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(reflexión bíblica)
Dios nos creó a todos con un propósito, y ese propósito da sentido a
nuestra vida. Vivir dentro del designio de Dios es como tener un mapa que
nos mantiene en la dirección correcta para que no nos perdamos en el
camino.
Vivir dentro del propósito de Dios puede parecer fácil, pero a veces no lo
es. Hay momentos en los que debemos decidir si vamos a seguir lo que la
sociedad dice o lo que sabemos que Dios desea para nosotros. Un ejemplo
es el tratar a todos con dignidad. Socialmente, buscamos relacionarnos
con personas "similares", pero Cristo nos llama a tratar a todos por igual,
sin fijarnos en su nivel de educación o clase social.
Son muchas las situaciones que se nos presentan cada día y muchas veces
reaccionamos de forma automática, sin detenernos a pensar lo que Dios
desea que hagamos. Ver una mujer que no puede cargar con su compra y
ofrecerle tu ayuda, puede traer ánimo y alegría a su corazón. ¡Dios es
glorificado cuando mostramos su amor a otros de forma práctica!
Por eso, busca oportunidades para usar los talentos, las fuerzas y los
recursos que Dios te ha dado para su gloria. Sirve a los que te rodean con
amor. Cumple con tu propósito adorando a Dios al hacer tus tareas diarias
con amor, gozo y excelencia. Deja que otros vean cómo Dios te ha
transformado con la vida abundante que has recibido de él. ¡Puede que se
animen a desear descubrir el propósito de Dios para ellos!
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la
tengan en abundancia.
(Juan 10:10)
Mantén los ojos en Jesús y escucha su voz, permite que él guíe tus pasos
en todo momento. Ama con el amor que viene de Dios, perdona, muestra
respeto, honra a los que te rodean. Cuando pases por dificultades y pienses
que no puedes más, acude a Dios. Pídele que te deje sentir su presencia,
que te anime y te recuerde la razón por la que deseas agradarlo a él antes
que a los hombres.
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
(Efesios 2:10)
El Señor cumplirá en mí su propósito.
Tu gran amor, Señor, perdura para siempre;
¡no abandones la obra de tus manos!
(Salmo 138:8)
Vive cada día conforme al propósito de Dios y tu vida tendrá mayor sentido.
Impacta hoy a muchos con su amor para que Cristo sea glorificado: él está
contigo y te ayudará.