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LA HISTORIA URBANA EN MÉXICO

CRÍTICA DE UNA HISTORIOGRAFÍA INEXISTENTE

Sergio Miranda Pacheco

~Fotografía: Héctor Quiroz

Acostumbrados a pensar la ciudad como el escenari o de tos, teorías y métodos de estudio?, ¿cuál ha sido su trayec-
la historia y no como la protagonista de su propia histori a, toria en M éxico?, ¿cuál su estado actual y tendencias? Mi
en M éxico los historiadores han contribuido casi nada a la análisis se restringe a la historiografía mexicana, produ-
discusión y desarrollo de la historia urbana, género histo- cida en las últimas cuatro décadas, en la que se abord an
riográfico que en otras latitudes culturales, como Europa y temáticas vinculadas a la ciudad de Méxi co, por ser ésta a
los Estados Unidos, tiene identidad propia y lleva más de la que más atención han dirigido los historiadores.
medio siglo practicándose con un reconocimiento institu- Desde luego, la histori ografía extranjera será un refe-
cional desconocido en nuestro país. 1 rente obligado y fund amental de mis interpretaciones, las
Esta afirmación acaso sea aventurada o perturbadora cuales se apoyan en la hipótesis de que la llamada his-
para aquellos historiadores que asumen a la ciudad y lo toria urbana mexicana no existe como género historiográ-
urbano como materia de sus investigaciones. La va lidez fico definido, sino como un conjunto de aproximaciones
de la misma, como veremos, se sustenta en el análisis de indirectas a la historia de la ciudad elaboradas desde otros
los fundamentos teórico metodológicos de sus obras, a la enfoques historiográfi cos, no desde la historia urbana.2
luz de lo que en la práctica histori ográfica se tiene como Hoy día qu ienes creen hacer historia urbana confunden
histori a urbana. Con tal fin, mi exposición está dirigida a con fa cilidad sus análisis y temáticas con las de la historia
responder a las preguntas ¿Qué es o qué debemos com- social, la historia po lítica, la historia cu ltural o la historia
prender por historia urbana?, ¿cuál o cuáles son sus obje- del urbanismo, a causa, como veremos, de que en sus

La importancia de los estudios de historia urbana es visible en el hedio American Urban Studies, Urban History Yearbook. Vid. Richard Rodger and
de su institucionalización como campo del saber universitario en algunos Denis Menjot, Teaching Urban History in Europe, leicester, Centre for Urban
países -Holanda, Reino Unido, Francia, España, Portugal, Grecia, Italia, History, University of Leicester. 2006. En México, los estudios, asociaciones
Hungría, Polonia, Suecia, Alemania, Estados Unidos-, en las asociaciones y publicaciones de historia urbana son muy reducidos. Aunque la unam
académicas, en las publicaciones bibliográficas y periódicas especializadas, cuenta con el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, su Interés
y en el apoyo financiero que gobiernos y organismos internacionales por la historia urbana es escaso. la Facultad de Filosofia y letras. apenas el
otorgan a los estudios en historia urbana. Por citar sólo algunos ejemplos, año pasado incluyó un Seminario Especializado en Historia Urbana, para la
pueden mencionarse el Centro de Historia Urbana de la Universidad de formación de los estudiantes de la licenciatura en Historia. El Instituto Mora
leicester, Reino Unido; el Instituto de Historia Urbana de Estocolmo, Suecia; tiempo atrás publicó la revista Enromo Urbano, y ahora tiene un Área de
el Centro de Investigación Histórica sobre la Ciudad de la Universidad de Historia Urbana que ha producido muy pocos trabajos. La UAM-Azcapotzalco
Ciencias Humanas de Estrasburgo, Francia; el Foro de discusión H-Urban de edita el Anuario de Estudios Urbanos, y la Red Nacional de Investigación
la Universidad de lllinois, Chicago; la Asociación Europea de Historiadores Urbana anualmente organiza foros académicos y publica la revista Ciudades.
Urbanos, la Asociación de Historia Urbana de los Estados Unidos, el Comicé Análisis de la coyuntura, teorla e historia urbana.
Internacional de Historia de las Ciudades de la Unión Europea, el Premio El ejemplo más emblemático del carácter •multltemático ", con que es
Europeo en Historia Urbana otorgado por el Dexia Bank, las revistas Urban estudiada la histoña de la ciudad de México son los trabajos compilados en
Hist01y (editada por la Cambridge University), Joumal of Urban Studies, María del Carmen Collado, Miradas recurrentes. La ciudad de México en los
Sage Urban Studies Abstracts, Journal of Urban Hisrory. Journal of Latin siglos XIX y XX, 2 Vols., México. Instituto Mora, 2004.

~Fotografía: Pavel Pérez


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análisis reducen la ciudad o lo urbano a un lugar, un ambiente, una práctica
social, un fenómeno o actividad económ ica, una forma y discurso arquitec-
tón ico, una mental idad, un imagi nario, una idea o una representación. Lo
único que hace de sus relatos algo cercano a la historia urbana es que en
ellos la ciudad aparece como el escenario donde ocurrió todo aquello que
hacen tema de sus estudios.

