Está en la página 1de 11

UNIDAD1:

PERSONA – SUJETO DE
DERECHO

Juan Pablo Pío Guarnieri


La ignorancia de la ley no sirve de excusa. Educación Ciudadana
CAP Í T U L O 1 :
CONCEPTO – PERSONA F Í SICA –
PERSONA JURÍ DICA

Como noción preliminar, se entiende por sujeto de derecho


como aquel que puede ser titular de derechos y obligaciones,
en sentido amplio.

El artículo 21, inciso primero, del Código Civil establece que


“Son personas todos los individuos de la especie
humana…” Es decir, que todo sujeto por el solo hecho de ser
tal es titular de derechos y obligaciones.

Las Personas Físicas son todos los seres humanos, todos,


sin excepción.

En cambio, las Personas Jurídicas son las sociedades,


fundaciones, asociaciones, entre otras, a las que el
ordenamiento jurídico les atribuye la calidad de sujeto de
derecho. Esto es, pueden ser tan titulares de derechos y
obligaciones como las personas físicas. En este sentido, el
inciso segundo del mismo artículo 21 dice: “…Se consideran
personas jurídicas y por consiguiente capaces de
derechos y obligaciones civiles, el Estado, el Fisco, el
Municipio, la Iglesia y las corporaciones,
establecimientos y asociaciones reconocidas por la
autoridad pública...”

La enumeración es enunciativa, no taxativa. La lista no es


cerrada, sino que es a título de ejemplo. Además del Estado,
son personas jurídicas las asociaciones civiles (clubes
deportivos, organizaciones sociales y culturales), sociedades
comerciales (anónimas, de responsabilidad limitada,
agropecuarias) y fundaciones, entre otras.
Juan Pablo Pío Guarnieri 4 7
4 8 La ignorancia de la ley no sirve de excusa. Educación Ciudadana
CAP Í T U L O 2 :
COMIENZODELAPERSONALIDA
D EN EL DERECHO URUGUAYO

Cabe preguntarnos desde cuándo se es persona, titular de


derechos y obligaciones, según las normas del orden jurídico
nacional.

Múltiples han sido las teorías para determinar el comienzo de


la personalidad. Dicho debate fue objeto de una reformulación
radical con la sanción de la Ley 15.7371 del 8 de marzo de
1985.

Esta norma, conocida como “de amnistía”, incorporó en su


texto la ratificación de la “Convención Interamericana de
Derechos Humanos”, también conocida como “Pacto de
San José de Costa Rica”. Su denominación deriva de
ciudad capital en la que se elaboró y firmó este instrumento
en 1969.

Particularmente, relacionado con este punto, el artículo 4


tiene como nomen iuris “Derecho a la Vida” y en su inciso 1
expresa que “toda persona tiene derecho a que se respete
su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en
general, a partir del momento de la concepción. Nadie
puede ser privado de la vida arbitrariamente”.

En primer término, se alude a que “toda persona tiene


derecho a que se respete su vida”. Esto significa que persona y
ser humano son sinónimos. Uno es visto desde el punto de
vista filosófico y jurídico mientras que el otro lo es desde una
perspectiva antropológica y del lenguaje coloquial. Entonces,
todo ser humano tiene el derecho natural a que se respete su
vida.

1 Extraído de http://www.lista903.com.uy/boletín/B230703/pacto.htm
2/3/2009 22 horas.

Juan Pablo Pío Guarnieri 4 9


Esta primera parte de la disposición, en el concierto de toda
la Convención, reafirma los textos constitucionales desde
1830 – año de la primera Constitución uruguaya – así pues,
el artículo 7 de la Carta Magna dice: “Los habitantes de la
República tienen derecho a ser protegidos en el goce de
su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y
propiedad. Nadie puede ser privado de estos derechos
sino conforme a las leyes que se establecieren por
razones de interés general”.

En segundo lugar, establece que el derecho a la vida estará


protegido por la ley.

