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d~d estas gcavcs lhnitadonos ·le los nacionalismos

El éxito mismo parece señ;ilar J;1 importancia central del nacionalismo,


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lo que,.¡.;imbién produjo una hi 'toriogr<Jfía en l;.i que se inlcnt;i clemos-
lr<!;r qlic así fue el caso. L:i uni 1cación se aprobó desde una pcTspccli-
va nacionalista .. y figuras com ) Bisrnarck. el emperadoi· Guillermo T,
Cavour y Víctor Manuel se cor virtícron en hérncs n<Jcionalcs. Incluso
N acionalisrno ele unificación los críticos históricos de los i1Ue\'OS Estados-nación pcrpeluaron el
cxagernclo·punto de vista del 11;1cionalisrno. Por un lacio. los excesos del
en la Europa del siglo XIX período fascista inclujernn a l"s histori'aclores a buscar hs raíces na-
ci01rnlislas del fascismo en el s gin XIX. Por el otro lado. los historiado-
res qµe sirnpalizaban con el n;:i1 1onalismo liberal o democrático radical
Con.::;iclc1·;:1n~ tres c;1so.:. de ·1;:1cíon;ilislllO ele uniíicacíón. el ;ilcm;'i.n, intentaron demostrar que su fracaso en el siglo XlX significó que los
el il;1li;:rno y el pnL.ico. Los c;1:.;os ;.ilcm;:ín e itali;rno se estudian juntos <ictualcs Estados-nación eran !e algún modo imperfectos (lo que irn-
pc rquc con1p;11·!cn nu1ncrn:-·\l1S car;1clcrísrícas. ;\¡nbos lh;vJrun ,-11>ale-
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piícaba un;i cie1·ta pcrspeclÍ\';1 de ;iicanz;ir éxiloL Las irnpcrfcccio11cs
1;1da !;1 ¡~t11.:rr<1 cn1llra 1\11str1a-l·lt11i¡;rí;1, i;i 1111il"ic1cir'111de1rn;1 serie de Se'. rclacio11;1n111 COll diversos rrohlem;is CJlll' ;ifcct;-iroll COll po~lcriori·-
[stadCJ.o; 110111111;ilmc11tc sohr:r;rnos, el lidcrJ1go ele un b;t;1do en p<irli- dad a los nuevos Est<idos. Pen' todas est;is pcrspccl ivas se 1icncn q11e
cuhr (Pru;:;ía y Pi;un,ont.c) y una apclac1ó11 a 1111a histon;:i. m11v remota zibanclonar si se argumenta q .te el nacionalismo no fue el elemento
para cnco11lr;ir en ella una justific;:ición pbllsibie. i\mbos tuvieron crucíal del proceso de uniíicac1ón. P<ira soslener lo que puede parecer
<2xito. El 111ovimícnto polaco, c11 c,1mbío. fue llluy diferente. Se produ- u n¡i. ;i rgurnen t ación poco veroó im i l, es neccsa rio cm pez;i r por· considc-·
10 en ?.ona.s ocupad::is por Estado:; ex! r<111jc1·os y, c11 consecuencia, rai· el impacto de l<Js conquislz; n<ipoicónic;is sobre ll<Jlia y Alcmani<i.
'.:u;rndo empleó la v1olcnc1a lo hi:w en forma de í11surrcccir.í11 y 110 corno El sentimiento nacional no ¡ugó papel alguno en la resistencia que
guerr;1 contra otros Estados. Su únicajustificación histórica se rcrnon- surgió en Italia contra la dom;nación francesa bajo Napoleón. Públi-
i;1h;:1 ;il reíno de Poloni;i existente en el si_glo XVI!{, y buena p;irte de su camente, la resistencia ;:ipen;is 'iÍ fue más allá ele la exp1-csión Lrndicio-
fort;ilcz;i dcrív6 ele los vínq~l.os directos-con ;iqu~I 1-cino, todavía vi- n;:il de lamento y desespc1·ació 1 <inlc la impotencia de los Estados ita-
gcn t cs. Fr;ic;1só. Y. si 11 cm ba-;·go, corno argumentaré en su momcn lo, el iíanos frc11le a la agn~sión ext;anjera. 1 Algunos Gobiernos e intereses
n;icion;:i 1ismo íue 1m mov im ien lo m;'ts poderoso y significa tí vo en el caso establecidos resistieron porqL·~ su posición se vio amenazada, pero.
polaco que en los casos italiano y alemán. Buena parte de este capítulo <le\ mismo modo, sóio se pudo «stablccer el control napoleónico gracias
se dedica ;:i cxpo11e1· esle·punto de vista y a consiclerar l<1s implicacio- a la ampiia simpatfa y colabor tción que encontró en la reorganización
nes derivadas de la argumentación. nolftica de Italia.
. L;:i. situación fue algo diícr~nte en Alemania, donde la resistencia
mili lar fue 111 u cho mús i mpor1 ~111 tc. sobre toClo poi- parte de Austria, y
Unificación Cllcrnana e italiana donde la existencia del Sacrn :rnperio Romano ofreció un cie1·to apo-
yo institucional para cxp1·esa1 la resistencia :en tén11inos nacionales.
El nacionalismo fue más importante corno producto que como cau- Pero, naturalmente, Auslria. como potencia europea y no simple-
sa ele la unificación nacional. En ambos p<iíses existió un limitado mo- mente gennánica, no simpati:.ó con la idea de acentuar el argumento {:
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vimiento nacionalista, cuy<1s grandes contribuciones a la unificación nacional. !
consistieron en proporcionar legitimación para la unidad a los ojos de No obstante, dicho argLrnYnto se desarrolló, adquiriendo una in-
oll-as partes no implicadas, así como aportar el apoyo esencial para la dudable forma nacionalista en la obra de Fichte. Ésa es la rnzón por la
construcción ele un nuevo sistema estatal. una vez llevado a cabo d acto que algunos autores insisten c11 que el nacionalismo fue inventado por
inicial de la unific;:icíón. Las inten1encíoncs cruciales de Prusia y del los intelectuales alemanes a pi rncipios del siglo XTX. 2 En el c<1píl ulo 16
Piamontc no fueron inspiradas por el nacion31ismo, que lenfa poco consideraré el aspecto intelcct ual ele este argumento. Por el momento
atractivo popular. L;i importancia política del nacionalismo fu0 algo sólo adrnitii·é que la combinación de una respuesta intelectual contra
basl;inte clikrcnte a las ideas románticas y étnicas tan subrayadas el racionalismo de h Ilustrat 1ón y una respuesta política contra ci
después por los historiadores intelectuales. éxito francés produjeron ideas nuevas y auténticamente nacionalistas.
El éxito ele la unificación, sin embargo. osctffeció con posteriori- Pero·el tenw principal que no; ocupa aquí se relacionr. con !<J política

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cfcctiva v, dcsdc csc áJ1gulu, t.:! m1ciunalis1110 pan:cc mucho menos im- Los Estados existente,•: est<1ban pri.:parados para utilizar las capaci-
portante·. P;.ll"a empezar, las ideas naci~nalislas ro!11ántic:.is y étni~a.s dades de hombres como Stcin, e incluso la retórica de una causa ak-
elaboradas entre 1800 y 1815 se mantuv1ernn en margenes de la pol111- mana, aunque de un modo muy limitado. No obstante, sus objetivos
ca pnktica. Como consecuencia, quienl!s abogaron por ellas hicieron fueron enmarcados en términos de intereses de Estado, y ejercieron un
bien poca cosa en el aspecto de la organización política, y ;10 l_ograron firme control sob1-e la conducción tk la guerra ;
contra Napokón, así
dt::sarrnllar ningún obj<::tivo político pr<::ciso, por lo que tales ideas no como sobre los acuenJos diplomáticos que siguieron a su derrota.
fueron 111ús que vagos idc:aks de intclecluaks aislados, al menos dcsdt:: En cuanto a Italia, fue una figura napoleónica, Mura t. instalada como·,
-.:¡ d punto de vista político práctico. Las grandes organizaciones :~1 ~as rey de bs Dos Sicilias, quien primero intentó utilizar la ide<t de la re-
que se í11corporarun :.:stos puntos d.; vista fueron grupos d~ mil1c_1as si:>tencia nacional como medio de movili:r.a1· la oposición contra bs
colllpromctidos con la expulsión de los franc~ses ~le ~lcma1:w, o bien fuerzas austriacas y brit[u1icas que avanzaban. El llamamiento no tuvo
socil!dndcs gimnásticas y fnlll!midades estudiantiles involucradas en ,r éxito, aunque fue un indicador de los sentimientos francófilos de bue-
actividadcs físicas y litcrarias supul!slami:nt<:: reprc:sc:ntativas de: tra- •,. na parte del posterior nacionalismo_italiano. ·
dicioncs y valon.:s 11acio11aks. La contribución militar de los grupos de El Congreso de Viena, en el que se formuló el establecimiento de la
milicias fue insignificante, corno lo fue, en general, la de las fuerzas Europa posnapokóníca, h;:i sido tachado 1;on frcc;1<::ncia como rL'accio-
voluntarias: Napoleón fue derrotado por ejércitos prnfosional<::s leales nario y antinacionalista. Pao estos,juicios parccJf'i eITóncos teniendo
a los distintos Estados dinásticos. Por su parte, los ejércitos napoleónicos en cul!nta que l!I n;:icionalismo nunca jugó un papel imporlanll: c11 los
incluyernn cuntingenl<::s al<::mani:s procedentes de Estados que colabo- acontecimientos que condujeron ,a la celebración del Congreso, y que
rarou de buena gana, y bajo el auspicio Je Fr::inci:1, en l:t rccn·~;~rniz:1ción los resultados obtenidos en él no hicieron más que confirmaren buena
de grandes territorios de la Alemania occidental. 'l
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medida los cambios ocurridos desde J 789. Ése es, en particubr, el c~1so
El compromiso con la causa de «Alemania», antcs que con la de Aus- ,• .
.::.: de Alemania. El Congreso aceptó la .sirnpliiknción napoleónica <le Alc-
tria, Pcusia o Bavit:ra, existió fuera de las filas de los nacionalistas ro- niani;:i en decenas, en lugar ele cic1.;fos de Estados, y resultó ¡)articular-
mántii::os y étnicos, y fue de una mayor importancia política, como de- menle notable el que se descuidara11 !.::is intereses católicos, sobre todo
muestra el caso de Stein, el ministro reformadoc de Prusia en 1808-1809, en lo relacionado con la n<::gativa a restaurar los principados eclesi{1s-
comprometido con la causa alemana, que desarrolló sus actividades ticos. Tampoco emprendió ningún !ipo de acción contra los principa-
antifrancesas al servicio primero <le Prusia, luego de Austria y final- les colaboradores y beneficiarios del control de Napoleón sobre Alema-
mente de Rw;ia, según cambiaban la oportunidad y las exigencias de nia, tales corno l3avicn\, 13adc11 y Würtlernberg. /\un cuando después
la siluadón. Pero la visión que tenía Stein sobre Alemania era muy tlt! i S l 5 los Gobiernos S<:: enfrentaron con rapidez a los grupos naci0-
distinta a la de Fichte, Arndt o Jahn. Para él, Alemania era una uni- nalistas románticos, la consolidación de b nueva situación proporcio-
dad territorial histórica, expresada en forma dt:: Sacro lmperio Romano, nó una organización nacional más electiva que nunca. La Conkdera-
que él deseaba ver continuada, en alguna versión reformada. vincula- t:iórt Ali:mana, con todas sus limitaciones, fue una institución mucho
da con Prusia y Austria. Sus propios orígenes corno caballero imperial más efectiva que el viejo Sacro Imperio Romano. siempre y cuando es-
pudieron haberle conducido a a<lopta1· dicho punto de vista, apartado tuvieran de acuerdo Prusia y Austri;i, los dos Estados dominantes ele;
de los intereses de cualquier Estado tcn-itorial en Alc.:mania. la Confederación. ya que ofreció una íorma efectiva de seguir políticas
Pero los hombres como Stein sólo alcanzaron efectividad al servi- que abarcaf!,\n a toda Alemania, y se ulilizó para inlen•eni1· en los asun-
cio de tales Estados. El programa d..; reformas aplicado por S,tein en los internos de otros Estados al<::uw1ks.
Prusia pudo haber tenido una dimensión alemana por lo que a él se re- De bec!to. fue esa eFec!ívidad la que rcpresenló uno de los rn;:iyores
fería, pc:ro la mayoría de quienes trabajaron con él vieron la situación estímulos para ia creación de una oposición nacipnal después de 1815.
en términos de regenerar a Prusia, situándola en una posición en la que fo que tuvo mucha mayor importancia que las pfocupacíones intelcc-
íuera capaz de sacudirse la domina.ción francesa. De hecho-, las refor- luales por el nacionalismo romántico y étnico. 'Jln los Estados alema-
mas llevadas a cabo por Stein y sus colegas en Prusia contribuyeron nes más pcqueiios la oposición política ya estaóa más avanzada que
más a promover un sentido de lealtad nacional prusiana que de nacio- t~;:l Prusia y Austria, debido c:n parle al impacto <le las reformas y la in-
nalismo alemán. El desarrollo posterior de una demanda de refornrn fluencia francesas. Es más, estos grnpos de oposición, formados por
nacional a nivel prnsiano se debe analizar en términos similares a pequeños grupos dt:: funciona1·ios, algunos nobles, hombres de nego-
los utilizados en el capitulo anterior para los casos de Inglaterra y cios y profesionales ele carácter liberal. luviaon opo:·tunitbdcs para
Francia. expresarse gracias a ias limitadas concesiones conslítucionaics c'd in- ,

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mediato perfoclo posl'.:rior a J 815. Eso ;:¡yudó a crear una limíu1da opí- En Italia esta combin;:¡ci<)n de libc1·alismo y nacion;_ilismo fue mu-
nión plihlica que simpali?..ó con l;:¡ reforma liberal. así como con un cho méÍ.S débil-y localizada. Allí no cncontrnmos un equivolcntc de la
cí1-c1.iio mucho más rcducidrJ en el que se exponían ídcas más radicales. Confedernción Alemana c;:ipaz ele representar un nivel nacional de ;:¡c-
Al principio, estos grupos reformistas no fueron nacionalistas. y con- ción política, y de eslimular z, 1 mismo tiempo el movimiento ele una
centraron su atención en cada uno de los Estados donde actuaron. Pero oposición hacia ese mismo niv ~1. Por olro lado, existió un fuerte rcsen-
el empico de la Confederación corno un instrumento de intervención· ti.miento contra Austria, particularmente fuerlc en las zonas ocupadas
contrn cualquier lípo ele reforma con.stitucion;:il en los Estados alema- directamente (Lomba1-clía y Venecia), aunque también se extendió a
nes obligó a los rcfonnaclorc.~ a reconocerle una dimensión nacional a otras parles. Sin embargo, no cHJc enfatizarse en exceso el grado de opo-
su propia actividad. Se cstziblccicron entonces conexiones provisiona-
les cnt re los rcfo1'm;:idorcs de los dikrcntcs Estados. así como en el exi-
sicíón contra Austria, dcbilitaclo en cualquier caso por la falta de orga- ij;
níz;_ición y la división interna. La nohlcza liheral lomharcla, por cjc;n- ij!
lio. i\nles ele 1g,18, la organización efectiva tuvo un éxíto muy limitado plo, descmpeiió un pZ!pel cli1-íg 'nte en la crítica conlrn /\ustría ya antes ~¡¡
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rn;'is all;i de c:-icl;-i Estado concreto, ;:iun cuando existió y en l 848 surgió el~ 1848 y luego, en la n:'.vol uc1 •:in ele l 848- l 849, buscó e 1 1i clcrazgo del
de cll;i el lidcrt\7.go de un n10\'Írnicnto nac!on~L P1amonle y la creación de un;_i dinastía p1a111on!esa en el none ele fta- li'
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L1 n\r;i. g1·;:111 f11cnlc del movimícnrr n;,cional e!l /\lem;,ní;:¡ ;,nterior lia en la que puclier;:i juga1· un "Dpcl imporlanle. Los oponen les libera- R;
a 18'!8 fue la existenci<i ele una nposíció11 política clenlrn de Prnsi;i. /\un ül
les de i\uslría en Venecia se 11 'Jslr<iron entusiasmados crn1 la nolíl1ca Jj
cu:rndo dc:--.p1H;~; ele 18 \ 5 el rey ele Prusia no ics había g;1ranti?.ado ;i sus liberal del nuevo papa, Pío IX. aunque también pensaron en in, 1·esta11- Ir.
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sC1bclítos u11;1 const1tució11, el Gobierno síp1ió una polític<i qllc f;1vorc- ración de la República, 0boli, la en 1797, Los oponen les radiczdcs de 1\1
cicí el sun.;1micnlo de un rnov1rnicnlo de-oposición liber<:ll a 111vel de
i()dn el 1:.,'!:1dn L:i.s politíc;1s de lihcr:d1';111n :1clrnínisl1·ath·o y econó111i-
Pi zi 111011 le, /\usl ría y 1a Tg 1es i;i r :i tól ica pcns;iro11 a rnen u do en té r111 i nos .
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de rcform;-i :d nivel de los EsL:i los ínclivicl11aks. y si cr)ncihicrnn ;ilg 1'111 ifi¡;
co <iyucbrun a crc;1r r~rupus de empresarios y funcion<irios de rncnlali- l1po de orga11i7.ación política 1 a liana, la vieron en lén11inos fcderzilcs,
i!r
claci" lihcrZ1I. El cstZ1blcc11111e11to ele 1111 s1sle111a ele dictas provinci;i.lcs que conside1·aron como los m; s ziclccuaclos p;-ira ;-iciz¡plcirsc z¡ lns tradi- ,,
p1·oporcio11éi ;:i t;dcs grupos un<:l limitada platarorma a pZ!i-Lir de la cual ciones políticas italianas. :~;

desZ11Toll<tr una cooperación limitada y unos objetivos políticos m;ís LZI debilidad, la división i 1terna y la i1np1·ecisa organi?.ac1ón del
precisos. L1 c:onvocalori;:i de una Dicta Unida en 1847 permitió que este li.
¡:
n;:¡cionalismo liberal. incluso e 11 cornpz¡1·ación con Alemania, ayudaron !1;
proceso av;-inzzira un paso m;\s. El movimiento liberal apoyó numero- a clest;:icar el papel del nacio11al ismo radica l. Esto quedó exp rcsaclo,
¡;

sos aspectos de la polílica pnisian;1, tales corno J;i creación de una unicín sob1·c lodo. en los puntos de v :stZI y acciones ele Mazzini, quien abogó
acluanerJ, que conl1·ibuyó ;:i unir a b mayada de los E.slZ1clos alcm;ines por un auténtico nZ1cionalis111 i. C1-eía que Europa estaba dividida en 1

.P ;1 principios de b clécZ1da de 1840. Se consideró esta unió11 ;:iclua11e- clistínlas nacionalidades y que el es!ablccimicnlo ele un;-i serie ele Esta- •;':•
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ra como la b<ise inslítucional sobre b que poder cre;:ir otrZls Íorrnas ele dos-nación expresaba lanlo l 1 voluntad de Dios corno la del Pueblo
cooperación. y se creyó que un Gobierno prusiano ele carácter liberal y
í;j
(una palabra que él escribió f1 ccuentcrnentc con mayúscula). Trabajó ¡,:¡
consl.ilucíon;il serfri el mejor para llevar a cabo una política que pcrsi- de un lJJOclo incansable y valcrnso por alcanzz¡r su objelivo nacionalis- '·
·}~
gqicra estos puntos de vista. Del mismo modo, en e! crccienle cornprn- la.,Antcs de 1848. una buena pzirle de ese trabajo consistió en activida- I\'.
miso de Prusia en otras partes de Alemania se vio un mayor estímulo des de tipo conspiratorio, a 1111:nuclo con gn.1pos mucho más opuestos a .,
11
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para la causa liberal dcnlrn ele la propia Prusia. En consecuencia, csle ÍZI restauración existen le en e derminados Estados que comprometi- ·¡:-
1
movimicnlo liberal z¡nhelaba que se produjern un avance gradual hacía dos con la idea de una llalia 11t1ida. La inspirnción ele Maz?..ini Je per- !'O'


Jz¡s instituciones liberales y los compromisos sociales en los que los ni- mitió crc;:ir un pequeño grupo ele seguidores, y procurarse una amplia
,.
veles ele acción pnisiano y alcm;.\n actuarían conjunt<:ldos, n::forz;indo, reputación, aunque tampoco debernos 'exagerar la iníluencía clirccla 1:i
1
se mu tu<:l rnc11 le. Las mayores el iícrcncias c11 lrc 1ZIS oposiciones libera- que cje1·ció sobre la política ¡(;·diana. Su visión de la nacionalidad f."

lcs de Prusia y de los E~tados alcm;_ines rn<ís pcqueiios se produjeron


(1
comQ expresión ele la voluntad Jci pueblo Z!partó a figuras como el papa };
en la evaluación sobre el papel del Estado prusiano, que fue mucho m;'ís ¡;
Pío IX y a Carlos Alberto de Pi imante. Pero, al mismo tiempo, Mazzini {~·
positiva para los liberales prnsianos. Po1· Liltirno, se debe resallar el
hecho de que estos puntos de vis la aún eslaban en proceso de formación
no formuló ·antes de l 848 un programa económico práctico, capaz de r·~:
I'

atraer el apoyo de la clase me lia, 01rn progrnma de reformas sociales


en 1848, se h;:ilbban co11fi1rndos a pcque11as ellles, só[l) cslaban organi- que hubiera podido atrae:- el 1poyo popular para su causa. De hecho, '
,•1.

zados cíe modo muy impreciso, y cocxíslían con otras muchas corrientes los radicales ele la época le cr licaron sus puntos de vislZI h1crlemenle ¡!;
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de pensamiento político en las que no habb una dimensión nacional. antisocial islas y el conslanle 1:nfasís que puso en las obligaciones, an- l.~·

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tes que en los derechos. Por último, su. compromiso con la unificación accpló el liderazgo militar del Pia111011ti.:. En general. la revolución en
sin la intervención exterior eliminó un 111edio de ejercer presión sobre Venecia apenas si tuvo en cuenta bs necesidades venecianas y notar-
Austria-Hungría. Su nacionalismo puro no pudo convertirse en el ele- dó en quedar aislada. Müs tanle, hubo muy poca cooperación con Ja
meuto central de ningún movimiento político significativo debido l, República en Rorna. ckbido en parte a que a Man in no le gustaba su ra-
pn:~cis<ih1enle a que no tuvo atractivo diplomático, dinástico, liberal o dicalismo social y a las i.:spernnzas que había puesto en algC1n tipo de
¡; .
;,

.¡¡. popular. No obstante, su inlluencia llegó a ser mucho más importante ~' ; solución diplomática en la que Francia tornaría Ja iniciativa. Por Jo lan-
·r; en situaciones de incertidumbre o desespcrnción, como en Milán en lo, la Rejl?1blica romana llevó a cabo su propia revolución en una si-
il... marzo-abril <le 18-18, o en Roma entre noviembre de 1848 y junio <le 1849 . luaeión de aislamii.:nto con respecto a íos otros Es lados ilal in nos. En ci
::¡ El repentino colapw político df pI"incipios de 1848 tuvo muy poco reino de Núpoles no se produjo cooperación alg1111a entre los grupos di.:
·¡
qul' ver con el nacionalismo. Claro que el senlimienlo aotiaustdaco fue la oposición del cunti111.:nte y Sicilia. De hecho, los liberales napolii:.-
~} 1,;:
:i de gran importancia, tanto en I..ombardía como en VeneCia, pero los =··· nos apoyaron la supresión de Jo que se collsideró como un rnovi111icn10
aCOllkdmientO:i posteriores di.:rnostraron Jo difícil que resultó canali- separatista siciliano. Todo ello no es nada sorprenden l..: en una penín-
zado en una din!cció11 nacionalista positiva. No obstante, el colapso ~'tda en la que no se había experimentado la unidaJ polític:l cksde lus
político creó un vacío tempornl de poder, lo que proporcionó a quienes Aiernpos dei Imperio romano, y en' la que, en consecu:::ncia. bs C11iicas
persi.:guían objdivos na~iunalistas la oportunidad para intentar llenar- influencias políticas realmente a1'nplias habían siJo controladas por
lo. Lo asombroso fue el grado tan limitado de ¿x_ito que alcanzaron. los imperios extranjeros o poi· el pontificado, y donde, además, el mo-.
En Italia, cada uno Je los Estados separados siguió su propio cami- vi111ienlo nacionalista no estaba relacionado con intereses irnponan-
no. No se estableció ninguna organización polílica a nivel de toda Ita- tes o populares. Lo sorprendente es que algunos observadores creye,-
ki. La fusión de Lombardía y Venecia con el Piamonte fue la única ex- ra11 posli.:riormen!e que el nacionalismo tuvo una gran importancia. o
cepción, pero este logro brevísimo apenas si estuvo relacionado con que consideraran su fracaso como.algo qui.: exigía una elaborada expli-
los propósitos nacionalistas. Desde ei punto de vista del Piamonte se cació11. No querernos decir con ello que el fracaso de b revolución en
trató en pa1·tc de una cuestión de i.:xpansión dinástica. y t:n pa1·tc <le Italia, que podría liaber reducido el nC11ncro d..: Estados, fuera algo ine-
una preocupación por suprirni1· las tendencias i-adicalcs en Lombardía vitable, porque no lo fue. En el vera110 de 1848, el régimen austriaco
y Venecia. En Lombardía, y en muchas e.le las provincias de Venecia, parecía halla1·sc al borde de la disolución y hasta los rnicrnbros ele su
la clase dirigente local lo aci.:ptó en estos térl'ninos, y también porque propio Gobici'no consideraban perd.i<.la la Lombardía. Pero la.fuerza
luchar contra los austriacos contando con el ejército piamontés (y con del 11aciünalismo italiano no fue una de las ra;wnes de esa crisís, y lo
otras fuerzas regulares como bs de los Estados pontificios y el de Ná- impor!atlte para i.:l éxito de la co11trarn:volucíó11 no fue la ckrrola del
poles) era rnuclio menos peligro.':''º que imponer algún tipo de /evée e11 nacionalismo en Italia. ,
111asse, con todas sus implicaciones radicales. Los radicales lombardos En Alemania, el nacionalismo consiguió mucho más porque fu..:
y vénetos si.: opusieron a la fusión precisamente por las mismas razones, posible co11slruir a partir de las insliluciones 11ncio11r1ks ya existcnlcs.
pero ellos l<~11ía11 muy poca influencia política y los plebiscitos apoya- y de los lazos di.: la oposición po!ílica que éstas habían estimulado. Las
ron la fusión Je un modo abrnmador. Los radicales de Milán se sintie- elilcs liberal y radical formadas antes de 1848 organizaron en lada la
ron descorazonados ante el consejo de lvlazzini, en abril, de aceptar el Confederación elecciones ;ti Parlamenlo nacional, qL1e ::;~reunió en rnayo
liderazgo piamontés de la revolución y abstenerse d..: proclamar una de 18'18 en Frnnkfurt del lvfain. Su tart:a consistió en redaclar una
república en Lombardía. Pero Mazzini había confiado en poder retrasar constitución para todo el Estado alemán. La mayoría del Parlamento
el plantearnjento de las cuestiones políticas hasta que e! norte ele Italia era de orientación liberal, a pesar de .que existía una grnn divcr·siclad
estuviera militarmente seguro. En consecuencia, consideró.como una dentro de esa mayoría libe1al. cuyos miembros no habían luchado de
traición a la causa nacional la intención de Carlos Alberto de conseguir un modo organizado por ganar las eiecciones, sino que sc trataba más ·
la fusión política, aunque para entonces ya poco pudo hacerse para bien de grupos de figuras notables de la opos~ción envi~Hlas como lale;,
evitarla, ya que los radicales tenían menos influencia de la que tuvieron al Parla111enlo. Durante 1848 hicic101, muy pocos progresos en cuan lo
en la insw-reeción en Milán, durante el mes de marzo e irnnecliatamen- al desarrollo de una organízación (1t: pan ido. Consideraron qui.: su t;t-
te después. n:a consistía en redacta1· una constitución y hacerla entrar en vigor
Venecia fue el otro posible centro nacionalista radical en el norte por medio de la coopc1·acíón con los nuevos 1·egírne11es aparecidos en
de Italia, pero Da niele Man in. el lídci- de la revoluclón veneciana, aun los diversos Es1ados alemanes, particularm..:nte en Prusia y/o J\uslri~'.I
siendo una figu1·a genuinamente popular y un republicano, tamliién Eran sospechosos de seguir una poJílica de 111as;1s. y poi-ello no in1c1:;_