~os comienzos

Los conceptos ele " urbano" y "urban ización" resu ltan de lo más comunes y
de lo más imprecisos en un momento de la historia de la evolución entera de
la humanidad en el que, como hoy, un porcentaje mayoritario de la pobla-
ción mundial vive en ambientes urbanizados y aglomeraciones sin preceden-
te. Hasta antes de 1850, pocas sociedades podían ser consideradas urbanas
en su natura leza. Hoy, todas las naciones industrial izadas y muchos países
del llamado subdesarrollo son considerados sociedades urbanas, al tiempo
que la urbanización invade al mundo entero.
La realidad actual de lo urbano y de la urbanización es, si n embargo,
resultado y motor de complejos procesos históricos que tienen tanto causas
que afectan al conjunto del mundo -como, por ejemplo, la acumu lación ele
excedentes de capital-, 3 como otras que se explican sólo dentro de ambien-
tes locales.
Sin embargo, el estudio del mundo urbano y de su fuerza transformadora, la
urbanización, tiene la dificultad de no contar con teorías y métodos firmes. La
noción de lo urbano es inasible, cambia de tiempo en tiempo su significado,
difiere dentro de cada frontera política y es modificado de acuerdo al propósito
con que se busca emplearlo. Es más, el conjunto de ciencias sociales y otras
-geografía, sociología, economía, ciencia política, administración, ecología,
planificación, urbanismo, arquitectura y diseño-, que han tenido por décadas
a lo "urbano" como una de las principales vertientes de sus estudios, padecen
serias insuficiencias conceptuales para definir su objeto de estudio, tales que
resulta difícil considerar científicos sus resultados, dadas las dificultades que
tienen para definir su objeto y su método de estudio.4
Así, a veces las poblaciones urbanas son definidas en términos administra-
tivos, otras veces en términos funcionales y otras más en términos ecológicos,
como densidad y tamaño de la población. Aunque muchos de los problemas
sociales que afectan hoy a las grandes aglomeraciones urbanas son muy simi-
lares, las divergencias en la definición de lo urbano han impedido conducir
estudios comparativos de poblaciones urbanas a través del tiempo y más al lá
de sus fronteras. Es decir, las dificultades para defin ir lo urbano han creado
barreras para comprender integralmente el fenómeno y, en consecuencia, para
David Harvey, · La libertad de la encontrar soluciones duraderas a los agudos problemas que envuelven a las
ciudad•. en Antípoda, no. 7, julio- sociedades urbanas de nuestro tiempo. 5
diciembre 2008, pp. 15·29.
William M. Bowen, Ronnie A. Esta prob lemática situación teórico metodológica, vigente en los estu-
Dunn and David O. Kasdan, "What
is 'Urban Studies' 7 Context, d ios urbanos de las ciencias sociales, no es aj ena a la historiografía, en
lnternal Structure and Content •. particular a la llamada historia urbana, cuyos practicantes desde la década
en Journal of Urban Affairs, 201 O,
Volumen 32, No. 2, pp. 199·227 de 1960 vienen debatiendo sobre su objeto y métodos de estudio y defen-
diendo su autonomía como género historiográfico.

1 350 Colección Textos FA C!J Urbanismo. Temas y tendencias


Tal vez para ir no tan lejos bastaría con decir que la historia urbana comenzó
siendo un apéndice de la historia económica y social, en la década de 1960, y
que hoy, luego de val iosos trabajos que han demostrado la relativa autonomía
de su objeto y la necesidad de un método interdisciplinario de estudio, los
historiadores siguen debatiendo sobre su significado, pero en un contexto en el
que la historia cultural -inspirada en los enfoques de la antropología, la psico-
logía y Ja literatura, en lucha contra las esquematizaciones y generalizaciones
de las ciencias sociales y contra los efectos negativos de la homogeneización
cultural de la globa lización- se ha volcado sobre lo urbano no siempre para
ana lizar su complejidad y enriquecer los enfoques de la historiografía, sino para
" reducir" la comprensión de su complejidad a los fenómenos de la identidad, la
memoria, la representación, el comportamiento y la conciencia.6
No obsta nte estas dificultades, puede decirse que los historiadores america-
nos y europeos coinciden en que la historia urbana es una subdiscipli na bien
establecida, que no requiere de un método o teoría particular, sino que las
ciudades o lo urbano, como objeto de estudio, exigen estudios interdiscipli-
narios, pues se trata nada menos que de la rea lidad misma, cuya complej idad
no puede reducirse a explicaciones monocausales. 7 ¿Cuál es el origen de este
acuerdo? H acia la mitad de la década de 1960, Sidney. G. Checkland expuso
lo que consideraba entonces eran los problemas que embargaban a la historia
urbana bri tánica. Para él, los estudiosos tenían un serio problema en la defini-
ción de lo que entendían o debía tenerse como historia urbana. Las defin icio-
nes funcionales, como las que podría dar un economista, contador, abogado
o politólogo no resultaban útiles, porque tendían a desconocer la complejidad
del fenómeno estudiado: la ciudad. 8
Por otro lado, había entonces, aún entre los historiadores, una fuerte opo-
sición a que la historia urbana se convirtiera en una rama o estud io separado
de la historia, tal que llevara a pensar en el surgimiento de una especie de
historia social urbana, historia económica urbana y demás. William H. frey and Zachary
Una dificultad más para definir a la historia urbana derivaba de su aspecto Zimmer. • Defining the Clty". en
Handbook of Urban Studies, 2001 .
didáctico, pues a diferencia de otros géneros historiográficos, la historia de las Para una valoración de los
ciudades y de lo urbano exigía el uso de una cantidad de enfoques y de fuen - efectos positivos y negativos de
los •estudios culturales• en la
tes mucho más amplia que aquella que exigen campos tales como la historia historia urbana véase el excelente
articulo de limothy J. Gilfoyle,
política, la historia económica y otras. "White Cities, Unguistic Turns, and
Así, en medio de estas dificu ltades y en tanto alguien se atrevía a resol- Disneylands: The New Paradigms
of Urban Hlstory•. en Reviews in
verlas, los historiadores británicos, en la década de 1960, practicaban tres American History, Vol. 26, March
1998, pp. 175-204. Para una
formas distintas de comprensión y anál isis del fenómeno urbano: secular, discusión sobre el objeto, método
temática y contextua l. y problemas de definición de
la historia urbana. véase: Harry
La primera, interesada en expl ica r el largo curso de la civi lización urbana, Jansen. The Construaion of an
colocaba al pueblo y a la ciudad como parte de la evolución del hombre y Urban Pasr. Narrative and System
in Urban Hisrory, Oxford, Berg,
la sociedad, desde el nomadismo al estado presente. La segunda perspecti- 2001.
Egbert Klautke, "Urban History
va tematizaba la historia de la ciudad. Hacía de algún fenómeno citadino and Modemity in Central Europe· ,
su objeto de estudio, como por ejemplo la vagancia, el trabajo artesanal, en The Histoncal Journal, 53, 1
(2010), pp. 177-195.
la cri minalidad, el transporte, el comercio local, etcétera. Un tercer enfo- S.G. Checkland, "Towards a
Definitíon of Urban History•, en
que se preguntaba sobre la natura leza de la experiencia urbana, vista como H. J. Dyos (editor), The Study of
una totalidad, en un contexto determinado y en un peri odo determinado de Urban History, Edward Amold,
London, 1968 (reprinted 1976), p.
t iempo, como por ejemplo ¿cuál fue la ca lidad de la vida en Inglaterra en la 343-344.
época v ictori ana, entre 1860 y 1890?

