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En el barrio de los Pensadores de Londres se ubica Stamford Bridge, cuna de un Chelsea que
se sitúa entre los clubes con mayor crecimiento en las últimas dos décadas. Y Roman
Abramovich se convirtió, desde su llegada, en padrino y arquitecto de un proyecto que antes
lucía títulos y potencial. Ahora que ya es equipo ganador, el ciclo del ruso se cierra.
Billete al éxito
Si el dinero no compra la felicidad, en el mundo del fútbol no se puede negar que aumenta exponencialmente la
probabilidad de éxito. No todos los proyectos que cuentan con un importante respaldo económico triunfa, pero se
puede decir que Roman Abramovich dio con la tecla al hacer balance tras casi dos décadas a los mandos. Paso a paso,
logró cumplir la mayoría de sus objetivos a largo plazo. Magnificó al Chelsea, escribió con letras doradas parte de su
historia y, sobre todo, lo convirtió en un equipo campeón. Es cierto que gran parte de ese camino hubiese sido
prácticamente imposible, al menos en ese espacio de tiempo, sin su dinero. El capital del magnate que potenció un
gigante de Inglaterra y que fue gran pionero en Europa entre los grandes inversores que apostaron por los clubes de
fútbol. Ahora, con el conflicto entre Rusia y Ucrania, pone fin a su ciclo. Uno que inició en julio de 2003 con solo 36
años. Con la compra, invirtió más de 200 millones de euros y aumentó el valor de las acciones del Chelsea un 46%. Era
solo el entremés de lo que iba a significar su llegada a Londres en el ámbito económico y en lo deportivo.

Abramovich asume el mando del proyecto del conjunto ‘blue’ y en su primera temporada, después de haber finalizado
la anterior a su toma del poder en cuarta posición en la Premier, el Chelsea acabó segundo a 11 puntos del Arsenal
campeón y llegó a las semifinales de Champions, donde cayó a manos del Mónaco, víctima del Oporto de José
Mourinho en la gran final. Como si de un hilo rojo que uniese al portugués y al ruso se tratase. Claudio Ranieri, el
primer entrenador en la ‘era Abramovich’ dejó el testigo a José Mourinho, el gran mausoleo de su museo. El portugués
cayó en gracia en Londres tras proclamarse campeón de Europa con el Oporto en la 2003-04. Al año siguiente, asumió
con gusto el papel de ser el gran líder del ambicioso proyecto, con el apoyo económico que traía consigo Abramovich.

Mourinho implantó el gen ganador en el Chelsea. En su primer año hizo doblete con la Premier y la Copa de la Liga,
además de hacer un meritorio papel en Champions hasta semifinales. Mou fue la gran estrella del proyecto
Abramovich en los primeros años. Ambos se retroalimentaron. Ocho títulos levantaron juntos en una de las etapas
más doradas de la historia reciente del Chelsea. Porque el paso del entrenador portugués, además de éxitos, dejó una
seña de identidad que intentó reforzar el magnate ruso. Avram Grant, Luiz Felipe Scolari, Ray Wilkins, Guus Hiddink,
Carlo Ancelotti, André Villas-Boas, Roberto Di Matteo, Rafa Benítez, Steve Holland, Antonio Conte, Maurizio Sarri,
Frank Lampard y ahora Thomas Tuchel trabajaron con una gran premisa de Abramovich. Convertir y mantener al club
en la línea del éxito y transformar al equipo en una máquina competitiva sin importar el contexto. Pelear por todo.
Siempre con la inestimable colaboración de su respaldo financiero, claro. Precisamente eso fue el gran objeto de
debate durante muchos años. Se tachaba a Abramovich de ser uno de los principales culpables de la inflación en el
mundo del fútbol. De subir considerablemente los precios en traspasos por sus inversiones.

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En sus primeros cinco años gastó más de 500 millones de euros en operaciones. Hernán Crespo, Claude Makélélé, Joe
Cole, Didier Drogba, Ricardo Carvalho, Arjen Robben, Petr Cech, Michael Essien, Wright-Phillips, Obi Mikel, Florent
Malouda o Nicolas Anelka son solo algunos de los nombres que llegaron en las primeras cinco campañas. Cierto es que
por entonces los precios no eran tan altos y solo Drogba (38.5M) y Essien (38M) superaron los 30 millones de los
mencionados, pero la gran apuesta de Abramovich en ese primer tramo fue Shevchenko, aunque defraudó su
rendimiento. En el siguiente ciclo de cinco años, volvió a apostar fuerte en la 2010-11 con un gasto de 121.5M.
Fernando Torres, David Luiz y Ramires fueron los tres grandes frentes. A partir de esa temporada, no bajó de los 90
millones de inversión por curso y en tres superó los 200: la 2017-18 (260.5M), 2018-19 (208.8M) y 2020-21 (247.2M).

Abramovich fue uno de los pioneros entre magnates, jeques y grupos inversores en introducirse de lleno en el mundo
del fútbol. Cierto es que llegó ya en un contexto favorable, con unas buenas bases, y que supo acertar en sus primeros
movimientos para obtener pronto grandes resultados. Pero en ese estudio previo y en sus aciertos también reside su
éxito. Tras él, otras grandes fortunas siguieron su estela. El City Football Group (Manchester City), la dinastía de los
Agnelli en la Juventus, Al-Khelaïfi y su fuerte apuesta en el PSG… son muchos y diversos los tipos de inversores que han
llegado a este deporte, pero no todos han logrado dominar a nivel europeo. Quitando el caso especial de la Juve,
ligada a los Agnelli desde hace años, ni Manchester City ni PSG, dos de las grandes potencias actuales con un fuerte
respaldo económico detrás, han logrado levantar la Liga de Campeones. Han dominado en campeonatos domésticos,
pero no en la competición internacional. El ciclo de Abramovich sí. Llega a su fin con dos ‘Orejonas’ bajo el brazo.

La Liga de Campeones abrió su página dorada al Chelsea después de caer en una final en la 2007-08 ante el Bayern.
Primero fue Di Matteo. La primera estrella casi en el año menos esperado. La Champions de Drogba. Ese mismo cartel
de tapado que portó Thomas Tuchel, recién llegado a Stamford Bridge, en la temporada de la segunda copa. Como si la
propia competición le hubiese guardado ese mismo contexto en las dos ocasiones. Abramovich abandona la entidad
después de colocarla entre las 13 que tienen más de una Champions en sus vitrinas.

Y la deja en otro rumbo, con éxitos recientes y jugadores jóvenes, pero en un proyecto ya maduro. La Champions
ganada por Tuchel en la 2020-21 es un buen punto de partida para la próxima dirección y una de las casillas a analizar
en este informe. Navegamos por el libro de historia del Chelsea desde la llegada de Abramovich al club. Lo que ha
cambiado, el progreso económico y deportivo, los entrenadores que han pasado por Stamford Bridge, el prisma de los
mercados de fichajes, jugadores insignia del proyecto, el antes y el después en Champions… en definitiva, un vistazo
más que interesante al poso que deja el magnate con su marcha. Con datos recogidos hasta el 22 de marzo de 2022,
nos disponemos a estudiar, desgranar e interpretar todas las ramificaciones de la ‘era Abramovich’ en Londres.
El hombre que
llenó las vitrinas
El Chelsea es uno de los clubes más laureados de Inglaterra en
buena parte gracias a su era moderna. Repasamos los títulos de
los ‘blues’ y la situación en la que Abramovich aterrizó en Londres
En 1877, Henry Augustus Mears y su hermano Joseph compraron un estadio de atletismo llamado Stamford Bridge que
acondicionaron para practicar fútbol. Le fue ofrecido al Fulham, que rechazó jugar en él, y los propietarios del recinto
decidieron crear el London Athletics Club. En 1905, este fue refundado como Chelsea Football Club. Y 117 años
después, en 2022, hablamos de una de las entidades más ganadoras en la historia del balompié británico, en muy
buena parte por la aportación de Roman Abramovich como propietario. Eso sí, el relato no es el del club pequeño
convertido en gigante, sino el de un histórico bien cotizado en el mercado y necesitado de estabilidad.

Porque ante todo, eso es lo que ha logrado el Chelsea bajo el mando del magnate ruso: ser un club consistentemente
competitivo dentro de la élite de la Premier League. Antes, su historia le había llevado por etapas duras en el periodo
de entreguerras o en los años 80, en los que jugó varios años en la Second Division y hasta coqueteó con el descenso a
la Third Division, mientras que su esplendor fue entre mitades de los 50, finales de los 60 y principios de los 70. De
hecho, su primer título oficial no llegaría hasta la temporada 1954-55, cuando ganó la Liga y se clasificó a la primera
edición de la Copa de Europa, aunque no participó. Ese mismo verano, el club ganó su primera Community Shield.

En el curso 1964-65, el Chelsea ganó por primera vez la Copa de la Liga y en la 1969-70, la FA Cup. En la 1970-71 cayó la
Recopa de la UEFA, en la que los británicos se impusieron tras el partido de desempate (2-1) al Real Madrid de Miguel
Muñoz con Zoco, Pirri, Amancio o Gento, entre otros. Sin embargo, en la segunda mitad de esa década y en el comienzo
de los 80, el club entró en un periodo de inestabilidad económica causada por un costoso plan de modernización de
Stamford Bridge que llevó al cambio de propiedad, a la venta de estrellas y a sufrir entre descensos y ascensos.

No fue hasta los años 90, con la entrada en la Premier League, cuando los 'blues' se reubicaron. Para ello fue clave la
figura de Ruud Gullit, quien terminó su trayectoria futbolística como jugador-entrenador del Chelsea. A partir de 1995
llegaron junto a él personajes de renombre como Mark Hughes, Roberto di Matteo, Gianfranco Zola o Gianluca Vialli,
quien ocuparía también el puesto de jugador-entrenador antes de la llegada de Claudio Ranieri en 2002. Los
londinenses ganaron dos FA Cup más en ese periodo (96-97 y 99-00), una Copa de la Liga (97-98) y otra Recopa de la
UEFA (97-98), además de la Supercopa de Europa (al Real Madrid en la 98-99) y la Community Shield (00-01). Por allí
desfilaron otros grandes nombres como Marcel Desailly, Dennis Wise, Gustavo Poyet o Tore André Flo.

