El hombre y la máquina

Universidad Autónoma de Occidente

maquina@uao.edu.co
ISSN (Versión impresa): 0121-0777
COLOMBIA

2008
Carlos M. Muñoz S.
RESEÑA DE "CIBERCULTURAS 2.0 EN LA ERA DE LAS MÁQUINAS INTELIGENTES"
DE ALEJANDO PISCITELLI
El hombre y la máquina, enero-junio, número 030
Universidad Autónoma de Occidente
Cali, Colombia
pp. 141-143

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México

http://redalyc.uaemex.mx
 LIBROS
Esta obra atrapa. El constante
asombro perdura al adentrarse en
su contenido, quedando fácilmente
atrapados en una cadena de ideas
originales. El ámbito de navegación
temática será la relación entre los
hombres y las máquinas. Cibercul-
turas 2.0 [C2.0] se enmarca dentro
de lo que, creo, puede ser denomi-
nado antropología de las vanguar-
dias, explorando en profundidad las
transformaciones de multinivel que
conlleva el desarrollo tecnológico;
como afirma Piscitelli, es un estudio
etnotecnológico. C2.0 se divide en
tres partes: la primera es un análisis
holista de la relación hombre-má-
quina construida en cuatro capítu-
los; la segunda trata de los mundos
virtuales (cinco capítulos) y, por
último, la tercera parte se concentra
en Internet (tres capítulos). El ‘2.0’
resulta de una actualización a Ciber-
culturas (C1.0) publicado en 1995.
C2.0 y C1.0 no son idénticos puesto
que fueron remplazados cinco capí-
tulos de la versión original del 95.
Presentaré algunos planteamientos
valiosamente interesantes de C2.0
(debido a la densidad informática
de la versión 2.0 evitaré la presen-
tación capitulada).
El Hombre y la Máquina No. 30 • Enero - Junio de 2008
Ciberculturas 2.0
en la era de las máquinas inteligentes
Autor: Alejando Piscitelli
Editorial: Paidós
285 páginas
2002
C2.0 se compromete con la
consolidación de un marco de
análisis que cubra nuestro espectro
tecnológico y nos brinde un diag-
nóstico acerca de las tecnologías
de la información –tanto actuales
como futuras– y de lo que con ellas
vendrá. Nos encontramos, entonces,
en un campo minado de bombas de
ideas; siguiendo atentos la bitácora
de C2.0 entraremos en un flujo
incesante de cuestionamientos de
diversos tipos y niveles. En defini-
tiva, C2.0 es un acervo bibliográfico
obligado.
La dialéctica tecnología-cultura
sirve de trasfondo al análisis de las
“metamorfosis cognitivas” que se
han consolidado dentro de nuestra
tecnocultura; estas metamorfosis
particulares revelan una relación
constitutiva entre la tecnología y
nuestra mente (un ejemplo de estas
metamorfosis se puede rastrear
en el origen de la escritura y –en
nuestra época- en la aparición del
texto electrónico, como también
en el pasaje de la palabra escrita
en papel al texto digital: un trán-
sito no sólo entre dos medios de
almacenamiento no-cerebral de la
información, sino entre dos mode-
los de inteligibilidad). Una de las
metamorfosis generadas en los úl-
timos años involucra la asimilación
social de las realidades virtuales o
telerrealidades (cuyo diseño parece
implicar una “tecnologización de
la experiencia”) como contextos
de comunicación no específica-
mente alfabético. A pesar de que,
de acuerdo con Piscitelli, aún nos
encontremos en la “prehistoria del
ciberespacio”, los retos que implica
el diseño de realidades virtuales
conlleva la pregunta por los cri-
terios de un ámbito de estudio que
potencialice su desempeño acorde
con diversos tensores sociales
(una ideografía dinámica, o un
análisis para el diseño del diseño
en tecnología de la información);
reformulando una “metafísica de
lo imaginario” y acondicionando
una antropología de la interacción
hombre-máquina (donde la alteri-
dad artificial, la libertad y la res-
ponsabilidad sobre las decisiones y
el arte computacional sean centros
constantes de preocupación). Este
ámbito de investigación tendrá que
partir de un análisis de grano fino de
la cognición humana en sociedad.
La historia de nuestra cultura
ha sufrido cambios paradigmáticos
que han contribuido a la descentra-
lización del yo (fracturas del narci-
sismo) en el mundo natural, contri-
buyendo con la consolidación de un
continuo de los planos evolutivos.