LA HISTORIA URBANA EN MEXICO 351 1


Mientras los dos primeros enfoques llevaban décadas practicándose, el
último comenzaba a desarrollarse en la década de 1960, pero Checkland
insistía en que para que cualquiera de el los fuera exitoso los histori adores
debían pensar y actuar en los térmi nos de los otros dos.
De simi lar idea era Harold James Dyos, fundador del Centre far Urban
History, en la U niversidad de Leicester, Rei no Un ido, uno de los centros más
prestigiosos en el mundo por sus aportes a la histori a urbana europea. Hacia
1968, D yos convocó a los estudiosos de la ciudad y de lo urbano a identificar
1
y resolver los problemas epistemológicos, metodológicos y de defin ición que
caracterizaban entonces a los estudios de historia urbana. 9
Partidario de que no todo lo que ocurría en las ciudades debía ser ten ido
como tema de estudio de la historia urbana, Dyos abogó por un abordaje
mu ltidiscipl inario de la historia de las ciudades, lo cual exigía de los histo-
ri adores, además de interesarse por los problemas de su rea lidad contempo-
ránea, acercarse a los métodos de otras disciplinas. En sus propias pa labras
esto sonaba así: " La historia urbana es el más reciente de los continentes
descubiertos y requiere de la acción concertada de cada uno de sus explora-
dores para lograr, no una efectiva empresa de conquista, sino para aumentar
el va lor de la experiencia y sus beneficios". 1 º
Por los mismos años en que Checkland y Dyos hacían este llamado a resol-
ver los problemas que enfrentaba la práctica y definición de la historia urbana,
en los Estados Un idos Roy Lubove, profesor de la Universidad de Pittsburgh, se
lamentaba también de que los historiadores norteamericanos confundieran la
historia urbana con todo aquello que ocurría en las ciudades, y para evitar que
la ciudad se convirtiera en una suerte de tienda de variedades históricas, utili-
zada libremente por todos para expl icar todo, y por tanto nada, recomendaba
limitar o definir el objeto de estudio de la historia urbana:

"Un historiador debe evitar una indiscriminada 'interpretación urbana de la


histori a'. Si la ciudad o la urbanización es utilizada en un sentido causa l,
deberíamos distinguir entre los efectos de la urbanización, la adaptación a la
urbanización y el cambio cultural común a la ciudad y al país por igual. De
otra manera la urbanización puede ser equívocamente equiparada con am-
plias tendencias sociales como el capitalismo, la industrialización o la estrati-
ficación de clases, y, por lo tanto, oscurecer las relaciones ele causa y efecto". 11

Con tal propósito, Lubove propuso definir la historia urbana no como si-
nónimo de todo lo que ocurría en las ciudades, sino como el estudio del
proceso de construcción (city building) de la ciudad en el tiempo. En este
sentido, los histori adores debían preocuparse por el anál isis del ampl io rango
de mecanismos de construcción de la Ci udad, es decir, por las decisiones de
9 H. J. Dyos ·Agenda for Urban
Historians", en H. J. Dyos (ed.), individuos o instituciones que han influido la estructura y forma urbanas, así
op.cit., pp. 5-46. como por el análisis de las tendencias sociales, económicas y tecnológicas
10 Ibídem, p. 6.
11 Roy Lubove "The urbanization más amplias que han determ inado la naturaleza de esas decisiones.
process: an approach to historical
research ·, in Journaf of The Desde esta perspectiva, según Lubove, las políticas de mejoramiento de
American lnstitute of Planners, vivienda practicadas en los Estados Unidos en el siglo XIX y comienzos del
January 1967, Vol.XXXIII, No. 1,
p. 33. siguiente, por ejemplo, no podían comprenderse al margen de las prácticas de
construcción, tecnología sanitaria, comunicaciones y transporte, diseño y sub-

1352 Colección Textos FA El Urbanismo. Temas y tendencias


división de la tierra, ni de las concepciones de comodidad, propiedad y vivien-
da que implican una mayor responsabil idad del sector privado especulativo.
Centrar pues el objetivo de la historia urbana en el proceso de construc-
ción de la ciudad podría proporcionar un marco para analizar la organiza-
ción social y sus cambios y, eventualmente, proporcionar nuevos elementos
para interpretar, desde la distribución espacio-temporal de la población, sus
funciones e instituciones, las conductas individuales y las relaciones socia les:
"Dependiendo de las aspiraciones y estilos de vida de individuos o grupos,
diferentes entornos pueden ser adecuados o disfuncionales. Sin suscribirnos
a un determinismo ambiental, se puede reconocer que el medio ambiente
desempeña funciones que facilitan u obstaculizan. Provee o inhibe satisfac-
ciones a través del ciclo de vida e influye en los patrones de crianza de los
hijos, en la vida familiar, o en la interacción del grupo de pares". 13
Así, la historia urbana impl icaba para Lubove una concepción de la ciu-
dad como un artefacto cuya forma y estructura son en gran medida determi-
nadas por decisiones que afectan el uso de la tierra, y no descartaba que este
artefacto medioambiental tuviera también alguna influencia en el condicio-
nam iento de la conducta individual y social, algo que décadas más tarde Ri-
chard Sennett demostraría magistralmente sobre la base del descubrimiento
de las relaciones existentes entre el cuerpo y el diseño de las ciudades a lo
largo de la historia de la civilización occidenta l. 14
En Francia, mientras ingleses y norteamericanos debatían sobre la natura-
leza y sentido de la historia urbana, ésta sencil lamente no tenía existencia
propia. A decir de Fran<;ois Bedarida, al finalizar la década de 1960 la histo-
ria urbana francesa se encontraba en la infancia de su desarrollo. 15 De acuer-
do a Bernard Lepetit, no sería hasta la década de 1980 que la historiografía
francesa consolidó a la ciudad no sólo como objeto de estudio de la historia,
sino que la reconoció como sujeto de la historia, como la real idad misma,
lo cual impuso un acercamiento a la misma con pretensiones de total idad. 16
México no se sustrajo al renovado interés por la ciudad y el fenómeno
urbano que historiadores británicos, norteamericanos y franceses mostraron
tener a partir de la década de 1960. En 1974 un grupo de investigadores
coordinados por A lejandra Moreno Toscano en el que sería, hasta hoy, el ún i- 12 Ibídem, p. 34.
co sem inario interdisciplinario de historia urbana mexicana que ha existido, n Richard Sennet, Carne y piedra.
El cuerpo y la ciudad en la
dio a conocer los primeros resultados de una investigación colectiva sobre la civllizadón occidental, reimp.,
historia de la ciudad de México en el siglo XIX orientada a interpretar las he- Madrid, Alianza Editorial, 2002.
(!'. ed. en inglés 1994].
rencias de ese pasado en la configuración moderna de la capital mexicana. 14 Fran~ois Bedarida, "The growth
of urban history in France: sorne
En sus trabajos y enfoques, los investigadores mexicanos hicieron eco de methodological trends •, en H. J.
las preocupaciones de sus pares extranjeros en cuanto a los objetivos de la Oyos, The srudy.
historia urbana, de ahí que en sus investigaciones aparecieran temas como 15 Bernard Lepetit, "La historia
las relaciones campo y ciudad, los desplazamientos de la población, las re- urbana en Francia: veinte años de
investigaciones•, en Secuenda,
laciones entre la estructura urbana y la estructura social, crecimiento y es- No. 24, septiembre-diciembre
1992, pp. 5-28.
tructura de la población, movimientos intraurbanos y acceso a la vivienda, 16 Un resumen de estos trabajos
tipologías urbanas y formas de propiedad, construcciones y constructores. puede verse en: Alejandra Moreno
et al, •Research in Pro9ress on
Desafortunadamente, este esfuerzo se abandonó muy pronto. La ciudad y Urban History. México , en latin
American Research Review, Vol.
lo urbano no se constituyeron como categoría analítica, ni como objeto o 10, No. 2. (Summer 1975), pp.
sujeto de la historia. En cambio, la "tematización" fue el cam ino que adop- 117-131.
taron los historiadores para escribir no historia urbana, sino diversas historias
donde la ciudad fue un escenario, no la protagonista de su propia historia.