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taran cre;ir gnipos popÍ.ilarcs ele seguidores, cuyo apoyo les habría Entre los hístori<iclorcs cxis e una import;:inle diferencia ele opinión
perm i l 1do cici-~a independencia ele los Gobiernos esta la les. La 111 i no ría en cuanto a qué cbsc ele n;:icic nalismo renrcsent.ó el P;:irlamcnto. Los
radical consicÍc·;-ó la enli'ada en vigor <le una constitución corno algo a liberales de la asamblc;:i fueron ::onsiclerad~s duran le Íilrgo tiempo como
conseguir por mcclio de h presión popular, por lo que avanzó m;:'ts en irre;:ilistas yío como que cxpre ;aban una sede de valores muy conlra-
cuanto se rcíierc a la creación ele organizaciones políticas popul<ires. ríos a los desplegados por los regímenes nacionales establecidos con
Pero l;:i rn<iyo1· p;1rte de Lodo cslo se organizó a nivel eslataL y no m1cío- poslc1-ioi-idad en Alemania, en rorma del Segundo Imperio y el Tercer
na l. En general, hubo pocos in len los por desarrollar u na organización Reich. En 1944, sin embargo, Namier argumentó que e! Parlamento
política ~1;-icional en Frank[urt, y de ese modo se dilapidó la inmensa de Frankf-url había dcfcndiclo !os valores nacional islas centrados en el
;n1lor1d:icl mor;:il otorg;1ch inicialmente a la As~1mblea. En co11secuen- idioma y el poder, convirtiéndolo ZlSÍ, según dicho autor, en un prccur-
c1<1, rcsuila problernólico dctermina1· hast0 q11é punto el Parlarnenlo sm-dc esas formas posteriores le nacionalismo-' Seg1'1n he ;:irgumcnt<i-
cíe Fran!Jun fue !el ccnirl) ele alr~Lin típo de mn\'imicnln 11;.ic1on;1list:i. o do, ei tipo ele n;:icionalísmn re :0ltado por los historiadores, en base a
se tr;1lrí 111<1s bien de un Íoi-rJ p;1ra la exprcs1rin de puntos ele vist;:i sobre su significación posleríor. no tuvo ninguna ímporlancia pr<1ctic<i en
la u1cstión nar:íon;:il. Alemania h<tst;i l 84.'I, poi- lo q 1c ,<;cría muy difícil <iccpl;ir l;:i posición
!\'Iicn! r;1.s :.~!flujo de !o~ ::co11!cci111icn!c)S seguí~ su curs0 i:n Prus1~ y de Nzin1icr Es por ello 1n1porL nlc considerar este zirQun1cnlo con n1J- '

i\\lst r1;1 d11r;rnlc el vrr;1nn de l 8 118, l;i 111;-iyorí:i lihcr<1l ele! PZtrl;:imcnto yor detenimiento. ~. 1:
t11vo la 1111prcs1ó11ele110 poder actu;:i1· C'/11 cfcctii'íd;1d debido ¡1 la Í<ilt;1 ¡1,
Cu;:indo se estudian los del :1tcs y decisiones l1Jmadas por el Paria- ~;
de lo<; 111'.;lr1:i11cnlos ;1prop1;1clos pzira C;)n.scguirlo: los Gohícrnos csla- menlo de fr;111kfurt en 1348- l; •19. se ponen ele manifiesto t1n3 serie ele t.;~
1:1lr-.;,. L:-i rcc11pcr;1c1ó11 s1111uit;_íne;:i de l'rusí;:i :v 1\usln;1 (.lt1;·;1ntc d otoiío cos;1s. En primer lugar. 1<1 asa1 1bk;i dedicó la mayor parle de s11 lic111- [¡
!i-
tuvr) el declo ele cliv1clir ;1 I;' 111;1yorfa libcr;il entre bs pnlít1c;1s que rc- po y cncn;í;i ;i l ;:i Const í 1ucic'111. l .. Zts c11est iones cc11 Ira les pi;:¡ 11 tcaclas pnr ¡i¡
cu1-ricr11n :1 T1n1s1;1 y bs q11': lri hicieron ;i ,1\11:;1r1:-i. Los r0dic;ilcs rz¡vnn>
cier<J111.111<.l sol1.1ció11 ele la «pequcü;_i 1\lcm;:i111a», medi;mlc la que se ex-
ésta íuenm l;1 deterrni11aciú11 t'r· qué clcrechus dchía11 clisírutar ios ci11-
daclanos del nuevo Estado y q 1é esln1clura política dcbí;:i tener dicho
;r
cluía a r\uslria del nuevo E.sl0do-n0ción y se e11t1-egaba b dignidad ele Est<:iclo. La asamblea tamhié -, se ocupó ele las cuestiones políticas ;:·
¡)
l.!:
crnper0d0r ele 1\kmaní;i ¡1 la monarrt\lía pn1síana. Pero dieron eslc ;:ipo- pl0nleadas por la rivalidad ex slenlc entre Prusia y i\uslría. En segun- fí:
1~¡
vo ;:i c;:imb10 de 111coi-¡)or;ir en la Co11.slitución cíe1·tas c<:iraclcn"slic;:is do lugai-. se planteó una cues\1,111 ele delermin;:ición de las íronlcras del ¡;¡
.r;:idic01cs sobre cuestiones l;:iics como el derecho ele veto del ernper;:i- nuevo Estado-nación. Sin duc ;i alguna, la disputa entre la af'cqueíia w
f,
dnr y b Ír;inquicía par:1 p:1rlicip;:ir en h elección de la cóm;ira baja. i\lcm;:inian y la «Gran r\lcm;:in .1n surge menos de las diícrencias sobre \.

Est.a s1lu~1i::ión. junto· con los temores ele que esl<:ilbr;:i una guerra con lo que era Alcrn;:inia y mucho m;:'ts de la cuestión ele sí"" íavo1·ecí;:i el t'.
r.

Austria. indujeron ;:i Federico Guillermo 1\1, 1·ey ele Pn.1sia, a recha?..;ir
la Conslilución. Al verse privados del apoyo eslalal, los clcíensorcs li-
liderazgo prusiano o auslnaci 1 dentro ele una Alemania unida. Optar
por la «Pequeña Alcrn<:inia,, nll era garantía de que nadie Íllera más o
e•
.
'!'.
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d:
berales de la Constitución renunciaron a sus cargos. Algunos radicales menos nacional isla. l:i
¡¡1
ofrecieron una resistencia t;-1; ''·•en f~vor ele la Constitución imperial El punto de vista de la as0111blea, rcílejado en los clch;:ites y final- ¡;;

en Sajonia y en d sudoeste de J\lemania, pero las tropas prusianas los


rep{-Í1~1íeron con facilidad.
mente expresado en la Constíl11ción, Í1.1c el principio general de que se
deberí¡m to1rn:ir las fronteras ele la Confederación Alemana como lími-
t
r,;;
~!

. 1\l igual que sucedió en Italia, no fueron simplemente las divisiones les,dcl nuevo Estado alemán. Dentro de ese Estado, la nacionalidad se ~L
...
. entre radicales y liberales lo que tanto daño hizo a b causa n;:iciona·lis- definió en términos de ciudad< nfa_ Se 1-cconoció la existencia ele mino-
1:
t;:i. Los nuevos regímenes de los diferentes Estados Lendí;:in ;:i concen- rías li.ngüísticas (aunque sus riiembros serían alcm<:ines en el sentido !·
\
trar-se en sus propios problemas, hasla el punto ele rechazar los puntos político del término), y se•lcs hicieron concesiones especiales de tipo ~!.'
.~.

ele vista con valores similares a los suyos expuestos en ci P0rlamcnto cduc3tivo.
de Frankf-urL Y sus decisiones eran las úníc;:is que contaban, al menos , En otras palabras: las íonr as en qu~ se determinaron las fronteras
¡,''
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micntr;:is los Gobiernos estal;:iles continuaran controlando los ejérci- del nuevo Estado, así como les der·cchos a clisfrnlar por los ciudada-
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tos. Además, los parbmentarios ele Frankíurl se dividieron no sólo en nos. no hicieron la menor rcfe1 encía ni al idioma ni a los criterios étni- 1•,
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cuanto a la dctermin:ición ele lo radical o liberal que debía ser· el nuevo cos. Se concibió Alemania con 10 una uniclad.territoriai histórica dota-
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Estado-nación. sino también sobre olros valores corno la religión o el da de un sistema político ya c·n funcionamiento, aunque imperfecto. j\.
Estado que los iníluía. Así, por ejemplo, los nidicales y los liberales aus- f..os miembros de la asarnble.1 reconocieron que la cultura alemana !/:

triacos de la asamblea rechazaron la solución de la «pcquefía Alemania».


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había jugado un papel ímport;'nlc en la creación de la sítuación acf.twl. :H

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i pern no se consideró al nuevo Estado coh10 l::i expresión política de esa se opusieron a lo que consideraron como una política blanda y peligro-
ickntidaJ cultural, por definida que esluvi¿i·a. sa que había entregado lerdtorio prusiano sin ninguna necesidad.
Si esto fuera lüdu lo li111damcntal del tema, resultaría fácil rccha- Únicarnentt: la primera de estas presiones se puede describir corno una
.. za1- la posición de Namier. S...-: podda emprender un debate sobre el forma de nacionalismo alemán, y esa actitud tuvo una importancia
:
¡ rcalbmu polilico, d cornprorniso y el valu1· de los liberales alemanes, subordinada.
' :pero eso no es tan importante en este caso. Lo venladen:1111ente impor- En estas circunstancias, la idea de la partición representó un com-
·tante aquí es la calidaJ Je su nacionalismo. promiso entre la política original y las subsiguientes objeciones que se
Dos aspectos pari::cen apoyar el argumentq de que el nacionalismo le opusieron. Fue así como surgió la idea de aplicar una partición ba-
de los lib...-:rales alemanes en 1848 no..fue realmenlt: liberal: las dispu- sada en el idioma. De hécho, se abusó dd criterio lingüístico (ya difícil
tas relacionadas con Schleswig-Holstein y con Posnania. E;n ambos de aplica1.debido a la división existenie entre una población urbana
casos, el Parlamento de Frankfurl apoyó las c.kmandas planteadas por de origen alemán, y una población rurnl de origen poiaco), y d peque-
los habitantes de lengua alemana de zonas situadas fuera ele la Confe- lio territorio dejado a los polacos flíe menor de lo que debería haber sido,
deración. El hecho Ji: que lo hiciera así y la forma en que algunos e incapaz de mantener una existencia independiente. Mús ta.rcle, con d
miembros de la asamblea elogiaron los derechos alemanes, la cultura éxito de la contrarrevolución, Posnania fue recuperada corno un todu e
alemana y el poder alemán, se utilizarían después para apQyar el ar- incluida en Prusia.
'· gumenlo de la existencia de un nacionalismo intolernnle en el seno de • Las políticas descritas basta ahora co1-responden a las dd Gobier-
la asamblea. Me concentraré aquí en el caso de Posnania, ya que implicó .no prusiano, más relacionadas con los intereses prusianos que con los
.,.,

el trazado de una línea de partición sobre la base del idioma, una ··:1kmanes, por lo que se las pucdt:·cornprcnder sin introducir la cues-
g pt"jcfict b~istallle habitual en d siglo XX, en el que se han equiparaJo tión del nacionalismo alemán. NQ obslante, el Parlamento de Frank-
~I con tanta frecuencia idioma y nacionalidad. furl debatió ia cuestión y ckcidió en favor ele la partición final. Es'
Muchos liberales prusianos simpalizaron con la exigencia de res- cuestionable que esto tuviera algún cfeclo práctico. Pero durante el
1 tauración del Estado polaco. Desde la de1Tola del levantamiento de transcurso del debate, algunos ar.adores defendieron la partición en
1830-·l 83 l en la Polonia del Congreso, que se encontraba bajo control términos nacionalistas. El discurso de Wilhelrn Jordan fue particular··
ruso, la causa polaca había adquiddo popularidad entre los círculos rncnlc elocuente sobre la superioridad de la cultura alenrnna en las par-
liberales y rat!icales de la Europa occidental.~ En la primavera de tes orientales de Europa. sobre la misión civilizadora de los alemanes
1848, el nuevo Gobierno prusiano, de carácler liberal, permitió cierta en el este, y sob1·e los derechos debidos al poder. Fue un disctffSO pode-
autonomía a Posnania, con la esperanza de contribuir así a la causa de roso, aunque nada atractivo, que se burló de muchos de los tan q\1e-
la restauración. En ese momento no se planteó la cuestión de la exis- ridos valores liberales. Finalmenk, se aprobó la partición. Buena
tencia de una población de habla alemana en el gran ducado. No se con- parle de la argumentación de Nar;·1icr se basa en los sentimic~:,tos
sideró que el idioma tuviera importancia alguna para la política, y d expresados en el debate, como los de Jordan, y en la decisión i:"nal
nacionalismo se entendió en términos exclusivamente territoriales de la asamblea.
históricos. Del mismo modo, es los liberales prnsianos no viernn que la No obstante, Jos puntos de vista de Jordan no eran típicos. Él había
causa polaca cueslionarn el gobierno prusiano al este y al oeste ele Pru- empezado como radical, pero se había desplazado cad~1 vez más hacía
sia, donde había grupos sustanciales de poblp.ción de habla polaca. Vale la derecha. La mayoría de la izquierda radical se opuso a la parti1~íón,
la pena rcéonJar aquí que el planteamiento inicial del problema en y fue uno de sus miembms, Robcrt Blurn. quíén expuso con claric',1d la
Posnania, en 1848, ft:e el compromiso de los liberales prusianos con c0nlradicción existente entre el principio étnico y el t~rritoría! hi::;tóri-
un nacionalismo polaco no étnico. co Je la nacionalidad. Muchos de los diputados del centro y de la dere-
Por diversas razones, el gobierno prusiano no lanló en abandonar cha volaron a favor de la partición porque no deseab~rn aclu~ll' en conlrn
el apoyo a la idea de la restauración de Polonia, lo cual dejó al gran du- de la política prusiana. En cualquier caso, corno Posnania no pertt:ne-
cado en una especie de limbo. Es más. hubo presiones exigiendo la rein- cía a la Confederación, se pensó que el tratamiento que se le diera no
corporación Je .Posnania a Pntsia. Los habitantes cf,~ habla alemana al"cclaría estrictamente al lema de bó. fronteras de un Estado a_lem:'.r.
del territorio protestaron contra su transferencia al Estad9 polaco. Más tarde, al plantearse la cues!iln de Schleswig-l-folslein, fue la iL-
Otros argumentaron acerca de la importancia estratégica que tenía la quíerda radical la que se mostró más "nadonal is! a". y la derecha Ja
fo1·taleza <le Poznan para la defensa conlra Rusia, sobre todo sí no se que lo fue menos. Pero, en esta ocasión. Prusia se había puesto del laclu
creaba un Estado polaco capaz de actuar conw ·arno1Jiguador, Otros antinacionalista, y el principio se .debatió en ténninos de derecho e

·•
82 83
híston·;:i, y no en Lc:r111i11os de idiom;:i. 1\sí pues, en lug;:¡r de Z1dscrih1run ya es otra cuestión. pueslo c¡u~~ ;:ic¡uí hubo otrns lemas distintos al na-
solo sentimiento n:icion;:¡líst;:i dominante a la asamblea. se clcbe n~co­ cionalismo que jugaron un p::ipcl más impo1·1;inle. Esta conclusi<Ín no
noccr h v;i1·íed;1d ele prí11cipios implic;Jdos en e! lema. los ;1svcctos debeda sorprendernos si no' onsíderamos el nacion<llismo como un
p1·;1g1nál1cos dc:l uso del idioma y el ;ipoyo de ese uso en rclcicíón con sentimiento natural. o como ;11 ernbri;:ig;:iclor breb;ije c¡uc resuila ser
Posn;:inia. <isí como el p;:ipel 1·c.:;l.1:ingíclo c¡uejug;:iron estos lem<l~ entre irresistible para la gente que h prueba_ A una pobbción ;:impliamcnle
l;:is preocupaciones de l;:i as::unblea. c<1mpcsina. con unas comuni<:aciones limitadas, muy poca participa-
El Zlsunlo ele Posnania [uc único. La ídcci ele uliliz;:¡rel idioma co1110 ción política, y cliviclicla cntn una mulliplicicla<l de Estados, muchos
b b0se p;:¡1-;1 lomar decisiones sobre !;is ín:lllleras nacionales no se plcin- de los cua_lcs no eran más que nuevas y mejores divisiones regionales.
lcó en ninguna olra parte dur;:inle i .. ' "y no se volvería a plantear le 1-csull<11·ía difícil comprender por qué el tema de la unificación na-
h;i:;;ta después de h Prirner:t c-;uerra Mundial. Poi· lo ta~1to, es u11 error ,, cional podía tener algún alrz<tivo o merecería su <:ipoyo org<:inizado,
clcv;:irici ;:i J;i calcgod;i ele pr111c1pin ge11er0l. y consícle;·r1r como tipicos m{is alla del que puclicr<1n ¡m st;:irlc gn.1pos p;:irlicul<11-c.s de oposición.
en l ~M8 los puntos de víst;1 ele homb1·c, corno .Jon.bn, o los sentimien- E incluso en lai CZISO, dichos ;~n.1po.s fueron 01-ganizados de un modo
tos ele !ns ;:ilcm<:ines Íron1.c1·i:;_os en Posnania ven Schlcsw1p-. ;imbiguo, estuvieron dividick, y se sintíeron m<'is preocup:idos por le-
F.! n;11ín11;il1s1110 nn p:i1-cc1n h;il)(':· 0clr¡111rido 11111ch(1 ;1J1·;1c\1v<:> l"-'- 1T!Z\S distintos ~d de !a si111plc t.qi[icación n8cion~L
puhr, 11í en t\lc111;111i;:i 111 en l.:1lia. Esto es :ilgo diríci\ ele ck111ostr;11 e11 El « fr;:ic1so» de ¡ 84 8, sin ·m ha rgo, el a ri ficcí 1as cos;-i:: Su h1-;1y<i b
el caso 1[¿1li;1110. ya c¡uc huho 111c11orcs oporluniclacles p;11«1 que la pobi0- incornpalibilidad de los intcr ses austriacos con nwlquicr tipo de po-
cir}11 cxp1·cs01·;1 :;11:; p1111los ele vista ele un mndo m<1sivo. Pero h;:iy algu- 1 lítica unificadora. Así lo hahí 111 comprendido ya los nacionalist<ts ila-
nos 111dic:iclcwc:; L<)s plcbisc1los cclcbré1tlos c.11 Lomhardí;i y Vc11cc10 li:inos, <11.mque no los alc111011c , debido a la dorní11;1cicin de cs!os últimns
en ;:ipoyo ele h fu:;íón cnn el Pi;1111011lc Cuc.run m11y poco apoyados, y 1 dentro del Imperio H;:ihshurg J. T:imbíén sírvió para aclarar a muchos
¡);1rc·cc o;cr q11c hs r;11.r)ncs por las que se ;1ccpl.ó l:t íu.<;ÍÓn se basaron en i hs limit;teiones del mnvirnic;;ío nZ1cíon0lié.ta. ;-isí cnmo bs graneles re-
l:t prcocup::icH.in e.le los nnl;:ihics loc;:iks. <:ipoyados por los pt<:imontc- ~ servas de fuerza. ocu l t;1s has i. i cn Lonces. ;:i d ispr)sic1ón de ;:i 1gllnos Es-
scs. en cn11lr;1 de Austria. ;:isí como en un intento por cvit;:i1- los movi- !;1clos detenninados. i\lgunos dirigieron la aiencicjn hacia l:t reronna ;:¡
mientos r;1dic:1le.:; en cst<:is rccíones. Los 1t;di:inns c¡ue cleserla1-on en t. nivel csl;:ilal Otros depositar in su esper<in7.a en un;i especie ele movi-
gran número del c¡ércilo :1u:;t;-"1~1co en marzo ele 18'18 no parece que lo rníenlo<popular, aun cuando 110 pudieron expresarlo en lc~rminos pr<'ic-
hicier<:in por lealtad n;:icion<:il, sino porque de 1-cpcnle se les presentó l;:i !icos. Pero muchos nacíona:1st<:is liberales llegaron a la conclusión
oportunidad de abandonar el ockido scrvíc1u militar E11 el mes de ju- real isla de que, para ser cfect 1vos, tenían que g011a1-se el apoyo de P11J-
lio, una parle del cZ1111pesinado lombardo pareció dar la bienvcnícb al si;1 y el Pi;:imonle. Sólo esos I:>t;ic.los eran c;:ipaccs de e11frcnl0rsc a i\us-
regreso ele R:iclet1.sky. tría y clerrotarb, [017.anclo a ,,lros Estados ;i unirse a una form;i, de go-
En J\lcmaniy. se c\cpos1larnn grandes esperanz;is en lci é1S<:irnblca ele bierno n;:icional. Tanto Pntsí<:i i:omo Piamonl.e aeepl;1ron jugar ese papel,
Frankfurt. pero'j1arcc~ que éstas se ccnlr:tron en la idea ele que el P;:ir- pero los nacionalistas liberaLs 110 rueron los principales responsables
I'
lamento impondría ;i los Gobiernos esl;1Lales polítk-.::; sociales y eco- de ese hecho. .·

nómicas populares. El apoyo a la asamblea se clesvaneció con r0piclez En i\lcmania. los nacion;ilisl<:is radicales se opusieron ele m<:iner<:i li
en cu'anlo ésl<1 fue aclarnndo suposición libernl sobre los le111as soci<:i- encarni;1.ada a cualc¡uicr unif:c:;:ición efcclu0cla bajo el liderazgo ele u11<1 1
!;.
lcs y económicos pbnteados. y en la medida en que los Gobiernos esla- Prusia c¡uc no se hubícr;i rchnn;ido prcvi;1111cntc. lo que también cx- 'i

Lalcs re<lccionaron accplanclo algunas ele las exigenci<1s planteadas club a las parles austri<:ieas ¡.,:la Confeder;:ición. El 1-csul1.;:1do sería vis-
por campesinos y arlesanos. El número ele peticiones declinó con rapidez to como imperialismo prusi ino, antes que como la verdadera expre-
hacia mediados del verano ele 1848 y ias elecciones compk.mcnt;:iri<is sión del nacionalismo alérnzin. Antiguos n;:¡cionalislas liberales corno
fueron muy poco apoyacbs, o se eligió a cancliclatos que sólo pensaban Wilhelm Liebknecht se vol\'t~rnn lrncia el socialismo como una [orm<1
en estrechos inLcres~~.<; locales. La camp<:iiia e11 íavor de la Constitución de luchar contra el nuevo E ;taclo, \' rueron tildados de ant i_patriolas.
irnpcri;:¡) en rn<1yo y junio ele !8'19 recibió un apoyo muy lirnit<tdo, so- Los 11<1cionalislas liberales n 'pnisianos se 111oslr0ron a menudo c11tu-
b1-e Lodo en las ciudades. y ello debido m<'is a sus ca1-;:¡clerísticas radi- si0stas de la obtención dd ;:i Xl)'ü pnisiano, ya c¡uc 110 víeron olra for-
c<:iks que n;icion;:ilcs. tna de conseguir la unificaci· in. Pc·1-c1 aunque lograron inrluir en l;i po-
El fracaso del nacion0lis1110 en Itali~,, y J\lcrnania duran le 1848 se
debió a su limit;:iclo aLr;icLivo y a siJ carácter dividido antes que a la
lític:t de Gobiernos como el de Baden. eso tuvo muy poca inrluencia
sobre la poiítica seguida por f'rusi;:i o sobre sus rcsuliados. La mús irn-
..
':í j

forlalcza de la conlrarrevolucicSn. En cuanto al fracaso de la revolución port<:inle influencia.Í1acional sla positiva sobre l;i política prnsian<:i fue