Estas contribuciones (por parte de
Copérnico, Darwin y Freud, entre
otros) a la descentralización del
yo actualmente permiten concebir
la plausibilidad de una era poshu-
mana, marcada por la emergencia
de inteligencias más que humanas
[IMQH]: “hijos de la mente” naci-
dos como serendipia tecnológica.
La plausibilidad de este proyecto
no radica en la defensa de la agen-
da de la IAf (inteligencia artificial
fuerte) sino en un paradigma, esen-
cialmente evolutivo, del aumento
espontáneo de la inteligencia (AI)
a través del flujo subsecuente de las
tecnologías computacionales y de
las dinámicas futuras producto del
actual mutualismo hombre-máqui-
na; un “mutualismo” en el que las
máquinas se vuelven a sí mismas
cada vez más inteligentes. Este
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paradigma del AI se fortalece con
la crítica a la epistemología cogniti-
vista del computacionalismo clásico
(que soporta el ideal de la IAf) y con
un análisis multinivel de los medios
de incorporación computacional de
los procesos sociales.
Como señala Piscitelli junto con
Eric Drexler, han de “volar las tapas
de la imaginación” (C2.0, P.: 61)
para entrever realidades plausibles
al investigar el devenir del flujo
tecnológico, por ejemplo: a través
de experimentos mentales sobre
nanotecnología.
Emergen nuevos conceptos de
inteligencia que desafían el poten-
cial y control experimental humano,
planteando la posibilidad de IMQH
producto del incesante flujo de la
innovación tecnológica; ligada,
por supuesto, a reconversiones
industriales de diversos tipos: “…
El surgimiento de una innovación
tecnológica es similar a la eclosión
de una nueva especie biológica…”.
(C2.0; P.: 60). En este sentido,
Piscitelli define ‘tecnología’ como
“… aquellas conversaciones que
ocurren a nuestro alrededor en las
cuales inventamos nuevas prácticas
y herramientas para conducir las or-
ganizaciones y la vida humana…”,
y en donde “…diseñar herramientas
es diseñar nuestras prácticas…”.
(C2.0; P.: 62). En todo caso, afir-
ma Piscitelli, el flujo tecnológico
se consolida en un proceso de
“interminable hibridación” entre
tecnologías.
La dialéctica entre las máquinas
complejas y el hombre puede deve-
nir en un acople contraproductivo,
es decir, en un acople en el que se
realice del mejor modo algo que
no hay que hacer; este acople pue-
de ser el resultado de un “horror
de diseño”, recreando el mito de
Frankestein y motivándonos a res-
catar las leyes de Asimov. Se busca
que las realidades virtuales sean es-
ponjas de vivencias que funcionen
como compuertas a otros mundos
al servicio del bienestar humano
(por ejemplo), dependiendo de la
búsqueda de atractores de solida-
ridad y lealtad. Esto, en principio,
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debido a que las realidades virtuales
no traerán consigo automáticamente
una “democracia universal”.
“… ¿A quién beneficia y a quién
perjudica tanta interconectividad, si
es que la hay?...” (C2.0; P.: 93). La
etnotecnología trata, entre tanto, de
las tecnologías de la información
cuestionándose, por ejemplo, por
los presupuestos de nuestro modo
de concebir internet. El desarrollo
de esta “inmensa red de distribución
de información” (y la WWW como
“universo multimediático”) no sólo
ha(n) transformado medios tradicio-
nales de comunicación, sino que se
incorpora(n) dentro de la coyuntura
de nuestra mentalidad y modifica(n)
el modo en que nos concebimos a
nosotros mismos. Un ejemplo de
esto es la consolidación manco-
munada de los sistema P2P (para
el acceso ilimitado de datos que se
encuentran en computadores ajenos,
quizás con otras plataformas) altera
la ecología de los medios de distri-
bución de datos y cómo concebimos
el modo en que compartimos la
información. Estamos construyendo
una red de interacciones virtuales
que nos permiten compartir ar-
chivos no filtrados por sistemas
centralizados.