LA HISTORlA URBANA EN MtxlCO 353 1


Los balances

¿Cuá l fue la trayectoria de la historia urbana, luego de que en la década de


1960, como vimos arriba, los historiadores europeos y ameri canos plantea-
ron los problemas de su práctica y definición?, ¿Qué fue de la historia urbana
mexicana fundada en la década de 1970?
Durante los 60, la historia urbana norteamericana se desarrolló como un
-apéndice de la historia social y económica, compartiendo muchos de sus
1
métodos cualitativos y cuantitativos, así como una preocupación especia l
por el XIX. Rara vez los historiadores urbanos abordaban temas más al lá de
la Primera Guerra Mundial, eran los estudiosos de otras disciplinas los que
escribían sobre el siglo XX.
La teoría de la urbanización como un proceso general, inspirada en el com-
plejo concepto de ecología desarrollado por Robert Park y los sociólogos urba-
nos de la Escuela de Chicago, refinada por Leo Schnore en sus trabajos, junto
con la interpretación económico histórica de Eric lampard, impulsaron a fina-
les de los 60 la autonomía de la que se conoció como nueva historia urbana,
que coexistió junto con la tradicional historia urbana descriptiva centrada en la
historia local de las ciudades e incluso en la "ciudad" como un tipo general. 17
En Europa ocurrió algo semejante. Hace casi veinte años atrás, Richard
Roclger, entonces director del Centre for Urban History, de la Universidad de
l eicester, publicó un balance de la histori a urbana europea y en él apuntó
que durante los años 70 y 80 dominaron en el continente dos formas de
hacer historia urbana, una descriptiva y otra analítica. la primera era prac-
ti cada por cronistas e historiadores anticuarios, cuyos trabajos pueden ser
mejor definidos como "biografías urbanas", porque esmerados en describir
las pecul iaridades de una loca lidad urbana olvidaron conectar éstas con los
procesos históricos más ampl ios dentro de los que cabe explicar la historia
loca l, como buscaban hacerlo los historiadores inscritos en la vertiente ana-
11 Michael Frisch, "American Urban
History as an Example of Recent lítica de la historia urbana. 18
Historiography", en Georg lggers, Así, durante las décadas de los 60 a los 80 la nueva histori a urbana fue
New Directions in European
Historiography, Middletown, aquella que asumió que la ciudad era objeto y sujeto de la histori a y que,
Conn., 1975. Una compilación por tanto, existe una un idad y una creatividad de los fenómenos urbanos que
representativa de los trabajos
de la entonces "Nueva Historia requiere investigaciones específicas, distintas a la historia social, política o
Urbana• norteamericana es
la de Stephan Thernstrom and económica, de las que sin embargo necesita. 19
Richard Sennet (eds.), Nineteenth- En los Estados Unidos, las teorías de la industrial ización y de la urbani-
Century Cities: Essays in the New
Urban History. New Haven, Vale zación fueron las más utilizadas por los historiadores para cumplir con este
University Press, 1969.
1s Richard Rodger (ed.), European propósito. Y aunque se propusieron interpretar la urbanización como un fenó-
Urban History. Prospecc and meno que abarcaba no sólo cambios económicos, demográficos y espaciales,
Retrospecr, leicester, Leicester
University Press, 1993. sino también socia les y culturales, la preferencia por el análisis de unos y otros
, 9 Bernard Lepetit, op. cit., p. 15
no dejó de manifestarse en los trabajos producidos en esos años. 20 Por ejem-
20 Véanse estas críticas a la historia
urbana americana de los 60 y 70 plo, estudios sofisticados como el Proyecto de Historia Social de Filadelfia,
en Roy Lubove, op. cit., Michael
Frisch, op. cit. yTimothy J. Gilfoyle, coordinado por Theodore Hershberg, en el que se analizaron detalladamente
op. cit. el espacio y ciertas conductas sociales, excluyeron ele su anál isis la dimensión
21 Theodore Hershberg {ed.),
Philadelphia: Work, Space, Family arquitectónica, política, cultural y de género.21
and Group Experíence in the
Nineteenth Century, New York, Este desbalance en los enfoques, y las abstracciones a que dieron lugar
Oxford, University Press, 1981. -pues la historia de la ciudad perdió especificidad, si bien fue interpretada
como parte de procesos económicos o demográficos o políticos- , convirtió a