En total, el Chelsea levantó 13 títulos en la élite antes de la llegada de Roman Abramovich en junio de 2003: una Liga,
tres FA Cup, dos EFL Cup, dos Community Shield, dos Recopas de Europa y una Supercopa de Europa, así como dos Full
Members Cup, un torneo creado por la Football League entre 1985 y 1992 por la expulsión de los clubes ingleses de las
competiciones europeas a causa del desastre de Heysel. También cabe mencionar como títulos menores sus dos Ligas
de Segunda. En definitiva, de todos ellos, seis trofeos se conquistaron a finales de los 90 y principios de los 2000.
Significa esto que cuando Abramovich compra el Chelsea se encuentra un equipo en Champions (fue cuarto el curso
2002-03) y con una historia reciente en alza. Eso sí, su llegada se traduce en un paso más allá y busca meter a los 'blues'
entre los mejores de Europa, algo que indudablemente consiguió. Si en los 98 años anteriores de historia el club
londinense ganó 13 títulos en la élite, en los últimos 19 con el ruso en la propiedad ha conquistado 21. El primero no
cayó en su temporada de debut, sino en la 2004-05, en la que José Mourinho llevó a los de Stamford Bridge a ganar su
segunda Liga (primera en 'era Premier') y la Copa de la Liga.

En total, el Chelsea ha ganado desde el año 2003 cinco Premier League (04-05, 05-06, 09-10, 14-15 y 16-17), cinco FA Cup
(06-07, 08-09, 09-10, 11-12 y 17-18), tres EFL Cup (04-05, 06-07 y 14-15), dos Community Shield (05-06 y 09-10), dos
Champions League (11-12 y 20-21), dos Europa League (12-13 y 18-19), un Mundial de Clubes (21-22) y una Supercopa de
Europa (21-22). Por darle aún más contexto, los de Stamford Bridge solo se quedaron sin lograr un título en seis de las
19 campañas en las que Abramovich ha presidido el club.

Incluso en esta temporada, aún por terminar, el Chelsea ya ha conseguido sumar a sus vitrinas su primera Supercopa
de Europa y su primer Mundial de Clubes. La situación, eso sí, puede cambiar radicalmente en un futuro no muy lejano
tras el bloqueo a las acciones de Abramovich y las operaciones financieras del club. Este verano, en el que jugadores
importantes como Rüdiger o Christensen acaban contrato, puede marcar el futuro cercano de la entidad.
Dos Champions
dan lustre al
admirable palmarés
del Chelsea
Resultados por
competiciones
Para entender el impulso y el respaldo económico del magnate
ruso, ponemos a los ‘blues’ en el espejo histórico de los torneos
nacionales e internacionales
El legado que deja Abramovich con su marcha debe medirse desde el punto de vista deportivo. Ver hasta qué punto ha
llevado al equipo en la escala piramidal del fútbol, tanto en las competiciones inglesas como en las internacionales.
La gestión de un club da rédito con éxitos. Y en el caso de un club como el Chelsea también con títulos. Para ello, es
importante repasar cómo le ha ido al conjunto ‘blue’ en los torneos a raíz de la llegada de Abramovich. Ponerle en el
espejo histórico para echar la vista atrás y hacer balance. Con datos muy reveladores.

Para empezar a analizar los resultados desde la temporada 2003-04 (Abramovich llegó en julio), la primera y obligada
parada es la de la Premier League. La competición inglesa mide la regularidad en un altísimo nivel de exigencia. Es
difícil decidir si es la mejor liga del mundo, pero está en encuadrada en el marco de las más competitivas. Y el Chelsea,
desde esa campaña 2003-04, ha sido el equipo más constante. En casi dos décadas de la competición doméstica del
país británico, el conjunto ‘blue’ es el que más puntos ha sumado. 1.458 desde el primer año de Abramovich hasta el
último conteo de este informe. El equipo con más puntos en el acumulado desde entonces, independientemente de los
títulos levantados. Más éxito en la primera década, algo más irregular en la segunda. Pero siempre en la parte
importante de la tabla que da acceso a las competiciones europeas.

De hecho, solo el Manchester United le aguanta el ritmo en esa clasificación histórica desde el aterrizaje de
Abramovich en la directiva del Chelsea. Los ‘red devils’ suman 1.450, solo 8 menos que los londinenses. La figura de Sir
Alex Ferguson tapa los últimos años más flojos del United. Pesa la historia, como la que se ha labrado el propio
Chelsea. Los ‘blues’ lideran, el United escolta. Ambos en un escalón por encima del resto. Un centenar de puntos menos
acumulan en el histórico, con el filtro de la ‘era Abramovich’, Liverpool (1.355) y Arsenal (1.353). Dos transatlánticos
que han pasado por años complicados en esa franja de tiempo, de ahí que se hayan descolgado respecto a los dos
primeros. Como el arranque tardío, con su grupo inversor, del Manchester City, que llega a los 1.332 puntos. También
por encima de la barrera del millar de puntos asoman el Tottenham (1.201) y el Everton (1.033). Casi 300 puntos de
diferencia respecto al siguiente, el Newcastle (764), en ese corte provocado por los descensos, aunque algunos de ellos
sean contados, de algunos de los clubes que están fuera de ese primer ‘top 7’. El Leicester, ahora entre los mejores,
computa pocas temporadas tras su auge y se queda en la posición 14 con 462 puntos.

Para consolidar esa base de la regularidad del Chelsea, desgranamos esos 1.450 puntos. Desde la llegada de
Abramovich, la media por temporada del conjunto ‘blue’ es de 77.81 puntos. Más incluso que el United (77.27). Con esa
media, le hubiese dado para entrar todas las temporadas en puestos de Champions League en estas 19 campañas.
Naturalmente, es algo ficticio y le castigaron sus peores campañas para poder cumplir con esa expectativa, pero el
promedio de puntos es altísimo para la competición de la que hablamos.
Más allá de su rendimiento histórico en Premier desde la llegada de Abramovich, lo cierto es que el Chelsea ha
adquirido también buena sintonía con las competiciones de eliminatorias desde el inicio de la era del magnate ruso.
Evidentemente, tiene un apartado especial la Liga de Campeones. Los dos títulos de Champions del Chelsea
desbloquean el logro en el historial y, además, le dan un 66.67% de éxito (2 de 3) al equipo ‘blue’ cuando llega a la gran
final. Y en Europa League, todavía más: ganó las dos que disputó.

Sin embargo, el dato más destacable del Chelsea en Champions atiende más allá de los títulos. Es el porcentaje de
veces que ha llegado a semifinales: 50%. Es decir, desde la llegada de Abramovich ha llegado a estar entre los cuatro
mejores equipos del torneo en la mitad de sus participaciones. Y de las 6 primeras ediciones con Abramovich (de la
2003-04 a la 2008-09), en 5 de ellas llegó al menos a semifinales. No pudo continuar a ese ritmo en la última década,
pero sí a mantener el ratio de llegar a semifinales cada dos participaciones en la máxima competición internacional.

El último Mundial de Clubes lo ganó después de caer en el primero (50%), levantó una de cuatro Supercopas de Europa
(25%) y dos de nueve Community Shield (22.22%). En los torneos coperos británicos tiene registros notables: ha llegado
a la final de la FA Cup 8 de las 18 (42.12%) ediciones completas desde que llegó Abramovich y en EFL Cup reduce ese
porcentaje hasta el 31.58%, un registro todavía meritorio en una competición tan exigente y que deja poco margen
para el error. Hasta ahí ha elevado el grado competitivo el Chelsea en las últimas dos décadas.
En los años de historia con Roman Abramovich a los mandos de la dirección del Chelsea, el conjunto ‘blue’, como
todos, ha tenido ciertos altibajos en años puntuales, aunque como hemos comentado ha sido uno de los más fiables
para estar entre las primeras posiciones en la Premier y fijar un buen nivel competitivo para pelear en las
competiciones de eliminatorias. Y, naturalmente, entre todos los torneos y con el paso de los años, el Chelsea de
Abramovich se ha ensañado con ciertos equipos, al igual que se le han resistido otros tantos.

El Tottenham es el rival al que más veces ha ganado el Chelsea desde la mencionada temporada 2003-04. Uno de los
derbis más sonados de Inglaterra y de Londres. Hasta en 27 ocasiones los ‘spurs’ han caído en duelos ante el conjunto
de Abramovich. Es la víctima favorita por delante del Newcastle (24), el segundo plato en cuestión. Otro derbi, el
creciente ante el Arsenal, y el Everton son los que cierran el podio con 23 triunfos. Liverpool y Manchester City, por
número de partidos en parte, siguen en su lista con 22 victorias del Chelsea. Cierran West Ham, Aston Villa y
Manchester United, todos ellos con 20.

El otro extremo, el de las derrotas, coloca a Liverpool y Manchester City como los clubes que más han castigado
históricamente al Chelsea desde la llegada de Abramovich. Los dos le han ganado en 19 ocasiones, por las 15 de
Manchester United y Arsenal. El Newcastle se apunta 10 y Tottenham y Everton, 9.

Naturalmente, ese foco en los equipos a los que más ha ganado se lleva también al plano goleador. El Tottenham es el
que acumula el saco más grande de tantos en contra ante el Chelsea, desde la temporada 2003-04 incluida, con 88
goles. El Arsenal (77) y el Aston Villa (75) cierran el podio copado por equipos londinenses. Liverpool (72), Everton (71),
Newcastle (70), Manchester United (65), West Ham (59), Sunderland (57) y Manchester City (57) completan el ‘top 10’.

Si nos fijamos en los clubes que más se le han resistido en estos años, esos a los que ya no ha podido ganar durante el
tiempo con Abramovich a los mandos, atendemos a 6 rivales. El caso más reciente es el del Villarreal. En la Supercopa
de Europa después de ganar la última Champions, el equipo español logró empatar durante el tiempo reglamentario
(1-1) al vigente campeón de Europa y vencerle después en la tanda de penaltis. Es el único precedente entre ambos.