El ciberespacio es un nuevo
universo en el que temporalmente
tenemos conciencia de nosotros
mismos como viviendo en él; este
ciberespacio configura y estabiliza
una red de relaciones sociales que
modifican de modo latente nuestro
trasfondo cognitivo para la inte-
racción social y, por consiguiente,
nuestra mente, nuestra sociedad
y nuestra cultura. No basta con el
planteamiento de criterios claros en
el ámbito de una ingeniería política,
es necesaria (como lo ha comen-
zado a hacer Michael Heim) una
metafísica del ciberespacio. Esta
metafísica del ciberespacio habrá
de encargarse de problemas como
la externización informática de los
contenidos mentales y la consolida-
ción de la identidad y la individua-
lidad personal en el ciberespacio;
sin embargo (así lo creo), no sólo
será una metafísica descriptiva
sino una especie de meta-ontología
El Hombre y la Máquina No. 30 • Enero - Junio de 2008
LIBROS
tecnológica. La externización de
los contenidos mentales en el cibe-
respacio (universo experimental)
y la corporización virtual poten-
cializan cambios de paradigmas
psicológicos para el estudio de las
(así llamadas) ‘representaciones
mentales’ –constitutivas de aquello
que podríamos llamar deriva tec-
nocognitiva. En este sentido “…
el cyborg [mitad máquina, mitad
organismo] es nuestra ontología…”
(C2.0; P.: 150); así parece ser en el
caso del ciberespacio: producto de
una hibridación humano-máquina.
La experiencia del tiempo presente
en el veloz flujo tecnocognitivo deja
nuestro presente en la incertidumbre
del futuro: nuestro presente es el
fortuito futuro que desde el pasado
concebimos mucho más lejano.
Comenzamos a experimentar el
mundo en que vivimos llevados de
la mano de un gigante (el universo
tecnológico), a pasos de gigante
(metamorfosis tecnocognitivas):
vivimos reconociendo día a día el
antes y el después de las consecuti-
vas innovaciones tecnológicas.
Siguiendo a Piscitelli, el ciberes-
pacio es un laboratorio metafísico
(ontológico) en el que “falsificamos
la evidencia” “propia” de nuestra
realidad natural e ingresamos (por
ejemplo) a realidades virtuales a
través de interfaces de inmersión
en universos de “experiencias”
digitalizadas. Los desempeños psi-
cosociales y ecológicos en el cibe-
respacio atienden a pautas distintas:
ya no sabemos con quién interactua-
mos y en dónde lo hacemos, de este
modo se transforma drásticamente
nuestro trasfondo cognitivo, in-
corporando nuevas pautas para un
“medio atemporal y sin fricción”,
es decir, para una nueva “topografía
de las interacciones sociales”. En
este “nuevo” medio se consolidan
tráficos descentralizados de prácti-
cas y creencias sin la necesidad de
implicar el trato directo entre perso-
nas. Muy en la idea de la ontología
evanescente de Nelson Goodman,
Piscitelli afirma: “… Con estas
metamorfosis estamos frente a una
evaporación de la realidad. Si hasta
hace poco era materia de debate
 LIBROS
epistemológico determinar en qué
consistía la ‘realidad de la realidad’,
hoy no podemos reconocer que con
el desborde de la tecnología y la
economía sobre lo político y lo so-
cial, cuando decimos ‘estamos aquí’
ya no sabemos ni qué es “estar” ni
qué es ‘aquí’…” (C2.0; P.: 107). La
distinción artificial/natural ya no es
la marca de lo-real, o de la realidad
en la que tenemos conciencia de
nosotros mismos como viviendo
en ella.
Las nociones clásicas de ‘rea-
lidad’, ‘humano’, ‘cuerpo’, ‘sexo’
y ‘vida’ se resignifican afianzando
una inmensa incertidumbre con res-
pecto a la concepción que se debe
adoptar. Ingresar en un ciberespacio
implica incorporar un trasfondo de
parámetros sintéticos y simulados
que pueden fracturar la misma esta-
bilidad de la fuente de la curiosidad:
la mente, la psyche. La asimilación
psico-social de la corporeidad
implicada en el advenimiento de
las realidades virtuales propicia
una fusión entre el yo-y-el-cuerpo-
virtuales (avatar) y la mentalidad
propia; no obstante, el desempeño
orgánico del cuerpo en la realidad
no-virtual determina el tiempo que
dure este acople entre la máquina
y la mente humana. El modelo de
razonamiento abductivo posibilita
una lógica del descubrimiento y la
innovación que se incorpora en la
simulación computacional.