1354 Colección Textos FA GI Urbanismo. Temas y tendencias


la historia urbana de las ciudades norteamericanas en pasto para los enfoques
incendiarios que trajeron consigo los estudios culturales, los que apoyados en
los conceptos y métodos de la antropología, la literatura, la psicología, el arte,
la arquitectura y el diseño, arrojaron nueva luz sobre la dinámica de la vida
y los espacios urbanos de la sociedad norteamericana. Así, a partir de los 80
los historiadores urbanos norteamericanos incluyeron en sus investigaciones
temas que abarcan desde las representaciones de las ciudades en la ficción
literaria, hasta estudios deta lladamente empíricos del medio ambiente cons-
truid o, fracturando así la relativa unidad interpretativa que había construido 22 Timothy J. Gilfoyle, op. cit.
sobre lo urbano y sobre la ciudad la nueva historia urbana de los 60. El mis- 23 Gllfoyle, op. cit., ofrece una
amplia lista de trabajos que
mo Stephan Therstrom, que había contribuido a acuñar el térmi no de " nueva ejemplifican esta interesante
historia urbana", abandonó también la etiqueta de "urbana" para referirse a fusión historiográfica. los estudios
más globales se centran en New
esta nueva historia.22 York and Chicago, especialmente
los realizados por Robert A.M.
Así, por ejemplo, el énfasis en la cu ltura, particularmente el dinam ismo de Stem y John Zukowsky: Robert
las subculturas, contribuyó a la convergencia de la historia de la arquitectu- A.M. Stem, Pride of Place:
Building the American Dream,
ra, de la historia social y la historia cultural. 23 Boston, Houghton Mifflin, 1986;
Stern, Gregory Gilmartin, John
Sin embargo, no obstante que los estudios cu lturales aplicados a la historia Massengale, New York 1900:
de la ciudad ha derivado en novedosos y valiosos trabajos que definen hoy a Metropolitan Architecture and
Urbanism, 7890·1915, New York,
la historia urba na norteamericana, el gran problema de los mismos es que han Rizzoli, 1983; Stern, Gilmartin
perdi do el propósito de totalidad que definió a la histori a urbana nacida en los and Thomas Mellins, New York
1930: Architecture and Urbanism
años 60. En su lugar, una pluralidad de microteorías caracterizan la historia between the Two World Wars.
New York, Rizzoli, 1987; Stern,
de las ciudades norteamericanas. Sus interpretaciones parecen estar fuera de Melllns. David Fishman, New
la historia. Desde ellas, la competencia, la heterogeneidad y la confusión de- York 1960: Architecture and
Urbanism Between the Second
finen la historia de la ciudad, así como la indeterminación y la fragmentación World War and the Bicentennial,
New York, Monacelli, 1995;
son i_nterpretadas como propiedades de la vida urbana. Sus aproximaciones a John Zukowsky (ed.), Chicago
la ciudad permanecen divorciadas y segregadas unas de otras, sus oficiantes Architecture, 1872-1922: Birth of
a Metropolis, Chicago, Art lnstitute
apenas se conocen y mucho menos debaten sobre otras perspectivas. of Chicago, 1987; ídem, ed.,
Ciertamente, los paradigmas cu lturales han abierto nuevas ru tas temáticas ChicagoArchitecture, 7923· 1993:
Reconfiguration of an American
en la historia urbana: culturas alternativas, cultura comercial, cultura comu- Metropolis Chicago: Art lnstitute
of Chicago, 1993. Para una lúcida
nitaria, cultura de consumo, culturas crimin ales, cu ltura étnica, ocio cu ltural, introducción a esta literatura,
cu lturas plebeyas, cultura política, cu ltura femenina, cultura popu lar, públ i- véase: Richard longstreth,
•Architecture and the City" in
co cultural, instituciones cu lturales, cu ltura labora l, cu ltura juveni l, etc. Pero, American Urbanism, 155-94. La
historia de estructuras individuales
¿quién y qué no tiene cu ltura? es la menos explorada. Uno de
Además de la imprecisión conceptual, la insularidad y lo "novedoso" - no los primeros trabajos. sobre el
Puente de Brooklyn, propone que
el diálogo y la interdiscipl ina- , caracterizan el estudio de las ciudades. Nadie un estudio cuidadoso de éstas
se atreve a realizar una síntesis, pues se teme o hacer el ridícu lo o ser acusado -una "microhistoria" de la forma
física- puede iluminar amplios
de querer imponer una nueva ortodoxia urbana. La solución ha sido el caos temas históricos y culturales.
Algunos de los primeros trabajos
interdisciplinario y el narcisismo historiográfico. Sin embargo, nada de esto es con este enfoque son: David
necesariamente malo. Pero, paradójicamente, hoy que se sabe más que antes McCullough, The Great Bridge:
The Epic Story of the Building
de la historia de las ciudades norteamerica nas, menos interactúan y menos of lhe Brooklyn Bridge, New
York, Simon and Schuster, 1972;
debaten sus hacedores para elaborar una síntesis. 24 ·
yAlan Trachtenberg, Brooklyn
En el mundo europeo la situación es igualmente halagadora, en términos Bridge: Fact and Symbol, Chicago,
University of Chicago Press, 1979.
de la innovación temática y analítica. En la Gran Bretaña, desde que D yos 24 Ibídem.
25 Richard Rodger •¿O Futuro do
publicó su agenda para los historiadores urbanos hasta ahora, se ha produci- Passado Urbano: novas direc\Oes
do gran cantidad de anál isis y síntesis en historia urbana. Quizá los resulta- para a história urbana británica?•,
en LERhistória. Cidades e Espa~os
dos más emblemáticos de este progreso lo sean la revista Urban History y la Urbanos. Revista Semesrral, no.
Cambridge Urban History of Britain (CUHB), que dan cuenta de la diligencia 48. 2005, lisboa, Portugal.
y energía ele los historiadores urbanos británicos. 25

