilícita porque el
país se estaba moviendo prácticamente con base en la econo-
mía ilícita del narcotráfico) y que si no tenían control de esas
economías entonces que simplemente eran un grupo de sal-
teadores de caminos, un grupo que iba a ser menospreciado
en una mesa de negociación, que nadie les iba a parar bolas,
64
ALDO CÍVICO mejor dicho, que eran un cero a la izquierda.
Y le vendieron esta idea a Carlos: la única forma de
tener peso para una negociación política o ganarse la aten-
ción de los gringos para una negociación política era apode-
rarse del control del narcotráfico y apoderarse del control
de los cultivos ilícitos, de las rutas, de los laboratorios, de
todo, que así más adelante las autodefensas iban a tener
para mostrarle al gobierno de los Estados Unidos, que po-
día negociar con ellos ofreciendo desmontar el narcotráfico
en Colombia.

CARLOS CASTAÑO LES VENDE LAS


AUTODEFENSAS A LOS NARCOS

Ese fue el error más grande que cometió Carlos. Es que los
tipos ya venían de tratar de hacer eso con las Farc, y con las
Farc no sirvió porque las Farc dijeron que sí, pero nunca les
dieron mando y control de su organización, las Farc siguie-
ron con su organización y su ideología y sus cuentos. Y les
recibieron toda la plata a los narcos, y les recibieron todas las
armas, hicieron negocios con ellos pero nunca dejaron que
los narcos tuvieran ingerencia dentro de sus filas. De eso ya
los narcos habían aprendido y no estaban dispuestos a come-
ter el mismo error con las AUC. Ellos pusieron sus miras en
la AUC y se dijeron: "si con las Farc no pudimos arreglar el
problema, con estos sí, estos son fáciles de infiltrar, son mani-
pulables, no tienen una ideología tan ortodoxa y ya nosotros
aprendimos de los errores con las Farc y a estos sí les vamos
a exigir el mando y el control de la organización". Para eso
ellos tenían ahí a su personaje clave: don Berna.
Don Berna es, básicamente, un asesino que toda la vida
65
se ha dedicado a extorsionar narcotraficantes y a asesinar nar- Las guerras
de Doblecei
cotraficantes y a matar gente por plata. Es un asesino desal- °
mado, y no es que él los mate con sus propias manos sino que
los manda a matar.
Entonces el cartel del norte del Valle prácticamente
dice: 'le vamos a vender esta idea a Castaño y si Castaño nos
dice que sí, que nos ponga a don Berna, que don Berna es el
que nos va representar ahí y es el que va tomar el mando y el
control por nosotros. Y así fue, ellos convencieron a Castaño.
Mientras nosotros estábamos por allá peleando y trabajando
con las comunidades, Castaño comenzó a venderle el mando
y el control de la organización a los narcotraficantes porque
los narcos querían mando y control. Pero los Castaño dije-
ron: "si quieren mando y control, eso no va a ser gratis" y
comenzaron a venderlo, a vender el mando y el control de
la organización y a poner eso en cabeza de los narcos, de los
narcos como don Berna, como Macaco43, como Cuco44, la lis-
ta es larga, todo eso es una lista como de treinta narcos.
Ahí es donde comienzan los primeros roces ideológicos
con nosotros, ¿por qué razón? Nosotros veníamos desarro-
llando una guerra parejo con las comunidades y efectivamen-
te la guerra genera unos desplazamientos por el impacto de
los combates, el impacto de la violencia, todo eso, pero no-
sotros le estábamos diciendo a los campesinos: "si les toca
salir por efecto de la guerra, por efecto de los combates, por
efecto de la violencia, no vendan la tierra que el campesino

43 «Carlos Mario Jiménez, o Javier Montañez, alias "Macaco", era el co-


mandante militar del Bloque Central Bolívar, la estructura paramilitar de
mayor influencia en el país. Está implicado en el asesinato del ex defensor
del Pueblo de Norte de Santander, cometido el 12 de febrero de 2001
en Cúcuta. "Macaco", pasó de ser el hijo de un comerciante de carnes de
Marsella (Risaralda), a máximo jefe del Bloque Central Bolívar, la más
grande estructura paramilitar del país que alcanzó a tener 5 mil hombres
distribuidos en bloques en Putumayo, Antioquia, el Magdalena Medio,
la costa atlántica, Valle, Meta y el eje cafetero. Apareció en la escena del
paramilitarismo en 1998 junto con "Julián Bolívar" y "Ernesto Báez" y se
dedicó al control del robo de la gasolina, al cobro de vacunas a comercian-
tes, y al negocio de la coca en el sur de Bolívar, donde terminó amasando
su fortuna». Tomado de "¿Quién es alias 'Macaco'"?, Caracol Radio, 6 de
mayo de 2008, en <http:/Avww.caracol.com.co/nota.aspx?id=591558>
44 «"Cuco Vanoy", Ramiro Vanoy Murillo, nació en Yacopí, Cundinamarca
el 31 de marzo de 1948. Según informes de la DEA empezó como esme-
raldero en la zona de Muzo (Boyacá). Luego, en los ochentas, se vinculó
al cartel de Medellín al lado de Pablo Escobar, quien terminó siendo uno
de sus más acérrimos enemigos. [...]en Tarazá, un pequeño municipio
del Bajo Cauca antioqueño, instaló la base central del Bloque Mineros.
Impuso en sus zonas de influencia en el Bajo Cauca, una mezcla de ré-
gimen de terror con populismo. [...] sus hombres asesinaban a gusto a
campesinos y cualquiera que se les cruzara en el camino de sus lucrativos
negocios. [...] En mayo de 2008 el gobierno colombiano lo extraditó a
Florida, Estados Unidos [...]». Tomado de "Cuco Vanoy", Ramiro Vanoy,
verdadabierta.com, mayo de 2009, en <http://www.verdadabierta.com/
web3/component/content/article/36-jefes/688-perfil-de-ramiro-vanoy-
alias-cuco-vanoy>
en el campo es cabeza de león y en la ciudad es cola de ratón,
nunca volverán a comprar su tierra, nunca volverán a su tie-
rra, el campesino sin tierra no es nada". O sea, el tejido social
está basado en la propiedad privada del campesino, el núcleo
del tejido social es la familia y si la familia no tiene el arraigo
en la propiedad privada entonces la familia se deshace y al
deshacerse la familia se deshace el tejido social. Reconstruir
el tejido social sin familia y sin propiedad es prácticamente
imposible. Nosotros veníamos con ese cuento, "si les toca
salirse por efectos de la violencia, no vendan las tierras que
en dos o tres meses la violencia pasa, nosotros sacamos a los
guerrilleros y ustedes pueden regresar a sus tierras". Ahí em-
piezan a presentarse las primeras contradicciones, porque
nosotros diciéndoles eso a los campesinos y en los pueblos
estaban los miembros o trabajadores de la gente del cartel del ^
norte del Valle comprándoles la tierra a los campesinos. Las g u e r r a s
de "Doblecero"
Entonces nosotros haciendo la guerra, y la guerra gene-
ra desplazamiento y el campesino se va p'al pueblo huyéndo-
le a la violencia, pero si en el pueblo hay un tipo diciéndole:
"esto no tiene arreglo, señora, véndame la tierra y si usted no
me vende la tierra, señor, si usted no me vende la tierra, se la
compro a la viuda". Y pagándoles en dólares (pagándoles en
precios que podrían ser justos pero no es justo como se con-
siguieron la plata ellos, o precios inflados que generan unos
procesos de inflación los berracos en los precios de la tierra).
Y uno se preguntaba, ¿pa' quién estamos trabajando?
Nosotros estamos trabajando o para los campesinos y esto
es un proceso autónomo de la sociedad en contra de la gue-
rrilla por el vacío de Estado, o estamos trabajando para unos
mañosos, para hacer desplazar unos campesinos para que los
mañosos les compren la tierra barata y después se vayan esos
Combatientes del grupo de Carlos Castaño.
Foto Salud Hernández-Mora.

campesinos alrededor de las grandes ciudades a engrosar los


cinturones de miseria y ayudarles nosotros con el objetivo
estratégico de la guerrilla, o sea, que terminábamos nosotros
haciéndole el trabajo a la guerrilla, de alguna forma, gene-
rando latifundio, generando un problema social. Eso fue lo
que comenzamos a ver nosotros én el Urabá, porque "mis
amigos" del norte del Valle llegaron a Urabá y "mis amigos"
no eran capaces de tener una finca chiquita, sino que querían
tener era como una competencia del que más tierra tuviera,
es que los narcos entran como en una dinámica de que siem-
pre quieren tener más que los otros y es como una especie de
competencia, yo no sé. Todavía no se había dado la narcoti-
zación de las autodefensas, Castaño no había dado el brazo a
torcer todavía porque Carlos Castaño se declaraba enemigo
del narcotráfico, pero ya con esto del problema de la tierra
comienza el primer problema, y nosotros a cuestionar: ¿y
aquí qué pasa?

LAS CONVICCIONES DE DOBLECERO

Luego, cuando comienzan a venderles los frentes a los nar-


cotraíicantes, a darles el mando y el control, comienzan las
discrepancias porque comienzan a aplicar una estrategia eco- 69

nómica que buscaba era ir detrás de la matas, de las matas de Las g u e r r a s


. . . . , , de "Doblecero"

coca, y de territorios para sembrar matas de coca; la estrate-


gia militar nuestra era ir detrás de los guerrilleros, detrás de la
persona, ubicar al guerrillero, unirnos con la población civil,
buscar una seguridad en el campo para después generar unos
procesos sociales y políticos donde los campesinos se organi-
zaran y comenzaran a exigirle al gobierno inversión social y
reactivación económica en el campo y generar unos procesos
de las mismas comunidades.
Esa era la estrategia, en lo militar buscar al guerrillero y
eliminarlo, y luego de llevar cierta seguridad, ya venían pro-
cesos políticos y sociales que aun en medio de la confronta-
ción donde el guerrillero estaba atropellando a la población
civil ya se iban adelantando estos procesos dentro del mis-
mo conflicto. Pero a donde llegaban era a copar territorios
y querían coparlos rápidamente, y dentro de esa estrategia
no entraban a distinguir mucho entre quién era guerrillero y
quién no, y se daban unos excesos por tratar de ganar espacio
y de ganar territorios rápidamente para poderlos sembrar de
coca. Y uno decía y dice: ¿cómo vamos a pagar el costo social,
a pagar como organización el costo social y político de una
región que nunca ha tenido narcotráfico? ¿Llegar nosotros a
hacerla sembrar de coca y a generar un problema social gra-
vísimo? No, es que... yo creo que usted sabe los problemas
sociales que se generan en las zonas donde hay narcotráfico;
eso acaba con el tejido social.
Entonces a todo ese problema social que genera el nar-
cotráfico súmemele el problema de moral de la tropa, eso
acaba con la moral de la tropa, con la ideología, con la disci-
plina, acaba con todo, el narcotráfico acaba con todo, con los
poquitos valores morales tradicionales que hay, con el tejido
social, eso es lo peor.
Nosotros planteamos eso en el año 98 en las AUC: "no
podemos hacer esto". Allá nos dijeron: "no, es que ustedes
son unos idealistas; para acabar con las Farc, que es una gue-
rrilla narcoterrorista, se requiere tener una organización po-
derosa y la única manera de ser poderosa es aliándonos con
los narcotraficantes, porque eso, a punta de limosna, no va-
mos a derrotar a las Farc". Entonces yo les decía: "¿y quién
dijo que nuestra función era derrotar las Farc? ¿Quién nos
asignó esa misión? Esa no es la función de nosotros. Hay que
redefinir nuestro papel. Nuestro papel es ayudar a buscar la
paz, a solucionar el conflicto, no es acabar con las Farc. Las
Farc que las acabe el Estado, nosotros podemos, dentro del
esquema de buscar la paz y de buscar acabar con el conflicto
colombiano y de buscar alternativas de solución al conflicto,
a la crisis social y todo eso, es un accionar militar contra las
guerrillas, pero el objetivo no es acabar con esa gente, ese
es el objetivo del Estado pero no el de nosotros. Entonces
ahora, para acabar con las Farc, tenemos que volvernos en
un problema". Y me decían: "No, es que usted va a perder la
guerra, como gente idealista va a perder la guerra".
Uno pierde o no pierde la guerra en la medida en que
sepa cuáles son sus objetivos estratégicos; si yo digo que el
objetivo estratégico mío es tomarme el poder, créame que
pierdo la guerra porque pierdo la guerra. Si yo digo que el
objetivo estratégico mío es acabar con las Farc, si yo no me
financio con el narcotráfico entonces lógicamente que voy a
perder esa guerra pero es que ese no es el objetivo estratégico
mío. Hay que redefinir el papel y eso es lo que mirábamos en
la maduración política e ideológica de la organización, de en-
trar a estudiar la historia socio económica de Colombia y de
decir cuál es el problema aquí, porque existen los tres fenó-
menos: ¿por qué existe el narcotráfico, por qué existe la gue-
rrilla y por qué existen las autodefensas? Por la concepción
de poder, por el abandono histórico del campo colombiano,
se necesita reinventar el campo colombiano, se necesita que
haya una reforma agraria, se necesita que haya unos procesos
educativos generacionales, se necesita democratizar la edu-
cación, se necesitan una cantidad de cosas. ¿Cómo se hace
eso? Eso no se hace por medio de la guerra y eso no se rehace
por medio de la violencia. En ese sentido esa es la diferencia
entre nosotros y la guerrilla y la guerrilla puede decir cosas
parecidas: pero no es que vamos por las armas, es que con
esta gente no se puede, que la oligarquía es recalcitrante, que
la oligarquía es radical, entonces vamos a matarlos pa3 poner
a los buenos aquí. Eso no es así. El país sí necesita cambios
en lo económico y en lo político para crear un sistema que
pueda acabar con el problema social, que pueda cerrar la bre-
cha social entre los ricos y los pobres, pero esos cambios no
se pueden lograr por medio de la violencia. Efectivamente
estamos en una guerra, las armas se necesitan, pero para dar
esas transformaciones de la guerra hacíala paz, de la ilegali-
dad a la legalidad, para crear unas condiciones donde se pue-
da haber madurado así sea en medio de la violencia, donde
haya una maduración política e ideológica, donde ya no se
necesiten las armas y los cambios se puedan dar dentro de un
esquema democrático y un esquema de participación y un
esquema de legalidad.
Nosotros hablábamos de todo éso pero ya mi amigos
estaban comprometidos con el cartel del norte del Valle, ya
estaban narcotizados, ya habían adquirido tales compromi-
sos que ya no podían contar con nosotros para eso, y cuando
ALDO Cmco planteamos que ya sobre el terreno estaban mandando cier-
tos patrones que no eran los mandos naturales de la tropa,
sino impuestos por una venta, entonces nos mandaron al
mismísimo carajo.
Pero los ideales de esa organización, los que habíamos
trabajado del 94 al 98 -los ideales de ser tina alternativa de so-
lución a los problemas del país o de ser parte de la solución-
no se podían quedar así, teníamos que seguir desarrollando
esas ideas y como ahora no serían tenidas en cuenta dentro
de las AUC nos tocaba tener un territorio, una tropa real y un
núcleo pobladonal afecto.

En busca de un nuevo territorio


Entonces comenzamos calladitos a venirnos al nordeste y al
oriente de Antioquia para hacer lo que habíamos hecho en
Urabá y en el norte del país sin mucho éxito porque esto se
nos tiró en todo el trabajo. Nosotros habíamos recorrido el
norte del país haciendo irnos diagnósticos de los problemas
muy a lo criollo; mirábamos cómo en toda la costa norte exis-
tía una clase alta muy reducida, una clase media muy reduci-
da y una clase baja muy grande, todo alrededor de los cintu-
rones de miseria de Barranquilla, de Cartagena, de Sincelejo,
de Montería, entonces veíamos el problema de la tenencia de
la tierra y qué era lo que había generado ese problema de la
tenencia de la tierra en los últimos días, o sea la aparición de
una narcoburguesía. Antes efectivamente había terratenien-
tes pero alrededor de los terratenientes había campesinos y
había parcelas, pero con la aparición de la narcoburguesía se
generó un problema de desplazamiento forzado45 y un pro-
blema de agravamiento de las condiciones de la tenencia de
la tierra o se agravó más una contrarreforma agraria'16, una
73
contrarreforma agraria que generó el narcotráfico. Las g u e r r a s
d e "Doblecero"

45 «[...] La agudización del conflicto armado interno en Colombia y el uso


de estrategias de guerra violatorias del Derecho Internacional Humani-
tario, han expuesto a la población civil a graves hechos de violencia so-
ciopolítica que incluyen las amenazas, los enfrentamientos armados, los
boleteos, las desapariciones, la tortura, las incursiones armadas, los asesi-
natos selectivos, las masacres, la destrucción de caseríos y poblados, entre
otros, hechos que obligan a miles de colombianos a desplazarse como
única estrategia para conservar la vida». Tomado de Martha Nubia Bello,
Elena Martín Cardinal y Femando Giovanni Arias, Efectos psicosociales del
desplazamiento, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2002, p. 21.
46 «[...] El desplazamiento forzado, como consecuencia del panorama de
violencia que vive el país, puede estar generando una contrarreforma agra-
ria, debido a la reconcentración en pocas manos de grandes proporciones
de tierras a la que se ha dado paso cuando los propietarios de estas tierras
son obligados a abandonarlas por diferentes actores. [...] se puede hablar
de la implementación de una contrarreforma agraria, reforzada con la
irrupción del narcotráfico y como resultado del conflicto armado interno
que vive el país. La contrarreforma ha tenido lugar de manera evidente en
la región del Caribe, en especial en los departamentos de Córdoba, Sucre,
Nosotros veíamos todo eso y en algún momento a
la gente de la clase alta de la costa le llegamos a plantear
lo siguiente: "bueno, nosotros los estamos defendiendo a
ustedes de la guerrilla pero fíjense que estamos haciendo
como de abogados del diablo, porque ¿cómo los vamos a
defender a ustedes de la guerrilla en contra de la población?
¿Cómo?" Es que no se puede, yo no puedo defender a los
ricos de la guerrilla cuando la guerrilla está metida dentro
de la población, porque hay un discurso social que eso es
una realidad y eso cala. Porque uno se iba para las fincas
y en las grandes haciendas se encontraba unos campesinos
viviendo en una casita, de arrimados pues, de agregados, y
uno les preguntaba:
-¿Usted cuánto lleva viviendo aquí?
-No, yo nací aquí.
ALDO CÍVICO -¿Cómo así, usted nació acá?
-Sí, es que mi papá era el mayordomo de la finca y en-
tonces yo nací aquí y ahora yo soy el mayordomo de la finca.
-¿Entonces los hijos suyos también van a ser los mayor-
domos de la finca?
-Puede que sí.
Y llega un guerrillero y comienza a hacerle ver a un cam-
pesino de esos las inequidades y comienza a hacerle ver las
cosas y a plantearle que el campesino tiene derecho a tener

Magdalena y Cesar, al igual que en regiones como el Magdalena Medio,


Urabá y el Catatumbo, debido al predominio de los paramilitares, quienes
a través de masacres, amenazas y el desplazamiento de campesinos, han
propiciado una amplia concentración de tierra en pocas manos, dejando
sin la misma a sus verdaderos propietarios que son los campesinos, los
pueblos indígenas y los afro descendientes». Tomado de Diana Esperanza
Orozco, "La contrarreforma agraria en marcha", Agencia Prensa Rural, en
<http://wwv.prensarural.org/spip/spip.php7article590>
tierra, que el Estado tiene la obligación de nivelar esas cargas
y acabar con el problema social y que todo el mundo tiené
que tener tierra y le dice que la forma es con el fusil y por me-
dio de la violencia y que vea que ya estamos ganando... pues
el campesino le camina a eso. ¿Qué gana uno con ir a matar
campesinos a una zona de esas, mientras esté ese discurso
social y esas realidades sociales? Pues uno puede matar a los
que sea y esa inequidad genera más y mientras más asesine
más le está dando uno la opción a la guerrilla para que diga
que nosotros somos el aparato represivo del Estado y que
vea cómo todos esos sentimientos sociales los estamos repri-
miendo a plomo, entonces le estamos dando justificación a la
lucha armada de esa gente.
En una ocasión le dijimos a la aristocracia costeña que
cogiera el 10% de sus propiedades y lo repartiera entre sus ^
propios trabajadores, que esa era la forma de ir acercándose Las guerras
de "Doblecero"
a una clase media campesina en la cual nos podíamos apo-
yar para combatir a la guerrilla. Yo no estaba diciendo que
le dieran eso a la guerrilla, sino que se la dieran a sus propios
trabajadores. No, esa gente puso el grito en el cielo. Hasta de
pronto un narco sea capaz de hacer eso, pero mientras repar-
te el 10% de sus tierras va y se compra tres y cuatro veces más
en otra región. O sea, él sí puede decir: "vea que yo soy un
tipo muy social, vea cómo repartí esta derrita por aquí". Pero
por otro lado va y genera otro daño bien berraco o siembra
de cultivos ilícitos toda una región. Es lo que nosotros hablá-
bamos: por ejemplo hay gente de las AUC que hace trabajo
social en las AUC, van y dicen: "es que nosotros hacemos
trabajo social". Entonces tino se pregunta: muy bueno que
hagan trabajo social porque de pronto cogen un 0,1,% de lo
que gana un narco y lo invierten en darle limosna a la gente.
Pero si verdaderamente quisieran hacer trabajo social, dejen
de traficar y dejen de generar contra reforma agraria y dejen
de generar problemas sociales. ¿Cómo va a hacer uno trabajo
social basado en el narcotráfico?
La gente que hacía trabajo social en la AUC decía: "Es
que nos tenemos que apoyar en Macaco, nos tenemos que
apoyar en Berna, nos tenemos que apoyar en fulanito, que
son los que tienen el capital, que sólo con capital puede ha-
cerse el trabajo social". Y yo les decía: "¿Cómo vamos a apo-
yarnos en esa gente si esa gente es la que está generando la
crisis social en Colombia? Eso no se puede, no se puede, eso
es como matar el pollito aliviao para hacerle un caldo al polli-
to enfermo (risas). Eso no se puede". Entonces nos vinimos
p'acá, al nordeste antioqueño, a trabajar con la concepción de
primero despejar la zona de la guerrilla. El proyecto incluía
ALDO C m c o llevarle seguridad al campesino pero manteniendo el tejido
social, que los campesinos siguieran en sus tierras, que no
llegaran los narcotraficantes a comprarles las tierras, que vi-
nieran a sembrar esto de coca y así acabar con el tejido social.
Ese es el proyecto de nosotros, que venga el Estado, que las
comunidades se organicen, que hagan sus propios procesos,
no estamos diciendo que nosotros vamos a hacer el proceso.
De hecho están haciendo su proceso independiente, están ha-
ciendo sus cosas sin la ingerencia de nosotros, nosotros esta-
mos haciendo una guerra contra la guerrilla y de ahí que las
comunidades se organicen y hagan sus propios procesos.
Hay partes donde el Estado ha generado, las mismas cir-
cunstancias han generado, que uno mire las regiones y no vea
nada de liderazgo, no hay liderazgo porque el mismo Estado
y la misma corrupción han deformado los liderazgos y han
corrompido los liderazgos. Entonces en esas zonas donde
no hay liderazgo a nosotros nos toca asumir cierto liderazgo
mientras van surgiendo otros, pero en zonas donde hay lide-
razgos y la comunidad tiene liderazgos echan pa' delante.

L A GUERRA CON "DON BERNA"


y "MACACO"

Nosotros nos vinimos en el 98 para acá y comenzamos ese


proceso. En el año 2000 se generó la primera crisis con las
AUC porque nos vinimos a comenzar estos procesos aquí ca-
llados. No les dijimos a las AUC cuál era nuestra intención. En
el año 2000 se presenta la crisis cuando le venden el nordeste
a Macaco y el oriente a don Berna. Nos vendieron con terri-
torio, con población civil, con tropa, con armas, con todo. Y
dijimos: ¡la esclavitud se acabó hace 150 años en Colombia! Es 77
increíble, si hay gente en las AUC que se deja vender como si Las g u e r r a s
de "Doblecero"
fuera ganado, ¡nosotros no! Y ahí es donde empieza el accio-
nar militar de Macaco y de don Berna en contra nuestra. Es
que esta crisis, esta guerra que ahora estamos viviendo aquí,
lleva ya tres años de enfrentamientos de baja intensidad47.

47 «[...] Desde el pasado 15 de septiembre [de 2003] varias de las veredas


que rodean ese municipio del noreste antioqueño se transformaron en el
escenario de combates entre miembros de las autodefensas del Bloque
Metro y fuerzas combinadas de cuatro facciones de paramilitares. Desde
ese día cerca de 1.500 hombres de los bloques Cacique Nutibara, Calima,
Mineros y Héroes de Tolová ingresaron a la región por la zona de Santo
Domingo y Jaguas. Otros 500 hombres del-Bloque Central Bolívar llega-
ron por el municipio de Caracoli para tratar de rodear a los cerca de 500
miembros del Metro. El objetivo de la ofensiva paramilitar es quitarle el
territorio que le queda a ese bloque y, de paso, matar a su comandante».
Tomado de "La cacería de 'Doblecero'", verdadabierta.com, 29 de sep-
tiembre de 2003, en <http://www.verdadabierta.com/web3/nunca-mas/
asesinatos/periodistas/301-la-caceria>
Comienzan los enfrentamientos en Medellín, nos matan a los
líderes. Bueno, esto se agravó ahora hace como cuatro meses
cuando las AUC de alguna forma deciden que nosotros nos
declaramos en disidencia, porque no habíamos hablado del
problema del narcotráfico en las AUC.
A mitad del año 2001, ¿sí fue como a mediados de 2001?,
Carlos Castaño sale diciendo que él renuncia porque las
AUC se volvieron un cartel del narcotráfico48. Ahí fue que
empezamos a hablar del problema, comenzamos a decir:
"sí, eso se volvió un problema por esto, esto y esto". Como
a los tres meses sale Castaño a decir: 'las AUC ya no son
narcotraíicantes, ya hicimos un compromiso que ya nadie es
narcotraficante"49. Y nosotros sabemos que no hay ni ex pu-

78 48 «[...] Un sorprendente mensaje de renuncia del jefe de las Autodefensas


ALDO Cívico Unidas de Colombia (AUC), Carlos Castaño, apareció ayer miércoles en
~~ su página de internet, en el que pide a sus compañeros respetar las insti-
tuciones del Estado. Hasta el momento no ha habido confirmación oficial
de los paramilitares. El breve comunicado dice: "Compañeros de causa,
somos en las A U C amigos y respetuosos de las instituciones del Estado.
Este principio es inviolable: Respétenlo. Renuncio irrevocablemente a mi
cargo otorgado por ustedes. Carlos Castaño. A mis compatriotas, con el
hilo que nos dan tejemos, cuando tejemos"». Tomado de "Presunta renun-
cia de Castaño crea incertidumbre", articulo recopilado de las agencias
AP/EFE, en <http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2001/06/01/
hoy/mundo/145279.html>
49 «[...] "Con todas las dificultades esperadas, nuestra campaña de abolición
de las prácticas innecesarias del narcotráfico por parte de algunos inte-
grantes de las autodefensas, avanza satisfactoriamente. Ahora hace falta
un gesto de su parte, en el sentido de que algunos amigos comunes, no
más de tres, dicen que solo esperan la autorización suya, para cerrar ellos
algunas actividades que más obedecen al narcotráfico en particular, que a
finanzas de él para la autodefensa. Es importante entonces que usted los
sume a este proyecto de futuro y de vida, que sin su ayuda no lo habría-
mos llevado al punto de hoy, ni alcanzaríamos la meta plena. Siempre
supe de su sensatez y su sensibilidad humana, y entiendo la obligación
que hubo, en su momento, de imponer el pragmatismo y la necesidad
militar sobre el interés personal. Como lo siento ausente, entiendo que lo
tas, ni ex maricas, ni ex narcotraficantes; el que es narcotra-
ficante lo es de por vida. "No, es que yo soy un ex corrupto"
(risas). El que es corrupto es corrupto. Que yo soy un narco-
traficante retirado, de eso no hay, el que es narcotraficanté
hace de eso una forma de vida, aunque puede haber excep-
ciones. Cuando Carlos dice: "ya no somos narcotraficantes",
entonces nosotros le dijimos: "si ellos ya no son narcotrafi-
cantes, nosotros tampoco somos de las AUC y nos declara-
mos en disidencia y prácticamente nos dedicamos a buscar
una autonomía, una independencia al interior y al exterior
de las AUC".

La estrategia mañosa
Cuando ellos relanzan la extradición y luego el gobierno
Uribe les propone negociar, los narcos del cartel del norte del 79
Las g u e r r a s
Valle, en cabeza de don Berna y de toda esta gente que prác- de "Doblecero"
ticamente ya estaban apoderados de las AUC, ven la oportu-
nidad de oro de concretar sus máximas aspiraciones. ¿Cuáles
son sus máximas aspiraciones?: lograr la inmunidad de sus ca-
pitales, lograr la impunidad para sus delitos y sus problemas
jurídicos y poder disfrutar de sus tierras, de sus capitales, de
sus cosas. Ellos saben que para poder disfrutar de la inmuni-
dad y de la impunidad necesitan tener un control político, y
si no tienen ese control político, el gobierno les puede firmar
lo que sea aquí y pasan dos o tres años y otro gobierno se los

estoy interpretando correctamente, [...]Somos Castaño y como hermanos


llegaremos juntos por el bien de nuestros hijos, y sacaremos adelante a
quienes se dejen ayudar, ojalá sean todos".» [Carta de Carlos Castaño a
su hermano Vicente, fechada el 29 de noviembre de 2003].» Tomado de
"Con esos amigos...", revista Semana, agosto 9 de 2008, en <http://www.
semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=l 14344>
tira pa'trás. Entonces ellos a lo que están apuntándole ahora
es a ganar tiempo, entregando de forma gradual la tropa, ga-
nado tiempo para seguir con lo que vienen haciendo desde
hace tiempo: corromper la frágil democracia colombiana;
corromper la clase política colombiana, o mejor dicho, co-
rromperla no, terminar de corromperla por medio de una
estrategia que es la misma de Pablo Escobar Gaviria: o plata
o plomo, ¿usted qué quiere? Si quiere plata, tenga plata, pero
si no quiere plata, entonces lo mato. La misma estrategia de
la mafia, que consiste en que, si no se deja corromper, lo des-
truyo, lo que no pueda comprar, lo destruyo. Entonces ellos
están tratando desde lo local, desde lo regional, de encontrar
espacios en lo político: poder político, corrupción, ir creando
unos feudos territoriales donde se puedan esconder y donde
le puedan correr a la justicia colombiana y a la justicia esta-
ALDO CÍVICO dounidense.
En el norte del Valle, por ejemplo, hay municipios com-
pletos que son de una persona o dos. El norte del Valle es
de Diego Montoya50 y de "Rasguño"51: Diego Montoya tiene

50 «"Don Diego" se vinculó a la actividad del narcotráfico en los años 90


cuando empezó a trabajar en las actividades ilícitas de la mano del capo
Iván Urdinola, de quien heredó la jefatura del cartel del norte del Valle, y
con Juan Carlos Ramírez, alias "Chupeta", capturado en los últimos meses
en Brasil [septiembre de 2007]. La.zona de influencia de su organización
eran los municipios de Zarzal, Cartago, Tuluá, Trujillo y Riofrío en el
centro y norte del Valle del Cauca.» Tomado de "El jefe del cartel del
Norte del Valle, era uno de los diez hombres más buscados del mundo",
Equipo Nikzor, en <http:/Avww.derechos.org/nizkor/colombia/doc/die-
go3.html> [ver nota 39].
51 «[•••] Cuando tenia tan sólo 28 años, en 1986, [Hernando] Gómez Bus-
tamante era un simple empleado de una gasolinera. Su nombre estaba
reportado en la central de deudores morosos y no tenía ninguna propie-
dad. Tan sólo dos años más tarde, en 1988, su capital declarado era de
5.600 millones de pesos. Se escudó con la fachada de ser u n próspero
cinco municipios en donde todas las fincas son de ellos, to-
das, todas, son casas que les han comprado a los campesinos
y todos los que ocupan las casas son trabajadores de Diego
Montoya. Y ese es el problema del que hablábamos, esa es la
estrategia de Diego Montoya para escondérsele al gobierno
colombiano y a los gringos pero ¿en dónde está la gente que
vivía en esas casas? Pues en las grandes ciudades. Y ni tenien-
do la plata volverían a comprar eso porque mientras ellos
vivían ahí esa tierra tenía un valor, luego de que ya la compró
un mafioso, ¿cuándo esos mafiosos vuelven a venderle eso a
los campesinos?: nunca. El Estado colombiano tiene una for-
ma de reciclar los bienes de los narcotraíicantes, de decomi-
sárselos, para luego, por medio de la corrupción, vendérselos
a los mandos medios de los mandos corruptos del gobierno
y luego estos volvérselos a vender a otro narco emergente y
así eso se va reciclando, se va reciclando. Las g u e r r a s
de "Doblecero"
En el momento en que un campesino vende su tierra,
vende su parcela, en este estado de cosas no vuelve a ser pro-

ganadero, lo cual le sirvió para despistar a las autoridades y camuflarse en


la sociedad vallecaucana. Para ese momento, en el mundo de la mafia ya
era conocido con el alias de "Rasguño" y muchos sabían que su repentina
fortuna la había conseguido convirtiéndose en la mano derecha de José
Orlando Henao Montoya, uno de los miembros del "clan Henao", una
poderosa organización del narcotráfico en el norte del Valle en los años
90. Tras el asesinato de Henao, el 5 de noviembre de 1998, "Rasguño"
quedó al frente del cartel y fue consolidando su poder hasta ser el jefe de
lo que hoy se conoce como el cartel de esa región. [...] En junio de 2004
fue arrestado cuando intentaba entrar a Cuba con un pasaporte falso.
Hace un mes [febrero de 2007] las autoridades cubanas lo deportaron y
está preso en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, a la espera de
ser extraditado hacia Estados Unidos. Desde allí "Rasguño" encendió el
ventilador.» Tomado de "El computador de 'Rasguño'", revista Semana,
24 de marzo de 2007, en <http://w\\ r w.semana.com/\vf_IrifoArticulo.
aspx?idArt=101703>
82
ALBO CÍVICO

Laboratorio para procesar cocaína en Lis selvas del Catatiimbo.


Foto Salud Hemández-Mora.

pietario nunca, mientras no haya un análisis profundo del pro-


blema de tenencia de la tierra, mientras no haya una reforma
agraria integral, una redimensión del campo colombiano, con
una cantidad de cosas, con apoyo extranjero, es que la econo-
mía agraria en Colombia será inviable toda la vida. Mientras
no se refinen muchas cosas y no se entre a hablar lo del apoyo
internacional basado en el desmonte de los subsidios agrícolas
de los países desarrollados o mientras nos se hable de sistemas
arancelarios preferentiales para los países andinos, para los
países productores de coca o algo así...
Pues hay que hablar las cosas, eso es de hablar y hablar
y llamar a a las cosas por su nombre y de buscarle la solución
real a los problemas y no andar pensando en la corrupción.
Estos personajes lo que quieren es de alguna forma en-
tregar una tropa que ellos compraron, entregar una tropa
que no ha sido de ellos nunca, que la han utilizado con una
ideología y con un discurso pa' que les salga barata, para enri-
quecerse ellos, más para generar problemas sociales que para
ayudar en la paz. Del año 2000 para acá las AUC no volvieron
a pelear con la guerrilla; las AUC y los narcos de las AUC le
compran la base de coca a la guerrilla, le venden los insumos
químicos a la guerrilla, comparten áreas, mejor dicho, es que
83
el cartel del norte de Valle siempre fue socio de las Farc. Las guerras
de Doblecero
Ahora, en la medida en que el cartel del norte del Vallé
se ha apoderado de la AUC, las AUC de alguna forma han
pasado a ser socios de las Farc en su narcotráfico por inter-
medio del cartel del norte del Valle. Narcotráfico con una
pata en la derecha y una pata en la izquierda, pero ese es el
fenómeno. Ese es el fenómeno que por un lado está despla-
zando a los campesinos por medio de las Farc y por otro lado
está desplazando a los campesinos por medio de comprarles
la tierra; por un lado está generando problemas sociales por
el lado del narcotráfico de las Farc y por otro lado está ge-
nerando problemas sociales por parte del narcotráfico de las
AUC; es lo que uno dice: el narcotráfico es el motor del con-
flicto, genera un círculo vicioso de violencia, narcotráfico y
corrupción. Son interdependientes y se retroalimentan pero
el motor es este, este es el motor.
El Estado colombiano no ha entendido que no hay nar-
cos buenos y no hay narcos malos, hay simplemente narcos. El
Estado y el Ejército colombiano piensan que los narcos malos
son los narcos de la guerrilla, porque los narcos de la guerrilla
invierten la plata en comprar bombas, municiones y matar
soldados y policías. Y que los narcos de las autodefensas son
narcos buenos porque la plata no la invierten en matar poli-
tías sino en comprarlos pero sí invierten la plata en generar
más crisis social que termina de alguna forma apoyando los
intereses estratégicos de la guerrilla. Lo que está pasando en
Colombia es que tanto las narco AUC como el Estado están
apoyando los intereses estratégicos de la guerrilla. Porque las
AUC están generando la contra reforma agraria y están sem-
brando de miseria e injusticias el campo colombiano por estar
promoviendo cultivos ilícitos, por generar economías ilícitas
ALDO CÍVICO que crean un falsa economía que no permite que la economía
colombiana se siente y crezca realmente. Y el Estado colom-
biano anda generando esto mismo, apoyando el planteamien-
to estratégico de la guerrilla, sacando la financiación de la
guerra a la clase media y además la oligarquía colombiana es
una oligarquía vendedora y prestadora de bienes de consumo
masivo, recicladora de la plata del narcotráfico.
La oligarquía colombiana es la principal interesada en
que el narcotráfico no desparezca porque le interesa que haya
un capital fluctuante y flotante de dineros ilegales en manos
de la clase media y del pueblo colombiano para ellos venderles
bienes y servicios de consumo masivo, baratijas, una cantidad
de cosas, captar esos recursos y sacarlos del país, no reinvertir
esos recursos en generar industria y progreso. Ese es el pro-
blema aquí, esta oligarquía que no genera empleo, no genera
industria, no genera una economía sólida, es que aquí toda la
economía está basada en el narcotráfico. Porque la oligarquía
prefiere reciclar esas platas, las captan y las sacan, hacen so-
ciedades con los españoles, con los dominicanos, con todo el
mundo y van esas platas pa' fuera y no reinvierten porque no
creen en el país, entonces uno entra a mirar que aquí se nece-
sita replantear la función social de la propiedad privada, o sea,
hay que tener la propiedad privada pero mientras cumpla una
función social, la función social del capital.
Aquí hay que reformar cosas, la reforma agraria, la rein-
vención del campo colombiano, los partidos políticos, los
partidos políticos en Colombia no existen, aquí hay que rein-
ventar los partidos políticos porque imagínate que los partí-
dos políticos no están ni tan siquiera tocando los problemas
cruciales de la sociedad colombiana. Aquí toca preguntar:
¿cuál es la propuesta de equis partido para salir de la crisis
social y económica que está viviendo el país para evitar que
haya un estallido social?, porque es que un estallido social
aquí, aquí no aguanta, a eso es a lo que le juega la guerrilla, a
una crisis social bien berraca.
La guerrilla ahora está replegada en Venezuela, en
Ecuador, en Brasil y está esperando que entre las narco AUC,
entre el Estado y entre la oligarquía acaben de hacerle el tra-
bajo a ellos, el trabajo de generar una crisis social, de que
haya un estallido social para ellos llegar desde las fronteras y
llegar a capitalizar eso. Con unas narco autodefensas desmo-
ralizadas, el Ejército desmoralizado, una oligarquía que va a
salir huyendo porque ya tiene todos los capitales en el extran-
jero, porque nunca ha creído en el país, porque no confian ni
en ellos mismos.
Con una sociedad desesperanzada que va a pensar que
con Alvaro Uribe y Fernando Londoño hicieron lo máximo
que se podía hacer en contra de las guerrillas y van entrar
los guerrilleros a aparecer como la solución o el mal nece-
sario o alguna cosa por el estilo. Es que la cosa es delicada y
como nosotros las narco AUC (nosotros no), las narco AUC,
el Estado y la oligarquía estamos todos trabajando para el
estallido de la bomba social.

"No negociamos con Uribe"


Bueno, no es que seamos muy pesimistas, pero eso es lo que
uno ve. No hemos querido entrar a negociar con el gobierno
de Uribe porque el gobierno de Uribe se basa en que todo
anda bien, en que están ganando la guerra, en que la econo-
mía está bien, en que todo anda bien y todo no anda bien. Se
están haciendo una visión que no concuerda con la realidad.
86
ALDO C m c o Nosotros pensamos que para salir de la crisis social el
Estado colombiano necesita reformar las estructuras políticas
y económicas de manera que se pueda crear un esquema de
largo plazo, una estrategia estatal de largo plazo que restrin-
ja, temporalmente, durante un periodo determinado, la pro-
piedad privada a cumplir con una función social, a que haga
una reforma agraria, una reforma educativa, y que reforme
los pártidos políticos. De manera que hasta que la economía
colombiana y el Estado y la educación no se pongan al nivel
de otros países del mundo que se pueden considerar como
• un poco más desarrollados, no se pueden levantar estas res-
tricciones; es como una combinación... un estado socialista
temporal, hasta que no se cumplan ciertas condiciones socia-
les en el país porque nosotros, con esta falta de cultura, con
esta falta de educación, con esta inmadurez política, con esta
economía, no seremos capaces de soportar un libre comercio
o un capitalismo rampante, un mercado libre de oferta y de-
manda, nosotros no estamos en capacidad de eso, pensamos
aquí. Para eso hay que reformar las estructuras, pero no es a
punta de plomo, no es con las armas, las armas sólo generan
más problemas y más violencias.
Nosotros decimos que tenemos estas armas porque está
comprobado que hay intransigencias, intransigencias de los
narcos de la derecha, intransigencias de los narcos de la iz-
quierda y mientras dentro de ese conflicto no se dé una ma-
duración política, de que todos los que estamos armados nos
convenzamos de que las armas no son el camino. Claro que
no falta el que dé ejemplo, "desmovilícese usted primero"
(risas). ¿Sí o no?
Ese es más o menos el cuento de nosotros.

E L BLOQUE METRO Y EL BLOQUE de "Doblecero"

CACIQUE NUTIBARA

Te voy a explicar qué es el Bloque Cacique Nutibara52. Resulta


que Pablo Escobar descubrió que los jóvenes de las comunas

52 «[...] La imagen de Diego Fernando Murillo, alias "Don Berna" gravita-


ba en el Valle de Aburré como un poderoso jefe del crimen organizado.
Cuando este empieza a vincularse directa y abiertamente a las Autode-
fensas Unidas de Colombia, abrazado por Carlos y Vicente Castaño, en-
tonces empieza una guerra en Medellín. entre dos facciones paramilitares.
Parte del acuerdo que había conducido al ingreso de "don Berna" a las
AUC era su control hegemónico de Medellín, a través de un bloque que él
• acababa de crear y que se llamaba Cacique Nutibara. "Doblecero" nunca
estuvo de acuerdo con la entrega de franquicias y menos con el asunto
de fondo que era la financiación a su lucha con el narcotráfico.» Tomado
de César Molinares, "Bloque Cacique Nutibara", verdadabierta.com, en
<http://www.verdadabierta.eom/web3/victimarios/los-bloques/415-blo-
que-cacique-nutibara->
de Medellín eran un ejército potencial, porque eran hijos de
los campesinos que habían sido desplazados de la violencia
del campo, personas muy humildes y con una gran rebeldía
por cuenta de las condiciones que la sociedad de consumo
les estaba generando, por la presión del consumismo que les
decía a los jóvenes de las comunas: "si ustedes no tienen una
moto, si no tienen unos tenis de marca, si no se visten de tal
forma, si no tienen una novia de pelo amarillo y senos de sili-
cona, y si no tienen un carro así y así, ¡ustedes no son nada"!
Pablo Escobar encontró la forma de canalizar toda esa
represión social y toda esa rebeldía de la juventud en utili-
zarlos en violencia. Él tenía lo que los jóvenes necesitaban:
plata. ¿Y a cambio de qué? A cambio de prestar sus servicios
a los narcotraficantes como sicarios, como mercenarios,
gg como matones. Escobar logró voltear los valores sociales en
ALDO CÍVICO Medellín, y en la comuna de Medellín, y generaron una can-
tidad de bandas de sicarios.

"Las oficinas" de Escobar


En esa época las bandas dé sicarios de Pablo Escobar eran los
Priscos, "Popeye", 'la Kika", "Taison", una cantidad de jefes
de sicarios, y se creáronlas que se llamaron 'las oficinas". Esas
oficinas eran inventos de Pablo Escobar, eran prácticamente
como las fiscalías o los jueces de los narcotraficantes. Los nar-
cotraficantes tienen unas leyes no escritas, unos reglamentos
no escritos de cómo dirimir todos sus problemas económicos
y todas sus querellas y en estas oficinas solucionaban todas
esas cosas. Por ejemplo, un narco mandaba un cargamento a
Estados Unidos y ese cargamento por culpa de "equis" o por
culpa de "ye", fracasa, y entonces el responsable de eso tiene
que pagar; este narco iba a la oficina y denunciaba al culpable
de perder el cargamento, y la oficina entraba a cobrarle a este
la responsabilidad de la pérdida del cargamento (ellos lleva-
ban un porcentaje, entre el 30 y el 40 por ciento del monto de
la transacción). De eso viven las oficinas.
Muerto Pablo Escobar, don Berna asume el control de las
oficinas de Medellín, Envigado, Itagüí, Sabaneta, La Estrella,
Bello, y así, ¿cierto? Son varias oficinas controladas todas por
don Berna. Ahora, la única banda de Pablo Escobar que no fue
destruida por los Pepes, fue la banda de La Terrazá53, porque
la banda se le entregó a los Pepes. Era una tenebrosa banda
del sector del barrio Manrique. Muerto Escobar, don Berna
quedó con el control de esa banda y en el momento en que
este se convierte en el jefe de las AUC, a esa banda le cambian
la razón social y la convierten en Bloque Nutibara. ^
Las g u e r r a s
de Doblecerc
-En qué año pasó esto? ' "
-Hace qué, ¿por ahí dos años? [se refiere a 2001] Sí. O sea
que el Bloque Cacique Nutibara es prácticamente la banda de

53 «[...] La Terraza es la banda más grande, organizada y tenebrosa de Me-


dellín, conformada por unos 300 hombres, entre ex milicianos, delin-
cuentes y ex policías. Según las autoridades, este grupo tomó su nombre
de un salón de billares del barrio Manrique, de la comuna nororiental de
esta ciudad, en donde cometió sus primeros actos delictivos. Se hizo fuer-
te cuando el difunto jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria,
empezó a utilizarlos en su organización y a pasarles mensualmente una
cuota de dinero, independientemente del trabajo que realizaran en ese
tiempo. Los miembros de esta banda empezaron a trabajar después con
el cartel de Cali, cuando éste comenzó su guerra contra Escobar Gaviria,
para Majaca (Muerte a jaladores de carros) y para los Pepes (Perseguidos
por Pablo Escobar), el grupo conformado por los hermanos Castaño Gil
y los narcotraíicantes de Cali.» Tomado de "La poderosa banda de-La Te-
rraza", diario El Tiempo, Bogotá, 13 de enero de 2000, en <http://www.
eltiempo.com/archivo/documentoAÍAM-1290107>
La Terraza, que siempre estuvo al servido del narcotráfico
en Medellín, en el momento en que don Berna pasa a ser jefe
de las AUC entonces a La Terraza le cambian el nombre por
Bloque Cadque Nutibara, BCN. Esta gente les hace el traba-
jo sudo, son los encargados de controlar a las otras bandas
de Medellín, que tenía unas 200 bandas. Por eso era la banda
más tenebrosa de todas.

