Está en la página 1de 3

El Hombre que Calculaba

(Capitulo 4, Capitulo 5)
Capítulo 4:
Por el camino encontraron una pequeña aldea llamada Sippar hallaron un viajero con su
ropa rota, sucia y aparentemente herido ya que un par de minutos atrás unos hombres
persas habían robado todo lo que llevaba consigo cuando se dirigía con su caravana a
Basora. Su nombre era a Salem Nassair quien era uno de los comerciantes más
adinerados de Bagdad, había perdido todo menos su vida ya que durante el saqueo logro
esconderse entre la arena y así logro sobrevivir ante aquellos persas. Tuvo la oportunidad
de relatar todo lo sucedido y luego de ello pregunto si tenían algo de comer para él a lo
que Beremiz Samir le respondió que tenía 5 panes y su acompañante solo 3 panes, al
escuchar esto el comerciante dijo que a cambio de ellos les daría 8 monedas, una por
cada pan cuando llegaran a Bagdad.
Siguieron todo el camino a Bagdad y a su llegada se encontraron con el jeque Salem
Nassai quien vio el estado en el que se encontraba el comerciante e inmediatamente le
pregunto el porqué de esto y también el porqué estaba con 2 extraños, recibiendo toda la
explicación por parte del comerciante sobre lo que le había pasado tiempo atrás y la
ayuda que recibió por parte del hombre que calcula y su acompañante al compartir sus
panes con él para saciar su hambre. El jaque le dijo al comerciante que debía ir a informar
acerca del saqueo a su caravana por el cual habían así que inmediatamente debía
dirigirse al palacio a lo que este acepto pero antes de ello el comerciante cumplió con su
promesa, dando a Beremiz 5 monedas y a su acompañante 3 pero al ver esto el hombre
que calcula como se le conoce a Beremiz dijo que no era correcta la división para el pago
pues él debía quedarse con 7 monedas y su acompañante con una sola, dando una
explicación al comerciante ya que este sorprendido no entendía el porqué de su
respuesta. El hombre que calcula le dijo “yo di 5 panes pues cada que nos daba hambre
sacaba un pan de mi bolso y lo dividía en tres partes así que di 15 pedazos, mientras que
mi amigo dio 3 panes, en total solo dio 9 pedazos” tanto el comerciante como el jaque
quien asombrado de escuchar esto el hombre que calcula le reclama que no era la forma
de hacer la repartición, pues no tenía sentido que lo hiciera de esa manera, así que
Beremiz continua con su explicación diciéndole que de esos 15 trozos de pan que él
había dado solo había comido 8 de ellos mientras que su acompañante de la misma
forma comió 8 trozos de 9 trozos que tenía solo genero el aporte de un solo pan y debido
a esto solo debía recibir una moneda de oro y él debía recibir las otras 7 monedas.
Luego de escuchar toda la explicación por parte del hombre que calcula el comerciante
estuvo pensando muy bien por un momento y despejando todas sus dudas acerca de lo
que le había dicho Beremiz, pasado un rato acepto y estuvo de acuerdo con Beremiz así
que le dio a su acompañante una sola moneda y al hombre que calcula 7 monedas de
oro, tal como lo había dicho el hombre que calcula. A pesar de esto Beremiz finalmente
tomo las 8 monedas y las dividió a la mitad para él quedarse con 4 monedas y las
sobrantes dárselas a su compañero de viaje, llegando así a tener la misma cantidad sin
generar inconformidades entre sí. Al ver el gesto realizado por Beremiz el comerciante
muy asombrado dijo a el hombre que calcula que era una persona muy sabia, hábil y
generoso ofreciéndole así ser su secretario.
Capítulo 5:
Estando en la ciudad de Bagdad el hombre que calcula y su acompañante se dirigieron a
una posada llamada “El Anade Dorado” mientras se dirigían a este lugar su acompañante
le decía a Beremiz que él sabía lo fácil que sería para alguien como él que hace cálculos
tan rápidamente encontrar un buen empleo y así ya no tendrá que volver a la aldea de
Khol que al parecer no era de su agrado pues les traía tristeza a lo que el hombre que
calcula le respondió que a pesar de la prosperidad y progreso que obtenga estando allí
quería volver a Persia ya que sería muy ingrato de su parte dejar su tierra olvidada de esa
forma u olvidar y dejar atrás todos los amigos de su niñez. Cambiando de tema
rápidamente el hombre que calcula le dijo a su acompañante todas las palabras que
habían nombrado durante esos 8 días de viaje en los cuales han estado compartiendo,
sabiendo que solo fueron necesarias para así poder aclarar dudas y hablar de cosas que
le interesaban había nombrado un número exacto de palabras, ni más ni menos solo lo
justo para él.
Luego de esa breve explicación por parte del hombre que calcula le hablo a su
acompañante de otra situación por resolver acerca de un mercader de Teherán allá en
Persia que un día había llamado a su jóvenes hijos y diciéndoles “quien sea capaz de
pasar el día sin pronunciar una sola palabra inútil recibirá por mi parte premio de veintitrés
timunes” ya pasado el día los 3 jóvenes fueron a despedirse del padre cada uno
resaltando algo que había hecho excepto el del medio quien fue discreto y sencillo en
comparación a los otros 2, así que finalmente los 23 timunes fueron para el joven del
medio.
Pasado un tiempo llegaron a la posada “El Anade Dorado” donde encontraron una nueva
situación a resolver por el hombre que calcula, en la posada estaba Salim quien era el
dueño y al escuchar por parte del acompañante que Beremiz podía hacer cálculos
rápidamente le pidió ayuda a este plantándole el siguiente problema, “Un comerciante de
jotas preciosas acordó con el propietario de la posada Salim que al finalizar su estancia le
pagaría teniendo en cuenta las ganancias que haya generado con la venta de sus joyas,
donde si lograba vender sus joyas en 100 dracimas; le pagaría por el hospedaje
solamente 20 dracimas; pero si las vendía a 200 dracimas, pagaría 35 dracimas.
Preguntandole a el hombre que calcula cuanto seria lo que debe pagarle si vendió las
joyas por un monto de 140 dracimas, por eso el joyero decía que debía pagarle
únicamente 24 dracimas mientras que por otro lado el propietario decía que eran 28
dracimas las que él debía recibir, durante unos momentos de discusión entre el joyero y el
propietario Beremiz interrumpió pidiéndoles calmarse para que así pudieran solucionar lo
presentado y haciendo una rápida explicación del porqué y de cuanto debía ser pagado al
propietario por el joyero resolvió también esta situación presentada diciendo de manera
concisa que el pago que corresponde a la venta de las joyas en 140 se darán 25 dinares
para el pago de la estadía en la posada, al escuchar esto rápidamente el joyero saco de
su bolsa de dinero 26 dinares y se las entregó a Salim el propietario de la posada. Por
otro lado, le dio como forma de agradecimiento a Beremiz un anillo de oro con dos piedras
oscuras, luego de esto todos aquellos que estaban en el lugar solo veían a Beremiz con
admiración por todo lo hecho por este.

“Amigos míos, los números, en la simplicidad con que se presentan, deslumbran incluso a
los más avisados.
Laura Alejandra Gamba Rivera / 202220037414 / Pensamiento lógico matemático

También podría gustarte