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el camino

al fascismo
PARA UNA CRÍTICA DEL ESTADO DE BIOSEGURIDAD MUNDIAL
Título original: The Road to Fascism: For a Critique of the
Global Biosecurity State, by Simon Elmer (Sept. 2022)
©Simon Elmer
©De esta edición:
Mandala Ediciones, 2023
Treviño 9, bajo izquierda
28003 Madrid (España)
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©Ilustración Delete nazi: Corpus delicti from The Noun Proyect
Diseño y maquetación: Carmen Alvear Guallart
'PUPEFQPSUBEB&M1SFTJFOUFEFMPT&&66+PF#JEFOIBCMBBDFSDB
EFMBMNBEFMBOBDJØO BGVFSBEFM*OEFQFOEFODF/BUJPOBM)JTUPSJDBM
1BSLFO1IJMBEFMQIJB 1FOOTZMWBOJB FMEF4FQUJFNCSFEF
1IPUPCZ+JN8"540/"'1
ISBN: 978-84-19710-23-9
Dep. legal: M-4554-2023
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el camino
al fascismo
PARA UNA CRÍTICA DEL ESTADO DE BIOSEGURIDAD MUNDIAL
1.
el retorno del fascismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
2.
el fascismo eterno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
3.
el estado fascista y los derechos humanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
4.
el fascismo y la decadencia del capitalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
5.
la estructura psicológica del facismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
6.
la estética del totalitarismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
7.
fascismo, neoliberalismo e izquierda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
8.
el campamento como paradigma
biopolítico del estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
9.
el nuevo totalitarismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253
10.
la humanidad en tiempos oscuros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341
notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349
apéndice.
leyes para la protección del pueblo y el estado . . . . . . . . . . . . 379
bibliografía ........................................................ 409

índice
1.
el retorno
del fascismo
“En su máximo desarrollo, el fascismo redibujó las fronteras
entre lo privado y lo público, reduciendo drásticamente lo que
antes había sido intocablemente privado. Cambió la prácti-
ca de la ciudadanía del disfrute de los derechos y deberes
constitucionales a la participación en ceremonias masivas de
aÄrmación y conformidad. 9econÄNuró las relaciones entre el
individuo y la colectividad, de modo que un individuo no tenía
derechos al marNen del interts comunitario. (mplió los po-
deres del ejecutivo –del partido y del Estado– en un intento
de control total. 7or último, desató emociones aNresivas que
hasta entonces sólo se conocían en Europa durante la Nuerra
o la revolución social”.
Robert Paxton, La anatomía del fascismo, 2004.

1. El hacha en el fardo

7ara mi Neneración, que creció durante la revolución neo-


liberal implantada en este país por los .obiernos de 4arNaret
Thatcher, la acusación de “¡fascista!” estaba más estrechamen-
te asociada al personaje de 9icR, interpretado por un joven 9iR
Mayall en The Young Ones, una serie de televisión que emitió la
))C entre   y  . (taviado con insiNnias políticas en la
solapa que se oponían a todo y a todos, 9icR era el estereotipo
de la impotencia política que, por desNracia, no se limitó a los
estudiantes anarquistas, sino que se extendió a toda la izquierda

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EL CAMINO AL FASCISM

británica tras la derrota de la huelNa de los mineros en  .


Este estereotipo ha continuado hasta hoy con (ntifa, el movi-
miento anarquista que –antes de aboNar recientemente por en-
cerrar a los “no vacunados” y unirse a la policía para oponerse
a los manifestantes contra el encierro en (lemania– era cono-
cido por llamar “fascistas” a los Nrupos de extrema derecha.
Esto ha atraído la censura y la burla de una Neneración mayor
que vivió el fascismo en (lemania, 0talia y la Europa ocupada,
y que mira con frustrada tolerancia a una Neneración criada en
la relativa libertad Nanada por ellos en la :eNunda .uerra Mun-
dial. Desde esta perspectiva, la acusación de “fascismo” era
una expresión del aparente Än de la historia para los hijos de las
clases medias europeas, que estaban demasiado ocupados
desarrollando las ortodoxias del multiculturalismo, la correc-
ción política y la política de identidad como para darse cuenta
de la política tan real y poco ortodoxa que se estaba desarro-
llando más allá de las fronteras de Europa, más obviamente en
la expansión y la violencia del imperialismo estadounidense en
:udamtrica, (sia 6riental y 6riente 7róximo. Mientras que las
acusaciones de “racismo”, “sexismo”, “antisemitismo” y todos
los demás “ismos” aprendidos de memoria en las institucio-
nes de lo políticamente correcto se hacen ahora públicamente,
con impunidad, sin pruebas, a diario y con efectos a menudo
ruinosos para los acusados, “fascismo”, por el contrario, ha
quedado prácticamente inutilizado, su uso identiÄca al hablan-
te como indiNno de atención, infantil, inocente de la historia. @
aunque me horroriza cómo las acusaciones adolescentes de
la ideoloNía woke (lo despierto) han encontrado una traducción
tan rápida en leyes cada vez más represivas que eliminan aún
más nuestros derechos humanos y libertades civiles bajo el
pretexto de proteNernos de nosotros mismos y de los demás,
en Neneral he estado de acuerdo con reservar el ttrmino “fas-
cismo” para sus manifestaciones históricas.

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EL RETORNO DEL FASCISMO

El fascismo, como he escrito anteriormente, es propio


de una determinada etapa del desarrollo del capitalismo y de
una determinada formación del Estado capitalista, surNida de
la uniÄcación relativamente tardía de las naciones italiana y
alemana en , el deseo de sus Nobiernos y quizá de sus
pueblos de participar en el botín colonial del que se habían
alimentado durante siNlos los imperios británico y francts, y
en respuesta, respectivamente, a la humillación y la derrota
en la Gran Guerra, las convulsiones revolucionarias de 1918-
19, la hiperinÅación de posNuerra, el cracR bursátil de 199 y
la Gran Depresión que le siNuió1. :in duda, hay muchos más
factores que contribuyeron a la lleNada al poder de Nobiernos
fascistas y autoritarios en 0talia (19-), 3ituania (19-),
/unNría (19-), (lemania (19-), 7ortuNal (19-),
)ulNaria (19-), 3etonia (19-), (ustria (19-), Gre-
cia (19-), 9umanía (19-), Chequia (199-), (lbania
(199-), Eslovaquia (199-), Espa|a (199-), -rancia
(19-), :erbia (191-), Croacia (191-) y 5orueNa
(19-), incluyendo la larNa historia de antisemitismo en
la Europa cristiana, el resurNimiento del nacionalismo por la
Gran Guerra y la amenaza que supuso para el capitalismo la
9evolución 9usa de 191 y la formación de la <nión de 9epú-
blicas :ocialistas :ovitticas en 19. @, dada la complejidad
y continNencia de estas fuerzas históricas, ¦qut justiÄcación
puede haber para utilizar la palabra “fascismo” en alNo que no
sea un contexto histórico& 5inNuna, habría dicho, y por esta
razón siempre he evitado utilizar este ttrmino para describir el
imperialismo, el militarismo y la creciente brutalidad de la po-
lítica, las leyes y la aNresión militar de 6ccidente desde 19.
/asta ahora. En este libro, voy a analizar qut siNniÄca el
ttrmino “fascismo” 1 a|os desputs de que lleNara por pri-
mera vez al poder en el 9eino de 0talia en 19" qut motivos
hay para utilizarlo para describir las actuales formaciones de

13
EL CAMINO AL FASCISM

poder dentro del Estado de )ioseNuridad Global y las tecno-


loNías de la Cuarta 9evolución 0ndustrial en " y cuáles
son los beneÄcios y los peliNros de utilizar este ttrmino. 5o
pretendo con ello adjudicarme una cuestión terminolóNica
propia de una discusión acadtmica en la que no tenNo ninNún
interts, sino alertarnos sobre la Nravedad de la amenaza a la
que nos enfrenta la revolución del capitalismo que estamos
experimentando en los antiNuos países neoliberales de 6cci-
dente desde marzo de , a dónde nos conducirá nuestro
continuo fracaso a la hora de contrarrestar esta revolución
y, por último, la necesidad de hacerlo antes de que –como
ocurrió en Europa en 199– el mundo se vea abocado a un
desastre del que no pueda salir salvo a costa de millones de
vidas. De hecho, mientras escribo, es posible que este borde
ya se haya cruzado. Pero incluso si lo ha hecho, no debería-
mos tener ninNuna duda sobre lo que está impulsando esta
revolución, cuáles son sus objetivos políticos y qut medios
empleará para alcanzarlos, y no tener miedo de llamarla por
su nombre. Creo que, no en su infraestructura económica,
ciertamente, sino en su superestructura ideolóNica –es decir,
sus formas Nubernamentales, jurídicas y culturales emerNen-
tes–, su nombre es “fascismo”.
8uiero empezar distinNuiendo lo que entiendo por el re-
torno del “fascismo” del “neofascismo”. Este último es un ttr-
mino utilizado por los Nobiernos neoliberales y sus medios de
comunicación para describir a los Nrupos de extrema derecha
de Europa y EE.<<. que miran con nostalNia a los a|os ,
incluso cuando sus naciones y pueblos sufrieron bajo formas
históricas de fascismo. -avorecido como descripción peyo-
rativa por anarquistas, antifascistas, socialistas, socialdemó-
cratas y liberales que no ven ninNún problema en alinearse
así con los Nobiernos de derechas, este ttrmino ha funcio-
nado para apartar nuestra mirada de lo que siempre ha sido

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EL RETORNO DEL FASCISMO

la amenaza real del retorno del fascismo. 5o se trata, en mi


opinión, de estos movimientos políticos y culturales violen-
tos pero en Nran medida impotentes, sino más bien de los
propios Nobiernos neoliberales, que no se privan de utilizar
a los Nrupos neofascistas para promover sus propias aNen-
das Neopolíticas" más recientemente, por ejemplo, decidien-
do convenientemente que la 9usia de =ladimir Putin es más
“neofascista” que la hasta hace poco “neonazi” <crania de
=olodymyr AelensRyy2.
3a palabra “fascismo” procede de fascio, la palabra italia-
na para “haz”, y etimolóNicamente del latín fasces. 6riNinaria
de la civilización etrusca, de la que fue adoptada por los anti-
Nuos romanos, la fasces era un haz de varas que rodeaba un
hacha con la hoja sobresaliente que, llevada por un lictor o
Nuardaespaldas, simbolizaba la autoridad leNal y el poder su-
premo de mando (imperium) sobre el ejtrcito romano. El im-
perium era la forma de autoridad que ostentaba un ciudadano
romano eleNido para el carNo de maNistrado cívico, incluidos
cónsules, pretores y procónsules, y en el derecho romano se
distinNuía y era superior al poder coercitivo de la ley (potes-
tas) o al prestiNio e inÅuencia individuales (auctoritas). ( las
órdenes del maNistrado, sin embarNo, las fasces tambitn po-
dían cumplir una función más práctica, utilizándose las varas
para los castiNos corporales y el hacha para la pena capital.
3a unidad del haz, por tanto, sólo se conseNuía a costa de la
sujeción del individuo a las obliNaciones de la ciudadanía, que
se modelaban seNún el modelo militar y se hacían cumplir con
toda la autoridad y el poder del Estado.
9evivida en el siNlo ??, sobre todo por el movimiento fas-
cista italiano, la fasces se utilizó como símbolo de la autoridad
cívica más allá y antes de la 0talia fascista. (pareció, muy in-
convenientemente, en el reverso de la moneda de diez ctnti-
mos “Mercury” acu|ada por la Casa de la Moneda de Estados

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EL CAMINO AL FASCISM

<nidos entre 191 y 19, rodeada de las palabras E pluribus


unum (“De muchos, uno”), que fue el lema de EE << hasta
19 (cuando fue sustituido por “En Dios conÄamos”). Esto
no es sorprendente, dado que los EE.<<. han modelado su
imperio sobre el de 9oma, y al hacerlo han adoptado no sólo
la terminoloNía de esta última de 9epública, :enado y 3eNis-
latura, sino tambitn su arquitectura clásica y su simbolismo
militar, cuyo prtstamo más obvio es el ÍNuila 0mperial. Toma-
da por los Padres -undadores de los estandartes militares de
las todopoderosas leNiones romanas que deseaban emular, el
áNuila tambitn fue adoptada, y por las mismas razones, por
el Tercer 9eich. @ a diferencia de la esvástica nazi –un antiNuo
símbolo aún más antiNuo que las fasces que ha lleNado a ser
anatematizado e incluso ileNal exhibir en alNunos países–, las
fasces siNuieron utilizándose como símbolo de poder colec-
tivo mucho desputs de la :eNunda Guerra Mundial. /asta
cierto punto, esto reÅeja la diferencia de censura impuesta
por los (liados victoriosos a, respectivamente, la (lemania
nacionalsocialista y la 0talia fascista, pero tambitn nos dice
alNo sobre la estructura del poder estatal. <n par de fasces
de bronce siNuen apareciendo, a día de hoy, detrás de la tri-
buna de la Cámara de 9epresentantes de Estados <nidos.
De hecho, en un eco lejano de 9oma, la sede de mis antiNuos
maNistrados locales, el Tribunal del Condado de 3ambeth, tie-
ne un bajorrelieve de una fasces sobre la puerta de su ediÄcio
neoclásico, terminado en 1928. En 21, sin embarNo, como
parte de la campa|a del Gobierno para privatizar la mayor
parte posible del Estado británico, el tribunal fue cerrado y la
propiedad fue vendida por el propietario absoluto –el Duca-
do de Cornualles, que posee la mayor parte de las tierras de
esta parte de 3ondres– al promotor inmobiliario 3ucrum, de
acertado nombre, que en latín siNniÄca “beneÄcio”, “ventaja”,
“amor al lucro”, “avaricia”.

16
EL RETORNO DEL FASCISMO

:ería un error, por tanto, considerar que la unidad au-


toritaria simbolizada por las fasces pertenece a un periodo
histórico y a una política ya superados. Por el contrario, el
fascismo debe entenderse como una presencia latente en la
estructura de toda autoridad judicial, ejecutiva y leNislativa,
y una advertencia de lo que puede ocurrir cuando el indivi-
duo y sus derechos quedan subsumidos en las necesidades
políticamente declaradas de la colectividad. El fascismo, en
este sentido de la palabra, es la otra cara de la moneda que
se Nolpea cuando aceptamos –de buen Nrado, por conven-
ción o bajo coacción– la formación del Estado. :ólo por esta
razón, sería no sólo históricamente incorrecto sino tambitn
políticamente inNenuo conÄnar el fascismo al pasado. Por el
contrario, el fascismo –no soy el único que lo cree– está re-
Nresando a nuestra política" o, quizás más exactamente, el
fascismo está desvelando el hacha que ha mantenido oculta
en el haz de varas con las que nos han Nolpeado la espalda
con la justiÄcación del “bien común”.

2. El auge de la gobernanza mundial

Durante los últimos dos a|os y medio, este bien común


universalmente aceptado –el referente último, irreductible,
transparente y totalmente ilusorio con el que se han justiÄ-
cado todas las “medidas” de bioseNuridad– ha sido decidido
no sólo o incluso principalmente por los Nobiernos electos
de los Estados nación, sino tambitn y con creciente auto-
ridad por las diversas instituciones y orNanizaciones de
Nobernanza Nlobal que han sido formadas por 6ccidente
sobre todo desde la :eNunda Guerra Mundial. Para recor-
darnos la membresía, extensión y alcance de su fusión no
eleNida y en Nran medida irresponsable de poder corpora-
tivo y Nubernamental, tstas incluyen, pero no se limitan a!

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EL CAMINO AL FASCISM

El Banco de Pagos Internacionales (BPI), fundado oriNinal-


mente en 19 para supervisar el paNo de las reparaciones
tras la Gran Guerra, con una membresía de 1 bancos cen-
trales en 222.
Las Naciones Unidas (ONU), fundadas en 19, con 19 Es-
tados miembros en 222.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), fundado en 19,
con 19 Estados miembros en 222.
El Banco Mundial, fundado en 19, con 189 Estados miem-
bros en 222.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), fundada en
198, con 19 Estados miembros en 222.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN),
fundada en 199 para oponerse a la <nión de 9epúblicas :o-
cialistas :ovitticas, continúa en la actualidad con  estados
miembros en 222.
El Consejo de Europa, fundado en 199, con  Estados
miembros en 222.
El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, fun-
dado en 192, con 2 Estados miembros en 222.
La Comunidad Económica Europea, fundada en 19 e in-
corporada a la <nión Europea (<E) en 199, con 2 Estados
miembros en 222.
La Comisión Europea, fundada en 198.
El Foro Europeo de Gestión, fundado en 1971, rebautizado
-oro Económico Mundial (-EM) en 1987, con más de 1.
empresas miembros en 222, y cuyo Consejo de (dminis-
tración incluye al Director Gerente del -M0, al Presidente del
)anco Central Europeo, al Director General de la 6rNanización
Mundial del Comercio, al Enviado de la 65< para la (cción Cli-
mática y las -inanzas, y al Consejero DeleNado de )lacR9ocR.

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EL RETORNO DEL FASCISMO

La Comisión Trilateral, fundada en 197, con unos  miem-


bros de 5orteamtrica, Europa y la reNión (sia-PacíÄco en 222.
La Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras In-
terbancarias Mundiales (SWIFT), fundada en 197, que uni-
rá a más de 11. instituciones Änancieras de más de 2
países en 222.
El Consejo Europeo, fundado en 197, con 27 1efes de Es-
tado o de Gobierno de los Estados miembros de la <E en
222, más el Presidente del Consejo Europeo y el Presidente
de la Comisión Europea.
El Grupo de los Seis (G6), fundado en 197, ampliado al G7
en 1977, al G8 en 1997 y al G2 en 1999, con 2 Estados
miembros en 222, incluidos el 9eino <nido, Estados <nidos
y la <nión Europea.
El Grupo de los Treinta (G30), fundado en 1978 por la -un-
dación 9ocRefeller, con  miembros en 222, compuesto
por los actuales y antiNuos directores de los bancos centrales
de 17 países, entre ellos el 9eino <nido y Estados <nidos, el
)anco de la 9eserva -ederal de 5ueva @orR, el )anco Central
Europeo, el )anco de PaNos 0nternacionales, el -ondo Mone-
tario 0nternacional y el )anco Mundial.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cam-
bio Climático (IPCC), fundado en 1988, con 19 Estados
miembros en 222.
La Organización Mundial del Comercio (OMC), fundada en
199, con 1 Estados miembros en 222.
El Banco Central Europeo (BCE), fundado en 1998.
La Alianza Mundial para el Fomento de la Vacunación y la
Inmunización, fundada en 2, rebautizada G(=0 la (lianza
para las =acunas en 21, y Änanciada (por orden de recau-
dación entre 21 y 22) por el 9eino <nido, la -undación
)ill y Melinda Gates, Estados <nidos, 5orueNa, (lemania,

19
EL CAMINO AL FASCISM

-rancia, Canadá, 0talia, Países )ajos, (ustralia, :uecia, 1a-


pón, la Comisión Europea y otros 2 países.

Como ejemplo de la hoja del hacha que esconde este


manojo de poder no electo que pretende proteNer al mundo,
entre otras cosas, del retorno del fascismo histórico, el  de
marzo de 222, mientras se revocaban en toda Europa las re-
Nulaciones justiÄcadas por el coronavirus y la 6T(5 declara-
ba su Nuerra por poderes a 9usia, el Consejo Europeo adop-
tó una decisión para autorizar la apertura de neNociaciones
para un acuerdo internacional sobre Prevención, Preparación
y 9espuesta ante Pandemias. En virtud de este acuerdo, los
19 Estados miembros de la 6rNanización Mundial de la :a-
lud estarán leNalmente obliNados a aplicar restricciones a los
derechos humanos y las libertades, como mascarillas obliNa-
torias, cierres patronales, vacunación obliNatoria e identidad
diNital, a juicio de la 6M:. 3a base de este acuerdo es el
artículo 19 de los Estatutos de la 6M:, que establece que
la (samblea General de la 6rNanización Mundial de la :a-
lud puede adoptar acuerdos que, si se aprueban por mayo-
ría de dos tercios, son vinculantes para todos los Estados
miembros. En virtud de estos acuerdos, los Estados nación,
incluido el 9eino <nido y los otros 19 miembros de la 6M:,
cederán en principio su soberanía para decidir qut restriccio-
nes impondrán a sus poblaciones el ejecutivo y el leNislativo
eleNidos. Crucialmente, una vez escritas en un tratado leNal-
mente vinculante, la eÄcacia o la lóNica de estas llamadas
“medidas” mtdicas –ninNuna de las cuales se ha utilizado
antes como respuesta a epidemias víricas, y todas las cuales
han demostrado en los últimos dos a|os y medio ser ineÄ-
caces, peliNrosas y poner en peliNro a más personas que el
:(9:–Co=–2– ya no estarán abiertas ni siquiera al escaso
debate que hemos tenido en este país. En su luNar, la 6M:

20
EL RETORNO DEL FASCISMO

se convertirá de hecho en una forma Nlobal del Grupo de


(sesoramiento CientíÄco para EmerNencias (:(GE) del 9eino
<nido, una tecnocracia desiNnada políticamente a la que los
Nobiernos de los estados nación pueden remitirse cuando lo
decidan, y que sirve para representar formas de Nobernanza
no democráticas como respuestas ttcnicas a nuevas crisis4.
De hecho, esta tecnocracia internacional es el nuevo paradiN-
ma de Nobernanza que ha surNido bajo el manto de la “crisis”
del coronavirus, y sus intenciones Nlobalistas se hacen más
evidentes cada día. “5adie está a salvo hasta que todo el
mundo estt a salvo”, el esloNan que entró por primera vez
en el discurso público en torno a febrero de 221 y que fue
rápidamente adoptado por el G7, las 5aciones <nidas, la 6r-
Nanización Mundial de la :alud, la <nión Europea, G(=0 y un
número cada vez mayor de Nobiernos occidentales, incluidos
el 9eino <nido, (lemania, -rancia, Espa|a, PortuNal, Países
)ajos, 5orueNa, Grecia, :erbia, <crania y Estados <nidos, es
una expresión tan perfecta de las aspiraciones totalitarias del
Estado de )ioseNuridad Global como “Ein =olR, ein 9eich, ein
- hrer” lo fue del Tercer 9eich.
Éste es sólo un ejemplo de muchos, pero es sobre la evi-
dencia de tales proNramas de bioseNuridad impuestos uni-
lateralmente que se construye mi arNumento a favor del re-
torno del fascismo. 3a “crisis” de salud pública fabricada en
respuesta al :(9:-Co=-2 ha sido la ocasión y la justiÄcación
tanto para ampliar el poder de las orNanizaciones existen-
tes de Nobernanza Nlobal como para justiÄcar la puesta en
marcha de nuevos proNramas, nuevos poderes de ejecución,
nuevas ideoloNías y nuevas tecnoloNías que llevarán a ttr-
mino el borrado del Estado-nación como forma dominante
de Nobernanza en 6ccidente y lo sustituirán por los pode-
res ampliados de una tecnocracia internacional para la que
los Nobiernos nacionales funcionarán principalmente como

21
EL CAMINO AL FASCISM

administradores y ejecutores de sus leyes y políticas. Desde


al menos 218, la Comisión Trilateral ha promovido el uso de
la 0nteliNencia (rtiÄcial para analizar, supervisar y moldear el
comportamiento de los ciudadanos" en octubre de 219, el
Banco Mundial propuso actuar como repositorio central de
datos relativos a las buenas prácticas de los países que apli-
can la 0dentidad DiNital, facilitando la transferencia de informa-
ción a las partes interesadas e incentivando el cumplimiento
con prtstamos y subvenciones preferenciales" en aNosto de
22, el -M0 recomendó que los datos de nuestro historial de
naveNación, búsqueda y compra en línea se utilizaran para
determinar la caliÄcación crediticia de un ciudadano o una
empresa" en abril de 222, el Grupo 0nterNubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático declaró que las emisio-
nes anuales de Nases de efecto invernadero debían reducirse
en un 4 para 2 y alcanzar las emisiones 5eto Cero para
2 mediante una reducción Nlobal del consumo de enerNía
y materiales" en marzo de 221, :>0-T expulsó a 9usia de
su sistema bancario" y en septiembre de 222, la Comisión
Europea anunció que, en caso de que el electorado de 0talia
no votara a su candidato preferido, disponía de las “herra-
mientas” para recortar los fondos a 0talia, como ya ha hecho
con Polonia y /unNría.
:in duda, cuarenta a|os de neoliberalismo han allanado
el camino y han eliminado la mayoría de los obstáculos políti-
cos, estatales e ideolóNicos a esta revolución del capitalismo
occidental" pero la construcción e implementación del Estado
de BioseNuridad Global, la violencia con la que sus dictados
han sido aplicados por los estados nación, y la disposición
con la que las formas residuales de democracia en la socie-
dad civil han aceptado, acomodado y se han convertido en
instrumentos para sus proNramas, representa la transición a
un 5uevo 6rden Mundial que toma Nran parte de su política

22
EL RETORNO DEL FASCISMO

(Nobierno tecnocrático), procedimientos jurídicos (un esta-


do de emerNencia permanente) e ideoloNía (bioseNuridad)
del fascismo histórico. El fascismo no es sólo una forma de
Nobierno, una conÄNuración del Estado o un contrato social,
sino cómo se imponen a una población" y el aumento de la
violencia estatal contra las poblaciones de las democracias
anteriormente neoliberales en los dos a|os transcurridos
desde marzo de 22 marca un punto de inÅexión hacia una
nueva y aterradora voluntad de los Nobiernos occidentales de
utilizar el poder del Estado contra sus propios ciudadanos.
3o que distinNue el retorno del fascismo de los Estados
fascistas de hace un siNlo es, obvia y necesariamente, la di-
ferente fase del capitalismo a la que hemos lleNado en la ac-
tualidad. 3a 0talia fascista y la (lemania nazi operaban dentro
de un modelo imperialista de capitalismo que, como he dicho,
representaba el intento de estos países de alcanzar a los im-
perialismos más establecidos del 9eino <nido y -rancia, e in-
cluso de los Países Bajos, BtlNica, Espa|a y PortuNal. /asta
cierto punto, esto explica la crudeza y la violencia de su apli-
cación, utilizando la conquista militar para acelerar cientos de
a|os de expansión colonial, explotación económica y extrac-
ción de recursos. <n siNlo desputs, el capitalismo Änanciero
de los últimos cuarenta a|os ha lleNado a un punto en el que
las corporaciones Nlobales más ricas que todos los países,
salvo los más ricos, pretenden ahora no sólo dictar la infraes-
tructura económica de nuestras sociedades, sino tambitn uti-
lizar su monopolio para crear una nueva política, una política
que, en el sentido de que borra la división de poderes en la
que se basa la polis, es el Än del modelo clásico de política.
Es en este sentido en el que el -oro Económico Mundial,
que de todas las instituciones de Nobernanza Nlobal forma-
das desde la :eNunda Guerra Mundial ha sido la más abierta
sobre sus intenciones de crear una tecnocracia internacional

23
EL CAMINO AL FASCISM

no eleNida, se ha convertido en emblema de esta revolución,


aunque su poder para efectuar tal cambio palidezca al lado de
otras orNanizaciones Nlobales mucho más poderosas7. :e ha
hablado mucho de las revelaciones de que muchos miembros
de los Nabinetes de los Nobiernos de las antiNuas democra-
cias neoliberales de 6ccidente son antiNuos 1óvenes 3íderes
Globales, una especie de 0vy 3eaNue del -EM para Europa
creada en 199 por 2laus :ch^ab, fundador y presidente eje-
cutivo del -oro Económico Mundial, con miembros de más
de 9 países en 222" y ciertamente muchos de los promoto-
res más activos del Estado de BioseNuridad Global parecen
haber pasado por sus puertas8. Entre los antiNuos alumnos
que ocupan o han ocupado carNos ministeriales en Nobiernos
occidentales se encuentran Tony Blair, ex Primer Ministro del
9eino <nido" (nNela MerRel, ex Canciller de (lemania" 5ico-
las :arRozRy, ex Presidente de -rancia" :ebastian 2urz, ex
Canciller de (ustria" 1ean–Claude 1uncRer, ex Primer Ministro
de 3uxemburNo y ex Presidente de la Comisión Europea" 1us-
tin Trudeau, actual Primer Ministro de Canadá" Chrystia -ree-
land, =iceprimera Ministra y Ministra de -inanzas de Canadá"
-ransois-Philippe ChampaNne, Ministro de 0nnovación, Cien-
cia e 0ndustria de Canadá" Emmanuel Macron, Presidente de
-rancia" (mtlie de Montchalin, Ministra francesa de Trans-
formación del :ector Público y de la -unción Pública" Marlu-
ne :chiappa, ex ministra francesa deleNada de Ciudadanía"
(lexander De Croo, primer ministro de BtlNica" 0da (uRen, ex
ministra danesa de Medio (mbiente" 3ea >ermelin, actual mi-
nistra danesa de Medio (mbiente" 2arien van Gennip, minis-
tra neerlandesa de (suntos :ociales y Empleo" 3eo =aradRar,
ministro irlandts de Empresa, Comercio y Empleo" 5iRi 2e-
rameus, ministra NrieNa de Educación y (suntos 9eliNiosos"
1ens :pahn, ex ministro alemán de :anidad" (nnalena Baer-
bocR, ministra alemana de (suntos Exteriores" :anna Marin,

24
EL RETORNO DEL FASCISMO

última defensa de los derechos humanos y las libertades fren-


te a las depredaciones del capital Nlobal es que, muy al con-
trario, se trata de uno de los foros internacionales en los que
las políticas que el Estado nación hará cumplir se elaboran
sin ninNún voto representativo o directo de sus poblaciones.
Como pronto veremos, eso será tanto si esas políticas son
para un proNrama abierto de “vacunación” obliNatoria contra
futuras “pandemias” declaradas por la 6rNanización Mundial
de la :alud, la implantación de la 0dentidad DiNital que com-
bina la tecnoloNía blocRchain, la inteliNencia artiÄcial y los es-
cáneres biomttricos como condición para acceder a los dere-
chos de ciudadanía, el paso a una Moneda DiNital del Banco
Central que reNistre cada transacción que realizamos y estt
proNramada con restricciones y límites de Nasto vinculados a
nuestro estado de salud, huella de carbono individual y cum-
plimiento social, o un sistema de Crtdito :ocial vinculado al
0nternet de las Cosas siNuiendo el modelo del utilizado en la
9epública Popular China1. Este es el hacha en el haz de va-
ras que se ha blandido sobre nuestras cabezas desde marzo
de 22 con la justiÄcación del bien común. Creo que es aquí
donde podemos hablar con propiedad de que el fascismo ha
reNresado como el presente al que nos ha conducido el ca-
mino que hemos seNuido tan cieNamente. En los siNuientes
capítulos, examinart las pruebas del retorno del fascismo a
6ccidente en sus respectivos aspectos ideolóNicos, jurídicos,
económicos, psicolóNicos, culturales, políticos, biopolíticos,
Nubernamentales y morales.

25
2.
el fascismo
eterno
“No me sorprende que Italia encabece en estos momentos
el desarrollo de una tecnoloNía de Nobierno que, en nombre
de la salud pública, hace aceptable un conjunto de condicio-
nes de vida que eliminan toda posible actividad política, pura
y simple. Este país está siempre a punto de volver a caer en el
fascismo, y hoy hay muchos indicios de que eso es alNo más
que un riesNo”.
Giorgio Agamben, entrevista en la radio
pública sueca, abril de 2020.

6tra variante del uso de la palabra “fascismo” en un con-


texto contemporáneo fue acu|ada por el semióloNo, novelista
y comentarista político italiano <mberto Eco, que creció en la
0talia fascista de la dtcada de 19, y que en junio de 199
publicó un texto en The New York Review of Books titulado
“<r--ascismo”11. Concediendo que el fascismo, en su forma
histórica, tenía pocas posibilidades de reNresar en una Euro-
pa embriaNada por celebrar la formación de la <nión Euro-
pea, Eco se interesaba por saber por qut este ttrmino –en
luNar de falanNista (Espa|a), o caNoulard (-rancia), o quislinN
(5orueNa), o ustaúe (Croacia), o incluso nazi ((lemania)– se
convirtió en la sintcdoque privileNiada de diferentes movi-
mientos nacionalistas autoritarios. Eco insiste en que esto
no se debió a que el fascismo italiano, pese a ser el primer
movimiento fascista en lleNar al poder, contuviera la esencia

29
EL CAMINO AL FASCISM

de los movimientos totalitarios. (l contrario, a diferencia del


nacionalsocialismo o incluso del estalinismo, el fascismo ita-
liano no tenía una doctrina coherente, combinando la revo-
lución política con la monarquía, la conquista militar con la
0Nlesia católica, el absolutismo estatal con el neNocio privado.
( diferencia del Tercer 9eich o de la <nión :ovittica, no exis-
tía un modelo uniÄcado de cultura fascista, construytndose
arquitectura neoclásica junto a ediÄcios modernistas, y tole-
rándose e incluso celebrándose bajo Benito Mussolini a escri-
tores y artistas de vanNuardia que fueron denunciados como
deNenerados por (dolf /itler y burNueses por 1ost :talin.
Eso no siNniÄcaba que los disidentes políticos en la 0talia fas-
cista no fueran arrestados, torturados y ejecutados, que la
libertad de prensa no fuera abolida, que los sindicatos no fue-
ran desmantelados, que el poder leNislativo no fuera puentea-
do y que las leyes no fueran promulNadas directamente por
el ejecutivo sin supervisión democrática. Pero aunque sólo
hubo una forma de nazismo, al iNual que hubo una forma de
falanNismo, existen, arNumentó Eco, muchos fascismos que
combinan alNunos de sus elementos, pero no todos. (lNunos
son imperialistas, otros ateos, otros anticapitalistas, otros an-
tisemitas, pero ninNuno de estos elementos es necesario para
todos. De esta proposición se deriva el sentido del artículo de
Eco, que consiste en esbozar los rasNos típicos de lo que tl
denomina “<r-fascismo o fascismo eterno”, de los que des-
cribe catorce. Estos catorce rasNos del fascismo no pueden
orNanizarse en un sistema, alNunos se contradicen entre sí y
otros caracterizan a otras formas de despotismo" pero basta,
dice Eco, con que uno solo estt presente en una sociedad
determinada para que el fascismo se forme en torno a tl.
En lo que siNue, voy a citar las descripciones de Eco de
estos rasNos típicos del fascismo eterno, y lueNo dart ejem-
plos de su presencia en las nuevas formas de pensar y sentir,

30
EL FASCISMO ETERNO

los nuevos siNniÄcados y valores, las nuevas prácticas y com-


portamientos sociales, las nuevas relaciones y tipos de rela-
ciones, que se han formado en los últimos dos a|os y medio
en torno a la “crisis” del coronavirus y en respuesta a ella y al
Estado de bioseNuridad mundial que se ha construido con la
justiÄcación de combatirla.

1. Catorce características del fascismo

1. La primera característica del Ur-Fascismo es el culto a


la tradición. Como consecuencia, no puede haber nin-
gún avance en el aprendizaje. La verdad ya ha sido de-
letreada de una vez por todas, y sólo podemos seguir
interpretando su oscuro mensaje.
3a demostración más frecuente de esta primera carac-
terística del fascismo ha sido el mantra, repetido una y
otra vez por todos los Nobiernos que aplican el Estado
de BioseNuridad Global para justiÄcar su eliminación de
los derechos humanos y las libertades civiles de sus ciu-
dadanos, de “¡:eNuir la ciencia! De este modo, la cien-
cia –que es un conjunto de procedimientos discursivos y
prácticos para probar una hipótesis sobre el mundo físico
y natural y, mediante una demostración práctica repetible,
demostrar que es verdadera o falsa– ha sido hipostasiada
como una =erdad eterna e inmutable. 3a ciencia, en otras
palabras, se ha convertido en su opuesto, que es la reli-
Nión, los dictados de cuyos sumos sacerdotes –los 1efes
Mtdicos de los Estados nación, los Directores Ejecutivos
de las empresas farmactuticas o el Equipo Directivo de
la 6rNanización Mundial de la :alud– deben seNuirse sin
cuestionar, sin ser cuestionados por la aparición de nue-
vas pruebas que ellos mismos no están obliNados a pre-
sentar para el debate o para justiÄcar las prácticas que

31
EL CAMINO AL FASCISM

imponen. Es en este sentido que la obediencia de cien-


tos de millones de ciudadanos del Estado de BioseNuri-
dad Global a sus dictados ha sido descrita con precisión
como una secta12.
2. El tradicionalismo implica el rechazo del modernismo.
La Ilustración, la Edad de la Razón, es vista como el co-
mienzo de la depravación moderna. En este sentido, el
Ur-Fascismo puede deðnirse como irracionalismo.
Con la justiÄcación de seNuir esta “Ciencia” monoteísta,
absoluta y, por tanto, fundamentalmente acientíÄca, los
Nobiernos occidentales han impuesto “medidas” arbitra-
rias sin fundamento mtdico ni justiÄcación lóNica. Entre
ellas se incluyen el llamado distanciamiento “social”, el
uso obliNatorio de mascarillas, los separadores de plás-
tico entre mesas en restaurantes y escuelas, las Åechas
direccionales en tiendas, aceras y parques, los dispensa-
dores de jabón antibacteriano a la entrada de todos los
ediÄcios y locales, y todos los demás instrumentos y prác-
ticas de cumplimiento cultual. Como reveló la publicación
de los consejos sobre la obliNatoriedad de las mascarillas
por parte de la 6rNanización Mundial de la :alud y, en el
9eino <nido, por el Grupo de (sesoramiento CientíÄco
para EmerNencias, la función principal de estas “medi-
das” es crear miedo en la mente del público y aumentar
así la obediencia y la aquiescencia a las restricciones de
nuestros derechos humanos y libertades civiles.1 Es una
medida del irracionalismo por el que ahora nos reNimos
que el apoyo abierto a tales prácticas cúlticas haya ve-
nido de la 6rNanización Mundial de la :alud, la (Nencia
Europea del Medicamento, la (Nencia 9eNuladora de
Medicamentos y Productos :anitarios del 9eino <nido,
el 0nstituto 9obert 2och de (lemania y los Centros para
el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.<<.,

32
EL FASCISMO ETERNO

y haya sido recibido con un silencio colusorio por, entre


otras instituciones de la ciencia, la -undación 5obel, el
0nstituto 3indau, la 9oyal :ociety y la (cademia 5acional
de Ciencias.
3. El irracionalismo también depende del culto a la ac-
ción por la acción. Siendo la acción bella en sí misma,
debe emprenderse antes, o sin, ninguna reñe[ión pre-
via. Pensar es una forma de emasculación. Por tanto, la
cultura es sospechosa en la medida en que se identiðca
con actitudes críticas. La desconðanza hacia el mundo
intelectual siempre ha sido un síntoma del Ur-Fascismo.
El principal ejemplo de esta característica del fascismo eter-
no ha sido la disposición de los Nobiernos a imponer los
llamados “cierres patronales” a sus poblaciones en res-
puesta a la exiNencia de acción inmediata del público
aterrorizado, y la censura en línea, la denuncia pública y
las campa|as mediáticas para calumniar y desleNitimar a
cualquiera que se atreva a adoptar una actitud crítica ante
dicha acción. 3a prontitud con la que los “veriÄcadores
de hechos” corporativos han sido aceptados como la Po-
licía del Pensamiento 6r^elliana del Estado de BioseNu-
ridad Global, y la facilidad con la que se siNuen lanzando
acusaciones de “teoría de la conspiración” a cualquiera
que se atreva a pensar por sí mismo, incluidos cientíÄ-
cos anteriormente eminentes y pensadores políticos aún
independientes, dan fe del anti-intelectualismo del -as-
cismo Eterno. (unque la ironía puede estar tan perdida
para ellos como lo estará para quienes buscan orienta-
ción objetiva en tales orNanizaciones, nada menos que la
Comisión Europea, el órNano ejecutivo cuyos miembros
no eleNidos proponen nuevas leyes por iniciativa pro-
pia, ha publicado una Nuía para identiÄcar las teorías de
la conspiración, que deÄnen como “la creencia de que

33
EL CAMINO AL FASCISM

ciertos acontecimientos o situaciones son manipulados


secretamente entre bastidores por fuerzas poderosas con
intenciones neNativas”14.
4. El espíritu crítico hace distinciones, y distinguir es un
signo de modernismo. En la cultura moderna, la comu-
nidad cientíðca alaba el desacuerdo como una forma de
mejorar el conocimiento. Para el Ur-Fascismo, el des-
acuerdo es traición.
3a prolonNación de este antiintelectualismo y de esta exi-
Nencia de acción reactiva es el nivel de censura sin prece-
dentes que se ha apoderado de la vida pública en las an-
tiNuas democracias neoliberales de 6ccidente. Ésta se ha
impuesto sobre todo contra la comunidad cientíÄca, cuyo
cada intento de plantear preNuntas, pedir pruebas o pro-
poner explicaciones y líneas de actuación alternativas –en
otras palabras, de adherirse a los principios del procedi-
miento cientíÄco– se topa con acusaciones de que al hacer-
lo están poniendo vidas en peliNro y, el invierno pasado en
Canadá, amenazando la seNuridad del Estado, justiÄcando
así el uso de poderes de emerNencia para aplastar la disi-
dencia y castiNar a los disidentes. 3a otra cara de esta mo-
neda es la conformidad, iNualmente sin precedentes, con
la que medios de comunicación corporativos y plataformas
anteriormente competidoras y políticamente opuestas han
colaborado, tanto con los Nobiernos como entre sí, para
repetir una narrativa única, homoNtnea e incuestionable en
apoyo del Estado de BioseNuridad Global.
5. El desacuerdo es un signo de diversidad. El Ur-Fascismo
crece y busca el consenso e[plotando y e[acerbando
el miedo natural a la diferencia. El primer llamamiento
de un movimiento fascista o prematuramente fascista
es un llamamiento contra los intrusos. Así, el Ur-Fascis-
mo es por deðnición racista.

34
EL FASCISMO ETERNO

Del mismo modo que, bajo la ideoloNía oÄcial del mul-


ticulturalismo, cuarenta a|os de neoliberalismo crearon
una monocultura Nlobal, corporativa, ftrrea y homoNtnea
que ha lleNado a todos los rincones del planeta –colo-
nizando las culturas indíNenas, destruyendo las culturas
alternativas y apropiándose de lo que quedaba de la con-
tracultura–, hoy en día, tras su compromiso con la diver-
sidad, el Estado de BioseNuridad Global se ha construido
sobre un miedo fundamental al otro. El apartheid mtdico
en las sociedades occidentales instiNado por los pasa-
portes “vacunas”, y el sistema de seNreNación, exclusión
y castiNo de los intrusos que se está construyendo sobre
su imposición, es la implementación tecnolóNica de esta
ideoloNía.1 (l iNual que los “espacios seNuros” de la or-
todoxia ^oRe, tstos se han implementado sobre el miedo
a la diferencia, el miedo a la contradicción, el miedo al
cuerpo, el miedo a la muerte, el miedo a cualquier cosa
que amenace con irrumpir en el mundo en línea de la bio-
seNuridad.
:e trata de un espacio en el que todo el mundo es viNi-
lado por todo el mundo, todo el mundo es un informante
potencial, en el que cualquiera que se desvíe de la norma
impuesta es censurado, castiNado, desterrado y borrado
de los reNistros de todo el mundo menos de la policía, los
servicios de seNuridad y las empresas de tecnoloNía de
la información que dictan las normas de ese mundo. El
Estado de BioseNuridad Global se ha modelado en este
espacio en línea que, como demuestran cada día las pla-
taformas de los medios sociales, se construye sobre el
miedo, el odio y la división, sobre las certezas incues-
tionables de la iNnorancia, sobre comunidades de iden-
tiÄcación formadas en torno a la victimización, sobre la
homoNeneización de elementos sociales heteroNtneos

35
EL CAMINO AL FASCISM

mediante proNramas obliNatorios de adoctrinamiento,


sobre ortodoxias forzadas de conformidad, sobre lo que,
tras sus fachadas de inclusividad, son claramente prin-
cipios fascistas. Quizás más exactamente, el Estado de
bioseNuridad Nlobal es la homoNeneidad totalizadora de
este espacio en línea, en el que se están subsumiendo las
poblaciones heteroNtneas de los Estados nación.
6. El Ur-Fascismo deriva de la frustración individual o so-
cial. Uno de los rasgos más típicos del fascismo histó-
rico fue la apelación a una clase media frustrada, una
clase que sufría una crisis económica o sentimientos de
humillación política, y atemorizada por la presión de los
grupos sociales inferiores. En nuestra época, en la que
los antiguos “proletarios” se están convirtiendo en pe-
queŅoburgueses y el lumpen proletariado está e[cluido
en gran medida de la escena política), el fascismo del
mañana encontrará su público en esta nueva mayoría.
/istóricamente, los Nobiernos fascistas han obtenido su
mayor apoyo de la peque|a burNuesía (tenderos y pe-
que|os empresarios) y de las zonas rurales (arrendatarios
y peque|os propietarios), el conservadurismo endoNámi-
co de cuyas poblaciones está siempre a una crisis de la
conformidad con el fascismo. Pero, sin duda, los partida-
rios más estrictos y los defensores más ruidosos de las
restricciones y los requisitos del Estado de bioseNuridad
Nlobal han sido las clases medias de 6ccidente, que pa-
recen bastante dispuestas a “trabajar desde casa” duran-
te el resto de sus vidas mientras sus bienes de consumo
son servidos por repartidores y sus neNocios se realizan
a travts de plataformas en línea. De hecho, a medida que
su zona de seNuridad económica ha empezado a derrum-
barse bajo dos a|os de bloqueos y la consiNuiente inÅa-
ción, el cumplimiento del estado de bioseNuridad se ha

36
EL FASCISMO ETERNO

convertido en la nueva medida por la que las clases me-


dias se diferencian de la clase trabajadora, que constituye
un número desproporcionado de los que se resisten a su
imposición1.
Como consecuencia, la discriminación de los sociables,
los desenmascarados y los no vacunados como muestra
pública de conformidad con el fascismo ha aumentado
enormemente en los últimos dos a|os y medio, y preci-
samente entre la demoNrafía que se deÄnía a sí misma –y
que nunca dudó en denunciar a los demás por no seNuir
su ejemplo– por sus virtudes antidiscriminatorias. (borda-
rt esto con más detalle en el capítulo 7, pero lo hemos vis-
to de forma más ÅaNrante entre lo que se conNreNa bajo el
nombre de izquierda, que se describe con más precisión
como liberales tan adoctrinados en las ortodoxias, pro-
Nramas y tecnoloNías del Estado de bioseNuridad Nlobal
como en los del multiculturalismo y la corrección política.
7. En la raíz de la psicología Ur-Fascista está la obsesión
por un complot, posiblemente internacional. Los segui-
dores deben sentirse asediados. La forma más fácil de
resolver el complot es la apelación a la [enofobia. Pero
el complot también debe venir de dentro: Los judíos
suelen ser el mejor objetivo porque tienen la ventaja de
estar al mismo tiempo dentro y fuera.
( primera vista, esto podría parecer una descripción de
los “teóricos de la conspiración de extrema derecha” a
los que los Äeles de la C6=0D reducen a cualquiera que
cuestione la eÄcacia mtdica o los objetivos políticos de
imponer las normativas y los proNramas del Estado de
bioseNuridad Nlobal a las poblaciones de sus países" pero
lo mismo podría decirse de aquellos que han colaborado
en convertir a los no enmascarados, los no rastreados, los
no sometidos a pruebas y los no vacunados en amenazas

37
EL CAMINO AL FASCISM

merecedoras de los castiNos más duros. De hecho, fue-


ron los Äeles a C6=0D los que durante dos a|os vivieron
en un estado de sitio impuesto por sus propios Nobiernos,
mientras que los incumplidores iNnoraban o se neNaban
a obedecer los intentos de esos Nobiernos de privarles
de sus derechos y libertades. @ son estos últimos los que
han sido caracterizados y denunciados en este país –por
el Gobierno, por el Parlamento, por el :ervicio 5acional
de :alud, por nuestras fuerzas policiales, por las empre-
sas farmactuticas, por la prensa y los medios de comu-
nicación, y por sus conciudadanos– como los “enemiNos
internos” que deberían ser desterrados con toda Ärmeza
de la sociedad con toda la fuerza de la ley.
En esta medida, los incumplidores han asumido la carNa
que últimamente han soportado, en 6ccidente, el musul-
mán y el terrorista. Como lo fue contra el judío y el comu-
nista en la (lemania nazi, la xenofobia del ciudadano cum-
plidor de la bioseNuridad se diriNe no contra el extranjero
de fuera sino contra aquellos que, al neNarse a cumplirla,
se han convertido en el extranjero de dentro. Como han
declarado abiertamente numerosos jefes de Nobierno que
imponen Estados de bioseNuridad –entre ellos Emmanuel
Macron, 6laf :cholz, Mario DraNhi, 2arl 5ehammer, :cott
Morrison, 1acinda (rdern, 1oe Biden y 1ustin Trudeau–,
los “no vacunados” ya no serán tratados como parte de la
sociedad francesa, alemana, italiana, austriaca, australia-
na, neozelandesa, estadounidense o canadiense.
8. Los seguidores deben sentirse humillados por la rique-
za ostentosa y la fuerza de sus enemigos. Los judíos
son ricos y se ayudan mutuamente a través de una red
secreta de ayuda mutua. Sin embargo, los seguidores
[del Ur-Fascismo] deben estar convencidos de que pue-
den arrollar a los enemigos. Así, mediante un continuo

38
EL FASCISMO ETERNO

cambio de enfoque retórico, los enemigos son al mis-


mo tiempo demasiado fuertes y demasiado débiles.
El Estado Global de BioseNuridad tiene a su disposición
no sólo la riqueza y el crtdito de los Estados nación indivi-
duales, cuyos Nobiernos han Nastado varias Neneraciones
de deuda para imponer sus restricciones y proNramas a
sus poblaciones, sino tambitn de las corporaciones in-
ternacionales con las que han forjado nuevas alianzas, y
en particular con las empresas de tecnoloNía de la infor-
mación, farmactuticas, de seNuridad y de subcontrata-
ción. Pero, al mismo tiempo, estos Nobiernos han toma-
do medidas, en colaboración con las empresas privadas,
para privar a la resistencia al estado de bioseNuridad de
la Änanciación recaudada por sus poblaciones. El ejemplo
más instructivo fue el de Canadá, donde los camioneros
que se manifestaban contra los mandatos de “vacuna-
ción” fueron descritos por el Nobierno y los medios de co-
municación como “extremistas de derechas” que estaban
“conspirando para matar a aNentes de policía”, justiÄcan-
do así que el Nobierno canadiense se apropiara de los mi-
llones de dólares recaudados para apoyar su protesta en
la plataforma de cro^dfundinN Go-undMe17. (l iNual que
la resistencia clandestina liderada por el inventado Golds-
tein en la obra de GeorNe 6r^ell “1984”, los enemiNos
del estado de bioseNuridad, como el propio virus, están
siendo derrotados en todas partes y en todos los esce-
narios, y todos los ciudadanos que cumplen las normas
de bioseNuridad están llamados a unirse a la lucha contra
ellos mediante su total obediencia al Nobierno.
9. Para el Ur-Fascismo no hay lucha por la vida, sino que
la vida se vive para la lucha. Así, el paciðsmo es traðcar
con el enemigo. Es malo porque la vida es una guerra
permanente. Esto, sin embargo, provoca un complejo

39
EL CAMINO AL FASCISM

de Armagedón. Puesto que hay que derrotar a los ene-


migos, debe haber una batalla ðnal, tras la cual el mo-
vimiento tendrá el control del mundo. Pero tal ‘solución
ðnalâ implica una nueva era de paz, una Edad de Oro, lo
que contradice el principio de la guerra permanente.
5uestra propia “solución Änal”, que ha sido propuesta por
el -oro Económico Mundial y adoptada por todos los No-
biernos que suscriben su proNrama, consiste en “recons-
truir mejor” desde el bloqueo mundial" y nuestra Edad de
6ro es la diversamente llamada “5ueva 5ormalidad” o
“Gran 9einicio” de la Cuarta 9evolución 0ndustrial.18 Des-
de el principio, la respuesta a una amenaza para la salud
pública que nunca ha existido y que los Nobiernos del
mundo fabricaron hasta convertirla en una “crisis”, se ha
caracterizado muy deliberadamente como una “Nuerra
contra el C6=0D”, cuyo sinsentido mtdico no ha impe-
dido que este mantra haya sido adoptado y repetido por
todas las instituciones de todos los países de 6ccidente.
@ aunque los sumos sacerdotes del C6=0D han advertido
que esta Nuerra nunca se Nanará y que el virus siempre
estará con nosotros –con la amenaza de futuras cepas y
nuevas amenazas que justiÄquen nuevos encierros pen-
diendo sobre nuestras cabezas en un futuro previsible–,
ya estamos viendo cómo esta Nuerra contra el C6=0D,
justo cuando parecía haber sido “Nanada”, se ha expan-
dido a formas más convencionales de Nuerra en <crania.
10. El elitismo es un aspecto típico de cualquier ideología
reaccionaria, en la medida en que es fundamentalmente
aristocrática, y el elitismo aristocrático y militarista implica
cruelmente el desprecio por los débiles. El Ur-Fascismo
sólo puede propugnar un elitismo popular. Todo ciuda-
dano pertenece al mejor pueblo del mundo, los miem-
bros del partido son los mejores entre los ciudadanos,

40
EL FASCISMO ETERNO

todo ciudadano puede (o debe) convertirse en miembro


del partido. Pero no puede haber patricios sin plebeyos.
De hecho, el líder, sabiendo que su poder no le fue de-
legado democráticamente sino conquistado por la fuer-
za, también sabe que su fuerza se basa en la debilidad
de las masas; son tan débiles como para necesitar y
merecer un gobernante. Como el grupo está organizado
jerárquicamente (según un modelo militar), cada líder
subordinado desprecia a sus propios subordinados, y
cada uno de ellos desprecia a sus inferiores. Esto re-
fuerza la sensación de elitismo de la masa.
En junio de 221, los líderes de las naciones del G7 en
la cumbre celebrada en Cornualles fueron fotoNraÄados
mezclándose libremente con la 1efa de Estado hereditaria
del 9eino <nido, la 9eina 0sabel 00, mientras eran atendi-
dos por trabajadores enmascarados y socialmente distan-
ciados a los que sus empleadores exiNían que estuvieran
completamente “vacunados”19. En un momento en el que
el resto de la población británica vivía bajo el tercer encie-
rro nacional impuesto por el Gobierno y multas de 1.
libras por reuniones del tama|o equivalente, esto encap-
suló la división de la sociedad en la “tlite” Nlobal a la que
no se aplican las normas de bioseNuridad y las masas a las
que sí. En el 9eino <nido, sin embarNo, la indiNnación del
público en Neneral fue más elevada por los informes de las
numerosas reuniones sociales y Äestas celebradas en el
número 1 de Do^ninN :treet a lo larNo de la “pandemia”"
y la asistencia de Boris 1ohnson a muchos de estos even-
tos amenazó brevemente su supervivencia como Primer
Ministro –hasta que la “crisis” en <crania distrajo conve-
nientemente a una población recitn aterrorizada y llena
de odio hacia el olvido2. (l iNual que los “Dos minutos de
odio” en 1984, estas dos ocasiones para la indiNnación

41
EL CAMINO AL FASCISM

pública sirvieron principalmente para reaÄrmar la ne-


cesidad y la eÄcacia de obedecer unas restricciones a
nuestros derechos humanos y libertades civiles que han
demostrado repetidamente ser innecesarias, ineÄcaces,
perjudiciales y cada vez más fatales. De este modo, no
sirvieron para socavar, sino para justiÄcar aún más, las re-
Nulaciones del estado de bioseNuridad del 9eino <nido.
:in embarNo, mucho antes de este espectáculo esce-
niÄcado, dos a|os de ataques implacables, calumnias,
despidos, burlas, mofas, amenazas, odio y repuNnan-
cia diriNidos desde todos los sectores del Estado y de
la sociedad civil contra quienes se neNaban a obedecer
las órdenes de esta tlite autoproclamada han creado un
elitismo popular de acatamiento. EstratiÄcado jerárquica-
mente mediante la se|alización pública y online de la vir-
tud, esto ha reducido a los que no obedecen, en la mente
de los Äeles a la C6=0D, a una subclase semicriminal y
enferma, indecente e indiNna de los derechos humanos o
las libertades de la ciudadanía –en, de hecho, los Unter-
menschen del Estado de BioseNuridad Global.
11. En tal perspectiva, todo el mundo es educado para
convertirse en un héroe. En toda mitología, el héroe es
un ser e[cepcional, pero en la ideología Ur-Fascista el
heroísmo es la norma. Este culto al heroísmo está es-
trictamente ligado al culto a la muerte.
<no de los espectáculos más instructivos creados para
promover la existencia de una “crisis” de salud pública
en el 9eino <nido fue la adulación diriNida por el Estado
del personal del 5/: (5ational /ealth :ervice - :ervicio
5acional de :alud) como “htroes”. Esto se inició con el
ritual del “aplauso para los sanitarios” que se ensayó en
0talia para comprobar su cumplimiento y que desputs se
realizó todos los jueves por la noche en el 9eino <nido

42
EL FASCISMO ETERNO

por aquellos que obedecían las instrucciones del Gobier-


no de permanecer en casa. En parte como consecuencia
de este espectáculo, cuando el tercer bloqueo del 9eino
<nido se levantó oÄcialmente en julio de 221, alNunos
residentes británicos habían seNuido realmente las ins-
trucciones del Gobierno, aplicadas con el pleno apoyo
del 5/:, de permanecer en sus casas desde marzo de
22. Esta adulación se propaNó aún más con los dibujos
infantiles de aNradecimiento al 5/: que se produjeron en
masa para aquellos que deseaban se|alar su obediencia.
Esta adoración de los htroes sirvió a la creencia, ya Är-
memente arraiNada, de que la población del 9eino <nido
debía encerrarse para “salvar el 5/:”, un servicio públi-
co proNresivamente desÄnanciado que, hasta marzo de
22, debía servir al pueblo británico. Pero quizá la ima-
Nen más explícita de este culto al heroísmo fue la imaNen
ampliamente difundida de los superhtroes de los cómics
estadounidenses representados inclinándose en reveren-
cia ante el personal del 5/:21. Por su disposición a abra-
zar esta propaNanda trillada y su propio comportamiento
en línea –que siNue oscilando entre asumir el papel de un
Nurú espiritual y el de un paciente histtrico–, parece que
el personal del 5/: está demasiado dispuesto a creerse
su propio bombo. 3o que el Gobierno británico pensaba
realmente de estos “htroes” quedó más claro cuando,
en noviembre de 221, el nuevo :ecretario de Estado de
:anidad, :ajid 1avid –el anterior titular, Matt /ancocR, se
había visto obliNado a dimitir por incumplir sus propias
restricciones de cierre–, anunció al Parlamento que el
personal del 5/: que se neNara a ser inyectado con una
“vacuna” C6=0D-19 sería despedido22.
:in embarNo, a diferencia del fascismo histórico, en el
que la muerte se promovía como recompensa por una

43
EL CAMINO AL FASCISM

vida heroica al servicio del Estado-nación, en el Estado


de bioseNuridad la muerte ha sido prácticamente proscri-
ta, y la muerte de cada persona de 8 a|os que da po-
sitivo en las pruebas del :(9:-Co=-2 (es decir, la media
de “muertes por C6=0D-19” en el 9eino <nido) se lamen-
ta como una “traNedia” que merece el luto nacional. 3a
excepción son las enormes cantidades de muertes que
ya se han producido y que se espera que se produzcan
en el futuro por la eliminación del diaNnóstico mtdico del
cáncer, el tratamiento de las enfermedades cardiacas, la
atención de la demencia y las demás causas primarias
de muerte en el 9eino <nido, que superarán con creces
cualquier cosa atribuida al C6=0D-19, sobre las que ni la
profesión mtdica ni los medios de comunicación tienen
nada que decir2.
12. Dado que tanto la guerra permanente como el heroís-
mo son juegos difíciles de jugar, el Ur-Fascista trans-
ðere su voluntad de poder a los asuntos se[uales. Este
es el origen del machismo (que implica tanto el despre-
cio por las mujeres como la intolerancia y la condena
de los hábitos se[uales no estándar, desde la castidad
hasta la homose[ualidad). Pero como incluso el se[o
es un juego difícil de jugar, el héroe Ur-Fascista tiende a
jugar con las armas, lo que se convierte en un ejercicio
fálico sucedáneo.
3a aplicación de las normativas y los proNramas del Es-
tado de bioseNuridad Nlobal ha provocado un aumento
siNniÄcativo de la violencia y la irresponsabilidad de las
fuerzas policiales de las naciones occidentales, que aho-
ra están armadas y blindadas como sus homóloNas en el
ejtrcito y aumentadas por unidades paramilitares antite-
rroristas. Éstas han utilizado aerosoles de pimienta, Nases
lacrimóNenos, balas de Noma, ca|ones de aNua y coches

44
EL FASCISMO ETERNO

blindados supuestamente montados con armas sónicas


y ttrmicas para asaltar las protestas contra los cierres
patronales y los mandatos de “vacuna” de civiles des-
armados y sin armamento, incluidos ancianos, mujeres y
ni|os. Esto debería poner de maniÄesto, de una vez por
todas, que la expansión del número y las capacidades
del armamento de las fuerzas policiales y de seNuridad
de las antiNuas democracias neoliberales de 6ccidente
en los veinte a|os transcurridos desde el “11-:” no se ha
llevado a cabo para proteNernos de las amenazas exter-
nas a nuestra seNuridad por parte de terroristas. (l con-
trario, ha sido en previsión de los levantamientos sociales
y las protestas que hemos visto en todo el mundo en res-
puesta a la violencia del Estado de BioseNuridad Global.
Ésta, más que el más bien cod--reudianismo de Eco, es
la razón de los niveles sin precedentes de violencia esta-
tal que vimos durante la “pandemia”. Pero si tomamos lo
que Eco denomina “ejercicio fálico” como el ejercicio del
poder estatal –que no tiene nada de “ersatz”– contra las
poblaciones de los Estados-nación, entonces, sin duda,
los dos a|os transcurridos desde marzo de 22 fueron
testiNos de un desplieNue de machismo a niveles intditos
en 6ccidente, excepto, quizá, entre nuestros pavoneados
diriNentes, tanto masculinos como femeninos. De hecho,
desde que el Nabinete de la primera ministra Theresa May
se sometió a quitn sabe qut curso de relaciones públi-
cas, todos nuestros ministros de Estado adoptan una
postura heroica cuando aparecen en público tan ridícula
como reveladora de cómo se ven a sí mismos24.
(l mismo tiempo, con el pretexto de proteNer a los ado-
lescentes y adultos jóvenes de una enfermedad a la que
estadísticamente son inmunes, el estado de bioseNuri-
dad del 9eino <nido no ha tenido reparos en aconsejar

45
EL CAMINO AL FASCISM

a sus obedientes ciudadanos que se abstenNan de cier-


tas prácticas sexuales, que practiquen una nueva forma
de “sexo seNuro” (no cara a cara) o que renuncien por
completo al sexo “por el bien común”, como si tratara de
recrear la 3iNa 1unior (nti-:exo de 1984 de 6r^ell2.
En cuanto a los ni|os, los inNentes recursos Änancieros e
institucionales que se utilizan simultáneamente para pro-
mover las denominadas identidades no binarias y transe-
xuales incluso entre los bebts prepúberes parecen estar
diriNidos a un objetivo similar. Ciertamente, la supresión de
la intimidad no se detendrá en el distanciamiento social y
el enmascaramiento, y se esforzará, como hicieron los es-
tados de bioseNuridad del fascismo histórico, en imponer
sus restricciones y obliNaciones a las relaciones sexuales
(el ejemplo extremo fue la prohibición del “mestizaje” en el
Tercer 9eich). 3a viNilancia y la manipulación de la sexua-
lidad humana siempre han sido utilizadas por los Estados
autoritarios y, en particular, por los totalitarios, para contro-
lar el comportamiento de sus ciudadanos" y el Estado de
bioseNuridad Nlobal dispone de tecnoloNías para hacerlo
jamás so|adas por el fascismo histórico, ya sea reprimien-
do el deseo en obediencia a las ortodoxias de la bioseNu-
ridad o liberando la libido reprimida en forma de ira diriNida
contra quienes no obedecen. El desprecio y la violencia
contra las mujeres que Eco equiparó con el machismo del
fascismo histórico y que hoy ha sido autorizado y alentado
por la ideoloNía del transexualismo es la manifestación de
esa ira, y un ejemplo de lo fácil que es para quienes contro-
lan esta ideoloNía diriNir la aNresión de sus acólitos.
13. El Ur-Fascismo se basa en un populismo selectivo, un
populismo cualitativo, podría decirse. En una democra-
cia, los ciudadanos tienen derechos individuales, pero
los ciudadanos en su conjunto sólo tienen un impacto

46
EL FASCISMO ETERNO

político desde un punto de vista cuantitativo: se siguen


las decisiones de la mayoría. Para el Ur-Fascismo, sin
embargo, los individuos como individuos no tienen de-
rechos, y el Pueblo se concibe como una cualidad, una
entidad monolítica que e[presa la 9oluntad Común.
Dado que ninguna gran cantidad de seres humanos
puede tener una voluntad común, el Líder pretende ser
su intérprete. Al haber perdido su poder de delegación,
los ciudadanos no actúan; sólo están llamados a repre-
sentar el papel del Pueblo. Así, el Pueblo es sólo una
ðcción teatral. E[iste en nuestro futuro un populismo
de Internet en el que la respuesta emocional de un gru-
po seleccionado de ciudadanos puede presentarse y
aceptarse como la 9oz del Pueblo.
Durante los dos primeros a|os de su construcción, el Es-
tado de bioseNuridad británico eliminó muchos de nues-
tros derechos humanos y libertades, incluido el derecho a
la libertad (artículo  del Convenio Europeo de Derechos
Humanos), el derecho a la vida privada y familiar (artículo
8), la libertad de pensamiento y conciencia (artículo 9), la
libertad de expresión (artículo 1), la libertad de reunión
y asociación (artículo 11), la prohibición de discrimina-
ción (artículo 14) y el derecho a la educación (Protocolo
2). Esto fue facilitado a su vez por la eliminación previa
del Parlamento del proceso leNislativo bajo un periodo de
emerNencia declarado políticamente que permitió a los
ministros hacer leyes por decreto, con 7 0nstrumen-
tos Estatutarios justiÄcados por el coronavirus converti-
dos en ley antes de la aprobación parlamentaria hasta el
 de marzo de 222.2 Como consecuencia, el Gobierno
tuvo que fabricar la apariencia de la continuación de la
democracia en el 9eino <nido. Para ello, cada nueva nor-
mativa que eliminaba nuestros derechos, libertades y la

47
EL CAMINO AL FASCISM

responsabilidad del Gobierno ante los ciudadanos britá-


nicos iba acompa|ada de una campa|a de propaNanda
que ensalzaba el bien común como justiÄcación de esta
eliminación. 3a más atroz de ellas fue que, en beneÄcio de
la “salud pública”, los ciudadanos del estado de bioseNu-
ridad debían renunciar a su derecho a decir lo que entraba
en sus propios cuerpos, a pesar de que se ha demostrado
más allá de toda duda, salvo para los Äeles a la C6=0D-19,
que ninNuna de las “vacunas” de la C6=0D-19 hace nada
por detener o inhibir ni la infección ni la transmisión del
virus del :9(:-Cov-2, y presentan riesNos considerables
para la salud e incluso la vida de las personas a las que se
inyecta esta biotecnoloNía experimental27.
En ausencia de cualquier supervisión democrática de
este proceso leNislativo dictatorial, el Gobierno recurrió a
la fachada de orNanizaciones tecnocráticas como el Gru-
po de (sesoramiento CientíÄco para EmerNencias, que
usurpó al Parlamento como máximo responsable de deci-
dir sobre nuestros derechos humanos y libertades civiles,
y a herramientas en línea como las encuestas de YouGov.
( lo larNo de los dos a|os que duró la “pandemia”, tstas
presentaron las respuestas a los sondeos de sus encues-
tados, cuidadosamente vetadas, como el equivalente a
referendos. (nunciaban que tal o cual porcentaje de la
población estaba a favor, por ejemplo, de las mascari-
llas en las escuelas o de las “vacunaciones” obliNatorias,
a pesar de que ninNuna de ellas había sido respaldada
por pruebas cientíÄcas de su eÄcacia, ni siquiera de la ló-
Nica de su imposición. De este modo, el borrado de nues-
tros derechos, libertades y democracia parlamentaria
desde marzo de 22 se ha presentado como una forma
de representación directa, en la que el árbitro último de
las decisiones políticas se ha desplazado a una autoridad

48
EL FASCISMO ETERNO

incuestionable llamada “3a Ciencia”. El hecho de que la


mayoría de la población haya caído en un enNa|o tan ob-
vio es prueba, como mínimo, de la inNenuidad política del
público británico, quizá de su deseo de lavarse las manos
de la responsabilidad de su propio futuro, y sin duda de
su disposición a desempe|ar el papel Äcticio del “Pueblo
Británico” en el teatro biopolítico.
14. El Ur-Fascismo habla Newspeak. El Newspeak fue in-
ventado por OrZell, en 1984, como lengua oðcial del
Ingsoc, el socialismo inglés. Pero los elementos del
Ur-Fascismo son comunes a diferentes formas de dic-
tadura. Todos los manuales escolares nazis o fascistas
utilizaban un vocabulario empobrecido y una sinta[is
elemental, con el ðn de limitar los instrumentos para un
razonamiento complejo y crítico. Pero debemos estar
preparados para identiðcar otros tipos de 1eZspeaN,
aunque adopten la forma aparentemente inocente de
una tertulia popular.
Desde el comienzo mismo de esta “crisis” fabricada,
quienes no están dispuestos a creer en sus enNa|os han
citado, como yo, la novela de GeorNe 6r^ell como mo-
delo de lo que ha sucedido, aunque Un mundo feliz de
(ldous Huxley habría sido quizá un mejor punto de re-
ferencia. Pero sea cual sea su propia inspiración, en la
propaNanda Nubernamental que aparece en todas las su-
perÄcies –desde los atriles tras los que los ministros y sus
tecnócratas desiNnados anuncian las últimas restriccio-
nes antes de molestarse en informar al Parlamento, hasta
las marquesinas de las paradas de autobús, pantallas de
televisión y teltfonos móviles a travts de los cuales se
siNue adoctrinando al público para que acate las normas–
eslóNanes en neolenNua como “Qutdese en casa  Prote-
ja el :5:  :alve vidas”, el iNualmente asnal “ManttnNase

49
EL CAMINO AL FASCISM

alerta  Controle el virus  :alve vidas”, o simplemente


“Manos  Cara  Espacio”, cumplen precisamente la fun-
ción que Eco describe aquí. :e trata de empobrecer los
ttrminos en los que se celebran los debates permisibles
y, por tanto, de cerrar los foros para el pensamiento críti-
co. :eNuimos viendo esto demostrado cuando cualquier
cientíÄco, mtdico o comentarista político intenta introdu-
cir dicho pensamiento en los proNramas de noticias, ter-
tulias, manifestaciones o plataformas de medios sociales,
que siNuen censurando a cualquiera que cuestione la na-
rrativa oÄcial sobre la “pandemia” vírica y las “medidas”
de bioseNuridad impuestas para “combatirla”. Mi propia
cuenta de T^itter fue suspendida permanentemente en
marzo de 222 por informar sobre las conclusiones del
último “informe de viNilancia de la vacuna C6=0D-19”
de la (Nencia de :eNuridad :anitaria del 9eino <nido y
resumir los datos de los ensayos de PÄzer que sólo se
estaban publicando por orden de un tribunal de distrito
estadounidense en respuesta a una solicitud de libertad
de información28. De hecho, cuando el proyecto de ley de
seNuridad en línea se convierta en ley en el 9eino <nido,
esta censura de los datos, el debate y la crítica no hará
sino aumentar.
Durante cien a|os nos hemos preNuntado cómo las po-
blaciones de 0talia y (lemania pudieron creer las evidentes
mentiras empleadas por Mussolini y Hitler para volver a sus
naciones contra sí mismas en nombre del bien común que
llamaban fascismo y nacionalsocialismo" durante los dos
a|os y medio transcurridos desde marzo de 22 hemos
tenido una demostración y un recordatorio de exactamen-
te cómo. El bien común declarado políticamente ha cam-
biado su nombre por el de “bioseNuridad”, pero los me-
dios para imponerlo, y las justiÄcaciones para hacerlo, son

50
EL FASCISMO ETERNO

notablemente similares y no han cambiado desde hace un


siNlo. Eco concluye su artículo con esta advertencia!
El Ur-Fascismo sigue a nuestro alrededor, a veces vestido
de paisano. Sería mucho más fácil para nosotros si apare-
ciera en la escena mundial alguien que dijera: “Quiero re-
abrir Auschwitz, quiero que los Camisas Negras vuelvan a
desÄlar por las plazas italianas¹. 3a vida no es tan sencilla.
El Ur-Fascismo puede volver bajo el más inocente de los
disfraces. Nuestro deber es descubrirlo y señalar con el
dedo cualquiera de sus nuevas instancias, todos los días,
en todas las partes del mundo.
Como escribió Eco, basta la presencia de uno de estos
rasNos para que se forme el fascismo a su alrededor, y los
catorce están presentes en el Estado Mundial de Biose-
Nuridad. (l iNual que el fascismo histórico, no están todas
presentes, o todas iNualmente presentes cuando lo están,
en todas las instancias del Estado de bioseNuridad. 3o que
es política oÄcial o práctica no oÄcial en, por ejemplo, Ca-
nadá, (ustralia y 5ueva Aelanda, puede no serlo al mis-
mo tiempo en -rancia o (lemania, o no haberse impuesto
todavía en 0nNlaterra" pero todas estas características del
fascismo –que van más allá de la leNislación y la política y
se adentran en siNniÄcados y valores de nueva formación,
nuevas normas de práctica y comportamiento social, nue-
vas relaciones y tipos de relaciones– están presentes en el
Estado de bioseNuridad Nlobal. :ólo esto, podríamos pen-
sar, justiÄca el uso de este ttrmino para describir esta revo-
lución en las antiNuas democracias neoliberales de 6cci-
dente. ( menos que Eco pudiera ver veintisiete a|os en el
futuro para describir nuestro presente con tan asombrosa
exactitud, estaba describiendo con precisión la presencia
latente del fascismo en 6ccidente que ha resurNido hoy
con todos sus rasNos históricos intactos.

51
EL CAMINO AL FASCISM

2. La economía política del fascismo

:in embarNo, como semióloNo y crítico cultural, más que


como materialista histórico o economista político, el análisis
de Eco se limitaba a las manifestaciones ideolóNicas y psico-
lóNicas del fascismo y, por tanto, iNnoraba su fuerza motriz
material, que es la converNencia del poder estatal con los in-
tereses corporativos. DiriNido a un público de neoyorquinos
liberales, ricos y de clase media, ideolóNicamente comprome-
tidos con el excepcionalismo estadounidense y el capitalismo
Nlobal como el mejor de los mundos posibles, el análisis de
Eco se mantuvo muy alejado de proponer un vínculo causal
entre estas manifestaciones del fascismo y sus fundamentos
económicos, y menos aún con la historia del imperialismo es-
tadounidense desde la :eNunda Guerra Mundial. En su luNar,
permitió que sus lectores concluyeran que cualquier presen-
cia del fascismo en las culturas e ideoloNías de otros países
en la dtcada de 199 sólo puede ser un residuo anacrónico
de la dtcada de 19, y que las ideoloNías del multiculturalis-
mo y de lo políticamente correcto –ambas en su apoNeo en la
dtcada de 199– se erradicarían, sin duda con la ayuda del
ejtrcito estadounidense.
:in embarNo, (usch^itz, por utilizar el ejemplo deliberada-
mente extremo de Eco, no sólo fue un campo de exterminio,
sino tambitn una fábrica industrial de mano de obra esclava.
Esta mano de obra fue utilizada por 2rupp, la mayor empresa
de Europa a principios del siNlo ?? y el principal fabricante
de armas para (lemania en la :eNunda Guerra Mundial" así
como por :iemens–:chucRert, en aquel momento el mayor
conNlomerado industrial de (lemania, cuya producción incluía
armamento para el ejtrcito alemán, y que hoy es la mayor em-
presa de fabricación industrial de Europa" y por 0G -arben, la
empresa química y farmactutica alemana que produjo el Nas
AyRlon B utilizado para exterminar a los prisioneros. El propio

52
EL FASCISMO ETERNO

campo, además, fue administrado con la ayuda de 0BM, la


empresa estadounidense de tecnoloNía de la información que
elaboró el censo responsable del perÄl racial de las poblacio-
nes sometidas por el Tercer 9eich" y Bayer, la empresa quími-
ca alemana que probó sus productos en individuos, razas y
etnias cateNorizados por la medicina nacionalsocialista como
“vida indiNna de ser vivida (3ebensun^ertes 3eben)”. Como
es bien sabido, pero aún no reconocido, todas estas empre-
sas, ahora internacionales, siNuen en activo hoy en día, ha-
biendo prosperado Nracias a su colaboración de 12 a|os con
el Gobierno nacionalsocialista y al trabajo forzado de cientos
de miles de prisioneros que sacaron de los campos de con-
centración. En menor Nrado de aplicación, el -rente (lemán
del Trabajo, creado en mayo de 19, y lueNo la 3ey de 9e-
Nulación del Trabajo 5acional, aprobada en enero de 194,
prohibieron las huelNas y otras formas de acción industrial en
el Tercer 9eich. 3a Carta del Trabajo de 1927 ya había hecho
prácticamente lo mismo al crear la economía corporativa de
la 0talia fascista. En otras palabras, el fascismo –si utilizamos
este ttrmino para incluir al nacionalsocialismo– no se limitaba
a los rasNos culturales e ideolóNicos analizados por Eco, sino
que tambitn describía una economía política que fusionaba
el poder Nubernamental y el corporativo para crear un Estado
Änanciero, industrial, tecnolóNico y militar inmensamente po-
deroso. El aún más poderoso Estado Global de BioseNuridad
de hoy en día tiene sus propios equivalentes a estas empre-
sas industriales, farmactuticas, tecnolóNicas y químicas. En-
tre ellas se incluyen inversores Nlobales inmensamente ricos
como la -undación Bill Gates, que Änancia y tiene inÅuencia
Änanciera sobre un Nran número de instituciones sanitarias y
mtdicas, incluida la 6rNanización Mundial de la :alud y, en el
9eino <nido, la (Nencia 9eNuladora de Medicamentos y Pro-
ductos :anitarios, lo que le ha permitido inÅuir en las políticas

53
EL CAMINO AL FASCISM

de bioseNuridad de los Estados nacionales hacia mandatos


de máscaras, cierres y proNramas experimentales de “vacu-
nación”" y las empresas farmactuticas internacionales como
PÄzer, Moderna, 1ohnson 1ohnson y Glaxo:mith2line, que,
además de Nanar miles de millones con esta “crisis” fabrica-
da, no sólo están llevando a cabo de hecho el mayor ensayo
clínico de la historia de su tecnoloNía experimental de (95m,
sino que tambitn parecen estar decidiendo cuántas inyeccio-
nes deben recibir las poblaciones de los Estados nación. 29
Pero al iNual que el papel de 0BM en el Tercer 9eich, el Estado
mundial de bioseNuridad tambitn incluye a empresas mun-
diales de tecnoloNía de la información como (pple, (lphabet,
Meta y Tesla, que están recopilando los datos personales y
desarrollando la tecnoloNía mediante la cual se utilizan para
viNilar, clasiÄcar y controlar a los individuos seNún su perÄl de
bioseNuridad" así como corporaciones multinacionales como
:erco, G4:, Palantir y <niserve, a las que la “crisis” del co-
ronavirus ha servido de ocasión y justiÄcación para aumentar
la subcontratación por parte del Gobierno británico no sólo
de la fabricación de la “crisis” a travts de los inmensamente
lucrativos contratos de Test Trace y EP0, sino tambitn de
las funciones de seNuridad del estado de bioseNuridad bri-
tánico, que incluyen los llamados centros de “cuarentena”.
(usch^itz, como escribió Eco, no tiene que ser reabierto para
que el campo vuelva a ser el paradiNma biopolítico del Esta-
do, como pasart a discutir en el capítulo 8.
Creo que es aquí donde reside el verdadero paralelismo con el
fascismo histórico! no en sus manifestaciones culturales más o
menos anacrónicas (la apoteosis de la Ciencia como nueva reli-
Nión, los mandatos irracionales, el antiintelectualismo, la censu-
ra de la crítica y la disidencia, la discriminación y la seNreNación,
la xenofobia, el miedo a la clase obrera, el mantenimiento de un
estado de Nuerra permanente, el elitismo populista, el culto a

54
EL FASCISMO ETERNO

los htroes, el machismo, el militarismo, la violencia de Estado,


el populismo político y el Newspeak – ninNuno de los cuales ha
faltado precisamente en las democracias neoliberales de 6cci-
dente durante las dos dtcadas anteriores), sino en su economía
política, sobre la que Eco no dice nada. Tampoco, comprensi-
blemente –más allá de su premonitoria referencia a un “populis-
mo de 0nternet”– dice nada sobre el vasto alcance de las nuevas
tecnoloNías, sistemas y leNislaciones de viNilancia, recopilación
de datos y control de la población. Entre 199, cuando Eco es-
cribía, y 222, cuando yo lo haNo, tstas se han expandido y
penetrado no sólo en lo que antes considerábamos nuestra vida
privada, sino tambitn en nuestros propios cuerpos e incluso,
con las “vacunas” de (95 mensajero, en el propio (D5 huma-
no. 3as capacidades y los derechos resultantes del Estado de
bioseNuridad Nlobal para controlarnos con el pretexto de viNilar
nuestro “estado” de salud ya superan con creces todo lo so|ado
por los propaNandistas y cientíÄcos fascistas de los a|os treinta.
El mayor valor del artículo de Eco, por tanto, no está en iden-
tiÄcar la presencia del fascismo en las culturas e ideas con-
temporáneas de su tpoca, que permanecían dentro del marco
neoliberal del multiculturalismo y la corrección política, sino en
arNumentar a favor de la continuidad del fascismo más allá de
su ascenso histórico, su lleNada al poder y su derrota militar en
la :eNunda Guerra Mundial. (l hacerlo, abrió la posibilidad –que
hoy se ha convertido en necesidad– de identiÄcar el retorno del
fascismo no sólo en nuestras ideoloNías, culturas y comporta-
mientos, sino tambitn en nuestra política, leyes y economía, y
lo que es más importante, en la nueva falta de distinción y las
formas de converNencia entre ellas. Porque –y tste es el parale-
lismo que voy a examinar a continuación– es precisamente esta
converNencia de intereses entre la autoridad leNislativa del Esta-
do–nación y los monopolios de las empresas multinacionales lo
que deÄnió la economía política del fascismo histórico.

55
3.
el estado
fascista y los
derechos
humanos
“El totalitarismo no es sólo el inÄerno, sino tambitn el sue-
|o del paraíso! el sue|o ancestral de un mundo en el que to-
dos vivirían en armonía, unidos por una voluntad y una fe co-
munes, sin secretos los unos para los otros. :i el totalitarismo
no explotara estos arquetipos, que están en lo más profundo
de todos nosotros y arraiNados en todas las reliNiones, nunca
podría atraer a tanta Nente, especialmente durante la primera
fase de su existencia. :in embarNo, una vez que el sue|o del
paraíso comienza a convertirse en realidad, aquí y allá empie-
zan a surNir personas que se interponen en su camino, por lo
que los Nobernantes del paraíso deben construir un peque|o
NulaN al lado del Edtn. Con el paso del tiempo, este NulaN se
hace cada vez más Nrande y perfecto, mientras que el paraíso
contiNuo se empeque|ece y empobrece”.
Milan Kundera, entrevista en
The New York Times Book Review, 1980.

Como se|aló <mberto Eco, el fascismo italiano estaba


plaNado de contradicciones! revolucionario pero con un rey
como 1efe de Estado" aboNando por la autoridad absoluta del
Estado mientras era Änanciado por terratenientes aristocráti-
cos y empresas de propiedad privada" ensalzando la conquis-
ta militar con el respaldo de la 0Nlesia católica romana (aunque
no hay nada nuevo en esto). Pero quizá su formulación teórica
más coherente se hizo en 3a doctrina del fascismo, de la que

59
EL CAMINO AL FASCISM

fueron coautores en 1927 Giovanni Gentile, el “Älósofo del fas-


cismo” oÄcial, y Benito Mussolini, el líder del fascismo italiano
y desde 1922 Primer Ministro de 0talia. En este texto, publica-
do en 192 en la Enciclopedia 0taliana di :cienze, 3ettere ed
(rti, expusieron el alcance totalitario del fascismo!
Para el fascista, todo está en el Estado, y nada humano o
espiritual puede existir, y mucho menos tener valor, fuera del
Estado. Así entendido, el fascismo es totalitario, y el estado
fascista –como síntesis y unidad de todos los valores– inter-
preta, desarrolla y fortalece toda la vida del pueblo.
El estado fascista reivindica el dominio incluso en el cam-
po económico, y por medio de las instituciones corporativas,
sociales y educativas que ha creado, se hace sentir en todos
los aspectos de la vida nacional; y todas las fuerzas políticas,
económicas y espirituales de la nación, enmarcadas en sus
respectivas organizaciones, circulan dentro del estado1. Hay
una diferencia entre lo que Mussolini entendía por “corpora-
ción” fascista (del latín corpus! “cuerpo humano”), que reunía
a federaciones de sindicatos de trabajadores y empresarios
bajo funcionarios nombrados por el Nobierno para prohibir las
huelNas y los cierres patronales y controlar la producción den-
tro de un área o profesión determinada (aNricultura, industria,
comercio, transporte, banca y seNuros, hombres profesiona-
les y artistas), y las corporaciones comerciales que lleNaron a
dominar y controlar la política, la economía y la leNislación del
mundo occidental. Pero es difícil no oír en esta deÄnición de
fascismo una descripción del alcance totalitario del Estado de
BioseNuridad Global actual, que ha uniÄcado a las poblacio-
nes de las antiNuas democracias neoliberales en la obediencia
a sus dictados con un Nrado de txito mayor que el de cual-
quier Nobierno o crisis desde la :eNunda Guerra Mundial.
En las fases iniciales de su escritura, tuve considerables
problemas para precisar lo que este libro intentaba arNumentar,

60
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

en parte porque el autoritarismo Nubernamental, la violencia


estatal y la supresión leNal de los derechos y libertades de las
poblaciones de las naciones occidentales durante la “pande-
mia” políticamente declarada eran tan evidentemente fascis-
tas que arNumentar el punto parecía casi redundante. @ como
he arNumentado, dicho trato no se ha limitado a las acciones
del sector público, sino que ha sido inÅiNido precisamente
por aquellas corporaciones internacionales a las que se han
externalizado tantas de las funciones y obliNaciones del Es-
tado bajo cuarenta a|os de neoliberalismo, y que ampliaron
enormemente su alcance durante los dos a|os de bloqueo2.
Como resultado, a las empresas privadas se les otorNa aho-
ra la responsabilidad y la autoridad para emitir juicios sobre
la deÄnición y la caliÄcación de nuestros derechos humanos!
ya sean empresas farmactuticas que deciden si la inyección
con sus productos debe ser obliNatoria, empresas de tecno-
loNía de la información que deciden cuándo y dónde deben
rastrearse y reNistrarse nuestros movimientos y asociaciones,
o plataformas de medios sociales que deciden los límites de
nuestra libertad de conciencia y expresión.
Como ejemplo de esto último, en otra recreación de los
“Dos minutos de odio” de 6r^ell tras la invasión de <crania,
Meta publicó una declaración en la que aÄrmaba que la pro-
hibición de la “incitación al odio” en -acebooR e 0nstaNram
se levantaría en alNunos países europeos si se diriNía contra
soldados y políticos rusos y se hacía en el contexto de la Nue-
rra" y permitiría eloNiar al reNimiento neonazi (zoz de las fuer-
zas armadas ucranianas que había prohibido anteriormente.
Esto no fue sorprendente, dado que el Estado de BioseNuri-
dad Global se ha construido sobre el odio fabricado, manipu-
lado y diriNido de sus poblaciones nacionales y consumidores
internacionales! primero contra aquellos que se neNaban a
llevar máscaras o a permanecer en sus casas" desputs contra

61
EL CAMINO AL FASCISM

los manifestantes contra la imposición del bloqueo y los pa-


saportes de “vacuna”" más recientemente contra las enfer-
meras y mtdicos que se neNaron a ser inyectados con las
“vacunas” experimentales" y ahora contra cualquiera que no
declare su solidaridad con el Nobierno títere de <crania insta-
lado por Estados <nidos.
:in embarNo, dada la percepción Neneralizada de que las
restricciones de nuestros derechos y libertades justiÄcadas
por la “crisis” del coronavirus ya han terminado y pertenecen
al pasado, y la amnesia colectiva que parece ser la caracte-
rística deÄnitoria de la psicoloNía política de nuestro tiempo,
creo que sería útil revisar la historia reciente. 6bviamente, la
violencia estatal y la ileNalidad con la que se han aplicado las
normativas y los proNramas de bioseNuridad mundial en los
últimos dos a|os y medio está fuera del alcance de este libro,
por lo que voy a centrarme en los mandatos de “vacunación”
en países seleccionados del mundo occidental donde se han
aplicado en los 7 meses anteriores a que las normativas jus-
tiÄcadas por el coronavirus se suspendieran en Nran medida
en marzo de 222.

1. El Estado de bioseguridad en la práctica

Desde el 1 de septiembre de 221, en 3ituania, bajo el


Gobierno de 0nNrida ÷imonytȖ, la inyección con una “vacu-
na” C6=0D-19 se hizo obliNatoria para todos los ciudadanos.
(quellos que no tuvieran un pasaporte con la ºvacuna» que
demostrara su cumplimiento o una exención mtdica tenían
prohibido el acceso a todas las tiendas ºno esenciales», cen-
tros comerciales, cafeterías, bares, restaurantes, luNares pú-
blicos cerrados, eventos al aire libre de más de  personas,
ediÄcios Nubernamentales, Nimnasios, librerías, bibliotecas,
trenes, bancos, universidades, atención mtdica hospitalaria,

62
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

residencias de ancianos, y tambitn a cualquier empleo que


implicara el contacto con otros seres humanos. :e permitió a
las empresas privadas exiNir la inyección como condición para
el empleo y suspender sin sueldo a los que no la cumplieran,
eludiendo así los recursos leNales por despido improcedente.
3os inspectores del Nobierno realizaron controles aleatorios
para aseNurarse de que las empresas cumplían la normativa,
y se animó al público cumplidor a denunciar a cualquier em-
presa que no lo hiciera, con multas por incumplimiento tanto
para las empresas como para los clientes. :e estacionaron
policías armados en los locales más Nrandes para prohibir la
entrada y poner multas. <n portavoz del Gobierno emitió la
siNuiente declaración! “3es insto a que eviten asociarse con
los no vacunados, porque asociarse con los no vacunados
deliberadamente es lo mismo que subirse a un coche con un
conductor borracho”4.
En septiembre de 221, en Melbourne ((ustralia), bajo el
Gobierno de :cott Morrison, en respuesta a las manifestacio-
nes contra 18 meses de encierros periódicos y mandatos de
“vacunación” para los trabajadores de la construcción, policías
antidisturbios armados y paramilitares antiterroristas con más-
caras antiNás atacaron a los manifestantes con balas de Noma,
bolas de pimienta, Nas pimienta, Nranadas stinNer, Nases lacri-
móNenos y coches blindados montados con armas no identi-
Äcadas. 3os manifestantes que se enfrentaron a este arsenal
fueron amenazados además con multas de . dólares.
En octubre de 221, en 0talia, bajo el Gobierno de Mario
DraNhi, estudiantes, profesores y personal ocuparon la <ni-
versidad de Turín en protesta por la imposición de pasaportes
“vacuna” (el llamado “Pase =erde”) como condición para ac-
ceder tanto a la educación como al empleo. En Trieste y Gt-
nova, en respuesta a la huelNa de los trabajadores portuarios
sindicados contra el Pase =erde como condición para trabajar,

63
EL CAMINO AL FASCISM

la policía antidisturbios entró ileNalmente en los puertos,


donde disparó botes de Nas lacrimóNeno y ca|ones de aNua
contra los huelNuistas y sus partidarios, entre los que había
muchas mujeres y ni|os. <n funcionario portuario de Trieste
que llevaba un fajín con los colores nacionales fue Nrabado
haciendo el saludo fascista antes de diriNir a la policía armada
con un ca|ón de aNua al asalto. (l mes siNuiente, el Primer
Ministro prohibió las protestas en 0talia.
En octubre de 221, en Canadá, bajo el Gobierno de 1us-
tin Trudeau, se hizo obliNatoria la inyección con una “vacu-
na” C6=0D-19 para los funcionarios públicos federales y los
trabajadores de industrias reNuladas por el Nobierno federal.
Entre octubre y noviembre se impuso en la mayoría de las
provincias y territorios la prueba de la “vacunación” completa
para los trabajadores sanitarios y los funcionarios públicos,
incluidos los profesores. En 6ntario, la “vacunación” fue obli-
Natoria para cualquier persona mayor de 11 a|os para entrar
en neNocios “no esenciales”, y en muchos otros luNares pú-
blicos del resto de Canadá. En noviembre, el mandato se am-
plió a los trabajadores esenciales, incluidos los camioneros
canadienses, que cruzan las fronteras con EE<<7.
( partir del 1 de noviembre de 221, en 5ueva Aelan-
da, bajo el Gobierno de 1acinda (rdern, la inyección con la
primera dosis de una “vacuna” C6=0D-19 se hizo obliNatoria
para todos los trabajadores de la sanidad, la educación y el
personal penitenciario, con una seNunda inyección obliNatoria
para el 1 de enero de 222, y una inyección denominada “de
refuerzo” para el 24 de febrero. :e impusieron fechas límite
posteriores para el personal de bomberos y emerNencias y el
personal militar. :e permitió a las empresas privadas imponer
la inyección con 1 de las 8 “vacunas” C6=0D-19 autorizadas
por el Nobierno como condición para el empleo8. (rdern ad-
mitió que esto impondría una “sociedad de dos niveles”, en la

64
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

que aquellos que se neNaran a ser inyectados se enfrentarían


a lo que ella denominó restricciones “más duras” de sus de-
rechos y libertades9.
En diciembre de 221, en (lemania, bajo el Gobierno de
6laf :cholz, se obliNaba cada día a los escolares a pasar al
frente de su clase y declarar su estado de “vacunación”. 3os
que estaban vacunados eran aplaudidos, mientras que los
que no lo estaban tenían que explicar por qut no lo estaban.4
En el exterior, se Älmó a aNentes de policía deambulando en-
tre las multitudes de la ciudad, utilizando reNlas de 2 metros
para imponer el distanciamiento social entre los comprado-
res" mientras que los cafts de Berlín que repartían cafts Nratis
tanto a los “vacunados” como a los “no vacunados” fueron
atacados en una campa|a de violencia orquestada por los
medios de comunicación41.
( partir del 7 de diciembre de 221, en Melbourne, (ustra-
lia, el primer ministro del Estado de =ictoria, Daniel (ndre^s,
tiene poder absoluto y no revisable para mantener a la po-
blación encerrada indeÄnidamente. Con 22 días en total, los
residentes de Melbourne habían soportado el encierro acu-
mulado más larNo de cualquier ciudad del mundo" pero seNún
la 3ey de Enmienda de :alud Pública y Bienestar (Gestión de
Pandemias) de 221, el encierro puede aplicarse ahora aun-
que no haya “casos” mtdicos de C6=0D-19 (es decir, pruebas
9T-PC9 positivas), y puede mantenerse durante un periodo
indeÄnido. Quienes incumplan una “orden de pandemia” pue-
den ser multados con hasta 4.2 dólares o enfrentarse a
dos a|os de cárcel, y las empresas a multas de hasta 19.
dólares. 3as protestas no se han prohibido rotundamente,
pero el ministro de :anidad puede detenerlas si lo considera
“razonablemente necesario” para proteNer la salud pública42.
( partir del 1 de enero de 222, en Grecia, bajo el Go-
bierno de 2yriaRos MitsotaRis, la inyección con una “vacuna”

65
EL CAMINO AL FASCISM

C6=0D-19 se hizo obliNatoria para cualquier persona mayor


de  a|os, con una multa de 1 euros por mes de incumpli-
miento a|adida a las facturas de impuestos de los ciudada-
nos. MitsotaRis, antiNuo director Neneral de una empresa de
capital riesNo y Älial del Banco 5acional de Grecia, aÄrmó que
las multas no eran un castiNo, sino un “precio a paNar por la
salud” y un “acto de justicia para los vacunados”4.
El 2 de enero de 221, en BtlNica, bajo el Gobierno de
(lexander de Croo, la policía antidisturbios armada y acora-
zada utilizó Nases lacrimóNenos y ca|ones de aNua en pleno
invierno contra ciudadanos que defendían sus derechos de
reunión y protesta contra los mandatos de “vacunación” en
virtud de la leNislación de la <E44.
( partir del  de febrero de 222, en (ustria, bajo el Go-
bierno de 2arl 5ehammer, la inyección con una “vacuna” C6-
=0D-19 se hizo obliNatoria para cualquier persona mayor de
18 a|os, y los que se neNaran a ello serían conÄnados en
sus casas. El Canciller anunció que toda persona que saliera
de su casa y no pudiera presentar el pasaporte de la vacuna
cuando la detuviera la policía sería multada con una multa de
 euros que aumentaría hasta . euros al a|o, con pe-
nas de prisión de hasta un a|o en caso de impaNo4.
El 12 de febrero de 222, en París, bajo el Gobierno de Em-
manuel Macron, que el mes anterior había declarado que quería
“cabrear” a quienes se neNaban a ser inyectados, 7.2 policías
antidisturbios armados y paramilitares aNredieron violentamente
con porras, Nas pimienta y Nases lacrimóNenos a los manifes-
tantes que protestaban contra los mandatos de vacunación. (l
mismo tiempo, se despleNaron vehículos fuertemente armados y
blindados de la Gendarmería, una fuerza militar francesa, para im-
pedir que  vehículos del “Convoy de la 3ibertad” entraran en
la capital, y se amenazó a los camioneros participantes con una
multa, la prohibición de conducir y hasta dos a|os de cárcel4.

