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LA TECNOLOGÍA BLOCKCHAIN
PROFESOR:
DR. ROBERTO CARLOS, TEJADA PINTO
ALUMNOS:
Pedro, Huarca Guevara
Martín Edinson, Jorge Farje
Paul Armando, Robles Cruz
Rogger Brando, Saravia Pacheco
Willy Raymond, Zambrano Yramátegui
LIMA-PERÚ
2021
INTRODUCCION
Cuando oímos hablar de blockchain, muchas veces viene asociado con Bitcoin y noticias
sobre pagos con esta criptomoneda. Y en cierto modo es correcto y lógico. Bitcoin nace
con el objetivo de ser una moneda digital que no esté controlada por ninguna entidad y
cuyas transacciones sean seguras y a prueba de intentos de manipulación.
En la década de los 90 del siglo pasado aparecen diferentes trabajos sobre soluciones
descentralizadas para realizar pagos electrónicos que no dependan de la intervención de
ninguna entidad central supervisora ni reguladora.
El sistema usó una cadena de bloques con seguridad criptográfica para almacenar los
documentos con sello de tiempo y en 1992 se incorporaron al diseño los árboles Merkle,
lo que lo hizo más eficiente al permitir que varios documentos se reunieran en un solo
bloque. Sin embargo, esta tecnología no se utilizó y la patente caducó en 2004, cuatro
años antes del inicio de Bitcoin.
En 2004, el informático y activista criptográfico Hal Finney (Harold Thomas Finney II)
introdujo un sistema llamado RPoW, Reusable Proof Of Work (Prueba de Trabajo
reutilizable). El sistema funcionó al recibir un token de prueba de trabajo no
intercambiable o no fungible basado en Hashcash y, a cambio, creó un token firmado por
RSA que luego podría transferirse de una persona a otra.
RPoW resolvió el problema del doble gasto manteniendo la propiedad de los tokens
registrados en un servidor confiable que fue diseñado para permitir a los usuarios de todo
el mundo verificar su exactitud e integridad en tiempo real.
1.3 Bitcoin
A finales de 2008, una persona o un grupo con el seudónimo Satoshi Nakamoto publicó
en una lista de correo de criptografía un libro blanco que introdujo un sistema de efectivo
electrónico descentralizado entre pares (llamado Bitcoin). Este se basa en el uso de las
cadenas de bloques (blockchain) para registrar las transacciones en una red peer-to-peer.
Basado en el algoritmo de Prueba de Trabajo de Hashcash, pero en lugar de utilizar una
función de computación confiable de hardware como el RPoW, la doble protección contra
gastos en Bitcoin fue proporcionada por un protocolo descentralizado de igual a igual
para el seguimiento y la verificación de las transacciones. En resumen, los mineros
individuales "minan" bitcoin para obtener una recompensa utilizando el mecanismo de
prueba de trabajo y luego lo verifican los nodos descentralizados en la red.
El 3 de enero de 2009, Bitcoin nació cuando el primer bloque de bitcoin fue minado por
Satoshi Nakamoto, que tuvo una recompensa de 50 bitcoins con lo cual entra en
funcionamiento con el primer programa de código abierto, es decir, cuyo código es
accesible para cualquier programador y por tanto verificable en su diseño. El primer
receptor de Bitcoin fue Hal Finney, recibió 10 bitcoins de Satoshi Nakamoto en la primera
transacción de bitcoin del mundo el 12 de enero de 2009.
A partir de aquí, el desarrollo de la red de nodos y el uso del Bitcoin para realizar pagos
sin intermediar ninguna entidad ni regulador, crece hasta el nivel de la locura total, con
el Bitcoin creciendo en valorización; en paralelo, fueron apareciendo otras criptomonedas
basadas en el mismo concepto y con diferentes objetivos.
Los desarrolladores también pueden crear y publicar aplicaciones que se ejecutan dentro
de la cadena de bloques Ethereum. Estas aplicaciones generalmente se denominan DApps
(aplicaciones descentralizadas) y ya existen cientos de DApps que se ejecutan en la
cadena de bloques Ethereum, incluidas las plataformas de redes sociales, aplicaciones de
juegos de azar e intercambios financieros.