La guerra por Medellín y algunas verdades


¿Por qué fue el conflicto de nosotros con la banda.La Terraza,
con don Berna y con el Bloque Nutibara? Porque entramos a
las comunas con una visión de combatir a las guerrillas pero
al mismo tiempo de hacer trabajo político y sodal con estos
jóvenes.
9Q ¿Cuál era nuestra idea? Decirles a los jóvenes no se de-
ALDO Cmco jaran utilizar por el narcotráfico, "sean consdentes y sean
protagonistas de su propio destino, no se conviertan en una
estadística más de la violenaa, generen procesos de desarro-
llo, generen procesos políticos, generen procesos de derta
cultura, generen procesos de maduradón política", y eso fue
lo que generó este conflicto con el Cadque Nutibara que ya
algunos jóvenes de las comunas no querían dejarse utilizar
• por los narcos, sino que ya querían generar procesos de de-
sarrollo comunitario en las zonas, eso fue lo que nos generó
ese problema en Medellín.
Cuando nosotros entramos a Medellín, en el año
2000 más o menos, las bandas estaban manejadas por La
Terraza, pero no tenían estructuras políticas ni militares,
eran mariguaneros, sicarios. Ellos no tenían interés en el
trabajo político y organizativo, nosotros, como Bloque
Metro, comenzamos a trabajar con estas bandas buscando
a ver qué era recuperable. Y una vez hicimos un trabajo po-
lítico y pusimos todas esas bandas a pelear con la guerrilla,
con las Farc y el ELN. Y alguien le dice a don Berna: "ojo,
don Berna, que el Bloque Metro le está quitando a usted
el control de los jóvenes de Medellín, le está quitando el
control de los barrios y si el Bloque Metro le quita usted el
control de Medellín, equivale a quitarle el control del poder
electoral de toda la comuna de Medellín, que eso usted lo
va a necesitar más adelante".
Es en ese momento cuando le cambian la razón social a
La Terraza, matan al jefe de La Terraza (al jefe de la Terraza
no le gustaba nada la idea de tener que organizarse). Don
Berna necesitaba crear ion bloque que pudiera competir con
nosotros, que pudiera hacer trabajo social y meterle algo de
organización y de ideología a estos jóvenes, y consiguió un...
¿cómo se llama eso?, un equipo de sociólogos y de psicólo- Las guerras
de "Doblecero"
gos y de gente que le mostrara una cara diferente a lo que
era La Terraza; ellos tienen su proyecto político montado en
Medellín y hacen reuniones y muestran una cara política, de
alguna forma.

-El bloque que entra en Medellín en el año 2000, ¿era él mis-


mo que entra en el oriente antioqueño? Me gustaría hablar un poco
de cómo funciona esa dinámica y, si es posible, compararla con
lo que pasó en Granada, [oriente antioqueño] que es el proce-
so que conozco mejor. Porque me han contado que la presencia de
los paramilitares en Granada llega desde Santuario, y comienzan
los asesinatos selectivos de supuestos colaboradores de la guerrilla.
Empiezan los retenes en el alto del Palmar y después sucede la ma-
sacre de noviembre de 2000. ¿Cómo es su estrategia de guerra, qué
pretendían hacer?
-El intento era más o menos el siguiente: la guerrilla
tenía sus grupos en el núcleo poblacional, sus estructuras mi-
litares, sus bloques y sus frentes. Pero controlaba sus grupos
poblacionales por medio de ciertas personas que estaban in-
filtradas dentro de la población civil, los milicianos, encarga-
dos de mantener el terror dentro de la población civil; esos
son los milicianos.
La estrategia inicial era ubicar por medio de inteligencia a
los milicianos, darlos de baja, romper ese círculo de terror, qui-
tarles el apoyo de la población civil y luego entrar a combatir al
grupo armado. Esa estrategia incluía dar de baja a los milicia-
nos y había varias formas: caerles hasta bien adentro y darlos
de baja, o eliminarlos, pues, cuando dieran la oportunidad.

-¿Y qué pasó en noviembre de 2000?


- E n el casco urbano de Granada el control lo tiene,
lógicamente, el Estado, y muy pegados a la Policía había
varios milicianos y teníamos que entrar y retirarlos y los mi-
licianos no se retiraban de donde estaba la Policía. Entonces
un comandante nuestro decidió entrar hasta el casco urba-
no de alguna forma, en contra de la voluntad de la Policía
y, en frente de ellos, eliminar a esos milicianos que estaban
ahí. ¿Qué sucedió? Entró una tropa y se presentó un enfren-
tamiento con la Policía, realmente dieron de baja a varios
milicianos, pero también, en el fuego cruzado, cayeron va-
rias personas que no tenían nada que ver con eso. Eso fue...
yo diría que un error, porque se entró, se dieron de baja
algunos milicianos, pero se presentó un enfrentamiento
con la Policía donde también cayó una cantidad'de gente y
entiendo que entraron en pleno día. Eso fue lo que sucedió.
¿Cuántas personas fue que murieron?
-Diecinueve.
-Sí, eso fue así, eso fue lo que sucedió allá. La idea no
era esa, era dar de baja como a siete u ocho milicianos que
estaban ahí pegados de la Policía. El comandante se metió a
matar a los milicianos y se presentó ese problema.

-¿Se disfrazó de guerrillero.''


-Sí.

-Me interesa saber si la elección de la entrada es parte de la


metodología. Todos los informes sobre los paramilitares son recono-
cidos por el exceso de violencia, y no creo que sea casualidad.
-Realmente hay... cuando la presencia... es como una
especie de contraterrorismo, es una forma de contraterroris-
mo. Es más o menos lo que yo te explicaba ahora de Pablo ^
Escobar. La imagen de Pablo Escobar generaba un terror Las g u e r r a s
de " D o b l e c e r o "
psicológico en medio de toda la población, de alguna forma
había que buscar y había que imponerle otra imagen y otra
presencia, que de alguna forma generara una neutralización
del terror de Pablo Escobar.
Como estamos aquí hablando verdades, vamos a hablar
verdades, o sea todas... Después de decir tantas verdades no
nos vamos a poner a decir mentiras, para desvirtuar todo. En
algún momento... en algún momento de la guerra, en algún
momento del conflicto hay que hacer contraterrorismo, ese
contraterrorismo va enfocado hacia la mente de las personas
en la medida en que la mente de las personas está llena hasta
aquí de terror de la guerrilla. Lo que se busca es que de algu-
na forma hay otra fuerza que está en capacidad de disputarle
ese dominio a la guerrilla, de sacarle el terror a la guerrilla,
es una demostración de fuerza, una demostración de poder,
que normalmente se tiene que dar en la fase inicial. Porque...
quienes inclinan la balanza en el conflicto, la población civil,
se mueve y mueve la balanza por medio del terror que la
guerrilla ha generado en las mentes de las personas, en un
momento determinado se tiene que producir un desbalance,
que si bien es cierto no se quede grabado en la mente de la
gente, que sea más terrorista que la guerrilla, pero sí logre
demostrarle a la gente que hay otra fuerza que está en capa-
cidad de disputarle ese poder a la guerrilla.
Es una forma de hacer contraterrorismo. Pero eso se da
en la fase inicial.

-¿Tanpronto como entran?


-Sí, en la fase inicial, y eso hay que reconocerlo, eso se
da en la fase inicial para demostrar poder.
Para demostrar que hay otra fuerza que puede disputar-
les esa capacidad que ellos tienen, pero eso no es constante,
eso se da sólo en la fase inicial y luego se va disminuyendo
hasta que desaparece completamente. Pero eso no es una
cosa casual, eso es algo premeditado, está dentro de la estra-
tegia de la guerra, de que hay que entrar duro para impactar
de alguna forma.
Es que, realmente, los que estas guerras buscan, lo que
define esta guerra, es cómo ganarseTaia, población civil y a la
población civil definitivamenre? se la gana con una estrategia
del bueno y del malo, de zanahoria y garrote. Hay que mos-
trarle el garrote y después hay que mostrarle la zanahoria,
¿cierto? Porque si uno llega compartiendo dulces al campe-
sino le da más miedo el otro, o sea, que entre el fusil de un
guerrillero y un dulce el campesino se va por el fusil, enton-
ces inicialmente hay que mostrarle otro fusil.
Cuando ya se haya neutralizado el otro fusil, ya se le
ofrecen los dulces o el trabajo político o el trabajo social.
Pero lamentablemente en esta guerra si uno quiere sacar a
los guerrilleros, una guerrilla que lleva ahí ejerciendo el te-
rror dentro de la población civil durante mucho tiempo, en-
tonces hay que hacer asíS4.
Esa estrategia es muy efectiva con las Farc, pero con los
"elenos" es diferente porque el ELN no ejerce tanto terror
sobre la población civil, y al no hacerlo, a usted le toca más
duro, o sea, es más difícil. Con los elenos hay que entrar dife-
rente, al ELN hay que ganarle la población civil nivelando y
después de nivelar..., mejor dicho, el que sea capaz de cazar
al otro, es como un juego del gato y el ratón con ELN, pelear
con el ELN es más difícil que con las Farc, porque las Farc
dominan a la población civil por medio del terrorismo y es fá-
cil crear un impacto inicial por medio de contratérrorismo y
después entrar a demostrar que ellos son más malos que uno
y ganarse el apoyo de esa población civil; con los elenos es
más difícil porque con el eleno hay que buscar cómo se gana

54 «Las masacres aparecieron a mediados de los ochenta como una forma de


intimidación de los paramilitares en poblaciones bajo el control territorial
de la guerrilla en zonas como Urabá, el Magdalena Medio y el Meta. A
mediados de los noventa reaparecieron por todo el país como un sello de
la presencia y barbarie de los paramilitares. El grupo de Memoria Histó-
rica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación estableció
un registro de 2.505 masacres en Colombia, ocurridas entre 1982 y 2007,
con un saldo de 14.660 víctimas. Una de las primeras masacres que sa-
cudiría el país, atribuida a paramilitares, fue la ocurrida el 6 de octubre
de 1988 contra 17 comerciantes de Ocaña que transportaban mercancías
de contrabando de Venezuela a Puerto Boyacá, en el Magdalena Medio.»
Tomado de "Masacres: la ofensiva paramilitar", verdadabierta.com, en
<http://www.verdadabierta.com/web3/nunca-mas/masacres/202-ma-
sacres-el-modelo-colombiano-impuesto-por-los-paramilitares->
a la población civil pero sin llegar impactando, mejor dicho
es como demostrar que uno es mejor que ellos.

-Y cuando ustedes hablan de nivelar, ¿qué acciones ejecutan?


-Hay que llegar así como llegan ellos, por las buenas, y
eso es un trabajo de tiempo, de tiempo y presencia, demos-
trándole a la gente que lo que dicen ellos de nosotros es falso
y no jodiendo a la gente.

-¿Es más un trabajo de contrainformación?


-Sí, pero uno tiene que reconocer que el contraterroris-
mo sí se da en la fase inicial; lamentablemente, o uno hace el
contraterrorismo o el muerto es uno.

Entonces se sustituye el terror impuesto por las Farc, con un


ALDO CÍVICO terror impuesto por los paramilitaresi'
& -Temporalmente. Es una estrategia de choque. Así es.

-Me puedo imaginar que estafase inicial la comandan algu-


nas personas que después se sustituyen, ¿o no?
-Sí, claro. Es el juego del bueno y del malo. Porque es
que fíjate que, de alguna forma, si se queda la misma perso-
na, ya la gente queda con la imagen, esa imagen, sea como
sea la guerra también incluye manipulación, la manipulación
de decir: "no, es que ese era el malo", y entonces a ese lo sa-
camos y lo mandamos sancionado y diciendo: "ese tipo hizo
cosas que no estaban de acuerdo con nuestra ideología...",
pero realmente.es algo premeditado.

-Estuvimos hablando un poco de la metodología, de la estra-


tegia. En este sentido, ¿el desplazamimto es una consecuencia?
- E n esta zona es una consecuencia, es un efecto por
cuenta de la confrontación, no es que haya ésa idea de des-
plazar a los campesinos; ojalá los campesinos no se tuvie-
ran que desplazar. En otras regiones sí es una estrategia, sí
puede haber detrás del desplazamiento una estrategia para
comprarles la tierra a los campesinos55. Pero, en lo que a
nosotros respecta, es un efecto de la confrontación, el cam-
pesino se sale porque hay un enfrentamiento, porque hay
unos combates, unas acciones armadas en la zona, es sólo
una consecuencia, no una estrategia. Ojalá que el campesi-
no... es que la salida del campesino le genera mucho estrés,
estrés es la palabra, pero es que también ¿cómo se queda?
Porque es que la violencia pasa, la violencia llega y pasa,
pero en esa circunstancia el campesino queda en medio de
dos fuegos. El campesino sale temporalmente y luego re-
gresa, de alguna forma regresa, y regresa teniéndole más
amor a la tierra porque hay un sufrimiento mientras están
hacinados en una escuela o están hacinados en un pueblo,
el campesino de alguna forma le coge más aprecio a la tie-
rra, eso es lo que sucede más o menos en estas tierras del
oriente.
El conflicto con los narcotraficantes es en parte por
eso, por no permitir que los narcotraficantes vengan a ex-

55 «[...]entre 1995-2005, la guerrilla aparece como el principal actor ex-


pulsor (43% a 52%); los grupos paramilitares ocupan el segundo lugar
(41,6%) y las Fuerzas Armadas el tercero (entre 1,1% y 4,8%) [...] el
.87% de los municipios han registrado expulsión de la población, el 71%
han sido receptores; además, se calcula que alrededor de 4,8 millones de
hectáreas han sido forzosamente abandonadas.» Tomado de Marta Inés
Villa, "Desplazamiento forzado en Colombia: El miedo: un eje transversal
del éxodo y de la lucha por la ciudadanía", verdadabierta.com, en <http://
www.verdadabierta.com/web3/ntinca-mas/desplazados>
pandir sus fronteras de latifundios en estas zonas y no per-
mitir que vengan a comprarles la tierra a los campesinos.
Si el campesino en el oriente se desplaza, por ejemplo en
Granada, o en Cocorná, o en San Luis, el campesino sabe
que apenas pase la arremetida violenta, apenas pase la gue-
rra, o pase el chaparrón, el campesino vuelve y encuentra
sus parcelas y vuelve otra vez a su tierra pero no pasa lo que
pasa en otras regiones que se tapan los narcos comprando
eso y amenazando.

-¿Ypodríamos reconstruir la historia del Bloque Metro, en


particular, cuándo se creó, por quéi
-Nosotros comenzamos en el 98, cuando vemos que
las diferencias ideológicas con las AUC son insalvables,
que realmente ellos han cogido el camino del narcotráfico
98
ALDO CÍVICO y> que según nuestro punto de vista, no conduce a la paz,
sólo conduce a ahondar más los conflictos y la crisis social.
En ese momento nos venimos pa'l oriente y el nordeste de
Antioquia, que estaban en poder de la guerrilla y comen-
zamos a crear las estructuras del Bloque Metro. En el año
2000 se presentan los primeros roces con las AUC, cuando
las AUC deciden venderle el Bloque Metro a los narcotra-
ficantes y luego en el 2001 nos declaramos en disidencia y
luego en mayo de 2003 ya las AUC nos declaran la guerra,
que para nosotros es una guerra de independencia poique
pese a que nos están agrediendo, eso nos sirve para marcar
unas diferencias y hablar de las diferencias de una forma más
abierta porque antes no se podía hablar eso por cuestiones
de lealtad y compañerismo con las AUC; pero esos lazos de
compañerismo y lealtad con las AUC en medio de esta gue-
rra se van deteriorando ostensiblemente.
-¡Yahora cuál es el territorio que controla el Bloque Metro?
-Estamos en el nordeste y en el oriente de Antioquia,
hay algunas zonas donde nos hemos replegado temporal-
mente pero no pensamos dejarles esas zonas a los narcotra-
íicantes por estrategia; ante la concentración de las AUC y
sus arremetidas nos hemos tenido que replegar, pero ellos
no son capaces de sostener esas concentraciones indefinida-
mente, entonces tienen que ir sacando su gente y nosotros
vamos recuperando esos territorios. No pensamos dejar que
lleguen los narcos a que llenen esto de cultivos ilícitos y que
les compren la tierra a los campesinos y los desplacen, eso no
está dentro de nuestros proyectos.

-¿Y los paras que están en Granada son del Bloque Metro?
-No, son del Nutibara.
99
Las guerras
de "Doblecero"
-iPorque se pasaron al Nutibara?
-Sí, algunos se pasaron, nosotros temamos un tipo allá
que se llamaba Roberto, que era un desertor del ELN, y el
tipo estaba al mando de 50 unidades y estaba en la zona de
Granada. A Roberto le hicieron una propuesta económica
para entregarle la tropa al Bloque Nutibara y Roberto nos
traicionó, se pasó para el Bloque Nutibara, entregó la tropa.
Ahora, de los que hay allá, algunos estaban con Roberto pero
hay otros nuevos.

-No hemos hablado de Salvatore Mancuso y me interesa por-


que soy italiano.
-Salvatore Mancuso, sí.

~lQué hay de su historia?


-En la segunda guerra se vinieron unos hermanos
Mancuso para Montería, el uno se llamaba Pascual y el otro
no sé y se vinieron de Italia y montaron un taller en Montería,
un taller de torno, se llamaba Rectificadora Mecánica, Remec,
gente de clase media. Ahí nació "un bello niño" llamado
Salvatore (risas). El bello niño nació y se crió en la clase me-
dia, buen muchacho, y luego se conoció con una muchachita
y eran los mejores amigos en la juventud y luego se casa-
ron y los hermanos de la muchachita tenían algo de plata.
Salvatore estudió agronomía o tecnología agropecuaria y se
fue a hacer un cultivo de arroz en Tierralta. Allá comenza-
ron los guerrilleros a molestarlos y el hombre se unió con
el Ejército, empezó a combatir a la guerrilla hasta el punto
en que se convirtió en un líder antisubversivo. Al hombre lo
reclutamos nosotros parar
las AUC en el año 96 y es una per-
100 sona
ALDO CÍVICO bastante inteligente y bastante hábil, bastante ejecutivo,
bastante dinámico, tiene mucho carisma y lamentablemente
después del 98, en el año 2000, se volvió narcotraficante, ese
es de los casos que no es que haya sido narcotraficante sino
que se convencieron de que el objetivo de nosotros era aca-
bar con las Farc y que había que enfrentarle de alguna forma
a una guerrilla narcotraficante, enfrentarle otra fuerza nar-
cotraficante, entonces Salvatore se volvió narcotraficante y
ahora ha aumentado su capital y ha aumentado su prestigio
pero también han aumentado sus problemas, esa es más o
menos la historia resumida de Mancuso.

-¿Pero él tiene lazos con la mafia siciliana, con el narcotráfic


de Siciliai1
-Yo creo que no, yo creo que no, sería un mentiroso si
me pusiera a afirmar eso, yo creo que no.
101
Los jefes de los paras en las negociaciones de paz. De izquierda a derecha, Las guerras
de "Doblecero"
Salvatore Mancuso, Ramón haza, Ernesto Báez, Vicente Mancuso, Jorge 40 (?)
y Freddy Rendón. Foto archivo El Tiempo.

-Porque el apellido es siciliano, eso creo.


- N o sé, él tiene nexos más bien con el cartel del norte
del Valle y con don Berna, y yo creo que eso es peor que la
mafia siciliana (risas).

-Ya lo hemos hablado pero me gustaría entender un poco más;


¿por qué muchos de los miembros paramilitares fueron antes miem-
bros del Ejércitoi
- N o son muchos, no son muchos, sobre todo en el gra-
do de soldados se da mucho eso, mucha gente que paga ser-
vicio militar y se sale del Ejército y se mete a las autodefen-
sas, pero en los grados superiores no es muy común.
-¿Más como resultado del servicio militar o también se pasan
los soldados profesionales?
-No, más bien los del servicio militar. Por ejemplo, en
estas zonas, los muchachos se van a pagar servicio y están
dos o tres años en el Ejército y luego vienen y piden incorpo-
ración en la organización.

-Ahora, con esta independencia de las AUC, ¿se puede decir


-no sé si es un riesgo o una mutación genética-, que el Bloque Metro
va a ser un nuevo grupo guerrillero, pero de derecha?
- D e extremo centro, un grupo de extremo centro, sí,
sí. Nosotros queremos caminar el camino de pasar de una
organización militar a una organización político militar, para
luego pasar a un partido político clandestino o un grupo po-
lítico armado con miras más adelante a convertirnos en un
102
ALDO CÍVICO partido político que busque alternativas a la crisis y salidas
a la crisis. Es lo que se quiere, vamos a ver hasta dónde nos
dejan llegar.
En este sentido, ¿qué nos diferencia con el ELN?, por-
que por ejemplo el ELN está ahora en un momento donde
dice que sólo las armas no son solución, la salida tiene que
ser política, pero claro, en este momento no podemos en-
tregar las armas. La diferencia es que ellos están atacando la
infraestructura económica del país y son marxistas-leninistas.
Y nosotros no somos ni marxistas ni leninistas ni estamos ata-
cando la infraestructura económica, no estamos de acuerdo
con las voladuras de las torres, con el ataque a la infraestruc-
tura económica, no estamos de acuerdo con el secuestro,
no estamos de acuerdo con sembrar minas quiebrapatas en
forma indiscriminada, yo creo que el ELN tampoco está de
acuerdo con que nosotros matemos colaboradores de la gue-
rrilla. Pero hay cierta identidad, como cierto parecido en el
discurso, pero en la práctica...

-En el análisis...
- E n el análisis, sí, pero en la práctica de pronto no hay
identidad porque el secuestro, la voladura o los ataques a la
infraestructura, hay ciertas cosas que no, y sobre todo aho-
ra que parece que el ELN va a dejarse absorber de las Farc,
imagínese.

-Y siempre que le sea posible y en el contexto de esta entre-


vista, y ya para concluir, ¿me podría contar un poco de su historia
personal?
- D e la historia personal...
103
-Sí, para entender, porque la historia de vida es lo que hace Las g u e r r a s
, de "Doblecero"
elantropologo.
-Claro, claro.

-Me interesa la infancia, la familia, ¿qué le gustaba, cómo


era?, desde de cero.
-(Risas) La historia mía es muy sencilla. Yo soy el úl-
timo hijo de una familia de clase media, donde mi papá es
abogado, mi mamá también es abogada, mi hermano ma-
yor es abogado, la otra hermana es periodista, el otro que
sigue es filósofo, yo soy la oveja negra de la familia (más ri-
sas). Estudiamos en un colegio de jesuítas, en el colegio San
Ignacio de los jesuítas, todos estudiamos ahí. Salí del colegio
y me fui para el Ejército, hice la carrera militar en la Escuela
Militar de Cadetes de Bogotá, luego salimos trasladados para
áreas de orden público, en las áreas de orden público se dio
lo que te contaba ahora. En ese ir y venir me conocí con Fidel
Castaño, que en esa época estaba de guía del Ejército, lu^go
con los problemas disciplinarios que tuvimos en el Ejército,
entonces me fui a trabajar con Fidel, de secretario de Fidel, y
así, más o menos, se va dando la cosa hasta que ya... ya traba-
jando con Fidel, acaba de empatar con el resto de la historia
que te acabo de contar.

-¿Qué piensa su familia de lo que hace?


-Inicialmente, cuando me retiré del Ejército, yo no les
decía qué hacía yo, estuve como tres años diciéndoles men-
tiras, pero luego se dieron cuenta y me apoyaron. Luego yo
tengo una esposa y tengo una hija, que son también de. la
clase media y que viven en Medellín y ahora les ha tocado
esconderse por el miedo de las AUC y todo eso, siempre se
104
ALDO C m c o impresionan mucho porque sea como sea uno está en riesgo,
pero me apoyan de alguna forma.

-Bueno, ¿y no piensa escribir un libro con esta historia?


-Hay que esperar a que termine la historia, todavía fal-
ta, todavía falta ion poquito.

* * *
Apartirdeestepunto, elinvestigadorAldo Cívico continúa su con-
versación con "Rodrigo Doblecero " mediante el correo electrónico.
Hemos eliminado saludos y demás fórmulas de cortesía y, como
en el resto del libro, insertamos algunos intertítulos con el fin de
ubicar los temas de la conversación.

Marzo 5, 04 - 12:20 am
Nos alegra mucho volver a tener noticias suyas, recibimos
su comunicación y por seguridad le respondemos desde otra
cuenta. Para nosotros también sería importante volver a
intercambiar ideas con usted, lamentablemente por encon-
trarnos en la clandestinidad no le podemos colaborar con los
contactos con otros grupos de las AUC. Si está interesado en
43 r
105
encontrarse con nosotros eso debe ser en medio de la más Las guerras
de "Doblecero"
absoluta reserva y confidencialidad; también por esto es que
no nos interesa que alguien más tenga conocimiento de que
existe la posibilidad de una entrevista personal, pues las con-
diciones deben ser de absoluta seguridad, para poder realizar
eventualmente un encuentro.
Si está interesado podemos contactarnos inicialmente
por este medio.

Marzo 5, 04 - 7:37 am
He recibido su nueva comunicación; después de que habla-
mos la última vez se sucedieron una serie de hechos, después
de los cuales, nuestras estructuras militares prácticamente
han desaparecido. Eso es algo bien interesante desde el punto
de vista político, puesto que para nosotros ha quedado de-
mostrado que para enfrentar una agresión conjunta de los
ejércitos de los narcos y del gobierno nacional, habría que
recurrir al narcotráfico como método de financiación y al
terrorismo como metodología de lucha; ambos no van de
acuerdo con nuestras concepciones ideológicas sobre la cri-
sis de la sociedad colombiana y sobre el rol que deberíamos
jugar nosotros en ella como parte de la solución y no como
parte de su prolongación.
Debido a este balance que hicimos y que decidimos no
recurrir ni a lo uno ni a lo otro es que hemos sufrido una
derrota, en el aspecto militar, y hemos preservado nuestra
ideología y nuestras estructuras políticas, pero en la clandes-
tinidad. Por esta razón y como las narco AUC siguen bus-
cándonos para eliminarnos, es que no le podremos hacer
ninguna clase de contacto, ni con las AUC, ni con nuestras
unidades en la clandestinidad.
106 , . .
ALDO C r n c o Como le dije en mi correo anterior, el encuentro nues-
tro debe ser absolutamente discreto y confidencial, para eso
debería movilizarse a una ciudad en la costa caribe colombia-
na, que sería Cartagena, Barranquilla o Santa Marta, esto se
lo digo para que se pueda programar y también debe tener
un teléfono celular acá en Colombia para poder definir otros
detalles, como el hotel en que se debe hospedar, sitio de en-
cuentro, hora, etc.

Marzo 6, 04- 11:34 am


Es, entonces, importante el comenzar a trabajar cuanto an-
tes y aprovechar el tiempo. Yo personalmente tengo ahora la
disposición, debido a la situación en que me encuentro y que
si las circunstancias nos pusieron en esta situación, tenemos
que aprovechar el tiempo al máximo, para hacer este tipo
de cosas, que normalmente los avatares y los ajetreos pro-
I

pios del conflicto no permiten, puesto que las circunstancias


son cambiantes y no sabemos en qué momento nos veamos
obligados nuevamente a regresar al accionar militar propia-
mente dicho.
Entonces espero su comunicación para que comence-
mos a trabajar por este medio, para ganar tiempo, que es un
recurso no renovable, en este tipo de situaciones.

LOS AÑOS DE COLEGIO Y LA ESCUELA


MILITAR DE CADETES

Marzo 7, 04 -10:30 am
Empecemos entonces. Siguiendo sus indicaciones trataré de
darle ion contexto histórico a cada una de sus inquietudes.
Considero importante empezar por un contexto del medio
107
ambiente familiar, para que se tome la idea general. Las g u e r r a s
de "Doblecero"
Tomando los antepasados, hay gente que dice que la
genética tiene mucho que ver con muchas de las aptitudes
y actitudes de las personas, y yo no estoy en la capacidad de
apoyar o contradecir estas tesis pero considero que algo de
de cierto deben tener.
Mi bisabuelo por parte de mi padre era general conser-
vador durante la guerra de los Mil Días. Mi abuelo, el hijo de
este señor, se educó de acuerdo a como se educaban las élites
en esas épocas, en la Universidad del Rosario en Bogotá, fue
doctor en Filosofía y Letras y le dedicó toda su vida a la do-
cencia y fue el fundador de la Universidad Gran Colombia.
Él se llamaba Julio César García, y además de filosofo fue
historiador, periodista, director del diario El Colombiano, rec-
tor durante mucho tiempo de la Universidad de Antioquia,
encargado del ministerio de Educación, durante algún tiem-
po, en el gobierno del dictador militar conservador Gustavo
Rojas Pinilla.
La familia de mi madre era de clase media, compues-
ta de colonizadores de tierras que luego se convirtieron en
terratenientes, pero eran de ideas liberales, en una época en
que en Colombia más bien se adoptaban las ideas de la fami-
lia o se heredaban; ese sectarismo terminó por ser el causante
de una de las peores épocas de la historia del siglo pasado,
que conocimos como 'la violencia".
Mi padre y mi madre se conocieron mientras estudia-
ban leyes en la universidad, en una época en que los sectaris-
mos políticos eran cosa que con la educación, desaparecían y
no quedaban sino en las mentes de los campesinos ignoran-
tes manipulados por los líderes políticos, que los utilizaban
como carne de cañón.
AIDO CÍVICO Nacimos en el seno de una familia de clase media, con
unos antepasados que nos hacían sentir orgullosos, por sus
valores morales demostrados a lo largo de sus vidas, en cuan-
to los unos dedicados a educar a la juventud de su época aun
a costa de su propio progreso familiar y los otros dedicados
a negociar y a trabajar para poderle dar a la familia lo que
ellos no tuvieron para sí mismos: una buena educación. Mis
padres tenían muy claro esto y aprovechando las buenas re-
ferencias personales y familiares, nos ingresaron a mis her-
manos y a mí en el colegio de San Ignacio de la Compañía
de Jesús.
Cuando yo ingresé, en 1972, los jesuítas decidieron
poner en práctica una metodología nueva de educación, a
manera experimental, que se denominaba método Ford de
educación o educación personalizada y era una metodolo-
gía basada en la dialéctica hegeliana como teoría del conocí-
miento. En Colombia en esa época era algo novedoso, más
cuando siempre a lo largo de la historia la metodología de
educación era la de la clase magistral.
Esta metodología consistía en que al alumno se le sumi-
nistraba vina guía completa de qué era lo que debía aprender
en un determinado periodo de tiempo y se le daba todo el
material de consulta, además de un enfoque de cómo llegar
al conocimiento que se requería. Esta era la tesis.
Después de que se desarrollaba esto, los conocimientos
propios se confrontaban con los conocimientos del profesor
en una clase interactiva, esa era la antítesis y del choque entre
estas debería resultar la síntesis como fuente de conocimien-
to y al mismo tiempo como base o tesis para continuar con
el proceso.
En algún momento, un sacerdote monta un grupo de
109
teatro al cual yo me inscribo como actor; la obra inicial, de Las g a r r a s
de Doblecero
la cual el sacerdote había escrito el guión y hecho el montaje
completo, se trataba del drama de los niños que trabajaban
con sus familias en las minas de carbón, en Amagá, una po-
blación a 50 kilómetros al suroeste de Medellín, y como en
esos días había habido una explosión y un derrumbe en una
mina, había quedado al descubierto toda una tragedia social
como consecuencia del periodo de la violencia política, de
desarraigo, de desplazamiento, mejor dicho, todo un drama
social basado en realidades que ninguno de los que estába-
mos allí conocíamos. El caso es que las familias de algunos
de los actores se dieron cuenta de qué se trataba la obra y se
armó un gran embrollo y la obra fue cancelada y al sacerdote
lo mandaron a El Salvador y nosotros terminamos actuando
en obras infantiles (para citar un solo título, que lo dice todo,
Dulcita y el burrito).
Mis hermanos fueron expulsados del colegio de los je-
suitas por bajo rendimiento académico y mi padre recurrió a
un sacerdote amigo suyo que tenia un colegio en una de las
comunas de Medellín, era un colegio popular, donde estudia-
ban jóvenes de las clases menos favorecidas y allá fueron a
dar mis hermanos como castigo por haberse dejado expulsar
del mejor colegio de la ciudad; a ellos les dio muy duro pero
poco a poco se fueron adaptando.
Cuando estaba en cuarto bachillerato me dio por ir con
mis hermanos a conocer su nuevo colegio y me encontré de
frente con unas realidades que yo nunca había visto; me di
cuenta de que en todo este tiempo había estado metido en
una burbuja, que no conocía nada, que todo era falso y posti-
zo, que las cosas no eran como uno las veía metido en la bur-
buja, todo esto me dejó pensando y más adelante, quise salir-
m e
ALDO CÍVICO de la burbuja e irme a conocer la realidad y prepararme
para afrontar la vida real; dejé el mejor colegio para irme a
un colegio popular, en donde me encontré con compañeros
humildes que tenían que trabajar duro para poder estudiar,
me encontré con la drogadicción y aunque yo no caí en ella,
uno de mis hermanos sí pasó por eso; me encontré con toda
la problemática social de esa época, con la subversión, que
casi que me absorbe en medio de la rebeldía que lo caracte-
riza a uno cuando está en esa edad, pero los guerrilleros me
rechazaron aduciendo que yo era lo que ellos denominaban
un pequeño burgués y que lo que yo tenía era sed de aventu-
ras y nada más, y probablemente hasta razón tendrían.
Lo del Ejército, se podría decir que eso lo llevaba aden-
tro, era una fuerza interior que me atraía hacia todo lo que
tuviera que ver con eso, era como un apasionamiento con
eso. Estando en el último año de colegio me presenté o apli-
i f :
!
' i l •» / H f=í: i - ~

Carlos Mauricio García con su mamá y su hermana, en 1983.


Foto archivo particular.

lll
Las g u e r r a s
de "Doblecero"
qué para ingresar a la Escuela Militar de Cadetes, que es don-
de se forman los que aspiran a ser oficiales del Ejército de
Colombia; en esa época las exigencias de ingreso eran más
altas de lo que son ahora y en todo caso mi familia se opuso a
que yo ingresara; querían que yo estudiara otra carrera, pero
pese a eso yo seguí adelante con mi determinación y logré
que me aceptaran e ingresé en el Ejército como cadete en
enero de 1983.
Bueno, termino ahí por ahora.

Marzo 8, 04 - 9:59 am
[...] nuestra estabilidad económica dependía de dos cosas: una,
el empleo de mi padre como gerente de una empresa textile-
ra, y la otra, una fortuna que mi abuelo por parte de mi madre
dejó a su familia después de su muerte. Uno de los bienes de
esta fortuna era una hacienda en el oriente de Antioquia, en
San Carlos, donde desde que yo tenía pocos años pasábamos
allá todas las vacaciones escolares. Esto se lo cuento porque
más adelante, por estar vinculados a esta hacienda y a esta re-
gión, nos vimos envueltos o afectados por toda la problemá-
tica social que luego afectó al oriente antioqueño, y porque
sé que usted estuvo recorriendo esta región, por su trabajo.
La región se vio afectada por la construcción de un sistema
hidroeléctrico, lo que trajo una población flotante de obreros
y con ellos llegó también la subversión. Los que eran nuestros
amigos de infancia se convirtieron en revolucionarios y más
adelante quedamos en bandos opuestos. Bueno, si quiere más
adelante podemos ampliar esta historia.
[...] cuando ingresé en el Ejército, en el año 83, tenía
recién cumplidos los 18 años.
El cambio de la vida civil a la vida militar es traumático,
sea como sea, así medio me hubiera salido de la burbuja y
hubiera tenido algún roce con la realidad, yo seguía siendo
un joven de clase media, consentido por su familia, al que no
le hacía falta nada y no se tenía que preocupar por nada, todo
se lo daban con solo solicitarlo, yo lo único que había hecho
era asomarme a conocer unas realidades que desde donde
me encontraba ni siquiera me imaginaba que estuvieran tan
cerca.
El Ejército de Colombia ha cambiado y ha evoluciona-
do desde la época en que yo lo conocí hasta estos días. Lo
que yo le cuento es lo que se vivía en ese entonces en unas
condiciones bien diferentes a las del Ejército de hoy.
Aprendí cómo son los procesos a los cuales someten a
las personas para sacarles prejuicios e ideas de la cabeza y de-
jarlos listos para imprimirles las nuevas ideas que necesita la
institución como parte fundamental del Estado. Lo primero
que marcó la diferencia en el Ejército fue la pérdida abso-
luta de la libertad. En ese proceso que le menciono, a uno
le quitaban hasta la libertad de movimiento y de las nece-
sidades fisiológicas, para todo movimiento por mínimo que
fuera, había que solicitar y obtener autorización, era como
enseñándonos que uno no era sino una parte más de un gran
engranaje y que tenía que engranar para que todo funciona-
se, todo era hecho a orden de los superiores, hasta el sueño
era vigilado, después de acostarse nadie se podía volver a le-
vantar sino hasta que tocaran la diana. En la milicia todo era

El cadete Carlos Mauricio García en campaña, en 1983.


Foto archivo particular.
un proceso de sometimiento mental en que se quería que la
persona al final del proceso terminara pensando institucio-
nalmente para poderle dar mando y atribuciones, en la me-
dida que el alumno avanzaba en su formación y asimilaba el
pensamiento institucional podía ir obteniendo más libertad
de acción (eso era relativo porque ya se pensaba era como
institución), entonces llegaba el momento en que la institu-
ción no se tenía que valer de nadie para dirigirlo y controlarlo
a uno, porque uno después de todo ese proceso terminaba
con el reglamento tan metido en la cabeza que uno mismo
terminaba convertido en la institución y uno mismo se con-
trolaba y dirigía de acuerdo a como la institución lo había
formado a uno.
Este proceso de formación demoraba entre 3 y 4 años
dependiendo del grado de adaptabilidad a la disciplina y a las
ALDO CÍVICO condiciones militares de la nación. El primer año, el cual de-
nominaban "tres general", era el más difícil porque se trataba
justo de eso, de sacar de adentro de la persona todo rezago
de rebeldía y someterlo a la disciplina, para luego, ya listo,
proceder a darle todos los conocimientos necesarios para su
desempeño profesional. Los otros dos años en mi caso sí eran
menos duros, sin dejar de serlo, pero ya adaptado a la vida
militar era relativamente fácil aprender los conocimientos y
las destrezas necesarias para el futuro.
La rutina en la Escuela Militar era la siguiente: la levan-
tada, o la diana, era a las 5 de la mañana, pero a mí me tocaba
levantarme a las 3 a escondidas, afeitarme y volverme a acos-
tar porque a la hora de la diana no alcanzaba el tiempo para
afeitarse bien. El baño, la vestida, la tendida de la cama, era
hasta las 5:30; de ahí hasta las 6 era arreglar el alojamiento,
barrer, trapear, lavar baños, brillar los pisos, etc. A las 6:00 te-
nía que estar toda la escuela formada para pasar al desayuno;
éste era hasta las 6:30 y a esa hora había que salir a recoger
hojas de los árboles. A las 7:00 ya temamos que estar en cla-
ses, que duraban hasta las 9, salíamos de las clases, todos los
movimientos eran al trote, a cambiarnos de uniforme y a las
9:30 comenzar instrucción militar hasta las 11:45. A las 12:oo
tenía que estar la escuela pasando al almuerzo, supuestamen-
te de 12:30 a 13:30 era la hora del descanso, pero eso nunca
se cumplió. A las 13:30 había que recoger hojas de árboles
nuevamente, a las 14:00 era la hora de la relación general de
compañía y a las 14:30 empezábamos de nuevo instrucción
militar hasta las 16:30, hora en que teníamos que cambiarnos
nuevamente de uniforme y estar en las aulas a las 17:00 para
comenzar clases hasta las 19:30, y a esa hora salíamos a for-
mar para la comida, que era hasta las 20:00; a las 21:00 se daba ^
lo que se llamaba 'la recogida", que consistía en contar a to- Las g u e r r a s

das las unidades, que no faltara nadie, contar todas las armas, de "Doblecero"

que no faltara ninguna, y cuando todo estuviera bien y listos


los libros y las actas firmadas, autorizaban a las compañías
para pasar a "dormir" porque ahí era que comenzaba la hora
del aseo, como hasta las 23:00, para dormir unas pocas horas
y volver a comenzar al día siguiente.

Marzo 8, 04 - 12:03 pm
En cuanto al estudio, había una diferencia allí entre la ins-
trucción militar propiamente dicha y las materias de econo-
mía, leyes e ingeniería que uno tomaba, el tiempo de estudio
era distribuido más o menos por mitad, en cada año había
tres ejercicios militares de campo a gran escala, además de
los ejercicios que se llebaban a cabo por compañías alrededor
de Bogotá, en los años que pasamos en la escuela, o sea el 83,
Rodrigo Lara Bonilla, ministro de Justicia del gobierno de Belisario Betancar.
Foto archivo Intermedio.

84 y 85; la situación política empezó a complicarse, en el año


83 los narcotraíicantes asesinaron al ministro de Justicia56,
era la época en que ya estos estaban sacándoles las uñas al
Estado y en que se creían con un gran poder y desafiaban
a las aristocracias y al mismo Estado, también era el año en

56 El ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla fue asesinado en Bogotá el 30


de abril de 1984 [N. del E.].
que los grupos de autodefensas se pusieron al servicio de los
narcos para convertirse en sus mercenarios y la guerrilla arre-
ciaba sus ataques y su expansión política y militar por todo el
país, esos hechos tenían repercusiones directas en nosotros,
puesto que se suponía que nos estábamos preparando para
enfrentar todos esos fenomenos y la concepción que tuviéra-
mos de todo esó era fundamental, no sólo para nosotros sino
para el Ejército y la misma sociedad; era eso lo que motivaba
a que nuestros superiores continuamente estuvieran en una
actitud de adoctrinamiento psicólogico y político, la guerrilla
prácticamente dominaba ya el campo colombiano. Sube a la
presidencia Belisario Betancur del partido conservador con
un programa de gobierno basado en hacer la paz con las gue-
rrillas, darles concesiones políticas y militares, supuestamen-
te para que de esa forma se quedaran sin piso político para su
lucha57. Todo esto generaba un gran malestar en las filas. Los Las g u e r r a s
de "Doblecero"
guerrilleros presos fueron liberados en forma masiva a cam-
bio de nada, a las guerrillas de las Farc se les permitió formar
un partido político legal, mientras continuaban con las armas
asolando el campo, todo esto se reflejaba en las instrucciones
que nos daban nuestros superiores y más cuando se les in-
culcaba a los aspirantes a oficiales, que el Ejército era el pilar
fundamental en el cual se sostenía el sistema democrático y

57 Es desde 1982, durante el gobierno del presidente Belisario Betancur, que


se propuso por primera vez en Colombia, adelantar discusiones pluralistas
sobre la reforma política y la paz, así como diálogos con la guerrilla para
buscar una solución negociada al conflicto armado. Aunque estos esfuer-
zos no dieron los resultados esperados, sí marcaron la nueva etapa de
búsqueda de paz.» Tomado de un artículo de Socorro Ramírez, publicado
en Tiempos de paz, acuerdos en Colombia, 1902-1994: El proceso de paz
de Belisario Betancur de Medófilo Medina y Efraín Sánchez, Alcaldía de
Bogotá, abril de 2003.
las libertades individuales, todo esto amenazado desde fuera
y desde dentro por enemigos internos y externos del sistema
democrático, "que la democracia era imperfecta y que debi-
do a eso era que podía asumir el poder un presidente como el
que teníamos, pero que era el mejor sistema comparado con
la opción totalitaria del comunismo, que nosotros debería-
mos defender la democracia ante todo, así en algunas ocasio-
nes nos tuviéramos que apartar o salir temporalmente de las
reglamentaciones que imponía el mismo sistema, pero que
era sólo para defender nuestro sistema, nuestra democracia
que era una de las más antiguas de América y que el bastión
de defensa de todo eso era el Ejército y que el Ejército era lo
que fueran sus oficiales y que los oficiales terminarían siendo
a través de su vida y de su carrera lo que les imprimieran en
los primeros años de vida militar en la escuela". Así justifica-
A L D O CÍVICO ban todo el trabajo fuerte que hadan con nosotros.
El año 84 pasó los mismo: asesinatos de los líderes del
partido de las Farc por parte de los mercenarios de los narcos
con la complacenda de todas las autoridades, asesinatos de
jueces y magistrados por oponerse al narcotráfico e inves-
tigar a los narcos, ataques de las guerrillas en todo el país,
asesinatos de ofidales, subofidales, soldados, campesinos,
hacendados, desplazamiento silendoso de la dase media
campesina hada las ciudades por presión y acción de las gue-
rrillas, a nosotros nos afectaba todo eso, sobre todo comenzó
a afectarnos la muerte de tanto militar, induso de algunos
que habían sido nuestros superiores e instructores, porque
era a nosotros a los que nos tocaba ir a hacer los honores a
los caídos en combate^ durante sus sepelios. Yo no sé si el
Ejérdto hacía eso con doble intendón, pero semanalmente
había que hacerlo varias veces, y era muy duro ver las esce-
ñas de los familiares despidiendo a sus seres queridos y uno
se veía ahí retratado, como quien dice, ¿cuándo seré yo el que
este ahí metido con mis familiares llorando?
En el año 85 siguió lo mismo, pero cada vez era peor.
El oriente antioqueño poco a poco se fue convirtiendo en un
polvorín de luchas sociales, que la guerrilla muy hábilmen-
te manipuló para reclutar a toda la juventud de la región,
pero cuando eso la guerrilla todavía era muy clandestina,
uno en sus vacaciones todavía podía recorrer los municipios
del oriente sin correr ningún peligro; Granada, Santuario,
Maiinilla, eran sitios por los cuales uno pasaba en dirección
a San Carlos que era donde vivían mis tíos y donde nosotros
siempre pasábamos los periodos vacacionales.
En ese año el M-19 se tomó por asalto el Palacio de
Justicia y en la retoma resultaron mas de 100 personas muer-
tas incluyendo a todos los magistrados de la Corte Suprema Las g u e r r a s
de "Doblecero"
de Justicia, algunos de los cuales eran amigos de la familia
porque habían sido compañeros de estudio de mis padres. A
nosotros ese día, como ya se estaba volviendo rutinario, nos
sacaron a patrullar las calles de Bogotá y pudimos vivir, aun-
que de lejos, algo de lo que sentimos todos los colombianos
ese día.
Hay muchas cosas y personajes dignos de recordar,
como mi primer comandante de pelotón, un teniente de
artillería que decidió por cuenta propia que yo no era apto
para ser oficial del Ejército, y quién sabe, mirando las cosas
retrospectivamente, hasta razón tendría; él y su segundo al
mando, o sea el que se denominaban "remplazante de pe-
lotón", decidieron hacerme la vida imposible, todo con mi-
ras a que yo renunciara y me retirara de la escuela. Esa era
una opción que uno tenía: el que no fuera capaz de aguantar
podía irse así como había llegado; estos personajes me so-
metieron a toda clase de ejercicios extras durante todo un
año y siempre recordándome que debería renunciar. Al final
desistieron y terminaron respetándome, pero yo no los he
podido olvidar.
Como le digo, muchas anécdotas y recuerdos, que más
adelante si quiere podemos ampliar, pero básicamente fue-
ron esos 3 años de formación militar llevada al extremo, pre-
parándonos para una guerra horrible, sin apoyos, sin recur-
sos, para defender la democracia, para morir por ella, sin que
nadie (solamente nuestras familias) se diera cuenta de ello y
sin que nadie reconociera nunca esto y, menos, lo agrade-
ciera, porque la población en general seguían metida en sus
respectivas burbujas y caparazones.
Cuando nos hemos dado cuenta de las cosas siempre ha
ALDO C m c o sido demasiado tarde.