La hiperconectividad ha sido
la condición de posibilidad para
la creación de nuevas genealogías
del sentido; el hipertexto, como el
resultado de múltiples pautas y rutas
de navegación, permite sistematizar
en detalle el sueño ya preconcebido
implícitamente en obras como Ra-
yuela; propiciando la construcción
(por parte del lector) de guiones
para la comprensión. Las acciones
del usuario representan una de las
capas en la consolidación del hi-
pertexto; se potencializa, entonces,
una revelación social del sentido a
través de nuevos medios y mode-
los de activación del lenguaje en
El Hombre y la Máquina No. 30 • Enero - Junio de 2008
el mutualismo hombre-máquina
(:metamorfosis tecnocognitiva que
marca el derrumbe de la secuencia-
lidad en la lecto-escritura). En este
sentido, la posibilidad del diseño en
línea por parte del usuario permite
la construcción social directa de
la Web: el conocimiento no radica
ya en un cúmulo de solipsistos o
átomos de individual autoría, sino
múltiples procesos de interacción
social a distancia para la consoli-
dación de una matriz descentrali-
zada de información: metamorfosis
tecnocognitiva en la concepción de
nuestro conocimiento). Así pues,
debe ser explorado y analizado
en detalle (por ejemplo) cómo el
fácil acceso a la información a
potencializar nuevas dinámicas y
actividades virtuales que influyen
en la formación de la dimensión
económica propia de la relación
consumidor-industria.
Estas metamorfosis hacen parte
del decurso histórico de una cadena
de metamorfosis de la virtualidad
que comienza, según Piscitelli, con
las comunidades textuales; continúa
con las comunidades electrónicas
y de entretenimiento; sigue con
las comunidades informáticas, y
desembocan (en la actualidad) con
comunidades virtuales y ciberespa-
ciales. Dos principios de la genea-
logía de la comunicación (C2.0;
P.: 164) que se han ejemplificado
(por ejemplo) en la aparición de la
palabra escrita, la imprenta, inter-
net, la Web, etc., representan una
síntesis de la bitácora de análisis de
la etnotecnología: [1] “… con cada
nuevo avance tecnológico se gana
mucho y se pierde mucho …” y [2]
los nuevos medios recuperan ele-
mentos de la comunicación natural
oscurecidos por los medios primi-
tivos (los cuales “… extendieron la
comunicación sacrificando algunos
de sus beneficios naturales…” ).
El punto de fuga de C2.0 (terce-
ra parte) es la pregunta por la revo-
lución o evolución de la “inmensa
red de distribución de información”
(Internet); no obstante, la odisea por
este detallado paneo de las meta-
morfosis tecnocognitivas derivadas
del flujo histórico de las tecnologías
de la información no termina allí.
En “Hoja de Ruta 2001” (fuga de
C2.0) retumban sonoros manifiestos
implícitos de la hipercomplejidad
de la investigación actual: “… Lo
real, inaccesible por definición,
está obligado a una metamorfosis
interminable… Dar por concluida la
aventura en nombre de intereses na-
cionales o de seguridades estatales
es haberlo perdido todo. Antes de
haber empezado a apostar…” (C2.0;
P.: 239 y 246). El tejido de nuestras
utopías tecnoculturales es el pro-
ducto no sólo del quehacer de otros
que ponen a disposición nuevas tec-
nologías, artefactos y medios, sino
de nosotros mismos como partícipes
y habitantes del ciberespacio y de la
sociedad que sirve de condición de
posibilidad para la ratificación del
conocimiento.
C2.0 es una llave de una de
las puertas por medio de las que
se explicita la revolución cogniti-
va que vivimos a diario a raíz del
hiperdinámico flujo tecnológico.
A pesar de encontrarse en formato
impreso, C2.0 (en cuanto libro) tiene
el inmenso mérito de convertirse en
un universo hipertextual: ¡Celebro
la gran cantidad de notas al pie y de
referencias cruzadas que sirven de
portal a millones de rutas interpre-
tativas inagotables! Autobio-apunte:
–si tiene disposición de hacerlo–: re-
dimensione electrónicamente C2.0
al ritmo de productos tecnológicos
como Surrender de Chemical Bro-
thers (… ¡vendrá muy bien!).
Fil. Carlos M. Muñoz S.
Estudiante de Psicología, Instituto de Psico-
logía, Universidad del Valle,
Estudiante de la Maestría en Filosofía
Becario de Colciencias-Univalle Programa
Jóvenes Investigadores e innovadores
miembro del grupo de investigación Mentis
(Cat.- A)
neurofilosofia1@yahoo.com.mx
Fecha de recibo: febrero 26 de 2008
Fecha de aceptación: abril 10 de 2008
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