84 85
la de los libl.!rah.:s pnisianos. Fui.:ron ellos fos que, anles di.! 1848, ima- de Frankl'urt de 1848-1849, fue rnuclio m:.ís amplia cntn.: los liberales que
ginaron una Prusia libaal abriendo d camino que conducía a la uni- estaban fuera de Prusia, y qw· dependían particularmenk de la iniciativa
dad. En la dáaJa de 1850 explotaron la ConsliLución impueslá de J 848 prusiana, que entre los propios liberales prusianos, qui~ncs no olvidaron
a fin de crear un ge11uino movimienlo popular para las condiciones de la con facilidad los amargos conlli...:tos con Bismarck entre 1862 y l 866.
época, gracias al cual akanzarnn una mayoría en la cámara baja a par- No hay pruebas de que la unif;cación nacional bajo el lickrazgo
tir de 1858. Los, conflictos que ello creó entre la Corona y el Parlamento prusiano fuera popular. La mayoría de los Estados alemanes se pusie-
conc.luji.;ron finalmente, en S!.!pliernbn: de 1862, al nombramiento de ron del lado austriaco en la guerra ele ! 866. En el manifiesto de gul.!r,·a,
Bisnrnrck como ministro pri.;sidente". La oposición liberal quedó ho- !a causa prusiana fue expresada en' términos de intereses prusianos
rrorizada. Bismarck era considerado oomo un reaccionado que se in- antes que alemanes. En las elecciones convocadas por Bismarck en 1869
terponía en el camino de la rd'ornw liberal y que no podía jL1gar nin- para el Parlamento aduanero, los candidatos que se opusieron con fir-
gún papel posilivo en la cues1ión nacional, por lo que confiarnn i.:n que meza a una ampliación de la unidad bajo el control prusiano procedían
no duraría mucho. Su famoso discurso en el que habló de: solucionar de los Estados alemanes del sur, quc:;.perrnanecían al rnargen de la éon-
los temas con «sangre y hierm" fue recibido con incredulidad y rego- fcdaación Alc::rnana del Norte, cstablecida por Bismarck en, 1867. En
cijo, antes que co111·espdo y temor. Como consecuencia de ello, la polí- esa Confederación, así como en el s(ir de Alclllania, quienes ob!uvicrnn
tica seguida por Bismarck hasra la guerra con Austria en ! 866.encontró el mayor apoyo popular f-ueron los nacionalistas radicales y, soh1-~
una amplia oposición cnlrc los lib!.!rnks, a pesar de que dicha políLica todo, los catülicos antiprusianos, así como los grupos antipnisianos
conducía hacia la unificación nacional. Cu&ndo los liberales 1·econo- regionales. Al parecer, existió entusiasmo popular a ravor de la ¡;ucrra
cieron y adamaron este logro, ya no quedó por hacer más que organizar contra Francia en 1870-1871, aunqi1e tampoco se debe ex::igerar. Pc:ro
y complelar el nuevo Estado. El papel que ellos jugaron en el proceso el entusiasmo por una guen-a contp unct potencia exlranjera que ba-
fue importante porque, con su política, Bismarck se apai·tó de numero- hía sido piau:;ibkmente desprcciadn <·:)1nn agresora no era lo mismo
sos y antiguos seguidores conservadores, incapaces de aprobar la vio- que un positivo apoyo nacionalista<:'., ".;o Estado prusiano-;:demún.
lenta destrucción de los acuen1os de: l 815. < En consecuencia, los dos partidos dé ll!.tsas que se desarroltarnn duran-
Bisrnarck no acluó corno lo hizo debido a algún tipo de Eomprnrni- te el Segundo Imperio, el Partido católico del centro y el Parlído social·
so con d nacionalismo alemán. Sus acciones se basaron en los intere- democrático, fuernn perseguidos por Bismarck como antinacionales.
ses prusianos, La! y corno él los percibió. El dualismo entre Austria y
Prusia contribuía a que esta úlLima fuera más débil de lo necesario.
Desde 1815 nH1d1as cosas teudieron a inclinar el equilibrio de podi.;r La situación no fue muy diferente en ltaiia. Cavour, el p:·imcr mi-
en favor de Prusia. La situacíón internacional permitió el uso limitado nistro de Piamonte durante la mayor parte de la década di.; i 850, de
del poder prusiano para lransfor111ar este cambio en vcnLajri política, tenc..lencia liberal moderada, rc1.m.'.scnló esa rama del «n<1cio11<disrno
sie111pre y cuando esluvíera justificado cnlerminos alemanes, en lugar italiano» que aspiraba a crear un Est<1d 1.) italiano en el norte. bajo con-
de prusianos. La existencia de una organización nacionalista liben:d trol piamontés. Existió una Asociación Nacional (siguiendo las mismas
en los Es Lados alemanes jugó un papel impon ante. Bismarck también líneas que su equivalente liberal alemana), con ramificaciones im-
se dio cuenla de que se podía solucionar la crisis constilucíonal inter- plantadas fuera del Piarnonte, a ia que Cavour confió encontrarle un
na de Pnisia dando satisfacción a la oposición liberal en el ti.;ma nacional. uso diplomático, aunque demostró ser fuenle ele desilusiones. Al igual
En cuanto a los liberales, estaban preparados para moviliza1· a la que en ci caso alemán, su pri11cipal contribución consistió en suministrar
oposición popular conlra el Go'bierno pnisiano, y a transformar la c1·i- un liderazgo político para el nuevo Estado fuera del Piamonte. El apo-
sis en un conllicto abierto. Enfrentados a un {ait accumpli en la cuestión yo francés en la guerra coutra Austria fue mucho m;:ís importante para
nacional. muchos de ellos lo aceptaron. jusLificando la aceptación con la extensión del control piamontés en el norte de llalia en 1859-1860.
los argumentos di.; que no se1·vía de nada ri.:chazar el indudable progre- Cavour estaba aún menos preparado que Bismarck para inlen!ar
so logrado por Bisrna1-ck. y que. por otro lado, el canicter inestable de ganarse el apoyo populaf o la aprobación de su política. No es nada
ese logro ínipulsada a Alemania mucho más ali~\. siguiendo una direc- sorprendente: a mediados del siglo XIX los liberales moderados eran
ción liberal. Así paréció coni;rmarlo ia dependencia de Bismarck del mucho más sospechosos para las masas electoras que los conservado-
apoyo liberal durante la primera década de su nuevo Estado. Esta acep- res cínicos como l3ismarck, quien creía que los sentimientos inlolerantes
tación de un Estado, que no era ni Lan liberal ni Lan unitario corno el y la accesibilidad de la masa de la población a la iníluenci;1 conservadora
que dios habían imaginado en la Constitución nacida del Parlamenlo podría actuaren ventaja propia. Adt:m<'is, b alianza con Franci<1 impi-

86 87
dió a Cavour esl<tblccer ali:1n7.<1 <1lgu11a con el n<1cio11alisrno radical. menoscaba el p<1pel del n¡1cio1 alismo. Seda ingenuo imaginar que
/\unque <tlgunos 11acion;dist;1s radic;:des li<1bí<111 favon..:cido siempre el
<tpoyo fr<tncés, cflo se había concebido como el ;:ipoyo p1-cst<1do por un
régimen r<tclical en Í'r<1nci;.1, no como el de la dictadura plebiscitaria
ele Luis l\hp9lcón. 1\ Cavour le habrfo gustado rechazar tal aliado radi-
cuafquier movimiento político poderoso pueda basarse por completo,
o incluso principalmente. sobre d sentimiento o el compromiso con la
ideología. Se poclda argumenla1· entonces que es erróneo desca1·tar el
pap~I ele!. nacionalismo en el ca ;o italiano. y en particular el papel de
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cal. del mismo modo que temía el papel radical ele Garilrnleli, y en 1860 Ganbald1, porque eso implicar;a comparar lo que sucedió realmente :/
declaró que le gustaría ver colgado a ivlazzini por traidor. con una imagen ideal e imposib.e ele un movimiento alimc-t1laclo ente- '
;

El mayor problema con esta interpret<ición es que. en l 860. Garibalcli ramente por el compromiso co 1 la visión nacionaiisla. Como quiera v·
hizo una contribución muy ímport<1nte J la causa de la uniíicación i!J- que no ha existido tal clase de m >vímíento nacionalista, se podría con- ~l
•11
liana. Su i111crvencicín en Sicilia aseguró que la unidad se extendiera cluir que la comparación no tier"~ obj~lo alguno. ~
al s11r y el centro ele Jt<tlia. Pi;ininnlc se vio obligado así a inv;:iclir los No obstante, existe ot1·0 clL mcnto ele impo1·1;inci;-;. L;1 ideología ¡:,
Estado:s po11tific1os, y pcnctr:cir después en el reíno Zlc Nápolcs para poner -y esto se aplica aquí a la idcohgía nacionalist;i- juega un p<1pcl i;11- ¡; ¡'
bajo s11 conli-rJI el nue\•o n.;girnen ele G;:iribalcli. Desde un ángulo nZ1cio- portante en la coordinación de acciones entre las elites polítíc;is, !;-¡ ~·
·1;
n;iltst;1 csfn sr p11cr.lc inlc1·prcL1r Líciln1cnlc co1T10· un hecho CJUC Uc- 1novilizrlri{H1 de! zi,poyo popu!Zlr v I~ !cgitin1ación de las ;tCCioncs de un fl
i.
m11e:;tr;i ia popt1laridad de la Cé1usa nacional en 1860. 1\ Cavot1r se le movimiento político. Tal ieleología no es la única r;1?.<Ín del comprnmi.so
puede considerar bien como 1.111 socio en la rn1sma causa que G<1ribalcli, nacionalista, pero of1-cce inspir;1ción y claridad, sin las que serfa im- I"
·¡'
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o como el instrumento involunt;:i1·io ele la causa n::icional. o incluso posible la acción política ekcti' a. Pero al realizar este papel, la ideo-
como el homhrc. que intcnló suprimir un 11acio110lismo 1·aclic;iJ popu- logía se convierte en parle inlq1·ante de un movimiento polílico, Eso m
l;1r Pero 11lllgt1110. ele cslas i11tcrprctacio11cs enc«j<t con los hcclms. es muy clife1-cnte J una sítu;ición ·211 b que u1i 111ovilllicnto nacíon;ilista 1
r:'"
Cl''rJ111· 110 :1pnyó la expedición ele G;:¡rihalcli a Sícilizi. que pzin1ó ele interviene con cícctivíclad en el e mílicto polí11co en el que prcvi;1mente ~::
1i:
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un puerto p1~1111011tés. Sabí::i que se habrízin creado problemas si hubie- no ha.jugado ningún papel. La dislintíón tiene una gr<tn írnport<lncia ··.;
ra trat;:ido de i111pedir!a. Los especialistas siguen discutíenclo ziccrca práctica. Allí donde un movimi :nto nacionalista ha ayuclaclo a confi- !:!:
de si l;i ;innacb pí;:imontcs;i hizo o no un in lento serio por interceptar gurar el carácter y el lenguaje de coníl icto poi ítico. continu;irá jugando ¡:
la expcclic1ó11 un;:i vez que ésta se hubo puesto en mzircha. Pern, cn.. rual- un papel importante una vez que dicho conílicto haya sido solucionado, ¡,,
quier caso, p;irecc que tuvo muy pocas posibilidades ele éxito. Y, élescle aun cuanclo desaparezcan las a 1 ianzas que ayudaron a solucionarlo. v:
luego, no es necesario suponer que existiera una tácita confabuiación Sin embargo, no será éste el caso allí eloncle el lazo entr·c los intereses r.
enlre ambas fuerzas. de apoyo y el movimiento 11acior1alista no sea más que puramente ex-
;'
El asombroso éxilo ohtr.11ido por Garibalcli en Siciiia se debió al de- terno y contingente. En tal situa-:ión, el movimiento des¡ipareceri con
crépito Est<1do del rc:gilllcn borbónico de ia isla. La velocidad ele su in- r;ipidez una vez terminada la e risis que el movimiento nacionalista ;¡~

vasión pcrmilió que tanto la oposición popular como los elementos tc- calalizó o explotó. , ..
(i'.
rralcnícnles hostiles al régimen vieran en él a un aliado. así colllo un me-
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Eso fue lo que le sucedió a ( aribaldi. A pesar ele su indudable po- :1;
dio ele clerribat- al Gobierno. La [uerza militar mandacW por Garibalcli. pularíelacl, no hubo movimicntc gadbalclino después ele 1860. Ello no
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patétkamente débil, sólo consiguió apoderarse. de la isla gracias a este fue debido simplemente a que él íuera un mal poi ílico. o a que se viera 11 1
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apoyo generalizado, que, sin embargo. no tuvo n<tcla que ver con la causa superado Láclicamenle por Cave ur, aun cuando así sucedió. Tampoco t'
nacionalista, mucho más débil en el sur, particularmente en Sicilia, que fue debido a que se rnoslt·arn re miso a juga1· un papel en los asuntos i··

en cualquier otra parle ele Italia. Garibalcli fue apoyado debido pura y italianos después de 1860. Fue elegido para ei Parlamento. expresó "
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simplemente a los problemas domésticos del régimen borbónico. De he- fuertes puntos de vista sobre.los asuntos italianos y jugó un p<tpcl im-
cho. se inrormó que al lanzarse d grito ele Viva Italia! durante la entrada portan le en lograr que Roma formara parte de Ha 1ia, j n ten lanclo í nva- I;t
de Víctor i'v!anucl en Nápolcs. algunos nativos locales creyeron q1Ie con cl irl a en un<t serie de ocasiones. l'ero estos argumentos se basaÍ1 dema- K
ello se refería a su esposa. Lo que transformó una crisis doméstica en siado en la personalielac.I y no legran relacionar ésta con la situación. ~;;
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una política nacional rl1e b voluntad ele Garibaldi ele abrir paso al im- Garibalcli fue un mal político p 1rque jamás se vio involucrado en la ¡ffL
pulso piamontés procedente del norte, en nombre ele la uníclad italiana. cons!n1cción ele un movímient) político, de modo que, después ele :~~:.:
Esto plantea un problcrn<:l general referente a la relación entre na- 1860, no pudo disponer de uno ··apaz ele sostenerle. La preocupación
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cionalismo y conílicto poi ít ico más ge; 1eral izado. Todos los moví m ien tos por Roma no fue más que la con inuación del cornprnmiso puramente !n·,.
nacionalistas se construyen sol:i~e una variedad ele intereses, lo cual no sentimental anterior a ·J 8.60, poi lo que tampoco representó cont1·ibu- l
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ción alguna en la construcción Je un movimit!nto político. Despu~s de sucédió con la mayoría del resto de la nobleza. Al mismo tiempo,
1860, hasta los radicales reconocieron qtit: Ja obsesión por la unidad buena parte de los miembros de esta clase no sufrieron daños econó-
no cm sustituto adccuaJo para compensar la falta de un movimiento micos. El cambio legal más ímpor!anle que hubiera podido disminuir
popular capaz de desafiai· Jos ii'llereses políticos que sali~ro1'i ganando el control de la nobleza (sz./achta) sobre la tierra fue la intrnducción.
con b uniJad. Pero, a la inversa, fu..: precisamente la fo~ta de pn::ocu- del código de Napoleón, durante su mandato. Dicho código se man-
pación de Garibaldi por la!icucstiones políticas lo que explica su éxi- tuvo sin ninguna modificación en Ja zona controlada por Rusia, la
to. Ningún político «realista» se habría embarcaJo en las aventuras Polonia del Congreso, desde 1815 a 1846, y fue ampliamente inler-
que él imaginó. Del mismo modo, tales·aventuras no estaban hechas prclado de un modo que favoreció a la sz.lachta. En los terrilo1·ios que
de la materia con l::i que se confecciqnan los rnovimienlos políticos. La quedaron bajo el control tlé Prusia y de Austria después de 1815, d
incapacidad de los nacionalistas radicales, por ejemplo, para canalizar código francés füe sustituido por otros códigos legales, pero éstos apé-
el 1·esentimiento 111erídional a causn de la política seguida por el nuevo 11as si fueron menos favorables. En estos dos casos. el Gobierno central
Estado, es una nn1es1ra segura de lo poco importanlé que íuc el nacio- ejerció un mayor contrnl político. y-se introdujeron algunas reformas
nalismo radical, como movimiento político, en la contribución a la agrícolas moderadas. pero no lanlo como para menoscabar la .posición
unidad i:aliana. de la mayor parle de los miembros Je la sdac!ua. Así pues, dicho gni-
Algunos historiadon.:s han sobres1imi1do las opoi-tuniJades dd po continuó existiendo, resentido por la pérdida de importancia polí-
nacionalismo radical que empezó a n.:coJTa el camino que condujo a lica, pero aún capaz dé jugar u11 papd muy irnportanle en los asunlos
la unidad en Alemania e Italia. Pao d nacionalismo nunca fue uirn del país.
iden popular antes de la unificación, y los obstáculos que se interpu- No obstanle, tarnbi¿n hubo importantes continuidades políticas.
sieron en el camino dd nacionalismo radical fueron insuperables. La Cun el es!ablecimienlo del Grnn Ducado dt.: Varsovia, Napoleón había
única función ím porl ante que pudo jugar el nacionalismo fue ayudar proporcionado a la sz.laclua un nuevo papel político, que no desapareció
a coordim1r los esf11erzos de las diversas elites liberales, para establecer dei lodo liasla 1815. Auncpe Rusia ~1bsorbió unn parle dei lerrilorio
el nuevo Estado durante los primeros años de su existencia. Annlizar pertcnl'.cienle.ar!liguarne111.; ni 1·cino polaco, anexionándolo a sus tc-
Alemania tt Italia como EstaJos-nación «defectuosos» debido a que no rrilürios occidentales, la mayor parte quedó organizado en forma de.!
poseían las características consideradas como apropiadas para confi- un reino separado, conocido comúnmente como la Polonia del Congrr::so,
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¡ gurar un venladero "Estado-nación", repn.:senlaría aplicar un criterio a¡;regada a Rusin por lazos farniliarés. Esle rl!Ín? luvo su propia Cons-
·1 imposible de sostener. Eso estaría bien como juicio puramente moral, titución, univer·sidad, e incluso su propio ejército, y se le garanlizó un
·l pero los historiadores sólo deben nplicar criterios críticos a la luz de Jo nolabk grado de autonomía durante los ai'íos inrnedialame11lc posterio- ,.
' que fue razonablcmenlc posible. La unificación, impuesta desde arri-
¡ res a 1815. Posnania y Galil:t.ia. las zon•tS controlad¡¡s por Prusia y Austria
ba, sólo habría sido razonablemente posible de haber existido un Es-
11 tado capnz de dirigirln. En consecuenaia. el nacionalismo debe ser
n:speclivarnente, csluvit!ron sornl!lid;i:; rnús direclamcntt: al Gobierno
central. La ciudad de Cracovia, nominalmenlc libre hasta l 8ció, qut!tló
evaluado a la luz de su contribLÍción a Ja promoción de tal clase de h<1jo control austriaco después del frncasado kvanlamicnlu de J 8'-16.
política. En lodos estos casos, d control prJítico quedó asegurado rnt!d iante
lu colaboración dé los grandes magnates. quienes dispusieron a su ve.~
de redes de clientes entre la nobleza inferior. aunqtÍ~~ no luvieron nece-
El caso polaco sidad de prestai· mucha atención al mantt.:nimicni"'0 de dichas redes
gracias a la ayuda que recibiéron del Gobierno central. De nl1í que en-
El movimiento nacionalista para restaurar el antiguo Estado polnco tre las filas de la nobleza media hubiera personas con capacidad e in-
fue más importante en nquellas zonns y entre aquellos grupos que clinación para intentar una restauración de la Polonia histórica.
mantuvieron las más estrechas conexiones con el reino histórico de El foco Je tal oposición surgió en las zonns con mayor autonomía:
Polonia, qut! sólo había existido hasta finales del siglo XVI!!. El grupo El levantamiento de 1794 procedió~~ los n.:slos del Estado de Polonia
con nexos más sólidos fue el Je la nobleza, compuesto por elementos que quedaron tras las dos primeras· particiones. Las insurrecciones
rn1•y amplios y diversos en el seno de la sociedad polaca. Dentro de de 1830-1831 y 1863 esl u vieron cen l radas en la Polonia del Congreso.
ella, el que luvo una impor·iancia particular estuvo constituido por In Otras p:1rtes de la Polonia histórica jugaron un papel menos importan le.
nobleza baja y media. Los grandes magnates encontraron puestos po- En los lerritoríos absorbidos en Ja Rusia occiden!ai, hl szJachta nacio-
líticos bajo lns potencias que se repartieron el territorio, cosa que no nalisla sólo fue capaz de secundar las iniciativas emprendidas en la

90 91
Polonia de! Congreso. En Posn;inía, el movimiento nacion;:ilist;i vaciló
de un modo incric1?. en 18'16. En l 848 le dcbiú l<tnlo al apoyo recibido
lísmo polaco. En la década de l 830 ya era bastante común la idea de
Polo1;i<l corno una nación linir a. con una misión de rcclcnción de sf
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desde f11c1·a, sobre lodo de los libcnilc.s prusiano;,, q11c no logró pdctiGJ- misma. No obstante, csle scnlÍI liento nunca se expresó en lérminos de ,¡',
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mcnrc nacla. 5 La ;iulono111ía limitada ele Cr-acovi;:i hasla 1846 ayuda a características étnicas o lingüíó licas. Tales criterios habrían rcp1·cscn- J.
explicar :;u prec111111cnci a en el moví m ien lo nacional isla. Final mente, lado una contradicción con re pecto al objetivo ele rcst;:iurar la Polo- r,,
la szlnchta en la GaliLzia occidental prnvocó una insurrección en 1846; nia histórica, un reino en el qut se incorporaban una sede de distintas t(
~~

conl;:rnclo con una considerable ayuda de los exilaclos. Ésta fue la m~ 1


,·nr.;uas y grupos étnicos. !1·Ü
y01· ;1cción nacional isla fuera de l;:i Polonia del Congn~so No obsl:1• ::.11 con.secuencia, el naciona: 1srno se í1-r;1clió a p;irtir de los grupos de ll,
11'
la b;isc soci:il del mov1micnl• er;1 t;in pequeC1a que fue deslnl!cla por la s,z.lachta que manteníZtn las ci 1ncxíones más directas con el reíno his- !!¡

una ¡ocq/.lcnc campesina en la que m<Ís ele mil propicta1·ios de tierras tórico ele Polonia. y que posc:ía;1 ];:¡ c,apaciclacl y la Lnclínación pa1·a di- -Ir
h1crnn ;iscsinarlos por sus comp;:ilriolas. Después de eso, el nacionalismo rigir un movimícnlo efectivo. E ·;a c;:ipacíclad fue m;:iyor en <iqucllas zo- ¡;.
¡~-

rcstau1·0rlor dc_¡ó ele ser importante c11 G;:di1zi;1. Este cp1soclio obsesio-
naría ;:i los lcn-alcnícnlcs nacíonalisl;:is. ;:iu11quc h;:ista la insurrección
nas donde existió una mayor ;:i llonornía política. Las aspiracíoncs ele
esta parte de la sz.lachta se vic11m ;:impliaclas y radicalizadas después
,lliL..
r
ele 1863 k1s Gohicn1os 110 estuvieron p1·cpa1·;1cios p;·u-a hacc1· otra cosa de 1815 n1cdianlc !a ~dopción (·.:un progrzin1a vcrdadcran1cnic nacio- fH
(;
r¡uc <tmcna·;;!r Clll o:piol;1r cl odin f]UC scnlbn los campesinos contra nalista, pero ese grupo siguió s cndo ele un;:i i111port;:i11c1;i ccntr;d rara
f:
S\ls ~ciiorcs. todo el movimiento. Estos punl:is se pueden examinar con m;:iyorcon- fl;
ll.i
1\sí p11cs. se podda arg\lmcnt0rque el rnovímie11lo políiíco que pcr- crcci6n ;il considerar brevcmc;1le l;:is insu1-reccío11es ele 1il.10-1831 y d~
.';c:gu í:1 1a 1-csi ;tLtrac1ó11 de Po Ion í a no er:1 p;i rt 1cu 1;1 rrncn lc rnode1·no. El 1863. A pa1·t1r de ahí podemos on1p;,r;ir el caso polzico con el ;:ilcm<Ín /1
J:·
l 1po de co11c.1c11c1a social y nac1011:1I que n:prcse11laba y;:i h;:icía mucho y el ít;iliano, par;:i cxlr;:icr algu;ias conclusiones gcner;iks sobre el na- j¡'
lwrnpo qlle cxi;;lía entre la sz./acl1m polaca. La,,111acíónn c¡llcdaha así cionalismo de unific;:ición en E1 rop¿¡.
1>:
ddi11id;1 en términos muy restringidos, y en cuanto al rnovímicnlo, po· En 1830, tras recibir las ni •licias sobre la rcvoluci(m de julio en
ciemos cn11s1derarlo como la cxprc;ión de nobles privilcgi;:idos que sólo rrancia, los elementos r;:idicalr ·;de Varsovi~1 crc;:iron distu1·bios en b ;;.
(!