En tercer lugar, consigna que nadie puede ser privado de su


vida arbitrariamente. En consecuencia, nadie puede disponer
de la vida de otro de forma arbitraria, esto es, sin una causa
legalmente justificada. A modo de ejemplo, los países que
aún mantienen vigente la pena de muerte, al aplicarla, no se
dispone de la vida de otras personas sin una causa
legalmente justificada. Por el contario, se actúa en
cumplimiento de un delito (conducta típica) y una pena
prevista en una norma jurídica, luego de un juicio ante un
juez o tribunal competente, y en el que el acusado goza de su
derecho de defensa o “day in court”.2 Estos elementos
conforman los conceptos de Debido Proceso Legal y Estado de
Derecho.

En cuarto lugar, merece un comentario específico la expresión


“este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir
del momento de la concepción”. Si toda persona tiene derecho
a que se respete su vida, se trata de una protección integral
que no se inicia desde su nacimiento, lo que sería absurdo,
sino desde su concepción. Las normas citadas protegen la
vida desde el momento de la concepción de forma categórica.
El sujeto activo de tal protección es el concebido y, si tal
individuo es sujeto de derecho, entonces es persona.
Recordemos que ambos conceptos son inescindibles.

2 Día ante el tribunal.

5 0 La ignorancia de la ley no sirve de excusa. Educación Ciudadana


Finalmente, de la frase “en general” parece desprenderse una
suerte de “válvula de escape” que posibilita – y posibilitó – la
adhesión a la convención de aquellos países cuyas
legislaciones internas protegen menos – o no tutelan – la
vida desde la concepción.

En conclusión, según el ordenamiento jurídico nacional, el


concebido es persona – sujeto de derecho – y la
personalidad comienza con la concepción del ser
humano y no desde su nacimiento.3

3 Interrupción voluntaria del embarazo.


Las reglas de la experiencia han demostrado que al momento de trabajar
con estudiantes este tema que, además, es el primero del año lectivo, surge
irremediablemente el audaz cuestionamiento acerca de la compatibilidad
jurídica entre el derecho a la vida del concebido y la posibilidad regulada –
conforme determinadas condiciones y plazos – de la interrupción voluntaria
del embarazo. Es evidente que el tratamiento de este punto excede el objeto
de nuestro trabajo sin perjuicio de la necesidad inevitable de sentar posición
esta oportunidad sobre tan polémico y complejo tema, sin perjuicio de
tenerla con absoluta claridad. Quizás sería más sencillo no considerarlo para
no quedar sujeto a valoraciones. Sin embargo, elegir esta alternativa tiraría
por tierra el objetivo central de este trabajo. En atención a lo expuesto, y a
modo de mera sugerencia, entendemos muy conveniente la contextualización
del proceso histórico que desembocó en la Ley 18.987 de 17 de octubre de
2012 por la que se despenaliza – y regula – la interrupción voluntaria
conforme ciertos parámetros, en determinados casos. Asimismo, nótese que
la discusión que ha venido dando la sociedad uruguaya lleva casi un siglo.
Vea el lector que, en 1933, al sancionarse un nuevo Código Penal que
aún está vigente, el aborto no se tipificó como un delito. Recién el 26
de enero de 1938, por ley 9.763, se penalizó. Es decir que, desde 1934 a 1938,
el aborto, en Uruguay, en ningún caso constituía una figura delictiva. En
2002 se presentaron diversos Proyectos de Ley que, por diferentes causas,
naufragaron en su trámite parlamentario. El 11 de noviembre de 2008 fue
sancionado un nuevo proyecto pero que fue vetado por el entonces
Presidente de la República Dr. Tabaré Vázquez. Finalmente, en 2012, se
aprobó la Ley 18.987 vigente, pero contra la que, a iniciativa de algunos
sectores del Partido Nacional, Partido Colorado y organizaciones civiles, se
promovió un Recurso de Referéndum que motivó una consulta popular el
domingo 23 de junio de 2013, habiendo sufragado a favor de la anulación de
la ley el 8.92% del Cuerpo Electoral. Vale decir que era necesario superar el
25% para la continuación del procedimiento. En consecuencia, la norma
citada que despenaliza esta práctica actualmente se encuentra vigente, así
como las opiniones encontradas en los planos filosófico, religioso, moral,
ideológico y jurídico. (Cont.)