Hoy en día, la tecnología blockchain está ganando mucha atención general y ya se utiliza
en una variedad de aplicaciones, no limitadas a las criptomonedas. Y en este punto, nos
encontramos con una criptomoneda pionera, el Bitcoin, estrella de muchas noticias; una
tecnología, el blockchain, que hace posible que pueda intercambiarse dinero sin la
intervención de ninguna entidad; y unas aplicaciones, Smart Contracts, que con el mismo
esquema de las criptomonedas, permiten la ejecución de contratos sin intermediarios que
los gobiernen.
A diciembre del 2017 Ethereum había alcanzado la cantidad de $1,371.00 Luego de
grandes caídas y un gran periodo de enrrangamiento, en abril del 2021 llegó a cotizar
hasta $3,972.00
II. NORMATIVA
Parece evidente que la tecnología Blockchain, con todas las funcionalidades de la misma,
ha venido para quedarse. Entre las múltiples aplicaciones que se le pueden encontrar,
empieza a alcanzar cierta relevancia la aplicación de la citada tecnología en la
modernización de los sistemas de financiación así como en el registro público de
documentos encriptados. Tal está siendo el crecimiento de su uso en el mundo
empresarial, que muchos países, incluso la propia Unión Europea, están trabajando en
una regulación para el uso de esta tecnología.1
Suiza es uno de los países de Europa que lleva la delantera en cuanto a normativa nacional
en este aspecto, sin perjuicio de destacar la legislación nacional de Malta y Liechtenstein
o –incluso– la regulación propia de Gibraltar.
Entre otros, la ley abarca aspectos como el intercambio de valores digitales y los
intercambios de criptomonedas, creando un nuevo marco para el funcionamiento
comercial de la infraestructura de la DLT para limitar el riesgo de abuso.
1
https://www.sgrr.es/nuevas-tecnologias/regulacion-internacional-blockchain/
En realidad, el apoyo de Suiza a las empresas de blockchain y a las criptomonedas ha
contribuido a que numerosas empresas internacionales hayan establecido su sede en el
país, y especialmente en el cantón de Zug, apodado el Crypto Valley, comparando la
relación de Zug y las criptodivisas con Silicon Valley y el software.
Está visto que en Suiza existe un apoyo generalizado –tanto de agentes públicos como
privados– a la regulación y desarrollo de las criptodivisas, lo cual podría favorecer que el
país se posicionarse como un hub de la industria en los próximos años. Del mismo modo,
pese a tratarse de una tecnología caracterizada por su riesgo y variabilidad, varios bancos
suizos ya comienzan a ofrecer servicios de almacenamiento y custodia e intercambio de
criptodivisas, separándose del enfoque reticente de los principales bancos centrales
mundiales a este tipo de monedas, por afectar de forma indeterminada a las masas
monetarias y amenazar la eficacia de las políticas económicas.
Por todo ello, la regulación de esta nueva tecnología por parte del gobierno suizo es una
inspiración para el resto de países, y para la Unión Europea, a quiénes se les anima a
instaurar un marco de seguridad jurídica y de menos obstáculos para las aplicaciones
de blockchain.
El Informe de la CNIL dice que podrán ser responsables del tratamiento todos aquellos
que introduzcan datos personales en la cadena de bloques, siempre y cuando, quien los
introduzca sea una persona física o jurídica y el tratamiento de datos personales esté
relacionado con una actividad profesional o comercial.
La CNIL para mitigar riesgos recomienda, basándose en el artículo 25 del RGPD, que el
blockchain se utilice solo en aquellos casos en los que sea necesario. Y que
tenga permisos de acceso con garantías adicionales para el tratamiento de datos.
Minimizando los datos personales de tal forma que el único dato personal sea la clave
pública, que debería durar lo mismo que el periodo de vida de la blockchain. Si fuera
necesario registrar más datos personales en la cadena de bloque, se recomienda la
implementación de medidas adicionales que aseguren la máxima confidencialidad. La
CNIL termina su informe advirtiendo de la necesidad de una regulación más específica
de la normativa a nivel europeo para facilitar el tratamiento de datos personales en la
blockchain. Y que los derechos de los interesados se cumplan.