Con el Mónaco se enfrentó en las semifinales de la Champions 2003-04 y no pudo ganar ninguno de los dos duelos.
Cayó en Francia (3-1) y empató en Stamford Bridge (2-2) para quedarse a las puertas de la gran final. También en
Europa se le resistió el Inter en los octavos de Champions 2009-10. 2-1 en Italia y 0-1 en Londres. En la Europa League
2018-19, se le atragantó el Eintracht (1-1 en ambos partidos) y quedó esa cruz en el historial. En Inglaterra solo le ha
quedado pendiente en esa franja de tiempo el Bradford City, en un partido de FA Cup de la 2014-15 que terminó con un
triunfo sorprendente de los visitantes en Londres por 2-4. Corinthians cierra el cupo, pero además con una curiosidad:
es el único equipo que no recibió un gol del Chelsea de Abramovich (1-0 en la final del Mundial de Clubes de 2012).
Los líderes
en la banda
El Chelsea ha combinado proyectos sólidos con etapas de
inestabilidad en uno de los banquillos más difíciles de Inglaterra.
Aquí repasamos los entrenadores de la ‘era Abramovich’
Hasta 15 entrenadores han dirigido al Chelsea en al menos un partido desde que Roman Abramovich compró el club el
1 de julio de 2003. El primero de todos, un Claudio Ranieri que desde el primer día supo la presión que tendría encima.
Llevaba en el cargo desde el año 2000 tras sustituir a Gianluca Vialli y había dado un paso clave al meter al equipo en
Champions League, lo que según el italiano propició que el ruso se decidiera a hacerle una oferta al entonces dueño
Ken Bates. “Los primeros en irnos a casa seremos tú y yo”, contaba Ranieri que le dijo Trevor Birch, director ejecutivo
de la entidad, en una entrevista a ‘Sky Sports’ en 2015.

Los rumores sobre la salida inmediata de Ranieri se acrecentaron en aquel verano de 2003 cuando se vio a Roman
Abramovich reunido con Sven-Göran Eriksson. Vicente del Bosque llegó a reconocer en ‘Mirror’ una “llamada” y
“cierto interés”, pero se desligó porque el italiano aún tenía contrato por delante. Y efectivamente, pese a las
turbulencias que rodearon a la llegada del magnate, el preparador romano pudo entrenar durante toda la
temporada. Consiguió resultados muy positivos para lo que era la historia reciente del Chelsea: lo clasificó segundo,
su mejor puesto en la Premier entonces, solo por detrás del Arsenal de los ‘Invencibles’, y cayó en semifinales de la
Champions ante el Mónaco que semanas después perdió la final contra el Oporto de José Mourinho.

Sin embargo, la exigencia era la excelencia. Tras un desembolso de 170 millones de euros en fichajes como Verón,
Crespo, Makélélé o Joe Cole, el Chelsea finalizó la temporada en blanco con sendas eliminaciones en octavos de FA
Cup y cuartos de la EFL. Por ello, el propietario pagó los nueve millones de euros de indemnización para cortar el
contrato de Claudio Ranieri, que abandonó el club el 30 de junio de 2004. En esa temporada, el récord fue de 36
victorias, 12 empates y 11 derrotas en 59 partidos con promedios de 1.73 goles a favor y 0.81 en contra.

En su lugar llegó ‘The Special One’. La salida de Ranieri fue controvertida por su trabajo en la etapa previa a Roman
Abramovich, pero José Mourinho no tardó en ganarse a la afición ‘blue’ con su carisma y los éxitos inmediatos del club.
De por sí, la primera etapa del portugués en Stamford Bridge es la más longeva de un entrenador del Chelsea desde
2003. En ella dirigió 185 partidos, ganó seis títulos (incluidas dos Premier seguidas) y se vio a un equipo reconocible no
solo por su potencial ofensivo, sino por su defensa. En ella, el cuadro londinense promedió 0.64 tantos en contra por
encuentro, el mejor dato hasta la llegada de Thomas Tuchel (0.61). Con ello consiguió 124 triunfos, 40 empates y
únicamente sufrió 21 derrotas (11.35%).

La salida de Mourinho del Chelsea se produjo en septiembre de 2007. El club y el técnico alegaron que fue “de acuerdo
mutuo” tras un mal arranque de temporada, aunque la afición no lo entendió y nunca se ha llegado a explicar en los
medios el motivo exacto. La temporada la acabó Avram Grant, quien dirigió los 54 partidos restantes con 36 triunfos,
13 igualadas y 5 tropiezos. Después de perder la final de la Community Shield a principios de temporada, el cierre del
curso no pudo ser peor tras quedarse sin los títulos de EFL Cup (vs Tottenham) y Champions (Manchester United).
El siguiente proyecto lo acogió un Luiz Felipe Scolari que había entrenado a las selecciones de Brasil y Portugal,
aunque su papel no fue el esperado. Derrotas duras contra el United (3-0) o el Liverpool (2-0) hicieron peligrar los
puestos Champions, por lo que fue despedido el 9 de febrero de 2009 después de 36 partidos. Ray Wilkins ocupó el
banquillo en la siguiente jornada de manera interina hasta que llegó como apagafuegos Guus Hiddink, con el que el
Chelsea fue tercero en Premier y cayó en semifinales de Liga de Campeones contra el FC Barcelona en el famoso día
del ‘Iniestazo’. Tras ello, el neerlandés finalizó su contrato de cinco meses con 16 triunfos, cinco empates y solo una
derrota en 22 encuentros, y el club se decidió por Carlo Ancelotti como nuevo líder.

‘Carletto’ venía de ocho años gloriosos en el Milan y le tomó bien el pulso al banquillo ‘blue’. El italiano es el segundo
que más ha durado en el cargo con Abramovich por detrás de ‘Mou’: 109 partidos en dos temporadas. En la primera,
Ancelotti levantó tres títulos: la Community Shield 2009, la FA Cup y la Premier League 2010. Sin embargo, en la
segunda se quedó en blanco. Se fue como el entrenador que fijó el mejor registro de goles a favor por partido, 2.21, y su
récord fue de 67 victorias, 20 empates y 22 derrotas. En su lugar, el Chelsea quiso hacer una apuesta como la de José
Mourinho por un entrenador joven y pujante, pero la etapa de André Villas-Boas fue un fracaso con una plantilla que
al final ganó la primera Champions en la historia del club.

El portugués, que había ganado cuatro títulos con el Oporto, firmó en junio de 2011 después de que el Chelsea pagara
15 millones de euros por su fichaje. Sin embargo, fue cesado el 4 de marzo de 2012 con el equipo a 20 puntos del líder
de la Premier y con un 3-1 en contra en la ida de octavos de la Champions ante el Nápoles. Villas-Boas se fue con solo
un 47.5% de victorias (19 en 40 partidos) y con el actualmente cuarto peor registro defensivo (1.08) de la ‘era
Abramovich’. En su lugar, Roberto di Matteo, histórico ex delantero ‘blue’, logró remontar la eliminatoria, eliminar a
Benfica y Barça y derrotar al Bayern en la final. El más imprevisto acabó logrando el título más ansiado por Roman
Abramovich y con ello se ganó su continuidad pese a acabar sexto en Liga.
Realmente, solo los resultados en Europa justificaron el papel de Di Matteo en un equipo poco atractivo, pero muy
físico y aguerrido. No obstante, el italiano no duró mucho más y el 21 de noviembre de 2012 fue cesado tras una
derrota por 3-0 ante la Juventus en fase de grupos de la Champions que posteriormente condenó al equipo a jugar la
Europa League. El ex delantero estuvo al frente un total de 42 partidos hasta que firmó en su lugar un Rafa Benítez que
permaneció hasta final de curso. Le ganó la final de la UEL al Benfica con un gol de Ivanovic en el 93’, cayó en ‘semis’
de las dos Copas británicas y dejó al equipo tercero en Premier después de 48 choques.

Con el banquillo en un constante estado de interinidad, Roman Abramovich no se lo pensó para llamar de nuevo a José
Mourinho después de que este saliera del Real Madrid. Oficialmente, el 1 de julio de 2013 comenzó la segunda era de
‘The Special One’, quien regresó a casa aclamado. Tanto él como el Chelsea se necesitaban y en sus dos años y medio
antes de ser destituido en diciembre de 2015, el portugués ganó dos títulos más. En la primera temporada se quedó en
blanco, pero el club mantuvo su confianza y en la 2014-15 levantó otra Premier League y la EFL Cup. En esta segunda
etapa, ‘Mou’ entrenó 136 partidos con guarismos menos impresionantes que los anteriores: 80 victorias (58.82%), 29
empates (21.32%) y 27 derrotas (19.85%). Esta fue la segunda estancia más larga de un entrenador en Stamford Bridge
durante el mandato del magnate ruso. En total, 321 partidos del portugués en Londres.

Guus Hiddink, después de un partido de Steve Holland como interino, volvía al Chelsea con el extintor el 20 de
diciembre de 2015, pero la apuesta no salió tan bien como la primera vez y los ‘blues’ completaron la peor temporada
de toda la ‘era Abramovich’, sin títulos y en el décimo puesto de la Premier League, lo que dejó al club fuera de Europa
por primera vez desde 1997. Un durísimo golpe al que la directiva respondió con la contratación de un hombre de
carácter como Antonio Conte, que hizo al club campeón de Liga y finalista de la FA Cup, pero su relación con el
vestuario y la directiva se fue tensando y en la campaña 2017-18 terminó quinto, fuera de la Champions. Esto provocó
su cese junto a una indemnización de unos 30 millones de euros para él y su ‘staff’ por la que mantuvieron un tortuoso
litigio que acabó dando la razón al italiano. Conte fue el tercer técnico con más partidos, 106, con un 65.09% de
victorias (69), un 16.04% de empates (17) y un 18.87% de derrotas (20).

Con Maurizio Sarri, el desenlace fue más sencillo. En su caso, entrenó 63 partidos en su única temporada, ganó la
Europa League, acabó tercero en Liga y volvió a Italia para dirigir a la Juventus. Tras ello, el club tiró de gente de la
casa y fichó a Frank Lampard del Derby County para la campaña 2019-20, pero nunca logró impresionar. De los que
han completado una campaña, tiene el peor porcentaje de victorias (52.38%) y no logró ningún título en su año y
medio al frente. Tras 84 encuentros, el Chelsea se trajo a un Thomas Tuchel destituido del PSG que resucitó al equipo,
implantó un nuevo esquema y lo hizo campeón de la Champions por segunda vez. A fecha de cierre de este informe, el
germano llevaba 79 partidos y tres títulos. Además de la ‘Orejona, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes.
Mourinho, por
encima de todos
De entre los muchos técnicos por los que apostó Abramovich’, José
Mourinho fue sin lugar a dudas el más trascendental. ‘The Special
One’ inició el camino londinense al estrellato
En los casi 20 años con Roman Abramovich al frente del Chelsea, muchos han sido los entrenadores que han llevado
las riendas del conjunto de Stamford Bridge, tal y como hemos podido comprobar. El haber guiado al club hasta la
máxima gloria europea concederá a buen seguro un hueco en el Olimpo ‘blue’ a Roberto Di Matteo y Thomas Tuchel,
pero ninguno de ellos está a la altura José Mourinho en importancia, legado y relevancia en la entidad londinense.