Marzo 9, 04 - 9:25 am
En la expresión: 'los narcos comenzaron a a sacarles las uñas
o las garras al Estado", me refiero es a que, al igual que cuan-
do apareció la guerrilla del ELN, de corte pro cubana, mucha
gente los vio como con curiosidad y con cierto aire de ro-
manticismo, en una época en que el Che Guevara estaba de
moda, sin saber todo lo que después eso implicaría en costos
para la sociedad colombiana. Lo mismo sucedió con el fenó-
meno del narcotráfico. En esa época en Colombia no existían
los cultivos ilícitos, ni la drogadicción afectaba a la juventud
en los niveles en los que la afecta hoy en día.
Los narcos eran unos personajes pintorescos, jóvenes ne-
gociantes, aventureros que viajaban a Bolivia y Perú y traían
base de coca, la procesaban y la exportaban hacia los Estados
Unidos, lo que aparentemente no traía en ese entonces graves
consecuencias para nuestro país ni para la sociedad; eso era
muy clandestino y no tenía gran impacto, pronto los jóvenes
negociantes exitosos se vieron abrumados por una creciente
cantidad de dinero, que ellos no estaban preparados para ma-
nejar. La clase económica y política vio en ellos una forma de
hacer negocios, en esa época esos dineros entraron a capitali-
zar los que ahora son los grandes monopolios económicos de
este país, los miembros de la aristocracia encontraron la for-
ma de dinamizar su economía, vendiéndoles a los narcos sus
propiedades a sobre precios y las acciones de sus compañías,
todo esto generó un gran boom económico y un fenomeno
inflacionario, además de que se aumentó la entrada al país de
bienes de consumo importados a bajo precio.
Los políticos también encontraron quién les financiara
sus campañas, todos estos desfilaban por las propiedades de Las guerras
de "Doblecero"
los narcos, pidiendo apoyos y contribuciones a los neoempre-
saiios, todo era felicidad y todo parecía marchar muy bien,
los políticos colombianos son especialistas en decirle al inter-
locutor lo que este desea escuchar, así eso no sea cierto.
Los narcos vivieron unos días como en medio de un
éxtasis, hasta que la justicia, que en teoría es aparte del eje-
cutivo y del legislativo, comenzó a investigar a los nuevos
empresarios, y estos, al no poder sobornar a algunos jueces,
comenzaron a asesinarlos, ahí es que comenzaron los políti-
cos y los inversionistas de la ologarquia a marcar distancias
con los narcos y a lavarse las manos.
Eso lo interpretaron los narcos como una traición de
los políticos, que habían estado recibiendo favores y rega-
los de ellos y que ahora se encontraban en el poder, en el
Estado, y ya no querían ayudarles y apoyarlos, ahí fue que
Pablo Escobar decidió meterse en la política, que en esa
época funcionaba como un sistema clientelista de compra y
venta de votos y de puestos burocráticos. Se infiltró en el
Nuevo Liberalismo, que era una disidencia del partido liberal
encabezada por Luis Carlos Galán, persona que a propósito
admirábamos en mi casa mis hermanos y yo, y a la cual le
ayudábamos en sus campañas electorales con nuestro trabajo
como voluntarios, en Medellín.
Galán, al darse cuenta de que Escobar lo había infiltrado
por medio del dirigente liberal de Envigado, Jairo Ortega, en
las listas para la Cámara de Representantes, cuyo segundo en
la lista era el propio Pablo Escobar, Galán expulsó pública-
mente a Ortega y a Escobar de su movimiento durante una
manifestación pública en el parque de Berrío en el centro de
Medellín. Eso fue algo que nunca le perdonó Escobar y que
luego influyó para que lo mandara matar.
Los narcos denunciaron públicamente a los políticos
que habían recibido dinero de ellos y que ahora no querían
marcharles. Eso le ocurrió al ministro de Justicia, Rodrigo
Lara, al cual le sacaron a relucir un cheque de un millón de
pesos que recibió de parte de Evaristo Porras, un lugartenien-
te de Escobar en la provincia del Amazonas, al sur del país.
Aunque Galán no lo apoyó inicialmente (Lara era la cuota
de Galán en el gobierno) Lara se mantuvo firme y dijo que
había sido engañado por Porras y arreció las denuncias y las
persecusiones contra los narcos58.

58 «[...] En la Cámara de Representantes, el suplente de Pablo Escobar


Gaviria promovió el famoso debate del cheque del millón de pesos su-
puestamente girado a Lara Bonilla en Leticia, capital del Amazonas, por
el narcotraficante Evaristo Porras. Y vinieron otros debates contra el mi-
nistro por su recia decisión de dar la batalla y ganar la guerra contra los
Escobar y los suyos, con su lógica mañosa y ofendidos
porque los habían expulsado de la Camara de Representantes
y del movimiento de Galán, crearon un movimiento político
propio llamado Renovación Liberal y se unieron con el diri-
gente liberal del Tolima Alberto Santofimio Botero59.
La lógica de ellos era conseguir sus objetivos a cualquier
precio, era una lógica de plata o plomo; si no les recibían sus
sobornos entonces los funcionarios eran asesinados por sica-
rios al servicio de los capos y eso fue lo que sucedió en esa
época con muchos jueces, policías, políticos, que no quisie-
ron dejarse comprar por los dineros del narcotráfico.
A eso me refiero cuando digo que los narcos comenza-
ron a mostrarles las garras al Estado.

Marzo 9, 04 -12:36 pm
123
Yo podría darle una serie de definiciones de democracia, pero Las g u e r r a s
de " D o b l e c e r o "
pienso que se trata más bien de la visión que se tenía en ese
entonces dentro del contexto en que nos encontrábamos.
En esa época se instituyó en el Ejército una cátedra nueva,

narcotraficantes, de la que no escaparon los negocios ilícitos de Escobar,


al que asestó duros golpes.» Tomado de Juan Carlos Martínez, "Rodrigo
Lara: 25 años después", diario El Tiempo, abril de 2009, en <http://www.
eltiempo.com/opinion/columnistas/otroscolumnistas/rodrigo-lara-25-
anos-después_509S 167-1 >
59 «[...] "Popeye", quien fue uno de los lugartenientes del capo de la mafia,
Pablo Escobar, ha reiterado que Santofimio fue el autor intelectual del
asesinato de Luis Carlos Galán. "Pablo, mátalo", fueron las palabras que,
según 'Popeye', le oyó en varias conversaciones con Escobar a Alberto
Santofimio, quien también era integrante del Partido Liberal. Santofimio
fue ministro de Justicia, gobernador del Tolima, candidato presidencial
y senador.» Tomado de "Santofimio podría volver a la cárcel por asesina-
to de Galán", revista Semana, 20 de febrero de 2009, en <http://www.
semana.com/noticias-justida/santofimio-podria-volver-carcel-asesinato-
galan/120945.aspx>
"Educación para la democracia"; antes de eso a la tropa no se
le hablaba de democracia sino que, más bien, se le instruía en
valores patrióticos y en cumplir las órdenes de los superiores
No olvidemos que estábamos en el contexto de la gue
rra fría y que existía la amenaza de la toma del poder por par-
te de movimientos revolucionarios apoyados por la Unión
Soviética. Se miraba a la democracia y al capitalismo como
sinónimos de libertad individual y económica en contraposi-
ción con el comunismo totalitario, supresor de las libertades
individuales. Entonces para nosotros el sistema democrático
estaba basado principalmente en preservar y defender las di-
ferencias individuales de las personas, hacer respetar sus de-
rechos, la libertad de escoger a sus gobernantes y asimismo
la libertad de poder ser elegido mediante elecciones libres
con el sistema de sufragio universal, se hacía énfasis en la
124
ALDO C m c o libertad de pensamiento, libertad de culto, libertad de em-
presa, el derecho a la propia individualidad, a la propiedad
privada.
Todo en contraposición con el sistema comunista que
se mostraba como supresor de esas libertades y derechos, la
defensa de la democracia y de sus instituciones era la razón
de la existencia del aparato armado del Estado, como le digo
dentro de la doctrina de defensa de la democracia, se hablaba
de la amenaza del comunismo internacional como amenaza
externa e interna, que podía llegar desde afuera en forma de
apoyo militar directo a las guerrillas, invasiones desde el ex-
terior o amenazas a la seguridad continental por parte de la
U.R.S.S. o también como amenaza interna como subversión,
utilizando para este fin a los propios connacionales, puestos
al servicio del imperialismo soviético por medio de la ideolo-
gía marxista-leninista.
Esa era la visión, en esa época dentro del contexto de
la guerra fría y con unas guerrillas cuyos cuadros políticos
se educaban en la universidad Patricio Lubumba de Moscú
y eran apoyados por chinos, rusos, cubanos, nicaragüenses,
paraguayos y hasta albaneses.
Afortunadamente, eso de la guerra fría después se acabó
porque en esa época todo lo que oliera a izquierda era con-
siderado enemigo de la democracia, traidor a la patria, etc.,
lo mismo ocurría con el movimiento sindical, aunque hay
que aclarar que gran parte de los movimientos de izquierda y
todo el movimiento sindical estaban altamente influenciados
por la subversión, pero era esa la época del boom después de la
revolución cubana y de Mayo del 68 y todo los movimientos
estudiantiles, y el hipismo y el rechazo a la guerra de Vietnam,
en que la izquierda era intemacionalista y todo eso. ^
En las clases de ideología e inteligencia le recalcaban Las guerras
de " D o b l e c e r o "
todo eso a uno. Mi padre había sido delegado por Colombia
a un congreso de la Organización Internacional del Trabajo,
OIT, en Ginebra; cuando los instructores de inteligencia en
clase catalogaron a la OIT como una organización de facha-
da del comunismo internacional, yo quedé muy pensativo,
como que algo no encajaba, porque mi padre no era comu-
nista ni nada que se le pareciera, claro que tampoco era fran-
quista.
Para su pregunta de si los mandos militares no estaban
de acuerdo con la política de paz del presidente Betancur, hay
que tener en cuenta esto que le estoy diciendo del contexto
de la guerra fría y que la doctrina que se impuso a los ejércitos
latinoamericanos, en y después de la segunda guerra mun-
dial, fue la doctrina americana de defensa de la democracia y
de la seguridad continental, antes de eso la influencia había
sido prusiana; luego de la guerra de los Mil Días, el general
Rafael Reyes decidió profesionalizar al Ejército, en 1903, y
para eso contrató una misión militar prusiana, que fundó la
Escuela Militar y le imprimió la milicia prusiana al Ejército de
Colombia; de allí dependió la diferenciación clara de la oficia-
lidad por efecto de clase social y nobleza. Luego los chilenos
que también habían copiado la milicia prusiana acabaron de
reforzar la doctrina, los rezagos de eso todavía nos tocaron a
nosotros en la medida que al militar le inculcaban una falsa
superioridad sobre el civil en cuanto a que como guardián de
los más altos valores de la república, estaba dispuesto a dar la
vida por su patria y a emular a los antecesores heroicos que
habían perdido su vida y derramado su sangre por la patria.
En ese contexto de militarismo prusiano revuelto con doc-
trina americana de la guerra fría, al presidente se le miraba
ALDO CÍVICO como a un infiltrado marxista que quería poco a poco, muy
sutilmente, ir debilitando a las instituciones e ir empoderan-
do a los guerrilleros comunistas, como en efecto sucedió. Yo
no digo que Belisario Betancur fuera guerrillero, pero sí fue
una persona que se creyó todo el cuento de la paz de las gue-
rrillas y le apostó a eso en detrimento de las condiciones de
vida de parte de la sociedad y de la moral de las FF.MM.
Belisario era un enamorado de la paz y pensaba que las
guerrillas estaban luchando solo por acabar con las desigual-
dades y los problemas sociales, los cambios políticos que rea-
lizó Betancur fueron muy buenos para la democracia con el
tiempo, pero en el momento fueron aprovechados táctica-
mente por las guerrillas para apoderarse del campo colom-
biano y ampliar su capacidad operativa y su-poder local.
El malestar se aumentó en contra del presidente, en
el momento en que este decidió expulsar a su ministro de
Defensa, general Fernando Landazábal, por estar opinando
en contra de los procesos de paz que Belisario llevaba a cabo
con las guerrillas de las Farc y el M-19, Landazábal era un mi-
litar brillante, graduado en sociología y que tenía claro como
ninguno todo el conflicto social; escribió varios libros sobre
el tema, los cuales puede consultar si está interesado.
La política de paz sí molestaba, no sólo a los superiores
sino a todo el Ejército, dado que financió el programa de dar
a los guerrilleros que se entregaran, casa, carro y estudios
a costa del presupuesto operativo del Ejército, además que
ordenó una tregua hacia las Farc a cambio de ninguna con-
traprestación y ordenó el despeje por parte del Ejército de
todo el campo colombiano y ordenó la concentración de las -
unidades militares en las cabeceras municipales, dejando a la
guerrilla a sus anchas en el campo desprotegido, en el mo-
mentó justo en que se promulgó en Colombia la elección po- Las g u e r r a s
de " D o b l e c e r o "
pular de alcaldes, con lo cual las Farc nombraron candidatos
y pudieron forzar o concientizar a todo el campesinado para
que votara por sus candidatos y de esa forma obtuvieron las
alcaldías en gran parte del territorio colombiano y eso impli-
caba obtener el control de los presupuestos municipales y el
control de las fuerzas de policía en los municipios, además de
eso el Ejército entró en una crisis presupuestal que nos puso
casi al borde de la indigencia.
Como le digo, en el Ejército en esa época todos miraban
al presidente como un infiltrado de la guerrilla que no hacía
más por ayudarlos por el temor a un golpe de Estado militar
y que si este no se dio fue por que el Ejército colombiano
siempre se ha mirado a sí mismo como guardián de la demo-
cracia y pilar fundamental que sostiene las instituciones del
Estado.
Marzo 9, 04 - 4:07 pm
Continuamos.
En esa época no me involucraba en ninguna actividad extrale-
gal, si es que así se le puede llamar. Los oficiales instructores,
que eran personas que, aun siendo muy jóvenes, ya tenían
experiencia en combate, hacían estos comentarios, pero en
ningún momento entraban a dar detalles o auto inculparse
de acciones que podrían ser catalogadas como crímenes de
guerra. Las instrucciones sobre el derecho de guerra o lo que
hoy es tan promocionado como DIH60, lógicamente que las
daban en la escuela pero la verdad sin mucho énfasis.
Los comentarios se hacían en forma jocosa, dejando en-
trever que era mejor no llevar prisioneros para que un juez
los liberase por falta de pruebas o por amenazas de las gue-
rrillas en contra de él o de sus familias. La verdad es que esos
128
ALDO CÍVICO comentarios se hacían pero en la práctica se dificultaba que
sucedieran este tipo de actividades, que de hecho sucedían y
sucedieron; lo difícil era que estas quedaran ocultas, debido
a un resentimiento que existía entre los suboficiales hacia los
oficiales y a esto se le sumaba que el cuerpo de tropa no es-
taba compuesto de soldados profesionales, como lo es hoy,

60 «El Derecho Internacional Humanitario (DIH) es un conjunto de normas


que, en tiempo de guerra, protege a las personas que no participan en las
hostilidades o que han dejado de hacerlo. Su principal objetivo es limitar
y evitar el sufrimiento humano en tiempo de conflicto armado. Las nor-
mas estipuladas en los tratados de DIH han de ser respetadas no sólo por
los gobiernos y sus fuerzas armadas, sino también por grupos armados de
oposición y por cualquier otra parte en un conflicto. Los cuatro convenios
de Ginebra de 1949 y los dos protocolos de 1977, adicionales a estos, son
los principales instrumentos de derecho humanitario.» Tomado de "De-
recho Internacional Humanitario", CICR, en <http://www.icrc.org/web/
spa/sitespa0.nsf/iwpList2/Humanitarian_law>
sino de conscriptos, que eran reclutados en levas a la fuerza y
mantenidos allí casi que de la misma forma.
Como oficial me tocó vivir casos en que por cualquier
situación los suboficiales consideraban que el oficial coman-
dante había transgredido los reglamentos, con lo cual ellos
pensaban que el oficial había perdido la autoridad moral y
que sería fácilmente presionable para permitir actos de indis-
ciplina o insubordinación en ellos o en la tropa.
Durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala, se ins-
tituyó un decreto presidencial conocido como "Estatuto de
Seguridad"61, en el cual se le dieron poderes extraordinarios al
Ejército para combatir una escalada de la guerrilla urbana del
M-19. La verdad es que a mí no me consta pero lo que decía
la prensa es que se presentaron múltiples casos de torturas62,

61 «[•••] el Decreto 1923 o Estatuto de Seguridad se convirtió en el centro


de la discusión pública hasta su derogatoria en junio de 1982, y su severa
aplicación, especialmente por la concesión de facultades de policía judicial
a las Fuerzas Militares, caracterizó una época de polarización social, crisis
de derechos humanos, confrontación armada y denuncias ante la comuni-
dad internacional.» Tomado de "Del Estatuto de Seguridad Nacional a la
Seguridad Democrática", diario El Espectador, 6 de septiembre de 2008,
en <http://w^v\v.despectador.com/impreso/judicial/articuloimpreso-del-
estatuto-de-seguridad-seguridad-democratica>
.62 «[...][Con el Estatuto de seguridad] se desencadenó como nunca una
oleada de allanamientos, se llenaron las cárceles de presos políticos y las
torturas y violaciones de derechos humanos se convirtieron en el pan de
cada día. Entre los casos paradigmáticos podemos señalar: El poeta nacio-
nal Luis Vidales, con 80 años de edad, fue conducido a las caballerizas de
Usaquén, lugar de las torturas y los ajusticiamientos; el escritor Gabriel
Garda Márquez tuvo que salir del país, bajo protección mexicana, cuan-
do se descubrió que estaba en una lista de personas a detener; la detendón
arbitraria y las torturas causadas a Olga López de Roldán dieron lugar a un
fallo de condena a la N a a ó n por el Consejo de Estado; las torturas infligi-
das por el personal militar contra 18 estudiantes universitarios detenidos
en Bogotá en 1979, que el Instituto de Medicina Legal documentó en un
dictamen peridal conduyente como "lesiones externas visibles de vio-
en los prolongados interrogatorios a que fueron sometidos
los detenidos por el Ejército, esos temas eran vedados y no se
hablaba sobre esos asuntos.
La mayoría de los casos de violaciones de los DD.HH.
que ocurrieron en esa época fueron conocidos y los impli-
cados fueron investigados y algunos sentenciados; era una
época en que todas las organizaciones de izquierda eran o se
consideraban enemigas del Estado y de sus Fuerzas Armadas,
la Procuraduría General de la Nación era un bastión políti-
co de la izquierda, que rápidamente hacía eco de cualquier
denuncia en contra de las FF.MM., en parte por eso es que
algunos militares vieron en los grupos de autodefensa una
alternativa para desarrollar una guerra paralela contra las
guerrillas, ya que estos no contaban con los problemas ex-
tructurales que tenía el Ejército, si de desarrollar una guerra
ALDO CÍVICO sucia se tratara. Es que eso ha quedado comprobado, que las
FF.MM. no fueron diseñadas para desarrollar guerras sucias
en ningún país de Latinoamérica, esas prácticas por parte de
los militares han quedado completamente en la impunidad.
Acá en Colombia, con todos los fenómenos que nos ha toca-
do padecer, los militares, salvo casos aislados, no se vieron
involucrados directamente en la llamada guerra sucia63, aun-

lencia"; y la muerte de Jorge Marcos Zambrano en febrero de 1980, de-


bido a las torturas ocasionadas por personal de inteligencia militar en las
instalaciones del Batallón Pichincha, en Palmira.» Tomado de Luis Jairo
Ramírez, "Lo que va del Estatuto de Seguridad a la Política de Seguridad
Democrática", Boletín Actualidad Colombiana, No. 416, sept.-oct. 2005,
Bogotá, en <http://actualidadcolombiana.org/boletin.shtml?x=692>
63 «[...] La organización de autodefensas civiles que apoyarían a las Fuerzas
Armadas en su lucha antisubversiva fue ideada por la cúpula militar a
finales del gobierno de Julio César Turbay Ayala (1978-82) para contra-
rrestar la amenaza de parálisis militar que veían venir con la política de
paz del presidente Belisario Betancur (1982-86).» Tomado de Alejandro
que más adelante podemos ampliar el tema de cómo se utili-
zaron las peleas de los narcos con las Farc, para desarrollar en
este tipo de guerra y como el Estado todavía usa a los narcos
para acabar con sus contradictores.
Yo pienso, también, que los mandos militares de esa
época acariciaban seriamente la idea de derrocar a Belisario
y que por eso era también que nos hacían esos comentarios
como para tener preparado un ambiente psicológico para el
caso de que eso llegare a suceder.
La verdad, a uno lo impactaban todas esas muertes, así
fuera de personas que no conocía; recuerdo que nos tocó ha-
cerle los honores a un teniente de apellido Cadena que ha-
bía sido comandante de escuadra nuestro en el primer año
de escuela; también el entierro de un capitán de apellido
Rodríguez Fontecha asesinado por el M-19 en la zona cafe-
tera. A uno lo que lo impactaba más era ver las familias y Las g u e r r a s
de "Doblecero"
pensar que probablemente en poco tiempo las que estarían
ahí serían uno y la familia de vino. Es que es duro ver cómo
a las personas les queda muy duro asimilar la muerte de sus
seres queridos.
El asalto al Palacio de Justicia no fue un hecho aislado,
que nos tomara por sorpresa. Todo ese año a nosotros nos ha-
bía tocado participar en operaciones de patrullaje y control en
la ciudad (normalmente los cadetes de la Escuela Militar no
salían a las calles a desarrollar ese tipo de acciones); en esa épo-
ca se había convertido en algo necesario y rutinario. Nosotros
estábamos listos y asistíamos a las clases con el material de

Reyes Posada, "El despojo de las tierras en Colombia", revista Semana, 9


de abril de 2009, en <http://www.semana.com/noticias-conflicto-arma-
do/despojo-tierra-colombia/122753.aspx>
guerra, cosa que antes no era así. La Escuela, a igual que todas
las unidades militares de Bogotá, tenía unos planes en caso de
que ocurrieran situaciones que involucraran al palacio presi-
dencial y al Capitolio, principalmente. Dentro de esos planes
las áreas de operaciones y sectores de responsabilidad estaban
claramente demarcados e identificados, aunque nosotros no
teníamos acceso a esa información, nuestros comandantes y
superiores sí, entonces ese día, en las horas de la mañana, nos
ordenaron formar, se nos hizo un breve recuento de la situa-
ción, diciendo que la guerrilla se había apoderado del edificio
del Palacio de Justicia y que había que poner en práctica los
planes dispuestos por el comando superior para estos casos.
Salimos a pie y ocupamos los sectores de responsabili-
dad que no eran lejos de la Escuela, al rato informaron por
radio que había que realizar bloqueos y retenes porque un
ALDO C i n c o camión lleno de guerrilleros que trataba de participar en el
asalto no lo había logrado y que supuestamente se movía en
dirección al norte (donde nos encontrábamos), y esta es la
hora en que nadie ha explicado cómo esos guerrilleros del
camión se desaparecieron en la convulsionada Bogotá de ese
día. Así pasamos todo el día y toda la noche pendientes del
radio militar y escuchando noticias mientras patrullábamos y
efectuábamos controles y registros. Al otro día por la tarde,
cuando ya se dio el parte de que el palacio había sido reto-
mado y comenzó a conocerse la suerte de los magistrados, la
sensación fue de tristeza, en lo personal, por lo que le había
dicho de la amistad de alguno de ellos con mis padres y ade-
más como una sensación de que esta gente de la guerrilla iba
a acabar con todo lo que representaba el sostén de nuestras
seguridades y certidumbres. Era como que hubieran movido
el piso de la burbuja de todo un país, o al menos de los que
vivían en sus burbujas, ya me estaba acabando de dar cuenta
de que las burbujas de muchos colombianos estaban seria-
mente amenazadas.
Uno pensaba que lo que venía hacia adelante sería peor,
que quién sabe qué nos pasaría a nosotros si las guerrillas se
tomaran el poder, tal vez el exilio, la muerte, los campos de
reeducación, o la lucha clandestina desde las montañas. Ese
día, junto con todos los avances que le permitió el gobierno
a las guerrillas, fue que pensamos seriamente en la existencia
de esa posibilidad; de nosotros en parte podía" depender que
esto no ocurriera.
La verdad no sé todavía en qué se basó el comandante
de pelotón de primer año para tratar de hacerme desistir de
mis objetivos, qué vio que no le gustó. No era que yo con-
tradijera las órdenes puesto que eso no se podía, y menos
133
insubordinarse o rebelarse; yo me imagino que actitudes de Las guer:
guerras
de "Doblecero"
uno, o algún gesto de desaprobación de algo fueron suficien-
tes para que ellos tomaran esa actitud hacia mí. El modo de
ser reservado pero analítico y crítico que siempre he tenido
me ha servido mucho pero al mismo tiempo me he granjea-
do enemistades gratuitas de personas que desean gozar del
reconocimiento y del aprecio de todos.

Marzo 10, 04 - 11:54 am


Si en esos días fue que se formaron los primeros grupos de
autodefensas campesinas, en la Escuela como doctrina del
Ejército eso ni si quiera se mencionaba de forma oficial. Extra
oficialmente algunos oficiales, que eran instructores nuestros
y que se habían apoyado en los campesinos de las autodefen-
sas para combatir a las guerrillas, hacían comentarios tangen-
ciales sobre esos asuntos.
Hay que tener en cuenta que a la Escuela Militar lle-
gaban como instructores dos clases de oficiales: unos, los
miembros de una especie de casta militar, o sea que toda la
familia era de militares, y los otros, eran oficiales que se ha-
bían destacado en operaciones contra guerrilleras, y como
le digo, algunos mencionaban a personajes como el Mono
Celín, Ramón Isaza64, Uriel López, Jairo Galeano, personas
que nosotros en la finca en el oriente y en el pueblo habíamos
oído mencionar y hasta conocimos en alguna época, como
por ejemplo a Uriel López, alias el Mono Uriel, que era un
líder campesino de las autodefensas en San Luis, Antioquia.
Lo habíamos conocido porque era chofer de camión o bus de
escalera y era en su camión en el que muchas veces nos trans-
portábamos para ir a la finca en las vacacionas escolares.
También se escuchaba por esa época, que comenzaba a
• 134
ALDO CÍVICO operar algo que se denominaba el MAS65, que supuestamente

64 «[...] Como sus hermanos [Ovidio] recibió el encargo directo de su padre


[Ramón Isaza] de «mpuñar las armas para defenderse del gran enemigo
de la familia: Pablo Escobar Gavina. La guerra con el capo del cartel de
Medellín había empezado en 1990 y se desató por la negativa de Ramón
Isaza a entregar sus vastos territorios a "un narcotraficante con plata". Tras
la muerte de su hijo John y de cinco sobrinos y el secuestro de otros
familiares, el viejo le robó a Escobar más de ochocientas armas y abun-
dante munición de la hacienda Ñapóles. En tres años, su ejército privado
y familiar había crecido y desterrado al temible Patrón de la finca que se
hizo famosa en el mundo por tener zoológico privado y por ser escenario
de grandes bacanales con políticos y hacendados de todo el país.» Tomado
de Gloria Castrillón, "El fin de la sangrienta saga de Ramón Isaza, diario
El Espectador, 17 de mayó de 2008, en <http://www.elespectador.com/
impreso/judicial/articuloimpreso-el-fin-de-sangrienta-saga-de-ramon-
isaza?page=0,0>
65 «El 3 de diciembre de 1981 un helicóptero lanzaba volantes sobre la
ciudad de Cali, anunciando públicamente la constitución del grupo MAS:
Muerte a Secuestradores. Se advertía allí que 223 jefes de la mafia (los
secuestrables) se habían unido y habían aportado dinero para crear un es-
quería decir muerte a secuestradores. La prensa le dio mucho
despliegue al secuestro de Martha Nieves Ochoa, hermana de
unos mafiosos socios de Pablo Escobar; los mañosos según la
prensa, se organizaron en el MAS para atacar al M-19 respon-
sable del plagio. Todo eso terminó en que a Martha Nieves la
soltaron y el M-19 y los mafiosos quedaron de amigos, pero de
ahí en adelante en la región del Magdalena Medio se comen-
zó a conocer a los grupos de campesinos como el MAS o los
"masetos"; era la época en la que los narcos reclutaron a los
campesinos de las autodefensas y los pusieron a su servicio.
En el año 82 yo había estado recorriendo el Magdalena
Medio en mis vacaciones escolares en compañía de un ami-
go. Estuvimos en Puerto Nare y Puerto Berrío, era la época
en que los campesinos de las autodefensas y el Ejército y la
Policía estaban desarrollando la guerra en contra del 4o y el
9° frentes de las Farc en esa región, y nosotros recorrimos los Las g u e r r a s
de "Doblecero"
cascos urbanos y la gente a la cual visitábamos, porque había
que ir específicamente donde alguna persona que en caso de
que sobre nosotros recayera alguna sospecha por parte de las
"autoridades" esa persona pudiera dar fe de quiénes éramos,
qué hacíamos y el grado de afinidad con la persona. Si uno
se metía en ciertas regiones sin tener quién respondiera por
uno, podía terminar en las aguas del río Magdalena.

cuadrón de 2.230 hombres, el cual ejecutaría sin misericordia a cualquier


persona comprometida en algún secuestro. Afirmaban allí mismo que "los
secuestradores detenidos por las autoridades serán ejecutados en prisión".
Citaban el caso de Martha Nieves Ochoa, hija de un acaudalado narco-
traficante antioqueño, quien fue liberada por el MAS, tras su secuestro
por miembros del M-19.» Tomado de "El MAS", Revista .Noche y Niebla,
Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), en <http:/Avww.
nochejrniebla.org/files/ul/casotipo/deuda/html/pdf/deuda04.pdf>
En la Sierra, un corregimiento de Puerto Nare, en el
cual había un centro de fabricación de cemento y cal (en es-
tas empresas habían sindicatos), se notaba el ambiente tenso
debido al asesinato de sindicalistas por parte del MAS. La
gente del pueblo sabía que cuando llegaba la lancha patru-
llera de la Armada, era que se presentaban los asesinatos y
las desapariciones. En Puerto Berrío nos hacían advertencias
de que no nos alejáramos del casco urbano y de que no sa-
liéramos a la calle en las horas de la noche porque corríamos
peligro.
O sea que, cuando en la Escuela se tocaba tangencial-
mente el tema, yo ya sabía más o menos de qué se trataba,
puesto que los comentarios de la gente del oriente y del
Magdalena Medio ya me habían abierto los ojos.
Al final del periodo de escuela, los que habíamos ocupa-
ALDO CÍVICO do los primeros puestos temamos derecho a escoger la unidad
o el batallón al cual seríamos asignados inicialmente, y yo es-
cogí el Batallón Bomboná, que tenía sede en Puerto Berrío.
Yo quería estar en Antioquia y cerca del oriente antioqueño.

Marzo 11, 04 -10:15 am


Como ya le he contado, la familia de mi madre heredó una
finca de ganado en San Carlos, que administraban mis tíos y
allí era donde pasábamos las vacaciones escolares desde que
yo tenía 6 años de edad.
Esta región, como todo el campo colombiano, sufrió con
la violencia política de mitad del siglo pasado, pero se vivió
un periodo de relativa calma hasta antes de la década de los
ochenta, con la llegada de los proyectos de construcción de
varias hidroeléctricas a la región, que se convirtió en estraté-
gica para los grupos guerrilleros, puesto que quien controlara
estos territorios, podría controlar el flujo de energía eléctrica
hacia los centros industriales y hacia las ciudades y de esta for-
ma influir negativamente en toda la economía nacional.
Con la llegada de estos proyectos también llegaron la
guerrilla y los problemas sociales fruto de la gran masa de
población flotante de obreros y operarios de otras regiones
del país y algunos del extranjero. Esto afectó la composición
social y económica de la zona.
Realmente en esa época la guerrilla era muy clandestina
y se dedicó inicialmente al reclutamiento de la juventud, por
medio de profesores y de líderes deportivos que iban indu-
ciendo en los jóvenes poco a poco sus ideas revolucionarias.
Nosotros éramos muy amigos de una familia de ape-
llido Giraldo, pero que todo el pueblo conocía como los
Güetes, puesto que el padre se llamaba Fransisco y lo apoda- ^
ban Pacho Güete. Ellos, que eran nuestros amigos desde la Las guerras
de "Doblecero"
infancia, fueron influenciados directamente por la guerrilla
de las Farc y se convirtieron en militantes de esa agrupación.
Nosotros no sabíamos eso; simplemente en esa época existía
una Coordinadora Cívica del Oriente antioqueño, que era
una agrupación aparentemente cívica que protestaba por di-
ferentes causas, una de las cuales eran los altos costos en el
servicio de energía eléctrica y el mal servicio que prestaba
la empresa que en ese entonces se llamaba Electrificadora
de Antioquia. También protestaban por el mal servicio de
transporte y las malas condiciones de las vías, protestas que
se concretaban en paros cívicos (parálisis programadas de to-
das las actividades en la región), pero tomaban las desiciones
unilateralmente, sin consultar a las comunidades, aunque los
fines supuestamente gozaban de la aprobación de la mayoría
de la población.
Esos paros cívicos se fueron extendiendo a toda la re-
gión y se fueron volviendo comunes; esa era la forma en que
las guerrillas medían su capacidad de convocatoria y de mo-
vilización social, aunque los que participaban en esto eran
sólo un grupo reducido de personas.
Los Güetes se convirtieron en unos de los activistas más
destacados de la Coordinadora Cívica del Oriente. Nosotros
continuamos la amistad con ellos aunque sin involucrarnos
en sus actividades; desconocíamos qué era lo que realmente
se estaba moviendo debajo de todo eso.
Mi padre era muy amigo de Jaime, el hermano mayor
de los Güetes, el cual administraba un kiosco de gaseosas y
licores en el centro del parque. Este también tenía tina finca
cerca del pueblo la cual había bautizado como La Putería.
^ Resulta que Jaime era un contacto de las Farc y en su fin-
ALDO C m c o ca se realizaban reuniones secretas de las personas que tra-
bajaban en la región con los comandantes guerrilleros que
venían de las cordilleras; ni mi padre ni nosotros sabíamos
eso y no supimos sino después de su muerte a manos de los
paramilitares. Ya en ese entonces el Ejército había mandado
tropas a la región y habíá establecido varias bases milita-
res y lógicamente también había llegado la inteligencia del
Ejército.
Ya estando en el Ejército me enteré de que mi padre
también había sido relacionado en informes de inteligen-
cia militar por ser amigo de Jaime y por mantenerse con él.
Cuando asesinaron a Jaime yo ya estaba en la Escuela Militar.
A Jaime lo mataron mientras conversaba en el kiosco con
varias personas, entre ellas un hermano de mi madre.
La persona que mató a Jaime, y que todos reconocie-
ron, era Uriel, el que le conté que había sido chofer de bus de
escalera y que todos conocimos y tratamos; él había dejado
su empleo para convertirse en miembro del naciente MAS.
Antes de matar a Jaime ya habían matado a Julián
Conrado David, que era un médico costeño que pertenecía
a las Farc, muy amigo de Jaime. Cuando esto sucedió se pro-
dujo una asonada y la alcaldía fue incendiada.
Los otros hermanos de Jaime también tenían las mismas
tendencias y luego otro fue asesinado en Medellín, también
por pertenecer a las Farc. Recuerdo que a veces me lo encon-

El subteniente Mauricio García, adscrito al batallón de infantería Antonio


Ricaurte, posa con su hermano Juan, en Saratá, Santander.
Foto archivo particular.
traba ya estando yo en el Ejército y me hacía comentarios
como que, "qué hacía yo en el Ejército de la oligarquía" o
algo así, pero en el fondo respetaba mis ideas y yo respetaba
las de él aunque no las compartía.
De la mitad de la década del ochenta hacia la del noven-
ta, y sobre todo en esta, fue que la guerrilla tomó el control
casi total y absoluto del oriente antioqueño. A nosotros nos
hicieron una serie de robos consecutivos en la finca, nadie
decía quién se robaba las cosas y el ganado, sólo se sabía que
en los bosques había gente de la guerrilla y que era mejor no
volver a frecuentarlos.
Algunos de los empleados de la finca luego se convir-
tieron en guerrilleros, y aunque sabían que yo pertenecía al
Ejército, las veces que volví a la región no me sucedió nada,
no sé por qué.
140
ALDO CÍVICO

E N EL BATALLÓN BOMBONÁ

Marzo 16, 04 -10:20 am


Como le estaba contando, escogí que me enviaran a Puerto
Berrío. Allí llegué a principios del año 86; desde el año 82
esta región del Magdalena Medio había estado sometida a
una guerra atroz por parte de las guerrillas, que habían logra-
do el casi total dominio del campo y de parte de grupos de
campesinos apoyados inicialmente por oficiales del Ejército
pero que luego dieron un giro para convertirse en mercena-
rios de los grandes capos narcotraficantes como Escobar y
Pvodríguez Gacha.
En el momento de mi llegada ya se habían comenza-
do a realizar denuncias por parte de la Procuraduría por los
nexos de militares con grupos de contrainsurgencia ligados
ál narcotráfico. Las relaciones no eran tan abiertas como sí lo
fueron en un principio, cuando los campesinos no se habían
convertido en mercenarios de los narcos y prácticamente de-
pendían del apoyo del Ejército para su supervivencia.
La Procuraduría, que en ese entonces era la encargada
de supervisar la legalidad de lós procedimientos militares, no
sólo era vista por parte del Ejército como un apéndice de la
misma guerrilla, sino que realmente en esa época la guerri-
lla había logrado un alto grado de infiltración en muchas de
las ramas del poder público en Colombia y el Ejército, de
acuerdo con su doctrina, miraba eso como parte de la gue-
rra política que llevaba a cabo la subversión en contra de las
instituciones democráticas, valiéndose de ellas mismas y de
las contradicciones existentes en la división de poderes del
sistema democrático.
141
Cuando llegamos al Batallón Bomboná, que ya no que- Las guerras
de "Doblecero"
daba como antes en todo el casco urbano de Puerto Berrío,
sino en una base militar en construcción, a 15 km de la po-
blación, en un área que todavía estaba bajo peligro de incur-
siones de las guerrillas. Inicialmente fuimos destinados a una
compañía cuya misión era la de instruir a los hombres con
los cuales, al finalizar ese periodo de instrucción, nosotros
iríamos a la selva a combatir las guerrillas.
Esa compañía estaba compuesta por 225 hombres ini-
cialmente y de ella deberían sacar cuatro grupos selectos de
combate contraguerrillero. Los reclutas o conscriptos eran
personas que habían sido reclutadas a la fuerza y muy pocos
querían realmente estar ahí donde se encontraban; le contaba
también que en el momento en que llegamos a las unidades,
el presidente Betancur decidió poner fin a la tregua que había
pactado con las guerrillas y después de más de dos años de
que el Ejército estuviera concentrado en las cabeceras muni-
cipales y de que la guerrilla estuviera dedicada a consolidar su
poder en el campo, a adoctrinar políticamente a los campesi-
nos a base de terror y de intimidación, se ordenó al Ejército
retomar el campo. Pero es que los soldados que habían esta-
do más de dos años en los pueblos ya tenían novias, mujeres
y hasta hijos, y se habían acostumbrado a una vida casi que
sedentaria, mientras la guerrilla se preparaba para una guerra
de verdad, en cuanto a capacitación, entrenamiento, ganarse
por las malas o por las buenas el apoyo de la población civil.

SKÍti

142
ALDO Crvico I •
!
I1
' í^ffíí

El subteniente García, ahora en el Batallón Bombona, en las montañas del


nordeste antioqueño, en 1987.
Foto archivo particular.
En este punto me toca hacerle una aclaración: el área del
Batallón Bomboná, debido a que en el Magdalena Medio ya la
guerrilla casi había desaparecido por tres años del accionar de
los grupos de contrainsurgencia, que como le digo, primero
surgieron como grupos de campesinos que se defendieron de
las guerrillas pero que a esa altura de las circunstancias ya es-
taban trabajando para los narcos aunque esa era una realidad
que nadie quería ver, o que no interesaba a nadie en ese mo-
mento, los narcos en esa época nadie los veía como una ame-
naza para la estabilidad del campo o como generadores de
problemas sociales y de iniquidades e injusticias, sino como
unos prósperos ganaderos, empresarios e inversionistas que
habían llegado a la región para ayudar a limpiarla de comu-
nistas y a dar empleo y ayudar a que las regiones progresa-
ran. Debido a que el Magdalena Medio ya se encontraba casi
143
"limpio", el área de operaciones del Batallón Bomboná había Las g u e r r a s
sido reducida al nordeste antioqueño, área en la que si bien de "Doblecero"

Fidel Castaño había realizado algunas incursiones en contra


de las guerrillas y de sus colaboradores como retaliación por
el secuestro y muerte de su padre66, realmente el fenómeno
de estos grupos no se dio como en el Magdalena Medio por
lo que las tierras del nordeste antioqueño no eran tan buenas
en términos de ganadería y al tener los narcos ya el control
del Magdalena Medio como un área extensa y plana donde
construir sus aeropuertos y donde tener sus laboratorios, en-

66 «[...] Más adelante, cuando a su padre, Jesús Antonio Castaño González,


lo asesinaron, Fidel se llevó a Carlos y a otros hermanos para sus tierras y
armó un grupo de venganza contra las Farc. El primero en la larga lista de
crímenes de los Castaño fue Conrado Ramírez, uno de los guerrilleros res-
ponsables [...].» Tomado de "Los jefes de las AUC, verdadabierta.com, en
<http ://www.verdadabierta.com/web31/victimarios/los-jefes/724-perfil-
de-carlos-castano-gil>
tonces sencillamente no se interesaron en el nordeste ni en el
oriente de Antioquia para expandir sus territorios y los cam-
pesinos que en estas regiones decidieron enfrentar a las gue-
rrillas les tocó o unirse al Ejército o huir de su región porque
los narcos sólo apoyaron a los campesinos en el Magdalena
Medio inicialmente. Por esta razón el fenómeno no prosperó
en el nordeste antioqueño, porque las tierras no eran produc-
tivas, y porque los narcos ya tenían para su negocio lo que
necesitaban.
Por esta razón, en lo que a mí concierne, los nexos con
las autodefensas fueron tangenciales y coyunturales, porque
fuimos destinados a pelear con las guerrillas justo en el sec-
tor donde no prosperó el fenómeno como sí pasó en Puerto
Boyacá y en el resto del Magdalena Medio.
Los soldados que estábamos entrenando, a parte de que
eran
ALDO CÍVICO obligados y no querían estar allí, fueron sometidos a
una gran presión psicológica: les tocaba ver llegar los heli-
cópteros llenos de soldados muertos y heridos, que venían
de los campos a donde habían sido nuevamente enviados a
pelear con las guerrillas. Los resultados fueron desastrosos y
la superioridad de la guerrilla en el campo era abrumadora,
la escasez de recursos en el Ejército hacía que más bien ese
pareciera un Ejército de menesterosos, no había uniformes,
los fusiles eran viejos, y casi no funcionaban correctamente,
no había'plata para comprar aceite para el mantenimiento de
los mismos. En una ocasión, en un ataque de la guerrilla, nos
tocó lubricar los fusiles con aceite de cocina y con margarina
vegetal; se escuchaban historias de que, en casos similares, a
los soldados les había tocado lubricar los fusiles con pedazos
de tocino de cerdo o con piel de gallina. No era difícil encon-
trar que en el monte los soldados patrullaran envueltos en
una toalla o en una cobija ante la falta de vestidos para re-
emplazar a los que se habían podrido por la inclemencia del
tiempo, por el sudor, por el roce con la vegetación, etc.
Todo eso hacía que se viera con simpatía a esos grupos
de civiles que combatían a la guerrilla mejor armados, dota-
dos y abastecidos que el mismo Ejército. Los comentarios
iban y venían. Aunque no se dejaban ver, todos sabíamos que
cerca de allí, en Puerto Berrío, se mantenían como Pedro por
su casa y que apoyaban al Ejército en operaciones en contra
de las guerrillas; también los cabos y los sargentos que me
asignaron a la compañía contaban historias de cómo se desa-
rrollaron los hechos en la región en los áños inmediatamente
anteriores, y miraban esa época como añorando poder hacer
lo mismo en la región del nordeste. En una ocasión, estando
aun en ese periodo de entrenamiento, me enviaron a hacer
, 145
un reten, y requisando a un joven campesino le encontramos Las guerras
de "Doblecero"
un montón de fotografías donde aparecían gran cantidad de
personas posando con uniformes militares y modernas armas
de guerra. Yo pensé que era un guerrillero y lo detuve y lo
llevé al batallón, donde lo interrogaron y luego de hacer al-
gunas verificaciones lo pusieron en libertadad, no sin antes
llamarme el coronel que comandaba el batallón a tratar de
explicarme que existían ciertos grupos y que tal... me echó
el cuento que yo ya sabía desde antes de ingresar al Ejército.
Yo me hice el que no sabía nada y me limité a escuchar con
atención.
Más adelante, y ya estando en la selva en operaciones
contraguerrilleras, pude escuchar de boca de los campesinos
y de boca de algunos de los suboficiales que andaban con-
migo, las historias del secuestro del padre de Fidel y de las
operaciones de retaliación que él montó después con el mis-
El subteniente Garda en un campamento tomado por el Batallón Bombona al
ELN, en la región de Segovia, Antioquia, en 1987.
Foto archivo particular.

mo Batallón Bomboná, estuvimos en esos puntos y práctica-


mente, entre unos y otros, me recrearon todo lo que había
sucedido un año y tinos meses atrás.
Después de permanecer casi dos años en esa compañía
me enviaron nuevamente a las cercanías de Puerto Berrío.
Un fin de semana me enviaron con una orden de operaciones
a realizar un retén de forma permanente durante 48 horas
en un cruce de caminos cerca de Puerto Berrío. Estábamos
en esas cuando de un momento a otro aparecieron varios
vehículos tipo 4 x 4 llenos de gente y se metieron dentro de
nuestro dispositivo. Cuando los tipos se dieron cuenta, ya no
pudieron retroceder, puesto que estaban rodeados por mis
soldados que les apuntaban con sus armas. El que parecía ser
el jefe gritó y dijo que eran de las autodefensas campesinas y
que quería hablar con el comandante. Por instrucciones mías
un soldado les dijo que se entregaran, que el comandante no
hablaba con nadie armado; luego de unos instantes en que
volvieron a repetir su solicitud y al ver que la cosa era como
seria y luego de unos instantes de vacilación, los ocupantes de Las g u e r r a s

los vehículos decidieron entregar sus armas a los soldados. de "Doblecero"

Luego vino el comandante de ellos y se identificó como


alias "Lichiguero" y me dijo que todo eso era coordinado
directamente con la sección de inteligencia de la Brigada y
comenzó a decirme que llamara al uno y al otro para que au-
torizaran no sólo que los dejara libres sino que les devolviera
las armas y que los dejara continuar su camino. Pues yo le
dije que él no estaba en condiciones de dar órdenes y que las
órdenes ahí las daba era yo. El tipo seguía con la insistencia
y me contaba historias y más historias de lo amigos que eran
ellos con el Ejército y de cómo le ayudaban ellos al Ejército
y todo eso. Me insistía en que llamara por allá a no sé quién,
que de lógica no era mi comandante superior y por lo tanto
no tenía que llamar a nada. Yo le dije al tipo: "mire, es que
a mí me enviaron acá a hacer un retén y a controlar todo lo
que pase por este punto; si a mí mi comandante superior me
da la orden por escrito de liberarlos a ustedes y de entregarles
sus armas y de dejarlos seguir su camino, pues yo no tengo
ningún problema y no los considero a ustedes como mis ene-
migos, pero si yo hago eso por cuenta propia y ustedes salen
felices de acá, y van y hacen una masacre de guerrilleros o
de lo que sea, tarde o temprano todo el mundo se va a dar
cuenta de que ustedes cruzaron por acá y de que yo los dejé
cruzar, y los muertos que ustedes maten me los van a cobrar
a mí, y yo no voy a responder en esta guerra sino por mis
propios muertos, que yo sé por qué los maté y en qué cir-
cunstancias y que más adelante yo pueda dar explicaciones
sobre eso a quien corresponda".
Le dije además "y es que no crea que es que yo soy tor-
cido o que no simpaticé de alguna forma con la contrainsur-
ALDO CÍVICO gencia civil, pero la verdad es que simpatizo más conmigo
mismo y no voy a pagar por lo que yo no haga o por lo que
hagan otros a los cuales yo no conozco y no sé si me dicen la
verdad y cuáles son sus verdaderas intenciones".
El tipo seguía insistiendo y por último, y ante tanta in-
sistencia, le dije: "mire, Jo voy a dejar que vaya y mueva sus
influencias y sus contactos y si me trae lo que yo le digo, una
orden directa firmada y confirmada por alguien que yo pue-
da identificar como de mi cadena de mando, pues yo no ten-
go problema, ni con usted ni con los suyos. Si eso no ocurre,
pues cuando cumpla mi tiempo acá yo paso un informe a mis
superiores poniendo a disposición los resultados de la opera-
ción en cuanto a armas, vehículos decomisados y capturas".
La verdad es que el tipo se fue a mover sus influencias, y
no lo volví a ver. Luego terminó mi tiempo, pasé el informe
y puse a disposición los detenidos y las armas, lo mismo hizo
el batallón con la Brigada. Ya en la Brigada fueron liberados y
les devolvieron sus armas y vehículos. Ese fue el trámite que
le dieron a ese incidente; ningún coronel o general quería
quedar como pidiéndole un favor por escrito a un teniente,
así fuera en términos de orden. A mí eso no me importó, yo
hice lo que tenía que hacer. Si más adelante resultaba algún
problema con eso, el problema sería para el que los dejó li-
bres y no para mí, pero de lógica no habría, ni hubo, ningún
problema con eso.

