Está en la página 1de 1

ORACIÓN CRUZ DE LOS JÓVENES

Cuantas veces Señor paso por momentos de dificultad, de dolor, de


angustia, donde pierdo muy rápido la confianza en Ti, pienso que me has
abandonado a la suerte y no soy capaz de ver tu presencia. Mi vida se
convierte en un sepulcro, donde reina la oscuridad y la tristeza, donde mi
corazón, tapado por una pesada losa, se encuentra cerrado a cualquier
esperanza de que pueda salir de esa situación. Cuando pienso que todo está
perdido, cuando ya he tirado la toalla, apareces Tú para cogerme de la
mano, para quitar esa piedra que tanto me ahoga, iluminas mis tinieblas y
me devuelves a la vida, haciéndome partícipe de tu resurrección. Contigo
lo puedo todo, no necesito a nadie ni nada más, únicamente tener fe,
porque te has entregado por mi, has cargado con mis pecados y con los del
mundo entero, te has sacrificado en la cruz por mi. ¿Quién haría algo así
por alguien como yo? Absolutamente nadie, solo Tú.

Te amo Señor, te necesito cerca de mi, te busco sin descanso igual que
María Magdalena al ver que tu cuerpo no estaba en el sepulcro. Creo en tu
presencia viva y real el Santísimo Sacramento del altar y en tu gloriosa
Resurrección. Me arrodillo ante ti Jesús, como Juan al llegar al sepulcro,
para rogarte que no me abandones nunca, no dejes que me rinda, que
piense que todo está perdido o que nada tiene sentido. Tú eres más grande
que la oscuridad. Tú, con tu victoria sobre la muerte, le das sentido a todo.
Contigo nada está perdido. Quién confía en ti, todo lo puede.

También podría gustarte