El técnico luso fue y será siempre recordado como la gran apuesta del multimillonario ruso en su paso por el club
inglés. Tras un primer año en el que mantuvo a Claudio Ranieri en el banquillo, Abramovich puso toda la carne en el
asador en verano de 2004 por un Mourinho que era por aquel entonces el gran preparador del momento a nivel
mundial, pues venía de conquistar la Copa de la UEFA (2003) y la Champions League (2004) con un equipo que estaba
totalmente fuera de las quinielas y, en principio, a años luz de los transatlánticos de aquella época: el Oporto.

Sus conocimientos, su confianza y sus conquistas le abrieron al luso las puertas de un Stamford Bridge en el que se
transformó en ‘The Special One’. Un mote que se autoimpuso y que desde el primer momento pasó a formar parte de la
historia del fútbol. En el primer año del portugués llegaron a la entidad varios ex pupilos de su glorioso Oporto
(Ricardo Carvalho o Paulo Ferreira) y también otros grandes fichajes que con los años se convertirían en auténticos
mitos de la entidad como el checo Petr Cech o el atacante marfileño Didier Drogba.

En esa primera campaña 2004-05, Mourinho llevó su mentalidad ganadora a Stamford Bridge. El cuadro ‘blue’ disputó
un total de 60 encuentros en los que logró unas cifras espectaculares: 43 victorias (71.67%), 11 empates (18.33%) y solo
6 derrotas (10%), con un total de 110 goles a favor (1.83 de media por duelo) y únicamente 35 en contra (0.58). El equipo
dejó la puerta a cero en el 56.67% de sus duelos y marcó en el 83.33% de los mismos. Todo ello le valió para conquistar
de manera contundente (solo perdió un partido) una Premier League que llegó 50 años después de la que hasta el
momento era su única Liga Inglesa. Dicho logro vino acompañado también por la Copa de la Liga y una magnífica
andadura en la Champions League que se vio truncada en las semifinales en una eliminatoria dura e igualada frente
al Liverpool de Rafa Benítez (0-1).

Tras la experiencia del primer curso, la temporada 2005-06 dio inicio con el Chelsea de Mourinho siendo uno de los
favoritos a lograr todos los títulos. El luso vio reforzada su plantilla con jugadores como Asier del Horno o Michael
Essien y logró revalidar su corona en la Premier con holgura (logró 91 puntos, 8 más que el Arsenal), además de
conquistar también la Community Shield. Sin embargo, a Mourinho le quedó el sabor agridulce de la Champions, en la
que fue eliminado en octavos de final por el que ha sido el gran rival deportivo a lo largo de toda su carrera como
técnico: el FC Barcelona. Pese a que sus números cayeron, los registros logrados también fueron notables, pues ganó
36 (66.67%) de los 54 encuentros disputados, mientras que empató 9 (16.67%) y perdió otros 9 (16.67%). A nivel
goleador, el equipo casi mantuvo su nivel de acierto con 95 tantos (1.76) y encajó nuevamente 35 (0.65).
Un técnico que
dejó huella
Con dos Ligas Inglesas seguidas, Mourinho arrancó el curso 2006-07 dispuesto a lograr el ‘three-peat’, pero no alcanzó
el objetivo. Pese a ello, la campaña del de Setúbal estuvo muy cerca de ser histórica, pues con un poco de suerte pudo
haberse llevado las cinco competiciones que disputó. Tuvo la tercera Premier League consecutiva en sus manos, pero
una racha final de cinco empates consecutivos le hizo acabar a seis puntos del Manchester United, campeón aquel
año. Pese a ello, las copas locales fueron territorio ‘blue’, pues el luso, pese a las lesiones sufridas por varias de sus
piezas más importantes, llevó a los londinenses hacia la conquista de la FA Cup y la Copa de la Liga. Solo la Community
Shield a inicios de temporada le fue esquiva. Además, en la Champions, el Chelsea volvió a ser un contendiente claro,
pero de nuevo las semifinales fueron su techo cayendo otra vez a manos del Liverpool, esta vez en penaltis. Este fue el
curso en el que Mourinho dirigió más partidos en Londres, con un total de 64. Logró 42 victorias (65.63%), empató 17
veces (26.56%) y perdió solo 5 (7.81%). Su equipo fue una máquina goleadora con 117 tantos (1.83 de media), mientras
que se mostró sólido atrás al encajar 42 (0.66) y dejar su puerta a cero en el 51.56% de las ocasiones.

Con seis títulos en la mochila, Mourinho iniciaba en la 2007-08 su cuarta temporada, pero su primera etapa en el club
concluyó de forma repentina tras solo siete encuentros. Las desavenencias con Abramovich protagonizaron rumores
los meses anteriores, pero todo se vino abajo tras sendos empates ante Blackburn y Rosenborg. Eso sí, pese a solo
dirigir ocho duelos (3 victorias, 3 empates y 1 derrota), Mourinho pudo batir el récord de más partidos seguidos sin
perder en Premier como local (64) antes de, tras unos meses sabáticos, ir al Inter. Los hinchas no entendieron su
marcha y daba la sensación de que las puertas del club se abrirían de nuevo en el futuro para el portugués.
Tras una exitosa etapa en el Inter (con Champions incluida) y tres cursos al frente del Real Madrid, en verano de 2013,
casi seis años después de su adiós, el portugués volvió a tomar las riendas de un Chelsea que venía de saborear la
gloria continental en la Champions (2012) y la Europa League (2013). Mourinho asumió el reto de devolver a la élite
nacional al club y mantener su pedigrí europeo, pero se quedó a las puertas. Llegó a las cuatro últimas jornadas de la
Premier dependiendo de sí mismo, pero sendos batacazos en casa ante Sunderland (1-2) y Norwich (0-0) evitaron el
título. En Champions, otra vez, las semifinales supusieron la tumba de un cuadro ‘blue’ que, tras un 0-0 en la ida, fue
eliminado por el Atlético en Stamford Bridge (1-3) pese a comenzar ganando el duelo. Además, la suerte le fue esquiva
aquel año en la Supercopa de Europa, la cual perdió ante el Bayern de Múnich de Guardiola en los penaltis. En global,
con antiguos estandartes de su primer Chelsea como Cech o Terry y nuevos talentos como Hazard o Willian como
estrellas, el luso logró 35 triunfos (61.40%) en 57 duelos, con 10 empates (17.54%) y 12 derrotas (21.05%). El equipo
llegó a los 100 goles (1.75 de promedio), pero empeoró atrás respecto a su primera época al encajar 47 (0.75).

Sin trofeos en su retorno, la segunda campaña de esta nueva etapa sí que fue todo un éxito, al menos dentro de las
fronteras inglesas. Con los fichajes estelares de Cesc, Diego Costa y Filipe Luis, más el regreso de un veterano Drogba,
el equipo arrasó en la Premier a las órdenes de un ‘The Special One’ que ganó con solvencia su tercera Liga Inglesa
(ocho puntos de ventaja sobre el City) y conquistó de paso una nueva Copa de la Liga, con lo que firmó un doblete
nacional. Sin embargo, la Liga de Campeones le deparó una nueva desilusión al de Setúbal, pues sus pupilos fueron
eliminados cuando lo tenían todo a favor en una serie muy pareja frente al Paris Saint-Germain en los octavos de final
por el valor doble de los goles en campo contrario. A nivel estadístico, Mourinho salió victorioso en 36 de los 55
partidos jugados (65.45%), empató 14 (25.45%) y perdió solo 5 (9.09%). Unos números que se basaron en su mejor año
goleador (109 tantos, una media de 1.98 por duelo), ya que atrás el equipo perdió solidez (47 tantos en contra, con 0.85
de promedio).

Con otros dos títulos más, las expectativas eran de nuevo muy altas para el curso 2015-16, pero en el mismo llegó el
desastre. La división que se produjo entre el técnico y una parte del vestuario se hizo después evidente también en la
grada entre los que estaban a favor del luso y los que no tras un inicio lleno de malos resultados que hizo al Chelsea
deambular por la zona baja de la tabla. Ante esta situación, en diciembre de 2015 y con el equipo en la 16ª posición de
la clasificación, a solo un punto de los puestos de descenso tras sumar 15 unidades en 16 jornadas, el Chelsea
destituyó a un técnico portugués que ponía fin de manera triste a su aventura en Stamford Bridge. Sin lugar a dudas,
los números de esta media temporada fueron los peores de su carrera deportiva, con solo 9 victorias (37.50%), 5
empates (20.83%) y 10 derrotas (41.67%) en 24 encuentros, además de registrar un pobre balance de 36 goles a favor
(1.50 de media) y 31 en contra (1.29).
En resumen, Mourinho, pese a sus dos salidas por la puerta de atrás, dejó una huella imborrable en el Chelsea. Asentó
al equipo en la élite europea y lo hizo una máquina ganadora a nivel local, con ocho títulos entre los que destacan las
tres Premier League logradas en las campañas 2004-05, 2005-06 y 2014-15. Fue la Liga Inglesa la competición en la
que más brilló, con unos números de 140 triunfos (66.04%) en 212 partidos y un balance de 377 tantos a favor (1.78) y
152 en contra (0.72). También destacó su éxito en una minusvalorada Copa de la Liga que alzó en tres ocasiones y en la
que ganó 18 (75%) de los 24 duelos que dirigió. Dejando al margen la Community Shield, el gran lunar del luso fue una
Champions League que se le resistió. Salió victorioso en 30 de sus 59 partidos (50.85%), solo perdió 13 duelos (22.03%),
pero las semifinales fueron su ronda maldita: cayó tres veces a las puertas de la final.