Marzo 17, 04-21:54


Cuando hablamos de una zona limpia, así como hablamos
del Magdalena Medio por esa época, nos referimos a un tér-
mino militar de zona u objetivo despejado de elementos hos-
tiles del enemigo. Realmente el Ejército colombiano nunca
149
ha limpiado una zona o región, puesto que es prácticamente Las g u e r r a s
de "Doblecero"
imposible. La región, del Magdalena Medio por esa época fue
limpiada o despejada de elementos hostiles del enemigo por
parte del movimiento de autodefensas campesinas, el cual,
como hemos visto, al poco tiempo de su aparición espontá-
nea fue infiltrado por los capos narcotraficantes que lo con-
virtieron eñ una fuerza mercenaria a su servicio67.
Para lograr estas personas limpiar el Magdalena Medio
recurrieron a los mismos métodos que utilizaba la guerrilla

67 «[...]E1 Banco de Datos del CINEP registró 70 masacres [...] en regio-


nes caracterizadas por ser escenarios de conflictos agrarios o laborales,
cómo el Magdalena Medio y Urabá, municipios donde la Unión Patriótica
[UP] podía obtener significativos resultados en los comicios electorales de
1986 y 1988 o en los que efectivamente los obtuvo.» Tomado de Manuel
Alcántara Sáez y Juan Manuel Ibeas Miguel, Colombia ante los retos del
sigb XXÍ; Desarrollo, democracia y paz, Universidad de Salamanca, 2001,
p. 253.
en contra de la clase media campesina, esto inicialmente; lue-
go, cuando se dio la penetración del narcotráfico, con esto
llegaron mercenarios ingleses e israelíes68 que instruyeron a
los mercenarios al servico de los capos narcotraficantes en
técnicas de sicariato y de supuestas operaciones de coman-
do, todo esto generó unas prácticas, que más adelante fue-
ron bien difíciles de superar, puesto que los instruidos por los
extranjeros se convirtieron en los instructores del resto de
la tropa de campesinos y esas metodologías hicieron carrera
por esa época en el paramilitarismo.
Basados en las técnicas de endurecimiento de la volun-
tad de lucha que trajeron los extranjeros, que trajeron los ca-
pos narcos para entrenar a sus sicarios, es que se cometieron
muchas injusticias en el Magdalena Medio y en las regiones
^ a donde después fueron exportados estos mercenarios por
ALDO Cmco Gonzalo Rodríguez Gacha, el "Mejicano".
Rodríguez Gacha tenía en los llanos orientales su pun-
to de recibir base de coca, procesarla y luego, ya procesada,
enviarla al norte del país en donde finalmente la exportaba
hacia EE.UU. Las Farc le protegían sus cargamentos en el
sur del país, pero un día esperaron a que en un laboratorio
de los llanos hubiera un alijo grande de coca, irrumpieron y

68 «[...] En el caso de las Autodefensas Unidas de Colombia, los principales


mercenarios extranjeros provinieron de Israel, Gran Bretaña y Australia.
Sin duda, el más renombrado ha sido Yair Klein, cuya historia fue relatada
en el libro del periodista Jairo Tarazona El profeta de la muerte (Planeta,
2008). Klein, quien entrenó a los escuadrones de la muerte de Pablo Esco-
bar, Gonzalo Rodríguez Gacha y Carlos Castaño a fines de los años 80 en
el Magdalena Medio, está recluido en una prisión en Moscú desde agosto
de 2007 por solicitud de Colombia ante Interpol.» Tomado de Eduardo
Pizarro Leongómez, "Los profetas de la muerte", diario El Tiempo, 15
de junio de 2009, en <http://w\vw.eltiempó.com/opinion/columnistas/
eduardopizarroleongmez/los-profetas-de-la-muerte_5440334-l>
asesinaron a las personas que estaban cuidando la droga y se
apoderaron de ella. El Mejicano dijo entonces que no iba a
pagar más vacuna a las Farc y que les iba a dar era guerra,
que para eso él tenia su propio Ejército, ahí fue cuando co-
menzó a enviar a sus mercenarios del Magdalena Medio, ha-
cia los llanos Orientales y hacia los llanos del Yarí y hacia el
Putumayo. Pronto las Fardes demostraron a los mercenarios
del Mejicano lo fuertes que eran en las selvas del sur del país.
La reacción del Mejicano fue "pues si las Farc son fuertes
en las selvas del sur, yo les voy a demostrar quién manda en
el norte y en las ciudades" y comenzó el exterminio de todos
los militantes de la Unión Patriótica a nivel nacional, montó
un sistema de pagar por esas muertes y de esta forma todo un
ejército de sicarios se dedicaron por todo el país a dar cacería
a la gente, no sólo de la UP, sino de todos los movimientos
& 1 5 1

de izquierda que tuvieran alguna clase de vinculación con las Las guerras
de "Doblecero"
guerrillas. Esto era mirado por algunos elementos de las FF.
MM. con indiferencia y probablemente hasta con satisfacción.
Probablemente los sicarios del Mejicano fueron apoyados en
muchas ocasiones por las autoridades militares, pues el nar-
cotráfico estaba realizando el trabajo sucio que no tuvieron
necesidad de realizar ellos. Esto le valió al Mejicano unos
cuantos años de libertad de movimiento y de impunidad.
Sólo después de que los narcos decidieron enfrentar al Estado
fue que se les acabó ese matrimonio por conveniencia.
Hay que tener bien claro que la extinción de la UP por
parte del Mejicano y sus sicarios fue el resultado de un en-
frentamiento entre éste y las Farc por razones de desacuerdo
en cuanto al narcotráfico.
Salvo casos aislados, las FF.MM. no se involucraron en
la guerra sucia de forma directa, para eso estaban los narcos
ansiosos de cumplir con las recomendaciones de algunos es-
trategas a cambio de que las FF.MM. se hicieran los de la
vista gorda con sus actividades de producción y exportación
de narcóticos.

Marzo 19, 04 -12:16 pm


El nordeste y el oriente antioqueños comenzaron a ser in-
teresantes para las autodefensas mucho después, como por
el año 97, dado que ya se tenía algún control sobre la región
de Urabá y parte del norte de Colombia. Entonces algunos
ganaderos que tenían sus intereses en estas regiones comen-
zaron a solicitar que les enviaran de Urabá a personas que les
colaborarán para enfrentar a las guerrillas69.
Claro, que hay que tener en cuenta que hacia estas regio-
nes esporádicamente los paramilitares del Magdalena Medio
hacían incursiones en contra de las guerrillas, dado que estas
regiones son colindantes con el Magdalena Medio.
Después de que le secuestraron a su padre, Fidel Castaño
realizó varias incursiones retaliatorias o de castigo en áreas
de los municipios de Segovia y Remedios, pero no prosperó
en la idea de organizar en esta región un movimiento como
el que estaba surgiendo en el Magdalena Medio. Él se fue

69 «[...] 1997 fue una época clave para los paramilitares. En este año, Car-
los Castaño logra integrar los diferentes grupos que delinquían en el país
constituyendo las Autodefensas Unidas de Colombia. Estas marcarían
una de las épocas mas sangrientas de la historia del país, en la que se
registrarían más de mil masacres, millones de personas desplazadas por
la violencia, la alianza de paramilitares y políticos en las regiones y la
expansión del poder paramilitar en todo el país.» Tomado de "La ex-
pansión: el nacimiento de las Autodefensas Unidas de Colombia (1997-
2002)", verdadabierta.com, en <http://www.verdadabierta.com/web3/
la-historia/periodo3>
después de eso para el sur del departamento de Córdoba y
compró la finca Las Tangas.
Yo comencé a escuchar de Fidel ya estando en el Ejército,
porque la revista Cromos sacó un reportaje especial sobre una
incursión a las veredas Cañaverales y Manila en Remedios,
Antioquia. En este reportaje el cura de Remedios, un padre
de apellido Yepes, denunciaba a Fidel Castaño y al Batallón
Bomboná como responsables de una masacre de supuestos
campesinos en estas veredas70. Esto fue a finales del año 83 o
a principios del 84, luego en el año 86, ya estando nosotros
en el monte combatiendo con las guerrillas, un suboficial que
pertenecía a mi unidad y que había participado en algunas
de las operaciones conjuntas de Fidel con algunos miembros
del Ejército, me relató algunos detalles de las mismas y me
contó más o menos la historia del secuestro y de la muerte
153
del padre de Fidel por parte de las Farc y de las retaliaciones Las g u e r r a s

de este en contra de la guerrilla. de Doblecero

Luego, a finales de ese mismo año, recibí la orden de mar- '


char rápidamente con mi unidad hacia el municipio de Amalfi,

70 «[...]según el padre Gabriel Yepes, párroco de Remedios "...la Policía de


Remedios y Segovia recibió 36 motos de manos de Fidel Castaño, con
las cuales lo escoltaban cuando él salía por ahí a tomarse unos tragos.
El Ejército también lo cuidaba como si fuera otro general" [Periódico El
Colombiano, 4 de octubre de 1998]. Los mismos Fidel y Carlos Castaño
Gil lo reconocerían después ante la opinión pública: "Nos fuimos a la
base militar de Segovia que pertenece al Batallón Bomboná. Todos juntos,
cuatro hermanos: Fidel, Reinaldo, Eufraelo y mi persona. Llegamos allí y
les contamos nuestra tragedia... y les dijimos: "Nosotros conocemos estos
sitios por donde se desplaza la guerrilla. Que yo conozco una casa donde
duermen. Que yo conozco una donde dejan el mercado. Que yo sé por
qué camino cruzan". Y el Ejército nos integró como sus guías. Hicimos
muchísimas operaciones con buenos resultados".» Tomado de Colombia
nunca más, equipo Nikzor, en < http://wvw.derechos.org/nizkor/colom-
bia/libros/nm/zl4I/cap7.html>
' j i , "•' - ..-1 El subteniente Garda posando
. ' _\ , / ' / • • ¿ 'i con un.subfusilUzi incautado a
« "_ i ' / - " 1/,-c"-''1^'""' la guerrilla, en 1987.
' - •"*"*.. 1 Foto archivo particular.

dado que una columna del M-19 amenazaba con atacar el mu-
nicipio; allí acampé, en una finca que concidencialmente era
donde habitaba la madre de Fidel, doña Rosa, una mujer hu-
milde y sencilla con la cual hicimos una buena amistad y que
me acabó de corroborar la historia de las desgracias que les
habían sucedido de cuenta de las guerrillas y que ella tenía un
hijo al cual todos llamaban el Patrón, que era Fidel, y que esta-
ban trabajando en unas fincas en Córdoba, etcétera.
La ratina de un soldado en combate
Le voy a relatar cómo era más o menos un día en mi unidad
de combate por esa época.
En la región donde operábamos, las Farc y el ELN te-
nían casi que un control absoluto sobre la población civil.
La unidad de combate básica era un pelotón compuesto por
un oficial, cuatro soboficiales, normalmente debería estar un
sargento antiguo, con buena experiencia de combate, para
que asesorara al oficial que normalmente era un joven re-
cién salido de la Escuela, con muchos conocimientos, pero
sin experiencia en combate; además de 36 soldados rasos y
cuatro dragoneantes, que eran unos soldados distinguidos y
con un poco más de experiencia. Las armas eran 43 fusiles
G3 de calibre 7.62, con cargador de 20 cartuchos. La dota-
ción de cada hombre era de 5 cargadores y 100 cartuchos más 155
dé reserva para un total de 200 cartuchos por hombre, pero de^Dobfecerc
nosotros además cargábamos más munición por nuestra
cuenta; cada hombre debería llevar dos granadas de mano y
algunas granadas de fusil distribuidas por escuadras. Además
cada escuadra cargaba un lanzacohetes desechable o rocket
law de 66 mm; también llevábamos una ametralladora M60
que estaban recién llegadas al país, con 1000 cartuchos. Para
las comunicaciones se cargaban dos pesados radios PRC 77,
que nos permitían comunicarnos con las otras patrullas y con
las bases adelantadas y con el comando del batallón, utilizan-
do una repetidora. Los abastecimientos se realizaban a veces
cada 10 días y a veces cada 15 días, dependiendo de si en el
área de operaciones había carreteras o no, porque normal-
mente estos abastecimientos llegaban en carros civiles que
eran contratados por el Ejército con esa finalidad. En esa épo-
ca no había disponibilidad de helicópteros, los apoyos aéreos
los prestaba la Fuerza Aérea, pero para que, en caso de un
combate tuviéramos apoyo aéreo, tendría que ser por una si-
tuación bien grave y aun así los apoyos a veces se demoraban
hasta días en llegar.
En la patrulla, que era la unidad que uno mismo ha-
bía entrenado, la cual estaba organizada a cuatro escuadras y
cada escuadra estaba organizada en tres equipos de combate,
además de que dos escuadras conformaban una sección, en-
tonces quedaban dos secciones de 21 y de 22 hombres, aproxi-
madamente, para operar en apoyo mutuo aprovechando las
condiciones del terreno y poder moverse con seguridad, sin
ser descubiertos por nadie, porque en caso de que algún civil
nos observara era lo mismo que nos hubiera visto la guerri-
lla. Además de su armamento de dotación, cada hombre de-
bería cargar la comida, básicamente granos y enlatados, que
ALDO CÍVICO tenían que durar 10 o 15 días, así como sus elementos perso-
nales (hamaca, cobija, toldillo para evitar los mosquitos, un
plástico para poner encima de la hamaca en forma de carpa,
un vestido de repuesto, su ropa interior y útiles de aseo), un
machete, linterna, etc.
Realmente era difícil moverse con todo eso dentro de
un morral y con este a la espalda y estar pendiente mirando
para todos lados, a ver dónde se observaba algo extraño, pero
bueno, para eso era el entrenamiento.
Las patrullas entrenaban todos los movimientos, pri-
mero por equipos, luego por escuadras, secciones y al fi-
nal, la patrulla completa. Cada uno tenía una función de-
terminada para cada momento, pero todos los miembros
de la patrulla estaban en condiciones de desempeñar todas
las funciones que se requerían: explorador, puntero, con-
trapuntero, seguridad, observación, emboscada, y como
miembro de un equipo de fuego en alguna maniobra o
combate que se presentara. Así se movía la patrulla, el co-
mandante observaba y analizaba el terreno y escogía la ruta
del movimiento y las maniobras que debería ejecutar cada
escuadra para brindar la protección, en contra de la vista o
del fuego enemigo, o para responder o reaccionar ante cual-
quier situación imprevista. El comantante escogía, además,
cuál era el sitio donde la patrulla iba a descansar y durante
cuánto tiempo, todo esto dependía de la situación táctica,
que era informada por radio o por la misma patrulla que
hacía su propia inteligencia de combate por medio de ob-
servaciones o de interrogatorios a civiles o guerrilleros que
eran capturados.
En un día normal en el cual la patrulla se fuera a mo-
ver, en misión de registro de terreno, inteligencia, localiza-
ción y búsqueda del enemigo. La levantada era a las cuatro Las guerras
de "Doblecero"
de la mañana, todos en silencio se colocaban las botas y se
disponían a ocupar los puestos de combate que desde el día
anterior, antes de pasar al descanso, habían sido debidamente
distribuidos, señalados y ensayados. A esa misma hora salía
una patrulla de reconocimiento, la cual estaba compuesta
por una escuadra; esta patrulla realizaba un reconocimien-
to de todo el perímetro buscando señales de movimientos
o presencia del enemigo durante la noche. Mientras tanto
los rancheros preparaban el desayuno; desde el día anterior
una escuadra había traído la leña y le había quitado la cor-
teza para que al quemarla esta no hiciera humo, además de
haber traído el agua necesaria para cocer los alimentos. Si a
las seis de la mañana el enemigo no había atacado, entonces
cada uno pasaba a organizar su equipo para tenerlo listo para
salir, a las 6:30 debería estar regresando la patrulla de recono-
cimiento y cada escuadra iba pasando a tomar el desayuno.
También a esa hora el comandante se comunicaba por radio
con el comando superior para reportar la situación y para
recibir nuevas instrucciones de acuerdo con la situación tác-
tica; después de tomado el desayuno y terminada la comuni-
cación con el comando superior, el comandante reúne a los
suboficiales y a los dragoneantes y les explica la situación y el
esquema de lo que quiere el comando superior que ejecute
la patrulla y el concepto que el propio comandante tiene de
la situación, se reciben críticas y recomendaciones y se acaba
de completar el plan inicial para el día de la patrulla; después
cada suboficial se reunía con su escuadra y le informaba qué
movimientos se realizarían durante ese día y qué se esperaba
de cada escuadra y de cada soldado.
De ahí se partía con los movimientos necesarios, des-
158
ALDO CÍVICO cansando cada hora aproximadamente, si todo transcurría
sin novedad, los movimientos en la dirección que se reque-
ría, la patrulla se movía hasta las 4 o 5 de la tarde, hora en la
cual se escogía el sitio para descansar, se hacían los registros
perimétricos para evitar campos minados o posibles ataques
nocturnos, se ocupaba el sitio y se ordenaba traer agua para
cocinar los alimentos y se ensayaban los planes de seguri-
dad y de reacción ante posibles ataques. A las 6 de la tarde
se realizaba el otro enlace radial con el comando superior
y, dependiendo de eso, se continuaba en el mismo lugar o
se realizaba algún movimiento nocturno, independiente de
esto y de acuedo con la situación táctica, se montaban obser-
vatorios o emboscadas sobre caminos por donde se pensaba
que podrían pasar las guerrillas.
En un próximo correo le cuento de una acción típica de
combate de esa época.
Marzo 20, 04 - 12:47 pm
En el año de 1987, encontrándome en la base de Segovia
en recuperación y descanso con mi unidad, en las horas de
la mañana se realizó el programa con las unidades que se
encontraban en el área, pero dos unidades no se reporta-
ron, lo cual para esa época era normal puesto que los radios
de comunicaciones eran muy obsoletos y para comunicarse
tocaba subirse a cerros altísimos y en algunos sectores no
entraba la comunicación o simplemente la selva y la espesa
vegetación absorbían la señal y la unidad se quedaba inco-
municada.
Como a eso de las ocho de la mañana llegó a la base un
suboficial que, si bien no estaba herido, sí estaba todo ensan-
grentado y comenzó a contar cómo ellos se encontraban la
noche anterior en una fiesta con los soldados y con abundan-
159
te compañía femenina en el caserío de Machuca cuando a eso Las g u e r r a s
de "Doblecero"
de las tres de la mañana, que decidieron regresar al sitio don-
de estaba acampada la otra unidad, fueron emboscados por
la guerrilla del ELN, la cual casi extermina por completo a las
dos escuadras que estaban de rumba con los dos tenientes y
algunos suboficiales.
La situación era confusa puesto que era la primera no-
ticia que teníamos sobre eso y los datos que aportaba el
cabo eran bien fragmentarios. Él contaba que el ataque fue
generalizado y que cuando los emboscaron a ellos, simul-
táneamente atacaron a la otra parte de la tropa y que él no
sabía qué había pasado con ellos, que lo único que sabía
era que a él le había tocado salir corriendo y esconderse en
una casa desde donde podía ver y escuchar todos los movi-
mientos de los guerrilleros, los cuales, según el cabo, eran
muchísimos y habían logrado, después de casi dos horas de
combate, obtener el control de la situación, que él había
visto cuando se llevaban a otro cabo secuestrado y que no
sabía qué había sucedido con el teniente y con el resto de
la tropa.
El capitán que estaba encargado de la base de Segovia
informó estas novedades y desde Medellín enviaron un he-
licópltero para hacer un reconocimiento aéreo y tratar de
hacer contacto con los sobrevivientes. Machuca es una po-
blación que está a unos 40 km al norte de Segovia, pero la
carretera para ir allí bordea un cañón en una zona selvática
que era controlada por las guerrillas, y esto hacía casi impo-
sible enviar refuerzos rápidamente por tierra dado que serían
exterminados por las emboscadas guerrilleras; sin embargo,
ante lo desesperante de la situación, el capitán me ordenó
^ que alistara mi patrulla para salir en apoyo de las tropas ata-
. Aldo C m c o cadas. Yo le respondí que mi unidad no estaba lista para ir al
combate puesto que tenía 14 hombres con picaduras de pi-
to71, a lo cual me respondió que entonces alistara otra unidad
que estaba de descanso y que yo hiciera las veces de coman-
dante de esa puesto que el comandante titular se encontraba
de vacaciones.

71 «[...]la más temida es quizá la enfermedad de Chagas, conocida común-


mente como "Picadura de Pito". [...]es una enfermedad de transmisión vec-
torial, es decir, llega al hombre por medio de un parásito, que en este caso
se llama Trypanosoma Critzi. Este se transmite mediante las heces de un in-
secto conocido científicamente como Rhodnius Prolectus de la familia de los
treatominos, y en la sabiduría popular es sencillamente reconocido como
pito. [...]en la fase aguda (recién se infecta la persona), se puede presen-
tar fiebre, un poco de malestar general, aunque en ocasiones puede pasar
desapercibida [...].» Tomado de "Chagas, una enfermedad que se comba-
te con el teatro", investigación de la Universidad Industrial de Santander,
portal del Comité Universidad Empresa Estado de Santander (CUEES), en
<http://w\vw.santanderinnova.org.co/revista/8-Chagas.pdí>
Reuní a los soldados y a los suboficiales y les expliqué
la situación y les di las órdenes correspondientes y luego fui
por mis cosas, a alistar todo lo necesario y a cuadrar con el
capitán cuál sería el esquema de la operación, y qué era lo
que iríamos a hacer. El esquema de operación era sencillo:
un pelotón al mando de un capitán llegaría directamente al
sitio del ataque y reorganizaría las tropas que habían que-
dado dispersas y con estas iniciaría la persecusión del grupo
atacante y yo con mi nueva unidad me movería por la selva
para tratar de cortarles la retirada e interceptarlos y obligar-
los a presentar combate.
Yo arranqué en forma inmediata, con mi nueva unidad,
me moví inicialmente por unas trochas carreteables con el
fin de ganar tiempo y con la idea de internarme en la selva
por la parte que yo había estudiado en el mapa que sería la
forma más segura y al mismo tiempo rápida para llegar hasta
el sitio o el área de interceptación con el grupo atacante que
se estaba retirando.
Pero cuál no sería mi sorpresa cuando se terminaron
las trochas por las cuales avanzábamos uno detrás de otro y
comencé a ordenarle a la tropa que realizara maniobras que
nos permitieran hacer las descubiertas necesarias para avan-
zar con seguridad, y esos soldados no sabían hacer nada de
eso. Los reuní entonces en un claro de la selva y comencé
a pasar revista del nivel de instrucción y entrenamiento de
ellos, y realmente estábamos en un gran problema; si por
cualquier razón nos hubiéramos encontrado a la guerrilla
en ese momento, esa gente no tenía idea de lo básico de
entrenamiento de operaciones tácticas. Después de darme
cuenta de qué sabían y qué no, me reuní nuevamente con
los suboficiales y montamos un plan de entrenamiento so-
Disfrazado de guerrillero en una operación de inteligencia en el nordeste
antioqueño, en 1987.
Foto archivo particular.

bre la marcha, o sea que a medida que avanzábamos tenía-


mos que irles enseñando a los soldados todo lo que ellos
requerían saber; yo reuní a toda la tropa y les dije "mucha-
chos, vamos para el área base del ELN, allí es donde hace
apenas un mes se reunieron todos los líderes guerrilleros
del país y conformaron la Coordinadora Guerrillera Simón
Bolívar72. Si ustedes no ponen atención a las instrucciones y
si no ponen en práctica a cabalidad todo lo que van a apren-
der de acá en adelante, probablemente muchos de nosotros
nunca regresemos a nuestros hogares". Así, con esta moti-
vación y otras, los jóvenes se pusieron en buena disposición
para aprender y trabajar duro, y comenzamos a avanzar
mientras les dábamos clase a los soldados en plena selva.
Como a los cinco días estábamos descansando en un ce-
rro cuando escuchamos gran cantidad de disparos, ráfagas
y explosiones, prendimos el radio y nos comunicamos con
la patrulla del ckpitán que habían mandado a reorganizar
y a perseguir a/ios guerrilleros. Los tenían emboscados en
un claro de la selva y por el ruido podíamos calcular que se
encontraban como a unas dos horas de nosotros: como el
163
capitán desde donde se encontraba no tenía comunicación Las guerras
de "Doblecero"
con el comando superior y yo sí, entonces le hice el puente
para que pudiera informar las coordenadas del sitio don-
de se encontraba bajo ataque y del batallón le prometieron
que le enviarían un helicóptero para ayudarlo ametrallando
desde el aire y para tratar de evacuar sus heridos. Luego de
eso que demoró como unos diez minutos, pues cuando eso
no existían los GPS y para calcular las coordenadas tocaba

72 «[...] En ese tiempo [1985] [los del M-19] conformaron la Coordinadora


Nacional Guerrillera (CNG] en asocio con el Comando Ricardo Franco
Frente-Sur y el Comando Quintín Lame, en 1987 esta Coordinadora se
reestructuró, añadiéndose las Farc, el EPL y el ELN y se dio a conocer
como Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB). El propósito de
esta Coordinadora era presentar un frente unido en las negociaciones de
paz emprendidas con el gobierno y además realizar acciones militares
conjuntas.» Tomado de "Historia del M-19", Caracol radio, noviembre 2
de 2005, en <http://www.caracol.com.co/nota.aspx?id=217510>
sacar la carta y una reglilla de grados y milésimas y ponerse
uno a hacer cuentas con regla de tres y todo.
Después nos pusimos en camino al trote para llegar al
sitio del combate, escondimos nuestras mochilas y seguimos.
Como a las dos horas comenzamos a sentir que estábamos
encima del combate y que prácticamente ya estábamos lle-
gándoles a los guerrilleros por la espalda; nuestro avance ha-
bía sido sólo por la selva, sin contacto con trochas, caminos,
casas, campesinos, etc., de modo que la guerrilla creía que la
única tropa en el área era la que ellos tenían dentro de la em-
boscada y cuando sus grupos de seguridad sintieron que nos
tenían por detrás comenzaron a disparar con desespero pero
inmediatamente cundió el desorden y la confusión en los
guerrilleros y se dio una gran desbandada; eso corrían gue-
rrilleros disparando por todos lados y se formó una especie
164
Aldo Cmco de guerra de todos contra todos. En esos momentos para mí
lo más importante era mantener el control de mis hombres,
aunque algunos se emocionaron y se fueron a perseguir a los
guerrilleros que huían. Los disparos continuaron en forma
esporádica por una hora más, y ese día apenas tuvimos tiem-
po de reorganizarnos para pasar la noche con seguridad pues-
to que con la oscuridad hubo que suspender los movimientos
ante la evidencia de campos minados en la zona.
Al otro día, por la mañana, seguimos haciendo los re-
gistros y los balances de bajas enemigas y de material cap-
turado, lo mismo que la autocrítica de las actuaciones indi-
viduales de algunos de mis hombres, se cometieron errores
desde el punto de vista táctico, lo cual al menos en esa oca-
sión no tuvo consecuencias para nosotros y tal vez no se
dejó de golpear al enemigo por eso, pero en todo caso se
trataba de que esas fallas, que eran más bien resultado de la
falta de experiencia de combate de la tropa, no se volvieran
a presentar.
Esas operaciones continuaron por un mes más en el
cual nos tomamos uno de los campamentos centrales del
ELN. — ^
Y con respecto a su otra pregunta le puedo decir, con
toda sinceridad, que mientras estuve activo en el Ejército de
Colombia, no colaboré y no tuve nexos con las autodefensas.
Mis relaciones con ellos se dieron después de que ya me ha-
bía retirado.

E L RETIRO DEL EJÉRCITO

Marzo 25, 04 - 2:26 pm


Me había demorado un poco puesto que, como pensé que 165
nos veríamos, había realizado ciertas actividades con esa fina- Las guerras
lidad, lo cual ha requerido algo de tiempo; pero bueno, más
adelante probablemente tengamos la oportunidad.
No hubo un hecho determinado que me hiciera dejar el
Ejército, más bien fueron una serie de hechos. Como le esta-
ba contando, en un momento determinado, en determinadas
circuntancias, uno no luchaba tanto por sus ideas de defender
la democracia y todo ese cuento sino más bien por salvar la
vida propia y la vida de las personas de las cuales dependía
así mismo su propia vida; es que en combate se forma como
una especie de camaradería, que uno sabe que la vida de sus
hombres dependen de las decisiones que uno tome y que la
vida de uno como la de ellos depende de la forma correcta
o incorrecta en que ellos ejecuten esas órdenes. El caso es
que en un momento determinado a nosotros el Estado nos
envió con escasos recursos y medios a luchar en unas selvas
que eran controladas por el enemigo, y la supervivencia de
uno y sus hombres no dependía del apoyo que el Estado nos
pudiera brindar, como sí ocurre en la actualidad para cual-
quier militar colombiano, sino que en nuestro caso, la super-
vivencia de nosotros dependía única y exclusivamente de tus
habilidades y de tus capacidades.
En esos momentos uno allá, en la selva, sin conocer el
terreno, sin tener ninguna clase de apoyo de la población, sin
información, tenía un gran dilema: basar sus actuaciones en
los reglamentos de operaciones y muy probablemente entrar
a engrosar las cifras de las estadísticas de muertos en embos-
cadas o salirse un poco de estos con la finalidad de darle flexi-
bilidad a las operaciones con mayor cantidad de inteligencia
y de conocimiento del terreno. Eso lógicamente podía tener
serias implicaciones para la hoja de vida de un oficial, pero
en esos
ALDO CÍVICO momentos era más importante la vida misma que la
hoja y era preferible vivos yo y mis hombres que tener una
hoja de vida impecable y un ascenso postumo.
Yo lo que hacía de incorrecto para los reglamentos era
capturar algún civil y obligarlo a servirme de guía y de infor-
mante durante periodos de tiempo que oscilaban entre 8 y 15
días. Eso me daba buen resultado dado que el capturado, por
salvar su propia vida, no de nosotros sino de las guerrillas,
terminaba dando toda la información que tenía sobre estas,
cualquier persona que permaneciera algún tiempo en poder
de una tropa ya sería mirado con desconfianza por las guerri-
llas y lo más seguro es que esa persona tuviera que abandonar
la región tras la salida de las tropas del área de operaciones.
Yo sabía de las impicaciones legales que eso podía tener para
mí, y también de las posibles implicaciones que tenía para el
capturado, lo cual yo le explicaba ampliamente como parte
de la presión psicológica para que la persona informara todo
lo que sabía acerca de los movimientos de la guerrilla en la
región, métodos de operación, sitios de montaje de embosca-
das, campos minados, etc. Toda la información que yo nece-
sitaba para sobrevivir golpeando de paso a las guerrillas.
Las consecuencias de esto no se hicieron esperar: los
golpes propinados por nosotros a las guerrillas fueron con-
tundentes y los comandantes guerrilleros no tardaron en
descubrir cuál era mi estrategia de supervivencia y movili-
zaron a todos los campesinos de las veredas de Remedios y
Segovia para que abandonaran sus parcelas y se fueran en
un éxodo campesino a las cabeceras municipales a protestar
contra la presencia nuestra en las veredas, a presionar nues-
tra salida y a exigir una comisión del alto gobierno para que
investigara los supuestos atropellos, que aunque yo tengo
que reconocer que si efectivamente realicé varias detencio-
nes arbitrarias, el trato que recibieron los civiles fue un tra-
to como el que se daba a todos los miembros de la patrulla.
Nunca existieron malos tratos. El caso es que, a los pocos
meses de eso, fui llamado a un juzgado penal militar a ren-
dir descargos sobre estos hechos y más adelante fui citado
a las oficinas de la Procuraduría General de la Nación para
que leyera una disposición de la misma donde se me sancio-
naba con una suspensión del servicio activo por diez días y
para que interpusiera el recurso de reposición, pero al leer el
expediente que era como de unos 500 folios donde estaban
recopiladas todas las denuncias que hicieron los campesinos
que la guerrilla sacó a protestar, donde no sólo se me esta-
ba acusando y sancionando por lo que yo había hecho (no
estaban en ningún lado las denuncias de los civiles agravia-
dos por mis retenciones arbitrarias), sino por otra cantidad
de hechos que nunca habían ocurrido realmente y que sólo
estaban en la imaginación de los guerrilleros que enviaron a
los supuestos campesinos a denunciar y que de esta forma así
yo supiera que en el fondo no era completamente inocente,
de acuerdo con este expediente, el Estado mismo por medio
de una Procuraduría infiltrada por las guerrillas, me estaba
cobrando a mí en términos de arruinarme mi carrera militar,
los éxitos militares y los operativos que yo había tenido en
contra de las guerrillas.
Yo tomé mis riesgos al hacer las detenciones arbitrarias,
de las cuales no quedó registro alguno dado que los agrava-
dos no quisieron denunciar, porque no lo hicieron, tal vez
por lo que nosotros les inculcamos durante el tiempo que
estuvieron con nosotros sobre la necesidad de que todos los
colombianos hiciéramos una cuota de sacrificio para derrotar
a
ALDO CÍVICO los enemigos de la democracia o por que sintieron temor o
por lo que fuera.
Yo gané en la medida en que pude salir vivo con mis
hombres de la selva, pero lo que descubrí fue que el Estado
me cobró por cosas que no existieron y que el Ejército de
alguna forma no me apoyó y se hizo efectiva la suspensión,
sin que antes yo hubiera podido rendir mis descargos sobre
los hechos que se me imputaban. Con esa mancha en la hoja
de vida yo sabía que no ascendería mucho en el escalafón mi-
litar sin que en algún momento eso pesara seriamente en mi
contra; en ese momento comencé a pensar en que de alguna
forma el Ejército acabaría con mi juventud desgastándome
en la lucha en la selva y que más adelante, cuando ya hubiera
acabado con mi juventud y mi salud, sería desechado. En
ese momento comencé a pensar en retirarme y proseguir
con mis estudios de leyes que había iniciado en la Escuela
Militar. Realmente esa fue otra lucha, el Ejército no quería
dejarme retirar, fueron más de dos años enviando solicitudes
de retiro que eran ignoradas o archivadas; el Ejército nece-
sitaba oficiales jóvenes, sanos y valientes que dirigieran sus
tropas en combate y se negaba a dar el retiro a oficiales como
yo aduciendo miles de razones y poniendo trabas a las soli-
citudes.
Solo después de dos años, y no sin tener que recurrir a
que algunos superiores que me tenían estimación en lo per-
sonal apoyaran mi solicitud más como un favor personal que
como una obligación institucional.

"PARA MÍ NADIE MUERE JOVEN NI VIEJO, NI


TEMPRANO NI TARDE"
169
Con respecto al miedo, para mí es algo que se siente conti- deLas
" D oguerras
blecero"
nuamente como un fenómeno conciente, como parte de los
mecanismos de preservación. A uno lo entrenan para domi-
nar el miedo y para controlarlo y no dejarse dominar por él,
pero no para no sentirlo, miedo se siente continuamente, no
en el mismo grado, a veces en forma de incertidumbre sobre
el futuro y a veces en forma más inmediata, como cuando
uno se alia en una misión de combate y abandonaba algún
lugar en el cual había pasado algunos días, con una sensación
de aparente seguridad. En esos momentos se siente un gran
miedo, miedo de no volver, miedo de no regresar, miedo de
no volver a ver a sus seres queridos, miedo de no volver a
ver ni a mirar lo que en esos momentos sus ojos pueden ver,
eso siempre lo he sentido, cuando en las noches caminando
en la penumbra aproximándose a algún sitio donde se sabe
que se va a desarrollar una acción de combate, es un miedo
170 t
ALDO CÍVICO

Doblecero en el corregimiento de Santa Helena, Antioquia.


Foto archivo particular.

conciente, que se sabe que probablemente los que salimos no


regresemos todos nuevamente, es como ir pensando a quién
de nosotros le corresponderá hoy su cita con la muerte, ¿será
acaso hoy mi cita?
El otro miedo que se siente como mecanismo de pre-
servación es en el combate mismo, donde uno se siente in-
mensamente vulnerable, que uno es un blanco muy grande
para las balas del enemigo y que en cualquier momento uno
puede ser impactado.
El terror para mí es algo que yo como persona no de-
bería sentir, dado mi entrenamiento. Paradójicamente, no
comprendí el uso de la palabra terror y sus implicaciones en
la psicología y en las mentes de las personas, sino hasta el
año pasado en que tuve que enfrentarme contra la guerra de
terror psicológico de las narco AUC. Es que las acciones de
guerra tienen unas implicaciones psicológicas en la población
civil, pero yo nunca consideré el terrorismo como una meto-
dología de guerra de manera conciente, si bien es cierto que
al enemigo hay que afectarlo psicológicamete, nunca vi eso
como un arma que se usara en contra de la población civil,
como un arma de forma conciente, sino más bien como un
171
indeseable efecto colateral de la guerra y de las hostilidades. Las guerras
de "Doblecero"
Yo pienso que cada persona vino a este mundo a cum-
plir con determinada misión, la misión de todas las personas,
en este mundo y en esta vida, es igual de importante a los
ojos de un ser superior que es nuestro creador.
Yo creo que no se mueve la hoja de un árbol sin que en
ello influya la voluntad de un ser superior y es que sobre la
vida y sobre la muerte todavía hay muchas cosas que noso-
tros desconocemos y es tal vez porque nuestra capacidad de
entendimiento en estos aspectos está limitada, la verdad es
que yo considero que cada uno es la medida de sí mismo y
que cada uno de nosotros ha sido dotado de una conciencia
y que uno debe vivir de acuerdo y en consecuencia con su
propia conciencia, claro que también eso no aplica para las
personas que no han desarrollado la capacidad de autoper-
feccionamiento y de autocuestionamiento sobre cuál es su
verdadero rol o papel en esta vida, de acuerdo con su con-
ciencia y si está dispuesto o no a ser fiel a sí mismo y a su
propia conciencia.
La muerte para mí, que se puede decir que conozco
más muertos que vivos, es una cita que todos tenemos con
nuestro propio destino, en algún lugar, en algún momento,
con el paso del tiempo y cuando uno observa con deteni-
miento el actuar de determinadas personas, ha podido uno
predecir la muerte de las personas con algún tiempo de an-
ticipación, y no es, como se podría pensar, que es que uno
puede predecir eso, porque uno sea el determinador de las
muertes de esas personas, sino que es que cuando la gente
comienza a tener ciertos deseos o ganas de ir a determinado
lugar o que quieren hacer cosas que de acuerdo al sentido
común, sería mejor esperar o algo así. Uno puede afirmar
ALDO C m c o c o n E
L riesgo de tener algún porcentaje de equivocarse, que

esa persona debe seguir su camino y cumplir su inaplazable


cita con el destino.
Para mí nadie muere joven, ni viejo, ni temprano, ni tar-
de; simplemente uno se muere en la primera oportunidad de
hacerlo después de que uno ya cumplió con su misión en esta
vida, o tal vez, esa muerte y en la forma en que esta ocurra
puede ser la ailminación misma de su misión, y nadie muere
en vano, de todas las muertes alguien se ve afectado, alguien
aprende cosas para su vida y para su maduración.
En esto de la vida y de la muerte nadie tiene la razón
absoluta, sólo hasta que nos enfrentemos a ella podremos sa-
ber la verdad y la realidad; siempre me he preguntado ¿cómo
será?, ¿será que uno tendrá la oportunidad de tener una muer-
te consciente y de poder mantener la calma para organizar sus
ideas y poder tener claridad y serenidad en ese momento?
Morir es algo normal en la vida, es como nacer, pero es
que ambos momentos son como traumáticos en cierta medi-
da, por la forma en que lleguen a realizarse.
Bueno, me pedía algunas opiniones sobre estos temas,
y ahí las tiene.

L A LLEGADA AL PARAMILITARISMO

Abril 12, 04-1:19 pm


Después de solucionarlos problemas técnicos que he tenido
con mi equipo y que he podido estar unos pocos días en com-
pañía de mis seres queridos, espero me disculpe la tardanza
para continuar con nuestro trabajo.
Tenía pendiente el relato de la forma como terminé in-
volucrado con las autodefensas y también me había pedido
que le hiciera un relato de una de esas retenciones arbitrarias
que de alguna forma dieron al traste con mi carrera militar en
el Ejército Nacional de Colombia, además que me hace men-
ción a los aciagos días del año pasado y todo lo que ocurrió
en este periodo. A esto último creo que habría que dedicarle
mucho tiempo para poder contextualizar todos los aspectos
que incidieron en nuestra crisis; continuemos, o reiniciemos,
entonces.
Cuando me encontraba combatiendo a las guerrillas en
el nordeste antioqueño, como se lo estaba contando, todos
nos sentíamos maniatados por la alta infiltración de las gue-
rrillas comunistas en los entes de control del Estado, y en el
poder local; esto hacía que tanto las administraciones muni-
cipales, en gran parte del país, o al menos de los territorios
que estaban bajo el control de las guerrillas por esa época, y
de los entes que eran los encargados de supervisar el accio-
nar militar, con respecto a los DD.HH., no sólo fueran vistos
por nosotros como enemigos, sino que eran enemigos. Esto
generaba unos sentimientos muy grandes de frustración, por
un lado porque uno terminaba comprometiéndose con los
campesinos que en un momento determinado se revelaban
en contra del yugo con que la guerrilla los oprimía en los
campos desprotegidos por el Estado y veían en la presen-
cia de las tropas del Ejército que nosotros comandábamos
como la única alternativa para liberarse de esa opresión a que
los sometían las guerrillas; estas personas colaboraban con
el Ejército suministrando información y sirviendo de guías
en algunos operativos, la frustración llegaba tanto para ellos
como para nosotros cuando teníamos que dejar a estas per-
sonas prácticamente abandonadas a su suerte y nos tocaba
seguir en otra dirección, en la mayoría de los casos estas per-
ALDO C m c o sonas terminaban siendo asesinadas por las guerillas y a uno
le quedaba no sólo el resentimiento por la pérdida de un ami-
go, sino también un gran sentimiento de frustración por no
haber podido tener un verdadero compromiso de defender
a estas personas y hasta un sentimiento de culpa por tal vez
haberlas comprometido, sabiendo que no podríamos respal-
darlos efectivamente más adelante.
Todo esto me hacía divagar, aun estando en el Ejército,
con la posibilidad de dejar a un lado la legalidad y de afron-
tar un compromiso más en serio con las comunidades, algo
en que ellas sí pudieran confiar en que, más adelante no las
abandonaríamos a su suerte, a una muerte segura.
En medio de mis pensamientos y conociendo todos los
sufrimientos a que las guerrillas sometían y aún someten a la
población civil, pensaba que muchos campesinos, en medio de
su abandono, clamarían calladamente que ojalá viniera alguna
fuerza real y efectiva que pudiera librarlos definitivamente de
la opresión de las guerrillas y que por fin ellos pudieran volver
a trabajar el campo en paz, como lo habían hecho en los últi-
mos años antes de la aparición de las guerrillas.
Cuando por fin, después de pedir el retiro durante once
largos meses y de haber enviado nueve solicitudes con este
fin, me retiraron del Ejército. Como yo pensaba era en ter-
minar mis estudios de Leyes, en esos días un mayor retirado
también del Ejército, me planteó en una conversación la po-
sibilidad de ponerme en contacto con unos amigos de él, que
eran particulares pero que, como civiles, estaban en contra
de la guerrilla, con la finalidad de que yo les pudiera ayudar o
asesorar en tácticas militares, ya que estaba tan recién retira-
do (llevaba como un mes por fuera). A mí me gustó la idea, y
le dije que sí, que me pusiera en contacto con ellos, lo que yo
pensaba era que de alguna forma yo les podría ayudar a ellos,
mientras estudiaba en la universidad; yo pensaba, que podría
alternar una cosa con la otra. Pensaba que podría de vez en
cuando golpear a las guerrillas, lo cual para mí no era nada
nuevo y era la forma de continuar con mis ideas de ayudarle
a la gente del campo para librarse de la esclavitud a que las
guerrillas las tenían sometidas.