La tecnología Blockchain ofrece una gran ventaja, sobre todo en el mundo financiero y
de las transacciones monetarias en internet, pero al tratarse de una tecnología muy
reciente, se encuentra en pleno desarrollo y carece de una legislación específica.2
Antes de implementar una red blockchain, las empresas deben llevar a cabo un análisis
detallado de qué tipo de plataformas de blockchain se adecua mejor a sus necesidades, las
categorías de datos que se recopilarán y compartirán en la red y cómo se procesarán.
Algunos de los desafíos planteados por GDPR a las redes blockchain se pueden resolver
mediante acuerdos contractuales entre las partes involucradas y las áreas de conflicto -
como la imposibilidad de eliminar datos- pueden mitigarse con soluciones tecnológicas
como las funciones hash criptográficas.
2. Contratos. Lo primero que debe decidir una organización es qué tipo de red
blockchain le conviene más, privada o pública. Dados algunos de los desafíos que
suponen las cadenas de bloques públicas, las organizaciones tienden a enfocarse
en redes privadas, que permiten tener más control sobre quién puede unirse a la red.
En este sentido, los contratos ‘del mundo real’ se vuelven más relevantes en
términos de gobernar los derechos y obligaciones de las partes interesadas
(participantes, desarrolladores, mineros, etc).
2
https://www.economistjurist.es/premium/derecho-inteligente/conflicto-entre-la-tecnologia-
blockchain-y-la-normativa-de-proteccion-de-datos/
3. Propiedad intelectual. Es clave comprender quién posee la propiedad intelectual
en relación con el software que sustenta una red blockchain y quién puede usar,
explotar y hacer cumplir tales derechos. Para las tecnologías blockchain, la
propiedad intelectual principal comprende patentes, derechos de autor, información
confidencial o secretos comerciales y derechos de bases de datos. Muchas
jurisdicciones restringen la patentabilidad del software, los algoritmos y los
métodos comerciales a los que se pueden aplicar las tecnologías blockchain. En
cambio, puede ser mejor usar los derechos de autor, que se generan
automáticamente y protegerán el software como secreto comercial.
Blockchain hace referencia a una cadena de bloques, planteando una enorme revolución
no solo en nuestra economía, sino en todo tipo de ámbitos. Para entender mejor cómo
funciona el Blockchain, vamos a poner un ejemplo sobre una transferencia de dinero;
donde lo normal es que si una persona (A) quisiera enviarle $1,000 dólares a otra persona
(B), lo normal es que la operación se realizase a través de un banco, el cual actúa como
intermediario de esa y otras muchas transacciones, centralizando de forma efectiva el
movimiento de capital de un lado a otro.
Entonces tenemos que cuando (A) pide a su banco que retire $1,000 dólares de su cuenta
y los transfiriese a la cuenta de (B): en un lapso de tiempo (dependiendo del banco) el
banco habrá anotado en su cuenta la transacción, restando el dinero indicado en su cuenta
y comunicando al otro banco que debe añadir $1,000 dólares en la cuenta de (B),
operación que por un programa informático anotará el aumento en dicha cuenta
procedente de la cuenta bancaria de quien solicitó la transferencia.
Luego de la presentación de este presente caso, vemos que es donde entra la cadena de
bloques, que básicamente elimina a los intermediarios (Bancos), descentralizando toda la
gestión. A través del Blockchain el control del proceso es de los usuarios (A y B), no de
los bancos -para el caso nos referimos al dinero, pero el ejemplo es extrapolable a otros
tipos de transacción-, y son ellos los que se convierten básicamente parte de un enorme
banco con miles, millones de nodos, cada uno de los cuales se convierte en partícipe y
gestor de los libros de cuenta del banco.
Entonces la cadena de bloques es un gigantesco libro de cuentas en los que los registros
(los bloques) están enlazados y cifrados para proteger la seguridad y privacidad de las
transacciones. Es, en otras palabras, una base de datos distribuida y segura (gracias al
cifrado) que se puede aplicar a todo tipo de transacciones que no tienen por qué ser
necesariamente económicas. Esta cadena de bloques tiene un requisito importante: debe
haber varios usuarios (nodos) que se encarguen de verificar esas transacciones para
validarlas y que así el bloque correspondiente a esa transacción se registre en ese
gigantesco libro de cuentas.