Haciendo números, a nivel global, ‘The Special One’ dirigió un total de 321 veces al Chelsea, con un saldo de 204
victorias (63.55%), 69 empates (21.50%) y 48 derrotas (14.95%). Durante estos duelos, títulos al margen, los aficionados
‘blues’ pudieron festejar hasta 575 goles, quedándose el luso cerca de una media de dos tantos por choque (1.79). Unos
números excelentes que fueron incluso mejores solo en casa. Y es que Stamford Bridge fue un auténtico fortín durante
las dos etapas de Mourinho en el Chelsea, pues ganó 119 partidos (73.46%) de los 162 que disputó, empató 32 (19.75%)
y únicamente se vio superado por su rival en 11 ocasiones (6.79%), con un balance anotador sin paliativos: 330 tantos a
favor (2.04 de promedio) y 99 en contra (0.61). Unas cifras de leyenda que refrendan el legado de un José Mourinho que,
para siempre, será el gran entrenador de la ‘era Abramovich’, la más exitosa de la historia del club.
Mourinho llevó
la mentalidad
ganadora al
vestuario
Los tipos que
labraron su obra
Varios de los mejores jugadores del mundo han desfilado por el
Chelsea a lo largo de estos 19 años con Abramovich y han hecho
las delicias de los aficionados en Stamford Bridge
El fútbol inglés ha tenido una vasta variedad de campeones a lo largo de su larga historia. El Chelsea, equipo con
recorrido dentro del granado fútbol londinense, siempre deseó estar entre los equipos que peleaban por todo en
Inglaterra, aunque lo cierto es que a los de Stamford Bridge les costó levantar copas durante todo el siglo pasado. Los
últimos años de la década de los 90 ya cambiaron la tendencia para un equipo 'blue' que empezó a apostar por el
talento extranjero y dejó de lado una fe en el futbolista local que se había mantenido inquebrantable durante gran
parte de su trayectoria sin demasiado éxito.

La llegada de Roman Abramovich acentuó este cambio de mentalidad y el ruso, como un niño que estrena un juguete
nuevo, fichó a discreción en sus primeros proyectos. Se trataba de dar forma a una plantilla amplia y completa y hay
que recordar que, para ello, el magnate tuvo que pagar muy por encima del valor de mercado para incorporar a las
primeras estrellas presentadas por el equipo. Como era de esperar, a bombo y platillo.

19 años dan para mucho y, cuando se habla de más de 100 fichajes en este lapso de tiempo, quedarse con solo un
puñado de jugadores parece complicado. Por el Chelsea de Abramovich han pasado estrellas de todo tipo y, por
supuesto, no todas ellas han triunfado. Hablar de su equipo 'blue' es hacerlo del de Cech, Terry, Lampard y Drogba, la
columna vertebral más reconocible en estas casi dos décadas del magnate al frente del equipo.

Ellos son los futbolistas que encabezan la práctica totalidad de los rankings del conjunto 'blue' en este tiempo, pero no
son las únicas estrellas que han pasado por la plantilla del club. Hasta 21 futbolistas con un ELO superior a 90 a lo
largo de su carrera se han enfundado la elástica del Chelsea desde la llegada del ruso, gran parte de ellos fichados a
golpe de talonario por quien está a punto de dejar el equipo londinense.

No cuajó el paso por Stamford Bridge de Salah (ELO máximo de 97), Eto'o (95), Falcao (95), Higuaín (93), De Bruyne (91),
Shevchenko (91), o Filipe Luis (90), todos ellos futbolistas que han brillado antes o después de su estancia en el club del
distrito de Fulham, aunque no sobre el terreno de juego de Stamford Bridge. Más acertadas resultaron las inversiones
en Courtois (93), Drogba (92), Gallas (91), Fernando Torres (90) Ivanovic (90), Hazard (90), Rüdiger (90) y Cech (90),
hombres con momentos icónicos vistiendo la elástica azul del equipo londinense.

Además, no todo fue sacar la chequera y dispendios, Abramovich se encontró ya en la plantilla a jugadores tan
diferenciales como Hasselbaink (93), Frank Lampard (94) o John Terry (92). Finalmente, una muestra de que su ilusión
por la entidad no se ha esfumado en este tiempo está en el hecho de que haya seguido apostando en los últimos años
por estrellas como Lukaku (95), Werner (94) o Ziyech (91), futbolistas que todavía son claves en el entramado de
Thomas Tuchel, sin miramientos acerca del desembolso por ellos.
Las estadísticas sustentan la teoría de que Terry (599), Lampard (547), Cech (494) y Drogba (381) son los hombres más
importantes de esta longeva etapa. Únicamente se cuela entre ellos en número de partidos jugados en estos 19 años el
español César Azpilicueta (464), capitán y un tipo indispensable en los éxitos recientes del conjunto londinense. El
central (51.953), el mediapunta (44.702), el portero (43.948) y el actual capitán (39.302 a la realización de este
informe) también son los que más minutos han jugado, un ranking que desvela la importancia de otros dos cracks de
la historia reciente del Chelsea: el serbio Branislav Ivanovic (31.489) y el inglés Ashley Cole (28.817).

Nadie se acerca a Terry en titularidades. El central ha partido en el once inicial en 586 de las 599 veces que ha jugado
con la camiseta 'blue'. Lampard, con 498 de 547, y Cech, con 492 de 494, siguen al ex jugador inglés, un ranking en el
que destacan igualmente Azpilicueta (439), Ivanovic (352), Ashley Cole (325) y Eden Hazard, quien con 297
titularidades está por delante de Didier Drogba (288).

En el marfileño se observa una clara metamorfosis entre sus exitosos primeros años y la última etapa, comprendida
por la temporada de su regreso y la última campaña antes de dejar el club. Drogba dejó de ser uno de los nombres
habituales a la hora de elaborar el once para sus técnicos y se convirtió en un revulsivo de categoría para el conjunto
londinense y, a pesar de eso, siguió jugando con fluidez. Merced a la mencionada última etapa del marfileño, Drogba
es el jugador que más tantos ha hecho partiendo desde el banquillo en el equipo de Stamford Bridge con 18 dianas.
Supera a Kalou, que hizo 14 sin empezar como titular, y a Hazard, Willian y Batshuayi, quienes se plantaron en los 9
goles en encuentros que arrancaron como suplentes.

Dejando a un lado la lista de revulsivos y centrándonos exclusivamente en los anotadores, la longevidad de Frank
Lampard le permite ser el máximo goleador de toda la etapa de Abramovich, con 195 tantos. El centrocampista inglés,
posteriormente también técnico del equipo, firmó 30 más que Drogba (165), el único que le aguanta el pulso en este
apartado. Hazard, gran estrella 'blue' antes de marcharse al Real Madrid, firmó 110 tantos a pesar de ser, como
Lampard, mediapunta. Y Willian, que tampoco es un delantero al uso, aparece en cuarta posición con 63, ya a una
gran distancia de los principales hombres-gol del equipo 'blue'. Futbolistas como Kalou (60), Anelka (59), Diego Costa
(58), Terry (55) y Fernando Torres y Malouda (45) redondean el 'top 10' de anotadores del Chelsea de Abramovich a la
fecha de cierre de este informe.

Asimismo, Lampard es el que en más partidos distintos hizo gol para el equipo londinense con 157, tabla en la que
supera a Drogba (134), Hazard (91), Willian (56), Kalou y Terry (53), Diego Costa (51), Anelka (47), Malouda (40) y Pedro,
que a lo largo de sus cinco campañas en el Chelsea logró anotar en 39 choques diferentes y en parte mantuvo en
Stamford Bridge la regularidad exhibida en el Barcelona.
En el apartado disciplinario, John Terry es el que más veces ha visto la amarilla (89) y también el que en más ocasiones
ha sido expulsado (8). Le siguen, en cuanto a amonestaciones, Ivanovic (75), Obi Mikel (70), Drogba (61) y Lampard (59).
Los que más veces han sido expulsados tras el ex central han sido Drogba (5), Obi Mikel y Ramires (4), y Fernando
Torres, Lampard e Ivanovic (3).

Finalmente, volviendo al análisis de aquellos futbolistas que comenzaron más veces como suplentes, el revulsivo por
excelencia del Chelsea de Abramovich lo encontramos en la figura de Salomon Kalou, un jugador que entró desde el
banquillo en 106 ocasiones. Joe Cole, otro hombre para todo de los técnicos que han pasado por Stamford Bridge,
entró como suplente 93 veces y comparte la segunda posición con Drogba, números que se sustentan en la última fase
del africano en el club. A continuación, Obi Mikel y Willian, quienes entraron como refresco en 90 ocasiones, y ya más
lejos Pedro (66), Loftus-Cheek (65), Wright-Phillips (60), Hudson-Odoi y Giroud (59). En el polo opuesto, entre los más
sustituidos, Willian está a la cabeza tras arrancar como titular 140 ocasiones para ser reemplazado después.
Encabeza un 'top 3' que redondean Joe Cole (135) y Eden Hazard (124), dos futbolistas de mucha clase que solían
enfilar el túnel de vestuarios antes de tiempo, importantísimos en cualquier caso en la historia ‘blue’.
La gloria de
levantar la
Champions
Hasta la llegada del ruso, el Chelsea estaba en la segunda e
incluso tercera fila europea, pero el cuadro londinense se instaló
durante su mandato en la élite continental
Cuando Roman Abramovich tomó el control del Chelsea, el conjunto londinense, a nivel europeo, era un mero
observador de la élite continental. Es cierto que el equipo de Stamford Bridge venía de ganar de manera reciente la
Recopa de Europa (1998, la segunda tras la de 1971) y la Supercopa de Europa (1998), pero sus apariciones con éxito
en el plano internacional eran esporádicas, como su buena participación en la Liga de Campeones 1999-00, en la que
fue eliminado en la prórroga en los cuartos de final por el FC Barcelona, un rival que se convertiría años después en su
archienemigo en el Viejo Continente. Además, en los años previos a la llegada del magnate, el cuadro de Londres
venía de caer tres años seguidos en la Copa de la UEFA ante rivales modestos como St. Gallen, Hapoel Tel Aviv y Viking.

Desde el aterrizaje del ruso en el club, dominar Europa se convirtió en la gran obsesión de la entidad y durante
muchos años el torneo más deseado se le resistió a un equipo que, pese a competir siempre de manera bestial, tardó
nueve años en alzar su primera Champions en la temporada 2011-12. Los sinsabores continentales estuvieron a la
orden del día durante los primeros años de mandato del nacido en Sarátov, que vio pasar la gloria muy cerca de sus
manos, pero no pudo agarrarla.

En el primer curso europeo de la ‘era Abramovich’, el Chelsea cuajó una gran participación y alcanzó las semifinales
tras partir desde la fase previa. En la misma eliminó al Zilina antes de superar con un balance de 4 triunfos, un empate
y una derrota una fase de grupos en la que se midió a Sparta de Praga, Besiktas y Lazio. Se deshizo por la mínima (1-0)
del Stuttgart en octavos y en cuartos eliminó al Arsenal por un global de 3-2. El Mónaco fue su rival en semifinales, lo
que suponía un cruce asequible, pero el cuadro de la Ligue 1, tras ganar por 3-1 en la ida, igualó 2-2 en Stamford
Bridge tras ir 2-0 abajo y dejó a las puertas de la final al Chelsea de Claudio Ranieri.