LA HISTORIA URBANA EN MtxlCO 3551


Por otro lado, el ampl io y complejo pasado urbano medieval se ha conver-
tido para los historiadores britán icos en un paraíso virgen por descubri1~ sobre
todo por la extensa documentación arqueológica puesta al descubierto por el
acelerado crecimiento urbano de la Gran Bretaña. Este inédito diálogo entre
H istoria Medieva l y Arqueología, ha llevado a recomponer algunas interpreta-
ciones sobre el pasado urbano medieval britán ico. Algunos de estos novedosos
enfoques se encuentran reun idos en la CUHB y en la citada Urban History.
, Junto con el redescubrimiento del pasado urbano medieval, nuevas pers-
Jectivas sobre las instituciones de gobierno local han ocupado la atención de
los histori adores urbanos en los últimos diez años. La naturaleza cu ltural de los
límites, desde los cuales las autoridades locales definían a los de "dentro" y a
los de "fuera", perm ite encuadrar temas de relevante importancia en muchas
áreas de la historia urbana (migraciones, identidades y elites), mientras que el
carácter administrativo de los mismos, posibilita estudiar a las municipalidades
como agentes de control urbano.26
La perspectiva ambiental es otra de las líneas que recorren la reciente
historia urbana britán ica. Su alianza discipl inar con la geografía y las cien-
cias del ambiente, está representada en el trabajo de T. C. Smout sobre las
consecuencias ambientales ele las transformaciones climáticas, a través de
26 Ibídem, p. 193.
27 T.C. Smout, Nature Contested. los siglos, en la vicia de animales y plantas.27
Enviromental history in Scotland
and Nothern England since 1600, En suma, en general el estado de salud temático de la historia urbana bri tá-
Edinburgh, 2000, citado en nica es muy bueno, pero los recortes presupuesta les, junto con la mentalidad
Ibídem, p. 194. Otros estudios que
revelan la creciente importancia contabil izadora de las autoridades universitarias, además de la amenazante
dada dentro de la historia urbana fragmentación de la real idad urbana provocada por los enfoques cu lturales,
al análisis de las relaciones entre
el hombre, el mundo material y el son algunos de los desafíos que tienen frente a sí los historiadores. 28
medio natural son los de Martín
V. Melosi and Philip Scarpino En el resto de Europa, la historia urbana muestra avances desiguales. En al-
(eds.), Public Hisrory and The gunos pa íses se encuentra en ciernes, mientras que en otros la diversidad dis-
Environment, Malabar, fl, Krieger,
2004; Martin V. Melosi, "Humans, ciplinar se ha consolidado como el método para anal izar la variable urbana,
Cities, and Nature: How Do Cities
Fit In the Material World?", en lo cual ha permitido la i nnovación temática y ana lítica ele la historia urbana,
Journal of Urban History, 2010, así como su difusión a través de la enseñanza universitaria. Un buen ba lance
36, pp. 3-21; Jennifer Wolch,
"Aima Urbis", en Progress in de estos avances en la investigación e institucionalización ele la enseñanza
Human Geography, 2002, 26, 6, en historia urbana puede verse en los reportes diagnósticos publicados por el
pp. 721-742; y Michele Dagenais,
Montréal et I eau. Une historie Centre for Urban History, de la Un iversidad de Leicester, bajo los auspicios
environnementale, Montréal,
Boreal, 2011. de la Asociación Europea de Historiadores Urbanos. 29
2s Richard Rodger, "O Futuro...". p. Las innovaciones temáticas y analíticas pueden ejemplificarse con las inves-
203-204.
29 Vid. Richard Rodger and Denis tigaciones sobre el ocio, la salud, el arte y el turismo urbanos, desde el siglo
Menjot, op. cit., y Barry Haynes
and Peter Clark, Register of XVIII hasta la primera mitad del siglo xx, en diversas ciudades. A través del estu-
European Urban History. Teaching, dio de los jardines públicos, los baños públ icos, los discursos sobre la sa lud, la
Research and Publications,
leicester, Centre for Urban History, higiene, y el turismo los historiadores urbanos han demostrado la importancia
1991 . de la vida urbana en la construcción de las identidades locales e internaciona-
30 Peter Borsay, Gunther Hírschfelder,
Ri.Jth-E. Mohrmann (eds.), New les.30 De igual manera, las transformaciones políticas y culturales que sigu ieron
Directions in Urban History
Aspects of European Arr, Hea/th, a la caída de los regímenes comun istas en la Europa Oriental, han sido tema
Tourism and Le1sure since de estudio de los historiadores urbanos, en particular de los que se han inte-
Enlightenment, Múnster, Berlin,
Waxmann, 2000. resado en analizar la influencia del medio físico urbano y de la historia local
31 Vid. John J. Czaplicka and Blaír A.
Ruble, (eds.), Composing Urban en la formación de las identidades cívicas en las ciudades "post-autoritarias". 3 1
History and me Constitution of Asim ismo, la ciudad ha venido a ser un antídoto contra los problemas y l i-
Civic Jdentities, Baltimore, John
Hopkins University Press. 2003. mitaciones de las historiografías nacionalistas, y un espacio de análisis muy útil
para el examen de la modernidad y el modernismo, pues los historiadores hoy

1356 Colección Textos FA liJ Urbanismo. Temas y tendencias


reconocen que el mundo moderno en todas sus dimensiones -<:ultural, social,
política y económica- fue creado en contextos urbanos. Ejemplo de ello son
los trabajos de historia urbana comparativa de las ciudades de W ashington,
d.c., y Berlín, en los que se incluyen temas sobre la historia del gobierno local,
el papel de las ciudades capitales en el mundo globalizado, la percepción ele
las ciudades en la literatura ele viajes, en la arquitectura, la vida cotidiana, y en
la historia de los parques y jardines.ll 32 Andreas W. Daum and Christof
Mauch (eds.). Berlin-Washington,
Otro de los notables avances ele la reciente historia urbana, impulsado 1800-ZOOO: capital dties, cu/rural
represenrations, and national
por el giro cultural, son los estudios sobre el impacto de la globalización, la identiries, Cambndge, 2005.
definición de ciudad y el desarrollo de identidades urbanas no en ciudades 33 En los Estados Unidos, el trabajo
de Robert S. y Helen lynd,
metropolitanas, sino en ciudades periféricas, con lo cual la interpretación Middletown: A Study in American
hegemónica de la teoría del lugar central, según la cual la experi encia ur- Culture, New York, 1929, que
examinó el impacto de la
bana de las pequeñas c iudades es subsid iaria de las metrópo lis ha sido modernización sobre una pequeña
comunidad urbana, se convirtió
cuestionada, mientras que la experi encia urbana histórica loca l, e incluso en un clásico sociológico y en la
transloca1 y transnacional, ha sido recuperada. 33 base para la posterior fundación
del Center for Middletown Studies,
en la Ball State University. Sobre
el impacto de esta obra vid. Sarah
¿Cuál es la situación de la historia urbana mexicana? lgo, The Averaged American:
Surveys, Citizens, and the Making
of a Mass Public, Cambridge,
En un estudio concluido en 2002, y publicado hasta 2009, señalé el hecho Mass.. Harvard University Press,
de que al despuntar la década de 1980 la historia urbana mexicana carecía 2007. Los nuevos estudios sobre
las ciudades periféricas incluyen,
de un objeto y de un método de estudio definidos, y que los histori adores entre otros: Herrington J. Bryce,
Smal/ Cities in Transition: The
tenían por delante enfrentar y completar esa tarea. La ausencia de reflexión Dynam/cs of Growth and Decline.
de éstos sobre los fundamentos ele la historia urbana había llevado a que la Cambridge, Mass.• Ballinger. 1977;
Fran~oise Gaspar, A Small City ín
ciudad fuera esa tienda de curiosidades históricas, en la que todos los prac- France, Cambridge, Mass., Harvard
University Press. 1995;Timot:hy
ticantes de los variados géneros historiográficos entraban a comprar algo. Mahoney, "The Small City in
Como resu ltado, a lo más que había llegado la historia urbana era a conside- American History•. in Indiana
Magazine of History, num. 99,
rara la ciudad como simple lugar de la historia, pues la mayoría de los histo- vol. 4, pp. 311-330, December
riadores hacían poco uso de las innovaciones metodológicas practicadas ya 2003; W. Garret-Petts (ed.), The
Small Cities 8ook: On rhe Cultural
en otros países, de las que hemos dacio cuenta más arriba, para convertir a la Future of Small Cities. Vancouver.
New Star Books, 2005; David Bell
ciudad y lo urbano en su objeto de estudio. Eso sí, producían trabajos docu- and Mark Jane (eds.), Sma/I Cities:
mentalmente detal lados sobre un tema en particular, pero de corto alcance Urban Experience beyond the
Metropolis, New York, Routledge,
para comprender la compleja historia de las ciudades. 34 Esta situación en los 2006; y Kenneth R. Hall (ed.),
Secondary Cities and Urban
años 80 era igualmente grave porque la ciudad de México concentraba, de Networking in che lndian Ocean
acuerdo a Gustavo Garza, la mayor parte de los estudios urbanos, no sólo los Realm, c. 1400-1800, Lanham,
MD, Lexington Books, 2011 .
historiográficos.ls 34 Véase Sergio Miranda Pacheco,
"la historia urbana y la ciudad
Al avanzar a la siguiente década, las cosas no habían cambiado sustan- de México. Notas sobre una
tivamente. Un balance publicado en 1998, de los estudios históricos sobre experiencia historiográfica·. en
Miguel Pastrana y Rosa Camelo,
la ciudad de México, apuntó el hecho de que la ciudad había sido literal- La experienda historiográfica,
mente saqueada para "tematizar" diversos aspectos del "proceso histórico", México. UNAM, 2009, pp.
35 Gustavo Garza V., Cincuenta años
haciendo evidente la falta de un enfoque integrador, pero éste era más que de investigación urbana y regional
en México, 1940-1 991, México, El
imposible porque el concepto de ciudad o de urbano, como categoría ana lí- Colegio de México, 1996, p. 135.
tica, era más que desconocido por los historiadores.36 Como vimos arriba, los 36 Maria D. Morales. Maria A. Ros y
Esteban Sánchez, "la ciudad de
esfuerzos orientados a ese propósito en los 70 fueron abandonados. La ciu- México. 1521-1857". Balance
historiográfico". en Pablo Serrano
dad entonces fue "saqueada" y cada historiador hizo de su botín una historia. Álvarez (coord.), Pasado. presente
La situación en el resto de América Latina no era tampoco nada halagadora. y futuro de la historiografía
regional en México, México,
En su balance sobre la historia urbana latinoamericana de fines de siglo XX, Instituto de Investigaciones
Annick Lemperiere apuntó que ésta -que al igual que la mexicana había sido Históricas, UNAM, 1998.