El proceso es relativamente sencillo, pero como decimos implica a más personas, que no
solo involucra a (A) y (B), puesto que ambos formarán parte de un gran grupo de usuarios
que se encargan de comprobar que todo el proceso se produce como debe producirse. Si
(A) quiere retirar un bitcoin de su cuenta para dárselo a (B), primero avisa a todo el mundo
con una peculiaridad: nadie sabe la identidad de A y B; solo saben que desde una cartera
digital (lo que sería una cuenta bancaria) se quiere transferir esa cantidad (que sí se
conoce) a otra.
Por lo tanto, (A) avisa de sus intenciones, pero sin revelar su identidad: solicitando por
ejemplo el envío de un bitcoin desde su cartera a otra, pidiendo la actualización de sus
libros de cuentas. Al enviar ese mensaje, todos los usuarios de esa red primero
comprueban que la cartera de origen tiene suficiente dinero para enviárselo a la cartera
de destino. Si es así, todos anotan esa transacción, que pasa a completarse y a formar parte
del bloque de transacciones.
A medida que pasa el tiempo, más y más transacciones van completándose y pasando a
ese bloque, que tiene una capacidad limitada que depende de la estructura de la cadena
de bloques y del tamaño de cada transacción. Cuando un bloque ya no admite más
transacciones, llega un momento importante: el de "validarlo" o "sellarlo”.
Tal como hemos visto, la cadena de bloques está íntimamente relacionada con las nuevas
criptodivisas o criptomonedas, por lo tanto, es lógico preguntarse si este sistema sería
válido para otro tipo de transacciones, y la respuesta es Sí.
De hecho eso es lo que está intentando lograr desde sus inicios la plataforma Ethereum,
que tiene su propia cadena de bloques y su propia moneda, llamada Ether. A diferencia
de bitcoin, las transacciones aquí son los contratos inteligentes, que pueden ser más o
menos complejos y que permiten definir todo tipo de transacciones. Al respecto, al igual
que ocurre con bitcoin, lo bueno de esas transacciones es que se mantendrán en la cadena
de bloques, inalterables y accesibles durante toda la vida de esa cadena de bloques.
Las alternativas que se han originado con la cadena de bloques como protagonista, son
diversas y de hecho hay muchas ideas que tratan de explotar las bondades de una
tecnología que tiene un alcance virtualmente ilimitado, a continuación veremos algunos
ejemplos:
Consorcio R3: en este caso las propias entidades financieras (bancos) que muchos
tratan de reemplazar con bitcoin o Ethereum han creado el consorcio R3 para
averiguar cómo aprovechar la cadena de bloques en los sistemas financieros
tradicionales. Cabe precisar que el principal problema para la aplicación de este
esquema es el anonimato que proporciona el diseño de la cadena de bloques, algo
que han resuelto con el llamado "libro de contabilidad autorizado", una variante
muy peculiar de la cadena de bloques de bitcoin, por ejemplo, que sí que identifica
a los usuarios que añaden bloques y que hace que las transacciones del sistema
solo puedan consultarse por ciertas partes.
Pagos en el mundo real: una startup llamada TenX ha creado una tarjeta prepago
que se puede recargar con distintas criptodivisas para luego pagar con ella en
cualquier sitio como si esa tarjeta tuviera dinero convencional, sin importar si ese
establecimiento acepta o no este tipo de monedas virtuales.
Carsharing: la empresa EY, subsidiaria de Ernst & Young Global Ltd está
desarrollando un sistema basado en la cadena de bloques que permite a empresas
o grupos de personas acceder a un servicio para compartir coches de forma
sencilla. El llamado Tesseract permitiría registrar quién es el propietario del
vehículo, el usuario de ese vehículo y generar los costes basados en el seguro y
otras transacciones en este tipo de servicios.