El curso siguiente comenzó la etapa de José Mourinho en el banquillo, pero las semifinales volvieron a ser el tope en
una campaña 2004-05 en la que el cuadro londinense superó con comodidad la fase de grupos ante PSG, CSKA de
Moscú y Oporto antes de protagonizar una recordada eliminatoria de octavos contra el Barça. Ahí dio inició la gran
rivalidad entre ambas entidades. El Chelsea, con polémica, eliminó al club catalán liderado por Ronaldinho (que
anotó ante los ‘blues’ uno de los mejores tantos de su carrera deportiva) e hizo lo mismo con el Bayern de Múnich en
los cuartos de final antes de que el Liverpool le dejase con la miel en los labios de nuevo (0-1).

La 2005-06 fue una campaña europea decepcionante para el club, pues tras superar la fase de grupos ante Liverpool,
Betis y Anderlecht fue eliminado por el Barcelona en octavos de final. El conjunto de la Ciudad Condal se tomó así la
revancha del curso anterior en otra serie para el recuerdo. En los libros de historia quedará ese partido de ida con el
césped de Stamford Bridge asimilándose más a una playa y la expulsión de Del Horno por su entrada sobre Leo Messi
que dio pie a aquella célebre frase de Mourinho: “Teatro y del bueno”.
El Chelsea recuperó su nivel en el curso 2006-07. Superó en la fase de grupos a Barça, Werder Bremen y Levski. Luego
dio cuenta de Oporto y Valencia antes de que de nuevo el Liverpool le eliminase en semis. Fue la última edición
completa de la 1ª etapa de Mourinho, pues en la 2007-08, tras un 1-1 ante el Rosenborg, el luso salió del club. Avram
Grant asumió el mando y el equipo alcanzó su primera final. Moscú era el escenario ideal para poner la guinda al
proyecto, pero la tanda fatídica, con el resbalón de John Terry, evitó que el equipo ganase la ‘Orejona’ ante el United.

La campaña 2008-09 la comenzó Luiz Felipe Scolari, al que relevó Guus Hiddink tras la fase de grupos. El neerlandés
eliminó a Juventus y Liverpool antes de caer ante el Barça en una semifinal marcada por un polémico arbitraje y el
famoso gol de Iniesta. Los dos siguientes cursos fueron grises, pues la entidad cayó en octavos de la 2009-10 a manos
del Inter y en cuartos de final de la 2010-11 ante el Manchester United. Dos años malos que precedieron a su primer
título. Y es que la temporada 2011-12 vio al Chelsea levantar su primera Champions de forma inesperada. El conjunto
‘blue’, con André Villas-Boas al frente, superó a Valencia, Bayer Leverkusen y Genk en la fase de grupos. Los malos
resultados hicieron que Roberto Di Matteo sustituyera al luso y el italiano eliminó a Nápoles, Benfica y Barcelona
antes de superar en la final de Múnich al Bayern en los penaltis, con Didier Drogba y Petr Cech como grandes héroes.

La conquista precedió a una campaña 2012-13 agridulce, pues el Chelsea perdió la Supercopa por 1-4 ante el Atlético y
fracasó en la defensa de su cetro al quedar tercero en la fase de grupos. Ello le condenó a la Europa League, pero la
misma le dio una nueva alegría, pues el cuadro de Stamford Bridge, tras superar cuatro rondas, alzó el título ante el
Benfica. El equipo también disputó un Mundial de Clubes en el que cayó en la final ante Corinthians.
La temporada 2013-14 supuso el regreso de José Mourinho a la entidad y el Chelsea brilló de nuevo con el luso en la
Liga de Campeones, pero las semifinales volvieron a ser el techo del de Setúbal, cuyos pupilos fueron eliminados por
el Atlético de Madrid tras dejar atrás a Basilea, FCSB, Schalke 04, Galatasaray y PSG. Además, la Supercopa de Europa
volvió a esfumarse tras caer en los penaltis ante el Bayern de Múnich, dirigido en aquel entonces por Pep Guardiola,
némesis del portugués. Bastante peor fue el trayecto europeo del curso 2014-15. El equipo londinense era uno de los
más firmes candidatos al título y superó la fase de grupos con facilidad ante Schalke 04, Maribor y Sporting CP, pero
cayó en octavos de final ante el PSG cuando lo tenía todo a favor, pues se encontró en la vuelta con ventaja en el
marcador y un hombre más sobre el terreno de juego.

La Champions 2015-16, que se inició con José Mourinho y se acabó con Guus Hiddink, fue muy similar, pues el Paris
Saint-Germain fue de nuevo el verdugo en octavos de un conjunto ‘blue’ que había superado la fase de grupos ante
Oporto, Dinamo de Kiev y Maccabi Tel Aviv. Una Premier para el olvido condenó al Chelsea a esperar hasta la
temporada 2017-18 para regresar a la Liga de Campeones, pero su trayecto finalizó en octavos de final, con el
Barcelona siendo el verdugo del equipo dirigido por Antonio Conte. La campaña 2018-19 vio al equipo de Londres en
una Europa League que conquistó de la mano de Maurizio Sarri tras superar en la gran final al Arsenal por un
aplastante 4-1.

El curso siguiente, marcado por la pandemia y con Frank Lampard como técnico, el Chelsea volvió a desentonar en
Europa, pues perdió la Supercopa en los penaltis ante el Liverpool y fue vapuleado por el Bayern en octavos de final
por un global de 1-7. Sin embargo, esta dolorosa eliminación, lejos de ser un golpe a la moral del equipo, supuso el
inicio del Chelsea que volvió a reinar en Europa en la siguiente edición. Tras avanzar en la fase de grupos ante Rennes,
Krasnodar y Sevilla de la mano del propio Lampard, la llegada al banquillo de Thomas Tuchel, que venía de perder la
final la campaña anterior en el PSG, hizo del cuadro ‘blue’ un equipo fiable, sólido y temible en unas rondas
eliminatorias que fue superando con firmeza.

En esa edición 2020-21, el Atlético de Madrid fue su víctima en octavos de final (4-0). Después llegó el turno de Oporto
(2-1) y Real Madrid (3-1) antes de llevarse su segunda Liga de Campeones tras superar al Manchester City de Pep
Guardiola por 1-0 en la final disputada en Do Dragao. Ello le dio al conjunto inglés el billete a una Supercopa de
Europa que volvió a levantar 23 años después tras ganar en la tanda de penaltis al Villarreal. Dicho título daba inicio a
una campaña internacional 2021-22 en la que el Chelsea conquistó también su primer Mundial de Clubes (derrotó 2-1
a Palmeiras en la final) y, a la fecha de realización de este informe, mantiene intactas sus aspiraciones de revalidar su
corona europea, pues se medirá en los cuartos de final de la máxima competición continental al Real Madrid de Carlo
Ancelotti.
En resumen, desde que Roman Abramovich se hizo con las riendas hasta su salida, el Chelsea ha llevado a sus vitrinas
dos Champions, dos Europa League, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes, siendo uno de los conjuntos más
exitosos a nivel internacional junto a Real Madrid, Barça y Bayern de Múnich. Mirando solo la máxima competición,
obviando la edición en disputa, el Chelsea ha llegado a las semifinales en 8 de sus 16 participaciones (50%), lo que
deja bien claro que el dinero del ruso ha instalado a la entidad entre las mejores del Viejo Continente.

Repasando sus números globales, el equipo inglés ha disputado 205 duelos internacionales durante esta era, con un
buen balance de 111 triunfos (54.15%), 55 empates (26.83%) y 39 derrotas (19.02%). En Champions, los ‘blues’ cuentan
con 90 victorias (52.02%), 48 tablas (27.75%) y 35 derrotas (20.23%) en sus 173 partidos, mientras que en la Europa
League suma dos títulos en dos participaciones con 18 partidos ganados (75%), 4 empatados (16.67%) y solo 2 perdidos
(8.33%). Mientras tanto, en la Supercopa de Europa, pese a llevarse una edición, no logró vencer ninguno de sus 4
duelos. Por su parte, en el Mundial de Clubes, cuenta con 3 victorias en 4 partidos (75%).

Por último, hay que destacar las dos grandes rivalidades que ha mantenido durante estos años. FC Barcelona y PSG
han sido sus dos ‘enemigos’ recurrentes. Desde 2003, el Chelsea se midió en 12 ocasiones al cuadro catalán en seis
ediciones, con un balance de 3 triunfos (25%), 6 empates (50%) y 3 derrotas (25%). Por su lado, se vio las caras con el
conjunto galo 8 veces (además del Barça, solo el Oporto con 10 está por delante), siendo todas menos las dos primeras
a vida o muerte. El balance en este caso es negativo para un Chelsea que suma 2 victorias (25%), 3 tablas (37.5%) y 3
derrotas (37.5%) ante los parisinos, que al igual que el equipo ‘culé’ han eliminado dos veces a los londinenses.
Una mirada a
sus finanzas
Roman Abramovich entró con el cheque en blanco y revolucionó
el mundo de los traspasos. Analizamos las cuentas del equipo
londinense a lo largo de los últimos 19 años
La entrada de Roman Abramovich en la propiedad del Chelsea se hizo notar al instante. En las tres temporadas
anteriores (00-01, 01-02 y 02-03), el club había gastado alrededor de 100 millones de euros en fichajes, todos ellos en
las dos primeras. Pues bien, el primer verano del ruso en Stamford Bridge se saldó con un desembolso de 170. Con
ellos, los ‘blues’ ficharon a variado grupo de estrellas, veteranos y promesas para impulsar al equipo en Champions
League e ir a por la Premier League: Hernán Crespo (26 ‘kilos’), Damien Duff (24.5), Verón (21.8), Makélélé (20), Adrian
Mutu (19), Scott Parker (14.5), Wayne Bridge (10.5), Geremi (10), Joe Cole (9.9), Glen Johnson (8.3) y Smertin (5.5).

