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La autora nos habla a través del texto acerca de la lectura como una experiencia y un

proceso que conlleva un compromiso importante con uno mismo. Leer o ser oyente de
fantasías e imaginarios es crear escenarios fuera de la realidad y perderse en el tiempo
a través de la ficción, algo que no es fácil de encontrar en otros medios y contenidos
actuales o históricos. La lectura y la escritura de novelas y otros literarios nos sacan de
la realidad por un momento y nos sumergen en universos en los que todo es posible,
sobre todo cuando somos niños. Nos hacen abandonar la cotidianidad y los problemas
humanos, cambiando nuestra vida por la de personajes escritos en letra y texto,
inmersos en sus posibilidades y la forma en la que avanzan sus historias mientras
arrastramos la mirada por las páginas.

La habilidad de ser lector u oyente es algo que se crea (y debe fomentarse), pues más
allá de ser una herramienta útil en nuestra cotidianidad, es un

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