Identidad digital: un problema que se requiere erradicar son los referidos a los
últimos y gigantescos fallos de seguridad y robos de datos han hecho que la
gestión de nuestras identidades se convierta en algo frecuente y real. La cadena
de bloques podría proporcionar un sistema único para lograr validar identidades
de forma irrefutable, segura e inmutable. Hay muchas empresas desarrollando
servicios en este ámbito, y todas ellas creen que aplicar la tecnología de la cadena
de bloques para este propósito es una solución óptima.
Música: aunque hay críticas que afirman que esta opción no tiene validez, hay
quien afirma que la distribución musical podría sufrir toda una revolución si se
lograra implantar un sistema basado en la cadena de bloques para gestionar su
reproducción, distribución y disfrute. La mismísima Spotify está apostando fuerte
por su propia cadena de bloques.
Entonces cuando nos referimos a la proyección que tiene la Cadena de Bloques, se han
identificado estos ejemplos como algunas de las aplicaciones que tendrá el Blockchain,
en los diferentes tipos de ámbitos, existiendo otros por la versatilidad de esta tecnología
es tan enorme, siendo difícil pensar en un área que no pueda ser transformada por esta
idea.
Está claro que la adopción blockchain, a pesar de los retos que plantea en términos de
tiempo y esfuerzo, va a suponer una verdadera revolución en multitud de operaciones y
procesos en un amplio abanico de sectores, a disparar la demanda de determinados
perfiles y capacidades, y a obligar a las empresas tradicionales a replantearse
completamente sus procesos para aprovechar al máximo las ventajas que ofrece esta
prometedora tecnología.
Bitcoin es uno de los ejemplos más utilizados para ilustrar la volatilidad de las
criptomonedas. El concepto de las monedas estables, o stablecons, emerge ante
la necesidad de garantizar cierta estabilidad en el valor asociado a cada moneda.
A día de hoy, las stablecoins siguen en una fase incipiente, está previsto que
alcancen sus máximos históricos a lo largo de 2020. El lanzamiento de Libra, la
criptodivisa de Facebook en 2020, supondrá un hito fundamental para la adopción
de las stablecoins, a pesar de la multitud de problemas a los que se está
enfrentando la empresa y la fuga de socios que se está produciendo en el seno de
la organización creada para gestionar esta criptodivisa.
4. Soluciones blockchain para atajar problemas en redes sociales
La idea del registro distribuido también resulta tremendamente atractiva para las
autoridades gubernamentales que tienen que gestionar grandes volúmenes de
datos. En la actualidad, cada agencia dispone de sus propias bases de datos, lo cual
les obliga a estar tramitando solicitudes de información constantemente sobre sus
ciudadanos. Sin embargo, la implementación de tecnologías blockchain para
incrementar la eficiencia en la gestión de datos permitirá mejorar el
funcionamiento de dichas agencias.
Según Gartner, más de 1.000 millones de personas tendrá algún tipo de dato
personal almacenado en alguna plataforma o sistema blockchain, sean o no
consciente de ellos. Asimismo, a medida que los gobiernos no vayan teniendo más
opción que reconocer las ventajas que ofrecen las monedas basadas en blockchain,
comenzarán a aparecer criptodivisas nacionales, El dinero digital es el futuro y
nada lo podrá parar.
El blockchain ofrece nuevas esperanzas para la seguridad del IoT, por diferentes
motivos. En primer lugar, se trata de una tecnología pública. Todos los que
participan en la red de nodos de la red de blockchain pueden ver y validar todos
los bloques y transacciones almacenados en ella. Además, también permite a los
usuarios controlar sus transacciones mediante claves. En segundo lugar, la red de
blockchain está descentralizada, de manera que no existe una única autoridad que
pueda aprobar las transacciones eliminando la debilidad del Single Point of
Failure (SPOF, o punto único de fallo). En tercer lugar, quizás el aspecto más
importante: se trata de una tecnología segura – la base de datos sólo puede
ampliarse, no se pueden cambiar registros anteriores.
9. Blockchain con IA
CHRISTIDIS, K. &. (2016). «Blockchains and Smart Contracts for the Internet of
Things». IEEE Access, 4, 2292-2303. EtherAPIs: Decentralized, anonymous,
trustless APIs. (2017). Obtenido de EtherAPIs: etherapis.io