Juan Pablo Pío Guarnieri 5 1


(Cont.) Desde el punto de vista jurídico y a los efectos de este capítulo,
existen dictámenes de órganos de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, motivados principalmente por casos en Estados Unidos y
Argentina, que entienden la despenalización del aborto compatible con el
artículo 4.1 de la Convención. A cada docente le toca entonces evaluar hasta
qué punto es posible profundizar el desarrollo de este interesantísimo tema,
en particular, diferenciando los planos de discusión y las posiciones
existentes en tanto parecería bien distinto pronunciarse a favor de la
interrupción voluntaria del embarazo que defender su despenalización y/o
regulación.

5 2 La ignorancia de la ley no sirve de excusa. Educación Ciudadana


Juan Pablo Pío Guarnieri 5 3
5 4 La ignorancia de la ley no sirve de excusa. Educación Ciudadana
CAP Í T U L O 3 :
CAPACIDADEINCAPACIDA
D DE LAS PERSONAS FÍ SICAS

La regla general consiste en que toda persona tiene


capacidad de goce sin distinción alguna. Es decir, puede
ser titular de derechos y obligaciones sin excepción. La
capacidad de ejercicio, esto es poder hacer valer sus
derechos y obligaciones por sí mismo, está subordinada a la
comprensión que el sujeto pueda tener de sus actos en base a
dos criterios: edad y estado mental. Incapaces por razón
de edad son todas aquellas personas menores de 18 años.
Sin embargo, a las mujeres entre los 12 y los 18 y hombres
entre 14 y 18 años se les llama menores púberes; y
menores impúberes a los menores de 12 y 14 años
respectivamente. Tal distinción es relevante si consideramos
que el Código Civil prevé tres diferencias entre ambos tipos
de menores. En efecto, los menores púberes pueden realizar
testamentos, donar y, con autorización de sus padres o
tutores, contraer matrimonio a partir de los 164 años.5
Una vez casados contraen plena capacidad de ejercicio con
las excepciones previstas en el inciso final del artículo 280
del Código Civil.6

4 Artículo 91 numeral 1º del Código Civil en la redacción dada por la Ley


19.075 – Matrimonio Igualitario – de 3 de mayo de 2013.
5 En la Unidad II se estudiará exhaustivamente el punto.
6 Inciso último de Artículo 280: “Los menores que contrajeran matrimonio
con anterioridad a los dieciocho años (inciso primero del artículo 91)
requerirán autorización judicial para realizar los actos a que refieren los
artículos 309 y 310 hasta que hayan cumplido dicha edad.”
Artículo 309: “El menor habilitado no puede estar en juicio sin curador ad
litem”. Artículo 310: “Tampoco podrá, sin autorización del Juez y bajo pena
de nulidad, vender o hipotecar sus bienes raíces; Ni hacer donación por acto
entre vivos; Ni aprobar las cuentas de su tutor; Ni contraer deudas que
pasen del valor de 500 unidades reajustables; Ni vender los fondos o rentas
públicas que tuviese ni las acciones de compañías de comercio o de
industria; Ni hacer transacciones ni sujetar sus negocios a juicio arbitral
(artículo 967).”Artículo 311: “La autorización judicial requerida en los casos
del artículo anterior no será dada sino con conocimiento de causa.”

Juan Pablo Pío Guarnieri 5 5


En cuanto al estado de salud del sujeto, aun siendo mayor de
18 años y demostrándose en un proceso judicial su estado de
incapacidad, podrá ser declarado incapaz y se le nombrará
un curador. Particular es el caso de los sordomudos que sólo
podrán ser declarados incapaces si no se pueden dar a
entender mediante lenguaje de señas.