lrnscaban 1·ca[irmar su posición política por medio ele la resl;:i\lración. ciucl;:icl. L;:i ausencia de íntcn:en1.ió11 rus;:i y el hecho ele que l<l resistencia
No ohsl;rnlc, las clcrrol<is sucesivas de (::;[;i pJ:ctcnsirín conclu¡cron a l;i rasara a ser dirigida por figurz s moderadas y mejor conocidas pertc-
;1clopc1ó11 de un progr;:ima c;:icl;, vez rn;ís radical por parle de una mi- 11ccientes ;:i la nobleza contri bu.) cnrn a sostener el 1m pulso de este movi- ,..
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noría de la sz./ac/1ta. Se tenía ia scnsacir'in de que sólo el apoyo popular ~·' rn icnlo y ;:i extenderlo m<Ís all:'i de Varsovia. Enlonccs. la s7.fac111a con-
podi-í;.i proporcionar L:i fuerza ncccsziria p;u a alcanzare! éxito. La idea '1
vocó u~;:i Dicta, dominada lan,!Jién por la propia sz.fac/110. Fiel a las ;!·
:¡!
ele extender unos derechos políticos lirnít<iclos y ele 1ntroclucír reformas tradiciones polacas, la Dicta:;:_: dividió y no logró ;:ictuar de ningún hl
cconórnic;:is, sobre todo en el lcrn;:i ele la prnpiecl;:icl ele ];:i ticrrn, cont1·ibu- modo dccísivo. No se hizo ning .m in tenlo serio por conscgui1· el apoyo r,.
l: ~-
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yó a extender la idea n;:icion<il m;Ís all:'i ele las filas de la propia sz.fachta. : ' popular o internacional. Los rn';os rcst<iuraron el control con b;istante
Esta clase de progr;:imas uo presentaban un grnn conílicto de intereses, fociliclaci una vez que dccidicLm intervenir. Este episodio demostró
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partícubrrncntc p;:ira quienes se h;:ibí<1n visto obligados ;:i c~;,ilarse. o que había importantes ciernen os de la sz.lachta dispuestos a desafiar !'i;¡
púra l;:i pcquci'ia i11telfige11tsia urb;:ina en ciudades como V;:irsovi;:i y el control ruso. Fueron c;:ipaccs e e transformar una perturbación urbana '.1
Cracovia. La mayoría ele la s1./achra nacionalista se mostró 11lucho más y limitada en un desafío much" más impo1·tanle. Al mismo tiempo. la .l
-;{:,
deshonra moral asociada a b c•Jlaboración con los 1·usos impidió cual-
precavida en cuanto a las promes;:is que se hicieron para lograr apoyo,
aunque por lo menos perm;rnccíó comprometida con la aspiración de
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quier prevención efectiva conlr;, esta rcsistcncía. Sin ernb;,1-go, una vez
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alcanzar la autonomía, y se inhibió ele toda colaboración con las poten- inici;:ida la resistencia, quedó claro que la sz.lac/11a no estaba prepara- ,¡¡-..
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ci;is ocupantes. Aclcm;í;, el clero c;:itólico también se mostró dispuesto da para dar ;:il movimiento la crganización ni el programa neccsaríos
;:i apoyar];:¡ acción contra potencias 110 católicas co.!110 Prusia y, sobre
lodo, Rusia. De ese rnoclo se pudo ex tender el nacionHíisrno parn ;:ibarcar
p;:ira alcanzar alguna posibilicl 1cl Je éxito. Esta irresponsabilidad po-
lflica por parte de la szlaclzta lt rminó por ;:irrninar el movimiento na-
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una ampli;:i variedad ele intereses que ib;in m;ís allá ele los que afcct;:ib;:in cionalista durnnte todo el perkclo en el que esta cl;:ise social mantuvo li,"
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;:i ]asz./achta. su papel dirigente.
1\l 111isrno !icmpo, no c;ihe la menor duda ele que, después ele 1815, Teniendo en cuenta las círc11nslanci;:is, la rcirnposición del control r
el clesZtrrollo ele las icle;is nacionalistas románticas y niclicalc.s en la por parte de Rusia fue notablemente su;:ivc. Se redujo la autonomía lff
Europa occidental ejerció su impacto sobre la icleologí;:i del nac1011a- política y se abolieron las ínsli ucioncs índcpcnclientes, como el cjér-
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cito y la universiJad. Pero se mantuvo la existencia constitucional se- Una vez superada diclrn reluctancia, se implantó la represión con
par:.;da, y no se atacó como w1 todo la b·ase económica de la szlacllla. bastan le facilidad.
El foco Je! movimiento nacionalista se desplazó al exilio. Allí se pueden Las poslerio1·es políticas seguidas por los rusos destruyeron la base
diferenciar dos corrientcs distinlas. Los elementos más moderádos, del nacionalismo de reslauración. Se redujo drásticamente la autono-
asociados con el magnate disidente Czartoryski, buscaron el apoyo in- 111ía política y, sobre todo, se impuso una reforma agraria y un progra-
tc.:rnacíonal de Francia y Gran Bretaña, donde se sentía una fuerte sim- 111a de emancipación campesina mucho mús r::idical que cualquic1· ac-
patía libernl por ellos y donde se publicitó bastante bien su causa. Los dún del mismo lipo emprendida en ia propia Rusia. El resul1ndo con-
exilados de actiludes más radicales intentaron elaborar un programa de sistió en la deslnicción de la sz.!ac/11a como clase y L'I surg;imit.!nto de
reforma agrnria capaz de asegurard apoyo dd campesinado. Estos exi- una ciase de propklarios agrícob.1s, gn.1cins a lo cuHI° se logró eliminr1r
lados fueron muy populares entre los primeros círculos socialistas y ra- a corlo plazo toda pcrspectiva ele desafío frente al control ru:>o. De ese
dicales de Francia, Gran Brctalla y otras parles de Ja Europa occidental. 111odo se aseguró que todo dcsafío posterior no estaría motivado pri mur-
; Pero cje1·cieron poca influencia sobre los acontecimientos ocurri- dialint.!ntc por el (kseo dt: restaurar· la Polonia histórica.
¡;•j Sin eml?arg••. esto también significó el final del sistema d.c ccgobicr-
dos en la Polonia del Congreso. Allí. la acción sólo se vería favorecida
:¡ por los cambios internos. El prndente programa de reformas empren- 110 indire~tO», que sólo podía ser mantenido mediante disposiciones
;j
dido tras la guerra de Cri111ea y la muerte.del zar Nicolás I en 1856 pro- rn11stitt1cionales separadas y la colaboración de Ja nobleza. Se requi-
:l.·' porcionó las condiciones necesarias. Se convocó a los dcmentos de la rieron, pues, métodos de gobierno más directos. Esta nucva actitud,
1 nobleza polaca para evacuar consultas sobre las reformas, principal- así como la posterior política de ru:;ificación, estimularon la aparición
:! mente acerca de aqucllas que afectaban a la emancipación del campe- de nuev;1s re~:pt1cs!~s n:tciunalistas, mucho más popuiares y radicales
¡ sinaJo. Al mismo tiempo, se intentó forzar la situación at'.in más sobre tlc lo que había sido capaz de inspira1· la s-¿iachLa. Pero estas nuev::is
¡.
la base de un movimiento más radical. configurado con programas del respuestas sólo tuviernn conexiones retóricas con ia forma más anti-
l
i¡.
exilio, y que contó eón cierto apoyo popular entre la abatida i11tellige11tsia ,,~tta de nacionalismo; fue algo muy diferente a lo que existió en Posnania
)'los artesanos de Varsovia, que lograron organizar dcmostraciones y.cu Galilzia, y se comprende rnucho mejor como una forma de nacio-
populares cn la ciudad. Una vez más, la sz.lachta, aun no siendo un nalismo separatista dirigida contra Rusia. Estos acontecirnienlos.
partido del movimiento, se sintió presionada por éste, y se vio obliga- también demuestran por qué, dejando apane un compromiso con ·Jos
da a planléar sus propias demandas y a retrocede1· ante las perspecti- valores asociados con la prcemincncia de la nobleza, los Gobiernos de.

l vas de cooperación con un movimiento de reforma inspirado por los


rusos. lnicialmcnte, la respuesta rusa consistió en confiaren colabora-
dores polacos dirigidos por el magnate Wielopolski. Pero los intentos
Austria y Prusia nunca estuvieron seriamente preparados para desafiar
la posición·cconómica de la noblezn local, por rnuy molestos que pu-
dieran ser ciertos elementos nacionalistas dc Ju misma.

l dc éste por imponer un limitado programa de reformas en 1862 no re-


cibic:ron el apoyo unánime ni de la sz./athta ni del clero, que mantuvieron
una actitud antirnisa y se mostraron muy preocupados por no apare-
Lo exclusivo del nacionalismo de restauración en Polonia fueron
~lis estrechos y concretos lazos con aquello que i1~tentaba re:>t.turar.
Esto, j1111lo co1.1 el lidc:razgo de b sz./acllfa, fue lo que le prnpon:ionó su
l cer comprometidos como traidores. Los radicales continuaron crean-
do su organización en Va1·sovía. La situación dt:rivó en una crisis
importancia política. La autonomía ·política, tal y como existió cn la
Polonia del Congreso, pernlilió a este liderazgo plantear un desafío a
cuanJo Wielopolski y los rusos (kcidieron tomar medidas represi- la potencia ocupan le. El nacionalismo a trajo a otros gnipos que apor·-
vas contra los radicales, lo cual hizo estallar una insurrección y obligó taron contribuciones importantes "(espee::ialmente los radicales en el
a los miembros de la szladlfa a elegir bando. Muchos de ellos decidie- c.xilio y en Varsovia), pero el rnoví:11'.ento nunca logró ir Jllás allá de
ron apoyar el movimiento insurrecciona!, lo cual les condujo inmedia- sus primeros límites sociales en el campesinado. El liderazgo social co-
tamente a hacerse cargo Je! liderazgo. Ello concedió una mayor signi- m!1n en las diferentes úreas ocupadas, !a cooperación en el exilio y las cs-
ficación política a la insurrección, pero produjo al misrnq tiempo una ln:drns relaciones con el reino histórico permitieron que el movimiento
modcrnción del programa agrado adoptado originalmente por los 110 se dividiera en parles separadas. aun cuando poseyó carauerísticas y
radicales. De hecho, la insurrección sólo recibió un limitado apoyo del oportunidades muy difaenles bajo las disl i11IC1s poil'.nu;1:; ocupéuttc:;.
campesinado y. en algunos casos, las guerrillas nacionalistas ejecutaron !'ero con la destrucción de su posición social en la Polonia del Congre-
a camresin-0s sospechosos de cooperar con los rusos. La insurrección so, quedó destruido el núcleo del nacionalismo de restaurnción y, e 11
duró algún tiempo debido a la escasa represión militar cm.picada por consecuencia, lo que configuró el nacionalismo polaco fueron las con-
el Gobierno ruso, que no deseaba provoca1· la hostilidad internacional ' diciones específicas existentes en los dii'cn!nles Estados.

94 95
Conclusión Esto también significó que al nacionzilismo representara una tran-
,.~-.
sición desde antiguas a nueva:" formas de polílica. En Lombardfa y en
1
¡
Estos movin1ienlos nacionalist~i.s .<;e vieron coníi11zidos <1 elites so- Polonia fueron los 11ohks lihcriles los que adoptaron el pape! dirigen-
ci;:ilcs y políL1c;1s b<1st<1ntc reducidas. Los pocos intentos qt1e se hicie- te en el nacionalismo. Podcrn• is conside1·ar l;1 pretensi<Ín de tener un
ron p;:ir;1 crc;:irlcs una base popuL:ir no íueron efectivos. /\unque el Gobierno constítucíonal como ina nuevJ rorm0 de recuperar e! tipo ele
nacionalismo radical pudo haber le.nido un cíeclo importante como poder político local que la les g u¡1• :. d1ían poseído en uno u otro mo-
li
c;:1talizaclor del cambio. se logró canalizzir eso en unzi dirección positi- mento del siglo XVIII. Se t1·0tzilia ele una respuesta co11trn un Gobierno !
¡',,
vzi gi-zicias zi los nacio!!alistas más modcrzidos. Los ti·es movimientos que habízi soczivziclo ese poclei y que estaba lr;1?.anclo una distincic'll1 ,.,
¡¡
clcspcrfaron b;1stantc si111p<1lía ent1·e los Gobiernos y lzi opinión pt'1bli- e.ida vez mcís nHida entre priv1!egio económico v preeminencia, por un
'~ª rlc h E11rnpa oo: ;. :•!al. Se identificó el nacionalismo con la bt'1s- bdo, y poder político poi· el otr ,_ i\l .rnismo tíempo, el ;:ipoyo que otorgó r
qucda de 1m Gr-'hicrno conslitucicrn;1l iihcr;1l opuesto a los rcgí111c11cs la Europa occidental zi las jus iíic1ciones polític;:i.<; pla11te;Hhs en 1t:1·-
ín11·;1n.•:ir!entcs de Aust1·i;1 y Rusizi. 111i11os liberales y nzicion;:ilcs. !SÍ como los cfcclos 1·;vlic1li;.;1dorcs de !l
El ol;ictivo de 10 unifi~acíón se h<1lhb;1 lc10.<; de los íntc1-cses popu- Ír0c0sos ;_mtcr·íores, impulsan il a esos movimientos hací;-i un;1 rn1eva }l

larc;-;. nue a menudo''"'º consee-uíJn rdorrn;:is al rav(:s rk los Estados r¡


v;1 ('"<isÍc11lc:;. Dentro de Lis rila;·dcl 111ovirnic11lo nacio11;1]ist:i, erabas- da, con inlcrcscs c;irnpcsi11os, oi1\·irliéndnsc así en movi111icnlos rn;ís ·"
.~.

lJntc l1irnl;11l0 el nt'1mcro ele quic;:11c;-; ~stah011 prcp;1rZ1clos pé1r;:i intentar ;1dcct1achrn1c11le nacionJlisl;:is ]~se fue t0111híén, en p;tr\e. el c;1so alc- i.
k
r.:ons1.~g1nr el ;ipnyri popuh1· !.O'.i rnovimícnlos nacíon;dist;1s fueron m{ln. 1\quí, h reforma cstal;il. ·;ohre lodo en Pnisia, lfaviera, Baden y /!!
pr1m~1r:;1111cnle m<)vimic11los ele elite. Zllgu prcv1sihlc d<lcla IZl v;.irícdad WOrllemberg, también había l ·;n;:iclo un;:i nítidzi distmción entre privi- ir
f~
de condiciones existentes en hs dislínlzis u11íd0cles polílic;:is. legio económico y poder poi ítíci. Au 11que las fig:u ras el i rigentes que pro- i::
!:.
f..;1s ''.liies lihcr<1lcs ele .t\lcm0!1la e f(;1li;1 r¡ue suscrihicnJ11 el pro- pug11a han la unidad eran burgu <:as. no dchc111os 0lvid<ir lo híen ;ipoyado I·

!!rama ele la unicbcl nacio11;1l, lo hicieron ele un modo frngrncntJdo y que estabJ el movimiento iibc1 .1! pnisíano por lo.<; tcrra!cníentes de las
le; f::iltó autond0d social o polítíc;:1, lo cu~1] les indujo a volver;<c hacia 1.onas orient;:ilcs clelEstaclo en ;-i década ele l 850.
los Est;idos cxis1.e11tcs en huscJ ele Jpoyo. Poco zi poco, se vieron enrc- Esto sefiala unJ últirnJ car ietedslica de! nacio11;1lismo de imific<i-
chdJs en IGs preocupJcíri11es ele esos Estados. que intentaban la uní- ci<in: la necesidad ele ser l;:in e cctivo en cacb uno de los EstJdos incli-
ricación porque ése era su propio ohjclivo. Pero la íunci611 de lcgiti- víduJlcs como más <ill;í de ell.Js, lo cual es algo muy clirícil ele lograr,
rn;:icirín ele! n;:icionJlisrno a los ojo., ele f'1·¡111cía y Gran Bret;1iia, ;1sí ya que surgieron si tu;:icioncs < 11e fo vorecicnrn el clesa nol lo del rnovi-
como el ;1poyo que estos nacionalist<is libcr<11cs pudieron proporcio- 111 ien lo nacionzilista más en 1111 Estzido que en otro. Poco a poco, el
nJi· ~,¡ nuevo Eslado-11;1ción, rueron irnportzintes para el éxito de la moví miento nzicíonal is ta tcrn 1n<i rb por reílejar las con el iciones exis-
un i ri c:ici ón. ten tes en cacla Estado, mos!ra11clo tendencia a convertirse en aliado de
En Polonizi. \' csncciJlmente en la del Congrcso, l;:t elite ele lasz.lachla ese Estado concreto (como en :1 Piamonte y en Prusia), a oponerse a él
que ;:ipoyó el n;ci~nalisrno de rcslauración estuvo 111;ís unida y tuvo (como en la Polonia del Congl"''so), o a ser una mczcl;:i de <imbos (corno
rn;:ís a u tori clac!, viéndose obl igad;:i a act u;1r en contra, a n les que con los e11 Lon::,ba rcl ía). Pzira comprern !er por qué sucede esto debemos t encr en
Gbbicrnos que la controL:rb;:in, lo cual hizo que el nacio11Jlismo fuera cwrnta que las situaciones cxi:.lentes en tales Estados 11ecesitzi11 y per-
más cfeclivo pero. al mismo lícmpo. presentara problemas mucho mílen al mismo·ticmpo unan 1eva clase de acción políLíca. dentro de
mzivores . la cual puede jugar un papel el 11acio11alis1110. aunque a menudo lo haga
.Los Ves movimientos nacional islas tendieron a cldinir sus objeti- Je íon:11as que lo enlazzin con objetivos más ;rnt.iguos.
vos en términos l.crrítoríaics históricos: la Confeclernción Alemana, la
península zil sur de los Alpes, el reino histórico de Polonia. En toda~
cslZls zonas h;ibía mínoi-í;:is lingüístiG1s. Pero eso no se percibió como
un problema. La nacionalidad no se concebízi en tales términos. Los
grupos minoritarios en cuestión apenzis si habían empezado a afir-
mzir sus aspiraciones. El nacionalismo de los polacos, los alemanes Y
los ílalí;:inos procedió ele grupos culturales dominantes para los que,
por lo r.anto, lc1s divisiones culturales parccízin algo invisible o poco
importzinlc.
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96 97
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toú¡¡s, según se argumenta, fue la exisknte entre las estructuras de


ambos Estados.
La similitud básica cnlrc ellos es que ambos inch.:ían una gran va-
riedad de grupos culturales difacntes. Los miembros de algunos de estos
grupos, como los turcos (o m{1s apropiadamente, otomanos), los grie-
gos, los magiares y los alemanes, ocupaban una posición superior.
3. Nacionalis1110 separatista Otros, como los checos y los búlgaros, estaban subordinados y se con-
c.:entraban~Jor completo en uno u utro imperio. Sin embargo, hubo otros,
en la Europa del siglo XIX c11 especial los serbios y los rumanos, que ocuparon posiciones su-
bordinadas en ambos imperios. Los casos considerados en es!e cupítulo
se han seleccionado sobre la base de estas situaciones diferentes. Se
Introducción debe reco1·dai·, no obsta11te, que las distinciones culturales fueron a
111enudo ambiguas, al menos hasl<i que el nacionalismo adquirió im-
En este capítulo se conside1·an una serie de movimientos naciona- portancia, y que éstas no siempre fueron consideradas como distincio-
l islas separatistas en los Impel"ios Habsburgo y otomano. No se tienen ,"!es nacionales.
en cuenta otros muchos rnovirnientos similares, como por ejemplo en Entre los dos imperios h~1bía algunas difrrencias b::ísicas irnpor-
Gran llretaiia, Escandinavia y Rusia. No obstante, estos dos impei-ios t;111tes. La 111;1yu1 ía cic: Ju::; sL.1 txiiLo::> europeos <le ambos eran cristianos.
multinacionah:s no sólo ofrecen una gama de casos bastante amplia, principalmen.le catúlicos, griegos ortodoxos y uniatos, 1 aunque tarn-
sino que aquí resulta pat·ticularrnente valioso lkvar a cabo un trala- bié11 había. significativas minorías protestantes en el l1nperio Habs-
míenlo comparativo. Dejando aparte ciertas diferencias y similitudes burgo. La mayoría de lu.'i grupos católicos, protestantes y uniatos s_e·
básicas e importantes, ambos imperios fueron fronterizos e incluyeron cnconlraban en el Imperio Habsburgo; entre quienes seguían !2 le
a miemb1·os de las mismas «naciont:s». En c;;onsecuencia, la compara- ortodoxa grícga, la rnayoría estaban en d Imperio otomano. El Go-
ción entre las fonuas en que se desarrollaron los nwvirní<::ntos nacio- bierno de los Habsburgo era un Estado cristiano dom ínado por católi-
nalistas nos permitirá comprendei· la importancia que tuvo el factor cos; el del Imperio otomano era musulmán. No obstante, en las partes
común de la nacionalitlatl. curopc.:as del Imperio otomano. la Iglr.:sin ortodoxa griega jugó un pa-
El análisis de estos casos apoya dos argumentos centrnles. El pri- pel importan ti.! en el gobierno.
mero es que la respuesta naci"onalista inicial tiende a proceder de gru- El Estado Habsburgo se podría dc:scribir como feudal con posterio-
pos culturalmente dominantes. Los movimientos nacionalistas ex- res características absolutistas y C!'n.:::!ítucion~dcs. 2 Al Irnpcri<.i otorn;•.-
presan su causa en términos Le1Titorialcs históricos. Tienden a promo- 110, en cambio, no se le puede calificar del rnisrno mudo. aunque bs
ver, como reacción, la aparición tle moviniicnlos nacionalistas entre clíqudas alternativas, corno «despolis1~10 militar en decadeucia» o
grupos culturalmente subordi¡1ados, que expresan su causa en ténni- .burocracia centralizada», tienden a pasar por alto importantes ca-
nos ¿¡11icos y lingüístícos. El segundo es que existió una diferencia fun- racterísticas del Estado, tales corno su empico de la identitbd y las
damental c11!re los movimientos nacionalistas en los dos imperios. En instituciones n::ligiosas y el tipo de sís tema infonnal de colaborador..:s
el caso del lrnpei-io Habshurgo, las funciones internas de cóor<linación que operaba en muchas zonas.
y movilización adquirieron u11a imponancia particular, y la idc.:olugía Teniendo en cuenta estas comparaciones hechas a grandes rasgos
del 11acio1ialismo estuvo altamente desanollada. En el Imperio oto- (se establecerán otras en la conclusión), podemos examinar una varie-
mano, e11 cambio, tuvo una gran importancia la función exlenrn de dad de casos. Conternrlo siete de ellos, con distintos grndos de detalle
lcgi t irnació11. y u 11:1 buena parll: dt: la justificación ideológi<;a del rno- y agrurados en cinco categorías: los magiares, los checos y croatas,
vi 111ic11lo S<.: lomó prestada de otra pai·te, sobre lodo de las ideas na- los serbios y rumanos, los búlgaros y los griegos. Estas agrupaciones
cionalistas elaboradas en el lrnperío Habsburgo. No obstante, y a pe- ~e corresponden con las distinciones efcctuacJas antes entn.: posicwncs
sar tk que 1as funciones internas cstuvicron más débí l mcn le desarro- do111inantcs y subon.linadas, y dependen también de si el grupo su-
lladas, el nacio11~disrno alcanzó 111ayo1· éxito en el Imperio otomano bordinado se hallaba dividido o no entre dos irnpcrios. Hay dos ca-
que en el l !alisburgo, al nienos hasta 1918. En la conclusión de este sos importantes que no se consideran aquí: el de los alcnrnnes y el
CL1pí1ulo se relacionan estas dikrencias húsicas con una seríe ele dife- dc los otomanos. En cada uno de estos dos casos se lr~itaba del gn1-
rencia:-. L·xislL"11lcs t;11tre a111bos irnpc.:ríos, aunque Li lll;º1s illlpur!a11te de po cultural dominante, por lo que el n;1cion;disrnu separa lista tuvq.:\

98
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1111.1y p,)co <ilractivo p<ira ellos y el sentido ele identidad n<tcional difc- Su írnpcfu procedía ele a1-r h;i. Fue el producto de los intentos ele re-
renle e:; tuvo rei<Jcion;iclo con la necesidad de mantener el poder i111pe- ~~~~ .' forma llevados a cabo ror el Cublcrno imperí;il sobre i;i usurp;:ición ele r¡:
t'
i-i;iL En el capítulo 9 se consiclei-a el nacion;ilísrno turco desde una derechos poi- pa rlc ele los pri v cgi;1dos. J o."é Jl ( 1780-1790) fue el ejem-
1
I!
pci-spccliva clifcrcnle. plo más extremo del in!cnlo te un monarc;i por transformar la socíe-
·:..-. ..
clacl y el E:;taclo sobre la base de ¡i1-incipios racionales_ Sus csr{;crzos I'
~,
<1mcnazaron la posición de loó magiares, y sobre !ocio la de l;i nobleza. ·,;
Esludio de casos concretos 's··
José intentó imponer el alemán corno lengua oíicial de gobierno en 't"'
iodo e! imperio. Se lrnJ;1ha dr una clcccíón n01u1-al si se (jl!Cría tener !.i
una lcnguJ ofiei<il, como así l" sugería ei prinupio r;icio11<1I de un go- :¡.
Los magwrcs !'
bierno eficiente. Ello prndujn csc11l1mic111n c11trc h rmhlación ele len- ,.1iµ,.
~

Ilu11grí<1 liahí;:i quedado kqo el control de los Hztbsburgo ;1 pn11c1- gua lll<:lgiar. que lo consideró como una ;:iírcn!a v c;Jmo 1111;1 rncdida í'
r!
pios de l;i cr;1 moderna. 1\ finales del siglo XVlfl, el reíno hislónco de que los ~i!uaha en un<i po:;ici"n clcsventajos;i en ,cornpar;-ici<ín con la ¡;·
fi¡
Hungría f11c dividido en u1i;1 serie de zon;:is, cnlrc las que se cncontra- pobl<1ción ele lengua ;1lema11<1 odo lo c¡¡;iJ los ínclujo a poner :m m<1-,·or
'
1,)¡1n TTungrí;¡_ propi<trncntc ,. 1 ,..... ·1 ' .r ' l '¡ ,'¡ .
tliC1iZi, J ransi1van1zt, \...1uac1é1, par es e e s~- énfosis en el lcngu;:i¡c m;igiar •\1 principio, lo::, magi<ircs habían utili- filil
rle;;[c de Hull¡;rí::i oni¡1ad;1s p 111· los serbios y dot<idas tic un CICl'lo gr<1d0 ;.,ado el l;itín en los pr<:ccclirni ntos de l;i Dict;1 lit'lllgJr;i. E.11fn'11(;1dos ~~i
1."I
de :1111oiwmí:;, y las 7.on;1s fronler1z~1s 111il11:1riz;:id;is control;id;is direc- ahor;i al uso ;1111en;1z<iclnr cl1.:I :1 •:111;'i11, rcplic:1ron prcsio11;1ndn p;1r;1 q11c i·.•.

l;1111c11lc desde Vien;i. el l;1tí11 fuera suslilu1do por el 1 1agí;1r, lo cu;il, zi Sll ve?, clcspcrtr) l;i hrJs- "'¡t¡
li.

t\ 1w~di;1d(:S del siglo XIX, en b m1t<id oriental del imperio (Tr:rns- liliclacl ele los cro;ilas, que cm·i; han diputados a l;i Díct;1. De este modo, t~j.

i·l\
lc1tani:1), la pobhciún ele lc.ngu;:i 111;:ig1ar cr;i rn{1s 1111mcrosa que l<i ele u11;1 reforma 1nolív;icl;i por pri1 "Ípios u11ivcrs:1ks co11lríh111·<í a 111tcnsi- \I'.
cualquier otro grupo Ílllgüístico, ".llliCJlIC sr.ilo rcprc;;c11lah:1 u11C1 lcrccr;i Íic<:1r la pi-cocup;ic1ón por las le 1gu~1s vcrmícuí~1s v ;i profu11di1.;1r las di- Ji
.•· :~ !
parle del lol;:.il, unos trece millones y medio de habitantes. La pobla- v1sio11cs cnll'C los grupos lingüí:: icos. ;~ l
¡,.
ción ele habla inal:"1ar era rnayoda ;:ibsolula en Hungría propiamente José \<imbién inlcn!ó inlcrnnircn la relaci<ín entre cl lerrntenientey w
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clich<i, donde l;:i 111~yo1· p<1rte ele! c<:lmpcsin;ido cm de h;ibla rnagi<lr En el c<im pesino. Deseziba fi n;i liz;i 1· con el oneroso sístcm<1 ele los scnricíos !j;

los demás lugares.' los m;:igiares se c11cn11t 1·ab;:i11 sobre todo entre l<ts 1;.
de los braccrns que, en su npín ,-111. disrninuí<i l<i productividad agríco-
:!·, la y, en consecuencia, los íngrL:;os del Estado por la vía de impuestos,
c:ip<ls altas no campesrnas de la población. .;·.;
ITungrí<:1 quedó lcg<1lmenle u11icl<t a los Ifabsburgo por b S<1nc1ón h;icicndo. <iclcm<Ís. que el c;irn¡ •csínado íucra menos adecuado parn el r¡
"