La primera vez con los Castaño


Pues mi amigo el mayor me llevó a una casa finca en un ex-
clusivo barrio de Medellín, en donde me entrevisté con va-
rias personas, en medio de esas entrevistas descubrí que se
trataba de los hermanos Castaño, pues aunque ellos no me
lo dijeron, como yo ya había estado en algunas de sus propie-
dades en Amalfi, pude reconocer a varias personas que había
visto allí. Ellos se referían a Fidel como el "patrón" y real-
mente no me dijeron, o no me dieron mucha información,
en qué se suponía iba yo a ayudarles; el caso es que Fidel no
estaba y él era el que decidía.
En medio de esas entrevistas pude conocer por prime-
ra vez a Carlos, el hermano menor de Fidel. Cuando me
regresé para mi casa a seguir con mis asuntos personales
pensé que realmente esto no resultaría o simpemente no
cristalizaría en nada. Un día recibí una llamada de parte de
ellos donde me citaban para que fuera a la casa en el barrio
El Poblado. Llegué allí y me encontré a Carlos reunido con
un grupo de hombres e inmediatamente les dijo: "mucha-
chos, este es el teniente nuevo que nos va a acompañar al
operativo" y de una vez a los carros y arrancamos. Por el
camino me fue contando que tenían una información de
dónde llegaría la guerrilla a cobrar una plata de una extor-
sión y que nosotros simplemente iríamos y los emboscaría-
mos. El operativo era en San Carlos; pasamos por Granada
y más adelante nos entregaron las armas que transportaban
en otro vehículo. Estuvimos como tres días con sus noches
esperando a los guerrilleros pero, al parecer, notaron algo
extraño y no pasaron por donde deberían pasar, luego re-
gresamos a Medellín y Carlos al final me dijo: "bueno, te-
niente, váyase para su casa que cuando lo volvamos a nece-
sitar lo llamamos".
Este fue mi primer operativo con el grupo de Fidel y
Carlos Castaño, que cuando eso no se llamaba todavía au-
todefensas, sino que más bien era como un grupo de justicia
privada o de vigilancia, o algo así.
Como era el mes de febrero del 89 y aún tenía que es-
perar hasta mitad del año para ingresar a la universidad, pues
simplemente pensé que, mientras llegaba esa fecha, iba a co-
nocer un poco de esto y me serviría para pasar el tiempo.
Realmente en esa época yo desconocía muchísimas cosas
más de las que aún desconozco y pensaba que eso era así de
fácil, así no más.
Hasta ese momento realmente no era mucho el com-
promiso, pues reunirse con algunas personas para salir de pa-
trulla o de operación, para mí era algo casi que normal y para
ellos también, entonces hasta ahí no había problema. En el
momento en que no quisiera seguir adelante pues, no creo
que hubiera tenido problemas.
Más adelante me volvieron a citar pero esta vez no era
para un operativo. Me dijeron que Fidel necesitaba hablar
conmigo para entrevistarme, que lo esperara, pero que mien-
tras él llegaba, les ayudara a prestar la seguridad de la casa en
donde nos encontrábamos. La espera fue de ocho días; afor-
tunadamente pude llamar a los de mi casa y decirles que me
encontraba de paseo con unos amigos. Al llegar Fidel, me dio
la impresión de que ya nos habíamos visto antes; realmente
no me preguntó nada, solamente me dijo "acompáñeme".
Salimos de la casa en un carro y después de tomar varias vías
por el sector de la parte alta de El Poblado, terminamos en
una casa bien lujosa, llena de guardias armados; Fidel se bajó
y se metió en la casa, yo me quedé dentro del carro, mirando
todo eso. Al rato llegó una caravana de carros y comenzaron
a bajarse ciertos personajes que yo nunca había visto antes,
o más bien, que sí los había visto pero por televisión; más
tarde salieron todos de la casa y comenzaron a montarse en
los carros, Fidel se acercó y me dijo, "síganos y no se quede
por nada". Arrancamos, atravesamos toda la ciudad en cara-
vana y salimos de ella por la parte alta. Llegamos a una finca
muy lujosa, nuevamente todos se bajaron y se metieron a
la casa de la hacienda, y otra vez me quedé afuera mirando
todo eso; pasado algún tiempo llegó otra caravana de carros,
pero esta era diferente. La mayoría de los que venían allí eran
muchachos muy jóvenes, con toda clase de armas automáti-
cas; cuando se bajó el personaje principal me di cuenta que
no sería tan sencillo eso que yo pensaba de pasar un tiempo
ahí mientras empezaba a estudiar. El recién llegado era Pablo
Escobar Gavina.
Al finalizar ese día no solo supe en qué consistía en parte
mi nueva misión, que era la de escoltar a Fidel mientras él se
encontrara en Medellín, sino que también empecé a descu-
brir un mundo de poderes desconocidos para mí hasta en-
tonces. Con los que atravesamos la ciudad eran los hermanos
Ochoa y toda su comitiva y luego llega Pablo Escobar con
ALDO C m c o 11113
g 1 3 1 1 caravana de carros escoltándolo. Yo pensaba: ¿pero

cómo es que toda esta gente armada y estos personajes reco-


nocidos pueden atravesar la ciudad sin que las autoridades se
den cuenta?
Volviendo un poco atrás, me pidió que le contara algún
caso de una retención que me hubiera llamado la atención.
Pues cuando íbamos en el operativo que le conté anterior-
mente, antes del combate, vimos a alguien que en una for-
ma sospechosa caminaba por un potrero, como si estuviera
buscando algo; como no sabíamos exactamente dónde nos
encontrábamos, puesto que el movimiento lo habíamos he-
cho por puro monte sin pisar los caminos y las trochas de los
campesinos, entonces decidimos reclutar a este individuo. Lo
mandé traer y le pregunté que si había pagado servicio mili-
tar, a lo cual me respondió que no, entonces le expliqué que
todos los colombianos debían de servirle a la patria en algún
momento de su vida y qué mejor momento que justo este
cuando la patria estaba necesitando de sus servicios, que lo
necesitábamos para que nos sirviera de guía y que eso no era
algo de libre escogencia por parte de él, que él ya nos había
visto y que, por seguridad de la patrulla y por encontrarnos
en un área de control de la guerrilla, no lo podíamos dejar ir
así no más y que quisiera o no, se tendría que quedar con no-
sotros y acompañarnos. Ante esto el amigo Rodolfo no dijo
nada y aceptó su suerte; luego comenzamos a preguntarle
por las ubicaciones geográficas, esto era lo que siempre se
acostumbraba, puesto que si uno comenzaba preguntando
primero por la guerrilla las personas se bloqueaban y se da-
ñaba el proceso de romper el hielo. Luego de que Rodolfo
ya se sentía más en confianza, le dijimos, "bueno, Rodolfo,
¿y qué hay en el Pescado?" El Pescado era una vereda que
179
quedaba cerca de ahí, a lo cual Rodolfo contestó de una for- Las g u e r r a s
, „ , „ i .„ , de " D o b l e c e r o "
ma muy natural: pues en el Pescado, pues guerrilla común
y corriente". Para él lo común era la guerrilla y lo extraor-
dinario éramos nosotros, puesto que esas eran áreas donde
tal vez era la primera vez que entraba el Ejército Nacional
de Colombia y muchos de los campesinos nunca habían co-
nocido un soldado antes de eso. Más adelante nos llamó la
atención cómo, en medio de un combate, Rodolfo gritaba
desesperadamente que le pasáramos un arma, que él no se
iba a dejar matar así no más; alguien le pasó un revólver y
acto seguido Rodolfo se levantó de donde estaba acostado y
salió corriendo hacia adelante, descargando todo los tiros del
revólver. Pareciera que a este amigo le estuviera gustando
eso de servirle a la patria; de ahí en adelante Rodolfo se ganó
el derecho de andar con un revólver, lo cual nosotros antes
no le habíamos permitido a nadie. Rodolfo estuvo con noso-
tros hasta que a mí me evacuaron en helicóptero; ese día yo
saqué también a Rodolfo conmigo hasta Segovia. Rodolfo es-
tuvo en cerca de diez combates y no sólo portó revólver sino
también carabina y fusil, de los que les habíamos quitado a
los guerrilleros muertos. En Segovia me despedí de él con
xana sensación de tristeza por haberlo conocido en esas cir-
cunstancias y por haberle cambiado la vida. No sabré nunca
si todo eso fue para su bien o para su mal. Nunca más volví a
saber nada de Rodolfo.

Abril 14, 04 - 2:45 pm


Continuamos entonces.
Realmente el mayor no era tan amigo mío. Resulta que
debido a mi ingreso en el Ejército mi familia también se acercó
un poco a este y una hermana mía, que es periodista, participó
en un curso de corresponsal de guerra que se dictó en la sede
de la Brigada Militar de Medellín. De ahí en adelante ella pasó
a asesorar a los militares en cuestiones de manejo de prensa,
comunicados y todo eso; por esa época ella estableció unas
buenas relaciones de trabajo con el comandante de la Cuarta
Brigada, el general Jaime Ruiz Barrera, el cual se hizo algo fa-
moso por esa época, porque no se dejó comprar y sobornar por
Pablo Escobar como sí lo hicieron otros militares y policías.
El mayor en mención se conoció con mi hermana y
por intermedio de ella fue que yo también lo conocí. Este
había sido oficial de operaciones del Batallón de Infantería
Bomboná, que operaba en Puerto Berrío, el Magdalena
Medio y el nordeste de Antioquia en las épocas en que surgie-
ron por allí los grupos de autodefensas; había conocido a los
Castaño de esa época, no se en qué circunstancias concretas
o cuál sería la participación de él.
Con todo el proceso que se vivió por esa época en esas
regiones él había continuado con la amistad con los Castaño
aun después de retirarse del Ejército y les colaboraba en trá-
mites para adquirir armas de forma legal y cosas por ese es-
tilo. Fidel le había dicho que necesitaban a alguien que los
ayudara, o los asesorara en cuestiones de tácticas militares
puesto que por esa época estaban combatiendo con las gue-
rrillas del EPL en los alrededores de unas fincas que ellos
poseían en el sur del departamento de Córdoba, razón por
la cual fue que el mayor me preguntó que si a mí me intere-
saba; aunque no me planteó las cosas de ese modo, sino más
como se las comenté el otro día.
Antes de conocer personalmente a los Castaño lo que
sabía de ellos era lo que había podido conocer en la región
del nordeste antioqueño sobre el secuestro y posterior muer-
te de su padre por parte de las Farc y luego la campaña que Las guerras
de "Doblecero"
había desatado Fidel en compañía de algunos militares y ci-
viles y que buscaba vengar la muerte de su padre. De eso yo
me había enterado por boca de algunos de los que anduvie-
ron conmigo en el monte, además de los comentarios que se
escuchaban por la región. Claro que del único que se hablaba
era de Fidel (de Carlos no se sabía siquiera que existiera). La
imagen que tenía de Fidel era bastante confusa puesto que
nadie lo había descrito y yo tampoco me había puesto en la
tarea de imaginármelo.
El clima del primer encuentro con ellos fue como de
escepticismo por parte de ellos y por mi parte también.
Realmente ellos lo que querían era una persona de más edad
y de más experiencia -yo por esa época tendría como unos
24 años y ellos consideraron que yo no tendría la experiencia
necesaria para lo que ellos pensaban-; ellos no creían en mí y
en que yo poseía toda la experiencia en combate que yo decía
tener. Pienso que por eso fue que Carlos decidió invitarme
a ese operativo como pensando que de esa manera podría
analizarme mejor, como si en un corto periodo de tiempo
alguien que realmente sabía muy poco de combate en la sel-
va pudiera calificar a otras personas sobre ese tema. En otras
palabras, yo no llenaba los requisitos de lo que según ellos
querían o requerían; lo que querían era más bien como un
sargento de esos curtidos en todas las guerras, como alguien
duro y la verdad es que yo no daba la impresión de ser duro
como ellos lo requerían. Yo podía ser duro si las circunstan-
cias así lo requerían, pero de resto, mantenía mi compostura
habitual y eso parecía que era lo que a ellos, de momento, los
hada dudar de mis capaddades.
El caso es que como las desidones finales las tomaba
182
ALDO C m c o Fidel, él era el que centralizaba y controlaba todo sin delegar
en lo más importante, entonces deddieron esperar y seguir
analizándome hasta que Fidel diera la definitiva. La conver-
sación fue como un diálogo de sordos, en donde más que
otra cosa, Carlos y otro de sus hermanos trataron de dar la
impresión de que conodan muchas más cosas de las que real-
mente conocían. Al detectar esa tendenda entonces más bien
deddí hacerme el bobo como para no hacerlos sentir mal o
para no contradecirlos en sus afirmadones.
Con Fidel la cosa fue diferente; él hacía una que otra
pregunta dave y luego se quedaba como pensando y ana-
lizando y al rato volvía y hacía otra pregunta y así sucesi-
vamente. Yo había salido de Medellín prácticamente des-
de finales del año 82 y estábamos en el 89; realmente yo
desconocía muchas de las cosas que habían cambiado en
Medellín durante esos años, aunque uno veía la prensa, la
radio y la televisión, sólo después es que uno comienza a
darse cuenta que lo que alcanza a salir por los medios ape-
nas como un pequeño indicativo de las cosas que realmente
están sucediendo; por esta época, el narcotráfico floreció
en Medellín y cambió los valores morales tradicionales por
una nueva cultura del enriquecimiento fácil del sicariato,
de la muerte de los antagonistas, como una forma rápida de
solucionar las diferencias, etcétera.
Realmente el que mandaba en Medellín era el poder
oculto de los capos narcotraficantes y así es todavía, por de-
bajo de lo que aparentemente era la ciudad, se movía todo un
submundo invisible para el resto de la gente. Esos poderes lo
controlaban todo, y eso lo vine a saber ya estando adentro;
desde afuera de eso no se sabe nada, ni se nota nada, ni se ve
nada. La visión que tenía de la ciudad era la de antes, pero
luego de conocer cómo se movía todo ese submundo de po-
der, la visión cambió, lógicamente.
La primera impresión que tuve de Carlos fue la de un
muchacho díscolo e inmaduro que tenía mucho poder entre
las manos y que no sabía cómo manejarlo. La impresión de
Fidel fue de que era una persona muy analítica y que emana-
ba mucha autoridad. Cuando yo me entrevisté por primera
vez con Carlos y con su otro hermano les hice claridad sobre
la amistad que tenían en mi casa con el general Ruiz Barrera
y eso me sirvió más adelante cuando en una ocasión alguien
me acusó de ser un espía de este general, algo así como un
infiltrado. Es que en esa época este general era el enemigo
número uno de muchas personas en Medellín, todo por no
dejarse corromper del narcotráfico.
No se puede decir que lo que existía en esa época era
una organización de autodefensas campesinas como se con-
cibió inicialmente en el Magdalena Medio o como la conce-
bimos nosotros más adelante, después de la muerte de Fidel,
con la segunda generación de las autodefensas. En esa época
eso era, más bien, o un grupo de justicia privada, en la medi-
da que lo que buscaba Fidel era vengar la muerte de su padre,
o un grupo de vigilancia privada, en la medida en que estas
venganzas y retaliaciones de Fidel en contra de las guerrillas
habían generado, de parte de estas, unas reacciones y que
todo lo que tuviera que ver con los Castaño era objetivo de
las guerrillas. Si uno se pone a mirar detenidamente lo que
era esa organización en esa época, la conclusión a la que tie-
ne que llegar es que era un grupo de justicia privada, lo que
busca era hacer justicia por mano propia, que eso en cierta
forma fue lo que hizo Fidel después de la muerte de su padre
y un grupo de vigilancia privada lo que busca es defender
ALDO CÍVICO unos intereses de una agresión real o potencial, lo cual, desde
mi punto de vista, también éramos en esa época en la medida
en que, por ejemplo, a mí me tocaba organizar la seguridad
y la vigilancia de esa propiedad que tenían los Castaño en el
barrio El Poblado de Medellín.
En esa época no había ideología por ningún lado, la
ideología vino más adelante cuando, por circunstancias del
destino, pudimos estar en condiciones de influir positiva-
mente en esto. Fidel era un aventurero, negociante hábil y
rebuscador de fortuna que muy pronto se fue de la casa y
prometió no volver a su pueblo hasta que no fuera millona-
rio. El caso es que estuvo en Venezuela, Surinam, y en las
selvas del sur del país y cuando regresó, lo hizo en parte cum-
pliendo su promesa. Regresó con dinero y con ese dinero se
compraron unas fincas nuevas en Segovia y en Amalfi; ade-
más Fidel se compró un bar en Segovia, en pleno parque del
pueblo. El padre de Fidel ya tenía una finca en Amalfi y otra
en Segovia, donde lo que hizo fue anexar la nueva finca al
patrimonio familiar; los otros hermanos de Fidel estudiaban
en el colegio y los mayores trabajaban en las fincas junto con
su padre. Cuando secuestraron al padre y sucedió lo que su-
cedió y vino la venganza de Fidel, toda la familia se desplazó
para Medellín, inicialmente a vivir al barrio Simón Bolívar,
pero luego Fidel le compró una propiedad a una familia de la
aristocracia antioqueña en el barrio El Poblado y se pasaron
a vivir allí. Yo no sé con exactitud en qué circunstancias Fidel
se conoce con Escobar y con los Ochoa y el resto de narco-
traficantes de Medellín. Al parecer el secuestro de una de las
hermanas de los Ochoa, Martha Nieves, por parte del M-19,
incidió para que los narcos se organizaran para defenderse y
en medio de eso crearan una organización que denominaron
el MAS por sus siglas de Muerte a Secuestradores. En medio Las guerras
de eso se relacionaron más aún con los campesinos de las de "Doblecero"

autodefensas del Magdalena Medio y con los militares, los


cuales de alguna forma, como ya vimos antes, estaban inte-
resados en que les dieran una mano de guerra sucia en contra
de las guerrillas.
En medio de eso es que Fidel, por intermedio de los mi-
litares del Batallón Bomboná y de los campesinos del Mag-
dalena Medio, se conoce con los narcos. Fidel era una perso-
na bastante agradable y encantadora cuando se lo proponía
y desde el principio vio en los narcos una fuente de recursos.
El les vendía obras de arte (los engañaba con cosas así), les
vendía caballos, toros y novillos para sus ganaderías, los en-
tretenía con sus historias y sobre todo los desplumaba conti-
nuamente en juegos de poker. Fidel tuvo la ventaja de saber
manejar bien la relación con los narcos, era amigo de ellos
pero nunca se dejó mandar de ellos ni se dejó corromper por
su dinero en la medida en que nunca pudieron comprarlo; él
siempre les vendía, los engañaba o les ganaba plata en el jue-
go pero nunca les recibía nada que pudiera ser considerado
como un soborno o que lo estaban comprando con regalos
o algo así.

L o QUE SIGUE ES
¡OFF THE RECORD!
Abril 18, 04 - 7:17 am
Aunque usted me había dicho que más tarde nos reuniríamos
para mirar qué se podía conocer y qué no, y eso sigue siendo
así, y que todo lo que estamos escribiendo tiene el carácter
186
ALDO CÍVICO | I

N
mmmmmsmim

w
• p

Doblecero en 2001.
Foto archivo particular.
de confidencial, el tema de este correo debe ser como dice
el título del mismo y mantenerse así mientras vivan los pro-
tagonistas. La idea no es desprestigiar a nadie ni nada por el
estilo y de eso se trata, pero si vamos a hacer un trabajo serio,
tiene que tener grandes elementos de verdad.
Para este fin le voy a hacer una contextualizaaón de la
familia Castaño, que realmente es como un fenómeno de fa-
milia, para que se haga una idea de cuál era el ambiente en el
momento en que yo aterricé ahí, en ese año 89.

La verdadera historia de
la familia Castaño
La familia Castaño es una familia típica de las antiguas familias
antioqueñas, muy numerosa; ellos eran gente muy humilde
y eso hizo que cada uno de ellos desarrollara o agudizara sus
instintos de supervivencia. Yo no estoy seguro de quién era Las guerras
, . . . , , de "Doblecero"
realmente el mayor, si Vicente al que comunmente conocen
como "el Profe" o "Yarumo", o Fidel, aunque creo que Vicente
era mayor que Fidel. Fidel estudió como hasta tercero de pri-
maria. El padre de ellos los hada trabajar duro en una finca
que tenían cerca de Amalfi y los sometía a un duro régimen,
y esto generó que casi todos ellos, con excepdón de Carlos,
Héctor y las mujeres, se fueran de la casa apenas llegaron a la
adolescenaa, apenas saliendo de la infanda. Poco se conoce de
las andanzas de Fidel; yo lo que sé lo he ido recopilando a tra-
vés del tiempo y de muchas conversadones con él y con ellos
y con otras personas que los conoderon de esa época.
Fidel se fue de la casa cuando casi era un niño todavía;
por la época de su infanda ellos desarrollaron algún tipo de
resentimiento por los aristócratas de su pueblo, lo que salió
a flote en varias ocasiones a lo largo de sus vidas. Fidel se
convirtió en un aventurero que tenía la finalidad de rebuscar
fortuna a como diera lugar. Se fue para Venezuela y se puso
a trabajar en una finca, como que por los llanos, y estando
en esas terminó en un romance con la hija del dueño, el cual
parece que los trataba muy mal por ser colombianos, etc. El
caso es que se formó un gran problema hasta que Fidel y
los que andaban con él decidieron tomarse la justicia en sus
manos, asesinaron al individuo, quemaron la hacienda y se
volaron para la Guyana, y allá como que trabajaron en una
mina de diamantes y luego regresaron a Colombia.
Por esa época Fidel se asoció con otros individuos que
tenían metas comunes a las suyas. Uno era Camilo Zapata y
otro era un individuo que tenía fama de ser delincuente, lo
llamaban el "Mono Trejos". Con ellos fue que Fidel aprendió
a estafar, a jugar las cartas, etc. Eran ese tipo de personas
ALDO C m c o como los que aparecen en una película que es clásica que se
llama "El Golpe", en la que un grupo de picaros deciden es-
tafar a un grupo de mafiosos que controlan a Chicago. En
medio de todo eso ellos hicieron muchas cosas, entre ellas un
robo a una sucursal bancaria en la ciudad de Pasto, por me-
dio de un túnel. Se robaron como 80 millones de pesos, una
gran fortuna para esa época. Fidel terminó involucrando a
sus otros hermanos en sus actividades, me refiero a uno que
llamaban ellos "Condorito", otro que llamaban el "Mocho",
y otro que se llamaba Eufrario. Era la época en que los aven-
tureros colombianos estaban descubriendo que los gringos se
morían por el polvo blanco que salía de la mata de coca que
se cultivaba en el Perú y en Bolivia. Cuando eso poco se sabía
qué era eso (mucho antes de que Pablo Escobar comenzara
su carrera delincuencial). Fidel contaba que un amigo de él
había sido el pionero, el que había descubierto el narcotráfi-
co, el que había empezado todo; el tipo se llamaba Giovanni
Bordeux Assu y nunca se supo cuál fue su verdadero rol en
el desarrollo del narcotráfico en Colombia. Se ha sabido de
ese tipo por un libro de Germán Castro Caicedo que se llama
El Alcaraván, en el que muestra a Bordeaux como un pione-
ro de la navegación aérea por los ríos del sur del país, cuan-
do en realidad el tipo sí fue pionero pero del narcotráfico en
Colombia. De este tipo no se volvió a saber nada hasta que el
año pasado se estrelló en Medellín, en el barrio El Prado, con
un avión de matrícula brasileña, caso con el cual quedó de-
mostrado ampliamente que desde el aeropuerto de Medellín,
Berna y su gente estaban traficando narcóticos con la compli-
cidad de las autoridades locales.
Volviendo al tema, con este personaje es que Fidel en su
afán de hacer fortuna, incursiona fugazmente en el narcotrá-
189
fico, y como le digo, él no era pendejo y aprendió a conocer deLas guerras
"Doblecero"
bien a ese tipo de personas con las que se relacionaba y sabía
que no se podía fiar de ellas, por eso fue que invitó a sus her-
manos a que le ayudaran en sus negocios. Sus dos hermanos,
"Condorito" y Eufracio, desaparecen en la selva amazónica
mientras regresaban en un avión de Santa Cruz de la Sierra
en Bolivia con un viaje de pasta de coca; de ellos nunca se
volvió a saber nada, se los tragó la selva. Su otro hermano,
el "Mocho", se independizó y se dedicó asaltar bancos hasta
que fue asesinado por una banda rival. De los hombres que-
daban Manuelito que se dedicó a la minería en la región de
Amalfi y a emborracharse con lo poco que conseguía. Héctor
y Carlos continuaron con sus estudios en Amalfi, alternándo-
se con los trabajos en la finca. Vicente se fue para Los Ángeles
a recibir lo que desde Colombia le enviaba Fidel y de esta
forma fue que ellos hicieron su fortuna. En el momento en
que consideraron que ya podían regresar al pueblo puesto
que ya habían superado a los aristócratas locales en riqueza,
lo hicieron y se dedicaron a hacer alarde de su nueva fortu-
na. Por esta época fue que compraron fincas y caballos de
paso fino y manejaban los vehículos más modernos y cos-
tosos que existían en el mercado en el momento, también
pudo Fidel viajar y conocer París y darse algunos paseos por
Europa, pero todo eso tuvo sus consecuencias debido a que
por esos alardes la guerrilla los consideró como un objetivo
económico lucrativo y decidió secuestrar a su padre (un gran
error de la guerrilla). Si es que ellos, por tratarse de personas
que manejaban algún resentimiento con las aristocracias de
su pueblo, de alguna forma simpatizaban con el discurso de
la guerrilla y eso quedó comprobado años más tarde, durante
la reuniones que sostuvimos con la guerrilla en Córdoba.
ALDO CÍVICO Mientras tanto Héctor, Carlos y las mujeres seguían
estudiando en Medellín a donde se habían trasladado. Fidel,
después de la muerte de don Jesús, su padre, tomó las riendas
de la familia (vivían en el barrio Simón Bolívar). Carlos ingre-
só en el seminario puesto que quería ser sacerdote, pero ante
el acoso sexual al que fue sometido le tocó desertar. Estas
son cosas que más adelante él iría contando poco a poco, des-
de cuando en el año 89, me tocaba acompañarlo los fines de
semana a emborracharse y es que después de que se embo-
rrachaba, Carlos comenzaba a contar hasta lo más íntimo.
Héctor aplicó para la carrera de oficial del Ejército pero no lo
recibieron, quién sabe por qué, probablemente descubrieron
algunas inconsistencias en la información familiar.
Fidel con esa gran astucia que tenía y esa gran capacidad
de ver hacia el futuro, vio que era el momento de dejar a un
lado toda esa actividad de tráfico de drogas, porque eso se es-
Doblecero con el comandante Jota (a la izquierda), segundo del Bloque Metro,
en Tabatinga, Brasil, en 2003.
Foto archivo particular.

taba convirtiendo en un gran problema y que al fin y al cabo


ellos ya tenían su fortuna y decidió retirarse del negocio. Esto
se lo planteó a su hermano Vicente, su socio, después de la
desaparición de los otros tres hermanos. Vicente no quiso
o no quería, a lo cual Fidel le dijo que si quería seguir tra-
ficando ese era su problema, que lo que era él, se retiraba
definitivamente de esa actividad. Así fue que decidió inver-
tir su fortuna en comprar grandes extensiones de tierra en
Córdoba a muy bajo precio debido a que estas tierras, a pesiar,
de ser de las mejores del país, estaban azotadas por la guerri-
lla del EPL.
Su hermano Vicente cogió su parte y siguió con sus
actividades, pero ya no hacia los EE.UU. sino hacia Europa;
compró un barco y lo puso a navegar por todo el mundo.
En el año 89, por la época en que yo ingresé a trabajar con
Fidel, el barco de Yarumo fue descubierto en Alemania con
un gran cargamento de cocaína. Vicente se había puesto a
negociar con los Mauss, una pareja de alemanes que des-
pués se hicieron famosos en Colombia por estar negocian-
do secuestros con el ELN. El caso es que los Mauss eran
agentes dobles o soldados de fortuna y no se sabe por qué
razón el cargamento de Vicente fue descubierto y por poco
lo capturan en Alemania, pues él estaba allí esperando su
encargo.
Después de este fracaso Vicente Castaño se dedicó a
montar una empresa de minería en el Chocó y en el sur del
país. Cuando llegué a trabajar con Fidel este ya hacía algún
tiempo que había abandonado ese negocio y no quería que
quedara rastro alguno de sus actividades, y de hecho no que-
daron rastros. Esto que te cuento es el resultado de deduc-
ciones logradas después de muchos años de ir conociendo
poco a poco partes de la verdadera historia. Es que Fidel tenía
cosas que eran admirables pero también tenía otras por las
cuales yo tenía razones para tenerle más temor que respeto y
otras que no generaban ninguno de esos sentimientos, aun-
que él se cuidaba mucho de que esas cosas no se supieran y la
atmósfera que yo encontré cuando llegué a trabajar con ellos
era que existía entre ellos y entre los empleados un código o
una especie de ley del silencio: ver, oír y callar. Pero, como
dicen por ahí, entre cielo y tierra no hay nada oculto. Por eso
es que Fidel gozaba del respeto de los mañosos, puesto que
tenía poder económico y la sagacidad para haber visto el mo-
mento oportuno de retirarse del negocio y de no dejar que el
negocio lo atrapara como sí ocurrió con el resto.
Pero le sigo contando la historia de esa familia. Después
de todas las tragedias pareciera que estas no fueran a termi-
nar nunca. Fidel compró la propiedad de El Poblado donde
le cuento que fue la entrevista y en donde a mí me tocó des-
pués trabajar o permanecer mucho tiempo durante ese año
89. Esa propiedad en realidad eran tres propiedades interco-
municadas. Una casa más abajo que pegaba directamente
con la avenida El Poblado, la que conduce de Medellín hacia
Envigado, una casa en el medio que era como el centro ad-
ministrativo, en donde se preparaban los alimentos y estaban
dormitorios y alojamientos de los empleados, y la casa de
arriba, que era una mansión, era la casa de Fidel; esta era
inmensamente grande y tenía muchos lujos, piscinas, turco,
sauna, bodega o cava para vinos, fuentes de agua, cancha de
microfutbol y extensas áreas verdes. Esta casa había pertene-
cido a la familia Hallaby, una de las más representativas de la
aristocracia antioqueña.
En esa época Fidel Castaño tenía dos mujeres, una de
ellas con un apartamento al frente de la casa del medio, en
un edificio contiguo. El caso es que una de las hermanas
Castaño, que se llamaba Romualda, a quien todos llama-
ban Ruma, entabló una "especial amistad" con la esposa de
Fidel, eso hoy en día está de moda y se puede ver hasta nor-
mal, pero en esa época ese era un tema tabú. Un día, según
cuentan las malas lenguas, Fidel llegó de improviso al apar-
tamento y sorprendió a las dos mujeres, luego de lo cuaUgs
forzó a ambas a tener sexo con él. Inmediatamente después
de eso Romualda se fue para la casa del medio y tomó un
arma de uno de los escoltas que la había dejado abandonada
en una silla y se disparó en la sien, produciéndose su muerte
instantánea.
Todas estas desgracias familiares irían poco a poco for-
jando el carácter de estas personas. Y como para acabar de
completar el cuadro (eso .sí pasó en los primeros días en que
yo estuve allí), Carlos, que era un muchacho díscolo que
después de haber abandonado el seminario y de que Fidel y
Vicente lo obligaran a participar en las venganzas que siguie-
ron a la muerte de su padre, se enamoró de la otra mujer de
Fidel, Olga, y que todos llamaban cariñosamente Olguita; era
una muchacha bien bonita, hija de una de las familias de la
aristocracia de Amalfi, paradójicamente de esas familias con-
tra las que los Castaño sentían una especie de revanchismo
social. Olga y Carlos sostuvieron un apasionado romance
hasta que Fidel, que había aprendido a desconfiar hasta de
su sombra, se dio cuenta y no dijo nada. Un día por la maña-
na llegó y le dijo a uno de sus hombres de confianza que le
afilara bien un machete y que se lo pusiera en el baúl de un
vehículo junto con unas toallas, y que a determinada hora se
ubicara en una de las puertas de acceso de la casa de arriba,
la cual tenía tres accesos diferentes y que cuando él saliera
cerrara la puerta y dijera a quien le preguntara que él había
salido solo. El caso es que después de medio día Fidel salió
con Olguita y nada se volvió a saber de ella; a la familia le
dijeron que la guerrilla la había secuestrado. Carlos al darse
cuenta se fue con un arma en la mano y le hizo el reclamo
a Fidel, a lo cual este le respondió: "mire, Carlos, usted y yo
somos hermanos y no nos vamos a matar por cosas que no
valen la pena". Carlos le reclamó entonces que le entregara
el cadáver, a lo cual Fidel le respondió que ese era un secreto
que él se llevaría hasta la tumba y así fue, o al menos, así pa-
rece que fue. Con los años alguien me comentó que alguien
había dicho que Fidel la había picado con el machete y había
Fotografía tomada para elaborar una credencial falsa de mayor del Ejército.
Foto archivo particular.

arrojado los pedazos a las aguas del río Porce. Es que todas
esas cosas no tienen ni explicación ni justificación.
Carlos había conocido por intermedio de Fidel a los nar
eos y a sus empleados y Fidel no le pasaba recursos a Carlos
que no era la excepción de la juventud de la época, que tra
taban de estar a la altura de los otros jóvenes que habían des
cubierto que haciéndoles trabajos a los mañosos se podían
obtener jugosos recursos y ahí fiie donde en Carlos se unie
ron el odio por la muerte de su padre con la oportunidad
de venganza y de consecusión de recursos económicos para
poder darse la gran vida de playboy y de bohemio que él que-
ría darse por esa época. Por eso es que vio en la guerra que
el Mexicano estaba llevando contra la izquierda y en la gue-
rra en que Pablo estaba llevando contra el cartel de Cali y el
Estado una forma de encontrar recursos y además de obtener
una aceptación en su círculo. De alguna forma él quería tener
o infundir el mismo respeto que ya tenía su hermano Fidel.
Por eso es que es bien difícil, sino más bien imposible
para Carlos, entrar a justificar una serie de acciones, que si
bien estaban enmarcadas dentro del conflicto, las motivacio-
nes no fueron ideológicas netamente, sino también económi-
cas. Es que el Mexicano pagaba estas acciones por una parte y
por otra parte se le hacía creer a los militares y a la oligarquía
ALDO CÍVICO que esas acciones se hacían por mero interés patriótico o de
lucha anticomunista o antiguerrillera.
En el libro Mi confusión73 se tocan apenas tangencial-
mente esos temas. Es que no hay forma de justificar esas ac-
ciones cuando se sabe que la guerra de exterminio de la UP
fue consecuencia directa de una guerra por narcotráfico en-
tre las Farc y el Mexicano. En la guerra de Escobar (en la cual
participaron todos los que de alguna forma estaban al lado de
Escobar, porque la política de Escobar era que el que no esta-
ba con él estaba en contra de él) se libró de parte de las mafias
en contra no sólo del Estado sino, más bien, en contra de la
sociedad a varios niveles, pero en el nivel superior, en cuanto

73 Por supuesto se refiere al libro Mi Confesión: Revelaciones de un criminal


de guerra, biografía de Carlos Castaño escrita por Mario Aranguren y pu-
blicada en 2002 [N. del E.].
a los ataques o a los golpes que dio el narcotráfico, se dio un
cierto grado de sofisticación criminal profesional como resul-
tado de los fracasos iniciales que tuvo Pablo Escobar cuando
envió unos sicarios a asesinar al ministro Lara Bonilla y uno
fiie capturado vivo y de inmediato este dio las pistas directas
que condujeron a Juan Maya, uno de los lugartenientes de
Escobar en Envigado.
Ahora es muy común que tipos como don Berna digan
orgullosamente que ellos acabaron con el monstruo que era
Escobar, pero no dicen cómo ellos mismos eran parte de la
maquinaria de Escobar en contra de la sociedad. Es que para
los grandes ataques que hizo la mafia en esa época en contra
de nuestra sociedad se impuso un esquema de maquinaria
asesina en el cual cada organización aportaba un piñón o un
engranaje para el funcionamiento de la máquina y luego de
dado el golpe o cometida la acción cada uno retiraba su en- Las guerras
de "Doblecero"
granaje y se deshacía de los rastros que quedaran de ellos, se
eliminaban cabos sueltos, etcétera. Así era como un rompe-
cabezas en el cual cada participante tenía unas fichas y en el
momento de la función se juntaban las fichas, se armaba el
rompecabezas y luego de vista la figura se desarmaba y cada
uno guardaba sus fichado simplemente se deshacía de ellas
pues eran fichas desechables.
Fíjese que todo esto que le cuento de esta familia tan
especial cobra más vigencia en la actualidad, cuando Vicente
envió antier a uno de sus hombres de confianza a asesinar
a Carlos porque se cree que Carlos va a delatarlos a todos
con la justicia de EE.UU. Carlos logró volarse pero cinco de
sus escoltas de confianza murieron en el ataque; es que yo le
digo, uno con esa gente camina por el filo de la navaja du-
rante todo el tiempo, por eso es que en el momento en que
me doy cuenta de dónde estaba metido, pues, de momento
no podía decir, "listo, ya me cansé, me voy, chao," o algo así,
luego, después de estar un tiempo por fuera, regresé, como
ya se lo contaré más adelante, porque en ese entonces las
perspectivas eran otras, de paz, de reconstrucción del tejido
social dañado por la violencia, etc. En esa época se fueron
creando las bases de pensamiento de lo que fue o es el Bloque
Metro. Por ahora le quería contar estos detalles para que se
pusiera un poco en mis zapatos y viera cómo se camina por el
filo de la navaja en una organización prácticamente mañosa,
que era lo que eso era por esa época.
Espero con este informe "off the record" haberlo contex-
tualizado un poco de las realidades en esos periodos de mi
vida, aunque todavía falta mucho "off the record".

198
ALDO CÍVICO
REPUBLICA DE COLOMBIA
PASAPORTE i.-..= ..-• PAPAROSTEU1 /PASSPClTKo.
P4S«ÜOHT P COL

CC71Cí=036
m®ftíBPNANDEZ

CA^f-O^J/AU^IQI!?

irnmoprrr

22ABR 2009
U o 5- r~
WIÜÍAi! AKTOIÜO
AKTOIÜO ROJO ZAPATA^
VIP iiCTOS PAEA?GSTE3

Pasaporte de Carlos Mauricio García, alias Rodrigo Doblecero, expedido en


1999.
Abril 18, 04 -12:02 pm
Lógico que de acá en adelante deben de haber muchas cosas
más confidenciales, pero por ahora consideraba necesario el
hacer esta contextualización para que el proceso de compren-
sión pudiera ser mejor. Yo considero que podemos continuar
con las preguntas luego de este pequeño paréntesis que fue
el correo anterior.

Abril 21, 04- 1:06 am


Fijese lo que le decía de cómo era la familia Castaño. De
Carlos Castaño hasta esta hora no se tiene nada confirmado.
Pero yo sí le puedo confirmar varias cosas:
1. Hasta este momento Castaño no ha sostenido contac-
to con nadie después del atentado contra su vida en la tarde
del viernes, eso incluye a las autoridades norteamericanas.
2. El atentado lo realizó un personaje al que todos cono-
cemos como 18 o "Mono Leche", el hombre de confianza de
Vicente Castaño, el único que podía realizar este tipo de ac-
ciones para poderse acercar lo suficiente a Carlos Castaño sin
ser detenido. Este Mono Leche era ion sicario desde la época
de Fidel y de Las Tangas y lleva con los Castaño más o menos
el mismo tiempo que llevaría yo si siguiera con ellos.
3. El atentado fue ordenado por Vicente y Berna, que
son los que están manejando las cosas, después de lo que
ocurrió, y eso queda comprobado dado que Mono Leche no
mueve un dedo si no es con la aprobación de Vicente.
4. El determinador de todo estp es Berna y Vicente le
sigue la corriente por el miedo que le tiéne, dado el poder
real de Berna dentro de la organización.
5. A Castaño le hicieron el atentado por sus posiciones
contradictorias con su hermano y con Berna por el proble-
ma del narcotráfico y de los mafiosos dentro de las AUC.
Es que esa ha sido una gran contradicción interna de Carlos
por siempre, que odia el narcotráfico y a los mafiosos pero
no puede vivir sin ellos y sin sus recursos. Esa dualidad es la
que llevó a Carlos a cometer muchos errores y es que como
Vicente en esencia nunca dejó de ser narco, el problema de
las AUC viene desde su fundación por esa lucha interna entre
los dos hermanos como entre el yin y el yan.
A estas alturas de las circunstancias hay dos versiones
de lo que pudo suceder después del atentado: Una, que se
hubiera podido volar y se hubiera refugiado en el territo-
rio del bloque Élmer Cárdenas que manda "el Alemán", el
cual es primo segundo de ellos, y la otra, que después del
atentado se refugió en una finca y allí fue capturado o ase-
sinado por Mono Leche y sus secuaces. A medida que pasa
200 , . „ . , .,

ALDO C m c o tiempo y Carlos no aparece esta es la versión que toma


más fuerza.
Pues para mí en el fondo no cambia nada puesto que
todavía sigo siendo enemigo de ellos. Con Carlos había más
fraternidad y al fin y al cabo Carlos en parte se solidarizaba
con mis ideas y mis convicciones, lo que no hace Vicente que
es una persona bastante cruel, vengativa y resentida.
A nivel de las AUC pues se acaba de imponer la línea
del narcotráfico y se acaban las contradicciones. El poder de
Berna y de Yarumo serían absolutos y sería un paso bien ade-
lante en el proceso de decadencia en que se encuentra esa
organización, porque después de que se sepa que Vicente es
el que ha ordenado la muerte de su propio hermano, es bien
difícil que tenga mucha presentación, un gobierno legítimo
sentado en una mesa de negociaciones, negociando supues-
tamente la paz con una versión moderna y empeorada de
r
i

Caín, mucha gente ya no le va a caminar a ese proceso como


lo hacían antes.
Bueno, estas son mis impresiones sobre todo esto. Espe-
remos a ver qué pasa, si Carlos aparece o no aparece.

* * *

Mayo 4, 04 - 1:55 pm74


Después de todo esto, lo que ha ocurrido con Castaño, y que
era lo que me tenía un poco desconcentrado porque, sea como
sea, no puedo negar que esto me afecta a mí y a mi familia de
forma directa, entonces continuamos con nuestro trabajo.
Para llegar al momento en que Pablo Escobar y su cartel 201
lanzan esa guerra contra el Estado, primero hay que hacer de^Dobfecerc
claridad en que el cartel de Medellín había iniciado desde ha-
da varios años una guerra con los carteles del Valle del Cauca
cuando estos se negaron a someterse a la autoridad de Pablo
Escobar y no le quisieron entregar el control de las redes de
distribuaón de narcóticos en los EE.UU. De otro -lado tam-
bién el cartel de Medellín estaba por el lado de Rodríguez
Gacha en guerra con las Farc, por problemas de narcotráfi-
co en el sur del país, y que debido a eso fue que Rodríguez
Gacha le declaró la guerra a la UP, el movimiento político
legal de las Farc; entonces Escobar y su cartel hadan la gue-
rra en dos frentes.

74 Doblecero retoma a partir de este correo el hilo de la conversación, antes


de interrumpir con los correos "offthe record" [N. del E.].
El cartel de Cali se había asociado con las Farc y fueron
ellos los que promovieron la siembra de coca en las áreas
de control guerrillero, en el momento en que, en medio del
conflicto con el cartel de Medellín, este tomó el control de
los centros de acopio de drogas en Bolivia y el Perú, y literal-
mente dejó a los de Cali sin su materia prima, en ese momen-
to fue que los del Valle se asociaron con las Farc, esto es muy
importante y de esto hablaremos posteriormente.
De otro lado el cartel de Cali, que en esos momentos
era uno solo junto con el cartel del norte del Valle, había lo-
grado infiltrar la clase política y al Estado por medio de la co-
rrupción, y no había tratado de suplantarla por ellos mismos
como sí lo había hecho Pablo Escobar, razón por la cual al
descubrirse sus antecedentes fue expulsado del parlamento y
del movimiento político de Luis Carlos Galán y Lara Bonilla.
202
ALDO C m c o Pablo se había convertido en un renegado que resentía de
toda la clase dirigente, porque cuando trataba de lavar su for-
tuna y de dejarle por ello jugosas ganancias, la clase dirigen-
te había estado presta a colaborarle al nuevo empresario, lo
mismo que a la hora de recibir favores y regalos, además de
sobornos, pero cuando se descubrió todo y se formó un gran
escándalo nacional, la clase política y la clase económica le
dieron la espalda a su antiguo socio y amigo.
Pablo Escobar le declaró la guerra al Estado y a la clase
dirigente, y cuando los asesinatos de jueces, magistrados, pe-
riodistas, etc., rebozaron la capacidad de aguante del gobier-
no, éste conformó lo que se llamó , el Bloque de Búsqueda.
Este Bloque de Búsqueda75 tuvo dos generaciones, una antes

75 «[•••] Con la fuga de Escobar tras su fracasado sometimiento el gobierno


de César Gaviria, se dio un paso adelante al crear el Bloque de Búsqueda,
de la entrega de Pablo Escobar y su reclusión en la cárcel club
de la Catedral y otra después de su fuga del club76.
En ia primera fase del Bloque de Búsqueda, cuando este
llego a Medellín, Pablo reaccionó violentamente. Ya Pablo
había asesinado a Luis Carlos Galán y al gobernador de An-
tioquia, al comandante de la Policía de Antioquia, el coro-
nel Valdemar Franklin Quintero; había asesinado también al

figura que puede sintetizarse como la coordinación de todas las institu-


ciones encargadas de enfrentar la criminalidad en Colombia. En el Blo-
que de Búsqueda participan las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, el
Departamento Administrativo de Seguridad y la Fiscalía General, recién
creada por la constitución de 1991 para dirigir la investigación criminal.
El Bloque de Búsqueda no es en sí mismo un sinónimo de debilidad ya
que las coordinaciones entre distintas instituciones son comúnmente uti-
lizadas en muchos países del mundo para enfrentar fenómenos delictivos
específicos. Pero en este caso, para el momento que vivía Colombia, es
una figura extraordinaria que manifiesta el carácter reactivo con el cual el 203
Estado se va adecuando para enfrentar el narcotráfico.» Tomado de Lucía Las guerras
Dammert y John Bailey (coordinadores), Seguridad y reforma policial en de "Doblecerc
las Américas, experiencias y desafios, México, Siglo xxi editores, 2007, p.
179. •
76 «[...] En su libro.Mi hermano Pablo, Roberto Escobar narra cómo, a co-
mienzos de los noventa, su hermano había mandado construir una prisión
de lujo en su natal Envigado, en las afueras de Medellín. La prisión -bau-
tizada por el propio Escobar como La Catedral- era más bien un hotel
de cinco estrellas donde el narco más rico del mundo disponía de como-
didadés inimaginables. El encierro no le impidió continuar la supervisión
de sus cargamentos de droga, ordenar la ejecución de sus enemigos y ser
el anfitrión de indigestas comilonas, francachelas y bacanales. En julio de
1992 Escobar mandó asesinar a dos de sus ex colaboradores, colgándolos
de los pies y quemando sus cuerpos. Gaviria decidió entonces trasladarlo
a una prisión más segura en Bogotá. Pero el ex presidente fracasó en toda
la línea. El 29 de julio de ese año envió a dos hombres desarmados a co-
municarle la noticia. Uno de ellos era el entonces viceministro de Justicia.
Escobar y sus hombres los secuestraron. Un día después el Ejército atacó
La Catedral y Pablo Escobar huyó tranquilamente en medio de los mis-
mos custodios que en su momento le sirvieron exóticos tragos y bocaditos
para amenizar las orgias escenificadas dentro del penal.[...].» Tomado de
<http://www.pabloescobargaviria.info/index.php?option=com_content
&task=view&id=768dtemid=30>
Procurador General de la Nación, había secuestrado a Andrés
Pastrana, el cual sería rescatado poco después. Entonces,
cuando el primer Bloque de Búsqueda llega a Medellín, Pablo
ofrece una recompensa de 2 millones de pesos por cada po-
licía raso que asesinaran sus sicarios, y la oferta aumentaba
al doble si el policía pertenecía al Bloque de Búsqueda; y si
era un oficial o suboficial, la recompensa se multiplicaba. Así.
fue como asesinaron en Medellín, en esa época, más de 600
policías; ya ni podían salir solos de sus casas por el temor de
ser asesinados.
La reacción del Bloque de Búsqueda fue la de hacer ma-
sacres en las esquinas en donde acostumbraban ubicarse los
jóvenes sicarios; por las noches salían los carros de la escuela
Carlos Holguín y masacraban a todos los que encontraran
por ahí parados.
ALDO C m c o Por esta época mi trabajo consistía en acompañar a Fidel
cuando venía a la ciudad de Medellín; a veces lo acompañaba
hasta la hacienda Nápoles cuando visitaba a Pablo Escobar. A
veces acompañaba a Fidel a sus fincas en el sur de Córdoba; de
resto me mantenía pendiente de la seguridad de las casas de
Medellín. Además de eso, y como el que se mantenía entran-
do y saliendo continuamente de esas casas era Carlos, enton-
ces había que acompañarlo a él en sus actividades.
Realmente era una posición bastante difícil puesto que
Carlos, en varias ocasiones, se reunió con Escobar y a mí me
tocó acompañarlo. Era difícil porque los sentimientos eran
encontrados, puesto que cada que estallaba una bomba de las
que Pablo mandaba poner en las calles de Medellín, uno no
sabía a cuál de sus familiares o amigos les habría tocado caer
asesinados por este personaje en medio de su guerra terrorista
en contra de la sociedad. Entonces, cuando podía ver de cerca
a este individuo me daban era ganas de matarlo, pero el instin-
to de supervivencia y la lógica-no lo permitían.
En esta etapa la actitud de Carlos Castaño se comportaba
de manera dual: aunque no estaba de acuerdo con lo que hada
Pablo Escobar, en derta medida le ayudaba a cambio de fuer-
tes sumas de dinero. Él pensaría como piensan todos los sica-
rios: que si él no hada esa labor, simplemente otro la haría.
Y de otra parte, así como le ayudaba a Pablo Escobar
en sus acciones, también denunciaba las otras acciones
que iría a cometer Pablo contra personajes; en cierta for-
ma se estaba quitando la competencia de encima. Carlos
Castaño denunciaba ciertas acdones que Pablo cometería
ante las autoridades del Departamento Administrativo de
Seguridad, DAS.
Después de que Pablo sometió al Estado y a la sodedad,
205
y que prácticamente, por la presión que el Ejérdto y por la Las guerras
de D o b l e c e r o
corrupdón que ejerdó el cartel de Medellín y además el car-
tel de Cali en contra de la extradición de nadonales para que
fueran juzgados en Estados Unidos por delitos de narcotráfi-
co, y que en medio de una Asamblea Nadonal Constituyente
se reformara completamente la Constitución Nadonal, y que
quedara expresamente prohibida la extradidón, Pablo se sin-
tió seguro, y pensó que estaría más seguro en su propia cárcel
que en la selva o en la calle. Es ahí donde decide entregarse y
auto reduirse en su cárcel privada de La Catedral. El tiempo
que pasó Pablo de vacadones en la cárcel le sirvió para poder
recomponer su estrategia y para tratar de consolidar su poder
dentro del cartel de Medellín77.