invitada en los 70 por Richard Morse a convertir a la ciudad en objeto de es-

LA HISTORIA URBANA (N Mex1co 3571


tudio- seguía dom inada por una práctica historiográfica poco profesional, con
una marcada preponderancia de las monografías, un pobre uso de la demo-
grafía histórica, y por el predom inio de los enfoques de la historia social, sobre
los de la historia política, económica e institucional. 37
Dura nte la última década, no obstante, han surgido trabajos que perm iti-
rían reconsiderar los límites temáticos y analíticos en que estaba encerrada la
historia urbana mexicana, y aún la latinoamericana. La fuente de estas trans-
formaciones han sido las perspectivas abiertas por los estudios cu lturales, ta l
l
como ocurrió con la historia urbana europea y norteamericana. Sin embargo,
estos avances teórico metodológicos se han dirigido no elaborar una historia
urbana, a ahondar en el significado de la experiencia histórica urbana, ni a
considerar a la ciudad como objeto y sujeto de la historia, como sí ocurrió
con la historia urbana europea y norteamericana. Por el contrario, los enfo-
ques cu ltural istas y de la historia socia l han ven ido a alejar la posibi lidad de
una síntesis de los conocimientos alcanzados hasta ahora sobre la historia de
la ciudad, en la medida en que convierten en tema de sus historias todo lo
que ocurre en ellas.
Los temas de salud, higiene, crim inal idad, representaciones, identidad,
cultura política, prensa y opinión pública, espacios de sociabi lidad, y otros
más, conforman el catálogo de estud ios que unas veces caen dentro de la
perspectiva de la historia social y otras en las de la historia cultural. De he-
cho, sus practicantes latinoamericanos prefieren ca lificar sus trabajos como
histori a social urbana o historia cu ltura l urbana, antes que solamente historia
urbana.
Es el caso, por ejemplo, de los trabajos reunidos por Eduardo Kingman, bajo
el títu lo de Historia social urbana. Espacios y flujos. 38 El criterio de compilación
de este volumen, según su autor, ha sido la relación de sus temas con la "his-
toria social urbana". ¿Qué entiende por tal?

Al hablar de historia social urbana se quiere destacar los procesos sociales que
se desarrollaron en contextos urbanos, pero eso no quita importancia a la re-
flexión sobre los propios cambios urbanos. Interesa lo urbano como forma espa-
cio-tempora 1capaz de coadyuvar a la generación de cambios antes que como
mero escenario. A diferencia del enfoque urbanístico, para la historia social lo
urbano tiene interés como maquinaria social antes que técnica. 39

37 Annick Lemperiere, •La historia Más allá de esta afirmación, Kingman no discute los fundamentos, ni los
urbana de América Latina. métodos a partir de los cuales su llamada "historia socia l urbana", interpreta
De las reformas borbónicas
a los centenarios de la o expl ica cómo lo urbano incide sobre lo social.
independencia·, en Ignacio Sosa El trabajo de Adrián Gorel ik, que él mismo califica de "historia cultural ur-
y Brian Connaughton (coords.),
Historiografía latinoamericana bana", resu lta más sugerente y reflexivo, eri tanto que asume la necesidad de
contemporánea, México, UNAMI
CCYDEL, 1999. una mirada multidiscipli nar para abarcar la dimensión material y cultural de la
38 Eduardo Kingman Garcés (comp.),
Historia social urbana. Espacios y
ciudad, y ofrece argumentos y vías metodológicas para hacerlo. 4 Comienza °
flujos, Ecuador. Flacso, 2009. preguntándose:
39 Ibídem, p. 21 .
40 Adrián Gorelik, Miradas sobre
Buenos Aires. Historia cultural y ¿Cómo pensar una ciudad? ¿Cómo pensar Buenos Aires? Y responde: " [ . .. ]
critica urbana, Buenos Aires, Siglo
XXI Editores, 2004. sólo es posible hacerlo multiplicando los enfoques, los objetos, los períodos
abordados. No digo que de este modo uno llegue a dar cuenta acabada de

1358 Colección Textos FA B Urbanismo. Temas y tendencias


ese Aleph que es la ciudad; digo simplemente que para llegar a pensarla es
necesario ejercitarse en las tan diferentes dimensiones que componen su ma-
terialidad y su cultura multiform es a lo largo del tiempo. 41