Pr;,1grnái.ica de 1723. Tenía una Constitución propia y una Dícta ~1uc po- :;ervicio 111 i lí li1 r. Los cam pesi 110.s recibieron bien 1as reíorrnas, pero ,_;
1•f
dí;:i pn!pnncr medidas lcgisl;:itivas <ti crnpcr;:idor (o ni<ís bien al rey de zirnenaz<iron con llevar las cosz s <iún más lejos. Los nobles resistieron, í:i
Hun¡~rí::i. como se le llarn::iba oíici;,drnentc ;:illí). La Diet<l estaba domi- ;.. ~· sintiéndose amenazados. t<intr desde arribzi como desde abajo. sobre I"
¡,l"
n<:ld;,1- por' los rn::igiares: la Cámara alta por los grandes magnates, y la tocio allí clonclc bs divisiones ( illrc terrateniente y campesino coinci-
C;.ímara baja por la pcqucñ<l ;irislocr.;icia. y lcní<t intereses que se cxlen- dían con las divisiones entre r:1agiarcs y no magi<ires, añacliendo asf [i~
':~

dían rn;'is all;'i de Hungría. Por ejemplo, la Dicta croata enviaba delega- com busli ble a las 1la mas de cu; iqu ici- movím icnlo nacion<i Iisla. I~
dos a l;1 Diet.<1 húng<1r;:i. Los m<1giares también ocupaban posiciones ele '' José también presionó en fo ·or ele reformas cclesiáslicas y educati- w
poder fucr;:i ele Hungría. Los miembros de la Dicta ele Trnnsilvania, por vas que habrían podido tener t 1 mismo efecto. Deseaba que los niños l¡¡_;. :
ejemplo, estaban cliviciiclos cnlre las tres «n;1cio11es» ele los magiares, fueran ccluc;iclos en su lengua' crnácula. lo que habrí<i significaclo po- ¡iJ
¡¿s sajones y los sículos. Denlro de la propi;:i Hungría y hasla cierto pun- ner un·9rnyor énfasis en el uso ck las lcngu;:is no magiares en los lerrilo- "'
:1

to en «)11-as !)arles, la pequeñ;:i aristocr;icia magiar oslenlab<l una consi- . ríos oricnt;ilcs del imperio_ Jnle1ilaba reducir el grado ele subordinación ¡
dcrahlc autorkhcl en los asuntos locales y dirigí;1 lo:; gobiernos locales. suíriclo por lzis Iglesias griega 01·todoxa y unia!;:i, lo que también pudo i:
ser considerado como una Jmcn;1za por parle de la co!llu11id;id católica
¡;,
Los rn'1giare:;, y espcci;,1irnenl.c la nobleza, disponían de b;:i:;l;:intc po- ¡.,;
der. l;:inlo a nivel local corno n;:ieíonal. sobre todo en Hungría. y ocupa- y prnleslante. "..
ban u11a posición privilegiada en la mitad oriental del imperio. Numero- Como consecuencia de esto; i 11 ten to~ de reforma, los magiares se ¡..
r.,
:;os m;:igna!cs m;:igiarcs accptab;:in de bucn;:i g;:ina los lazos establecidos, sintieron amenazados desde lo• las parles. sobre lodo aquellos que te- ~:.
rn
con d Imperio Habsbui-go, que les proporcion;:ib;:i protección contra las nían privilegios. Para algllnos, I; respuesta aprnpí;.1cl0 íue poco más allá ~:-r

posibles arnena7.as rusa y olnrn::rna. De este modo. el n::ieíonalisrno m;i- de una estricta defensa de los p ivilcgios trndicion<ilcs. Pcrn otros lle-
giar ddícil111c11lc íuc una n:spucsla a ia opresión e11 el sentido habitu;il. garon a la conclusión de que 1111; amenaza nu¡;v;1 v m;ís sería exigía u11<1 \,i
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resistencia nueva y más l!fecliva. La dáse ~le conclusiones a la que pue- décadas de 1830 y 11340) esLirnu.ló la aparición de ideas más radicales
den lli::gar quknt.!s piensan así queda ilustrada al considerar las ideas y tipificadas en las J1; Kossuth, un noble menor, abogado y periodista
accium:s <le btván Szechényi ( 1791-1860) y de Luis Ko::>sulh ( 1802-1894). político q~.c crt:ía que la dile magiar debía movilizar el apoyo popular
Szed1é11yi ful.! un gran magnate y erndilo muy cuila y cosmopolila. si quería pre:::erv:ir su posición. Defendió una profunda reforma agra-
Derno::>lró capacidad para co.nsiderar de una nueva forma los problemas ria, así corno otros proyectos económicos grandioso:; aunque \'agos, y
que afectaban a los magian::s. Se sintió acosado por la predicción de unos cambios políticos que habrían permitido un gobierno m;is inde-
Henlcr, en d sentido tk qui.! formaban un pueblo cunde nado, amenazado pendit.:nle y democrático en Hungría. Recibió su principal apoyo de la
por los alemanes desde aJTiba y por los e::;lavos desde abajo. Creía que pequefüt ari:;locracia, que se sentía excluida del poder poiítico debidu
sólo podrían salvarse grncias a la ac.Japtación progresiva. En una serie ¡;-la asociación entre el Gobierno imperial y los magnates. Antes de J 8'18.
de libros inlluyentes, Lu-gió a los magiares, y sob1·e wdo a Iµ nobleza, a ,.J(ossuLh no se atrt:vió a adoptar una posición rn;)s radical que si1·viera
ponerse al frente del proceso de introducción de las reformas. La servi- ",i fos intereses de esta clase. Peru sus ideas Larnbi¿n encontraron un
dumbn:. el mante11imiento de los vínculos con la tiei-ra y la virtual di- cierto apoyo urba110, especialmente entre la pequei1a intellige11tsia de
visión del trabaje) por castas eran aspectos ineficiente:; y sometidos a Pes! y Buda.
una creciente presión. En con:;ecuencia, d noble Lerrnteniente ilustrado lista aproximación rnüs radiGd podía scrurige11 di.! conrlictu en dos
debía terminar con tales prácticas por medio de acuerdos voluntarios direccione:;. Podía prü\'ucar, pur un lado. Ja uposicíón de u11 Cobit.:r11l1
establecidos con sus campcsinos. De ese modo, la nobleza magiar i111pcrial consen•ador, de los 111agnates e incluso dl! elementos de la pe-
LransformaJa p1·eservaría una buena pane de su posición. De esta for- qudia aristocracia. Ya en 1847 existían indicios de qul! el Gobierno
ma gradualista (que sugerí:t b ÍP' 1·:;,i<;cc!ón de ot1-as muchas reformas i111perial podía aliarse con un pa'rtido reformista consen·ador para
económicas), Szechényi aprobaba buena parte del programa refor- atajar ias amenazas pulíLícas. Un: cambio tan rápido tambí¿n podía
misla de José, con la ié.lea de que tal reforma prngrt~siva se llevaría a provocar, l!ll segundo Lér111íno, la p¡1rlicípación política ck muck1~
cabo en el contexto de una colaboración política entre la nobleza y el personas ele habla 110 magiar. Par;; pni•.eger:;e contra esta primera P• -
Gobienu imperial: síbilidad, Kossuth intentó c·stirnulú la oposición políl íca 111ag,;11-.
Sus ideas empezaron a eje1-cer un cierto impacto durante la década prl.!slando u11a particular atención al co111rul del gobit.:rno local por parle
dl! 1820. Otros nobles ll.!lTatcnienlcs iluslradus comprendieron que una dt.: la pequt.:iia arístocracía. Para .1irutcgerst.: de la segund;1, propuso
fuerza Je trabajo libre se1·viría a sus propiüs intereses mucho mejor una fuerte derensa de la cultura rnugiar, "insisl iendo, por ejemplo. en el
que el sistema de la servidumbre y que, en cualquie1-caso, era inevitable uso del magiar en las escuela·::> y en el gobierno.
introducir algunas reformas. El Gobierno imperial, rnienlras tanto, l\unque en J 848 ya había11 quedado claras las diferencias existenks
cletuvo d ritmo reforn1ista iniciado por José II. Se pensaba que la si- entre su:; ideas y las dt.! Szech~nyi, a111bos lrab¡ijarn11 dentro ck una rnis-
tuación podría progresar de un modo gradual, liberal y negociado. 111a y amplia vía de suposiciones. Ninguno de lus dos.se hizo el prnpú-
Szcché11yi, con una actitud optimista, cteía que la superioridad cultu- sílo de alca11zar la i11depc11dencia de Hu11g.ría con respecto ~.I !rnpel"io
ral de los magiares de la parte oriental del imperio st:ría suficiente l l:ibsburgu, culllo tampoco 1uviero11 la i11tcnciú11 de que las rdor111as
para transforprnr y asimilar a los no magiares, a medida que adquirían planeadas socavaraJJ la posición dirígc11le de la nobleza. Ni11guno de.:
una mayor libcnad y avanzaban en sociedad. Sin embargo, y para los dus creó nada que pudiéramosconsiderar como u11 movimiento
asegurarlo así, era necesario desarrollar la cultura magiar hasta ei más poi Íl íco. Sus di kre1 l IL'S idl'aS rucnm ¡¡ puyad;ts de mudo ¡ 11furina 1 pur
allu grado posible. S:wchényi fue uno de ios fundadorc:; de hl' Academia varios grupos en las n.:u11íoncs de la Dicta, c<¡nvocacla reriódic;1mcnle.
l~i.'111.gara de ci.encias, que se impuso a sí misma esta Larca. Dado su op- Szl.!chényi ayudó a organizar un nuc\'O lípo de reunión pulíl1ca. el Casino.
t1rn1smo, no lue retic;cnle a garantizar un cierto grado de autonomía donde se llevaba a cabo la discu::>ión. Corno periodi:::ta y editor qut:. era .. ,-.
local a otros grupos lingüíslicos. Kossulh se convirtió en. lo 111ús pa1·ecidu que existió en Hungda a la fi-
Pao su optimismo demostró ser injustificado. Muchos de los Le!Ta- gura di:.: un políticu prufcsiunéll de la oposición. Peru ambus ejercíeru11
tenienles rnagiai·cs.' se opusieron a la refo1·ma agnu-ia, incapaces de ,;11 inrluencia por 111cdio de contactos pcrsunalcs. ;1sí cumo t!c l;1 dek11sa
aceptar lo:; riesgos Je un ajuste que ios magnates más ricos contem- pi"! hi ÍGt de sus ideas. y 110 por rned iu de una organización pul it 1ca. /l
pbban con mayor tranquilidad. El Gobierno impe1·iai, dirigido por En 1848, un nui.:\'O Cubit.:r110 Jilingaru aprübú una seri<.: lk 111t.:did:1s
0

fvlellernich, bloqueó el camino del cambio gradual por temor a sus rt.·f'ormistas conocí das como la,, Leyes dt.: Abril. S <111cicJ11:1tb:; pu1· el c111-
consecuencias revolucionarias. jll'rador Fernando e11 su calidad dt: rey tk 1Iungrí<1. Lis Ll'yc::. de 1\b1·il
Este fracaso (a pesar de los logrn::> conseguidos en las Dí etas de las pr:.:vdan b abolició11 de la SL'rvidurnbn.:., con una cu111pL'nsaciíi11 a cargo

102 103
del [.<;t;1do, la inlcgraci1')!1 de Tr:111sil\'a11i;1 c11 l lungría (Cro;icia clispon-
dría de un;:i ;1ulono111í:t limitada) y la tr;111srlTcncia ele h 111ayor p;ir-
lc de la auloríd<ld política desde Viena a J llll1gría. Er1 resumen. preveían
el est;1hlecrrníenlo ele un;i versión liberal y constitucional del reino
.....
Vale la pena ohscrv;ir lus 1·csultados de est;-is diícrc11tcs actitrnlcs
magiares a las clistintas aspinciones nacionalistas. L;:is cxigenci<is de
;-iut.onomía en Cro;:ici;:i se cons dcr;:iron v;ílid;1s, puesto que el-país tcnfa
una iclenticbci histó1·ic;:i, su pr upi::i Dicta y su 11oblez<1 nat1v;:i. Pero, al
!
·t;.
.
j
histór·ico de T-lungría, ligaclo a los Habsburgo sólo por la unión per- mismo tiempo. los croatas Íul ron los que se opusieron con una mayor ¡
.
sonal. Las vitales clisposícíones relacionadas con el control de las fi- vehemencia a cualquierclnsc ic Estado húngaro. y resulta difícil ima-
11;1nzas, la política exterior y bs fuerz<1s annadas se rn<1ntuvieron ginar cómo se poclrí;:i haber e :itaclo el ant'1gon1s1110 entre ambos. Poi· i'
ln1st;:inte amhigu~1s y dejaron en la inccr!ídurnbrc la c;111l1JaJ de poder otro lado, los magiares recha: ;iron las ;:isniracíones rum;:in::is de auto- ¡

nomía y de rccon~)Círnienlo n.1cional, y;i q11e proccclía11 de grupf)s que


0:1
que se rc.<;cn 1 ;1ría Vicn;-i en la re;:dtdacl. '
1.\I pr1ncip10. y durar1l.c la crisis gencr<il tic l:i p1·1111;1vc1·;1 de 18,18. ;il no pertcnccí:in ;i 10 nohkz:i, ¡11c IHJ pnscí;111 ;-iutrn·id;icf i11sliltrc1011al.
Coh:cn10 1111pcr1:il no le qucdti 111;ís re111cdio que accpl<ir !;is c.;;rge11c1as cornpue.slos pn:Jo111i11;:i11!ernc lle porc;:i111pcsínos y s1n ning11n;:i icle11li-
hung;1ras. Fcrn:tnclo, corno rey ele T-Ju;¡¡gría, ;-iprohó las Leyes ele t\bril. d<1d histórica reconocida.' Ta pretensión se basaba pn111(11-dialme11lc
y se 11ornh1·ó un Gohie1·110, h::1jo el l1dcra/.go de B:1Ll lrn11yi e11 cuyo en términos lingüíslícos. Lns ·1agi<ircs no ,_·n::í<1n que l<1s pretensiones
g<ilJ111cic p;11·t1c1paron lanío Kossuih como Szecíieny1. polílic;:is se pudieranjustiric;:i ele e.se moclo Y. sin c:mhargn. los nirn;i-
!'ero !;1 incslahilid<icl dei ;:11Teglo se tuvo que dcc1di1· en un sc11L1do u 11os no emprendieron una OJW ;iuón tan i111rn11sigcnlc ;i la e<1usa de los
,,i
otro. Du1·anlc el vcrzinn de 1848. el Gobierno i111pcr1al empezó a recu- i.
húngaros como hicieron los en .1{;1s, de modo que si se hubiera aclopt;1do i(
p<Ta1· 1:1 <:<mfi;i11:1.a, lo cprc 110 hizo m::í'; qLW in!c11sifíGir hs tc11s1011cs 11n;:i ;:iclitud m<ís conciliador;1 e¡ 1i?.:í se hubieran cvilado los 111ovímie1110.<;
u111 c.I Goh1er110 1ii·111garo. En cu<ilquícr conflicto con los rn;:ig1;nes, el tendentes;:¡ una <icción milil;:ir 111111;111;-i con Ira el e.1151·cí10 ht'.mgaro. .
1.

Cohicr110 1111pen<d siempre h;:ibía coni;ido con u11a serie de rcc11rsos. Los principales agentes de ;1 n~prcs1ó11 del movi111icnlo 11:icio11:1l1st;1 !:.

r.. ;1 w1i)lc·;.:¡ rn<1g1;ir nu sc11I í::: el 111c1iur deseo de \'crsc 111volucradzi c11 Jn1ng;-iro en 1:-\48-!849 rucro11 .:is lrnp<1S Í111per1alcs y l;i ;:iyud;:i militar
1 ~;'

una revnlllciiín, por lo que, s1e111prc que le fue posible. i11tc11tó poner .. rus::i. /\ pes;-ir ele todas sus cliv1 .1011cs y lc;il!::iclcs amhiv0lc111es. los m;:i-
[1~
;.
de rn;111if1e:;lo su lczilL:tcl. Cu;:indo !a síluación se 1ra11sfor111ó en un con- giarcs logniron reunir c.iércil s de l.;rnaiio considc1·ablc y cst;:ihlcccr
1

rlrclo <ib1er!o. mucho:; m;igiares ah;:indon<inm la c;1us;:i n::1cio11<ilisla, ~: l su ;:iuto1·icl;id sobre un extens< lcrrítorio, siendo el 1:rnico movimiento
y quienes se mantuvieron fieles a ell:i se dividieron enlre los modera- revolucionario en h;:iccrlo as' en 1848. /\. la derrota siguió una clur<1
dos que cldcndían las Leyes de 1\bril, y los radicales que creían en la persecución conlrn los líJcrc; y la imposición ele un sistema de con-
11cccsíd;1cl de ír [()(]avía rn;í.s lc¡os. !:,ste radic:ilisrno, sin c111h0rgo. se ·) ! trol muy centraliz::ido en Vie 1a durante tocki la déc:.1da de !850 Sin
vio dcbil1tadn por los intereses de l;1 pequeiia ;:iristoc1·acía, que recha- embai-go, 110 se socavó de mo \o grave la preeminencia económica ele
:{ i
¡::.ih<1 aquellas reformas que puclicr0n hacer peligrar su propía posición. la nobleza magiar (aunque se rn;n!uvo la refonna ;:ig1·aria liberal), lo
r\dcm:.1s, los Habsburgo seguían rn<111ch11do cuerpos bastante impor- que pPoporcionó una base p;-11 :1 que se produjeran renov;:idos intentos
1.anles ele tropas leales. Pin;:ilmen!e, muchos no magiares se opusieron pcir ;:ilcan?.ar una mayor autoridad política a nivel nacional. No obstan le,
a\;:¡ causa rn;:igia1-, sobre todo los croa las y los n.1111anos. se intentó conseguii· ;:ihor:t el •Jbjctivo mediante el ac11erclo, como se
Este último punto tiene un interés especial. El nuevo Gobierno se obse1-va en los puntos ele vis ~1 ele Dcak, el p1·i11cipal arquitecto del
m()sln) inexorable en su insistencia en el u.so del magiar como lengua llamado Comprnrniso de 186 '.
o[ici;:il y como único medio ele impartir la educación. También insistió Deak pretendió llegar a 11111 solución sobre la base de la Pragmáti-
en t:I n;antenimiento de un solo Gobierno, rechazando un sistema de ca S::inción ele 1723. Deseaba 'Stablccer un Es!::ido clualist;:i con insti-
autoridad fccle1·al. Para los no magiares. y sobre todo para íos que viví;:in tueio1~cs bastante centralizad 1s en la mitad oriental del imperio. L;:i
fuera de l;:i ve1·claclera Uungrí;:i. donde formaban l<i mayorí;i, lodo cslo autclridacl del Gobierno húng;:i rn y la preeminencia de la nobleza en su
era co11siclerado como una forma ele imponer ia do111inación magiar. seno rdlcjaban bucn::i p;:irte c..11 lo que ya se había puesto de manifiesto
Además de los muchos derechos individuales creados por las Leyes en las Leyes de Abril, sólo qu( los problemas del control de las íinan-
de Abri 1, estos grupos empezaron a insistir en ciertos derechos colectivos zns, la política exte1·ior y las f 1crz;:is armadas quedaron solucionados
·~: '
bas::idos en la nacionalidad. Ellos. a su VC7., ri.icron condenados por los ahora en favor del Gobierno central. /\1 mismo tiempo, sin embargo,
111agi a res como i i;itransigc11 Les y nacio11a 1ist;:is_ A 1 111 ismc> tiempo, el las presiones y det-rolas que <•bligaron a Vicn<1 a aceptar el acuerdo
Gobierno 1-fabsburgo ofreció una vaga pe1·specLiva de conceder una pern1ítiero11 a los húngaros ju :ar un papel mucho m;ís irnporlanlc en
mayor autonorní::i en diversas p;:irtes ele! imperio, con el propósito ele el Gobierno ccnlr;:il de lo que h 1brb parecido posible en 1848.
;-itr::icrse el <ipoyo de la pobl::ición 110 magiar. ' La respuesta ::i las Zispiraci1 ncs ele otras 11acio1~alidadcs se a;,emcjó
1

104 105

111
,,

a ia de los magiares t::n 1848. Pt:ru hr ~untrarrech11nación era ahora en particular de la situación existente en el Imperio 1-fabsburgo-y,a
mucho m::ís fuerte y posda un significado diferente, más autoritario. través de su impacto sobre la opinión pública occick11tal, daría al
El punto de vista de Deak qlll~dó refkjado en el informe de b mayoría nacionalismo é! n ico una poderosa fuente de Jcgi ti rnación.
del Comité sobre las Nacionalidades, establecido en 1861 por el recién En conclusión, vernos que el nacionalismo magiar se basó en la
convocado Parla111ento húngaro: defensa de la considerable autonomía política y los privilegios socioc-
conórnicos de que disfrulaban Jos magiares, y en particular la nobleza.
Desde un punto de vista político, todos los ciudadanos hl'1nga1·os, Esta defensa se polarizó en una forma conservaclor:i y olra radical. So..:
sea cual sea la lengua qut: hablen, forman una-sob nación, la nación elaboró con un concepto territorial histórico de la nación, aunque el
hlingara, unid;1 e indi\·isiblc, qw; se corresponde con el concepto his- punto de vista radical, tal y como fuera expresado por Kossutli, se movió
tcídco dd Esiado húngaro.~ fi11alrnent1! más allá dt: esa posición.
Éstas ii;eron dos de las razones más importan les por las que dicha
Las cu11sL·cucrn.:ias estab~111 cbras. La nobleza nacionalista se vió defensa adoptó una forma nacionalista. La reforma impuesta desde
obli!.!.ad~1 a n.:conocer el cadclt.:r auwritario de sus intereses. con objeto arriba sería vista como una amenaza alemana contra la posicieín magiar.
de l;grar una soluciún duradera a sus aspiraciones. Las ambigih:da- Las demandas di.! mayores derechos proceden les dt: abajo aparecerí'111
des d..: 1848 dieron p:1so ul reali.slllo de l 867. El significado ele: esta si- corno una amenaza eslava y rumana. En cot1sec11encia. la defensa de
tuacilin se aprecia al cunsiderar cómo se desarrollaron los puntos d..: l:,1 autonomía polílica y de los p1:ivikgios econólllicos se idcnlif"icó
vista de Kussutli después de 1848. Kossulh estaba convencido ele que co11 la defensa de la cultura y la identidad magiares. También pro-
d Gubiernu imperial era hostil a la Hung1·ía ;1:!fÓnrJ1,u y ::!e.,:cuútica ,¡~orcionó la base sobre la que justilka1· nuevas demandas políticas c
que e1-a su ubjel i v'o. Pero el rracaso de 1848 indicaba que había nuevas inducir al campesinado ck habla magiar a que siguiera un movirnien-
formas de combatir esa hostil id ad. En pri me1· lugar, se debía al acar al lo cornún. Dada su posición de aLHoridad, algunos ekmcntos de ia,
Gobierno imperial cuando su posición fuo..:ra dt!bil y Rusí<t no pudiera 11ubfe,._a magiar fueron capaces de actuar con efectividad c11 esa direc-
inlervellir, Tales ucasione.s se podían presentar en momentos de crisis dó11. Pero, para muchos de ellos, las reclamaciones de 11aciunalidad se
i111ernaciu11<d, y 1t.:11ie11do ch cue11ta este propósito bien lkJinidu se ex- combinaban, y no sustituían a las reclamaciones de clase, e incluso a la
ploraron las oporl unidades c1·eadas por la guerra de Crimea, la guerra !callad dinástica. El endurecimiento de la posición nacionalista (y de-
con Fra11cia v el Pia1nonte en 1859-1860, y la guerra con Prusia en 1866. bernos recordar aquí que durante :dgunas décadas c:-imbiú consta11-
Claro que p1:~cisanwnle por esas misma~ presiolll.!S, el Gobierno impe- lcmente el significado preciso de i,le11l id ad nacional y có1110 se debi 1
rial se vio obligado a adoptar un compromiso co11se1-vado1-, lo que aplicar éste) ayudó a promover e intensificar las respuestas naciona-
privó a Kossuth dl· 1odo apoyo significativo entre los propios magiares. listas étnicas ~ladas por grupos subordinados no magiares. A los ojos
E11 segundo lugar, y particular111e111e interesante, Kossuth reconoció ch: la opinión pti bl ica i 11 lernaciuna l,'esl as respucsl as se id en tific<lrull
q11e, e11 rclacíú11 cu11lus110 n1<1giares. se·te11dría qui; seguir um1 política rada vez más con los valores dc1110crtilicus.
1nuy difen:111t.: a la de 1848. /\hura eslaba preparado para abandonar
cualquier reclamación de superínridad n1~~giar y a co11ceder que las
/,os checos
difere11cias li11gü1stícas podí;1n justificar las distinciones políticas. La
configuración final de su pc11samie1110 consistió e11 imaginar una Con- Al igual que SL!cecle con 1antos 01ros nacionalismos de «nación pe-
federación Danubíana <.:n la que pudieran quedar i11 tcg1·adus curno igua- qudia,,,5 el nacionalismo checo se vio precedido por una preocupación
les Hungría, 'fra11sil\·ania (suponiendo quo..: se opusiera a la unió11 con erudita por su cultura. No fue difícil restaurar un knguaje Jilerario.
l lungría). Cruacía. Serbia y pusiblemento..: olrus 1erri1orios eslavos me- ya que la cultura checa había florecido duran le el pl.'.ríodo de la Re-
ridionales. l~\·idc11le1nL'Jlle, esta idea apenas si e1·a realista. pero sirve forma proleslantt: en Dohemia. El n:sucgimiento del interés por esla
para deinosl rar que. despuó dt.: 18-H~. va nu fue posible e11 la 111itad cullura y su reformulación como un logro nacional surgió de la mano
urient;d del L111periu l labsburgo d compromiso co11 los y;tforcs demo- dt: algunos clérigos i!uslrados d:_: í"inales'tlel siglo X\llll y principios del si-
cráticos\' co11 los conceptos lcJTiloriales históricos de naci.onalid<1ll. glo XIX. Esto formó parle de un dcsplaza1nicnto de la atención ín!cleclual
'L1rnl;ién dentucstra quL~. en el esfuerzo por sostener los valon:s hacia el knguajc, el folclore, las coslurnbri;s y la historia local. que pro-
de11wcrc"tticus, so..: concede u11111ayur rcconucimienlu a Lis recla111;1ciunes porcionó imporlantt:s instrumentos para los•posteriores movimientos
del naciunalismu étnico. Esta asociación de democracia con el den.:- nacionalislas. 6 Después de 1815 se extendió entre los checos, alcanzan-
cho de autudderminación por parlt.: de los grupo;;, lingüísticos se derivó do a algunos füncíonarios gubernamentales, nobles y estudiantes.