Y a la temporada siguiente, tras cesar a Claudio Ranieri, cubrió de oro a José Mourinho con la base sobre la que
construyó su Chelsea ganador. 166.4 millones de euros invirtió Roman Abramovich en 2004 repartidos entre Didier
Drogba (38.5), Ricardo Carvalho (30), Paulo Ferreira (20), Arjen Robben (18), Tiago Mendes (15), Petr Cech (13), Jarosik
(12), Alex (11.5), Kezman (7.5) y Alcides Araújo (0.9), uno de los tantos jóvenes que después nunca llegaron a debutar
con el conjunto londinense. En total, el impacto inmediato del propietario fue un gasto de 336.4 millones en sus
primeras dos campañas y una recaudación de 4.25 por el préstamo de Mikael Forssell al Birmingham City (0.75) y las
ventas de Leon Knight al Brighton (0.2) y de Jesper Gronkjaer también al Birmingham (3.3).

Las primeras inversiones de Roman Abramovich fueron mayúsculas y casi a fondo perdido para armar el club, pero
con la crisis financiera se fueron equilibrando cuentas. De los balances negativos de 169 y 163 millones pasó a 56.9
(05-06), después a 36.38 (06-07), a 15.35 (07-08) y en el año 2009 vendió más de lo que compró por primera vez con 30.5
‘kilos’ en los fichajes de Zhirkov (21), Sturridge (7.25) y Matic (1.75), mientras que traspasó a Wayne Bridge (13), Shaun
Wright-Phillips (11.25), Tal Ben Haim (6.4), Steve Sidwell (6.3), Boulahrouz (5), Claudio Pizarro (2) y Alcides (0.6).

Al final, según se iban agotando los ciclos, la propiedad abría más o menos el grifo. En las etapas de Villas-Boas o la
segunda de José Mourinho empleó grandes cantidades de dinero para reforzar el equipo, mientras que justo antes de
la pandemia batió su récord de ventas con 157.26 millones de los cuales 115 correspondieron a la salida de Hazard al
Real Madrid. En esa campaña 2019-20, los ‘blues’ tuvieron 112.26 millones de euros en positivo en sus cuentas, lo que
facilitó que el Chelsea afrontase con aún más soltura el primer mercado en pandemia.

Y es que en una situación de crisis global, el Chelsea fue el club que más dinero pagó en fichajes del mundo. Hasta
247.2 millones de euros desembolsó el club londinense en grandes nombres del momento como Kai Havertz (80), Timo
Werner (53), Ben Chilwell (50.2), Hakim Ziyech (40) y Édouard Mendy (24). En ventas ingresó 57.4, principalmente por la
de Álvaro Morata al Atlético (35). Sin embargo, en la presente temporada ha vuelto a equilibrar cifras: 118 en entradas
y 121.95 en salidas. De los primeros millones, 113 se los llevó Romelu Lukaku, quien se convirtió en el fichaje más caro
en la historia del club. De los segundos destacan los traspasos de Tammy Abraham (40), Zouma (35) o Tomori (28.8).
El inventario ‘blue’
En este sentido, el recorrido podemos hacerlo no solo desde lo económico, sino desde lo numérico. En las dos
primeras temporadas de Abramovich, el Chelsea pagó traspaso por 21 jugadores. En la 2003-04, de 30 futbolistas que
jugaron al menos un partido, 11 habían sido fichados esa temporada, lo que representa el 36.67% de la plantilla; y en
la 2004-05 eran 10 de 34, el 29.41% de ese equipo. Sin embargo, como decíamos, el ritmo se moderó en las tres
siguientes con seis, seis y cinco incorporaciones a base de talonario hasta que en la campaña 2008-09 solo pagó por
José Bosingwa y Deco y en la 2009-10, como mencionamos antes, por Zhirkov, Sturridge y Matic.

Después, las oficinas del Chelsea se reactivaron en busca de otro proyecto ganador y en el curso 2011-12 aterrizaron
hasta 10 jugadores mediante traspaso, el 33.33% de los 30 futbolistas que participaron en ese agitado curso iniciado
por André Villas-Boas y cerrado victoriosamente por Roberto di Matteo. No obstante, el club entró en un proceso de
reciclaje constante de la plantilla: 8 operaciones en la temporada 2012-13, 9 en la 2013-14, 6 en la 2014-15 y 9 en la
2015-16. Algo más tranquilo fue el primer año de Antonio Conte en la 2016-17 con 4 incorporaciones, aunque en su
segundo agitó el avispero y llegaron 9 más.

Los últimos cuatro años han sido más tranquilos en este sentido para la media de 6.1 traspasos por temporada bajo la
gestión de Roman Abramovich, aunque como hemos visto esto no significó que no gastase dinero. En la 2019-20, antes
de la pandemia, solo se reforzó el equipo de Lampard con Kovacic y subieron desde la cantera Mason Mount, Reece
James y Billy Gilmour. Ahora bien, en plena crisis aterrizaron cinco jugadores por valor de 247.2 millones y esta
temporada, ya con Tuchel y el proyecto en marcha, dos más: Lukaku y Saúl Ñíguez. En total, el 20.79% de los jugadores
que han disputado al menos un minuto en el Chelsea en las últimas 19 campañas tuvieron un desembolso económico
en forma de traspaso.
En total, el Chelsea ha gastado con Roman Abramovich a su cargo 2.340.88 millones de euros en fichajes y ha ganado
1.288.55 en traspasos, lo que deja un saldo negativo de 1.052.32. Dicho esto, anteriormente señalábamos a Romelu
Lukaku como su incorporación más cara en 19 años, así que ahora nos vamos al detalle. ¿Quiénes ocupan ese ‘top’? ¿Y
el de las ventas más caras? ¿En qué tipo de jugador ha invertido más el magnate ruso?

Lo primero es lo que ya habíamos comenzado, el de sus fichajes más caros, y nos encontramos a los dos primeros
llegados tras la pandemia: Lukaku (113) y Havertz (80). Y junto a él, el portero más costoso de la historia, Kepa
Arrizabalaga (80). Álvaro Morata (66) y Christian Pulisic (64) cierran el ‘top’ 5, mientras que les siguen Fernando Torres
(58.5), Jorginho (57), Timo Werner (53), Chilwell (50.2) y Mateo Kovacic (45).

Por otro lado están las ventas más caras de Roman Abramovich. En el número uno se encuentra Eden Hazard, al que
fichó por 35 millones de euros en 2012 desde el Lille y lo vendió en 2019 por 115 al Real Madrid. Venía de ser uno de los
mejores del mundo, pero las lesiones acabaron minimizando su rendimiento en la capital de España. El belga fue el
traspaso más caro del Chelsea y con diferencia, casi el doble de los 60 millones que pagó el Shanghai SIPG en 2016 por
Oscar, y lo mismo que también desembolsó el Atlético de Madrid por el regreso de Diego Costa. Después, por cifras
parecidas se marcharon David Luiz (49.5), Mata (44.73), Matic (44.7) o Tammy Abraham (40). Y por algo menos se fue
Lukaku al Everton en su primera etapa en 2014, 35.36 ‘kilos’, mientras que Courtois, Zouma, Morata y Arjen Robben
abandonaron el club a cambio de 35.

Hazard es de hecho el jugador al que más rédito económico le ha sacado el Chelsea en la ‘era Abramovich’, hasta 80
millones de diferencia entre lo que pagó y lo que recibió, seguido de un canterano como Abraham al que fichó la Roma
por 40; Zouma, que le costó 14.6 y lo vendió por 50.7 (36.1 de diferencia); los 29.4 íntegros de otro chico de la casa como
Tomori; o los 28 entre los 32 que pagó por Oscar y los 60 que recibió. Con Courtois también hizo cierto negocio, lo
compró por 9 del Gent y lo traspasó al Real Madrid por 36.2 , unos 27.3 ‘kilos’ de diferencia.

Por contra, ¿cuáles fueron las operaciones menos rentables? Lo hacemos desde el mismo punto de vista, lo que los
‘blues’ desembolsaron por el fichaje y lo que ingresaron después por su venta. En este sentido, el Chelsea ya ha
gastado 128 millones de euros en Lukaku entre su llegada desde el Anderlecht y este último regreso. Por contra,
recibió 38.9 entre la tarifa de la cesión y después el traspaso definitivo al Everton. Un déficit de 89.1 ‘kilos’ que además
no está justificando con su rendimiento en esta campaña. Por su parte, Fernando Torres tuvo su momento de gloria,
pero dio menos de lo esperado y el balance negativo de la operación fue de 57.5 millones, ya que llegó por 58.5 y se fue
por uno al Atlético de Madrid. Y mirando más atrás, se fueron libres tras acabar contrato Shevchenko (43.9), el gran
Drogba (38.5) y Michael Essien (38), estos dos en operaciones que sí que se amortizaron y muy bien.
La era de los
magnates
El éxito de Roman Abramovich invitó a otros multimillonarios a
invertir en equipos de fútbol; el ruso aún es un modelo por su
eficaz gestión y grandes resultados en Stamford Bridge
Millonarios ha habido prácticamente siempre en el mundo del fútbol, pero el desembarco de los grandes ricos en este
deporte no se podría entender en el siglo XXI sin el aterrizaje de Roman Abramovich en el Chelsea. El ruso cambió las
reglas del juego cuando adquirió el equipo 'blue' y se puede constatar que el mercado de traspasos ya nunca fue el
mismo desde el momento en el que empezó a invertir grandes fortunas por futbolistas que prometían mucho pero aún
no habían demostrado prácticamente nada. Los 24.5 millones de euros pagados para fichar a Duff o los 20
desembolsados para atar a Paulo Ferreira parecen una cifra adecuada en 2022, no así hace casi dos décadas.

Independientemente del rendimiento ofrecido por cada adquisición posteriormente, los clubes vendedores
entendieron que podían forzar mucho más la máquina e, indirectamente, colaboraron a que la inflación en el
mercado creciera de forma notable. Aún hoy, cuando estamos cerca de alcanzar el primer cuarto del siglo XXI, los
efectos de la llegada al mundo del fútbol de estos mandatarios son más que evidentes y basta con comparar los
últimos fichajes de Abramovich -Lukaku (113 millones), Havertz y Kepa (80 millones)- con los más caros de sus
primeros cursos -Drogba (38.5 millones) y Essien (38 millones)- para comprobar que el precio de los futbolistas
prácticamente se ha triplicado en estas dos décadas.