66
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

El 14 de febrero de 222, en Canadá, el primer ministro,


1ustin Trudeau, invocó la 3ey de EmerNencias para otorNarse
poderes de emerNencia y suspender el Parlamento. 3a mi-
nistra de -inanzas, Chrystia -reeland, declaró que se conNe-
larían las cuentas bancarias de cualquiera que protestara o
siNuiera protestando contra los mandatos de las “vacunas”
o hiciera donaciones para Änanciarlas47. -reeland, que for-
ma parte del Consejo de (dministración del -oro Económi-
co Mundial, tambitn anunció que a cualquier empresa cu-
yos camiones se utilizaran en la protesta se le conNelarían
las cuentas bancarias y se le suspendería el seNuro. El 19
de febrero, la policía antidisturbios montada y paramilitares
antiterroristas en vehículos blindados y armados con armas
que disparaban irritantes químicos y porras de impacto di-
recto, Nranadas aturdidoras, Nas pimienta y Nas lacrimóNe-
no, aNredieron violentamente a los manifestantes contra los
mandatos “vacunas”, incluido el “Convoy de la 3ibertad” de
camioneros en la capital, 6tta^a48.
( partir del 14 de febrero de 222, en EE.<<., bajo el Go-
bierno de 1oe Biden, que había aÄrmado en repetidas ocasio-
nes que se trataba de una “pandemia de los no vacunados”,
se hizo obliNatoria la inyección de una “vacuna” C6=0D-19
para el personal sanitario, con una primera dosis antes del
14 de febrero y una seNunda antes del 21 de marzo. :e ame-
nazó a los hospitales, residencias de ancianos y consultorios
que no la cumplieran con perder la Änanciación del Gobierno
para sus proNramas de seNuro mtdico para pacientes. En los
estados de >ashinNton, 5ueva 1ersey, Connecticut, 0llinois,
6reNón y California, y en la ciudad de 5ueva @orR, este man-
dato se ha hecho extensivo a todos los trabajadores de la
administración estatal y de la ense|anza. El mes anterior, el
Tribunal :upremo bloqueó el mandato de la (dministración
Biden, emitido bajo poderes de emerNencia en septiembre de

67
EL CAMINO AL FASCISM

221, seNún el cual las empresas privadas con más de 1


empleados pueden exiNir pruebas semanales de C6=0D-19
a los empleados que no hayan sido “vacunados” comple-
tamente. Este mandato se habría aplicado a 84 millones de
ciudadanos estadounidenses. ( pesar de esta sentencia, mu-
chas empresas siNuen imponiendo la inyección como condi-
ción de trabajo para los empleados, de entrada a sus locales
para los consumidores y de acceso a sus servicios para los
clientes, incluidos los estudiantes49.
( partir del 1 de febrero de 222, en 0talia se hizo obli-
Natoria la inyección con  dosis de una “vacuna” C6=0D-19
para todas las personas de  a|os o más, con una multa de
1. euros en caso de incumplimiento. Como consecuencia
de este mandato, medio millón de italianos mayores de 
a|os han sido suspendidos de empleo y se han quedado sin
sueldo. El primer ministro, Mario DraNhi, ex presidente del
Banco Central Europeo y miembro del G que fue nombra-
do por el presidente italiano, anunció! “3os no vacunados no
forman parte de nuestra sociedad”.
El 2 de marzo de 222, en 5ueva Aelanda, bajo el Gobier-
no de 1acinda (rdern, la policía antidisturbios armada con
Nas lacrimóNeno, spray de pimienta y porras atacó a los ma-
nifestantes del “Campamento de la 3ibertad” contra los man-
datos de vacunación que llevaban tres semanas acampados
frente a la Casa del Parlamento en >ellinNton, lo que provocó
que se prendiera fueNo al campamento1.
( partir del 1 de marzo de 222, en el 9eino <nido, bajo
el Gobierno de Boris 1ohnson, se hizo obliNatoria la inyección
de un ciclo de “vacunas” C6=0D-19 para los trabajadores de
las residencias de ancianos. Esto iba a extenderse a los cen-
tros de asistencia sanitaria y social a partir del 1 de abril, pero
todos los mandatos fueron revocados posteriormente, el 1
de marzo de 222.

68
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

( partir del 1 de marzo de 222, en (lemania, bajo el Go-


bierno de 6laf :cholz, los empleados de los establecimientos
mtdicos tienen que presentar una prueba de un ciclo com-
pleto de inyecciones con las “vacunas” C6=0D-19. En mayo,
en respuesta a las impuNnaciones leNales de miembros de la
profesión mtdica, esta sentencia fue aprobada por el Tribu-
nal Constitucional -ederal. En abril, un proyecto de ley para
hacer obliNatorias las “vacunas” para los mayores de  a|os
fue rechazado en el Parlamento2.
Como ya he dicho, ¦es realmente necesario arNumentar
a favor del fascismo de los Estados-nación que impusieron y
siNuen inÅiNiendo semejante violencia y violación de los de-
rechos humanos de sus poblaciones& Pero, de nuevo, ¦no
queda todo esto en el pasado, una respuesta desafortunada
y quizá demasiado entusiasta a una situación sin precedentes
que ya está prácticamente superada y ahora podemos volver
a alNo parecido a la normalidad, aunque sea la “5ueva 5or-
malidad”, “reconstruida mejor” y más preparada para futuras
pandemias& Es en parte para desaÄar este punto de vista, que
ha disipado Nran parte de la antiNua oposición al Estado de
BioseNuridad Global, por lo que estoy escribiendo este libro.
Echemos un vistazo más de cerca, entonces, a lo que ocurrió,
está ocurriendo ahora y está a punto de ocurrir en el futuro in-
mediato a las antiNuas sociedades neoliberales de 6ccidente
desde la perspectiva de los derechos humanos y su subordi-
nación al “bien común” declarado por nuestros Nobiernos.

2. Borrar los derechos humanos

:eNún un informe sobre “Cuestiones leNales en torno a la


vacunación obliNatoria contra el virus C6=0D-19” publicado
por el Parlamento Europeo, a partir del 14 de marzo de 222,
se han suspendido los mandatos de “vacunación” en (ustria,

69
EL CAMINO AL FASCISM

pero se volverá a evaluar su reimposición en previsión de la


próxima oleada de infecciones este oto|o. <n ciclo completo
de “vacunación” –aunque lo que constituye esta desiNnación
arbitraria cambia seNún las declaraciones de las empresas far-
mactuticas que producen las “vacunas”– siNue siendo obliNa-
torio para determinados Nrupos de edad en 0talia y Grecia" y
para determinadas cateNorías de trabajadores (de la sanidad
y los servicios públicos, incluidas las escuelas) en (lemania,
-rancia, 0talia, Grecia, HunNría y 3etonia" y los empresarios pue-
den imponerlas a los trabajadores como condición de empleo
en HunNría y Estonia" mientras que el acceso a determinados
espacios públicos (incluidos el transporte público, las oÄcinas
de correos, los bancos, los comedores laborales, los restau-
rantes, los hoteles, los establecimientos de restauración, las
instalaciones deportivas, las recepciones, los conNresos, los
balnearios, los parques de atracciones, los centros de jueNo,
las discotecas y los centros culturales) sólo se permitió a las
personas desiNnadas como “vacunadas” en (lemania, -rancia,
0talia y 3etonia" y, salvo en 3ituania, Eslovenia y :uecia, todos
los Estados miembros de la <nión Europea seNuían exiNiendo
a los viajeros procedentes de otros Estados miembros que pre-
sentaran un pasaporte de “vacunado”, aunque en aNosto de
222 todos los países de la <E, salvo Espa|a, los Países Bajos,
Eslovaquia y 3etonia, habían eliminado este requisito.
En muchos de estos países –entre ellos (lemania, -ran-
cia, 0talia, Grecia y HunNría– los trabajadores han impuNnado
judicialmente los mandatos de “vacunación” aleNando que
se estaban vulnerando sus derechos humanos en virtud del
Convenio Europeo de Derechos Humanos (y en concreto el
artículo 8, que reconoce el derecho a la vida privada y familiar
y proteNe, por tanto, la inteNridad física de la persona)" y en
cada caso el Tribunal Constitucional desestimó sus demandas
por dos motivos. En primer luNar, que dado que los mandatos

70
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

son una condición para que siNan trabajando en una industria


concreta y, por tanto, no son obliNatorios –“obliNatorio” siNni-
Äca, en ttrminos jurídicos, el acuerdo entre empleado y em-
pleador para cumplir un requisito de su empleo–, los trabaja-
dores son libres de abandonar esa industria y buscar empleo
en otro luNar. @ en seNundo luNar, que la inyección con una
“vacuna” C6=0D-19 a un Nrupo demoNráÄco determinado (ya
se deÄna por edad o a toda la población nacional) redunda en
interts de la salud pública y, por tanto, se ajusta a las con-
diciones del Convenio Europeo de Derechos Humanos para
interferir en derechos cualiÄcados (artículos 8, 9, 1 y 11) con
el Än de proteNer la seNuridad pública. :e pueden decir varias
cosas sobre estas sentencias judiciales.
En primer luNar, que dictaminar que un trabajador que
puede haberse formado y trabajado durante a|os en un sec-
tor determinado, siendo el principal ejemplo el de la atención
sanitaria, es libre de encontrar un nuevo empleo supone una
clara violación del primer requisito del tratamiento mtdico se-
Nún la leNislación británica, comunitaria e internacional, que
es que debe ser voluntario y no estar inÅuido por la presión
de la profesión mtdica o de cualquier otra persona4. Por
ejemplo, seNún el artículo  de la Declaración <niversal sobre
Biottica y Derechos Humanos, que fue adoptada por la 6rNa-
nización de las 5aciones <nidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura (<5E:C6) en 2!
Toda intervención médica preventiva (sic), diagnóstica y
terapéutica sólo debe realizarse con el consentimiento previo,
libre e informado de la persona interesada. El consentimiento
deberá ser, en su caso, expreso y podrá ser retirado por la per-
sona interesada en cualquier momento y por cualquier motivo
sin que ello suponga desventaja o perjuicio alguno.
Esto excluye que las mascarillas, las pruebas PC9 y las va-
cunas sean obliNatorias, o que quienes se nieNuen a cumplirlas

71
EL CAMINO AL FASCISM

sean multados, detenidos o privados de sus libertades. Más


concretamente en lo que respecta a las “vacunas” C6=0D-19,
seNún la 9esolución 21 del Consejo de Europa, adoptada
por la (samblea Parlamentaria el 21 de enero de 221, los
Estados miembros de la <E deben
7.3.1. aseNurarse de que se informa a los ciudadanos de
que la vacunación no es obliNatoria y de que nadie está
sometido a presiones políticas, sociales o de otro tipo
para vacunarse si no desea hacerlo"
7.3.2. Narantizar que no se discrimine a nadie por no ha-
berse vacunado, debido a posibles riesNos para la salud
o por no querer vacunarse.

Esta resolución ha sido completamente iNnorada por los


tribunales constitucionales de estos estados nacionales eu-
ropeos. (menazar a un trabajador con prohibirle el ejercicio
de su profesión u oÄcio es claramente un incumplimiento de
esta 9esolución, así como un incumplimiento por parte de
los tribunales de los países correspondientes de los derechos
del individuo seNún la leNislación de la <E. De hecho, este
fracaso ha caracterizado todas las resoluciones judiciales en
el Estado de BioseNuridad Global, y el 9eino <nido no es una
excepción a esta reNla.
En seNundo luNar, los derechos humanos se redactaron
en la Declaración <niversal de los Derechos Humanos (1948)
y en el Convenio Europeo de Derechos Humanos (19)
desputs de la :eNunda Guerra Mundial no sólo para dar al
capitalismo un barniz de moralidad en su Guerra -ría con la
moralidad más obvia del socialismo, sino precisamente para
proteNer al individuo del Estado –y especíÄcamente del retor-
no del Estado fascista–. Por lo tanto, no deben abandonarse
cuando el Estado –fascista o no– dictamina que deben limi-
tarse por lo que el Nobierno decide que es el bien común, ya

72
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

sea la salud pública o la seNuridad del Estado. Es contra la


arbitrariedad de esas decisiones, sobre las que se construyó
históricamente el Estado fascista, que los derechos humanos
y su arbitraje leNal pretenden proteNer al individuo. @ aunque
los derechos del individuo deben equilibrarse necesariamen-
te con los de la colectividad, ese equilibrio se ha escrito, en
primer luNar, en la formulación oriNinal de esos derechos en
el texto del Convenio Europeo de Derechos Humanos y, en
seNundo luNar, en la orientación sobre ese equilibrio en la ju-
risprudencia elaborada por el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos en el ejercicio de sus funciones.
Que estos derechos y libertades sean ahora dejados de
lado a instancias de los Nobiernos de los estados miembros
sobre la base no examinada y ampliamente cuestionada de
que “vacunas” de eÄcacia no probada, peliNros probados, le-
siones documentadas incluyendo muertes, ensayos clínicos
apresurados, contenido dudoso, biotecnoloNía experimental,
datos de ensayos censurados y consecuencias desconocidas
a larNo plazo –y que han sido ordenadas para proteNernos de
un virus que es casi exclusivamente una amenaza para los
ancianos y los que ya padecen enfermedades potencialmen-
te mortales– son más importantes para el bien público que
nuestros derechos humanos, demuestra lo dtbiles que son
los tribunales tanto nacionales como internacionales a la hora
de proteNernos del Estado de BioseNuridad Global. De he-
cho, lejos de ofrecer un medio para exiNir responsabilidades a
los Nobiernos nacionales que aplican el Estado de BioseNuri-
dad Global, los tribunales se han convertido en el medio para
hacer cumplir su borrado de nuestros derechos y libertades.
En virtud del artículo 11 de la Carta :ocial Europea, las par-
tes contratantes están obliNadas a “adoptar las medidas apro-
piadas destinadas, entre otras cosas! () a prevenir en la me-
dida de lo posible las enfermedades epidtmicas, endtmicas

73
EL CAMINO AL FASCISM

y de otra índole”7. El Comitt Europeo de Derechos :ociales


ha interpretado que esto requiere que los Estados miembros
“Naranticen niveles elevados de inmunización”. :in embarNo,
el Comitt Europeo de Derechos :ociales nunca ha abordado
la cuestión de si se pueden alcanzar altas tasas de inmuni-
zación mediante la vacunación obliNatoria" ni, lo que es más
importante, la cuestión de si el enmascaramiento obliNato-
rio, el distanciamiento social, el rastreo de contactos, las res-
tricciones de cierre, los pasaportes “vacunales” y todas las
demás “medidas” impuestas políticamente hicieron o hacen
alNo para prevenir la propaNación de un virus respiratorio en
circulación desde Änales de 219.
@ en tercer luNar, esta subordinación del individuo y de
sus libertades a un “bien común” declarado por el Nobierno
del Estado-nación es uno de los fundamentos políticos del
fascismo histórico. En 3a doctrina del fascismo se aÄrma!
Fuimos los primeros en aÄrmar, frente al individualismo
liberal, que el individuo sólo existe en la medida en que está
dentro del Estado y sometido a las exigencias de éste, y que,
a medida que la civilización asume aspectos cada vez más
complicados, la libertad individual se restringe cada vez más.
El concepto de libertad no es absoluto porque nada lo es
en la vida. 3a libertad no es un derecho, es un deber. No es
un don, es una conquista; no es igualdad, es un privilegio. El
concepto de libertad cambia con el paso del tiempo. Hay una
libertad en tiempos de paz que no es la libertad de los tiempos
de guerra. Hay una libertad en tiempos de prosperidad que no
es la libertad que se permite en tiempos de pobreza8.
3a estructura de todo Estado exiNe que el individuo su-
bordine su libertad abstracta al bien común de acuerdo con la
ley. Es esto, al menos en principio, lo que Narantiza la protec-
ción del individuo por parte del Estado. Pero iNual de impor-
tante para este contrato social es la protección del individuo

74
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

frente al Estado. (rNumentar –como ha hecho el :ecretario


de Estado de 1usticia para justiÄcar la inminente reforma de
la 3ey de Derechos Humanos de 1998 por parte del Nobierno
británico– que nuestros derechos individuales deben equili-
brarse con la “responsabilidad personal” y el “interts público
más amplio” es soÄstería política9. 5o es función de los No-
biernos dictar las responsabilidades de sus ciudadanos. En
esa vía se encuentra el fascismo. El equilibrio entre los dere-
chos del individuo y del Estado es precisamente para lo que
se escribieron los derechos humanos. 3os derechos humanos
se describen en la Declaración de 0ndependencia de Estados
<nidos de 177, en la Declaración de los Derechos del Hom-
bre y del Ciudadano de 1789 y en la Declaración <niversal de
los Derechos Humanos de 1948 como “inalienables” precisa-
mente porque no están sujetos a las revisiones de los Nobier-
nos individuales que aÄrman que deben subordinarse a lo que
ellos decidan que es el bien común. Por eso se llaman dere-
chos humanos y no obliNaciones de ciudadanía" y el borrado
de los primeros por el Estado de BioseNuridad Global desde
marzo de 22 –y, lo más preocupante de todo, la obediencia
de sus poblaciones nacionales a su borrado– ha sentado las
bases para el reNreso del fascismo en la actualidad.
Durante los últimos dos a|os y medio, en los que nues-
tros Nobiernos nos han dicho repetidamente que “estamos en
Nuerra” –por ejemplo, por parte del presidente francts, Em-
manuel Macron, en marzo de 22, al anunciar el bloqueo na-
cional de -rancia–, los ciudadanos previamente pensantes de
los Estados neoliberales han subordinado de buen Nrado, e
incluso aleNremente, sus derechos y libertades individuales a
los “requisitos” del Estado de BioseNuridad Global, y han en-
treNado la responsabilidad y el juicio para decidir cuáles son
esos requisitos a los Nobiernos nacionales, las corporacio-
nes multinacionales y las tecnocracias internacionales. En

75
EL CAMINO AL FASCISM

un periodo de tiempo asombrosamente corto, un Nran núme-


ro de personas que antes mantenían una sana sospecha de
los Nobiernos, las empresas farmactuticas, las empresas de
tecnoloNía de la información y los medios de comunicación
corporativos han tomado la decisión de creer todo y cualquier
cosa que diNan con una convicción que sólo puede descri-
birse como “fe cieNa”. 5o se trata, sin embarNo, de una for-
ma de hipnosis o psicosis como alNunos han aÄrmado, sino
más bien del efecto y el producto del retorno del fascismo en
nuestro Nobierno, nuestras corporaciones, nuestros medios
de comunicación y nuestra sociedad, y del impacto y el txito
de dos a|os de implacable propaNanda que continúa hasta
hoy.1 Ciertamente, la susceptibilidad del público a esta pro-
paNanda ha adquirido dimensiones hipnóticas, con adultos
por lo demás racionales que dejan morir a sus padres solos y
sin tratamiento mtdico en centros asistenciales cuando se les
ordena hacerlo, que inyectan a sus hijos biotecnoloNía expe-
rimental para una enfermedad a la que estadísticamente son
inmunes, y que se hacen lo mismo a sí mismos en aras de
unas vacaciones de verano en el extranjero. :in embarNo, los
intentos de explicar el apoyo masivo al Estado de bioseNuri-
dad Nlobal en ttrminos de psicoloNía individual o de masas
corren el riesNo de despolitizar el Estado de bioseNuridad Nlo-
bal. (l aceptar esta explicación, los últimos dos a|os y medio
de cobardía, acatamiento y colaboración se transforman en
una aberración temporal en nuestras democracias neolibera-
les excusada y quizá necesaria por una amenaza Nlobal a la
salud pública, en luNar de ser identiÄcada como lo que es, que
es una revolución en el capitalismo occidental que necesita la
imposición de una superestructura fascista capaz de viNilar,
controlar y reprimir la resistencia social y política prevista.
En “El declive del Estado-nación y el Än de los derechos del
hombre”, capítulo 9 de 3os orígenes del totalitarismo (191),

76
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Hannah (rendt, la teórica política alemana huida del Tercer


9eich, nos recordaba que la historia ha demostrado repetida-
mente que, sin una nación, una ciudadanía y un Estado que
los deÄenda, los derechos humanos valen poco o nada2. De
hecho, la 3ey sobre la 9evocación de 5aturalizaciones y la
Privación de la Ciudadanía (lemana de julio de 19 revocó la
ciudadanía a los judíos alemanes naturalizados y a los que el
Gobierno del 5:D(P consideraba “indeseables”. ( esto le si-
Nuió, en septiembre de 19, la 3ey de Ciudadanía del 9eich,
en virtud de la cual se despojaba de la ciudadanía alemana
a los desiNnados como judíos y, en su luNar, se les convertía
en “súbditos del Estado”. Esto se deÄnió como ºuna persona
que disfruta de la protección del 9eich alemán y, en conse-
cuencia, tiene obliNaciones especíÄcas hacia tl». -inalmente,
en noviembre de 1941, el <ndtcimo Decreto sobre la 3ey de
Ciudadanía del 9eich despojó a los judíos de los derechos
que les quedaban como súbditos del Estado, estipulando que
cualquier judío que viviera fuera de (lemania dejaba de ser
ciudadano. Por tanto, el primer acto de los Estados fascis-
tas –ya sea el Tercer 9eich despojando a judíos y comunistas
de la ciudadanía alemana, el Estado de 0srael despojando a
palestinos y beduinos de la ciudadanía israelí, la <nión Euro-
pea declarando inmiNrantes ileNales a los refuNiados de las
Nuerras y la violencia política en Ífrica y 6riente Próximo, o
los Estados nación de la bioseNuridad Nlobal imponiendo pa-
saportes “vacunas” como condición para la ciudadanía y sus
diriNentes, como hemos visto, describiendo a los que no obe-
decen como si ya no formaran parte de la sociedad– es con-
vertir a sus víctimas en apátridas. =olvert sobre este fracaso
sisttmico de los derechos humanos cuando más se necesi-
tan en el capítulo 8, donde analizart las ttcnicas por las que
el Estado de bioseNuridad, como espacialización permanen-
te del estado de emerNencia, reduce a sus ciudadanos a su

77
EL CAMINO AL FASCISM

existencia biolóNica" pero por ahora basta con reconocer que


el Estado de bioseNuridad Nlobal, en los dos primeros a|os y
medio de su construcción, se ha ediÄcado sobre un terreno
borrado de derechos humanos.
Por último, el hecho de que los mandatos sobre “vacu-
nas”, las leyes para su aplicación y los castiNos por incum-
plimiento hayan sido suspendidos recientemente en alNunos
Estados nacionales, lejos de ser el motivo de celebración que
han sido incluso entre quienes se oponen a las normativas
y proNramas del Estado de bioseNuridad, no siNniÄca que
los Nobiernos de las antiNuas democracias neoliberales de
6ccidente no esttn dispuestos a utilizar toda la fuerza y la
violencia del Estado para impulsar esta revolución del capi-
talismo Nlobal. @ no debemos olvidar que el ineÄcaz y peli-
Nroso proNrama de “vacunación” masiva continúa sin cesar,
habitndose extendido desde abril en el 9eino <nido a los ni-
|os de entre  y 11 a|os" y los datos e informes sobre sus
efectos neNativos, que están aumentando en Nravedad e inci-
dencia, siNuen siendo suprimidos, censurados y se les nieNa
la investiNación. En aNosto, el Consejo de Ministros alemán
acordó un paquete de restricciones que entrarán en viNor en
octubre y que incluyen el uso obliNatorio de mascarillas en el
transporte público, hospitales y residencias, supermercados,
tiendas y otros espacios públicos cerrados4. Por último, en el
transcurso de la redacción de este libro, la amenaza del cierre
patronal ha vuelto a suspenderse sobre nuestras cabezas, la
hoja del hacha colocada suavemente sobre nuestros cuellos.
De hecho, los actuales cierres patronales de ciudades en Chi-
na, siNuiendo la estrateNia mtdicamente disparatada del Go-
bierno de “cero C6=0D”, son aún más severos y se imponen
con mayor brutalidad que el que desencadenó cierres patro-
nales imitadores en todo 6ccidente en 22, para asombro
y reNocijo de los Nobiernos occidentales que creían que sus

78
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

poblaciones nunca tolerarían semejante autoritarismo. 5o, no


hay nada que celebrar en esta pausa para respirar antes de
la Nuerra que se avecina entre las poblaciones del mundo y
el Estado de BioseNuridad Global que se está construyen-
do alrededor, entre y dentro de nosotros –al servicio del cual,
para hacernos eco de 3a +octrina del Fascismo, se pondrán
todas las fuerzas políticas, económicas y espirituales del Es-
tado-nación.

3. Hacia una tecnocracia internacional

3a Nuerra de <crania desempe|ó sin duda un papel ca-


talizador en la inesperada pausa de dos a|os de implacable
desmantelamiento de nuestros derechos, libertades y de-
mocracias. Como suNerí en mi prefacio, este partntesis es
comparable a la llamada “Nuerra falsa” entre la declaración
de Nuerra en Europa en septiembre de 199 y el inicio de las
hostilidades en abril de 194. Tal vez a 6ccidente le resulta-
ría difícil ponerse su habitual máscara de Ärme defensor de
la democracia y valiente defensor de los derechos humanos
si sus poblaciones vivieran bajo restricciones de bloqueo, su
ciudadanía dependiera de la obediencia a mandatos que vio-
lan la leNislación nacional y de la <E" y nuestros Nobiernos
y medios de comunicación corporativos han estado tan dis-
puestos a sacar a relucir estos viejos y cansinos estereotipos
como nosotros a aceptarlos, como si la memoria de los dos
a|os anteriores se hubiera borrado con un solo ondear de la
ahora omnipresente bandera ucraniana. 6 quizás no. Es mu-
cho más probable, como expondrt en el próximo capítulo,
que la imposición de sanciones económicas a 9usia por parte
de 6ccidente haya servido para prolonNar el tiempo de ajuste
de cuentas para el reembolso de las enormes sumas de dinero
electrónico que se inyectaron en el sistema Änanciero mundial

79
EL CAMINO AL FASCISM

en colapso en los meses inmediatamente anteriores a que el


coronavirus fuera declarado “pandemia” por la 6rNanización
Mundial de la :alud. Esto ha permitido a nuestros Nobiernos
amontonar aún más deuda en el futuro para paNar los Nastos
del presente, a la vez que presentaban una explicación fácil de
entender y un conveniente villano al que culpar de la espiral
inÅacionista ahora tildada de “crisis del coste de la vida”.
(demás, alNunos comentaristas atribuyeron la relajación
temporal de las restricciones a la proximidad de las eleccio-
nes Nenerales en, sobre todo, -rancia (abril), (ustralia (mayo),
(ustria (septiembre) y Estados <nidos (noviembre). :in em-
barNo, la reelección de 1acinda (rdern como Primera Minis-
tra de 5ueva Aelanda con una victoria aplastante en octubre
de 22 suNiere que la mayoría de las poblaciones que han
vivido la revolución de los últimos dos a|os y medio siNuen
creyendo que ha sido “por su propio bien”, y que los actuales
titulares serán reeleNidos para continuar la construcción del
Estado Mundial de la BioseNuridad. Pero incluso si no lo son,
el consenso de todos los partidos políticos en las leNislatu-
ras de estas antiNuas democracias neoliberales suNiere iNual-
mente que poco o nada cambiaría bajo nuevos Nobiernos. De
hecho, si el Partido 3aborista formara Nobierno en el 9eino
<nido, es probable que vivitramos bajo alNunas de las res-
tricciones más estrictas a nuestras libertades de cualquiera
de estos Estados nación.
3o que los últimos dos a|os y medio han demostrado
–y que quizá sea más incontrovertible que cualquiera de las
otras crisis periódicas entre las que vivimos en 6ccidente– es
que, tras la fachada de democracia que estos Nobiernos na-
cionales están ahí para representar, se esconde el imperio de
una tecnocracia internacional de la que las 5aciones <nidas
y la <nión Europea son los modelos heredados del pasado,
y la 6rNanización Mundial de la :alud y el -oro Económico

80
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

Mundial son los del presente. Del mismo modo que las insti-
tuciones del Estado británico –la Corona, el poder leNislativo,
el poder judicial, la función pública, los servicios de seNuridad,
el ejtrcito, las fuerzas policiales, el sector Änanciero, los me-
dios de comunicación– mantendrán su control del poder inde-
pendientemente del partido político que resulte eleNido para el
Gobierno del 9eino <nido, las orNanizaciones internacionales
que administran el Estado de BioseNuridad Global seNuirán
aplicando la revolución del capitalismo occidental a la nueva
forma de Nobierno tecnocrático independientemente de los
Nobiernos nacionales que ejecuten sus mandatos sobre sus
poblaciones. Como ejemplo de lo que nos espera, dos días
desputs de su reelección como presidente de -rancia, el 24
de abril de este a|o, Emmanuel Macron, en cumplimiento de
la decisión de la Comisión Europea de junio de 221 de crear
un marco europeo de identidad diNital, anunció el :ervicio de
Garantía de 0dentidad DiNital para el electorado francts, el
8 del cual no votó por tl.
En el 9eino <nido, que ha emerNido como uno de los esta-
dos nación con las reNulaciones de bioseNuridad menos seve-
ras, un ejemplo de cómo el estado de bioseNuridad continuará
implementándose fuera del contexto inmediato de la “crisis”
del coronavirus –y en su luNar se basará en un modelo de No-
bierno autoritario con cuyo cumplimiento la crisis ha demos-
trado la obediencia casi total de la población– la leNislación
recientemente aprobada e inminente en el 9eino <nido incluye
las siNuientes 3eyes y Proyectos de 3ey del Parlamento. Este
es el estado fascista en formación, para el que los dos a|os
anteriores han preparado nuestra aquiescencia y colaboración,
y demuestra por qut ninNuno de nosotros debería celebrar la
suspensión de las restricciones justiÄcadas por el coronavirus.
3a 3ey de 0nfraestructuras de Telecomunicaciones (Propie-
dad (rrendada) de 221 modiÄca la 3ey de Comunicaciones

81
EL CAMINO AL FASCISM

de 2 para permitir a los operadores de redes de teleco-


municaciones acceder a ediÄcios de viviendas múltiples,
obviamente bloques de pisos municipales propiedad de las
autoridades locales, para eriNir transmisores o receptores de
comunicaciones. De este modo se da cabida a la instalación
de la nueva tecnoloNía G (quinta Neneración) en la que se
basará la Cuarta 9evolución 0ndustrial, y especialmente el 0n-
ternet de las Cosas y el 0nternet de los Cuerpos, para el salto
cuántico en la capacidad informática necesaria para la amplia-
ción de las capacidades de viNilancia, recopilación de datos
e interconexión del estado de bioseNuridad del 9eino <nido.
3a 3ey de :ervicios -inancieros de 221 modiÄca la 3ey
(ntiterrorista, contra la Delincuencia y de :eNuridad de 21
y la 3ey de Productos del Delito de 22 en lo que respecta
a la conÄscación de dinero, de modo que se apliquen al dine-
ro depositado en cuentas mantenidas en entidades de dinero
y de paNo eltctrónicas. Esto permite que los fondos se reti-
ren automáticamente de la cuenta de una persona en caso,
por ejemplo, de impaNo de multas por incumplimiento de los
mandatos de “vacunación” o, como se aplicó en Canadá, de
apoyo o participación en protestas contra dichos mandatos.
3a 3ey de :anidad y (sistencia :anitaria de 222, como parte
del Plan a 3arNo Plazo del 5H:, impulsó la privatización y la
externalización del :ervicio 5acional de :alud, otorNa al :e-
cretario de Estado autoridad sobre el 5H: y convierte en órNa-
nos estatutarios a 42 sistemas de asistencia inteNrada con po-
der sobre la puesta en marcha y el Nasto del 5H: en 0nNlaterra.
3a 3ey de Policía, Delincuencia, :entencias y Tribunales
de 222 faculta a la policía para imponer condiciones a las
manifestaciones, incluido el luNar donde se celebran, y que
no causen “malestar”, “molestias” o “interrupciones”, todo
lo cual constituye ahora un delito penal castiNado con hasta
1 a|os de cárcel, prohibiendo de hecho las protestas en el

82
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

9eino <nido en contravención del Convenio Europeo de Dere-


chos Humanos (artículo 11, 3ibertad de reunión y asociación).
Tambitn permite que la policía tenNa acceso a nuestros his-
toriales educativos y sanitarios privados, tipiÄca como delito
el allanamiento de terrenos de propiedad privada y aumenta
la pena máxima por da|ar un monumento conmemorativo de
 meses a 1 a|os.
3a 3ey de 9evisión 1udicial y Tribunales de 222 faculta a
los tribunales de justicia para suspender y limitar las impuNna-
ciones de los ciudadanos británicos a la leNalidad y la repa-
ración de las decisiones y acciones del Gobierno británico y
otros orNanismos públicos, haciendo que el Estado británico
de bioseNuridad sea aún menos responsable ante el escrutinio
público y la responsabilidad leNal de lo que era bajo el periodo
de emerNencia de dos a|os declarado en marzo de 22.
3a 3ey de 5acionalidad y -ronteras de 222 faculta al mi-
nistro del 0nterior para revocar, sin notiÄcación previa, la ciu-
dadanía británica a cualquier persona que no haya nacido en
el 9eino <nido, que tenNa doble nacionalidad, que se consi-
dere una amenaza para la seNuridad nacional o cuyo compor-
tamiento se considere “inaceptable”. Como hizo el anterior
ministro del 0nterior, :ajid 1avid, en 219 con :hamina Be-
Num, una ciudadana británica que a los 1 a|os fue a unirse
al Estado 0slámico, esto dejará a esas personas apátridas y,
por tanto, efectivamente sin derechos humanos. Hacitndose
eco de Mussolini en 3a doctrina del fascismo, la ex ministra
del 0nterior, Priti Patel, describió este a|o la ciudadanía britá-
nica como un “privileNio” y no como un derecho humano.7
3a 3ey Electoral de 222, a pesar de la ínÄma incidencia del
fraude electoral en el 9eino <nido, convierte la prueba de
identiÄcación del votante en un requisito para votar, y muy
probablemente se utilizará para imponer la identidad diNital
ya introducida bajo la apariencia del 5H: Covid Pass.

83
EL CAMINO AL FASCISM

El Proyecto de 3ey de 6rden Público ampliará los pode-


res de la policía para criminalizar la protesta mediante la am-
pliación de los poderes de detención y reNistro para permitir a
la policía buscar y conÄscar objetos que puedan ser utilizados
en la comisión de un delito relacionado con la protesta" así
como mediante la introducción de Órdenes de Prevención de
Perturbaciones Graves (:DP6) que prohíben a un individuo
estar en un luNar determinado, estar con determinadas per-
sonas, tener determinados artículos en su posesión y utilizar
0nternet para facilitar o animar a las personas a cometer un
delito relacionado con la protesta. El tribunal tambitn puede
exiNir a una persona sujeta a una :DP6 que lleve una etiqueta
electrónica. El incumplimiento de una :DP6 será un delito
penal que conllevará una pena máxima de seis meses de pri-
sión, una multa ilimitada o ambas cosas.
El proyecto de ley sobre seNuridad en línea cederá la au-
toridad para viNilar 0nternet a las empresas de tecnoloNías
de la información, que estarán obliNadas y facultadas para
censurar y bloquear el acceso a contenidos en línea conside-
rados “lícitos pero perjudiciales”. Esto incluye, por ejemplo,
información sobre las reacciones adversas, incluidas lesio-
nes y muerte, a la biotecnoloNía experimental administrada
como vacunas, que a juicio del Estado puede inhibir el cum-
plimiento de un determinado proNrama de “vacunación” tanto
por parte de adultos como de ni|os, exponitndoles así, en
lo que respecta a esta leNislación, a los efectos de un virus
y, por tanto, causándoles da|os. Por lo tanto, bajo la cober-
tura de proteNernos de contenidos nocivos, esta leNislación
formalizará la censura Neneral de todo y de cualquiera que
desafíe o cuestione la base mtdica y racional del proNrama
de “vacunación” del Gobierno, que se ha demostrado que
tiene poco o ninNún beneÄcio mtdico, un impacto neNativo
considerable en la salud y la vida de millones de británicos

84
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

y consecuencias desconocidas en el futuro. (nticipándose a


estas prácticas, este mes de septiembre la multinacional de
tecnoloNía Änanciera PayPal retiró sus servicios de paNo en
línea a los Nrupos que consideraba que no cumplían con el
estado de bioseNuridad del 9eino <nido, entre ellos la -ree
:peech <nion, una orNanización que ha hecho campa|a para
defender la libertad de conciencia y de expresión contra la
censura justiÄcada por el coronavirus" The Daily :ceptic,
un sitio ^eb de noticias que ha dado una plataforma a los
censurados por los medios de comunicación de propiedad
corporativa por desaÄar la narrativa del Gobierno sobre la
“pandemia”" <s-orThem, un Nrupo de padres que hizo cam-
pa|a para mantener las escuelas abiertas durante el cierre
patronal" 3a^ or -iction, un Nrupo de aboNados que preten-
día asesorar al público y pedir cuentas al Gobierno sobre la
leNalidad de las normativas justiÄcadas por el coronavirus
que estaba convirtiendo en ley" y 3eft 3ocRdo^n :ceptics,
un Nrupo de izquierdas que ha cuestionado la colaboración
de la izquierda británica con el Estado de bioseNuridad.
3a reforma de la 3ey de Derechos Humanos por una Carta
Moderna de Derechos subordinará los derechos existentes a
la “protección pública” y a la “seNuridad nacional”, borrándo-
los de hecho como recurso leNal para los ciudadanos britá-
nicos. (l convertir al peor Parlamento de la historia británica
en la fuente última de las leyes que afectan a la población
británica, el 9eino <nido romperá de hecho sus obliNacio-
nes en virtud de las leyes y acuerdos europeos e interna-
cionales sobre derechos humanos. Entre ellos se incluyen
el CódiNo de 5uremberN (1947), la Declaración <niversal de
los Derechos Humanos (1948), el Convenio Europeo de De-
rechos Humanos (19), el Pacto 0nternacional de Derechos
Civiles y Políticos (19), la Convención de las 5aciones <ni-
das sobre los Derechos del 5i|o (1991), el Convenio para la

85
EL CAMINO AL FASCISM

Protección de los Derechos Humanos y la DiNnidad Humana


del :er Humano con respecto a las (plicaciones de la Bio-
loNía y la Medicina (1997), y la Declaración <niversal sobre
Biottica y Derechos Humanos (2), todos los cuales han
fracasado notablemente a la hora de proteNer o incluso de-
fender nuestros derechos humanos en respuesta al crecien-
te autoritarismo de los Nobiernos occidentales en los últimos
dos a|os y medio. <na vez más, pues, esta leNislación for-
malizará las actuaciones del Gobierno, el Parlamento y los
tribunales británicos durante la “crisis” del coronavirus.
Esta separación del Estado-nación de las leyes y acuerdos
internacionales y la suspensión de los derechos humanos bajo
un estado de emerNencia permanente fueron características
deÄnitorias de los Nobiernos de los Estados fascistas históri-
cos. :in embarNo, al mismo tiempo, el Gobierno británico está
dispuesto a suscribir la resolución de la 6rNanización Mundial
de la :alud sobre Prevención, Preparación y 9espuesta ante
una Pandemia, para la que más de 7 Estados miembros, entre
ellos la <nión Europea y el 9eino <nido, aboNan por un trata-
do internacional sólido y jurídicamente vinculante. Parece que,
cuando sirve para expandir y aumentar el poder del Estado de
BioseNuridad Global sobre la población nacional, el Gobierno
del 9eino <nido que fue eleNido con una mayoría de 8 esca-
|os tras el refertndum del Brexit está, no obstante, más que
dispuesto a ceder la soberanía del 9eino <nido a formas de
Nobierno Nlobales y tecnocráticas que pretenden reducirnos a
una forma neofeudal de capitalismo. En la práctica, sin embar-
No, en luNar de liberar a los Estados nación de su soberanía,
este tratado permitirá a los Nobiernos nacionales justiÄcar y ex-
cusar las consecuencias de futuras decisiones sobre cierres,
enmascaramientos, mandatos de “vacunas” y todas las demás
normativas, proNramas y tecnoloNías de bioseNuridad como
decisiones ttcnicas de una tecnocracia sanitaria internacional,

86
EL ESTADO FASCISTA Y LOS DERECHOS HUMANOS

y al hacerlo despolitizar y por tanto eliminar de la impuNnación


su Nobernanza del Estado Global de BioseNuridad.
Basándose en este modelo tecnocrático de Nobernanza
Nlobal, se están introduciendo en el 9eino <nido la 0dentidad
DiNital, la Moneda DiNital del Banco Central (CBDC), la 9en-
ta Básica <niversal (9B<), los criterios medioambientales,
sociales y de Nobernanza (E:G), los 6bjetivos de Desarrollo
:ostenible (6D:), el Crtdito :ocial, el 0nternet de las Cosas
(0oT) y el 0nternet de los Cuerpos (0oB), las Ciudades 0nteli-
Nentes, el 9econocimiento -acial y otros proNramas del Gran
9eajuste sin que el electorado –como el de cualquier otro Es-
tado nación de 6ccidente– tenNa voz ni voto, ni siquiera un
debate en el Parlamento8. En su luNar, al iNual que la quinta
Neneración de redes de telefonía móvil introducida en el 9ei-
no <nido en 219 sin nada más que una Nuía de buenas prác-
ticas publicada tardíamente por el Gobierno en 222, estos
proNramas serán impuestos unilateralmente por comitts de
tecnócratas procedentes del sector privado como si fueran
meras actualizaciones de las capacidades tecnolóNicas de la
infraestructura del Estado, en luNar de los medios para provo-
car un cambio cualitativo en el poder del Estado sobre la po-
blación9. 3a Cuarta 9evolución 0ndustrial que impulsa el Gran
9eseteo no es sólo una revolución en nuestra tecnoloNía, sino
tambitn en las formas de Nobierno bajo las que vivimos, des-
de las democracias parlamentarias eleNidas de los Estados
nación hasta una tecnocracia corporativa internacional que
no rinde cuentas.7 Más allá de la masa leNislativa que está a
punto de deshacer tres cuartos de siNlo de derechos huma-
nos y libertades en Europa, tstas son las armas del fascismo
en el siNlo ??0" y las defensas que nos quedaban contra ellas
tras cuarenta a|os de neoliberalismo han sido desmantela-
das en los últimos dos a|os y medio en nombre de ese “bien
común” que ahora llamamos Estado de BioseNuridad Global.

87
4.
el fascismo
y la decadencia
del capitalismo
“Desde el momento en que los recursos policiales y mi-
litares “normales” de la dictadura capitalista, junto con sus
fachadas parlamentarias, ya no son suÄcientes para mante-
ner a la sociedad en un estado de equilibrio, lleNa el turno
del rtNimen fascista. ( travts de la aNencia del fascismo, el
capitalismo pone en movimiento a las masas de la peque|a
burNuesía enloquecida y a los Nrupos de lumpen proletariado
desclasado y desmoralizado, a todos los innumerables seres
humanos a los que el propio capital Änanciero ha llevado a la
desesperación y al frenesí”.
León Trotsky, ¿Y ahora qué? Cuestiones vitales
para el proletariado alemán, 1932.

Tal vez la deÄnición más famosa del fascismo –es a la que


he vuelto en los últimos dos a|os y medio al intentar com-
prender lo que ha estado ocurriendo tras la fachada de esta
“crisis” fabricada– sea la atribuida a =ladimir 0lich 3enin! “El
fascismo es el capitalismo en decadencia”. 3o que 3enin dijo
con más exactitud, en El imperialismo, fase superior del capi-
talismo (1917), es que el Estado rentista –es decir, un Estado
que obtiene una proporción sustancial de sus inNresos na-
cionales de propiedades y valores, y cuyo fundamento eco-
nómico es el capitalismo monopolista– es el capitalismo en
decadencia71. En 19, en su artículo sobre “3a cuestión del
fascismo y la decadencia capitalista”, 9ajani Dutt, miembro

91
EL CAMINO AL FASCISM

del Comitt Ejecutivo del Partido Comunista de Gran Breta|a,


extrapoló esta observación para arNumentar que el fascismo
era una fase avanzada de este proceso de decadencia, que
representaba una reNresión en el desarrollo de las fuerzas de
producción en el período de la crisis Neneral del capitalismo
durante la dtcada de 1972. Por lo tanto, la fuente real de
esta aÄrmación a menudo citada no es 3enin, sino Dutt. Dicho
esto, el fascismo histórico surNió sin duda de las ambiciones
imperialistas de las naciones europeas y del desempleo ma-
sivo provocado por la crisis Änanciera tras la Gran Guerra que
se aNravó aún más con el cracR bursátil de 1929 y la Gran
Depresión que duró, en la mayoría de los futuros Estados fas-
cistas, hasta bien entrada la dtcada de 19. :in embarNo,
no pretendo volver aquí sobre la exactitud de las prediccio-
nes de la inevitable desaparición del capitalismo tras otra de
las crisis que se producen hoy, un siNlo desputs, con una
reNularidad cada vez mayor, pero de las que siempre emerNe
con su dominio sobre el mundo aún más fuerte. Mi interts, a
los efectos de este capítulo, radica en la aÄrmación de que,
cuando las contradicciones internas de la acumulación de ca-
pital lleNan a tal punto que el contrato social existente ya no
puede mantenerlas unidas, la sociedad entra en un periodo
de revolución en el que se reescribe ese contrato" y que el
fascismo es la forma autoritaria de ese contrato, que abarca
la totalidad de la superestructura política, jurídica y cultural.
Como he arNumentado anteriormente, es esta crisis del capi-
talismo, y no una crisis fabricada de la salud pública, la que
ha ocasionado el aumento del autoritarismo de los Estados
anteriormente neoliberales en los últimos dos a|os y medio, y
la que yo sostenNo que se|ala el retorno del fascismo como
el contrato social del Estado de BioseNuridad Global actual-
mente en formación.7 Esta forma de entender el ttrmino
amplía la deÄnición limitada del fascismo como un momento

92
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

histórico nunca repetible entre las dos Nuerras mundiales no


sólo a una amenaza inherente a la estructura del Estado de-
mocrático (el hacha dentro del haz de varillas colectivo), sino
como endtmico del capitalismo –que, por supuesto, siNue
con nosotros, ejerce una mayor heNemonía sobre nuestro
mundo que nunca, pero está atravesando, no obstante, una
de las mayores crisis de su historia reciente.

1. La economía del bloqueo

3os economistas políticos, que son más conscientes que


la mayoría del devastador impacto que el bloqueo ha tenido no
sólo en las economías de los países bloqueados, sino tambitn
en el resto del mundo –en el que se calcula que  millones
de personas se han visto empujadas a la pobreza o a una po-
breza peor durante la “pandemia”– han empezado a cuestionar
tardíamente las razones profesadas por sus Nobiernos para im-
ponerlo74. @ en luNar de una respuesta mtdicamente sin pre-
cedentes a una pandemia supuestamente amenazadora para
la civilización que ha resultado tener la tasa de mortalidad por
infección de la Nripe estacional, las respuestas que se les han
ocurrido relacionan la decisión de imponer los cierres patrona-
les con la crisis Änanciera que amenazó a la economía mundial
en septiembre de 219,  meses antes del cierre patronal de
personas y empresas en las naciones más ricas del mundo7.
5o soy economista, una carencia casi imperdonable en
un materialista histórico" y me ha ayudado enormemente en
mi intento de comprender la economía política del estado
de bioseNuridad el trabajo de -abio =iNhi, profesor de Teoría
Crítica e 0taliano en la <niversidad de CardiɈ, y coautor con
HeiRo -eldner de Teoría Crítica y la Crisis del Capitalismo Con-
temporáneo (21). =iNhi, a quien oí hablar por primera vez
en una reunión de esctpticos del bloqueo de la izquierda en

93
EL CAMINO AL FASCISM

noviembre de 221, ha escrito una serie de artículos sobre las


causas económicas de la “crisis” del coronavirus que pueden
leerse en The Philosophical :alon, un foro en línea publicado
por 3os (nNeles 9evie^ of BooRs, y me he basado en sus
análisis para Nran parte de lo que escribo en esta sección7.
Como =iNhi expuso en aNosto de 221 en su artículo
“<na profecía autocumplida! Colapso sisttmico y simulación
de pandemia”, en junio de 219 el Banco de PaNos 0nterna-
cionales (BP0), el banco central de todos los bancos centra-
les, publicó su 0nforme Económico (nual77. Éste comenzaba
con la extraordinaria aÄrmación de que “quizá era demasiado
bueno para ser verdad” –siendo el “eso” la recuperación de la
Crisis -inanciera Mundial (C-M) de 27-29. Describiendo
los mercados Änancieros actuales como “nerviosos”, el infor-
me identiÄcaba cuatro fuerzas en jueNo en la recesión econó-
mica! 1) la incapacidad de la mano de obra para recuperar el
poder de neNociación que ha perdido en las últimas dtcadas"
2) el papel de las Änanzas en las economías, incluidos los
precios inmobiliarios, la evolución del crtdito y los mercados
Änancieros" ) el retraso del comercio con respecto a la pro-
ductividad y el consiNuiente estancamiento del crecimiento
de la productividad en las economías capitalistas más avan-
zadas" y 4) la reacción social y política contra lo que denomi-
na el “orden económico internacional abierto”, que seNún el
BP0 seNuirá proyectando una “larNa aunque imprevisible som-
bra” sobre la economía mundial, y cuyos retos a larNo plazo,
aconseja, no deben tomarse a la liNera!
Desde una perspectiva histórica, no es inusual ver tales
oleadas de sentimiento tras Nrandes sacudidas económicas!
la Gran Depresión marcó el Änal de la anterior era de la Nloba-
lización. Es demasiado pronto para saber cómo evolucionará
esta oleada" pero está claro que será una fuerza a la que ha-
brá que enfrentarse en los próximos a|os78.

94
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

3o que el BP0 está describiendo aquí no son sólo los sín-


tomas clásicos de una crisis producida por las contradicciones
internas de la acumulación capitalista –seNún las cuales, a me-
dida que se desinÅan los salarios de los trabajadores tambitn
lo hace el poder adquisitivo de los consumidores, amenazando
los beneÄcios de los capitalistas y dando luNar a una burbuja
crediticia inÅada– sino tambitn la amenaza de la revolución so-
cial que provocan en el cuerpo político, y que tl, como banco
de máxima apelación en materia de política monetaria, es más
que consciente de que representa una amenaza para el siste-
ma Änanciero mundial.79 Merece la pena tener presente esta
advertencia al considerar la violencia de las restricciones im-
puestas por el Estado de BioseNuridad Global nueve meses
desputs, y cómo se ha utilizado la “crisis” del coronavirus para
aÄanzar sus poderes de emerNencia de forma permanente.
:in embarNo, para el BP0 es aún más preocupante que el
rechazo social y político de la Nlobalización la amenaza com-
petitiva que supone para los bancos el aumento de poder de
las empresas de tecnoloNía de la información, cuya capitaliza-
ción de mercado supera con creces la de los bancos. :eNún
esta medida, (pple, Microsoft, (lphabet (GooNle, etc.), (ma-
zon y Meta (-acebooR, 0nstaNram y >hats(pp) constituyen
cinco de las ocho empresas más ricas del mundo en 2228.
(provechando las vastas bases de clientes que se han ase-
Nurado a travts de las redes sociales, el comercio electrónico
y los motores de búsqueda, y recurriendo a las inNentes can-
tidades de datos que han recopilado y al poder de las redes,
las llamadas “Nrandes tecnolóNicas” han hecho incursiones
en los servicios Änancieros que amenazan la heNemonía de
los bancos centrales sobre el sector Änanciero. De hecho,
todo el último capítulo del informe está dedicado a formular
una brújula reNuladora para las BiN Tech en las Änanzas. Esto
lleva al BP0 a realizar las siNuientes consideraciones políticas!

95
EL CAMINO AL FASCISM

El análisis de la respuesta reguladora a la incursión de las


Big Techs en las Änanzas ofrece un rico material para examinar
más de cerca y de forma concreta algunos de los retos que
se plantean. El objetivo es garantizar que se puedan cose-
char los grandes beneÄcios potenciales que pueden aportar
estas innovaciones tecnológicas, al tiempo que se gestionan
los riesgos potenciales. Para ello es necesario abordar cues-
tiones delicadas que van desde la estabilidad Änanciera hasta
la competencia y la privacidad de los datos. En el centro de
este triángulo se encuentra el tratamiento de los datos, que la
revolución digital ha puesto en primer plano. Garantizar unas
condiciones equitativas que promuevan la competencia bajo
un paraguas regulador adecuado es clave. Cualquiera que
sea la respuesta precisa, requerirá más que nunca la estrecha
cooperación de diferentes autoridades, tanto a nivel nacional
como internacional 81.
De nuevo, es difícil no oír en esta declaración una insis-
tencia cuidadosamente eufemística en que las tecnoloNías y
los mercados emerNentes de la Cuarta 9evolución 0ndustrial
deben utilizarse para viNilar, controlar y, cuando sea necesa-
rio, reprimir el malestar social y político que el BP0 prevt como
respuesta a la crisis que se avecina. Tambitn expresa el temor
de que las Nrandes tecnolóNicas utilicen estas tecnoloNías
para monopolizar los mercados Änancieros. En consecuen-
cia, al mes siNuiente, en julio de 219, el BP0 hizo un llama-
miento a favor de una “política no convencional” para “aislar
a la economía real” de un mayor deterioro de las condiciones
Änancieras, aboNando especíÄcamente por que, ofreciendo
crtdito directo a la economía, los bancos centrales pudieran
“sustituir a los bancos comerciales en la concesión de prtsta-
mos”82. En aNosto de 219 –cuando la crisis pronosticada por
el BP0 estaba casi sobre nosotros, la relación deudaP0B mun-
dial había subido a un máximo histórico del 22 , la deuda

96
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

total había alcanzado cerca de 2 billones de dólares, (le-


mania, 0talia y 1apón estaban al borde de la recesión y las
economías del 9eino <nido y China se estaban contrayendo–
BlacR9ocR, el mayor fondo de inversión del mundo con .
billones de dólares en activos bajo Nestión en ese momento
(que ascenderán a 1 billones de dólares en 221), publicó un
libro blanco titulado “Cómo afrontar la próxima recesión”8.
En tl daba instrucciones al :istema de la 9eserva -ederal,
los doce bancos centrales de EE.<<., para que inyectaran
liquidez directamente en el sistema Änanciero con el Än de
evitar una dramática recesión de la economía que se preveía
aún peor que la de la Crisis -inanciera Mundial de 27–29.
BlacR9ocR arNumentó que, dado que la política monetaria
(los tipos de interts de los bancos centrales sobre los prts-
tamos y la cantidad de dinero en circulación) estaba aNotada
y que la política Äscal (los impuestos y el Nasto del Nobierno)
no sería suÄciente para revertir tal desaceleración, lo que se
necesitaba era una “respuesta sin precedentes”. Por lo tanto,
recomendaba “ir directamente”, lo que siNniÄcaba “encontrar
la manera de hacer lleNar el dinero del banco central directa-
mente a las manos de los que Nastan en los sectores público
y privado”, evitando al mismo tiempo la hiperinÅación. :iNni-
Äcativamente, como ejemplo de los peliNros de esto último,
BlacR9ocR citaba la 9epública de >eimar a principios de los
a|os veinte, precisamente en la tpoca en que el fascismo
echó raíces tanto en (lemania como en 0talia. Ese mismo mes,
los banqueros centrales de las naciones del G7 (9eino <nido,
-rancia, (lemania, 0talia, 1apón, Canadá y Estados <nidos) se
reunieron para debatir las propuestas de BlacR9ocR84.
En respuesta a la crisis de las hipotecas de alto riesNo de
27 y a la crisis Änanciera mundial que desencadenó, en 21
el ConNreso de EE.<<. había limitado la cantidad hasta la que
el Gobierno estadounidense aseNuraría a los depositantes

97
EL CAMINO AL FASCISM

a 2. dólares8. Esto siNniÄcaba que los Nrandes inverso-


res institucionales como los fondos de pensiones, los fondos
de inversión, los fondos de cobertura y los fondos soberanos
no tenían dónde aparcar los millones de dólares que tenían
entre inversiones que fuera a la vez seNuro, les proporcionara
alNún interts y permitiera la retirada rápida de fondos como
una cuenta de depósito tradicional. -ue en respuesta a esta
necesidad que evolucionó el mercado privado de repos.8 El
“repo”, que es la abreviatura de pacto de recompra, es un
contrato por el que los fondos de inversión prestan dinero
contra activos de Narantía, normalmente deuda del Tesoro o
los valores respaldados por hipotecas que habían Änanciado
la burbuja inmobiliaria estadounidense. :eNún los ttrminos
del contrato, los bancos se comprometen a recomprar los ac-
tivos a un precio más alto, normalmente al día siNuiente o en
el plazo de dos semanas. Como prtstamos Narantizados a
corto plazo, los repos son la principal fuente de Änanciación
para los operadores, sustituyendo la seNuridad del seNuro de
depósitos por la seNuridad de una Narantía altamente líquida.
:in embarNo, aunque el mercado de repos evolucionó para
satisfacer las necesidades de los Nrandes inversores institucio-
nales, tambitn permitió a los bancos eludir los requisitos de
capital impuestos por la normativa al sistema bancario tras la
Crisis -inanciera Mundial87. Como resultado, en 28 el mer-
cado de repos proporcionaba la mitad del crtdito en EE.<<.,
y en 22 tenía un volumen de neNocio de 1 billón de dólares
al día.88 El peliNro era que la falta de liquidez en los mercados
de repos puede tener un efecto dominó en todos los sectores
Änancieros importantes. Esto sucede cuando los bancos piden
prestado a sus depositantes para realizar prtstamos o inver-
siones a larNo plazo, y los depositantes y los prestatarios quie-
ren el dinero al mismo tiempo, lo que obliNa a los bancos a pe-
dir prestado a otra parte. :i no pueden encontrar prestamistas

98
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

a corto plazo, o si el precio de los prtstamos se vuelve repenti-


namente prohibitivo, el resultado es una crisis de liquidez.
Esto es exactamente lo que ocurrió en septiembre de
219, momento en el que el lado prestatario del mercado de
repos había sido tomado por fondos de cobertura aNresivos
y de alto riesNo, que los utilizaban para varios prtstamos a la
vez89. Como resultado, muchos Nrandes prestamistas institu-
cionales se retiraron del mercado, provocando un repentino
aumento de los tipos de interts de los repos del 2,4 al
1, en cuestión de horas9. :in embarNo, en luNar de dejar
que los bancos quebraran y forzar un rescate de los fondos
de los acreedores, el :istema de la 9eserva -ederal, siNuien-
do el consejo de BlacR9ocR, inició un proNrama monetario de
emerNencia, inyectando cientos de miles de millones de dó-
lares cada semana en >all :treet con el Än de evitar subidas
sustanciales de los tipos de interts91. Durante los seis meses
siNuientes, la 9eserva -ederal de EE.<<. inyectó más de 9
billones de dólares en el sistema bancario, lo que equivale a
más del 4 del Producto 0nterior Bruto de EE.<<92. En marzo
de 22, la 9eserva -ederal estaba poniendo a disposición 1
billón de dólares al día en prtstamos a un día, proporcionando
de hecho fondos de reserva para todo el mercado de repos,
incluidos los fondos de cobertura. Pero se necesitaba más.
El 1 de marzo, bajo la cobertura mediática y la histeria
proporcionada por la “crisis” del coronavirus, la 9eserva -e-
deral bajó los tipos de interts al ,2 , eliminó el requisito
de reservas, relajó el requisito de capital y ofreció prtstamos
a descuento de hasta 9 días a sus bancos preferentes (1P
MorNan, Goldman :achs, Barclays, B5P Paribas, 5omura,
Deutsche BanR, BanR of (merica, CitibanR, etc.), que se reno-
vaban diariamente y se renovaban continuamente.9 En julio
de 22, el valor acumulado de estos prtstamos era de 11,2
billones de dólares. :upuestamente puestos a disposición

99
EL CAMINO AL FASCISM

para satisfacer las demandas de crtdito de hoNares y empre-


sas bajo el bloqueo que se impuso estado por estado entre el
19 de marzo en California y el 7 de abril en Carolina del :ur,
en la práctica no se impuso ninNuna obliNación para poner
este dinero efectivamente libre de intereses a disposición del
público a travts, por ejemplo, de prtstamos a peque|as em-
presas, reduciendo los tipos de las tarjetas de crtdito para
los hoNares o suspendiendo los planes de paNo de las hipo-
tecas94. En respuesta, la demanda de prtstamos repo cayó"
pero hubo que esperar hasta septiembre de 22, un a|o
desputs, para que los tipos de interts bajaran al 1,7 9.
Mientras tanto, en septiembre de 219, el mes en que
se dispararon los tipos de interts en el mercado de repos, el
presidente estadounidense, Donald Trump, había establecido
un Grupo de Trabajo 5acional contra la Gripe, un plan de 
a|os para acelerar el desarrollo de vacunas y promover tec-
noloNías de vacunación para contrarrestar una pandemia9.
(l mes siNuiente, el 18 de octubre de 219, el “Evento 21”,
orNanizado por la -undación Bill y Melinda Gates, el Centro
1ohns HopRins para la :alud y la 6rNanización Mundial de la
:alud, simuló un brote de un nuevo coronavirus zoonótico
que, siNuiendo el modelo del :9(:, era más transmisible en
el entorno comunitario por personas con síntomas leves97. En
diciembre de 219, la 6rNanización Mundial de la :alud cele-
bró una Cumbre Mundial sobre la :eNuridad de las =acunas
para las partes interesadas en la seNuridad de las vacunas de
todo el mundo98. Entre ellos se encontraban miembros actua-
les y antiNuos del Comitt Consultivo Mundial sobre :eNuri-
dad de las =acunas (G(C=:), directores de proNramas de in-
munización, autoridades reNuladoras nacionales, personal de
farmacoviNilancia de todos los estados miembros de la 6M:,
así como representantes de aNencias de la 65<, institucio-
nes acadtmicas, orNanizaciones paraNuas de compa|ías

100
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

farmactuticas, socios ttcnicos, representantes de la industria


y aNencias de Änanciación. Entonces, el 17 de enero de 22,
cuando el total de muertes en todo el mundo atribuidas al
C6=0D-19 ascendía oÄcialmente a sólo , la 6M: adoptó los
protocolos para detectar e identiÄcar el :(9:-Co=-2 estable-
cidos en el documento de Corman-Drosten, “Detección diaN-
nóstica del 219-nCo= mediante 9T-PC9 en tiempo real”,
que entre sus numerosos defectos recomendaba 4 ciclos
de ampliÄcación ttrmica de las muestras, un número muy su-
perior al que permite detectar de forma Äable el virus infec-
cioso99. De un plumazo, esto estableció la plantilla de cómo
convertir un virus con la tasa de mortalidad por infección de
la Nripe estacional en una pandemia Nlobal1. -inalmente, en
marzo de 22, con el aparato mundial en marcha, la 6rNani-
zación Mundial de la :alud se asoció con el -oro Económico
Mundial para lanzar la “Plataforma de (cción C6=0D-19”, una
coalición de las empresas más poderosas del mundo que, en
dos meses, contaba con más de 1.111. El mismo día –el 11
de marzo de 22– la 6M:, iNnorando sus propias deÄnicio-
nes y criterios anteriores, declaró que el :(9:-Co=-2 era una
“pandemia”, y se impusieron cierres patronales en todas las
democracias neoliberales del capitalismo occidental12.
(hí es donde entramos la mayoría de nosotros, y en mi
caso empect a intentar comprender la falta de correlación en-
tre el impacto e incluso la existencia de esta “pandemia” y las
restricciones autoritarias por las que nos estaban arrebatando
nuestros derechos y libertades. 3o que la mayoría no sabía
era que el Gran 9establecimiento de la economía mundial su-
puestamente justiÄcado e incluso necesario por la ºpandemia»
se inició  meses antes de que se declarara oÄcialmente, y
no en respuesta a un virus. 3o que revelan los  meses de
medidas monetarias de emerNencia y sin precedentes pre-
vios al bloqueo de las economías occidentales es que, si la

101
EL CAMINO AL FASCISM

enorme masa de liquidez bombeada al sector Änanciero por


los bancos centrales hubiera lleNado a las transacciones de
la economía real, habría desencadenado la hiperinÅación que
BlacR9ocR había advertido a la 9eserva -ederal que había
que evitar. Esto refuta la sabiduría recibida sobre el propósito
y la necesidad de las restricciones de bloqueo. Como escribe
=iNhi. Por tanto, la narrativa dominante debería invertirse! el
mercado de valores no se desplomó en marzo de 22 por-
que hubiera que imponer bloqueos" más bien, hubo que im-
poner bloqueos porque los mercados Änancieros se estaban
desplomando1.
Contrariamente a la narrativa que nos siNuen contando
nuestros Nobiernos hasta el día de hoy, el cierre patronal no
se impuso para proteNer a la población de un nuevo patóNe-
no mortal y altamente contaNioso, sino porque la economía
real tuvo que cerrarse –con la mayoría de las transacciones
comerciales y el Nasto de los consumidores suspendidos
bajo poderes de emerNencia– para aislarla de las enormes
sumas que se estaban bombeando al sector Änanciero en
colapso. En abril de 222, los activos totales de la 9eserva
-ederal estadounidense (8,9 billones de dólares), el Banco
Central Europeo (9, billones), el Banco de 1apón (,2 billo-
nes) y el Banco Popular de China (, billones) habían aumen-
tado hasta los 1 billones, un incremento extraordinario y sin
precedentes desde los 19 billones de septiembre de 219,
con el correspondiente aumento de los pasivos (moneda en
circulación, reservas en bancos comerciales, valores del ban-
co central y capital social) y, por tanto, de los riesNos para los
sectores real y Änanciero de la economía14. @ aunque esta
cifra ha descendido a 28,7 billones en aNosto de 222, en
todo el mundo más de 41 billones de dólares en activos, casi
la mitad del P0B mundial, están ahora en manos de los ban-
cos centrales1.

102
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

Pero eso no es todo. (l mismo tiempo que se inyecta-


ban billones de dólares electrónicos en el sistema Änanciero
mundial, cientos de millones de trabajadores de todo el mun-
do occidental eran puestos en paro forzoso durante meses
e incluso a|os por los Nobiernos nacionales, que de hecho
hipotecaron por adelantado el trabajo y la producción futu-
ros de sus poblaciones. (l hacerlo, los Nobiernos se aseNu-
raron de que las poblaciones de los Estados nacionales que
ahora tenían el poder de “bloquear” se endeudaran aún más
durante Neneraciones con las instituciones Änancieras a las
que los bancos centrales acababan de rescatar con su dine-
ro. (l iNual que la austeridad Äscal impuesta por los bancos
centrales tras la crisis Änanciera mundial de 27-29 había
castiNado a los trabajadores por las especulaciones del sec-
tor Änanciero reduciendo el Nasto público con la justiÄcación
económicamente espuria de “equilibrar el presupuesto”, el
bloqueo Narantizó que el rescate de los bancos lo paNarían
los trabajadores y los peque|os empresarios cuyos puestos
de trabajo y neNocios habían perdido, quebrado o endeuda-
do los Nobiernos que imponían el bloqueo con la justiÄcación
aún más espuria de proteNerlos de una amenaza para la salud
pública que nunca existió. @ del mismo modo que no hubo
rescate para los que se quedaron sin trabajo, empobrecieron,
arruinaron o murieron por los recortes del Nasto público, tam-
poco habrá rescate hoy para aquellos cuyos empleos, aho-
rros, neNocios y vidas se han arruinado por las restricciones
del cierre patronal. (l iNual que la austeridad, por lo tanto, el
cierre patronal es una Nuerra de clases económica librada por
la clase dominante Änanciera y política contra la clase trabaja-
dora, y en la que –como es su función económica e ideolóNica
bajo el capitalismo– las clases medias se han puesto del lado
de sus jefes a la hora de administrar y justiÄcar moralmente
las restricciones del estado de bioseNuridad.

103
EL CAMINO AL FASCISM

Pero, cabe preNuntarse, ¦qut hay de malo en esto& :e ha


evitado el seNundo colapso del sistema Änanciero mundial en
quince a|os a costa de dos a|os de autoritarismo, la quiebra
de millones de peque|as empresas, la ptrdida de decenas
de millones de empleos y el empobrecimiento de cientos de
millones de personas. Pero, ¦no es tse un precio que merece
la pena paNar para evitar el colapso del capitalismo y los da-
|os económicos y el sufrimiento mucho mayores que habría
causado al mundo& ¦5o es tsa la “visión de conjunto”, como
dicen los apoloNistas del bloqueo&
3a respuesta a esto debe ser un “no” rotundo, no sólo
por las ya catastróÄcas consecuencias sociales, económicas
y políticas del cierre patronal, que están muy lejos de haber
terminado, sino tambitn porque la recesión de una economía
mundial cada vez más rehtn de la impresión de dinero y de la
inÅación artiÄcial de los activos Änancieros no se ha evitado,
sino que sólo se ha pospuesto, con la especulación apalan-
cada en deuda sobre los activos Änancieros como única vía
de escape que queda a las contradicciones estructurales del
capitalismo en el siNlo ??0. En su afán por Nenerar plusvalía, la
economía mundial debe tanto explotar a la fuerza de trabajo
como, cada vez más, expulsarla del proceso productivo. Esto
es el resultado de la aceleración sin precedentes de la diNita-
lización en el marco de la Cuarta 9evolución 0ndustrial y del
cambio concomitante en las relaciones de producción que
esa revolución está produciendo. 0rónicamente, es probable
que estos tenNan el impacto más duro en los trabajadores de
cuello blanco, cuya disposición a “trabajar desde casa” ha
demostrado su despido a sus antiNuos empleadores. @ como
indicaba el informe del Banco de PaNos 0nternacionales, al
disminuir el poder adquisitivo de una parte creciente de la po-
blación mundial, han aumentado la deuda y la inmiseración.
Esto, a su vez, ha reducido la plusvalía, obliNando al capital

104
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

a buscar rendimientos en el sector Änanciero apalancado por


la deuda (acciones, bonos, futuros y derivados) en luNar de
invertir en la economía real.
Como ha arNumentado =iNhi, el bloqueo fue tanto una
medida protectora, que evitó el colapso del sistema Änanciero
mundial, como un proNrama ofensivo, que aplicó la revolución
a un sistema social que, en noviembre de 221, tl describió
como autoritario, pero que yo describiría ahora como totali-
tario. Es el bloqueo, por tanto, lo que ha preparado el camino
para el retorno del fascismo como superestructura política,
jurídica y cultural de lo que =iNhi denomina “capitalismo de
emerNencia”1. Esto parece diferenciarse de la deÄnición de
5aomi 2lein, en 3a doctrina del shock, de “capitalismo del
desastre”, en que no se limita a permitir que las empresas
privadas saquen provecho de las crisis a Nran escala (Nuerra,
pobreza, hambruna, desastres naturales, pandemias, colap-
so económico, Nolpes militares y revoluciones políticas), sino
que fabrica esas crisis para sus propios Änes17. Esto es alNo
que 2lein, frente a todas las pruebas en contra, ha tachado
de “teoría de la conspiración”18. Pero si el C6=0D-19, seNún
la narrativa dominante de nuestros Nobiernos y medios de co-
municación, es la mayor crisis de nuestro tiempo, ¦con qut
Änes la está fabricando un sistema Änanciero que acaba de
ser inundado con billones de dólares?

2. El gran reseteo

En su artículo de 21, “El capitalismo como reliNión”, el


Älósofo italiano GiorNio (Namben nos advertía de que “una
sociedad cuya reliNión es el crtdito, que sólo cree en el crtdi-
to, está condenada a vivir del crtdito”19. Ésta es la sociedad
en la que vivimos ahora. Cuando el presidente estadouniden-
se, 9ichard 5ixon, respondió al aumento de la inÅación en

105
EL CAMINO AL FASCISM

Estados <nidos en aNosto de 1971 suspendiendo la conver-


tibilidad del dólar en oro, marcó el Änal de un sistema que
vinculaba el valor monetario no sólo al patrón oro, sino a su
último referente en el mundo real. Esto marcó efectivamente
el comienzo de la revolución neoliberal hacia el capitalismo
Änanciero, dentro del cual el dinero es un sistema autorrefe-
rencial de representación fundado en el crtdito. Es en este
sentido que (Namben (cuyo artículo es un comentario sobre
un texto de 1921 de >alter Benjamin) arNumentó que el capi-
talismo es una reliNión fundada en la creencia –cuyo ttrmino
latino, credere, es la forma inÄnitiva del participio pasado, cre-
ditum. @ desputs de aNosto de 1971, arNumentaba, “el dinero
es una forma de crtdito que se basa únicamente en sí mismo
y que no corresponde a nada más que a sí mismo”.
(l desvincularlo de cualquier referente en el mundo real,
sin embarNo, el dinero se separó no sólo del patrón oro sino
tambitn, y principalmente, del trabajo, que para la mayoría de
nosotros –es decir, la clase obrera que vende su trabajo por
un salario– es el único referente que existe. -ue a partir de
este umbral cuando el trabajo empezó a perder su poder de
neNociación, con unos salarios reales en las economías capi-
talistas avanzadas que, una vez ajustados a la inÅación, tienen
aproximadamente el mismo poder adquisitivo en EE.<<. y, en
el 9eino <nido, menos que en la dtcada de 19711. 9ecorde-
mos que esta incapacidad continua del trabajo para recupe-
rar su poder de neNociación fue identiÄcada por el Banco de
PaNos 0nternacionales como una de las cuatro fuerzas princi-
pales que conducirán a la recesión económica que predijo en
junio de 219. @ cuando el dinero, y especialmente nuestro
dinero, no tiene referente, entonces el valor de nuestro trabajo
y de nuestros ahorros puede cambiar tan rápidamente como
el de las viviendas durante la crisis de las hipotecas subprime
de 27-21. Esta devaluación tambitn puede producirse

106
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

cuando, como tambitn informó el BP0, las economías ya no


pueden Nenerar los beneÄcios necesarios para paNar sus
deudas, y los bancos centrales crean enormes sumas de di-
nero electrónico para rescatar a las instituciones Änancieras
incapaces de paNar los intereses de sus prtstamos.
El bloqueo del mundo occidental en los dos a|os anterio-
res a marzo de 222 –el tiempo exacto Äjado para la expiración
de la 3ey Coronavirus cuando se convirtió en ley británica en
marzo de 22– completó varios pasos de NiNante en el Gran
9eseteo. 5inNuno de ellos tiene nada que ver con evitar una
crisis de salud pública, que las restricciones de cierre, por el
contrario, sirvieron para exacerbar y extender. Más bien, como
arNumenta =iNhi, el bloqueo de las economías reales de los
países más ricos del mundo loNró los siNuientes objetivos111!
–Proporcionó cobertura a los bancos centrales para impri-
mir suÄciente dinero electrónico para rescatar al sistema
Änanciero mundial en colapso.
–3levó a la quiebra a un Nran número de peque|as y media-
nas empresas, acelerando así la monopolización de los
mercados y los recursos por parte de las corporaciones
internacionales"
–Deprimió aún más los salarios de los trabajadores y el ni-
vel de vida en 6ccidente, que seNuirán cayendo a medida
que siNa aumentando la inÅación"
–Permitió el crecimiento y la normalización del comercio
electrónico y la explosión del valor de las empresas mun-
diales de tecnoloNía de la información y farmactuticas
que han dominado las “respuestas” de nuestro Nobierno
a la “crisis” del coronavirus.
Como resultado, en el transcurso de la ºpandemia» polí-
ticamente declarada, los multimillonarios del mundo a|adie-
ron  billones de dólares a sus fortunas, con los directores

107
EL CAMINO AL FASCISM

ejecutivos de BiN Tech, 3arry PaNe (11. millones de dólares)


y :erNey Brin (19.4 millones de dólares), ambos de GooNle,
1eɈ Bezos de (mazon (1.1 millones), 3arry Ellison de 6ra-
cle (14.7 millones), :teve Ballmer (92.7 millones) y Bill Gates
(129. millones) de Microsoft, y MarR AucRerberN de -acebooR
(71.1 millones), que ahora constituyen siete de los diez hom-
bres más ricos de EE<<, cuyos multimillonarios han aumen-
tado su riqueza en un 7 bajo el bloqueo, pasando de 2,9
billones de dólares en marzo de 22 a 4,2 billones en marzo
de 222, y el número total de multimillonarios estadouniden-
ses ha aumentado de 14 a 74112. :in embarNo, estos enor-
mes aumentos de las fortunas personales parecen palidecer
al lado del monopolio de los recursos naturales, los mercados
y el capital del mundo que está implantando el Gran 9eseteo.
Hacitndonos eco de TrotsRy! ¦y ahora qut? 3o que =iNhi
denomina la “demolición controlada” de la economía real ya
se está llevando a cabo mediante el colapso de las cadenas
de suministro de 9usia con la justiÄcación de las sanciones
económicas y la interrupción de las rutas comerciales con
China con la justiÄcación de los bloqueos de cero-C6=0D11.
Cuando se reabrió la economía real en marzo de 222, las
empresas empezaron a comerciar de nuevo, los consumido-
res empezaron a comprar, los bancos comerciales reanudaron
los prtstamos, las enormes sumas prestadas por los bancos
comerciales empezaron a Åuir hacia los mercados y el valor
de los ahorros y activos de la masa de trabajadores cayó en
consecuencia. En julio de 222, la inÅación en EE.<<. había
subido al 8, , y en el 9eino <nido a un máximo de 4 a|os
del 1,1 , y el Banco de 0nNlaterra predice que alcanzará el
1 en el último trimestre de 222114. Esto justiÄcará a su vez
la puesta en marcha de la tan anunciada infraestructura diNi-
tal Nlobal del -oro Económico Mundial basada en la mone-
da diNital proNramable del Banco Central, la identidad diNital

108
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

obliNatoria y la renta básica universal para los millones de tra-


bajadores despedidos por las nuevas tecnoloNías, mercados
y proNramas de la Cuarta 9evolución 0ndustrial11.
3a Nuerra, por poderes o no, siempre ha permitido a
los Nobiernos carNar la deuda sobre el futuro para Änanciar
cualquier Nasto que considere necesario para el estado de
emerNencia actual. :ólo en este sentido, los Nobiernos de
6ccidente han estado librando una “Nuerra contra el C6=0D”,
cuyo coste recaerá sobre sus poblaciones civiles durante Ne-
neraciones, al tiempo que justiÄcan nuevos recortes del Nasto
público, reducciones del nivel de vida y una espiral inÅacio-
nista. De hecho, la actual crisis de los precios de los alimentos
y la enerNía, de la que se nos advirtió en septiembre de 221
desputs de que la inÅación subiera del 2.4 al .197 el
mes anterior, se achaca convenientemente a la invasión rusa
de <crania en febrero de 222, como si los dos a|os anterio-
res se hubieran borrado de la memoria de los consumidores
amntsicos de los medios de comunicación corporativos11. @
habitndose ensayado durante esos dos a|os con Nrados de
cumplimiento inesperados y asombrosos, el bloqueo –justiÄ-
cado en el futuro por un nuevo virus o cepa de coronavirus,
una reducción insuÄciente de las emisiones de carbono, una
crisis en el suministro enerNttico o alimentario, la subida del
nivel del mar, los incendios forestales o una miríada de otras
excusas aún por inventar– será el nuevo mecanismo moneta-
rio y Äscal del capitalismo Nlobal.
Puede haber pocas imáNenes más convincentes de la
decadencia del capitalismo que las estanterías de los super-
mercados vacías de alimentos en los países más ricos del
mundo mientras millones de toneladas de Nrano se pudren
en los almacenes ucranianos" una quinta parte de los buques
portacontenedores del mundo sentados en atascos fuera de
los puertos conNestionados, casi un tercio de ellos en China"

109
EL CAMINO AL FASCISM

o los ciudadanos del 9eino <nido enfrentándose a la disyun-


tiva de eleNir entre comer o calentar sus hoNares este invier-
no mientras las empresas enerNtticas obtienen beneÄcios
rtcord117. 3a inÅación Nalopante, la Nuerra en el Nranero de
Europa, el embarNo económico contra el mayor exportador
mundial de petróleo y derivados, y la interrupción de las rutas
comerciales con el mayor exportador mundial de mercancías,
han creado una tormenta perfecta para el capitalismo. Esta-
mos al Änal de un ciclo de endeudamiento de  a|os del que
no nos proteNerá ninNuna cantidad de prtstamos a interts
cero, y la última vez que esto ocurrió fue en 192118. Éstas son
las condiciones económicas para el retorno del fascismo a la
Nobernanza, las leyes y la cultura de 6ccidente.
Como ha declarado abiertamente la -undación Econó-
mica Mundial, el Gran 9eajuste se aplicará sobre la devalua-
ción de nuestra mano de obra, ahorros y propiedades, seNui-
do de la intervención de las corporaciones multinacionales
para comprar todo lo que se pueda poseer o controlar. 3os
proNramas de las 5aciones <nidas serán clave para ello, ya
que permitirán a los inversores Nlobales diriNir el Åujo de ca-
pital mundial a travts de sus 6bjetivos de Desarrollo :oste-
nible, que aumentan la ventaja económica de las economías
occidentales ya ricas y de las empresas capaces de cumplir
dichos objetivos sobre los países más pobres119. (dministra-
dos de acuerdo con criterios medioambientales, sociales y de
Nobernanza que, a pesar de la marca de la 65<, son estable-
cidos por Nestores de activos Änancieros como BlacR9ocR,
permiten a las multinacionales ampliar su monopolio sobre
los mercados mundiales12. Detrás de sus credenciales “ver-
des”, estos dos proNramas son instrumentos de lo que el -EM
denomina “capitalismo de las partes interesadas”, seNún el
cual los Nobiernos nacionales dejarán de ser los árbitros Ä-
nales de las políticas impuestas por el Estado y las empresas

110
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

multinacionales, a travts de su Nestión económica de la eco-


nomía mundial, formarán una forma de Nobernanza mundial
con múltiples partes interesadas. Es un indicador de quitn se
beneÄciará de estos proNramas el hecho de que el hombre
que más se beneÄciará del bloqueo de la economía real, Elon
MusR, que invierte en enerNías limpias, transporte ecolóNico,
inteliNencia artiÄcial y neurotecnoloNía, haya aumentado su
ya vasta fortuna en un apenas creíble 8 en sólo dos a|os
hasta alcanzar los 24. millones de dólares. En su aspec-
to más básico, el Gran 9eajuste consiste en la creación de
un Nobierno mundial cuyos diriNentes no son eleNidos por el
pueblo de ninNún Estado nación, sino que se autoseleccio-
nan en función de la riqueza y la inÅuencia de las empresas
internacionales y las economías nacionales que diriNen sobre
la base de que, puesto que fueron tstas las que provocaron
la “crisis” medioambiental que tanto han hecho por promover,
sólo ellas pueden salvar el planeta –y a nosotros con tl– siem-
pre que haNamos exactamente lo que nos diNan.
3a ya infame aÄrmación del -oro Económico Mundial de
que “no poseerás nada y serás feliz” –quizás el más proft-
tico de los eslóNanes en neolenNua surNidos del Estado de
BioseNuridad Global– es tanto una promesa del Edtn como
una amenaza de expulsión para quienes no abracen sus con-
diciones –que, como en todos los paraísos terrenales jamás
inventados, implican la sumisión total a la autoridad absoluta
de otra persona sobre todos los aspectos de nuestras vidas.
(ntes de la reunión anual del -EM en 21, 0da (uRen, di-
putada danesa, ex ministra de Medio (mbiente, 1oven 3íder
Global del -EM, miembro del Consejo Global del -uturo sobre
el -uturo de las Ciudades y la <rbanización y, desde 217,
miembro del Grupo de Políticas para Europa del -EM, inte-
rrumpió su utópica visión del futuro – “Bienvenidos a 2!
no poseo nada, no tenNo privacidad y la vida nunca ha sido

111
EL CAMINO AL FASCISM

mejor”– para expresar su preocupación por la clase marNina-


da producida por la Cuarta 9evolución 0ndustrial.
Mi mayor preocupación son todas las personas que no
viven en nuestra ciudad. 3os que perdimos por el camino. 3os
que decidieron que era demasiado, toda esta tecnología. 3os
que se sintieron obsoletos e inútiles cuando los robots y la IA
se hicieron con gran parte de nuestros trabajos. 3os que se
enfadaron con el sistema político y se volvieron contra él. 3le-
van otro tipo de vida fuera de la ciudad. Algunos han formado
pequeñas comunidades autosuÄcientes. Otros simplemente
se quedaron en las casas vacías y abandonadas de pequeños
pueblos del siglo XIX121.
3os barrios marNinales y los campos de refuNiados en los
que se preveía que vivirían más de 2. millones de perso-
nas en 2 mucho antes de que nadie hubiera oído hablar
del Gran 9eajuste o de la (Nenda 2 parecen ser el destino
previsto de los Subhumanos del Mundo -eliz del -EM, y no
veo razón alNuna para no tomarles la palabra cuando sus por-
tavoces repiten la amenaza con tanta reNularidad, franqueza
y coherencia. 5o se trata de una conspiración" es la política
abiertamente declarada de Nobernanza mundial de una tec-
nocracia internacional. En el artículo de seNuimiento que pu-
blicó en octubre de 221, “The Central BanRers» 3onN Covid!
(n 0ncurable Condition”, -abio =iNhi trazó los paralelismos
entre este proNrama de inmiseración y expropiación que se
está aplicando a lomos de la crisis Änanciera y la fusión del
Nobierno, el Estado y las empresas privadas bajo el fascismo
histórico que analict en el capítulo !
Una piedra angular del fascismo histórico fue la industria
controlada por el gobierno sin dejar de ser propiedad privada.
Resulta bastante sorprendente que, a pesar de las abrumadoras
pruebas de la existencia sistemática de puertas giratorias entre
el sector público y el privado, la mayoría de los intelectuales

112
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

públicos aún no se hayan dado cuenta de que es ahí adonde


nos dirigimos122.
:in embarNo, un intelectual público, que no tiene que mi-
rar fuera de su propio Estado–nación para encontrar un mode-
lo de las chabolas y los campos del futuro, se ha dado cuenta
con creces de hacia dónde nos diriNimos. @uval 5oah Harari,
el transhumanista israelí, profesor del Departamento de His-
toria de la <niversidad Hebrea de 1erusaltn y asesor personal
de 2laus :ch^ab, uno de los ideóloNos del Gran 9eajuste
y conferenciante habitual en el -oro Económico Mundial, y
autor que cuenta entre sus admiradores y lectores a BaraR
6bama, Bill Gates y MarR AucRerberN, no ha tenido miedo de
exponer los objetivos de la Cuarta 9evolución 0ndustrial con
toda la franqueza y la crueldad de un 1oseph Goebbels de los
últimos tiempos!
En la revolución industrial del siglo XIX, lo que la humani-
dad aprendió a producir fueron cosas como textiles y zapatos
y armas y vehículos, y esto fue suÄciente para BlosD muy pocos
países que experimentaron la revolución lo suÄcientemente
rápido como para subyugar a todos los demás. +e lo que es-
tamos hablando ahora es como de una segunda revolución
industrial, pero el producto esta vez no serán los textiles ni
las máquinas ni los vehículos ni siquiera las armas; el produc-
to esta vez serán los propios seres humanos. Básicamente
estamos aprendiendo a producir cuerpos y mentes. Cuerpos
y mentes van a ser los dos productos principales de la próxi-
ma oleada. Y si hay una brecha entre los que saben producir
cuerpos y mentes y los que no, entonces esta Bbrecha seráD
mucho mayor que cualquier cosa que hayamos visto antes en
la historia.
Esta vez, si usted no forma parte de la revolución lo su-
Äcientemente rápido, entonces probablemente se extinguirá.
Una vez que sepas cómo producir cuerpos y mentes, la mano

113
EL CAMINO AL FASCISM

de obra barata de África o del sur de Asia o de donde sea no


cuenta para nada. Creo que la mayor cuestión en la economía
y la política de las próximas décadas será qué hacer con todos
estos inútiles. No creo que tengamos un modelo económico
para ello. Mi mejor conjetura –que es sólo una conjetura– es
que la comida no será un problema. Con ese tipo de tecnolo-
gía, se podrá producir comida para todo el mundo. El proble-
ma es más bien el aburrimiento: qué hacer con ellos, y cómo
encontrarán algún sentido a la vida cuando básicamente care-
cen de signiÄcado, de valor12.
Harari hizo estos comentarios en 217, cuando estaba es-
cribiendo su tercer best-seller, 21 lecciones para el siglo XXI
(218), que fue eloNiado por Bill Gates en The New York Times.
Desde entonces, tal y como advirtió <mberto Eco, las
corporaciones y orNanizaciones cuyos intereses representa
Harari en el circuito mundial de conferencias han ideado otra y
mejor “solución Änal” al problema de la “Nente inútil” del siNlo
??0. ºBocas inútiles (<nn tze Esser)» era el ttrmino nacionalso-
cialista para referirse a los judíos que no podían trabajar, a las
personas con Nraves problemas mtdicos o discapacidades y
a otros Subhumanos cuyas vidas se consideraban ºsin sentido,
sin valor» para el Tercer 9eich. 5o debería sorprendernos, por
tanto, que Harari –que como suNieren estos comentarios es
un fascista en todo menos en el nombre– se haya convertido
en uno de los propaNandistas más ctlebres del Gran 9eseteo,
o que el Estado de apartheid de 0srael, como pasart a analizar
en el capítulo 8, sea el modelo para el Estado de BioseNuri-
dad Global de nuestro futuro que se aproxima rápidamente.