106
En cszi époczi 110 tc11ía la menor relevancia polílíca. La noblcz.a chc- Pocl~m~s considerar lo ;i1 lerior como olro ejemplo del nacionalis-
Gl (lénnino apc11;1s apropí;1dn) ci·zi lc;:d ;d imperio y m;111lcní;1 una po- rno Lcrnlonzil liisLórico ele un grupo cultural dominante (los alemanes),
sición polílíczim,cnle clo1ni11zinlc. L1 poc;1 presión que pudiera cxíslír que estimula u1:a 1-cspucsl;:i 11acionalista étnica por parte ele un grupo
Crl ravo1· de la ;1U[Oll0111Í;t loc;:d qucd;l[1;1 cxprcszid;i Cll lér111i11os de los cultural_subc_irclmaclo (los ch ·ca:;), del mismo modo que el nacionalis-
privilegios trzidicionalcs ele los E:;tados y i<1s Dielzis de las provincias mo m~giar _clio lugar a los nac1onalis111os rurn;ino y eslavo. No obslanlc.
ele Bohemia y Moravizi. el nac1onal!sm? che,co _tardó m Licmpo en configurar sus objelivos po-
Hubo clo:~ impulsos que acluziron ¡x1rzi trarnJormar cslzi preocupa- lfl1cos en lcnmnos ctntcos. I11icialmcnle. Palackv buscó la reforma fc-
ción por 1;1 cu 1tu rzi chcc;i en nacio11;1 li'smo: el co11rl icto con el Gobierno J;1~al del Imperio I·fabsburg( , pero en relación ~~n las provincias his-
1rnpcri0l. \'el c;imbio ccr.i11úrnico loc;d. En c1crlo rnoclu, ;1rnhos cslu- l~nca~. no con los grupos lit güísticos. El movímicnlo checo, con sus
v1ero11 c:;t rcc:lw 111en lc re 1;1cion;iclos. bien siluadas elites y su cuill 1-;i un lanlo singuléli-. perm;:inccíó duran-
1\11lcs de 1:'MS u11 c;1rnh10 ccornirn1cu l111111acln pruclu¡o unzi pcquc- te i 848_ al margen ele un mov;mícnto eslavo gene1·al, como lo dcmues-
11<:1 c 1ase de ;1 rl csanm; v prorcsio11él les que se si 11 l icron i 11s;ll ísrcc hos con l ra la d Isla ncíél que ma nluvo • t)ll respecto zi 1Congreso Eslavo celebrado
la sil1.1;ició11 cxislc11le, y :;0:11.ire lodo con la dominación econó1111c;1 ale- en Praga en .i:mio. La comv 1·ación m<.1.s declíva se puede establecer
con el mov11111ento croa la CJlH "difcrcnc:i;i de lo~ n1mzrnos 0 de le):; scr-
111lc11lns pnr i111pnncr el ;dclll<Íll corno k11g11;1 orici;1I inc1-crnc11i;iro11 cl !11os.' no_ abordó una posición ·~tnic;i, sino que aclmí a pzirli1·dc la hase
n:scnlímíc11ln, v J;1s 1c111:111vas de cc11lrali1.;ició11 rnaq!111;1ron. c11 ¡zencr;il, 111sl1luc1011al existente.
a los nobles lqc;:ilcs. En 1848, los csludi;11!1cs y Mlc;;rnos de l'r;;¡.;;1 y de . No obst;rnlc, el ideal fcdc1 .11, l;d y como quedó incluido en l;i Cons-
utr;1s pocas ciud;idcs empezaron a sc11Lir u11 crcc1cnlc í11icrés por l;1 l1lución,dc Krcms. se transfo1 nó en la co11lr·a1Tcvnlución que perseguía
rc;1111 lll;1c11'm cu 1111ra1. \' <.1 poy;1ro11 ;1vc1ll11 r;1s corno el c.sla hlec1111 íe11 lo t'.1ia pol1L1czi_ de ccnt1·alizació1: ;1hsolutíst;i. R;izon;;hlcrncnlc, esla 6olí-
de 1111;1 csu1cl;1 chcc;1 de COl11<'J"i:Ín, y 1111 111\1.'.t'fl de Bohc·rn1;1. rvlt1chns ele i1ca ;.;e c011s1dcní corno ;ilcm: na, y;1 que c11 db esl:1h;1 i11volucracb J;i
Ir.is c;Lud1;111lcs c1-;rn ele orígenes humildes, lo que pudo halicr e.<;I imu- ch_s_e alt;1 <1lcmana, así corno ia nobleza, la Jglcsia y la Corle Ulo cm-
hdo el 1nlc1·és pur csic 111oví1111c11lo·nill11ral entre l;is cz1pzis 111ás ba¡as pu¡o a le~:; checos hacía un Jl<l( 1011alismo m;is rucl"lc ele b;1sc lingüística. i;.
"
de b pobl;ic1ón. .· A_I lll!SlllO L1emp?, el czim! 10 CCOll<.ÍlllÍCO en rorma ele rcíon11a agr·a-
De pronto, los ;1conlcc1111íc11los de 18<18 nnliti7.Jro11 el rnovirnic11lo. 1l<l liberal y el crcc11rncnlo d · las manufacturas generó u 11 apoyo po- ·;.•

1\l principio, los checos y ;11cmancs de Pré1g~ cooperaron en h larca de lenc1.''~ para el movimienlo 1 ac1onalisla. L;i crnígrnción checa hacia
formular las clcmand;is liberales. Pero los checos n:accion;irun en con- la¡¡ ciudades prcv1amcnlc do111inadas poi· una p<Jhbción de habla ale-
tra ele las exigencias de elecciones ¡1 ;11·a el Parlamenlo de Fr;111kíurl. rnzi'.1zi contribuyó a aumentar ia tensión él ni ca. Un campesinado checo
Bohemia y ivI01·avia pertenecían a l;1.Co11fecleracíón r\lcm<ina, pcrn los rcc1cnt.cmcnlc crnancipziclo c-1lró en conlliclo con una clase comercial
checos 110 lcnían deseos de convertirse en parle ele una t\lcrnzinia unichi. Y íinancicra alemana. Los pe iueiios comcrcíanles, detall islas y fobri-
T;:d rnoví111íento lrazahzi una línea clivisorízi entre izis lcal!zides lracli- c;rnles checos se opusieron a l;1 políticzi.econórníca liber;il, que j1arecía
.,-"•
cio11alcs, y zi los checos no les pa1·cció alraclivo corno una nueva cbsc fovor::ccr a los compelidorcs .dcmancs, cuyas empresas eran de mayor
ele lcall;icl, sobre tocio a la luz del rcnacirnienlo cullural y del co11íliclo la1nzino. De 1'.echo, ya en la e frada de 1840 el movimiento p;itriólico
con la poblacíón de habla zilcm;111a. Su rcspuesla a b concepción his- fue mucho mas rue1-Lc en aquc las pzirlcs del este v el centro de Bohemia
tórica de Alcrn;rnia co11sislió en reiterar l<i lcalLad tradicional, pero donde rn;:ís había avanzado 1<1 penetración del 111.crcado.
combín<índola con un énfosis en la identícbd checa. Sin un licle1·azgo político eslos diversos coníliclos liabrí;:in siclo
Eslc punto de visla quedó expresado en la famosa declaración del !luidos~' b<islanlc apPl'.ticos. lo1110nclo quizá la forma de una prolcslzi
hísloriaclor checo Pzilackv, quien insistió en que el [rnpcrio Habsburgo czi111pcs111a contra la dcudn. 1 JS precios y los conflictos colllunalcs en
debía conli11u;1r oxisticndo. pero de tal modo que tuviera en cuenla la algunas ciuclzidcs. Pero al mi: 1110 tiempo que amplios grupos socizilcs
identidad chcczi. Palzicky es un ejemplo clásico de la lrzinsición ele un pl;rntcaba_n qt~~jas rclacíonat':1s con su iclt:111iclad élnica. la políLic;i de
nacionalismo cultural a olro político. Empezó trabaj;rndo parzi el Mu- h1 ccntral1zzic1011 forzó zi la.p.:quer1a elite checa de los pruícsionales,
sco de Bohcrn ia en la década de 1830. y su gran proyeclo, la hís!oria los 1_1rofcso1·e~ y estuclianlcs; cunfigurélr una oposición que t;imbíén
del pueblo checo. rue financiado orígi1rnlrnenlc por la Dicta de Bohemia. 7 pudiera i·elac1onarse con di ch .l iclcntidacL ~
Sus senlimícnlos cada vez m<ÍS antíalemanes düranle la década de 18,10 Este proceso se inlensiíicó' on la·apa1·íción de un claro nacion;ilismo
le indujernn ;:¡cambiar el uso del zilcrnán por el checo en lé1 redacción de alclllitn. Unzi vez más, eslo !t:vo 1·aíces políticas y económicas. !·!;isla
su h isloría. La ;.1 mena za a lema na de 18'18 ie crnpujó zi aclu<lr en poi ílíca. 184 8 los alemanes ;nfstri_acos e; l u \'ieron com pnJ111~ 1¡clos con un ¡m peri o

108 109

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que do1·:iinaban, aunque también hubo·un vago apoyo a la unidad ale- Vale la pena señalar que: d renaci1::1iento cultural 110 se rnue\'e J1ecesa-
mana, sicmpn! y cuando ésta no amenazara con socavar el imperio. ria111t:nle en esa dirección. Entre los eslovacos, por ejemplo (y espe-
Los acontecirnicn.os Je 1848 demoslrarnn con dariJaJ la incompati- cialinenle e11tre los clérigos). surgió antes que entre los checos, que a
bilidad de las ambiciones alemanas e imperiales. La mayoría de los 11wr1udo lo consideraron con hostilidud. Una de las figuras dirigentes
alemanes austriacos optaron por la léaltad imperial. Pero la posición del rnovimier1to eslov<H:O, Jan Kollar, creador d<.:I concepto cié «clie-
alemana dentro del propio imperio se encontcó amenazada poco des- cusiuvaco», Sé consideraba políticamellte como húngaro. Los eslova-
pués. Las guerras de 1859-1860 y 1866, con sus correspondientes cri- cos eran un pequer'io grupo (dos millones de personas como máximo)
sis, condujeron a un cambio constitucional que nxlujo el papel de los rodeado por grupos de polacos y magiares superiores económica,
alemanes. Hungría alcanzü una rn;tyor autonomía; se perdió el norte cultural, política y numéricamente. Sólo había una pequdia elite,
de Ilalia; se creó un sistema limitado de derechos feJeraks en Ja mitad pri11cipalmenti.! clcr-ical, c incluso ésta se hallaba dividida en católicos
occidental del irnpci-io. Lus alem<.ines austriacos parccic.ron quedar y prolestantes. No existía un desarrollo económico capaz de producir
excluidos de una Alemania unida, al menos durante un futuro previsi- 11t1evas elites o de movilizar a los ele111enlos del campesinado de tal
ble. A partir· de 1870, los ministaios imperiales ya no se hallaron bajo Jllodu que pudieran apoyar un movírnit:ntu nacíon~disla. NoJunciona-
control alemán. La propia dinastía l labsburgo dt:splazó su centro de ba 11ingun~·insl i 1ució11 pul ítica cap.az de cristal izar un concepto poli! i-
apoyo hacia otros grupos. alcjündose dt: los alemanes. Al mismo tiempo, co de la nacionalidad t:slovaca, o lonnns de acción política nacional.
se percibió a los recién movilizados checos en el campo y las ciudades !.os eslovacos cslaban divididos entre las rnitadt:s ucciden1al y urientai
como una a111enaza para la posición alemana, espcc:ialmcnle en Bohe- dl'l imperio. Todos estos aspectos bloqueaban cualquier muvirnienlo
111 ia. Los 111inerus alemanes, por ejt:mplo, reaccionaron ásperamente hacia ei nacionalismo polílico, tanlu ideológica como prúcticamente.
contra lus trabajaJurt:s de habla checa, dispuestos a trabajar por sala- Después <le 1867 los vacilantes movimientos hacia el nacionalisnw
rios inferiur·es. Las amenazas [ue1·on un problema. Las concesiones a foero11 bloqueados por las políticas m;igiares y pur Ja recientemente
las exige1H.:ias dt.: los checos fueron vistas corno una amenaza aún peor. ;.iul!ínorna Hungría .
.1 Cuando, por ejemplo. a los checos se les garantizó igualdad lingüística .,, Lo mismo se podría decir de los eslovenos, en el sudoeste. Es posi-
il
!. en zonas de mayoría checa, hubo una violenta reacción alemana. La l>lc que, bajo ciertas condiciones, la proximidad a grnpos supcrion~s
¡:,,
creación hacia finales del siglo de cuerpos electorales basados en la de otra lengua pueda estimular d renacimiento cul turnl, pero, al mis- ·
' lengua contribuyó a institucionalizar estas líneas de conflicto. Sin em- mo liempo, el carácter abrumador de tal proximidad impediría que
barg,o, t:I nacionalismo alemán nunca estuvo unificado; muchos si- ese renací miento se transforme en nacionalismo. Por ol ro lado, un rno-·
guieron cornprornclidos con partidos no nacionales, y la exigencia vin1ic11to nacionalista como el de los croatas esluvu menos directamcn-
pangermanista de unificación con Alemania sólo recibió un apoyo mino- lc vi11culado al renacimientl) cultural que el de los checos, ~Hinque. al
ritario. Los movimientos nacionalistas, tanto de checos corno de ale- rn11lar con d liderazgo de la noble'f.a nativa, adquirió una fon na polí-
manes, recibieron muy poco apoyo por·partc de la clase obrera; en las tirn mucho mús fuerte. 8 Fi11alnH.:11le, debemos recordar que bs cnteg<'-
zonas frontcl'izas más afectadas la respuesta consistió más bien en la rías 11aciona les forrn u ladas por di vcr·:o~ a u tort:s en el í rn peri o 11 a bsbu rgn
creación de organizaciones para defender· los intereses específicos de fueron ca rnbia 11 lcs y a menudo nud 1,1arncn 1e con! rad iclorias. La 1><1-
los trabajadores de habla alernana o checa. Aunque la identidad nacio- ciunalidad no fue un fenómeno na! ura: iden1ificado con focil id ad. sino
nal configuró buena parle de la política doméstica hasta 1914, a me- algo que debía con.slruirs~. En consecuencia, la forma en que aigunas
nudo Jo hizo de un modo no nacionalista. El Pai·tido social democráti- cunstrncciones, pero no otras. logr·an apuntalar un rnovirnienlo nacio-
co austriaco, por ejtrnplo, ·rechazó la idea·c.Je la autodeterminación o 11;ilis1a 110 se dei-iva de su ,·alidez intelccú1al, sino sólo del contexto en
la autonomía política, pero aspir·ó a alcanzar la autonomía cultural y d qt1e luvo sentido político el u1ili:';1rlas en el intento por conseguir el
se organizó sobre bases nacionales. Fina.lmenle, vale la pena resaltar poder dd Estado. En los casos consider;1dos hasta aliu1«1. L~I foclo1· cu-
Ja incapacidad de los nacionalistas checos para socavar gravemente ei 1111·111 fue el impacto de ta políticn imperial sobi·e las elites políticas ya
esfuerzo de guen-a dt.: lus Habsburgo entre 1914 y 1918. La indepen- cxislcnlcs o emergentes. Tales elilcs se viernn irnpuls.aclas hacia nue-
dencia nacional se obtul!o como res u i 1ado de la derrota militar y de la ros tipos de defensn pulit1ca, aunque durante algC111 tiernpo ésta se com-
forma en que el movimiento nacionalista checo pudo p1·esentar su bin<í con algún tipo de le~dtad di11;'1stica. El nacíon<ilisnw permitió a
causa, de un modo fuerlc y plausible, ante los victoriosos aliados. diversas elites combína1·sc juntns (.su!11·c todo en el ca.so checo) v. en
Podemos considernr el nacionalismo checo como un cas~) lípico de asociación con la refori na y el desarrnl !u cconórn ico 1ibt:ra1, pr¿por-
renacirnie11to cultural que se transforma en nacionalismo político. cio11cí lus lllcdios p;tra ví11uilar a csla 1110vi1111c1úu político ;1 lus grupos