77 El diario español El País reporta en 1991: «[...] Todo parece estar listo
en Colombia para la entrega de Pablo Escobar. Los abogados del gran jefe
Abril 7, 04 - 2:29 pm
Continuamos entonces. Le aclaro que el Bloque Metro sólo
se formó mucho después, por allá después del año 98. Para
llegar hasta allí todavía nos falta mucha tela por cortar.
Hablemos de la conformación del grupo de los Pepes,
que de una vez le aclaro que lo que se dice en el libro Mi
"confusión", de Carlos Castaño, no corresponde a la verdad
en todo lo que allí se afirma.

de la cocaína hablaron con funcionarios del Gobierno para concretar as-


pectos de carácter operativo. El sitio de reclusión también está preparado.
Desde hace unos días empezaron a llegar camas, colchas y calentadores de
agua a un centro de rehabilitación situado cerca de Envigado, población
en la que nació hace 42 años Pablo Escobar. El miércoles por la noche el
sacerdote Rafael García Herreros, en su diario Minuto de Dios, envió por
2Qg televisión el que podría ser el último mensaje para concretar la entrega:
ALDO C m c o "Dime a dónde debo ir por ti. Me parece un buen punto potro blanco y la
yegua. Tú m e entiendes". Rafael García, el sacerdote que se ha convertido
en el único mediador eficaz con el narcotráfico, aseguró a Pablo Escobar
que el presidente César Gaviria lo va a tratar bien y que no se realizará
ningún operativo militar en el momento de la entrega. Son muchos los
intentos que se han efectuado hasta la fecha en Colombia para lograr la
paz con los jefes del narcotráfico. Diálogos con promesas de disolución
del negocio y pago de la deuda externa del país, negociaciones por debajo
de la mesa, comisiones de notables que buscan algún acuerdo; interme-
diación de abogados cercanos al cartel de Medellín. Todas ellas resultaron
fallidas y terminaron en un nuevo golpe que reavivó la guerra. Por todo
ello, Colombia no ha salido de la sorpresa que le causó el que hace un
mes el padre Rafael García Herreros empezara a hablar con familiaridad
a "Pablo", a llamarle "amigo", a afirmar que no ha cometido todos los
crímenes que se le atribuyen. "Poner a la Iglesia católica como garante ha
sido la más hábil estrategia para buscar la paz con los narcotraficantes",
dijo a El País un analista. Y esta "bendición de Dios" es lo que ha permiti-
do que en este país, eminentemente católico, el nuevo intentó de paz no
se haya frustrado.» Tomado de Pilar Lozano (corresponsal en Colombia
del diario El País de España), "Esperando a Pablo Escobar", firmado en
Bogotá, junio 1 de 1991, en <http://www.dpais.com/articulo/internacio-
nal/ESCOBAR_GAVÍRIA/_PABLO/GAVIRIA/_CeSAR/COLOMBIA/
Esperando/Pablo/Escobar/elpepiint/19910601elpepiint_6/Tes/>
Después de que Pablo se voló de su cárcel club de La
Catedral, que fue la consecuencia de haber asesinado a sus
cómplices del cartel, y de con esto, según él, haber consoli-
dado su poder dentro del mismo, comenzó a tratar de tomar
las riendas de las organizaciones de sus socios, que fueron
asesinados a la cabeza de la organización de los Galeano, que-
dó don Berna, debido a que sobrevivió la cacería inicial que
desató Pablo en contra de los sobrevivientes de la vendetta.
Don Berna se escondió como pudo de la gente de Pablo
y permaneció en la clandestinidad durante seis meses. Pablo
también veía a Fidel y a Carlos como un peligro potencial
y sabía que estos tenían el temple para hacerle la guerra en
cualquier momento, por eso es que los quería sacar de en
medio desde hacía algún tiempo. A Carlos ya Pablo le había
hecho un atentado y Fidel estuvo más de un año sin poder ir
3 r
207
a Medellín por temor a que Pablo lo asesinara. Las guerras
de "Doblecero"
Le voy a poner al tanto de qué sucedió conmigo desde
el año 89 hasta el año 93, que es el año en que se crea el grupo
de los Pepes. Como le dije, todo el año 89 lo pasé en Medellín
acompañando a Fidel cuando estaba en la ciudad o a Carlos,
o estando en la casa como seguridad.
En el año 90 Fidel decidió crear una fuerza expedicio-
naria para combatir a las guerrillas en el departamento del
Chocó. Él quería crear una fuerza que no fuera tanto para-
militar, en cuanto a que no tendría nexos ni con la Policía, ni
con el Ejército, y que sobreviviera y combatiera a las guerri-
llas con sus propios medios y recursos en una zona extrema.
Realmente esa era como una especie de misión imposible o
misión suicida: meterse en una selva completamente dentro
del dispositivo enemigo, lejos de los propios recursos y apo-
yos, y sin contar con ayuda del Estado y de sus fuerzas; y es
que en esa época el Mejicano tenía a su gente en las selvas
del sur del país más o menos en las mismas condiciones, sólo
que ellos estaban cuidando objetivos económicos fijos, como
pistas y laboratorios; y Fidel no quería dejarse echar tierra de
la gente del Mejicano, y también tener su propio grupo de
comandos de jungla de operación y supervivencia indepen-
dientes. El caso es que Fidel me planteó eso a mí y yo le dije
que sí, puesto que eso era lo que yo había estado haciendo
durante algunos años en el Ejército, eso no era nada especial
para mí, o al menos eso creía yo. El caso es que en esas estu-
vimos todo el año 90, con un grupo de 25 hombres comba-
tiendo a las guerrillas en la selva sin ninguna clase de apoyo
ni contactos con fuerzas externas.
A finales del año 90, Fidel decidió -dentro de unas ne-
gociaciones de paz que estaba haciendo el EPL con el gobier-
no_
ALDO CÍVICO aportar desmovilizando su fuerza, entregando las armas
y además entregando a los campesinos desplazados 10.000
hectáreas de las mejores tierras del valle dél río Sinú, que son
de las mejores tierras cultivables de Colombia. Fidel me pidió
a mí que fuera yo quien le entregara las armas al gobierno,
y así fue. En una ceremonia le entregué todas las armas al
gobierno; yo pensé que después de todo esto yo regresaría
a Medellín a seguir cumpliendo con lo que había venido ha-
ciendo antes de ir a la selva durante todo ese año. Pero no,
realmente por mi carácter yo me había granjeado enemista-
des internas que presionaron para que eso no fuera así,- de
hecho, cuando me enviaron a la selva, muchos pensaron que
no regresaría con vida de allí y se regocijaron por eso.
Paradójicamente uno de los que no me tragaba com-
pletamente a mí, por esa época, era el mismo Carlos, dado a
que yo no participaba de las tomadas de trago que él hacia, y
no celebraba todo lo que él hacía, como sí lo hacían ciertos
personajes que andaban con él; yo me limitaba a observar,
analizar y a callar. El caso fue que me dijeron que quedaba
licenciado y que podía regresar a mi casa, de hecho esa era
una muy buena noticia, puesto que, en otras circunstancias
y sabiendo todo lo que yo sabía, otros no corrieron con la
misma suerte. Es que realmente ellos no pensaban que todo
lo que sucedía, de una u otra forma, todos los que estába-
mos allí nos enterábamos, y que no éramos pendejos como
para no darnos cuenta, ni tampoco para decir que nos había-
mos dado cuenta. Era como algo así, como que todos sabe-
mos pero a nadie le sostenemos ni le decimos que todo lo
sabemos, nadie aparentemente sabía nada, pero en el fondo
todos lo sabíamos todo. No los detalles de todo, pero sí lo
general.
209.
Yo me fui a mi casa y me puse a trabajar en una empresa Las guerras
• v i 11 i . ^ , „ de "Doblecero"
comercializadora de bananos a mvel internacional. Esa em-
presa tenía cinco grandes factorías en Urabá y exportaba fru-
tas a Europa y a Estados Unidos, y yo era el encargado de la
seguridad de todas las factorías78. En esas estuve los primeros

78 «[...] Las versiones libres de paramilitares desmovilizados siguen revelan-


do detalles de cómo las empresas bananeras norteamericanas financiaron
el crecimiento de las AUC. La última versión que entregó detalles sobre
la "convivencia" entre las autodefensas y las compañías bananeras, especí-
ficamente en el Magdalena, fue la del ex comandante del frente William
Rivas, José Gregorio Mangones Lugo, alias "Carlos Tijeras". "Todas las
bananeras, menos Chiquita, que existen hoy en día y las que existieron,
me pagaban a mí 70 mil pesos por hectárea anual", dijo el ex jefe "para",
sumándose así a las afirmaciones entregadas por otros ex comandantes
ya extraditados como Salvatore Mancuso, "Jorge 40" y "HH". Con esto,
se enriquecen las investigaciones que adelanta la justicia norteamericana
contra las compañías que niegan su responsabilidad. De hecho, la única
que aceptó el financiamiento de las guerrillas del ELN, EPL y Farc, entre
1989 y 1997, y de las Auc desde este último año hasta 2003, ha sido
8 meses del año 91, más o menos a mitad de ese año fue que
Pablo se refugió en su cárcel privada.
Más adelante le debo contar en un correo offthe record,
que en un momento determinado me relacioné con la que
actualmente es mi esposa y que hemos estado juntos, o al
menos no juntos pero sí hemos tenido esa relación desde el
año 89. Esto cobra algo de importancia más adelante, pues-
to que familiares de ella eran muy allegados a la familia de
Pablo y eso en una parte nos puso en grave riesgo, pero por
otro lado nos sirvió como carta de salvación.
En agosto del año 1991 Fidel Castaño me mandó llamar
a su finca Las Tangas; como yo estaba en la región de Urabá
me quedó fácil moverme hasta el sur de Córdoba. Fui allá
y él lo que me preguntó era que cómo estaba, que si estaba
^ contento en mi trabajo, que por qué no lo acompañaba nue-
Aldo Crnco vamente para que le sirviera como de secretario personal,
que ya no había guerra, que estaba era dedicado a la reforma
agraria que estaba haciendo con las comunidades y a proyec-
tos sociales con los campesinos. A mí me pareció todo eso
muy bueno y de muy buen contenido; en dos días que estu-
ve allí me mostró todos sus proyectos y yo decidí renunciar
a mi empleo en la bananera y regresar a trabajar con Fidel
por la reconstrucción del tejido social en el departamento de
Córdoba.

Chiquita Brands International Inc., representadas hace dos años, para-


dójicamente, por el hoy fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder Jr.
en el arreglo con el Departamento de Justicia de ese país para pagar 20
millones de dólares de. multa a cambio de que sus directivos no fueran
a prisión[...].» Tomado de "Paramilitares siguen salpicando a empresas
bananeras", diario El Heraldo, Barranquilla, 7 de abril de 2009, en chttp://
wwAv.verdadabierta.com/web3/justicia-y-paz/l 104-paramilitares-si-
guen-salpicando-a-empresas-bananeras-el-heraldo>
Así pasamos dedicados a trabajar con las comunidades
el resto del año 91 y todo el año 92; cuando Pablo se voló de
su cárcel Fidel se preocupó mucho puesto que pensaba que
en la cárcel Escobar podía ser controlado de alguna forma
pero que, fuera de ella, sería mucho más peligroso. Después
de que Pablo se voló fue que volvieron a instaurar el Bloque
de Búsqueda en Medellín, y este llegó con apoyo del gobier-
no de EE.UU. En los últimos meses del año 92, cada uno de
los enemigos de Pablo, o sea Fidel y Carlos por un lado, el
Bloque de Búsqueda y el gobierno por otro lado, el cartel de
Cali y el norte del Valle por otro; cada uno de esos trataban
de combatir a Pablo a su modo e independientemente, pero
realmente Pablo era el que tenía la iniciativa y el resto sólo
se escondían de él o reaccionaban ante sus acciones. El que
unió a toda esa gente fue el que yo te dije, Rodolfo Ospina
211
Baraya alias el Chapulín79, el que se había volado herido y se Las g u e r r a s

le había entregado a los gringos y les había contado todo lo de Doblecero

de la organización de Pablo a cambio de protección. Pero


es que como este Chapulín había trabajado con Pablo, en la
época en que Pablo era amigo y socio con los del Valle, en-
tonces tenía buenos contactos con los del Valle. La DEA en-
vió al Chapulín a establecer contactos con los del Valle para

79 En relación con la cacería a Pablo Escobar, Carlos Castaño comenta en el


libro Mi confesión: «Por esos dias, hablé con Rodolfo Ospina Baraya, quien
me dijo: "Es necesario acabar con ese monstruo, porque nos va a matar a
todos". 'El Chapulín', como le decían a Rodolfo, nieto del ex presidente
Mariano Ospina Pérez, nos hizo el contacto con José Santacruz, Miguel
y Gilberto Rodríguez Orejuela. El apoyo y la ayuda del cartel de Cali
sería determinante, especialmente en dinero y contactos. Me reuní con
la cúpula del cartel de Cali y, al regresar, le manifesté a la dirección de
los PEPES que teníamos el apoyo de esta gente»., Aranguren, op. cit., p.
102.
tenderles celadas y capturarlos, pero el Chapulín lo que hizo
fue que, en vez de eso, se puso a hacer contactos entre los del
Valle, la Policía colombiana y los miembros renegados del
cartel de Medellín, entre los que se encontraba don Berna.
En medio de eso también contactaron a Castaño, todo eso
con una sola finalidad: formar una organización ad hoc, para
luchar contra Pablo Escobar; no es cierto que yo haya par-
ticipado en esas reuniones; yo por esa época era el simple
secretario de Fidel para asuntos que tuvieran que ver con los
trabajos sociales que estábamos desarrollando en Córdoba,
lógico que sí me enteraba de todo lo que estaba sucedien-
do, pero no porque fuera actor determinante en todo eso,
y realmente yo no veo en qué pueda sentirme orgulloso de
haber participado o presenciado unas reuniones de este tipo.
Como le digo, yo siempre he sido muy crítico con todo lo
ALDO CÍVICO que tenga que ver con el narcotráfico y todo lo que derive de
él, realmente consideraba a Pablo como un enemigo al que
deberíamos eliminar, por lo que si no lo hacíamos, de seguro
él sí lo haría con nosotros, pero no me tragaba por completo
todo ese estilo de vida de los narcos, aunque en esa época no
tenía una visión tan clara del fenómeno como creo que la
estoy formando hoy en día.
En los Pepes hubo participación por acción o por omi-
sión del gobierno nacional. Los narcos del Valle por medio
de sus contactos con los políticos, y siempre buscándole sa-
lidas a sus problemas por narcotráfico, se contactaron con el
presidente Gaviria y con su fiscal general, Gustavo de Greiff,
y acordaron que les darían beneficios e inmunidad a los nar-
cos del Valle a cambio de que ellos colaboraran de forma efi-
caz con la captura o muerte de Escobar. El día de hoy salió
una noticia en los periódicos colombianos, en donde el fiscal
general de EE.UU. le lee cargos a varios de los que en ese
momento llegaron a ese acuerdo de inmunidad con el go-
bierno colombiano, algunos pudieron obtener los beneficios
y otros no, porque después de muerto Pablo, Gaviria les dijo
a los narcos que sólo les podría garantizar inmunidad a los
que no tuvieran indirectamente en los EE.UU.; y es así como
algunos obtuvieron la inmunidad y otros no. Los que no la
obtuvieron se vengaron de Gaviria al considerarlo traidor,
secuestrándole un hermano 80 y decidieron seguir buscándole

80 «[...] Juan Carlos Gaviria fue secuestrado en la mañana del 2 de abril de


1996 en las afueras de Pereira, Colombia. El 10 de abril un grupo armado
autodenominado "Dignidad por Colombia" se atribuyó el secuestro y su
jefe, un tal "Comandante Bochica", exigió para su liberación la renuncia
del presidente Ernesto Samper, la asunción a la presidencia del Nobel
Gabriel García Márquez y la expulsión de los diplomáticos de los Estados
Unidos. Debe recordarse que este secuestro se llevó a cabo en el contexto — —
del proceso 8.000 y el juicio al presidente Samper por parte del Congreso de^Dobkcero"
de Colombia, como consecuencia de las acusaciones por el ingreso de
dineros provenientes del narcotráfico a su campaña presidencial. El ex
presidente César Gavria, en ese momento Secretario General de la OEA,
buscó la ayuda del presidente cubano Fidel Castro y envió a La Haba-
na a su ex embajador Ricardo Santamaría. El caso fue asumido por José
Arbesu, ex jefe del Departamento de las Américas del Comité Central
del Partido Comunista y posiblemente la persona que más conocía las
intimidades de los movimientos guerrilleros en América Latina. El 27 de
mayo los secuestradores amenazaron con asesinar a Juan Carlos si el Con-
greso de Colombia exoneraba al presidente Samper. El 2 de junio Arbesu
informa a César Gaviria que su hermano no se encuentra en poder de
ningún grupo guerrillero conocido. Mientras tanto en Colombia la policía
descubre que el Comandante Bochica es en realidad Hugo Antonio Toro
Restrepo, quien se encuentra detenido en la cárcel La Picota, en Bogotá,
y se ordena inmediatamente su traslado a la cárcel Modelo. Allí un grupo
de presos vinculados con los carteles de Cali y Medellín consigue develar
la identidad de Bochica y bajo coacción consiguen que este reconozca el
secuestro; éste exige como condición para la liberación de Juan Carlos
que haya de por medio una solicitud expresa de Fidel Castro. Castro re-
dacta una nota de dos párrafos en presencia de Santamaría cumpliendo la
solicitud de Bochica. El 11 de junio Arbesu se entrevista personalmente
con Bochica durante tres horas en La Modelo y le entrega la nota suscrita
salidas a su problema, ahora infiltrando a las AUC, pero bue-
no eso es algo que ya miraremos más adelante.
Poco a poco, de todo lo que ocurrió por esa época, se
fue tejiendo la realidad de hoy en día; el grupo los Pepes lo
formaron más los narcos del Valle con el gobierno, con la
participación directa del fiscal general y de la cúpula de la
Policía. Fidel y Carlos fueron los últimos invitados a parti-
cipar en esto, cuando ya los acuerdos se habían hecho. Al
tratar de atribuirse esto en su libro, Carlos más bien lo que
quería era cuidarle la espalda al ex presidente Gaviria, como
si este algún día se lo fuera a agradecer. Carlos pensaba que
con esto se estaría ganando un aliado que más adelante le
serviría para algo, pero la verdad no. Así son los políticos
colombianos, hacen alianzas hasta con el diablo pero todo
por debajo de la mesa; utilizan a todo el que se quiera de-
ALDO CÍVICO j a r utilizar, aprovechando que estos creen que algún día se
lo agradecerán, pero no, luego simplemente lo desechan y
punto. Con ese tipo de alianzas ilegales para combatir a los
criminales lo que pasa es que se abortan los procesos de ma-
duración que deberían llevarse a cabo en las sociedades y en
sus instituciones para enfrentar fenómenos como el narco-
tráfico, eso que dicen de que era necesario conformar este
grupo para acabar con el monstruo de Pablo Escobar, eso
es una verdad a medias o una mentira, un solo individuo o

por Castro. Bochica suspende la orden de asesinato que pende sobre Juan
Carlos y pide protección del gobierno cubano para sus familiares y otros
miembros de Dignidad por Colombia. Al día siguiente Juan Carlos es
entregado en el aeropuerto de Pereira; el mismo día sus secuestradores
viajan a La Habana.[...]» Tomado de "A Propósito del asesinato de la
señora Liliana Gaviria Trujillo, Colombia Hoy, en <http://blog.colombi-
ahoy.org/2006/04/28/a-propsito-del-asesinato-de-la-seora-liliana-gaviria-
trujillo.aspx>
una organización nunca podrán someter eternamente a una
sociedad, la sociedad debe sufrir los procesos para solucio-
nar esto y al mismo tiempo para evitar que esto vuelva a
suceder, pero con este tipo de alianzas lo que se hace es que
se elimina un problema pero se rédela el mismo. De una u
otra forma, la historia se repite.

Mayo 10, 04 - 7:22 am


Le cuento algo con toda la sinceridad que me caracteriza: el
paso por la empresa privada fue algo que a mí me impresionó
profundamente, por varias razones.
Yo, como le había contado, era el encargado de la se-
guridad en la zona de Urabá de cinco grandes instaladones
que esta empresa tenía allí, entre ellas las instaladones admi-
nistrativas, un gran astillero que al mismo tiempo servía de
embarcadero de la fruta con destino a los grandes barcos que Las guerras
de "Doblecero"
la llevarían a su destino final, una planta de produedón de
bolsas de plástico y una factoría donde se produdan cajas de
cartón donde se empaca la fruta. Mi departamento, del cual
yo era el jefe, se denominaba Departamento de Servidos
Generales y también tenía que ver con otras labores adminis-
trativas dentro de la empresa.
Dentro de las cosas que me impresionaron fue la de
encontrarme con varias personas que habían sido mis
compañeros de estudio durante los años que denomina-
mos de la burbuja. Yo pensé que el haber compartido esos
años con esas personas sería algo que al menos genera-
ra una aceptación o un reconocimiento, pero no fue así,
esas personas hicieron como si nunca se hubieran cruzado
conmigo, estas personas desempeñaban cargos directivos,
supuestamente paralelos al que yo desempeñaba, pero real-
mente había una barrera invisible que nos separaba, era
como una especie de barrera de clase, ellos veían a todas
las personas que trabajaban en servicios generales como
parte de la servidumbre, como seres inferiores y, en ese
orden de ideas, pues yo estaba como al nivel de un mayor-
domo de un lord inglés.
Otra cosa que me impresionó fue que tuve la oportuni-
dad, debido a que los escoltas del dueño de la empresa fueron
enviados a hacer una especialización en técnicas de protec-
ción, de encargarme de la seguridad del personaje y acom-
pañarlo; estuve andando con ese individuo como más de un
mes, desde la madrugada hasta altas horas de la noche, y esa
persona en todo ese tiempo no me dirigió la palabra ni una
sola vez en forma directa. Lo que me tenía que decir me lo
dejaba saber por medio de razones, por medio de un emplea-
ALDO CÍVICO do que le era servil. Realmente yo me di cuenta que este tipo
de personas miran a los de abajo como si esas personas no
fueran la razón por la cual ellos tienen su poder y su riqueza,
sino más bien como unas cargas que ellos tienen que sopor-
tar y que son un aditamento necesario para su capital.
Fueron muchas cosas y detalles los que me hicieron re-
sentir de esa clase de personas de la oligarquía criolla, que
creen que hacer bien a los demás es dar limosnas y cosas por
el estilo, gente al servicio y esclavos de su capital para los
cuales la gente no vale nada, y no tienen visión social para
su capital.
Por eso cuando Fidel, que era una persona sencilla, de ex-
tracción campesina, que trabajaba hombro a hombro con sus
trabajadores, que comía y se comportaba como uno de ellos,
me invitó a que regresara a trabajar con él, en su proyecto so-
cial, no lo dudé y le dije que sí, así fuera a ganar una tercera par-
te de lo que me ganaba en la empresa bananera. Realmente yo
me sentí muy alegre, puesto que de momento me sentí como
en casa, como en familia, como libre de haber podido salir de
en medio de esa gente que a mi modo de ver no valoraba a las
personas que ellos consideraban de una clase inferior.
Fidel era un líder visionario y caxismático, era una per-
sona que pese a que había amasado algo de fortuna y capi-
tal, no había perdido ni la humildad ni la sencillez, era una
persona que así no hubiera tenido mayores estudios y que
escasamente leía y escribía, tenía un gran conocimiento prác-
tico de la vida y se podía aprender mucho de él. Claro que
también tenía su lado oscuro, del cual ya hablamos, pero era
paradójico que en él se pudieran conjugar esas dos facetas de
su personalidad.
Yo no sé hasta qué punto ese contraste entre trabajar
con Fidel y trabajar con miembros de la oligarquía me hayan
dejado algún tipo de resentimiento de clase, pero eso fue lo
que sucedió en realidad.
Le cuento en qué consistía el proyecto social de Fidel en
esa época. Fidel había comprado a muy bajo costo una gran
extensión de territorio en el alto Sinú, esas tierras fueron
compradas a ganaderos tradicionales que se habían tenido
que desplazar a la ciudad por acción de las guerrillas y ha-
bían abandonado sus tierras. Fidel de esa forma compró esas
tierras a precio de realización, él mismo y con la ayuda de su
grupo paramilitar expulsó a los guerrilleros de esas regiones.
Cuando cae la cortina de hierro algunos grupos guerrilleros
colombianos se dan cuenta de que su proyecto de lucha ar-
mada ya no es viable y entran en conversaciones serias de paz
con el gobierno nacional; uno de esos grupos fue el grupo
que Fidel expulsó de esas regiones: el EPL, Ejército Popular
de Liberación. En medio de esas negociaciones el EPL ex-
presó serios reparos a su posible desmovilización, dado que
temían ser asesinados por agentes de Castaño después de que
se quedaran sin armas y desprotegidos; el gobierno nacional
le hizo saber eso a Castaño y él decidió que, si realmente el
EPL se desmovilizaba, no sólo entregaría sus armas al gobier-
no y desmovilizaría a su tropa paramilitar, sino que estaba
dispuesto a repartir más de 10.000 hectáreas de las mejores
tierras del valle del río Sinú para hacer un proyecto de refor-
ma agraria campesina encaminado a repoblar la región con
los campesinos que se encontraban desplazados en los cintu-
rones de miseria alrededor de Montería, la capital del depar-
tamento de Córdoba. El gobierno como es lógico aceptó la
oferta, y como le conté, a mí mismo me correspondió entre-
gar el arsenal al gobierno y el grupo fue desmovilizado.
218
ALDO CÍVICO

L a CREACIÓN DE FÜNPAZCOR
Fidel decidió entonces crear una fundación de carácter so-
cial y sin ánimo de lucro cuya finalidad primordial sería la de
ayudar a restablecer la paz en el departamento de Córdoba
por medio de crear arraigo en las familias campesinas, por
medio de la donación de las tierras y de reconstruir el tejido
social afectado no sólo por el conflicto armado, sino por todo
el problema social que ha afectado desde siempre al campo
colombiano.
Esa fundación se denominó Fundación para la paz de
Córdoba, cuya sigla era Funpazcor. Esta fundación tenía un
capital' inicial que constituían las tierras donadas por Fidel,
además de un fondo para la financiación de los proyectos de
vivienda, educación, promoción de actividades productivas
que hicieran viable la supervivencia y manutención de las fa-
milias campesinas que irían a crear el nuevo núcleo social de
la región. Para esto además la fundación, como tal, podría fir-
mar convenios con otras ONG de trabajo social y con entida-
des de ayuda de carácter internacional. Esta fundación tenía
una junta directiva de la cual yo hice parte en su momento, y
todos los asociados, o sea los campesinos beneficiarios de las
donaciones, que constituían el núcleo del proyecto, teman
una asamblea anual para ayudar a dirigir los destinos de la
fundación.
La idea era entregarles a las familias campesinas un lote
de tierra bien delimitado con escritura pública y que estos
fueran los propietarios legales del predio, además de prestar-
les los recursos para la construcción de la vivienda y para la
siembra de los alimentos de pan coger; así mismo se incluía
un proyecto de educación en donde la fundación, por medio Las guerras
de "Doblecero"
de los recursos propios y los que captaba, financiaba el es-
tudio gratuito de primero de primaria hasta el fin del bachi-
llerato. Este era ion gran proyecto de trabajo social que fue
reconocido en su momento a nivel nacional e internacional.
La fundación tenía todo un equipo de profesionales de-
dicados a esto; mi trabajo en esos momentos no fue de acción
directa con los campesinos dado que no sólo no tenía la expe-
riencia sino que eso no era lo mío. Yo pasé a ser el secretario
de Fidel y en ese sentido tenía que ver con todo esto pero
al nivel de las relaciones entre Fidel y la fundación, aunque
Fidel era de esas personas que supervisaban todo personal-
mente y le gustaba enterarse hasta de los detalles mas míni-
mos, además de que semanalmente nos íbamos varias veces
a trabajar con los campesinos en los sembrados comunitarios
de yuca y plátano, puesto que dentro del proyecto se incluía
estos como forma de tener los recursos para poder sostener
a todas esas familias. La dieta principal de los campesinos
de esa región está basada en yuca, plátano, arroz y pescado,
todo eso se conseguía en la región y se cultivaba por parte de
los mismos campesinos.
El equipo para el trabajo social estaba compuesto por
todos los empleados, técnicos y asesores de la fundación.
Esas eran personas profesionales con experiencia en esos
temas, desde mi posición yo participaba con la formulación
de ideas o soluciones a los problemas que se fueran pre-
sentando. En esa época no se puede catalogar ese trabajo
como de paramilitares puesto que el grupo ya se había des-
movilizado, en esa época se actuaba de forma legal como
la Fundación para la paz de Córdoba, y simplemente los
mecanismos no eran coercitivos. La fundación tenía unos
220 '

Aldo Cmco estatutos en donde estaban previstas todas las posibilidades


como en los estatutos de cualquier asociación o de cual-
quier cooperativa, realmente en esas épocas no existió la
intimidación o la violencia, en esa época se podría decir que
no usamos ni siquiera armas, estábamos en paz y trabajába-
mos sólo con esa visión.
Yo creo que con esto queda claro todo lo correspon-
diente a esa etapa de trabajo social, hasta las guerrillas de las
Farc en el momento en que reiniciaron su ingreso a la zona
con violencia, fueron invitadas por Fidel a conocer todo este
gran proyecto, y allí estuvieron algunos comandantes de las
Farc con nosotros recorriendo y conociendo todo esto.
Personas del gobierno nacional y del PNUD también vi-
sitaban continuamente y asesoraban dichos proyectos, todo
eso fue una gran oportunidad social que se perdió luego con
la muerte de Fidel y con la llegada a la zona de los grandes
capos narcos quienes al final se quedaron nuevamente con
todas las tierras de los campesinos. Hoy en día de eso ya no
existe nada y todas esas tierras son de don Berna y de sus nar-
cos. Pero bueno, de eso ya hablaremos más adelante.

Mayo 12, 04-1:43 pm


Cuando en un conflicto como el nuestro hablamos de guerri-
llero, nos estamos refiriendo a las personas que pertenecen a
las organizaciones guerrilleras, las categorías de pertenencia
es asunto interno de las guerrillas, pero desde afuera se ven
dos categorías claramente definidas: las de combatiente di-
recto y las de combatiente indirecto. Teniendo en cuenta que
dichas funciones son completamente flexibles e intercambia-
bles, se desempeña una persona perteneciente a las guerrillas
como combatiente directo mientras esté portando armas,
uniformes, equipo militar y se encuentre o concentrado en Las guerras
una tropa o "acampamentado", o mientras esté desarrollan- de Doblecero
do algún tipo de ataque militar, así se encuentre solo y de ci-
vil pero portando o teniendo armas, explosivos o elementos
de comunicaciones con los que esté desarrollando o apoyan-
do otra acción de combate. Esta misma persona se desem-
peña como combatiente indirecto en el momento en que se
encuentra "camuflajeado" e infiltrado dentro de la población
civil, desarrollando actividades propias de ASPC (Apoyo de
Servicios para el Combate), como lo son la recolección de
información de inteligencia, el suministro de apoyos de clase
uno, o sea alimentación y víveres para las tropas guerrilleras,
el reclutamiento de nuevos miembros para la organización,
la extorsión a comerciantes y agricultores, el servir como ob-
servador adelantado o parte de un sistema operativo de segu-
ridad y alerta temprana, etc.
En ese sentido es donde se debe tener especial cuidado
en la diferenciación de un campesino que sea forzado a co-
laborar con las guerrillas, a un verdadero combatiente indi-
recto o miliciano, como se les llama a los guerrilleros cuando
están cumpliendo con este tipo de funciones.
Cuando hablamos de zonas libres de guerrilleros nos
referimos a esos tipos de personas, los combatientes direc-
tos e indirectos, y no a los campesinos que han sido forzados
o que le han colaborado a las guerrillas probablemente por
cualquier tipo de simpatía.
Normalmente, o al menos en lo que a mí concierne, las
personas que colaboraron con las guerrillas en forma forzada
o tal vez en forma voluntaria, al desaparecer la tropa guerri-
llera de la región, esas personas permanecían en la región; si
^^^ se hacían beneficiarías o no de los apoyos de trabajo social
eso era
ALDO CÍVICO asunto de ellos, puesto que en esto a nadie se forzaba.
Si tú querías que te regalaran tierra y que te ayudaran a cons-
truir tu casa y a cultivar la tierra y a salir adelante, magnífico;
si no querías eso, pues nadie te iba a obligar, probablemente
otros sí quisieran ocupar tu lugar.
Bueno, con respecto al trabajo social de Fidel, hay que
aclarar algo: primero, que en ese entonces no existía la or-
ganización AUC, como sí existió después, y lo otro es que
la organización que tenía Fidel era una organización de cor-
te patronal, efectivamente que sí existían las relaciones con
las autoridades locales pero todo se canalizaba a través de la
Fundación para la Paz de Córdoba. La fundación tenía unas
directivas que eran las encargadas de relacionarse con las au-
toridades y explicarles a ellas todo lo concerniente a las acti-
vidades que se estaban desarrollando, lógicamente que Fidel
orientaba a dichas directivas sobre la forma en que deberían
manejarse esas relaciones, pero Fidel era muy cuidadoso de
no inmiscuirse en política, él tenía el ejemplo de lo que le
había sucedido a Pablo Escobar o más bien lo que le estaba
sucediendo por tratar de controlar a la clase política. El traba-
jo social no se vio entorpecido inicialmente por nadie puesto
que Fidel gozaba del respeto de todos en la región:
Inicialmente algunos ganaderos expresaron sus repa-
ros ante la mini reforma agraria que estaba desarrollando
Fidel, ellos sentían temores de que en medio de todos esos
campesinos reincorporados de la ciudad al campo hubiera
infiltrados de las guerrillas, a lo cual Fidel les respondió con
un discurso sobre las raíces sociales de todo el conflicto y
los instó a que, en vez de criticar, se sumaran ellos también
a los proyectos.
Las que sí empezaron luego a ingresar a la zona fueron
las guerrillas de las Farc que habían creado un nuevo fren-
te para poder copar los espacios que habían dejado libres las
guerrillas del EPL que se habían desmovilizado; cuando eso
comenzó a suceder Fidel buscó contacto con las Farc y los
invitó a que conocieran del proyecto social. En sí algunos
líderes de las Farc que fueron comisionados por su estado
mayor, estuvieron con nosotros recorriendo la región y co-
nociendo del proyecto social, eso se prolongó a modo de ne-
gociaciones por un largo periodo, hasta que las Farc dijeron
que ellos no podían respetar ese proyecto puesto que sí era
muy bueno y bonito pero que eso no le correspondía hacerlo
a los particulares sino al Estado, etc.
Probablemente el trabajo social se pudo haber canali-
zado con finalidades electorales pero Fidel Castaño no es-
taba de acuerdo con eso, de que algún político se fuera a
lucrar de su trabajo, en ese sentido sí existe mucha diferen-
cia entre el trabajo social de Fidel en esa época y cualquier
tipo de trabajo social que quiera hacer algún grupo hoy en
día, por ejemplo la Corporación Democracia del Cacique
Nutibara, que lo que busca es obtener el control electoral
de la población.
Fidel era muy crítico de la clase política y de las oligar-
quías colombianas; yo pienso que si las Farc no hubieran
asesinado al padre de Fidel, en él hubieran tenido a un gran
aliado.
El EPL fue el enemigo natural de Fidel en Córdoba,
pero en medio de las negociaciones de paz de este con el go-
bierno, delegaciones de parte de Fidel estuvieron en los cam-
pamentos de concentración del EPL expresando sus deseos
de reconciliación, luego de que este grupo se desmovilizó,
sus comandantes estuvieron con nosotros algunos
&
días en
224
ALDO C m c o Córdoba, y pudimos compartir y dejar atrás y superar todos
los odios que la guerra nos había superado, después con el
tiempo yo me pude encontrar después con algunos de ellos y
conversar en un tono de amistad con ellos.
Después de la reinserción de ellos a la civilidad, forma-
ron un grupo .poético que invitó a Fidel Castaño a que los
acompañara aportando personas para las futuras campañas
políticas, pero Fidel no estaba interesado en eso, algunos
ganaderos de Córdoba sí se unieron- a los desmovilizados e
hicieron coaliciones con miras a ganar las elecciones de al-
caldes y gobernadores, pero en eso no estuvimos incluidos
nosotros.
En esos momentos, simplemente Fidel comenzó con el
trabajo social. Fidel había desmovilizado a su gente y entrega-
do sus armas al estado, en esos momentos no se podía hablar
de los paramilitares como una organización, en ese entonces
lo que existía era la fundación para la paz de Córdoba, con
unas directivas, con unos empleados y con una gran cantidad
de afiliados o beneficiarios. Y de otro lado estaba Fidel como
persona y las personas que lo acompañábamos, por eso es
que eso no se conoce como trabajo social de las autodefensas,
dado que en ese entonces ya no éramos autodefensas puesto
que no teníamos armas ni controlábamos territorios, ni mili-
tar ni políticamente, no teníamos tropas, no ejercíamos nada
que se pudiera catalogar como actividad armada, se puede
decir que estábamos en paz.
Para llegar a hacer un paralelo entre Fidel y Berna to-
davía nos falta un poco, pero le puedo adelantar que, de '
alguna forma Fidel era un líder visionario, que desde mu-
chísimo tiempo antes se dio cuenta de que el narcotráfico
era un gran problema para el país, y por eso de una forma 225

muy inteligente le puso fin a sus actividades y juró no vol- Las g u e r r a s


, , . ., . ., . . . , de "Doblecero"
verlo a hacer; también no permitió que eso se hiciera en la
región o regiones donde él estuviera, se dio cuenta de que
él y las personas no deberían ambicionar la acumulación
de capital y de riquezas por encima de lo que necesitaran y
de lo que pudieran disfrutar realmente, y por eso repartió
lo que consideraba que no necesitaba para vivir y sostener-
se; se dio cuenta de que más importante que las armas y
el poder de las armas, era el poder tener y contar con una
base social, un respaldo en un momento determinado. Con
Fidel vivo no se hubieran cometido los errores que luego se
cometieron en las AUC.
Berna es todo lo contrario. El liderazgo de Berna está
basado en controlar el negocio del narcotráfico y en tener
todo el capital que pueda acumular, y en tener toda la gente
armada que pueda tener y controlar; y ahora quiere el po-
der político como forma de consolidar todas sus conquistas
económicas y territoriales, para poder legalizar sus fortunas.
Berna es un completo anti Fidel.
Claro que hay quienes piensan que es que yo no estimo
ni valoro a Berna en su justa medida; para mí Berna es el
anti líder. Berna es de esas personas que quieren someter a
nuestra sociedad a una involución y convertir este país a la
época de los señores feudales, claro que ya casi lo logra, pero
el mundo todos los días da una vuelta y el curso de la historia
no lo puede detener la voluntad de un puñado de señores
neo feudales.

Mayo 17, 04 - 9:36 am


Recibí el artículo, muchas gracias por habérmelo enviado.
También nos interesa saber qué es lo que opinan el BM y
la ONU sobre la situación colombiana y sobre las probables
vías que ellos consideran para que nosotros podamos salir de
la crisis en que nos encontramos; si sabe de algún documento
a ese respecto y dónde lo podemos encontrar, nos gustaría
muchísimo.
La diferencia entre un grupo paramilitar como se cono-
ce en Colombia y el grupo que tenía Fidel antes de desmovi-
lizar dicho grupo y de comenzar con la era del trabajo social,
yo diría que es ninguna; yo diría que lo que tenía Fidel antes
de eso era un típico grupo paramilitar que estaba instituido
o conformado para defender los intereses particulares de una
persona o grupo de personas.
Ahora, luego de la muerte de Fidel, y en 1994, cuando
nosotros fundamos las ACCU, las fundamos pensando no en
que fueran una organización de tipo patronal que defendiera
los intereses de una persona, sino pensando en una organi-
zación político militar que fuera, por así decirlo, más abier-
ta a todos y que defendiera los intereses de la clase media
campesina de las agresiones de las guerrillas y, que aun en
medio del conflicto, se dedicara a buscarle salidas al mismo,
en la búsqueda de caminos que se pudieran recorrer hacia la
paz. Esa era una concepción de una autodefensa campesina,
compuesta por mucha gente en las regiones y que no solo
se limitaba al accionar militar, sino que buscaba hacer unas
transformaciones en el campo con miras a la solución del
conflicto social y del conflicto armado. Esta organización no
nació de una vez con todos esos postulados, sino que poco a
poco se fueron madurando esas ideas en medio de la misma
confrontación y al encontrarnos de frente con las realidades
sociales de las regiones y sus gentes.
¿Qué sucedió con el proyecto de Fidel? Fidel Castaño ^
murió en los primeros días del año 94, para ser más precisos, Las guerras
de "Doblecero"
el 6 de enero; en diciembre había muerto Pablo Escobar, y yo
saqué un descanso y quedé de encontrarme con Fidel el 10 de
enero-en Urabá para retomar el asunto de la invasión de las
Farc a los territorios donde se estaba desarrollando el trabajo
social. No me pude reunir más con Fidel y sus hermanos.
Carlos y Vicente tomaron las riendas del proyecto so-
cial, inicialmente debido al accionar de las Farc en contra
del proyecto, y cuya primera consecuencia fue la muerte de
Fidel. Nos dedicamos a organizar la defensa, y esa misión me
la encomendaron a mí puesto que tenía algo de experien-
cia militar; en medio de esa defensa fue que fundamos las
ACCU, en ese sentido cada uno andaba como por su lado y
mientras yo pensaba en combatir a las guerrillas de la mano
de las comunidades campesinas y en crear una organización
abierta y democrática, Carlos pensaba inicialmente en buscar
la forma de hacer presión militar en contra de las guerrillas
para luego tratar de negociar con estas un tratado de respeto
mutuo y de no agresión, iniciativa ésta que luego a mí me co-
rrespondió ir a plantearle a las guerrillas, esto cumpliéndole
instrucciones a Carlos.
Vicente tenía una concepción diferente: por un lado
veía la guerra como una oportunidad económica, y por otro
lo movía mucho la sed de venganza por lo que le había suce-
dido a Fidel.
El caso es que para responder a su pregunta, eso se
mantuvo así avanzando muy lentamente, más por la inercia
que por otra cosa, hasta que comenzó el proceso de narcoti-
zación de las AUC en el año 98, luego con la posterior llega-
da de don Berna a Córdoba, y luego de que este le comprara
a Vicente algunos de los frentes de las AUC que operaban
ALDO CÍVICO en la región, don Berna quedó como la persona más pode-
rosa en esa región y luego de eso comenzó a comprarles
las tierras a los parceleros bajo presión. En eso quedó el
proyecto social de Fidel.
Don Berna invirtió allí las ganancias de su narcotráfico
y echó para atrás toda la reforma agraria que había realiza-
do Fidel Castaño en la región, y los campesinos que habían
resultado beneficiados con esta reforma recibieron el dine-
ro que les dio don Berna y regresaron a los cinturones mar-
ginales alrededor de Montería, la capital del departamento
de Córdoba.

Mayo 18, 04-1:14 am


Me faltaba responderle su pregunta de cuáles eran les agen-
cias de seguridad de EE.UU. que tenían permanencia en te-
rritorio colombiano.
Acá, además de la DEA, que está por razones obvias,
están la ATF81, la U.S. Customs82, la CIA, el FBI, el Servicio
Secreto y la Agencia de Seguridad Nacional. Todos estos tie-
nen presencia en mayor o menor escala, eso sin contar los
asesores militares que pertenecen a las distintas fuerzas mili-
tares de EE.UU., los cuales prestan asesoría y entrenamiento
a las Fuerzas Armadas colombianas.