114
5.
la estructura
psicológica
del fascismo
“La tradición de los oprimidos nos ense|a que el “estado de
excepción” en el que vivimos no es la excepción sino la reNla.
Debemos alcanzar una concepción de la historia acorde con
esta percepción. Entonces nos daremos cuenta claramente
de que nuestra tarea consiste en instaurar un verdadero esta-
do de excepción, lo que mejorará nuestra posición en la lucha
contra el fascismo. <na de las razones por las que el fascismo
tiene posibilidades es que, en nombre del proNreso, sus opo-
nentes lo tratan como una norma histórica. El asombro actual
de que las cosas que estamos viviendo sean “todavía” posi-
bles en el siNlo ?? no es ÄlosóÄco. Este asombro no es el co-
mienzo del conocimiento, a menos que sea el conocimiento
de que la visión de la historia que lo oriNina es insostenible”.
– Walter Benjamin,
Tesis soIre la Älosofía de la historia, 1940

Mi arNumentación en esta serie de artículos sobre el re-


torno del fascismo en la superestructura política, jurídica y
cultural de los Estados nación del capitalismo occidental
plantea una cuestión que quiero abordar en este capítulo.
¦Cómo es posible que una infraestructura económica mun-
dial formada a lo larNo de cien a|os de desarrollos cada vez
más rápidos en tecnoloNía y Änanzas, incluidas dos revolucio-
nes industriales, produzca una superestructura fascista que,
seNún la fórmula marxista clásica, debería reÅejar, acomodar

117
EL CAMINO AL FASCISM

y reproducir las nuevas relaciones de producción que requie-


re para que el capitalismo deÄenda e imponNa su heNemonía
sobre el mundo? ¦Cómo es posible, en otras palabras, que
una infraestructura económica emerNente, que depende de
una tecnoloNía y unos mercados aún por desarrollar hace cien
a|os, efectúe una reNresión histórica a las formas políticas,
jurídicas y culturales del fascismo histórico –formas que son
residuales, como arNumentaba <mberto Eco, incluso en las
sociedades capitalistas más avanzadas, pero que se perciben
ampliamente como superadas por el irreversible reloj de la
historia?124 De hecho, ¦existe alNuna justiÄcación para utilizar
este ttrmino para describir el retorno de estas formas latentes
pero ahora, sin duda, resurNentes de Nobernanza, jurispru-
dencia y práctica social si no ilumina la infraestructura econó-
mica emerNente a la que parecen ser la respuesta, y que es la
fuerza motriz de esta revolución?
Mi primera –y obviamente inadecuada– respuesta a esta
preNunta es que estoy intentando comprender precisamente
cómo esta reNresión al Estado fascista, al Nobierno autoritario
y a una sociedad totalitaria ha sido tan fácilmente implemen-
tada por las corporaciones multinacionales, tan fácilmente
aceptada por las poblaciones del capitalismo occidental, tan
entusiastamente adoptada por las instituciones civiles de so-
ciedades anteriormente liberales. Es de esperar que a estas
alturas resulte obvio por qut el Estado de bioseNuridad Nlobal
debería favorecer un retorno al fascismo, dadas las aspira-
ciones abiertamente declaradas de Nobernar 6ccidente por
parte de una tecnocracia internacional de instituciones Änan-
cieras, compa|ías farmactuticas y empresas de tecnoloNía
de la información y las orNanizaciones de Nobernanza Nlobal
que forman. :in embarNo, las ideoloNías no las eliNe una tlite
Änanciera. :on producidas por las relaciones económicas de
producción de una sociedad dada en una fase determinada

118
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

de su desarrollo" y la cuestión de cómo ha sido posible re-


vivir, aplicar y hacer cumplir las formas políticas, jurídicas y
culturales del fascismo con tanta facilidad es la que intento
responder en este libro.

1. La producción de lo heterogéneo

En este capítulo, quiero analizar un artículo que se publicó


en dos partes entre 19 y 194, los a|os en los que Hitler pasó
de ser nombrado Canciller de la 9epública de >eimar a hacer-
se a sí mismo 3íder del Tercer 9eich, eliminó a sus oponentes
políticos tanto en el 9eichstaN como en su Gabinete y convirtió
el nacionalsocialismo en la ideoloNía oÄcial de la sociedad ale-
mana en todos los niveles del Estado, desde las escuelas, las
universidades, los sindicatos, la prensa, la industria cultural y
la administración pública hasta las fuerzas policiales, el poder
judicial y las instituciones militares y mtdicas, un proceso que
denominaron “coordinación (GleichschaltunN)”. En este artícu-
lo, “3a estructura psicolóNica del fascismo”, publicado en la
revista marxista pero antiestalinista 3a Critique sociale, el so-
cióloNo y Älósofo francts GeorNes Bataille intentó comprender
y explicar este txito repentino y arrollador del fascismo y, en
particular, su atractivo para la clase obrera en 0talia y (lemania,
países ambos que contaban con partidos comunistas fuertes
y bien orNanizados que se oponían política y militantemente al
fascismo12. Para explicar este inesperado desarrollo históri-
co, Bataille formuló lo que llamó una “teoría de la heteroloNía”,
que cuestiona Nran parte del pensamiento de este país sobre
cómo los movimientos políticos Nanan y mantienen el poder, y
cómo la izquierda siNue viendo la relación entre las clases. El
artículo de Bataille está escrito en ttrminos abstractos e inclu-
so ÄlosóÄcos, pero merece la pena intentar dilucidarlos, creo,
ya que pueden decirnos mucho sobre la forma particular en

119
EL CAMINO AL FASCISM

que el fascismo ha reNresado hoy a 6ccidente, y por qut ese


reNreso no puede entenderse dentro de las obsoletas polarida-
des políticas de izquierda y derecha.
El fundamento de la sociedad homoNtnea, sostiene Ba-
taille, es la producción, que trabaja para excluir todas las for-
mas de actividad no productiva o inútil y, por la misma razón,
a todas las personas no productivas e inútiles. Para establecer
esta homoNeneidad entre las diversas actividades que consti-
tuyen una sociedad dada, se ha creado un denominador co-
mún. Éste, por supuesto, es el dinero, que es la equivalencia
calculable entre los diferentes productos de la actividad social.
Como tal, el dinero no sólo es la medida de toda actividad,
sino que reduce a los seres humanos a la mera función de
esa actividad" y seNún su medida, cada trabajador de una so-
ciedad vale lo que produce. :in embarNo, en las economías
capitalistas, sólo los propietarios del capital y de los medios
de producción –es decir, los capitalistas que se beneÄcian de
sus productos– componen la sociedad homoNtnea, junto con
las clases medias que se beneÄcian diversamente de ese be-
neÄcio" mientras que los productores de esos productos –los
trabajadores cuyo trabajo crea la riqueza sobre la que se cons-
truye la sociedad homoNtnea pero que no se beneÄcian de
sus productos– son, propiamente hablando, heteroNtneos a la
sociedad. Permanecen, es decir, fuera del ciclo del capitalismo
propiamente dicho, y de hecho deben permanecer allí para que
la sociedad homoNtnea pueda seNuir expropiando su trabajo.
De esta heteroNeneidad procede la repulsión, el desprecio, la
desestimación, el odio y la violencia con que la clase obrera es
tratada por la sociedad homoNtnea, y sobre todo por las cla-
ses medias, para las que los obreros no sólo son de otra clase
sino de otra naturaleza, no sometida y, por tanto, necesitada
constantemente de viNilancia, reNimentación y opresión por si
su heteroNeneidad contaNiara a la sociedad homoNtnea.

120
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

El Estado moderno existe para proteNer el funcionamien-


to homoNtneo de las fuerzas productivas de una sociedad
determinada frente a los elementos heteroNtneos. En un or-
den democrático, la aplicación práctica de la reducción de
los elementos heteroNtneos por parte de la sociedad homo-
Ntnea son las diversas formas de parlamento, al entrar en
el cual esos elementos pasan más o menos rápidamente a
formar parte de la sociedad homoNtnea. 3o hemos visto de-
mostrado repetidamente por la facilidad y el txito con que
los partidos políticos nominalmente “socialistas”, incluido el
Partido 3aborista británico, se han asimilado al orden capita-
lista, para el que ahora no presentan la menor amenaza de
subversión.
Periódicamente, sin embarNo, las contradicciones del ca-
pitalismo en las sociedades industriales y ahora postindus-
triales arrojan elementos heteroNtneos que amenazan con
subvertir el funcionamiento homoNtneo de la producción.
Hoy las llamamos “crisis”, pero antiNuamente adoptaban la
forma de levantamientos e incluso revoluciones, como toda-
vía ocurre en las sociedades capitalistas menos avanzadas.
Cuando esto ocurre, como presenciamos durante los dos
a|os de la “pandemia” declarada políticamente, el Estado re-
curre no al parlamento y al estado de derecho, sino a formas
imperiosas y soberanas de autoridad que no están sujetas a
parlamentos ni tribunales. Entre ellas se incluyen el poder de
un jefe de Estado hereditario o eleNido (Corona, Duce, - hrer
o Prtsident) para anular el poder leNislativo e incluso la cons-
titución" la 0Nlesia, que siempre se alinea con la autoridad del
Estado en tiempos de crisis" la policía y las fuerzas armadas,
cuya impunidad frente a las leyes que dicen hacer cumplir es
la demostración más clara de poder imperioso" y, como vimos
que emplearon universalmente los Nobiernos durante la “cri-
sis” del coronavirus, los poderes de emerNencia.

121
EL CAMINO AL FASCISM

Todas estas formas de autoridad, sin embarNo, son en sí


mismas heteroNtneas al orden social homoNtneo, cuyas rela-
ciones de producción existentes, marco administrativo y for-
mas jurídicas existen para mantener y sostener. Como ejemplo
y expresión de esta jerarquía, en el arquitrabe del frontón de
la entrada oeste del ediÄcio del Tribunal :upremo de EE.<<.
en >ashinNton, DC –que se terminó de construir en 19, un
a|o desputs de que se publicara el artículo de Bataille– están
Nrabadas las palabras! “0Nualdad de 1usticia ante la 3ey”" pero
entre las ÄNuras que se sientan a juzNar por encima de estas
palabras hay representaciones simbólicas de la 3ibertad Åan-
queada por el 6rden y la (utoridad, esta última representada
por un lictor romano que porta una fasces de la que sobresale
visiblemente la hoja del hacha. Para comprender el funcio-
namiento homoNtneo de cualquier sociedad dada, por tanto,
incluida una sociedad fascista, Bataille sostenía que tenemos
que comprender sus elementos heteroNtneos, cómo deÄen-
den y hacen cumplir su continuidad económica, jurídica y po-
lítica, y cómo estos elementos heteroNtneos son producidos
a su vez por la sociedad homoNtnea.
Bataille es un buen etimóloNo. Para hablar de lo que, por
deÄnición, siempre trata de escapar a la contención dentro
de una aprehensión discursiva del mundo, utiliza el ttrmino
“heteroNtneo”, del NrieNo heteros (lo otro de dos), y Nenos
(especie). :u propio proyecto, sin embarNo, no es constituir
una heteroNenealoNía (una familia de otros), sino una hete-
roloNía (del NrieNo loNos). (unque, en el plano concreto, lo
heteroNtneo es lo otro de lo homoNtneo “en especie”, su lo-
Nos abstracto dentro de un discurso no tiene una estructura
elemental de parentesco, y no puede ensamblarse seNún una
taxonomía cientíÄca. Por tanto, sólo se puede hablar de sus
formas en su relación difusa con el yo del que son el otro.
Como <mberto Eco lleNaría a arNumentar en su artículo sobre

122
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

el “<r--ascismo”, ya fuera históricamente el comunista, el


judío o los desiNnados por el Tercer 9eich como “bocas in-
útiles” o, más recientemente, el terrorista, el musulmán o los
desiNnados por el Estado de BioseNuridad Global como “no
vacunados”, el fascismo produce al otro –y, de hecho, debe
producir al otro– en oposición al cual se forma su propia uni-
dad. 3o heteroNtneo, en otras palabras, es a la vez el hacha
en torno a la cual se ata el haz homoNtneo de varillas para
formar la autoridad del Estado fascista, y al mismo tiempo el
enemiNo contra el que se blande esa hacha.
Para Bataille, por tanto, la unidad del fascismo reside en
su nueva y particular producción de lo heteroNtneo, que debe
tratar constantemente de disipar de su homoNeneidad al tiem-
po que la reproduce. @ del mismo modo que, en las instancias
históricas del fascismo, la identidad de los elementos hetero-
Ntneos no importaba, sino que dependía del Estado fascista
individual! con la 0talia de Mussolini, por ejemplo, tolerando
e incluso abrazando a los judíos fascistas durante bastante
más de una dtcada antes de su alianza con la (lemania de
Hitler–, hoy los sumos sacerdotes del Estado de BioseNuridad
Global no discriminan entre aquellos a los que anatematizan,
balanceando su maquinaria propaNandística en unos pocos
meses desde los “teóricos de la conspiración” que ponen en
peliNro vidas a profesionales mtdicos “no vacunados” hasta
los “bárbaros” invasores rusos. Hoy en día, el ciudadano ruso
residente en 6ccidente al que se le han conNelado sus bienes,
se le ha paralizado el comercio y se le ha prohibido la música
y la cultura, que se ve obliNado a condenar a su país y a de-
nunciar a su Nobierno para poder aparecer en la vida pública
o ejercer su profesión, ha sido condenado al ostracismo por
nuestras poblaciones llamadas “liberales” con todo el fervor
y la conformidad que mostraron con los “no vacunados”. 3o
importante –lo necesario para la unidad del Estado mundial

123
EL CAMINO AL FASCISM

de la bioseNuridad– no es ni la identidad ni la culpabilidad de


los condenados al ostracismo y criminalizados, sino la pro-
ducción de los elementos sociales heteroNtneos frente a los
que la sociedad homoNtnea puede uniÄcarse. @ para prote-
Nerse de estos elementos heteroNtneos, como hemos visto,
ninNún Nasto puede ser demasiado Nrande, ninNún decreto o
acción demasiado violentos.
(l mismo tiempo, por tanto, en correlación con este otro
empobrecido y abyecto, el Estado fascista tambitn debe crear
una fuerza imperiosa y soberana capaz de proteNer a la socie-
dad homoNtnea de estos elementos heteroNtneos, cuya ame-
naza, como arNumentó Eco, siempre se exaNera para justiÄcar
la violencia del dominio fascista. En el fascismo histórico, este
poder heteroNtneo se concentraba en la ÄNura del líder caris-
mático, ya fuera Mussolini, Hitler o -ranco, todos los cuales,
al iNual que la mayor parte del resto de Europa, pensaban que
la democracia estaba condenada y que había que eleNir entre
el comunismo y el fascismo. Hoy, sin embarNo, con 6ccidente
aduciendo la defensa de la democracia como justiÄcación de
tres cuartos de siNlo de Nuerras imperialistas, invasión militar
e intervención política en Estados soberanos de :udamtri-
ca, Ífrica, 6riente Próximo y (sia, ni siquiera el Presidente
de Estados <nidos (al que ahora se le da el título de “Potus”,
que suena vaNamente a romano) tiene la autoridad absoluta
del Duce, el - hrer o el Caudillo. De hecho, desde hace alNún
tiempo, la cacareada posición del “hombre más poderoso del
mundo” está ocupada por actores de Holly^ood, fundamen-
talistas cristianos, presentadores de concursos y marionetas
medio seniles que pronuncian las palabras (y declaraciones de
Nuerra) escritas por la tecnocracia militar-industrial para la que
presenta la fachada apenas en pie de la democracia.
En su luNar, como he arNumentado, la soberanía del 3íder
fascista se ha reinvertido en las formas Nlobales de Nobernanza

124
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

tecnocrática que han asumido tal poder sobre nuestros Nobier-


nos, Estados nación y sus poblaciones, y que ha aumentado
enormemente desde marzo de 22. @ al iNual que los ciuda-
danos bajo el fascismo histórico, ahora estamos reducidos a la
posición de ni|os en relación con su padre, de esclavos con su
amo, de criminales con la policía, de soldados con su Neneral,
de súbditos con su soberano, en luNar de como civiles con sus
representantes políticos eleNidos en el Parlamento y el Gobier-
no. (sí, el Estado de BioseNuridad Global funciona como una
vía estrictamente unidireccional entre esta nueva tecnocracia
internacional y los Estados nación que administran y hacen
cumplir sus dictados. (sí pues, aunque el papel del 3íder ha
sido suplantado en la nueva forma de fascismo que ha resur-
Nido de esta crisis del capitalismo del siNlo ??0, la soberanía
imperiosa del Nobierno fascista ciertamente no lo ha sido.
3o que Bataille, en este artículo, llamó la “estructura psi-
colóNica” del fascismo es la atracción y la repulsión entre es-
tos dos polos de lo heteroNtneo! por un lado (la derecha),
una reverencia casi infantil y una obediencia a las imperiosas
y elevadas formas de autoridad que existen por encima de la
responsabilidad democrática y de la ley, y que Narantizan la
unidad y el funcionamiento de la sociedad homoNtnea" y, por
otro lado (la izquierda), una repulsión visceral y un rechazo
hacia los empobrecidos, los enfermos, los patoloNizados, los
condenados al ostracismo y los criminalizados, que amena-
zan con subvertir la sociedad homoNtnea. Estos dos polos,
que juntos componen los elementos heteroNtneos de la so-
ciedad, se sitúan fuera de la fuerza de trabajo, los medios de
producción y la administración leNislativa y jurídica que cons-
tituyen la sociedad homoNtnea.

125
EL CAMINO AL FASCISM

2. De la religión a la guerra

(l proponer esta teoría de la heteroloNía, Bataille arNu-


mentó que la unidad del fascismo no reside en su infraestruc-
tura económica –las fuerzas y relaciones de producción y la
propiedad, que variaban considerablemente, por otra parte,
en los países europeos en los que el fascismo había formado
Nobierno– sino en esta “estructura psicolóNica”" y para Ba-
taille, esa estructura está determinada por la uniÄcación dife-
renciada de las fuerzas reliNiosas y militares. ( primera vista,
esto no tenía nada de nuevo. Desde hace más de un siNlo,
el 0mperio estadounidense ha invadido, bombardeado y des-
pojado de recursos a Estados soberanos al Nrito patriótico
de “Dios bendiNa a (mtrica”, iNual que antes el 0mperio bri-
tánico colonizó una quinta parte del Nlobo al canto de “Dieu
et mon droit”. Pero al identiÄcar la estructura psicolóNica del
fascismo en esta uniÄcación de la reliNión y el ejtrcito, Batai-
lle se apartó implícitamente del burdo modelo del marxismo
propuNnado por la 000 0nternacional, seNún el cual la estructura
ideolóNica de una sociedad dada –sus formas políticas, jurí-
dicas y culturales (incluidas las reliNiosas)– son meros reÅejos
de su infraestructura económica.
:i esta burda aplicación de la teoría marxista de la ideo-
loNía tuviera alNún valor explicativo sobre el fascismo, ¦por
qut (lemania –durante la 9epública de >eimar, entre 1919 y
19, la nación industrial, cientíÄca, ÄlosóÄca y quizás política
más avanzada de Europa– produjo una ideoloNía tan cultural,
intelectual y políticamente reNresiva como el nacionalsocialis-
mo? ¦Qut tenía que ver la nación capitalista más avanzada de
Europa con desÄles iluminados con antorchas, un parlamento
intimidado por paramilitares políticos en el 9eichstaN y leyes
fundadas en nociones pseudocientíÄcas de la raza extraídas
de los discursos decimonónicos de la deNeneración heredita-
ria, la euNenesia y la antropoloNía mística? ¦Cómo podría la

126
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

nación que sólo a principios del siNlo ?? había producido a


(lbert Einstein en física, a Hannah (rendt en Älosofía, a 9osa
3uxemburNo en política, a Theodor (dorno en socioloNía, a
>alter Benjamin en crítica cultural, a Bertolt Brecht en tea-
tro, a Marlene Dietrich en interpretación, a -ritz 3anN en cine,
(rnold :choenberN en música, >alter Gropius en arquitectu-
ra, (lfred D€blin en literatura, 2urt :ch^itters en poesía y Max
Ernst en arte, tambitn producen (dolf Hitler, Hermann Goe-
rinN, Heinrich Himmler, 1osef MenNele, Carl :chmitt, >olfram
:ievers, 1oseph Goebbels, (lbert :peer, (rno BreRer, (dolf
AieNler y 3eni 9iefenstahl? En otras palabras, ¦cómo pudo
Martin HeideNNer ser el Älósofo más inÅuyente del siNlo ??
y, al mismo tiempo, miembro Ächado y exponente ideolóNico
del Partido 5acionalsocialista 6brero (lemán?12
Esta es una preNunta que deberíamos volver a hacernos
–es la que intento abordar en este libro– tras los últimos dos
a|os y medio de cobardía intelectual, credulidad política y re-
Nresión cultural! en los que la ciencia ha sido apoteósicamente
convertida por la política en una reliNión" en los que se han
impuesto a las poblaciones de las democracias anteriormente
neoliberales reacciones mtdicas a las enfermedades que no
se empleaban en Europa desde hacía cientos de a|os" en los
que las personas más cultas del mundo –las clases medias oc-
cidentales– han creído en la eÄcacia de las mascarillas de tela,
las pantallas de plástico y el hecho de situarse a dos metros de
sus acólitos para detener la propaNación de un virus respirato-
rio de una miltsima parte de la anchura de un cabello humano"
en la que liberales santurrones han participado ávidamente in-
formando y llamando a la seNreNación social de cualquiera que
no obedeciera normas y restricciones que no sólo no tienen
base cientíÄca, mtdica o lóNica, sino que han destrozado el
contrato social de 6ccidente que se fundó en el Estado de de-
recho, la supervisión democrática del Nobierno, la separación

127
EL CAMINO AL FASCISM

del ejecutivo, el leNislativo y el judicial, y la universalidad, indivi-


sibilidad e inalienabilidad de los derechos humanos?
:eNuirt recordando las mentiras, los enNa|os y las orto-
doxias de la fe bajo las que nos vimos obliNados a vivir du-
rante los dos a|os transcurridos desde marzo de 22 y que
continúan hoy en día" pero lo que sostenNo aquí es que, al
iNual que ocurrió con el auNe del fascismo en Europa en el
periodo entre las dos Nuerras mundiales, la “crisis” fabricada
de la salud pública que se ha utilizado para justiÄcar la impo-
sición del Estado Mundial de BioseNuridad ha sido un mo-
mento profundamente reliNioso. 3a consiNna empleada por
los ideóloNos tanto de la “crisis” de los coronavirus como,
antes de ella, de la “crisis” medioambiental, de “¡:eNuir la
ciencia!” es –para cualquiera que entienda los procedimien-
tos probatorios del mttodo cientíÄco– una aÄrmación funda-
mentalmente acientíÄca127. :in embarNo, es una aÄrmación
profundamente reliNiosa. Tomando como punto de partida el
comentario de GiorNio (Namben sobre las prácticas cúlticas
del estado de bioseNuridad, ya he escrito anteriormente so-
bre el fundamento reliNioso de la fe C6=0D128. Por tanto, no
repetirt aquí mis análisis, salvo para decir que, en oposición
a la ciencia, la reliNión apoteosea su doNma como una =er-
dad incuestionable (con mayúsculas), para la que no apor-
ta pruebas ni arNumentos. @ a diferencia de la ciencia –que
bajo cuarenta a|os de neoliberalismo ha lleNado a parecerse
cada vez más a ella–, la reliNión exiNe la creencia absoluta de
sus acólitos, anatematiza las desviaciones de sus ortodoxias
como herejías y responde a las preNuntas y desafíos con la
censura y el castiNo, para cuya administración recurre a todos
los poderes del Estado laico.
Este enfoque reliNioso, reNresivo, irracional y fundamen-
talmente acientíÄco del conocimiento, los debates que lo
producen y las pruebas que exiNe describen, exactamente,

128
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

las acciones del Estado de BioseNuridad Global durante los


últimos dos a|os y medio. El hecho de que lo haya hecho
en torno a un discurso sobre la enfermedad –que nunca ha
escapado del todo a su explicación reliNiosa como castiNo
divino por fallos morales (alNo que deberíamos haber aprendi-
do de la reacción a la epidemia del :0D()– ha hecho que esta
“crisis” fabricada se preste especialmente al renacimiento del
doNma reliNioso y las prácticas cultuales del Estado de biose-
Nuridad en este momento histórico. De hecho, si entendemos
las llamadas “medidas sanitarias” –enmascaramiento facial,
distanciamiento físico, espacios públicos prohibidos, accio-
nes proscritas, consumos restrinNidos, interacciones sociales
prohibidas, abluciones rituales, salvaciones inNeridas– como
las interdicciones y prácticas de una nueva reliNión, empiezan
a tener mucho más sentido. Pero la construcción del Esta-
do de bioseNuridad en respuesta a una “pandemia” tambitn
ha preparado, diría yo, el terreno ideolóNico para el retorno
del fascismo como superestructura política, jurídica y cultural
producida por la actual revolución del capitalismo Nlobal.
En la reciente transición de un Mundo 6ccidental bajo llave
a un Mundo 6ccidental bajo la amenaza de Nuerra con 9usia y
sus aliados, estamos viendo el movimiento político de la “Nue-
rra contra el C6=0D” preNonada por los ideóloNos del Estado
de BioseNuridad Global a la Nuerra contra aquellos que repre-
sentan una barrera a la heNemonía de su tecnocracia interna-
cional. Como expuse en el capítulo anterior, el Gran 9einicio
depende de la inmiseración de la economía real para loNrar el
monopolio Änanciero de una tecnocracia internacional cuyos
ejes Neopolíticos están en vías de decidirse. @a se trate de
una Nuerra exterior librada contra Estados enemiNos ajenos a
sus alianzas militares (la 6rNanización del Tratado del (tlántico
5orte o un nuevo eje Moscú-PeRín) o de una Nuerra interior
librada contra enemiNos fabricados en el interior (el extranjero,

129
EL CAMINO AL FASCISM

el terrorista o el virus), la Nuerra siempre ha sido una necesidad


estructural del fascismo, que justiÄca a la vez la supresión por
el Nobierno de los derechos humanos de los ciudadanos y la
suspensión del proceso democrático bajo el estado de excep-
ción, y al hacerlo maniÄesta el carácter soberano e imperioso
de su autoridad sobre la sociedad homoNtnea.
<na posible explicación de por qut se han levantado tem-
poralmente las restricciones de bioseNuridad en 6ccidente
es que estamos atravesando la transición de la fase reliNiosa
del Estado de BioseNuridad Global, que reordenó la socie-
dad homoNtnea de acuerdo con nuevas prácticas cúlticas y
doNmas, a su fase militar" pero ambas han coexistido desde
el principio, con el poder del Estado-nación que durante dos
a|os se volvió contra su propio pueblo volviendo a su antiNua
función. 3a diferencia entre los últimos cuarenta a|os de neo-
liberalismo y el retorno del fascismo en la actualidad es que,
mientras que el primero diriNió la violencia del Estado capita-
lista hacia el exterior en invasiones militares y Nuerras –con
El :alvador, Granada, el Golfo Ptrsico, Panamá, 0raq, 2u^ait,
(fNanistán, @emen, 3ibia y :iria son sólo los más conocidos–,
en el seNundo esas fuerzas están siendo diriNidas interna-
mente, por policías antidisturbios, paramilitares antiterroristas
y servicios de seNuridad interior, contra las poblaciones que
votan, Änancian y hacen la vista Norda ante su violencia. En
los dos a|os transcurridos desde marzo de 22, las fuerzas
que durante dtcadas se han empleado externamente en Nue-
rras de aNresión contra naciones soberanas han sido diriNidas
por los Nobiernos del Estado de BioseNuridad Global contra
aquellos que se sentaron y votaron para que convirtieran el
resto del mundo en sus campos de exterminio. (hora esos
campos están siendo ampliados por la 6T(5.
Como la mayoría de la izquierda política del periodo de
entreNuerras, Bataille entendía el fascismo como la respuesta

130
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

del capitalismo a la creciente amenaza de un movimiento


obrero internacional. @ la capacidad del fascismo para uni-
Äcar la autoridad reliNiosa y militar en la ÄNura políticamente
nueva del 3íder derivaba del hecho de que, en oposición al
comunismo, que pretendía exacerbar la Nuerra de clases, el
fascismo se caracterizaba por la “uniÄcación de clases”. Este
poder de uniÄcación, arNumentaba Bataille, se derivaba del
aspecto militar del fascismo, que borraba las diferencias de
clase de sus reclutas bajo un uniforme que homoNeneizaba
tanto la apariencia como las acciones. Por supuesto, bajo
esa homoNeneidad yacía una estructura militar jerárquica aún
más estratiÄcada que la de la clase social, y cuya cabeza era
el 3íder fascista. Pero hoy, la respuesta a C6=0D-19 ha borra-
do de forma similar las diferencias políticas de partido, perió-
dico y electorado bajo la bandera militar de la “Nuerra contra
C6=0D”. Conservadores y laboristas, lectores del TeleNraph y
del Guardian, empresarios y ecoloNistas, todos se han unido
en su defensa de las restricciones, sus peticiones de mayo-
res castiNos, sus exiNencias de suspender nuestros derechos
humanos y libertades. De hecho, mantener el distanciamiento
social, obedecer las Åechas direccionales en el suelo de las
tiendas y en la calle, y participar en rituales colectivos como
aplaudir al 5H: o a <crania, transponen a la vida civil formas
militares como ponerse en posición de Ärmes, marchar en for-
mación y los desÄles militares, con la identidad individual del
recluta de bioseNuridad borrada bajo la uniformidad tanto de
la máscara como del comportamiento. En otras palabras, lo
que borra el fascismo no son las distinciones de clase y ran-
No, sino la identidad política y la aNencia del recluta.

131
EL CAMINO AL FASCISM

3. Asimilación a lo homogéneo

3a unidad fascista, sin embarNo, no es sólo la uniÄcación


de la autoridad militar y reliNiosa en la ÄNura del 3íder y la
unión simbólica de diferentes clases sociales en el borrado
de la identidad política del individuo. Es tambitn”, escribe
Bataille, “la unión exitosa de elementos heteroNtneos con
elementos homoNtneos, de la soberanía, propiamente dicha,
con el Estado“129. Bajo el fascismo, el principio democrático
de la soberanía del Parlamento y de la 5ación –al iNual que
los derechos humanos de sus ciudadanos, hasta entonces
inalienables– quedan todos subordinados al Estado. Como
ya he citado a Mussolini escribiendo en 3a doctrina del fas-
cismo! “Todo está en el Estado, y nada humano o espiritual
puede existir, y mucho menos tener valor, fuera del Estado”1.
(l erradicar con txito todas las formas de subversión hetero-
Ntnea, el Estado fascista histórico se alineó con los intereses
de los capitalistas, es decir, con la sociedad homoNtnea. :in
embarNo, como resultado de este recurso a la heteroNenei-
dad fascista, que amenazaba la homoNeneidad de la produc-
ción basada en las nociones ideolóNicas de competencia y
libre empresa, “la estructura misma del capitalismo”, escribe
Bataille, “se ve profundamente alterada”. :i los terratenientes
italianos y los industriales alemanes no se hubieran visto obli-
Nados a alinearse, respectivamente, con el fascismo y el na-
cionalsocialismo, estos movimientos políticos nunca habrían
formado Nobiernos. En una revisión del modelo marxista clási-
co de ideoloNía, por tanto, el Estado fascista se encuentra en
una relación recíproca con la infraestructura económica que,
en última instancia, determina su formación11. :in embarNo,
que la unidad del fascismo estt en su estructura psicolóNica
y no en las condiciones económicas que le sirven de base no
siNniÄca que la etapa de desarrollo de la economía mundial
y la crisis a la que se enfrentó no dotaran a los diferentes

132
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

Estados fascistas de una determinación económica común" y


lo mismo ocurre hoy en día. De hecho, tras un siNlo de Nloba-
lización es aún más cierto.
Desde los inmensos recursos y fuerzas productivas des-
pilfarrados en las dos Nuerras mundiales del siNlo ?? hasta la
vasta acumulación de riqueza por parte de las corporaciones
comerciales más poderosas del mundo actual y, más recien-
temente, los . millones de dólares en “ayuda militar”
que EE.<<. está enviando a su Nobierno títere ucraniano para
librar su Nuerra por poderes contra 9usia, la producción del
polo imperioso y soberano de autoridad heteroNtnea no sólo
se opone a su polo empobrecido y abyecto, sino que tambitn
lo produce12. 3a pobreza de la clase obrera mundial no es una
consecuencia desafortunada del fracaso del capitalismo a la
hora de alimentar, vestir, alojar, educar y cuidar de la salud de
la población del planeta, sino el producto de su txito a la hora
de impedir que la fuerza de trabajo que produce su riqueza
participe en sus beneÄcios. El Nasto improductivo de material
y mano de obra, ya sea en el bloqueo o en el estado de Nuerra
permanente en el que se encuentra EE.<<. desde la :eNunda
Guerra Mundial es, ante todo, el consumo de esos recursos
con Änes que se ocultan a los productores de la riqueza que
consume. 5o es casualidad que EE<<, la nación más rica
de la historia, tenNa este a|o un presupuesto de defensa de
77. millones de dólares –más que los 9 países siNuien-
tes juntos, y más del 1 de todo el Nasto federal– pero no
disponNa de asistencia sanitaria Nratuita1. Para mantener las
relaciones de producción de la sociedad homoNtnea, el tiem-
po de trabajo en el que se puede alimentar, alojar y educar a la
clase trabajadora debe dilapidarse en producir las formas so-
beranas e imperiosas de la autoridad heteroNtnea ante las que
lueNo se les ordena arrodillarse en obediencia y, Änalmente,
se les convence para que las veneren como sus protectoras.

133
EL CAMINO AL FASCISM

5o debemos olvidar que es el sector Änanciero al que los


Nobiernos de 6ccidente han rescatado con 1 billones de
dólares de dinero electrónico con el que la clase trabajadora
está ahora en deuda para las Neneraciones venideras. En este
sentido, como en tantos otros, la “crisis” del coronavirus es
una demostración de cómo la sociedad homoNtnea produce
los polos de lo heteroNtneo, tanto de lo imperioso como de
lo empobrecido. @ sin embarNo, son los líderes corporativos
de esta tecnocracia internacional los que han emerNido de
la “pandemia” que declararon como la autoridad soberana e
imperiosa ante la que los nuevos empobrecidos y abyectos
deben ahora inclinarse en obediencia y temor, si no aún en
reverencia universal.
( partir de estos principios, Bataille concluye su artículo
con una discusión sobre las diferentes posibilidades de que la
clase obrera se una a elementos de la sociedad homoNtneos
(las clases medias e incluso capitalistas individuales) disocia-
dos de ella por las crisis derivadas de las contradicciones del
capitalismo. :ólo como tal, sostiene, la heteroNeneidad pue-
de constituir una fuerza potencialmente subversiva de cam-
bio en la sociedad. Bataille ve estas posibilidades determi-
nadas por las estructuras políticas existentes e históricas de
una sociedad dada, y sobre todo por sus formas imperiosas y
soberanas de autoridad heteroNtnea. 0talia, por ejemplo, des-
puts de la Gran Guerra, tenía una monarquía dtbil que la ha-
cía susceptible al fascismo" y en (lemania la revolución había
derrocado al Ráiser y lo había sustituido por la 9epública de
>eimar, leNislativamente impotente, que aumentó la nostal-
Nia por el autoritarismo del :eNundo 9eich. En ambos países,
por tanto, que sólo alcanzaron la unidad nacional, respectiva-
mente, 1 y 2 a|os antes de formar un Nobierno fascista, y
que habían salido humillados y derrotados de la Gran Guerra,
faltaba una autoridad heteroNtnea imperiosa, lo que hacía a

134
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

ambas naciones susceptibles al militarismo de la soberanía


fascista. Para los estados sucesores multinacionales crea-
dos, restaurados o ampliados por el Tratado de =ersalles a
partir de los imperios austrohúnNaro y ruso disueltos ((ustria,
HunNría, Checoslovaquia, @uNoslavia, Polonia y 9umanía) la
falta de una autoridad heteroNtnea reconocida, ya fuera em-
perador o zar, era aún mayor. Mientras que en Espa|a, tanto
la dictadura militar como la monarquía habían sido depues-
tas, dando paso a la condenada 9epública Espa|ola.
El 9eino <nido, por el contrario, tenía como 1efe de Es-
tado a un monarca hereditario al que todavía hoy se saca en
volandas al primer Nru|ido de la indefectiblemente patriótica
y monárquica clase obrera británica" y -rancia tenía la 9evolu-
ción -rancesa, a la que todavía apelan los manifestantes contra
el encierro cuando cantan 3a Marsellesa y aNitan el Tricoleur,
demostrando su aparentemente inquebrantable equiparación
de libertt, tNalitt, fraternitt con la continuidad de la 9epública
-rancesa. Parece, por tanto –y el acceso sin oposición de Car-
los 000 al trono del 9eino <nido en el mes en que publico este
libro ha reaÄrmado esta función–, que en una monarquía cons-
titucional de larNa duración el soberano está tan estrechamente
vinculado a la sociedad homoNtnea que su autoridad se ha na-
turalizado como una parte inmutable de su estructura" mientras
que en una república democrática como -rancia o EE.<<., el
soberano aparece como aquello que ya ha sido derrocado en
el Nlorioso momento de su fundación. 3os elementos imperio-
sos de lo heteroNtneo, por tanto, son a la vez inmovilizadores
e inmovilizados, mientras que sólo sus elementos empobreci-
dos pueden provocar el cambio. 5o en vano, las estatuas con-
memorativas de GeorNe >ashinNton y (braham 3incoln están
ambas representadas con las manos apoyadas en las fasces.
:in embarNo, para convertirse en una fuerza de cambio,
los elementos heteroNtneos de la sociedad deben incluir no

135
EL CAMINO AL FASCISM

sólo a la parte de la clase obrera que ha tomado conciencia de


su potencial subversivo e incluso revolucionario, sino tambitn
a los elementos de las clases medias disociados de la socie-
dad homoNtnea por su desinteNración. :in embarNo, durante
tales crisis los elementos disociados de la sociedad homoNt-
nea no se sienten necesariamente atraídos por sus elementos
subversivos. (l contrario, y como vimos durante la “crisis” del
coronavirus, en las manifestaciones, marchas y protestas con-
tra el estado de bioseNuridad británico las clases medias, y en
particular las de la izquierda política, brillaron por su ausencia
casi total. En su luNar, la imperiosa fuerza de atracción ejercida
por formas heteroNtneas de autoridad –que alcanzó su punto
álNido durante la reciente estancia de la reina 0sabel 00– movili-
zó a la sociedad homoNtnea en dirección al restablecimiento
del contacto temporalmente roto entre las masas de las obe-
dientes clases medias y trabajadoras y la autoridad soberana,
a la que estaban y están demasiado dispuestas a obedecer.
Del mismo modo que, en los Estados fascistas históricos, el
Duce y el - hrer ejercían no sólo una autoridad militar sino
tambitn un poder de atracción reliNioso sobre las masas, los
súbditos del Estado de bioseNuridad británico, en palabras de
6r^ell, han aprendido a amar al Gran Hermano.
Estas consideraciones, estrictamente hablando, quedan
fuera del ámbito de este capítulo, aunque volvert sobre ellas
al Änal de este libro" pero las conclusiones de Bataille sobre
su propia tpoca, que resultaron ser acertadas, no ofrecen
muchas esperanzas para nosotros hoy!
En principio, parece que los movimientos revolucionarios
que se desarrollan en una democracia no tienen esperanza,
al menos mientras el recuerdo de las luchas anteriores con-
tra una autoridad real se haya atenuado y ya no establezca
necesariamente reacciones heterogéneas en oposición a for-
mas imperiosas. +e hecho, es evidente que la situación de

136
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

las grandes potencias democráticas, donde se juega el des-


tino de la Revolución, no merece la menor conÄanza: sólo la
actitud casi indiferente del proletariado ha permitido a estos
países evitar las formaciones fascistas14.
Bataille se apresuró a a|adir que el mundo rápidamente
cambiante de la realidad concreta no puede verse constre|ido
por tales construcciones teóricas, y mantuvo la esperanza de
que el fascismo, que seNún tl ponía en tela de juicio la exis-
tencia misma de un movimiento obrero, demostrara sin em-
barNo qut enerNías podía movilizar dicho movimiento cuando
se despertaba a la conciencia de sus fuerzas afectivas. Del
mismo modo que es de las Älas de la clase obrera de donde
una soberanía imperiosa extrae sus medios de acción afectiva
para librar sus Nuerras y hacer cumplir sus leyes, es contra
esta clase contra la que todo el aparato del Estado diriNe sus
poderes de opresión en el Parlamento, los tribunales y los me-
dios de comunicación, convirtiendo a los “htroes” de nuestras
fuerzas policiales y militares en “hooliNans” del fútbol de un
plumazo, con el clic de una cámara. :in embarNo, casi noven-
ta a|os desputs, la descripción de Bataille de la indiferencia
del proletariado ante su potencial subversivo –y no diNamos
revolucionario– pinta un cuadro más exacto de la clase obrera
de 6ccidente que sus esperanzas de una fuerza heteroNtnea
que volvería las armas del fascismo contra sí misma.
Quiero terminar estas consideraciones sobre la estructura
psicolóNica del fascismo y por qut ha reNresado hoy con un
pasaje de un texto contemporáneo que aborda precisamente
esta subordinación de la clase obrera por el fascismo – en
ttrminos de Bataille, la apropiación del potencial subversivo
de los elementos heteroNtneos del capitalismo a la sociedad
burNuesa homoNtnea. En 19, en su ya famoso artículo so-
bre “3a obra de arte en la era de la reproducción mecánica”,
>alter Benjamin, el crítico alemán de cuyos escritos procede

137
EL CAMINO AL FASCISM

mi epíNrafe para este capítulo, y que tl mismo moriría inten-


tando escapar del fascismo cuatro a|os más tarde, escribió!
El fascismo intenta organizar a las masas recién proleta-
rizadas dejando intactas las relaciones de propiedad que las
masas se esfuerzan por abolir. El fascismo ve su salvación en
conceder a estas masas no sus derechos, sino la posibilidad
de expresarse. 3as masas tienen derecho a cambiar las rela-
ciones de propiedad; el fascismo pretende darles expresión
mientras mantiene estas relaciones sin cambios. El resultado
lógico del fascismo es la estetización de la vida política1.
Han pasado casi noventa a|os desde las proftticas pala-
bras de Benjamin y, en las antiNuas democracias neoliberales
de 6ccidente, las masas hace tiempo que renunciaron a rei-
vindicar su derecho a cambiar las relaciones de propiedad y
mucho menos a provocar ese cambio. En su luNar, se conten-
tan –o, más exactamente, exiNen ahora por encima de cual-
quier otra cosa– su derecho a expresarse con los juNuetes
con los que han sido distraídas de su papel histórico y, Änal-
mente parece, esclavizadas por los espectáculos del fascis-
mo. De todas las nuevas palabras y frases de moda surNidas
de la maquinaria propaNandística del Estado de BioseNuridad
Global con las que los Estados nación del capitalismo occi-
dental han hablado a una sola voz, quizá la más citada sea la
declaración del -oro Económico Mundial, a la que ya me he
referido, de que desputs del Gran 9einicio, cuando hayamos
abrazado la Cuarta 9evolución 0ndustrial y el fascismo sea la
5ueva 5ormalidad, “no poseeremos nada y seremos felices”.
Esta fue, quizás, la mayor percepción de Benjamin sobre
nuestro presente aún distante. (clarando lo que quería decir
con la estetización de la vida política, Benjamin escribió! “En
las Nrandes procesiones ceremoniales, en los mítines NiNan-
tescos y en los acontecimientos deportivos masivos, así como
en la Nuerra, todo lo cual es ahora alimentado por la cámara,

138
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

las masas se encuentran cara a cara consiNo mismas”. Ben-


jamin pensaba en los mítines de 5úremberN y en el uso que
el ministro de PropaNanda de Hitler, 1oseph Goebbels, hizo
de las nuevas tecnoloNías de comunicación de masas en la
(lemania de los a|os , especialmente el cine y la radio. Hoy,
sin embarNo, este espectáculo se ha reducido al tama|o de
la pantalla de un teltfono inteliNente, por el que las masas se
ven confrontadas, en cada momento de cada día, con su pro-
pio rostro" y las plataformas de los medios sociales, cada vez
más proliferantes, nos conceden la posibilidad ilimitada de
expresarnos sin hacer absolutamente nada para cambiar las
relaciones de propiedad supervisadas e impuestas por esta
tecnoloNía. Por el contrario, la voluntad de autoexpresión no
sólo es la base ideolóNica de la política de identidad por la que
los elementos heteroNtneos potencialmente subversivos de
nuestras sociedades son asimilados en un orden homoNtneo,
sino tambitn, como advirtió el Banco de PaNos 0nternaciona-
les, la fuente del ya enorme poder Änanciero y del creciente
poder político del pu|ado de empresas de tecnoloNía de la in-
formación que administran el Estado de BioseNuridad Global.
Esto no siNniÄca, sin embarNo, que el espectáculo políti-
co haya perdido sus usos para el fascismo, al menos no por
el momento. 3os dos primeros a|os de bloqueo estuvieron
acompa|ados, para los ciudadanos del Estado de bioseNuri-
dad británico, por la Copa de Europa de fútbol, los campeo-
natos de tenis de >imbledon, la Nira de ruNby de los 3eones
británicos e irlandeses a :udáfrica, los retrasados 1ueNos
6límpicos de verano en 1apón, los 1ueNos 6límpicos de in-
vierno en China y, en los estadios vacíos de la Premier 3ea-
Nue inNlesa de fútbol, el ritual de “arrodillarse”. 6riNinalmen-
te un acto de no acatamiento en protesta contra el racismo
sisttmico de la sociedad estadounidense que se promulNa-
ba durante el himno nacional que se interpreta antes de los

139
EL CAMINO AL FASCISM

partidos de fútbol americano, este Nesto, que en los partidos


internacionales se realiza ahora desputs de los himnos, es
otro ejemplo de cómo los elementos heteroNtneos y poten-
cialmente subversivos de una sociedad son cooptados y asi-
milados por el orden homoNtneo. De hecho, en la medida en
que este Nesto, como el de llevar una máscara facial, se ha
convertido en un ritual obliNatorio que pocos deportistas se
atreven a incumplir, el polo izquierdo de lo heteroNtneo se ha
transformado en el polo derecho, y un Nesto oriNinalmente
alineado con lo empobrecido y abyecto (la clase trabajadora
neNra) se emplea ahora para sostener el sistema homoNtneo
de su opresión.
Más recientemente, hemos tenido el ritual de aplaudir en
apoyo de <crania –un espectáculo que repite los aplausos
por el 5H: durante el primer bloqueo del 9eino <nido– y la
correspondiente prohibición de todo lo ruso, desde las mer-
cancías hasta la cultura. Bajo el consenso político creado por
tales espectáculos, el Chelsea -ootball Club, que desde 2
es propiedad del oliNarca y NánNster ruso 9oman (bramo-
vich, ha sido ahora vendido por la fuerza a otro multimillonario
actualmente aprobado por el Estado británico. En respuesta
a las protestas contra esta decisión, Thomas Teuchel, Nerente
alemán del club, declaró a los medios de comunicación bri-
tánicos! “5o hay una seNunda opinión sobre la situación Ben
<craniaD”1. Televisado a la nación en Match of the Day, un
proNrama no conocido normalmente por comentar conÅictos
militares en todo el mundo (no ha hecho ninNuna condena
equivalente de las Nuerras mucho más larNas y destructivas
de @emen o Gaza), tsta es la doctrina misma del fascismo, en
la que todo ciudadano debe adoptar las posiciones políticas y
repetir las declaraciones políticas de su Gobierno, y cualquier
desviación de esa ortodoxia es censurada y castiNada con el
arNumento, como escribió Eco, de que todo desacuerdo es

140
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

una amenaza para la seNuridad del Estado y, por tanto, una


forma de traición.
El hecho de que la defensa de este punto de vista, que
ha sido repetido unánimemente por los ahora homoNtneos
medios de comunicación británicos, contravenNa nuestros
derechos leNales a la libertad de pensamiento (artículo 9 del
Convenio Europeo de Derechos Humanos) y a la libertad de
expresión (artículo 1), es una prueba más de que el estado
de emerNencia políticamente declarado bajo el que hemos vi-
vido durante dos a|os en el 9eino <nido no se ha levantado
con la suspensión formal de las reNulaciones y restricciones
justiÄcadas por el coronavirus este mes de marzo. (l contrario,
esas medidas nominalmente temporales han dejado de ser
la excepción impuesta y ahora son la reNla obedecida en la
“5ueva 5ormalidad” bajo cuya bandera se ha impuesto la ho-
moNeneidad del Estado fascista. Que ahora sean aceptadas
incuestionablemente por el público del 9eino <nido fuera de
cualquier marco leNal indica hasta qut punto hemos descen-
dido a la obediencia irreÅexiva y a la servidumbre voluntaria en
los últimos dos a|os y medio, y demuestra que –sin que nos
demos cuenta– ahora somos una sociedad fascista en todo
menos en el nombre, y estamos preparados para formar un
Estado propiamente fascista bajo las nuevas formas de auto-
ridad soberana que riNen el Estado Global de BioseNuridad.
En el capítulo anterior, hice alNunas predicciones sobre
las consecuencias de la actual crisis del capitalismo y el re-
curso a formas heteroNtneas de autoridad por parte de nues-
tras tecnocracias internacionales para evitar el colapso del
sistema Änanciero mundial, que incluyó el bloqueo de la eco-
nomía real en 6ccidente durante dos a|os. :i el fascismo ha
reNresado a nuestras políticas, leyes y culturas, al iNual que el
fascismo histórico, es en previsión de las reacciones sociales
y políticas esperadas ante la caída en picado del nivel de vida

141
EL CAMINO AL FASCISM

a escala mundial, no sólo entre los elementos heteroNtneos


ya empobrecidos de la sociedad, sino tambitn en elementos
de la sociedad homoNtnea. El capitalismo ha desarrollado
proNresivamente los medios para aplastar primero y seducir
desputs a la clase obrera de 6ccidente para que se plieNue,
pero necesita a las clases medias para administrar el aparato
del Estado, aunque mucho menos que antes a medida que la
nueva Neneración tecnolóNica se hace carNo de más de sus
funciones y aumenta el monopolio de la economía por parte
de las corporaciones multinacionales. Éste es precisamente
el tipo de crisis del capitalismo que Bataille identiÄcó como
la que tiene el potencial de unir los elementos heteroNtneos
de la sociedad en una fuerza para el cambio social y político.
Como comentt en el capítulo 4, el Banco de PaNos 0nter-
nacionales advirtió de que no debía subestimarse tal desafío
al “orden mundial internacional”, y que será “una fuerza con
la que habrá que luchar en los a|os venideros”.
Desde este punto de vista, el enorme aumento del auto-
ritarismo Nubernamental y de la violencia autorizada por el
Estado en las sociedades occidentales durante la “pandemia”
declarada políticamente fue un caso de prueba de la violencia
y el autoritarismo aún mayores que se avecinan, y que el to-
talitarismo del Estado de BioseNuridad Global está dise|ado
para controlar y suprimir de antemano. (unque la infraestruc-
tura económica del Estado de BioseNuridad Global, por tanto,
es necesariamente diferente de las condiciones económicas
que dieron luNar al fascismo en Europa en la dtcada de 192,
no sólo ha surNido tambitn de una crisis del capitalismo occi-
dental que es la última de lo que puede describirse justiÄcada
y acertadamente como su larNa decadencia, sino que mu-
chas de las formas superestructurales del fascismo histórico
han reNresado en los Estados nación de 6ccidente. Como
he arNumentado, los elementos soberanos e imperiosos de

142
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

las sociedades occidentales ya no están investidos del 3íder


fascista, sino que han sido asumidos por las formas Nlobales
de Nobernanza tecnocrática por las que ahora nos reNimos.
(l iNual que el fascismo histórico, la autoridad de esta tecno-
cracia es tanto reliNiosa como militar" pero esta vez no están
unidas en el nacionalismo autoritario del Estado–nación, sino
en el totalitarismo del Estado de BioseNuridad Global. De he-
cho, la bioseNuridad, que ha suplantado a la soberanía parla-
mentaria como fuente última de la ley y el poder supremo en
las antiNuas democracias occidentales, es la uniÄcación del
poder reliNioso y militar" y es bajo su autoridad absoluta –la
autoridad del fascismo– que vivimos ahora.

143
6.
la estética del
totalitarismo
“No hay, por supuesto, ninguna razón por la que los nue-
vos totalitarismos deban parecerse a los antiNuos. <n Estado
totalitario realmente eÄcaz sería aquel en el que el todopode-
roso ejecutivo de los jefes políticos y su ejtrcito de Nerentes
controlan a una población de esclavos que no tienen que ser
coaccionados, porque aman su servidumbre. Hacer que la
amen es la tarea asiNnada, en los Estados totalitarios actua-
les, a los ministerios de propaNanda, a los directores de perió-
dicos y a los maestros de escuela. Pero sus mttodos siNuen
siendo burdos y poco cientíÄcos. El amor a la servidumbre no
puede establecerse sino como resultado de una revolución
profunda y personal en las mentes y los cuerpos humanos».
– Aldous Huxley, Prólogo a Un mundo feliz, 1946

1. La cultura del kitsch

En el mundo occidental existe la percepción errónea, de la


que es responsable en Nran medida la industria del “Holo-
causto”, de que la estttica del fascismo es la de la hipermas-
culinidad! las ÄNuras de Mussolini y Hitler Nesticulando como
marionetas, las apretadas Älas de soldados alineados en la
Piazza =enezia de 9oma o caminando a paso de Nanso por
los campos de concentración de 5úremberN, la austeridad
reNimentada de los ediÄcios neoclásicos de Guiseppi TerraNni
y los abultados músculos de las estatuas del hombre ideal de

147
EL CAMINO AL FASCISM

1osef ThoraR. @ sin duda esto es cierto en parte. Pero vemos


estos espectáculos a travts de la lente de una historia que ha
convertido a Hitler en El gran dictador de Charlie Chaplin, los
mítines de 5úremberN en 3a guerra de las galaxias de GeorNe
3ucas y los Subhumanos arios de (rno BreRer en el 9ambo
de :ylvester :tallone. Por turnos ridículo cómico, caricatura
monstruosa o absurdo fálico, es como si dentro de  a|os
estuvitramos mirando hacia atrás, hacia el tambaleante Bo-
ris 1ohnson, el villano 2laus :ch^ab o el acicalado Donald
Trump. 3o que nos hemos perdido –más exactamente, lo que
se ha hecho transparente por la apropiación de la política fas-
cista al espectáculo del capitalismo de posNuerra– es la emo-
ción exaltada y la unidad que se creó en torno a estos espec-
táculos. 3o que hoy respondemos como siniestro o cómico
o sentimental se vivía entonces –y hay amplios testimonios
de estos efectos– como la sumisión voluntaria a un 3íder, la
unidad Nozosa de un pueblo, el ideal estttico al que debía
aspirar un arte nacional17.
Como deja claro el simbolismo de las fasces, tsta es la es-
tttica del fascismo, quizá mejor expresada en el lema na-
cionalsocialista de “2raft durch -reude (-uerza a travts de
la aleNría)”. Detrás del saludo fascista, el uniforme de las ::
y el monumento neoclásico estaba el Estado ideal, el sue|o
de un pueblo uniÄcado, la conmemoración de los htroes caí-
dos, como los Templos de Honor construidos en Múnich en
19 para alberNar los sarcófaNos de los diecistis miembros
del entonces naciente Partido 5acionalsocialista 6brero (le-
mán asesinados en el fallido Putsch de la Cervecería de 192.
Mientras el Gobierno nacionalsocialista que se formó en 19
abrazaba los avances industriales y tecnolóNicos de la mo-
dernidad para construir el estado totalitario del Tercer 9eich,
el arte nacionalsocialista, que hundía sus raíces en el roman-
ticismo alemán del siNlo ?0?, era una estttica violentamente

148
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

antimodernista y conservadora. ( la vez sentimental y sensi-


blera, estaba mejor representada por cuadros como la Familia
campesina Kalenberg (199) de (dolf >issel, que fue adqui-
rida por (dolf Hitler para su colección personal, que por los
musculitos arios que se alzaban frente a su cancillería.
Esta estttica, sin embarNo, no se limitó al fascismo sino que
caracteriza a todos los estados totalitarios, entonces y aho-
ra. <n correctivo a la percepción occidental, construida por
Holly^ood, de lo que había detrás del Telón de (cero lo pro-
porcionó en la dtcada de 198 la traducción y la repentina
popularidad de los libros del escritor checo Milan 2undera.
(mbientadas en PraNa y sus alrededores, sus novelas ofre-
cían una visión de la vida cotidiana en una sociedad totalita-
ria" y aunque contenían los tropos familiares para los lectores
de 1ohn le Carrt y otras novelas de espías que los ideóloNos
occidentales estaban encantados de promover, tambitn pin-
taban un cuadro del totalitarismo que a la vez miraba hacia
atrás, al fascismo histórico, y hacia delante, a nuestro presen-
te. :u novela revelación, El libro de la risa y el olvido, publica-
da por primera vez en 1979 desde el exilio forzoso de 2un-
dera en -rancia y traducida al inNlts en 198, contenía una
escena ambientada el 28 de junio de 19, dos a|os desputs
de que los comunistas hubieran lleNado al poder en lo que en-
tonces era Checoslovaquia. El día anterior, Milada HoráRová,
representante del Partido :ocialista en la (samblea 5acional,
había sido ejecutada junto con el surrealista y materialista his-
tórico checo, Aáviú 2alandra, por el delito de conspirar para
derrocar al Estado. (ndrt Breton, el poeta francts y líder del
surrealismo, había escrito una carta abierta condenando las
acusaciones contra su viejo amiNo, y 2undera se sintió horro-
rizado al ver al antiNuo poeta surrealista, Paul Éluard, bailando
en la calle en alNuna celebración sancionada por el Estado.18
(unque estaba distanciado de Éluard, que se había unido al

149
EL CAMINO AL FASCISM

Partido Comunista -rancts en 1942 y tras la Nuerra emerNió


como el ctlebre poeta del estalinismo, Breton le había pe-
dido que intercediera y condenara el juicio contra 2alandra.
Pero Éluard”, escribió 2undera, “estaba demasiado ocupa-
do bailando en el NiNantesco anillo que rodea París, Moscú,
=arsovia, PraNa, :ofía y (tenas, que rodea todos los países
socialistas y todos los partidos comunistas del mundo”.
En una entrevista con el novelista estadounidense Philip 9oth,
publicada en The New York Times Review of Books en no-
viembre de 198, 2undera reveló que esta escena de Éluard
bailando en PraNa había tenido luNar realmente" pero tambitn
podría haber estado pensando –el pasaje siempre ha surNido
en mi mente– en la famosa fotoNrafía de la fuente Barmaley
tomada por Emmanuil EvzeriRhin en 1942 durante el asedio
de :talinNrado. En ella aparecen las estatuas de seis ni|os
–llevan las corbatas de los 1óvenes Pioneros sovitticos– coNi-
dos de la mano y bailando en círculo alrededor de un cocodri-
lo, frente a los restos ardientes de la ciudad. Para la mayoría
de las culturas, el círculo es un símbolo de unidad y felicidad,
pero para 2undera la estructura de un círculo encarna la con-
dición sobre la que se forman todos los totalitarismos. ( dife-
rencia de una Äla de bailarines, que está abierta a la entrada
de nuevos miembros que se incorporan en cualquiera de sus
extremos, el anillo es una formación cerrada, y una vez que se
sale de tl no hay retorno. 3a inteNridad y pureza de su forma,
por tanto, sólo se consiNue con la condición de la exclusión
de los que están fuera de su círculo. Como sabe cualquier al-
helí sentado en el borde de una pista de baile, o se está en el
círculo de bailarines o se está fuera. @ para que la fuerza de la
unidad y el vínculo de su aleNría se mantenNan, los bailarines
deben justiÄcar y explicar –al menos ante sí mismos– la ex-
clusión de los de fuera. El círculo de bailarines, por tanto, es
la expresión de la sociedad totalitaria, en la que todos deben

150
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

demostrar su pertenencia, su creencia, su unidad, en todo


momento y con aleNría. Como dijo 2undera a 9oth!
El totalitarismo priva a la gente de la memoria y la convierte así
en una nación de niños. Todos los totalitarismos hacen esto. Y
quizás toda nuestra era técnica lo hace, con su culto al futuro,
su culto a la juventud y a la infancia, su indiferencia hacia el
pasado y su desconÄanza hacia el pensamiento19.
Ésta es la estttica del Ritsch tal y como la deÄnió el crítico
de arte estadounidense Clement GreenberN en su artículo de
199, “(vant-Garde and 2itsch” (=anNuardia y Ritsch). 3a pre-
ocupación de GreenberN era distinNuir el arte de vanNuardia
–en pintura Pablo Picasso, en poesía T. :. Eliot, en literatura
1ames 1oyce– que quería promover de la cultura producida
en serie de las sociedades industriales, a la que denominó
“Ritsch”, y que equiparó con “experiencia vicaria y sensacio-
nes ÄnNidas”.14 Ejemplos de Ritsch, seNún GreenberN, son las
ilustraciones de las portadas de The Saturday Evening Post
del ilustrador estadounidense 5orman 9ocR^ell –cuyo here-
dero en la industria cultural estadounidense actual es :teven
:pielberN– y, en la <nión :ovittica, el arte del realismo socia-
lista, que se había convertido en la cultura oÄcial bajo :talin
desde 194. (unque GreenberN no lo citó individualmente,
por tanto, el Ritsch incluye las obras públicas del escultor so-
vittico 9omuald 0odRo, que dise|ó la fuente Barmaley en :ta-
linNrado que sobrevivió a los asaltos de la >ehrmacht.
El Ritsch, por tanto, no fue particular del fascismo, sino más
bien un producto del papel ampliado de la cultura en el Esta-
do moderno. :in embarNo, cuando ese Estado era totalitario
–y a este respecto GreenberN, como -riedrich HayeR, no dis-
tinNuía entre estalinismo, nazismo y fascismo– la siempre te-
nue distinción entre cultura y propaNanda se disolvía. :in em-
barNo, como la mayoría de los apoloNistas del imperialismo
estadounidense, GreenberN permaneció cieNo ante la función

151
EL CAMINO AL FASCISM

política de la cultura estadounidense, que tras la :eNunda


Guerra Mundial pasó a dominar el mundo en el que vivimos
ahora. Pero si ampliamos su referencia al totalitarismo para
abarcar la cultura más totalitaria jamás creada –la cultura de
masas del consumismo estadounidense desde la Gran Gue-
rra, que colonizó el mundo occidental durante la Guerra -ría
y ha loNrado un dominio Nlobal casi total desde la disolución
de la <nión :ovittica en 1991– su descripción de su función
política es tan cierta hoy como lo era entonces. “El fomento
del Ritsch”, escribió GreenberN, “no es más que otra de las
formas poco costosas con las que los reNímenes totalitarios
tratan de conNraciarse con sus súbditos”141.
Todo ello nos lleva al presente, en el que el Ritsch deÄne lo
que pasa por arte y cultura en un 9eino <nido repentinamen-
te desprovisto de ambos, y en ninNún luNar tanto como en la
construcción de la superestructura ideolóNica del estado de
bioseNuridad durante los últimos dos a|os y medio. Como
ejemplo de ello, el Muro Conmemorativo 5acional del Covid
en la orilla sur de 3ondres es Ritsch sancionado por el estado.
9ealizado por los activistas del arte callejero 3ed by DonReys,
ha sido descrito por el periódico The Guardian –quizás el de-
fensor nacional más incondicional de los proNramas de bio-
seNuridad, las restricciones de cierre y los mandatos de “va-
cunación” y denunciante de los manifestantes como “teóricos
de la conspiración de derechas”– como “un monumento con-
memorativo del mayor suceso traumático masivo en tiempos
de paz del 9eino <nido en más de un siNlo”142. Propiedad del
Hospital de :anto Tomás y bajo la jurisdicción del Consejo
de 3ambeth, en abril de 221 el muro sirvió de telón de fondo
a una fotoNrafía del alcalde de 3ondres, :adiq 2han, conve-
nientemente enmascarado y de aspecto preocupado, como
parte de su exitosa campa|a para ser reeleNido. Comenzado
un mes antes, en marzo de 221, los 1. corazones rosas

152
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

del muro, pintados uniformemente siNuiendo las indicaciones


expuestas en placas permanentes, pretenden representar el
número oÄcialmente consaNrado de muertes atribuidas en-
tonces al C6=0D-19.
(hora sabemos –y muchos de nosotros lo hemos sospecha-
do desde que se dijo esta mentira por primera vez– que el nú-
mero real de muertes causadas por el C6=0D-19 en el 9eino
<nido es muchas veces inferior a esta cifra deliberadamente
inÅada. El 1 de diciembre de 221, la 6Äcina de Estadísticas
5acionales reveló a reNa|adientes que, entre marzo de 22
y septiembre de 221, las muertes atribuidas a la C6=0D-19
en 0nNlaterra y Gales en las que el fallecido no tenía problemas
de salud preexistentes ascendieron a 17.71, de las cuales
1.97 (78 ) tenían  a|os o más" mientras que en Escocia,
entre marzo de 22 y noviembre de 221, sólo se habían
producido 884 muertes de este tipo, 8 de las cuales ( )
tenían 7 a|os o más14. <n mes más tarde, la 6Äcina de Es-
tadísticas 5acionales reveló además que, entre el 1 de febrero
de 22 y el 1 de diciembre de 221, sólo .18 muertes en
0nNlaterra y Gales habían tenido C6=0D-19 como única causa
en el certiÄcado de defunción.144 4.9 de estas muertes (el
7 del total) eran de personas de 7 a|os o más, y .88 (el
 ) tenían 8 a|os o más, aproximadamente la esperanza
de vida media en el 9eino <nido. :ólo 1.87 personas meno-
res de 7 a|os murieron con C6=0D-19 como única causa de
fallecimiento.  de ellas tenían menos de 2 a|os.
Es cierto que la C6=0D-19 puede ser responsable de precipi-
tar la muerte de alNuien que ya padece cáncer o una cardio-
patía o una demencia o alNuna otra enfermedad mortal –so-
bre todas las cuales, sin embarNo, en virtud de los cambios
introducidos en la certiÄcación de las defunciones en el 9eino
<nido, la C6=0D-19 siempre debe tener prioridad a la hora de
identiÄcar la “causa subyacente”" por lo que esta última cifra

153
EL CAMINO AL FASCISM

de alNo más de . muertes no es el recuento deÄnitivo


durante este periodo. Pero tanto tsta como la primera cifra,
de alrededor de 18. muertes en dos a|os, apuntan hacia
el impacto real de C6=0D-19 en la mortalidad Neneral en el
9eino <nido, que no se acerca en absoluto a los 1. co-
razones del Muro Conmemorativo 5acional de Covid. Estas
cifras tambitn demuestran que, incluso entre las personas sin
enfermedades preexistentes u otra causa de muerte enume-
rada, el C6=0D-19 siNue siendo un peliNro abrumadoramen-
te mayoritario para los ancianos, y nunca ha constituido una
amenaza para la salud del público en Neneral.
Tambitn es necesario, si queremos entender el papel ideo-
lóNico de este tipo de monumentos, poner estas cifras en el
contexto de las tasas de mortalidad en el 9eino <nido, alNo
que el Gobierno, los medios de comunicación y el 5H: britá-
nicos nunca hicieron en su afán por aterrorizar a la población
para que cumpliera las restricciones de cierre. En los cinco
a|os anteriores a que la “crisis” del coronavirus lleNara al 9ei-
no <nido, entre 2. y . muertes en 0nNlaterra y Ga-
les tuvieron como causa subyacente la Nripe o la neumonía
cada a|o14. En 219, el a|o anterior a que se declarara la
“pandemia”, se reNistraron 1.72 muertes en las carreteras
del 9eino <nido, un nivel similar al observado cada a|o desde
21214. Eso es más que el número de personas menores de
7 a|os que murieron sólo por C6=0D-19 en dos a|os. Cada
a|o mueren en el 9eino <nido unas . personas tras sufrir
un accidente en casa, y las caídas son la principal causa de
muerte accidental entre los mayores de  a|os147. Esa cifra
es superior a las 4.994 personas mayores de  a|os que
murieron solo por C6=0D-19 en dos a|os. Tambitn en 219,
se reNistraron .91 muertes por suicidio en 0nNlaterra y Ga-
les, que son casi tantas como las que murieron sólo por C6-
=0D-19 en 22 y 221 juntos148. En comparación, en 218,

154
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

el a|o más reciente del que la 65: ha publicado las cifras,


murieron 4.214 personas por enfermedades cardiacas en el
9eino <nido, 2.79 por demencia, 18.87 por cáncer de pul-
món y 14.78 por Nripe y neumonía149.
Como escribí en el prefacio, he publicado varios artículos so-
bre cómo se ha fabricado la “crisis” del coronavirus mediante
cambios en la taxonomía de las enfermedades, cambios en
los criterios y procedimientos mtdicos para atribuir la causa
de la muerte, manipulación de los datos y falta de contexto al
publicarlos y, sobre todo, de los efectos del propio cierre pa-
tronal sobre la salud y la vida de la nación1. 0ncluso los me-
dios de comunicación corporativos, a principios de este a|o,
admitieron tardíamente que las cifras oÄciales son demasiado
altas" aunque, cuando el Gobierno volvió a amenazarnos con
el cierre patronal, se produjo una reacción violenta de nuevas
estimaciones salvajemente aumentadas11.
3a verdad es que nunca sabremos cuántas personas mu-
rieron de C6=0D-19 en el 9eino <nido, porque los cuerpos
han sido incinerados y no se realizaron autopsias en virtud de
los cambios en la ley introducidos por la 3ey de Coronavirus
de 2212. Pero la aÄrmación del Gobierno de casi 1.
muertes “con” C6=0D-19 en dos a|os –elevada a una cifra
aún más improbable de 2. para aNosto de 222– es cla-
ramente un producto de los criterios dise|ados para aterro-
rizar a la población para que cumpla con la construcción del
Estado de BioseNuridad Global alrededor, entre y dentro de
nosotros durante los últimos dos a|os y medio. Es un prin-
cipio de la física cuántica que lo observado es un producto
de las condiciones de observación, y esta “crisis” fabricada
ha sido una demostración del tópico de que lo que llamamos
“hechos” son un producto de los procedimientos discursivos
dise|ados para producirlos. :in embarNo, aunque nunca sa-
bremos la verdad, podemos identiÄcar una mentira cuando la

155
EL CAMINO AL FASCISM

vemos, y la “crisis” del coronavirus es una mentira, una de las


mayores de la historia moderna, si no la mayor! un producto
único de nuestra economía política Nlobal y del poder de la
tecnoloNía diNital para fabricar una realidad virtual más con-
vincente que las pruebas de nuestra propia experiencia. En
este sentido, como en el inmenso coste económico y humano
de los cierres que justiÄcó y que están muy lejos de haber
terminado, pertenece a la larNa lista de crímenes contra la
humanidad y las mentiras inventadas para ocultarlos por los
reNímenes totalitarios, desde el NulaN de la <nión :ovittica
hasta la invasión de 0raR liderada por Estados <nidos.
:e mire por donde se mire, que la 6rNanización Mundial de
la :alud desiNnara como “pandemia” a un virus con una tasa
de mortalidad por infección similar a la de la Nripe estacional
y al que estadísticamente era inmune la mayor parte de la po-
blación, tuvo tantas motivaciones políticas como la decisión
de nuestro Gobierno de declarar un “periodo de emerNencia”
que justiÄcara que suprimiera nuestros derechos y libertades
constitucionales durante dos a|os" pero conmemorar este
periodo en un muro de  metros de larNo de corazones ro-
sas es una cursilería. Podríamos preNuntarnos dónde está el
muro equivalente para las muertes mucho más numerosas de
personas de la misma edad a causa de los principales asesi-
nos en el 9eino <nido, que son lloradas por sus familiares y
amiNos pero que pasan sin un monumento público a|o tras
a|o. ¦Dónde está la conmemoración de las decenas de miles
de personas que morirán de cáncer y cardiopatías sin diaN-
nosticar ni tratar durante la reducción de la asistencia sanita-
ria bajo llave? ¦Dónde está el monumento conmemorativo a
las decenas de miles de ciudadanos ancianos con demencia
a los que se dejó morir en residencias de ancianos bajo órde-
nes de “5o resucitar” mientras el Estado les prohibía recibir
tratamiento en nuestros hospitales vaciados?1. Dado que el

156
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

C6=0D-19, seNún todas las pruebas, no fue una pandemia y


no ha sido experimentada como tal por el pueblo británico
fuera de la propaNanda con la que nos siNuen adoctrinando,
¦de dónde proceden estos corazones rosas? 3a respuesta
es! de la consaNración del Ritsch como cultura oÄcial del es-
tado de bioseNuridad.

2. La ideología de los despiertos

3o que GreenberN llamaba “Ritsch”, un prtstamo de la


lenNua alemana, hoy se denomina “^oRe”, que procede del
inNlts vernáculo afroamericano. (l iNual que el Ritsch, tras el
sentimentalismo y la diversidad de la cultura woke se escon-
de la fuerza del Estado autoritario. Como escribió GreenberN
en 199 (tste es el pasaje completo del que he citado antes).
Cuando hoy un régimen político establece una política cultural
oÄcial, es por demagogia. Si el kitsch es la tendencia oÄcial de
la cultura en Alemania, Italia y Rusia, no es porque sus respec-
tivos gobiernos estén controlados por Älisteos, sino porque el
kitsch es la cultura de las masas en estos países, como lo es
en todas partes. El fomento del kitsch no es más que otra de
las formas poco costosas con las que los regímenes totalita-
rios tratan de congraciarse con sus súbditos14.
3o mismo puede decirse de la relación entre cultura y po-
lítica en la actualidad. :ería políticamente inNenuo creer que
al Gobierno conservador de Boris 1ohnson o de su sucesora,
3iz Truss, le importan los valores proclamados de ^oRe" sin
embarNo, es sobre la heNemonía de esta ideoloNía sobre la
que el estado de bioseNuridad británico está justiÄcando el
borrado de nuestra democracia, nuestros derechos, nuestras
libertades y nuestra política.
Por poner sólo un ejemplo, en previsión de la 3ey de Po-
licía, Delincuencia, :entencias y Tribunales, que se convirtió

157
EL CAMINO AL FASCISM

en ley británica el 28 de abril, los -errocarriles 5acionales y el


Metro de 3ondres exhiben ahora avisos de la Policía de Trans-
porte Británica en los que se informa a los pasajeros de que
“tocar a alNuien de forma inapropiada”, ºhacer comentarios
no solicitados» y ºmirar Äjamente a alNuien de forma sexual»
constituye ahora ºacoso sexual», y anima a las víctimas de ta-
les tocamientos, palabras y miradas –o, lo que es más impor-
tante, a quienes aÄrmen haber sido testiNos de tales actos– a
denunciar el incidente a la Policía de Transportes Británica.
Queda por ver si esto dará luNar a una epidemia de denun-
cias por parte de un público justiciero facultado para decre-
tar la venNanza contra los obedientes. Pero del mismo modo
que, en los dos a|os transcurridos desde marzo de 22, se
suprimieron los derechos y libertades de toda la población
con la justiÄcación de proteNernos de un virus que constituía
una amenaza casi exclusiva para las personas mayores y ya
Nravemente enfermas, ahora, con la justiÄcación de reducir
el acoso a las mujeres en público, cada vez más de nuestro
comportamiento, nuestra forma de hablar y nuestros actos
están siendo sometidos, en virtud de la leNislación primaria, a
viNilancia, seNuimiento, control y castiNo. Para decir lo obvio,
la mirada intrusiva, el abuso físico y el acoso verbal de los
que necesitamos proteNernos son los del estado de biose-
Nuridad del 9eino <nido, cuyos poderes de viNilancia diNital,
manipulación de los medios de comunicación, tecnoloNía de
reconocimiento facial, almacenamiento de datos privados y
asalto, arresto y castiNo policial han aumentado más allá de
toda medida o justiÄcación en los últimos dos a|os y medio.
De hecho, alNunos de los carteles de transporte están ilustra-
dos con ojos Äjos, que representan tanto los ojos del público
sobre el que el Estado ha puesto su prohibición, como los
ojos del Estado que nos viNila por incumplimiento. Como vie-
ne haciendo desde hace tiempo, el Gran Hermano nos viNila.

158
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

El Muro Conmemorativo 5acional del Covid es sólo un


ejemplo del Ritsch que se utiliza para aÄanzar las nuevas for-
mas de pensar y sentir, los nuevos siNniÄcados y valores, las
nuevas prácticas y comportamientos sociales del Estado de
BioseNuridad Global en la sociedad británica. Como ya he
mencionado, el “aplauso para el 5H:” fue uno de los primeros
rituales estatales para fomentar la colaboración pública “sa-
cando a la luz” el incumplimiento a travts de una especie de
panóptico auditivo –y una materialización, siNniÄcativamente,
del lema de BlacR 3ives Matter de que “el silencio es violen-
cia”. Pero otras formas culturales incluyen los carteles mani-
puladores y verNonzantes del 5H: de “pacientes C6=0D-19”
retándonos a no cumplir, obedecer o creer las justiÄcaciones
del Gobierno para las restricciones de encierro con variacio-
nes de la frase! “Mírala a los ojos y dile que nunca te saltas
las normas”. 6tra fue la intimidación y la aNresión a ciudada-
nos en el ámbito público por parte de aNentes de policía que
actuaban mucho más allá de cualquier base leNislativa y que,
documentadas y denunciadas tanto en los medios sociales
como en los corporativos, sirvieron para disuadir de una falta
de cumplimiento similar al público en Neneral. Quizá los más
ubicuos fueron los infantilizantes carteles arco iris del 5H:
de “Graciasos queremos” imitando el dibujo de un ni|o que
se hicieron casi obliNatorios en el escaparate de cada pub,
tienda u hoNar bajo control policial y que, como dijo 2undera,
pretendían convertirnos en una nación de ni|os.
Como ejemplos del intento del Estado británico de bio-
seNuridad –con un txito Neneralmente abrumador– de con-
Nraciarse con sus ciudadanos, todos ellos se basan en lo que
hoy damos por supuesto y, por tanto, no vemos, que es la
introducción de la estttica en la política. Como comentt en
el capítulo anterior, ya en 19 el crítico cultural alemán >al-
ter Benjamin identiÄcó la estetización de la política que se ha

159
EL CAMINO AL FASCISM

hecho tan omnipresente en las antiNuas democracias neoli-


berales de 6ccidente como un producto del fascismo. Pero
en los últimos dos a|os y medio no sólo se ha vuelto omnipre-
sente e implacable, sino que ahora tiene a su servicio todas
las fuerzas del Estado y del sector privado. Esto incluye el
espectáculo casi semanal de las protestas de los acólitos de
la ideoloNía ^oRe, en su mayoría urbanos, blancos y de cla-
se media, que representan al ciudadano ideal del Estado de
BioseNuridad Global! enmascarados en todo momento, ras-
treados por sus propios teltfonos inteliNentes, sometidos a
pruebas con reNularidad y a sus expensas, inyectados tantas
veces como se les ordene, cumplidores de cualquier normati-
va que imponNa el Gobierno. 6bedientes.
Más recientemente, como comentt en el capítulo anterior,
hemos tenido el ritual de “arrodillarse” como protesta contra
“cualquier forma de discriminación”, y que se ha extendido
de los deportistas a los políticos despiertos. Esto incluye, en
el 9eino <nido, al líder del Partido 3aborista, 2eir :tarmer,
que se hizo fotoNraÄar realizando este Nesto en junio de 22,
cuando el Gobierno conservador, en virtud de la tercera En-
mienda al 9eNlamento de Protección de la :alud (Corona-
virus, 9estricciones) (0nNlaterra) (Enmienda) (n¢ ) de 22,
había prohibido la protesta en el 9eino <nido1. 3as formas
prohibidas de discriminación excluyen presumiblemente la
autorizada por los mandatos de “vacunación” de los Nobier-
nos occidentales, o la cometida por los Nobiernos o empresas
o fondos soberanos de inversión propietarios de los clubes de
la Premier 3eaNue inNlesa, ya sean los Emiratos Írabes <ni-
dos, (rabia :audí, ENipto, 9usia, China, Tailandia, Estados
<nidos o, de hecho, el propio 9eino <nido. Como ejemplo de
cómo se utiliza el deporte para lavar las sucias reputaciones
de los inversores, “arrodillarse”, que oriNinalmente siNniÄcaba
que un quarterbacR Änalizaba el jueNo y hacía correr el reloj,

160
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

ha convertido el Nesto disruptivo del futbolista estadouniden-


se Colin 2aepernicR –un quarterbacR que ha sido incluido en
la lista neNra del fútbol profesional en EE.<<. por su protes-
ta– en otro ejemplo de la obliNatoria se|alización de virtudes
mediante la cual la ideoloNía ^oRe ejerce su inÅuencia cultural
y, cada vez más, su autoridad leNislativa sobre nosotros.
3a conformidad universal de todas las instituciones me-
diáticas, deportivas, culturales y artísticas de 6ccidente con
el vilipendio de todo lo ruso, y la se|alización de virtud de la
conformidad mediante la exhibición de banderas ucranianas,
es una demostración y continuación del consenso político sin
precedentes creado por el Estado de BioseNuridad Global en
los últimos dos a|os y medio. (parte de la inNenuidad política
de participar en tales exhibiciones públicas, ninNuno de estos
espectáculos culturales parecería fuera de luNar en un Estado
fascista. 5inNuno de ellos parece fuera de luNar seNún la estt-
tica fascista del estado de bioseNuridad del 9eino <nido. Por
si no estuvitramos seNuros ya, la farsesca disposición con la
que la población británica ha respondido a la suNerencia del
Gobierno de tomar las armas contra 9usia o abrir sus hoNares
a los refuNiados ucranianos demuestra lo susceptible que es
la población a la propaNanda estatal1. De hecho, estamos
lleNando a tal estado de conformidad –un estado de ciudada-
nía Nenuinamente fascista– que no hay casi nada que, como
nación, no creamos, obedezcamos o haNamos.
En el transcurso de la redacción de este libro vi la Nraba-
ción de un debate titulado º¦Qut es¯ ¦-ascismo?” que se
celebró en octubre de 217 en la Batalla de 0deas, un foro en el
que he intervenido en un par de ocasiones, pero que es liberal
en su orientación política, siendo su principal objetivo defen-
der y practicar la libertad de expresión17. En el panel había
tres acadtmicos! 2evin Passmore, catedrático de Historia de
la <niversidad de CardiɈ" 9oNer Griɉn, catedrático de Historia

161
EL CAMINO AL FASCISM

Moderna de la <niversidad 6xford BrooRes" y 1ane Caplan,


catedrática emtrita de Historia Europea Moderna de la <ni-
versidad de 6xford y profesora visitante en BirRbecR, <ni-
versity ColleNe de 3ondres" además de un periodista, Bruno
>aterÄeld, corresponsal en Bruselas del periódico The Times.
3os acadtmicos –como es su costumbre– se refuNiaron en
problematizar el ttrmino “fascismo” como descripción de una
ideoloNía, movimiento político o Nobierno único y uniÄcado"
pero todo el panel limitó sin reservas la acusación de fascismo
a los sospechosos habituales –9usia y los Nrupos de extrema
derecha en Europa y EE.<<.– sin abordar ni una sola vez si el
fascismo es un ttrmino que pueda aplicarse a las democra-
cias neoliberales de 6ccidente18. 3o más que el presidente,
1acob -uredi, periodista de The +aily Mail, concedería es que
el refertndum del Brexit supuso el reNreso del nacionalismo
a la aNenda política del 9eino <nido. Pero a ninNuno de los
miembros del panel se le ocurrió que el Gobierno que tuvo a
1ulian (ssanNe bajo llave durante cinco a|os en la embajada
de Ecuador, que encarcela a refuNiados de la Nuerra y la opre-
sión política en campos de inmiNración, y que el a|o anterior
había convertido en ley la 0nvestiNatory Po^ers (ct 21, pu-
diera ser caliÄcado por un momento de “fascista”19.
El público, sin embarNo, no quedó satisfecho con el so-
Äsma del panel y exiNió una deÄnición de fascismo, en res-
puesta a lo cual el profesor Griɉn ofreció este ejemplo de la
inNenuidad política del liberalismo de clase media!
Puedo entender la nostalgia de un pensamiento homogé-
neo. Por otro lado, celebro y me encanta el hecho de vivir en
una sociedad tan atomizada y pluralista que puedo sentarme
aquí y soltar pamplinas y ser denigrado, y realmente no impor-
ta, porque es la pluralidad absoluta del tipo de sociedad en la
que vivo, lo que me encanta, y me permite libertad intelectual,
y signiÄca que puedo dar conferencias en Oxford Brookes sin

162
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

miedo a que entre la Gestapo. Y yo diría que existe una ame-


naza muy real para la comprensión de que lo que hace esto
posible históricamente es una celebración de la diferencia y
una celebración de la tolerancia... lo que signiÄca que no re-
currimos a la violencia y a los eslóganes para reducir la com-
plejidad del mundo y el inÄnito caos de nuestro interior a una
especie de simulacro marchoso de ser humano.
Esta declaración de las virtudes del liberalismo occiden-
tal, que sería risible en The Guardian pero imperdonable en un
catedrático de Historia Moderna, fue recibida con aplausos y
llamadas autocomplacientes de “¡oído-oído!”, como si estu-
vieran debatiendo en la Cámara de los Comunes. Por lo visto,
al profesor Griɉn nunca se le había ocurrido que la razón por
la que se le permite pronunciar tales peroNrulladas sin inter-
ferencias del M0, el GCHQ o el :ervicio de Policía Metropoli-
tana es porque nada de lo que dice representa una amenaza
para el Estado británico y que, si alNo de lo que dijera lo hiciera
alNuna vez, se encontraría con que su sociedad “pluralista”,
“tolerante” e “intelectualmente libre” está tan sometida a la
censura corporativa, la violencia estatal y las visitas de la poli-
cía como quienes se han opuesto a la implantación del Estado
de BioseNuridad Global en los últimos dos a|os y medio.
Por último, Bruno >aterÄeld concluyó el acto con un lla-
mamiento a mantener la conÄanza en las personas, aparente-
mente porque eso es lo que mantiene el orden democrático,
y una advertencia contra lo que denominó “ideoloNías de la
desconÄanza”!
Hoy en día, cada vez más, la política no se ve como la
racionalidad de individuos autónomos que persiguen intere-
ses conscientes, sino que se basa mucho más en la idea de
que los seres humanos están motivados por una identiÄcación
más profunda e irracional con determinadas agrupaciones po-
líticas o raciales, por ejemplo. Si los verdaderos motivos de la

163
EL CAMINO AL FASCISM

gente están más allá del poder de la razón, entonces la de-


mocracia liberal es una mentira, una broma, menos que un
barniz… Hay que mantener ese sentido optimista, que es una
realidad histórica, de que los seres humanos son constructi-
vos, que no son criaturas irracionales que se dejan llevar por
pasiones y oscuros impulsos irracionales.
9esulta difícil imaNinar con qut pruebas históricas podía
hacerse esta aÄrmación con alNuna veracidad en 217. Cinco
a|os desputs, en 222, es difícil escucharla como alNo distin-
to a un ejemplo de la mala fe con la que los liberales de clase
media viven su relación cada vez más ilusoria con el capita-
lismo Änanciero1. (Ärmar esto, sin embarNo, ya dice dema-
siado poco y demasiado demasiado! demasiado poco, en el
sentido de que psicoloNiza una actitud de clase que tambitn
es producto de una ideoloNía política que lleva mucho tiem-
po en formación y a la que la “crisis” coronaria ha permitido
asumir su estatus oÄcial" y demasiado, porque corre el riesNo
de desestimar lo que debe entenderse si queremos compren-
der y cambiar cómo los profesionales altamente educados
e interesados políticamente que se ven a sí mismos como
opuestos al fascismo se han convertido en los facilitadores y
apoloNistas de su reNreso. Estoy de acuerdo con >aterÄeld
en que la democracia liberal es una mentira y menos que un
barniz, aunque difícilmente una broma" pero frente a su reaÄr-
mación del racionalismo de la 0lustración contra la inÅuencia
nefasta de la política de la identidad, la “crisis” del coronavi-
rus, por el contrario, ha demostrado que los ciudadanos de
las democracias neoliberales están, incontrovertiblemente,
movidos por los impulsos oscuros e irracionales que tl des-
cribe – aunque no más allá, como hemos visto, del poder de
la razón para diriNir sus miedos y odios hacia Änes políticos.
Por eso el ^oRe, al que le Nusta presentarse como una con-
tracultura que habla en nombre de los marNinados y oprimidos,

164
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

es ahora la ideoloNía oÄcial del Estado de BioseNuridad Glo-


bal, que justiÄca la viNilancia masiva de la población, la cen-
sura de la disidencia y la expansión del control estatal sobre
la vida biolóNica. Cuando los activistas trans, por ejemplo,
declaran que cualquier varón que se declare mujer debe ser
tratado en todos los aspectos como una mujer, y que cual-
quiera que cuestione esta ortodoxia pone en peliNro la vida
de los transexuales y, por tanto, debe ser censurado e in-
cluso detenido, contribuyen y participan en la cultura de las
ortodoxias forzadas por las que el Estado de BioseNuridad
Global ha declarado que cualquiera que cuestione el proNra-
ma de la “vacuna” C6=0D-19 pone en peliNro la vida de aque-
llos que se lo piensen dos veces antes de ser inyectados y,
por lo tanto, debe ser censurado e incluso detenido. En estos
dos ejemplos, ya se trate de trolls en T^itter o del Gobierno
británico, quienes hacen la declaración han decidido unila-
teralmente el resultado deseado (separación de la diferencia
sexual de la bioloNía y cumplimiento masivo del proNrama de
“vacunación”), y están dispuestos a utilizar la fuerza del Es-
tado para imponer su cumplimiento, aunque eso siNniÄque
destruir la reputación y el medio de vida de las personas o
multarlas y arrestarlas.
3as posibles consecuencias de esta censura incluyen,
en el ejemplo de las trans-ortodoxias no examinadas que se
imponen a travts de la leNislación Nubernamental, la política
pública y la práctica de las empresas, la supresión química
del desarrollo biolóNico y emocional de los ni|os a travts de
los llamados “bloqueadores de la pubertad”" las mutilacio-
nes irreversibles realizadas como procedimientos mtdicos a
juicio de los adolescentes y, en alNunos casos, como forma
de autolesión" los peliNros de que los varones sexualmente
activos tenNan acceso a zonas y formas de práctica social
exclusivamente femeninas" la misoNinia y la violencia contra

165
EL CAMINO AL FASCISM

las mujeres disfrazadas y excusadas como derechos trans"


el borrado de la identidad femenina como una forma de far-
sa" y, más en Neneral, la normalización de una aNenda trans-
humanista en el corazón de las tecnoloNías y proNramas del
Gran 9einicio. En el ejemplo de los mandatos de “vacunas”,
las consecuencias incluyen las reacciones adversas a los me-
dicamentos, incluidos da|os irreparables en el sistema inmu-
nolóNico, inÅamación del corazón y muertes, tras la inyección
con biotecnoloNía experimental" la normalización de la discri-
minación y la interferencia con los derechos humanos de los
que no obedecen, incluida la prohibición de empleo y atención
mtdica" y, en la justiÄcación de la aplicación de dichos man-
datos, la implementación de la 0dentidad DiNital, el 9econoci-
miento -acial, el Crtdito :ocial y todos los demás proNramas
del Estado de BioseNuridad Global. @, sin embarNo, en estos
dos ejemplos, que tambitn son modelos de cómo la ideolo-
Nía ^oRe servirá para aplicar los proNramas de bioseNuridad
en el futuro, ninNuna de estas consecuencias ha sido nunca
examinada o debatida públicamente, y a los que más claman
y hacen cumplir la censura de ese debate ausente nunca se
les ha exiNido que arNumenten o aporten pruebas de sus aÄr-
maciones, que en cambio han sido adoptadas unilateralmente
como parte de la nueva ideoloNía de la bioseNuridad.
:ólo por esta razón los derechos trans –que, incluso des-
puts del enorme apoyo institucional y respaldo Änanciero que
ha recibido este movimiento, siNuen aplicándose sólo a una
fracción de un porcentaje de la población– se han converti-
do en alNo tan central para el Estado de bioseNuridad Nlobal.
Bajo la colonización de los medios de comunicación, las ins-
tituciones culturales y educativas de 6ccidente por ^oRe, la
experiencia subjetiva de la raza, del color, de la etnia, más
recientemente de la diferencia sexual y, sobre todo, de la de-
nostada e implacablemente atacada clase trabajadora, está

166
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

siendo borrada bajo la homoNeneidad totalizadora de la dis-


criminación positiva, la formación forzada en diversidad y pre-
juicios inconscientes, las cuotas de representación y todos los
demás proNramas de homoNeneización social. (l iNual que la
ideoloNía neoliberal del multiculturalismo creó una monocul-
tura Nlobal, la Änanciación Nubernamental y corporativa y la
heNemonía institucional y educativa de la ideoloNía ^oRe han
subsumido las opiniones y prácticas sociales y políticas con-
trarias dentro de la homoNeneidad creada por los mercados
culturales monopolizados. De hecho, ninNún otro movimiento
desde el fascismo ha sido tan hábil como el ^oRe a la hora de
crear un nexo para el cambio cultural, leNal y político con el Än
de apuntalar un capitalismo en decadencia, ni ha alcanzado
más rápidamente la heNemonía ideolóNica en 6ccidente. @ al
iNual que el fascismo antes que tl, la primera tarea de ^oRe
ha sido destruir a la izquierda como oposición viable.
<n uso mucho más burdo de la ideoloNía ^oRe se de-
mostró al mundo cuando 1ustin Trudeau, el Primer Ministro de
Canadá y campeón mundial de la diversidad y la inclusividad
neoliberales que en junio de 22 había “hincado la rodilla” en
una protesta de BlacR 3ives Matter en 6tta^a, describió de
diversas formas a los manifestantes en la misma ciudad con-
tra sus mandatos de “vacuna” en enero de 222 como “dere-
chistas”, “violentos”, “llenos de odio”, “repuNnantes”, “extre-
mistas”, “vándalos”, “ladrones”, “abusivos”, “intimidatorios”,
“antivacunas”, “anticientíÄcos”, “racistas”, “antineNros”, “an-
tisemitas”, “islamófobos”, “homófobos”, “transfóbicos”, “mi-
sóNinos”, un “insulto a la verdad” y una “minoría marNinal”
con “opiniones inaceptables” que “no deberían tolerarse”11.
Como conÄrmación de lo cual, envió a la policía montada ar-
mada y blindada y a paramilitares antiterroristas apoyados
por coches blindados para asaltarlos, detenerlos y encarce-
larlos12. Más tarde, declaró ante el Parlamento canadiense

167
EL CAMINO AL FASCISM

que cualquier diputado que se pusiera del lado de los camio-


neros estaba “del lado de la esvástica”1. Trudeau evocó en-
tonces los poderes de emerNencia para conNelar las cuentas
bancarias de cualquiera que apoyara la protesta.
3o que Trudeau no abordó fue la leNalidad de los man-
datos contra los que se manifestaban los manifestantes, sus
derechos a la autonomía corporal seNún el derecho canadien-
se e internacional, la eÄcacia y los peliNros de las “vacunas”
aún experimentales, o las consecuencias económicas para los
que no obedecían de ser discriminados seNún su estatus de
“vacunados”. En luNar de ello, los ciudadanos canadienses
que le habían eleNido para el carNo fueron primero insultados,
lueNo aNredidos y Änalmente detenidos y en alNunos casos
encarcelados por defender sus derechos humanos. Esta es la
ideoloNía de >oRe en el poder, y por qut ha sido adoptada por
el Estado de BioseNuridad Global para justiÄcar la actual revo-
lución hacia un nuevo totalitarismo administrado por los Es-
tados nación y Nobernado por una tecnocracia internacional.
Por último, más allá de las sanciones económicas im-
puestas a 9usia por 6ccidente –que reÅejan el embarNo co-
mercial que el 0mperio estadounidense ha inÅiNido a Cuba
durante los últimos  a|os y que son iNual de políticas en
sus motivaciones e ineÄcaces en su impacto–, ahora se es-
pera que aplaudamos los verNonzosos espectáculos de la
prohibición a tenistas rusos y bielorrusos de competir en los
campeonatos de tenis de >imbledon" del despido de un di-
rector de orquesta ruso de su presidencia honoraria del -es-
tival de EdimburNo" de la retirada de un proNrama de música
de ChaiRovsRi de un concierto de la 6rquesta -ilarmónica
de CardiɈ" de la cancelación de la residencia del Ballet Bol-
shoi por parte de la 9oyal 6pera House" de la cancelación
de la licencia para emitir en el 9eino <nido de RT News y
el bloqueo de todos los canales de noticias rusos por parte

168
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

de :Ry, -reesat, -reevie^, @ouTube, 5etÅix, -acebooR y Goo-


Nle" de la retirada de cervezas y vodRas de fabricación rusa de
pubs y bares inNleses" y de un oliNarca ruso al que la Premier
3eaNue ordenó vender el club de fútbol del que es propietario
desde 2, no por el historial de violencia y corrupción con
el que hizo sus miles de millones a costa de la expropiación
del pueblo ruso, sino por su nacionalidad14.
Esto no es sólo la hipocresía liberal, la se|alización de la
virtud, la cultura de la cancelación y la política de la identidad
de la ideoloNía ^oRe que opera en la escena mundial, sino
que demuestra que las fuerzas históricas que dieron luNar al
chivo expiatorio de los extranjeros y a los juicios espectáculo
en la (lemania nacionalsocialista y en la <nión :ovittica de
los a|os  –o, más cerca en el tiempo, en los EE.<<. de los
a|os – han vuelto a asomar su fea cabeza en 6ccidente.
Todas ellas son, evidentemente, las acciones de un Estado
fascista –o, para ser más exactos, de un Estado fascista satt-
lite que obedece los dictados del 0mperio estadounidense, al
iNual que (ustria hizo con los del Tercer 9eich. De hecho, las
maniobras Neopolíticas de EE<< en <crania, y en particular
en las reNiones rusoparlantes de 3uhansR, DonetsR y Crimea,
repiten las de (lemania en Checoslovaquia en los a|os pre-
vios a la :eNunda Guerra Mundial.
En abril de 198, Hitler proclamó a bombo y platillo que
los checos estaban masacrando a los alemanes de los :ude-
tes que vivían en las tierras fronterizas de Checoslovaquia y
amenazó con intervenir. En septiembre, el (cuerdo de Munich
con Gran Breta|a y -rancia concedió la anexión de los :u-
detes al Tercer 9eich. Envalentonados por esta disolución de
la Checoslovaquia multittnica, que no se había creado hasta
1918 tras la disolución del 0mperio austrohúnNaro, en octubre
de 198 tanto HunNría como Polonia se anexionaron partes
de Eslovaquia, y los Cárpatos-<crania, en su extremo oriental,

169
EL CAMINO AL FASCISM

se proclamaron república independiente. Durante la ocupa-


ción, cuando Checoslovaquia se convirtió en el Protectorado
de Bohemia y Moravia, las autoridades nazis prohibieron el
ballet ruso. 5o consta si tambitn prohibieron el vodRa ruso.
Hay que reconocer que en una tpoca en la que la pobla-
ción británica apenas recuerda las mentiras con las que se
justiÄcó la invasión de 0raR hace menos de dos dtcadas, no se
puede esperar que nadie recuerde la historia del fascismo. :in
embarNo, tras una dtcada de ideoloNía ^oRe y nuestra habi-
tuación al aumento del Nrado y la incidencia de la censura en
los últimos dos a|os y medio, las poblaciones de las antiNuas
democracias liberales de 6ccidente, en luNar de condenar es-
tas acciones por lo que son, están colaborando en su aplica-
ción con toda la obediencia irreÅexiva y el odio justiÄcado que
aportaron a la creación del Estado Global de BioseNuridad.
Mientras tanto, ni el 9eino totalitario de (rabia :audí ni el Es-
tado apartheid y fascista de 0srael, a pesar de cometer alNunos
de los mayores crímenes contra la humanidad y violaciones de
los derechos humanos de todos los Estados desde la :eNunda
Guerra Mundial, atraen ninNuna de las condenas o sanciones
concertadas que los Nobiernos occidentales están inÅiNiendo
a 9usia. De hecho, los Nobiernos y empresas tanto del 9eino
<nido como de Estados <nidos siNuen armando, entrenando,
comerciando y dando su apoyo político a (rabia :audí en su
violenta opresión y brutal ejecución de su propio pueblo y en su
Nuerra Nenocida contra el pueblo de @emen, al iNual que hacen
con 0srael en su ocupación ileNal de Palestina durante 7 a|os,
a cuyo pueblo siNue oprimiendo, matando de hambre, encar-
celando, torturando y asesinando impunemente. 3os ideóloNos
^oRe que “están con <crania” mientras ordenan a todos los
demás que se arrodillen no tienen nada que decir sobre este
silencio ni sobre la hipocresía de su connivencia con sus pro-
pios Nobiernos en las maniobras Neopolíticas de 6ccidente.