110 111
populzircs rcc1cn moviliz:1dns. Lzi lhmacizi de fucrz:1s cxtc1·iores, la esper'1 ba n cooperar con lo;; rn i gia res. Pero b pnl íl 1c;i 111;-igía r. \'sobre
función de legilimació11. luvo muy poca imporiancia en ci stt1·12i1111c11· iodo la insislencia de ésta en la inlcpy;JCión de Tr;i11silv011i0 cn ll1111grí:i.
lo de los rnovi111ic11los nacíonalisl~s. ziunquc l;1:; crisis dcsencacJcn;idas .:,.: y en el uso del magiar como le 1gua nric1;:il, rnislrri locl<1 posihilicl<lcl de
dc;;cle c.I ex lcrior ( 1866. 1918) fueron vi tzi les p<1ra su éx i lo. L'1 forma en ·.~' cooperación. Los ru111<1nos se· olvicron c;:icla vez más h0cia el Gobier-
c¡ue estos movimientos n;¡cio1wlist'1s se dcs;¡rrolbron en el fmpcrio ,, no imperial, que ofrecía vag<i: promesas ele autonomía para Transil-
l·l0hshurgo c¡uecl<i ilusl racl~.'-con mayo1· ci<11·icbcl en los c;1sos n1111;:i110 t}·, vania y una mejora de 1'1posit1ón nrn1an0. Aunque desde un punto de
f ,. '
y serhío. vista milil<ir quizá no fucr<in i 'nporl<intes las b<lncbs guerrilleras que
~~~lj ~:
1t~'!,~-"~ actuaron contra los 111ar.::í;:i1-cs 11 1848-1 fA9, luvicron un inmenso sig-
!.ns n11110 nos y los serlJloS ~·~Ji i.!
.,;.;¡.
nificado político, ya qu~-simh,:fi1.aro11 el clcspl'17.;rn1icnlo en la láctica
del n0c1ona 1isrno n.1m;ino.
Los 111ovi_micnlos n;icion::ilis!;:i;.; cnlrc esto:; gn1po:; .se dcs:irroll;.iron
l;i.nto c11 el i'1";·1peno I-Lthsburgo como en el otomano. Por lo !<:111!0, sed
1
11~; . ,
i~f;,¡¡
El período poslerior a 184. fue de fnis!r:ici,)11. La polílic;-i ccnlra-
lista del Gobicn10 impcn0l no 1ifrccirí a los rnrn;lllns h ;u1tn11omí:1 q11e
cspcciCll111cntc t 1ill cstahicccr 1.ina con1pr1r?tción zi! ldcn1iricZ1r los ÍCtcto· ·15:t:rr. .. habí<111 esperado. El compron ;so de i 867 110 hizo rn~ís que cmpcor;¡r
ili'¡i(,:!.·
res s1gniricat1vo~. que co11dicion:1ro11 un lípo p<irl1cubr de 1·cspucsl;i ~¡~~H:~~. las cosas, en la mcdicl;i en que sic confirmrí b clnmi11;:ic1<Ín 1110¡.:í;ir Li
nac1on;1Í1:;i;1. 1\qt1í ;;c.guin:mos el ;1rg11111clll0 de q11c el c:ontcxto -sobre "lv•¡• cre;-ición ele un Esl;ido ru111:t11( en los princ1paclos cb11uhí;111os de IVlol-

~~1\\
1ocio e 1po 1ít ico - en e 1 q11 c. se clcs;-i no I h ro 11 1os 111ov i 111 ien tos en lo.s do:; da via y Va laqu i<i en l 88 l propr rcio111'i u 11 posi h le fncr' para la ;i p:t rición
0

1111pcT1os íuc diÍcrc11lc c11 ;1spcctos cn1c1;dcs, lo r¡uc 1rnpuis(1;iíos1rn1- de un n;:iciun<ilismo scp;ir0tisl 1 Sin crnh;1rgo, L· 1 • .,1r·i¡1;d ;ispír;:icir'm
\'llll1c1110:; 11;1c1r)110lis!;1;.; en di1·ecc1onc:-; complctzunenlc díkrentcs. dur<inlc varias décachs co11sisl1 i c11logr;:ir10 1gualcl;1d con Tr<insilv;ini;i.
Lns n1111;111ns lwh11;1h::i11 prcc10111í11anlc111c11lc en Tr;:i11si]v;in1;1, en ('.I Un c;:i111pcs111ado libre y un;1e1·cci('11tc cl<isc rnr:cf1;1 n1111;111;i (ahn11110- ¡;
l111pcrio H;1hshurgo. v l'll los pn11c1p:1dos sc1111<n1ió1101110s de lVloldav1a
Y V:1bqu1;1, en d l111pcr10 oto111a110. En Tr:111silvzi1110, los n1111;rnos far·
111;1b;:i11 b m;1yorí.-i ele la población. con u11;1 lcng:u;:i czirnctcrístic<i. Se
:~¡¡;
.¡;,¡r
dora en.el árnhilo profcsinnal'1 :'cguí:i co11í1a11do en crn1scg11ir ayuda
del Gobierno i111peri;1l. Adcm; ;, b s1tuació11 cxis!cntc en cí [':s!aclo de
Rum;inía no al1«1ía" muchos n111Ja11os 1r<insilv;inos. No ohsl;inle, la
lr<lt<ib;i ele un pueblo p1·edomi11<1nte111entc c<impesino. No tenían cien> cspcr<inza ele mcjorí<i inlern:t ,., mitió, sobn~ iodo después del rcch;:izo de
chos políticos, y<i que h pel"lcncncía a i;i D1cla de Tr;insilvani;¡ se ha·
lhhzi ITStringicb <l las l1·e:, trn;1cirrncs':,dc los rnagía1·cs, los sículos y los
s;1jn11cs. Sus dos 1glc.si;:1s, b ortodrJxa gricg;:i y ia u111;1ta, 110 disrrut::iban
\f~tE
'!'!f.ll
una pelición planteada con <ipovo popular en !909. T::1s la derrot;i
de 1\uslna-Tiungrí'1 en 1918, ··: acepló h í1icrn·poraci<Ín ;¡ 1111 Estado
nnnano a111pli<1do, aunque es , 110 se proclnjcr'1 sin g:r:11H.lcs recclos. 9

i~!·
ele lo:; mismos derechos reconocidos ah ca!/iliczi y la prnteslzintc. De El movimienlo nacional is! 1 y su situación er;:in muy difc1·cnles en
hecho, Jos diezmos p;:ig;1cios por los czimpesinos rn.m::inos iban a par;ir i.'·~¡1
Moldavia y Valaqui<1. t\quí, la:c divisiones económicas 110 se correspon-
zi cslzis Jglcsi;1s crexlranjer:isn. li/E¡ 1 dían con ];1s divisiones lingü sticas, corno sucedía en Tr;insilv;:iní'1. "

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El liderzizgo ccle.síástico del renacimiento cul!ural producido en el 1!;1bfa u11zi clile de habl<1grieg1 CJUC dirigía los principados, y que pro-
siglo xvm, junlo con el '1t1menlo ele las expcclaliv;:is desperl;:idas por cedía del rico b;:irrio de Ph;:in;¡ ·iol, en Const;:inlinopla. Pero se lral<lb<l.
l;-is rcform as ele .T osé, eslimu la ron el clesarrol lo ele un movi 111 icn to na- 2i>j sobre lodo, de una elite funcior:1rial. L:is divisiones c.nlrc tcrralc11ien!es
ciónzi l. Un;¡ famosa petición ele 1792, en 10 que cooperaron líderes reli- y campesinos se prnclucí<1n p11ncípaimentc entre la población de ha-
giosos unizilos y ortodoxos griegos, ide11tific<1ba a los rum;:inos corno bla rum<1na. Además, la divis ón religiosa no poclí<1 convertirse en la
un;¡ nación con una hislo1·ia conlinu;:i que se remonlziba al Imperio ro· b0se ¡mm la cre<ición ele un 11 nvimienlo nacionalista rnrnano. El go-
mano, y solicít;:iban que se les g0ra11líz;ir<1n iguales ckrechos, t;:inlo a bierno otomano g<1rnnlizó gra 1des privilegios pnlítícos a 10 Tglesi;i or-
nivel rndivicluzil corno nacional. Esto determinó el modelo" seguir en lodoxa griega," la que pe1'len1·cfa11 1'1 mayorí<l de los rumanos otoma- ...,.
ci futuro. El lidcr;ugo 1clcológico y político íuc suministrado l1or los nos. El coníliclo religioso hizo que la pobbción ortodox;i g1·icga se rc-
clé1·igos, aunque <ilgunos prul"csionalcs seculares larnliién empezaron volvie1·a contra sus cli1·igc11lc:. 110111inalmcnle musulmanes. Pero no
:1 juga1- un p;:ipel cada vez más irnpoi·t;-inle. sobre lodo a medicb que el
movimicnlo se fue raclicali1.anclo. L1 base pa1-,1 la oblenció11 del ~ipoyo
¡;:n· rue un gr<1n coníliclo y no se pr idujo un<1 clivísíón nacional.

~1;~
El confliclo surgió en el : 1:110 de la comunid<icl or!odoxa griega
popul;¡1· estuvo co11íigu1·ada por los lemas de la desigual ciad religios;i, acerc;-r..dc las líneas-;1acionalc: a seguir. Los 11ot0blcs nun<inos locai~s
y la rcform;:i ;tgrari'1. se(;Ínlícro11 agraviados por la i"Osición privilegiada del liderazgo de la
r!~~!1
Los Z1co11lecimic11tos de 1848 fueron muy ímporL;:inLes par<1 el in· lglcsi<1 ortoclo;'1. y Je los gobern an les de Pha na rirJt. Se 1r;llÓ, sin em bar-
crcmcnl.o ele !<is expcctzilivas. Al principio, los nzicion;ilistas n1manos go, ele llll C011flicto C011fi11'1clO ~obre lodo a los ll!H'k<; altos ele la SOCÍC-

! 13
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dad. Cuando los ortodoxos griegos y los dirigentes Phanariot intentaron u
. do lo que ya se había !Jecho en d Imperio I-labsburgo. Los líderes del
dirigir los priucipados en contra dd sultán, en 1821, d movimiento movimiento que crearon una Serbia autónoma no fueron ni clérigos ni
fue ignorado por los rumanos, y c.h.: hecho ayudó a provocar un levan- profesionales, sino notables locales pobrelllenlé t:ducadus, con muy
tamiento campesino. Ambos fuernn aplastados y Ja gran beneficiaria p0co interés por las ideas nacionalistas, si es que sentían alguno. Si
fue la nobleza rumarm, de cuyas filas saldrían los hospodares nombra- l.iabía división sobre cuestiones rt:ligiosas era en el seno de la lgksía
dos por d sultán. Estos hospodares sólo estaban inten~sados en las re- ;;rtodoxa griega, donde Se planteaban demandas en l°aVOr dl! llll~I UU(O-
clamadones nacionaks de un modo muy conc1·eto y como ml!dio para JlUl)lÍa especial de Serbia, a las qw..: el lrnpaio olomano estaba muy
incrementar su prnpia libertad política. Los cstudianks que rcg1·esa- dispuesto a acomoclarst:.
ban del oestl!, así corno los efectos de l<1s rdonnas introducidas duran- El Estado serbio no fue crt.:aclo por ia presión nacionalista proce-
te d pedudo de control ruso, en !a década dt:: 1830, estimularnn una dente de) interior, sino por la necesidad de responder a la debilidad'
cierta rt!lórica nacionalista, pero ésta no se extendió muy lejos. Sus li- del Gobierno central. A finales del siglo XVJJl ]as autoridades eran in-
mitaciones se pusieron de manifiesto en 1848 y más tanle, cuando fue- capaces de proteger a la población de las depredaciones de los _iení7''·-
ron derrotados los intentos por expresar d nacionalismo en términos ros. los soidados otomanos. La sub~:¡1,1.1iu1le anarquía alcanzó su punto
reformistas. A par! ir de entonces, el naciomdisrno expn::só más bien úlgidu en las primeras décadas del-siglo XIX. Los jenízaros reacciona-
1 las maniobras de la nobleza nativa en sus intentos por explotar la in- ron contra los intentos otomanos por doblegar su poder. Finalrnellle,
1
1. fluencia extranjera de tal modo qul! dios pudieran maximizar Ja inde- provocaron laTesistencia local cuando masacraron a notables serbios
pendencia local. En· 188 I, estas ·maniobras dieron como resultado la y a muchos otros. La resistencia se inició con un llamamiento a Cons-
creación de un Estado-« nación u, aunque se.: tuvo que buscar a los go- tantinopla para que rcslaurara el orden. Al quedar claro que e! Gobierno
bc1·n:·1r-,i._.s en ho; familias reales extranjeras. Más tarde. este naciona- 110 era capaz dt.: hacerlo así, la única alternativa que quedó fue la de
lismo sólo adquirió base popular en forma de aiitisemitismo. Los judíos imponer localmente el control. lo cual se consiguió con la ayuda ele po-
formaban vil"lualmenle una clase media sustitutiva en Rumanía, y tencias extranjeras. corno Gran Brl!laña y Rusia. De este rnodo, Serbia
fueron objl!lo de un amargo odio pur parll.: dd campesinado. i:slabit.:ció una aulo1101nía limitada ya a principio:; de b década de 1830.
Aunque los de!alles son difaenll.:s, de la consideración del naciona- La influencia occideutal empujó al país hacia la adopción limitada
lismo serbio en los dos imperios surge una imagen comparable a gran- de rd'ormas. Las iclt.:as nacionalistas dcsan-olladas clc!~tro del Imperio
~les rasgos. Jlabsburgo se pudieron emplear entonces para lcgitirnizar a bs auto-
El renacimiento cultural serbio se cent1·ó en la región autónoma de ridades serbias Linte Jos ojos de la opinión pública y de Jos extranjeros
Voivodina, en i;I lrnperio IIabsburgo, viéndose apoyado por la clase que les apoyaban, sirviendo al 111isniu tiempo pa1·a juslil"icar los in len-
emergeule de comercian(es de la región)' estimulado por los GOntac- tos por lograr una mayor independencia y más lerritorio. L~l naciona-
tos culturales con otras ciudades más grandes dd imperio. La ·discri- lismo nunca cumplió una importante función inlerna en la fase de
minación contra la Iglt.:sia ortodoxa.griega propon:ionó un foco insti- oposición y, una vez conseguido el poder, fue ,utilizado sobre todo para
tucional p~ií·a la acción. La posición privileg-:ada de los magiares ca- legitimar la acción de los extranjeros.
tólicos en b posesión de la tierra dio ~d movimiento nacionalista un
cierto apoyo l!Conómico. Históricamente. los serbios habían recibido
promesas por parle de los gobernanlt.:s l-labsbu1·go en d siglo XVII; en Provisionalmente. se puede llegar a 1:1 conclusión de que ;os nai:ío-
ellas se les garnnliZ<lban los derechos políticos, pl!ro nunca fueron 11alismos serbio y rumano en el Juiperio 1-labsburgo fuéron un:i res-
cumplidas. puesta a la subordinación local en los asuntos económicos. religiosos y~
Así pues, los serbios pudieron desarrollar un rnovirniento naciona- políticos. El renacirnicnlo cultural permitió la extensión ele las icleas
lista culturnl y efectivo de tollos estos modos: cultural, económico y nacionales. y el cambio económico creó nuevas elites y movilizó gn.1-
n.:ligioso. En 18.:.\8, al igual que lus rumanos, se revolvieron contra los pos populares, que el nacionalismo pudo aglutinar en un movimiento
rnagian..:s. Es más. a partirdt.: la década de 1830 pudieron buscar inspi- común. Las reformas centralizadoras dd Gobierno imperial, al provo-
ración en una Serbia autónoma dentro de·I Imperio otomano, y cun- car el nacionalismo magiar, condujeron a su vez al desarrollo ele mo-
te111plar i11eluso la posibilidad de i11curporarse a Se1 bi:1. vimientos contranacionalislas por parte: de los grupos subo1·dinados.
La zona que s<.: con\'irtió en Serbia presenta un ful!rle cuntra:de con En el Imperio olonrnno estos grupos no se vieron sometidos a dis-
el 11aeio11alis1110 st.:rbiu surgido en el 1rnperio llabsburgo.6~o aportó criminación local, reíigiosa o cconó1nica. El nacionalismo fue menos·
nada notable al renaci111ienlo cultural serbio. De hecho, tornó presla- una respuesta al Gobierno central o a un gnirio cultural dominante,

J 15
1}
que 11110 c:;lricl;:i re0cr:1(111 por p<11·1e de los nol<iblcs loc;:ilcs conlrn los cornproh;1r si ése rue cíectiv;11nenlc el caso, debernos crmsidcrar ci 1110- \~

<11_~e11lcs írnpopubres dci Cobícrno olom;-ino, tales como los dírígc11tcs


¡
vimíenlo g:i-iego con cierto de talle. 1
Ph<111<1nol o los jenízarns. ¡\ 111cnudo íuc l;:i propi<:i Constantinopla la '..'-. El f!Ohicn10 olorna110 c11 a pcnínsul;i 1~ricg;:i cr;1 si111ila1· al tipo ele tí
que cslimulr'i csla resistencia local, al sentirse inc;1p;:iz de controlar a gobic1·710 practic;1do en <Jlr;1c pa1·1cs del i111pcrio. Se 1olc1·aha b re cris- 1
sus propios ·t::3cntes. El principal estímulo lo ofreció el Gobierno cen- tiana -es decir, la ortodoxa •1ríl'g<1-. va los líderes rclig:iosos l()c<1lcs f
lr;:d, con su frnc:aso en el ejercicio de una autoridad efectiva. El p1·irncr se ics h;1bí<in g;iranlizaclo <1n'¡1lio~ podc1-cs. Buena parle de la vida coli-
objetivo de los notables loc;1lcs consistió en establecer una 11ueva auto- d iana esl<1 b;:i ;cgu latb poi· l;1 le\' cclcsi ásl ica. Ex ist í<i u 11 vigornso sis! e-
ridad que ostentaron ellos mismos. Aparte ele insistir en la autonomía rna de gobicn10 cornun;1l. e·1 el que los lídlTCs 1·cligiosos no eran los
n;icional en el seno de la íglcsi<i ortoc!ox<i grícgci, la [unción principal (111icos en jugar un papel 1111¡H1i·1anle. lnc;1p;:iccs, o no dispuestas ;i im-
de la iclcologí;-i nacion;ilista con;,istió en lcgi1i111ar el ;ipoyo extranjero poner 1rn conlrol 111ili1;:ir clir clo t'n 11n lerrcnu difícil, J;is ;rnlriridadcs
:-i Ín~; rnovimícn(os ele rcsistenc1::i. El ~1poyo p0pub1· era ine:;Íslenle, y 1ure<1s sólo 111;111te11ían el or ~c11 con b ;1vurh de los 11ol:il1lcs loe<1ks
l;is elites clingenlccs 1mplic;1cl;:is f¡¡cron pequeiias y ho111ogé11c;-is. Como ;· Como estos 11otahlcs, o jcks se h:ilbh;rn en pcn11;111cnle conflicto en-
:·.
co11secuc11r:i<i de loclo ello, las funciones ele e0<xdi11;:ición y 111oviliz;i- tre ellos mismos, el rcsult;11 o ci·;_1 un;:i polílic;:i co111pkja en continuo
c1ó11 rucron mucho 111cnné; 1111])or1;_11lics que en los mov1111icntos nacio- c!c:1plllz0n1icnto; en !zi n1cdi !~ !..~n que !o~ di.(~!.111!0~ !2n1pns (_·ornpc!ÍJn
11;il1:;li1s s(:i-hio y n1m;lllo del Trnpcrin !bhshurgo. L1é; illlpl1c;-icioncs ...
¡ c11lre sí v acepl<ih;111 la nil: hor;1cí<í11 co11 el C~Dhícrno 01rn11;1110, o k
µ:e11cr;1ics SCr<Íll zii.Jorchd;1s ;iJ r1n;:il ele CSIC GlpÍtulo. 1\hor;1 nos rcsla por opo11ían resistencia. En l;iic c1rcunsl;111cias ;1pc11;is si exislía un;1_cla-
cons1rJcr;:ii· \111 par de c::-i.•;os 11;:icio11zili.slas que se dcs;:irrollar()ll por r;1 percepción de que htihic a un Estado sohcr;1110 por encima tic !;1
cr¡¡11p!cl0
.
en el :;cno del i111pcnn 010111;1110.
,l gran v;1ricd<ld ele acuc1·dos p ·líticos localcs. 111
. L;:i autonomía iocil se v1 , n-fou.ad;:i gr;ic1a.-; ;1 J;1 posic1c.>I1 espcci;il
de que disírulr°> la Tglcs1:-i n1·1 1dox<1 grieg;1 :_·11 todz1 h p;1rtc c·uropc« del
lrnpcno ulornano. que le li::hb gar;:inlizado amplios pndcn:s, h<1hía
L.;1 111tcrvc1K1Ó11 C.';lr:-in¡cra V J;1 dchilid:1d oluman« l;:i111h1r.:11 1uv1e- abolido una sene ele ;-i11lorid tdes eclesiásticas locales, cc;rnn en Serbi;:i
rn11 1.11i;-1 r.·:r;in 1111porlancía ;-i la hrn·;_1 de 1níc1;:ir y sostener el 111ovímic11- y Bulga1·i;i, y había colocadc a los cristianos de estos lern!nrios bajo el
lo gr1c¡i;c1-dc indepc11dcm:i;1 11:icion<1l. L;i dcbil1clad olom;111<1 fue p<1rt1- contrnl del gran palri;:irca, c¡¡¡e 1-csidí;-i en Consl;inl inopia. El patri;-irc;:i
culan11cntc cvicle11lc en el sur de Grc.ci;1, 1111 terreno f;1vorablc p;:ira la y sus íunci¿;1arios combín;-il1an poderes rdigiosos Y sec11h1-cs ~~bre l;:i
aclu;ición i.:;uerrillcra, y clcsde clonclc era muy dirícil mantener lasco- población ortodoxa griega. Tenían, por e_1cmpln, poder p;1r~ l1_¡~r los
111un1e<1cio~ics con el c"ohierno ccntr;il. Divers;1s Fonnas de ;:ipoyo ;:i la impuestos. lo que les pcrmllÍ<l rin;inci;ir hs gr;indcs co11tnhuc1ones
c;:i11s;:i griega, l;:into oficiales corno cxlrao[ici;ilcs, procedenles sobí·e que el palriarc;1do h;icía al ( obicrno.
lodo de Gran Brcl;:iiia, Fr;:incia y Rusia, jugMon un gran papel en el Los griegos t<irnbién len J11 otros poderes. 01spo11í;in ele respons~­
ma11lenirníe11to del rnovi111icnlo durante la déc:1Ja ele i820. El Estado bili<facles especiales en el m 111do y manejo de la flota olom<ina. Dorn1- i_·
griego que se creó Fi11alrnc11lc se encontró bajo control brit<1níco, <iun- 11ab;:in la marin;:i mercan le. rradicionalrncnle, cr<1 un griego ci que ;1c- !

que h in[lucncia francesa larnbién Fue de consideración, e importó a ·r


luaba corno dragomán pa1 ;i l;:i Puerta, un puesto equiparable al de j'"
su goben1an te de u na rama e;:idete ele" u 11<1 fa rn il i a 1-cal a !emana. ;.-, sec1·ctario pai-a asuntos eun·peos en Gran Brdaiia. Los <iltos funciona-
·,•,
/\ pes<ir ele lodo, el papel del nacionalismo [ue mucho más evidente rios de la Iglesia y los gobe1 nantes ele Moldavia y Valaquia proccdí;:in
en el caso griego que en los c<isos serbio y rumano. Hubo un confliclo de la0ricas fomilias griegas lcl barrio de Phanariot, en Constantinopla.
permanente con el Gobierno cenlrnl. lo que exigió una resistenci<1 or- > El poderoso e i 111 portan t, papel de los griegos en el I rnpcrio otoma-
ganiz.ada de proporciones mucho m;:¡yores. Ante este conflicto, la res- no tuvo una serie ele cons'ec•1encias. Muchos griegos estaban acostum-
puesta ck la opinión pública en G1:a11 Bretaiia y Francia se vio in[\uicla brados ;:i pensaren término. muy amplios sobre el futuro del imperio.
por l;1 imagen p;irticubr que se lenía de la nacio1wliclad griega y por :¡ Sus icle;:is adquirieron una\ ;iricdad ele íorrnas, pero tod;is ellas tenían
l;:i lucha por alcanzar la independencia nacional. Una amplia v;irie- una cosa en común: los intc1·eses y los. valo1-c.s g:i-icgos se cnlendían no
c[;:id de el i les se vieron obl ig;-idas ;-i coopc1·ar. e11 mayor rnecl ida que en, simplcrncnlc en relación co11 la península o en términos de población !:
~ ~
los casos serbio y rumano. /\.la vista de ello, el n<1cional ismo griego íue de l~ngua griega. Lo griego se pen-saba en términos o bien de herencia ¡:.
;!I
un rnovirnicnlo más «genuino» que sus correspondencias serbia y ru- helénica (que, en conclusi( 11, se extendía más allá ele la penfnsul;:i, 1.·J
¡
mana en el fmperio otomano y, en ese sentido. más afín con algunos par;:i incluir el Asi;:i Menorcccidental), o bien en lérminos del papel de
movi1nicnlos n;1cion;1]isl;-is surgidos en el !mperin !·lab:;burgo. P;ira 1;i ¡ glesia ortodoxa <:orno i .1st n1 mcn lo par;i la 1-corga niz;ición ele la

116 ¡ 17

•\
,,

parle europea del imperio. 1-lasta la población de habla gdega se ha- c<d. Ambos miraban con recelo a lós procedentes de Plianario!, pero
llaba extendida müs allá de la península. , tk'bían soportar que ocuparan pucstos dirigcnlt's debido a los precio-
En!n: estas variadas idt:as había algunas dt: 01·igen occidental. aun- sos recursos que aportaban. Los co11H:rcianit:s y los marinos hicieron
que las relacionadas con la democracia y la libt:1tad eran dd'c11didas otra contribución, casi indcpcndicntc. En términos de conflicto militar,
corno expresiones de valores clásicos griegos. Los miembros de la elite el apoyo popular fue movilizado a través tk los canales de autoridad
<le la comunida<l orto<lo:w griega disponían de fácil acceso a tales ideas, ya establecidos, y no por medio de nuevas clases de organización polí-
ya fuera por medio t~cl estudio, los viajes o las bien surtidas bibliotecas, tica e ideológica. La única exccpcíón fue la viole11cia comunal surgida
como las que poseían los gobernantes de los pi-incipados d~mubianos. en las ciudades, que produjo masacres en los barrios Lurcos. Esto ft-~~
Es más, las personas que ocupaban estos puestos estaban obligadas a provocado, en parle, por el asesinato del patriarca y de inuchos otros
pensar en la futura f'or111a que adoptaría la organización polüica en un griegos en Cunstanlinopl;i, a raíz de las noticias sobre las prillleras su-
imperio en decadencia. Fue un hombn: llamado Rigas, secretario Je los blevaciones en la península. Pero estos confliclos cornunaks no fueron
dirigentes Plwnariot de Moldavia y Valaquia, quien adaptó las ideas oc- i11tegnidos en ninguna organización o ideología nacional isla mús amplia.
cidentah.:s, y particularmente el pensamiento constitucional desarrolla- Las elites que compelían e11tn:: sí no fueron capaces de cooperar e11
do en Francia durantt: la revolución, para producir una Constitución un rnovirniento t"u1ico. La frúgil unidad que pudo crearse (kpendió con
¡,
que se habda pretenJido promuJgar en unos Balcancs bajo gobierno frecuencia de la ayuda di1·ecla procedente del exterior. La interven?.·
~~.
ciú11 ex terna s;d vó la si t uaciór 1et 1 tura se1·ie de ocasio11L'S críticas, con1u
J griego. En csle caso, lo griego contenía un amplio componet.le helénico,
mando la acción co111bi11ada brit<111ie<t, rrancesa y nis;1 impidió rnrc
.! y no se lra!aba de una eslricta idea étnica. Es más, fue un avudantc de
.J
·j~
un di1·igente Phanario!, d griego Ypsilanti, el que inició u1;n subleva- lvkhernct Ali actuara contra los rebeldes. Una vez que la arncn:tZ<I lur-
ción <le los griegos 01·todoxus en la región del Danubio, en 1821. Aunque ca remitió algo a mcdiado's de b década de 1820, t:I movirnie11lo «lla-
allí recibió poco apoyo, el levantarnicn!o se extendió por In península. cío11aJ,, dt:gL·ncró en una serie de feudos lucalc.:s de c:1rúclcr Licciusu.
El apoyo cxterior Fue crucial cn esta sublevación, y lo que más atrn- Súlo la rt:novacíc'.ln de la a1ne11aza turca obligtí a las f'accíunes a enterrar'
jo a la opinión pública exterior funon las ideas sobre la n::stauración le111poral n 1e11 te sus d ife re ne i as.
de la civilización helénica. Esto afectó a su vez ::ti ca1·::icte1· interno Jd Con la derrota del Gobierno olo111a110 fw; necesario h:dlar un con-
rnovimienlo de independt:ncia. Dt:spué!s de su fracasada insun-ección, tenido positivo a la idea de un Estado griego. L1 printl'ra Constitución
Ypsilanti logró reclutar a numerosos notables locales para su organi- presentó u1ia facli:1da par;1 el consu!llo occidc11tal. con 1:1 que se intcn-
zación, ia Filiki E'!cria (Sociedad de la Amistad). debido a la creencia laba elllnascarar la a11arq11ía exislc11k. !.:is instituciones polític;1s na-
de_ que contaba c~n c:I apoyo niso. A medida que d apoyo fi11anciao y cionales sólo e111pezarrn1 a ;1dquirir :1utoridad 1·e;rl gracias a la presión
n111ilar europeo h1e canalizado hacia ia península, se cr...:ó el nccesai·io occideJ11<1l. Kapodistri;rs, el prilnc1· presíde11lc Lil: Grecia, 110 iugró su-