Mayo 20, 04 - 2:50 pm


Continuamos entonces. En la época de Fidel las fuerzas eran
más unas fuerzas mercenarias, muy parecidas a lo que hoy en
día se convirtieron las AUC, en medio de una organización
de tipo patronal en donde quien paga es el patrón y donde el
que ordena y decide todo es el patrón. En ese momento eso
era un grupo mercenario o un grupo paramilitar; mi grupo ^
de autodefensa, según nuestra óptica, es un grupo o una or- Las guerras
de "Doblecero"
ganización que nace de la necesidad de la comunidad para
ejercer el legítimo derecho a la defensa colectiva debido a
una agresión sistemática por parte de las guerrillas, ante la
mirada apacible del Estado y de su clase dirigente; este grupo
nace en medio de la comunidad y para la comunidad, sus
objetivos son más políticos y no buscan defender los intere-

81 Agencia federal de seguridad de los Estados Unidos, dedicada a la regu-


lación. de las actividades en las que tiene jurisdicción el Departamento
de Justicia (DOJ) de los Estados Unidos. Sus competencias incluyen la
investigación y prevención de las infracciones federales derivadas del uso
ilegal, manufactura y posesión de armas de fuego y explosivos, incendios
provocados y atentados con bombas, y tráfico ilegal de alcohol y tabaco.
82 Probablemente se refiere a la U.S. Immigration and Customs Enforce-
ment (ICE], Servicio de inmigración y control de aduanas de los Estados
Unidos.
ses de determinado patrón sino más bien de la comunidad y
luego de la sociedad.
La fuerza que conducimos en el Chocó era una fuerza
mercenaria, compuesta por jóvenes cuya motivación era eco-
nómica, así en algún momento los hubiera motivado alguna
sed de revancha o venganza hacia las guerrillas. Esta fuerza no
es que fuera tanto paramilitar en el sentido que no teníamos
ninguna clase de comunicación ni de coordinación clandesti-
na con ningún miembro de las fuerzas del Estado, que en ese
entonces, y teniendo en cuenta que las guerrillas se proyecta-
ban hacia el triunfo con bastante fuerza, las fuerzas del Estado
eran bastante complacientes con los paramilitares.
Yo defino esa fuerza como expedicionaria, porque el
contacto que nosotros temamos con la población civil era mí-
nimo, no teníamos base social ni temamos base de apoyo po-
ALDO C m c o pular; probablemente la gente podría simpatizar con nuestra
causa por estar combatiendo a las guerrillas, pero nosotros
no desarrollábamos ninguna explotación de la opinión de
la población, ni tampoco tratábamos de ganarnos su favor.
Nosotros teníamos una cadena de apoyos independientes de
la población local, y no nos preocupábamos por ganar apoyo
local; yo sí hubiera querido, pero las normas que imponía
Fidel eran muy rígidas, y él tenía representantes dentro de
la tropa que eran como fiscales permanentes, cuya única mi-
sión consistía en espiar y fiscalizar al comandante para que
no fuera a actuar en desacuerdo con las directivas que había
dado el mismo Fidel.
Siendo fieles a la verdad Fidel nunca me dio ningún tipo
de explicación sobre qué era lo que realmente se proponía
con la desmovilización y con el trabajo social. Lo que pasa
es que con el paso del tiempo me iba dando cuenta de las
cosas, pero era por deducción propia y no porque Fidel se
sentara a explicarle a uno el por qué de sus decisiones; ese
era su estilo, él era muy poco lo que delegaba y muy poco
lo que le explicaba a la gente de sus verdaderas razones para
sus actuaciones. Eso lo veo yo más bien como producto de
su falta de educación, lo que le podía generar algún tipo de
inseguridad en el momento en que sus ideas y su forma de
pensar se hicieran públicas, o porque de pronto pensaba que
sus enemigos, al aprender de su pensamiento, podrían desci-
frarle su esquema mental, o algo así.
Fidel era algo raro, en derto sentido era muy egoísta, has-
ta el punto de nunca haber querido tener hijos puesto que de-
tía que un guerrero no debería tener hijos, que los hijos eran la
debilidad y la perdidón de un guerrero, en alguna ocasión em-
barazó a una muchacha y la obligó a practicarse un aborto.
Yo opino que Fidel, siendo como era, ion visionario, vio
que si desaparedan las guerrillas de la zona él se quedaría sin
una razón para tener un ejérato y que si no aprovechaba la
oportunidad podían deshacerse de él muy fácil; sólo bastaba
que esas mismas guerrillas condidonaran su entrega a que el
gobierno lograra neutralizar las fuerzas de Fidel; además de
que sabiendo que al no haber guerrillas en la zona él ya no se-
ría más útil para el Estado y su dase dirigente, y que probable-
mente tratarían de desecharlo, por eso más bien se le adelantó
a los hechos, aprovechó la oportunidad y se desmovilizó.
La reladón de Fidel y Carlos era, más o menos, la re-
ladón de un hermano mayor ya experimentado en la vida
hada su hermano menor joven aún, que cree que el mundo
está o puede estar a sus pies.
En el año 89 otro de los Castaño, Héctor, hada las ve-
ces de administrador de las propiedades de Fidel en Medellín,
pero después de que Pablo se puso a pelear con el Estado, a
Héctor lo capturaron en un allanamiento y lo metieron dos
meses a la cárcel mientras lo investigaban. De la cárcel salió
transformado y más nunca se volvió a meter en nada.
La verdad es que las políticas del presidente Barco no
influyeron para nada en la creación del movimiento de auto-
defensas, o no sé si entiendo bien la pregunta, puesto que es
la primera vez que se menciona a Barco como posible inspi-
rador de las autodefensas.
Con respecto al comentario de Mauricio Romero, es
cierto que en la época de Fidel, antes de la desmovilización
y del proyecto social de Funpazcor, tanto el Ejército como
la Policía y las fuerzas, no sólo las de Fidel sino de otros per-
sonajes de la región de Córdoba, pereciera como que se hu-
bieran puesto de acuerdo para desatar al mismo tiempo una
232
ALDO C m c o gran contra ofensiva contra las guerrillas y contra todos los
estamentos que en ese momento estaban infiltrados por las
guerrillas y que los utilizaba como parte fundamental en su
estrategia de combinación de todas las formas de lucha. La
verdad es que por esa época en Córdoba todo lo que tuviera
que ver con la guerrilla fue considerado objetivo de agresión
y hay que reconocer que en esa época no había mayor dis-
tinción entre las guerrillas y las organizaciones de base de
las mismas. Era claro que las guerrillas tenían infiltradas y
penetradas a todas las organizaciones de izquierda de la épo-
ca, esto fue lo que motivó a muchos a considerarlos como
objetivos legítimos dentro de la guerra.

Mayo 25, 04 - 1:39 pm


Vamos con el tema numero 1. Primero hay que dejar bien
claro algo: las primeras manifestaciones que se dan de auto-
defensas campesinas en el Magdalena Medio, no puede con-
siderarse a estas como de grandes terratenientes, sino más
bien como miembros de una clase media y baja campesina,
propietarios de parcelas arrancadas a las selvas por medio de
la colonización y de pequeños predios rurales. [...]
En la década de los 80 se da esa coincidencia entre el
nacimiento del Movimiento de Autodefensa Campesina y
la aparición del narcotráfico, con las grandes cantidades de
dinero en efectivo que los narcos necesitaban invertir rápi-
damente y que encontraron en los bajos precios de las tie-
rras, esto debido al abandono de estas por parte del Estado
y a la problemática de seguridad que se estaba dando con las
guerrillas. En ese momento los narcos compraron las mejo-
res tierras cultivables del valle del Magdalena y del Valle del
Cauca, lo mismo que en el valle del Sinú, pero esas tierras
r
233
se las compraron a las élites locales a tinos precios inflados, Las guerras
de "Doblecero"
las élites vieron en la aparición de los narcos compradores
de tierras la forma más cómoda de desligarse del campo co-
lombiano, que de hecho ya se habían salido del campo por la
acción de las guerrillas. La acción de las guerrillas en el cam-
po inicialmente fue enfocada contra las élites locales y estas
huyeron a las ciudades, cuando ya no hubo élite local en el
campo, la guerrilla arremetió contra la clase media campesi-
na, en ese momento y ante la imposibilidad de estos de una
huida fácil, es que se da la reacción y nacen las autodefensas.
[...]
En lo que podríamos llamar la segunda generación de
las autodefensas, y a partir del año 98 en que se comenzaron
a narcotizar las AUC, sí se vieron los casos de la compra de
tierras baratas a los desplazados, y se utilizó esto por parte de
mafiosos y de algunos miembros inescrupulosos de las AUC
y de sus allegados para comprar a bajos precios las tierras
de la población desplazada. Por medio de esa estrategia es
que gente como Mancuso pasó de poseer una modesta fin-
ca de 200 hectáreas a poseer mas de 60.000 hectáreas de las
mejores tierras de Córdoba; Cuco Vanoy, otro de los miem-
bros del estado mayor, posee 25.000; don Berna se cree que
posee cerca de 45.000; Macaco, el dueño del Bloque Central
Bolívar, se cree que tiene 50.000 y así sucesivamente. No más
alias Mono Leche, que se puede catalogar como un sicario
de poca monta, posee más de 20.000 hectáreas en el norte de
Urabá, y así todo es por el estilo; realmente esa fue una de
las razones que nos llevaron a nosotros a distanciarnos de las
AUC, el ver cómo se estaba llevando a cabo una guerra para
despojar a los campesinos de sus tierras, si bien esas tierras
fueron compradas, esto se hizo a precios muy económicos y
234
con
ALDO C m c o dineros producto del tráfico de narcóticos.
Pregunta No. 2. [...] El narcotráfico y los narcotrafican-
tes quieren mantener a Colombia en un estado neo feudal,
quieren volvernos a las condiciones que se vivían en Europa
hace 300 años, y casi lo han logrado. Ellos están en una com-
petencia permanente por poder, y en eso la tierra y el territo-
rio les dan poder. En esa carrera por el poder y por ser parte
de los señores de la guerra es que han acabado con las condi-
ciones de vida del campo colombiano y han creado una clase
baja urbana de desarraigados y han deteriorado ostensible-
mente el tejido social; ellos son unos completos antisociales
a gran escala83.

83 «[...] El paramilitarismo dejó de ser un hecho de criminalidad y se con-


virtió en el problema político más grande de Colombia. La afirmación
del académico Gustavo Duncan, especialista en conflicto armado, resu-
me cómo durante más de 20 años, las autodefensas lograron establecer,
Pregunta No. 3. Aunque no se puede entrar a genera-
lizar, lo que sí es cierto es que en gran medida esos mega
proyectos agro industriales lo que ocultan detrás son unos
grandes proyectos basados en el lavado de activos producto
del narcotráfico. Por ejemplo en la región de Urabá se está
llevando a cabo un mega proyecto de siembra extensiva de
palma africana, eso incluye la siembra de aproximadamente
unas 20.000 hectáreas de palma inicialmente y del montaje
de las plantas procesadoras para la extracción de aceites, este
proyecto es en su totalidad propiedad de Vicente Castaño,
pero si uno va a mirarla documentación legal, aparece como
una sociedad, y los recursos fueron prestados por el mismo
Estado colombiano84. Ahí lo que hay es un caso típico de co-

a través de la violencia, un dominio local en 221 municipios del país y, 235


principalmente, en los siete departamentos de la costa Caribe. [...] Las Las guerras
alianzas entre los narcos, paras, latifundistas y políticos facilitaron la im- de "Doblecero"
posición, a través de las armas, de un nuevo modelo económico y social.
[...] El vicecontralor de la época [2003], Luis Bernardo Flórez, denunció
que 4,5 millones de hectáreas, las mejores del país, habían sido apropiadas
por los grupos armados ilegales y el narcotráfico. "Es la más aberrante
concentración de la tierra. Uña auténtica contrarreforma agraria" [...] EÍ
control político y económico estuvo precedido de una ola inusitada de
violencia [...] La expansión paramilitar estuvo caracterizada por la san-
gre, las asociaciones estratégicas, el control económico y, finalmente, el
poder político.[...].» Tomado de Isis Beleño, "El paramilitarismo en la
Costa: ¿una contrareforma política?", diario El Heraldo, Barranquilla, 7 de
octubre de 2007.
84 «[...] Trece empresas hoy invierten en palma de aceite en las cuencas de
Jiguamiandó y Curvaradó. Tres constituidas en Barranquilla, Santa Marta
y San Jacinto (Bolívar], dos de Medellín, una de Apartado y siete más de
la región. En una entrevista a la revista Semana en 2005, el fugitivo jefe
paramilitar Vicente Castaño, aceptó también su presencia: "Yo mismo
conseguí los empresarios para invertir en esos proyectos que son durade-
ros y productivos". Una mínima revisión de las escrituras de constitución
de esas empresas palmicultoras, dejan advertir su mano sigilosa y otras
sorpresas judiciales. Por ejemplo, tres años después del desplazamiento
^ forzado a que fueron sometidas las comunidades de Jiguamiandó y Curva-
rrupción en donde los funcionarios estatales reciben un alto
porcentaje por los dineros que prestan a la sociedad, dineros
que ya son legales; los dineros ilegales quedan en poder de
los funcionarios que ya se encargan de introducirlos poco a
poco dentro del sistema financiero. Eso es un caso típico y así
deben funcionar algunos más, es solo mirar con lupa y mirar
que narco está detrás de todo proyecto que hay en la zona de
su dominio.
Respuesta No. 4. Después de la muerte de Escobar
regresamos a Córdoba para enfrentar a las guerrillas de las
Farc, y como le conté, en el primer combate matan a Fidel.
Realmente cuando fundamos las ACCU, lo que yo tenía en
mente era la defensa del proyecto de trabajo social que está-
bamos desarrollando en Córdoba y la defensa de eso no se
r
podía hacer en contravía de los intereses del campesinado,
236 , . . j ,
ALDO C m c o entonces en la practica rompimos con los esquemas de los

radó en 1997, en la Cámara de Comercio de Barranquilla se constituyó la


empresa Unión de Cultivadores de Palma de Aceite de Urabá (Urapalma).
Entre los accionistas, compareciendo a su nombre y en representación de
Construcciones Unidas Ltda., con un capital de $225 millones, apareció
el empresario barranquillero Alberto Zúñiga Caballero. En la compañía
Palmas de Urabá [Palmura], constituida en Santa Marta en 2003, vuelve a
aparecer Zúñiga Caballero y varios de sus familiares como los socios prin-
cipales. En torno a la familia Zúñiga Caballero, desde los años 80, existe
documentación judicial que relaciona a uno de sus integrantes, Julio Cé-
sar Zúñiga Caballero, con el tráfico de estupefacientes. D e hecho, el 24 de
marzo de 2005, en desarrollo de la Operación Patria, la Unidad Nacional
para la Extinción del Derecho de Dominio de la Fiscalía ocupó 56 pro-
piedades de su núcleo familiar, entre ellas varias inmobiliarias, empresas
oleaginosas o estaciones de servicio en la costa Atlántica, en cuyas actas
de registro de fundadores también aparecen algunos socios de las Palme-
ras de Urabá [...].» Tomado de Juan David Laverde y Norbey Quevedo,
"En la ruta de los Castaño: el lío de los títulos colectivos de Jiguamiandó
y Curvaradó", revista Gloobal Hoy, en <http://www.gIoobaI.net/iepala/
gloobal/fichas/ficha.php?entidad=Textos&id=4168&.opcion=documento>
anteriores paramilitares y comenzamos a hacer una penetra-
ción en la comunidad, ya no por medio de la violencia sino
por medio del diálogo, realmente el trabajo de combatir a las
guerrillas me lo dejaron a mí, Carlos estaba dedicado a tratar
de ver cómo cuidaba lo que Fidel había dejado y Vicente, si
bien en parte estaba interesado en combatir a las guerrillas,
en parte como venganza también porque le amenazaban sus
intereses. El papel mío en el esquema político con que desea-
mos que fueran las autodefensas de allí en adelante, creo que
fue algo importante en esa época.
Respuesta No. 5. Desde la creación de las ACCU en el
año 94 hasta el año 98, en que se impone la teoría de los nar-
cos en detrimento de las teorías mías; la idea de nosotros era
que las autodefensas se convirtieran en una alternativa polí-
tica para buscarle una solución profunda a las causas del con- 23
flicto en Colombia, y que de esta forma las autodefensas par- ¿aTguei
• . i . /• • i •, de "Doble
ticiparan y tuvieran un papel protagomco en la consecución
de la paz o en su efecto en el trazado del camino conducente
hacia allí. Para esto había que tener claro que el rol era más
político que militar, que si bien se necesitaba una fuerza mili-
tar, su función principal no estaría centrada en la destracción
de las guerrillas, sino más bien en la búsqueda de los caminos
más cortos y efectivos hacia la consecución de una paz real
y con dignidad y con justicia social; que para llegar hasta allí
habría primero que buscar las respuestas a los interrogantes
en el estudio de la historia socio económica de Colombia,
que de allí nos daríamos cuenta de la verdadera esencia del
conflicto en Colombia, y que de allí surgirían las diferentes
alternativas para la solución del mismo, étcétera.
Bueno, en términos generales, es lo que nosotros se-
guimos promulgando después de que nos apartamos de las
ny COLOMBIA

Autodefensas Unidas de Colombia la búsqueda de alterna-


tivas para la superación y solución del conflicto, en vez de
declararnos defensores de lo indefendible y ante lo que ya se
había acabado como las AUC lo hicieron.

X
7

DPMAF - DPF - BRASIL 0


s
0 6 11 (13. 0 9 0 5 4

€ t JTRRATERMIFWW» VM-» IR . .. .

Sellos en el pasaporte de Doblecero.


EPÍLOGO

Entrevista con Juan García,


hermano de Doblecero

En julio de 2009 logré ponerme en contacto con Juan García,


hermano de Carlos Mauricio García. En algún correo se presenta
de la siguiente manera:

Tengo 45 años y soy filósofo de la Universidad de Antioquia;


comencé mi doctorado en Filosofía Política en España en 2000
bajo la dirección del doctor José Manuel Bermudo, catedráti-
co de Filosofía Política de la Universidad de Barcelona, pero
interrumpí mi trabajo en 2002 para volver a Colombia como
asesor de Carlos Castaño, de Fredy Rendón (El Alemán) y de
mi hermano (Rodrigo Doblecero) para un eventual proceso
de paz. Entre 2003 y 2006 acompañé el proceso del Bloque
Éimer Cárdenas en Urabá como vocero civil, y hasta ahora sigo
asesorando a los desmovilizados de ese grupo en el proceso
de Justicia y Paz y en la reintegración de los ex combatientes.
Me gustaría mucho poder conversar con usted, pues además
de haber conocido a mi hermano, sé de su trabajo en los te-
mas de exploración y resolución de conflictos, los cuales son
de todo mi interés.

Nos pusimos una cita en un restaurante de Bogotá y grabé nuestra


conversación sobre Carlos Mauricio. La entrevista complementa
el retrato del líder paramilitar y ofrece una comprensión profunda
del contexto social y familiar en el cual creció, y los distintos mo-
mentos que lo llevaron a ser el comandante Rodrigo Doblecero.
Aldo Civico: ¿Me podría hacer un retrato de su familia?
Juan García: Mi familia, es una familia común de la clase media
colombiana, de una clase media que ha cambiado en los últimos
años, pero que en su momento era parte de una sociedad menos
estratificada, cuando todavía estábamos más unidos los distintos
- grupos sociales. [...] Hijos de una pareja de abogados, veníamos
de dos familias de alguna manera significativas en nuestras respec-
tivas regiones; los García por parte de mi padre eran personas
vinculadas especialmente al mundo académico.

Mi abuelo Julio César García fue historiador, rector de la


Universidad de Antioquia, fundador de la Universidad La Gran
Colombia en Bogotá, director del periódico El Colombiano de
Medellín, director de Instrucción Pública que era el ministerio de
Educación en Antioquia. Era un hombre metido en la política y
240 en la educación; hasta hace muy poco las generaciones de co-
ALPO Cmco lombianos se formaron con algunos textos de historia de Julio
César García, de historia de Colombia que se estudiaba en el
primer año de bachillerato, de un libro sobre los primitivos de
América, que se llamaba así, Los Primitivos. Su padre (mi bisabue-
lo) había sido un hombre de una familia muy vinculada con los
procesos políticos de la época de la guerra de los Mil Días. El tío
de Julio César había sido el general Laureano García, uno de los
protagonistas de la guerra de los Mil Días por parte del ejército
conservador, aunque como decía Rodrigo, de muy mal suceso:
había una versión de la que yo no he podido encontrar sustento
todavía de eventos históricos, pero que corre en la familia según
la cual la acción más destacada del general Laureano García fue
haberse quedado dormido en vísperas de la batalla de Palonegro
[...], pero sifué un hombre importante en esa época y fue se-
nador también; era una familia de tradición política, académica y
de la alta sociedad.
Mi abuela, Teresita Piedrahita, la esposa de Julio César, mi
abuelo, era una dama de la alta sociedad de Antioquia y por el
lado de la familia García pues estaban mis tíos todos profesionales
médicos, abogados, algunos vinculados a la política.
La otra familia," la familia Fernández, era la familia de mi ma-
dre, también representativa de un cierto modelo de Antioquia.
Era gente vinculada al campo, a la tierra, terratenientes. La familia
Fernández era de Concordia, Antioquia, una zona que ya a finales
del siglo xx era eminentemente cafetera pero que antes producía
panela, había minería, una cantidad de actividades agrícolas y de
pequeña agroindustria, y de allí, viene Justo Fernández. Su nombre
completo era muy característico de esa raza antioqueña campesi-
na: Justo Pastor del Monte Carmelo, un nombre de honda conno-
tación religiosa pero de una familia liberal.
La familia de mi padre era conservadora, de los que aquí de-
nominamos godos, de los que orinan azul de metileno; en cambio
los Fernández eran liberales. El abuelo justo fue un hombre que a
pesar de venir de la familia de don Gonzalo Fernández, dueño de
comercios importantes y de haciendas paneleras, prácticamente
se hizo solo. Desde joven se independizó de la familia y llegó a ser
un hombre muy rico, llegó a tener mucha tierra y muchas zonas
del departamento de Antioquia y del departamento de Santander,
inversiones en ganadería, en minería, en comercio, pero era una
familia más marcada por ese carácter del apego a la tierra, una
familia de extracción más campesina.
Mi abuelo, Justo Fernández, fue un hombre muy ilustrado
[...] y él, a pesar de ser un hombre de campo, un finquero, estu-
vo en los Estados Unidos en una época en la que no cualquiera
podía salir del país y también era un hombre de mundo, digamos,
pero nos heredó el arraigo por el campo y por la cultura de la
gente campesina.
En ese hogar de Antonio García y Carmenza Fernández, fue
donde nos criamos nosotros, en medio de esa dos familias real-
mente distint'rtas; mis tíos García eran profesionales, en cambio
mis tíos Fernández eran todos ganaderos, y las tías tenían su voca-
ción en otras actividades, pero sus intereses estaban representa-
dos en una hacienda ganadera en San Carlos, Antioquia, luego de
la liquidación de la herencia de mi abuelo Justo.
La abuela Estela, la mamá de mi mamá, era maestra, una mu-
jer muy especial, muy culta, muy inteligente, muy respetada en la
sociedad de Medellín, y eri todo caso también influyó mucho en la
formación de nosotros los hermanos García Fernández; realmente

242
ALDO CÍVICO

IIIp

Carmenza Fernández y Antonio Garda.


Foto archivo particular.
fue la única abuela con quien tuvimos contacto directo en nuestra
infancia, pues ya los abuelos paternos habían fallecido y el abuelo
materno también.
Nuestros padres nos brindaron una buena educación, yo
dina la mejor que se podía proporcionar en ese momento en
Medellín. Todos hicimos las primeras letras en algunas institucio-
nes pequeñas. Mauricio y yo -eh, Rodrigo85 y yo-, estudiamos en
el instituto La Merced, un pequeño colegio de un par de señoritas
educadoras que aplicaban métodos innovadores en esa época;
después de ese preescolar los tres hombres entramos al kínder
San Ignacio, el colegio de los jesuítas, y Beatriz: al colegio San José
de las Vegas, también muy cercano a los jesuítas.
Mi madre dejó de estudiar cuando nacimos, y volvió a ha-
cerlo cuando el mayor tendría quince años. En nuestra infancia
tuvimos la presencia permanente de nuestra madre, y no tanto de
nuestro padre porque tenía que viajar mucho, él era gerente de ¿aTguei
de Doble
una textilera en Bogotá y una en Medellín.
Luego, cuando el mayor tenía unos diez o doce años, mi
papá empezó a litigar también en una oficina de abogado labora-
lista, lo que también fue determinante en buena medida de lo que
fuimos nosotros y de nuestra formación. ¿Por qué? En el trabajo
de mi padre como gerente de una textilera nuestra visión sobre
los problemas sociales era limitada, pero luego, como abogado
laboralista, nuestro padre era el que tenía que hacer las negocia-
ciones entre los sindicatos y las empresas, era el secretario general
de Fabricato, la textilera más grande de Colombia, y a nosotros
eso nos tocó muy profundamente desde muy niños. Lo primero,
el tema sindical y el tema de las clases, del proletariado, fue tema

85 A partir de este punto, Juan se referirá a su hermano Carlos Mauricio por


su alias en las autodefensas [N. del E.].
en .nuestra casa; lo segundo, porque por la posición de nuestro
padre en el trabajo, desde que éramos muy niños (yo tendría
unos diez años y Rodrigo, nueve), cuando vivimos por primera vez
la amenaza, la primera amenaza, fue que a mi padre lo llamaron
y lo amenazaron con secuestrar a uno de sus hijos a raíz de un
problema con un sindicato, tal vez de la industria textil. A partir
de ahí, nuestra historia familiar ha estado marcada por las amena-
zas, los ataques, alguna vez pusieron una bomba en la puerta de
nuestra casa; eso forma parte de ese sustrato en el cual nosotros
nos educamos...

A. C.: ¿En qué año pasó eso?


J. G.: Eso debió ser a mediados de los setenta. Ya después, a partir
de los ochenta, empezamos a sufrir algunos procesos, mis padres
244 se divorciaron hace un poco más de veinte años; desde mediados
Aldo Cmco de los ochenta se venían dando algunos líos y en la familia se fue
dando una separación de los hermanos entre los dos padres, mis
tres hermanos hacían de aliados de mi madre, y yo como de alia-
do de mi padre y eso afectó mucho el entorno familiar... Hubo
un tema que también nos afectó mucho, fue determinante de
muchas cosas: la enfermedad de Rodrigo, él era epiléptico y real-
mente nunca lo supimos porque, en ese momento, los métodos
diagnósticos no eran tan precisos como son en este momento
y, aún hoy, la epilepsia sigue siendo un universo un poco oscuro
para la medicina. En la época en que Rodrigo manifestó el primer
episodio convulsivo tendría unos trece o catorce años y yo unos
quince y eso fue muy duro para toda la familia; nuestra madre
" entró en una profunda depresión, y eso precipitó muchas cosas,
entre ellas la crisis de nuestros padres.
De alguna manera, yo siempre he sentido que uno de los
episodios que pudo haber determinado cosas en la familia, y
Rodrigo lo decía en uno de sus correos, fue el tema de la droga.
El único de la familia que tuvo problemas con la droga fui yo; al-
guno de los mayores probablemente había probado pero no fue
un problema y mucho menos para Mauricio que era un hombre
fundamentalista contra el cigarrillo desde que tenía seis años. Él no
tuvo problemas de drogadicción ni de alcoholismo, obviamente;
yo en cambio comencé a tomar licor y a consumir drogas desde
los quince años y eso fue determinante en nuestras vidas. Yo dejé
de estudiar muchos años, me fui a vivir a San Carlos, a la finca de
mi familia. Eso coincidió con el bachillerato de Rodrigo, su ingreso
a la Escuela Militar, a mí me golpeó mucho nuestra separación y
después me afectó mucho el hecho de su vinculación a la vida
militar, porque, aunque yo quiero mucho a todos mis hermanos,
todos queríamos especialmente a Rodrigo, además porque desde
niños éramos dos y dos, Beatriz y Antonio José, los mayores, y
Rodrigo y yo, los menores, entonces para mí la infancia es con Las guerras
Rodrigo y no recuerdo juego, no recuerdo paseos, peleas, no re- de "Doblecero"

cuerdo nada que no fuera con él (cuando toamos de vacaciones


a la finca en San Carlos, nos la pasábamos cazando tortuga y pes-
cando); éramos uña y mugre.
Entonces, cuando Rodrigo se enferma, desajusta a toda la
familia y todo comienza a orbitar alrededor de eso. Le diagnosti-
caron epilepsia y le ordenaron tomar de por vida un medicamen-
to anticonvulsivo y él nunca aceptó realmente el diagnóstico. Más
adelante dejó de tomar los medicamentos y eso en los últimos
años, cuando ya estaba en las autodefensas y hasta donde yo ten-
go entendido, no volvió a tener episodios convulsivos. En algún
momento se le ofreció una alternativa de diagnóstico que era un
problema de azúcar, y en efecto en la familia sí hemos tenido pro-
blemas de diabetes, de hipoglicemia, de manera que él empezó a
controlar el consumo de azúcares y dejó de tomar sus drogas, y
la enfermedad fue pasando a un segundo nivel. Fue un problerrja
cuando lo del Ejército, él no contó en el Ejército que tenía ese an-
tecedente médico, lo más seguro era que no le hubieran permitido
ingresar, y éso fue difícil porque le implicó toda una logística para
mantener sus medicamentos ocultos. Ya siendo teniente sé que
le contó a algunos de sus compañeros, al teniente Cogoyo, que
después mataron siendo capitán en Puerto Berrío.
Pero, volviendo al tema, cuando la epilepsia de Rodrigo dejó
de ser un problema en la familia, el problema fue la drogadicción
de Juan, me volví el problema de la familia. Yo digo que las familias
necesitan el depositario de la basura, como los países, las socie-
dades, y en algún momento yo asumí muy bien ese papel, ser el
problema, la oveja negra. Me fui de Medellín, dejé de estudiar, no
terminé el bachillerato y me dediqué a la literatura y al campo,
me fui a vivir a San Carlos, tuve muchos amigos, viví el Magdalena
Medio, el oriente antioqueño, en una época en la cual apenas
estaban entrando las guerrillas a esa zona, a comienzos de los
ochenta. Entonces -tengo que decirio-, fue una época muy difícil
para mi familia, para mi padre, para mi madre, sufrió mucho pero
ella siempre ha manejado muy bien el disfraz de recia, de dura, de
áspera; mi mamá, después de que tuvo nietos, nos mostró la cara
tierna, nosotros siempre supimos que era una madre preocupa-
da, diligente, pero ella tuvo que ejercer la autoridad en la familia,
era la que pegaba, mi papá nunca nos pegaba, y en esa época la
educación y la familia se hacían aquí en Colombia con la correa,
entonces, cuando yo tuve ese periodo de drogadicción y de de-
sorden en la vida, fue un periodo difícil, pero también conocí gen-
te maravillosa, conocí este país.
Hubo tres elementos que en su momento no supe manejar
la enfermedad de Rodrigo, empezar a ver el fracaso del matrimo-
nio de mis padres, y verme en ese sánduche: yo siempre he queri-
do mucho a mi mamá y terminé peleando con ella, la pelea que no
era mía, que era la pelea de mi padre, y ya lo tercero, es uno de los
motivos más humanos y comunes, que es el amor de una mujer
que me llevaba algunos años, no muchos, pero que era una mujer
inalcanzable para mí, todas esas situaciones que no supe manejar
y de las cuales acabé escapando a través de la droga.
Mientras tanto, mientras esto pasaba, Antonio José terminó
el bachillerato y empezó su carrera de Derecho, y empezó a tra-
bajar; también Beatriz Helena hizo su carrera como comunicadora
social en la Bolivariana y empezó a trabajar como periodista en
Caracol. Rodrigo, después de dejar su carrera militar tomó el otro
. camino que fue el de las autodefensas, pero digamos que, den-
tro de todo, los tres hermanos tenían su vida ordenada; el que
la tenía desordenada era yo, de alguna manera eso llega a ser así
hasta el año 89 cuando Rodrigo dejó el Ejército, cuando se fue a
trabajar con Fidel Castaño a Urabá, al Chocó, en ese periodo que
hicieron como una guerrilla de derecha para combatir al EPL En
ese mismo periodo yo logré romper el cerco, las trampas en las
que uno se mete cuando tiene una adicción, llegó un momento
en el que yo consideré que no era por ahí, un momento al que
llegué con ayuda de los amigos, la familia, y en el que finalmente
ya me di cuenta que por ahí no era la cosa y dejé hasta ef cigarrillo
(llevo más de veinte años sin fumarme un cigarrillo y de tomarme
un trago muy de vez en cuando; me volví a emborrachar una sola
vez en todo este tiempo). Comencé a estudiar nuevamente, vali-
dé el bachillerato en el año 88 y empecé a estudiar Ingeniería de
Sistemas y después Filosofía.
La dinámica de la familia empezó entonces a gravitar alrede-
dor de Rodrigo, no porque él fuera el problema -si algo encontró
en nosotros siempre fue comprensión y apoyo, no apoyo material
para una causa, que era un causa de él, que en algunas cosas com-
partíamos ¡deas, en otras no, pero el siempre contó con el apoyo
irrestricto de sus padres, de sus amigos, como persona- Varios
años después de estar metido en eso nosotros empezamos a dar-
nos cuenta que Rodrigo era comandante de autodefensas, y creo
que todos asumimos eso individualmente, nunca hubo un concilio
donde la familia se reuniera y debatiera el tema de si Rodrigo era
paramilitar o no era paramilitar, o qué íbamos a hacer frente a eso.
Yo creo que cada uno lo habló con él, lo pensó con él, además,
eran circunstancias en las que la visión que se tenía del fenómeno
era fragmentaria, todos sabíamos que Rodrigo era un hombre de
un carácter muy fuerte, muy inteligente, y que estuviera haciendo
lo que estuviera haciendo, lo estaña haciendo por razones pode-
rosas y que para él serían correctas, independientemente de que
para nosotros pudieran ser correctas o no.
Esos últimos años, del 92 en adelante, a partir de la guerra de
os
ALDO CÍVICO ' Pepes, cuando Rodrigo estuvo por un tiempo peleando una gue-
rra y más cerca de la familia, porque en la época de los Pepes él iba
mucho a la casa, a partir de ahí, esos últimos 15, 18 años la familia
giró en torno a Rodrigo, a "Doblecero", a sus luchas, a sus ideales,
a su muerte, de lo que pasó después de su muerte, de cómo los
hermanos acabamos involucrándonos en la causa de la búsqueda
de una solución a ese conflicto. Antonio desde el Derecho, yo
desde la Filosofía y la política como consultor en temas huma-
nitarios, Beatriz desde el periodismo y todos, desde el periódico
Urabá, hoy desde Fundapoyo, un fenómeno que se dio en la fa-
milia, que nos gustara o no, éramos la familia de "Doblecero" y a
todos los que siempre hemos tenido que responder frente a eso,
de una manera u otra, hemos sido muy claros en que las guerras
de él eran las guerras de él, nosotros tenemos causas distintas y
posiciones diferentes sobre muchas cosas, y compartíamos tam-
bién causas y posiciones sobre otras, pero independientemente
de eso, era nuestro hermano, era de la familia... ese era.más o
menos el contexto de la familia.

A. C.: ¿Recuerda cómo nace o madura en Rodrigo la idea de la ca-


rrera militar?

J. G.: Rodrigo fue siempre un poquito enigmático en sus procesos


de toma de decisiones. Mi mamá decía que él era igualito al abuelo
Justo, un hombre metódico, reflexivo en sus negocios, proverbial-
mente tacaño. Rodrigo era callado, no tenía esa locuacidad que
me caracteriza a mí, y generalmente las grandes decisiones de su
vida no las consultó, sólo las notificó. Él era de un carácter muy
peculiar; por ejemplo, en nuestro hogar, a mi mamá se le obedecía
como se le obedecía a Dios en una religión, a mi papá no tanto,
se le hacía trampa o se le debatía. El primero que se independizó,
que demostró autonomía aun siendo el menor, fue Rodrigo. Su 249

primera demostración fue el cine de nueve, el cine de noche; Las guerras


, ._ . . . de "Doblecero"
cuando eramos ninos y jóvenes no nos dejaban callejear mucho,
y cuando íbamos a cine, toamos en grupo,- o acompañados de un
adulto, pero nunca después de las cuatro de la tarde ni se veía
televisión ni se iba a cine. Un día estaba Rodrigo como a las seis y
media de la tarde organizándose, vistiéndose, tendría unos doce o
trece años y mi mamá se asomó y le preguntó: "mijo, ¿para dónde
va?" y le alcanzó a contestar "a cine" y cerró la puerta y se fue.
N o pasó nada porque mi mamá quería tanto a Rodrigo y además
había coincidido con la manifestación de la epilepsia, entonces ella
tampoco se atrevía a pegarle. Fue el promotor de la emancipación
de los hijos, el primero que tuvo llave de la puerta de la casa, y él
fue siempre así.
Igual fue cuando nos contó que quería ser militar. El único
signo fue que mi papá le notó una afición por publicaciones milita-
res, y entonces le contó que un cliente de su oficina de abogados,
el mayor Gerardo Perdomo Puyo, un gran señor, oficial retirado,
y que lo podía poner en contacto con él para contarle cómo era
la vida militar. Algo le preguntó Rodrigo y efectivamente fue a la
oficina y le presentó al mayor y se hicieron muy amigos. El mayor
ya debía tener unos cincuenta años y Rodrigo por los dieciséis y fue
amor a primera vista por el tema militar. El mayor le dijo que podía
ir con él al casino un sábado; creo que haber ¡do a la iv brigada de
la mano del mayo;- Perdomo fue uno de los momentos más impor-
tantes en la vida de Rodrigo y después de esa primera visita y de
otras posteriores, dijo "yo quiero ser militar" y comenzó a averiguar
los trámites. En la familia no encontró oposición por el tema militar
en sí, porque mi mamá siempre nos enseñó que podíamos ser lo
que quisiéramos, en lo que nos sintiéramos bien, pero eso sí, que
tratáramos de alcanzar la excelencia en cualquier profesión. .
En mi familia no hubo esa presión y cuando Rodrigo dijo
que quena ser militar, que era una carrera como cualquier otra,
nosotros le respetamos eso, nos preocupó mucho el tema de
la epilepsia, que eso le frustrara la aspiración o le generara un
accidente, pero él dijo "yo lo voy a hacer". La primera opción
era la Armada y se inscribió para la Escuela Naval de cadetes
en Cartagena y para la Escuela Militar de cadetes del Ejército. Mi
mamá le rogó mucho que no se fuera para el Ejército, no por el
Ejército en sí, nosotros sufrimos mucho como sufren las familias
de los guerreros y nosotros sabíamos que Colombia estaba en
guerra y que el orden público se estaba deteriorando, pero eso
no influyó para que ninguno de nosotros le dijera a Rodrigo "no te
metás al Ejército", si esa era su vocación pues todos lo respaldába-
mos. Mi mamá le rogaba porque le daba miedo que lo rechazaran
por temas de salud, y finalmente nunca le preguntaron; entre los
documentos que le tocó llenar no le preguntaron si era epiléptico
y pasó a la Escuela Militar.
Él estaba en Bogotá cuando la toma del Palacio de Justicia.
Había rumores de que el M-19 tenía unos carros, entonces a ellos
los sacaron con el apoyo de unos tanques que había comprado
el Ejército, Cascabel, de fabricación brasileña, y nosotros estába-
mos viendo la toma con el mismo horror que sintieron todos los
colombianos. Mi mamá también estaba en Bogotá y ese día tenía
que ir al palacio a revisar unos negocios que tenían en la oficina de
mis padres en Bogotá, en la Corte, en el Consejo de Estado y en
la sala de casación de la corte. El primer sentimiento fue la angustia
por mi mamá y el segundo, por mi hermano, que ya era cadete
de la Escuela Militar. Allá también había amigos, magistrados que
eran amigos de nuestros padres, yo alcancé a hablar varias veces
durante el primer día de la toma con el doctor Horacio Montoya
Gil, uno de los magistrados que murieron allí. Todo ese episodio
tuvo para nosotros la carga de tener un hermano en la guerra.
A partir de allí empezaron a suceder con mayor frecuencia Las guerras
de "Doblecero"
esas situaciones en las que la familia tenía el corazón en la mano.
Incluso una vez nos alcanzaron a avisar que lo habían matado
cuando estaba en Puerto Berrío. Yo lo visitaba mucho; como yo
era el vago de la familia, entonces yo era el que podía viajar cual-
quier día; en una ocasión yo había estado en Puerto Berrío, tres o
cuatro días en el Batallón Bomboná, él me llevó a Puerto Berrío la
víspera, y él tenía que arrancar para Segovia en un convoy militar
y esa noche ese convoy fue atacado por las Farc y ahí murió uno
de los subtenientes compañeros de él, Villamil. Cuando regresé al
día siguiente a Medellín, apenas llegué a la oficina llamaron y me
dijeron, "mataron a un teniente en una emboscada a un convoy
que salió de Guasimal para Segovia". Como yo sabía que Rodrigo
iba ahí, estaba casi seguro de que lo habían matado y salí como un
loco para la brigada; todavía no habían dado los nombres, entré,
incluso recuerdo que regañé a un militar, finalmente me atendió
un coronel que me dijo: "no puedo decir los nombres de los
muertos todavía, pero dígame el nombre de su hermano y yo le
digo si es él o no". Le dije el nombre y me contestó "no fue su
hermano". Como ese vivimos cantidad de episodios más, luego
cuando él estaba en las autodefensas, muchos más todavía. En¡,
resumen, nunca nos consultó: "me voy para el Ejército, me voy
para las autodefensas, me separo de los Castaño, independizo el
Bloque Metro...", nunca nos consultó esas cosas.

A. C: ¿Cómo se forman en Rodrigo esas ideas de contrainsurgencia,


esa misión de combatir a la guerrilla?
J. G.: Yo pienso que él conocía el campo, algo que no era común
en los militares colombianos de su generación, que eran mucha-
chos más de ciudad. Aunque solo fuera en las vacaciones Rodrigo
era un montañero. En San Carlos se calaba unas botas y un ma-
chete y se iba con los trabajadores, con don Pacho, a ver la finca,
a caminar por las selvas. Esa finca era uno de los tesoros más
grandes que tenía, eran zonas de montaña virgen, entonces cuan-
do niños caminábamos solos por esa montaña, por caminos que
estaban desde la Colonia, el camino del Perico, el camino del alto
de los Totumos, que era la ruta por la cual se pasaban el oro y las
mercancías desde Antioquia hasta Puerto Nare en el Magdalena.
Esa'ruta pasaba por la finca de mi abuelo, que era una posada de
esa ruta donde los jornaleros descansaban.
Nosotros conocimos la selva, el monte, conocimos al cam-
pesino; entonces, cuando Rodrigo se forma en la contrainsurgen-
cia, en el Ejército, en la infantería, se forma con sus instructores
en Tolemaida, en Estados Unidos, en la Escuela de las Américas,
pero se forma con una visión mas compleja que esa visión simple
de ese enemigo, ese pez al que había que quitarle el agua, que era
el modelo copiado de Mao pero aplicado por la contrainsu^gen-
cía en América Latina y también, pienso yo, que tuvo que haber
influido mucho el conocimiento directo y la amistad de la infan-
cia de muchachos que después estuvieron vinculados a las Farc,
como un muchacho Alberto Giraldo, Alberto Güete, en algún co-
rreo mencionaba una familia de San Carlos que resultaron siendo
activistas de la izquierda revolucionaria, una familia que nosotros
quisimos muchísimo, como hermanos nuestros, eran de apellido
Giraldo, pero les decían los Güete porque a su papá lo llamaban
Pacho Güete, un albañíl, un hombre maravilloso, y estábamos en
San Carlos con los hijos pa' arriba y pa' abajo. Estos muchachos...
Alberto, estudiante y profesor de Sociología de la Universidad de
Antioquia fue asesinado por el MAS, uno de los primeros grupos
paramilitares, al frente de la universidad. Cuando las luchas civiles
empezaron a generar el fervor revolucionario en el oriente de
Antioquia, Rodrigo y yo estábamos jugando con Alberto y sus her- 253

manos, que eran líderes del Movimiento de Acción San Carlitana Las guerras
, r , i. i i i , . . . de "Doblecero"
que el fue el coordinador de los paros cívicos de onente..
Yo pienso que todo eso tuvo que haber influido en su for-
mación en contrainsurgencia, porque para él no era simplemente
una mecánica de mover fichas en un ajedrez militar, sino que la
insurgencia y la contrainsurgencia ténían mucho que ver con com-
prender al enemigo y saber el sustrato social en el cual se estaba
dando el conflicto, tuvo mucho que ver. Yo diría que fue eso.
La parte final, el tema autodefensas, o paramilrtarismo, fue su
relación con Fidel Castaño, de quien él fue subalterno, pero tam-
bién consejero en el tema militar y aprendió mucho, porque él de-
cía que Fidel en el monte era muy inteligente, que sabía mucho...
Carlos Castaño tenía una anécdota; decía que una vez estaban
preparando una operación con Fidel y él empezó a decir cómo se
debían a hacer las cosas y que Rodrigo lo interrumpió y le dijo que
no debía ser así sino de otra manera y se enfrascaron en una dis-
cusión larguísima y Fidel, que quienes lo conocían decían que era
un hombre al que no se le podía llevar la contraria, finalmente dijo:
"Bueno, aquí el que manda soy yo y el que dice cómo se hacen
las cosas soy yo y entonces yo digo que lo hagamos como dice
Rodrigo", y así se acabó la discusión... Rodrigo respetaba mucho
la opinión de Fidel en la contrainsurgencia, aunque desgraciada-
mente yo pienso que de ahí tomó algunos elementos que fueron
los que nunca pudimos compartir, es un tema muy complicado,
muy difícil de analizar, ya que no está aquí para discutirlo con él,
que es el tema del terror como arma Creo que eso lo recibió de
Fidel. Yo dina que en general eso fue: lo que recibió del Ejército,
de los campesinos, de los gringos y de Fidel.

254
ALDO CÍVICO

Subteniente de infantería Carlos Mauricio García.