Si bien Gorel ik postula la necesidad de mu ltiplicar, en el análisis, los en-


foques, los objetos y los periodos, como estrategia para comprender el Aleph
que es la ciudad, lo propone teniendo en el horizonte de su comprensión a la
ciudad, en su dimensión material y cultural, no la cultura urbana.
Esto no ocurre así con los novedosos y origi nales trabajos producidos en
la última década por los historiadores mexicanos, en los que la ci udad de 41 Ibídem, p. 9-10
México es mencionada, no estudiada. En el los, los historiadores han eludido 42 Pablo Piccato, City of suspects:
crime in México Cíty, 1900-
expl icar el sign ificado o importancia de que sus "temas" u "objetos" perte- 1931, Durham, North Carolina,
Duke Univer5ity Press, 2001, y
nezcan o se encuentren en la ciudad. Elisa Speckman Guerra, Crimen
Por el contrario, las argumentaciones que bordan sobre el los giran en y castigo. Legislación penal,
interpretaciones de la aiminalídad
torno a su significancia y relevancia para comprender fenómenos como el y administración de justicia
(CiudaddeMéxico, 1872·1910),
poder, la autoridad, la modernidad, la alteridad, la sociabi lidad, la cultura, México, llH·UNAM/EI Colegio de
la sa lud, la locura, más no la ciudad. Cuando ésta es referida, se hace úni- México, 2002.
43 Claudia Agostoni, Monuments
camente a partir de la ubicación de la acción de los actores sociales en el of progress: modernization and
espacio urbano. A l concebir la ciudad como un mero lugar, se pierde de vista pub/íc heath in Mexico City.
1876· 1910, Calgary, University of
cómo la acción social produce ese mismo espacio y como éste actúa sobre Calgary Press, 2003.
44 Rodrigo laguarda, Ser gay en
el medio social. la ciudad de México. Lucha de
A causa de esta limitación conceptual, la historia de la ciudad se disuelve representaciones y apropiación
de una identidad, 1968-1982,
en interpretaciones orientadas a narrar las vicisitudes de la criminal idad,42 las México, Instituto Mora/ciesas,
2009.
políticas de salud pública, 43 la homosexualidad, 44 el trabajo artesanal,4 5 la mo- 45 Sonia Pérez Toledo, Los hijos del
dernidad y la alteridad,46 la locura,47 el trabajo infanti l,48 la revolución,49 los trabajo. Los artesanos de la ciudad
de México 1750-1856, México, El
tranvías y la cu ltura política, 50 la caricatura política, 51 etcétera. Colegio de México/UAM, 1996; y
Ciertamente, estos y otros fenómenos históricos constituyen parte de la Carlos lllades, Hacia la república
del trabajo: la organización
historia de la ciudad, pero precisamente lo que exige ésta es que dichos fenó- artesana/ en la ciudad de México,
1856-1873, México, El Colegio de
menos sean anal izados e interpretados justamente así: como representativos México/ UAM, 1996.
y componentes de la historia de la ciudad, más no como argumentaciones 46 Elisa Speckman y Claudia Agostoni
(comps.), Modernidad, tradición
sobre los fenómenos que ocurren en ella. y alteridad. la ciudad de México
en el cambio de siglo (XIX·XX),
Hacer la historia de una ciudad, en particular cua ndo no se cuenta con México, llH-UNAM, 2001 .
investigaciones previas, exige considerar una complej idad y variedad de ins- 47 Andrés Ríos, La locura durante la
revolución mexicana: los primeros
ta ncias de cambio -tales como las instituciones de propiedad de la tierra, la años del Manicomio General de la
organización y distribución espacial de las actividades productivas, de los Castañeda, México, El Colegio de
México/ llH-UNAM, 2009.
grupos sociales y su distribución y acciones en el espacio, las luchas políticas 48 Susana Sosenski, Niños en acción:
el trabajo infantil en la ciudad de
por el acceso y el control del suelo urbano, las representaciones y discursos México, 1920-1934, Méxíco, El
de los actores sociales, las instituciones políticas, de salud, de educación, Colegio de México, 201 O.
49 Ariel Rodriguez, Historia del
los imaginarios colectivos, las prácticas cu lturales, las ideas, la dimensión desasosiego. la revolución en la
ciudaddeMéxico, 1911-1922,
material y fu ncional de la ciudad y sus constructores, etc. México, El Colegio de México,
La amplia exigencia de conocim ientos, habi lidades analíticas y metodo- 2010.
so Georg Leidenberger, la historia
lógicas, variedad de enfoques y fuentes para elaborar una historia urbana, viaja en tranvía. El transporte
público y la cultura política de la
distinta a las biografías de ciudades y a las difusas y fragmentarias interpre- dudad de México, México, UAM,
taciones de la ciudad de la historia socia l y cultural, explica que una de las 2011 .
s1 Fausta Gantús, Caricatura y
estrategias de los historiadores sea "tematizar" el estudio de la ciudad. Pero poder político. Critica, censura y
se ha abusado de este proceder y se ha reducido la complejidad de la ciudad represión en la ciudad de México,
1876 -1888, México, El Colegio de
y de la vida urbana a la comprensión de los fenómenos particu lares que México/Instituto Mora, 2009.
ocurren en ella, olvidando los nexos que éstos tienen entre sí y a partir de los

LA HISTORIA URBANA EN MEXICO 3591


cuales es posible construir a la ciudad como objeto de estudio y explicarla
como la gran creación y experiencia histórica de las sociedades a través del
tiempo y el espacio. 52
Los historiadores de la ciudad de México, si los hay, han abusado de la
tematización, y han renunciado a elaborar una síntesis histórica de la ciudad.
Las posibilidades que ofrece ésta para seguir al imentando el insaciable ape-
tito temático de los oficiantes de Clío, se antojan infinitas. La posibilidad de
.que se sienten a escribir una síntesis histórica de la misma, no lo son tanto,
lrnás bien son remotas. Sin duda se repetirán los trabajos con fachada de his-
toria general de la ciudad, que en su interior no son sino una aglomeración
de interpretaciones en las que no es posible encontrar un hi lo comprensivo
de la historia de la ciudad. 53
Comparados con los avances habidos en otras tradiciones historiográfi-
cas, es mucho lo que falta por hacer, pero poco se avanzará si se persiste en
renunciar a re flexionar sobre la ciudad como objeto y sujeto de la historia
y, a cambio, satisfacerse con los reduccionismos con los que hasta hoy se
explica su historia. Poco se avanza rá también, si los historiadores insisten
en sus sectarismos institucionales y profesionales, mismos que se repiten en
otros campos disciplinares.

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LA HISTORIA URBANA EN MEXICO 361 1

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