Abramovich abrió un camino que luego siguieron Mansour Al Nahyan en el Manchester City y Tamim Al-Thani en el
PSG. Los más de 2.340 millones de euros desembolsados por el ruso siguen sin encontrar réplica por parte de estos
otros dos maestros del gasto, aunque parece cuestión de tiempo que ambos terminen superando su inversión. El
propietario del City arrancó su historia en el equipo del Etihad en la campaña 2008-09 y ya lleva gastados más de
2.145 millones de euros y el PSG, presidido por Al-Khelaïfi y que tiene en su haber los 2 fichajes más caros de la
historia, ha invertido en el PSG desde el año 2011 más de 1.405 millones de euros.

El dueño del Manchester City está a la cabeza en gasto por temporada con una inversión de 153.23 millones de euros
por cada curso que ha estado en el Etihad, una cifra que supera los 127.78 millones de euros invertidos de media por el
PSG y, de forma sorprendente, los 123.19 que ha gastado en promedio un Abramovich que es el que menos ha invertido
si se reparte el gasto entre todas las campañas de estos oligarcas al frente de los equipos.

En lo referente a la inversión por cada título, los 27 trofeos del PSG le permiten a Al-Thani ser el que más ha
rentabilizado el gasto. Cada 52.06 millones de euros, el mandatario ha levantado un trofeo, aunque hay que tener en
cuenta que 8 de ellos han sido Supercopas y que todavía no se ha estrenado en el apartado internacional. Sí que lo ha
hecho Abramovich con el Chelsea, equipo con el que ha conquistado 2 Champions League, 2 Europa League, 1
Supercopa de Europa y 1 Mundial de Clubes. Es cierto que, con un gasto de 111.46 millones de euros por cada título, el
ruso presenta peores números, pero no se puede obviar que los suyos tienen mucho mayor peso.
PSG y City, en una
nueva dimensión a
golpe de talonario
Al Nahyan, dueño del City, no solo es el que más ha gastado por cada curso, sino que también es el que menos
rendimiento en cuanto a trofeos le ha sacado a su inversión. Cada 134.07 millones de euros gastados el equipo celeste
ha levantado un título, pero, como Al-Khelaïfi, el presidente Al Mubarak aún está por estrenarse en la escena
internacional. En el caso del magnate del City, la feroz lucha entre los grandes de Inglaterra le ha dificultado
enormemente replicar el ritmo ganador del PSG y sigue teniendo la obra de Abramovich en el Chelsea como el
ejemplo perfecto de cómo triunfar ya no solo en las islas sino, sobre todo, de puertas afuera.

En lo referente al ruso, no solo sus títulos tienen mucha más repercusión, es que también ha sabido encauzar mucho
mejor las altas y bajas dentro de la plantilla. Aunque ha gastado los mencionados más de 2.340 millones de euros,
también ha sacado más de 1.288 millones fruto de las ventas, una media de 67.82 millones de ingresos por cada
campaña. La cifra casi duplica los 707.89 millones de euros obtenidos por el City -50.56 por temporada- y
prácticamente triplica los 455.25 millones de euros que el PSG ha sacado por sus ventas desde que Al-Thani puso a
Al-Khelaïfi al frente del equipo -41.39 por curso-.

Finalmente, ateniéndonos al balance entre el gasto y los ingresos, Abramovich también ha sido un ejemplo de gestión
para estos otros dos grandes propietarios. Cada temporada con él a los mandos, el Chelsea ha limitado las pérdidas a
55.37 millones de euros entre lo gastado y lo ingresado. La cifra es mucho menor que la de Al-Thani, que tiene un
menoscabo de 86.4 millones de euros por curso entre las compras y las ventas, en tanto que Al Nahyan ha acabado con
una merma de 102.66 millones de euros de media en el balance entre las compras y ventas de cada una de sus
temporadas al frente del Manchester City.
Así se queda el
Chelsea sin él
La invasión de Ucrania a manos de Rusia y los estrechos lazos
entre Abramovich y Putin han desencadenado la salida del
magnate del club tras 19 exitosas temporadas
Nada hacía presagiar a comienzos de temporada en Stamford Bridge que el curso iba a acabar con un nuevo dueño y
el punto final a 19 años de éxitos bajo el abrigo de Roman Abramovich. Todo se precipitó el día 24 de febrero, cuando
Rusia tomó la decisión de invadir Ucrania y dio comienzo así una guerra que ha tenido consecuencias p´racticamente
inminentes en las oficinas de la entidad londinense. El mundo del fútbol, siempre tan propenso a establecer
conexiones entre un gran acontecimiento y el propio deporte, enseguida apuntó hacia el propietario del Chelsea, gran
amigo del presidente ruso Vladimir Putin. En un giro de guion que nadie esperaba, Abramovich, seguramente en un
intento a la desesperada de evitar sanciones para el club, decidió hacerse a un lado y cedió la gestión a la Fundación
del Chelsea. La última gran decisión de su mandato.

Acto seguido, confirmó que ponía en venta el club inglés, al que llegó el mes de junio de 2003 y en el que cumplía 19
campañas como propietario. "La venta del club no será acelerada, sino que seguirá el proceso habitual. No pediré que
se me devuelva ningún préstamo", aseguró un Abramovich que confirmó que los beneficios que obtenga por la venta
los donará a la Fundación del club. No le faltarán ofertas, pues hablamos del vigente campeón de Europa y de un
equipo que ha demostrado estar en disposición de pelear por todos los títulos durante los próximos años. Un conjunto
saneado y con un futuro prometedor, en las antípodas del gigante durmiente que encontró a su llegada a Londres.

El Reino Unido no permaneció ajeno a todo el revuelo y el primer ministro Boris Johnson sancionó con firmeza tanto
al magnate ruso como al propio conjunto 'blue'. Roman Abramovich no podrá viajar por el territorio británico y todos
sus activos han sido congelados hasta nueva orden. En cuanto al Chelsea, se le prohibió la venta de todo tipo de
merchandising -incluso de entradas-, así como la transferencia de futbolistas o la firma de nuevos contratos. Estas
últimas sanciones llegarán a su conclusión a final de temporada, cuando se confirme el cambio de manos del club y se
compruebe que Abramovich ya no tiene nada que ver con las oficinas de Stamford Bridge, pero tienen atado de pies y
manos al equipo de cara a llevar a cabo adecuadamente la planificación del curso venidero.

Tras la precipitación del conflicto rusoucraniano, el oligarca ruso se ha visto obligado a abandonar Londres, el Reino
Unido y hasta la Unión Europea. Ha encontrado cobijo en su país, desde donde ya han aparecido rumores de compra
de algún club turco, algo para lo que primero tiene que desligarse completamente del Chelsea.

En cuanto al equipo 'blue' que deja en herencia, se trata ya de uno de los principales clubes del planeta, hecho
refrendado por los títulos en la Champions League, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, y por las múltiples
finales que acumula en Inglaterra en los últimos años. Pese a que la Premier está muy complicada por el bache de
diciembre y enero, el Chelsea aún confía en levantar la Champions, donde repetirá ‘coco’ en los cruces, un Real Madrid
al que neutralizó por completo en la eliminatoria del pasado año.
Uno de los principales problemas que se ha encontrado el club londinense tras el anuncio de venta por parte de
Abramovich es la sanción que impide al equipo ofrecer renovaciones o acometer fichajes. Como en su momento no
cerró las de Rüdiger, Azpilicueta o Christensen, el Chelsea tiene un papelón con estos futbolistas que acaban contrato
en este 2022 y son miembros importantes de la plantilla. Al danés se le da por prácticamente fichado en Barcelona,
mientras que el capitán también le interesa al conjunto azulgrana. Rüdiger tiene muchas ‘novias’, pero aún no se ha
concretado su futuro. El Chelsea empieza a hacerse a la idea de que va a perder a los 3 en unos meses.

En el siguiente escalón contractual están Thiago Silva, futbolista más veterano de la plantilla, Marcos Alonso, Barkley,
Jorginho, Kanté y Bettinelli, que acaban contrato en 2023. El verano, una vez al Chelsea le levanten la sanción después
de que se produzca el cambio de manos en la propiedad, parece el momento propicio para que en Stamford Bridge
decidan renovar o vender a estos futbolistas antes de que se vayan gratis en poco más de un año. Menos urge resolver
el futuro de Kovacic, Loftus-Cheek, Kenedy, Pulisic, Mount y Hudson-Odoi, quienes acaban contrato en 2024, y de
Ziyech, Kepa, Werner, Mendy, Chilwell, Havertz, Sarr y Reece James, que finalizan su relación contractual con el
Chelsea en 2025. Finalmente, Lukaku y Chalobah son los que tienen más años de contrato por delante (hasta 2026), si
bien el belga no ha ocultado su deseo de volver a salir del club ‘blue’ una vez más por sus problemas de adaptación.

En cuanto a los cedidos, el Chelsea debe decidir qué hacer con un Saúl Ñíguez que no ha terminado de cuajar y parece
que volverá al Atlético de Madrid. Además, en el barrio de Fulham tienen fogueándose en otros clubes a Ampadu
(2024), Gilmour (2023), Broja (2026) o Gallagher (2025) y estos dos últimos tienen grandes opciones de quedarse en la
plantilla dadas las circunstancias actuales. De menos opciones de seguir como ‘blues’ disponen los Emerson (2024),
Baba (2024), Miazga (23) o Drinkwater (2022), también cedidos a otros equipos y que parece que abandonarán el club.

Tras invertir únicamente en el fichaje de Lukaku en 2021 y teniendo en cuenta que irá a contracorriente en el próximo
mercado de traspasos por la sanción, el Chelsea dará especial importancia a la actual plantilla, que ya de por sí es
amplia, y tendrán más cancha igualmente los formados en casa que las altas. Esa ya fue, en parte, una estrategia
seguida el pasado verano, cuando el equipo ‘blue’ priorizó las ventas y se desprendió de los Abraham, Zouma, Tomori,
Zappacosta, Moses, Bakayoko, Giroud o Guéhi, de ahí que los jóvenes que están cedidos a otros clubes cuenten con
más opciones de quedarse al regresar a Stamford Bridge al final de esta campaña.

Entre los futbolistas que cuentan con más opciones de marcharse traspasados, al margen de un Lukaku que incluso
reconoció en público que quería volver a Italia, están Ross Barkley, Loftus-Cheek, Sarr o Kepa. El guardameta, fichado
como gran estrella hace algunos cursos, sigue estando a la sombra de Mendy en la portería de Stamford Bridge y
podría buscar una salida para no seguir perdiéndose los mejores años de su carrera en el banquillo.
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