Foto archivo particular.
A. C.: ¿Cómo supo que Rodrigo había dejado el Ejército y se había
pasado a los grupos de autodefensas?
J. G.: Cuando se fue a trabajar con Fidel nos dijo que se había ¡do
a trabajar con unos madereros amigos de él, personas que había
conocido cuando estaba en el Ejército y que eran compradores
de maderas finas. En todo momento mi mamá y los hermanos
pensamos que estaba trabajando en una empresa maderera y so-
lamente después de que ya había dejado de trabajar en ese primer
grupo de Fidel y se fue a trabajar a Banacol en Apartado como
jefe de seguridad, cuando se retira nuevamente de Bahacol y se
reintegra con Fidel, es cuando ya prácticamente nos.cuenta en la
casa, nos dice que está trabajando con las autodefensas. Eso ya fue
en el año noventa.
En el noventa empezó a viajar a Córdoba, ai la costa Caribe
y se quedaba veinte días y regresaba y se estaba en la casa diez 255
días. Yo me había ido a vivir en Tutumate (yo casi no iba la casa Las guerras
de "Doblecero"
y por eso no hablaba mucho con él, hasta el año 92 tuvimos muy
poco contacto); sin embargo sabía que él estaba trabajando con
Fidel en el grupo que se denominaba "los tangueros", que tenía su
sede en la finca Las Tangas, es la época donde en Urabá se vivió
uno de los momentos más terribles de la historia de la región, la
incursión de las autodefensas desde Córdoba hacia el eje bana-
nero, no sólo por lo que las autodefensas hicieron, que de hecho
fue horrible, sino porque la reacción de las Farc como de algunos
que quedaban del EPL fue desatar una competencia por el terror
contra la gente de la región.
Por esos días, yo empecé a preguntarle sobre la guerra que
adelantaban, sobre los métodos, las circunstancias y él me habla-
ba de la zona donde se movían, de las comunidades con las que
trabajaban, me hablaba de los mismos métodos de una contrain-
surgencia clásica, entrar al territorio enemigo, infiltrarse, y lo que él
llamaba "la estrategia de la pulga" pica y brinca; ellos atacaban a las
personas que tenían identificadas y luego se retiraban de la zona.
Esa estrategia no era simplemente por debilidad sino que además
de que ellos eran pocos, estaba pensado en generar reacciones
en la guerrilla que de alguna manera le minaban el apoyo de la
población. Eso es un tema que en el 95 elaboré e n un documento
que se llama "Memorando de la guerra en Urabá", que distribuí
entre profesores y amigos de la universidad, donde se analizaba
la estrategia que estaban utilizando las autodefensas y la guerrilla,
mirando cómo los unos y los otros aplicaban medidas similares
contra población civil, dando palos de ciego. Las autodefensas
entraban a una zona, mataban una persona, supuestamente por
ser colaboradora de la guerrilla y se retiraban; cuando la guerrilla
regresaba no había con quién pelear y eso era desconcertante y
tenían que encontrar un chivo expiatorio, cualquier persona, el
256
ALDO Cmco QUE menos les gustara y fusilarlo justificando a la comunidad que
era el colaborador, el que había traído a los paracos y aplicaban
ese ataque de manera repetida, hasta que finalmente al ver que
un mes llegaban las autodefensas y mataban una, dos personas,
a los ocho días venía la guerrilla mataba dos, después venían las
autodefensas y mataban dos, la gente se salió de las zonas, y así
quedaron abandonadas muchas veredas del Urabá antioqueño,
del Urabá chocoano.
Ellos hacían lo qué denominaban el "reciclaje de la población
desplazada": según a los que les tengan menos miedo, ellos se
definen, los que lleguen para el lado de las autodefensas ellos los
acogían, supuestamente los ayudaban a instalarse en unas fincas
y les facilitaban las condiciones para luego repoblar las zonas con
personas adeptas a su organización. La guerrilla hacía lo mismo
con los que se iban a su región, y así fue como se desarrolló del
año 92 al 96, la época más dura de la guerra en Urabá, y pues ya
Rodrigo era un protagonista en primera línea de esa guerra. Yo,
sin conocer muchos detalles de su vinculación, de quiénes eran,
de dónde estaban, porque él no hablaba mucho de esos detalles
y menos a mí que vivía en una zona controlada por la guerrilla,
hablábamos más de la estrategia; comencé a ver que ellos tenían
muy buenos argumentos para decir por qué estaban peleando,
pero no tenían justificación para decir por qué lo estaban hacien-
do, cómo lo estaban haciendo. El en ese periodo estaba más cerca
de Beatriz, nuestra hermana; como periodista ella cubría orden
público y se mantenían en contacto. Beatriz lo mantenía actuali-
zado de lo que estaba pasando, en cambio con Antonio José casi
no tenía contacto porque ya estaba casado; cuando coincidíamos
había mucho afecto pero nuestras discusiones eran nudos ciegos
porque siempre había algo que yo no podía tolerar y algo que él
no podía dejar de justificar...
257
Así fue pnas o menos como la familia fue conociendo, muy Las guerras
de Doblecero
tangencialmente, muy circunstancial, de sus actividades. Eso fJe has-
ta el 93. ¿Que cuál fue el cambio? El estaba radicado en Medellín
cuando los hermanos Castaño, Fidel y Carlos, integraron junto con
otras personas los Pepes y puesto que Rodrigo era parte de la es-
tructura militar de Fidel hizo parte de ese grupo. N o fue fundador
ni era de los jefes, pero manejó el tema de la inteligencia lo cual le
implicó estar todo el tiempo en Medellín y en el cuartel. Fue una
época muy dura para la familia, para toda Medellín, y también, por
supuesto, para Rodrigo, porque la estrategia básica de los Pepes
fue el terror, no tan indiscriminado como Pablo Escobar, con ca-
rros bomba o masacres, etc., sino el terror selectivo, golpeando a
las personas que tuvieran alguna relación, a los empresarios, a los
abogados, a los trabajadores de Escobar, en una estrategia que era
como ir quitándole los granos a una mazorca y eso fue uno de los
periodos más duros para él en lo personal, porque fue una guerra,
y todas las guerras son sucias pero la guerra mafiosa creo que es
peor que cualquiera, hay condiciones que se extralimitan de lo que
yo considero son las condiciones buenas o malas de los guerreros.

. .tuvo a su cargo las muertes de


Santacruz Londoño y Guido Parra"
Cuando Rodrigo estaba en Santa Marta, tal vez un mes antes de
que lo mataran, estuvimos hablando de eso y él me decía que lo
más duro que había vivido había sido ver hasta dónde llegaban
las personas en ese mundo de la mafia, a traicionar, a sacrificar lo
que fuera. Rodrigo tuvo a su cargo la muerte de José Santacruz
Londoño, un narcotraficante muy importante que se había esca-
pado de la cárcel y estaba protegido por Carlos Castaño. Castaño
concertó con las autoridades la entrega de Santacruz y la persona
258
ALDO Cmco elegida para hacer esto fue mi hermano.
Entonces Carlos, a quien Santacruz consideraba uno de sus me-
jores amigos, como un hermano, lo citó en el centro comercial
Obelisco, en Medellín y mandó a mi hermano Rodrigo a recoger-
lo, cosa que hizo; lo llevó a una casa en El Poblado y cuando en-
traban a la casa lo esperaban varios hombres que se abalanzaron
sobre Santacruz para dominarlo (como era un hombre áspero,
recio, sabían que no iba a ser fácil someterlo y efectivamente opu-
so una resistencia muy fuerte). Cuando vio que estaba derrotado
empezó a hablar con Rodrigo y a él le impresionó muchísimo el
carácter tan fuerte de ese hombre al enfrentarse con la muer-
te, pero también la tristeza que manifestaba de ver hasta dónde
podía llegar el ser humano, a traicionar a sus amigos, a los seres
que quena, como era para él Carlos Castaño. Después de eso a
Rodrigo le costó mucho volver a creer en amigos, volver a creer
en la posibilidad de la confianza, fue muy difícil recuperarla, si es
que llegó a hacerlo. Todavía en el 2004 no podía recordar eso sin
que se le vinieran las lágrimas; esa fue una de las^cosas más duras
de los Pepes. La otra fue la muerte de Guido Parra, un abogado
intermediario entre Pablo Escobar y el gobierno, familiar de los
Fernández de San Carlos, de nuestra familia. Los Parra y los Puerta
Parra eran primos, Ramírez Parra, como mi abuela, y aunque no
teníamos mucho víncylo con Guido, sí sabíamos que él y sus her-
manos eran familia nuestra, y en un momento a Rodrigo le tocó
ir a sacar a Guido Parra de la casa para matarlo. No sé si él era
el que comandaba pero estaba ahí. Lo que más le impactó fue
que el hijo de Guido, que tenía 15 años, estuviera con su papá
y se opusiera con tanto valor a que se llevaran a su papá: "si se
van a llevar a mi papá me tiene que llevar a mí también" y se los
llevaron y los mataron a los dos. Son cosas muy complejas que
uno no sabe hasta dónde afectaron a Rodrigo y determinaron que
259
pasado ese periodo de los Pepes, él miró la vida de otra manera, Las g u e r r a s
la guerra de otra manera. Ese fue un punto de retorno, en esa de "Doblecero"

forma como poco a poco se fue involucrando en todo esto, y


ya después de eso, cuando él volvió a Urabá, era otra persona,
definitivamente...

A. C.: ¿Cómo se puede explicar esa necesidad de combatir a la insur-


gencia, saliéndose de la legalidad?
J. G.: Yo pienso que no fue una decisión consciente. No es que
él haya visto que en el Ejército no fuera capaz de derrotar ál ene-
migo y entonces vamos a usar elementos irregulares del todo. Yo
creo que no fue eso, yo siento que él se desencantó del Ejército
pero más de la clase de institución que era; se lo dijo un coman-
dante de lanceros: "García esta institución es para comemierdas
y cuando yo me di cuenta ya era coronel; usted está muy joven,
retírese". A partir de ahí mi hermano tomó la decisión de retirarse

/
aunque ya tenía encima todo un trabajo de transformación de su
persona en soldado, y ya tenía en la mente, en la sangre, que la
insurgencia había que derrotarla y que hasta que no acabara con
la guerrilla este país no iba tener paz, de manera que eso fue lo
que determinó que cuando le ofrecieron la oportunidad... cuan-
do se retiró encontró una familia en proceso de divorcio, que a los
militares retirados les ofrecían puestos de celadores... todo eso
influyó, pero pienso que cuando se retiró no tenía en la mente
integrase a un grupo de estos.

A. C.: De Rodrigo se oía decir que, de entre los jefes paramilitares, él


fue un "pura sangre", un "contrainsurgente puro". ¿Cómo interpreta
usted eso?
J. G.: El apelativo de los "pura sangre" se comenzó a utilizar para
26Q ^ distinguirlos de los "narcoparacos", o sea, de los que ingresaron al
ALDO CÍVICO paramilrtarismo como un mecanismo de protección de un siste-
ma de narcotráfico, o de propietarios de grandes extensiones de
tierra que querían seguir haciendo crecer sus propiedades. Eran
personas de diversa extracción, de distintos estratos económicos,
porque había desde campesinos hasta gente muy rica, que veían
que era necesario defenderse de la insurgencia, que el. Estado no
les ofrecía condiciones.
Yo hablaba con don Rodrigo García, un señor ganadero muy
cercano a Carlos Castaño como de ochenta y tantos años, diabé-
tico, casi ciego y un fiscal lo tiene preso, con medida dé asegura-
miento, por concierto para delinquir. Don Rodrigo es un hombre
vehemente, muy inteligente, que me decía: "Juan, lo que pasó en
esta zona cuando su hermano y Carlos Castaño y Fidel llegaron
por acá, era que no había justicia, los jueces no protegían a nadie,
la Policía no protegía a nadie, y la justicia para la sociedad es como
el agua, toca tomar de la que haya y, si no hay limpia, toca tomar
de la sucia". Así explicaba que para la sociedad de la época se
diera la alternativa de combatir a la guerrilla por la vía de la lucha
armada, y para muchas personas eso pudo sentirse incluso con
un ánimo patriótico. Muchas de las personas que integraron las
autodefensas en ese primer momento se sentían verdaderos pa-
triotas, equivocados,-sí, no teníamos formación política, Colombia
aún no la tiene después de toda esta guerra, las guerras son lo
que más rápidamente forma políticamente a los pueblos y aún así,
nosotros hoy no tenemos formación política, pues en el año 86
era menos todavía, de manera que es comprensible el por qué
muchas personas creyeron que la necesidad de sobrevivir frente
a los ataques de la guerrilla y la ausencia de Estado, era armando
grupos al margen de la ley.
Ahí es cuando aparecen personas como Rodrigo y Fidel,
aunque Fidel por su historia personal tenía también mucho ánimo
. , - r • . 261
de venganza. Los hermanos Castaño fueron motivados mas por deLas guerras
"Doblecero"
la venganza que por un razonamiento de que era necesario salvar
al país, ellos construyen un discurso sobre la marcha, cuando ya
tienen el grupo. Gente como "Jorge 40", como "el Alemán", son
personas que vienen de sectores muy golpeados por la guerrilla o
al acercarse y escuchar creen comprender un patriotismo. Si uno
habla con "el Alemán" él se creía un policía, el creía que estabai.
haciendo por el país lo que hace un policía, es más, él quena ser
policía; esas personas estaban convencidas de que eso era nece-
sario y que era lo mejor para el país, un mal menor para no dejar
caer al país en manos de la insurgencia armada.
Obviamente cualquiera lo mira y dice "estaban muy equivo-
cados", pero una cosa es ser inteligente de p'atrás y y otra cosa
es estar en un país con unas instituciones congeladas, sin organi-
zación política, veníamos del Frente Nacional, los partidos habían
dejado de existir, no había nada, había burocracia y había guerra, la
burocracia se manejaba desde Bogotá y la guerra desde el monte,
pero la gente seguía viviendo en muy buena medida en el campo,
no había Estado, no había Policía, aún hoy a uno lo pueden coger,
matarlo, trozado en pedazos, echarlo en una paila, comérselo y
nadie aparece para judicializar a nadie, sucede aun después del
Plan Colombia uno y dos, de la Seguridad Democrática, que a una
persona hoy le quiten la cabeza simplemente porque habló con
Juan García y la familia y los vecinos tienen que ir a buscar cómo
lo entierran y nadie más tiene velas en el entierro y punto. Es muy
difícil desde hoy entender cómo era Colombia en el 86,88,90,93,
cuando en El Tiempo, en un suplemento, se podía leen "Colombia
está al borde de deshacerse". Aquí lo que se está jugando es si
puede seguir existiendo como nación, ese es el contexto en el
cual surgen las personas y las organizaciones que se denominaron
"pura sangre" en las autodefensas.
262 A1 . . . ,
ALDO Cmco Al mismo tiempo, en otros espacios estaban surgiendo apa-
ratos coercitivos del narcotráfico, grupos de protección de esme-
ralderos, grupos paramilitares del DAS o del Ejército, el narcotrá-
fico estaba prendiendo una vela a todos estos santos y finalmente,
todo eso se conjuga en que a finales de los años noventa en
Colombia hay guerrilla y paramilitares, y parece como más simple
cuando en realidad era tan complejo, cuando ya empezaron a
darse todas esas mescolanzas es que ya empieza a tener sentido
hablar de "pura sangre" en las autodefensas.

A. C.: ¿Cuál es la historia de la formación del Bloque Metro?


]. G.: En la estrategia de expansión de las autodefensas a partir del
año 96... Hasta el 96 ellos dieron la lucha por Urabá, hasta ese
año ellos tienen control hegemónico en el 'eje bananero, que ha
sido una de las zonas históricamente más violentas en Colombia,
todo el mundo miraba hacia allá, estamos hablando de la historia
del general Rito Alejo del Río, "el pacificador de Urabá" y si hay
pacificador es porque había paz, una paz romana, porque había
un control de un grupo y las actividades comerciales, el comer-
cio internacional y las actividades agroindustriales estaban reac-
tivadas. Prácticamente era la única zona donde no había tomas
guerrilleras todos los días, secuestros, atentados, y eso en un país
desesperado, con muy baja comprensión del conflicto, hizo que
empezara a llegar gente a Urabá de todo el país, del Valle, de los •
Llanos Orientales, de Putumayo, de Cundinamarca, de La Guajira,
de Santa Marta, a buscar a Carlos Castaño, a los comandantes de
las autodefensas campesinas de Córdoba y Urabá y a decirles:
"Hombre, ¿y ustedes por qué no nos ayudan en nuestra zona?" y
es cuando arranca, por ejemplo, "HH", "Carepollo", que tenía su
zona en Turbo. Lo mandan para el Bloque Calima, en las afueras
de Cali, a solicitud de ricos empresarios del Valle que estaban
263
asfixiados por la guerrilla. Por esa época estuve paseando donde ¿¡¡ ras
de Doblecero
unos amigos muy queridos de la familia que tenían una hacienda
panelera en Candelaria, Valle, como a diez minutos de Cali y de ^
ahí uno no podía salir porque se encontraba a la guerrilla; Cali y la
zona de Puerto Tejada, donde están los grandes ingenios azucare-
ros, la zona de Yumbo que es una zona industrial muy importante
del país, estaban en manos de la guerrilla; entonces estos empre-
sarios buscan a las autodefensas y así nace el Bloque Calima.
Entonces las ACCU, las Autodefensas Campesinas de Cór-
doba y Urabá empiezan a dividirse en bloques y a mandar esos
bloques en comisión a las distintas zonas; era una estrategia en
la que la gente iba, convencía a Castaño de la necesidad y él les
vendía su proyecto, ¿Qué era venderles su proyecto? Castaño les
decía cómo funcionaba, cuánto costaba, cómo se hacía y enton-
ces, cuando acordaban la financiación, Castaño reunía un grupo de*
comandantes y un primer grupo de combatientes y empezaban
a reclutar gente de la zona para armar los bloques, así sacándole
grupos de quince, de veinte a las ACCU, mandaban gente al norte
de la costa, Coveñas, Tolú, San Onofre, la famosa zona donde
estuvo Rodrigo Cadena, y se va generando el Bloque Norte, así
mandaron Ja gente al Pacífico y se forma el Bloque Calima.
Mandaron gente al eje de Antioquia y Chocó al mando de
Rodrigo para que formara el Bloque Metro. El área del Bloque
Metro era inicialmente muy difusa, parte del suroeste antioqueño,
parte del Chocó, inclusive hasta Quibdó, toda la carretera entre
Medellín y Quibdó y empezaron tímidamente a meterse en el
oriente antioqueño. Cuando ese grupo empieza a trabajar en la
parte rural, básicamente, el eje de la carretera a Urabá y de la ca-
rretera a Quibdó, esos dos ejes, toda la logística e infraestructura
venía de Medellín, la plata venía de ahí, aunque los combatientes
sí eran del Urabá...
264
Aldo Cmco Y empiezan a tener problemas en Medellín porque allí hay
unos aparatos armados muy fuertes que quedaron desde la época
de Pablo Escobar, hay una cultura de la violencia y un gran poder
armado en las comunas - l a gente entendía que el poder era una
arma-, de las Farc, del ELN, de una banda sicarial, los empresarios,
los narcotraficantes, porque con la muerte de Pablo Escobar el
cartel simplemente cambió de tipo, dejó de ser una empresa uni-
personal y ahí es que verdaderamente nace el cartel de Medellín,
esta gente ya tenía un procesó largo de saber que las cosas se
resolvían con la violencia. Entonces ese primer grupo empieza a
tener problemas de seguridad personal, Rodrigo empieza a mirar
a Medellín y a estudiarla; él tuvo una teoría sobre Medellín y sobre
c ó m o se haría la contrainsurgencia urbana, que había que trasla-
dar la guerra del campo a las ciudades, y ganarse las ciudades y
desde ahí empezar a conquistar el campo, pero eso al comienzo
le funcionó cuando infiltró algunos barrios y a pelear muy localiza-
damente con algunos milicianos de la izquierda, pero rápidamente
entró en confrontación con sectores del aparato coercitivo del
narcotráfico que utilizaba a esos mismos muchachos. A uno le
cuentan que las mismas vueltas (un atentado, poner una bomba),
las hacían los mismos milicianos de las Farc para gente del narco-
tráfico. Rodrigo sostenía, por ejemplo, que alias "Job", uno de los
líderes del Cacique Nutibara después de la desmovilización, había
sido miliciano del ELN y fue quien le puso la bomba del parque
San Antonio a Pablo Escobar, que fue un golpe muy duro a la so-
ciedad de Medellín. En Medellín mucha gente decía que había sido
gente del ELN pero contratada sicarialmente para el narcotráfico,
ahí es cuando algunos sectores que quedaron después de Pablo
Escobar, después de los Pepes, empiezan a entrar en confronta-
ción con las personas del Bloque Metro, y acaban jugando un billar
a tres bandas, donde las peleas tenían que ser, al mismo tiempo,
265
con los milicianos, con la mafia, con los sicarios, con la banda de La L a s guerras
de "Doblecero"
Terraza, con algunos miembros corruptos del Estado.
Eso debió ser para los años 97-98 y llegó a tal punto de
confrontación, de asesinatos de líderes de uno y otro bando, que
finalmente Carlos Castaño tuvo que entrar a mediar, porque era
el comandante en apariencia de las Autodefensas campesinas de
Córdoba y Urabá, pero en verdad el que mandaba era Vicente.
Carlos era el que hablaba, soñaba, cañaba y mentía y el que hacía
después todo lo contrario era Vicente (Fidel ya estaba muerto).
Como Carlos era la figura para dirimir esos conflictos, entonces
viene y hace una especie de división de la región y le dice a don
Berna: "usted no puede decir que vamos a repartir a Medellín
entre el bloque de 'Doblecero' y la banda de 'La Terraza' (eso en
el tema de autodefensas no tenía presentación); usted tiene que
ponerse el disfraz", y entonces crean el Bloque Cacique Nutibara
para disfrazar de autodefensa al aparato coercitivo del narcotrá-
fico que existía. Ese es un punto decisivo en toda esta historia, la
decisión fue de Carlos Castaño.
Yo una vez le pregunté: "¿Usted por qué hizo eso de repartir
a Medellín entre mi hermano y don Berna?", y me contestó: "Es
que entre los bandidos hay que crear equilibrios" y entonces pen-
sé: según Carlos Castaño, Rodrigo es tan bandido como Berna, y
probablemente así fuera para la visión de Carlos. El caso es que
esa decisión independiente de otros factores, como Rodríguez
Gacha, la pelea con las Farc, las alianzas del establecimiento con
ciertos sectores...
El punto culminante de todo este proceso, donde acaban
siendo una y la misma cosa, el narcotráfico, los paramilitares y las
autodefensas, fue cuando Carlos Castaño dividió a Medellín y le
dice a Doblecero, "usted coja la zona de la comuna nororiental y
de ahí coge el oriente de Antioquia y déjele el valle de Aburra a
266
ALDO Cmco don Berna". Rodrigo quedó entonces con el Bloque Metro.

A. C.: ¿En qué año se repartieron Medellín y Antioquia? .


J. G.: 2000,2001, más o menos. Rodrigo alcanzó a tener el Bloque
Metro un año, año y medio, bajo la repartición en que la dejó
Carlos. ¿Y cuál era? Rodrigo tenía algunos municipios del orien-
te antioqueño, algunos del nordeste, algunos del sur, suroeste y
algunos del occidente, el eje entre Andes, Bolívar, Concordia, la
parte del eje cafetero de Antioquia hacia el Chocó, hasta Quibdó;
tenía Santafé de Antioquia, Frontino, Cañas Gordas, la carretera
de Urabá, eso a ese lado del río Cauca. Al otro lado del río, un
pedazo pequeño en Medellín y otros en el oriente, en el nordeste.
Rodrigo era un estratega ¿y cuál fue su análisis? Una zona donde
para poder visitar a los muchachos del suroeste o del Chocó, o
del nordeste, tenía que meterse por Medellín o por San Cristóbal,
arriba, para llegar a Urabá, pasar por la zona del Cacique Nutibara.
Como ya habían tenido roces, muertes, Rodrigo vio que no podría
controlar esas zonas y empezó a desprenderse de ellas, eso fue a
finales de 2001 y comienzos de 2002.

A. C.: Me imagino que Doblecero conoce a don Berna durante la


época de los Pepes...
J. G.:SÍ.

A. C.: ¿Cómo es la relación entre ellos? ¿El desacuerdo nace desde


que se conocen?
]. G.: Él conoció a don Berna como parte del aparato narcotrafi-
cante de Pablo Escobar. En los Pepes estuvieron trabajando juntos
policías, jueces, fiscales, militares, narcotraficantes -ahí hubo de
t o d o - y don Berna tuvo un papel importante dentro de la resis-
tencia del sur del valle de Aburra contra Pablo Escobar, sin ser en
267
ese momento un hombre de primera categoría. Las g u e r r a s

Cuando termina la actividad de los Pepes, don Berna sigue de Dobiecerc

ejerciendo las actividades del tema de la "oficina de cobro". En


una reunión de autodefensas en la cual estábamos debatiendo
la posibilidád del proceso de paz, recuerdo las palabras de don
Berna: "Yo entro al proceso con mis bloques pero mi oficina era
mía antes de ser de las autodefensas, y yo sigo con mi oficina".
Era un hombre con gran poder coercitivo que hacía de juez entre
los narcos, cobraba cuentas, dirimía disputas, era la "fiscalía del
narcotráfico".
Mi hermano, que conoció más ese medio, decía que el pro-
blema de esa "fiscalía" es que era juez y parte; si había un conflicto
se dirimía en favor del que era socio de don Berna, de esa manera
don Berna llegó a ser un hombre muy poderoso en el mundo
de lo ¡lícito, no tanto del narcotráfico, eso fue como accesorio; la
gente lo involucraba porque le interesaba como socio, no porque
fuera un amante del narcotráfico, él más bien era amante de su
oficina de cobros y del poder y del respeto que ese poder le
generaba.
Cuando asesinan a Jaime Garzón y se producen una serie de
crímenes ordenados por las autodefensas pero ejecutados por la
banda de La Terraza, una de las muchas organizaciones de sicarios
que le hacía trabajos a don Berna, él ya era muy respetado en el
mundo del hampa. Para nosotros no, porque Medellín siempre ha
sido feliz viviendo con los ojos cerrados, pero para los que sabían
qué se movía detrás de la cortina de aparente paz, sabían que don
Berna era uno de los más importantes capos -si no el que más-
del crimen organizado en la ciudad, del crimen en todo sentido:
apuestas, casinos, contratación pública, narcotráfico, vínculos con
políticos de Envigado. Por ejemplo, en esa época había un político
muy reconocido,, de mucho peso en la política de Antioquia, y
268
ALDO CÍVICO cuando yo lo conocí y él supo que yo era hermano de Doblecero,
me abrazó y me felicitó y me dijo que nosotros éramos de los
mismos y yo le pregunté: "¿Cómo así, doctor?" y me contestó: "Sí,
es que yo soy de don Berna". Era impresionante, Berna era dueño
de los políticos y de sus contratos, con los hospitales..., en una
cantidad de cosas.
Ese hombre tan poderoso vio en mi hermano a un enemigo,
y Rodrigo vio en don Berna la encarnación de todo lo que él des-
preciaba cuando empezó a entender la cultura mafiosa y cuál era el
daño que le estaba haciendo al país esa mafia. Don Berna encarnó
el mal y Rodrigo encarnó un peligro para el control de Medellín, y
esto lo dijo un 'amigo de mi hermano, John Jairo Rendón Herrera,
hermano del "Alemán", quien está preso en Estados Unidos. El día
que lo conocí en su casa fui con mi hermano, y él le dijo: "Rodrigo,
yo a usted lo quiero mucho, lo estimo mucho, y le voy a dar un
consejo. N o se ponga a seguir peleando por Medellín que lo salen
matando y no se gana nada, porque Medellín usted no la conoce
bien, Medellín es un nido de bandidos".
John Jairo era un hombre que conocía bien a Medellín; cuan-
do lo conocí ya estaba dedicado a proyectos sociales y aunque yo
he visto muchos proyectos sociales financiados por el narcotráfico,
que eran una payasada, de él puedo decir que era un hombre que
de verdad estaba tratando de reparar un tejido social en la región,
era un hombre que trabajaba 48 horas al día con las comunidades,
liderando para sacar adelante las familias, para que no vendieran
sus tierras, no dejaran meter el narcotráfico. Así lo conocí, y mi
hermano, que lo había conocido cuando era narcotraficante, y
que decía que no había ni ex putas, ni ex maricas, ni ex mafiosos,
reconocía el trabajo que hacía John Jairo. Ese señor fue el que le
dijo "déjele Medellín a don Berna".
Es difícil especular sobre esto, pero seguramente todo ha-
bría sido muy distinto si Rodrigo no se hubiera levantado como ¿¡¡T^íís
de "Doblecero"
un obstáculo para don Berna y si Rodrigo no hubiera visto a don
Berna con el desprecio que siempre le mereció.
Pero eso era algo que no tenía solución. Cuando ellos es-
taban en guerra, en 2003, Carlos Castaño me invitó a almorzar y
fui en compañía de mi esposa, una cuestión familiar, y al terminar
me dijo: "Profe, le voy a decir la verdad. Yo sé que si le hubiera
preguntado usted no viene, pero es que invité a don Berna por-
que yo quiero que usted hable con él para ver qué hacemos para
parar esta guerra". Yo le dije: "Comandante, aunque usted no me
está preguntando sino que me está contando que ya viene don
Berna, si me lo hubiera preguntado, créame que yo también hu-
biera venido; entonces hablemos con don Berna" (justamente por
esos días había hablado con Rodrigo de esos temas). Don Berna
vino, nos tomamos un tinto, y cuando entramos en materia dijo:
"Hombre, Carlos, yo le agradezco que me haya invitado hablar
con el hermano de Rodrigo, pero yo creo que esto no tiene solu-
ción; es que ese señor no me respeta, usted no se imagina, yo le
puedo traer los correos que me han llevado con las cosas que dice
Rodrigo de mí Yo cualquier cosa se la acepto, se la negocio, pero
a mí una persona que no me respeta, conmigo no hay solución".
En todo-caso le dije: "Hombre, pensemos en que ustedes
establezcan un canal de comunicación". Yo había hablado con
Rodrigo y él me había dicho que, si hablaba con ellos, les dijera
que a la única persona que recibía era a "don Efe", un señor
a quien después Rodrigo le hizo una atentado y le quitó las
piernas, y que actualmente está preso. Rodrigo me decía que
de la gente que trabajaba con don Berna, don Efe le parecía
un hombre bueno, serio y por eso sena la única persona con
la que hablaría. Y seguí diciéndole: "Don Berna, don Adolfo, yo
coincido con usted, es mi hermano, pero es de un carácter muy
270 ..
ALDO CÍVICO complicado, muy terco, y yo creo que esa posicion que tiene
él frente a usted no va a cambiar; es verdad, él no lo respeta y
no lo va a hacer, entonces yo creo que eso no tiene solución,
pero tratemos de buscarle alguna salida sin tener que llegar a un
mayor derramamiento de sangre. Él dice que con la persona con
quien él podría hablar sería don Efe".
Así quedó la cosa. Eso nos define claramente cuál era el
nudo del problema entre Rodrigo y don Berna, dos personalida-
des muy diferentes en muchas cosas, pero igual de cabeciduras,
recalcitrantes en cuestiones fundamentales: para Rodrigo, un nar-
cotraficante no podía ser el comandante, o el jefe, o el inspector
general de las autodefensas, y para don Berna, el que alguien no lo
respetara era intolerable.

A. C : El Bloque Metro nace como parte de las autodefensas campe-


sinas de Córdoba y Urabá...
J. G.: Pero cuando las autodefensas campesinas de Córdoba y
Urabá ya eran parte de las AUC.

A. C.: ¿Pero el Bloque Metro fue parte de las AUO, porque yo encon-
tré que desde el comienzo hubo una disidencia.
J. G.: Yo pienso que no hubo una disidencia desde el comienzo; de
hecho hay documentos, hay organigramas, donde todavía aparecía
Rodrigo como comandante del Bloque Metro de las ACCU en las
AUC, hasta cuando el proceso de paz en 2002 se hace inminente y
que también - e n ese momento ya se había desatado la guerra con
don Berna- Rodrigo mantuvo cierta ambigüedad, en reconocer
como sus comandantes a Carlos y a Vicente Castaño, a las ACCU.
De hecho, la última razón que le mandó Carlos a Rodrigo cuando
estaba peleándose el nordeste antioqueño palmo a palmo, fue:
"Dígale que me reciba, que quiero hablar con él", que hiciéramos
el último intento. Fui al nordeste, hablé con Rodrigo en un campa- Las guerras
- i de "Doblecerc
mentó, en una carpa, y le dije: Carlos le manda decir que si puede
venir, que todavía él ve que hay forma de parar esto" y él me dijo:
"Dígale a Carlos que para mí, él y Vicente son como mis papás, que
yo los he respetado siempre, pero que como él es el comandante
de las AUC y las AUC están pagando dos millones de pesos por
cada uno de mis patrulleros muertos, él es el comandante de los
que están mandando a matar a mis muchachos y por lo tanto, en
el momento en que lo vea bajarse del helicóptero, que apure a dis-
parar porque yo le voy dando también. Que sepa que si lo veo, le
disparo". Entonces, ese era el punto de ambigüedad en lo personal
aunque también en lo organizacional.
El se reconocía parte de las ACCU, parte de las AUC, pero
no reconocía los mandos de la organización, es solamente a partir
de 2002 que él declara la disidencia y empieza a denominarse
"Movimiento Campesino Bloque Metro", no Bloque Metro, sino
que ya cuando él ve que definitivamente el suyo es otro camino lo
denomina: "Movimiento Campesino Bloque Metro".

A. C.: Volviendo un poco a los orígenes del Bloque Metro, en Antioquia,


cuando él empieza, ¿con qué tipo de recursos se respalda?
J. G.: A Rodrigo le tocó buscar dónde estaban los ricos para
que lo apoyaran y los ricos estaban era en Medellín, los ricos de
Antioquia han vivido siempre en Medellín, han tenido sus exten-
siones de café, de transporte, de comercio.... de todo lo que sea
para vender, donde se pueda comprar lo más barato y vender lo
más caro posible, especular, y el campo es de los campesinos, no
de los ricos, solamente a partir del fenómeno del narcotráfico es
que se empieza a dar una contrarreforma agraria...
Antioquia tenía conflicto, tenía guerra, pero era una proble-
272 mática.diferente a la de otras regiones del país y realmente allí las
ALDO CÍVICO autodefensas mandaron a Rodrigo, prácticamente, de excursión,
de expedición al oriente antioqueño y a Rodrigo le encantó segu-
ramente, porque nosotros hemos amado el oriente antioqueño,
donde tenemos esa finca. Entre otras cosas le cuento que ayer
nos la volvieron a robar, allá había unos primos nuevamente des-
pués de que don Berna la devolvió entre el 2007 y el 2008; unos
primos la estaban organizando y allá llegó una gente de "la oficina"
a decir que eso ya era de ellos...
En esa zona había que tener una estrategia de finanzas dis-
tinta a la de los otros bloques porque los otros bloques tenían
unos patrones ricos, narcos, empresarios, que habían ido donde los
Castaño a decirles "por favor, ayúdenos a montar las autodefensas
en nuestra región", en cambio, en el oriente antioqueño no tuvo
ese empresario que fuera a decir eso, el oriente no le dolía a nadie,
excepto tal vez Rionegro, La Ceja y El Retiro, donde los empresa-
rios han tenido sus casas de descanso de fin de semana, pero esos
empresarios han tenido al Ejército Nacional para que se las cuide,
había una gran concentración de la fuerza pública en el oriente
pero en los alrededores de Medellín, en el valle de Rionegro y del
oriente cercano; el resto de Antioquia vivía a la mano de Dios, y no
había quién financiara un grupo de autodefensas.
Rodrigo empezó a mirar a Medellín como fuente de recursos
porque empezó a encontrar antioqueños ricos que veían su proyec-
to con buenos ojos y que empezaron a colaborarle, cuando amplió
su zona al nordeste, a la zona minera de Segovia y Remedios, una
zona que él conoció como militar; encontró respaldo en la minería,
ahí sí había quién girara recursos, pero también miró la posibilidad
de financiarse desde Medellín, empezando a cobrarle "vacuna" a
las estaciones distribuidoras de combustible, por ejemplo. Fueron
los Castaño los que mandaron allá, a él le tocó salir a rebuscársela,
entonces ¿quién me va a financiar esta guerra?, y en esa búsqueda
273
fue cuando le pisó los cayos a don Berna... mjgj^j
de "Doblecero'

A. C.: Una de las cosas que escuché en Medellín es que, de alguna


manera, el Ejército (por la carrera militar de Rodrigo), respaldó al
Bloque Metro y que la Policía respaldó al Cacique Nutibara. ¿Sabe
algo de esto?
J. G.: Yo creo que él tuvo amigos, pero no mucha colaboración,
en el Ejército en Medellín o en Antioquia. ¿Por qué?, porque es
que, cuando la guerra se desató, fue una guerra que se peleó con
dinero y Rodrigo no tenía El Ejército y la Policía, pero no genera-
licemos, algunas personas del Ejército y de la Policía, participaron
en el desarrollo, no sólo de todo el movimiento de autodefensa
o paramilitar en Antioquia, sino en esa guerra entre autodefensas,
entre la gente de don Berna y la gente de Rodrigo. En mi opinión,
y por lo que yo pude hablar con él, era por igual, que en ambas ins-
tituciones había gente corrupta que por dinero bailaba al lado del
que le tocara; que tanto personas del Ejército como de la Policía
apoyaron al Cacique Nutibara para atacar a Rodrigo, pero él era
estratégico en muchas cosas, y además tenía el haber sido militar,
y seguramente alguna lealtad del Ejército y por eso trató siempre
de no enfrentarse con los militares ni criticarlos abiertamente por
esas alianzas con el narcotráfico para atacarlo a él. Rodrigo sacaba
en sus comunicados, en sus cartas, denuncias de que la gente de
la Policía de Medellín y que el coronel Gallego, que el coronel no
se qué, con nombres propios, si tenía más vinculo con "la oficina"
porque es una fuerza de presencia urbana, eminentemente, que
era la que tenía el control del valle de Aburra. El Ejército tenía su
brigada en Medellín pero sus batallones estaban por fuera, no eran
los que estaban metidos ahí al lado de la gente de don Berna, por
lo tanto, él atacaba á la Policía como aliada de don Berna, pero
pienso que él sabía que, a la hora de torcerse por plata y atacarlo
a
ALDO Cmco él, eran tanto los unos como ¡os otros.
Cuando ya tuvo el respaldo de algunas personas seguramen-
te sí tuvo militares que lo apoyaron; a unos los respetaba y a
otros los detestaba. Por ejemplo, Rodrigo odiaba al general Martín
Orlando Carreño Sandovaf, pero nunca salió a decir que él era
aliado de los narcos o que estaba peleando con él, y Carreño sí
peleó mucho con Rodrigo pero también contra otros grupos del
narcotráfico, de la guerrilla. Eran las contingencias de tenerse que
enfrentar al Estado y él peleó con el general Carreño, se detes-
taban mutuamente, ya de ahí para adelante, ¿qué relación hubo,
qué relación no hubo? Yo creo que él siempre trató al máximo
de ser lo menos paramilitar posible, porque él pensaba, primero,
que no debía contar con goles ajenos para ganar sus partidos y
por tanto trataba de construir su propia estrategia para ganar sus
propios recursos, y segundo, él tenía una noción muy clara de que
en las Fuerzas Militares a uno lo utilizaban y después)!o dejaban
colgado de la brocha, entonces trató al mínimo de tener esas
relaciones, de ahí para adelante. Si no estoy mal, es el mismo que
dijo ayer que Rodrigo tenía catorce mil cédulas de sus víctimas,
que lo describió como un coleccionista de cédulas de sus vícti-
mas. Ese mismo muchacho alguna vez dijo que él le había llevado
a Rodrigo un carro cargado de armas que le había mandado el
general Montoya; me imagino que era el mismo carro en el que
Rodrigo cargaba las doce mil o catorce mil cédulas.
Pero son películas que la gente teje con muchas razones
pero que realmente aquí todo se mira con la ¡dea de inventar y
de sacar beneficio en determinado momento. Cuando convenga
decir que Rodrigo era el más paramilitar porque era militar, y para
hundir a los militares, hay que decir que Rodrigo era el más aliado
de ellos, van a decir eso. Pero si se trata de ser objetivos, yo creo
que de todas las autodefensas el menos paramilitar fue Rodrigo: ^
"la única vez que yo operé como paramilitar fue cuando le auto- Las guerras
de "Doblecero"
ricé a los muchachos de Segovia que hicieran un operativo con
los del Ejército, y un teniente, para ganar beneficios, fusiló a 28
muchachos, los masacró", contaba alguna vez y agregaba, "la única
vez que lo hice me dejó la más dolorosa experiencia".

A. C.: ¿Y el Ejército silo ayudó a huir en los últimos días?


J. G.: El Ejército fue el que lo derrotó. La derrota de Doblecero
en el nordeste la determinó que el Ejército no lo apoyaba (aun-
que tampoco apoyaba a los otros), el comandante del Batallón
Bomboná de Puerto Berrío nunca quiso apoyar a Rodrigo pero
tampoco se prestó... a pesar de que Puerto Berrío era la zona de
Macaco, que era una zona de sus enemigos, el comandante del
Batallón Bomboná, nunca se prestó para atacar al Bloque Metro,
apoyando a los otros. Si se encontraba al Metro o al Central Bo-
lívar, les daba bala; punto.
El hecho es que la Policía y el Ejército empezaron a trabajar
conjuntamente con el Bloque Central Bolívar, y con las fuerzas que
habían llegado de Urabá, del "Carepollo", del Bloque Minero, del
bajo Cauca, en "el cerco final", y entonces Rodrigo, que ya estaba
corriendo, tenía 300 hombres, por mucho, y los tenía divididos; él
andaba con un grupo de cuarenta o cincuenta personas, el resto
del grupo grueso estaba al mando de uno de sus comandantes
en otra zona. Y cuando se desata la gran ofensiva ya no estaba
peleando solamente contra dos mil hombres de las autodefen-
sas sino además contra otros dos mil del Estado, porque eso sí
está documentado en varias denuncias: en muchas situaciones los
hombres del Bloque Central Bolívar y del Cacique Nutibara, del
Mineros y del Calima, empezaron a llegar a los pueblos en camio-
nes del Ejército y de la Policía.
Una de las últimas cosas que le pasaron a Rodrigo cuando
276 ,
so
ALDO C m c o ' ° ' e quedaba un grupito de cinco o seis personas, fue que le
capturaron a "Medina", uno de los primeros escoltas que tuvo
cuando empezó en las autodefensas con Carlos Castaño. Medina
siempre estuvo con él (era el más viejo de los que andaban con
Rodrigo) y cuando lo capturaron el Ejército se lo entregó al Ca-
cique Nutibara y lo torturaron para tratar de saber hacia dónde
había escapado Rodrigo y luego lo fusilaron.
La huida final de Rodrigo no se la proporcionó nadie desde
el Ejército, la huida la coordinó Fredy con gente de las autodefen-
sas de Puerto Boyacá que querían mucho a Rodrigo, que actuaron
contra la voluntad de las AUC. Rodrigo salió caminando hasta un
punto, luego se despidió de los tres escoltas que le quedaban y se
fue con el último que fue Eliázar, otro señor que no se le despa-
gaba. Siguieron varios días a caballo, bajando por el cañón del Río
Ñus hasta cerca de la sierra; en ese punto Rodrigo dejó la pistola,
se la entregó a Eliázar que se devolvía, y se fue desarmado, cruzó
hasta Puerto Perales, al frente de Puerto Berrío, donde alguien
lo recibió y lo llevó en moto a través de Puerto Boyacá hasta La
Dorada Rodrigo iba sin documentos de identidad, y en La Dorada
cogió un colectivo para Bogotá y acá ya se contactó con Fredy y
se escondió. Entonces, realmente eso de que el Ejército fue el que
le ayudó a sobrevivir es un mito.

A. C.: Para concluir, ¿qué me puede contar de sus últimos meses, de


cuando él logra huir de San Roque hasta cuando lo matan?
J. G.: Esos últimos meses fueron las vacaciones que Rodrigo no ha-
bía tenido en muchos años. Él era un gran deportista y en la guerra
siempre hizo deporte, por pasión y por necesidad. Era reconocido •
entre todos los de las autodefensas por el ser el tipo que más
trotaba y así también era de teniente.
Cuando salió de Bogotá fue a Leticia, de Leticia a Sao Paulo
277
y luego a Panamá, donde se queda unos quince días, luego va a , Las guerras
Cartagena y de allí se va en carro a Santa Marta, al Rodadero, don-
de tenía su apartamento. Al llegar lo primero que hizo fue avisarle
a la familia que ya estaba en un sitio tranquilo; la persona que más
contacto tuvo con él, por esos días, fui yo. Allá tuve que llevarle
un dinero que le pedí prestado a un amigo, con el compromiso de
devolvérselo tan pronto como pudiera vender los dos carros de
Rodrigo, un Daihatsu y un Montero, y su casa. Entonces cuando
acabó toda esta guerra, él no tenía con qué sostenerse y me dijo
"ayúdame a buscar porque yo necesito mandarle a Mónica un
dinero para que coman ellas ahorita", y me conseguí la plata pres-
tada. Yo no me acordaba del apartamento del Rodadero y no se
me pasó por la mente que él se fuera meter por la zona de Jorge
40, y cuando me dio instrucciones recuerdo que me dijo: "usted
una vez me regaló un microondas (fue la única vez que había es-
tado es ese apartamento); lléveme la platica donde me dejó el mi-
croondas". Me fui para el Rodadero diciéndoles a los amigos más
cercanos que estaba en Venezuela; no le conté a nadie porque él
me dijo que no lo hiciera.
En esos seis meses se dedicó a leer, que era su pasión, a ha-
cer ejercicio en el Rodadero; aprendió a cocinar y pudo compartir
algunos periodos con Mónica, su esposa, con su hija Sara, con
mi hermana Beatriz, con mi mamá, con mi esposa y conmigo. Mi
mamá estuvo sólo una vez y el día en que lo mataron iba a visitarlo
por segunda vez. Antonio José no lo pudo ver. En resumen, en
esos seis meses hizo lo que no había podido en mucho tiempo,
que era estar con su familia, leer mucho, hacer ejercicio, arreglarse
los dientes, ponerse la mano a sí mismo, reflexionar, encontrar la
paz del espíritu, de manera que cuando lo mataron, en medio de
ese dolor tan grande, cuando ya pude pensar unos quince días
después, me dije: "eso fue un regalo de Dios para nosotros"; que
a n o
ALDO C m c o 1° hubieran matado en el nordeste no tenía ninguna expli-
cación y él mismo no lo entendía. "Cuando íbamos a caballo pa-
samos por un sitio donde había un carro parqueado, nos bajamos
a mirar y resulta que había unos tipos dormidos adentro y cuando
se fueron a devolver por los caballos se dieron cuenta que, entre
los caballos y el carro, habían pasado veinte o treinta hombres del
Bloque Central Bolívar; nadie se dio cuenta en medio de la oscu-
ridad cuando ellos ya se devolvían, y como esa, una cantidad de
anécdotas de esa huida, en la cual nosotros y él entendimos que
Dios le había dado un alargue de seis meses para que organizara
sus cosas en lo personal. Yo creo que él aprovechó ese tiempo,
confio en que así haya sido. Por eso, cuando yo ya pude pensar, le
di las gracias a Dios por ese tiempo que le había otorgado.
Además, después me enteré de que, entre otras cosas, tuvo
tiempo para contarle a usted su historia.
-- X f^mr P^JiSiMI
' / {
J ! l- J M r "
/ k i primera reunión con Doblecero sucedió cuando se enfrentaba a
una gran ofensiva: militar por parte de los^que habían sido sus alia-
dos: las AUC, lideradás pqr Carlos Castaño, y el Ejército colombiaño
[...]. La lucha interna comenzó cuando Doblecero sé negó a cumplir
la orden impartida por Castaño de desmovilizarse é integrar la mesa
de negociación con el gobierno. El líder del Bloque Mefro^e-rehusa-
ba a sentarse al lado de narcotrañcantes como don Berna, que ahora
estaba tras él y sus hombres. Para el momento al menos quinientos
de sus hombres habían desertado para unirse a su rival, el Bloque
Cacique Nutibara, que prácticamente había aniquilado a su grupo.
Doblecero estaba perdiendo la batalla, pero había escapado mila-
grosamente con vida. Pocos días después de su último correo, fue
asesinado en cercanías al Rodadero en Santa Marta, adonde lo en-
contraron los sicarios de don Berna. [...] El testimonio de Doblecero
es único debido al papel que desempeñó durante los años en que el
paramilitarismo amplió su dominio en Colombia. Oficial retirado del
Ejército, educado por jesuítas, había sido consejero militar de los her-
manos Castaño y hombre de confianza de algunos sectores de la eli-
te antioqueña. [...] Esta es la historia de un hombre que terminó en-
marañado por una vorágine de terror y muerte. La vida de Doblecero
es un reflejo no solamente de la guerra sucia de Colombia, sino del
pensamiento "purgante" que ha inspirado y justificado tanta violen-
cia. Ojalá esta historia, esta parte de un universo que compartimos,
sirva para comprender y para encontrar alguna salida".

También podría gustarte