En lo que respecta a la representación legal de los


incapaces, si lo son por razón de edad, sus padres ejercerán
el instituto de la Patria Potestad, si carecen de éstos, serán
representados en el ejercicio de sus derechos y obligaciones
por un tutor. Si se tratara de incapaces debido a su estado de
salud, ejercerá tal representación un curador.
Sin embargo, debe hacerse mención al Instituto de la
Inhabilitación en materia de limitación de capacidad de
ejercicio en función de su estado de salud.

Se ha admitido pacíficamente por Doctrina y Jurisprudencia


que, antes de la sanción del Código General del Proceso7, los
Jueces, ante denuncias de incapacidad, tenían sólo dos
posibilidades: capacidad o incapacidad.8 No estaba prevista la
existencia de una eventual zona gris, esto es, de capacidad
disminuida. En efecto, se venían planteando innumerables
casos en los que el presunto incapaz no era apto para la
realización de determinados actos aislados de los que se
deducía, finalmente, una no siempre justa incapacidad total.

En consecuencia, fuera de determinados episodios puntuales,


ciertos sujetos tienen la capacidad para ejercer por sí mismos
sus derechos y obligaciones, con autonomía social y manejo
eficiente del dinero, más aún cuando se le designa un curador
para que los asista dado que no es previsible cuándo se
producirá el episodio.

7 Ley 15.982 de 18/10/1988.


8 Sentencia 35/2009 de 4/3/2009 Tribunal de Apelaciones de Familia de 1°
Turno.

5 6 La ignorancia de la ley no sirve de excusa. Educación Ciudadana


Esta normativa respondía a la filosofía del Siglo XIX en la
que lo importante era lo material y no lo personal.9 No
obstante, a mediados del siglo XX, la perspectiva de los
ordenamientos jurídicos occidentales comenzó a variar. Se
redimensionó a la persona humana, colocando a ésta en el
centro del Derecho y en función de esto se empezaron a
respetar más sus derechos fundamentales, dentro de los que
se sitúan la dignidad de la persona y la posibilidad de
autodeterminación. Con el objetivo de respetar estos
derechos fundamentales se tuvieron en cuenta los grados de
capacidad de obrar o de ejercicio que pueden existir en las
personas físicas y su necesario equilibrio al momento de
protegerlas en sus derechos de dignidad y
autodeterminación. Destaca el fallo citado del Tribunal de
Apelaciones de Familia que, de esta manera, fue como nació a
la vida jurídica el Instituto de Inhabilitacióno
Interdicción o Semi Incapacidad – derecho francés,
español, italiano, alemán, holandés, portugués, argentino,
ecuatoriano, peruano y brasileño – entre otros. En Uruguay,
se insertó tardíamente a partir de la sanción del Código
General del Proceso – artículos 444.2 y 447.2 – cuya
existencia actualmente no se cuestiona. Este instituto fue
regulado en el Proceso de Declaración de Incapacidad y
deja a criterio del Juez las medidas que se deben tomar en
cada caso particular.

Finalmente, cabe decir que nuestro país ratificó la


Convención Interamericana para la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación Contra las
Personas con Discapacidad10 – 8 de junio de 1999 – en la
que se señala como derecho fundamental a la
autodeterminación. Este derecho también ha sido recogido
por las Naciones Unidas al aprobar la Convención sobre
Derechos de las Personas con Discapacidad11 – el 3 de
abril de 2007 Nueva York, Estados Unidos – también
ratificada por el gobierno de Uruguay.

9 Ídem.
10 Incorporada al Orden Jurídico Nacional por Ley 17.330 de 2 de mayo de
2001.
11 Incorporada al Orden Jurídico Nacional por Ley 18.418 de 20 de
noviembre de 2008.

Juan Pablo Pío Guarnieri 5 7


5 8 La ignorancia de la ley no sirve de excusa. Educación Ciudadana

También podría gustarte