170
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

En este sentido, la ideoloNía ^oRe funciona como alNo más


que una simple manta de confort para la inercia liberal y la mala
fe, y se convierte en el medio por el que se justiÄca la violencia
del Estado de BioseNuridad Global.
De hecho, lo que está demostrando la actual revolución
en 6ccidente del neoliberalismo a la bioseNuridad es que, le-
jos de oponerse al fascismo –como se ha representado a sí
mismo en las Nuerras culturales de los últimos veinte a|os–,
el ^oRe, con su culto a la juventud, su sentimentalismo saca-
rino, su supresión de la memoria, su abrazo al Nobierno de la
muchedumbre, su estttica Ritsch, su reNresión al conserva-
durismo cultural, su adhesión a la política identitaria, su odio
a la clase trabajadora, su politización de la raza, su lealtad
al mercado como único marco para el cambio, su defensa
de la tecnoloNía de viNilancia, su colaboración con la policía,
su exaltación de la reforma por encima de la revolución, su
supresión del debate intelectual, cultural y político, su nor-
malización de la censura como respuesta por defecto al des-
acuerdo, su cultura de no dar tribuna a quienes no comparten
sus principios, su prohibición de libros y autores que no se
adhieren a su ideoloNía, sus campa|as orNanizadas para con-
denar al ostracismo social y a la ruina profesional a los que
no se conforman, la violencia con la que exiNe lealtad a sus
ortodoxias, el puritanismo adolescente de su política sexual,
su creación de heNemonía ideolóNica mediante proNramas de
adoctrinamiento como la “formación en la diversidad”, su je-
rarquía de obediencia establecida mediante demostraciones
públicas de virtud, su adopción casi universal por nuestros
medios de comunicación, fuerzas policiales, instituciones
educativas, deportivas y culturales, su aplicación mediante
una leNislación represiva que elimina nuestros derechos y li-
bertades con la justiÄcación de proteNernos de los elementos
heteroNtneos de la sociedad, y sobre todo la facilidad con la

171
EL CAMINO AL FASCISM

que ha sido empleada por los Nobiernos nacionales, las cor-


poraciones privadas y las tecnocracias internacionales que
forman para aumentar y expandir su poder político, económi-
co y cultural –en resumen, por su facilitación de la construc-
ción por parte del capitalismo del totalitarismo del Estado de
BioseNuridad Global– ^oRe no es liberal, y ciertamente no es
socialista! ^oRe es fascista.

172
7.
fascismo,
neoliberalismo
e izquierda
“Es probable que el fascismo inglés, cuando lleNue, sea de
un tipo sedado y sutil (presumiblemente, al menos al principio,
no se llamará fascismo). Es bastante fácil imaNinar una clase
media aplastada hasta las peores profundidades de la pobreza
y que siNa siendo amarNamente antiobrera en sus sentimien-
tos" este sería, por supuesto, un Partido -ascista ya hecho.
5o hay ninNuna posibilidad de salvar a 0nNlaterra del fascismo
a menos que podamos dar vida a un partido socialista eÄcaz.
Tendrá que ser un partido con intenciones Nenuinamente revo-
lucionarias, y tendrá que ser numtricamente lo suÄcientemen-
te fuerte como para actuar. :i no lo conseNuimos, entonces
lleNará el fascismo" probablemente una babosa forma anNli-
cista de fascismo, con policías cultos en luNar de Norilas nazis
y el león y el unicornio en luNar de la esvástica».
– George Orwell, El camino a Wigan Pier, 1937

En marzo de 1944, cuando era corresponsal de Nuerra en


París, GeorNe 6r^ell, que acababa de terminar el manuscrito
de Rebelión en la granja, su aleNoría de la 9evolución rusa,
publicó un breve artículo en el Tribune, un periódico británico
de izquierdas en el que colaboró como columnista entre 194
y 1947. Esta entreNa se publicó bajo el título “¦Qut es el fas-
cismo?”. Comenzando, de forma muy parecida a como lo he
hecho en este libro, con la observación de que la acusación
de “fascista” o “fascismo” se ha lanzado contra todos, desde

175
EL CAMINO AL FASCISM

conservadores, nacionalistas y católicos hasta socialistas,


comunistas y trotsRistas, 6r^ell arNumentaba que, además
de ser un ttrmino de abuso que siNniÄca “alNo cruel, sin es-
crúpulos, arroNante, oscurantista, antiliberal y contrario a la
clase obrera”, “el fascismo es tambitn un sistema político y
económico”. ¦Por qut, entonces», se preNunta, ºno podemos
tener una deÄnición clara y Neneralmente aceptada del mis-
mo?». 6r^ell continúa diciendo que la respuesta a esta pre-
Nunta sería demasiado larNa para su breve columna, y en su
luNar ofrece esta aÄrmación liNeramente eniNmática!
Básicamente, se debe a que es imposible deÄnir satisfac-
toriamente el fascismo sin hacer admisiones que ni los propios
fascistas, ni los conservadores, ni los socialistas de cualquier
color, están dispuestos a hacer1.
6r^ell, insólitamente, estaba haciendo claras concesio-
nes a la política de su periódico, al tiempo que –como era
muy habitual en tl– dejaba claras sus numerosas críticas al
socialismo, que acababa de explorar más a fondo y con ma-
yor extensión en su novela. Pero tambitn estaba indicando
alNo más, y es las superposiciones y colusiones entre el fas-
cismo, el socialismo y las fuerzas políticas del capitalismo, in-
cluido el conservadurismo y, tras la Nuerra, el neoliberalismo.
:etenta y ocho a|os desputs, poco ha cambiado, y lo
que lo ha hecho, ha sido para peor. 5o es sólo la mojiNatería
y el puritanismo de la izquierda lo que han heredado los acóli-
tos y soldados de a pie de ^oRe, sino tambitn su inNenuidad
política. Esto nunca ha sido más evidente, ni se ha demostra-
do con efectos más desastrosos, que en los últimos dos a|os
y medio, durante los cuales la 0zquierda, no sólo en el 9eino
<nido sino en todas las antiNuas democracias neoliberales de
6ccidente, ha sido la defensora más ruidosa del Estado de
BioseNuridad Global. En esto ha repetido el fracaso histórico
de la 0zquierda a la hora de detener el ascenso y la lleNada al

176
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

poder del fascismo en Europa en las dtcadas de 192 y 19.


Peor aún, lo que entonces fue un fracaso que llevaba todas
las se|as de identidad de la política de la 0zquierda –sobre
todo las incesantes luchas internas entre anarquistas, socia-
listas y comunistas frente a la unidad fascista con capitalistas
y conservadores– se ha convertido hoy en una abierta conni-
vencia. De hecho, la colaboración voluntaria de la izquierda
con la aplicación violenta de los proNramas y reNlamentos de
la bioseNuridad mundial por parte de una fusión del poder
estatal y corporativo ha obliNado a aquellos de nosotros que
nos llamamos socialistas o comunistas o incluso anarquistas
a abordar la relación histórica entre el fascismo y la izquier-
da. En este capítulo, voy a examinar esta relación, cómo fue
reconÄNurada por el capitalismo occidental tras la :eNunda
Guerra Mundial para formular la heNemonía ideolóNica del
neoliberalismo, y preNuntarme qut puede decirnos sobre la
función de la 0zquierda en el nuevo paradiNma político de 6c-
cidente en la actualidad.

1. Socialismo y fascismo

5o debemos olvidar que, antes de lleNar al poder, tanto el


fascismo italiano como el nacionalsocialismo alemán coque-
tearon, aunque sólo fuera de nombre, con las ideas socialis-
tas, en particular sobre la orNanización de la economía. Esto
se hizo en Nran medida para atraer a los trabajadores italianos
y alemanes que se enfrentaban a inmensas diÄcultades eco-
nómicas y a la explotación por parte de los terratenientes ca-
pitalistas y los industriales tras la Gran Guerra" para acceder al
poder orNanizativo de los sindicatos sobre la masa de traba-
jadores industriales" y en un intento en Nran medida fallido de
alejar a los trabajadores de los fuertes partidos comunistas de
estos dos países. @ aunque, una vez que estos movimientos

177
EL CAMINO AL FASCISM

fascistas formaron sus respectivos Nobiernos, este coqueteo


se convirtió rápidamente en violentas políticas antisocialistas
en los estados fascistas no sólo de 0talia y (lemania sino de
toda Europa, muchos trabajadores siNuieron pensando en el
fascismo como una forma de socialismo hasta el momento
en que sus sindicatos fueron disueltos, sus orNanizaciones
sociales y políticas ileNalizadas y los líderes de sus partidos
arrestados, encarcelados, torturados y asesinados.
Tomo aquí sólo un ejemplo de la obra de 9ichard Evans 3a
llegada del Tercer Reich, el primer volumen de su triloNía, en la
que siNue cómo el Partido 5acionalsocialista 6brero (lemán
(5:D(P) lleNó al poder en (lemania en marzo de 19, tras
lo cual se dispuso a destruir toda oposición política, no sólo
en el 9eichstaN sino tambitn en el fuerte movimiento labo-
rista1. Con este Än, la dimensión “socialista” de la ideoloNía
nacionalsocialista, que residía en poco más que su nombre,
fue utilizada cínicamente por el Gobierno del 5:D(P para su-
bordinar a los sindicatos y a los trabajadores a su dominio.
Emitida por el Gobierno de :alvación 5acional del 9eich –la
coalición del 5:D(P con el conservador y nacionalista Par-
tido 5acional Popular (lemán (D5=P) necesaria para formar
un Nobierno mayoritario pero cuyos miembros eran nombra-
dos directamente por el presidente HindenburN–, la 3ey para
9emediar la (nNustia del Pueblo y del Estado, que otorNaba
al canciller del 9eich, (dolf Hitler, poderes dictatoriales, fue
votada posteriormente por todos los partidos del 9eichstaN
excepto los socialdemócratas y el Partido Comunista –este
último había sido prohibido el mes anterior–. Con el Parla-
mento efectivamente puenteado, Hitler diriNió entonces su
atención a los sindicatos. En abril, el Gobierno concluyó un
acuerdo con los sindicatos liberales y cristianos para conver-
tir el Primero de Mayo –tradicionalmente la ocasión para la
demostración de los números del movimiento laborista– en

178
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

un día festivo. ( cambio, los sindicatos acordaron que pasa-


ría a denominarse “Día del Trabajo 5acional”, simbolizando la
unión del nacionalismo y el socialismo.
:in embarNo, el propio día, las oÄcinas de los sindicatos
se decoraron en neNro, blanco y rojo, los antiNuos colores na-
cionales de la (lemania 0mperial, y alNunos trabajadores des-
Älaron bajo el siNno de la esvástica. Muchos de ellos habían
sido amenazados con el despido por sus sindicatos por in-
cumplimiento" pero forzada o voluntariamente, esta unión de
nacionalismo y socialismo duró poco. (l día siNuiente, el 2 de
mayo de 19, las tropas de asalto de las :( y las :: ocupa-
ron las oÄcinas de todos los sindicatos socialdemócratas, se
apoderaron de sus diarios, publicaciones periódicas, bancos
y bienes, y detuvieron a los principales diriNentes sindicales.
Éstos fueron llevados a lo que el Gobierno del 5:D(P de-
nominó “custodia protectora” –se aÄrmaba que por su propia
seNuridad frente a la “justa ira” del pueblo alemán– en los nue-
vos campos de concentración de (lemania. En respuesta, los
sindicatos cristianos, al iNual que su 0Nlesia antes que ellos, se
pusieron sin reservas a las órdenes del nuevo Gobierno. En ju-
lio de 19, los socialdemócratas se unieron a los comunistas
–cuyos votos combinados (221 esca|os en el 9eichstaN) ha-
bían superado a los de los nazis (19 esca|os) en las últimas
elecciones libres celebradas en noviembre de 192– en la lista
de partidos políticos prohibidos por el Gobierno.
Para los comunistas, sin embarNo, no hizo falta que se
formara un Nobierno en 0talia, (lemania o Espa|a para saber
que el fascismo se oponía tanto política como económica-
mente al socialismo" pero no toda la culpa de su txito podía
achacarse a la capacidad de los capitalistas para mantener
su control sobre las economías de estos países a travts de la
hiperinÅación de los a|os veinte y la depresión económica de
los a|os treinta. En 192, el tipo de cambio en (lemania se

179
EL CAMINO AL FASCISM

desplomaría a un mínimo histórico de 4,2 billones de marcos


por 1 dólar estadounidense. Ese mes de junio, Clara AetRin,
representante del Partido Comunista (lemán en el 9eichstaN
entre 192 y 19, hablando en el Tercer Pleno del Comitt
Ejecutivo de la 0nternacional Comunista, deÄnió el fascismo
no como la venNanza de la burNuesía europea contra el le-
vantamiento militante del proletariado, sino como lo que ella
llamó “el castiNo porque el proletariado no ha llevado e im-
pulsado la revolución que comenzó en 9usia”17. Para AetRin,
el fascismo era el resultado del socialismo reformista, que
seNún ella había hecho que tanto los trabajadores como los
intelectuales revolucionarios perdieran la fe en el comunismo
y en su capacidad para cambiar el mundo, y en su luNar de-
positaran su fe en el fascismo y en la capacidad del Estado
fascista para rehacer la sociedad.
En los ttrminos que expuse en el capítulo  sobre la es-
tructura psicolóNica del fascismo, las fuerzas de atracción ejer-
cidas por los nuevos elementos imperiosos de la sociedad ita-
liana, alemana y espa|ola –en concreto, la soberanía del 3íder
fascista, el modelo militar de orden social y político que impuso
el fascismo, y el atractivo reliNioso del doNma y las prácticas
rituales fascistas– fueron capaces de persuadir a los inmisera-
dos por la crisis del capitalismo entre las dos Nuerras mundia-
les para que se alinearan con la reconstitución de la sociedad
homoNtnea, en luNar de unirse a sus elementos heteroNtneos
subversivos para derrocar la infraestructura capitalista que era
la causa de su inmiseración. El fascismo –y por eso contaba
con el apoyo de los capitalistas– consiNuió que los obreros y
campesinos rebeldes volvieran a las fábricas y a los campos.
5oventa a|os desputs, se vende la misma mentira, con
quienes se oponen al totalitarismo del Estado de bioseNuridad
desde una posición libertaria denunciándolo como una forma
de comunismo, mientras que ellos mismos son denunciados

180
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

a su vez por los propaNandistas del Estado Mundial de Bio-


seNuridad, y en particular los de la izquierda, como “extre-
mistas de extrema derecha” por cuestionar la imposición de
sus proNramas totalitarios. Gran parte de la responsabilidad
de semejante inNenuidad política proviene de cuarenta a|os
de neoliberalismo, seNún el cual la expansión de los poderes
del Estado es siempre un producto de la 0zquierda, mientras
que la Derecha se asocia de forma iNualmente inNenua con su
desmantelamiento18. Como resultado, la 0zquierda necesitó
pocos estímulos para creer que el distanciamiento social, la
tardía declaración del estado de emerNencia, el enmascara-
miento obliNatorio, las restricciones a la libertad de movimien-
to y reunión, los permisos Änanciados por el Estado, el rastreo
de contactos, las pruebas Nratuitas, la colaboración entre los
sectores público y privado en la carrera por encontrar una
“vacuna” contra el C6=0D-19 e incluso la imposición de pa-
saportes “vacunales”, fueron todos impuestos a Nobiernos
libertarios reticentes en los bolsillos de una clase dominante
sólo preocupada por sus beneÄcios por la justa ira de la Nen-
te – por la que los medios corporativos estaban, de repente,
hablando. Pero si había alNuna justiÄcación para la confusión
de los trabajadores europeos en la dtcada de 19 cuando
se enfrentaron a la alianza del fascismo y el capitalismo, hoy
no la hay. :obre tales mentiras, los sucesivos Nobiernos neo-
liberales desde la dtcada de 198 han privado de inversio-
nes al Estado del bienestar y han privatizado sus industrias y
servicios" y la “crisis” del coronavirus no ha sido diferente, ya
que el Gobierno británico ha supervisado una escalada ma-
siva en la externalización de las funciones y competencias
del Estado al sector privado al amparo del cierre patronal18.
Pero uno habría esperado que los últimos dos a|os y medio,
que han supervisado la mayor transferencia de riqueza de los
pobres a los ricos en la historia moderna, habrían convencido

181
EL CAMINO AL FASCISM

a los trabajadores de Europa y 6ccidente sobre las fuerzas


económicas que impulsan la implementación del Estado de
BioseNuridad Global, y no son ni socialistas ni comunistas19.
Es desde esta perspectiva histórica desde la que quiero
rebatir la aÄrmación neoliberal de que, históricamente, el fas-
cismo fue un producto del socialismo, y la correspondiente aÄr-
mación, que se deriva de ella, de que el autoritarismo del Es-
tado de BioseNuridad Global que se está construyendo hoy en
día representa un Nolpe comunista ideado por, o al menos mo-
delado por, la 9epública Popular China. 3a seNunda aÄrmación
es más fácil de refutar. En el momento en que este libro entra
en imprenta, China tiene el encierro más estricto y brutalmente
impuesto de cualquier país del mundo, conÄnando a  ciuda-
des y  millones de personas a restricciones y obliNaciones"
y el sistema de Crtdito :ocial al que nos están conduciendo
en 6ccidente con la implantación de la 0dentidad DiNital, el 9e-
conocimiento -acial, la Moneda DiNital del Banco Central y el
0nternet de los Cuerpos se basa sin duda en el modelo chino17.
:in embarNo, la aÄrmación de que el Estado de BioseNuridad
Global es una forma de comunismo, a pesar de ser ampliamen-
te repetida por libertarios y conservadores por iNual, no ayuda
mucho a esclarecer las circunstancias de nuestro presente. Por
el contrario, como deberían demostrar claramente los directo-
res ejecutivos de las empresas y los bancos centrales que se
sientan en los consejos de las orNanizaciones no eleNidas de
Nobernanza Nlobal que han asumido tal autoridad sobre nues-
tras vidas en los últimos dos a|os y medio, estas fuerzas son
capitalistas hasta la mtdula171. @ su intención, lejos de super-
visar una revolución hacia el triunfo del comunismo internacio-
nal, es crear un Estado de BioseNuridad Global Nobernado por
una tecnocracia no eleNida compuesta por representantes es-
tatales y corporativos! un mundo propiamente totalitario como
nunca antes hemos visto.

182
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

Pero si la seNunda aÄrmación es relativamente fácil de


descartar por carecer de fundamento político y económico, la
primera siNue necesitando respuesta, no sólo como una cues-
tión de reNistro histórico sino para demostrar por qut y cómo el
fascismo ha vuelto a nuestra política, leyes y culturas actuales
en respuesta a la amenaza al orden económico internacional.
:in embarNo, a diferencia de la dtcada de 19, esa amenaza
no procede del comunismo internacional sino, como tambitn
ocurrió en la dtcada de 19, de la crisis del capitalismo mun-
dial que, como expuse en el capítulo 4, comenzó en septiem-
bre de 219, y que amenaza a todo el sistema Änanciero. De
hecho, es debido a la falta casi total de un movimiento político
con la capacidad o incluso el deseo de proponer una alter-
nativa socialista a las crisis periódicas y cada vez peores del
capitalismo Änanciero por lo que el fascismo ha reNresado hoy
con tanta rapidez, facilidad y falta de oposición orNanizada. :i
el fascismo, como arNumentó AetRin en 192, fue el fracaso
del socialismo para “llevar adelante la revolución” y realizar las
“intenciones Nenuinamente revolucionarias” que 6r^ell, en
1944, identiÄcó como lo único que podía evitar el retorno del
fascismo, ¦qut papel ha desempe|ado la izquierda en su re-
torno encubierto y disfrazado hoy, cuando la revolución hace
tiempo que se ha abandonado como modelo de cambio, y los
socialistas que se autoidentiÄcan se ven reducidos a viNilar
los límites de la política identitaria? Para responder a esta pre-
Nunta, tenemos que volver a cómo el socialismo, a pesar de
la historia de su violenta oposición mutua, lleNó a identiÄcarse
por primera vez con el fascismo.

183
EL CAMINO AL FASCISM

2. El auge del neoliberalismo

Tan pronto como el fascismo empezó a Nanar poder en


Europa en la dtcada de 192, los capitalistas que inmedia-
tamente reconocieron que podía ser utilizado para aplastar la
amenaza del comunismo, empezaron a neNar a voz en Nrito
que el fascismo tuviera alNo que ver con el capitalismo mien-
tras que simultáneamente hacían tratos con sus líderes en
el parlamento y en la sala de juntas. DesNraciadamente para
los trabajadores, cuando los comunistas estuvieron fuera de
las calles y los socialistas prohibidos en el parlamento, no
quedó nadie para oponerse a los fascistas, y los capitalistas
habían posibilitado una sociedad más autoritaria y, en (le-
mania, totalitaria de lo que incluso ellos habían neNociado.
Por lo tanto, cuando se Nanó la :eNunda Guerra Mundial y el
fascismo parecía derrotado, los ideóloNos del capitalismo tu-
vieron que Nanarse el terreno moral para su derrota. Esto era
difícil, ya que antes de que tres cuartos de siNlo de películas
de Holly^ood adoctrinaran a todo el mundo para que creyera
lo contrario, todo el mundo sabía que había sido la <9::, y
no EE.<<., quien había derrotado al nazismo. (sí que en su
luNar idearon un plan para desacreditar al socialismo. Esto no
era demasiado difícil, ya que ni siquiera la victoria del Ejtrcito
9ojo había borrado el recuerdo de las purNas de :talin o de
su efímera alianza con Hitler. @ ya se llamara fascismo o co-
munismo al otro bando, la Guerra -ría pronto trazó una línea
divisoria entre el Bloque 6ccidental y el Bloque 6riental en
Europa. Pero tampoco se había olvidado del todo el desem-
pleo y el sufrimiento que el capitalismo Nlobal había causado
entre las dos Nuerras mundiales" y no sólo en el 9eino <nido,
sino en -rancia, 0talia y en toda Europa 6ccidental, el socia-
lismo estaba haciendo su reNreso. Había que hacer alNo, y la
solución, por extraordinaria que pareciera entonces, era equi-
parar socialismo con fascismo.

184
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

<no de los más Ärmes exponentes de este arNumento


fue -riedrich HayeR, el economista austriaco que en 191 se
había trasladado a 0nNlaterra, donde ense|ó en la 3ondon
:chool of Economics y escribió Camino hacia la servidum-
bre172. Publicado en 1944 tanto en el 9eino <nido como en
Estados <nidos, este libro pasó a convertirse en una especie
de +as Kapital para los ideóloNos de lo que lleNó a denomi-
narse “neoliberalismo”. En ttrminos Nenerales, esto siNniÄ-
ca la privatización de la industria y los servicios estatales" la
austeridad Äscal en forma de disminución del empleo Nuber-
namental y del Nasto en servicios públicos" la desreNulación
de los mercados Änancieros y laborales y el freno al poder
sindical" y la Nlobalización del comercio mediante la disminu-
ción de los aranceles a las importaciones y una división Nlobal
del trabajo. Entre los acólitos de HayeR se encontraban Milton
-riedman, el economista más inÅuyente de la seNunda mitad
del siNlo ?? y uno de los primeros teóricos del neoliberalismo"
(uNusto Pinochet, presidente de Chile entre 197 y 199, bajo
cuya brutal dictadura militar los alumnos de -riedman (los lla-
mados “ChicaNo Boys”) pusieron en práctica por primera vez
el proyecto neoliberal" 1ost Martínez de Hoz, Ministro de Eco-
nomía en los primeros a|os de la junta militar arNentina entre
197 y 1981, cuando se aplicaron las primeras reformas neoli-
berales de la economía arNentina" MarNaret Thatcher, la Prime-
ra Ministra del 9eino <nido entre 1979 y 199 que desmanteló
la infraestructura industrial británica y convirtió 3ondres en la
capital Änanciera del mundo" 9onald 9eaNan, el Presidente de
EE.<<. entre 1981 y 1989 que supervisó el ascenso y el do-
minio mundial de la industria Änanciera sobre la producción
de materias primas" y (lan Greenspan, el presidente de la 9e-
serva -ederal de EE.<<. entre 1987 y 2 cuyas políticas
monetarias fueron responsables de la burbuja bursátil de las
punto-com de Änales de los 9 y de la crisis de las hipotecas

185
EL CAMINO AL FASCISM

subprime de 27-2117. (sí pues, aunque se adaptaría al


aplicarse a las economías capitalistas avanzadas de los Es-
tados nación occidentales, el neoliberalismo se implantó por
primera vez en el marco de dictaduras militares instaladas por
Nolpes políticos urdidos por EE<< y Änanciados por empresas
internacionales que esperaban beneÄciarse de sus políticas
contra Nobiernos eleNidos democráticamente. Por lo tanto, en
muchos aspectos, el ascenso y la colonización de los mer-
cados mundiales por el neoliberalismo en los a|os setenta y
ochenta repitieron el ascenso y la lleNada al poder del fascis-
mo en los a|os veinte y treinta" y para justiÄcar su eventual he-
Nemonía hizo falta mucho revisionismo histórico. (hí es donde
HayeR resultó tan útil a los ideóloNos del neoliberalismo.
ManiÄesto político más que obra de teoría económica,
Camino de servidumbre proporcionó a los Nobiernos occiden-
tales los arNumentos históricos y económicos para alinear a la
<nión de 9epúblicas :ocialistas :ovitticas, su antiNuo aliado
militar en la :eNunda Guerra Mundial, con el nacionalsocia-
lismo alemán –al que el primero había hecho más por derro-
tar que todas las naciones occidentales juntas– y, al hacerlo,
borrar el reNistro histórico de la connivencia de 6ccidente
con el fascismo hasta el momento en que tste amenazó su
monopolio sobre la economía política de Europa y sus mer-
cados mundiales. <na de las difíciles cuestiones que planteó
la connivencia histórica de 6ccidente con el fascismo, y que
el libro de HayeR sirvió para silenciar, es si los Nobiernos fas-
cistas se opusieron tan violentamente al socialismo porque el
fascismo, políticamente, fue la reacción del capitalismo a la
amenaza que el socialismo suponía para su heNemonía. :in
embarNo, una preNunta más pertinente a los efectos de este
capítulo es por qut –si el fascismo, por el contrario, se oponía
al capitalismo– los Estados capitalistas no se opusieron mili-
tarmente a esos Estados fascistas hasta septiembre de 199,

186
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

y los capitalistas de esos Estados habían apoyado Änanciera-


mente a los movimientos y Nobiernos fascistas mucho antes.
Esta cuestión se aplica no sólo a las dos dtcadas que prece-
dieron a la :eNunda Guerra Mundial, cuando el 9eino <nido,
-rancia y Estados <nidos se mantuvieron resueltamente neu-
trales frente a los Nolpes políticos fascistas y las invasiones
militares, sino tambitn desputs, apoyando Änancieramente a
las dictaduras fascistas de Espa|a y PortuNal durante tres dt-
cadas más. Esto contrasta con la voluntad de EE<< de Nastar
unos 9 billones de dólares en una Guerra -ría con el comunis-
mo internacional que se desbordó en invasiones militares por
todo el planeta, más violentamente en Corea y =ietnam, a los
que se contentó con reducir casi a la ruina.
(l iNual que la larNa historia occidental de Nolpes de Es-
tado maquinados e invasiones militares contra Nobiernos so-
cialistas y de apoyo a dictaduras militares en (mtrica Central
y del :ur, Ífrica, 6riente Próximo y el :udeste (siático, este
abrazo a PortuNal y Espa|a habla de una alianza del capita-
lismo con el fascismo contra el socialismo, más que de una
identidad oculta entre estos últimos. (unque todavía bajo el
rtNimen de -ranco, que no derrocó al Gobierno republicano
hasta 199 con la ayuda militar de Mussolini y Hitler, y No-
bernó una dictadura autoritaria de partido único hasta 197,
Espa|a fue acoNida por Estados <nidos, el 9eino <nido y
otros aliados occidentales en las 5aciones <nidas en 19.
Mientras que PortuNal, tambitn una dictadura autoritaria de
partido único desde 19 hasta 1974, había sido miembro
fundador de la 6rNanización del Tratado del (tlántico 5orte
en 1949, sólo cuatro a|os desputs de la supuesta derrota del
fascismo, fue votado para entrar en la 65< al mismo tiem-
po que Espa|a, y ambos países se unieron a la 6rNanización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico en 191. 3a
respuesta lóNica e histórica, por tanto, a la preNunta de por

187
EL CAMINO AL FASCISM

qut el capitalismo apoyó al fascismo es que – lejos de ser una


forma de socialismo, como aÄrman los acólitos de HayeR
– el fascismo, como sostenNo en este libro, estaba y siNue
estando en el corazón de la economía política del capi-
talismo
– lo que he venido llamando la hoja del hacha que esNrime
en tiempos de crisis, cuando las fasces políticas, jurídi-
cas e ideolóNicas unidas por su autoridad amenazan con
deshacerse.

0Nnorando esta historia del vínculo estructural entre capi-


talismo y fascismo, que continúa hasta nuestros días, el ar-
Numento de HayeR en Camino de servidumbre es que, dado
que toda planiÄcación y orNanización centralizada de la eco-
nomía por parte del Estado requiere un sistema totalitario de
coerción administrativa para imponerse, el socialismo es una
etapa en el camino hacia el fascismo. El comunismo y el fas-
cismo, seNún este análisis económico, son distintas caras de
una misma moneda, variantes del totalitarismo, y sólo el capi-
talismo puede Narantizar la libertad del individuo. (demás de
la continua evidencia de la larNa e incomparable historia de
opresión y explotación del capitalismo, no sólo de individuos
y naciones sino de razas y clases enteras, el fallo fundamen-
tal del arNumento de HayeR es que el “libre mercado” al que
apuntan los ideóloNos del capitalismo como alternativa a la
planiÄcación centralizada de la economía y a la tiranía social
y política a la que supuestamente conduce es una construc-
ción casi totalmente Äcticia del neoliberalismo. :i alNuna vez
existió un mercado libre, fue en las peque|as ciudades mer-
cantiles del norte de Europa durante el capitalismo mercantil
del siNlo ?=00, y no duró mucho. Pero que HayeR, escribiendo
en 1944, describa el capitalismo monopolista de las naciones
imperialistas de su propia tpoca tras un siNlo de Nlobalización

188
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

como un “mercado libre” es históricamente insostenible, por


decirlo educadamente.
Menos aún se aplica tal libertad al capitalismo Änanciero
de hoy. Quizá las orNanizaciones más poderosas de la No-
bernanza mundial en el siNlo ??0 sean las instituciones Änan-
cieras que Äjan la política monetaria –es decir, los tipos de
interts y la oferta de dinero en circulación– que, como esta-
mos viendo en el actual aumento de la inÅación en el 9eino
<nido, determinan la política Äscal –impuestos y Nasto– de
los Nobiernos nacionales. 3lamar a esto un “mercado libre”
estructuralmente incapaz de producir un sistema político to-
talitario tiene poco valor descriptivo sobre el neoliberalismo
de los últimos cuarenta a|os, que, por el contrario, ha creado
corporaciones internacionales con monopolios no sólo so-
bre los mercados de materias primas sino tambitn sobre los
Nobiernos y las instituciones Änancieras. 5o tiene nada que
ver con la respuesta de los bancos centrales, los Nobiernos
nacionales y las corporaciones internacionales a la crisis Ä-
nanciera mundial de 219-22 que tuvo como resultado el
bloqueo de la economía mundial y la construcción en curso
del Estado de BioseNuridad Mundial que, se mire por donde
se mire, es totalitario en su concepción, intención y función.
De hecho, muchas de las advertencias de HayeR, en Ca-
mino de servidumbre, sobre los efectos del totalitarismo al
que supuestamente conduce la planiÄcación económica cen-
tralizada describen de forma inquietante la realidad del Esta-
do de BioseNuridad Global actual. Por ejemplo, en su próloNo
a la edición de bolsillo estadounidense de 19, HayeR es-
cribe que la planiÄcación centralizada tiene “una tendencia
cada vez mayor a basarse en la coerción administrativa y la
discriminación... y a recurrir a controles estatales directos o a
la creación de instituciones monopolísticas allí donde el uso
juicioso de incentivos Änancieros podría evocar esfuerzos

189
EL CAMINO AL FASCISM

espontáneos”" y que “el cambio más importante que pro-


duce el control Nubernamental extensivo es un cambio psi-
colóNico, una alteración en el carácter de la Nente”174. Todo
esto –la coerción Nubernamental, la discriminación leNislada,
el control estatal, el monopolio corporativo, los incentivos Ä-
nancieros y la manipulación psicolóNica de los pueblos para
acciones supuestamente espontáneas– resultará familiar a
cualquiera que haya vivido bajo alNuna versión del estado de
bioseNuridad durante los últimos dos a|os y medio.
Esto no siNniÄca, sin embarNo, que la tecnocracia in-
ternacional empe|ada en reducirnos a la servidumbre de la
identidad diNital, el reconocimiento facial, la moneda diNital
de los bancos centrales, la renta básica universal, el 0nternet
de los cuerpos y el crtdito social sea comunista o socialista.
Más bien, al iNual que ocurrió hace un siNlo, un capitalismo
en decadencia que atraviesa su última crisis Änanciera mun-
dial ha vuelto a producir una superestructura fascista para dar
realidad a sus ilusiones. :i los aproximadamente 1 billones
de dólares impresos por los bancos centrales de EE.<<. y la
<E desde septiembre de 219 no tienen ninNún valor fuera
del sistema Änanciero de crtdito en el que circulan –y para
cuyo mantenimiento han sido creados por arte de maNia–,
al menos la bota del policía que nos obliNa a obedecer a los
Nobiernos que confían su autoridad en esas ilusiones puede
ser real. :ólo que esta vez, las capacidades tecnolóNicas y
los avances Änancieros de cien a|os están produciendo un
totalitarismo mucho más total que cualquier cosa fabrica-
da por el fascismo histórico. @a se trate de productos far-
mactuticos que llevan un microchip que reNistra cuándo se
inNieren y cuándo no para Narantizar su “cumplimiento”, un
tinte de puntos cuánticos suministrado con una vacuna que
almacena información sobre el historial vacunal de la persona
inyectada, un microprocesador que almacena datos de paNo

190
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

encriptados implantado bajo la piel de la mano de una per-


sona para permitir los paNos sin contacto, una aplicación de
teltfono inteliNente que rastree la huella de carbono de un
individuo para viNilar y controlar su consumo, o un microchip
implantado en el cerebro para aumentar la realidad, el Estado
de BioseNuridad Global es el sue|o del fascismo despertado
a la realidad del presente17.
Pero si el fascismo, históricamente, fue la respuesta del
capitalismo a la creciente amenaza de un movimiento obrero
durante la prolonNada crisis Änanciera entre las dos Nuerras
mundiales, ¦por qut ha reNresado hoy, cuando tal movimien-
to no existe en el 9eino <nido ni, de hecho, en ninNuna par-
te de las antiNuas democracias neoliberales de 6ccidente?
Como expuse en el capítulo 4, lo que la tecnocracia corpo-
rativa internacional denomina “capitalismo de las partes inte-
resadas” es bastante abierta en cuanto a sus intenciones de
reducir los salarios de los trabajadores del mundo occidental
a alNo parecido al nivel al que diversas formas de capitalismo
han elevado el de los trabajadores del resto del mundo en los
últimos 4 a|os, y concretamente en las economías recien-
temente industrializadas de Brasil, 0ndia y China. @ tomando
una hoja de la Nuía de las -uerzas de Defensa de 0srael para
las relaciones internacionales, el Estado de BioseNuridad
Global ha conseNuido su represalia en primer luNar eliminan-
do eÄcazmente las estructuras políticas, jurídicas y culturales
dentro de las cuales podría formarse una amenaza de este
tipo a su dominio totalitario. Me reÄero, una vez más, a la
advertencia emitida por el Banco de PaNos 0nternacionales
en junio de 219, de que tal amenaza al “orden económico
internacional” ya se estaba formando tras la Crisis -inanciera
Mundial de 27-29, y que su inÅuencia en el futuro “será
claramente una fuerza con la que habrá que luchar en los
próximos a|os”.

191
EL CAMINO AL FASCISM

Pero, ¦no hay una diferencia entre lo que HayeR quería


decir con la planiÄcación centralizada de la economía por par-
te de los Nobiernos de los Estados nación y las intervenciones
económicas en la economía por parte de los bancos centrales
del mundo, así como de instituciones Änancieras inmensa-
mente poderosas como BlacR9ocR, =anNuard y :tate :treet
Global (dvisor? Entre las tres, estas tres Nestoras internacio-
nales de activos corporativos controlan 22 billones de dólares
en activos y, de media, poseen más del 2 de las acciones
de las  mayores empresas de la bolsa estadounidense17.
Esto les conÄere alNo comparable a la autoridad estatal sobre
las corporaciones que representan el Nrueso de la actividad
económica en el mundo y las políticas y criterios medioam-
bientales, sociales y de Nobernanza por los que se riNen y con
los que deben cumplir177. De hecho, en 22, desputs de que
la 9eserva -ederal estadounidense reclutara a BlacR9ocR
para apuntalar todo el mercado de bonos corporativos, el Di-
rector de la División de Gestión de 0nversiones de la Comisión
del Mercado de =alores estadounidense caliÄcó a la corpora-
ción multinacional de Nestión de inversiones de “cuarta rama
del Nobierno”178. Esto está muy lejos de la descripción de Ha-
yeR de un “mercado libre” como defensor y fundamento de
una sociedad libre" así que echemos un vistazo a su arNumen-
to con más detalle, y veamos si puede decirnos alNo sobre
esos solapamientos y colisiones entre capitalismo, fascismo
y socialismo a los que aludía 6r^ell el mismo a|o en que se
publicó Camino de servidumbre.

3. El camino hacia la servidumbre

El arNumento de HayeR para equiparar socialismo con


fascismo y, a la inversa, capitalismo con libertad descansa
en un relato de la civilización occidental que no desentonaría

192
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

hoy en día en la páNina ^eb del -oro Económico Mundial y


que, al iNual que la idea de “libre mercado”, es un producto
de la ideoloNía del capitalismo y, en particular, del relato neoli-
beral de la historia que tanto contribuyó a popularizar179. Ésta
comienza, inevitablemente, con el 9enacimiento europeo y
avanza, a pasos aNiNantados, a travts de la aparición del ca-
pitalismo de mercado en los siNlos ?=00 y ?=000 hasta la Nran
expansión de la civilización occidental en el 5uevo Mundo. En
esta historia, el 0mperio Británico, como era de esperar, ocupa
un luNar de honor, exportando Nraciosamente los conceptos
de “libertad” e “individualismo” a sus colonias antes de ceder
el testiNo de la “democracia” a los EE.<<. en el siNlo ??. 3o
que estos cuatrocientos a|os de historia demostraron, seNún
HayeR, es que la libertad económica es el fundamento y el
Narante de la libertad política. Presumiblemente se refería a
la libertad política de los que se beneÄciaron de esta libertad
económica, porque no menciona los  a|os de trata de es-
clavos sobre los que se fundó la Nlobalización más allá de lo
que HayeR llama “el descubrimiento de alNunos puntos muy
oscuros de la sociedad”18. 0Nualmente, el colonialismo euro-
peo y la subyuNación económica de continentes enteros por
la Nlobalización se descartan como males necesarios para el
aumento Nradual de la riqueza que supuso la libertad econó-
mica, al menos para los que tenían acceso a ella. @ la semies-
clavitud a la que la revolución industrial redujo a Neneracio-
nes de trabajadores condujo aparentemente, a principios del
siNlo ??, a que el hombre trabajador –al menos en el mundo
occidental– hubiera adquirido lo que HayeR describe como
“un Nrado de comodidad material, seNuridad e independencia
personal que cien a|os antes apenas parecía posible”181.
(unque 6r^ell había leído y rese|ado Camino de servi-
dumbre, HayeR, a tenor de esta aÄrmación, no había leído Ca-
mino de Wigan Pier, que se había publicado sólo unos a|os

193
EL CAMINO AL FASCISM

antes, en 197, y cuyos arNumentos a favor del socialismo


HayeR se empe|aba en desestimar182. ( pesar de ser uno de
los economistas más respetados de 0nNlaterra durante la dt-
cada de 19, HayeR tambitn parece haber olvidado la Gran
Depresión que dejó sin trabajo a , millones de trabajadores
británicos, elevó el desempleo al 7 en alNunas reNiones y
de la que el 9eino <nido sólo salió plenamente cuando el Go-
bierno pasó a una economía de Nuerra de planiÄcación centra-
lizada en 199. En su afán por describir el totalitarismo al que
supuestamente conducirá la vía socialista a cualquiera que la
pise, HayeR no se había parado a mirar a su alrededor adónde
había llevado la vía capitalista a los trabajadores de 6ccidente
en la última dtcada, y de hecho a los del mundo capitalista en
los últimos cuatrocientos a|os. Esto no es sorprendente, por-
que para HayeR, como para todos los ideóloNos del neolibe-
ralismo, el sujeto de la historia es el hombre universal del 9e-
nacimiento, el hombre racional de la 0lustración y, sobre todo,
el hombre económico de la Modernidad cuya compraventa
constituye la mano invisible del mercado de (dam :mith –una
abstracción, en otras palabras, sin clase, sin raza, sin nación
y, por tanto, sin ninNún referente en el mundo material de las
relaciones económicas desiNuales y explotadoras.
:in embarNo, seNún HayeR, esta historia triunfal del as-
censo y apoteosis de la civilización occidental lleNó a un
abrupto Änal con la uniÄcación de (lemania en 1871, momen-
to en el que las ideas alemanas, dice, sustituyeron a las in-
Nlesas en el liderazNo intelectual de 6ccidente. @ esas ideas,
que HayeR remonta a los sospechosos habituales de Marx y
HeNel, eran socialistas. ( pesar de que, en los 7 a|os trans-
curridos entre la uniÄcación y la publicación del libro de Ha-
yeR, (lemania pasó 47 de ellos bajo el :eNundo 9eich y 11
bajo el Tercer 9eich, con sólo los 1 a|os de la 9epública de
>eimar separándolos, aÄrma no obstante que la catástrofe

194
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

de la :eNunda Guerra Mundial a la que Hitler había arras-


trado a la civilización occidental era totalmente atribuible a
la inÅuencia intelectual y política de los socialistas alemanes.
0ncluso teniendo en cuenta el amor propio del intelectual libe-
ral por el poder de las ideas sobre las fuerzas más materiales
de la historia, lo que HayeR no menciona en su historia –de
lo que no da cuenta en su demonización del socialismo– es
la Gran Guerra de 1914-1918. 0ncluso más que el comercio
de esclavos, el colonialismo y la revolución industrial –todos
los cuales han sido desestimados por los ideóloNos del capi-
talismo como los males desafortunados pero necesarios del
“proNreso”– la Gran Guerra realmente hizo que 6ccidente se
cuestionara sus motivos y su trayectoria. El Nenocidio podía
tolerarse cuando se inÅiNía a otras razas, otros países y otras
clases" pero cuando los horrores del imperialismo se abatie-
ron sobre los palacios, los Nobiernos y los bancos de Europa,
incluso los líderes de la civilización occidental tuvieron que
hacer una pausa para respirar antes de volver al capitalismo
monopolista que había llevado a las naciones más poderosas
del mundo al auto-sacriÄcio.
Tuvieron que esperar un tiempo, ya que el periodo entre
las dos Nuerras mundiales puso al descubierto todas las men-
tiras sobre el capitalismo y la libertad, con la hiperinÅación de
principios de los a|os veinte empobreciendo no sólo a (lema-
nia e 0talia, sino tambitn a (ustria, HunNría, Polonia y la <nión
:ovittica" el cracR bursátil de 1929 dejando al descubierto los
peliNros de la Nlobalización" y la Gran Depresión de los a|os
treinta inÅiNiendo desempleo, falta de vivienda e indiNencia
a millones de trabajadores que nunca habían comprado una
acción en una empresa. Más que la perniciosa inÅuencia de
las ideas alemanas, fue esta prolonNada crisis Änanciera del
capitalismo, que HayeR vuelve a omitir mencionar, la que creó
la voluntad colectiva de considerar un modelo económico

195
EL CAMINO AL FASCISM

alternativo con el que diriNir el mundo, con alNuna forma de


socialismo como precursor. @ fue esto lo que tanto amenazó
a los ideóloNos del capitalismo que salieron de la seNunda
Nuerra mundial en dos dtcadas teniendo que enfrentarse al
desafío del comunismo internacional.
@ lo que se les ocurrió en su defensa, podría decirse, fue
HayeR y su relato de cuento de hadas no sólo de la historia
del capitalismo y de los beneÄcios de la civilización occiden-
tal, sino tambitn de las causas económicas, políticas e ideo-
lóNicas de su declive. :u relato, sin embarNo, no es meramen-
te inexacto en cuanto a los hechos e, incluso en su momento,
anticuado en su modelo idealista de la historia, es intelectual-
mente fraudulento" y es sobre sus cimientos de mentiras so-
bre los que se ha eriNido la defensa neoliberal de la violencia
sin paranNón y continua del capitalismo. Para entender esto,
quiero volver brevemente a los arNumentos económicos de
HayeR contra el socialismo, que tanto hicieron para apartar
los ojos de 6ccidente de la historia de la culpabilidad del ca-
pitalismo en la esclavitud, el colonialismo, las Nuerras intermi-
nables, la opresión política, la explotación económica, la des-
iNualdad social, el desempleo, la pobreza, la falta de vivienda
y el hambre, todo lo cual continúa hoy en día.
HayeR comenzó arNumentando que el socialismo es lo
que tl llama una “especie” de colectivismo, con lo que se
reÄere a todas las economías planiÄcadas18. Es una metáfora
extra|a, que convierte la economía en un proceso biolóNico
con un resultado, que es el fruto envenenado de las buenas
intenciones. Esto permite a HayeR arNumentar que, aunque
los objetivos del socialismo puedan ser compartidos por los
liberales –entre los que se incluye–, su arNumento contra el
socialismo Nira en torno a los medios que propuNna para
alcanzarlos. Éstos, aÄrma, han sido utilizados tanto por los
Estados fascistas como por los comunistas para privileNiar

196
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

a una tlite, ya se deÄna tsta racial o políticamente. :in em-


barNo, contrariamente a lo que aÄrma HayeR, la economía di-
riNida centralizada de la <nión :ovittica, el corporativismo y
posterior economía diriNida de la 0talia fascista y la economía
de Nuerra mixta de la (lemania nazi estaban muy lejos de ser
lo mismo. (l aÄrmar su equivalencia, además, HayeR convier-
te el socialismo –que puede abarcar las políticas económicas
del modelo nórdico empleadas en los países escandinavos
desde la dtcada de 19 (corporativismo social, neNociación
de contratos colectivos, sindicalización masiva de los trabaja-
dores y propiedad estatal de industrias y servicios), el Estado
del bienestar británico de posNuerra e incluso la socialdemo-
cracia europea– en un sistema Äjo, monolítico y mecánico que
produce, tarde o temprano, un producto, en luNar de verlo
como un conjunto de principios o valores en cuya consecu-
ción una economía planiÄcada es el medio principal pero no
el único. En esto HayeR muestra la visión mecanicista de la
historia que comparten la mayoría de los economistas, inclui-
dos muchos economistas socialistas, pero que no por ello es
menos reductora.
5o sólo eso, sino que habiendo aÄrmado que, debido a
su uso de la planiÄcación económica como medio para alcan-
zar sus Änes, todo socialismo debe conducir al totalitarismo,
HayeR socava a continuación este modelo mecanicista arNu-
mentando que no toda planiÄcación es mala. :eNún tl, existe
un tipo bueno de planiÄcación, que denomina “planiÄcación
para la competencia” y no contra ella 184. Esta nueva distinción
descansa en el supuesto antropolóNico no examinado de Ha-
yeR de que la mejor forma de coordinar las acciones de los
seres humanos individuales es a travts de la competencia y
el beneÄcio, a los que la ideoloNía capitalista ha reducido to-
das las motivaciones humanas. :in embarNo, aunque HayeR
explica en cierto modo por qut una sociedad planiÄcada para

197
EL CAMINO AL FASCISM

la competencia Nenera mayores beneÄcios y mayor riqueza


para los capitalistas, no explica por qut debería producir una
sociedad más libre que una planiÄcada para la iNualdad. En
su luNar, al conÄar en Nobiernos bentÄcos y en el imperio de
la ley para proteNer a la sociedad de los monopolios corpora-
tivos que la adquisición desiNual de riqueza ha producido con
mucha más seNuridad de lo que las economías planiÄcadas
han producido Nobiernos totalitarios, HayeR sustituye el No-
bierno ideal del que, seNún tl, depende una sociedad socia-
lista para evitar el despotismo por una sociedad capitalista
iNualmente ideal. 0ncluso ofrece la desafortunada predicción
de que “un Estado que permite que crezcan aNreNaciones de
poder tan enormes no puede permitirse que este poder des-
canse por completo en el control privado”18.
3os dos a|os transcurridos desde marzo de 22, en los
que el Estado de derecho ha sido desechado por los Nobier-
nos neoliberales que imponen las normativas y los proNramas
del Estado de BioseNuridad Global, han proporcionado una
demostración más precisa de la relación entre la riqueza de
las corporaciones, los poderes del Estado y la libertad de las
poblaciones. De hecho, cuando HayeR deÄne la libertad como
la libertad de “comprar y vender”, está claro que su principal
preocupación es la libertad del capitalista, que constituye un
porcentaje ínÄmo de la población, incluso en 6ccidente hoy
en día, y al que la historia ha demostrado que no le importa
nada la libertad de los trabajadores, salvo que tenNan la me-
nor posible. Pero cuando HayeR ofrece la opinión de que todo
trabajador debería ser libre de entrar en cualquier comercio
en iNualdad de condiciones, que la ley debería reconocer la
libertad de contrato del trabajador con su empleador y que
dicho contrato debería compensar al trabajador por los da|os
a su salud derivados de las condiciones de su trabajo, queda
claro que los salones de la academia desde los que HayeR

198
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

veía el mundo le habían proteNido de las realidades de clase,


del trabajo y de las relaciones de producción dentro de las
cuales los trabajadores de las economías capitalistas están
empleados y desempleados. 3lamar “libres” a estas relacio-
nes convierte su economía en una apoloNía de siNlos de ex-
plotación, pobreza y sufrimiento, que continúan hoy en todo
el mundo bajo la heNemonía del neoliberalismo y la división
Nlobal del trabajo en la que se basa el consumismo occiden-
tal, no la libertad.
Para ser justos, HayeR admite al menos que el capitalismo
tiene una “propensión” a crear monopolios en luNar de com-
petencia, y que cuando lo hace, escribe, “la maquinaria del
monopolio se vuelve idtntica a la maquinaria del Estado”18.
Pero no atribuye esto al poder de las empresas más Nran-
des para socavar a los competidores más peque|os y, al ha-
cerlo, apoderarse de su cuota de mercado, sino más bien a las
políticas Nubernamentales inÅuidas por lo que tl llama “acuer-
do colusorio”, que suena como un ttrmino cortts para la co-
rrupción. :in embarNo, en luNar de ver dicha corrupción como
el resultado inevitable de la inÅuencia que las corporaciones
Nlobales inmensamente ricas ejercen sobre los Nobiernos na-
cionales, culpa de ello, una vez más y de forma bastante ridícu-
la, a la inÅuencia del pensamiento socialista sobre la industria
en (lemania a partir de la dtcada de 187, que seNún HayeR
fueron las primeras empresas en conseNuir monopolios.
Presumiblemente, desde sus despachos de la 3ondon
:chool of Economics, HayeR preÄrió olvidar la East 0ndia
Company que lleNó a controlar la mitad del comercio mun-
dial a mediados del siNlo ?=000 y que prácticamente diriNió el
0mperio Británico en la 0ndia durante cien a|os" o, más cerca
de su propia tpoca, los monopolios estadounidenses como
la CarneNie :teel Company o la :tandard 6il Company de
9ocRefeller, a las que incluso HayeR tendría problemas para

199
EL CAMINO AL FASCISM

atribuir motivaciones socialistas. En cuanto a los socialistas


alemanes de la febril imaNinación de HayeR, los monopolios
que Änanciaron y construyeron el Tercer 9eich no eran estata-
les, sino que llevaban los nombres de los capitalistas más po-
derosos de (lemania! Thyssen, 2rupp y :iemens-:chucRert,
por nombrar sólo a tres de las dos docenas de industriales
que, en noviembre de 192, solicitaron al presidente alemán
que nombrara canciller a Hitler y, al a|o siNuiente, Änancia-
ron la exitosa campa|a electoral del Partido 5acionalsocia-
lista 6brero (lemán con más de 2 millones de 9eichsmarR.
3o mismo podría decirse hoy de los presidentes de (mazon,
(lphabet, (pple, Meta y Microsoft, cinco de las mayores em-
presas por valor de mercado del mundo, que no sólo ejercen
un monopolio conjunto sobre la industria de la información
tecnolóNica, sino que utilizan ese monopolio para viNilar el
Estado de BioseNuridad Global y Änanciar sus orNanizaciones
de Nobernanza mundial.
Esta vez, la amnesia histórica de HayeR se parece menos
a las racionalizaciones del economista acadtmico envuelto en
las comodidades de la clase media-alta en la que nació, y
más a un fraude intelectual. En luNar de abordar los siNlos de
pruebas de que el capitalismo no produce competencia sino
monopolios corporativos que en nuestro propio tiempo ame-
nazan con superar la inÅuencia y el control de cualquier eco-
nomía planiÄcada centralmente, y no sólo sobre los mercados
internacionales sino tambitn sobre los Nobiernos nacionales,
HayeR recurre en cambio a la imaNen del peque|o empresario
como el “inNeniero” de la libertad y la vaca saNrada del capi-
talismo del libre mercado. Pero esto nos lleva a la siNuiente
preNunta! si la economía mundial está dise|ada por la compra
y venta de mercancías y servicios por parte de miles de millo-
nes de particulares, ¦por qut la industria Änanciera ha lleNado
a dominar la economía mundial como lo hace hoy en día?

200
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

:in embarNo, a los efectos de este capítulo, mi interts por


HayeR radica menos en la falta de justiÄcaciones históricas y
económicas de su equiparación del socialismo con el fascis-
mo que en cómo se utilizaron sus arNumentos para crear la
heNemonía ideolóNica del neoliberalismo en 6ccidente, que
siNue defendiendo el capitalismo como defensor de la liber-
tad. Es esta doble ceNuera, tanto sobre la realidad política del
capitalismo Änanciero bajo el que vivimos desde los a|os 8
como sobre la quimera del socialismo del que supuestamente
nos proteNe, la que ha contribuido a que no comprendamos
la naturaleza de la revolución en el capitalismo marcada por
la construcción del Estado de BioseNuridad Global. Este fra-
caso no sólo radica en la descripción fácilmente refutable de
esta superestructura como “comunista”, sino tambitn en la
percepción ampliamente extendida de que, en la medida en
que está borrando las libertades que nos quedaban, el Es-
tado de BioseNuridad Global representa una desviación de
los principios del capitalismo. En contra de todas las pruebas
que demuestran lo contrario, la inmensa mayoría de las po-
blaciones que han vivido en economías neoliberales durante
los últimos cuarenta a|os, al menos en los Estados nación de
6ccidente, siNuen creyendo que el capitalismo se basa en el
libre mercado, en la empresa privada, en la competencia, en
la demanda de los consumidores y en otras auto-representa-
ciones ilusorias de la ideoloNía capitalista, y no, como es cla-
ramente el caso, en la monopolización de los mercados por
las corporaciones Nlobales, en la división y explotación del
trabajo por la Nlobalización, en una economía planiÄcada y
manipulada por las políticas monetarias de las orNanizaciones
Änancieras internacionales, y en los rescates de los bancos
por parte del Estado nación cada vez que las contradicciones
internas del capitalismo provocan las crisis cada vez más fre-
cuentes de un sistema Änanciero construido sobre el crtdito.

201
EL CAMINO AL FASCISM

Contrariamente a lo que han sostenido los seNuidores de Ha-


yeR durante los últimos cincuenta a|os y más, tste, y no el
socialismo, es el camino hacia la servidumbre" tste, como
está demostrando el presente para quienes tienen ojos para
verlo, es el camino hacia el fascismo.
:in embarNo, incluso HayeR intuía esto. En el capítulo Ä-
nal de su libro, “3as perspectivas del orden internacional”, en
el que advierte de los peliNros de conferir poderes económi-
cos a las tecnocracias internacionales, HayeR escribe!
Cualquier autoridad económica internacional, no sujeta
a un poder político superior, aunque se limite estrictamen-
te a un ámbito concreto, podría ejercer fácilmente el poder
más tiránico e irresponsable que pueda imaginarse…Y como
apenas hay nada que no pueda justiÄcarse con “necesidades
técnicas¹ que ninguna persona ajena podría cuestionar eÄ-
cazmente –o incluso con argumentos humanitarios sobre las
necesidades de algún grupo especialmente desfavorecido al
que no se pudiera ayudar de ninguna otra manera–, hay pocas
posibilidades de controlar ese poder. El tipo de organización
de los recursos del mundo bajo organismos más o menos au-
tónomos, que ahora encuentra tan a menudo el favor de los
sectores más sorprendentes, un sistema de monopolios glo-
bales reconocidos por todos los gobiernos nacionales pero no
sujetos a ninguno, se convertiría inevitablemente en el peor de
todos los chanchullos imaginables.
Es curioso observar cómo aquellos que se hacen pasar
por los realistas más duros... creen que, una vez que se otor-
gue un poder hasta ahora inimaginable a un gobierno interna-
cional, que acaba de ser representado como ni siquiera capaz
de hacer cumplir un simple Estado de +erecho, este mayor
poder se utilizará de forma tan desinteresada y tan obviamen-
te justa como para obtener el consentimiento general. Si algo
es evidente, debe ser que, aunque las naciones puedan acatar

202
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

las reglas formales sobre las que se han puesto de acuerdo,


nunca se someterán a la dirección que implica la planiÄca-
ción económica internacional, que aunque puedan estar de
acuerdo sobre las reglas del juego, nunca lo estarán sobre el
orden de preferencia en el que se Äja por mayoría de votos
el rango de sus propias necesidades y el ritmo al que se les
permite avanzar. Incluso si, al principio, los pueblos, bajo algu-
na ilusión sobre el signiÄcado de tales propuestas, aceptaran
transferir tales poderes a una autoridad internacional, pronto
descubrirían que lo que han delegado no es una mera tarea
técnica, sino el poder más amplio sobre sus propias vidas.
3o que evidentemente está en el fondo de la mente de los
“realistas¹, no del todo impracticables, que deÄenden estos
esquemas es que, aunque las grandes potencias no estarán
dispuestas a someterse a ninguna autoridad superior, podrán
utilizar esas autoridades “internacionales¹ para imponer su
voluntad a las naciones más pequeñas dentro de la zona en la
que ejercen la hegemonía. Hay tanto “realismo¹ en esto que,
camuÅando así a las autoridades de planiÄcación como “in-
ternacionales¹, podría ser más fácil lograr la condición bajo
la cual la planiÄcación internacional es la única practicable,
es decir, que sea realizada en efecto por una sola potencia
predominante. Sin embargo, este disfraz no alteraría el hecho
de que para todos los Estados más pequeños signiÄcaría un
sometimiento mucho más completo a un poder externo, al
que ya no sería posible oponer ninguna resistencia real, de lo
que supondría la renuncia a una parte claramente deÄnida de
la soberanía política187.
¦Existe una descripción más clarividente de cómo la ilu-
sión de evitar desastres humanitarios está siendo utilizada
hoy en día por las tecnocracias “internacionales” de 6cci-
dente, bajo el poder predominante de EE<<, para imponer un
sistema de monopolios económicos que incluye 6bjetivos de

203
EL CAMINO AL FASCISM

Desarrollo :ostenible, criterios medioambientales, sociales y


de Nobernanza, moneda diNital de los bancos centrales, ren-
ta básica universal, prevención, preparación y respuesta ante
pandemias y otros proNramas del Gran 9einicio?
El fracaso a la hora de comprender la realidad de nuestro
presente ya ha tenido consecuencias desastrosas para lo que
quedaba de nuestras libertades, la más obvia en la creencia
mantenida por la mayoría de las poblaciones de las democra-
cias neoliberales de 6ccidente de que lo que sufrimos entre
marzo de 22 y marzo de 222 fue una respuesta quizás
demasiado entusiasta e indudablemente destructiva, pero no
por ello menos justiÄcada, a una pandemia vírica que amena-
zaba a la civilización occidental. 0Nual de importante, quizás,
es que el hecho de no ver el Estado de BioseNuridad Global
como la siNuiente etapa en el desarrollo del capitalismo occi-
dental ha hecho mucho para paralizar las fuerzas que podrían
haberse opuesto a su conquista casi ininterrumpida de 6cci-
dente en poco más de dos a|os. 3a respuesta más sencilla a
la preNunta Neneralizada de por qut se han abandonado tan
repentinamente las restricciones y reNulaciones justiÄcadas
por el coronavirus es que ya no son necesarias. Como de-
muestra la pronta adopción del Tratado de Preparación para
una Pandemia de la 6rNanización Mundial de la :alud por
parte de todos los Nobiernos occidentales sin refertndum,
votación parlamentaria, debate público o siquiera mención
en los medios de comunicación, la fachada de democracia
que el Estado de BioseNuridad Global luchó por mantener
durante los dos a|os de bloqueo, mandatos de “vacunas” y
otras borraduras de nuestros derechos humanos y libertades
es ahora prácticamente redundante fuera de las plataformas
mediáticas de las empresas de tecnoloNía de la información.
3a propaNanda, por supuesto, continuará e incluso aumen-
tará, para mantener a la izquierda parloteando en los medios

204
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

sociales" pero la superestructura política, leNal y cultural del


Estado nación ya no es capaz de pedir cuentas a la nueva
tecnocracia internacional, y se está arrodillando a su nuevo
papel de administrador y ejecutor de sus dictados.

4. La función de la izquierda

3a cuestión, entonces, a la que vuelvo tras mi larNa diNre-


sión a travts de los intentos del neoliberalismo de releNar el
socialismo al “montón de cenizas de la historia” de 9eaNan,
es por qut la 0zquierda de hoy, si no es protofascista como
aÄrmaba HayeR, ha colaborado tan voluntariamente con el
Estado de BioseNuridad Global, que es capitalista en su in-
fraestructura económica, fascista en su superestructura polí-
tica, leNal y cultural, y totalitaria en su implementación de un
5uevo 6rden Mundial?188 . @a he abordado alNunos aspectos
de la respuesta en “Perspectivas políticas”, la sección inicial
de la tercera parte de mi informe sobre el proNrama de “vacu-
nación” del 9eino <nido, una versión del cual fue publicada
por 3eft 3ocRdo^n :ceptics en octubre de 221189 . 5o repe-
tirt aquí todos mis arNumentos, pero me basart en ese texto
para hacer el siNuiente intento de respuesta a esta preNunta,
que tanto ha confundido a quienes, en la 0zquierda, se opo-
nen a esta nueva forma de totalitarismo.
:i por 0zquierda entendemos en el 9eino <nido el Parti-
do 3aborista y aquellos sindicatos, orNanizaciones políticas y
Nrupos de presión que aboNan por votar por tl cada vez que
hay elecciones, entonces la 0zquierda británica tiene poco o
nada de socialista en sus principios, políticas o prácticas. Para
quienes leemos sus políticas y nos oponemos a sus acciones
en los ayuntamientos y las autoridades locales, el 3aborismo
es irrefutable e incluso abiertamente un partido cuya Älosofía
política se basa en los principios del neoliberalismo. Esto es,

205
EL CAMINO AL FASCISM

quizás, más demostrablemente evidente en su connivencia


en la mercantilización de las necesidades humanas como la
vivienda y la Änanciarización de esos mercados por el capital
Nlobal19. (demás, cualquiera que haya contactado a la iz-
quierda tambitn sabe que, independientemente de lo que sus
elementos y orNanizaciones denominados “de izquierdas”
discutan entre elecciones, cuando se trata de apoyar u opo-
nerse a las políticas y prácticas del laborismo en el Nobierno
a nivel municipal o de la autoridad local, todos se plieNan a la
línea del partido, Nuardan silencio y votan laborismo.
5o me sorprende, por tanto, que la izquierda británica, in-
cluidos no sólo los laboristas sino la amplia diáspora de per-
sonas que se autodenominan “izquierdistas” e incluso “socia-
listas”, se hayan convertido en fervientes ideóloNos del Estado
de bioseNuridad. Pero no es, como arNumentan HayeR y sus
acólitos, por el autoritarismo inherente al socialismo que le lleva
a imponer un modelo social totalitario a la primera oportunidad.
Hay –no se puede repetir con demasiada frecuencia– poco o
nada socialista –en el Partido 3aborista nada, en sus aÄliados
y compa|eros de viaje poco– en las políticas o prácticas de la
izquierda británica. 0ncluso aquellos peque|os Nrupos y orNani-
zaciones independientes que son abiertamente críticos con los
laboristas han adoptado el apoyo casi universal de la 0zquierda
del 9eino <nido a las restricciones de bioseNuridad, permane-
cen indiferentes ante la inmiseración y el sufrimiento de la cla-
se trabajadora británica que están causando, y se han neNado
rotundamente a unirse a los millones de trabajadores británi-
cos que protestan contra su imposición, habiendo aceptado
y adoptado en cambio de forma acrítica el despido de esos
trabajadores por parte del Gobierno y de los medios corporati-
vos como “teóricos de la conspiración de extrema derecha”191.
Dije antes que la inNenuidad política de la izquierda la
disponía a dar la bienvenida a las reNulaciones y proNramas

206
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

del estado de bioseNuridad como el triunfo del bien común


sobre la incompetencia Nubernamental y la codicia “derechis-
ta”" pero eso fue hace dos a|os y medio, y la inNenuidad se
ha convertido en mala fe y neNación ante el vasto aparato
de bioseNuridad Nlobal que se ha construido alrededor, en-
tre y dentro de nosotros. Eso no siNniÄca, sin embarNo, que
la izquierda se arrepienta ahora de su colaboración, que por
supuesto continúa hoy en día" o que no se haya obstinado
en limitar sus protestas al borrado de nuestros derechos y
libertades que está promulNando la oleada de nueva leNisla-
ción introducida a caballo de 82 0nstrumentos Estatutarios
justiÄcados por el coronavirus, sin admitir ninNuna relación
entre ellos. 3as traiciones y duplicidades de la 0zquierda son
leNión, pero muchos socialistas siNuen preNuntándose cómo
se ha lleNado a esto.
3o que toda la 0zquierda comparte –y el oriNen de su, por
otra parte, inexplicable connivencia con la puesta en marcha
del Estado de bioseNuridad británico– es la inÄltración de la
primera durante dtcadas por las ideoloNías neoliberales del
multiculturalismo, la corrección política, la política de la iden-
tidad y, más recientemente, las ortodoxias del ^oRe, sobre
las que escribí en el capítulo . En alNunas orNanizaciones, la
inÄltración es marNinal y existe, bajo el paraNuas de la “inter-
seccionalidad”, en una coexistencia incómoda y normalmen-
te no examinada con las consiNnas –sino las prácticas– del
socialismo. En otros, como el Partido 3aborista y sus aÄlia-
dos, los principios socialistas que pudieran haber tenido al-
Nuna vez han sido totalmente sustituidos por los valores y las
ortodoxias de estas ideoloNías relativamente nuevas, que se
han manifestado en movimientos tan juveniles, entrNicos y
bien Änanciados como Momentum, BlacR 3ives Matter, Ex-
tinction 9ebellion, y ahora los enmascarados defensores del
Estado de BioseNuridad Global. Todos ellos son movimientos

207
EL CAMINO AL FASCISM

procapitalistas, hostiles a la clase trabajadora y directa, si no


abiertamente, opuestos al socialismo" y es con sus principios
con los que la izquierda ha operado durante alNún tiempo en
el 9eino <nido como en todas las antiNuas democracias neo-
liberales de 6ccidente. 5o puede pasar mucho tiempo antes
de que veamos un movimiento similar, Änanciado por los mis-
mos capitalistas y corporaciones, o incluso más poderosos,
formado para apoyar la siNuiente etapa en el estado de bio-
seNuridad del 9eino <nido – en particular para la adopción
de una 9enta Básica <niversal para los empobrecidos por
el bloqueo, la espiral de la inÅación, el aumento de los pre-
cios de la enerNía y la automatización masiva de los servicios
por la Cuarta 9evolución 0ndustrial. @ al iNual que sus pre-
decesores, este movimiento de Äeles a la C6=0D reclamará
una posición en la izquierda británica criticando la respuesta
del Gobierno conservador a tsta o a la próxima “crisis”, y
al hacerlo contribuirá a crear un consenso aún mayor entre
la juventud británica y las clases medias liberales a favor de
una mayor viNilancia en línea, leyes más estrictas, penas más
duras, tecnoloNías de control público más intrusivas y ma-
yores poderes policiales para hacerlas cumplir. Como vimos
más públicamente en las contramanifestaciones orNanizadas
en todo Canadá durante el bloqueo contra los mandatos de
las “vacunas” en febrero de 222, la izquierda no dudó en
alinearse con el Gobierno de 1ustin Trudeau y la policía an-
tidisturbios que despleNó, denunció a los camioneros como
“supremacistas blancos” y cualquier otro insulto del manual
del ^oRe, mientras aNitaba pancartas diciendo a los trabaja-
dores y trabajadoras que se enfrentaban al desempleo y la
indiNencia a manos del Estado de bioseNuridad que “compro-
baran sus privileNios”.
Esta izquierda neoliberal, mayoritariamente de clase me-
dia, que hoy constituye una fuerza homoNtnea de conformidad

208
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

en todos los estados de bioseNuridad de 6ccidente, no se con-


virtió de repente en devota de las restricciones y proNramas im-
puestos con la justiÄcación de una amenaza para la salud pú-
blica que nunca existió. (l contrario, la izquierda es la 0Nlesia en
la que se han criado los Äeles de la C6=0D, su reliNión rectora y
sus prácticas cultuales están formadas por las mismas creen-
cias radicalmente conservadoras. Para aÄrmar de nuevo lo que
debería ser obvio para todos! el no-planteamiento, la cultura
de la cancelación, la misoNinia disfrazada de derechos trans, la
viNilancia de la expresión y la opinión, y todos los demás sín-
tomas de esta ideoloNía totalitaria no surNieron de una política
de emancipación, lucha de clases o distribución de la rique-
za. :urNieron de, y son defensores de, prácticas autoritarias
de censura, supresión del debate y castiNo del incumplimiento
que son culturalmente inseparables de las tecnoloNías de viNi-
lancia y control desarrolladas por el capitalismo Änanciero para
viNilar y proteNer sus fronteras. Éstas, por supuesto, no son las
fronteras entre los Estados nación que el capitalismo Änanciero
atraviesa como un coloso y a travts de las cuales el Estado de
BioseNuridad Global controla ahora nuestros movimientos en
un Nrado hasta ahora inimaNinable para los hijos del multicul-
turalismo, sino más bien las fronteras entre las corporaciones
internacionales y las jurisdicciones extraterritoriales a travts de
las cuales Åuye el capital Nlobal y el escrutinio por parte de, o la
rendición de cuentas ante, lo que queda del sector público en
esos Estados nación.
3ejos de que la izquierda estt, como alNunos han aÄrma-
do, bajo alNuna forma de hipnosis o proNramación colectiva
–presumiblemente por la propaNanda de la derecha–, es de
la izquierda de donde oímos las demandas más puritanas de
exhibiciones de virtud pública, de que se imponNan los cas-
tiNos más duros a los inÄeles en la nueva fe de la bioseNuri-
dad. Existe una línea directa de inÅuencia ideolóNica entre el

209
EL CAMINO AL FASCISM

lema de BlacR 3ives Matter de que “el silencio es violencia”,


los “rebeldes” preparados por Extinction 9ebellion para ofre-
cerse a ser detenidos y los ideóloNos de “cero-C6=0D” que
nieNan los derechos humanos a quienes se nieNan a cumplir
los dictados del Estado de BioseNuridad Global. Del mismo
modo que, durante el último siNlo y más, los sindicatos bajo la
dirección tramposa de los laboristas han sacriÄcado repetida-
mente a los trabajadores británicos a los intereses del capital
británico, la izquierda ha entreNado a la juventud británica al
Estado de bioseNuridad británico. Pretender que esta ideo-
loNía corporativa, tecnocrática, autoritaria, represiva, violenta
y totalitaria tiene alNo en común con los objetivos emancipa-
dores del socialismo demuestra lo poco que saben o les im-
porta a los ideóloNos de la 0zquierda la política socialista, los
principios socialistas o las prácticas socialistas, excepto en
la medida en que existe para suprimir cualquier orNanización
que intente ponerlos en práctica.
De hecho, con un acatamiento tan dispuesto por parte de
la 0zquierda, ¦hay ya alNuna necesidad de que los ideóloNos
del capitalismo ensalcen su supuesta capacidad única para
defender nuestras libertades? 3as declaraciones de un 5ue-
vo 6rden Mundial realizadas en las reuniones simultáneas del
-oro Económico Mundial y de la 6rNanización Mundial de la
:alud este mes de mayo suNieren claramente que no. Como
principio ideolóNico, la “libertad”, que fue en Nran medida una
invención de los propaNandistas occidentales desputs de la
:eNunda Guerra Mundial tanto para diferenciar el imperialis-
mo occidental del fascismo como para dar al capitalismo con-
sumista un barniz de moralidad frente a las pretensiones mo-
rales más obvias del socialismo, está bien y verdaderamente
fuera de la aNenda política actual. El fascismo –aunque, como
predijo 6r^ell, impuesto bajo otro nombre (“bioseNuridad”,
“red cero”, “capitalismo de las partes interesadas”, etc.), ya

210
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

no bajo la autoridad de un 3íder soberano sino sedado y sutil,


y en este país apareciendo bajo una viscosa forma anNlicista–
es el nuevo bien común al que todos nos vemos obliNados
a sacriÄcar nuestros derechos humanos, nuestra intimidad,
nuestra autonomía corporal, nuestras libertades. @ la verdad
que la izquierda siNue neNándose a afrontar es que nada de
esto podría haberse loNrado con tanta rapidez y facilidad sin
su colaboración.
Pero, ¦eso es todo? ¦Puede atribuirse enteramente un
fracaso histórico tan trascendental, que alNún día puede iNua-
lar al de la incapacidad de la 0zquierda para derrotar el as-
censo del fascismo hace un siNlo, al borrado ideolóNico del
socialismo no sólo de los partidos parlamentarios y las orNa-
nizaciones políticas de la 0zquierda, sino tambitn de la ideolo-
Nía de sus miembros y compa|eros de viaje? :i la estructura
psicolóNica del fascismo, como he expuesto en el capítulo ,
es la atracción entre una obediencia casi infantil a las formas
imperiosas de autoridad que operan por encima de la ley y un
odio visceral a los empobrecidos, los enfermos, los condena-
dos al ostracismo y los criminalizados, ¦qut podemos decir
de la estructura psicolóNica de la izquierda en 6ccidente en
222? ¦Es la izquierda ahora, en efecto, fascista? @ si lo es,
¦tenía razón HayeR, desputs de todo, sobre que el socialismo
es un pelda|o hacia el fascismo?
3a respuesta a estas dos preNuntas debe ser “no”! no
sólo porque los últimos cuarenta a|os de neoliberalismo en
6ccidente, lejos de supervisar una mayor orNanización de la
economía por parte de Nobiernos socialistas o incluso social-
demócratas, han sido testiNos, por el contrario, de la exter-
nalización de los servicios públicos al sector privado y de la
posterNación de la política económica a las instituciones Ä-
nancieras internacionales" sino tambitn porque la división del
espectro político en la que se basaba el arNumento de HayeR

211
EL CAMINO AL FASCISM

en izquierda y derecha –con los socialdemócratas y los socia-


listas, respectivamente, a uno y dos pasos a la izquierda, y los
liberales y los conservadores a uno y dos pasos a la derecha–
ya no tiene ninNún valor descriptivo en el paradiNma político
del Estado de bioseNuridad mundial.
Como arNumentt en el capítulo , las ortodoxias autorita-
rias de la ideoloNía ^oRe han sido empleadas por las autodeno-
minadas “democracias liberales” bajo alNunos de los Nobiernos
más autoritarios y antiobreros de la historia reciente –incluidos
los de Boris 1ohnson en el 9eino <nido, Emmanuel Macron
en -rancia, Mario DraNhi en 0talia, 2arl 5ehammer en (ustria y
=iRtor 6rbán en HunNría– para subordinar la izquierda al Estado
de BioseNuridad Global. º:ubordinar» es quizá la palabra equi-
vocada, porque, al mismo tiempo, los Nobiernos teóricamente
de izquierdas –incluidos los de Pedro :ánchez en Espa|a, (n-
tónio Costa en PortuNal y MaNdalena (ndersson en :uecia–,
así como los partidos políticos de izquierdas en la oposición,
han estado iNual de dispuestos a abrazar el Estado de BioseNu-
ridad Global bajo los principios ^oRe (despiertos) de seNuridad,
censura y un Estado paternal. @, por supuesto, los Nobiernos
liberales y conservadores –incluidos los de 6laf :cholz en (le-
mania, Mateusz Mora^iecRi en Polonia, (lexander de Croo en
BtlNica, MarR 9utte en los Países Bajos, :anna Marin en -inlan-
dia y 2yriaRos MitsotaRis en Grecia– hace tiempo que hicieron
de las ortodoxias ^oRe la base de sus plataformas políticas,
y las despleNaron rápidamente en su respuesta oportunista a
la “crisis” del coronavirus. Esta unidad de respuesta por parte
de los Nobiernos teóricamente diferenciados políticamente de
los Estados nación europeos, junto con su subordinación vo-
luntaria a las nuevas tecnocracias de la Nobernanza mundial,
ha demostrado –esperemos que de una vez por todas– que la
izquierda y la derecha ya no existen como posiciones dentro
del nuevo paradiNma biopolítico de 6ccidente.

212
EL FASCISMO Y LA DECADENCIA DEL CAPITALISMO

:e podría arNumentar que hace tiempo que no existen.


Tony Blair, ex Primer Ministro del 9eino <nido y uno de los
ideóloNos del neoliberalismo más inÅuyentes de 6cciden-
te, cuyo partido, el 5uevo 3aborismo, tanto hizo por cerrar
la =entana de 6verton, sustituyó 0zquierda y Derecha por lo
que tl denominó “(bierto y Cerrado”, con la primera a favor
del neoliberalismo, el multiculturalismo y la Nlobalización, y
la seNunda con el proteccionismo, el conservadurismo cul-
tural y la antiinmiNración. En este nuevo espectro político, en
el que la llamada “apertura” describe con mayor precisión la
ideoloNía de la izquierda, los valores socialistas de emancipa-
ción política, iNualdad económica y redistribución de la rique-
za han sido eliminados por completo, con las clases medias
encomendadas a la apertura y la clase trabajadora tachada
de cerrada. Por supuesto, con la revolución del capitalismo
occidental en el Estado de BioseNuridad Global, “abierto y
cerrado” han adquirido siNniÄcados muy diferentes, con los
defensores “abiertos” del neoliberalismo exiNiendo ahora el
encierro, la imposición de pasaportes “vacuna” como con-
dición para viajar y la intervención mtdica obliNatoria como
condición para el empleo, y los trabajadores “cerrados” de-
fendiendo sus derechos y libertades. De hecho, en la medida
en que la polaridad residual entre izquierda y derecha ha ser-
vido para dividir la oposición al estado de bioseNuridad, con el
cumplimiento despolitizado como obediencia a las “medidas”
mtdicas emitidas por juntas asesoras tecnocráticas supues-
tamente apolíticas (ya sea el :(GE o la 6M:), la colaboración
de izquierda y derecha ha facilitado la imposición del paradiN-
ma biopolítico del estado. Del mismo modo que Camino hacia
la servidumbre permitió a los neoliberales reducir la política a
la economía –expresado más famosamente en el esloNan de
Thatcher de que “5o hay alternativa” (T05()–, el mantra san-
turronamente repetido por los Äeles del C6=0D de que la crisis

213
EL CAMINO AL FASCISM

del coronavirus está “por encima de la política” es el sue|o


de un mundo totalitario postpolítico en el que, sea cual sea el
partido eleNido para administrar sus dictados, el Estado y sus
poderes siNuen estando a disposición de las mismas orNani-
zaciones internacionales de Nobernanza Nlobal.
3a izquierda, por tanto, no es fascista, pero tampoco es so-
cialista en ninNún sentido reconocible del ttrmino. Como han
demostrado los últimos dos a|os y medio con más claridad
que ninNún otro acontecimiento reciente en la historia de 6cci-
dente, la izquierda es una forma política residual, pero todavía
operativa, del poder del Estado nación para asimilar, mediante
los espectáculos de la democracia parlamentaria y la protesta
callejera, a los elementos heteroNtneos potencialmente sub-
versivos de la sociedad en el orden político homoNtneo, con
el Än de proteNer a las fuerzas productivas de la economía de
las crisis del capitalismo Änanciero. 3a “crisis” del coronavirus,
y la colaboración de la izquierda en la construcción del Estado
de bioseNuridad Nlobal, es la demostración de esta función.

214
8.
el campamento
como paradigma
biopolítico
del estado
“El miedo a los campos de concentración y la percepción
resultante de la naturaleza de la dominación total podrían
servir para invalidar todas las obsoletas diferenciaciones po-
líticas de derecha a izquierda y para introducir al lado y por
encima de ellas el criterio políticamente más importante para
juzNar los acontecimientos de nuestro tiempo, a saber! si sir-
ven o no a la dominación totalitaria».
– Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo, 1951

¦Cuáles son las formas biopolíticas del nuevo paradiNma


de Nobernanza que ha surNido en 6ccidente a partir de la
“crisis” fabricada del coronavirus de 22-222?
1. El estado de excepción como forma permanente de
biopoder"
2. El campamento como paradiNma biopolítico del Estado"
3. 3a identidad diNital que almacena datos biomttricos vin-
culados al 0nternet de las Cosas.
Podríamos llamarlas, respectivamente, las formas políti-
cas, espaciales y jurídicas del Estado de bioseNuridad Nlobal
en formación, que combinadas están sustituyendo al ante-
rior modelo dominante de política basado en la ahora residual
y pronto redundante separación de poderes entre ejecutivo,
leNislativo y judicial. ¦Qut necesidad hay de un poder leNis-
lativo cuando el ejecutivo puede convertir en ley cualquier
norma en virtud de un estado de emerNencia políticamente

217
EL CAMINO AL FASCISM

declarado? ¦Qut necesidad hay de un poder judicial cuando


el imperio de la ley ha sido sustituido por un sistema totalitario
de viNilancia, control y castiNo administrado por la inteliNen-
cia artiÄcial? ¦Qut necesidad hay de un ejecutivo cuando los
poderes y la autoridad del Estado se han puesto al servicio
de las tecnocracias Nlobales? De hecho, como paradiNma
emerNente de Nobernanza, el Estado de bioseNuridad Nlobal
representa el Än del modelo clásico de política en 6ccidente.
3as dos primeras de estas formas biopolíticas de Nober-
nanza son repeticiones de formas históricas de fascismo,
aunque con poderes de imposición mucho mayores. 3a ter-
cera, sin embarNo, es el sue|o del fascismo, y su imposición,
por tanto, quizá justiÄque un nuevo ttrmino. Describir nuevas
formaciones de poder, sin embarNo, sólo sirve de alNo si per-
mite una comprensión más clara de esas formas y –espere-
mos que junto con esa comprensión– la oposición a las mis-
mas. :i la descripción del Estado mundial de bioseNuridad
como el retorno del “fascismo” alerta a las poblaciones de
los Estados nación que lo imponen sobre la realidad a la que
nos enfrentamos, entonces deberíamos utilizar este ttrmino.
:i, por el contrario, permite a los ideóloNos y propaNandistas
de la bioseNuridad desestimar nuestras advertencias, como
hicieron con tanto txito durante los dos primeros a|os de su
construcción con la acusación de “teoría de la conspiración”,
entonces sirve a la aplicación de estas formas. ¦Cuáles son
entonces los arNumentos y las pruebas para utilizar el ttrmi-
no “fascismo” para describir este nuevo paradiNma de No-
bernanza? En este capítulo, voy a centrarme en el uso y la
expansión del campamento como paradiNma del Estado de
bioseNuridad.

218
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

1. El modelo chino

En el capítulo anterior arNumentt que, a pesar de las aÄrma-


ciones de los libertarios que se oponen a la imposición del
Estado de bioseNuridad Nlobal, la revolución del capitalismo
occidental que estamos viviendo no representa un Nolpe co-
munista urdido por la 9epública Popular China. Eso no siNni-
Äca, sin embarNo, que China no haya proporcionado un mo-
delo para los proNramas del Estado de bioseNuridad. Como
es ampliamente conocido a estas alturas, el profesor 5eil -er-
Nuson del 0mperial ColleNe de 3ondres –cuyas fraudulentas
y exaNeradas predicciones sobre el número de muertos por
el :(9:-Co=-2 se utilizaron para justiÄcar la imposición del
bloqueo en el 9eino <nido y Estados <nidos– en una entre-
vista en The Times publicada en diciembre de 22 reveló
que el Grupo de (sesoramiento CientíÄco para EmerNencias,
la mitad de cuyos miembros procedían de departamentos Nu-
bernamentales, no creía que los ciudadanos de las democra-
cias neoliberales de 6ccidente aceptaran la supresión de sus
derechos y libertades tolerada por los ciudadanos chinos, y
se asombraron y aleNraron a partes iNuales cuando la impo-
sición de restricciones de cierre en 0talia suNirió que sí lo ha-
rían. 2919. ºEs un Estado comunista de partido único, dijimos.
5o podríamos salirnos con la nuestra en Europa, pensamos.
@ entonces 0talia lo hizo. @ nos dimos cuenta de que sí po-
díamos”194. Para -erNuson y sus compa|eros tecnócratas del
:(GE, por tanto, el modelo para las normativas y los proNra-
mas del Estado de bioseNuridad era sin duda China, que des-
de hace alNún tiempo somete a sus ciudadanos a un sistema
totalitario de viNilancia diNital, seNuimiento, control y castiNo
basado no sólo en su adhesión a las leyes, sino tambitn en
su cumplimiento de los requisitos de la buena ciudadanía19.

219
EL CAMINO AL FASCISM

Tambitn es cierto que el sistema chino del llamado Crt-


dito :ocial es hacia el que nos están conduciendo los proNra-
mas y tecnoloNías del Estado de bioseNuridad, incluyendo la
0dentidad DiNital y la 9enta Básica <niversal, y que la Moneda
DiNital del Banco Central llevará al siNuiente nivel de control.
(nunciado por primera vez en junio de 214 y con aplicación
a partir de 22, el a|o siNuiente al brote de :(9:-Co=-2
en >uhan, el Crtdito :ocial aún no es un sistema uniÄca-
do a escala nacional, pero el Gobierno chino planea hacerlo
obliNatorio para todos 19 . En virtud de este sistema, la Äabi-
lidad no sólo de los ciudadanos, sino tambitn de las empre-
sas y los orNanismos Nubernamentales, se controla y evalúa
actualmente mediante bases de datos Änancieras, penales,
Nubernamentales y de crtdito en línea, pero en el futuro po-
dría incluir tambitn la videoviNilancia, las transferencias de
datos en tiempo real, el paNo de impuestos, el reembolso de
prtstamos bancarios y los conÅictos laborales. :eNún el :ou-
th China MorninN Post, las clasiÄcaciones del Crtdito :ocial
las deciden la Comisión 5acional de Desarrollo y 9eforma, el
Banco Popular de China y el sistema judicial chino197. 5adie
fuera del Gobierno sabe cómo se lleNa a las puntuaciones,
pero entre los comportamientos que incurren en una puntua-
ción neNativa se incluyen no devolver un prtstamo, conducir
mal, fumar en zonas de no fumadores, pasear al perro sin
correa, comprar demasiados videojueNos, malNastar el dinero
en compras frívolas, pasar demasiado tiempo en las redes
sociales y publicar en 0nternet lo que el Gobierno considera
“noticias falsas”198 . <na caliÄcación positiva puede traducir-
se en una oferta de asistencia sanitaria prioritaria, alquiler sin
depósito de viviendas públicas, descuentos en las facturas
de la luz y mejores tipos de interts en los bancos" mientras
que una caliÄcación neNativa puede suponer que se prohí-
ba a las personas volar, viajar en tren e incluso acceder a la

220
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

educación y al crtdito, que se limite el tama|o y el conteni-


do de sus Nastos y que se reduzca la velocidad de 0nternet.
Para las empresas, una caliÄcación neNativa puede siNniÄcar
sanciones y castiNos que incluyen órdenes judiciales y mul-
tas, así como restricciones a los derechos de uso del suelo
aprobados por el Nobierno, a la contratación pública y a los
permisos de inversión, las subvenciones y las rebajas Äsca-
les. De un modo ya familiar en el 6ccidente adicto a las redes
sociales, los ciudadanos y las empresas considerados poco
Äables son nombrados y averNonzados públicamente.
De hecho, es al modelo chino de Crtdito :ocial al que el
ex secretario de Estado de 1usticia del 9eino <nido, Dominic
9aab, ha estado preparando a los ciudadanos británicos a
travts de las reformas propuestas a la 3ey de Derechos Hu-
manos, que suplantarán la universalidad de los derechos hu-
manos por las obliNaciones constantemente cambiantes de
la ciudadanía dentro del Estado de bioseNuridad del 9eino
<nido. Cuando estas reformas se conviertan en ley británica
–y dada la incompetencia profesional y la cobardía intelectual
del peor Parlamento de la historia británica no hay razón para
creer que no lo harán– los derechos descritos en 1948 en la
Declaración <niversal de los Derechos Humanos como “indi-
visibles, inalienables y universales” pasarán a depender del
cumplimiento por parte del ciudadano de los requisitos cam-
biantes de lo que las tecnocracias internacionales decidan
que son las obliNaciones de la ciudadanía en cada momento
en un estado de emerNencia permanente. @ del mismo modo
que el sistema de crtdito social chino se aplica tambitn a las
empresas, esto ya ha sido reproducido por el proNrama de
los 6bjetivos de Desarrollo :ostenible de la 65<, que asiNna
capital, inversiones y otros tratos preferenciales a Nobiernos y
corporaciones en función de su cumplimiento de sus criterios
medioambientales, sociales y de Nobernanza199.

221
EL CAMINO AL FASCISM

3a historia ha demostrado que ni los Nobiernos de los


Estados nación ni los tribunales internacionales de leyes y
tratados deÄenden o apoyan los derechos humanos de las
personas o pueblos apátridas" pero la imposición del Estado
mundial de bioseNuridad representa, no obstante, un partea-
Nuas histórico en la concepción de los derechos humanos
y, por tanto, diría yo, en la deÄnición occidental de lo que es
ser humano. En efecto, cuando los Nobiernos pueden deci-
dir, como hicieron en todo el mundo occidental en 221 y
222, que nuestro estado biolóNico natural es, por defecto,
una amenaza para nuestros conciudadanos y que, por tanto,
es derecho y deber del Estado correNirlo con biotecnoloNía
inyectada no sólo en los adultos sino tambitn en los ni|os
casi desde el momento en que nacen, entonces hemos pasa-
do claramente de una concepción humanista del hombre que
ha estado bajo asalto durante más de un siNlo a un mundo
posthumano en el que el orNanismo humano está siendo re-
ducido a poco más que un hutsped para las biotecnoloNías
emerNentes de la Cuarta 9evolución 0ndustrial 2.
En :hanNhai, la ciudad más Nrande de la 9epública Po-
pular China, 2 millones de personas fueron mantenidas en el
encierro más severo a partir de abril de 222 bajo la “estra-
teNia cero-C6=0D” del Gobierno 21 . Efectivamente puestos
bajo arresto domiciliario, a los residentes se les prohibió sa-
lir de sus casas o se les permitió hacerlo en momentos de-
siNnados para comprar bienes esenciales como alimentos.
Trabajadores con trajes blancos para materiales peliNrosos
entraron por la fuerza en las casas de los residentes para ro-
ciarlas con desinfectante. :e cerraron neNocios y millones de
residentes más pobres que no pueden permitirse o no tienen
acceso a servicios de alimentación en línea se enfrentaron al
hambre. 3os más afectados fueron los cientos de millones
de trabajadores inmiNrantes con bajos inNresos en China. El

222
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

Gobierno chino utiliza la viNilancia masiva de los datos de te-


ltfonos móviles, trenes y vuelos para localizar a los ciudada-
nos que han viajado a las reNiones afectadas. 3as personas
sospechosas de estar infectadas son rastreadas a travts de
sus transacciones con tarjeta de crtdito y las imáNenes de las
cámaras de circuito cerrado de televisión. 3os monitores de
barrio reNistran los movimientos y la temperatura de los indi-
viduos. 3os alNoritmos de reconocimiento facial identiÄcan a
los viajeros que no llevan mascarilla o que no la llevan correc-
tamente. 3as bases de datos sanitarias y de otro tipo se han
inteNrado para que los hospitales, las clínicas y las farmacias
puedan acceder a la información de los desplazamientos de
sus pacientes. 3a autocuarentena se impone a travts de apli-
caciones para teltfonos inteliNentes que rastrean la ubicación
en pulseras obliNatorias. :e exiNen documentos de identidad
emitidos por el Nobierno para comprar tarjetas :0M para telt-
fonos móviles o billetes en las compa|ías ferroviarias y atreas
estatales. Perros robot recorren calles y bloques de aparta-
mentos, ladrando órdenes a los residentes para que manten-
Nan el distanciamiento social, se laven las manos, comprue-
ben su temperatura y otras restricciones y obliNaciones de
bioseNuridad. (llí donde los perros no pueden lleNar, drones
operados por la policía realizan la misma tarea. Cualquier per-
sona a la que se sorprenda infrinNiendo la cuarentena es cap-
turada por funcionarios vestidos con trajes de protección que
utilizan cazadores de hombres y procesada en virtud de las
nuevas leyes sobre Nestión de pandemias. 3os manifestantes
son duramente Nolpeados por la policía antidisturbios. Todos
los residentes de las ciudades y bloques en cuarentena están
obliNados a someterse reNularmente a pruebas PC9, y a los
que se nieNan se les rebaja el estatus del “CódiNo :anitario”
de verde a amarillo, lo que indica que necesitan aislamiento
o tratamiento mtdico y restrinNe sus movimientos. El CódiNo

223
EL CAMINO AL FASCISM

:anitario, que funciona mediante alNoritmos seNún normas


formuladas por el Gobierno chino y requiere un teltfono inteli-
Nente, está vinculado a datos de tráÄco, datos de operadores
y datos de paNo de instituciones Änancieras, y puede ras-
trear los movimientos de una persona en un plazo de catorce
días. 3os que dan positivo son enviados a campos de cua-
rentena. (lNunos de ellos son fábricas reconvertidas, alma-
cenes, escuelas y centros de conferencias, otros son bloques
de viviendas que se han vaciado a la fuerza de residentes.
3os más Nrandes son campamentos construidos ex profeso
que pueden alberNar hasta . internos. En los dos meses
transcurridos desde Änales de marzo, se produjeron menos
de 14 muertes en :hanNhai atribuidas al C6=0D, menos que
las 18 muertes causadas por las restricciones de cierre, in-
cluso por falta de atención mtdica y suicidios.
Es difícil hacer un seNuimiento de cuántas personas se
ven afectadas por la política de “cero C6=0D” en un momento
dado en un país tan Nrande como China" pero el 1 de junio de
222, se estimaba que 1 millones de personas en al menos
1 ciudades de China se encontraban bajo bloqueo total o
parcial. Desde que se informó por primera vez del virus en
>uhan en diciembre de 219, dos a|os y medio antes, se han
producido .22 muertes atribuidas oÄcialmente al C6=0D-19
en una nación de 1.4 millones de habitantes, o 1 de cada
28. de la población. 5o se espera que la estrateNia china
de cero C6=0D cambie antes del oto|o de 222, cuando ?i
1inpinN, desde 212 :ecretario General del Partido Comunis-
ta Chino y Presidente de la Comisión Militar Central, y desde
21 Presidente de la 9epública Popular China, intentará uti-
lizar el ?? ConNreso 5acional del Partido Comunista Chino
para consolidar su tercer mandato como líder, tras la aboli-
ción de los límites del mandato presidencial en 218. Como
escribí anteriormente, en septiembre de 222,  ciudades

224
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

y  millones de personas se encuentran bajo alNún tipo de


restricción de cierre. Como demostración de cómo funciona
el modelo chino del Estado de bioseNuridad, en junio de este
a|o se impidió que los depositantes de un banco asistieran
a una protesta prevista en AhenNzhou contra la conNelación
de sus cuentas durante los dos últimos meses por el simple
expediente de identiÄcar a los manifestantes previstos y po-
ner su CódiNo :anitario en rojo, prohibitndoles viajar y con-
Änando a los que intentaban “entrar en cuarentena”22. :i los
libertarios tienen razón y China es el modelo del Estado de
bioseNuridad Nlobal, entonces este mundo posthumano es
nuestro futuro inmediato, descrito y promovido abiertamente
por el -oro Económico Mundial bajo el disfraz de las ciudades
inteliNentes, el reconocimiento facial, la identiÄcación diNital y
el 0nternet de los cuerpos, y en vías de ser implantado por los
Estados nación de 6ccidente imponiendo este nuevo para-
diNma de Nobernanza a sus poblaciones sin recurrir a ninNún
proceso democrático reconocible 2.
:in embarNo, existe otro modelo y otra forma de respon-
der a la preNunta de si debemos describir este nuevo para-
diNma de Nobernanza como fascismo. :e trata de examinar
el uso de este paradiNma no en el capitalismo de Estado de
la China actual, sino en los Estados neoliberales mucho antes
de que se fabricara la “crisis” del coronavirus. Esto, creo, nos
dará una comprensión más precisa de cómo las formas polí-
ticas, jurídicas y culturales del Estado de BioseNuridad Global
se impondrán a las poblaciones de 6ccidente, que aunque
mucho más serviles y obedientes de lo que incluso los tec-
nócratas del :(GE y la 6M: podrían haber creído, han te-
nido sus valores políticos formados en torno al concepto de
“libertad” durante demasiado tiempo como para renunciar a
tl de Nolpe. Hay un Estado, en particular, en el que los Esta-
dos neoliberales del capitalismo occidental ya han aplicado,

225
EL CAMINO AL FASCISM

ensayado y aprobado elementos de este paradiNma biopolíti-


co durante tres cuartos de siNlo y que, por tanto, coexiste con
las orNanizaciones de Nobernanza mundial creadas por 6c-
cidente tras la :eNunda Guerra Mundial para promover este
concepto como alternativa al socialismo internacional. Me
reÄero, por supuesto, al Estado de apartheid de 0srael, que
hoy en día se parece más a los Estados nación del fascismo
histórico que cualquier otro país, y sobre todo en su uso del
campamento como paradiNma biopolítico del Estado.

2. El Estado de apartheid de Israel

3a aplicación ejemplar de este paradiNma es la -ranja de


Gaza, a la que huyeron los palestinos que escapaban de la
5aqba en 1948, y cuyas fronteras fueron Äjadas por el ar-
misticio entre 0srael y ENipto en febrero de 1949. 0nicialmen-
te administrada bajo la autoridad militar de ENipto, Gaza fue
posteriormente ocupada por 0srael en 197 durante la Guerra
de los :eis Días. En 199, su administración pasó a manos
del Estado de Palestina, que tambitn ejerció una autoridad
parcial sobre zonas de Cisjordania" pero 0srael mantuvo el
control sobre sus fronteras, espacio atreo y aNuas territoria-
les. En 2, 0srael retiró sus campos de asentamientos y sus
soldados de la -ranja de Gaza. (l a|o siNuiente, Hamás, el
partido político fundamentalista islámico, Nanó las elecciones
leNislativas palestinas y expulsó a -atah, el partido socialde-
mócrata, creando así dos Nobiernos separados en los Terri-
torios Palestinos 6cupados. En respuesta, 0srael impuso un
bloqueo a la -ranja de Gaza que continúa hasta hoy.
(unque 0srael describe ahora Gaza como un Estado inde-
pendiente de facto, mantiene un control externo directo so-
bre la franja y un control indirecto sobre la vida en su interior.
(demás del espacio atreo y marítimo de Gaza, 0srael tambitn

226
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

controla seis de los siete pasos fronterizos de Gaza, sólo uno


de los cuales está abierto actualmente, y se reserva y ejerce el
derecho de que sus militares entren en Gaza a voluntad. 0srael
mantiene una zona tampón dentro del ya limitado territorio de
Gaza, que en 21 amplió a  metros, y en la que las casas
palestinas recitn construidas son arrasadas con reNularidad
y los aNricultores que intentan cultivar la tierra son abatidos
a tiros por las -uerzas de Defensa israelíes. Gaza depende
de 0srael para el suministro de aNua, electricidad, telecomu-
nicaciones y otros servicios públicos, y la población no tiene
libertad para salir o entrar, ni para importar o exportar mer-
cancías libremente. Como resultado de este bloqueo, Gaza
es hoy, con una población de más de 2 millones de perso-
nas en  Rilómetros cuadrados de terreno en el que el 17
está vedado a los palestinos, la tercera autoridad política más
densamente poblada del mundo, y el 7 de sus habitantes
vive por debajo del umbral de la pobreza.
En diciembre de 221, 0srael anunció la Änalización de la
barrera militarizada mejorada con la que mantiene su bloqueo
de Gaza 24 . Extenditndose  Rilómetros (4 millas) alrededor
de la -ranja de Gaza y hasta el mar Mediterráneo, la barrera
de doble muro costó 1.1 millones de dólares en construir-
se, se extiende  metros por encima del suelo y un número
no declarado de metros por debajo del suelo para bloquear
los túneles, y está armada con antenas, cámaras, radares y
una barrera marina. 3as torres de viNilancia situadas cada 2
Rilómetros están equipadas con ametralladoras telediriNidas
y hay sensores de movimiento insertados en la valla y en el
terreno situado más allá. Como consecuencia de la zona tam-
pón situada más allá, el  de la tierra cultivable y el 8 de
las aNuas pesqueras de la costa de Gaza están vedadas a los
palestinos. :eNún las nuevas normas de enfrentamiento para
los soldados israelíes, cualquier palestino que se encuentre

227
EL CAMINO AL FASCISM

en esta zona es abatido. Tras 1 a|os de bloqueo mantenido,


el 2 de la población de Gaza está desempleada, el 8
depende de la ayuda internacional, el 97 del aNua potable
está contaminada, el 9 de las mujeres embarazadas y el
 de los ni|os padecen anemia y el 17, de los ni|os
sufren desnutrición crónica, que va en aumento. 0srael sólo
permite la importación de alimentos vitales para la supervi-
vencia de la población civil.
En mayo de 221, las -uerzas de Defensa de 0srael, que
incluyen 1 aviones de combate, bombardearon Gaza con
armas de alto poder explosivo lanzadas sobre zonas densa-
mente pobladas durante 11 días. El resultado fueron 29 pa-
lestinos muertos, entre ellos  ni|os y 41 mujeres, y 2.211
heridos. (demás, se destruyeron  hospitales y 11 clíni-
cas mtdicas,  escuelas, una librería que alberNaba unos
1. libros, así como 1.42 viviendas y locales comercia-
les en 28 ediÄcios, incluidos 4 bloques de torres residencia-
les. El Gobierno israelí aÄrmó que estas torres estaban siendo
utilizadas por Hamás con Änes militares. :in embarNo, Human
9iNhts >atch ha cuestionado la veracidad de esta aÄrmación,
declarando que los ataques atreos “violaron las leyes de la
Nuerra y pueden equivaler a crímenes de Nuerra”2. 3a 6Äcina
de Coordinación de (suntos Humanitarios de la 65< estimó
que 72. palestinos han sido desplazados como conse-
cuencia de estos ataques2. Durante la ofensiva israelí, las
publicaciones en las redes sociales de activistas palestinos
que documentaban los efectos de los bombardeos en -ace-
booR, 0nstaNram y T^itter fueron censuradas o eliminadas y
sus cuentas suspendidas. Meta emitió posteriormente un co-
municado en el que aÄrmaba que se había producido un “fallo
ttcnico” en ese momento. ( Änales de mes, la policía israelí
detuvo a 48 palestinos. En aNosto de 221, en protestas ma-
sivas a lo larNo de la barrera de Gaza, 4 palestinos resultaron

228
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

heridos, entre ellos un ni|o de 12 a|os al que soldados israe-


líes dispararon en la cabeza. 6mar Hasan (bu al-5il murió
más tarde a causa de sus heridas. 3as protestas continuaron
en septiembre, cuando las -uerzas de Defensa de 0srael ma-
taron a más palestinos. Durante los últimos días de los ata-
ques atreos sobre Gaza, los ministros de (suntos Exteriores
de (lemania, la 9epública Checa y Eslovaquia visitaron 0srael
para expresar el apoyo de sus países a 0srael.
En un discurso pronunciado en la Cámara de los Comunes
durante los ataques atreos, el ministro británico para 6riente
Próximo, 1ames Cleverly, declaró que 0srael tenía un “leNítimo
derecho a la autodefensa”27. En respuesta a preNuntas sobre
los acuerdos de armas del 9eino <nido con 0srael, Cleverly
a|adió! “El 9eino <nido tiene un sólido rtNimen de licencias
de exportación de armas y todas las licencias de exportación
se evalúan de acuerdo con tl”. De hecho, desde mayo de
21, el 9eino <nido ha concedido licencias para la venta
de armas a 0srael por valor de 4 millones de libras! 18
millones de libras en tecnoloNía militar" 14 millones de libras
en aviones, helicópteros y aviones no tripulados" 2 millones
de libras en Nranadas, bombas y misiles" 4, millones de li-
bras en vehículos blindados y tanques" 1,9 millones de libras
en municiones, y 1 millón de libras en armas peque|as28. @
lejos de tener un sólido rtNimen de licencias, el 9eino <nido
ha concedido 4 licencias abiertas, que permiten exportacio-
nes ilimitadas29. (demás de este armamento directo de las
-uerzas de Defensa de 0srael, B(E :ystems, el fabricante de
armas británico y mayor contratista de “defensa” de Europa,
produce el 1 del valor de cada caza -- estadounidense,
el mismo modelo que se utilizó en el bombardeo de Gaza
en mayo de 22121. ( un coste de 78 millones de dólares
cada uno, 0srael ha encarNado  de estos cazas furtivos para
su “defensa”. En diciembre de 22, 0srael y el 9eino <nido

229
EL CAMINO AL FASCISM

anunciaron un acuerdo militar conjunto cuyo contenido está


clasiÄcado, pero que se cree que abarca la Nuerra atrea, te-
rrestre, marítima, espacial, cibernttica y electromaNnttica211.
3as -uerzas (rmadas británicas ya desplieNan drones de fa-
bricación israelí sobre los escenarios de Nuerra. Más tarde, en
noviembre de 221, 3iz Truss, :ecretaria de Estado de (sun-
tos Exteriores, de la Common^ealth y de Desarrollo del 9eino
<nido, Ärmó un acuerdo comercial y de defensa de 1 a|os
con 0srael, prometiendo una alianza más estrecha en materia
de ciberseNuridad y tecnoloNía212. @a se han utilizado proNra-
mas espía israelíes contra periodistas, aboNados y defenso-
res de los derechos humanos en el 9eino <nido21 . ( partir de
septiembre de 222, 3is Truss es la Primera Ministra del 9eino
<nido, y 1ames Cleverly su Ministro de (suntos Exteriores.
En febrero de 222, (mnistía 0nternacional hizo una pre-
sentación ante el Comitt de Derechos Humanos de la 65<
basada en su informe de 222 titulado El apartheid de Israel
contra los palestinos: Cruel Sistema de +ominación y Críme-
nes contra la Humanidad. Entre sus muchas condenas de los
abusos de los derechos humanos ampliamente documenta-
dos por parte del Estado de 0srael, este informe aÄrmaba!
Todos los gobiernos y actores regionales, en particular
los que mantienen estrechas relaciones diplomáticas con Is-
rael, como Estados Unidos, la Unión Europea y sus Estados
miembros y el Reino Unido, pero también los Estados que es-
tán reforzando sus vínculos, como algunos Estados árabes y
africanos, no deben apoyar el sistema de apartheid ni prestar
ayuda o asistencia al mantenimiento de dicho régimen, y deben
cooperar para poner Än a esta situación ilegal. Como primer
paso, deben reconocer que Israel está cometiendo el crimen
de apartheid y otros crímenes internacionales, y utilizar todas
las herramientas políticas y diplomáticas para garantizar que las
autoridades israelíes aplican las recomendaciones expuestas

230
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

en este informe y revisan cualquier cooperación y actividades


con Israel para asegurarse de que no contribuyen a mantener
el sistema de apartheid. Amnistía Internacional reitera asimismo
su llamamiento de larga data a los Estados para que suspen-
dan inmediatamente el suministro, la venta o la transferencia,
directos e indirectos, de todo tipo de armas, municiones y otros
equipos militares y de seguridad, incluida la prestación de ca-
pacitación y otro tipo de asistencia militar y de seguridad 214.
Este informe detallado y riNurosamente documentado
de 28 páNinas sobre los abusos de los derechos humanos
cometidos por el Estado de 0srael contra el pueblo palestino
bajo su poder fue condenado inmediatamente por las orNa-
nizaciones sionistas de todo el mundo como un ataque “an-
tisemita” contra el Estado de 0srael21. Ejemplo de cómo se
utiliza la política de identidad para defender los crímenes del
imperialismo occidental, esta condena y desestimación del
informe tuvo eco entre los ministros de los Nobiernos de Esta-
dos <nidos, 9eino <nido, (lemania, -rancia, (ustria, la 9epú-
blica Checa y (ustralia21. Desputs, a Änales de febrero, 9usia
invadió <crania y, al mes siNuiente, el ministro de (suntos
Exteriores del 9eino <nido se diriNió al Consejo de Derechos
Humanos de la 65< en Ginebra!
El Reino Unido se mantiene unido en la condena del re-
probable comportamiento de Rusia. No hay matices de gris
en este conÅicto. Se trata de lo correcto y lo incorrecto. El
Reino Unido se enorgullece de estar a la vanguardia del apo-
yo a Ucrania económica, política y defensivamente. Fuimos la
primera nación europea en enviar armas defensivas al país, y
estamos a la cabeza del apoyo humanitario217.
El 9eino <nido aún no ha hecho ninNuna declaración con-
denando los abusos de los derechos humanos y los crímenes
de Nuerra cometidos contra el pueblo palestino en 0srael y los
Territorios 6cupados, que durante 74 a|os han vivido bajo un

231
EL CAMINO AL FASCISM

rtNimen de apartheid Änanciado en Nran medida por Estados


<nidos y armado por los sucesivos Nobiernos británicos. En
cambio, a 1 de aNosto de 222, el 9eino <nido ha enviado
2. millones de libras de apoyo militar a <crania218.
Es una traNedia de dimensiones bíblicas que los judíos de
0srael se parezcan ahora más a los perpetradores de la :hoah
que cualquier otro Estado nación, hasta el punto de crear sus
propios Subhumanos en el pueblo palestino, y que Gaza sea
su (usch^itz. (l Änal de 3os orígenes del totalitarismo, don-
de reÅexiona extensamente sobre el uso de los campos de
concentración tanto en el Tercer 9eich como en la <nión :o-
vittica, Hannah (rendt observa que, aunque estos campos
alberNaron inicialmente primero a presos políticos y lueNo a
criminales profesionales, estos últimos utilizados por las ::
para imponer el rtNimen del campo, la tercera y con mucho
mayor cateNoría de internos fue encarcelada con criterios
puramente arbitrarios, al marNen de cualquier sistema leNal,
acusación de criminalidad o deÄnición de culpabilidad" y que
era esto lo que constituía la función del campo dentro de los
sistemas totalitarios del nazismo y el estalinismo. Esto, escri-
bió, iba mucho más allá de los encarcelados en los campos!
El objetivo de un sistema arbitrario es destruir los dere-
chos civiles de toda la población, que acaba convirtitndose
en tan proscritos en su propio país como los apátridas y los
sin techo. 3a destrucción de los derechos de un hombre, el
asesinato de la persona jurídica que hay en tl, es un requisito
previo para dominarlo por completo219.
Como han demostrado los 74 a|os transcurridos desde
la 5aqba, tste es el objetivo del Estado de 0srael, que no pue-
de contenerse dentro de la ideoloNía racista del sionismo ni
siquiera mediante acusaciones de apartheid, sino que consti-
tuye un sistema propiamente totalitario dentro del cual se pri-
va al pueblo palestino de su condición jurídica de ciudadano.

232
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

En su libro de 21, Catástrofe y redención: El pensamiento


político de Giorgio Agamben, 1essica >hyte establece una
comparación entre esta destrucción de los derechos civiles
de toda una población y lo que el Älósofo italiano de la biopo-
lítica denomina la “vida desnuda” a la que nos reduce el po-
der del Estado de bioseNuridad.
Este ttrmino fue acu|ado por primera vez por (Namben
en su libro Homo Sacer: El poder soberano y la vida desnuda
(199), en el que aplicó el concepto de “biopoder” formulado
por primera vez por el Älósofo e historiador de las ideas fran-
cts Michel -oucault a los campos de concentración del Tercer
9eich 22 . 5o se trata del antiNuo poder del soberano sobre
sus súbditos, que se manifestaba en última instancia a travts
de su derecho divino a ordenar su muerte" ni siquiera, en el
modelo democrático de Nobierno que le sucedió, de la sobe-
ranía del Parlamento para elaborar las leyes que determinan
qut constituye un delito y cómo debe castiNarse. Distinto de
ambos, el “biopoder” describe las instituciones y tecnoloNías
de las que dispone el Estado moderno-incluidas la familia, el
ejtrcito, la policía y las instituciones educativas, mtdicas y
administrativas– no para amenazar a los ciudadanos con la
muerte, sino para Nestionar, viNilar, reNular, disciplinar y con-
trolar sus vidas convirtiendo su existencia biolóNica en obje-
to de una estrateNia política221. En un estado de emerNencia,
como el que experimentamos en 6ccidente entre marzo de
22 y marzo de 222, estas ttcnicas de poder nos reducen a
nuestra vida desnuda, que el Estado toma entonces a su car-
No al marNen de cualquier marco leNal de derechos humanos
o libertades civiles. (plicando este concepto de vida desnuda
a la situación y el trato que reciben los palestinos de Gaza por
parte de las fuerzas de ocupación de 0srael, >hyte escribe
Existe una continuidad terrible y especíÄca entre la nove-
dad absoluta de Auschwitz y la decisión de Israel de permitir

233
EL CAMINO AL FASCISM

la entrada en Gaza sólo de aquellos bienes que sean “vitales


para la supervivencia de la población civil¹. Que Israel deter-
mine el umbral de esta supervivencia utilizando una ecuación
matemática que calcula el nivel mínimo de calorías necesario
para “mantener a la población de Gaza de 1,5 millones de per-
sonas a un nivel justo por encima de la deÄnición de hambre
de la ONU¹, no debe impedirnos ver que lo que está en juego
aquí es el intento de reducir la vida a la supervivencia 222.
(l reducir la vida de los palestinos a su mera existencia, la
franja de Gaza ha sido descrita como un campo de concentra-
ción, y en función lo es" pero sería más exacto decir que todo
el Estado de 0srael y los Territorios Palestinos 6cupados son
un campo de concentración! uno en el que a más de la mitad
de la población apenas le quedan derechos de ciudadanía y
vive en la más absoluta pobreza bajo la ley marcial, y en el que
la otra mitad es entrenada y armada por el Estado y apoyada
económicamente por la nación más rica del planeta" en la que
ciertas zonas están rodeadas de muros infranqueables, alam-
bre de espino y torres de viNilancia militar y sus habitantes son
encarcelados, torturados y asesinados impunemente, mien-
tras que otros disfrutan de todos los lujos de la expropiación
de la riqueza de los reclusos, que comenzó con sus tierras" y
en la que, por último, los judíos ya no son los cautivos y ahora
se han convertido en los Nuardianes, pero siNuen viviendo, a
pesar de ello, en un campo de concentración.
(Ärmar tal cosa, sin embarNo, está ahora prohibido. :e-
Nún las deÄniciones propuestas por la (lianza 0nternacional
para la Memoria del Holocausto, “establecer comparaciones
entre la política israelí contemporánea y la de los nazis” es
ahora un ejemplo de antisemitismo22. Esta deÄnición, que
censura y sienta las bases para criminalizar cualquier crítica
al Estado totalitario y de apartheid de 0srael, ha sido adoptada
por 4 países, entre ellos el 9eino <nido, -rancia, Espa|a,

234
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

BtlNica, los Países Bajos, :uecia, (lemania, Polonia, la 9epú-


blica Checa, Eslovaquia, (ustria, HunNría, 3uxemburNo, 0talia,
Grecia, 9umanía, BulNaria, Estonia, 3ituania, (lbania, Eslove-
nia, :erbia, Estados <nidos, Canadá y (ustralia, así como las
5aciones <nidas, la <nión Europea, el Consejo de Europa, la
6rNanización de Estados (mericanos y el propio 0srael –es
decir, por el Estado de BioseNuridad Global de 6ccidente–,
pero no por la (utoridad 5acional Palestina224. 5o debería
sorprendernos que una de las fuentes de esta censura sea la
despreocupada y despreciable aÄrmación de -riedrich HayeR
en Camino de servidumbre, cuya importancia para la revo-
lución neoliberal comentt en mi capítulo anterior, de que “el
antisemitismo y el anticapitalismo brotan de la misma raíz”
–siendo tsta, por supuesto, el socialismo 22.
Que los Nobiernos neoliberales de 6ccidente hayan dado
cabida al encarcelamiento del pueblo palestino en este cam-
po durante casi tres cuartos de siNlo es una traNedia" pero
que lo hayan hecho con la justiÄcación de alNuna forma de
compensación por el exterminio de millones de judíos en
los campos del Tercer 9eich es poco menos que una farsa.
Como demostró la reacción de 6ccidente al informe de (m-
nistía 0nternacional, cualquier crítica a 0srael y al trato que da
a los palestinos se representa inmediatamente y sin sentido
crítico como una “mancha en la memoria de las víctimas del
Holocausto” (etc)22 . Más allá de la supresión forzosa de los
derechos de todo un pueblo, esto nos dice alNo, creo, sobre
cómo funciona el campo no sólo en el Estado de 0srael sino
en el Estado de BioseNuridad Global que se ha construido en
los últimos dos a|os y medio con la justiÄcación de combatir
un virus supuestamente amenazador para la civilización.
(tribuyendo la observación a HeNel, Marx escribió ctle-
bremente que todo Nran acontecimiento de la historia ocurre
dos veces! “la primera vez como traNedia, la seNunda como

235
EL CAMINO AL FASCISM

farsa”227 . Pero en nuestro presente posthistórico que se apro-


xima rápidamente, la traNedia y la farsa ocurren simultánea-
mente. Por tomar sólo los ejemplos más obscenos, el robo de
dos a|os de la vida de nuestros hijos y el abandono de nues-
tros ancianos a la muerte en soledad en residencias y hospi-
tales es una traNedia" la falta total de justiÄcación mtdica para
hacerlo es una farsa. 3a credulidad con la que la Neneración
más culta, rica y tecnolóNicamente avanzada de la historia ha
consentido el borrado de sus derechos humanos es una far-
sa" mientras que las consecuencias para todos nosotros de
hacerlo es una traNedia cuyo alcance total apenas estamos
empezando a percibir. El asesinato de la respetada periodista
de (l 1azeera, :hireen (bu (Rleh, a manos de las -uerzas de
Defensa de 0srael este mes de mayo es una traNedia" la con-
dena por parte de la <nión Europea y Estados <nidos del vio-
lento ataque a su funeral por parte de la policía armada israelí
es, dado su apoyo incondicional a este rtNimen de apartheid,
una obscena farsa228.
3a simultaneidad de la traNedia y la farsa son el modo
posthistórico de nuestro presente, en el que el Än de la historia
que promete traer el Estado de bioseNuridad Nlobal no siNniÄ-
ca que el borrado de nuestra humanidad y nuestras libertades
vaya a disminuir, que las Nuerras civiles del Estado contra las
poblaciones vayan a cesar, que el armamento y la violencia
de nuestras fuerzas policiales no vayan a intensiÄcarse, que la
riqueza y el poder no aumentarán y se concentrarán en cada
vez menos manos, que las clases medias de 6ccidente no
podrán ser cretinizadas aún más por la tecnoloNía dise|ada
para facilitar sus vidas de trabajo desde casa, que los pobres
no podrán ser forzados aún más a la pobreza, y los desposeí-
dos leNalmente y sin voz política no podrán ser silenciados de
una vez por todas, como lo son en 0srael y en los territorios
palestinos ocupados. <n campo en el que coexistan reclusos

236
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

y Nuardias es una visión, y quizá un modelo más aplicable


que el de los campos de cuarentena chinos, del Estado de
BioseNuridad Global de nuestro futuro, en el que la leNislación
biopolítica del Tercer 9eich se encuentra con el salto cuántico
en tecnoloNía de la Cuarta 9evolución 0ndustrial. @ si, 77 a|os
desputs de la :hoah y 74 a|os desputs de la 5aqba –que
siNniÄcan ambas “la catástrofe”– todavía no hemos aprendi-
do sus lecciones históricas, el trabajo no nos hará libres.

3. El espacio del campo

(En todo este libro se utiliza la palabra campo (camp) en


el sentido de campo de refuNiados, campo de concentración,
campo de cuarentenas, es decir el espacio que se abre cuan-
do el estado de excepción se convierte en regla). El resultado
lóNico e inevitable de nuestro continuo cumplimiento de las
restricciones a nuestros derechos humanos impuestas ileNal-
mente y sin sentido desde el punto de vista mtdico, como el
distanciamiento social, el enmascaramiento facial, las prue-
bas “asintomáticas”, los pasaportes “vacunales” como con-
dición de ciudadanía, la “cuarentena” de personas sanas y
la intervención mtdica obliNatoria con biotecnoloNía experi-
mental, es el campo. Pero, ¦qut es un campo? En “El campo
como paradiNma biopolítico de lo moderno”, tercera parte de
Homo :acer, (Namben escribe!
El campo es el espacio que se abre cuando el estado de
excepción se convierte en reNla. En el campo, el estado de
excepción, que era esencialmente una suspensión temporal
del imperio de la ley sobre la base de un estado fáctico de pe-
liNro, recibe ahora una disposición espacial permanente, que
como tal permanece sin embarNo fuera del orden normal229.
El “estado de excepción” es el ttrmino que utiliza (Nam-
ben para enNlobar las diversas bases jurídicas, incluida la

237
EL CAMINO AL FASCISM

declaración de un estado de emerNencia, para suspender los


derechos y libertades de los ciudadanos2. :e aplica tanto a
un periodo de tiempo –como los doce a|os entre febrero de
19 y mayo de 194 durante los que el Tercer 9eich estuvo
Nobernado por poderes de emerNencia conferidos por el De-
creto para la Protección del Pueblo y del Estado, renovado
dos veces, o el “periodo de emerNencia” declarado política-
mente bajo el que se Nobernó el 9eino <nido entre marzo
de 22 y marzo de 222– como a una disposición espacial
que deÄne y delimita la aplicación de este periodo21. Por ello,
arNumenta (Namben, nos encontramos en presencia de un
campo cada vez que se crea un espacio de este tipo en la
ley –paradójicamente al desiNnar un luNar fuera de la ley, un
espacio propiamente heteroNtneo por tanto–, independiente-
mente de quitn estt retenido allí, con qut justiÄcaciones, del
dise|o y disposición de su estructura, de qut delitos se co-
metan dentro de sus límites o de cómo se desiNne el campo.
Como ejemplo y advertencia de la ambiN edad y el enNa|o
en la desiNnación y la Änalidad de los campos, el complejo
de barracones situado al oeste de los primeros planos arqui-
tectónicos de (usch^itz-BirRenau, fechados en octubre de
1941, fue desiNnado como “campo de cuarentena (Quarantp-
nelaNer)”22. Cuando el campo abrió sus puertas en marzo de
1942, el bloque de barracones del norte se utilizó para alojar
a prisioneros varones de diversas nacionalidades" en aNosto,
los del sur se convirtieron en un campo de mujeres" y en julio
de 194, ambos bloques alberNaban a más de 1. prisio-
neras2. Todo el complejo, que nunca se completó, estaba
dise|ado para alberNar a 1. reclusos, todos los cuales,
al entrar en el campo, serían reducidos a su vida desnuda.
Como escribe (Namben.
El campo se produce en el momento en que el sistema polí-
tico del Estado-nación moderno... entra en una crisis duradera,

238
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

y el Estado decide asumir directamente el cuidado de la vida


biológica de la nación como una de sus tareas propias24.
Como hemos visto, esto describe el “cuidado” que tiene
el Estado de 0srael sobre las vidas de los 2 millones de pales-
tinos encarcelados en el campo de Gaza, y el Gobierno chino
sobre los  millones de ciudadanos actualmente en cuaren-
tena en virtud de su estrateNia “cero-C6=0D”.
El nacimiento del campo, que se remonta notoriamente
a los campos de concentración del 0mperio Británico durante
la :eNunda Guerra de los Boers de 1899-192, cuando se
utilizaron para atacar a toda una nación y despoblar reNiones
enteras, pero que encontró su aplicación más extrema bajo el
Tercer 9eich alemán, se|aló el espacio político de la moderni-
dad. Hoy”, escribe (Namben, “no es la ciudad sino el campo
el paradiNma biopolítico fundamental de 6ccidente”2. Como
tal, el campo reNula no sólo las leyes sino tambitn las nor-
mas del comportamiento humano. (nticipándose al Estado
de bioseNuridad Nlobal de hoy en día, (Namben, que escribía
en 199, sostenía que todo intento de repensar el espacio
político de 6ccidente debe partir de la conciencia de que la
distinción clásica entre la vida privada del ciudadano que vive
en su casa y su vida pública en la ciudad ya no existe.
5o hay vuelta de los campos a la política clásica. En
los campos, ciudad y casa se volvieron indistinNuibles, y la
posibilidad de diferenciar entre nuestro cuerpo biolóNico y
nuestro cuerpo político –entre lo incomunicable y mudo y lo
comunicable y decible– nos fue arrebatada para siempre. @
no sólo somos, en palabras de -oucault, animales cuya vida
como seres vivos está en jueNo en su política, sino tambitn
–a la inversa– ciudadanos cuya propia política está en jueNo
en su cuerpo natural2.
¦Existe una descripción más clara del asalto a lo humano
que se ha emprendido en todo el mundo desde marzo de

239
EL CAMINO AL FASCISM

22 con el pretexto de proteNernos de un virus, por parte


de Nobiernos nacionales y tecnocracias mundiales que han
utilizado esta “crisis” fabricada para tomar a su carNo nuestra
existencia biolóNica, incluso en contra de nuestra voluntad, y
al hacerlo han intentado reducir nuestra ciudadanía a la vida
desnuda? =eamos un ejemplo de los campos que han surNi-
do en lo que antes se consideraba una de las democracias
neoliberales más liberales de 6ccidente, aparentemente en
respuesta al coronavirus.
ManiNurr-ma =illaNe, un campamento minero residencial
en Ho^ard :prinNs, en el Territorio del 5orte de (ustralia, fue
planiÄcado y dise|ado por la empresa multinacional de inNe-
niería (EC6M, con sede en Estados <nidos. En 214, el cam-
pamento recibió el premio estatal al dise|o urbano en los Pre-
mios de (rquitectura del Territorio del 5orte. :in embarNo, en
marzo de 22, tras la declaración de “pandemia” por parte de
la 6M:, el Nobierno del Territorio del 5orte rebautizó el cam-
pamento como Centro de 9esiliencia 5acional y comenzó a
utilizarlo para “poner en cuarentena” a los australianos repa-
triados desde el extranjero, independientemente de su estado
de salud 27. En virtud de un estado de emerNencia declarado
políticamente, todos los australianos en vuelos facilitados por
la Common^ealth con destino al Territorio del 5orte debían so-
meterse a 14 días de cuarentena supervisada obliNatoria con
un coste de 2. dólares australianos para un individuo no va-
cunado y de . dólares australianos para una familia o una
pareja 28. (ntes de que se les permitiera abandonar el campo al
cabo de 2 semanas, los internos debían presentar un resultado
neNativo en la prueba 9T-PC9 con un umbral de ciclo (Ct) de
4-4. 3a neNativa a hacerlo conllevaba el paNo de una multa.
3a neNativa a hacerlo conllevaba otros 7 días de encarcela-
miento con un coste adicional de 1.7 dólares australianos
para un individuo y . dólares australianos para una familia.

240
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

:eNún las instrucciones para los internos del campamen-


to establecidas por el Mtdico 1efe, una persona en “cuarente-
na” debe obedecer las siNuientes restricciones e indicaciones!
- Permanecer en la habitación asiNnada a la persona, in-
cluso en cualquier espacio de veranda asiNnado a la ha-
bitación, a menos que lo permita un oÄcial autorizado"
Cuando no se encuentren en su habitación, o en su ve-
randa, los residentes deben tomar todas las medidas ra-
zonables para permanecer a una distancia mínima de 1,
metros de cualquier otra persona que se encuentre en el
centro de cuarentena, a excepción del cónyuNe, la pareja
de hecho, los hijos o los padres de la persona"
- 3levar una mascarilla cuando se encuentre fuera de su ha-
bitación, a menos que un funcionario autorizado permita
a la persona quitarse la mascarilla"
- Cumplir las indicaciones de un funcionario autorizado
para evitar conNreNarse en una zona de cuarentena"
5o debe abandonar la zona de cuarentena en la que se
encuentra la habitación asiNnada a la persona a menos
que tsta sea escoltada por un aNente autorizado, salvo
en caso de emerNencia.
- El incumplimiento de estas instrucciones, o de cualquier
otra instrucción de un oÄcial del campamento, es un de-
lito penal punible con multas que van desde los .
dólares australianos por un aviso de infracción hasta un
máximo de 2.8 dólares29.

En noviembre de 221, tres adolescentes se escaparon


del campamento y, tras una persecución por todo el estado,
fueron detenidos por la policía del Territorio del 5orte. 5in-
Nuno dio positivo en la prueba del :9(:-Co=-2. En ese mo-
mento, un total de 8 personas en el Territorio del 5orte ha-
bían dado positivo con una prueba 9T-PC9 de una población

241
EL CAMINO AL FASCISM

estatal de 2.7, y no se había atribuido ni una sola muerte


al C6=0D-19. En febrero de 222, se habían atribuido  muer-
tes al C6=0D-19 en el Territorio del 5orte tras un periodo de
casi 2 a|os.  personas han intentado escapar del campo.
Todas han sido detenidas. De las 2.9 muertes atribuidas al
C6=0D-19 en (ustralia entre marzo de 22 y el 1 de enero
de 222, el 92 presentaba afecciones de salud subyacen-
tes, con una media de tres afecciones por fallecido24. 3as
afecciones cardiacas crónicas fueron la principal afección de
salud subyacente de aquellos cuyas muertes se atribuyeron al
C6=0D-19. Durante el mismo periodo, unos 1. australia-
nos murieron de cáncer, 2. de enfermedades cardiacas,
. de (lzheimer y demencia y 1. de diabetes. De
las 27.91 muertes que se produjeron en (ustralia durante
este periodo, la C6=0D-19 se identiÄcó como la 8¡ causa de
muerte, lo que representa menos del 1 de todos los falleci-
mientos a nivel nacional. 3a edad media de fallecimiento fue
de 8 a|os para los hombres y de 8 para las mujeres. En los
casi dos a|os transcurridos desde que el :9(:-Co=-2 lleNó
a (ustralia, sólo en 8 personas de una población nacional
de más de 2 millones se identiÄcó el C6=0D-19 como única
causa de su muerte, sin otras causas subyacentes.
En julio de 221, el Gobierno australiano anunció el con-
trato para construir un Centro de 9esiliencia 5acional en Mel-
bourne, =ictoria, y el campamento abrió sus puertas en febre-
ro de 222241. 6tro, que se está construyendo en Brisbane,
Queensland, se inauNurará este mes de junio" y un cuarto en
Perth, (ustralia 6ccidental, está aún en construcción. 3os tres
campos tienen actualmente una capacidad prevista de 1.
reclusos cada uno. Quienes se|alan las comodidades de las
celdas de aislamiento en las que se mantiene a los reclusos en
comparación con los contenedores de transporte reconverti-
dos en China y se burlan de la idea de que estas “instalaciones

242
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

de cuarentena” deban llamarse campos, o quienes se|alan


que, por espantosas que sean, las condiciones de vida en
la -ranja de Gaza no son tan terribles como lo eran en (us-
ch^itz –como si esto refutara cualquier comparación entre
ellos–, pasan por alto la cuestión planteada por (Namben.
:ea cual sea su uso ostensible, su desiNnación, su ubicación
o su dise|o, el campo es la espacialización permanente del
estado de excepción, y quienes están enterrados en ellos se
ven privados de su condición de ciudadanos y reducidos, en
cambio, a su mera vida, sobre la que el estado de bioseNu-
ridad tiene un control absoluto. 3o que se hace con esa vida
es una cuestión de Nrado, no de tipo. De hecho, es la norma-
lización del campo como forma de residencia, dotado de las
tecnoloNías de viNilancia de la Cuarta 9evolución 0ndustrial
presentadas como sistemas de entretenimiento, lo que apun-
ta más claramente hacia su uso futuro. (l distinNuir los me-
canismos del biopoder de las medidas punitivas amenazadas
por la ley, -oucault escribió!
Otra consecuencia de este desarrollo del biopoder fue la
importancia creciente que asumió la acción de la norma, en
detrimento del sistema jurídico de la ley. 3a ley siempre se
reÄere a la espada. Pero un poder cuya tarea es hacerse car-
go de la vida necesita mecanismos reguladores y correctores
continuos. Un poder así tiene que caliÄcar, medir, valorar y
jerarquizar. No quiero decir que la ley se desvanezca en el fon-
do o que las instituciones de justicia tiendan a desaparecer,
sino que la institución judicial se incorpora cada vez más a un
continuo de aparatos (médicos, administrativos, etc.) cuyas
funciones son en su mayor parte reguladoras. Una sociedad
normalizadora es el resultado histórico de una tecnología del
poder centrada en la vida242.
:i los apoloNistas del uso del campo como “medida
temporal” no creen que este paradiNma de Nobierno no se

243
EL CAMINO AL FASCISM

expandirá bajo la Nobernanza tecnocrática del Estado de


BioseNuridad Global y su aplicación cada vez más violenta e
irresponsable por parte de la policía, los servicios de seNuri-
dad y el ejtrcito, han olvidado –o más probablemente nunca
han sabido– todo lo que la historia tiene que ense|arnos so-
bre nuestro futuro inmediato.
El uso actual de los campos para privar a las personas de
su condición jurídica de ciudadanos no se limita, por supuesto,
a los centros de “cuarentena” de (ustralia y China o a la franja
de Gaza del Estado de 0srael. (l contrario, el eje económico,
Neopolítico, de seNuridad y militar de 6ccidente al que perte-
nece el 9eino <nido se basa en muchos aspectos en el cam-
po. :ólo me referirt brevemente aquí a EE.<<., en el que 22,8
millones de personas –el ,9 de la población nacional– no
tienen la ciudadanía y que, además de los más de 2 centros
de detención de inmiNrantes dentro de sus fronteras naciona-
les, cuenta con un número desconocido de campos en todo
el mundo, en los más de 8 países en los que EE.<<. tiene
más de 7 bases militares24. De ellos extrae sus prisioneros
el campo de detención de Guantánamo, al iNual que (usch^itz
extrajo sus prisioneros del archipitlaNo de campos de concen-
tración del Tercer 9eich y de los territorios ocupados de Euro-
pa. 3a continua criminalidad de las acciones de cinco Gobier-
nos estadounidenses sucesivos en la Bahía de Guantánamo,
o de hecho en cualquier otro país en el que Estados <nidos
tenNa presencia militar, queda fuera de los parámetros de este
libro" pero las formas de tortura utilizadas contra los reclusos
de la Bahía de Guantánamo, a los que se ha mantenido encar-
celados durante a|os e incluso dtcadas sin carNos ni juicio ni
acceso a representación leNal seNún el derecho penal estadou-
nidense o el derecho internacional, incluyen las siNuientes!
- (islamiento solitario durante entre 1 y 12 semanas"
- Privación sensorial durante entre 12 y 48 horas"

244
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

- Bombardeo sensorial con luz y sonido entre  y 48 horas"


- Permanecer esposado en posiciones de tensión durante
12 a 48 horas"
- Golpes físicos durante 1 a 4 horas"
- (bordaje con aNua entre  minutos y  horas"
- (sÄxia repetida con una bolsa de plástico durante entre
 minutos y 4 horas"
- (menaza con perros entre  y  minutos 244.
Todas estas torturas están prohibidas por el 000 Convenio
de Ginebra de 1949 sobre el trato a los prisioneros de Nuerra,
por el Pacto 0nternacional de Derechos Civiles y Políticos de
19 y por la Convención contra la Tortura y 6tros Tratos o
Penas Crueles, 0nhumanos o DeNradantes de 1984, ninNuno
de los cuales tiene jurisdicción en el estado de excepción al
que el centro de detención de Guantánamo, como escribió
(Namben, da una disposición espacial permanente. 9educi-
dos al estatus de la vida desnuda, incluso aquellos que inten-
tan escapar a estas torturas suicidándose mediante huelNas
de hambre son alimentados a la fuerza por sus Nuardias. En
respuesta a los cuestionamientos de la ttica de esta práctica,
el capitán de la marina estadounidense 9obert Duran respon-
dió! “3o hacemos para preservar la vida”24. Éste es el objetivo
último del biopoder! privar de tal modo a los seres humanos
de sus derechos que ninNún acto cometido contra ellos pue-
da considerarse ya un crimen. 3o que produce es una entidad
biolóNica" pero esta vida desnuda es una abstracción de la
vida social y política, esa unidad de lo corpóreo y lo espiritual
que llamamos ser humano. @ como (Namben ha arNumenta-
do sistemáticamente durante el último cuarto de siNlo, es el
Nobierno de esta abstracción el objetivo de las tecnoloNías
del biopoder, de las que el campo es el paradiNma jurídico–
político. 3a Bahía de Guantánamo, que al iNual que la -ranja

245
EL CAMINO AL FASCISM

de Gaza está separada del resto de Cuba por una valla fron-
teriza militarizada, es la forma más extrema del campo en 6c-
cidente que conocemos hoy en día –aunque (rabia :audí,
país al que el 9eino <nido es el seNundo mayor traÄcante de
armas desputs de Estados <nidos, tiene campos aún peores
en los que encarcelar, torturar y matar a los trabajadores inmi-
Nrantes que ya no necesita24. Pero existe una continuidad le-
Nal y espacial entre la Bahía de Guantánamo y los Centros de
9esiliencia 5acional de (ustralia, cómodamente desiNnados,
una disposición espacial compartida del estado de excepción
que la diferencia de Nrado entre las torturas en el primero y
la supresión de libertades en el seNundo no borra" y ambos
apuntan hacia el nuevo paradiNma biopolítico de la Nobernan-
za en 6ccidente.
Para (Namben, por tanto, la función real –es decir, his-
tórica– de los derechos humanos no reside en su reiterado
fracaso a la hora de proteNer a los apátridas y los sin techo.
Por el contrario, (Namben sostiene que la Declaración de
los Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada por la
(samblea 5acional Constituyente de -rancia en 1789 sirvió
para inscribir la vida desnuda, por primera vez, en el orden
jurídico-político del Estado-nación. Con la declaración (artí-
culo ) de que! “El principio de toda soberanía reside esen-
cialmente en la nación”, el antiNuo súbdito del soberano di-
vinamente autorizado del ancien régime se transformó en el
ciudadano del Estado-nación soberano, del que “emana” la
autoridad de cualquier individuo u órNano Nubernamental.
Desde el principio, sin embarNo, hubo una ambiN edad sobre
si se trataba de derechos humanos (droits de l»homme) o de
derechos de ciudadanía (droits du citoyen). :i nuestro “na-
cimiento” se identiÄca con nuestra “nación” –ambos tienen
su oriNen etimolóNico en el latín natio–, nuestros derechos,
como se|aló (rendt, han demostrado repetidamente estar

246
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

supeditados a nuestra condición de ciudadanos de un Esta-


do soberano. Esta ambiN edad quedó expuesta al máximo
por el credo nacionalsocialista de “Blut und Boden (:anNre y
:uelo)”, que hizo de la vida desnuda el fundamento del Tercer
9eich, del que fueron expulsados o borrados aquellos que no
se ajustaban a esta unidad santiÄcada de nacimiento, nación
y soberano (Ein =olR, ein 9eich, ein - hrer), tras haber sido
despojados primero de la ciudadanía por la 3ey de Ciudada-
nía del 9eich de septiembre de 19.
(sí pues, paradójicamente, los derechos humanos, lejos
de proteNer a los ciudadanos con su expresión de valores
eternos y supuestamente metajurídicos, son el fundamen-
to de la biopolítica moderna. Empezando por los  millones
de europeos convertidos en apátridas tras la Gran Guerra,
que aumentaron a 4 millones desputs de la :eNunda Gue-
rra Mundial, esta separación entre los derechos del hombre y
los derechos del ciudadano se promulNa hoy en día de forma
más Neneralizada en los campos en los que se encuentran
actualmente detenidos un número desconocido de los casi
9 millones de refuNiados de todo el mundo247. De hecho,
bajo el nuevo paradiNma de la bioseNuridad, el concepto de
ciudadanía se está transformando en alNo parecido a la vida
desnuda del refuNiado. Este es el contexto en el que la nueva
3ey de 5acionalidad y -ronteras de 222, que entró en viNor
este mes de abril, ha facultado al Ministro del 0nterior para
retirar, sin notiÄcación previa, la ciudadanía británica a cual-
quier persona que no haya nacido en el 9eino <nido, o que
tenNa doble nacionalidad, o que sea juzNada como una ame-
naza para la seNuridad nacional, o cuyo comportamiento se
considere “inaceptable” –como ejemplo de lo cual el Gobier-
no ha suNerido “la NloriÄcación del terrorismo”248. Dado que,
en noviembre de 221, el Gobierno británico desiNnó a Ha-
más como orNanización terrorista, esto podría incluir ahora la

247
EL CAMINO AL FASCISM

condena de los ataques atreos contra la -ranja de Gaza, un


derecho de conciencia y expresión que ya no sólo se conde-
na como antisemita, sino que ahora justiÄca que se le consi-
dere apátrida y sin hoNar 249.
(unque (Namben, en Homo Sacer, compara la vida des-
nuda con el estado veNetativo en el que la ciencia mtdica es
capaz desde hace alNunas dtcadas de mantener con vida a
un ser humano durante muchos a|os, una comparación más
adecuada en el estado de bioseNuridad es con los residentes
de residencias de ancianos sometidos a restricciones justi-
Äcadas por el coronavirus, que para muchos de ellos conti-
núan hasta hoy. (islados en sus habitaciones durante meses
enteros, sometidos a un terrorismo implacable en televisión,
privados del acceso a la atención mtdica normal de mtdicos
de cabecera demasiado aterrorizados para visitarles, neNán-
doseles las visitas de su familia e, incluso cuando se les per-
mitían, prohibitndoles el contacto físico, prohibitndoles salir
de lo que se había convertido y para muchos siNue siendo su
prisión, los residentes se vieron transformados en una forma
de vida desnuda, en la que la mayoría de sus derechos huma-
nos habían sido eliminados con la justiÄcación de mantener-
les con vida, costara lo que costara. Como dijo el capitán Du-
ran! “3o hacemos para preservar la vida”. El hecho de que un
Nran número de ellos murieran, muy probablemente de la de-
mencia que padecen el 7 de los residentes en residencias
de ancianos y que lueNo se atribuyó falsamente al C6=0D-19
seNún el protocolo de pruebas deliberadamente inexacto, de-
mostró la falta de justiÄcación mtdica de tales medidas, que
en menor medida se han impuesto al resto de la población
con un Nrado similar de consecuencias desastrosas2.
Desde la dtcada de 198, cuando las residencias de an-
cianos Änanciadas con fondos privados bajo los sucesivos
Gobiernos de Thatcher triplicaron su número en una dtcada,

248
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

su propósito ha sido prolonNar la vida útil del orNanismo hu-


mano sea cual sea el coste para la calidad de vida de la per-
sona que alberNa o, de hecho, para quienes paNan su prolon-
Nación21. El aumento de la esperanza de vida de la población
en 6ccidente, que en el 9eino <nido ha aumentado 2 a|os
en el último siNlo y 1 a|os desde 197, es ahora uno de los
mercados más lucrativos en los que se han expandido las
industrias de la atención mtdica y farmactutica, drenando de
hecho a los ancianos de cualquier ahorro y patrimonio que
pudieran haber leNado previamente a su cónyuNe o hijos a
lo larNo de una existencia biolóNica prolonNada cuya cínica
explotación Änanciera y violación de la diNnidad de la vida
humana la “crisis” del coronavirus ha expuesto como lo que
es22. De hecho, la mayoría de nosotros podemos esperar
acabar nuestras vidas en un estado leNal de vida desnuda,
privados de nuestros derechos y a merced de las empresas
privadas a las que el Estado ha entreNado la responsabilidad
y el deber de prolonNar nuestra existencia biolóNica todo el
tiempo que sea mtdicamente posible. 5o sólo nuestras vi-
das, por tanto, sino incluso nuestras muertes se vivirán bajo
el paradiNma biopolítico del campo.
:in embarNo, más recientemente, en sus comentarios so-
bre la “pandemia”, (Namben ha ideado una ÄNura de la vida
desnuda que amplía el estado leNal de excepción en el que
existen los encarcelados, los comatosos y los residentes en
residencias de ancianos a toda la población del Estado de
bioseNuridad Nlobal!
¦Cuál es la ÄNura de la vida desnuda tal y como se ha inte-
Nrado en la Nestión de la pandemia? 5o son los enfermos, que
sin embarNo son aislados y tratados de una forma sin prece-
dentes en la historia de la medicina. :e trata, por el contrario,
de los infectados o, como diría la fórmula paradójica, de los ca-
sos asintomáticos (una cateNoría a la que todos pertenecemos

249
EL CAMINO AL FASCISM

potencialmente –y quizá sin saberlo siquiera–). 3o que está en


jueNo no es la salud, sino una vida que no está ni en la salud ni
en la enfermedad pero que, por ser potencialmente patóNena,
puede verse privada de sus libertades y sometida a todo tipo
de prohibiciones y controles. Todos los hombres son, en este
sentido, casos potencialmente asintomáticos. 3a única iden-
tidad de esta vida que Åuctúa entre la enfermedad y la salud
consiste en ser receptora de pruebas y vacunas que, como
una especie de bautismo para una nueva reliNión, deÄnen la
ÄNura invertida de lo que anta|o se llamaba “ciudadanía”. En
este caso, el bautismo ya no es permanente, sino necesaria-
mente temporal y renovable, porque el neociudadano (que a
partir de ahora tendrá que exhibir siempre un certiÄcado) ya no
tiene derechos inalienables e indivisibles, sino sólo obligacio-
nes que deben revisarse y actualizarse sin cesar 2.
Para llevar a cabo esta redeÄnición de la ciudadanía en
las democracias occidentales como paciente potencialmente
asintomático de una biopolítica, el campo debe convertirse
en la espacialización permanente de un estado de excepción
cuyos límites, tanto temporales como físicos, es el Estado de
BioseNuridad Global.
(Namben concluía sus reÅexiones sobre el campo con
esta advertencia –que ha pasado desapercibida, al parecer,
para cualquiera excepto para los arquitectos de la “crisis” so-
bre la que se ha construido el Estado de BioseNuridad Global,
y ciertamente para la intelliNentsia de 6ccidente –Älósofos,
cientíÄcos y juristas– cuya complicidad servil y voluntaria con
su construcción ha superado, si acaso, a la de intelectuales
europeos de mucho mayor calibre con el ascenso y la lleNada
al poder del fascismo histórico hace cien a|os!
:i damos el nombre de forma-de-vida a este ser que
no es más que su propia existencia desnuda, y a esta vida
que, siendo su propia forma, permanece inseparable de ella,

250
EL CAMPAMENTO COMO PARADIGMA BIOPOLÍTICO DEL ESTADO

asistiremos a la emerNencia de un campo de investiNación


más allá del terreno deÄnido por la intersección de la política
y la Älosofía, las ciencias mtdico-biolóNicas y la jurispruden-
cia. (ntes, sin embarNo, será necesario examinar cómo fue
posible que se concibiera alNo parecido a una vida desnuda
dentro de estas disciplinas, y cómo el desarrollo histórico de
estas mismas disciplinas las ha llevado a un límite más allá
del cual no pueden aventurarse sin arriesNarse a una catás-
trofe biopolítica sin precedentes24.
Esa catástrofe, que un día puede superar tanto a la 5aqba
como a la :hoah, está sobre nosotros. Creer que el número
desconocido de los llamados campos de “cuarentena” cons-
truidos en los últimos dos a|os y medio se construyeron en
respuesta a la amenaza especíÄca del C6=0D-19 y en previsión
de futuras amenazas para la salud pública es iNnorar la historia
de los usos de los campos. @ lo que es más importante, es no
reconocer el estado leNal de excepción al que conÄeren una
disposición espacial permanente y el paradiNma de Nobierno
que tste ha lleNado a constituir cada vez más en todo el mun-
do. @a presente en las antiNuas democracias neoliberales de
6ccidente, ya sea en centros de inmiNración para refuNiados
o en instalaciones de tortura para prisioneros secuestrados
mediante el proceso extraleNal de entreNas extraordinarias, la
“crisis” del coronavirus ha justiÄcado e iniciado la expansión
de esta disposición espacial. Como hemos experimentado,
fue bajo el estado de emerNencia como se Nobernó a las po-
blaciones de 6ccidente durante los dos a|os de la “pande-
mia” sin apenas quejas y sin formas orNanizadas de rebelión
más allá de protestas y manifestaciones, y los campos harán
permanente esta medida ostensiblemente temporal.
Como insistía (rendt, el propósito del campo no es cas-
tiNar a quienes desafían la autoridad o infrinNen las leyes de
un Nobierno dictatorial, despótico o tiránico" el propósito del

251
EL CAMINO AL FASCISM

campo es servir al sistema totalitario del que es el objetivo.


Como ha demostrado el Estado de 0srael para que todo el
mundo lo vea y al que 6ccidente ha dado su aprobación po-
lítica y su apoyo Änanciero, el objetivo del totalitarismo es
Nobernar poblaciones enteras seNún el paradiNma biopolítico
del campo, en el que unos son criminales, otros presos políti-
cos, otros Nuardias y otros comandantes, pero en el que la in-
mensa mayoría son seres humanos reducidos a su mera vida.
En esta sociedad, no existe un “orden normal” para que el
campo permanezca al marNen, ni un “estado de derecho” que
se haya suspendido temporalmente para sus internos" ya que
el estado de excepción es ahora la norma permanente bajo
la que se riNe la población, y el campo la nueva normalidad
cuya frontera militarizada ya no sirve para separar su espacio
extraleNal de la sociedad, sino que es coextensivo con las
obliNaciones del Estado de BioseNuridad Global. El objetivo
de un sistema totalitario no es construir tantos campos como
para alojar en ellos a toda la población –alNo que ni siquiera
la 9epública Popular China pudo conseNuir–, sino convertir el
propio espacio social en un campo y someter así a la pobla-
ción a su paradójica lóNica de ser colocada fuera de la ley por
la ley, de ser culpables en ausencia de acusación o sentencia,
de ser ciudadanos sin ciudadanía, enfermos sin enfermedad,
humanos privados de derechos humanos, alojados mientras
permanecen sin hoNar, apátridas bajo el dominio del estado
de bioseNuridad, de subsistir sin que se les permita existir, la
persona jurídica asesinada. :i (usch^itz fue el escenario de
la muerte del hombre humanista, Gaza es el tiempo posthis-
tórico de nuestro presente sin futuro. De hecho, todo lo rela-
cionado con las nuevas formas de Nobernanza mundial que
surNen de esta “crisis” apunta a la conclusión de que es bajo
el paradiNma biopolítico del campo donde un Nran número de
la población mundial se verá obliNada a vivir en el siNlo ??0.

252
9.
el nuevo
totalitarismo
“Existe una gran tentación de explicar lo intrínsecamente in-
creíble mediante racionalizaciones liberales. En cada uno de
nosotros acecha un liberal así, enNatusándonos con la voz del
sentido común. El camino hacia la dominación totalitaria pasa
por muchas etapas intermedias para las que podemos encon-
trar numerosas analoNías y precedentes. El terror extraordinaria-
mente sanNriento durante la etapa inicial del dominio totalitario
sirve, en efecto, al propósito exclusivo de derrotar al oponente
e imposibilitar toda oposición ulterior" pero el terror total sólo se
pone en marcha una vez superada esta etapa inicial y cuando
el rtNimen ya no tiene nada que temer de la oposición”.
–Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo, 1951

Es una contradicción diNna de consideración que a pocos


en este país les quedara alNuna creencia en la inteNridad de
uno de los Gobiernos más corruptos y, hasta que se vio obliNa-
do a dimitir en julio, poco Äables Primeros Ministros de la histo-
ria británica moderna" y, sin embarNo, la abrumadora mayoría
de la población encontró una razón para creer y obedecer los
82 0nstrumentos Estatutarios justiÄcados por el coronavirus
que este Gobierno convirtió en ley con poca o ninNuna super-
visión por parte de nuestros representantes electos en un Par-
lamento que ha demostrado ser el peor que se recuerda. Este
espíritu, o principio, o fuente de la ley por encima de los que
hicieron los miles de reNlamentos que suspendieron nuestros

255
EL CAMINO AL FASCISM

derechos y libertades durante dos a|os ha tomado muchas y


diversas formas, diferenciadas en Nran medida por la clase y la
lealtad al partido. Para los conservadores ha sido el orNullo por
Gran Breta|a y su “sistema de prueba y rastreocarrera para
desarrollar una vacuna” (etc.)" para los liberales de clase media
ha sido la conÄanza de un profesional en el juicio “apolítico”
de los tecnócratas del Grupo de (sesoramiento CientíÄco para
EmerNencias" para la izquierda ha sido la oportunidad de se|a-
lar a otros países bajo Nobiernos nominalmente “de izquierdas”
que imponen restricciones más estrictas como ejemplos a los
que deberíamos aspirar" para los ^oRe ha sido la oportunidad
de sacriÄcar sus libertades individuales en público por el “bien
común”" y para la clase trabajadora ha sido la amenaza de
arresto, multas y tribunales. De hecho, la Nran mayoría de los
ciudadanos del 9eino <nido fueron más allá de la mera obe-
diencia a la letra de las leyes que pocos de ellos habían leído,
y subsumieron su propia voluntad en el espíritu que cada uno,
seNún sus propios intereses, identiÄcaba tras ellas.
Hoy, sin embarNo, las consecuencias de su más que obe-
diencia se están volviendo demasiado inevitables y terribles
para que todos, salvo los Äeles a C6=0D, puedan neNarlas.
3os países que fueron bloqueados durante dos a|os mientras
se inyectaban billones en un sistema Änanciero en colapso se
enfrentan ahora a una espiral de inÅación y depresión econó-
mica" los ni|os mantenidos enmascarados y en estado de te-
rror están mostrando el peaje mental de soportar el peso de la
conformidad de sus padres" las “vacunas” experimentales in-
yectadas a miles de millones están dejando un reNuero de he-
ridos permanentes y muertos" los Nobiernos que suspendieron
temporalmente las reNulaciones justiÄcadas por el coronavirus
en marzo ya están amenazando con volver a imponerlas este
oto|o e invierno" el número de multimillonarios en el mundo
aumenta en proporción directa a los 2 millones que se ven

256
EL NUEVO TOTALITARISMO

abocados a la pobreza extrema" y los proNramas y tecnoloNías


de bioseNuridad están ampliando la viNilancia y el control que
ejercen las tecnocracias internacionales sobre nuestras vidas
sin ni siquiera la pretensión de evitar una amenaza para la sa-
lud pública. (nte lo cual, ¦cómo debemos diriNirnos a quie-
nes obedecieron las normas y siNuen siendo cómplices de los
crímenes del estado de bioseNuridad? ¦Deberíamos, incluso,
intentar comunicarnos con aquellos que despectivamente nos
tacharon de “teóricos de la conspiración” y estaban dispues-
tos a ver cómo se nos prohibía participar en la vida pública, in-
cluidos los medios para Nanarnos la vida? En caso aÄrmativo,
¦con arreNlo a qut cateNorías jurídicas y morales deberían ser
juzNados y por quitn? @ lo más importante de todo, dado el
colapso moral Neneral en las poblaciones que viven en el Esta-
do de BioseNuridad Global, ¦cómo deberíamos proceder para
defendernos contra el retorno del fascismo no sólo en nuestra
política, leyes y cultura, sino en la obediencia servil a la auto-
ridad y la neNativa cobarde a pensar en nuestros conciuda-
danos? (nte tal colaboración voluntaria con el nuevo aparato
estatal de dominación totalitaria, ¦cómo seNuimos actuando,
individualmente y entre nosotros, moralmente y hacia una po-
lítica de futuro, en estos tiempos oscuros? Por último, ¦quitn
es ese “nosotros” con el que deseo hablar –a ellos y con ellos–
con la voz colectiva con la que debemos hablar si queremos
que se nos escuche?

1. El derecho a obedecer

3a Casa del -ascio de Bolzano, 0talia, se terminó de


construir en 1942 en el Tirol del :ur, anexionado del 0mperio
(ustrohúnNaro tras la Gran Guerra. (ntiNua sede del Partido
-ascista local, su fachada está decorada con un bajorrelieve
de  metros de Hans PiɈrader que cuenta la historia de El

257
EL CAMINO AL FASCISM

triunfo del fascismo. En el centro hay una representación del


líder del fascismo italiano, Benito Mussolini, a caballo hacien-
do el saludo romano" y entre las patas del caballo, alNo tor-
pemente, está esculpido el lema fascista! ºCredere, obbedire,
combattere (Cree, obedece, lucha)». Durante a|os fue obje-
to de protestas por parte de los tiroleses de habla alemana,
menos por su celebración del fascismo que por la supresión
por parte de Mussolini de la lenNua alemana en las escuelas,
los periódicos y del uso oÄcial de la reNión. (unque el ediÄ-
cio era propiedad del Estado, que lo convirtió en las 6Äci-
nas -inancieras Estatales del Tirol del :ur, hubo que esperar
hasta 211, 8 a|os desputs de la caída oÄcial del fascismo
italiano, para que el ministro de Cultura de :ilvio Berlusconi,
:andro Bondi, aceptara no retirar el bajorrelieve sino una in-
tervención que lo situara en su contexto histórico. Cuando
tsta se materializó Änalmente en 217, adoptó la forma de
letras de neón colocadas sobre el bajorrelieve pero sin oscu-
recerlo ni a tl ni al lema fascista, que cita a Hannah (rendt.
( pesar de más de un siNlo de italianización, el Tirol del :ur
siNue siendo una población mayoritariamente Nermanófona, y
el alemán oriNinal de (rendt se coloca en el centro del relieve,
traducido a ambos lados, respectivamente, al italiano y al la-
dino, el dialecto reNional minoritario. En alemán se lee! º2ein
Mensch hat das 9echt zu Nehorchen (5inNún hombre tiene
derecho a obedecer)».
3a cita procede de una entrevista de 194 en la que (ren-
dt, que el a|o anterior había publicado su libro Eichmann en
Jerusalén: Un informe sobre la banalidad del mal, comentaba
la defensa del ::-6bersturmbannf hrer de su participación
en el transporte de judíos a los campos de exterminio con la
aÄrmación de que el principio rector de su vida era lo que el
Älósofo alemán de la 0lustración, 0mmanuel 2ant, sostenía que
era nuestro deber obedecer la ley2. Para (dolf Eichmann, la

258
EL NUEVO TOTALITARISMO

obediencia a las órdenes del - hrer, que en el Tercer 9eich te-


nían ranNo de ley, era el principio de su propia voluntad. En su
libro, (rendt había informado de que Eichmann, a pesar de te-
ner un nivel de inteliNencia y cultura que consideraba apropia-
do para un miembro de la tlite de las ::, no había terminado
ni la ense|anza secundaria ni su intento de formación como
inNeniero, y hablaba constantemente con clichts, lenNuaje
oÄcial y otras ÄNuras retóricas heredadas para ocultar lo que
ella consideraba su incapacidad para pensar por sí mismo o,
de hecho, desde el punto de vista de cualquier otra persona.
(unque Eichmann aÄrmaba haber leído la Crítica de la razón
práctica (1788) de 2ant, al citar el concepto central de su Ä-
losofía moral –el imperativo cateNórico que debe obedecerse
en todas las circunstancias–, Eichmann, arNumentaba (rendt,
había iNnorado la importancia que tiene para la Älosofía moral
de 2ant la facultad de juicio del hombre, que es la antítesis
de la obediencia cieNa. Para 2ant, el leNislador no es el jefe
del Estado, fascista o no, sino el yo moral en el momento en
que se empieza a actuar. Por tanto, no sólo quienes tienen
poderes jurídicos sobre otros, sino todas las personas deben
ser leNisladores" y el imperativo cateNórico debe funcionar no
como una justiÄcación moral para someter a otros a las leyes
del Estado, sino como una ley universal aplicable a todos.
3a respuesta de (rendt en esta entrevista a la defensa de
Eichmann fue en sí misma una paráfrasis de un pasaje de 3a re-
ligión dentro de los límites de la mera razón (179) de 2ant, en el
que comentaba Hechos, !29, en el que se juzNa a los (póstoles!
El dicho: º+ebemos obedecer a +ios antes que a los hom-
bres», signiÄca simplemente que, cuando los hombres ordenan
algo que en sí mismo es malo (directamente opuesto a la ley
de la moralidad), no nos atrevemos ni debemos obedecerles2.
Para 2ant, la ley de la moralidad trasciende las leyes
creadas por los hombres y sólo puede establecerse mediante

259
EL CAMINO AL FASCISM

un juicio fundado en el razonamiento práctico. Como ejem-


plo de lo cual, nadie puede reclamar racionalmente la libertad
de matar impunemente a otros como ley universal, porque
en la práctica tl mismo estaría sujeto a la misma libertad de
los demás para matarle. :in embarNo, la paráfrasis de (rendt
a|ade alNo más a la aÄrmación de 2ant. Ella no dice que el
hombre tenNa “derecho a desobedecer”, lo que, por así de-
cirlo, a|adiría la desobediencia de la ley a la lista de derechos
humanos. Tal adición socavaría el estado de derecho con el
que los derechos humanos intentan crear un marco leNal para
la justicia. El derecho a desobedecer puede sonar como una
declaración de libertad en boca de los autoproclamados “re-
beldes”, pero en la práctica siNniÄca el dominio de los pode-
rosos y los violentos. Por el contrario, (rendt aÄrma que la
obediencia irreÅexiva a la ley no exime de la responsabilidad,
e incluso de la persecución penal por las consecuencias de
nuestros actos, con el arNumento de que debíamos obedien-
cia a nuestros superiores profesionales, jurídicos o políticos.
5o me reÄero aquí a los encarNados de hacer cumplir las
normas justiÄcadas por el coronavirus, ya sea la policía o los
desiNnados “mariscales C6=0D”, que como funcionarios del
Estado están por encima de las leyes que dicen hacer cum-
plir, y que a lo larNo de la “pandemia” han restrinNido nuestros
derechos y libertades mucho más allá incluso de sus recitn
creadas competencias leNales para hacerlo. Tampoco me re-
Äero a los responsables de elaborar y justiÄcar esas leyes, ya
sean :ecretarios de Estado y Ministros del Gabinete o los al-
tos carNos del Grupo de (sesoramiento CientíÄco para Emer-
Nencias, el :ervicio 5acional de :alud y la (Nencia de :eNu-
ridad :anitaria del 9eino <nido, todos los cuales, en distinta
medida, son responsables de decisiones con consecuencias
tan catastróÄcas y de tan larNo alcance que ninNún tribunal
del 9eino <nido podría juzNarlas, pero que posiblemente

260
EL NUEVO TOTALITARISMO

equivalNan, en ausencia de una Nuerra declarada, a crímenes


contra la humanidad. 3o que me preocupa aquí, más bien,
son esos millones de ciudadanos que, actuando seNún su
propia conciencia, acataron voluntariamente y permitieron
así la imposición, de otro modo impracticable, del estado de
bioseNuridad del 9eino <nido durante dos larNos a|os de co-
bardía y acatamiento. 3os profesionales mtdicos que siNuen
inyectando a la población “vacunas” experimentales que aún
se encuentran en ensayos clínicos cuyos datos condenato-
rios sólo se están haciendo públicos ahora, y que sólo fueron
aprobadas oÄcialmente para su autorización temporal en vir-
tud de cambios en la leNislación viNente justiÄcados por un
estado de emerNencia declarado políticamente, aÄrmarán sin
duda que seNuían y siNuen las órdenes y el criterio de sus su-
periores en la MH9(, el 5H: y la industria farmactutica" pero
el hecho de que no ejercieran su juicio, como profesionales
pero sobre todo como individuos morales, no les eximirá de
responsabilidad por los miles de muertes y las lesiones de
millones desconocidos que siNuieron a las inyecciones que
administraron27.
El mismo fallo se aplica a los trabajadores de las resi-
dencias de ancianos que mantuvieron a sus pupilos, la Nran
mayoría de los cuales padecían demencia, aislados en sus
habitaciones durante meses y meses, lo que provocó la es-
pantosa tasa de mortalidad en las residencias de ancianos
durante los encierros28. @ al personal educativo que mantuvo
a los ni|os a su carNo enmascarados, aterrorizados, llenos
de culpa, socialmente distanciados unos de otros o incluso
vetados por completo de la escuela a una edad en la que los
meses parecen a|os 29. @, de forma más Neneral, se aplica a
los millones de personas que se neNaron a servir, o a admitir,
o a seNuir empleando, o a hablar, o que denunciaron a las
autoridades a cualquiera que no obedeciera las normas de

261
EL CAMINO AL FASCISM

bioseNuridad, ya fuera llevando una mascarilla, o mantenitn-


dose a una distancia determinada de los demás, o entrando o
caminando o sentándose en luNares proscritos, o hacitndose
pruebas, o cumpliendo el rastreo de contactos, o siendo in-
yectado tantas veces como se les ordenara. @, quizás sobre
todo, se aplica a aquellos que, en persona, o en línea, o en
los periódicos, o en la radio, o en tertulias televisadas, o en
proNramas de noticias, o en el Parlamento, exiNieron toda la
fuerza del alcance en rápida expansión de la ley y sus cada
vez mayores poderes de castiNo contra los que la desobede-
cían, no sólo con censura y multas y encarcelamiento, sino
con prohibiciones de la vida pública que incluían el derecho
a viajar, a la educación, al empleo, a la asistencia sanitaria y
al tratamiento mtdico y, Änalmente, el derecho a permanecer
en libertad 2. Éstos tambitn aleNarán que obedecían las ór-
denes de sus superiores en sus respectivos sectores, de sus
líderes en el Nobierno local, cívico y central, o lo que les dijera
alNuna celebridad, o una campa|a de carteles o un hombre
atractivo en la televisión. Pero en cuestiones morales no hay
superiores, ni Nobierno ni estado, ni ley ni deber. Por mucho
que las circunstancias puedan atenuarlas a los ojos de la ley,
cada uno de nosotros responde de sus actos, y nadie puede
eludir la responsabilidad de su propio juicio moral. Esto es lo
que siNniÄcan las palabras de neón de la Casa del -ascio.
:in embarNo, a los tres a|os de haberlas encendido,
Giuseppe Conte, primer ministro de 0talia desde 218 –y tl
mismo jurista, antiNuo profesor de Derecho y miembro de la
6Äcina 0taliana de 1usticia (dministrativa– puso a 0talia bajo
llave. 3a mayor supresión de derechos constitucionales en la
historia de la 9epública 0taliana desde su fundación en 194
tras la caída del Gobierno fascista se llevó a cabo median-
te decretos del primer ministro emitidos bajo un estado de
emerNencia declarado políticamente. El primer Nobierno de

262
EL NUEVO TOTALITARISMO

6ccidente en hacerlo, este modelo jurídico y mtdico fue se-


Nuido pronto por casi todos los Nobiernos occidentales cuan-
do se hizo evidente que sus poblaciones habían sido lo su-
Äcientemente aterrorizadas por los medios de comunicación
corporativos como para obedecer sin pensar. 9ápidamente
se hizo evidente que, en luNar de recordar la insistencia de
(rendt en que ninNún hombre tiene derecho a obedecer ór-
denes que van en contra de la ley moral, casi todo el mundo
estaba contento de creer las mentiras de sus líderes, de obe-
decer la eliminación de nuestros derechos constitucionales
y de unirse a la lucha imaNinaria contra una amenaza que
nunca existió fuera de las historias sobre la “Guerra contra el
C6=0D” contadas cada día y hasta extremos fantásticos por
nuestros Nobiernos, los medios de comunicación, la industria
sanitaria, las empresas de tecnoloNía de la información y las
orNanizaciones de Nobernanza Nlobal que forman. En febrero
de 221, ante las críticas por los ya catastróÄcos efectos eco-
nómicos de un a|o de bloqueo, Conte dimitió y el presidente
nombró unilateralmente a Mario DraNhi nuevo primer ministro
con la tarea de formar un Nobierno tecnocrático. Ex Noberna-
dor del Banco de 0talia y presidente del Banco Central Euro-
peo, DraNhi reimpuso inmediatamente el bloqueo levantado
temporalmente y, en octubre de ese a|o, 0talia se convirtió
en el primer país del mundo en exiNir el certiÄcado de “va-
cunación” C6=0D de la <E –conocido popularmente como el
“pase verde”– como condición de empleo para toda la mano
de obra nacional. Pronto se amplió a la participación en todas
las actividades recreativas, y al a|o siNuiente la inyección se
hizo obliNatoria para los mayores de  a|os, con una multa
de 1. euros en caso de incumplimiento. El fascismo, y no
el imperativo cateNórico de 2ant de que cada hombre sea el
leNislador de sus actos, es el orden bajo el que vivimos en
6ccidente desde entonces.

263
EL CAMINO AL FASCISM

2. El colapso moral

En diciembre de 221, con la amenaza de los pasaportes


vacunales y la reimposición del bloqueo en ciernes, la división
en el 9eino <nido entre los “vacunados” y los que se habían
neNado rotundamente o eran considerados por el Gobierno
insuÄcientemente “vacunados” estaba en su punto más alto.
Durante dos larNos a|os, los obedientes se habían sentado
en casa mientras los ancianos, reducidos al estatus leNal de
vida desnuda, eran abandonados por el Estado para morir
solos en residencias de ancianos, habían puesto en peliNro la
salud y la vida de sus propios hijos en aras de unas vacacio-
nes de verano cuando se les ordenó hacerlo, se inyectaron
voluntariamente “vacunas” experimentales, y aun así seNuían
encadenados. @ ahora querían venNarse, no del Gobierno al
que habían obedecido, sino de nosotros, los obedientes. Tres
meses más tarde, con la revocación de las prácticas sec-
tarias del estado de bioseNuridad precisamente dos a|os
desputs de que se iniciaran por primera vez por 3a 3ey del
Coronavirus en marzo de 22 –cuya fecha de caducidad de
dos a|os se había escrito en la :ección 89 con notable pre-
visión– los Äeles a la C6=0D tenían que enfrentarse al alcance
de su credulidad, su inNenuidad política, su susceptibilidad a
la manipulación por parte de los medios corporativos, su iN-
norancia de la bioloNía elemental" y como todos los fanáticos
reliNiosos despertados a la cruda realidad, no era un espec-
táculo aNradable. ExiNiendo tardíamente pruebas de la jus-
tiÄcación mtdica por la que habían sustituido la convicción
reliNiosa durante dos larNos a|os, ahora se veían obliNados a
enfrentarse a la verdad de las mentiras en las que se basaban
sus creencias! que sus “virtudes” mostradas públicamente
no eran más que una obediencia cobarde al abuso cínico
del poder" que las llamadas “medidas mtdicas” que habían
obedecido servilmente no eran más que la demostración del

264
EL NUEVO TOTALITARISMO

alcance de su sumisión a la autoridad" que la aplicación le-


Nal de miles de “normas sobre el coronavirus” y los castiNos
exaNerados por infrinNirlas eran caprichos de políticos que
se reían de ellos en Äestas de borrachos en Do^ninN :treet"
que habían vendido dos a|os de la vida de sus hijos, habían
visto morir a sus padres desde otra habitación y se habían
inyectado veneno en sus propias venas y en las de su familia
para permitir una de las mayores transferencias de riqueza de
los pobres a los ricos de la historia" que todo lo que habían
denunciado con tanta conÄanza y con tanto desprecio como
“teorías de la conspiración” se estaba poniendo en práctica
con una falta de enNa|o iNualmente desde|osa, y que ahora
amenazaba con estrellarse contra las ventanas de su asusta-
do mundo de clase media.
Entonces, ¦cómo están reaccionando ahora los que se
han comportado como esclavos voluntarios durante dos
a|os, cuando empiezan a descubrir lo enNa|ados que esta-
ban? 3a respuesta, por supuesto, es como siempre se com-
portan las clases medias! con nuevas declaraciones morales
de lealtad a lo que deben saber en sus corazones, si no en
sus mentes inventadas, que fue la mayor mentira de la historia
moderna" con nuevas declaraciones de apoyo a la brutalidad
de las fuerzas policiales que aplican las mismas restriccio-
nes en países más avanzados en el camino hacia el fascis-
mo" con declaraciones arroNantes de que lo que realmente
importa es la leNislación primaria, al parecer completamente
ajena a la cuestión, que está convirtiendo permanentemente
en ley del 9eino <nido lo que los 0nstrumentos Estatutarios
justiÄcados por el coronavirus impusieron de forma temporal"
con cánticos de “mi cuerpo, mi elección” en las concentracio-
nes de protesta contra la anulación por el Tribunal :upremo
de EE.<<. de Roe vs. Wade y el derecho al aborto por parte
de los liberales que tambitn exiNen que los asistentes esttn

265
EL CAMINO AL FASCISM

“vacunados”" con la distracción de la amenaza de Nuerra con


9usia y su renovada oportunidad de subirse, una vez más, a
las almenas de la irrelevancia izquierdista y empezar a pro-
testar sobre los Estados soberanos y la autonomía nacional
y el abuso de los derechos humanos en países extranjeros.
:in verN enza ni el menor atisbo de autoconciencia, repiten
obedientemente las declaraciones sobre derechos y libertad
y democracia de los jefes de los Nobiernos occidentales que,
a principios de a|o, habían desatado las armas paramilitares
de sus fuerzas policiales contra su propio pueblo21.
(l iNual que la que precedió al triunfo del fascismo, esta
cobardía intelectual, de la que la “crisis” del coronavirus ha
sido la demostración triunfal, lleva muchos a|os preparándo-
se. 222 no es sólo el centenario de la formación del primer
Nobierno del fascismo en 0talia, sino tambitn, y no por ca-
sualidad, del Annus Mirabilis del modernismo, al menos en
el mundo anNlosajón, con la publicación del Ulises de 1ames
1oyce, 3a tierra baldía de T. :. Eliot y el Tractatus 3ogico-Phi-
losophicus de 3ud^iN >ittNenstein –a lo que yo a|adiría el
comienzo propiamente dicho de los Cantos de Ezra Pound.
(demás de que sus autores eran irlandeses, estadouniden-
ses y austriacos, se trata, por supuesto, de un momento ar-
tiÄcialmente conNelado en la historia del modernismo en la
literatura, el arte y la música que se había iniciado en Euro-
pa más de una dtcada antes, y en la Älosofía, la pintura y la
poesía cincuenta a|os antes, y que, en el momento en que
terminó –diNamos para arNumentar en la dtcada de 197 –
podía hacer alNuna reclamación para ser iNualado sólo por
el 9enacimiento europeo en imaNinación, brillantez y loNros.
:in embarNo, todo esto parece haber sido olvidado hoy, bo-
rrado voluntariamente de nuestra memoria y nuestras prác-
ticas. Es una preNunta Nenuina de un antiNuo historiador del
arte! ¦existe ya el arte? :u campana de muerte lleva sonando

266
EL NUEVO TOTALITARISMO

más de un siNlo, pero cuando lleNó el momento de bajar su


cuerpo a tierra y colocar la lápida reverente pero Ärmemente
sobre su última morada, en luNar de eso ha sido arrojado a
la hoNuera del capitalismo como si fuera basura. En cuan-
to a las Nrandes Älosofías y movimientos emancipadores del
siNlo ?? –el comunismo, el anarquismo, el existencialismo,
el postestructuralismo, el feminismo, el postcolonialismo, el
poder neNro, la liberación Nay– todos han sido descartados
por el conservadurismo radical de la política de la identidad
y su vástaNo fascista, el woke. =ivimos en un teatro en el que
BecRett nunca fue puesto en escena, en el que los escritos
de 2afRa nunca se salvaron de las llamas, en el que -oucault
nunca excavó los discursos del biopoder, en el que (Namben
es calumniado y censurado por los nuevos quemadores de
libros. Cuanto mayor es nuestro avance en las tecnoloNías y
proNramas del nuevo totalitarismo, más rápidamente se ha
descartado nuestra capacidad para comprenderlos y resis-
tirnos a ellos, hasta que lo único que nos queda es el purita-
nismo y los juicios espectáculo de lo políticamente correcto,
en los que los juicios morales instantáneos han suplantado al
pensamiento discursivo.
En la formación de esta cursilería totalitaria, han sido cóm-
plices las clases medias, los liberales, los acadtmicos, los
artistas, los escritores y la chusma de la izquierda. En los ca-
pítulos anteriores he intentado analizar la formación histórica,
ideolóNica, jurídica, económica, psicolóNica, cultural, política
y biopolítica de esta nueva fuerza de homoNeneidad y con-
formidad social en 6ccidente, que ha surNido como modelo
de ciudadanía en el Estado de bioseNuridad Nlobal. En este
capítulo, sin embarNo, mi interts se centra en juzNar su cul-
pabilidad en esta formación. Durante los últimos dos a|os y
medio, los partidos políticos, las orNanizaciones radicales, los
sindicatos, los Nrupos socialistas, comunistas y anarquistas,

267
EL CAMINO AL FASCISM

las revistas de izquierdas y los periódicos liberales, y lo que


pasa por ser una intelliNentsia en este país, el más antiintelec-
tual de todos, han permanecido en silencio o han declarado
su lealtad servil a la mayor transferencia de dinero del sector
público al privado de la que se tiene constancia, al mayor
aumento del poder del establishment político desde la revolu-
ción neoliberal de hace cuatro dtcadas, y a las restricciones
más severas de nuestros derechos humanos y libertades en
la historia moderna. 5o sólo no presentan la menor resisten-
cia a la heNemonía de la cursilería estatal y la ley ^oRe como
las nuevas ortodoxias del Estado de BioseNuridad Global,
sino que ahora son los enemiNos de sus enemiNos, emplean-
do el lenNuaje de la crítica desarrollado a lo larNo de un siNlo
de teoría y práctica ÄlosóÄca y política no para cuestionar y
desaÄar al poder, sino para aÄanzar aún más su autoridad en
el aparato del Estado y denunciar a quienes se atreven a opo-
nerse a tl. Es sobre su complicidad con el poder, su cobardía
intelectual y moral, su mala fe y colaboración, sobre lo que se
ha construido el Estado de bioseNuridad.
@ ahora, cuando entra en acción en el escenario mun-
dial, han salido de sus escondites para levantar las manos en
obediente saludo a sus nuevos amos. Como arNumentt en
el capítulo , la Nuerra es la raison d’être, la justiÄcación y el
resultado inevitable del fascismo, y los Äeles de C6=0D en el
auditorio de las redes sociales, que casi se habían callado por
la duda y el miedo al descorrerse el telón de las escenas de
violencia estatal y control totalitario en Canadá, (ustria, 0ta-
lia, BtlNica, -rancia, 3ituania, (ustralia, 5ueva Aelanda y otros
teatros del fascismo, no han dudado en elevar sus clarines
para el seNundo acto en <crania. El hecho de que se trate de
una Nuerra por poderes, librada por un Nobierno títere insta-
lado por un Nolpe de Estado urdido por Estados <nidos, a la
cabeza de un Estado que hasta hace poco era universalmente

268
EL NUEVO TOTALITARISMO

denunciado como neonazi, diriNido por un antiNuo concursan-


te de un proNrama de baile y cómico profesional cuyo papel
más famoso fue interpretar al Presidente de <crania en una
telenovela, que recientemente ha prohibido partidos políticos
y medios de comunicación opositores y ha incluido en listas
neNras a periodistas y acadtmicos críticos con su liderazNo, y
que sin embarNo ahora es celebrado en todo el mundo occi-
dental como un campeón de la democracia y comparado en
el 9eino <nido con >inston Churchill, es sólo la Nuinda del
pastel de tres pisos de su extraordinaria inNenuidad política,
su disposición a creer cualquier cosa que les diNan los medios
de comunicación, su completa neNación de la realidad.
El mundo en el que vivimos –tomo 3ondres como repre-
sentativo del destino de 6ccidente, ya que pocos luNares han
sido más colonizados por el capital, más sometidos a las tec-
noloNías del biopoder– no es el mundo real. Es, por hacer
referencia a la película de 1ean 9enoir de 197 sobre las leal-
tades de clase durante la Gran Guerra, una Gran 0lusión. Pero
nos vemos obliNados a vivir en esta ilusión, a trabajar en sus
fábricas de improducción, a Nanar sus intercambios a reNa-
|adientes, a comprar en sus palacios de alienación, a interac-
tuar unos con otros bajo su mirada intrusa, por una sencilla
aunque no exhaustiva razón! porque todo lo demás –el mun-
do real y todo lo que contenía– nos ha sido robado, incluida
la tierra y todo lo que una vez produjo, nuestro ser común con
otras formas de vida, nuestra comunidad con los demás, por
la que ha sustituido los incesantes estraNos del capital. 3a
esfera de la ideoloNía en la que deambulamos como en una
pesadilla está ahí para proteNernos de percibir a qut profun-
didades de servidumbre, estupidez e inercia se ha reducido
al ser humano. 3o real –por adoptar la clasiÄcación tripartita
de 1acques 3acan de los fenómenos psicoanalíticos– es lo
más traumático, lo que amenaza con perforar las cataratas de

269
EL CAMINO AL FASCISM

mentiras y autoenNa|os que cubren nuestros ojos traspasa-


dos, la mala fe en la que vivimos nuestros intentos de acomo-
darnos a las cuatro paredes de nuestra celda sin ventanas22.
3as máscaras azules obliNatorias que llenan nuestros
vertederos y ensucian nuestros octanos son sólo la última
y más ceNadora forma de estas cataratas. <n día no muy
lejano, si seNuimos en nuestra trayectoria actual, se borra-
rá todo el rostro humano y sólo quedarán nuestros cuerpos,
microchipeados y viNilados por la 0nternet de los Cuerpos,
nuestros datos biomttricos subidos a un CódiNo :anitario
controlado centralmente siNuiendo el modelo del que se utili-
za actualmente en la 9epública Popular China, nuestros mo-
vimientos y el acceso al sustento, los cuidados y la vivienda,
quizá nuestra propia continuación como orNanismo vivo, su-
peditada a la obediencia a un sistema Nlobal de viNilancia, se-
Nuimiento, control, recompensa y castiNo2. El ciudadano del
Estado–nación, con sus libertades y derechos imperfectos,
quedará reducido a la vida desnuda del orNanismo diNital-
mente aumentado. Como arNumentó Hannah (rendt en 3os
orígenes del totalitarismo, uno de los objetivos y deÄniciones
de la dominación totalitaria es hacer que los seres humanos,
con nuestra espontaneidad, nuestra iniciativa y nuestra ca-
pacidad de juicio, seamos “superÅuos” para el funcionamien-
to del Estado. Esto, por encima de todo lo que he escrito
sobre el estado de bioseNuridad, es el sue|o del fascismo,
que comenzó hace un siNlo con un discurso de razas de-
Neneradas, cuerpos enfermos y bocas inútiles, y procedió a
intentar subsumir al ser humano dentro de la máquina meca-
nizada de masas del ejtrcito. 3a “Nuerra total”, la consiNna
declarada por 1oseph Goebbels en 194 cuando el Ejtrcito
9ojo iniciaba su larNa derrota del Tercer 9eich, fue el ideal
fascista mucho antes de que se impusiera como política mili-
tar, la realización de su sue|o de dominación total, en el que

270
EL NUEVO TOTALITARISMO

cada miembro constituyente, cada cuerpo biolóNico y cada


una de sus acciones, quedaban subsumidos dentro del esta-
do totalitario24.
:in embarNo, tal vez el arNumento más sólido a favor del
retorno del fascismo como superestructura ideolóNica del Es-
tado mundial de bioseNuridad sea la abyecta cobardía mos-
trada por el 9 de la población de las naciones occidentales
en los últimos dos a|os y medio por personas que, viviendo
durante más tiempo y con mayor seNuridad física y confort
material que cualquier otra Neneración de la historia, han re-
accionado ante una amenaza imaNinaria para la salud pública
con una cobardía que nunca podrá borrarse de la memoria
viva con la misma seNuridad con la que se borrará de los re-
Nistros históricos, y que marca un importante paso hacia aba-
jo en nuestro declive como civilización y quizá como especie.
Como hijo de padres que vivieron la :eNunda Guerra Mundial,
siempre me he preNuntado qut se sentía al haber pasado por
el cumplimiento masivo de la matanza mecanizada. (hora st
que la emoción abrumadora no era de alivio por haber sobre-
vivido, ni de orNullo por haber ayudado a “derrotar al fascis-
mo”, como les decían sus Nobiernos, ni siquiera de horror por
la violencia y la ruina sin precedentes que había desencade-
nado, sino más bien de verN enza de que, como civilización,
6ccidente hubiera permitido alNuna vez que ocurriera seme-
jante obscenidad. Puedo imaNinar esta verN enza porque la
veo ahora a mi alrededor. 3a veo en el tardío resurNimiento
de la izquierda enmascarada para protestar contra la leNisla-
ción Nubernamental que elimina nuestro derecho a la protes-
ta, porque eso es lo único que ya es capaz de hacer tras su
colaboración con el Estado de la bioseNuridad. 3o veo en el
reNreso triunfal de Extinction Rebellion y sus Äliales a nuestras
calles, declarando otra “crisis sanitaria”, otra “emerNencia”,
insistiendo en que todos deberíamos estar “aterrorizados”,

271
EL CAMINO AL FASCISM

exiNiendo “carbono cero” y que “¡:iNamos la ciencia!”, como


si los dos últimos a|os no hubieran revelado para qut sirve
semejante retórica absolutista y reliNiosa. 3o veo en la patttica
convicción con la que los C6=0D-Äeles se aferran a sus más-
caras, separadores de plástico, distanciamiento social y a la
cuarta, quinta y siNuiente dosis de cualquier “vacuna” que se
les diNa que deben tomar contra cualquier nuevo virus o viruela
que los medios de comunicación conjuren para que exista. @ lo
veo en la nostálNica a|oranza con la que los apóstoles del “ce-
ro-C6=0D”, liderados por los fanáticos reliNiosos con bata de
laboratorio, se|alan las últimas cifras de inNresos hospitalarios
con la esperanza de que se imponNa otro cierre patronal, al que
los Nobiernos de 6ccidente parecen dispuestos a ceder. :obre
todo, veo esta verN enza en la repentina y demasiado ansiosa
disposición del mundo occidental a reanudar su defensa to-
talmente en bancarrota de los derechos humanos en <crania.
De hecho, yo mismo siento esta verN enza cada vez que veo
a otra persona con una máscara facial! la verN enza de que un
semejante en el que me reconozco pueda ser tan fácilmente
frenado, domesticado y montado.
6 tal vez no sea más complejo que observar que, ha-
biendo desarrollado un poder tan total sobre las poblaciones
de 6ccidente, ¦por qut no iban a volverse fascistas las tec-
nocracias internacionales de la Nobernanza mundial, como
lo han hecho con una rapidez alarmante y una facilidad casi
desde|osa? El pasado aNosto vi la película de Ettore :cola de
1977 Una giornata particolare, siendo este “día especial” el 4
de mayo de 198, cuando Hitler visitó a Mussolini en 9oma.
Era un estudio demasiado familiar de la implacable propa-
Nanda del Estado y de la colaboración voluntaria de las ma-
sas que esa propaNanda había formado a partir de las clases
trabajadora y media, cuando ser “antifascista” siNniÄcaba ser
enemiNo del Estado y ser fascista siNniÄcaba participar en

272
EL NUEVO TOTALITARISMO

demostraciones públicas de convicción cieNa y rectitud mo-


ral. =isto desde el interior del Estado fascista, muestra la de-
pendencia de la unidad de la sociedad homoNtnea del miedo
a sus elementos subversivos reales o imaNinarios, los polos
de atracción hacia el 3íder y de repuNnancia hacia los conde-
nados al ostracismo que unían al pueblo italiano, el papel de
los espectáculos estatales en la creación y el mantenimiento
de estas polaridades, y el consenso de la violencia promulNa-
da contra cualquiera que no perteneciera, y mucho menos se
atreviera a resistir.
Todo esto está volviendo –ha vuelto hoy– sobre una pa-
leta cultural limpia de memoria y conocimiento, en la este-
la de un colapso moral Neneral en el que el comportamiento
contrario a las normas anteriores de las democracias libera-
les y que viola nuestros antiNuos derechos y libertades se ha
convertido en la nueva norma civil. 3a cultura, la Älosofía, el
pensamiento, el arte, la literatura de 6ccidente durante el si-
Nlo pasado parecen haber sido olvidados en un vasto acto de
amnesia voluntaria, y en su luNar se han eriNido las estatuas
de una cultura sustraída fundada ya no en actos encubiertos
sino ahora en ÅaNrantes e incluso celebrados actos de censu-
ra, en un miedo fabricado y manipulado de forma iNualmente
ÅaNrante, en un odio exacerbado y diriNido contra los enemi-
Nos de dentro y de fuera, en la supresión del desacuerdo en
el pensamiento, la palabra y la escritura, en la aceptación for-
zosa de las ortodoxias estatales que se esconden tras la plu-
ralidad de opinión, en la autoridad de un poder estatal cada
vez más militarizado, en el castiNo de la apostasía sin delito
(lo que el proyecto de ley de seNuridad en línea denomina “le-
Nal pero perjudicial”), en el orNullo de la estupidez declarada
públicamente, en la iNnorancia incluso del pasado inmediato,
en las certezas adolescentes de la ideoloNía ^oRe, el Ritsch
estatal del totalitarismo.

273
EL CAMINO AL FASCISM

3a visión del futuro de 6r^ell en “1984” era la de “una


bota estampada en un rostro humano, para siempre”2. :i el
nuevo totalitarismo tiene una imaNen equivalente, es la de una
máscara mtdica en la que una ventana de plástico muestra
la sonrisa del portador, y que exiNe que esa sonrisa nunca se
borre. Pero entonces, ¦qut parte de la imaNen distópica del
futuro de 6r^ell no describe nuestro presente? 3os drones
de la policía espiándonos no sólo en la calle, sino incluso en
nuestros propios hoNares. 3os entrenamientos domtsticos a
las instrucciones de una pantalla que nunca apaNamos. 3os
ni|os denunciando a sus padres por delitos de pensamiento.
El control del deseo por la pornoNrafía. El control del pensa-
miento por el Newspeak. 3a viNilancia de 24 horas bajo la que
vivimos. El adoctrinamiento en el doblepensamiento. 3a es-
casez de enerNía. 3a comida falsa que nos dicen que es mejor
que la auttntica. 3a selección de Nuerras y aliados para el es-
pectáculo de la Nuerra. El despilfarro de riqueza en armamen-
to para un estado permanente de Nuerra con enemiNos reales
e imaNinarios. 3a deliberada inmiseración de los trabajadores.
El borrado de la memoria y la reescritura de la historia.
En “3a responsabilidad personal bajo la dictadura” –el
discurso público que pronunció en 194 en respuesta al furor
desatado por su libro sobre Eichmann– (rendt recordó que lo
que la había “perturbado moralmente” durante los primeros
a|os del Tercer 9eich no fue el comportamiento brutal de las
tropas de asalto ni la violencia de los discursos de los políti-
cos y funcionarios nacionalsocialistas, sino más bien el “cam-
bio de opinión de la noche a la ma|ana que sobrevino a una
Nran mayoría de ÄNuras públicas en todos los ámbitos de la
vida y en todas las ramiÄcaciones de la cultura” y la “increíble
facilidad con la que se rompieron y desecharon amistades de
toda la vida”.2 Del mismo modo, en los últimos dos a|os y
medio no ha sido el comportamiento político de mis enemiNos

274
EL NUEVO TOTALITARISMO

lo que tanto me ha perturbado –pues ¦qut otra cosa cabe


esperar de quienes ocupan posiciones de poder, salvo su
abuso?– sino más bien el comportamiento moral de quienes
tenía razones para creer que eran mis amiNos o camaradas, o
en quienes podía reconocer alNunos principios morales com-
partidos más allá de nuestras diferencias de opinión política
o de comprensión del mundo. Todo eso se ha sacriÄcado en
aras del nuevo “bien común” de la bioseNuridad. @ al iNual
que ocurrió en la Europa de la posNuerra, tras la verN enza de
la colaboración han venido las neNaciones de la complicidad,
las justiÄcaciones del cumplimiento, la amnesia Neneralizada
y los intentos de reescribir la historia reciente a su favor 27.
(lemania tardó incluso una Neneración en iniciar el proceso de
asumir su pasado fascista, y lo único que ha producido es la
heNemonía del neoliberalismo en una Europa que siNue domi-
nando económica y políticamente, una cultura históricamente
revisionista dedicada a equiparar el socialismo con el fascis-
mo y una industria del “Holocausto” que justiÄca, entre otras
cosas, el Estado de apartheid de 0srael y el imperialismo de
6ccidente 28. @ a pesar de todas las celebraciones forzadas
de este mes de marzo, incluso entre aquellos que se opusie-
ron al bloqueo y se neNaron a obedecer las normas de biose-
Nuridad, nuestra Nuerra mundial no ha terminado. De hecho,
citando al propio Nran Nuerrero de clase, tste no es el Änal. 5i
siquiera es el principio del Än. Pero es, quizás, el Änal del prin-
cipio. ¦Pero el principio de qut? :i la etapa inicial del domi-
nio totalitario, como escribió Hannah (rendt en el epíNrafe de
este capítulo, sirve para hacer imposible toda oposición pos-
terior, ahora que esa imposibilidad parece haberse loNrado y
que las tecnocracias internacionales que riNen nuestras vidas
no tienen nada que temer de una oposición que nunca se ma-
terializó más allá de las mayores protestas de la historia britá-
nica enterradas por los medios de comunicación e iNnoradas

275
EL CAMINO AL FASCISM

tanto por el Parlamento como por el Gobierno, ¦cómo res-


pondemos a la próxima oleada de terror que el Estado de
BioseNuridad Global está a punto de soltar sobre nosotros?
3a reciente visión de ÄNuras públicas que durante dos
a|os se levantaron y expresaron su resistencia al Estado de
bioseNuridad desde un punto de vista ampliamente liberta-
rio –a diferencia de los millones de personas que protesta-
ban contra la destrucción diriNida de sus puestos de trabajo
y neNocios–, ahora tirándose de las Nre|as en deferencia a
la 9eina en el obsceno espectáculo del 1ubileo de Platino, o
participando en el espectáculo de los campeonatos de tenis
de >imbledon de los que se prohibió la entrada a juNado-
res rusos y bielorrusos, o declarando a quien quiera escuchar
que las comunidades locales de 3ondres que se resisten a
los escuadrones de arrebatadores de inmiNrantes que pre-
tenden enviar refuNiados a 9uanda amenazan la ley y el or-
den en el 9eino <nido, o quejándose de que los trabajadores
ferroviarios en huelNa están “tomando al país como rehtn”,
o repitiendo el enNa|oso arNumento de Theresa May de que
–a pesar de que, en los últimos dos a|os y medio, el Banco
de 0nNlaterra bombeó 89. millones de libras esterlinas
en Åexibilización cuantitativa al desplomado sector Änanciero
mientras el Gobierno Nastaba 41. millones en cierre– no
existe un “árbol máNico del dinero” con el que paNar a los tra-
bajadores empobrecidos, o, más recientemente, unitndose a
la cola nacional para jurar su lealtad como súbditos leales al
9ey y a todos sus descendientes, indica hasta qut punto su
resistencia no provenía de una convicción política sino de la
vulneración de sus libertades personales29. (hora que esas
libertades se han restablecido temporalmente, muchos de los
que formaron esa resistencia parecen contentos de volver a
ser los consumidores pasivos de la Nuerra, el deporte, la mo-
narquía, el patriotismo, la violencia policial y el odio de los

276
EL NUEVO TOTALITARISMO

medios de comunicación a la clase trabajadora. (l iNual que


-riedrich HayeR, su deÄnición de libertad es la libertad perso-
nal de comprar y vender, de Nanar dinero y Nastarlo! la liber-
tad del empresario y del consumidor. :u resistencia, en otras
palabras, ni propone una alternativa a las crisis periódicas del
capitalismo Änanciero que paNa la clase trabajadora mundial
ni se opone a sus nuevas formas de Nobernanza mundial. ( lo
que se oponen es a que su sue|o de un mercado libre quede
expuesto como lo que es! la mala fe con la que las clases me-
dias han excusado cuarenta a|os de neoliberalismo con tal
de que los beneÄcios “Noteen” hacia ellos mientras la brecha
entre ricos y pobres crece cada vez más.
Como observaron tanto Eco como HayeR –y antes que
ellos 6r^ell y TrotsRy–, el fascismo histórico sacó sus conver-
sos de las clases medias empobrecidas, cuyo miedo y odio
hacia la clase trabajadora les hizo estar dispuestos a aceptar
cualquier sistema político que prometiera salvarles del mismo
destino. :in comprender que el Estado de bioseNuridad Nlo-
bal es la consecuencia lóNica de los monopolios Änancieros
y políticos creados por cuarenta a|os de neoliberalismo y un
sistema Änanciero Nlobal construido sobre el crtdito, ¦qut
posibilidades hay de que los libertarios de clase media que
se enfrentan a la mayor caída de su nivel de vida en Nenera-
ciones siNan mordiendo la mano que les da de comer? ¦Es
cierto, como predijo 6r^ell, que a menos que creemos un
partido socialista con un proNrama auttnticamente revolucio-
nario, esta clase media recitn empobrecida formará, por el
contrario, los cuadros del nuevo fascismo? 3a historia nos
dice que lo harán. De hecho, ya se han mostrado demasiado
dispuestos a ser los burócratas del nuevo totalitarismo.
@ sin embarNo, en nombre de una política futura cuyos
cimientos aún no podemos ver, es a los tontos que creyeron
al Gobierno, a los medios de comunicación y a la industria

277
EL CAMINO AL FASCISM

mtdica, a los cobardes que no lo hicieron pero que obede-


cieron todo lo que dijeron de todos modos, e incluso a los
colaboradores que esperaban beneÄciarse de ambos, a los
que debemos seNuir intentando traer a nuestro lado –el lado
de la libertad, que sólo se Nanará en el incumplimiento, la
desobediencia civil y la resistencia masiva al Estado de Bio-
seNuridad Global.27 5o podemos repetir la catastróÄca acu-
sación de “socialfascismo” con la que la 0nternacional Comu-
nista descaliÄcó a partir de 1928 a todos los demás partidos
opuestos al fascismo, y en particular a los socialdemócratas,
hasta e incluso desputs de la elección de Hitler al poder en
(lemania en 19, y que sólo fue abandonada como política
cuando el Tercer 9eich se dedicó sin piedad a aniquilar al Par-
tido Comunista de (lemania. :ólo en 19, en el =00 ConNreso
Mundial de la Comintern, se abandonó Änalmente la posición
ultraizquierdista del Tercer Periodo y, en su luNar, GeorNi Di-
mitrov anunció la política de reunir a la oposición de todas las
tendencias políticas en un “-rente Popular (ntifascista”271. En
el plazo de un a|o, esta política llevó al poder a Nobiernos del
-rente Popular, aunque de forma breve e ineÄcaz, en -rancia
y Espa|a. En el 9eino <nido, el Partido 3aborista, cumplien-
do con su papel histórico de suprimir cualquier amenaza al
capitalismo procedente de la clase obrera, declinó formar una
alianza de -rente Popular con comunistas, liberales e incluso
conservadores rebeldes contra el apaciNuamiento de Hitler
por parte de los sucesivos Gobiernos nacionales" y en Esta-
dos <nidos, el Partido :ocialista de (mtrica declinó de forma
similar las insinuaciones de los comunistas. Que estos No-
biernos del -rente Popular se derrumbaran Änalmente ante la
invasión fascista y la traición a la Espa|a republicana del Go-
bierno francts de 3ton Blum es sólo uno más en la larNa his-
toria de los fracasos de la izquierda. Pero si hoy el fascismo
ha vuelto a tomar el poder político en 6ccidente, lo ha hecho

278
EL NUEVO TOTALITARISMO

no sólo con la ayuda de las habituales traiciones de la 0zquier-


da a los trabajadores en favor de sus aspiraciones parlamen-
tarias, sino esta vez con su voluntaria y total colaboración. 3o
que en los a|os  fue una traNedia que abrió la catástrofe
de la :eNunda Guerra Mundial, se reproduce hoy en un esce-
nario no menos catastróÄco por haberse implementado en la
mayor farsa de la historia moderna. :i un Nobierno del -rente
Popular lleNa a hacerse con el poder en el futuro, tendrá que
empezar como un -rente Popular formado fuera del control
de los partidos parlamentarios existentes, cuyas aspiraciones
no vayan más allá de encontrar un asiento en la nueva mesa
que están poniendo las tecnocracias internacionales del Es-
tado de BioseNuridad Global.
Cada vez resulta más difícil –me esfuerzo por encontrar
razones– no caliÄcar de “fascistas” a las fuerzas políticas, ju-
rídicas y culturales producidas por esta revolución en el ca-
pitalismo occidental, y describir de “totalitario” al Estado de
BioseNuridad Global que estas fuerzas están imponiendo en
6ccidente. Como he arNumentado en los capítulos anterio-
res, la colaboración de los Nobiernos y las oposiciones parla-
mentarias en toda Europa y 6ccidente ha demostrado a quie-
nes seNuimos interesados que la izquierda y la derecha ya no
existen como posiciones políticas en el Estado de BioseNuri-
dad Global, y cualquier oposición a su heNemonía basada en
esta división sólo sirve para atrincherarlo aún más en nuestro
sistema político. :i usted está del lado de la policía enmasca-
rada y armada que asalta y detiene a los manifestantes que
exiNen la devolución de sus derechos humanos y libertades
civiles, está del lado de los fascistas que imponen el Estado
de BioseNuridad Global. :i está del lado de la Nente que se
les opone, está del lado de la libertad. 3a elección es tan clara
como ineludible, y nos corresponde a cada uno de nosotros
tomarla por nuestra cuenta y lueNo constituirnos en un -rente

279
EL CAMINO AL FASCISM

Popular contra el fascismo. Pero, ¦qut posibilidades hay de


que tal cosa ocurra? Hay un mundo de diferencia entre lo
que hay que hacer para derribar la nueva forma de Nober-
nanza mundial por la que ahora nos reNimos y las realidades
de la resistencia tras cuarenta a|os de neoliberalismo" y los
llamamientos a una revolución que sólo existe en los sue|os
y proNramas de los revolucionarios sólo sirven para dividir a
la oposición y justiÄcar la falta de resistencia a la revolución
más decisiva y larNamente preparada de la historia moderna
contra una nueva forma de totalitarismo.

3. Una forma de gobierno novedosa

5o todos los Estados fascistas han sido totalitarios –para


(rendt, ni la Espa|a de -ranco ni la 0talia de Mussolini (a pe-
sar de las numerosas reivindicaciones de Mussolini sobre
el ttrmino) se caliÄcaron nunca como tales" y no todos los
totalitarismos han sido fascistas– siendo la <nión :ovittica
de :talin y la China de ?i 1inpinN los principales ejemplos"
sin embarNo, la evidencia del presente es que el Estado Glo-
bal de BioseNuridad pronto será ambas cosas, si no lo es
ya. Durante el primer a|o y medio de la “crisis” del coronavi-
rus, en las más de dos docenas de artículos que escribí so-
bre la implantación y expansión del Estado de bioseNuridad
británico y sobre por qut y cómo debíamos resistirnos a tl,
advertí repetidamente de que, con la eliminación de nues-
tros derechos, libertades y políticas y su sustitución por las
normativas y proNramas de bioseNuridad, corríamos el peli-
Nro de permitir la revolución del capitalismo occidental ha-
cia una sociedad totalitaria. :in embarNo, en el último a|o,
cuando he podido reÅexionar sobre adónde nos han lleva-
do los dos a|os anteriores, he revisado mi opinión. (ho-
ra me parece claro que, en el 9eino <nido y en la mayor

280
EL NUEVO TOTALITARISMO

parte de 6ccidente, si no en todo, hemos estado viviendo


en una sociedad prototalitaria durante alNún tiempo, al menos
desde el “11-:” y la colonización de las democracias neolibe-
rales por el modelo estadounidense del Estado de :eNuridad
5acional 272. 3o que los libertarios que se oponen a los man-
datos de bloqueo, identidad diNital y “vacunas” se nieNan a
ver es que el modelo del Estado de bioseNuridad Nlobal no
es sólo el sistema de crtdito social de la 9epública Popular
China, sino tambitn, y principalmente, el de Estados <nidos
de (mtrica, cuyo sector de servicios Änancieros es su prin-
cipal instiNador y Änanciador en 6ccidente.Cuando cada una
de nuestras búsquedas en 0nternet se utiliza para elaborar un
perÄl de nuestros intereses de consumo, predilecciones se-
xuales y aÄliaciones políticas" cuando el reNistro de cada una
de nuestras transacciones de consumo está a disposición del
mejor postor para usos no revelados" cuando nuestros rostros
se reNistran en la caja de cada supermercado y se vinculan a
nuestras cuentas bancarias con el espurio arNumento de pro-
hibir los robos" cuando cada fotoNrafía nuestra y de nuestros
amiNos que hemos colNado en 0nternet se utiliza para crear
una base de datos para la tecnoloNía de reconocimiento facial
que abarca a toda la población" cuando aquellos de nosotros
lo suÄcientemente insensatos como para llevar un teltfono
inteliNente tenemos que someternos al escaneado de nuestro
propio rostro para poder utilizar sus demás funciones" cuan-
do nuestra presencia en cada calle, callejón, tienda, oÄcina,
ediÄcio cívico, estación de tren, aeropuerto, recinto deporti-
vo, urbanización y cualquier otro espacio público sea Nrabada
por una cámara de vídeoviNilancia" cuando nuestra capaci-
dad para salir y entrar en el país dependa de que seamos
arreados como Nanado, interroNados como criminales y so-
metidos a escáneres de retina y ahora a frotis de (D5" cuan-
do vivimos bajo la amenaza de ser asaltados impunemente

281
EL CAMINO AL FASCISM

por una de las fuerzas policiales más Nrandes y mejor arma-


das y equipadas del mundo – me resulta difícil describir la
sociedad en la que hemos vivido durante los últimos veinte
a|os como otra cosa que no sea la preparación de nuestras
leyes, tecnoloNías y comportamientos para el Gran 9einicio,
y por tanto como pre-totalitaria. Como 3arry -inR, consejero
deleNado de BlacR9ocR, comentó con franqueza en 211!
A los mercados no les gusta la incertidumbre. A los mer-
cados les gustan los gobiernos totalitarios, en los que se sabe
lo que hay ahí fuera. Obviamente, toda esta dimensión está
cambiando ahora con la democratización de los países. Y las
democracias son muy desordenadas, como sabemos en Es-
tados Unidos. En el norte de África y en Oriente Próximo va-
mos a tener un entorno incierto durante muchos años, hasta
que tengamos una comprensión de adónde nos va a llevar
todo esto27.
Diez a|os desputs, ha conseNuido lo que quería el sec-
tor Änanciero. (hora que nuestro derecho a protestar contra
cualquier política o leNislación del Gobierno depende de la
buena voluntad de una fuerza policial cada vez más politizada
e ideolóNica" ahora que el Estado nos ha neNado no sólo los
medios Änancieros, sino incluso el derecho leNal a impuNnar
las decisiones del Gobierno y de otros orNanismos públicos
en los tribunales de justicia" ahora que los medios de comuni-
cación corporativos se han convertido en el brazo propaNan-
dístico uniÄcado del Estado encarNado de censurar cualquier
cosa que el Gobierno juzNue como “noticias falsas”, incluidas
las consecuencias de su propia leNislación" ahora que nues-
tra ciudadanía puede ser retirada a juicio de un ministro del
Gobierno sin el escrutinio de nuestros representantes electos
en el Parlamento ni el juicio del poder judicial" ahora que los
“veriÄcadores de hechos” Änanciados por las corporaciones
tachan de “teoría de la conspiración” cualquier crítica tanto a

282
EL NUEVO TOTALITARISMO

las corporaciones que los Änancian como a los Nobiernos que


Änancian" ahora que nuestras opiniones sobre cualquier cosa,
desde la política, las “vacunas” y la Nuerra hasta la transparen-
cia corporativa y las nuevas ortodoxias culturales y leNales del
^oRe, están sometidas a escrutinio y borrado por plataformas
de medios sociales que pronto estarán facultadas por la leNis-
lación para censurar cualquier cosa que el Gobierno considere
“lícita pero perjudicial”" ahora que nuestros derechos humanos
están siendo sustituidos por las obliNaciones de la ciudadanía
para con el Estado de bioseNuridad del 9eino <nido" ahora que
nuestras libertades civiles están supeditadas al cumplimiento
de las decisiones irresponsables de las orNanizaciones de No-
bernanza mundial diriNidas por corporaciones internacionales
y los tecnócratas no eleNidos de los Estados nación" ahora que
la identidad diNital portadora de nuestros datos biomttricos se
está convirtiendo en una condición de acceso a todo, desde
los viajes, la sanidad y la educación hasta el voto, la asistencia
social y el trabajo" ahora que nuestra moneda está a punto de
ser limitada, proNramada y vinculada a nuestra huella de car-
bono y nuestro “estado” mtdico" ahora que las intervenciones
mtdicas a punto de hacerse obliNatorias llevarán la tecnoloNía
para reNistrar el cumplimiento de cualquier mandato que im-
ponNa la dictadura tecnocrático–sanitaria internacional" ahora
que las opiniones y publicaciones de escritores, acadtmicos
y otros investiNadores deben cumplir las políticas oÄciales del
estado de bioseNuridad del 9eino <nido o enfrentarse a ata-
ques ad hominem por parte de la British BroadcastinN Cor-
poration (BBC)" ahora que todos los trabajadores en contacto
con el público, incluidos los profesores, están obliNados a so-
meterse a un adoctrinamiento en la ortodoxia ^oRe a travts
de proNramas como la formación en “prejuicios inconscientes”
e “iNualdad, diversidad e inclusión”" ahora que ya no se re-
quiere el consentimiento de los padres antes de que el Estado

283
EL CAMINO AL FASCISM

ponNa a disposición de sus hijos “vacunas” experimentales de


(95m, bloqueadores de la pubertad y procedimientos mtdi-
cos irreversibles" ahora que a los periodistas que informan des-
de <crania y no repiten como loros la narrativa del Gobierno
se les conNelan las cuentas bancarias y se les embarNan sus
bienes" ahora que la policía utiliza tecnoloNía de reconocimien-
to facial en directo para detener y reNistrar a los ciudadanos sin
motivo" ahora que las cámaras que nos Nraban en las cajas de
los supermercados utilizan la misma tecnoloNía para enNrosar
los bancos de datos" ahora que podemos ser detenidos por la
policía por publicar en 0nternet un comentario que, en su opi-
nión, puede causar “ansiedad” u “ofensa” a otra persona, o por
llevar una pancarta que pueda causar una “alteración del orden
público”" ahora que estamos siendo arreados hacia un siste-
ma de Crtdito :ocial por el que la obediencia a las normas de
comportamiento dictadas por el Gobierno y no meramente a la
ley se convertirá en una condición de ciudadanía en el estado
de bioseNuridad" ahora que el paradiNma biopolítico del campo
se está ampliando hacia una disposición espacial permanente
del estado de emerNencia que abarcará a toda la sociedad – se
ha vuelto imposible no describir la sociedad en la que vivimos
ahora como totalitaria.
Pero, ¦qut es el totalitarismo? 3o que he descrito aquí di-
Äere de los criterios con los que los politóloNos Carl 1oachim
-riedrich y AbiNnie^ BrzezinsRi lo deÄnieron en su libro de
19, +ictadura totalitaria y autocracia. Entre ellos ÄNuraban
los siNuientes
1. Partido político único, normalmente diriNido por un dicta-
dor, aunque no siempre"
2. 0deoloNía elaborada, a la que se supone que deben adhe-
rirse todos los miembros de la sociedad"
. :istema de terror, que utiliza la policía secreta y explota la
ciencia moderna para controlar a la población"

284
EL NUEVO TOTALITARISMO

4. Monopolio Nubernamental de todos los medios de comu-


nicación de masas"
. Monopolio Nubernamental de la propiedad y el uso de
todas las armas"
. Economía controlada centralmente mediante la coordina-
ción burocrática de las entidades corporativas274.

-ormulados a los diez a|os de la Guerra -ría, estos cri-


terios han sido utilizados por los críticos occidentales desde
entonces para denunciar a los Nobiernos socialistas autori-
tarios con el Än, como expuse en el capítulo 7, de distraer
nuestra atención de la propia connivencia de 6ccidente con
los Nobiernos capitalistas autoritarios" pero aunque muchos
de ellos (en particular los criterios 2-) no son irreconocibles
en la nueva forma de Nobernanza que emerNe del Estado de
bioseNuridad Nlobal, están desfasados como descripción de
los totalitarismos del siNlo ??0, en el que las tecnocracias Nlo-
bales y los monopolios corporativos de los mercados y los
Nobiernos esclavizados por el capitalismo Änanciero –y no
el socialismo autoritario– presentan la mayor amenaza para
nuestras libertades en 6ccidente. ¦Qut necesidad hay de un
partido político único cuando la diferencia entre partidos par-
lamentarios iNualmente comprometidos con el capitalismo de
crisis está en el personal y la retórica y no en las políticas o los
principios? ¦Qut necesidad hay de una economía controlada
centralmente cuando, como expuse en el capítulo 7, nuestra
economía está diriNida por orNanizaciones internacionales de
Nobernanza mundial? Por lo demás, ^oRe, como ya comentt
en el capítulo , es la ideoloNía emerNente y pronto dominan-
te del Estado de BioseNuridad Global" el sistema de terror
utilizado para controlar a la población, como hemos presen-
ciado y obedecido durante dos a|os y medio, es la bioseNuri-
dad" y el monopolio del uso de las armas no es exactamente

285
EL CAMINO AL FASCISM

Nubernamental sino que, como nuestra propia economía, lo


administran los Nobiernos nacionales en nombre de los tra-
Äcantes internacionales de armas. En cuanto a nuestros me-
dios de comunicación de propiedad corporativa, la heNemonía
ideolóNica que han despleNado en la creación, manipulación
y mantenimiento de la “crisis” fabricada de la salud pública
no se ha visto nunca antes en 6ccidente, ni siquiera durante
las Nuerras profesionales que libramos contra Estados sobe-
ranos. (ctualizado desde la Guerra -ría hasta la Guerra Civil
que los Nobiernos nacionales libran hoy contra sus propias
poblaciones, el Estado de BioseNuridad Global cumple cada
una de estas deÄniciones de totalitarismo. :in embarNo, las
deÄniciones requieren alNo más que una actualización si que-
remos comprender el nuevo totalitarismo.
<na deÄnición mucho mejor de la particularidad del tota-
litarismo como alNo distinto de la dictadura, la tiranía y el des-
potismo la proporciona (rendt en 3os orígenes del totalitaris-
mo, que aunque se publicó cinco a|os antes que el libro de
-riedrich y BrzezinsRi, describe con mayor precisión nuestro
presente. (unque, en su tercer volumen, (rendt identiÄcó los
ya familiares criterios de sustitución de las diferencias de clase
por las masas políticamente indiferentes, la alianza emocional
e irracional formada entre estas masas y un 3íder carismático,
el papel de la propaNanda en la formación y el mantenimiento
de esta alianza frente a la realidad, la subordinación resultante
del individuo al Estado y el papel de la policía en la imposición y
el mantenimiento de esa subordinación, en la seNunda edición
de su libro, que se publicó en 198, (rendt a|adió un nuevo
capítulo Änal titulado “0deoloNía y terror! <na forma novedosa
de Nobierno»27. En este texto, que se publicó oriNinalmente
por separado en The Review of Politics en 19, y en el que
reÅexionaba sobre su estudio más amplio, (rendt expuso lo
que había de nuevo y particular en el totalitarismo a diferencia

286
EL NUEVO TOTALITARISMO

de otras formas de Nobierno autoritario. @ como cabría espe-


rar de una teórica política con su perspicacia y valentía, las
reÅexiones de (rendt sobre la novedad del totalitarismo como
sistema de Nobierno tienen mucho más que decirnos sobre el
nuevo totalitarismo que se nos impone hoy en día. :u texto
es tan rico que resulta difícil resumirlo sin perder Nran parte
de su poder explicativo, pero intentart limitar mi comentario
a los elementos que más iluminan nuestro presente y posible
futuro. (rendt divide la novedad de esta forma de Nobierno en
cuatro aspectos esenciales!
1. 3a obediencia a la autoridad superior de una idea única
2. Gobierno por el terror
. 3a lóNica deductiva del pensamiento ideolóNico
4. Producción de aislamiento y soledad

1. Autoridad superior
(rendt no era ni socialista ni comunista, y no se inmutó
al comparar el totalitarismo del Tercer 9eich bajo Hitler con la
<nión :ovittica bajo :talin, por lo que fue muy criticada por
la izquierda. :in embarNo, lejos de ejercer el poder en interts
de un solo hombre, como ocurría bajo una dictadura como la
de Mussolini, -ranco o Pinochet, los reNímenes totalitarios,
a pesar de estar Nobernados por un 3íder, postulan una for-
ma superior de autoridad. -ormuladas con independencia de
las convenciones previamente mantenidas sobre el bien y el
mal, es de esta autoridad, y no del 3íder, de donde las leyes
hechas por el hombre derivan su leNitimidad última. Para el
nacionalsocialismo, esta autoridad superior eran las leyes de
la 5aturaleza, en virtud de las cuales se mataba a los naci-
dos con alNún tipo de discapacidad o a los que se desiNna-
ba como miembros de una “raza” deNenerada" mientras que,
para el comunismo sovittico, eran las leyes de la Historia y
las clases que se interponían en el camino de la “dictadura

287
EL CAMINO AL FASCISM

del proletariado”. 3eNalmente, esto dio luNar a un estado den-


tro del estado por el que las leyes hechas por el ejecutivo,
ratiÄcadas por el leNislativo y administradas por los tribunales
para justiÄcar los crímenes del estado totalitario eran cons-
tantemente quebrantadas y convertidas en redundantes por
las declaraciones y acciones de sus 3íderes 27. En la (lemania
nazi, las palabras de Hitler tuvieron ranNo de ley en el momen-
to en que las pronunció" mientras que en la <nión :ovittica,
la constitución adoptada en 19, que Narantizaba diversos
derechos, libertades y procesos democráticos, fue casi inme-
diatamente hecha redundante por las purNas del partido, el
ejtrcito y las minorías ttnicas llevadas a cabo por :talin en los
dos a|os siNuientes. En ambos reNímenes, sin embarNo, el 3í-
der era la encarnación de esta autoridad superior, cuyas leyes
era función de la población hacer realidad, si era necesario
con su muerte. En el Tercer 9eich, por tanto, fueron las leyes
de la 5aturaleza y no las del hombre las que justiÄcaron el ex-
terminio de judíos, polacos, eslavos, Nitanos, homosexuales
y otros elementos sociales “indeseables”" mientras que en la
<nión :ovittica fueron las leyes de la Historia las que justiÄ-
caron las hambrunas forzadas, las purNas y el NulaN.
Para estas dos abstracciones, que ocuparon el luNar de la
reliNión en estos reNímenes oÄcialmente ateos, era previsible
que las leyes de una Ciencia iNualmente abstracta, que hoy
ha alcanzado el mismo estatus reliNioso en todo 6ccidente,
justiÄcaran el totalitarismo del Estado de BioseNuridad Glo-
bal. Como expuse en el capítulo  sobre la estructura psico-
lóNica del fascismo, los Äeles a la C6=0D son tan obedientes
a esta Ciencia apoteósica como los comunistas y los nacio-
nalsocialistas lo fueron, respectivamente, a la Historia y a la
5aturaleza. @ como en el Tercer 9eich, esta obediencia se
extiende mucho más allá de la letra de la ley. De hecho, tan
rápidamente y sin justiÄcación ni escrutinio se convirtieron en

288
EL NUEVO TOTALITARISMO

ley los 82 0nstrumentos Estatutarios justiÄcados por el coro-


navirus a un ritmo de  por semana en el 9eino <nido que ni
siquiera los juristas fueron capaces de decir en un momento
dado qut estaba proscrito por los miles de reNlamentos por
los que un ciudadano británico podía ser multado o arrestado.
-ue, por tanto, como aÄrmt al principio de este capítulo, a la
ideoloNía de la bioseNuridad, un ttrmino nuevo y jurídicamen-
te indeÄnido en 6ccidente, a la que los individuos atribuyeron
la fuente, el principio y el espíritu de las leyes hechas por el
hombre que pocos habían leído y menos aún comprendido.
De hecho, las fuerzas policiales encarNadas de hacer cumplir
esta leNislación cotidiana declararon abiertamente que no lo
hacían basándose en el contenido de las leyes por las que
se les paNa, que seNún se quejaban eran demasiado nume-
rosas y cambiantes como para seNuirlas con exactitud, sino
en lo que ellos decidían que era su espíritu, e independien-
temente de la ley277. En respuesta a las críticas formuladas
por 1onathan :umption, ex juez del Tribunal :upremo, de que
la policía estaba actuando más allá de sus competencias le-
Nales al aplicar restricciones de cierre a nuestra libertad de
movimiento, el jefe de la policía del Gran Manchester repli-
có que, durante una crisis, la policía es libre de hacer lo que
crea conveniente278. :umption describió esto con precisión
como la deÄnición de un estado policial. 279 En efecto, las de-
claraciones realizadas en las ruedas de prensa del Gobierno
que celebraba cada día un ministro Åanqueado por cientíÄcos
del :(GE y que se televisaban a la nación antes incluso de
que su contenido se presentara al Parlamento tenían fuerza
de ley. Pero la autoridad superior incuestionable en la que se
basaba esta leNislación elaborada por los ministros del Go-
bierno en los que pocos conÄaban pero todos obedecían era
la Ciencia, que lo justiÄcaba todo, incluidas y sobre todo las
justiÄcaciones más acientíÄcas del estado de bioseNuridad.

289
EL CAMINO AL FASCISM

(sí, inequívocamente, es como funciona la ley dentro de un


rtNimen totalitario.

2. El gobierno del terror


3o que la obediencia a esta autoridad superior siNniÄca en
la práctica es el Nobierno por el terror, que está dise|ado para
trasladar a la realidad las leyes de la 5aturaleza, de la Historia
y ahora de la Ciencia. Como expuse en el capítulo 8 sobre la
función del campo como nuevo paradiNma de Nobierno, el
propósito del terror no es ni suprimir la oposición al Nobierno
ni castiNar a quienes desobedecen sus leyes, sino convertir a
los seres humanos en superÅuos para el Nobierno del Estado
en el que la autoridad superior encuentra su realización en el
mundo. El terror sólo se convierte en total cuando Nobierna
independientemente de toda oposición, sin que lo impidan las
acciones humanas. (nte su tribunal y bajo su juicio, la culpa-
bilidad y la inocencia se convierten en aleNatos sin sentido.
5i los diriNentes ni los administradores del terror son culpa-
bles, ya que ambos ejecutan una sentencia de acuerdo con
un tribunal superior. De hecho, ni siquiera aquellos sobre los
que se ejecuta la sentencia son culpables, ya que su conde-
na depende no de su albedrío, que un rtNimen propiamente
totalitario ha erradicado, sino de su disposición dentro de las
leyes de la 5aturaleza, de la Historia o de la Ciencia. Como
ejecución de esta ley, por tanto, el terror tiene como meta no
el bienestar del individuo, al que erradica en aras de la espe-
cie, sino la fabricación de un nuevo tipo de humano.
¦Cuántas veces hemos oído a quienes se ven obliNados
a reconocer el creciente número de lesiones incapacitantes y
permanentes y de muertes causadas por las “vacunas” expe-
rimentales C6=0D-19 desestimar las cifras y la documenta-
ción de víctimas incapaces de mantenerse en pie o caminar,
temblorosas sin control, miembros amputados a causa de

290
EL NUEVO TOTALITARISMO

coáNulos sanNuíneos, atletas anteriormente sanos colapsa-


dos por un ataque al corazón o ni|os que mueren mientras
duermen, con el arNumento de que su sufrimiento merece la
pena por la protección que esta biotecnoloNía experimental
ha dado supuestamente a millones de personas –la última
cifra conjurada por el 0mperial ColleNe de 3ondres es de 2
millones de vidas salvadas en todo el mundo? 28 ( juicio de
esta autoridad superior, los 1, millones de lesiones y más
de 2.2 muertes notiÄcadas a la (Nencia 9eNuladora de
Medicamentos y Productos :anitarios del 9eino <nido, los
1, millones de lesiones y casi . muertes notiÄcadas
al :istema de 5otiÄcación de Efectos (dversos de las =a-
cunas (=(E9:) de EE.<<., 4 millones de lesiones y 4.
muertes notiÄcadas a la Eudra=iNilance de la <E, o bien se
nieNan rotundamente como meras coincidencias (“correla-
ción sin causalidad” es el mantra de los Äeles a C6=0D) o bien
se descartan como da|os colaterales de una causa mayor,
que es la bioseNuridad281. Por lo tanto, seNún esta sentencia,
ni los cientíÄcos que desarrollaron, ni las empresas que pro-
dujeron, ni los mtdicos que autorizaron y los políticos que or-
denaron estas “vacunas” experimentales, ni los profesionales
mtdicos que las administraron son responsables de sus ya
catastróÄcas y aún desconocidas consecuencias. 5i siquiera
las decenas de miles de personas que han muerto sólo en
6ccidente y los millones desconocidos de heridos tienen la
culpa. -ueron, son y serán para siempre los que cayeron al
servicio de la Ciencia. (rendt captó parte de la fría indiferen-
cia y del apasionado fanatismo de los Äeles a C6=0D cuando
escribió! “Desde el punto de vista totalitario, el hecho de que
los hombres nazcan y mueran sólo puede considerarse una
molesta interferencia con fuerzas superiores”.
Por el contrario, es para aquellos de nosotros que no cum-
plimos con estas fuerzas superiores –los llamados ºantivacunas

291
EL CAMINO AL FASCISM

anticiencia»– para quienes se han hecho las leyes del hombre,


y cuantos más mueran por el juicio de la Ciencia, más duras
serán las leyes que haNan nuestros Nobiernos. :in embarNo, no
es para nosotros –los incrtdulos en su doNma– para quienes
se ha hecho el rtNimen totalitario, sino para los propios C6-
=0D-Äeles. :i, efectivamente, hay un propósito, y no mero opor-
tunismo y neNliNencia criminal a una escala Nlobal e histórica
que merece el caliÄcativo de “sin precedentes”, no podemos
decir aún cuál es el propósito de lo que numerosos informes
temen que sea el da|o permanente a los sistemas inmunitarios
e incluso la alteración de la reparación del (D5 en los miles de
millones de personas a las que, voluntariamente o bajo ame-
nazas a su subsistencia, se les ha inyectado esta biotecnolo-
Nía experimental282. Pero podemos aÄrmar que, al iNual que los
totalitarismos del siNlo ??, el Estado de bioseNuridad Nlobal
pretende modelar una nueva humanidad en el siNlo ??0, si no
desde el punto de vista mtdico, sí psicolóNico, social, cultural,
jurídico y político, cuyas instituciones funcionan ahora al servi-
cio de la autoridad superior de la Ciencia seNún la ideoloNía de
la bioseNuridad. 5o faltaron transhumanistas promocionando
su último producto en la reunión anual de este a|o del -oro
Económico Mundial, pero el luNar de honor debería correspon-
der a su fundador y presidente ejecutivo, 2laus :ch^ab, quien
en el Consejo de ChicaNo sobre (suntos Globales celebrado
en mayo de 219, un a|o antes de que se declarara la “pan-
demia”, anunció que! “(l Änal, a lo que conducirá la Cuarta
9evolución 0ndustrial es a una fusión de nuestras identidades
física, diNital y biolóNica”28.

3. Pensamiento ideológico
Cómo se constituye esta autoridad superior como una 5a-
turaleza que justiÄca el Nenocidio, o una Historia que justiÄca
el trabajo esclavo, o una Ciencia que justiÄca el encierro es,

292
EL NUEVO TOTALITARISMO

por supuesto, obra de la ideoloNía. Para (rendt, la ideoloNía


no es simplemente la superestructura política, jurídica y cul-
tural de una sociedad determinada, como ocurre en la teoría
marxista, sino la tercera característica deÄnitoria del Nobierno
totalitario, y la que resuelve un problema derivado de la domi-
nación total de una población. Del mismo modo que las leyes
de un Nobierno constitucional tienen una función puramente
neNativa, poniendo límites a las acciones en luNar de inspirar-
las y Nuiarlas, el terror no basta para determinar el comporta-
miento de quienes viven en un Estado totalitario. Pero como
el objetivo del totalitarismo es eliminar nuestra capacidad de
acción al iNual que nuestra capacidad de juicio, sustituye, por
un principio de acción, nuestra preparación para desempe-
|ar el papel de verduNo o víctima del juicio de la 5aturaleza,
la Historia o la Ciencia. Esta preparación es la función de la
ideoloNía. 3o que la 5aturaleza fue para el nacionalsocialismo
y la Historia para el comunismo sovittico, la Ciencia lo es para
el Estado mundial de bioseNuridad. 3a primera es la autoridad
superior de una idea única sobre la que se justiÄca el dominio
del terror, la seNunda es la ideoloNía a travts de la cual se
aplica ese dominio.
<na característica de las ideoloNías dentro de un Estado to-
talitario es que pretenden explicarlo todo por deducción a partir
de una idea única. En este sentido, las reliNiones orNanizadas
fueron los prototipos de las ideoloNías totalitarias, y Dios la idea
a la que aspira toda autoridad superior. Pero hoy en día, cuando
la Ciencia ha sustituido a Dios como máxima autoridad de las
sociedades seculares occidentales, las ideoloNías siempre pre-
tenden ser cientíÄcas en sus mttodos, ya formulen un discurso
de raza o de clase o –como en nuestra tpoca– de enfermedad.
Que la ciencia sea la reliNión del Estado de bioseNuridad Nlobal
no es más que la apoteosis del carácter incuestionable de la
idea única de la que todas las ideoloNías totalitarias derivan su

293
EL CAMINO AL FASCISM

autoridad, y que les permite explicar no sólo el presente sino


tambitn el pasado y el futuro. 6r^ell lo expresó en 1984 con el
esloNan inventado del Partido! “Quien controla el pasado con-
trola el futuro. Quien controla el presente controla el pasado”284.
3a ideoloNía es la lóNica de la idea a medida que se desplieNa
en la historia" y en ese desplieNue la idea se transforma en una
primera premisa de la que todo –y de hecho cualquier cosa–
puede deducirse. Este desplieNue es el proceso de deducción
lóNica que el totalitarismo sustituye a nuestra capacidad hu-
mana de pensar. Todas las ideoloNías tienen este carácter en
mayor o menor medida –el capitalismo, por ejemplo, deduce
toda la historia de la humanidad de la supuesta competitividad
inherente al hombre y de su deseo de supremacía sobre los
demás–, pero sólo en los reNímenes totalitarios se revela plena-
mente la función de la deducción lóNica sin pensamiento. “3a
Nuerra es la paz  3a libertad es la esclavitud  3a iNnorancia es
la fuerza”28. 3as líneas inscritas en el Ministerio de la =erdad de
6r^ell no son las mentiras de un Estado de partido único libre
de contradecirse en sus propios eslóNanes" son las deduccio-
nes lóNicas del pensamiento ideolóNico en un sistema totalitario
que ha vuelto hoy con eslóNanes iNual de irreÅexivos en la per-
fección de su lóNica. 3a obediencia es libertad  3a censura es
verdad  Pensar es un crimen.
:eNún (rendt, hay tres elementos propios de todo pen-
samiento ideolóNico que son especíÄcamente totalitarios. En
primer luNar, en su pretensión de explicación total, las ideolo-
Nías siempre están orientadas hacia la historia. 0ncluso cuan-
do parten de la premisa de la 5aturaleza, como hizo la ideo-
loNía del nacionalsocialismo, la lucha entre razas rivales sirvió
para explicar el movimiento de la historia, que redujo así a una
expresión de la 5aturaleza.
En seNundo luNar, el pensamiento ideolóNico es indepen-
diente de toda experiencia, de la que nunca puede ni debe

294
EL NUEVO TOTALITARISMO

aprender, deducida como está de la autoridad superior de la


idea oculta tras la realidad perceptible, que sólo la ideoloNía
permite percibir a sus adeptos. Hoy en día, la evidencia de
nuestros propios cuerpos es neNada por la autoridad superior
de la Ciencia, que mediante el uso fraudulento de la prue-
ba 9T-PC9 ha fabricado la =erdad de la “transmisión asinto-
mática”, lo que ha convertido de hecho al C6=0D-19 en una
enfermedad sin síntomas28. @ como estamos viendo con la
colonización casi total no sólo de nuestras prácticas laborales
sino tambitn de nuestras prácticas de ocio y pedaNóNicas
por las ortodoxias del ^oRe, el adoctrinamiento ideolóNico es
el principal propósito de las instituciones dentro de un rtNi-
men totalitario. Como expuse en el capítulo , la propaNanda
de los movimientos totalitarios trabaja para disociar el pen-
samiento de la experiencia y la realidad, a las que sustituye
por un siNniÄcado oculto que sólo se revela a los adoctrina-
dos. @ al iNual que ^oRe, cuyos ideóloNos ven y denuncian
un “ismo” en todos los que no comulNan con su ideoloNía, en
cuanto un movimiento totalitario lleNa al poder cambia la rea-
lidad para adaptarla a sus pretensiones ideolóNicas. Quizá el
ejemplo más elocuente de este pensamiento ideolóNico sea
la declaración, que todos los políticos, líderes cívicos y ÄNu-
ras públicas deben repetir ahora si quieren ocupar un carNo o
conservar su puesto, de que un varón biolóNico es en todos
los aspectos una mujer si se declara mujer.
@ en tercer luNar, puesto que el pensamiento ideolóNico
no tiene el poder de transformar la realidad –de convertir a un
hombre en una mujer, una prueba positiva en una enferme-
dad, un país cerrado en un espacio libre de enfermedades,
una mascarilla facial en una barrera contra la transmisión viral
o la terapia Ntnica en una vacuna– sus defensores y partida-
rios deben loNrar la emancipación del pensamiento de la reali-
dad mediante mttodos de demostración deductiva. Para ello,

295
EL CAMINO AL FASCISM

la arNumentación ideolóNica deduce a partir de su primera


premisa libre de la interferencia de la experiencia, las pruebas
o la realidad. (sí, las abrumadoras pruebas de la ineÄcacia y
los da|os de las mascarillas, el bloqueo y las “vacunas” ex-
perimentales no han hecho nada para detener las demandas
de los Äeles a la C6=0D de que se vuelvan a imponer este
invierno 287. (l contrario, cuanto mayores son las pruebas de
sus peliNros, más alto claman los ideóloNos de la bioseNu-
ridad por su imposición como parte de su intento de trans-
formar la realidad de acuerdo con su ideoloNía, de convertir
a un hombre en una mujer simplemente porque –de hecho,
precisamente porque– ellos lo han dicho. :i la repentina he-
Nemonía de la transideoloNía sobre nuestra política, nuestras
leyes y nuestra cultura tiene una explicación, está en el poder
del nuevo totalitarismo para transformar la ideoloNía desper-
tada en un arma con la que cada ciudadano del Estado de
bioseNuridad Nlobal puede hacer que tl, ella, ellos, em, xem,
per, ver, hir, aer o faer self se alineen con la reNla del terror288.
3o que distinNue a las ideoloNías del totalitarismo de las
anteriores ideoloNías de los reNímenes dictatoriales, tiránicos
o despóticos es que la “idea” de la ideoloNía no es su aspecto
más importante. El aspecto más importante es el proceso ló-
Nico que se deduce de la idea. De hecho, en el proceso de su
realización, la base oriNinal sobre la que la ideoloNía individual
hizo su llamamiento a las masas –ya fuera salvar a la nación
alemana de una conspiración judía, emancipar a los trabaja-
dores rusos de la autocracia zarista o salvar al mundo entero
de una pandemia vírica mortal– es devorada por ese proceso.
Del mismo modo que (lemania bajo Hitler fue reducida a rui-
nas y los trabajadores sovitticos tenían menos libertades bajo
:talin que bajo los zares, el bloqueo Nlobal ha matado a más
Nente y ha causado mucho más da|o del que C6=0D-19 po-
dría haber causado jamás fuera de las fantásticas predicciones

296
EL NUEVO TOTALITARISMO

de sus ideóloNos. Pero está en la naturaleza de la política


ideolóNica, arNumenta (rendt, que el contenido oriNinal de la
ideoloNía que realiza la idea en el mundo sea devorado por la
lóNica con la que se lleva a cabo la idea.
(l preparar a la población para ser verduNos o víctimas de
la idea –y a veces para ser ambas cosas sucesivamente–, el
principio de acción de una ideoloNía totalitaria no es la ideo-
loNía en sí –ya sea el racismo o el materialismo dialtctico o
la bioseNuridad–, sino su lóNica inherente. :eNún esta lóNica
deductiva, que no exiNe de sus adeptos más que que sus-
pendan su capacidad de pensar, si ( es cierto entonces B
tambitn debe serlo (en notación lóNica! (ĺB)" y si B es cierto
entonces tambitn lo es C" y si lo es C entonces tambitn lo es
D, y así todo el abecedario hasta lleNar a la conclusión que se
desee para la dominación total. 5o tenemos que Äjarnos en
los absurdos juicios de exhibición de Moscú de los a|os  o
en la conspiración judía de los banqueros bolcheviques con la
que se aterrorizó al público alemán para encontrar ejemplos
de la fuerza coercitiva de tal deducción lóNica y a dónde pue-
de conducir. Es por lo que (rendt llama “la tiranía de la lóNica”
por lo que hemos renunciado a nuestra libertad interior de
pensar al iNual que hemos renunciado a nuestra libertad de
movimiento. @ para contrarrestar la posibilidad de que cual-
quiera piense, que es lo contrario del proceso obliNatorio de
deducción, la fuerza autocoercitiva de la lóNica se incrementa
a medida que se estrecha el cerco del totalitarismo.
Hoy en día, tras haber convencido a las poblaciones de
6ccidente para que cumplan con un proNrama experimental
de inyección masiva para una enfermedad que no represen-
ta más amenaza para nuestra salud e infraestructura mtdica
que la Nripe estacional, se ha culpado del repentino aumento
de los infartos de miocardio en los jóvenes y sanos a todo tipo
de factores, desde las tormentas solares, la jardinería, dormir

297
EL CAMINO AL FASCISM

demasiadas siestas, el clima cálido y una dieta inadecuada,


al clima frío, a saltarse el desayuno, a beber menos alcohol
del que recomienda el 5H:, al consumo de cannabis en los
jóvenes, al estrts de ver el fútbol, a los Nases de los coches
provocados por frenazos bruscos, a los hábitos de ducha, a
dormir en la posición incorrecta, al aumento de las facturas
de la luz, a la depresión, a una “enfermedad furtiva” sin nom-
bre y, por supuesto, al C6=0D-19289. @ por la misma lóNica de-
ductiva, la “crisis” climática es ahora la causa de todo, desde
un verano más caluroso que la media en el 9eino <nido hasta
los incendios domtsticos y el aumento del coste de la vida.
(l mismo tiempo, el creciente número de informes cientíÄ-
cos sobre las conexiones causales entre las inyecciones de
(95m y la miocarditis y la pericarditis en los jóvenes y sanos,
y la conexión inevitable pero aún neNada entre los billones
de dólares de dinero impresos desde septiembre de 219 y
nuestra espiral inÅacionista, son descartados como teorías de
la conspiración por los ideolóNicamente adoctrinados29.
3a heNemonía del pensamiento ideolóNico tiene el efec-
to no sólo de ocultar las acciones y absolver de responsa-
bilidad a los aNentes reales de la “crisis” observada –los in-
dividuos, las empresas y los Nobiernos responsables de la
contaminación, la inÅación, el aumento del coste de la vida y
el exceso de muertes– sino tambitn de hacer a cada ciuda-
dano personalmente responsable de salvar el planeta, redu-
cir la inÅación, ahorrar enerNía y combatir el virus mediante
sus acciones individuales. Esto, inevitablemente, conlleva el
“sacriÄcio” personal y voluntario no sólo de nuestro nivel de
vida, sino tambitn de nuestras libertades individuales! no sólo
nuestra libertad de movimiento, reunión, asociación, privaci-
dad y expresión, sino tambitn, y principalmente, el sacriÄcio
de nuestra libertad de pensamiento291. De hecho, esta fuerza
autocoercitiva de la deducción es el complemento necesario

298
EL NUEVO TOTALITARISMO

de la compulsión del terror total, cuyo txito puede medirse


por el Nrado en que las personas han perdido el contacto no
sólo entre sí, sino tambitn con la realidad del mundo que les
rodea. (rendt escribe!
El sujeto ideal del régimen totalitario no es el nazi conven-
cido ni el comunista convencido, sino la gente para la que ya
no existe la distinción entre realidad y Äcción (es decir, la rea-
lidad de la experiencia) ni la distinción entre verdadero y falso
(es decir, las normas del pensamiento) 292.
Como he arNumentado en la sección anterior sobre el co-
lapso moral en 6ccidente durante los dos a|os de la “pande-
mia” declarada políticamente, el Estado de bioseNuridad Nlo-
bal ha conseNuido producir precisamente un sujeto así como
su ciudadano ideal, cuyas deducciones ideolóNicas a partir
de una primera premisa no se limitan a las normativas y los
proNramas de bioseNuridad. En una reciente protesta de Doc-
tors for Extinction 9ebellion, celebrada el 17 de julio dos días
desputs de que la (Nencia de :eNuridad :anitaria del 9eino
<nido hubiera declarado una “emerNencia por calor”, los pro-
fesionales mtdicos rompieron las ventanas de la oÄcina de 1P
MorNan Chase, el banco internacional de servicios Änancieros
e inversión en el Canary >harf de 3ondres 29. :u justiÄcación
declarada para hacerlo seNuía la siNuiente cadena de deduc-
ciones, que comenzaba con la premisa ya familiar de que
1. El calentamiento Nlobal está aumentando debido al cam-
bio climático provocado por el hombre"
2. 3a causa principal del cambio climático son los combus-
tibles fósiles"
. 1P MorNan es el mayor Änanciador mundial de combus-
tibles fósiles"
4. 3os dos días en los que se pronosticaron temperaturas
de 4 Nrados centíNrados en el 9eino <nido son la prueba
de esta crisis climática"

299
EL CAMINO AL FASCISM

. 3a crisis climática es una crisis sanitaria que amenaza la


vida en la Tierra"
. 3os profesionales mtdicos Ärman un códiNo de conducta
que incluye la obliNación de! “(ctuar sin demora si creen
que existe un riesNo para la seNuridad del paciente o la
protección del público”"
7. 3os pacientes a su cuidado, incluidos los que sufren de-
mencia y estrts mental, morirán como consecuencia de
esta “ola de calor” de dos días"
8. Por lo tanto, es obliNación de los profesionales mtdicos
hacer todo lo posible para atajar las causas de esta “crisis
sanitaria”.

3a cuestión de si la Tierra se está calentando debido a


la acción humana o a un ciclo natural de cambio climático
queda fuera de los parámetros de este libro" aunque ya he es-
crito antes sobre la atribución del cambio climático a la ÄNura
abstracta del “hombre” y no al capitalismo294. @ uno podría
preNuntarse por qut los profesionales mtdicos que obedien-
te, repetidamente y sin cuestionar ni protestar siNuen inyec-
tando “vacunas” experimentales a millones de ciudadanos
del 9eino <nido mientras iNnoran las abrumadoras pruebas
de su amenaza y da|o para la salud y la vida están ahora tan
preocupados por su códiNo de conducta cuando han iNno-
rado su juramento hipocrático de “primero no hacer da|o”
con consecuencias mucho más inmediatas y devastadoras
que sus predicciones sobre los efectos de dos días de calor.
Tambitn cabe preNuntarse por su disposición, tras dos a|os
de restricciones de cierre, a utilizar tan fácilmente el ya fa-
miliar lenNuaje de “salud” y “emerNencia” para publicitar su
protesta, y preNuntarse de quitn es el objetivo que persiNuen
con su protesta. Tampoco parecen interesados en llamar la
atención sobre la inversión de 1P MorNan y otras instituciones

300
EL NUEVO TOTALITARISMO

Änancieras internacionales en los proNramas de desarrollo de


la (Nenda 2, a los que casi todos los Nobiernos de los
Estados miembros de las 5aciones <nidas se han adherido
sin consultar a sus parlamentos o poblaciones" o sobre la in-
Åuencia que dichas instituciones tienen en las orNanizaciones
de Nobernanza mundial que forman, y que dictan cada vez
más las políticas de nuestros Nobiernos nacionales eleNidos
democráticamente 29. ¦@ por qut deberían hacerlo, cuando
son precisamente estos proNramas los que la Rebelión contra
la Extinción se ha formado para promover? De hecho, la faci-
lidad con la que los manifestantes que protestan en terrenos
de propiedad privada sometidos a alNunas de las viNilancias
más amplias y las leyes más estrictas del mundo acceden
sin trabas a la propiedad de alNunas de las corporaciones
más poderosas y proteNidas del mundo plantea la cuestión
de cómo y por qut Extinction 9ebellion es capaz de burlar
no sólo los dispositivos de seNuridad privada de estas em-
presas, sino tambitn las atenciones del :ervicio de Policía
Metropolitana, Transport for 3ondon y los propios servicios de
seNuridad del 9eino <nido. Como alNuien familiarizado con
la viNilancia, la atención y las acciones que la policía presta
a las protestas en esta ciudad, mi única explicación es que,
dado que Extinction 9ebellion está fomentando la aNenda del
capitalismo de crisis, las tecnocracias Nlobales que impulsan
esta aNenda han dicho al alcalde de 3ondres, al :ervicio de
Policía Metropolitana y a todas las demás instituciones del or-
den cívico del 9eino <nido y de otras naciones occidentales
que se echen atrás29. 3os Nobiernos totalitarios siempre han
sido expertos en movilizar a las masas en el espectáculo de
“El Pueblo”, ya sea en marchas orNanizadas o en protestas
espontáneas, con el Än de fomentar su control sobre los in-
dividuos aislados y solitarios que, mediante su participación
voluntaria, imaNinan y son alentados a creer que constituyen

301
EL CAMINO AL FASCISM

precisamente ese cuerpo político, esa fuerza de cambio hacia


una única Nran “idea”.
:in embarNo, mi propósito al citar aquí los arNumentos de
estas protestas de Extinction 9ebellion no es tanto cuestionar
el contenido fáctico de sus aÄrmaciones como mostrar cómo
funciona la ideoloNía para crear, a partir de una primera pre-
misa derivada de una idea ampliamente aceptada, una cade-
na inquebrantable de deducciones lóNicas que no requieren
ninNún pensamiento por parte de quienes las repiten y siNuen
hasta su conclusión aparentemente lóNica e inevitable, y que
exiNen y justiÄcan acciones extremas. <na cadena similar de
deducciones partió de una primera premisa iNualmente no
examinada pero ampliamente aceptada!
1. (lemania está en decadencia debido a las inÅuencias ex-
tranjeras sobre el pueblo ario"
2. 3a causa principal de la decadencia nacional es el siste-
ma bancario internacional"
. 3os judíos son los banqueros más poderosos de (lema-
nia"
4. 3a hiperinÅación de los a|os 2 y la Gran Depresión de
los a|os  son pruebas de la decadencia nacional"
. 3a crisis Änanciera es una crisis política que amenaza a
toda (lemania"
. 3os políticos juran lealtad a la nación alemana y deben
actuar sin demora si creen que existe una amenaza para
la seNuridad del Estado y del pueblo"
7. 3as personas bajo su Nobierno, incluidos los alemanes de
sanNre aria que viven en la pobreza, morirán como conse-
cuencia de la crisis Änanciera"
8. Por lo tanto, es obliNación de los políticos hacer todo lo
posible para detener las causas de esta crisis Änanciera.

302
EL NUEVO TOTALITARISMO

Hubo otras cadenas de deducción totalmente incompa-


tibles, como la inÅuencia del bolchevismo ruso, que la ideo-
loNía del nacionalsocialismo extrajo de la decadencia de
(lemania, del mismo modo que se está utilizando la crisis
medioambiental para favorecer el auNe de proNramas totalita-
rios justiÄcados por la crisis del coronavirus. Pero todos sabe-
mos adónde llevó este pensamiento ideolóNico a los políticos
alemanes que querían salvar al pueblo alemán de la conspi-
ración judía de los banqueros bolcheviques. Por supuesto,
debería quedar claro por los capítulos anteriores que no es-
toy defendiendo en modo alNuno las acciones de 1P MorNan
Chase y de las demás instituciones responsables de la crisis
Änanciera de septiembre de 219 que requirió el bloqueo del
mundo occidental en marzo de 22, ambas causas princi-
pales de la inÅación actual. @ hay un mundo de diferencia
entre las ventanas de los neNocios y sinaNoNas de propiedad
judía destrozadas en todo el Tercer 9eich en la 2ristallnacht
de noviembre de 198 y las ventanas de los bancos interna-
cionales que ofrecen sus servicios de inversión y blanqueo en
la capital Änanciera del mundo bajo la promesa del Gobier-
no británico de que serán rescatados por el público británico
cuando sus especulaciones se fundan en el aire. Pero existe
un paralelismo entre la lóNica deductiva a partir de una pri-
mera premisa que lleva a un mtdico de Extintion 9ebellion a
destrozar los cristales de un banco y a un soldado de asalto
nacionalsocialista a destrozar los cristales de un neNocio pro-
piedad de judíos.
3a colaboración de la profesión mtdica en la “crisis” sa-
nitaria fabricada ha demostrado que, tras sus mascarillas y
batas de colores, los mtdicos y enfermeras son ttcnicos cua-
liÄcados y nada más, y que, con muy pocas y honrosas ex-
cepciones, carecen del tiempo, la educación, la disposición o
la capacidad intelectual para emitir juicios sobre la eÄcacia, la

303
EL CAMINO AL FASCISM

necesidad o las consecuencias de las restricciones y los pro-


Nramas que han sentado las bases del Estado de BioseNuri-
dad Global. 3a absurda elevación de la profesión a ojos del
público en Neneral a árbitros Änales de nuestra política, leyes,
derechos y libertades se les ha subido indudablemente a la
cabeza a muchos de sus miembros, sin olvidar a los acólitos
de ojos llorosos sentados mano a mano frente a 1P MorNan,
y Extintion 9ebellion se ha apresurado a utilizar este esta-
tus de nuevo cu|o al servicio de su propia aNenda para pro-
mover el capitalismo de crisis que comentt en el capítulo 4.
En este sentido, aunque la ideoloNía de la crisis medioam-
biental precedió a la de la bioseNuridad, esta última replicó las
deducciones lóNicas de la primera para lleNar a conclusiones
con consecuencias aún mayores para la política, las leyes y
las culturas de las democracias neoliberales de 6ccidente.
5adie desconocerá esta cadena de deducciones, cada una
de las cuales ha demostrado ser o bien falsa desde el punto
de vista de los hechos o bien inconsecuente desde el punto
de vista lóNico, nada de lo cual, por supuesto, ha hecho nada
por alterar el arNumento aparentemente irrefutable que for-
man en las mentes de los adoctrinados!
1. El coronavirus es un nuevo patóNeno que constituye una
amenaza sin precedentes que, si no se detiene, matará
a 4 millones de personas en todo el mundo sólo en el
primer a|o" 297
2. El virus se transmite de persona a persona a travts de
superÄcies, aerosoles y Notitas"
. 3a transmisión asintomática es el principal motor de la
infección, por lo que todo el mundo es una amenaza po-
tencial para la vida de los demás"
4. 3as enormes cifras de infecciones y muertes reNistradas
con una prueba PC9 positiva son la prueba de la virulen-
cia y la tasa de letalidad del virus"

304
EL NUEVO TOTALITARISMO

. 3a crisis de salud pública es una pandemia que amenaza


al mundo"
. 3os ciudadanos tienen la obliNación de sacriÄcar sus li-
bertades y derechos por un bien mayor hasta que la crisis
sanitaria haya terminado"
7. 3a Nente morirá si no obedecemos todos las normas y pro-
Nramas de bioseNuridad, incluidos el distanciamiento social,
el enmascaramiento obliNatorio, el rastreo de contactos, las
pruebas con hisopos y las restricciones de encierro"
8. :ólo la vacunación masiva de toda la población del pla-
neta permitirá a los Nobiernos eliminar estas restricciones
y volver mejor a la nueva normalidad.

(l iNual que esta cadena de deducciones sin pensar nos


condujo, en sólo dos a|os, al Estado de BioseNuridad Global,
la crisis medioambiental, cuya lóNica deductiva, hasta ahora,
ha sido adoptada casi universalmente por los Nobiernos, las
instituciones cívicas y las corporaciones privadas de 6cci-
dente, continuará mucho más allá de sus conclusiones ac-
tuales. 0ncluso mientras escribo, el calentamiento Nlobal está
siendo utilizado para formar una cadena de deducciones que,
en su fomento de la dominación totalitaria, son paralelas a las
del Estado de BioseNuridad Global cuando hizo de la inyec-
ción con terapia Nenttica experimental una condición de ciu-
dadanía. En los Países Bajos, que es el seNundo exportador
mundial de productos aNrícolas desputs de Estados <nidos,
se está obliNando a los Nanaderos a sacriÄcar un tercio de su
Nanado para cumplir los compromisos de “carbono cero” de
su Gobierno298. @ como el Gobierno se nieNa a intervenir en
la escalada de los precios de la enerNía en el 9eino <nido,
se ha pronosticado que dos tercios de los ciudadanos britá-
nicos, 4 millones de personas, se verán abocados a la po-
breza enerNttica en 22299. Mientras tanto, la presidenta de

305
EL CAMINO AL FASCISM

la Comisión Europea ha propuesto un objetivo obliNatorio de


reducción del uso de la electricidad durante las horas punta
para, como ella misma ha expresado con una justiÄcación ya
conocida, “aplanar la curva”. De hecho, es en los inminen-
tes proNramas de 0dentidad DiNital, Moneda DiNital del Ban-
co Central, 9enta Básica <niversal, Crtdito :ocial, Criterios
Medioambientales, :ociales y de Gobernanza, 6bjetivos de
Desarrollo :ostenible, Prevención de Pandemias, Prepara-
ción y 9espuesta, y todos los demás proNramas de la (Nenda
2 donde las deducciones de estas respectivas crisis con-
Åuirán en un nuevo orden mundial propiamente totalitario en
el que todo el mundo natural (estimado por la Bolsa de 5ueva
@orR en 4 cuatrillones de dólares) será monetizado y conver-
tido en capital Änanciero1. Cuanto más converNen las dos
ideoloNías, más se despojan, como decía (rendt, de las ideas
que pretenden realizar, ya se trate de salvarnos de un virus
mortal o de salvar al planeta de nosotros, ambas devoradas
por la lóNica de la dominación totalitaria. Todo arNumento que
parte del terror de una crisis y lueNo lo utiliza para justiÄcar
una acción coercitiva lo hace para eludir el pensamiento crí-
tico" y tanto si los eslóNanes del 5e^speaR son los del Go-
bierno del 9eino <nido expuestos en los estrados desde los
que anunciaron a la nación durante dos a|os las normas de
bioseNuridad (“Qutdense en casa  Protejan el 5H:  :alven
vidas”), como si son los de Extinction 9ebellion expuestos en
las aceras desde las que siNuen esceniÄcando sus promocio-
nes de la (Nenda 2 (“(ctúen ahora  DetenNan el ecocidio
 :alven vidas”), su objetivo es formar una cadena inquebran-
table de deducciones que obvie y, de hecho, impida nuestra
capacidad de pensar 2.

306
EL NUEVO TOTALITARISMO

4. Aislamiento y soledad
Por último, la cuarta característica del Nobierno totalitario
identiÄcada por (rendt son las experiencias subjetivas pro-
ducidas por una forma de Nobierno cuya esencia es el terror
y cuyo principio de acción es la lóNica del pensamiento ideo-
lóNico. 3a primera de ellas es el aislamiento de los individuos
entre sí y unos contra otros, que a menudo marca el comienzo
del terror y es siempre su resultado. El aislamiento transforma
la solidaridad de clase en la que el obrero encontraba una
aNencia colectiva contra la explotación de los capitalistas en
la masa en la que el fascismo aNlutina a la población bajo
las falsas unidades de la nación, el Estado y la obediencia
al 3íder. De hecho, (rendt identiÄcó la transformación de las
clases en masas, que era el objetivo explícito del fascismo
italiano, con la consiNuiente eliminación de toda solidaridad
colectiva, como la condición necesaria de la dominación to-
tal" ya que el terror sólo puede Nobernar de forma absoluta
sobre individuos aislados y, por tanto, impotentes para actuar
juntos, y es, por tanto, pretotalitario.
El individuo producido por las masas de la modernidad
era el “hombre de la multitud”, solo entre los miles de perso-
nas de la calle en una ciudad de varios millones" o el obrero en
la fábrica, repitiendo una y otra vez su única contribución al
proceso de producción mecánica, tan alienado de su propio
trabajo como de sus compa|eros, con los que encontraba
solidaridad en la conciencia de su clase y en las orNanizacio-
nes por las que esa conciencia amenazaba con convertirse en
una fuerza política. Era precisamente esto lo que el fascismo
pretendía destruir. Pero el totalitarismo fue un paso más allá,
con la lealtad a los sindicatos de trabajadores suplantada por
la obediencia al llamado partido de los trabajadores –alNo que
vemos hoy en día con el apoyo incondicional que los sindica-
tos del 9eino <nido dan al Partido 3aborista, sin importar lo

307
EL CAMINO AL FASCISM

neoliberal de sus políticas, lo poco que apoye la acción indus-


trial, lo deferente que sea con la monarquía británica. Hoy, sin
embarNo, las masas ya no existen en la calle –que fuera de
los espectáculos de la democracia ha sido prácticamente ve-
tada a las manifestaciones espontáneas de colectividad por
la privatización y la viNilancia del espacio público– sino en el
espacio iNualmente privatizado y viNilado del mundo en línea.
Hasta la fecha –aunque sin duda nos esperan tecnoloNías de
aislamiento aún más eÄcaces– no hay mejor demostración
que los medios sociales de cómo la >orld >ide >eb produce
el individuo aislado y políticamente impotente.
:in embarNo, aunque el aislamiento en la esfera política
siempre ha sido una característica fundamental de todas las
formas de tiranía, el totalitarismo tambitn produce, en el ám-
bito de las interacciones sociales, soledad. Estas dos expe-
riencias, explica (rendt, no son lo mismo!
Mientras que el aislamiento concierne únicamente al ámbito
político de la vida, la soledad concierne a la vida humana en su
conjunto. El gobierno totalitario, como todas las tiranías, cierta-
mente no podría existir sin destruir el ámbito público de la vida,
es decir, sin destruir, mediante el aislamiento de los hombres,
sus capacidades políticas. Pero la dominación totalitaria como
forma de gobierno es nueva en el sentido de que no se contenta
con este aislamiento y destruye también la vida privada.
(penas es necesario decir con qut precisión describe
este pasaje los objetivos cada vez más explícitos del Estado
de bioseNuridad Nlobal. :i la creación de las masas como indi-
viduos aislados ha sido el producto del mundo en línea al que
las tecnocracias internacionales están restrinNiendo la mayor
parte posible de nuestras interacciones sociales y políticas,
desde los neNocios, el comercio y el entretenimiento hasta la
educación, la sanidad y lo que queda del debate público, la
soledad ha sido el resultado deliberadamente producido de

308
EL NUEVO TOTALITARISMO

las “medidas” de bioseNuridad que han justiÄcado la atomiza-


ción de cada ciudadano entre sí, exacerbando nuestro miedo
y distancia del mundo. De hecho, la sustitución diNital y virtual
del mundo fenomtnico y real de nuestros cinco sentidos y la
experiencia vivida es el objetivo declarado de las empresas
tecnolóNicas que han modelado el Estado de bioseNuridad
Nlobal en el mundo en línea.
5uestra soledad resultante, que ha aumentado siNniÄ-
cativamente desde que se impuso el bloqueo en marzo de
22, es producto de la experiencia de sentirnos superÅuos
para el mundo y, con ello, de perder nuestra capacidad de
pensamiento y experiencia! nuestro sentido tanto de nosotros
mismos como del mundo en el que antes vivíamos con los
demás. En este sentido, la soledad, que ha sido la experiencia
de las masas modernas desde la Primera 9evolución 0ndus-
trial, cuando se les arrebataron las acciones de los trabajado-
res como mano de obra alienada, y se aNudizó en el siNlo ??
bajo el dominio abstracto e incomprensible del capitalismo
Änanciero, preparó al hombre para la dominación totalitaria
al purNarlo de su capacidad de pensar. Como escribe (rendt
3a única capacidad de la mente humana que no necesita
ni del yo ni del otro ni del mundo para funcionar con seguri-
dad, y que es tan independiente de la experiencia como del
pensamiento, es la capacidad de razonamiento lógico cuya
premisa es evidente por sí misma4.
En lo que parece ser una referencia a la obra de 6r^ell
1984, que se había publicado sólo cuatro a|os antes, (ren-
dt arNumenta que, privado de ese sentido común con el que
compartimos el mundo con otros seres humanos, el individuo
aislado y solitario recurre al tópico de que “dos y dos son
cuatro”, que parece el último luNar en el que pararse en un
mundo que se ahoNa, donde nadie es de Äar y no se pue-
de conÄar en nada. Pero tsta, dice, es una verdad vacía, o

309
EL CAMINO AL FASCISM

más bien ninNuna verdad en absoluto, ya que no revela nada.


:ólo la lóNica deductiva del pensamiento ideolóNico lleva a
sus adeptos a la conclusión de que –en un eco de 6r^ell– “a
veces son cinco”.
De esta experiencia de aislamiento político y soledad so-
cial deriva el extremismo característico de los movimientos
totalitarios, cuyo pensamiento ideolóNico –a pesar de sus
pretensiones de radicalidad– siempre conduce a sus adeptos
a las peores conclusiones posibles. @a se trate del virus que
amenaza la civilización proclamado por los Äeles del C6=0D
o de la inminente catástrofe medioambiental proclamada por
los acólitos de Extintion 9ebellion, el pensamiento totalitario
siNue basándose en la catástrofe como principio de acción.
Como declararon unánimemente numerosas plataformas de
noticias que informaban sobre los incendios de pastos en el
sur de Europa durante los dos días de altas temperaturas de
julio, se trataba de un “apocalipsis del calor”" y cualquier in-
tento de se|alar la zona temporal de bajas presiones frente a
la costa de PortuNal que atrae el aire caliente del norte de Ífri-
ca, o la contribución del desarrollo residencial en zonas bos-
cosas a la acumulación artiÄcial de matorrales y otras fuentes
potenciales de combustible, fue denunciado como “neNacio-
nismo del cambio climático”.
(quí es donde interviene el Nobierno totalitario. En una
emisión televisada en marzo de 22, durante la cual neNó la
intención de su Gobierno de imponer restricciones de cierre, la
Primera Ministra de 5ueva Aelanda, 1acinda (rdern, que desde
entonces se ha convertido en una de las más celosas ejecuto-
ras del Estado de BioseNuridad Global, advirtió a los miembros
individuales de una población nacional a la que posteriormente
aislaría entre sí y a la que aislaría del resto del mundo duran-
te más tiempo que a casi cualquier otra nación de 6ccidente,
acerca de hacer caso a los rumores y a la desinformación 7.

310
EL NUEVO TOTALITARISMO

En una declaración que no sonaría fuera de luNar en boca de


6»Brien en 1984, (rdern en 22 instruyó a los ciudadanos cu-
yos derechos y libertades estaba a punto de eliminar durante
la mayor parte de dos a|os para que no escucharan ninNuna
fuente de información que no fuera su Gobierno!
+esechen cualquier otra cosa. Seguiremos siendo su única
fuente de la verdad. Tome todo lo demás con un grano de sal.
Recuerde que, a menos que lo oiga de nosotros, no es la verdad.
Seguiremos proporcionándole todo lo que necesita saber 8.
Pero, podríamos preNuntarnos con >inston :mith en
nuestra :ala 11 en línea, ¦cómo podemos ayudar a ver lo
que tenemos delante de los ojos? Dos y dos son cuatro. ( ve-
ces, es la respuesta que hemos aprendido a aceptar de nues-
tros Nobiernos. ( veces, si las empresas farmactuticas dicen
lo contrario, son cinco. ( veces, si nos lo dicen los -act Chec-
Rers, son tres. @ a veces, cuando lo dice el Estado Mundial de
la BioseNuridad, son todos a la vez. (prendemos despacio,
pero estamos aprendiendo a pensar ideolóNicamente. :iNa
la ciencia. 3a transmisión asintomática es el principal motor
de la infección vírica. Mi vacuna sólo funciona cuando usted
se pone la suya. :us derechos humanos terminan donde em-
piezan los míos. 5adie está a salvo hasta que todos están a
salvo. 5o poseeremos nada y seremos felices.
3os comentarios Änales de (rendt en su texto, cuyo
contexto histórico y político era la Guerra -ría y sus temores
por el futuro, son tanto una advertencia del retorno del to-
talitarismo como una “potencialidad” y un “peliNro siempre
presente”, como la esperanza –si eso es lo que siNue sien-
do– de que la dominación totalitaria “lleva los Ntrmenes de
su propia destrucción9. El peliNro para nosotros, setenta
a|os desputs, no es que el nuevo totalitarismo del Estado
de bioseNuridad Nlobal establezca un mundo permanente
–pues ninNún mundo, ni siquiera uno totalitario, dura para

311
EL CAMINO AL FASCISM

siempre– sino que amenaza con asolar un mundo “en el que


todo parece haber lleNado a su Än”, escribe, antes de que la
posibilidad de un nuevo comienzo surNido de este Än y con-
tenido en tl tenNa la oportunidad de Nerminar. Este comien-
zo, que seNún (rendt es idtntico a la libertad del hombre y
nace de nuevo con cada uno de nosotros, es lo que la do-
minación totalitaria pretende erradicar haciendo a los seres
humanos superÅuos para la forma de su Nobierno. Como
demuestra el ascenso del campo como paradiNma biopolíti-
co del Estado de BioseNuridad Global, esta superÅuidad de
la humanidad está en el corazón de las tecnoloNías y pro-
Nramas posthumanos de la Cuarta 9evolución 0ndustrial.

312
10.
la humanidad
en tiempos
oscuros
“Necesitamos conceptualizar una conÄNuración política al-
ternativa que pueda escapar a la eterna oscilación –a la que
asistimos desde hace dtcadas– entre una democracia que
deNenera en despotismo y un totalitarismo que se plasma de
forma aparentemente democrática. Para un observador atento
es difícil decidir si vivimos hoy, en Europa, en una democracia
que utiliza formas de control cada vez más despóticas o en un
Estado totalitario disfrazado de democracia. Es más allá de
ambos donde tendrá que aparecer una nueva política futura”.
– Giorgio Agamben, ‘Polemos Epidemios’,
Babylonia, mayo de 2020

1. La política de la amistad

En 199, ocho a|os desputs de la publicación de su libro


sobre 3os orígenes del totalitarismo, Hannah (rendt pronun-
ció una conferencia sobre el escritor, Älósofo, dramaturNo y
crítico de arte judío alemán de la 0lustración, Gotthold 3essinN,
titulada º:obre la humanidad en tiempos oscuros». Pronuncia-
da en HamburNo, (lemania, al aceptar el Premio 3essinN, fue
la oportunidad de (rendt de seNuir reÅexionando sobre cómo
puede Nerminar un nuevo comienzo dentro de un mundo to-
talitario, y lo hace en torno a un debate sobre la política de la
amistad. Esta charla pasó a convertirse en el texto introductorio

315
EL CAMINO AL FASCISM

de una colección de perÄles de (rendt sobre intelectuales


del siNlo ??, alNunos de los cuales eran amiNos suyos, como
9osa 3uxemburNo, 2arl 1aspers, >alter Benjamin y Bertolt
Brecht, que se publicó en 198 con el título Hombres en tiem-
pos oscuros 1. Por “tiempos oscuros” (rendt entendía aque-
llos periodos de la historia en los que el mundo se oscurece
tanto en la oscuridad que la Nente deja de pedir a la política
más que eso, que Narantice su libertad individual y su super-
vivencia, una exiNencia que describe con precisión nuestro
propio tiempo, en el que las condiciones de ambas se han
hecho muy evidentes para los cumplidores. 3a referencia de
(rendt es el famoso poema de Brecht, A los nacidos después,
escrito en 199 al borde de la :eNunda Guerra Mundial, que
comienza! “¡=erdaderamente, vivo en tiempos oscuros!”" y su
libro es un examen de cómo cada una de estas ÄNuras más o
menos públicas los vivió, y qut luz arroja su obra y su vida so-
bre la oscuridad 11. (l hablar de la única ÄNura de la colección
que no pertenece a su propio siNlo, la charla sobre 3essinN
introduce la importancia que (rendt atribuye a la amistad, que
ella eleva en este texto a una relación política tanto con los
demás como con el mundo en el que vivimos con los demás.
3a base de su arNumentación, a la que quiero recurrir en este
último capítulo, es la distinción que (rendt hace entre la polí-
tica de la fraternidad y la de la amistad.
( la liberté y la tNalitt que siempre habían sido cateNo-
rías de las reivindicaciones políticas de los oprimidos, los ex-
plotados y los perseNuidos, la 9evolución -rancesa de 1789
a|adió la fraternité. En la medida en que este concepto se
basaba en las teorías del siNlo ?=000 sobre una naturaleza hu-
mana fundamental que subyacía y trascendía la multiplicidad
de naciones, pueblos, razas y reliNiones en que había sido
dividida la raza humana por las diferentes ideoloNías, la fra-
ternidad se entendía como la realización de la humanidad.

316
LA HUMANIDAD EN TIEMPOS OSCUROS

Esta naturaleza humana, sin embarNo, no se manifestaba a


travts de la razón sino en la compasión, que se convirtió en
un motivo inseparable de la historia posterior de las revolucio-
nes europeas. De hecho, en la medida en que es un aspecto
de la naturaleza humana que responde a la visión del sufri-
miento en los demás, la compasión parecería ser una base
ideal sobre la que establecer una sociedad en la que toda la
humanidad pudiera convertirse realmente en “hermanos”. :in
embarNo, un obstáculo para la formación de esta sociedad
era que la humanidad se maniÄesta en esa forma de fraterni-
dad con mayor frecuencia en los “tiempos oscuros”, y lo hace
sobre todo por los pueblos perseNuidos y los Nrupos esclavi-
zados. 3a humanidad en forma de fraternidad, por tanto, es el
Nran privileNio de lo que (rendt denomina “pueblos parias”,
acompa|ada como está de su radical “ptrdida del mundo”12.
Por un lado, esta ptrdida crea una intimidad, una inten-
sidad y una calidez en las relaciones humanas de las que, de
otro modo, los seres humanos apenas serían capaces. 3os
que participamos en ellas lo experimentamos en las marchas
contra los encierros y los mandatos de “vacuna”, que, sin se-
Nuridad de ninNún tipo y ante la provocación y la violencia de
la policía, sacaron a la calle a millones de personas durante
la primavera y el verano de 221 sin un solo incidente de vio-
lencia del que yo tenNa constancia o haya oído hablar, lo que
debe de ser único en la historia de las manifestaciones en el
9eino <nido1. Por otro lado, como privileNio de los pueblos
parias, la fraternidad se convierte en un sustituto del mundo
del que están excluidos por su persecución y opresión. En el
vínculo de la fraternidad, por tanto, el elemento que es común
a todos los humanos y los une ya no es el mundo en el que
viven, sino la abstracción de la “naturaleza humana”, cuyas
cualidades varían en función de las exiNencias del Nrupo per-
seNuido. @ lo que es más importante, dado que la fraternidad

317
EL CAMINO AL FASCISM

se maniÄesta en tiempos oscuros, esta naturaleza humana no


puede identiÄcarse en un mundo común a todas las personas
en todo momento. De hecho, cuando esos tiempos oscuros
han pasado, aunque sea temporalmente, y el mundo vuelve
a estar abierto a pueblos antes parias, su fraternidad, escri-
be (rendt, “se disuelve en la nada como fantasmas”. Esto
se aplica tanto a la clase obrera a la que el nacionalismo, el
racismo y la reliNión han mantenido enfrentada durante si-
Nlos como a los judíos que sobrevivieron a la :hoah sólo para
crear el Estado de apartheid de 0srael fundado sobre la misma
identidad racial fabricada por el Tercer 9eich. En palabras que
deberían bordarse en la bandera de cada manifestante contra
la renovada imposición de mandatos de máscaras y “vacu-
nas”, (rendt escribe
3a humanidad de los insultados y heridos nunca ha sobre-
vivido a la hora de la liberación ni siquiera un minuto. Esto no
signiÄca que sea insigniÄcante, pues de hecho hace sopor-
tables el insulto y la injuria; pero sí signiÄca que en términos
políticos es absolutamente irrelevante 14.
(rendt es famosa por decir y escribir lo que nadie quiere
oír o leer, y menos aún aquellos que acuden a ella en busca
de una verdad fácil" y es en parte por esta razón por la que he
recurrido a sus escritos ahora, cuando nuestras vidas se viven
de acuerdo con convenientes mentiras y autoenNa|os que no
han alcanzado tanta heNemonía en la vida pública de Europa
desde el ascenso del fascismo hace un siNlo. De hecho, los
ataques contra ella tras la publicación de su libro sobre Ei-
chmann se han repetido en los ataques contra el iNualmente
intransiNente (Namben, siendo su delito compartido que am-
bos abjuran de las explicaciones populares de los proNramas
totalitarios (entonces como ahora, que se han impuesto por el
“bien común”) por el análisis de cómo se crean dentro del mar-
co leNal de los estados democráticos1. @, por desafortunado

318
EL NUEVO TOTALITARISMO

que sea presenciarlo, las palabras de (rendt aquí han de-


mostrado ser tan ciertas hoy como lo fueron durante los a|os
inmediatamente posteriores a la :eNunda Guerra Mundial,
cuando la coalición aliada que Nanó la lucha militar contra el
fascismo se dividió en viejas y nuevas facciones cuyas divi-
siones políticas continúan hasta el día de hoy, sobre todo en
el Estado de 0srael y la ampliamente aceptada equiparación
del fascismo con el socialismo.
Hoy en día, la fraternidad entre los “no vacunados” que
se enfrentaron al desempleo y a la ptrdida de libertad por su
desobediencia, la breve compasión de los libertarios de clase
media a la vista del público por los manifestantes contra el
cierre patronal, en su inmensa mayoría de clase trabajadora, y
los inicios de la solidaridad entre los obedientes independien-
temente de sus antiNuas lealtades a los partidos parlamenta-
rios o de la redundante división entre izquierda y derecha –o
incluso de su despolitización como masas– se han disuelto
con la eliminación de las restricciones justiÄcadas por el co-
ronavirus este mes de marzo. ( pesar de que estas restric-
ciones, seNún ha admitido el Gobierno británico, sólo se han
suspendido y pueden volver a imponerse este invierno, como
ya ocurre en (lemania" de que el proNrama de “vacunación”
no sólo ha continuado, sino que se ha extendido en este país
a ni|os de tan sólo cinco a|os y a unos espantosos seis me-
ses en Estados <nidos" de que, lejos de suprimirse, los pasa-
portes “vacunales” están a la espera de aplicarse al marNen
de cualquier amenaza inmediata de “pandemia”" que los pro-
Nramas de bioseNuridad se están ampliando para abarcar la
Moneda DiNital del Banco Central, el Crtdito :ocial y la 9enta
Básica <niversal" y que se está convirtiendo en ley una olea-
da de nuevas leyes y tratados que eliminarán de forma per-
manente los derechos humanos y las libertades que se sus-
pendieron temporalmente durante los dos a|os anteriores" a

319
EL CAMINO AL FASCISM

pesar de todo ello, la oposición popular, el incumplimiento


y las protestas contra el estado de bioseNuridad del 9eino
<nido prácticamente han desaparecido. Mientras tanto, sus
antiNuos portavoces públicos han vuelto a arremeter contra el
Gobierno en las redes sociales, sin apenas intentar formar lo
que queda de la antiNua resistencia de millones de personas
en una fuerza capaz de resistir lo que nos espera en el futuro.
Como advirtió (rendt en 3os orígenes del totalitarismo, sólo
cuando la primera etapa del terror ha loNrado su objetivo de
hacer imposible una mayor oposición se desatan por com-
pleto las normas y los proNramas de la dominación totalita-
ria, y en 6ccidente no estamos en absoluto preparados para
enfrentarnos a ellos con nada que no sean más protestas,
desconcierto, aceptación sumisa y colaboración voluntaria.
(quí es donde la discusión de (rendt sobre la amistad
ofrece una alternativa política a esta fraternidad ya fracasada.
Para los antiNuos NrieNos, escribe, la amistad entre los ciuda-
danos (philia) era uno de los requisitos fundamentales para el
bienestar de la ciudad estado (polis) en la que se basa la de-
mocracia occidental. Este concepto de amistad, sin embarNo,
es diferente del que tiene el individuo en la tpoca moderna o
incluso en nuestra posmodernidad. Para nosotros, la amistad
se experimenta como la intimidad en la que escapamos de
nuestra alienación del mundo mediante la exposición de los
detalles de nuestra vida privada en encuentros cara a cara y,
cada vez más hoy en día, en línea. 3a amistad, por tanto, es
lo opuesto a nuestra vida pública dentro del ámbito social y
político. Pero para los NrieNos, los ciudadanos sólo estaban
unidos en una polis –sólo constituían este ámbito público– en
el intercambio constante de conversaciones. 3a esencia de la
amistad, por tanto, consistía en el discurso, que no era la inti-
midad en la que los individuos hablan de sí mismos, sino aque-
lla en la que se pone de maniÄesto el mundo común a todos.

320
EL NUEVO TOTALITARISMO

Este es un punto importante para (rendt. Para ella, el


mundo sólo se hace humano porque se ha convertido en obje-
to de discurso. Por mucho que nos afecten de otro modo, las
cosas del mundo sólo se hacen humanas cuando las discuti-
mos con nuestros semejantes. @, lo que es crucial, al hablar,
dice (rendt, “aprendemos a ser humanos”1. 3os NrieNos lla-
maban a esta cualidad de humanidad, que sólo se alcanza en
el discurso de la amistad, “philanthrȬpia (amor al hombre)”,
ya que se maniÄesta en una disposición a compartir el mundo
con los demás. 3a misantropía, por el contrario, siNniÄca la
incapacidad de encontrar a alNuien con quien compartir la
experiencia del mundo. Este concepto sufrió posteriormente
numerosos cambios hasta convertirse en la “humanitas (hu-
manidad)” romana, el más importante de los cuales corres-
pondió a la constitución política de la ciudadanía romana, que
podían adquirir pueblos de oríNenes ttnicos muy diferentes y
que, de este modo, podían reunirse con otros romanos y en-
tablar con ellos un discurso sobre el mundo. 3a humanidad,
por tanto, se ejempliÄcaba en la amistad, que no era íntima y
personal sino que, por el contrario, planteaba exiNencias po-
líticas a los amiNos y conservaba, en su discurso compartido,
la referencia al mundo que habitan. Para (rendt, esto es lo
que distinNue la política de la amistad de la abstracción de la
naturaleza humana en la que se basa la fraternidad.
Creo que es una medida del potencial político de este
concepto de amistad que, durante los dos a|os en los que
vivimos bajo restricciones a nuestras libertades justiÄcadas
por una “pandemia” declarada políticamente, la amistad fue
objeto de un ataque implacable por parte del Estado. El espa-
cio de la amistad ha sido objetivo explícito de las “medidas”
de bioseNuridad que siNuen instruytndonos para mantener el
distanciamiento social, intentan borrar nuestros rostros tras
una máscara permanentemente Nastada, nos animan a ver a

321
EL CAMINO AL FASCISM

los demás como una amenaza para nuestra salud y nuestras


vidas, instruyen a la Nente para que permanezca en sus casas
durante meses, han normalizado el trabajo desde casa para
las siempre obedientes clases medias, siNuen fomentando la
interacción en línea por encima de las relaciones personales
y, de forma más Neneral y proNresiva, están eliminando nues-
tro acceso al mundo en el que vivimos y cuya revolucionaria
transformación en el Estado de BioseNuridad Global se nos
ha prohibido discutir. Este ataque, que continúa hasta el día
de hoy, ha dado luNar a la ruptura Neneralizada de las rela-
ciones entre los que obedecen y los que no obedecen que,
seNún mi experiencia y la de todas las personas que conozco
o con las que he hablado sobre este tema, se ha extendido
desde los amiNos, compa|eros y coleNas hasta las familias,
dividiendo a maridos de esposas, padres de hijos, hermanos
de hermanas. <na vez más, (rendt identiÄcó la soledad en
la que el totalitarismo aísla al individuo como una de las de-
Äniciones y condiciones de esta novedosa forma de Nobier-
no, cada uno de nosotros aislado de los demás, sin poder ya
pedir apoyo al otro, temiendo en el otro una amenaza o una
fuente de denuncia. Quizás lo más importante es que el asalto
concertado a la amistad por parte del estado de bioseNuridad
ha servido a esta forma política de forma más explícita en la
prohibición impuesta de discutir sobre el Brave New World al
que se nos ha forzado sin debate en nuestro Parlamento, en
nuestros medios de comunicación y, en Nran medida, en la
ausencia de discusión entre nosotros.
En mi experiencia, como en la de muchos miles y sin
duda millones de otras personas en el 9eino <nido, aquellos
con los que en cualquier otra circunstancia y sobre cualquier
otro tema esperaría poder entrar en tal discusión, debate y
desacuerdo, se han neNado rotundamente a hacerlo! bien
declarándose desinteresados o “demasiado ocupados” para

322
EL NUEVO TOTALITARISMO

cuestionar lo que les han dicho fuentes en las que antes no


habrían conÄado" bien denunciándome, como han hecho con
millones de otros, como un “teórico de la conspiración” que
debería ser censurado, o arrestado, o alNo peor. De hecho, el
discurso entre ciudadanos sobre el mundo que los antiNuos
NrieNos identiÄcaban como el fundamento del bienestar del
Estado no sólo ha sido reprimido, sino que ahora se crimi-
naliza con la justiÄcación de ese “bien común” por el que se
ha concedido a la vida desnuda un valor absoluto por en-
cima de los valores ahora subsidiarios de la ciudadanía, la
amistad, la libertad de expresión y la democracia. De hecho,
quizá el carácter más distintivo del consenso sobre el que se
ha construido el estado de bioseNuridad del 9eino <nido en
poco más de dos a|os y medio sea la disposición de la Nran
mayoría de la población, y de casi todos nuestros supuestos
intelectuales, no sólo a someterse a la censura sino a aban-
donar el pensamiento crítico. (quellos “pensamientos peli-
Nrosos” que (rendt identiÄcó como la condición de todo pen-
samiento no sólo han sido abandonados por la Neneración
intelectualmente más cobarde de la historia moderna, sino
suprimidos activamente con su colaboración voluntaria17.
@ como ella arNumentó, sin esa discusión constante por la
que las cosas del mundo se humanizan, nuestro mundo se
ha vuelto cada vez menos humano, cada vez más inhumano,
en correlación directa con nuestro cumplimiento de la aNenda
posthumana del Estado Global de BioseNuridad. 5o es sor-
prendente, por tanto, que las reNulaciones de la bioseNuridad
hayan apuntado precisamente a esta dimensión política de la
amistad, ya que es sobre el borrado de lo político –de ese de-
bate constante en el que se fundamenta la polis democrática,
aunque más en principio que en la práctica– sobre lo que se
están aplicando los proNramas y tecnoloNías transhumanos
del Estado de BioseNuridad Global.

323
EL CAMINO AL FASCISM

(l comienzo del capítulo anterior, en el que hablt del


colapso moral en 6ccidente durante los últimos dos a|os y
medio, preNuntt quitn es el “nosotros” a quien y con quien
deseaba hablar si queremos encontrar esa voz colectiva con
la que debemos hablar si queremos hacernos oír por encima
del silencio impuesto y viNilado en el que hemos estado po-
líticamente aislados unos de otros. 3a respuesta sencilla es!
es el nosotros de la amistad. :i queremos formular lo que
(Namben, en mi epíNrafe, llamó una “política futura” no fun-
dada ni en una democracia que emplea formas de control
cada vez más despóticas ni en un Estado totalitario disfra-
zado de democracia, debemos empezar por reclamar la di-
mensión política de la amistad descrita por (rendt como un
fundamento preferible para dicha política que la abstracción
de la fraternidad.
Me llamó la atención la charla de (rendt por otra charla,
pronunciada por (Namben en una conferencia orNanizada por
estudiantes venecianos el 11 de noviembre de 221, contra la
imposición ileNal por parte del Gobierno italiano de la “vacu-
na” Pase =erde18. (Namben está de acuerdo con (rendt en
que la amistad es el fundamento posible de la política en los
tiempos oscuros que describen hoy el Estado mundial de la
bioseNuridad tanto como lo hicieron con Europa bajo el fas-
cismo! siempre y cuando recordemos que la amistad es lo
que tl llama “un umbral que a la vez une al individuo con la
comunidad y lo separa de ella”" que redescubrir la política
de la amistad siNniÄca “nada menos que intentar crear una
sociedad, o una comunidad dentro de la sociedad, en todas
partes”" que frente a “la creciente despolitización de los in-
dividuos”, la amistad siNniÄca “redescubrir en la amistad el
principio radical de una politización renovada”" y, por último,
que de este redescubrimiento “dependerá la posibilidad mis-
ma de vivir de un modo humano”. Entonces, ¦qut es esta

324
EL NUEVO TOTALITARISMO

comunidad en la que los individuos están a la vez unidos y


divididos entre sí, que debemos establecer como base de una
sociedad futura, que se fundamenta en un concepto radical-
mente politizado de la amistad, y de la que dependerá una
forma humana de vivir en lo que nos queda de futuro?
(Namben sostiene que, antes de vivir en una nación o
en un Estado, vivimos en una lenNua, que es la condición de
todas las demás transformaciones de la sociedad. El nuestro
es el lenNuaje de la modernidad, que comenzó con la Prime-
ra 9evolución 0ndustrial en 0nNlaterra y las revoluciones po-
líticas en -rancia y Estados <nidos, que implantaron, entre
otras cosas, la división de poderes entre el ejecutivo, el le-
Nislativo y el judicial que el totalitarismo hace superÅua. Es-
tas revoluciones económicas y políticas fueron precedidas,
sin embarNo, por las revoluciones cientíÄcas de la 0lustración
europea, que dieron oriNen a un lenNuaje de la ciencia que ha
tratado proNresivamente de eliminar toda experiencia ttica,
pottica o ÄlosóÄca del mundo para transformar el lenNuaje en
una herramienta de mero intercambio de información. (Nam-
ben llama a esto “la ilusión de la razón”, que nos permite dar
cuenta y Nobernar tanto el mundo natural como la vida de los
seres humanos. :i la ciencia, cuyas revoluciones han aumen-
tado en número a medida que ampliaban su dominio sobre
nuestra política y nuestra ttica, no ha loNrado sin embarNo
aumentar ni nuestra libertad ni nuestra felicidad, es porque
la ciencia presupone no el ser hablante de la poesía y la Älo-
sofía sino un cuerpo biolóNico mudo, la vida desnuda que es
objeto de nuestra forma de Nobierno cada vez más totalitaria.
Como anunciaba con orNullo, como si fuera una declaración
de verdad objetiva, un cartel exhibido en la contramanifes-
tación contra el Convoy de la 3ibertad contra los mandatos
de las “vacunas” en Manitoba en febrero! “( la ciencia no le
importan sus creencias”. En realidad, lo que han demostrado

325
EL CAMINO AL FASCISM

los últimos dos a|os y medio es que esta Ciencia apoteósica


ha suplantado nuestras creencias, hasta el punto de que aho-
ra es la reliNión dominante en 6ccidente. Hoy en día, bajo el
Estado de bioseNuridad Nlobal, cuyo mantra es “¡:eNuir a la
Ciencia!”, nuestra relación con el lenNuaje se ha transformado
tanto que –como decía (rendt del sujeto ideal del rtNimen
totalitario– ya no somos capaces de distinNuir una verdad de
una falsedad, un hecho de una Äcción, una causa de muer-
te de los criterios creados para fabricar una “pandemia”, las
medidas mtdicas de los proNramas de bioseNuridad, una va-
cuna de una biotecnoloNía aún experimental y evidentemente
peliNrosa y cada vez más mortal.
Esto se extiende incluso, y quizás sobre todo, a aque-
llos a quienes hemos buscado para hacer precisamente esta
distinción! mtdicos, cientíÄcos, juristas, que en cambio han
aceptado y abrazado un lenNuaje que ha renunciado e inclu-
so desterrado las preNuntas sobre lo que es verdadero y lo
que es falso. En este sentido, han lleNado a parecerse a (dolf
Eichmann tal y como lo describió (rendt! incapaces de ha-
blar en nada que no sea lenNuaje oÄcial, capaces únicamente
de obedecer a sus superiores, incapaces de pensar fuera de
sus campos particulares de especialización ttcnica, ya sea la
biotecnoloNía que está transformando las condiciones de la
ciudadanía, o la inteliNencia artiÄcial mediante la que se viNila
nuestro cumplimiento, o los poderes de emerNencia median-
te los que se impone su cumplimiento. Por esta razón, los
mtdicos, los cientíÄcos y los aboNados son las últimas per-
sonas a las que deberíamos escuchar para conocer la verdad
sobre esta crisis fabricada, ya que están, como tecnócratas
del Estado de bioseNuridad, a la vanNuardia de la revolución
del lenNuaje por la que el pensamiento se ha convertido en
alNo prohibido, no sólo en la práctica y en los principios, sino
ahora en la ley. El resultado de su colaboración servil con el

326
EL NUEVO TOTALITARISMO

poder es que los que antes considerábamos intelectuales con


los deberes tticos que ello conlleva ya no son capaces, como
han demostrado ser a lo larNo de esta revolución, de hacer
otra cosa que obedecer órdenes.
¦Cómo reconciliamos, entonces, el concepto de amistad
de (rendt como base de una política futura con esta traición
aún no reconocida y –dada la mala fe con la que siNuen ac-
tuando los Äeles a C6=0D– que probablemente siNa sin ser
reconocida? 5o olvidando, ciertamente, y, hablando por mí,
no perdonando lo que, dada la cobardía y las consecuencias
de su traición, es imperdonable. :in embarNo, no podemos,
como he dicho, abandonar a estos tontos, a estos cobardes
y a estos colaboracionistas a su estupidez, su cobardía y su
complicidad. Por ese camino está el desastre. (l contrario,
debemos seNuir intentando hablar a quienes se nieNan a ha-
blarnos, escuchar a quienes hace tiempo cerraron sus oídos
a todo lo que no fueran las mentiras y amenazas de sus su-
periores, intentar educar y persuadir a quienes estuvieron y
siNuen estando dispuestos a prohibirnos la entrada en su so-
ciedad por nuestra falta de creencia en su doNma. Porque si
no lo hacemos, el fascismo triunfará con más seNuridad de lo
que lo hará, tal vez, de todos modos aunque lo haNamos. @
aunque sólo sea porque, como escribió (Namben en el más
pottico de los textos que ha publicado desde que comen-
zó esta “crisis”, “Cuando la casa arde”, es con estos tontos,
estos cobardes y estos colaboracionistas con los que debe-
mos intercambiar una última mirada mientras las llamas del
mundo que una vez habitamos se elevan a nuestro alrededor,
consumitndonos con ellas 19. 3o que podemos imaNinarnos
dicitndoles entonces debemos decírselo ahora, aunque sólo
sea para que tenNan la oportunidad de sumar sus voces a las
silenciadas por el estruendo de un mundo que se derrumba.

327
EL CAMINO AL FASCISM

2. Resistencia

Quiero terminar estas consideraciones con un ejemplo de


resistencia extraído del informe de (rendt sobre el juicio a
Eichmann en el que relata los diversos medios por los que
se aplicó en toda Europa la llamada “:olución Änal a la cues-
tión judía”. :e llevó a cabo con la colaboración de la mayoría
de los Nobiernos fascistas, incluidos los de -rancia, 5orue-
Na, HunNría, Eslovaquia, 9umanía, Croacia y :erbia, y de las
poblaciones bajo ocupación alemana, como las de Polonia,
(ustria, Grecia, BtlNica y los Países Bajos. 3a única excep-
ción, dice, fue Dinamarca. (rendt, como ya he dicho, no era
dada a ofrecer respuestas sencillas a preNuntas difíciles ni
a dispensar eloNios injustiÄcados, así que deberíamos escu-
charla cuando escribe eso!Uno se siente tentado a recomen-
dar la historia como lectura obligatoria en ciencias políticas
para todos los estudiantes que deseen aprender algo sobre el
enorme potencial de poder inherente a la acción no violenta
y a la resistencia frente a un adversario que posee medios de
violencia muy superiores 2.
Mientras que :uecia, que mantuvo una política de neutra-
lidad, demostró ser inmune al antisemitismo, e 0talia y BulNaria,
aunque sus Nobiernos internaron en campos de concentración
a judíos nativos y nacidos en el extranjero, se las inNeniaron
para sabotear los planes alemanes para su deportación a los
campos de exterminio del Este, sólo Dinamarca se atrevió a
impuNnar esa política. Habitndose declarado tambitn neutral
en septiembre de 199, Dinamarca fue sin embarNo ocupada
por las fuerzas alemanas en abril de 194, tras lo cual el Go-
bierno y el 9ey daneses funcionaron como un protectorado de
facto sobre el país, con independencia política en asuntos in-
ternos. :in embarNo, cuando se les ordenó introducir la Estre-
lla (marilla para los desiNnados como judíos por las leyes del
Tercer 9eich, los funcionarios del Gobierno dants amenazaron

328
EL NUEVO TOTALITARISMO

con dimitir. 0ncluso corrió el rumor de que el 9ey sería el prime-


ro en llevarla. Como consecuencia, las fuerzas alemanas de
ocupación ni siquiera pudieron establecer la distinción, clave
para el proceso de deportación en el resto de Europa, entre los
daneses de oriNen judío y los refuNiados judíos de (lemania
que habían sido declarados apátridas por el Tercer 9eich. De
hecho, el Gobierno dants arNumentó que, puesto que los re-
fuNiados apátridas ya no eran ciudadanos alemanes, las fuer-
zas de ocupación no podían reclamarlos sin su consentimien-
to. 3o más sorprendente de todo es que, aunque el Gobierno
dants había deneNado la naturalización e incluso el derecho al
trabajo a estos refuNiados antes de la Nuerra, ahora los toma-
ba bajo su protección. (nte estas decisiones, las fuerzas de
ocupación alemanas no pudieron llevar a cabo ninNuno de los
movimientos preparatorios de la deportación, que se pospuso
hasta el oto|o de 194.
Con la ofensiva alemana en la <nión :ovittica derrotada
en :talinNrado en febrero de 194, el (friRa 2orps rendido en
Túnez en mayo, la batalla de 2ursR entreNando la iniciativa en
el frente oriental al Ejtrcito 9ojo en aNosto y la invasión aliada
de 0talia lanzada Änalmente en septiembre, los trabajadores
daneses decidieron que había lleNado el momento de lanzar
su propia ofensiva en el frente interno. :iNuieron las huelNas
industriales y la desobediencia civil, y los trabajadores por-
tuarios se neNaron a reparar barcos de la marina alemana
en los astilleros daneses. Cuando el ejtrcito alemán inten-
tó apoderarse de los buques daneses en puerto, la armada
danesa hundió 2 de sus propios barcos. En respuesta, el
comandante militar alemán declaró el estado de emerNencia,
prohibió las reuniones en público, ileNalizó las huelNas, intro-
dujo toques de queda, censuró la prensa y la radio e impuso
la ley marcial. En se|al de protesta, el Gabinete dants dimi-
tió (aunque el 9ey nunca aceptó oÄcialmente su dimisión), el

329
EL CAMINO AL FASCISM

Parlamento dejó de reunirse y la dirección de los distintos mi-


nisterios pasó a manos de los secretarios permanentes.
(l iNual que el proNrama de “vacunación” del 9eino <nido
se aplicó bajo un “periodo de emerNencia” declarado políti-
camente que permitía la autorización temporal y la promoción
de “vacunas” sin licencia, fue al amparo de este estado de
emerNencia como se relanzó el plan alemán de deportación
de los judíos de Dinamarca. :in embarNo, en los a|os inter-
medios, los oÄciales alemanes habían cambiado de actitud,
sin duda bajo la conciencia de que la Nuerra ya estaba perdi-
da y se avecinaba un ajuste de cuentas. 3os mandos militares
se neNaron a poner a sus soldados a disposición del Plenipo-
tenciario del 9eich, e incluso las unidades de las :: se opu-
sieron ocasionalmente a sus tareas asesinas. Esto iba a tener
consecuencias decisivas para los planes alemanes. En 194,
la festividad de 9osh Hashaná, el (|o 5uevo judío, terminaba
el viernes 1 de octubre y, con su habitual sentido del humor,
los alemanes habían desiNnado la noche del viernes para la
redada de todos los judíos de Dinamarca, enviando unida-
des policiales traídas de (lemania para emprender un reNistro
puerta por puerta de los hoNares de CopenhaNue. En el último
momento, sin embarNo, el Plenipotenciario del 9eich informó
a las unidades policiales de que no se les permitía irrumpir en
domicilios privados, ya que la policía danesa podría interfe-
rir, y una batalla campal entre fuerzas policiales opuestas era
mala para el orden cívico. (l Änal, sólo fueron deportados los
judíos que abrieron voluntariamente sus puertas a la policía
alemana, unos 477 de una población de más de 7.8 judíos
nativos y nacidos en el extranjero. Enviados al campo de con-
centración de Theresienstadt, en el Protectorado de Bohemia
y Moravia (la antiNua Checoslovaquia), incluso tstos fueron
tratados mejor que sus compa|eros debido a las constantes
indaNaciones sobre su estatus realizadas por funcionarios y

330
EL NUEVO TOTALITARISMO

ciudadanos daneses, y sólo 48 murieron, la mayoría ancia-


nos, cuando el campo fue liberado en mayo de 194.
(ún más perjudicial para el txito de las deportaciones, un
aNente marítimo alemán, probablemente avisado por el Pleni-
potenciario del 9eich, reveló los planes alemanes al Gobierno
dants, que a su vez informó a los jefes de la comunidad judía
de Dinamarca. ( diferencia de los diriNentes judíos de otros
países –más notoria y catastróÄcamente en HunNría–, tstos
comunicaron la noticia en las sinaNoNas durante los servicios
de (|o 5uevo, lo que permitió a los judíos esconderse. Esto
se vio facilitado por su larNa inteNración en la sociedad dane-
sa, que consideraba el ataque a los judíos daneses como un
ataque a Dinamarca y, por tanto, como una cuestión política
más que humanitaria. :in embarNo, podrían haber permane-
cido allí durante el resto de la Nuerra, de no ser por la solida-
ridad mostrada por el Gobierno sueco, que en aNosto había
anulado su acuerdo de 194 de permitir el paso de tropas
alemanas por el país, y ahora se ofrecía a acoNer a todos los
judíos de Dinamarca, tanto daneses como alemanes. Con la
ayuda de la extensa Åota pesquera danesa, .919 judíos fue-
ron transportados a :uecia, donde todos recibieron permiso
para trabajar. Extraordinariamente, los costes relativamente
bajos del transporte fueron paNados en Nran parte por ciuda-
danos daneses adinerados en una tpoca en la que sólo los
judíos ricos podían permitirse las peque|as fortunas necesa-
rias para sobornar a funcionarios corruptos de toda Europa
para obtener visados de salida, y los judíos pobres, en conse-
cuencia, no tenían ninNuna posibilidad de escapar.
Para (rendt, el aspecto más interesante de esta historia,
desde el punto de vista político y psicolóNico, es lo que les
ocurrió a las fuerzas de ocupación alemanas en Dinamarca.
(nte la resistencia abierta y de principios de un pueblo, y no
sólo de un Nobierno, que se neNaba a cumplir los dictados

331
EL CAMINO AL FASCISM

de un rtNimen totalitario, la otrora ftrrea determinación de


las autoridades alemanas se derritió. De hecho, alNunas de
las autoridades incluso empezaron a mostrar los inicios de la
valentía. :e demostró que la cacareada “dureza” de la raza
superior aria era un mito de autoenNa|o, que ocultaba lo que
(rendt denominó “un despiadado deseo de conformidad a
cualquier precio”. En los posteriores 1uicios de 5uremberN,
ni uno solo de los acusados intentó defender la ideoloNía del
nacionalsocialismo, y todos aÄrmaron que siempre se habían
opuesto a ella o, como Eichmann, culparon a sus superio-
res del abuso de su lealtad, mientras se denunciaban unos a
otros en un intento de salvar sus propias vidas.
Quizá nos corresponda comparar esta historia de valentía,
resistencia y solidaridad con cómo nos hemos comportado en el
9eino <nido en circunstancias diferentes pero comparables, en
un momento en el que el nuevo totalitarismo está aún en pleno
proceso de implantación. Parte del autoenNa|o y de las mentiras
que continúan tras el levantamiento temporal de las restriccio-
nes de cierre en el 9eino <nido es la neNación de lo espantosa-
mente que se ha comportado el pueblo británico entre sí en los
últimos dos a|os y medio, y sólo reconociendo y enfrentándo-
nos a ese comportamiento podremos empezar a comportarnos
como ciudadanos de una democracia, reclamar nuestros dere-
chos y libertades a los criminales a los que tan cobardemente se
los hemos concedido, y empezar a crear esa política de futuro
que tan desesperadamente necesitamos si no queremos que el
nuevo totalitarismo haNa estraNos en el mundo hasta tal punto
que su derrocamiento quede más allá de cualquier futuro que
podamos ver o predecir. Como era de esperar, la comparación
con el comportamiento y las acciones de los daneses bajo la
ocupación del Tercer 9eich no nos hace ninNún favor.
5i que decir tiene que nuestro 1efe de Estado hereditario,
a diferencia del rey dants, colaboró plena y obedientemente

332
EL NUEVO TOTALITARISMO

con el Gobierno del 9eino <nido en la promoción de todas las


normativas del estado de bioseNuridad, desde las restriccio-
nes de cierre hasta el proNrama de “vacunación”, al mismo
tiempo que ejercía de anÄtrión de Äestas de jefes de esta-
do de los países del G7 desenmascarados y poco sociables
mientras el resto del país estaba bajo amenaza de multas,
arresto y encarcelamiento por hacer lo mismo. Que el propio
Gobierno de :u Majestad estuviera haciendo lo mismo y más
en Äestas de borrachos la noche anterior al entierro de su ma-
rido, durante cuyo funeral ella siNuió desempe|ando su papel
en la farsa del enmascaramiento, el distanciamiento social y
la prohibición de socializar en luNares cerrados, fue, en mi
opinión, una retribución insuÄciente por su colaboración con
este Gobierno criminal. 3a primera preNunta que debe res-
ponder su heredero y sucesor, el rey Carlos 000, es si seNuirá
siendo un portavoz obediente del Gran 9eajuste, la (Nenda
2 y el -oro Económico Mundial, una orNanización cuyo
objetivo abiertamente declarado es la creación de un Nobier-
no mundial de líderes no eleNidos que sustituirá a los Estados
nación democráticos como el 9eino <nido como modelo de
Nobernanza en 6ccidente.
Tampoco hace falta decir que ni un solo miembro del
Parlamento, y mucho menos del Gabinete, dimitió en pro-
testa por la eliminación por parte del Gobierno de los dere-
chos y libertades del electorado al que habían votado para
representar. De hecho, en las pocas ocasiones en las que
se presentó leNislación justiÄcada por el coronavirus para
su breve escrutinio y obediente aprobación antes de que se
convirtiera en ley, el nivel del debate, si se puede llamar así,
presentó un espectáculo de colaboración servil, cobardía in-
telectual e incompetencia profesional totalmente iNual al de
cualquier Parlamento títere bajo ocupación durante la :eNun-
da Guerra Mundial. ( ninNún miembro de lo que he llamado

333
EL CAMINO AL FASCISM

sistemáticamente el peor Parlamento de la historia británica


debería permitírsele volver a ocupar ninNún carNo público.
Todos son cómplices de permitir, si no de aplicar realmente,
el estado de bioseNuridad del 9eino <nido, y son colectiva-
mente responsables del da|o y perjuicio continuos que está
causando al 9eino <nido y a su pueblo.
Pero la colaboración no se detuvo ahí. Mientras que los
daneses se neNaron a separar a los judíos nativos de los re-
fuNiados judíos de (lemania, los británicos reconocieron,
abrazaron y viNilaron las distinciones arbitrarias por las que
el Gobierno nos dividía a unos de otros, ya fuera entre los
que estaban y los que no estaban exentos de las diversas
restricciones, o entre los desiNnados como “vacunados” y
“no vacunados”. 3os que se declararon exentos de enmas-
cararse, o los que paNaron por una prueba falsa de inyección,
simplemente dieron apariencia de leNalidad a lo que eran nor-
mas impuestas ileNalmente" mientras que los que declararon
que llevar mascarilla o “vacunarse” era una decisión personal
que habían eleNido tomar, al hacerlo daban la espalda a las
consecuencias de sus actos para los que adoptaron una pos-
tura de principios en contra de lo que el cumplimiento masivo
estaba permitiendo.
En comparación con los trabajadores daneses que se ne-
Naron a acatar la ocupación alemana e incluso se atrevieron
a sabotear el esfuerzo btlico alemán, no hubo tal postura o
acción por parte de nuestros sindicatos infaliblemente ser-
viles, que en su luNar respondieron al estado de emerNencia
abandonando a los trabajadores que rechazaron los manda-
tos sobre el uso de mascarillas en el trabajo a la “vacunación”
como condición de empleo, y se unieron a la izquierda políti-
ca dentro y fuera del Parlamento al neNarse a unirse y en su
luNar denunciar a la oposición abrumadoramente obrera en
marchas y manifestaciones como teóricos de la conspiración

334
EL NUEVO TOTALITARISMO

de derechas. 3as recientes huelNas del :indicato -erroviario,


Marítimo y del Transporte sólo demuestran lo que podría ha-
ber ocurrido si los sindicatos hubieran tenido el valor de hacer
alNo más que exiNir salarios más altos para sus trabajado-
res, y en su luNar hubieran defendido a todos los trabajadores
contra la mayor transferencia de riqueza y poder de los po-
bres a los ricos en la historia moderna del 9eino <nido.
En cuanto a los militares, mientras que incluso las fuer-
zas alemanas de ocupación se neNaron a participar en la
:olución -inal en Dinamarca, haciendo necesaria la lleNada
de unidades policiales alemanas para hacer su trabajo sucio,
los militares británicos, rápidamente constituidos en la “-uer-
za de (poyo C6=0D”, estuvieron visiblemente presentes en
nuestras calles 21. 6stensiblemente empleados para ayudar
en la construcción de Hospitales 5iNhtinNale temporales que
nunca se utilizaron o para llevar a cabo pruebas mtdicas frau-
dulentas que justiÄcaran nuevos encierros, la presencia de los
militares era una amenaza para reprimir cualquier disturbio
civil durante el estado de emerNencia. Desde que Ctsar cruzó
el 9ubicón con sus leNiones y entró en 0talia desaÄando la ley
romana, la presencia del ejtrcito en suelo patrio ha sido se|al
de que una sociedad vive bajo una dictadura, y el hecho de
que la nuestra fuera constitucional no cambia en nada esa
verdad. De hecho, el Gobierno amenazó con utilizar al ejtrcito
contra los manifestantes si continuaban las manifestaciones
contra los mandatos de bloqueo y “vacuna”22.
En efecto, el ejtrcito no fue necesario. (rendt sostiene que
una de las características de los Nobiernos totalitarios es que
las fuerzas policiales tienen más poder que las fuerzas arma-
das, y desde que se impuso el bloqueo, los ya de por sí Nran-
des poderes de las fuerzas policiales británicas han aumenta-
do exponencialmente, hasta el punto de que ahora constituyen
una fuerza policial politizada cuya función principal es hacer

335
EL CAMINO AL FASCISM

cumplir no sólo las normas del estado de bioseNuridad, sino


tambitn su ideoloNía totalitaria. De nuevo, mientras la policía
danesa ponía trabas a la policía alemana que realizaba reNis-
tros puerta a puerta en busca de judíos, las fuerzas policiales
del 9eino <nido a lo larNo y ancho del país, ya estuvieran fa-
cultadas para ello por nuevas normativas como en Gales o sin
ese poder leNal en 0nNlaterra, no dudaron en irrumpir en domi-
cilios privados para hacer cumplir las restricciones de cierre.
@ ahora, tras el levantamiento de esas restricciones, la policía
está llevando a cabo la misma invasión de la privacidad más
allá incluso de sus recitn creados poderes leNales por delitos
de nueva creación como la publicación de comentarios en las
redes sociales que hayan causado ofensa o ansiedad a al-
Nuien, en alNún luNar2. Por ello, nuestra policía ha sido com-
parada con razón con la Äcticia “Policía del Pensamiento” de
la novela de 6r^ell 1984, y la ideoloNía que están imponiendo
está compuesta por las ortodoxias del ^oRe. (quellos que han
desestimado los temores sobre los usos que se darán al con-
junto de la nueva leNislación ya han sido correNidos por lo pre-
parada y dispuesta que está nuestra fuerza policial ideolóNica
para castiNar los delitos recitn desiNnados al pie de la letra de
las nuevas leyes y más allá.
@ mientras que los jefes de la comunidad judía de Dina-
marca arriesNaron sus propias vidas para dar a los miembros
de esa comunidad una oportunidad de escapar del inminente
poNromo, los jefes equivalentes de las comunidades del 9ei-
no <nido, no sólo de la comunidad judía sino de las comuni-
dades musulmana, cristiana, asiática y neNra, han proporcio-
nado en cambio un conducto crucial entre la imposición de
normativas y proNramas de bioseNuridad y las comunidades
que, por larNa experiencia, han aprendido a desconÄar de los
Nobiernos central, municipal y local. De hecho, el subNrupo del
:(GE sobre 0mpactos :ociales y de Comportamiento (:P0-B)

336
EL NUEVO TOTALITARISMO

apuntó explícitamente a los líderes comunitarios como la cla-


ve del cumplimiento en estas comunidades reliNiosas, ttnicas
y raciales24. Es mtrito suyo que la comunidad neNra, espe-
cialmente en 3ondres, haya rechazado en Neneral el criminal
proNrama de “vacunación”, y constituya uno de los Nrupos
demoNráÄcos de mayor incumplimiento. Esto es alNo que las
clases medias atribuyen arroNantemente a la iNnorancia y fal-
ta de educación de esa comunidad, pero que es claramente
atribuible a su mucho mayor experiencia y conocimiento de la
corrupción y las mentiras de la burocracia.
Con la honrosa excepción de un pu|ado de ÄNuras públi-
cas que se han atrevido a sacar la cabeza por encima del pa-
rapeto de la conformidad y el cumplimiento (y que fueron muy
rápidamente se|aladas por el brazo propaNandístico corpo-
rativo del estado de bioseNuridad por hacerlo), ninNuna de las
personas inmensamente ricas y potencialmente inÅuyentes
del 9eino <nido ha levantado un dedo para ayudar, y mucho
menos se ha ofrecido a ayudar económicamente, a los más
afectados por las restricciones del estado de bioseNuridad.
:e trata, como siempre, de la clase trabajadora y los pobres,
que entienden con razón esta “pandemia” declarada políti-
camente como una forma Nlobal de Nuerra de clases, alNo
que las clases medias sólo ahora, quizá, están empezando
a reconocer a medida que se dispara el coste de la vida. Por
lo demás, lo que (rendt describió como “un despiadado de-
seo de conformidad a cualquier precio” siNue riNiendo la vida
pública del Estado de bioseNuridad del 9eino <nido como lo
hizo con la de (lemania bajo el Tercer 9eich.
@ mientras que tanto las instituciones cívicas danesas
como los individuos mantuvieron todo el cuidado pastoral
que pudieron sobre los judíos deportados a Theresienstadt,
con la notable disminución de su tasa de mortalidad, en el
9eino <nido, por el contrario, tanto los individuos como las

337
EL CAMINO AL FASCISM

instituciones han abandonado a quienes están a su cuidado a


la vida desnuda en la que se convierten en cuanto traspasan
las puertas de nuestros hospitales y residencias de ancianos!
incubados, inyectados con potentes sedantes, a los que se
les nieNa la reanimación y a los que se les nieNan las visitas
de cualquier persona ajena al estado leNal de excepción al
que estas instalaciones mtdicas dan permanencia espacial.
@, lo peor de todo, aquellos que, personal o profesionalmen-
te, deberían haber hecho todo lo posible para proteNer a los
vulnerables de estas condiciones deshumanizadoras y, en la
mayoría de los casos, mortales, participaron con Nusto en su
desaparición en el archipitlaNo de la bioseNuridad, que conti-
núa hasta nuestros días.
Por último, y una vez más a su favor, al iNual que :uecia
fue en Nran medida inmune a la ideoloNía del antisemitismo y
a la autoridad de la 9aza que las fuerzas alemanas de ocupa-
ción intentaron imponerle en la dtcada de 194, su Gobierno y
su pueblo han sido más inmunes a la ideoloNía de la bioseNu-
ridad y a la autoridad de una Ciencia apoteósica que cualquier
otro país de Europa, habitndose neNado a neNar el trabajo a
los “no vacunados” como hizo el Gobierno del 9eino <nido2.
3a única comparación en la que podemos reconocernos
con paridad es la marcha atrás, la reescritura de la historia y
la neNación de haberse sumado a las imperiosas exiNencias
de enmascaramiento, encierro, “vacunas” obliNatorias y pa-
saportes C6=0D por parte de personajes públicos tanto en el
poder como fuera de tl que, al iNual que las autoridades ale-
manas de ocupación en Dinamarca, sospechan que la Nuerra
puede estar perdida y que, alNún día, se convocarán los jui-
cios de 5uremberN que tantos contrarios a su comportamien-
to criminal han reclamado. Esto demuestra lo iNnorantes que
son de la revolución del capitalismo a la que han servido y de
la que han sido instrumentos más o menos involuntarios. Por

338
EL NUEVO TOTALITARISMO

desNracia, la Nuerra no ha hecho más que empezar, y los jui-


cios que alNún día puedan llevar a estos colaboradores ante
la justicia se encuentran al otro lado de la larNa derrota del
Estado Mundial de BioseNuridad.
Como bien st y en ocasiones yo mismo he sido culpable,
al intentar advertir sobre nuestro descenso al totalitarismo,
es fácil caer en imitar las predicciones de catástrofe de sus
ideóloNos. (mbos deben ser resistidos por una práctica del
pensamiento y la acción que, sin apartar la vista de este des-
censo, conserve su asidero en el mundo de la experiencia del
que nuestro colapso moral nos separa cada vez más. Mien-
tras que es más que evidente que el pueblo dants, en la so-
ciedad civil y en sus interacciones sociales, siNuió pensando,
siNuió debatiendo y siNuió humanizando el mundo totalitario
que las fuerzas de ocupación de (lemania intentaron impo-
nerle, nosotros, de forma iNual de evidente, hemos dejado de
pensar, hemos dejado de debatir y hemos renunciado incluso
a intentar humanizar el Estado de BioseNuridad Global cuyo
Nobierno, leyes e ideoloNía hemos abrazado con la misma
cobardía que aquellos que, voluntariamente o bajo amenaza,
colaboraron con la aplicación de la :olución -inal. De hecho,
durante los últimos dos a|os y medio de connivencia acti-
va y acatamiento pasivo, el pueblo y las instituciones cívicas
del 9eino <nido han fracasado, en todo momento, en actuar
como actuaron el pueblo y las instituciones cívicas de Dina-
marca bajo la ocupación del Tercer 9eich, y en su luNar han
experimentado alNo parecido a ese “colapso moral” que, se-
Nún (rendt, se apoderó del pueblo alemán durante los doce
a|os de existencia política de este último. @ al iNual que el
pueblo alemán entonces, no estamos solos en ese colapso,
que al iNual que el fascismo en la dtcada de 19 se ha ex-
tendido por toda Europa en la dtcada de 22. Por desNra-
cia, el Gobierno de Dinamarca se ha distinNuido esta vez, si

339
EL CAMINO AL FASCISM

acaso, por la brutalidad de la aplicación de esta ideoloNía,


más que por su resistencia a ella. Pero mientras esperamos
el restablecimiento de muchas de las restricciones y obliNa-
ciones del Estado Global de BioseNuridad y la aplicación de
muchas más con las que actualmente se nos amenaza, no es
demasiado tarde para aprender del ejemplo histórico de la re-
sistencia danesa, como escribió (rendt, “frente a un adversa-
rio que poseía medios de violencia enormemente superiores”.
Es, en su forma más simple, una cuestión de nuestro coraje,
de rechazar el derecho a obedecer, de reclamar el espacio de
la amistad, de sembrar las semillas de una política futura en el
suelo del presente – por muy oscuro que se ponNa el tiempo.

340
conclusión
“Se espera y se espera. Pero la única Nran ocasión impac-
tante, en la que decenas o cientos o miles se unirán a usted,
nunca lleNa. Esa es la diÄcultad. :i el último y peor acto de
todo el rtNimen hubiera lleNado inmediatamente desputs del
primero y más peque|o, miles, sí, millones habrían quedado
suÄcientemente conmocionados. Pero, por supuesto, no es
así como sucede. En medio vienen todos los cientos de pe-
que|os pasos, alNunos de ellos imperceptibles, cada uno de
los cuales te prepara para no escandalizarte con el siNuiente.
@ un día, demasiado tarde, sus principios, si es que alNuna
vez fue sensible a ellos, se precipitan todos sobre usted. 3a
carNa del autoenNa|o se ha hecho demasiado pesada, y alNún
peque|o incidente la derrumba de Nolpe, y usted ve que todo,
todo, ha cambiado y ha cambiado por completo delante de
sus narices. El mundo en el que vive –su nación, su pueblo–
no es en absoluto el mundo en el que nació. 3as formas están
todas ahí, todas intactas, todas tranquilizadoras, las casas, las
tiendas, los trabajos, las comidas, las visitas, los conciertos, el
cine, las vacaciones. Pero el espíritu, en el que nunca se Äjó
porque cometió el error de toda la vida de identiÄcarlo con las
formas, ha cambiado. (hora vives en un mundo de odio y mie-
do, y las personas que odian y temen ni siquiera lo saben ellas
mismas" cuando todos se transforman, nadie se transforma».
– Milton Mayer,
Se creían libres: los alemanes, 1933-45, 1955

343
EL CAMINO AL FASCISM

¦Cuáles son, pues, los motivos para defender hoy el re-


torno del fascismo en 6ccidente, y cuáles son los beneÄcios
y los escollos de hacerlo? El fascismo histórico surNió en el
corazón de Europa durante una de las peores crisis de la
historia del capitalismo occidental y pronto se extendió por
todo el continente, no sólo en naciones conquistadas como
-rancia, que no tardó mucho en adoptar sus prácticas políti-
cas, jurídicas y culturales, sino antes en Nran parte de Europa
central, meridional y oriental. El intento posterior de equiparar
fascismo con socialismo forma parte, como he arNumentado,
del proyecto neoliberal de disociar el fascismo de preNuerra
de la historia de posNuerra de 6ccidente de derrocar, median-
te invasión militar o Nolpe político, a cualquier país que eliNie-
ra un partido socialista para el Nobierno, e instalar, en su luNar,
brutales dictaduras militares en :udamtrica, Ífrica, 6riente
Próximo y el sudeste asiático. Esto no fue simplemente el re-
sultado de la Guerra -ría y de la lucha contra el comunismo
internacional. Para 6ccidente era y es más fácil extraer los
recursos y la riqueza de países Nobernados por dictaduras
que ellos mismos han instaurado, que de Nobiernos, por muy
defectuosos o corruptos que sean, que se identiÄcan como
socialistas. :i esas dictaduras deben caliÄcarse de “fascis-
tas” no es la cuestión que este libro trata de abordar. Mi pre-
Nunta es si describe la revolución actual en las sociedades
occidentales hacia formas autoritarias de Nobierno y mtto-
dos totalitarios de control que no se habían visto en Europa
6ccidental desde el fascismo histórico, y en Europa 6riental
desde la disolución del Pacto de =arsovia.
Como he arNumentado, esta forma emerNente de Nobernanza
no es una forma de comunismo, incluida la forma que Nobier-
na actualmente la 9epública Popular China, aunque esta úl-
tima haya proporcionado el modelo para muchas de sus res-
tricciones y proNramas. China, como la <nión :ovittica antes

344
CONCLUSIÓN

que ella, es un Estado de partido único reNido por una forma


autoritaria de Nobierno que emplea un sistema totalitario de
viNilancia y control, pero no es fascista. :i el fascismo tiene
alNún siNniÄcado como ttrmino, describe cómo un sistema
autoritario de Nobierno, que en el caso de la (lemania nazi
produjo un sistema totalitario de control pero en otras formas
de fascismo no, puede implantarse dentro de una economía
capitalista sobre las ruinas de una democracia fallida. :i el
fascismo no es capitalista, no tiene ninNuna especiÄcidad que
lo distinNa de otras formas de dictadura en países no occi-
dentales. De hecho, yo diría que el fascismo es propio de las
dictaduras occidentales, que, una vez más, no se han visto
en Europa desde los a|os setenta en Espa|a, PortuNal y Gre-
cia –aunque las Nuerras y los crímenes contra la humanidad
que siNuieron a la desinteNración de la 9epública -ederal :o-
cialista de @uNoslavia en los a|os noventa demostraron una
vez más la presencia de la hoja del hacha del fascismo en el
capitalismo, y con qut violencia se deshace el haz de política,
derecho y cultura de este último cuando se cortan los lazos
que los unen. Por esta razón, creo que es leNítimo utilizar el
ttrmino “fascismo” para describir el manejo actual de la hoja
de esta hacha y el destrozo del contrato social que contenía
su violencia o, más exactamente, la diriNía contra otros Esta-
dos en luNar de contra las poblaciones del suyo propio.
3a cuestión de la terminoloNía, sin embarNo, es sólo en
parte una cuestión de leNitimidad, que ha desempe|ado un
papel menor en mi decisión de llamar “fascista” al Estado de
BioseNuridad Global. Con mucho, la cuestión más importante
es qut función cumple un concepto al ser formulado. ¦Qut
nos dice llamar ºfascista» a la superestructura emerNente de
los Estados occidentales sobre esta revolución en el capitalis-
mo? ¦-unciona para iluminar u oscurecer sus formas Nuber-
namentales, jurídicas y culturales emerNentes? El capitalismo,

345
EL CAMINO AL FASCISM

como hemos visto, se ha mostrado demasiado ansioso por


releNar el fascismo al pasado, al iNual que ha hecho con el
socialismo, incluso mientras la transformación del propio ca-
pitalismo aumenta a una velocidad cada vez mayor, hasta el
punto de que ya no se parece a lo que era hace tan sólo
cincuenta a|os, antes de la revolución neoliberal, y mucho
menos en la tpoca del fascismo histórico. @ cuanto más deja
de parecerse a sí mismo, más fanáticamente lo deÄenden sus
ideóloNos con ttrminos como “libre mercado”, “empresa pri-
vada” y “competencia” que son redundantes como descrip-
ción del funcionamiento del capitalismo desde hace cientos
de a|os. El eterno presente del capitalismo, que siempre está
en proceso de revolución hacia el futuro imaNinario prometi-
do al consumidor, se basa en el borrado del pasado, del que
nunca se puede ni se debe aprender nada. 3a insistencia con
la que los ideóloNos del neoliberalismo deÄnen el fascismo
como la conclusión inevitable de las creencias desacertadas
y afortunadamente disipadas en la iNualdad socialista sólo
puede servir para neNar la presencia continua y ahora resur-
Nente del fascismo en el capitalismo occidental. El pasado,
sin embarNo, y en ninNún luNar más que en las circunstancias
económicas, políticas y culturales que dieron luNar al fascis-
mo histórico hace cien a|os, es nuestra mejor lección, creo
yo, para comprender lo que está ocurriendo ahora en 6cci-
dente y hacia dónde nos conduce. :i es así –y este libro ha
sido mi intento de arNumentar a favor de la relevancia de este
pasado para nuestra comprensión actual del futuro– entonces
el ttrmino “fascismo” loNrará hacer su trabajo conceptual.
En cuanto a los escollos de utilizar este ttrmino, son mu-
chos y considerables. 0ncluso antes de leer lo que he escri-
to, comentaristas con poca comprensión del pasado o del
presente han desestimado mi uso del ttrmino. Como ya he
dicho, esto es tanto producto de la historia del fascismo que

346
CONCLUSIÓN

nos han ense|ado como de la neNativa a afrontar la brutal


realidad del capitalismo contemporáneo. 3a insistencia con la
que incluso sus críticos vuelven a llamar “comunista” al Esta-
do de BioseNuridad Global para describir lo que le ha sucedi-
do a 6ccidente desde marzo de 22 es un testimonio de lo
poco que entendemos el fascismo o el socialismo. Es lo que
cabe esperar de un sistema neoliberal de “coordinación” que
hace tiempo que ha penetrado no sólo en nuestra economía
y política, sino tambitn en nuestros medios de comunicación,
cultura e industrias educativas. De hecho, sólo sobre la base
de dicha coordinación la aberración de la ideoloNía ^oRe po-
dría haber alcanzado su heNemonía actual.
Por último, la reticencia a utilizar este ttrmino para des-
cribir el mundo en el que vivimos hoy, que con un Nesto de la
mano y un buÄdo de burla es “bastante evidente” que no es
fascista, es otra expresión de nuestra neNativa a enfrentarnos
a una realidad a la que, a cada momento, se nos ofrece una al-
ternativa virtual. (unque seNuimos hacitndolo en proporción
a la creciente complejidad del mundo y a la nube de ideoloNía
a travts de la que lo vemos, no deberíamos basar nuestras
opiniones políticas en la estttica ni encontrar consuelo en los
espectáculos de Estado a los que cada vez estamos más so-
metidos. Para la Nran mayoría de nosotros, nuestra imaNen
del fascismo es un producto del cine de Holly^ood y de los
documentales de la BBC, a los que las representaciones equi-
valentes de nuestras democracias neoliberales actuales no se
parecen en nada. Pero tste es precisamente el propósito y la
función de la industria del “Holocausto” a la que el Tercer 9eich
y la historia del fascismo han quedado reducidos casi por
completo en el 9eino <nido! consaNrados como los incom-
parables y, por tanto, ahistóricos crímenes del pasado de los
que no podemos ni debemos aprender, en luNar de las leccio-
nes de la historia económica, política y cultural del capitalismo

347
EL CAMINO AL FASCISM

del siNlo ??0. Esto, aparentemente, es un consuelo conside-


rable para quienes insisten en la certeza con la que descar-
tan cualquier comparación entre el estado de bioseNuridad
del 9eino <nido y el fascismo histórico" pero no ofrece ni es-
peranza ni instrucción a quienes intentamos comprender y
oponernos a cómo quienes controlan nuestro presente están
reescribiendo el pasado para producir el futuro que desean.
Empect este libro no con una respuesta decidida a esta
preNunta en mi propia mente, sino para formular sus ttrmi-
nos y descubrir, a travts del proceso de escritura, cuál es
la respuesta. ( pesar de la evidente facilidad con la que mi
tesis es desechada por quienes han dejado de pensar por
sí mismos y se empe|an en impedirlo en los demás, mi res-
puesta ahora, tras diez capítulos en los que examino el Es-
tado mundial de la bioseNuridad en sus aspectos históricos,
ideolóNicos, jurídicos, económicos, psicolóNicos, culturales,
políticos, biopolíticos, Nubernamentales y morales, es un “sí”
cualiÄcado. Con reservas, porque un solo libro no puede es-
perar cambiar los contextos ideolóNicos en los que el siNniÄ-
cado actual de esta palabra se ha releNado de forma seNura
y deliberada al pasado. Pero entonces, parte de la tarea de
este estudio ha sido desaÄar precisamente esos contextos,
exponiendo cómo el propio ttrmino es un punto disputado en
la historia de Europa desde la Gran Guerra, y una estrateNia
clave en la Neopolítica del capitalismo occidental desde la
:eNunda Guerra Mundial. Entender la complejidad del pre-
sente, por tanto, siNniÄca cambiar nuestra comprensión del
pasado por una en la que el fascismo sea el hacha sanNrienta
en el corazón de la economía política del capitalismo. Es un
hacha que, mientras escribo, se está abriendo camino a tra-
vts de los vínculos de la ley moral, la política democrática y la
libertad cultural para blandir su hoja sobre los ciudadanos del
Estado de BioseNuridad Global.

348
notas

1. =tase las páNinas tituladas ºHistorical Precedents for the Biosecurity :tate»
en :imon Elmer, ºThe 5e^ 5ormal! >hat is the <2 Biosecurity :tate? (Part 2.
5ormalisinN -ear)» (28 (uNust, 22), recoNido en CO=I+-19: Implementing
the UK Biosecurity State ((rchitects for :ocial HousinN, 221), pp. 22-2.
2. =tase, por ejemplo, del mismo periódico neoliberarl hace dos a|os, 2e-
vin 9a^linson, º5eo-5azi Nroups recruit Britons to ÄNht in <Rraine», The
Guardian (2 March, 22)" and 1ason :tanley, ºThe antisemitism animatinN
Putin»s claim to “denazify” <Rraine», The Guardian (2 -ebruary, 222).
3. =tase >orld Health 6rNanization, º>orld Health (ssembly aNrees to
launch process to develop historic Nlobal accord on pandemic prevention,
preparedness and response» (1 December, 221)" and European Council,
º(n international treaty on pandemic prevention and preparedness» (last re-
vie^ed 2 March, 222).
4. :obre los miembro y fundadores de :(GE, vtase :imon Elmer, ºThe
Betrayal of the ClerRs! <2 0ntellectuals in the :ervice of the Biosecurity
:tate» (12 5ovember, 22), collected in Brave New World: Expanding the
UK Biosecurity State through the Winter of 2020-2021 ((rchitects for :ocial
HousinN, 221), pp. 2-2.
5. =tase 9obert Hart, º5obody 0s :afe <ntil Everyone 0s :afe»! >orld 3eaders
Call for Global Pandemic Preparedness Treaty», Forbes ( March, 221).
6. =tase Trilateral Commission, ºTasR -orce 9eport on (rtiÄcial 0ntelliNence»
(2 March, 218)" >orld BanR Group, ºPractitioners Guide» (6ctober 219)"
0M-, º-inancial 0ntermediation and TechnoloNy! >hat»s 6ld and ^hat»s 5e^?»
(7 (uNust, 22)" Paul Collins, º0PCC climate report 222 summary! The Rey
ÄndinNs»" and >ilhelmine Preussen, º=on der 3eyen»s ^arninN messaNe to
0taly irRs election candidates», Politico (19 6ctober, 222).
7. =tase >orld Economic -orum, ºThis is ^hat a ne^ model of Novernance
could looR liRe» (17 1anuary, 222).
8. =tase >orld Economic -orum, ºThe -orum of @ounN Global 3eaders! >ho
>e (re».

349
EL CAMINO AL FASCISM

9. =tase Department for DiNital, Culture, Media and :port, ºThe -ourth 0n-
dustrial 9evolution» (1 6ctober, 217). M0 comentario sobrfe esta charla de
Matt HancocR, que sería el Ministro de :alud durante el cierre, puede leerse
en estas páNinas tituladasºDisruption and 9edeployment», section  of :i-
mon Elmer, ºCui Bono? The C6=0D-19 “conspiracy”» (19 -ebruary, 221),
recoNido en Brave New World, pp. 11-1.
10. =tase, por ejemplo, Daniel BoɈey, ºE< must consider mandatory Covid
jabs, says =on der 3eyen», The Guardian (1 December, 221)" -ranR Hersey,
º<5 explores diNital identity sector to inform leNal identity proNress», Biome-
tric (1 5ovember, 221)" Tim >allace, ºBanR of EnNland tells Ministers to
intervene on diNital currency proNramminN», The Telegraph (21 1une, 221)"
and Dre^ Donnelly, ºChina :ocial Credit :ystem Explained - >hat is it and
Ho^ Does it >orR?», NH Global Partners (22 1uly, 222).
11. <mberto Eco, º<r--ascism», The New York Review of Books (22 1une,
199), collected in How to Spot a Fascist, translated by 9icard Dixon and
(lastair McE^an (Harvill :ecRer, 22).
12. =tase GiorNio (Namben, ºMedicine as 9eliNion» (2 May, 22), collected
in Where Are We Now? The Epidemic as Politics. :econd updated edition.
Translated by =aleria Dani (Eris, 221), pp. 49-4. (=ersión espa|ola! 3a epi-
demia como política, ¦En qut punto estamos?, (driana HidalNo Editora).
13. =tase >orld Health 6rNanization, º(dvice on the use of masRs in the
context of C6=0D-19» ( 1une, 22). Para un sumario de la politización del
enmascaramiento, vtase :imon Elmer, ºThe :cience and 3a^ of 9efusinN
to >ear MasRs! Texts and (rNuments in :upport of Civil Disobedience» (11
1une, 22)" recoNido en CO=I+-19, pp. 19-187. El ya famoso consejo del
Grupo CientíÄco de la Gripe Pandtmica sobre Ciencias del Comportamiento
(:P0-B) fue que! “<n número considerable de personas aún no se sienten
lo suÄcientemente amenazadas personalmente" podría ser que esttn tran-
quilas por la baja tasa de mortalidad en su Nrupo demoNráÄco. Es necesa-
rio aumentar el nivel percibido de amenaza personal entre aquellos que se
muestran complacientes, utilizando mensajes emocionales contundentes».
=tase Grupo (sesor CientíÄco para EmerNencias, “6pciones para aumentar
la adhesión a las medidas de distanciamiento social” (22 de marzo de 22).
14. =tase European Commission, º0dentifyinN conspiracy theories».
15. @a existe una amplia y, desde que un juez federal obliNó a la (dminis-
tración de (limentos y Medicamentos de EE.<<. a publicar los datos de
los ensayos clínicos de PÄzer, rápidamente creciente evidencia de que las
“vacunas” temporalmente autorizadas para su uso en el 9eino <nido para
combatir los efectos y la propaNación de C6=0D-19 no hacen ni lo uno ni
lo otro y, por lo tanto, no pueden considerarse vacunas, ni siquiera seNún
la deÄnición constantemente alterada de lo que una vacuna puede y debe

350
NOTAS

hacer. Por este motivo, cuando utilizo esta palabra en el contexto de los
proNramas de “vacunación” contra el C6=0D-19, siempre la entrecomillo.
=tase :imon Elmer, ºEl proNrama de “vacunación” del 9eino <nido! Parte
1. 9eacciones adversas y muertes» (1 de septiembre de 221), recoNido en
Virtue and Terror: Resisting the UK Biosecurity State ((rchitects for :ocial
HousinN, 221), pp. 9-7.
16. :obre la dimensión de clase de la resistencia y el cumplimiento en el
9eino <nido, vtase :imon Elmer, ºBehind the MasR, the Conspiracy!» (17
May, 221), collected in Virtue and Terror, pp. 9-22.
17. =tase 1ustin 3inN, º6tta^a protests! “stronN ties” bet^een some occupiers
and far-riNht extremists, minister says», The Guardian (1 -ebruary, 222).
18. =tase HM Government, º6ur Plan to 9ebuild! The <2 Government»s
C6=0D-19 9ecovery :trateNy» (May 22), and 2laus :ch^ab and Thierry
Malleret, COVI+-19: The Great Reset (-orum PublishinN, 1uly 22).
19. =tase ºThe Queen and 9oyal -amily host G7 leaders for joint dinner at
Eden Project», ITV News (11 1une, 221).
20. =tase ºPartyNate! ( timeline of the locRdo^n NatherinNs», BBC (19 May, 222).
21. =tase º:uperheroes bo^ to 5H: anNels in stunninN art^orR on busi-
nessman»s NaraNe door», +aily Mail (19 May, 22).
22. =tase :ajid 1avid, ºHealth :ecretary statement on =accines as a Condition
of Deployment», +epartment of Health and Social Care (9 5ovember, 221).
23. =tase :imon Elmer, º3ies, Damned 3ies and :tatistics! ManufacturinN
the Crisis» (27 1anuary, 221), collected in Brave New World, pp. 112-1.
24. =tase 2ate 5icholson, º9ishi :unaR Proves That The Conservative
Po^er :tance 3ives 6n», Huɉngton Post (1 1uly, 222).
25. =tase Dr. Michael Brady, ºHo^ to have sex ^hile manaNinN the risR of
C6=0D-19», The Terrence Higgins Trust (7 (uNust, 22).
26. =tase (lex 5ice, 9aphael HoNarth, 1oe Marshall, Catherine Haddon and
(lice 3illy, ºGovernment emerNency po^ers and coronavirus», Institute for
Government (22 March, 221)" and Hansard :ociety, ºCoronavirus :tatutory
0nstruments Dashboard, 22-222» (9 (pril, 22-17 1une 222).
27. Mi descripción del proNrama de “vacunación” como “experimental” a lo
larNo de este libro se basa en las siNuientes condiciones de su aplicación.
1) 3os ensayos clínicos de la ºvacuna» con vectores virales de (straAeneca
6xford no Änalizarán hasta febrero de 22, hasta febrero de 224 en el
caso de la ºvacuna» con (95m de PÄzerBio5Tech y hasta diciembre de
222 en el caso de la ºvacuna» con (95m de Moderna50H. 2) 3as “vacu-
nas” sólo han recibido una autorización temporal de la MH9( en virtud del
9eNlamento sobre Medicamentos de <so Humano (Coronavirus e 0nÅuen-
za) (Enmienda) de 22, en el que el recitn introducido 9eNlamento 174a

351
EL CAMINO AL FASCISM

modiÄcó el 9eNlamento sobre Medicamentos de <so Humano de 212


para permitir la autorización temporal del suministro de medicamentos sin
licencia, incluidas las vacunas C6=0D-19, en respuesta a determinadas
amenazas para la salud pública. ) (unque se ha probado en seres huma-
nos individuales para varias enfermedades infecciosas, incluidas la rabia
y la Nripe, la biotecnoloNía del (95 mensajero empleada en las “vacunas”
de PÄzerBio5Tech y Moderna50H nunca antes había sido autorizada para
su uso de emerNencia en seres humanos como parte de un proNrama de
“vacunación” masiva.
28. =tase (Nencia de :eNuridad :anitaria del 9eino <nido, ºC6=0D-19
vaccine surveillance report! :emana 1» (1 de marzo de 222)" y PÄzer,
ºCumulative analysis of post-authorization adverse event reports of P--
7248 (B5T12B2) received throuNh 28--eb-221. El primer documen-
to informaba de que, en las 4 semanas transcurridas hasta el  de marzo
de 222, 28 fallecidos atribuidos a C6=0D-19 en el 9eino <nido no habían
sido “vacunados”, en comparación con 2.82 a los que se había inyectado
tres veces una “vacuna” de C6=0D-19, y que el 9 de los fallecidos, 2.42
personas, habían recibido al menos una inyección. Este último documento
informaba de que, en los  meses transcurridos entre el 1 de diciembre
de 22, fecha en la que la “vacuna” de PÄzer fue aprobada para uso de
emerNencia, y el 28 de febrero de 221, se habían notiÄcado 42.8 casos
de 18.89 efectos adversos, de los cuales 1.22 fueron mortales, por un
número desconocido (redactado) de dosis. Estos trastornos incluían 1.
trastornos Nenerales, 2.97 trastornos del sistema nervioso, 17.28 mus-
culoesqueltticos, 14.9 Nastrointestinales, 8.47 de la piel y los tejidos,
8.848 respiratorios, de la columna vertebral y del tórax, 4.1 infecciones e
infestaciones, .9 lesiones, intoxicaciones y complicaciones, y 1.4 car-
diovasculares. Contradiciendo la Neneralizada desestimación de los acon-
tecimientos adversos como “brazos doloridos”, estos trastornos se clasiÄ-
caron de la siNuiente manera! cardiovasculares! 1.441 casos, de los que 94
fueron Nraves y 1 mortales" parálisis facial! 4 casos, 28 permanentes"
autoinmunes! 1. casos, 78 Nraves, 7 de pericarditis o miocarditis, 12
mortales" neurolóNicos! 42, 1 Nraves" coaNulación sanNuínea! 18, 11
Nraves, 18 mortales" apoplejía! , todas Nraves. De los trastornos del
embarazo, hubo 41 casos, de los que 84 fueron Nraves. 3os resultados
de 27 embarazos fueron que 2 resultaron en aborto espontáneo, 2 en
parto prematuro con muerte neonatal, 2 en aborto espontáneo con muer-
te intrauterina y  resultados estaban pendientes. De las 124 madres que
participaron en el ensayo, 7 notiÄcaron acontecimientos adversos Nraves.
29. :obre esta alianza entre las Änanzas internacionales, las empresas farma-
ctuticas y las aNencias reNuladoras Nubernamentales, vtase :imon Elmer,

352
NOTAS

ºBread and Circuses! >ho»s Behind the 6xford =accine for C6=0D-19?» (2
5ovember, 22), collected in Brave New World, pp. -4" and ºBo^linN
for PÄzer! >ho»s Behind the Bio5Tech =accine for C6=0D-19?» (9 Decem-
ber, 22), collected in Brave New World, pp. -7.
30. =tanse las páNinas tituladas “Crimen y castiNo en el Estado de bioseNuri-
dad del 9eino <nido” en “El proNrama de “vacunación” del 9eino <nido. Parte
2. =irtud y terror» (22 de septiembre de 221)" recoNidas en =irtud y terror, pp.
98-19. ( 29 de marzo de 222, el valor total de los contratos adjudicados por
el Gobierno británico en respuesta a la “pandemia” ascendía a 4.7 millones
de libras! de los cuales 22.7 millones se Nastaron en Pruebas y 9astreo"
14.7 millones en EP0" .4 millones en hospitales y medicamentos" .1
millones en otros suministrosservicios" y 8 millones en “vacunas” expe-
rimentales (los contratos con PÄzer, (straAeneca y Moderna se publicaron
todos con un valor teórico de 1 libra). El mayor contratista fue 0nnova Medical
Group, la empresa emerNente estadounidense fundada por un vendedor de
coches que vendió al Gobierno británico más de mil millones de pruebas rá-
pidas de antíNenos fabricadas en China, con 11 contratos por valor de 4.248
millones de libras. =tase Henry Thompson, “3atest <pdates on <2 Gover-
nment C6=0D-19 Contracts and :pendinN”, Tussell (29 de marzo de 222).
31. Benito Mussolini and Giovanni Gentile, The +octrine of Fascism, 192"
The >orld -uture -und, pp.  and 8.
32. :obre la externalización del estado de bioseNuridad del 9eino <nido
a empresas de propiedad y Nestión privadas y sus consecuencias para el
control democrático y la rendición de cuentas, vtase :imon Elmer, º3ocR-
do^n! Collateral DamaNe in the >ar on C6=0D-19» (2 1une, 22), collected
in COVI+-19, pp. 12-18.
33. =tase Munsif =enNattil and Elizabeth Culliford, º-acebooR allo^s ^ar
posts urNinN violence aNainst 9ussian invaders», Reuters (11 March, 222)"
and <rooba 1amal, º-acebooR is reversinN its ban on posts praisinN <Rrai-
ne»s far-riNht (zov Battalion, report says», Insider (2 -ebruary, 222).
34. Citado en (non, ºHo^ recent vaccine mandate la^s in 3ithuania and
throuNhout Europe have upended my family»s life», The Rio Times (1 6cto-
ber, 221).
35. =tase :amuel 6sborne, ºC6=0D-19! (ustralian riot police Äre rubber bullets
at anti-locRdo^n protesters in Melbourne», Sky News (22 :eptember, 221).
36. =tase ºCovid Nreen pass! Ho^ are people in 0taly reactinN to the ne^
la^ for ^orRplaces?», The 3ocal (1 6ctober, 221).
37. =tase Government of Canada, ºMandatory C6=0D-19 vaccination re-
quirements for federally reNulated transportation employees and travellers»
( 6ctober, 221).

353
EL CAMINO AL FASCISM

38. =tase Ministry of Health 5A, ºC6=0D-19! Mandatory =accinations» (last


updated 1 (uNust 222).
39. =tase 3iam 6»Dell, º1acinda (rdern admits 5e^ Aealand ^ill become a
t^o-tier society bet^een vaccinated and unvaccinated», The Independent
(24 6ctober, 221).
40. =tase (ndrea 2nipp-:elRe and HeiRe 9iedmann, ºDie :paltunN der Gesell-
schaft ist lpnNst in den :chulen anNeRommen», +ie Welt (1 December, 221).
41. =tase 3aurenz GehrRe, ºGermany to tiNhten coronavirus restrictions»,
Politico (1 December, 221).
42. =tase 9ule of 3a^ Education Centre, º=ictorian Pandemic ManaNement
Bill» (2 5ovember, 221).
43. =tase :ilvia (maro, ºGreece imposes monthly Änes of 1 euros on the
over-s ^ho refuse a Covid vaccine», CNBC (1 December, 221).
44. =tase 1ohnny Cotton, ºBelNian police Äre ^ater cannon, tear Nas durinN
C6=0D curbs protest», Reuters (2 1anuary, 221).
45. =tase Philip 6ltermann, º(ustria plans compulsory Covid vaccination
for all», The Guardian (19 5ovember, 221).
46. =tase 2atie >eston, Chris Matthe^s and Peter (llen, º-rench -reedom
Convoy cracRdo^n! 9iot police tearNas terriÄed diners at pavement cafes in
Paris», +aily Mail (12 -ebruary, 222).
47. =tase º-ull text of Chrystia -reeland»s remarRs durinN EmerNencies (ct
announcement», Toronto Star (14 -ebruary, 222).
48. =tase GreN >oodÄeld, 1ohn 9. 2ennedy and 2eith Griɉth, º6tta^a
police arrest 1 protesters and remove 21 trucRs usinN emerNency act
po^ers», +aily Mail (19 -ebruary, 222).
49. =tase 1acqueline 3aPointe, ºCM: <pdates Healthcare >orRer =accine
Mandate Guidance», RevCycle Intelligence (18 1anuary, 222).
50. =tase º>hat chanNes about life in 0taly in -ebruary 222?», The 3ocal (1
-ebruary, 222).
51. =tase Brett 3acRey, º5e^ Aealand Parliament Nrounds set on Äre as
2i^is lose it», +aily Mail ( March, 222).
52. =tase 2ate Connolly, ºGerman Novernment drops plan for Covid vacci-
ne mandate», The Guardian (8 (pril, 222).
53. =tase Maria Diaz CreNo, Costica Dumbrava, David de Groot, :ilvia 2o-
tanidis, and Maria-MarNarita Mentzelopoulou, º3eNal issues surroundinN
compulsory Covid-19 vaccination», European Parliamentary Research Ser-
vice (14 March, 222).
54. Para un análisis de las leyes, códiNos, derechos y buenas prácticas que
viola la “vacunación” obliNatoria, vtase :imon Elmer» ºThe <2 “=accination”

354
NOTAS

ProNramme. Part 2! =irtue and Terror» (22 :eptember, 221), collected in


Virtue and Terror, pp. 71-19.
55. =tase <5E:C6, º<niversal Declaration on Bioethics and Human 9iNhts»
(19 6ctober, 2).
56. =tase European Council, ºCovid-19 vaccines! ethical, leNal and practi-
cal considerations», Council of Europe 9esolution 21 (27 1anuary, 221).
57. =tase Council of Europe, ºEuropean :ocial Charter», collected texts (7th
edition) (updated! 1 1anuary, 21), p. 14.
58. Benito Mussolini and Giovanni Gentile, The +octrine of Fascism, p. 11.
59. =tase Ministry of 1ustice, ºHuman 9iNhts (ct 9eform! ( Modern Bill of
9iNhts» (post-consultation paper for the consultation opened 14 December,
221, closed 19 (pril, 222).
60. =tase 9ym Momtaz, ºEmmanuel Macron on coronavirus! “>e»re at
>ar”», Politico (1 March, 22).
61. =tase (ndre^ 6rlo^sRi, º“Mass formation psychosis” Nets a ^arninN
from GooNle», The Post ( 1anuary, 222).
62. =tase Hannah (rendt, ºThe Decline of the 5ation :tate and the End of
the 9iNhts of Man», The Origins of Totalitarianism, 2nd revised edition (Pen-
Nuin Modern Classics, 217), pp. 49-9.
63. Por un intento de correNir esta censura, vtase :imon Elmer, ºThe <2
“=accination” ProNramme! Part 1. (dverse DruN 9eactions and Deaths» (1
:eptember, 221), collected in Virtue and Terror, pp. 9-7. Para el análisis
de los ensayos clínicos cuyos datos están siendo divulNados por PÄzer
en virtud de una orden judicial, vtase Paul ThacRer, ºCovid-19! 9esearcher
blo^s the ^histle on data inteNrity issues in PÄzer»s vaccine trial», British
Medical Journal (2 5ovember, 221)" and H(9T! Health (dvisory 9eco-
very Team, º-irst ÄndinN from PÄzer trials» (1 1une, 222).
64. =tase ºC6=0D! German cabinet siNns oɈ on rules for autumn and ^in-
ter», +W (24 (uNust, 222).
65. =tase -abio =iNhi, º-rom C6=0D-19 to Putin-22! >ho needs friends ^ith
enemies liRe these?», The Philosophical Salon (14 March, 222).
66. =tase -ranR Hersey, º-rance announces user-controlled mobile diNital
identity app for use ^ith national 0D», Biometric (28 (pril, 222).
67. =tase Haroon :iddique, º5e^ bill quietly Nives po^ers to remove British
citizenship ^ithout notice», The Guardian (17 5ovember, 221).
68. Para el inminente “desplieNue” de estos proNramas que cambiarán fun-
damentalmente nuestro contrato social con el Estado británico de bioseNu-
ridad, vtase, respectivamente, Departamento de DiNital, Cultura, Medios
de Comunicación y Deporte, “<2 diNital identity and attributes trust fra-
me^orR” (14 de junio de 222)" Banco de 0nNlaterra, “Central BanR DiNital

355
EL CAMINO AL FASCISM

Currency! (n update on the BanR of EnNland»s ^orR - speech by Tom Mu-


tton» (17 de junio de 221)" -ranR Hudson y (aron 2ulaRie^iscz, ºPotential
Merits of a universal basic income», Biblioteca Pública de la Cámara de los
Comunes (1 de junio de 222)" :arah >ard, ºMandatory E:G reportinN
is here, and -inance needs to Net ready», 2PMG (2 de mayo de 222)"
Cabinet 6ɉce, º0mplementinN the :ustainable Development Goals» (1 de
julio de 222)" Government DiNital :ervice, ºHo^ to score attributes» (2 de
aNosto de 221)" <2 Government Chief :cientiÄc (dvisor, ºThe 0nternet of
ThinNs! MaRinN the most of the :econd DiNital 9evolution» (diciembre de
214)" 3ydia Harriss y Philippa 2earney, º:mart Cities», 9esearch BrieÄnN,
Parlamento del 9eino <nido (22 de septiembre de 221)" y (Nencia de :e-
Nuridad Británica, º(utomated -acial 9ecoNnition! ethical and leNal use»,
Ministerio del 0nterior (2 de octubre de 221).
69. =tase Department for DiNital, Culture, Media and :port, ºCode of prac-
tice for ^ireless net^orR development in EnNland» (7 March, 222).
70. =tase 2laus :ch^ab, The Fourth Industrial Revolution, ^ith an introduc-
tion by Marc 9. BenioɈ (Portfolio PenNuin, 217)" and Shaping the Future of
the Fourth Industrial Revolution: A Guide to Building a Better World, ^ith a
fore^ord by :atya 5adella (Portfolio PenNuin, 218).
71. =tase =ladimir 0lyich 3enin, ºParasitism and the Decay of Capitalism»,
Imperialism, the Highest Stage of Capitalism, :elected >orRs, vol. 1 (Mos-
co^! ProNress Publishers, 19), pp. 7-7. (Hay versión en espa|ol!
“0mperialismo, fase superior del Capitalismo”, Ed. De Barris)
72. =tase 9. Palme Dutt, ºThe Question of -ascism and Capitalist Decay»,
The Communist International, =ol. ?00, 5o. 14 (1uly 2, 19).
73. =tase :imon Elmer, ºCui bono? The C6=0D-19 “conspiracy”» (19 -e-
bruary, 221), collected in Brave New World, pp. 17-17.
74. =tase Manas Mishra, ºHealth costs pushed or ^orsened poverty for
over  million», Reuters (1 December, 221).
75. 3a tasa de letalidad de la infección (0-9) por el :9(:-Co=-2 varía consi-
derablemente seNún el país y el tiempo, pero la mayor variante es la edad.
:eNún el equipo de previsión C6=0D-19, Änanciado por la -undación Bill y
Melinda Gates, del 1 de abril de 22 al 1 de enero de 221 la 0-9 a los 7
a|os era del ,2 , pasando por el ,7 a los  a|os, el 1,
a los  a|os y el 2,292 a los 9 a|os. =tase 9eed 1. D. :orensen,
et al, º=ariation in the C6=0D-19 infection-fatality ratio by aNe, time, and
NeoNraphy durinN the pre-vaccine era! a systematic analysis», The 3ancet
(24 de febrero de 222). :in embarNo, incluso estas cifras se basan en las
estimaciones exaNeradas de lo que el informe denomina “mortalidad total
por C6=0D-19”. <na estimación no Änanciada por los inversores en vacu-
nas de la T09 en 29 países (24 de inNresos altos) entre los menores de 7

356
NOTAS

a|os, que constituyen el 9 de la población mundial, tiene la T09 media


en , a la edad de -19 a|os, , a la edad de 2-29 a|os,
,11 a la edad de -9 a|os, , a la edad de 4-49 a|os, ,129
a la edad de -9 a|os y ,1 a la edad de -9 a|os. =tase 1ohn P.
(. 0oannidis, et al., º(Ne-stratiÄed infection fatality rate of C6=0D-19 in the
non-elderly informed from pre-vaccination national seroprevalence studies»,
med9xiv (1 de octubre de 222).
76. =tase º:peaRers conÄrmed for “The left case aNainst vaccine pass-
ports”», 3eft 3ockdown Sceptics (9 5ovember 221).
77. =tase -abio =iNhi, º( :elf-fulÄllinN Prophecy! :ystemic Collapse and
Pandemic :imulation», The Philosophical Salon (1 (uNust, 221).
78. BanR of 0nternational :ettlements, Annual Economic Report (1une 219) p. ix.
79. =tase David Harvey, :eventeen Contradictions and the End of Capita-
lism (ProÄle BooRs, 214). (Hay versión en espa|ol! +iecisiete contradic-
ciones y el Än del capitalismo (Prácticas constituyentes), ed. TraÄcantes de
:ue|os" (1 noviembre 214, Madrid).
80. =tase (rchana 2abra, º2 9ichest Companies in the >orld by MarRet
Cap 222», The Teal Mango (2 1une 222).
81. BanR of 0nternational :ettlements, Annual Economic Report, p. xiv.
82. =tase -iorella De -iore and 6reste Tristani, º(<n)conventional Policy and
the EɈective 3o^er Bound», BIS Working Papers, 5o. 84 ((uNust 219).
83. =tase the 0nstitute of 0nternational -inance, º00- Quarterly Global Debt
Monitor 219» ( (uNust, 219)" Phillip 0nman, º0s a Nlobal recession co-
minN? Here are seven ^arninN siNns», The Guardian (2 (uNust, 219)" and
ElNa Bartsch, 1ean Boivin, :tanley -ischer and Philipp Hildebrand, ºDealinN
^ith the next do^nturn! -rom unconventional monetary policy to unprece-
dented policy coordination», BlackRock Investment Institute ((uNust 219).
84. =tase Brendan Greeley, ºCentral BanRers rethinR everythinN at 1acRson
Hole», Financial Times (2 (uNust, 219).
85. =tase -ederal Deposit 0nsurance Corporation, ºBasic -D0C 0nsurance Co-
veraNe Permanently 0ncreased to 2, Per Depositor» (21 1uly, 219).
86. =tase Gary B. Gorton, ºQuestions and (ns^ers about the -inancial
Crisis», National Bureau of Economic Research, >orRinN Paper 1787 (-e-
bruary 21).
87. =tase Enrico Perotti, ºThe 9oots of :hado^ BanRinN», Centre for Econo-
mic Policy Research, Policy 0nsiNht 5o. 9 (December 21).
88. =tase Christopher 9uNaber, º-ederal 9eserve to lend additional 1 tri-
llion a day to larNe banRs», PBS (2 March, 22).
89. =tase Tyler Durden, º“The -ed >as :uddenly -acinN Multiple 3TCMs”!

357
EL CAMINO AL FASCISM

B0: 6Ɉers ( :tunninN Explanation 6f >hat 9eally Happened 6n 9epo-


calypse Day», ZeroHedge (9 December, 219).
90. =tase Emily Barrett and 1esse Hamilton, º>hy the <: 9epo MarRet
Ble^ <p and Ho^ to -ix 0t», Bloomberg UK ( 1anuary, 22).
91. =tase Ellen Bro^n, º(nother BanR Bailout <nder Cover of a =irus», The
Web of +ebt Blog (18 May, 22).
92. =tase Malcolm :cott, Paul 1acRson and 1in >u, º( 9 Trillion BinNe Turns
Central BanRs into the MarRet»s BiNNest >hales», Bloomberg UK (7 1uly, 221).
93. =tase Board of Governors of the -ederal 9eserve :ystem, º-ederal 9e-
serve (ctions to :upport the -lo^ of Credit to Households and Businesses»
(1 March, 22).
94. =tase -ederal 9eserve, ºThe Primary :econdary 3endinN ProNrams».
95. =tase >olf 9ichter, º-ed Cut BacR on Helicopter Money for >all :treet
and the >ealthy», Wolf Street (2 (pril, 22).
96. =tase (dministration of Donald Trump, ºExecutive 6rder 1887 - Mo-
dernizinN 0nÅuenza =accines in the <nited :tates To Promote 5ational :e-
curity and Public Health» (19 :eptember, 219).
97. =tase Center for Health :ecurity, ºThe Event 21 :cenario! ( Global
Pandemic Exercise» (18 6ctober, 219).
98. =tase >orld Health 6rNanization, ºGlobal =accine :afety :ummit» (2-
December, 219).
99. =tase =ictor M. Corman, et al., ºDiaNnostic detection of 219-nCo= by
real-time 9T-PC9», Eurosurveillance (22 1anuary, 22).
100. :iNuiendo el ejemplo de la 6M:, el 1 de marzo de 22, la “Guía y pro-
cedimiento operativo estándar! Pruebas del virus C6=0D-19 en los laboratorios
del :ervicio 5acional de :alud”, publicado por el :ervicio 5acional de :alud,
recomendaba un umbral de ampliÄcación por ciclo ttrmico (Ct) de 4 para
las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa
(9T-PC9) para el :(9:-Co=-2, y que todo lo que estuviera por debajo de 4
se considerara un positivo “conÄrmado”. :in embarNo, el 22 de mayo, en ºPre-
dictinN infectious :evere (cute 9espiratory Disease :yndrome Coronavirus 2
from DiaNnostic :amples», la :ociedad de Enfermedades 0nfecciosas de (mt-
rica (0D:() informó de que el virus infeccioso sólo se detectaba con pruebas
PC9 con menos de 24 ciclos de ampliÄcación. El 4 de aNosto, en º=iral cultures
for C6=0D-19 infectivity assessment. :ystematic revie^», el Centre for Eviden-
ce-based Medicine de la <niversidad de 6xford informó de que, con pruebas
9T-PC9 a más de  ciclos de ampliÄcación ttrmica, el virus detectado estaba
muerto y, por tanto, no era infeccioso. El 28 de septiembre, en “Correlación en-
tre 79 muestras positivas a la reacción en cadena de la polimerasa cuantita-
tiva y cultivos celulares positivos, incluidos 1941 aislamientos de coronavirus 2

358
NOTAS

del síndrome respiratorio aNudo Nrave”, la 0D:( informó de que, a un Ct de 2,


hasta el 7 de los resultados positivos son verdaderos positivos" pero que a
un Ct de  esto se reduce al 2 " y a un Ct de , sólo el  de las pruebas
positivas son verdaderos positivos. ( pesar de estos hallazNos, en octubre
de 22, en º<nderstandinN cycle threshold (Ct) in :(9:-Co=-2 9T-PC9! <na
Nuía para los equipos de protección de la salud», :alud Pública de 0nNlaterra
aconsejó administrar las pruebas 9T-PC9 a un Ct de 4, al tiempo que admitía
que dichas pruebas “no eran capaces de distinNuir si el virus infeccioso está
presente”. El análisis más extenso de los numerosos fallos de estos protocolos
es el publicado por el Consorcio 0nternacional de CientíÄcos en Ciencias de la
=ida. =tase Pieter BorNer, et al,»0nforme de revisión Corman-Drosten. External
peer revie^ of the 9T-PC9 test to detect :(9:-Co=-2 reveals 1 major scien-
tiÄc Åa^s at the molecular and methodoloNical level! consequences for false
positive results» (27 de noviembre de 22).
101. =tase >orld Economic -orum, º>orld Economic -orum launches C6-
=0D-19 (ction Platform to ÄNht coronavirus» (11 March, 22).
102. =tase >orld Health 6rNanization, º>H6 Director-General»s openinN re-
marRs at the media brieÄnN on C6=0D-19 - 11 March 22» (11 March 22).
103. =tase -abio =iNhi, º( :elf-fulÄllinN Prophecy! :ystemic Collapse and
Pandemic :imulation», The Philosophical Salon (1 (uNust, 221).
104. =tase Dr. Ed^ard @ardeni and Mali Quintana, ºCentral BanRs! Monthly
Balance :heet» ((pril 222).
105. =tase (lexandra Dimitropoulou, ºEconomy 9anRinNs! 3arNest countries
by GDP, 222», CEO World Magazine (1 March, 222)" and :overeiNn >ealth
-und 0nstitute, ºTop 1 3arNest Central BanR 9anRinNs by Total (ssets».
106. =tase -abio =iNhi, º:lavoj ùiüeR, EmerNency Capitalism, and the Capi-
tulation of the 3eft», The Philosophical Salon, 24 May, 221.
107. =tase 5aomi 2lein, The Shock +octrine: The Rise of +isaster Capita-
lism, 2nopf Canada, 27.
108. =tase 5aomi 2lein, ºThe Great 9eset Conspiracy :moothie», The Inter-
cept (8 December, 22).
109. =tase GiorNio (Namben, ºCapitalism as 9eliNion», translated by (dam
2otsRo in Creation and Anarchy: The Work of Art and the Religion of Capi-
talism (:tanford <niversity Press, 219), pp. -78.
110. =tase Dre^ De:ilver, º-or most <.:. ^orRers, real ^aNes have barely
budNed for decades», Pew Research Centre (7 (uNust, 218)" and Ciaren
Taylor, (ndre^ 1o^ett and Michael Hardie, º(n examination of -allinN 9eal
>aNes», Oɉce for National Statistics (1anuary 214).
111. =tase -abio =iNhi, º( :elf-fulÄllinN Prophecy! :ystemic Collapse and
Pandemic :imulation», The Philosophical Salon (1 (uNust, 221).

359
EL CAMINO AL FASCISM

112. =tase (mericans for Tax -airness, º(fter 2 years of C6=0D, <.:. billio-
naires are 1.7 trillion, or 7 , richer» (11 March, 222).
113. =tase -abio =iNhi, º9ed Pill or Blue Pill? =ariants, 0nÅation and the Con-
trolled Demolition of the Economy», The Philosophical Salon,  1anuary, 222.
114. =tase BanR of EnNland, Monetary Policy Report ((uNust 222).
115. 3a Confederación de la 0ndustria Británica ha calculado que, para
2, 9 de cada 1 trabajadores británicos necesitarán “recualiÄcación”,
de los cuales 2 millones necesitarán “perfeccionamiento” y  millones
necesitarán “reciclaje” para nuevos empleos. =tase Ed^ard 9ichardson,
º(prender para la vida! -undinN a ^orld-class adult education system», CB0
(octubre de 22).
116. =tase ºEnerNy crisis! >hy Nas prices have soared and left <2 facinN
prospect of food shortaNes», Sky News (22 :eptember, 221)" and <nited
2inNdom inÅation rate», RI (17 (uNust, 222).
117. =tase 1asper 1olly and MarR :^eney, ºBiN oil»s quarterly proÄts hit ‰bn
as <2 braces for even hiNher enerNy bills», The Guardian (2 (uNust, 222).
118. =tase 9ay Dalio, Principles for +ealing with the Changing World Order, 221.
119. =tase 1ason HicRel, ºThe >orld»s :ustainable Development Goals
aren»t :ustainable», Foreign Policy ( :eptember, 22).
120. =tase Gibson Dunn 3a^yers, ºBlacR9ocR, =anNuard, :tate :treet <p-
date Corporate Governance and E:G Policies and Priorities for 222» (2
1anuary, 222).
121. 0da (uRen, º>elcome to 2! 0 o^n nothinN, have no privacy and life
has never been better», Forbes (1 5ovember, 21).
122. -abio =iNhi, ºThe Central BanRers» 3onN Covid! (n 0ncurable Condi-
tion», The Philosophical Salon (18 6ctober, 221).
123. 3a Nrabación de los comentarios de @uval Harari ha sido retirada de
@ouTube, pero se ha descarNado y puede verse en la versión en línea de
este capítulo. =tase :imon Elmer, º-ascism and the Decay of Capitalism
(The 9oad to -ascism! -or a Critique of the Global Biosecurity :tate)», Ar-
chitects for Social Housing (24 (pril, 222).
124. El socialista Nalts 9aymond >illiams dividió la superestructura ideo-
lóNica en dominante, residual y emerNente. 3o que >illiams entendía por
ideoloNía dominante se explica bastante bien por sí mismo, desiNnando
aquellas formas políticas, estructuras jurídicas y prácticas sociales pro-
ducidas por la clase dominante, instrumentales para su heNemonía, y
particulares de la etapa deÄnida de desarrollo de las fuerzas productivas
de una sociedad dada. :in embarNo, dado que el capitalismo está siem-
pre en proceso de transformación, tambitn está siempre en proceso de
desechar las formas redundantes de la ideoloNía capitalista. (lNunas, sin

360
NOTAS

embarNo, siNuen teniendo una función, y estas formas residuales desiN-


nan aquellas estructuras que, aunque formadas en una etapa anterior
de su desarrollo, siNuen desempe|ando un papel en su etapa actual.
Pero al iNual que el capitalismo siempre está descartando las formas re-
dundantes de su ideoloNía, tambitn está desarrollando siempre formas
emerNentes, y es en ellas donde mejor podemos ver el futuro al que el
presente ha dado nacimiento y que incluso ahora está luchando por do-
minar. =tase 9aymond >illiams, “Dominant, 9esidual and EmerNent”,
Marxism and 3iterature (6xford <niversity Press, 1977), pp. 121-127"
y mi aplicación de esta división al Estado de bioseNuridad del 9eino <nido
en las páNinas tituladas “The EmerNinN 0deoloNy”, parte  de :imon Elmer,
“Cui Bono?”, recoNidas en Brave 5e^ >orld, pp. 1-19.
125. =tase GeorNes Bataille, ºThe PsycholoNical :tructure of -ascism», in
Visions of Excess: Selected Writings, 1927-29, edited, translated and ^ith
an introduction by (llan :toeRl, Theory and History of 3iterature, =ol. 14
(<niversity of Minnesota Press, 1984), pp. 17-1.
126. :obre la connivencia de HeideNNer con el Tercer 9eich, vtase 9ichard
1. Evans, The Coming of the Third Reich ((llen 3ane, 2), pp. 419-422.
127. =tase, por ejemplo, 1ames Butler, º-ollo^ the :cience», 3ondon Re-
view of Books (1 (pril, 22).
128. =tase, en particular, :imon Elmer, ºThe 9eliNion of Medicine», section 
of ºThe 5e^ 5ormal! >hat is the Biosecurity :tate? (Part 1! ProNrammes and
9eNulations)» (1 1uly, 22), collected in COVI+-19, pp. 29-21" and ºBio-
security as Cultic Practice», section 7 of ºCui Bono? The C6=0D-19 “Conspi-
racy”» (19 -ebruary, 221), collected in Brave New World, pp. 19-14.
129. GeorNes Bataille, Visions of Excess, p. 1.
130. Benito Mussolini and Giovanni Gentile, The +octrine of Fascism, p. .
131. =tase 2arl Marx, ºPreface to A Critique of Political Economy», collected
in Selected Writings, edited by David Mc3ellan (6xford <niversity Press,
1977), pp. 88-92.
132. =tase Christina >ilRie and Thomas -rancR, ºBiden asRs conNress for
 billion to support <Rraine throuNh :eptember», CNBC (28 (pril, 222).
133. =tase :ecretary of Defense 3loyd 1. (ustin 000, ºThe Department of
Defense 9eleases the President»s -iscal @ear 22 Defense BudNet» (28
March, 222)" and Peter G. Peterson -oundation, º<: Defense :pendinN
Compared to 6ther Countries» (11 May, 222).
134. GeorNes Bataille, Visions of Excess, p. 19.
135. >alter Benjamin, ºThe >orR of (rt in the (Ne of Mechanical 9eproduc-
tion», collected in Illuminations, edited and ^ith an introduction by Hannah
(rendt, translated by Harry Aohn (-ontana Press, 197), pp. 24.

361
EL CAMINO AL FASCISM

136. =tase ºChelsea boss Thomas Tuchel says fans should not have sunN
(bramovich»s name durinN minute»s applause», ITV News (7 March, 222).
137. =tase Milton Mayer, They Thought They Were Free: The Germans,
1933-45, ^ith a ne^ after^ord by 9ichard 1. Evans (<niversity of ChicaNo
Press, 217).
138. =tase (ndrt Breton, º6pen 3etter to Paul Eluard», in Free Rein, transla-
ted by Michel Parmentier and 1acqueline d»(mbrose (<niversity of 5ebras-
Ra Press, 199), pp. 229-21.
139. =tase Philip 9oth, ºThe Most 6riNinal BooR of the :eason», The New
York Times Review of Books,  5ovember, 198" reprinted as an appendix
to Milan 2undera, The Book of 3aughter and Forgetting, translated by Mi-
chael Henry Heim (PenNuin BooRs, 198), pp. 229-27.
140. =tase Clement GreenberN, º(vant-Garde and 2itsch», in Art and Cultu-
re: Critical Essays, Beacon Press, 191, pp. -21.
141. Clement GreenberN, Art and Culture, p. 19.
142. =tase Dorian 3ynsRey, º>all of love! The incredible story behind the
national Covid memorial», The Guardian (18 1uly, 221). Entre los ejemplos
de la promoción por parte de este periódico de las normativas y proNramas
del estado de bioseNuridad del 9eino <nido se encuentra GeorNe Monbiot,
º0t»s shocRinN to see so many left^inNers lured to the far riNht by conspira-
cy theories» (22 :eptember, 221)" 5icola Davis, (shley 2irR and Pamela
Duncan, ºCovid locRdo^n sho^s siNns of ^orRinN in EnNland, expert says»
(19 5ovember, 22)" 5icola Davis, ºDo Covid vaccine mandates ^orR?» (
December, 221)" and (ndre^ GreNory, ºCovid passports could increase
vaccine uptaRe, study suNNests» (1 December, 221).
143. =tase 6ɉce for 5ational :tatistics, ºDeaths from C6=0D-19 ^ith no
other underlyinN causes» (1 de diciembre de 221), -60 9ef! -6022124"
y 5ational 9ecords of :cotland, ºDeaths involvinN C6=0D-19 by pre-existinN
conditions, by aNe Nroup, March 22 to 5ovember 221». :in embarNo, ni
siquiera estas reducciones de los totales oÄciales son suÄcientes, ya que
seNún las clasiÄcaciones <7.2, <9.9 y <1.9 de la 6M:, una muerte
puede atribuirse a la C6=0D-19 si es simplemente la causa “sospechosa”,
se produjo por cualquier causa desputs de la infección o es por una causa
inÅamatoria multisisttmica “asociada” a la C6=0D-19.
144. =tase 6ɉce for 5ational :tatistics, ºC6=0D-19 deaths and autopsies
-eb 22 to Dec 221» (17 1anuary, 222), -60 9ef! -602218.
145. =tase 6ɉce for 5ational :tatistics, ºDeaths from inÅuenza and pneu-
monia 21-22» ( 5ovember, 22).
146. =tase Department of Transport, º9eported road casualties Great Bri-
tain, annual report! 219» ( :eptember, 22).

362
NOTAS

147. =tase BecRy HicRman, ºThe biNNest cause of accidental injuries at


home are falls - ho^ can ^e prevent them?», RSA (12 6ctober , 221).
148. =tase º:uicides in EnNland and >ales! 219 9eNistrations», 6ɉce for
5ational :tatistics (1 :eptember, 22).
149. =tase 6ɉce for 5ational :tatistics, º3eadinN causes of death, <2!
21 to 218» (27 March, 22).
150. =tase :imon Elmer, ºManufacturinN Consensus», collected in COVI+-19,
pp. -9" º3ocRdo^n», collected in COVI+-19, pp. 12-18" and º3ies, Damned
3ies and :tatistics», collected in Brave New World, pp. 112-1.
151. =tase :arah 2napton, ºHiNh Covid death rates sRe^ed by people ^ho
died from other causes, admits :ajid 1avid», The Telegraph (19 1anuary, 222)"
and 5aomi Grimley, 1acR Cornish and 5assos :tylianou, ºCovid! >orld»s true
pandemic death toll nearly 1 million, says >H6», BBC ( May, 222).
152. En virtud de la :ección 19 de la 3ey de Coronavirus 22, que se con-
virtió en ley el 2 de marzo de 22, un mtdico que no hubiera visto al falle-
cido estaba facultado para certiÄcar la causa de la muerte como C6=0D-19
sin que el cuerpo fuera remitido a un mtdico forense para un certiÄcado
mtdico conÄrmatorio antes de la incineración de los restos. =tase :imon
Elmer, “El estado de emerNencia como paradiNma de Nobierno! Coronavi-
rus 3eNislation, 0mplementation and Enforcement» (12 de mayo de 22),
recoNido en C6=0D-19, pp. 94-122.
153. =tase Dave >est, º5H: hospitals have four times more empty beds
than normal», HSJ (1 (pril, 22)" and (nNeline (lbert, ºCQC uncovers
“serious concerns” of human riNhts breaches linRed to blanRet do not res-
uscitate orders», Care Home (18 March, 221).
154. Clement GreenberN, Art and Culture, p. 19.
155. =tase (ndy GreNory, ºBlacR 3ives Matter! 2eir :tarmer taRes Rnee in
solidarity ^ith “all those opposinN anti-blacR racism”», The Independent (9
1une, 22).
156. =tase 1ames 9anderson, º<2»s 3iz Truss! 0 support Brits ^ho taRe up
arms aNainst Putin», Politico (27 -ebruary, 222)" and Michael Gove, º“Ho-
mes for <Rraine” scheme launches» (14 March, 222).
157. =tase 1acob -uredi, 1ane Caplan, 9oNer Griɉn, 2evin Passmore and
Bruno >aterÄeld, º>hat is¯ -ascism?», Battle of Ideas, 29 6ctober 217.
158. Esta deÄnición miope del fascismo es característica de las preocupa-
ciones taxonómicas de los estudios acadtmicos. =tase, por ejemplo, las
páNinas tituladas “6tros tiempos, otros luNares” en 9obert 6. Paxton, The
(natomy of -ascism (PenNuin BooRs, 2), pp. 172-2.
159. (podada la “Carta de los ÄsNones”, la 3ey de Poderes de 0nvestiNación
de 21 exiNe a los proveedores de servicios de 0nternet y a las compa|ías de

363
EL CAMINO AL FASCISM

telefonía móvil que Nuarden durante 12 meses los historiales de naveNación


de todo el mundo, incluidos los de las redes sociales, los correos electrónicos,
las llamadas de voz y los servicios de mensajería de telefonía móvil, y da acce-
so a los datos a la policía, los servicios de seNuridad y una serie de departa-
mentos Nubernamentales, así como nuevos poderes para piratear ordenado-
res y teltfonos con el Än de recopilar datos de comunicación en bloque. Entre
las autoridades que pueden acceder a los reNistros de conexiones a 0nternet
de los ciudadanos británicos se encuentran el :ervicio de Policía Metropolita-
na, la Policía de la Ciudad de 3ondres, la Policía de Transporte Británica, las
fuerzas policiales de Escocia e 0rlanda del 5orte, del Ministerio de Defensa, de
la Marina 9eal, Militar y (trea, el :ervicio de :eNuridad, el :ervicio :ecreto
de 0nteliNencia, el GCHQ, el Ministerio del 0nterior, los Ministerios de Defensa
y 1usticia, la (Nencia 5acional contra el Crimen, el Departamento de :anidad
y otras 2 autoridades. 3a 3ey fue descrita por Ed^ard :no^den -el antiNuo
contratista de la (Nencia de :eNuridad 5acional estadounidense convertido
en denunciante que en 21 reveló que el GCHQ había estado recopilando,
procesando y almacenando de forma rutinaria enormes cantidades de co-
municaciones diNitales Nlobales, incluidos mensajes de correo electrónico,
publicaciones y mensajes privados en redes sociales, historiales de 0nternet
y llamadas telefónicas- como “el rtNimen de viNilancia más intrusivo y menos
responsable de 6ccidente”. =tase :imon Elmer, “3eNislación para el Estado
de viNilancia del 9eino <nido”, sección  de “The 5e^ 5ormal (Part 1. Pro-
Nrammes and 9eNulations)”, C6=0D-19, pp. 198-22.
160. =tase :imon Elmer, º>hatever Happened to the Middle Class? Bad
-aith and the Culture 0ndustry», Architects for Social Housing (1 May, 219).
161. =tase 3eyland Cecco, “1ustin Trudeau taRes a Rnee but is silent on refor-
ms to policinN”, The Guardian,  de junio de 22. Trudeau lanzó sus acusa-
ciones contra los manifestantes en numerosas plataformas mediáticas, inclui-
da su cuenta de T^itter" pero para un resumen de la campa|a de difamación
del Gobierno canadiense, vtase 2urt MahlburN, “0n Canada it»s trucR versus
t^eets and the trucRs are ^inninN”, Mercatornet (11 de febrero de 221).
162. Para documentarse sobre las armas de uso militar y la violencia em-
pleada por el Gobierno canadiense contra el pueblo canadiense, vtase
GreN >oodÄeld, 1ohn 9. 2ennedy y 2eith Griɉth, “Trudeau»s trucRer cracR-
do^n beNins”, The Daily Mail (18 de febrero de 221).
163. =tase Catherine 3evesque, º“:tand ^ith :^astiRas”! EmerNencies (ct
debate turns uNly as opposition Nro^s», National Post (1 -ebruary, 221).
164. =tase >imbledon, º:tatement 9eNardinN 9ussian and Belarusian 0ndi-
viduals at The Championships 222» (2 (pril, 222)" 0ona @ounN, ºEdinburNh
-estival cuts ties ^ith 9ussian conductor =alery GerNiev over Putin support»,
Edinburgh 3ive (28 -ebruary, 222)" Matthe^ >eaver, ºCardiɈ Philharmonic

364
NOTAS

removes TchaiRovsRy performance over <Rraine conÅict», The Guardian (9


March, 222)" Ellie 3orizzo, º9oyal 6pera House cancels Bolshoi Ballet 3on-
don tour», The Independent (2 -ebruary, 222)" Max Golbert, º9ussian 5e^s
Channel 9T Has <2 3icense 9evoRed By 9eNulator 6fcom», +eadline (18
March, 222)" Martin 9obinson, ºHo^ “Pariah 9ussia” is steadily beinN can-
celled by the >est», +aily Mail (2 March, 222)" º9oman (bramovich has been
ordered by Chelsea»s soccer leaNue to sell», NPR (12 March, 222).
165. GeorNe 6r^ell, º>hat is -ascism?», collected in Orwell and Politics,
edited by Peter Davison, ^ith and introduction by Timothy Garton (sh (Pen-
Nuin BooRs, 21), p. 24.
166. El siNuiente relato de la destrucción de la izquierda alemana por el Go-
bierno del 5:D(P está extraído de las páNinas tituladas “Democracia des-
truida” en 9ichard 1. Evans, The CominN of the Third 9eich, pp. -74.
167. =tase Clara AetRin, ºThe :truNNle (Nainst -ascism», in Fighting Fas-
cism: How to Struggle and How to Win, edited by MiRe Taber and 1ohn
9iddell (HaymarRet BooRs, 217).
168. =tase the paNes titled ºThe (uthoritarian :tate» in :imon Elmer, ºCui
Bono?», collected in Brave New World, pp, 14-18.
169. En los 12 meses anteriores a septiembre de 221, 4 “proveedores
estrattNicos” -empresas del sector privado cuya relación con el Gobierno
se coordina de forma centralizada a travts de la 6Äcina del Gabinete- ob-
tuvieron 19. millones de libras del sector público británico, aumentando
sus inNresos un 24 y representando el 11 del Nasto público Nlobal. El
7 de ese Nasto correspondió a 2 empresas, y  de ellas aumentaron
su crecimiento en un 1 . 3os mayores proveedores por valor de contra-
to fueron Capita (1. millones de libras), G4: (1.1 millones de libras),
Microsoft (1. millones de libras), CapNemini ( millones de libras) y
Balfour Beatty ( millones de libras). =tase 1ames PiNNott, “222 (naly-
sis of <2 Government :trateNic :uppliers”, Tussell (19 de mayo de 222).
170. En los primeros 12 meses de la “pandemia”, la riqueza total de los mul-
timillonarios del mundo aumentó en  billones de dólares hasta alcanzar los
1 billones, y su número pasó de 7 a un total rtcord de más de 2.7.
=tase 9uchir :harma, “El boom de los multimillonarios! cómo los superricos
se empaparon del dinero de Covid”, -inancial Times (1 de mayo de 221).
171. =tase =erna @u, ºChina puts m people into semi-locRdo^n ahead of
party summit», The Guardian ( :eptember, 222).
172. =tase (ction (id Global, et al, º6pen letter - Corporate capture of
Nlobal Novernance! The >orld Economic -orum-<5 partnership aNreement
is a danNerous threat to <5 :ystem», International Network for Economic,
Social and Cultural Rights (2 1une, 221).

365
EL CAMINO AL FASCISM

173. =tase -riedrich HayeR, The Road to Serfdom: Texts and +ocuments"
The Collected >orRs of -. (. HayeR, =ol 00. The DeÄnitive edition" edited by
Bruce Cald^ell (<niversity of ChicaNo Press, 27).
174. =tase 6rlando 6rtelier, ºThe “ChicaNo Boys” in Chile! Economic -ree-
dom»s (^ful Toll», The Nation (1 6ctober, 21)" and Grace 3ivinNstone,
ºMarNaret Thatcher»s :ecret DealinNs ^ith the (rNentine Military 1unta that
0nvaded the -alRlands», +eclassiÄed UK (29 1anuary, 22).
175. -riedrich HayeR, The Road to Serfdom, pp. 44 and 48.
176. 3a tableta con microchip fue anunciada por (lbert Bourla, director Ne-
neral de PÄzer, en el -oro Económico Mundial en enero de 218" la vacuna
con tintes de puntos cuánticos por investiNadores Änanciados por la -un-
dación Bill y Melinda Gates en el 0nstituto TecnolóNico de Massachusetts
en diciembre de 219" los implantes cutáneos por >alletmore, una empre-
sa emerNente polaco-británica, en abril de 222" la aplicación de carbono
por 1. Michael Evans, presidente del Grupo (libaba, en la reunión anual
del -oro Económico Mundial en mayo de 222" y el implante cerebral de
2athleen Philips, vicepresidenta de 0nvestiNación y Dise|o de imec, la em-
presa de nanoelectrónica y tecnoloNía diNital, en la páNina ^eb del -oro
Económico Mundial en aNosto de 222.
177. =tase 6lúfҝþmi 6. Táí^~, ºHo^ BlacR9ocR, =anNuard, and <B: (re
:cre^inN the >orld», New Republic (7 March, 222).
178. =tase Gibson Dunn 3a^yers, ºBlacR9ocR, =anNuard, :tate :treet <p-
date Corporate Governance and E:G Policies and Priorities for 222» (2
1anuary, 222).
179. =tase (nnie Massa and Caleb Melby, º0n -inR >e Trust! BlacR9ocR is
5o^ “-ourth Branch of Government”», Bloomberg (21 May, 22).
180. =tase, por ejemplo, >orld Economic -orum, º( brief history of Nloba-
lization» (17 1anuary, 219).
181. -riedrich HayeR, The Road to Serfdom, p. 7.
182. -riedrich HayeR, Ibid.
183. 3a breve rese|a de 6r^ell sobre el libro de HayeR, publicada oriNinal-
mente en el Manchester EveninN 5e^s en enero de 194, está incluida en
º”3a revuelta intelectual! 3os pesimistas», recoNido en 6r^ell y la política,
pp. 418-419.
184. -riedrich HayeR, The Road to Serfdom, p. 84.
185. -riedrich HayeR, The Road to Serfdom, p. 9.
186. -riedrich HayeR, The Road to Serfdom, p. 2.
187. -riedrich HayeR, The Road to Serfdom, p. 27.
188. -riedrich HayeR, The Road to Serfdom, pp. 229-2.

366
NOTAS

189. 3a frase de 9eaNan, que utilizó para describir el marxismo, procede del
discurso que pronunció ante la Cámara de los Comunes del 9eino <nido
en junio de 1982.
190. =tase :imon Elmer, ºThe <2 “=accination” ProNramme. Part ! 9esis-
tance» (1 6ctober, 221), collected in Virtue and Terror, pp. 111-14" and
º6pen 3etter to 3eft 3ocRdo^n :ceptics», 3eft 3ockdown Sceptics, 17 6c-
tober, 221.
191. :obre la neoliberalización de la política de vivienda en el 9eino <nido,
vtase :imon Elmer, “6ferta y demanda en las residencias Centre Point”, (r-
chitects for :ocial HousinN ( de noviembre de 218)" y “El maniÄesto del
Partido 3aborista sobre la vivienda”, (rchitects for :ocial HousinN (21 de
noviembre de 219).
192. =tase, por ejemplo, 1ames MeeR, º9ed Pill, Blue Pill», The 3ondon
Review of Books (22 6ctober, 22).
193. =tase 5eil -erNuson, et al., º9eport 9. 0mpact of non-pharmaceutical
interventions (5P0s) to reduce C6=0D-19 mortality and healthcare demand»,
Imperial College 3ondon (1 March, 22). Éste predijo . muertes
en el 9eino <nido si no hacíamos nada, 2. si aislábamos a los vulne-
rables y poníamos en cuarentena a los infectados, y 2. si el Gobierno
que encarNó sus estimaciones bloqueaba el país.
194. =tase Tom >hipple, ºProfessor 5eil -erNuson! People don»t aNree ^ith
locRdo^n and try to undermine the scientists», The Times (2 December, 22).
195. En los primeros meses de la “pandemia”, 5icholas >riNht, mtdico y
neurocientíÄco que trabaja en tecnoloNías emerNentes y estrateNia Nlobal
en el <niversity ColleNe de 3ondres, el thinR-tanR 5e^ (merica y el Centro
Mtdico de la <niversidad de GeorNeto^n, en un artículo publicado tambitn
en Belt 9oad 5e^s, un órNano de la estrateNia Nlobal china para infraes-
tructuras e inversiones en casi 7 países y orNanizaciones internacionales,
sostuvo que uno de los “leNados” siNniÄcativos de la “crisis” del coronavi-
rus sería la propaNación de la viNilancia diNital posibilitada por la inteliNen-
cia artiÄcial, e insistió en que las democracias liberales occidentales deben
superar su apeNo histórico a los derechos humanos para seNuir el ritmo de
China. =tase 5icholas >riNht, “El coronavirus y el futuro de la viNilancia”,
-oreiNn (Ɉairs ( de abril de 22).
196. =tase China CopyriNht and Media, ºPlanninN 6utline for the Construc-
tion of a :ocial Credit :ystem (214-22)» (14 1une, 214)" and 1essica
9eilly, Muyao 3yu and MeNan 9obertson, ºChina»s :ocial Credit :ystem!
:peculation vs. 9eality», The +iplomat ( March, 221).
197. =tase (manda 3ee, º>hat is China»s social credit system and ^hy is it
controversial?», South China Morning Post (9 (uNust, 22).

367
EL CAMINO AL FASCISM

198. =tase 2atie Canales, ºChina»s “social credit” system ranRs citizens and
punishes them ^ith throttled internet speeds and ÅiNht bans if the Communist
Party deems them untrust^orthy», Business Insider (24 December, 221).
199. =tase Thomas BrocR, ºEnvironmental, :ocial, and Governance (E:G)
Criteria», Investopedia (28 May, 222).
200. =tase :imon Elmer, º6ur Default :tate! Compulsory =accination for
C6=0D-19 and Human 9iNhts 3a^» (8 1anuary, 221)" collected in Brave
New World, pp. 9-111.
201. =tase Ed >hite, (ndy 3in, Dan ClarR, :am 1oiner and Caroline 5evitt,
ºHo^ China»s locRdo^n policies are cripplinN the country»s economy», Fi-
nancial Times (1 1une, 222).
202. =tase Tess >onN and BBC Chinese, ºHenan! Chinese Covid app res-
tricts residents after banRinN protests», BBC (14 1une, 222).
203. =tase >orld Economic -orum, ºG2 Global :mart Cities (lliance» (-e-
bruary 222). 6n the imminent ºroll-out» of these proNrammes in the <2, see
note 8 on paNes 8-9 (Chapter , ºThe -ascist :tate and Human 9iNhts»).
204. =tase (nna (hronheim, º0srael completes upNraded barrier ^ith the
Gaza :trip», The Jerusalem Post (7 December, 221).
205. =tase Human 9iNhts >atch, ºGaza! (pparent >ar Crimes DurinN May
-iNhtinN» (27 1uly, 221).
206. =tase Tovah 3azaroɈ, º<5! There is no ºsafe place» in Gaza, 72,
people displaced», The Jerusalem Post (19 May, 221).
207. =tase 1on :tone, º<2 Government bacRs 0srael»s bombardment of
Gaza», The Independent (2 May, 221).
208. =tase º0srael! -requently asRed questions», Campaign Against Arms
Trade (1 May, 221).
209. =tase Department for 0nternational Trade, º6pen Neneral export licence
(exports in support of joint striRe ÄNhter! -- 3iNhtninN 00)» ( 1anuary, 214).
210. =tase B(E :ystems, ºB(E :ystems brinNs its military aircraft expertise
to the development, manufacture, inteNration and sustainment of the --»"
and 1udah (ri Gross, º0D- says it launched major oɈensive on dozens of
rocRet launch tubes in Gaza», The Times of Israel (11 May, 221).
211. =tase º<2 and 0srael siNn military aNreement», 5 Pillars UK (7 December, 22).
212. =tase Dan :abbaNh, ºBritain and 0srael to siNn trade and defence
deal», The Guardian (28 5ovember, 221).
213. =tase 1oe Tidy, ºPeNasus! :py^are sold to Novernments “tarNets acti-
vists”», BBC (19 1uly, 221).
214. =tase (mnesty 0nternational, Israel’s Apartheid against Palestinians:
Cruel System of +omination and Crimes against Humanity, 222, pp. 4-.

368
NOTAS

215. =tase, por ejemplo, 0nstitute for the :tudy of Global (ntisemitism and Poli-
cy, º0:G(P -ello^s 9eject (ntisemitic Tropes in (mnesty 9eport» (2 (pril, 222).
216. =tase 3azar Berman, º“>e do not aNree”! <2 rejects (mnesty report
accusinN 0srael of apartheid», The Times of Israel (4 -ebruary, 222).
217. 3iz Truss, º<nited 5ations Human 9iNhts Council, 1 March 222! -o-
reiNn :ecretary»s statement», Foreign, Commonwealth and +evelopment
Oɉce (1 March, 222).
218. =tase Claire Mills and 1ohn Curtis, ºMilitary assistance to <Rraine sin-
ce the 9ussian invasion», House of Commons 3ibrary (1 (uNust, 222).
219. Hannah (rendt, The Origins of Totalitarianism, p. 91.
220. 3a exposición seminal del “biopoder” se encuentra en Michel -oucault,
“Derecho de muerte y poder sobre la vida”, quinta parte de 3a voluntad
de saber, volumen 1 de 3a historia de la sexualidad, traducido por 9obert
Hurley (PenNuin BooRs, 1998), 1-19.
221. =tase :imon Elmer, ºGiorNio (Namben and the Biopolitics of C6-
=0D-19» (2 (pril, 22), collected in COVI+-19, pp. -.
222. 1essica >hyte, Catastrophe and Redemption: The Political Thought of
Giorgio Agamben, :tate <niversity of 5e^ @orR Press, 21, p. 9.
223. =tase 0nternational Holocaust 9emembrance (lliance, º>hat is antise-
mitism? 5on-leNally bindinN ^orRinN deÄnition of antisemitism».
224. =tase 0nternational Holocaust 9emembrance (lliance, º0nformation on
endorsement and adoption of the 0H9( ^orRinN deÄnition of antisemitism».
225. -riedrich HayeR, The Road to Serfdom, p. 11.
226. Traducción del NrieNo holocaustoma, que siNniÄca “holocausto”, “Ho-
locausto” fue utilizado por los Padres de la 0Nlesia cristiana para traducir la
compleja doctrina sacriÄcial de la Biblia" pero tambitn lo emplearon como
arma poltmica contra los judíos, para condenar los sacriÄcios de sanNre.
Durante los poNromos de la Edad Media, el ttrmino se utilizó cada vez más
para describir las masacres de judíos en Europa. 3a historia semántica de
la palabra “Holocausto”, por tanto, es esencialmente cristiana, y su uso
continuado en los siNlos ?? y ??0 para describir el asesinato sistemático de
millones de judíos y otros “súbditos del Estado” bajo el Tercer 9eich intenta
deshistorizar, santiÄcar y, en última instancia, oscurecer las causas y los
mecanismos de lo que fue una serie de acontecimientos histórica, política
y jurídicamente continNentes. Por esta razón, sólo utilizo esta palabra entre
comillas, y me reÄero a los acontecimientos que describe con la palabra he-
brea :hoah. =tase GiorNio (Namben, 9estos de (usch^itz! El testiNo y el
archivo. Traducido por Daniel Heller-9oazen (Aone BooRs, 22), pp. 28-1.
227. 2arl Marx, ºThe EiNhteenth Brumaire of 3ouis Bonaparte», in Selected
Writings, p. .

369
EL CAMINO AL FASCISM

228. =tase º(l 1azeera to refer journalist :hireen (bu (Rleh»s RillinN to 0CC»,
Al Jazeera (2 May, 222).
229. GiorNio (Namben, Homo Sacer: Sovereign Power and Bare 3ife, trans-
lated by Daniel Heller-9oazen (:tanford <niversity Press, 1998), pp. 18-19.
230. =tase GiorNio (Namben, State of Exception, translated by 2evin (ttell
(<niversity of ChicaNo Press, 2)" and :imon Elmer, ºHistorical Prece-
dents for EmerNency Po^ers», section 1 of ºThe 5e^ 5ormal (Part 1. Pro-
Nrammes and 9eNulations)», collected in COVI+-19, pp. 188-22.
231. =tase :imon Elmer, ºThe :tate of EmerNency as ParadiNm of Govern-
ment», collected in COVI+-19, pp. 94-122.
232. =tase º(rchitecture of Murder! The (usch^itz-BirRenau Blueprints»,
@ad =ashem.
233. =tase (usch^itz-BirRenau! -ormer German 5azi Concentration and
Extermination Camp, ºThe 6rNanizational :tructure».
234. GiorNio (Namben, Homo Sacer, pp. 174-17.
235. GiorNio (Namben, Homo Sacer, p. 11.
236. GiorNio (Namben, Homo Sacer, p. 188.
237. =tase ºPublic and Environmental Health (ct 211. C6=0D-19 Direc-
tions (5o. ) 22 - Directions for Quarantine -acilities», 5orthern Territory
of (ustralia (12 5ovember, 22).
238. =tase Ho^ard Maclean and 2aren ElphicR, ºC6=0D-19 3eNislative res-
ponse - Human Biosecurity EmerNency Declaration Explainer», Parliament
of (ustralia (19 March, 22).
239. =tase ºPublic and Environmental Health (ct 211. C6=0D-19 Direc-
tions (5o. 2) 221 - Directions for Quarantine -acilities, 5orthern Territory
of (ustralia (1 (uNust, 221).
240. =tase 5atalie Bro^n, º“:care campaiNn”! <nderlyinN health issues in-
volved in 92 per cent of (ussie Covid deaths», News (1 -ebruary, 222).
241. =tase Department of -inance, ºCentres for 5ational 9esilience», (us-
tralian Government, 221.
242. Michel -oucault, The History of Sexuality, p. 144.
243. =tase (ltaf :aadi, Maria-Elena De Trinidad @ounN, Caitlin Patler, 1e-
remias 3eonel Estrada and Homer =enters, º<nderstandinN <: 0mmiNration
Detention», National 3ibrary of Medicine (22 1une, 22)" ºDetention by num-
bers», Freedom for Immigrants" and Mohammed Hussein and Mohammed
Haddad, º0nfoNraphic! <: military presence around the ^orld», Al Jazeera
(1 :eptember, 221).
244. =tase Didier -austino and 2ostas GriNoriadis, ºThe 3oNic of Guantá-
namo», The Funambulist (19 December, 21)" and BridNe 0nitiative Team,

370
NOTAS

º-actsheet! Torture at Guantánamo Bay Detention Centre», GeorNeto^n


<niversity (19 1uly, 22).
245. Tom 3eonard, º0nside Guantanamo Bay! HorrifyinN pictures sho^ the
restraint chairs, feedinN tubes and operatinN theatre used on inmates in
terror prison», +aily Mail (27 1une, 21).
246. =tase Human 9iNhts >atch, º:audi (rabia! MiNrants Held in 0nhuman,
DeNradinN Conditions» (1 December, 22).
247. =tase <nited 5ations HiNh Commissioner for 9efuNees, º-iNures at a
Glance» (1 1une, 222).
248. =tase Home 6ɉce, º5ationality and Borders Bill! Deprivation of citi-
zenship factsheet» (March 222).
249. =tase Home 6ɉce, º0slamist terrorist Nroup Hamas banned in the <2»
(2 5ovember, 221).
250. =tase (lzheimer»s :ociety, º-acts for the media about dementia» (19
1uly, 222).
251. =tase :arah Munson, º( history of care homes», Care home (7 (uNust, 22).
252. =tase (aron 6»5eill, º3ife expectancy (from birth) in the <nited 2inN-
dom from 17 to 22», Statista (21 1une, 222).
253. GiorNio (Namben, ºBare 3ife and the =accine» Quodlibet (1 (pril,
221)" collected in Where Are We Now?, p. 98.
254. GiorNio (Namben, Homo Sacer, p. 188.
255. =tase Hannah (rendt, Eichmann in Jerusalem: A Report on the Bana-
lity of Evil, ^ith an introduction by (mos Elon (3ondon! PenNuin Classics,
2)" and ºHannah (rendt intervie^ed by 1oachim -est, 194», Hannah
(rendt Centre for Political :tudies, Department of Human :ciences, <ni-
versity of =erona, 21.
256. 0mmanuel 2ant, Religion within the Boundaries of Mere Reason: And
Other Writings, edited by (llen >ood and GeorNe di Giovanni, ^ith an in-
troduction by 9obert Merrihe^ (dams, CambridNe <niversity Press, 218.
257. :obre la obediencia paralela de la profesión mtdica a la ideoloNía del
nacionalsocialismo, =tase 6mar :. Haque, 1ulian De -reitas, 0vana =iani,
Bradley 5iederschulte y Harold 1. Bursztajn, “>hy did so many German doc-
tors join the 5azi Party early?”, 0nternational 1ournal of 3a^ and Psychiatry,
volumen , números - (septiembre-diciembre, 212), pp. 47-479.
258. =tase Elisabeth Mahase, ºCovid-19! 5eNlect ^as one of biNNest Rillers
in care homes durinN pandemic, report Änds», BMJ (22 December, 221).
259. =tase Dr. Aenobia :torah, ºPsycholoNy 9eport in respect of Civil Pro-
ceedinNs» (9 (pril, 221)" º3aura Donnelly, º3ocRdo^n»s hidden toll! million
schoolchildren a year ^ill need mental health help», The Telegraph (8 May,

371
EL CAMINO AL FASCISM

221)" 1eremy >ilson, ºExclusive! “HorriÄc” impact of third locRdo^n on


schoolchildren»s physical and mental health revealed», The Telegraph (1
May, 221)" and 3ucy 2ella^ay, ºThe anxious Neneration - ^hat»s botherinN
Britain»s schoolchildren?», Financial Times ( (uNust, 222).
260. =tase, por ejemplo, Dr. Michael -itzpatricR, º(nti-vaxxers» Nospel of
fear! 9ecRless, danNerous and irresponsible», +aily Mail (1 5ovember, 22)"
Dr. (lberto Giubilini and Dr. =aNeesh 1ain, º:hould C6=0D-19 vaccines been
mandatory? T^o experts discuss», The Conversation (2 5ovember, 22)"
9ichard 3ittlejohn, º5o jab, no job - it»s a no-brainer», +aily Mail (18 -ebruary,
221)" 5icR Cohen, º0t is only a matter of time before ^e turn on the unvac-
cinated», The Guardian (27 -ebruary, 221)" :ean 6»Grady, ºThis is ^hat ^e
do about anti-vaxxers! 5o job. 5o entry. 5o 5H: access», The Independent
(18 May, 221)" :arah =ine, º>e can»t let selÄsh idiots ^ho don»t ^ant free
Covid vaccines that scientists ^orRed around the clocR to develop hold us
hostaNe», +aily Mail (18 May, 221)" (ndre^ 5eil, º0t»s time to punish Britain»s
Äve million vaccine refuseniRs», +aily Mail (9 December, 221).
261. =tase Prime Minister of Canada, ºPrime Minister announces additional
support for <Rraine and shared priorities at G7 :ummit in Germany» (28
1une, 222).
262. =tase Dylan Evans, An Introductory +ictionary of 3acanian Psychoa-
nalysis (9outledNe, 199), pp. 19-11.
263. =tase Maria Gardner, ºThe 0nternet of Bodies >ill ChanNe EverythinN,
for Better or >orse», RAN+ Corporation (29 6ctober, 22).
264. =tase 1oseph Goebbels, ºPeople, 9ise <p, and :torm, BreaR 3oose!»,
18 -ebruary, 194" collected in 3andmark Speeches of National Socialism,
edited and ^ith translations by 9andall Byt^erR (Texas ( M <niversity
Press, 28), pp. 112-19.
265. GeorNe 6r^ell, Nineteen Eighty-Four" Everyman»s 3ibrary, ^ith an in-
troduction by 1ulian :ymonds ((lfred (. 2nopf, 1992), p. 28.
266. Hannah (rendt, ºPersonal 9esponsibility <nder Dictatorship», collec-
ted in Responsibility and Judgement, edited and ^ith an introduction by
1erome 2ohn (5e^ @orR! :chocRen BooRs, 2), p. 24.
267. =tase, entre numerosos ejemplos recientes, 1im PicRard, º3iz Truss
labels Boris 1ohnson»s handlinN of Covid crisis “draconian”», The Financial
Times (2 (uNust, 222)" and (ubrey (lleNretti, 5icola Davis and Caroline
Davies, º:unaR accused of “re^ritinN history” by sayinN 5o 1 iNnored loc-
Rdo^n harms», The Guardian (2 (uNust, 222).
268. =tase :imon Elmer, ºMemorials of -orNettinN! (rt and (rchitecture in
Berlin», Architects for Social Housing (21 1uly, 21)" and ºDresden Diary! (r-
chitecture, History and Politics», Architects for Social Housing ( 1uly, 218).

372
NOTAS

269. =tase (tlantic Council, ºGlobal QE TracRer»" and Philip Brien and Ma-
tthe^ 2eep, ºPublic :pendinN durinN the C6=0D-19 pandemic», House of
Commons 3ibrary (29 March, 222).
270. Por ejemplo, vtanse las páNinas tituladas º5on-Compliance ^ith the
<2 Biosecurity :tate», part  of ºThe <2 “=accination” ProNramme. Part !
9esistance», Virtue and Terror, pp. 127-14.
271. =tase GeorNi Dimitrov, The United Front: The Struggle Against Fas-
cism and War (3ondon! 3a^rence >ishart, 199), pp. 27-28.
272. En las dos dtcadas transcurridas entre el atentado contra el >orld
Trade Centre en septiembre de 21 y la declaración de la “pandemia” en
marzo de 22, se incorporaron a la leNislación británica no menos de 12
leyes, enmiendas y medidas sobre terrorismo. =tase :imon Elmer, “3eNis-
lación para el Estado de viNilancia del 9eino <nido”, sección  de “3a nueva
normalidad (Parte 1. ProNramas y normativas)”, C6=0D-19, pp. 198-22.
273. =tase EriR :chatzRer, ºBlacR9ocR»s -inR “>orried” (bout :tocRs (mid
<nrest», Bloomberg ( March, 211).
274. =tase Carl 1oachim -riedrich and AbiNnie^ BrzezinsRi, Totalitarian +icta-
torship and Autocracy, second edition (Harvard <niversity Press, 19), p. 22.
275. =tase Hannah (rendt, º0deoloNy and Terror! ( 5ovel -orm of Gover-
nment», The Review of Politics, vol. 1, no.  (1uly 19)" reprinted in The
Origins of Totalitarianism, second revised edition (PenNuin Modern Classics,
217), pp. 4-29.
276. 6n the functioninN of ºThe Dual :tate» in Germany under the Third
9eich, see º9epression and 9esistance» in 9ichard 1. Evans, The Third
Reich in Power ((llen 3ane, 2), pp. 42-.
277. =tase Chris Matthe^s, ºDevon and Corn^all police clarify travel to
exercise Nuidance», Cornwall News (2 (pril, 22).
278. =tase 1onathan :umption, ºGovernment by decree! C6=0D-19 and the
Constitution», CambridNe -reshÄelds (nnual 3a^ 3ecture, 27 6ctober, 22
(<niversity of CambridNe, 22).
279. =tase 1onathan :umption, º-ormer :upreme Court 1ustice! “This is
^hat a police state is liRe”, The Spectator ( March, 22).
280. =tase Emily Head and Dr. :abine 3. van Elsland, º=accinations may
have prevented almost 2 million C6=0D-19 deaths ^orld^ide», Imperial
College 3ondon (24 1une, 222).
281. =tase Medicines and Healthcare products 9eNulatory (Nency, ºCoro-
navirus vaccine - summary of @ello^ Card reportinN»" 6pen =(E9:, º=(E9:
C6=0D =accine (dverse Event 9eports»" y Eudra=iNilance, ºEuropean data-
base of suspected adverse druN reaction reports». Estas cifras se han anali-
zado y comparado con las muertes por vacunas anteriores notiÄcadas a las

373
EL CAMINO AL FASCISM

mismas orNanizaciones en “(l menos 772 muertos y 7, millones de heri-


dos por la vacunación con C6=0D en EE.<<., Europa, 9eino <nido y (us-
tralia”, The Expost (11 de junio de 222). Como ejemplo de cómo los -act
ChecRers corporativos descartan la evidencia de estas cifras como “des-
información” al iNnorar tales análisis comparativos, vtase 9euters, “-act
ChecR-=(E9: data does not suNNest C6=0D-19 vaccines Rilled 1,
people, as analysis claims” (4 de octubre de 221).
282. Para un resumen claro y bien documentado de estos peligros, véase
Remnant, M+, ºPrimeros principios: El problema de las inyecciones basadas
en genes - Parte 1’ (26 de febrero, 2022); y ‘Caballo de Troya: El problema
de las inyecciones basadas en genes - Parte 2’ (5 de marzo, 2022); ambos
publicados en Perspectives in Medicine.
283. =tase 2laus :ch^ab, º>orld Economic -orum -ounder 2laus :ch^ab
on the -ourth 0ndustrial 9evolution», The Chicago Council on Global AɈairs
(1 May, 219).
284. GeorNe 6r^ell, Nineteen Eighty-Four, p. 7.
285. GeorNe 6r^ell, Nineteen Eighty-Four, p. .
286. El 2 de noviembre de 22, un estudio chino informó de que, de los
9.899.828 residentes y el 92,9 de la población de >uhan sometidos a
pruebas entre el 14 de mayo y el 1 de junio, un mes desputs de que se
levantaran las restricciones de bloqueo el 9 de abril, no se identiÄcaron
nuevos casos sintomáticos y sólo  casos asintomáticos. De estos últi-
mos, no se identiÄcaron pruebas positivas para el :9(:-Co=-2 entre 1.174
contactos cercanos de casos asintomáticos. 3as pruebas adicionales rea-
lizadas a 2.12 muestras entre el 1 de junio y el 2 de julio no arrojaron
resultados positivos" y dos meses desputs del cribado de casi 1 millones
de residentes, el 9 de aNosto aún no se había conÄrmado ninNún nuevo
caso de C6=0D-19 en la ciudad más Nravemente afectada por este virus
en China. Estadísticamente hablando, como vector de infección, la trans-
misión asintomática del :9(:-Co=-2 no existe. =tase :hiyi Cao, et al.,
ºPost-locRdo^n :(9:-Co=-2 nucleic acid screeninN in nearly ten million
residents of >uhan», 5ature Communications (2 de noviembre de 22).
287 =tase 0mmanuel Marcus, ºGermany! 5e^ Corona 3a^ Passes Bundes-
taN», The Berlin Spectator (9 :eptember, 222).
288. =tase 3esbian, Gay, Bisexual, TransNender, Queer Plus (3GBTQ) 9e-
source Center, ºGender Pronouns» (<niversity of >isconsin, 222).
289. =tase (lice 2lein, º:olar storms may cause up to  heart-related
deaths in a Niven year», New Scientist (17 1une, 222)" Terri-(nn >illiams,
º<rNent ^arninN to Nardeners as soil “increases risR of Riller heart disease”»,
The Sun (1 1uly, 222)" Christopher :harp, ºHeart Disease! Day nappinN

374
NOTAS

may increase risR of symptoms», The Express (1 (uNust, 222)" (ndre^
GreNory, ºHotter niNhts increase risR of death from heart disease for men in
early s», The Guardian (28 March, 222)" Helen PutticR, º9ise in heart at-
tacRs attributed to pandemic stress and poor diet», The Times (1 6ctober,
221)" Helen Millar, º>hat is the linR bet^een cold ^eather and heart attac-
Rs?», Medical News Today (29 1une, 222)" Benjamin 3ynch, º>hy sRippinN
breaRfast can increase your risR of havinN a heart attacR», The Mirror (1
December, 221)" =ictoria (llen, »DrinRinN less than 5H: alcohol Nuidelines
could increase risR of heart attacRs», +aily Mail (28 1anuary, 222)" 2aren
:chmidt, ºCannabis use disorder may be linRed to Nro^inN number of heart
attacRs in younNer adults», American Heart Foundation (8 5ovember, 221)"
6llie 3e^is, º-ootball fans are “at risR of a heart attacR” due to intense le-
vels of physical stress ^hile ^atchinN their team play, 6xford researchers
claim», +aily Mail (24 1anuary, 222)" :haun >ooler, ºCar fumes from ex-
haust and heavy breaRinN raise risR of heart attacRs, study suNNests», +aily
Mail (24 (uNust, 222)" :imran (rora, ºHeart attacRs in healthy people! (
popular sho^er habit could taRe the blame», Times Now (21 1uly, 222)"
Aachary MacR, º:leepinN in this position could be hurtinN your heart, studies
say», Best 3ife (1 March, 222)" 5eil :ha^, ºEnerNy bill price rise may cause
heart attacRs and stroRes, says T= GP», Wales Online ( -ebruary, 222)" (.
Pa^lo^sRi, ºDepression ^orsened durinN pandemic, boostinN heart disea-
se risR, experts ^arn», Today (17 5ovember, 221)" =anessa Chalmers, º<r-
Nent ^arninN as , Brits livinN ^ith stealth disease that could Rill ^i-
thin  years», The Sun (2 1anuary, 222)" :aima May :idiR, ºHeart-disease
risR soars after C6=0D - even ^ith a mild case», Nature (1 -ebruary, 222).
290. Para una revisión de la literatura cientíÄca, vtase :amantha 3ane, (li-
son @eomans y :aad :haRir, “9eports of myocarditis and pericarditis fo-
llo^inN m95( C6=0D-19 vaccination! a systematic revie^ of spontaneously
reported data from the <2, Europe and the <:( and of the scientiÄc litera-
ture”, 5ational 3ibrary of Medicine ( de julio de 222).
291. Ejemplos recientes de esta llamada al sacriÄcio incluyen, en junio, a la
ministra alemana de (suntos Exteriores y miembro del Partido =erde, (nnalena
BaerbocR, diciendo que seNuiría imponiendo sanciones a 9usia “sin importar
lo que piensen los votantes alemanes”" el primer ministro británico, Boris 1ohn-
son, en una visita a 2iev en aNosto, anunciando que los británicos soportarían
facturas enerNtticas más altas en casa como parte del “sacriÄcio” de <crania"
y el presidente francts, Emmanuel Macron, el mismo mes, declarando que el
pueblo francts se enfrentaría a “sacriÄcios” en aras de la “libertad”.
292. Hanna (rendt, The Origins of Totalitarianism, p. 22.
293. =tase <2 Health :ecurity (Nency, ºHeat-health advice issued for all
reNions of EnNland» (1 1uly, 222)" and Chris 5e^man, ºDoctors for ?9

375
EL CAMINO AL FASCISM

cracR Nlass at 1P MorNan as <2 declares heat^ave “national emerNency”»,


+octors for Extinction Rebellion (17 1uly, 222).
294. =tase :imon Elmer, ºExtinction 9ebellion! :ocialist 9evolution», Archi-
tects for Social Housing (24 (pril, 219)" and ºCapitalisinN on Crisis! Extinc-
tion 9ebellion and the Green 5e^ Deal for Capitalism», Architects for Social
Housing (1 6ctober, 219)" and (ntonino Aichichi, 9enato (nNelo 9icci and
(urelio Misiti, ºPetition on (nthropoNenic Global >arminN» (17 1une, 219).
295. =tase <nited 5ations, ºTransforminN our ^orld! the 2 (Nenda for
:ustainable Development», +epartment of Economic and Social AɈairs.
296. =tase :imon Elmer, Inequality Capital: A Power Walk by Architects for
Social Housing ((pril 219).
297. =tase 5eil -erNuson, et al., º9eport 12 - The Nlobal impact of C6-
=0D-19 and strateNies for mitiNation and suppression», Imperial College
3ondon (12 1une, 22).
298. =tase (ndy Bounds, ºDutch farmers in uproar over plans to curb ani-
mal numbers to cut nitroNen emissions», Financial Times ( (uNust 222).
299. =tase <niversity of @orR, ºT^o-thirds of <2 households to be in fuel
poverty by the ne^ year, accordinN to ne^ report» (8 (uNust, 222).
300. =tase European Commission, º:tatement by President von der 3eyen
on enerNy» (7 :eptember, 222).
301. =tase Ellen Bro^n, ºConservation or 3and Grab? The -inancialization
of 5ature», The Web of +ebt Blog ( 5ovember, 221).
302. Carteles de Extinction 9ebellion, exactamente iNuales a los utilizados
por el Gobierno británico, con estos lemas se utilizaron en una protesta de
Mtdicos por la 9? ante la oÄcina de 1P MorNan en GlasNo^ en noviembre
de 221. =tase Extinction 9ebellion, “Doctors staNe die-in at 1P MorNan
GlasNo^ in onNoinN campaiNn, demandinN they end ne^ fossil fuel invest-
ment” ( de noviembre de 221).
303. Hannah (rendt, The Origins of Totalitarianism, p. 24.
304. Hannah (rendt, The Origins of Totalitarianism, p. 27.
305. GeorNe 6r^ell, Nineteen Eighty-Four, p. 2.
306. =tase ºEurope»s Heat (pocalypse», The Guardian Weekly (22 1uly, 222).
307. Para conocer la Nravedad y la duración del bloqueo de 5ueva Aelanda,
vtase Hannah 9itchie, Edouard Mathieu, 3ucas 9odts-Guirao, Cameron
(ppel, Charlie Giattino, Esteban 6rtiz-6spina, 1oe Hasell, Bobbie Macdo-
nald, :aloni Dattani y Max 9oser, “Policy 9esponses to the Coronavirus
Pandemic”, 6ur >orld 0n Data (enero de 22-aNosto de 222).
308. =tase DereR ChenN, ºCoronavirus! 1acinda (rdern dismisses nation^ide
locRdo^n speculation on social media», New Zealand Herald, 19 March, 22.

376
NOTAS

309. Hannah (rendt, The Origins of Totalitarianism, p. 28.


310. Hannah (rendt, º6n Humanity in DarR Times», Men in +ark Times (:an
DieNo! Harcourt Brace Company, 198), pp. -1.
311. Bertolt Brecht, ºTo Those Born (fter», The Collected Poems of Bertolt
Brecht, translated and edited by Tom 2uhn and David Constantine (5e^
@orR! 3iveriNht PublishinN, 219), pp. 74-7.
312. Hannah (rendt, Men in +ark Times, p. 1.
313. =tase :imon Elmer, ºMarch for -reedom! 3ondon, 29 May, 221» (
May, 221), collected in Virtue and Terror, pp. 2-1.
314. Hannah (rendt, Men in +ark Times, p. 1.
315. Para un análisis de estos ataques a (Namben por parte de periodistas,
psicoanalistas, teóricos políticos, Älósofos, estudiantes y traductores de su
obra, vtase :imon Elmer, “GiorNio (Namben and the Biopolitics of C6-
=0D-19” (2 de abril de 22), recoNido en C6=0D-19, pp. -.
316. Hannah (rendt, Men in +ark Times, p. 12.
317. =tase Hannah (rendt, The 3ife of the Mind, edited by Mary McCarthy
(HouNhton MiɊin Harcourt, 1981), p. 17.
318. =tase GiorNio (Namben, º:peech at the conference of =enetian stu-
dents aNainst the Green Pass on 5ovember 11, 221 at Ca» :aNredo»,
translated by 3ena Bloch ( 1anuary, 222).
319. =tase GiorNio (Namben, ºQuando la casa brucia», Quoblibet ( 6cto-
ber, 22)" translated, ^ith an introduction and notes, by :imon Elmer and
Carlo 9imassa as º>hen the House Burns! GiorNio (Namben on the Coro-
navirus Crisis» (1 6ctober, 22), collected in Brave New World, pp. 177-
18" and by 2evin (ttell in When the House Burns +own (:eaNull BooRs,
222), pp. 1-1.
320. Hannah (rendt, Eichmann in Jerusalem, p. 171.
321. En marzo de 22, 2. militares británicos fueron puestos en esta-
do de alerta en previsión de disturbios civiles en respuesta al bloqueo del
9eino <nido impuesto por el Gobierno. En abril se a|adieron otros ..
=tase Ministerio de Defensa, “Military stands up C6=0D :upport -orce” (19
de marzo de 22).
322. =tase 1ohn :impson, ºCoronavirus raves and protests may need army,
advisers ^arn», The Times (1 (uNust, 22).
323. =tase Harry Miller, ºThe Police cracRdo^n on social media has None
too far», The Spectator (1 (uNust, 222).
324. =tase :cientiÄc (dvisory Group for EmerNencies, º:P0-B :ummary! 2ey
behavioural issues relevant to test, trace, tracR and isolate» ( May, 22)" and
º:P0-B! Consensus :tatement on 3ocal 0nterventions» (27 1uly, 22).

377
EL CAMINO AL FASCISM

325. =tanse los datos sobre :uecia en Hannah 9itchie, et al, “Policy
9esponses to the Coronavirus Pandemic”, 6ur >orld 0n Data (enero de
22-aNosto de 222). Para una comparación entre las restricciones im-
puestas por :uecia y el resto de Europa y los efectos que tuvieron durante
los 4 primeros meses de la “pandemia”, vtanse las páNinas tituladas “Com-
parative Government 9esponses” y “(lternatives to 3ocRdo^n” en :imon
Elmer, “3ocRdo^n! Collateral DamaNe in the >ar on C6=0D-19»" recoNidas
en C6=0D-19, pp. 18-14.
326. =tase :imon Elmer, ºManufacturinN Consensus» (1 May, 22), collec-
ted in COVI+-19, pp. -9.
327. =tase :imon Elmer, ºThe 5e^ 5ormal! >hat is the <2 Biosecurity
:tate? (Part 2. 5ormalisinN -ear)» (28 (uNust, 22), collected in COVI+-19,
pp. 224-27.
328. =tase :imon Elmer and -rancis Hoar, º0n our Defence! -reedom of
:peech in the <2 Biosecurity :tate» (1 1une, 221), collected in Virtue and
Terror, pp. 141-21.
329. 9ob MerricR, ºCovid Plan B restrictions liRe “5azi Germany” and :oviet
“NulaN”, say rebel Tory MPs», The Independent (1 December, 221).
330. =tase 5aomi >oolf, º6n the :ubtlety of Monsters», Outspoken (28
1anuary, 222).
331. =tase Ellen TeaNue, ºGet vaccinated, say (rchbishops 5ichols and
>elby», The Tablet (21 December, 221).
332. =tase >illiam -. MeinecRe and (lexandra Aapruder, º3a^, 1ustice and
the Holocaust», United States Holocaust Memorial Museum, 1uly 214.
333. =tase Hansard :ociety, ºCoronavirus :tatutory 0nstruments Dash-
board, 22-222» (9 (pril, 22-17 1une 222)" and 1ennifer Bro^n and
Esme 2irR->ade, Coronavirus: A history of ‘3ockdown laws’ in England,
House of Commons 3ibrary (22 December, 221).
334. =tase :imon Elmer, ºBonÄre of the -reedoms! The <nla^ful Exercise
of Po^ers conferred by the Public Health (Control of Disease) (ct 1984» (
5ovember, 22), collected in Brave New World, pp. 9-24.

378
apéndice:
leyes para
la protección
del pueblo
y el estado
“Sería más honesto y, sobre todo, más útil investiNar deteni-
damente los procedimientos jurídicos y los desplieNues de po-
der mediante los cuales se podría privar tan completamente a
los seres humanos de sus derechos y prerroNativas que ninNún
acto cometido contra ellos pudiera aparecer ya como un delito”.
– Giorgio Agamben, Homo Sacer, 1995

En mayo de 22, cuando establecí por primera vez com-


paraciones entre el estado de emerNencia bajo el que vivieron
los alemanes durante los 12 a|os del Tercer 9eich y el “pe-
riodo de emerNencia” declarado políticamente bajo el que se
estaban imponiendo normas justiÄcadas por el coronavirus a
los ciudadanos del 9eino <nido sin escrutinio ni aprobación
parlamentaria, un miembro del culto ya en formación de los
Äeles a C6=0D respondió que el que yo lo hiciera era “despre-
ciable”.2 3ueNo, en septiembre de 22, cuando compart el
paradiNma biopolítico de las leyes que habían eliminado los
derechos humanos y las libertades civiles de los ciudadanos
alemanes con las leyes que hacían lo mismo en el 9eino <ni-
do, el periodista Peter Hitchens me advirtió de los peliNros de
hacerlo! “los buitres que vuelan en círculos en lo alto del cielo
esperando darse un festín con su carne lo verán y se lanzarán
sobre usted”.27 Tenía razón, ya que en respuesta la 1unta de
9eNistro de (rquitectos me acusó de ºantisemitismo» e inició
una investiNación de  meses que amenazó a (rquitectos por

381
EL CAMINO AL FASCISM

la =ivienda :ocial con la censura pública, una multa o incluso


con retirarnos el derecho a ejercer como arquitectos.28
:in embarNo, a Änales de 221, con 0nNlaterra bajo su
seNundo bloqueo nacional, esta comparación se había con-
vertido en alNo habitual, aunque no sin provocar la ira y las
demandas de censura y castiNo de los sionistas y otros Nuar-
dianes de la santidad del “Holocausto”. En diciembre de 221,
el diputado conservador Marcus -ysh comparó las restriccio-
nes del llamado “Plan B” en el 9eino <nido, y en particular
la amenaza del Gobierno de imponer pasaportes “vacuna”,
con las restricciones de las libertades civiles en la (lemania
nazi.29 @ en enero de 222, la periodista 5aomi >olf publicó
un artículo en tres partes en el que comparaba la disposición
de los “liberales” estadounidenses a cumplir y hacer cumplir
las prácticas de discriminación desde marzo de 22 con la
complicidad de los alemanes con el rtNimen nacionalsocialis-
ta en los primeros a|os del Tercer 9eich. De hecho, pocas
de las predicciones que fueron despreciadas despectivamen-
te como peliNrosos desvaríos de “teóricos de la conspiración”
en 22 y 221 han dejado de cumplirse en 222, donde aho-
ra son proclamadas con la misma histeria como necesarias
para la protección del pueblo y la seNuridad del Estado por
la misma conNreNación de Äeles a la C6=0D. Este culto ha
crecido hasta convertirse en la 0Nlesia de 0nNlaterra de facto,
habiendo recibido el respaldo eclesiástico de su doNma y sus
rituales las pasadas 5avidades por parte de los arzobispos
de Canterbury y >estminster, el primero de los cuales declaró
que la “vacunación” no era una cuestión de derechos huma-
nos sino una cuestión moral, y suNirió que neNarse a cumplirla
era pecado.1 3o que antes se denunciaba como imposible,
ridículo u obsceno ahora es exiNido por los mismos apolo-
Nistas, los mismos oportunistas, los mismos ideóloNos del
biopoder. (trapados entre las exhibiciones públicas de virtud

382
APÉNDICE

y la obediencia al imperio del terror, nuestra memoria colecti-


va del pasado ha sido borrada voluntariamente por poco más
que la promesa de un cumplimiento recompensado.
:in embarNo, para aquellos de nosotros que creemos que
nuestros derechos y libertades, antes inalienables, no deben
dejarse de lado a la primera se|al de “crisis”, es importante
que no nos dejemos acobardar, intimidar y amenazar para que
olvidemos por qut se creyó necesario inscribir esos derechos
en el derecho europeo e internacional desputs de la :eNunda
Guerra Mundial. Como ya he arNumentado, hace tiempo que
vivimos en 6ccidente en una sociedad pretotalitaria, lo que
nos ha preparado para un Estado de bioseNuridad Nlobal que
ya ni siquiera necesita la justiÄcación de esta “crisis” sanita-
ria fabricada para eliminar, con toda la violencia del Estado,
los últimos vestiNios de nuestra democracia. 3as 3eyes del
Parlamento y los Tratados 0nternacionales que el Gobierno
está convirtiendo en leyes o Ärmando este a|o, junto con los
proNramas y tecnoloNías del Estado de BioseNuridad Global
que se están aplicando en Nran medida sin el conocimiento y,
desde lueNo, sin el voto de la opinión pública del 9eino <nido,
son la prueba fehaciente de ello. :in embarNo, Hannah (ren-
dt sostenía que el Tercer 9eich no se convirtió propiamente
en totalitario hasta septiembre de 199, cuando la :eNunda
Guerra Mundial le proporcionó la cobertura necesaria para
cometer sus crímenes contra la humanidad. Comparar la eli-
minación de los derechos humanos y las libertades civiles de
los judíos y otros “indeseables” en el Tercer 9eich a partir de
19 con los de los “no vacunados” en el estado de biose-
Nuridad del 9eino <nido desde 22 nos permite ver a qut
fecha y ley equivalentes hemos lleNado hoy, y quizás qut nos
depara el futuro a menos que derroquemos a los Nobiernos
que imponen estas leyes para la protección de las personas
y el estado.2

383
EL CAMINO AL FASCISM

)El 28 de febrero de 19, el Decreto para la Protección


del Pueblo y del Estado (conocido comúnmente como el
Decreto del 0ncendio del 9eichstaN) suspendió la mayoría
de los derechos humanos de los ciudadanos alemanes,
incluidos los derechos de reunión pública y de libertad
de asociación, la privacidad de las comunicaciones pos-
tales, teleNráÄcas y telefónicas, la libertad de expresión y
de prensa, así como el habeas corpus.
) 21 de marzo de 19, la Ley de Prácticas Maliciosas
El
declaró ileNal hablar en contra, cuestionar o criticar al Ter-
cer 9eich o a sus diriNentes, lo que incluía hacer bromas
antinazis o “difundir rumores”, castiNado con multas o pe-
nas de prisión. Esto provocó un Nran número de denuncias
de compatriotas alemanes a la Policía :ecreta del Estado.
) 2 de marzo de 19, la Ley para Remediar la An-
El
gustia del Pueblo y del Estado (conocida comúnmente
como 3ey Habilitante) otorNó al Gabinete alemán plenos
poderes para aprobar leyes por decreto, sin aprobación
parlamentaria, y anular aspectos fundamentales de la
Constitución de >eimar. Dotada de una viNencia de 4
a|os a menos que fuera renovada por el 9eichstaN, esta
3ey fue prorroNada dos veces, en 197 y 1941, y (lemania
seNuía leNalmente bajo sus poderes de emerNencia al Änal
de la :eNunda Guerra Mundial.
) 7 de abril de 19, como parte del proNrama nacional-
El
socialista de “coordinación BGleichschaltunND”, la Ley para
el Restablecimiento de la Función Pública Profesional
destituyó de sus puestos, incluso como maestros, profeso-
res, jueces y otros funcionarios, a los opositores políticos del
Tercer 9eich (comunistas, socialdemócratas y sindicalistas),
así como a los judíos y a los desiNnados como “no arios”.
)El 11 de abril de 19, la Primera Ordenanza de Aplicación
de la Ley de la Función Pública amplió los ttrminos de esta

384
APÉNDICE

prohibición a los opositores políticos y a los no arios a mt-


dicos, enfermeras, aboNados, notarios, asesores Äscales y
músicos, todos los cuales fueron despedidos de sus puestos.
) 14 de julio de 19, la Ley de Revocación de Naturali-
El
zaciones y Privación de la Ciudadanía Alemana revocó
la ciudadanía a los judíos naturalizados y a quienes el Go-
bierno consideraba “indeseables”. Esto incluía a los comu-
nistas y a cualquier persona a la que se hubiera concedido
la ciudadanía bajo el anterior Gobierno de >eimar entre el
9 de noviembre de 1918 y el  de enero de 19. 3a ley
tambitn se aplicaba a los ciudadanos alemanes residentes
en el extranjero cuya lealtad al Tercer 9eich hubiera sido
puesta en duda por su conducta. :i se neNaban a reNresar
al 9eich, se les podía retirar la ciudadanía, convirtitndoles
en apátridas, y el Gobierno podía conÄscar sus bienes.
) 14 de julio de 19, la Ley de ConÄscación de Bie-
El
nes de los Enemigos del Pueblo y del Estado permitió
al Gobierno conÄscar los bienes de los comunistas y de
otros enemiNos desiNnados del Tercer 9eich.
) 14 de julio de 19, la Ley contra la Fundación de
El
Nuevos Partidos prohibió o disolvió todos los demás
partidos políticos.
)El 14 de julio de 19, la Ley para la Prevención de la
Descendencia con Enfermedades Hereditarias permi-
tió al Gobierno esterilizar por la fuerza a personas con
discapacidades físicas o mentales.
)El 4 de octubre de 19, la Ley de Editores prohibió a los
judíos trabajar en el periodismo, y se prohibió a los perió-
dicos publicar cualquier información que pudiera “debili-
tar la fuerza del 9eich en el extranjero o en casa”.
)El 24 de noviembre de 19, la Ley contra los Delin-
cuentes Habituales Peligrosos facultó a la Policía :e-
creta del Estado para llevar a personas sospechosas de

385
EL CAMINO AL FASCISM

llevar a cabo actividades hostiles al Estado a una ºcusto-


dia protectora B:chutzhaftD» sin orden judicial, acusación
especíÄca, derecho de apelación, acceso a un aboNado
o revisión judicial. Encarcelados por tiempo indeÄnido en
una prisión o en un campo de concentración, esta prácti-
ca extraleNal se defendía a veces como necesaria para la
protección del individuo. El Tribunal :upremo no impuNnó
ni protestó contra esta ptrdida de autoridad judicial.
)El 18 de mayo de 194, el Impuesto de Huida impuesto
en 191 para disuadir a los alemanes ricos de abandonar
el país durante la Gran Depresión se modiÄcó para que
los judíos que abandonaran (lemania tuvieran que paNar
un impuesto del 2 de sus bienes. Esto incluía a los
encarcelados en campos de concentración fuera de las
fronteras del Tercer 9eich.
)  de julio de 194, la Ley de UniÄcación de la Asis-
El
tencia Sanitaria llevó lo que había estado bajo la juris-
prudencia de los estados alemanes individuales a una
leNislación y administración federal centralizada, bajo la
cual los mtdicos administraban el tratamiento de acuerdo
con los principios del nacionalsocialismo, que sustituían
a su juramento hipocrático de “primero no hacer da|o”.
)El 19 de aNosto de 194, en un referéndum nacional,
el 9 del electorado alemán aprobó la fusión de los
carNos de canciller y presidente, lo que convirtió a (dolf
Hitler tanto en jefe de Nobierno como en jefe de Estado.
Este carNo fusionado fue desiNnado 3íder B- hrerD, cuya
palabra se convertía ahora en ley.
)El 2 de aNosto de 194, el Juramento de Lealtad pres-
tado por todos los funcionarios del Estado pasó de la
lealtad a la Constitución alemana a la lealtad al - hrer.
)El 1 de septiembre de 19, la Ley para la Protección
de la Sangre y el Honor Alemanes prohibió a los judíos

386
APÉNDICE

y a otros no arios las relaciones maritales y sexuales con


“ciudadanos de sanNre alemana o afín”.
)El 1 de septiembre de 19, la Ley de Ciudadanía del
Reich privó a los judíos alemanes de su ciudadanía, y con
ella de sus derechos civiles y políticos, incluido el derecho a
votar o a ocupar carNos políticos, y en su luNar los convirtió
en ºsúbditos del Estado B:taatsanNeh€riNeD». Éste se deÄnía
como ºuna persona que Noza de la protección del Estado y,
en consecuencia, tiene obliNaciones especíÄcas para con tl».
)El 18 de octubre de 19, la Ley para la Protección de la
Salud Hereditaria del Pueblo Alemán exiNió a todos los
futuros contrayentes que obtuvieran de las autoridades
sanitarias públicas un certiÄcado de aptitud para el matri-
monio. Éstos se deneNaban a cualquier persona con una
enfermedad contaNiosa.
)El 14 de noviembre de 19, el primer decreto suple-
mentario a la Ley de Ciudadanía del Reich deÄnía a los
“judíos” no como miembros de una comunidad reliNiosa
o cultural, sino como una raza deÄnida por la herencia.
Esta es una deÄnición que mantienen hoy tanto la (lian-
za 0nternacional para la Memoria del Holocausto como el
Estado de 0srael.
) 2 de noviembre de 19, el Ministerio del 0nterior am-
El
plió la Ley de ciudadanía del Reich a los romaníes, sinti
y afroalemanes.
)El  de diciembre de 19, se retiraron los carteles antise-
mitas cerca del luNar de los 1ueNos 6límpicos de 0nvierno,
que se celebraron en Garmisch-PartenRirchen del  al 1 de
febrero de 19, para evitar las críticas internacionales.
)( lo larNo de 19, para proteNer al Tercer 9eich de las
críticas de países extranjeros durante los 1ueNos 6lím-
picos de =erano que se celebraron en Berlín del 1 al 1
de aNosto, se detuvo la elaboración de nueva leNislación

387
EL CAMINO AL FASCISM

para la protección de las personas y del Estado, y en par-


ticular contra los judíos.
)El 17 de junio de 19, la OÄcina Principal de la Policía
de Seguridad unió la Policía Criminal (2ripo) con la Poli-
cía :ecreta del Estado (Gestapo).
) 1 de octubre de 19, el Ministerio de Educación prohi-
El
bió la presencia de profesores judíos en las escuelas públicas.
) 9 de diciembre de 19, el Tribunal Supremo amplió
El
la deÄnición de “relaciones sexuales” de las 3eyes de 5ú-
remberN de septiembre de 19 para incluir todas las re-
laciones sexuales “naturales y no naturales” entre miem-
bros del sexo opuesto en las que se NratiÄcaran de alNún
modo las “necesidades sexuales”, aunque no implicaran
contacto corporal.
)El 14 de diciembre de 197, el Decreto de Acción Poli-
cial Preventiva contra la Delincuencia otorNó a la Poli-
cía Criminal poderes ilimitados de viNilancia y la facultad
de ºarresto preventivo B=orbeuNunNshaftD» para conÄnar en
campos de concentración a cualquier persona por la mera
sospecha de actividad delictiva, o por tener un comporta-
miento antisocial o delictivo, sin exiNir pruebas de un acto
delictivo especíÄco. :e deÄnía como “antisocial” a cual-
quier persona cuya actitud no encajara con la de la “comu-
nidad nacional B=olRsmeinschaftD”, incluidos Nitanos, pros-
titutas, proxenetas, vaNabundos, mendiNos, Namberros
y desempleados de larNa duración, cuyas identidades se
obtenían de las bolsas de trabajo. 3os detenidos no tenían
derecho de apelación ni acceso a un aboNado, y las deten-
ciones no eran susceptibles de revisión judicial.
)El 2 de abril de 198, la Orden de Revelación de Bie-
nes Judíos exiNía a los judíos que poseyeran más de
. marcos alemanes en bienes que reNistraran sus
propiedades. Esta política fue introducida posteriormente

388
APÉNDICE

por los Nobiernos fascistas de -rancia, HunNría, 9umanía,


BulNaria, Croacia y Eslovaquia.
)El 1 de mayo de 198, la Ley de ConÄscación de Pro-
ductos de Arte Degenerado permitió la conÄscación sin
indemnización de miles de obras de arte de museos y co-
lecciones privadas.
)El 11 de julio de 198, el Ministerio del Interior prohibió
a los judíos acudir a los balnearios para eliminar el riesNo
de infección derivado de la asociación con un pueblo de-
Änido por la medicina nacionalsocialista como vector de
enfermedades tanto físicas como morales.
) 2 de julio de 198, se ordenó a los judíos que solici-
El
taran tarjetas de identiÄcación que debían mostrar a la
policía o a los funcionarios cuando se las pidieran. Éstas
estaban marcadas con una letra “1” roja.
)El 17 de aNosto de 198, el Decreto sobre la Ley de Al-
teración de Nombres Familiares y Personales ordenó
a los judíos sin nombres de pila aprobados por el Gobier-
no que a|adieran el nombre º0srael» (para los varones) o
º:ara» (para las mujeres) al suyo propio.
)El  de octubre de 198, el Decreto para la ConÄsca-
ción de Bienes Judíos reNuló la transferencia de bienes
de judíos a no judíos, forzando a los primeros a la penuria
y a quedarse sin hoNar.
)El 12 de septiembre de 198, se prohibió a los judíos
asistir a cines, conciertos y a la ópera. (l iNual que la
prohibición de los esparcimientos y las relaciones sexua-
les, se trataba de una “medida” de bioseNuridad que re-
ducía la antiNua ciudadanía de los judíos alemanes a la
mera vida de “súbditos del Estado”.
) 12 de noviembre de 198, el Decreto para la Exclusión
El
de los Judíos de la Vida Económica Alemana prohibió
a los judíos poseer neNocios, vender bienes o servicios

389
EL CAMINO AL FASCISM

o tener un comercio, forzándoles a la bancarrota, el des-


empleo y la pobreza.
)El 1 de noviembre de 198, el Ministerio de Educación
prohibió a los ni|os judíos asistir a las escuelas públicas.
Esta “medida” de bioseNuridad se justiÄcó como un medio
para proteNer a los ni|os arios del riesNo de infección no
sólo por los cuerpos sino tambitn por las creencias de los
judíos, que culturalmente se tachaban de “bolcheviques” y
reliNiosamente de “anticristianas”.
) 21 de noviembre de 198, el Impuesto de Expiación
El
para los Judíos de Nacionalidad Alemana obliNó a los
judíos con activos de . marcos alemanes o más a
paNar el 2 en cuatro plazos entre el 1 de diciembre
de 198 y el 1 de aNosto de 199. En octubre de 199
se a|adió un quinto paNo, con lo que el impuesto total
ascendió al 2 .
)El 28 de noviembre de 198, el Ministerio del Interior res-
trinNió la libertad de circulación y de viaje de los judíos, a
los que sólo se permitía abandonar el Tercer 9eich con el
8 del valor monetario en marcos del 9eich de sus bienes.
)El  de diciembre de 198, el Decreto sobre la Utilización
de la Propiedad Judía hizo obliNatoria la “arianización” de
todas las empresas judías, impuso un plazo para la venta
o liquidación de todas las empresas, acciones y valores, y
bloqueó todas las cuentas bancarias de propiedad judía.
) 14 de diciembre de 198, la Orden Ejecutiva sobre la
El
Ley de Organización del Trabajo Nacional canceló todos
los contratos estatales con empresas de propiedad judía.
)El 21 de diciembre de 198, la Ley sobre Comadronas
prohibió a todos los judíos ejercer la profesión.
)El 21 de febrero de 199, el Decreto relativo a la En-
trega de Metales y Piedras Preciosas de Propiedad
Judía exiNió a los judíos que entreNaran el oro, la plata,

390
APÉNDICE

los diamantes y otros objetos de valor al Estado sin com-


pensación.
)El 18 de aNosto de 199, el Comité del Reich para el
Registro CientíÄco de Enfermedades Hereditarias y
Congénitas inició el proNrama de eutanasia involuntaria
(Rtion T4. ( Änales de la :eNunda Guerra Mundial, entre
27. y . personas desiNnadas como “vida in-
diNna de vivir B3ebensun^ertes 3ebensD” habían sido ase-
sinadas en hospitales del Tercer 9eich o bajo su control.
( Änales de 1941, este proNrama había “vaciado” más de
9. camas de hospital para los heridos de Nuerra.
)  de septiembre de 199, el Decreto contra los Enemi-
El
gos Públicos castiNaba con la pena de muerte cualquier
delito contra la persona, la propiedad, la comunidad o la
seNuridad pública que se cometiera al amparo de las con-
diciones de Nuerra (como apaNones o ataques atreos).
)El 27 de septiembre de 199, la OÄcina Central de Se-
guridad del Reich (9:H() uniÄcó la Policía Criminal (2ri-
po) y la Policía :ecreta del Estado (Gestapo) con el :er-
vicio de 0nteliNencia de las :: (:D), colocando de hecho
a todos los servicios policiales del Tercer 9eich bajo el
control central de las :: (:chutzstaɈel).
)El 1 de enero de 194, el Decreto sobre el Tratamiento
de la Propiedad Enemiga bloqueó la propiedad existen-
te de todos los bienes poseídos directa o indirectamente
por enemiNos desiNnados del Tercer 9eich.
)El 1 de septiembre de 1941, el Reglamento Policial so-
bre el Etiquetado de Judíos prohibió a los judíos del Ter-
cer 9eich que hubieran cumplido  a|os ºmostrarse en
público sin una estrella judía». (demás, se prohibía a los
judíos ºsalir de la zona de su comunidad sin tener un per-
miso escrito de la policía local». El castiNo por contravenir
intencionadamente o por neNliNencia este 9eNlamento

391
EL CAMINO AL FASCISM

era una multa de hasta 1 marcos del 9eich o prisión de


hasta  semanas.
)El 1 de octubre de 1942, las Cartas a todos los jueces,
emitidas por el recitn nombrado Ministro de 1usticia, im-
pusieron las directrices oÄciales que debían utilizar los
jueces para interpretar las leyes del Tercer 9eich y conde-
nar a muerte a quienes las infrinNieran.
) 2 de noviembre de 1941, el Undécimo Decreto de la
El
Ley de Ciudadanía del Reich despojó a los judíos de los
derechos que les quedaban como súbditos del Estado, es-
tipulando que los judíos que vivían fuera de (lemania ya no
eran ciudadanos, y que las propiedades y pensiones de los
judíos alemanes que habían perdido su nacionalidad, inclui-
dos los deportados, debían ser conÄscadas por el 9eich.
)El 24 de abril de 1942, se prohibió a los judíos de toda
la Gran Alemania utilizar el transporte público. 6tras
prohibiciones promulNadas en el transcurso de la :eNun-
da Guerra Mundial incluían no utilizar teltfonos públicos
ni máquinas expendedoras de billetes, no conNreNarse en
estaciones de ferrocarril, no visitar restaurantes, no en-
trar en parques o bosques, no pasear por el ctsped, no
obtener periódicos o publicaciones periódicas, no tener
animales domtsticos, no fumar tabaco, y se prohibieron
ciertos alimentos, como la carne, el marisco, la leche, el
pan blanco, la fruta y los dulces.
Entre las Leyes de Núremberg de septiembre de 19 y el
estallido de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de
199, el Tercer 9eich promulNó más de 12 leyes, decretos y
reNlamentos que imponían más de 4 restricciones leNales
con la justiÄcación de proteNer la salud del pueblo alemán y la
seNuridad del Estado alemán. Éstas constituyeron un discur-
so epidemiolóNico no menos leNítimo bajo la ley alemana por
haber sido fabricado en su totalidad por mtdicos y cientíÄcos

392
APÉNDICE

nacionalsocialistas! de protección contra la enfermedad y reme-


dio cuando se infectaba, y de identiÄcación de los infectados y
encarcelamiento (y Änalmente exterminio) de los enfermos.
El “Holocausto” al que reducen el Tercer 9eich quienes
quieren borrar su historia fue precedido por 8 a|os de leyes
que privaron tan completamente a los judíos de sus derechos
que, para cuando se aplicó en 1941, como escribió (Namben,
ninNún acto cometido contra ellos podía parecer ya un crimen.
Quienes denuncian las comparaciones entre la supresión de
los derechos humanos en la Europa actual y la (lemania nazi
no sólo encuentran consuelo en el hecho de que la vida en el
Estado de bioseNuridad Nlobal aún no es tan mala como en el
Tercer 9eich, sino que cierran los ojos ante la forma en que los
Estados totalitarios se construyen en las leyes de las socieda-
des democráticas.

)Entre enero de 22 y marzo de 222, bajo un “periodo


de emerNencia” declarado políticamente, se convirtieron
en ley en el Reino Unido 582 Instrumentos Estatuta-
rios justiÄcados por el coronavirus. 17 fueron presen-
tados por el Departamento de :alud y (sistencia :ocial,
11 de los cuales se hicieron bajo el ejercicio ileNal de los
poderes conferidos por la 3ey de :alud Pública (Control
de Enfermedades) de 1984. 4
)El 1 de febrero de 22, el Reglamento de Protección
de la Salud (Coronavirus) de 22 facultó al Estado para
detener, aislar y tomar una muestra biolóNica de una per-
sona por considerar que “puede estar” infectada por el
:9(:-Co=-2, en cuyo cumplimiento un aNente de policía
puede “hacer un uso razonable de la fuerza”.
)El  de marzo de 22, en virtud de la primera Enmienda
al Reglamento de Protección de la Salud (Coronavirus)
de 22, el C6=0D-19 y el :(9:-Co=-2 se a|adieron a la
lista de, respectivamente, “Enfermedades de declaración

393
EL CAMINO AL FASCISM

obliNatoria” y “(Nentes causales” que los mtdicos tienen la


obliNación de hacer constar en un certiÄcado de defunción.
)El 1 de marzo de 22, la ‘Guía y procedimiento opera-
tivo estándar: Pruebas del virus COVID-19 en los labo-
ratorios del Servicio Nacional de Salud”, emitido por el
:ervicio 5acional de :alud, recomendó un umbral de am-
pliÄcación de ciclo ttrmico (Ct) de 4 para las pruebas de
reacción en cadena de la polimerasa con transcripción in-
versa (9T-PC9) para el :(9:-Co=-2, y que todo lo que estt
por debajo de 4 se considere un positivo “conÄrmado”.
)El 1 de marzo de 22, las “Orientaciones sobre el
distanciamiento social para todos en el Reino Unido”
indicaban a la población que evitara el contacto con al-
Nuien que mostrara síntomas de infección" que utilizara
el transporte público sólo cuando fuera imprescindible"
que trabajara desde casa siempre que fuera posible" que
evitara las reuniones en luNares públicos, o con amiNos y
familiares" y que se pusiera en contacto con los servicios
mtdicos por 0nternet en luNar de en persona. ( pesar de
no tener respaldo leNislativo, estas orientaciones se hicie-
ron cumplir mediante sanciones penales, incluidas multas
y arrestos.
)El 17 de marzo de 22, el Servicio Nacional de Salud se
replanteó radicalmente sus prioridades, lo que provocó
que hasta 2. pacientes hospitalizados fueran dados
de alta a residencias sin haber sido sometidos previa-
mente a las pruebas de detección del :9(:-Co=-2.
)El 19 de marzo de 22, el Ministerio de Defensa anunció
la formación de la Fuerza de Apoyo COVID, compuesta
por 2. militares encarNados de ayudar a implemen-
tar la respuesta del Gobierno a la “crisis” del C6=0D-19.
El 2 de abril, esta fuerza se incrementó con otros .
reservistas.

394
APÉNDICE

)El 2 de marzo de 22, el Reglamento de Protección de


la Salud (Coronavirus, cierre de comercios) (0nNlaterra) de
22 exiNió el cierre de todos los comercios que vendieran
productos no esenciales, así como de bibliotecas, parques
infantiles, Nimnasios al aire libre y luNares de culto.
)El 2 de marzo de 22, la Ley sobre el Coronavirus de
2020 modiÄcó la leNislación sobre salud mental y capa-
cidad mental para ampliar de 72 a 12 horas el tiempo
que un paciente puede permanecer internado antes de
ser seccionado" facultó a un mtdico que no hubiera vis-
to al fallecido para certiÄcar la causa de la muerte como
C6=0D-19 sin que el cuerpo fuera remitido a un forense
antes de la cremación de los restos" suprimió el requisito
de que un jurado estableciera si el C6=0D-19 era la causa
de una muerte, como ocurre con otras enfermedades de
declaración obliNatoria" amplió el plazo de conservación
por parte del Estado de los datos biomttricos de los ciu-
dadanos británicos" facultó al Estado para cerrar centros
educativos" prohibió la asistencia a reuniones públicas
u otros locales" facultó a un aNente de policía para utili-
zar la fuerza que fuera necesaria para cubrir el rostro de
una persona con una mascarilla, trasladarla a un luNar de
detención, tomar una muestra biolóNica sin su permiso
e imponer restricciones a sus movimientos, acciones y
contactos durante otros 14 días" autorizó la concesión de
miles de millones de libras de dinero público a contratis-
tas privados como parte de la respuesta a la “pandemia”"
y aplazó todas las elecciones hasta mayo de 221.
) 2 de marzo de 22, el Reglamento de Protección de
El
la Salud (Coronavirus, 9estricciones) (0nNlaterra) de 22
impuso el primer bloqueo nacional en 0nNlaterra, restrin-
Niendo los movimientos del público a la compra de ar-
tículos de primera necesidad, una forma de ejercicio al

395
EL CAMINO AL FASCISM

día, la recepción o entreNa de necesidades mtdicas, y los


desplazamientos a trabajos esenciales, prohibitndose las
reuniones de más de dos personas en público, y aplicán-
dose su cumplimiento mediante sanciones penales.
)El  de marzo de 22, la OÄcina del Gabinete anunció
que la <nidad de 9espuesta 9ápida del Gobierno estaba
trabajando con las empresas de medios sociales para eli-
minar cualquier información sobre el coronavirus publica-
da en línea que contradijera la suya.
) 1 de marzo de 22, la OÄcina Nacional de Estadísti-
El
ca anunció que, para que una muerte se incluyera en sus
reNistros de muertes por C6=0D-19, la enfermedad sim-
plemente tenía que “mencionarse” en cualquier parte del
certiÄcado de defunción, sin que ÄNurara como “causa
principal de la muerte”, ni siquiera como factor “contribu-
yente”" o cuando un mtdico diaNnosticara un “posible”
caso de C6=0D-19 basándose en “síntomas relevantes”
pero sin que se hubiera realizado ninNuna prueba de de-
tección del :9(:-Co=-2" o cuando el fallecido diera po-
sitivo en la autopsia.
)El 7 de abril de 22, en virtud de la Sección 22 de la Ley
de Enjuiciamiento de Delitos de 1985, el protocolo de cri-
sis por coronavirus para el manejo eÄcaz de los casos de
límite de tiempo de custodia en el Tribunal de MaNistra-
dos y el Tribunal de la Corona amplió el tiempo que un
acusado podía permanecer bajo custodia antes del juicio
de  a 182 días.
)El 1 de abril de 22, la Comisión de Calidad Asisten-
cial introdujo una “nueva forma” de saber si el C6=0D-19
estaba “implicado en la muerte” de alNuien en una re-
sidencia asistencial. Esto requería simplemente una de-
claración del proveedor de la residencia de ancianos de
que se ºsospechaba» de C6=0D-19, y que ºpodía o no»

396
APÉNDICE

corresponderse con un diaNnóstico mtdico, un resultado


positivo de la prueba de :(9s-Co=-2, o incluso reÅejarse
en el certiÄcado de defunción.
) 2 de abril de 22, la Organización Mundial de la Sa-
El
lud emitió unas directrices diriNidas a los profesionales
mtdicos en las que les indicaba que, si el C6=0D-19 es la
causa “presunta”, “probable” o “supuesta” de la muerte,
debe reNistrarse siempre como la causa subyacente del
fallecimiento en los certiÄcados de defunción, e instruía
a los profesionales mtdicos para que “apliquen siempre
estas instrucciones, tanto si pueden considerarse mtdi-
camente exactas como si no”.
)El 21 de abril de 22, la Cámara de los Comunes aprobó
una moción para facilitar los “procedimientos híbridos”
que permitía un máximo de  diputados en la Cámara
de  esca|os, con 12 diputados que podían participar
en línea, procedimientos reducidos de 8 a 2 horas y todas
las preNuntas publicadas con antelación.
)El 21 de abril de 22, el Reglamento de Poderes de
Investigación (Datos de Comunicaciones) ((utoridades
Públicas 9elevantes y (ltos -uncionarios DesiNnados) de
22 amplió la facultad de obtener datos de comunica-
ciones en virtud de la 3ey de Poderes de 0nvestiNación de
21 a otros cinco orNanismos públicos.
)El 28 de abril de 22, Salud Pública de Inglaterra anun-
ció que cada muerte en el 9eino <nido que se produjera
en una residencia o fuera de un hospital en la que se hu-
biera realizado una prueba positiva de :(9:-Co=-2 pre o
post mortem se a|adiría tanto retrospectivamente como
en el futuro al número oÄcial de muertes por C6=0D-19.
) 28 de abril de 22, el Servicio Nacional de Salud
El
anunció que incluiría en su publicación de defunciones
por C6=0D-19 todas las muertes en las que no se hubiera

397
EL CAMINO AL FASCISM

realizado una prueba positiva para el :9(:-Co=-2 pero


en cuyo certiÄcado de defunción se hubiera consiNnado
el C6=0D-19 como “causa subyacente de la muerte”.
) 28 de abril de 22, la Oɉce for National Statistics
El
y la Care Quality Commission emitieron una declaración
conjunta de transparencia en la que aclaraban que su re-
Nistro de una muerte como consecuencia del C6=0D-19
“puede corresponderse o no con un diaNnóstico mtdico
o el resultado de una prueba, o reÅejarse en el certiÄcado
de defunción”.
)El 28 de abril de 22, el director ejecutivo de NHSX, la
unidad que establece la política nacional y las mejores
prácticas del 5H: en materia de tecnoloNía diNital, anun-
ció que, en colaboración con empresas especializadas en
tecnoloNía de 0nteliNencia (rtiÄcial, estaban estudiando la
creación de “pasaportes de inmunidad”. Éstos requerirían
una comprobación de reconocimiento facial que coinci-
diera con una forma de identiÄcación aprobada por el Go-
bierno y vinculada a datos biomttricos, para conÄrmar el
“estado” de salud de un ciudadano a travts de un códiNo
de respuesta rápida (Q9) cada vez que entrara en cual-
quier espacio que utilizara el sistema de bioseNuridad.
)El  de abril de 22, el Consejo Nacional de Jefes de
Policía anunció que, en el mes transcurrido desde la en-
trada en viNor del 9eNlamento de Protección :anitaria,
había recibido informes de informantes públicos sobre
más de 194. incidentes relacionados con el coronavi-
rus en 0nNlaterra y Gales (más de .7 informes al día), y
que se habían emitido 9.17 avisos de sanción Äja.
)El 1 de mayo de 22, el Primer Ministro anunció la
puesta en marcha del Centro Conjunto de BioseNuridad,
un sistema de viNilancia de Nestión privada dise|ado para
exiNir a las empresas que recojan una amplia Nama de

398
APÉNDICE

datos, incluidas muestras biomttricas, sobre sus emplea-


dos, clientes y visitantes, en función de los cuales esta-
blecería el nivel de alerta C6=0D-19 como parte de una
“infraestructura ampliada para hacer frente a las amena-
zas de bioseNuridad en el 9eino <nido”.
) 11 de mayo de 22, el Gobierno presentó al Parla-
El
mento “Nuestro plan de reconstrucción: La estrate-
gia de recuperación de COVID-19 del Gobierno del
Reino Unido’, que incluía el proNrama 5H: Test and Tra-
ce administrado a travts de la aplicación para smartpho-
nes 5H: C6=0D-19, un apoyo económico estimado en
1. millones de libras para la respuesta del Gobier-
no a C6=0D-19 y . millones de libras (equivalentes
al 1 del P0B) en forma de Narantías y prtstamos para
las empresas, “sólidas medidas de ejecución” a medida
que el 9eino <nido pasa a la “siNuiente fase”, y una “rá-
pida reinNeniería de las estructuras e instituciones Nu-
bernamentales”.
)El 1 de junio de 22, en virtud de la tercera Enmienda
al Reglamento de Protección de la Salud (Coronavirus,
9estricciones) (0nNlaterra) (Enmienda) (5¢ ) de 22, se
prohibieron las protestas públicas en el 9eino <nido.
)El  de junio de 22, tras la presión ejercida por los No-
biernos de los países del G7, la 6rNanización Mundial de
la :alud revisó sus “Consejos sobre el uso de mascarillas
en el contexto del C6=0D-19” para recomendar su uso, y
sus razones para hacerlo incluían “recordar a la Nente que
cumpla otras medidas” y “fomentar la aceptación pública
de las medidas de protección en Neneral”.
) 1 de junio de 22, el Reglamento de Protección Sa-
El
nitaria (Coronavirus, uso de cubrebocas en el transporte
público) (0nNlaterra) de 22 hizo obliNatorios los cubre-
bocas en el transporte público.

399
EL CAMINO AL FASCISM

)El 29 de junio de 22, 412. personas de la ciudad de


3eicester fueron sometidas a restricciones de circulación,
asociación y cierre de locales.
)El 2 de julio de 22, el Departamento de Sanidad y Asis-
tencia Social publicó unas directrices en las que se orde-
naba a los propietarios de bares, restaurantes, cafeterías,
hoteles, museos, cines, peluquerías, ayuntamientos, cen-
tros cívicos, bibliotecas y luNares de culto que deneNaran
la entrada, el servicio o el empleo en sus establecimientos
a los visitantes, clientes o personal que se neNaran a faci-
litar sus datos personales, incluidos su nombre y número
de contacto o dirección de correo electrónico, así como
la hora de su visita, compra o turno" y que compartieran
esta información con el proNrama Test and Trace del 5H:.
) 18 de julio de 22, el Reglamento de Protección de
El
la Salud (Coronavirus, 9estricciones) (0nNlaterra) (n¢ ) de
22 facultó a las autoridades locales para dar instruccio-
nes que imponNan prohibiciones, requisitos o restriccio-
nes para cerrar o restrinNir la entrada a locales, eventos o
luNares públicos al aire libre.
) 2 de julio de 22, el Reglamento de Protección de
El
la Salud (Coronavirus, <so de Cubiertas -aciales en un
3uNar 9elevante) (0nNlaterra) de 22 hizo obliNatorias las
cubiertas faciales en tiendas, centros comerciales, ban-
cos, oÄcinas de correos y centros de transporte.
)El 27 de julio de 22, el Consejo Nacional de Jefes de
Policía anunció que, en los dos meses transcurridos entre
el 27 de marzo y el 2 de mayo, se habían emitido 17.9
avisos de sanción Äja en 0nNlaterra y Gales.
)El 1 de julio de 22, el Reglamento de Protección de la
Salud (Coronavirus, 9estricciones) (BlacRburn ^ith Dar^en
y Bradford) de 22 puso a 28. personas bajo restric-
ciones de movimiento, asociación y cierre de locales.

400
APÉNDICE

)El 1 de julio de 22, el Gobierno anunció la creación de


un “grupo independiente” para examinar la reforma de la
revisión judicial, el medio por el que los ciudadanos pue-
den cuestionar si la decisión del Gobierno o de cualquier
otro orNanismo público se ajusta a las leyes promulNadas
por el Parlamento.
) 4 de aNosto de 22, el Reglamento de Protección
El
de la Salud (Coronavirus, 9estricciones a las 9euniones)
(5orte de 0nNlaterra) de 22 puso a , millones de perso-
nas bajo restricciones de movimiento, asociación y cierres.
) 8 de aNosto de 22, el Reglamento de Protección de
El
la Salud (Coronavirus, <so de Cubiertas -aciales en un 3u-
Nar 9elevante) (Enmienda) de 22 amplió el uso obliNatorio
de cubiertas faciales a luNares de culto, centros comunita-
rios, crematorios y capillas, hoteles y alberNues, salas de
conciertos y exposiciones, cines, museos, