Diplomado de Psicología Positiva y Bienestar Universidad Adolfo Ibáñez
Paulina Hunt P. 2023
Sobre Kairós y el epigrama de Posidipo
En la mitología griega, Kairós es el dios de la oportunidad, la personificación de la Ocasión. Habitualmente es considerado el hijo divino más joven de Zeus, pero se desconoce su madre o descendencia. Varios autores dejaron constancia de la Oportunidad y siempre en relación con una estatua o culto. Pausanias escribió que en la entrada al estadio de Olimpia había dos estatuas, una dedicada a Hermes de los Juegos y otra a Kairós; también dice que Ión de Quíos le compuso un himno. Esopo cuenta que Kairós representa el breve momento en el que todas las cosas son posibles. Calímaco nos habla de una estatua de Lisipo, de hermosa manufactura, situada en el Ágora de Sición que tenía grabado el siguiente epigrama del poeta Posidipo:
"¿Quién y de dónde es el escultor?" De Sición.
"¿Y su nombre?" Lisipo. "¿Y quién eres tú?" El Tiempo que somete todas las cosas. "¿Por qué vas de puntillas?" Siempre voy corriendo. "¿Y por qué tienes un par de alas en tus pies?" Vuelo con el viento. "¿Y por qué tienes una navaja en tu mano derecha?" Como advertencia para los hombres de que soy más afilado que cualquier borde. "¿Y por qué el cabello te cae sobre el rostro?" Para que el que me encuentre me tome por el flequillo. "¿Y por qué, en nombre del cielo, tienes la nuca calva?" Porque nadie al que adelante con mis pies alados, podrá, aunque lo desee, agarrarme por detrás. "¿Por qué el artista te modeló?" Por tu bien, forastero, y me colocó en la entrada como lección." Se describía a Kairós como un joven mancebo: las alas en sus pies sugerían su rapidez, y que, llevado por las estaciones, anda rodando por toda la eternidad; y en cuanto a su belleza juvenil (comparada con la del dios Dioniso), esa belleza es siempre oportuna ya que Kairós es el único artífice de la belleza, mientras que aquello cuya belleza se ha marchitado no forma parte de la naturaleza de Kairós. El mechón de cabello en su frente indicaba que es fácil de atrapar cuando se acerca, sin embargo, cuando ha pasado, el momento de la acción también ha expirado, y que, si se descuida la oportunidad de Kairós, no se puede recuperar. Se lo representa también con un par de alas, portando una balanza desequilibrada en su mano izquierda, porque el equilibrio no es su virtud. Con pies alados, como Hermes, esta divinidad rápida que va y viene, une dos mundos en un solo momento.