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Créditos
Coordinador del proyecto
Grupo TH
Traductora
NanRebelle
Correctora
Isolde
Portada y edición
Roskyy
2
Serie Atrévete
Atrévete a probar#1
3
ÍNDICE
Dedicatoria
Sinopsis
1. Kieran
2. Bash
3. Kieran
4. Kieran
5. Bash
6. Kieran
7. Bash
8. Kieran
9. Bash
10. Kieran
11. Bash
12. Kieran
13. Kieran
14. Bash
15. Kieran
16. Bash 4
17. Kieran
18. Kieran
19. Bash
20. Kieran
21. Bash
22. Kieran
23. Bash
24. Kieran
25. Bash
26. Kieran
27. Bash
28. Kieran
29. Kieran
30. Bash
31. Kieran
32. Bash
33. Kieran
34. Bash
5
Dedicatoria
6
SINOPSIS
7
*Atrévete a probar es el primer libro de la trilogía Atrévete, que
debe leerse en orden. No se requiere una lectura previa, pero
siempre es una idea fantástica para disfrutar al máximo.
8
1
KIERAN
No, no lo hice. Lo último que quería hacer era subir dios sabía
cuántas escaleras, pero cuando nos acercamos al jefe, vi que el
agotado hombre de traje gris y etiqueta con su nombre, se giraba
y señalaba la parte superior del edificio.
Hijo de puta.
—Sí, sí.
—¿Alguien más?
—Estamos libres.
—Entonces vámonos.
—Gracias, guapo. —El bajo tenor de su voz hizo que mis pies
vacilaran mientras parpadeaba y trataba de entender lo que
acababa de oír. Entonces ella me quitó el zapato y añadió: —Por
salvarme a mí y a mi zapato. Tendré que pensar en algo muy
especial para recompensarte. Estos Manolos son únicos.
14
1
Demasiado jodidamente bonita.
Abrí la boca con el discurso automático de no tienes que
agradecerme ni hacer nada en la lengua, pero no me salían las
palabras. Mi cerebro estaba demasiado ocupado tratando de hacer
coincidir la voz con la cara y viceversa, porque algo no cuadraba.
Pero antes de que pudiera averiguar qué era exactamente, Stevie
la estaba llevando de vuelta a la ambulancia, y los sonidos lascivos
de mi equipo me hicieron girar.
Espera, ¿otro qué? Era imposible que ese hubiera sido un...
un... príncipe, como había dicho Davis. Ella —él— había sido Razzle
Dazzle.
15
2
BASH
—¿Qué?
—No.
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—Bash…
—Fuera de la mesa.
—Dicho y hecho.
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3
KIERAN
—OH, ASÍ QUE estás vivo. Es bueno saberlo. Iba a enviar un grupo
de búsqueda después de que no llegaste a casa anoche. —La boca
de Olsen, que hablaba como una mierda, se movía como de
costumbre mientras yo caminaba hacia la cocina, en busca de una
taza de café caliente.
—Pase.
—Eso es todo.
—Te lo agradezco.
Espera, ¿qué?
—Coge tres.
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4
KIERAN
—Como tres.
—Lo haré.
4
Departamento de Bomberos de Chicago, The Chicago Fire Department.
5
Skynet es el nombre que recibe la inteligencia artificial que lidera al ejército de las máquinas en la saga de
películas Terminator y el principal antagonista de ésta. En la saga, Skynet es una Inteligencia artificial capaz de
controlar el arsenal militar de los Estados Unidos con independencia de los humanos. 34
AnaVoge… ¿Qué demonios era eso? Evidentemente, algo
tecnológico que todos los presentes conocerían, ya que era uno de
los titulares. Decidí arriesgarme, me incliné hacia el tipo que estaba
a mi lado y le pregunté: —Hola, hombre, ¿cómo te va?
—¿De mí?
—¿Teniente?
—No, tengo que volver con los chicos. Estamos aquí hasta
que se cierren las puertas y luego iremos a Mulligan's.
—¿Mulligan’s?
—De nuevo, sólo para que quede claro. ¿Quieres que vaya a
un... pub?
40
5
BASH
—Gracias.
43
6
Coctel de vino blanco con agua mineral con gas.
—Es un placer. —Estaba más que dispuesto a hacer otras
cosas para mostrar mi generosidad, pero esa oferta probablemente
pasaría por encima de su consideración.
—Lara —dijo Davis desde una de las mesas altas que había
detrás de nosotros, donde se sentaba con un tipo que parecía estar
chupando un limón, uno realmente agrio.
—Uf, por muy tentadora que sea esa oferta —dije, mientras
me inclinaba sobre la mesa hacia Brumm— me temo que no eres
mi tipo.
48
6
KIERAN
—¿Kieran?
—Síp.
—De acuerdo.
57
7
BASH
Tranquilo. Tranquilo.
—¿Eh?
—Imbécil.
64
8
KIERAN
—¿Acabas de decir...?
—Dos.
—Es la única actitud que hay que tener. ¿Crees que podría
sacar adelante mi vestuario si dudara de mí mismo lo más mínimo?
Oh. Sí, eso es exactamente lo que quería decir. Sí, eso era
exactamente lo que había estado pensando.
—Nunca.
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9
BASH
Puse los ojos en blanco. —Ya veo lo que has hecho. Me alegro
de que pienses que eres gracioso.
—Yo no...
—Podría manejarlo. 76
—Podrías, pero prefiero que sigas siendo tu puro y dulce ser.
Todos sabemos que Lucas es el demonio de mierda de este grupo.
—Ah, sí, todo eso del amor le ha cambiado. Tal vez Shaw
podría pisar al tipo y luego Trent podría golpearlo con su guitarra,
¿qué te parece?
—Desgraciadamente no.
—¿Qué?
—Tú empezaste.
79
10
KIERAN
Brumm sacó una silla y se dejó caer en ella. —Lo sé. Estaba
deseando que el pobre bastardo se desmayara. Incluso con la
morfina a tope, lo estaba sintiendo.
80
Hice una mueca, recordando los agónicos gritos de dolor
mientras desmontábamos los engranajes de la máquina que lo
había masticado. —Sí, lo escucharé en mis sueños esta noche.
—¿Restaurantes?
82
—Sí, ya sabes, de los elegantes a los que te gusta ir.
—¿Elegantes? ¿Me estás llamando snob?
—¿Vas a ir a Gravitas? 84
—Sabes, creo que podría hacerlo.
—¿Sí?
Xander se rio.
—¿Qué?
—No es una cita. —Pero tenía que darle puntos por intentar
convertirla en una en su cabeza.
—Está bien, está bien. Bueno, pásalo bien. Tengo que admitir
que estoy un poco celoso. ¿Seguro que no te importaría tener
compañía? Podría persuadir a Sean para que se ponga una corbata
por la noche.
—¿Sí?
86
11
BASH
—¿Pasa algo? 88
La pregunta de Kieran me sacó de mi sensual fantasía entre
las sábanas y me devolvió al presente, donde me di cuenta de que
me había detenido en la puerta. Sin embargo, como no quería
revelar todos mis secretos, me reí y mostré mi sonrisa más
ganadora.
94
12
KIERAN
Oh, joder. No sabía qué era esa mierda negra, aparte de algo
que sabía como si hubiera estado en el fondo de una bolsa de
basura durante una semana. Conseguí tragarlo todo, apenas, e
hice una nota mental para matar a Xander la próxima vez que lo
viera. Lo había hecho a propósito, sin ninguna duda.
104
13
KIERAN
Oh, olvídalo.
Me lamí los labios, con los ojos aún cerrados, y decidí que
qué demonios. Entonces me pasé la mano por el cuello y el pecho,
por los abdominales, hasta donde había empezado el calor. Me
acomodé un poco más en los cojines y amplié mi postura.
109
Así, ahora, me sentía mejor. Tal vez todo lo que necesitaba
era un poco de liberación. Un poco de... amor propio antes de
meterme en la cama. Entonces tal vez mi mente se apagaría.
110
14
BASH
Más o menos.
—¿Sabías qué?
—¿Eh?
—¿Descubrirme?
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15
KIERAN
—¿Oh?
—O te falta un tornillo.
—Como yo.
—Azul Le Mans.
—¿Tú crees?
—¿Con esos azul bebé que tienes? Cariño, las mujeres harían
cola para probar el asiento trasero.
—¿Un poco?
—Por supuesto.
—Oh. —Bash frunció el ceño y, por primera vez desde que lo 126
conocí, parecía decepcionado. Un sentimiento que descubrí que
compartía en ese momento—. Está bien, entonces. Ya te he robado
bastante tiempo hoy...
—Entonces, te llamaré.
127
16
BASH
Un espectáculo de burlesque.
A las diez menos cuarto, salí del asiento trasero del Jaguar y
me dirigí a la alfombra roja que salía de la entrada del teatro. Me
sentí más alta de lo normal con mis zapatos Louboutin de quince
centímetros, pero por suerte tenía práctica en caminar con estos
zapatos y no pensaba necesitar que un bombero sexy me
rescatara.
128
Pensándolo bien...
Un silbido sonó detrás de mí y me giré para ver a Kieran
saliendo de la parte trasera de un Uber.
Una sonrisa casi tímida cruzó los labios de Kieran cuando nos
dirigimos al teatro y nos detuvimos frente al mostrador de venta
de entradas. Sacó las entradas de su bolsillo, e instantes después
estaban envolviendo nuestras muñecas con cintas de papel de
color verde lima.
130
7
Diseñador de moda.
—Definitivamente. Y tengo la sensación de que vamos a ver
mucho más de la vida nocturna de la ciudad de lo que incluso tú
esperas esta noche.
—¿En serio?
Ya había visto este acto antes. Dita Von Teese lo hacía bien.
—Porque te gusta.
—¿Y?
136
17
KIERAN
TRES HORAS Y varios tragos después, y había dos cosas de las que
estaba seguro:
2. Estaba borracho.
—¿Kieran?
—¿No es obvio?
—Oh, por favor, eres tan guapo como cualquiera de los que
estaban en el escenario esta noche. 142
Cuando Bash se quedó quieto, me di cuenta de lo que había
dicho, pero daba igual, era verdad, y él sabía lo que quería decir.
Para ser un hombre, Bash definitivamente no era poco atractivo.
Él lo sabía. Diablos, incluso el camarero de abajo había hecho saber
que no le importaría subir a tomar una copa.
—Oh, ¿ahora tengo que pagar? Pensé que esto era un regalo.
—Oh, ¿ese pequeño truco? Eso no es nada. Pero este tuve 143
que practicarlo una y otra vez hasta que lo hice bien.
Deslizó la punta de su zapato a lo largo de mi bíceps hasta
llegar a mi hombro, donde de alguna manera -con un puto pie- se
mantuvo erguido mientras me inmovilizaba con el tacón de su
Louboutin.
Mierda, sí, esa era mi señal para irme. —Gracias por el paseo
y el... entretenimiento. Nos vemos.
147
18
KIERAN
GRACIAS A DIOS que hoy tenía el día libre, porque ¿en qué
demonios había estado pensando al mezclar tantas copas anoche?
Tenía el estómago revuelto, sentía la cabeza como si alguien la
golpeara entre una puerta, y aunque no hacía calor, de alguna
manera estaba sudando.
—¿Qué quieres decir con 'quién'? Pensé que ella era una
mierda caliente.
—Sí.
150
—Sí. Acabamos de mezclar unos tragos y ahora quiero ir a
desmayarme por el resto del día. —Me aparté de la mesa y me
puse en pie, ignorando cómo se me revolvía el estómago.
Sí.
¿Bien?
¿Estúpido?
¿De verdad?
¿Sí, teniente?
—¿Oh? ¿Dónde?
156
9
Alexander se enderezó y se cruzó de brazos. —De verdad.
He estado hablando de ese lugar.
—¿Kieran?
157
Mierda. Era obvio que Kieran no le había hablado a su familia
de mí, lo que significaba que Alexander no tenía ni idea del
incendio, del rescate, de nada de eso.
—¿Perdón?
161
20
KIERAN
Está bien, eso fue algo extraño para decir, pero da igual.
—Sí, lo hice. Fue para una entrevista que hice esta mañana
para la emisión de esta noche.
—¿Kieran?
—¿Eh? 165
—¿Sebastian Vogel? Nunca mencionaste que era la persona
que rescataste del incendio en el Royale aquel día.
—No fue nada. Sólo quería dar las gracias, eso es todo.
—Nada, ¿eh?
—Así es.
—Kieran...
168
21
BASH
169
Su cabello aún estaba húmedo, como si acabara de salir de
la ducha, e incluso con la mirada dura en su rostro, lo guapo que
era me dejó sin aliento.
—La tuve.
170
—¿Así que pensaste en lanzar mi nombre en público sin
siquiera preguntarme si estaba bien?
—Ah, ya veo.
—¿Kieran?
Dios mío, había soñado con este momento desde que Kieran
me sacó de aquel infierno ardiente, pero nada me había preparado
para la realidad. Mientras que el primer beso había sido provocado
por la ira, éste parecía más una exploración. Aumentó la presión
sobre mis labios, luego soltó mi cabello y pasó sus dedos por mi
mandíbula.
176
22
KIERAN
Mi cabeza incluía.
Oh, Dios. Me pasé una mano por el cabello y luego tiré del
cuello de la camisa, un sofoco me invadió.
Joder. No, eso era lo último que tenía que pasar aquí. Ni
siquiera debería estar mirando, pero no podía apartar los ojos.
182
23
BASH
—¿Seguro?
Movió con cautela esos curiosos dedos hacia abajo hasta que
finalmente tocaron los míos donde se enredaban alrededor de mi
polla. —No lo sé.
—¿Sí? ¿Te atreves? —Gruñó y luego rozó sus labios sobre los
míos, pero su orgasmo lo golpeó fuerte y rápido, y dejó caer su
cabeza en el pliegue de mi cuello mientras se corría. Sabía que
nunca olvidaría los sensuales sonidos que emitió, y en cuanto el
resbaladizo semen explotó entre nosotros, mi propio orgasmo llegó
a su punto álgido, llevándome al límite y al olvido.
187
24
KIERAN
Mierda.
—Sí, estoy...
—No todo el mundo es tan libre con su... cuerpo como tú.
—¿No lo es?
Oh, vaya. Está bien, lo había leído mal. Había asumido que
esta era la única ducha, pero esta era la suite del ático, así que por
supuesto habría más de una. —Claro, sí. —Lo sabía.
195
25
BASH
—Dijiste que querías ver más de Chicago, ¿verdad? Tal vez 196
podríamos... pasar el rato. Puedo ser tu guía turístico o algo así.
¿Kieran Bailey me estaba pidiendo que pasáramos el día
juntos? ¿Y de alguna manera no estaba enloqueciendo por lo de
anoche? Llámame loco, pero había asumido que estaría en el
primer Uber de vuelta a su casa esta mañana, así que qué
agradable sorpresa.
—No puedo decir que me oponga a verte salir del agua todo
empapado, con la ropa pegada... —Saboreé la imagen en mi mente
hasta que Kieran me golpeó en el costado, y me reí—. Tal vez
podamos volver a considerar esa idea más tarde, cuando haga
demasiado calor para mantener la ropa puesta.
—¿Qué es eso?
—¿El... Bean?
—Sí, por lo que recuerdo, terminó con una bonita y gran ‘O’
—para los dos.
201
Para dejar de pensar en él y volver a un terreno más seguro,
decidí que lo mejor era averiguar a dónde me llevaría después,
pero no iba a entregar la mercancía tan fácilmente.
—Me estás llamando snob otra vez. Puede que tenga que
hacerte pagar por eso.
—Te reto.
203
26
KIERAN
—No has caminado por una ventana. Era una puerta que
daba a un balcón perfectamente seguro.
204
10
La cereza reventada.
No me avergüenza admitir que había hecho todo lo posible
para que Bash entrara en la Torre Willis, subiera en el ascensor y
saliera al “balcón del infierno” y parte de esa coacción había sido
la promesa de cantidades abundantes de alcohol en el bar que él
eligiera.
—Entra, ¿quieres?
—Eh, no creo...
11
207
Martini de prostituta Feisty.
12
Mamada.
—Personalmente, me gusta tragarlas, pero eso es sólo yo. —
Un tipo con gafas de montura negra le dio un golpe en el culo a
Tate, y Bash se rio.
—O ellos te dejan.
Claro que sí, esa sí que me la sabía. Miré hacia abajo para
ver a Bash escribiendo la palabra roja antes de mirar hacia arriba
para confirmarlo. Cuando asentí, el presentador ya estaba
empezando con la segunda pregunta.
—Joder.
214
27
BASH
—Anoche te dejé.
—Lo hiciste.
—Exiges mucho.
—¿El qué?
Kieran miró mis manos y asintió. —Sí, eso es. No tiene nada
que ver con el hecho de que tengas una polla tan dura como la
mía.
—¿Confías en mí?
—¿Espejo de ti?
220
28
KIERAN
—Su turno, teniente. ¿Necesita ayuda? Estaré más que feliz 221
de hacerlo.
El constante coqueteo de Bash me ayudó mucho a sentirme
cómodo en lo que habría considerado situaciones seriamente
incómodas, pero ahora mismo, no me sentía incómodo, en
absoluto.
Tomé los labios de Bash con los míos, cerrando los ojos y
dejando que mis manos se apoyaran en su pecho. Me encantaba
sentir cómo su corazón latía tan rápido y fuerte contra mi palma,
pero él parecía tan paciente por fuera. Se moría porque lo tocara,
por desearlo como su cuerpo me decía que me deseaba, y eso era
todo. Había dejado de resistirme.
Bash dirigió mis manos hacia él. Con sus ojos aún clavados
en los míos, presionó un poco más las puntas de mis dedos para
que se hundieran en las curvas y ángulos de su cuerpo. Mi pulso
se aceleraba y me dolía la polla, y me costó todo lo que tenía
recordar cómo respirar mientras él movía mis manos aún más
abajo, hasta la clara V de su cuerpo.
Oh, mierda.
Quería las palabras. Quería oírme decir que esto estaba bien
y era lo que quería.
Bajé mis manos y pasé las manos por los mechones más
largos de su cabello. —Creo que eso suena bien. —Lo que
realmente quería decir era que sí, joder, sí, pero no quería parecer
desesperado por su boca en mí, aunque lo estaba. Era perfecto,
especialmente de rodillas.
No, carajo.
—Súbete a la cama.
Subí desde los tobillos hasta las rodillas, hasta que mi cara
estuvo a la altura de su polla, y aunque aún no estaba preparado
227
para metérmela en la boca, me sentí lo suficientemente valiente
como para torturarlo un poco.
Le guiñé un ojo.
—¿Estoy soltero?
—¿Disuadir...?
—¿Mmm?
229
—Cállate y bésame.
Bash aplastó su boca contra la mía en un beso tan ardiente,
tan lleno de las emociones que se arremolinaban en torno a
nosotros, que fue un milagro que la cama no ardiera en llamas.
Parecía casi imposible que hubiera pasado toda mi vida sin sentir
esa clase de calor, esa clase de urgencia. Pero cuando empecé a
empujar el puño de Bash y él gimió en mi boca, supe que nunca
había sentido algo así. Todo mi ser vibraba con mi necesidad de
correrme, con mi necesidad de que Bash se corriera conmigo.
231
29
KIERAN
232
Había una foto de una sala de juntas junto con: Estoy
pensando en incendiar el lugar, estoy muy aburrido. Echo
de menos tu cara.
Joder. Sí.
—¿Ahora me espias?
Pero Bash era esa persona que te hacía revivir cada vez que
estabas a su lado, y a mí me gustaba esa versión de mí. No
entendía cómo la atracción había sido tan fuerte y rápida, pero
ahora mismo no quería darle demasiadas vueltas... o pensar
realmente en ello. Podíamos pasar el rato, explorarnos
mutuamente y no tener que definirlo, ¿no?
Es cierto.
Joder.
239
30
BASH
—Bueno...
—Kieran.
Así que mis amigos tenían un punto, sólo que no era uno que
quisiera escuchar ahora. Podía disfrutar de él durante otra semana,
y no había nada malo en ello. Entonces podría archivarlo en mi
mente bajo un caluroso verano en Chicago.
245
31
KIERAN
—¡Ayuda!
—¿Sí?
—Todo bien.
—Lo tengo.
—¡Entendido, teniente!
—Aquí arriba...
Ella parpadeó, con los ojos muy abiertos y húmedos por las
lágrimas producto del susto y el ardor de la ceniza y el humo.
—Recibido, teniente.
—¿Estáis listos?
—El arnés —le dije a Olsen, que me lo lanzó, y luego los dos
bajaron corriendo las escaleras, sabiendo exactamente lo que
estaba planeando.
—¿Sí?
257
32
BASH
MÁS TARDE ESA NOCHE, estaba metido hasta las rodillas en los
correos electrónicos del trabajo, intentando hacer todo lo posible
para no sentirme culpable por haberme tomado un descanso
cuando llegara Kieran. Tener un negocio propio siempre es un acto
de malabarismo entre la vida personal y la profesional, y creo que
lo he hecho bastante bien, teniendo en cuenta todo esto.
Está vivo...
¿Qué ha pasado?
Gracias.
—Pero...
Está bien, está donde tiene que estar, y no hay nada que
puedas hacer de todos modos.
265
33
KIERAN
—Todavía no.
Las noticias, bien, así que ahí fue donde Bash debió verme
también. Sin duda me metieron en la parte trasera de una
ambulancia y me llevaron al Hospital Universitario con las sirenas
sonando. Hablando de un montón de ruido por un hombro roto.
Ella dio un paso hacia mí, y por extraño que fuera, lo primero
que me vino a la mente fue que incluso con los tacones de aspecto
letal que llevaba, Summer era más baja que yo, mientras que Bash
era un buen par de centímetros más alto que yo, sus tacones se
sumaban a sus largas piernas y accionaban un interruptor para mí
que todavía estaba tratando de envolver mi cabeza.
—¿Kieran?
271
34
BASH
De acuerdo... Así que tal vez tener una excusa para pasar
por aquí sería una mejor manera de hacerlo.
Iba a vomitar.
275
—Oye, novato, coge estos contenedores y ponlos en el salón.
—Kieran hizo un gesto para que mi chófer lo siguiera, y cuando nos
quedamos solos, se produjo un incómodo silencio entre nosotros.
277
Continuara…
278