foco para la acción común por park de los notables lücales, compues- pcr;1r las disputas 1':,1ccius;1s y fue ;¡s'-·sí11adu. El b;'1varo Olio. c:Oll\/érli-
tos la11to po1· jl'fcs co!llo por líderes n:ligiosos. Era t:sencial que dios du e11 rl'y e11 1831, 110 1;1nll> en \'L'rsc obl ígadu :1 ab:1ndonar sus intcnl.o.>
aceptarnn el liderazgo público de figuras capact:s de expresar los objc- por co11slruir u11 !l1udérrl<l sislerna L'Slatai. !)¡;hecho, la idea de 1.;s,a-
.tivos ele la ltlcha en términos aceptables para el mundo exterior. blccer u11 Es!ado sulwrano 1w.fu;.: un objctivu muy curnún, sino que se
Sin embargo, tanlü estas figuras locales como otra$ tenían preocupa- lralú de algo situado mucl'.o 1n:'1s allú de la imaginación de los jcfL's loca-
ciones muy diferel!lt:s. Los litkrcs n:ligiosos anhelaban una t.:specie de 1·cs- les, a lo que se opo11ían los lídcrc.:s rdígiusos, y cunsidc.:rado siempre
tauración dt: I3izancio. Dt: hecho. resulta difícil imaginar cómo podían co1110 den1asiado reducido por parlL' de.: quie11es soiiaban con unos J3al-
contemplar con agrndo la idea 'de una 1·t:$taurnción del espíritu helénico. c;1nes hclé11icos. K;1podi.-:lrias, 11110 ck los pens:1dores ni;\s cl<1rus subr·c
Los Jcfc.:s locales, muchos lk los cuales eran bandidos (es decir. notabks lo- l'l lcma. cre.\'Ú que lo rnc1or sería una CÍL:rl:1 lorp1z1 de aulo11orní~1 proví-
cales que no disfrutaban del favor otomano}, sólo estaban preocupados s1011al, y;1 que eso lacilil:trí:t la posiliilid:1d dl' prcsion:ir m:.ís tarde p;1ra
! por explotar la situación. con el propósito de expandir su influencia. Tam- expandir bs frnntcrns. l'eru Gran l3rct:1.-1:1. Frnnt:ia y Rusi:i insistieron
;¡l bién necesitaban encuntn1r recursos para sus!iluir la declinante autoricla<l L'll la «i11depc11llcncia n;1ciun:d», y !:i suya fue b t"illi111a p<tl;1b1«1. Una
:l
,! del Gobierno otomano y el sistt:nia de colaboradores que éste había sus- vez formado, c.:stc.: Es!ado fue.: c:1paz de ge11c1·ar una ideol[Jgía naciona-
~ lista étnica que legitimó s11 propia existencia y jus!ifictí los intentos
tentado. Pcro es muy dudoso que la idea de un Estado soberano, ya fucrn
nacional o de otro tipo, tuviera sen!ido para esta clase de personas. porcxpa11dirse k1ci:i L'l norle de ht pc11i11s11b. /'vl;is l;1nk plan!L';1J'Í:1 rc-
Todos estos grupos se hallaban eofrcnlados entre sí. L,os jefes loca- c!a111<1cioncs en la parte.: occidenl<tl de.: Asi;1 /Vlenur. lo que ;iyudaría a
1 t:sli111ula1· u11<1n:spucsla1rnc1011alisla lurca. 11 P·c.:1·0 cl n:1cíun;ilisrno él-
•I
les y los líderes religiosos compdü111 por la obtención de influt:ncia Jo-
~- l 19
•(
-.:¡[
118
,.. .; .:~· -

nico fue m;ís bíe11 cl producto, antes que la e<lllS<I, del Estado-nación
;.~~~: ~:
i\;rr.:
l•;:lij,

Conclusión
.1
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'¡.1 ·'.
l~.:1.
11

griego. El 111oví111ícnto gl'icgo fue cxccpcionalmcnlc íucrlc y popubr tf{;._·'º


;;:t~!·; . :
f '

c11 CO!llparación con los 111ovímíc11tos 11acio11alísl;1s en el Imperio olo- ·ZEi~i¡' líe argumentado que Lis l n.:s unciones de counlinaci<ín, moviliza-
1
1 f
~m''. ció11 y kgiti1.11ación proporcir~nzi i u11 ~11.edio útil de ;inaliY:<;r el papel
i'
111;1110. pero l;1 Íunciún cxlcrn;.1 de lcg1lim;1c1ó11 siguió :-;icndo la pri;)_ctpal 11:
e<ffaclcrístie<L En comp;1r;ición con los movílllienlos 11acíü1rnlislas del J\~,¡,_ <lcl n;:ic1onaltsmo en una opos1c1< 11 pqlitJca. Los casos co11s1clcraclos en U'
Imperio Habsburgo, se lrnló Je un 111ov1miento ideológicamentc'coníu- ~¡Wf este capítulo sugieren que la cooi di nación y la 111ovilizaci6n fueron de v:
so y muy desorganizado. Susjusliíicacioncs hisloricas e inslilucionaks "~~¡, particular importancia en los m"vimientos 11;:1cio11alíst;:is del I1nperio F
kf
zipenas si rueron nacionalislzis, y se lraló 111;ís bien ele glosas de los prín- -j~~'. '. l labsbu1·go. mí entras que la lcgil 1111ación íue el más í111poi-1ante en ios !\
·f.
c1pios univcr:;alisl;1s de la Europa occidental, o de las arnbícíoncs del li-
t •k!·'
'~i)·L'
' 15" 1'
del Imperio otomano. Las razone;_ de estas difcrcncizis b<'isicas hziy que
~
f

clcrz1zgo orrodoxo griego. Sus ¡11slificzicioncs él111c1s íue1·011 un producto


de 111depcndc:nci<1, ;mies c¡uc de opo;;1cir)11. No obslante.\\ h posición do-
\

!.
busczirl;:is en las gi-ancles difcrcnr !as cxislenles enlre ambos imperios.
Ésl;:is se pueden analizar <t c11al r' ni\·~les: re be iones intcrn;icionalcs.
r
~ :¡

m1nzmle de los griegos en el Trnperío oto1m1110 les pcrmi\'íó formular una .! csln1cluras estatales, relaciones económicas v lzi pos1c1ón de varias
cs¡occie de c;:i\1.<;;1 n;:icionalisl;oi <111lc otros E1·upos c11nlpcos que, a .su \'C7., conícsi<Jnes cristianas.
. 1 lr~:..;;J1TrJ\l;1rrJ!1 bucn;1 parle c.k: ;:;u rl;'t<:"!n11~di~~llH'I cnn!1·;, los g1·it~gns. El lrnpc1-io 1-!zibsburgo fue cr-11s1rk1·;i1ln C()l11<> u11a u111dad estable
· Eslo .~e puede \'Cr así c11 el c;:1so bul1_~an.1, que co11s1c.lcr;1re111os bren> en la co111u111r.bd internaeiunal. a· \ccpción de un hrcve período en l 848.
rncnlc. El 111ov11111c11lo 11;1( ;n11¡¡I btilgziro se co11f1guró alrededor de h1 '}\\:;¡ Esto fue cspcci;:ilmentc así dcs¡i 1és de que se l111h1er;1 a.111.o.;t;:ido a los
rcsísli.:11cí;1 ;\Í p<ilri;:irc;ido griego de Co11st;1111 í110¡1la. Los 111ic111bros de ¡;,;ir•; co11l1«1licrnpos de la déczida de 1: 60 y su posle1·io1· 1·coq.:ani7.;1Ci611. L;1s
1<1 l¿:lcs1;1 01·1odrJxa griega c11 !3ulgzn·1;1 no se scntí<in s;1l1skchos con
cslc cn111 mi ccnlr;\l y lral<lrn11 de est<lhlccer 11110 011loricbd índcpendien-
'~:..·, ¡:.·~;,:.~" ~
..;: ;·.· : ._:..;, [.•,:·, ·: ,· _: ,· grandes potcnci;1s
nfan el menor europeas.
deseo con la
de explota pu:~iblc
excepcir_'¡11
las tensiones
o ínlcrnas ele exislenics
Rusi<1. no le-
en
1( p;ir;1 la l¡;li.::-;ia c11 l3ulg;1r1:i, ;:ipebnclo p;:ira ello a un precedente hís- el imperio, ni poner en peligro -;u estabili<.bd. En co11scc11encia, la
irínc:o. E:;l;i <ipclac1ón se utilizó ;:i su vez p;1r<1 construir una conccp- '-'!;·' oposición nacional isla dentro d :! imperio luvo que conccnl rarse en
;·l.: j'.l~-',.:·, fl:;_<~,i cxlcrior
dcs~1 rrn l líaueron
1

uón de u11;1 idcntirbd nacional hístC1nca b1ilt.:ar;<. Un<t rica cl;1se ele co- ,·.';.\,· r rn ov i i 11 l crn i 111 cn le cíce ti vos. La;; a pe! ac iones a
111 i cn t o s
rncrcí;:i11tcs bt"ilgaros que vivía en Co11sl011l111~1pla. rclacio11adns con un
... .• 1
1 <.e mue 1a meno importancia. En contraste con ello,
1

corncrc10 cxp<111:;1vo en la propia B1ilgan;1, prnporc1oncí el <1poyo social In comu n iclad in tcrnacional con ';idei·ó al Tmpcrio otomano como una
nccesarío p<ll"a el desarrollo dc!::sla ídca hasta que ;1dquiríó ío;-rnas po- .~.i:\: unidad muy i11establc y dcc;ic!.:ntc. Por eilo, el establecimiento de
liL1czis pr:1clie<1:;. El G<;bicrno olomano apoyó la exigencia de una auLo- ·y~(i Estados clicnles en lug<ir de la <iuloridacl olo111;111a fue mucho m<Ís
ridad cclcsi<1.stica scp;oiracla, ya que eso le permitía explotar bs rivali- +:1 atractivo que las opciones allc1· 1;:it ivzis de ::ipuntal;:ii-cl imperio o ha-
,._:· ..,
dades existenl.es en !;1 propi<t Jglcsía ortodoxa griega, y también encajaba ·'"' cersc cai·go del control cli1·cclo de dcte1·111inadas regiones. El nacio-
con algunas de las ideas rcíormi.slas en circulación. ;i~i--~-- nalismo ofreció unajustificac1<•n pa1-;:i esta política. Eso íuc algo de
Estas dispu\as fueron m<Ís religiosas que nacionalislas, a pesar de ,,;\; particular importancia para Gr 111 Bretaña y Francia, donde una opi-
lo cual pcrmil i<::-ron a la.s elites búlgaras, tan lo eclcsi<'istícas como sc- ~~1: nión pública liberal ejerció una 1111porlante inílucncia sobre lzi políti-
cul<tres. ciarse a sí rnisrn::is un sen licio colectivo ele iclenlicléid, y recha- ""' c;:i exleri01- clu1-antc bucn<1 parle del siglo. Al mismo licmpo, la c.lchili-

zar ![1 definición de los lJl'ilg;:iros como griegos (es decir, griqios orto- J~ dad del Gobierno central oto11 ;1110 obligó a los notables locales de
¡· ,.:~_:1,Í,;.:,·. ·
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doxos), que era lo que habíél. prcvalcciclo has\ a entonces. Una vez esta- ·.·•. algunas zonas, como Serbiél, él presionar en f"avor ele la au!onornía n'
blecida una autoridad ccles1áslic;:i separada, ésta prnporcionó la base ,, p::ira preservar la estabilidad k cal. Para lievar a cabo esta lareél, sin :i .

ínslilucion;_il para una posterior elaboración de la ideología y la orga- .,,.,. embargo, no se necesitaron nu•'vos tipos de organiz.ación política o
nización nacionalislas. Es dudoso que este movimicnlo bCdgaro hu- ,q[: ideológica.
biera podido lograr, por sus propios es[uc17.os, ::ilgo m<Ís que una lirni- '~'.!l Podríamos describir el lmpe io IIabsburgo del sigio XVIII como un
l;:icla autonomía religiosa. Pero, al igual que en los casos serbio y ru-
111ano, aquí jugaron un papel importante la debilidad otomana, por un .·.~f,r.·,i_!. ..:· Estado feudal, cuya caraclerísl:ca b<isica Fue la ele eje1-ccr el control
sobre la población a través de\; clase privilegi<1da de los lcrratcnien-
lado (dcbilid;:icl que no se debía pri111onlial111cnlc a los desafíos nacio- ;:•~·••:1·_:.~_·..: :.:_. tes nobles, ;i quienes se les gar; ntizaron dcn:clios polí!icos íormalcs
nalistas), y l;:i intcrvcnc1ó11 extci·ioi-. por el otro. La polí{ic;:i de bs po- y bastante exclusivos, incoq10rzidos en una v<iriedad de i1istituciones y
tencias cxlranjc1-as en el cslablccimicnto ele Estr.tclos dienlcs en la Eu- exenciones. Tales instituciones 1 xislicron a nivel local. provincial. na·-
ropa olomana exigió, u11;:1 vez méÍs. un2,,.1usti[icJción que el limitado cionzil e imperial. Su importan :ia varió, ele ;:icuercio con' la íor111a en
111ovi111icnlo nacionalisl;i búlga1-o ..csluvo en condiciones de ofrecer. que el poder de los Habsl;n._1rgo ~e hu bicra ex l end ido sobre u na región

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..
El !2stado otomano qut.!dó organiz<.Ído de un modo compl_e~a111c:11te
en particulac Así, por ejemplo, tenían pµc~1 importancia en los territo-
rios fronlt:!rizos nillitarizaJos, ¡dlí donde la arnenaz~1 turca había exi- t!ifcrente. Aquí existía un sistema e.le control burnci-álic~ y m1l1tarc}uc~
irradi:111 do di.:sde d centro, se combinaba con una sene de acui.:1c.los
gido una fonna 111üs inmediata de autoridad, o en Venecia, donde la
informales con los intt.!rl!scs locales. (A su 'debido Liem!Jº nos ocupa1·~-
dominación de la ciudad-Estado había imp!-!dido el desan-ollo de una
importante noblt:za lei-nHenicnle corda que el Gobierno imperial 1110s del papel de la autoridad religiosa en el seno ~l~I Estado) A medi-
podría habe1·se c:nlcndido. Una vez más, la Conlrarrefonna en Bohe-
da que fue decayendo la autoridad burocrática-militar, eso_$ mtereses
mia y Moravia había minado la posicióri-dc la nobleza local, dificul- locales intentaron rd'orzar su autoridad a parrir ele otras luenlcs. Lo
tando el que la nobkza de las generaciones subsiguiente;¡ de ambas liit:ieron dd mismo modo informal en que habían colabora:k~ con (o •:t.!-
provincias pensaran en 1Jn11i11os nacionales. La autoridad imperial sbtido a) la autoridad otomana. Así, por ejemplo._ la pol1t1ca se_rb1a.
1a to anles como después de la ui ndepenclencia nacional", se baso am-
era muc:10 mús fuerte e in111edia1a ~n los :e1Titorios occidentales del 11
írnpel"io. El sis1t:111a müs upuru" de autoridad feudal se c:.ncont1·aba pliairn.:nk en (..:udos t.!ntn.: !os n~t'.1blcs loc:1ks co_n ~ólo unos poco~ gru~~o~
íamiliares jugando el papel dmgenlt.!. El Gob1e1no otomano emp1_en
en Hungría ..
dió algunos intento::> por reformar sus instituciones potíti~as, ¡Jcro lue-
A partir d~ finales del siglo XVIII, la dinastía Habsburgo compren-
run débiles y no tuvit.!ron éxito. Sirviernn m::í~ para precipitar el des-
dió que este sisteilla mediatizado de.: autoridad (al que se debt.! ai'iadir
moronamiento de la autoridad en una zona delenninada _(como suce-
el de.: una Igksia católica se111iau1ónoma y pri\1 ikgíada) n.:p'resenfaba
una grnn debilidad, pur lo que in1L-11tú socav¡1rlu mediante.: una serie dió con los intentos por disciplinar a los j..:ní:zaros en Serbia). que para
de reformas. Eso produjo dos tipüs de consecuencias. En primer lu- configurar la base de nuevas formas de acción política, ya _fuci_·a en
gar, las i11slituciones así atacadas formaron las bases de una resisl\.:11- apoyo 0 como resistcllcia a J::s reforrn;is. Aquí no hub~ rnsl1_tL_1crnncs
cia dectiva al programa de rdurrnas. Cuanto müs importante fuera locales capaces de dar un t.!nfoque claro ::i. la res1sLenc1a po!it1ca. No_;:i.
la instiluciún, tanto 111{1s ekclÍ\'a resultó ser la n:sislt.!ncia. De ese hubo un sistema de reforma gubernamental capaz de forzai· a los mo-
h;
modo, fue precisamente la resistencia de la nobleza magiar más fuer- vimientos políticos a aceptar las nuevas ideas sobre la nalurnleza del
te, y la que pudo furmula1·se en l~rrninos nacio11aks, es decir, t.!n ¡¿nni- Estado. y sobre el modo distinto en que debería e~l<'.1-_organizaclo Y le~
11us de los dcreclws históricos de una nobkza nacional que se hallaban gitirnado un Estado soberano. Tampoco hubo d1v1s1oncs locales, ni
v_inculadus cun los dered1?s cit.:! antiguo reino de l lu11gría. Al misrno fronteras lingüísticas, ni los intentos locales por asegurar la autono-
tiempo, d programa de rdormas sugirió qui.!, en lugar de una cadena mía tenían necc.sidad alguna de resaltar esos ternas, eslínrnlando a su
• . contrarrt.!accion.::s por parte: de otros grupos ling[iíslicos. Poc todas
ck privikgios y autoridad mediatizada, qui.: s1:.· exkndía hacia el exte- 10
rior y lwcia <1bajo a partir del Gobierno impcrial, debi<1 existir pur un t:stas razones, no se nccesiló un nuevo lenguaje político 'para Linir a
lado un Esiado soberano, y por el otro una serie de acu..:rdns privados las elites políticas, movilizar e\ apoyo popular o ;;1pun\al<1r ~l nut.!VO
sobre terriloriu, rdigión o el!L1c<1ción, todo lo cual podía ¡~sumirse en provecto político ele crear un Estado soberano. Pero corno quwra que
una ~Ul:i~dal~ C01_1stilllycnte. A medid~1 que.la resiSIL'ncia adquirió nue- ese-lenguaje político ya ha_bía sido t:laboraclo y ac~ptaclo c11 otras
va!> lurn1<1s fue 1nco1-porando un<1-p:1rlc dL' L'Sta idea, al tiempo que parles de Europa. pudo servir para legili111ar los 111ov11111entos loc;iles
aba11do11ub¡1 l'.1n.:stringida dek11sa de los privilegios. A p:1rtir de en- en el exterior. . .
1u11ccs la «1Jac1on» lue cu11sidernda corno la rue111e de sobcr:inia del Es- A menudo, las divisiones económicas y lingüí::;tic_as de! [rnpeno
tad.o, lo que qw:daría expresado en una forma co11sti1ucio11:il, y 110 abso- l[absburgo [ueron coinciJcnlt::S. tv1íentras CSl_as re.lac1ones perrnane-
lu lisia. cierOll estables, eso no pudo conducir al nac1onal1srno. La respui.:sta
. l~~ta.uposiciú11 n:1ciunal SL'. dcs<1rrulló primero a {r<l\'¿s de grupos de [os grupos privilegiados a la rcforn1a polílíca l?gró estirn11lar un~
'.!
i¡ (1rl\'11Cg:1ados, y se exprvsó Cll formas lL'ITilorialt:s histórica$. Peco rue reacción nacionalista en aquellas clítcs pci·tenccH.:nles a los grupos
!ingi"iíslicos subordinados, tales como !os líderes eclesiástic:us. l~cro la
i1
tilla oposición pa1·liculan11enlé be11l.'i'iciosa para grupos lingliístk:us
dcten11111;1dus. Por ello, tal oposición IL"nl1i11ó por resaltar la irnpor- pcrspecliva del cambio económico crcad~~ por el ~)rograina de rclormas
lancia de ia lengua_,. de la identidad cultural. Eso, a su \'CZ, estimuló dd Gobierno, así corno la realidad de las altcracJOnes en las rclac10nes
la irnpurtancia tic los cuntranaciunulismus de grupos li11güí.stícos su- señor-vasallo, que a partir de ahora seguirían una dirección liberal.
bo1·dirwdus que, privados ahora de lus privilegios inslitucionaiiza- termlnaron por afectar a capas mucho más a1_nplias de_ la población.
dos a tra \'0s de los cu a les poder ex presar sus a m b ieiones, los basa1·on El nacionalismo pmlo convertirse así en u11a Jorrna tk 1nlcgra1· t:n un
\ movimiento político más amplio sus nuevas ambicio'ncs sociales, rela-
simplemente e11 el lc11guajc, la religión v otras formas de identidad
cul1ural. · cionadas co~ la propiedad"tk la tierra o el empleo urbano. En el lrn-
1
;

122
·: _.,

pe río olo1n;ino. l;i.s cli1·i.,iorn:s ét111c:;i.<; lc11í;111 muy poco que ver con las Gobierno central. consistió en .:xig11- la aulo110111ía nacional cor1lr;i el
di,.ísioncs ccnrn)mic1s [11 c11~dquícr c;.iso. 1111 e.xísl í~ 11i111~i.'111 s1slc111;i grnpo privilegiado. En e! ca:;o lcl Trnpcrio Tlabslrnrgo los otros focto-
chro de pnlpíed;1cl prívilcg1;1cl;1 ck la iitTr<1. 11i tan buc11;~~ pcrspccti- res cnurnc1·ados en esla conclu,;ión signific;i.nm que J;:¡ cxí¡:;encia tuvo l:
corno rcs11 l t;:ido la ZlfJZI rición el( movi m icn tos n;i.c 1011a Iíst ;1.~ p< Hkro;,os
¡,
\';1:; p;1r;1 el c:1111h10 :.i1Eríc<ih dc:;pcrlaclo pnr Lis nporl11111chdcs del mcr- !·
u1du. como •;1_wcclio <'11 el l111pcr10 l-!;1bslrnrgo. 1\.s1 pues, y c11 ECneral, y dcctivos; en el caso olorn:i110 la exígc11cíZ1 sólo pudo sc1· rkhilrncnle r¡
11n se p1·oclujo 11111!_;L·111 í111¡wlu cco11cí1111co irnporlantc c;1p;1z cl~-;1poyar reforzada desde Oll'ZIS [uenles e lemas.
l:i
lzi acción popul;1r que pudiera haber sido org:111izZ1clZ1 por un 111ov1m1c.11lo El punto general más íntcrc':Zlnlc que emerge de estas comp;iracio-
11:1cícn1;:d1sl;1_ El 11;1cionalismo sóln llegó a ser irnportZ111le entre ciert;i<; ne:; es que el desarrollo ele un 111ovimícnto nacionZllisla 1nternZ1menle ¡:.

clilcs cco1161111c1s -cri111cTc1· 11l::s serbios c11 l;i prod11cc1cí11 :1¡_crícob. ckct1vo (es dcci1-. uno en el qw se;in parlicu!Jrrncnle i111po1·t;inl.cs ];is ,,!·
11H.TG1d<:n·s h1'ilg:1!'<1:;, 11:1\'lt:ru •. g1·icgos-. v p1gó u11:1 l1111it:HL1 Íu11c1<.J11 funciones ele coordin;:ic1cín y m .vi\i-¡>:Zlción) se h;:¡IJ;:¡ n:l;icio11Z1clo con 1<1
ele coordi 11:1c1n11. ~structura del EstZldo al que se, ·pone. No es n;i.da c;iprichosn comparar
r:.11 el l111per10 fl;il1sh11rgo, l:1s di11.•:írn1cs rcli¡cíos:1s se s1qwrponí:.111 \;:¡ fon11;:¡ en que e! nZ1cionZ1lismci se desarrolló en el Imperio lfahsbu1·-
:1 h:; <.'Cn1H'1111i<·;1,;, prilíl1c:ts y li11gi'1isl1c:is F.slr¡ í'11c p:irl1ud:1rrnc11k gn con las rorm;is en que se des;:¡ rolló I;:¡ opos1ci(111p()fíl1c:i c11 l11¡~iatcrrZ1
1r11¡1n1·1~111!~: p;1r:~ !n:~: g1·11pn . . : !í11r~t.Ií~~:ic:o:~ ·~uhnrdi1¡;¡d•1:..;, dchj(.!1·1 ;1 quct·i y Fr;)11ci;i. Fn lns fr<·c; C:1c;nc; ~e r !Cdc obsci-v;q· U!1(! h~1siC:l i:l!~.:r;~·c~::i{)Jl;}
:1<k1 ;J/.f'.<l rlc: 1:1 li:k:.;1:1 j1rt'rn·i'c1p;1dn ¡·11 ',IJ.' 1111c111.s ¡1or 1il1ic11l'r l!'\1:111"; trc:; h;i11ch;; c11lrc 1111 F.sl:irlll qt::· :1111c11;i:;.;i grz111dcs lll:;lit11,·1011t''" 1111,,s
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'I,_.,.,_ ,·11. ,:, ccll"-;1;·1,I 1r:n:-.. p1;d" 111g;1r 1111 p:1pd 1111por lé111ic c11 l:.i ::l:1hor:1- ¡:;n1pos pr1vikgiadus atr111cl1c1· idos c11cs:<s1111s111;1s i11slíl11uo1ic:s. y h
pohhcirín no pnvilcgiarl;i. l'cr" cxisle11 dos gr:in<ics dií1·1c11u;1:; e1.1!11' !!
•:1rJ11 rl(' ¡,' . ::1.'; _,,oh1·c 1<lc1,l1rl:1d n;1c1011:il, pr'lf10rcio11:111do I:\ ;1dLTll:id;1
nr¡'.:.11111.:1uon :1 1111 rnov11111c11to nz1c1011:1I, ;1! rnc11u:.; en sus ¡w1111cro:; l11glalerra y Fr;11ic1Z1 por t111 l;11io y el Imperio ll:1bsht1rg(1 por e! olro.
1J!.'.'11!1():; rlc 1·;;islc11u:1. !-.11 ,.¡ f111per10 ulr1ill:rnn, v11 c:1111liin. J;i <li1·1s1t 111 En p1-i1ncr l11gar, est;i triple r.li· 1siü11 poseí;i di1nc11:c;irlllr'S é! 11ic:1:; en el
jl<Ji' .:n11Í<.'.''l<lll \'/'e 1·cJ1g1n:;;1 cr;1 lllllC!Jo illl'll().'.; l!llJ!tlr\;111ic. J .;1 f1~ks1;1
Irnpr_TÍ<) l Llh·drnrgo. En sc¡.~11111 'lér111i11n, l;i 1i111c;1 ro1·111;1 rll· :1:.;cgur:1r-
or!odn:·::1 ¡~1·1c(\1 nci1pé1h:1 11:1;1 po.s1c1ri11 pr1.,·ilcgí:Hl<1y•;e111oslr<'l pr;1de11- se el pude1· del Est<iclo. chcl;1s 1 cxle11s1ó11 v d1·.:crs1d;1d del í111pcrío, ,,,

ll' c11 cu:i1110 él oprn1crsc :il Gohír:n1n dl' Cu11sl;111l111opla. L:i opos1círi11
era p01· medio de la sepa1«1cir :1, anies que de l;1 1·cf'on11;i. De rnodo ¡;

cks:1rrui1:1cJ;1 ;1 p;11-1 ir de <";i;1 h:1sc ruc l'l11ll:1n::1r.i;1 Cll lér111i11r¡;; 110 11;1- que, en este c;1so. el oh¡ct1vo e: Í:1 scp<i1·;icíc'1n :111lcs q11c l:i n:ro1-111;1, v
c1011;iic:.;: cr1:;f1;1110·.; co11lr;1 rn11sul111;lllcs. Esto 1111·0 cr1111Hil:.1cio11cs el lcnr,:ua¡c c111plc;ido p;1r;1 ¡11sl '.1c;irlo se ('Xprc:;;1 en f(;r1111110:' ,¡,. irlc:11-
11:ic1011 ;i Ícs 1nd ir('(: 1:1:;, y;i e¡ uc "cris l. i;.rno" sign i 1'1cc1 h;:¡ ;1qu í ryrt odoxo t1cl;1cl cuilur;il y 110 si111plc111e11 ·.: L'.11 r<:n11111os de dL:i·ccl1us his1(·¡¡·1i:os ri
griego, lo c11Z1I, ;1 su \'C!., "<' h:il hb:i n:l:icíon:ido c-011 lry; lc!z;1dos de IZI naturales.
Grcc1Z1 cl:1sic-1 o de D1z;:111cío. Tzilc:; ídc1s. csczis:i111c11lc 11;c1011;1lcs. e En l;1 cornpren.sión del 11:· ::ionalismo, esl<1s funcirnics i11ler11;1s
incluso :intín;ic1cJ11;ilc;, ·:·11 ;ilgunos Cilsos, fuc1·011 electivas porque se Son ele l<lil[a Í111porlanci;1 COll •)la [u11CÍÓll C.'\{C\'11<:1 de lcgíi.Ílll<tCiÚll.
!,.
;1poyZ1ron en privilegio:; e instituciones y;1 cxistc11tcs en i:t Eurnpil oto- Si lo que p1-cdo111ina es esl<i üi1i111;-i. ello índic;:i sirnplc111cnle que en
111~rn;i. Fue !;1 rc;1c:::ión que se proclujo contra ell;1s entre la co111\111itbcl e! car;ícler del rnovilllicnto ele uposición no existe nada c;1p;:iz de clc-
crí:;t1:<na lo que condujo din:ctZ1111cntc al nZ1cionalis1110. L:is exígcr1cí;is s;:irroll;irsc poi- .sí lllÍ.smo corn ; ideología n;:icío11<1I ist;i. Las .razones
ele ~c1.·b1os y bt'iig;iros p:1r ;dcan7.8r l;:i aulonomí<1 del palri;ir~;1do se se tienen que busc<i1· fuera ele 111ovimTe11!0 de oposición. Pero p;:ir;:i
l1«\llslormarían en l::t justificZ1ci6n de la autonomía nacional. Una vez que ese movimiento sea cap;:¡z (::: utiliz<i1-t<1I ideología. 1in1e que hZ1ber
m;'is, d rcsc11li111ícnlo de lo:-; notZ1blcs n1rnanos a c;:¡usa del gobierno ele sido desarrollado y ZICcptaclo CI otr<i parle. La ru11ció11 ele kgilimación
los griegos de l'hZ111a1·iol cslimulZlría ¡;;' Zip<irición de un n;cionZ1lis1110 es secu11cbri;i, y ele pende del L~X lo previo del 11::icio11<1lisrno en cuanto a
superfieí<ii. SLIS otr<:is dos runcioncs. Cu ;:¡[qt 1c1· 1110\IÍ 111 ien to poi Íl ir.:: o puede ¡ l{ i 1Íz;:¡r
Este conllicto entre griegos y no griegos en el Imperio olornZ1110 líe- el lenguaje del nacion<i I isrno p~i r;:¡ i 111presio11a r a hs pcrso11::i.s ;ijcnas a 1
,,
11e inle1-csZ111tcs p<1rZ1lclis:11os con el conflicto entre magiares y no rnZ1- tcrn<i, y sobre es;:i base poco se iuede aprcncler sobre la les movimien- ;-;~

fÍZ11·cs en el Imperio Habsburgo. En <1111bos c;:¡sos, el conflicto estuvo tos. Pero allí donde se utiliza !.1 ideología n;:icion;1lisl<1 p<tra construir
relacionaclo m:'is clircclarncnle con el nacion81isrno que con l;i rcsis- un movimíenlo político dectiv» rnccliZ111le la unión ele diversas elites y
le1icia Zll Es lacio cent mi. En los do;,, 1:1rnh1<:11 los rnovímíentos políl icos l;1 movi!iz;.1cí(rn del :ipoyo po¡ 1il::ir, existe u11;1 1Tl;1cíií11 mucho rn;ís
más cÍce! 1vos [u e ron cre;idos por el grupo pri" i lcg iZ1do, que ex prcsó es l re cha cn t 1·c el uso de 1;1 1deol1 '[~Í a y e 1 rnov 1!l11l:n to poi íl ico. Las co111-
su.s cx1ge11ci;is en los ténninos bast;:ii;tc amplio::; e insl1tucinnZ1lcs de p;i. r;:¡ciones cslablccicbs en este L :1pítulo sugieren que el contexto político
que clisCrulab;in graci;:is ;:¡su posíciún prívilcgiach. L1 rcspucst::i. de los -y sobre lodo la oposición a 1.111 l .sl;ido en proceso de 1110derni1.acicí11 es
r,rupos subordinados, que contaron a menudo con IZ1 é1sislc11cí;i del p:.uticularrnentc in1port;rnk p;.i a crear tal csl.rcclia rchicír'n1.

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