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DEUTERONOMIO 28, 29, 30.

Dios promete BENDECIR a su pueblo si obedece sus mandamientos, y le promete les


MALDECIRA si desobedecen.

El cumplimiento de los mandamientos divinos era esencial para mantener la protección y


bendición de Dios, mientras que la desobediencia podía llevar a la maldición y la pérdida de su
favor.

Ser obediente desataría sobre sus vidas, la prosperidad, la victoria sobre los enemigos, la
multiplicación de la descendencia, salud y la sobreabundancia de alimentos. Por otro lado, las
maldiciones traerían enfermedades, plagas, desastres naturales, derrotas, hambrunas y mucho
sufrimiento.

Dios bendecirá a sus hijos, y a sus cosechas y ganados. (28:4)

El Señor te concederá la victoria sobre tus enemigos. Avanzarán contra ti en perfecta


formación, pero huirán en desbandada” (28:7).

El Señor te concederá abundancia de bienes: multiplicará tus hijos, tu ganado y tus cosechas
en la tierra que a tus antepasados juró que te daría” (28:11).

“El Señor abrirá los cielos, su generoso tesoro, para derramar a su debido tiempo la lluvia
sobre la tierra, y para bendecir todo el trabajo de tus manos…” (28:12).

Esta promesa que tanto declaramos y nos gusta: “El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la
cola. Siempre estarás encima, nunca en el fondo…” (28:13).

Que hermoso es ver a Dios mismo prometiendo sus bendiciones. Sin embargo, no todos
entienden que TODA BENDICIÓN IMPLICA UNA CONDICIÓN. Es decir, para acceder a las
bendiciones, tenemos que pagar un precio. ¿Cuál es el precio?

Debemos escuchar, cumplir y obedecer la palabra del señor, para recibir las bendiciones.

El capítulo 29 Moisés hace referencia a dos pactos: el primero, que Dios hizo con los israelitas
en el monte Horeb, y el segundo, que Moisés está haciendo con ellos en Moab. En ambos
casos, se enfatiza la importancia de cumplir con las instrucciones del pacto, y les irá bien en
todo lo que hagan. Y él no cumplir traerá el castigo de Dios a su vida y lo hará con furia.

Vivimos en una época en la que es común ver cómo muchas personas incumplen sus
compromisos y promesas sin ningún tipo de remordimiento o consecuencia. Esta falta de
cumplimiento de los pactos y acuerdos que establecemos en nuestra vida personal y
profesional puede tener graves consecuencias para nuestra vida y para las personas que nos
rodean.
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Se equivoca quien escuche las instrucciones de este pacto y crea que nada le sucederá si
desobedece. Esa persona será culpable de que Dios castigue a todo Israel.

cuando no cumplimos con los pactos que establecemos, podemos estar seguro que no solo
afectara nuestra propia vida, sino también la de aquellos que nos rodean. Así como los
israelitas no entendieron las razones de las acciones de Dios en su momento, puede que en
el presente no entendimos las razones por las que algunas cosas suceden en nuestra vida,
pero una cosa es cierta: cuando incumplimos nuestros compromisos, estamos abriendo la
puerta a las maldiciones como consecuencias.
Les invito a que seamos más conscientes de nuestros compromisos y promesas, a cumplir
con ellos con responsabilidad y seriedad, y a recordar que cuando establezcamos un pacto
con Dios o con alguien, no solo estamos haciendo una promesa, sino también asumiendo
una responsabilidad que debe ser cumplida. Al ser responsable tenemos la bendición de
poder vivir una vida más plena, en armonía con nuestros señor y con nuestros semejantes
evitando las consecuencias negativas de nuestros incumplimientos.

en el tema de la obediencia y la elección entre la vida y la muerte. El pasaje sugiere que


obedecer a Dios y cumplir sus mandamientos puede llevar a bendiciones y prosperidad,
mientras que la desobediencia puede llevar a la maldición y la muerte. Además, se enfatiza
la importancia de elegir la vida y de amar a Dios y obedecerlo con todo nuestro ser.

En un mundo donde a menudo nos enfrentamos a decisiones difíciles ya tentaciones, esta


enseñanza es relevante para nosotros. La elección fácil de obedecer a Dios no puede ser,
pero puede conducir a una vida más plena y significativa. Si elegimos seguir a Dios y cumplir
sus mandamientos, podemos recibir su bendición y ser guiados en un camino que nos lleve a
una vida plena y significativa.

La reflexión que podemos obtener de este pasaje es que la obediencia es importante para
recibir las bendiciones de Dios, y que la elección de obedecer a Dios es esencial para tener
una vida plena y significativa. Al elegir la vida y obedecer a Dios, podemos vivir de acuerdo a
su voluntad y encontrar el propósito y el significado que deseamos en nuestras vidas

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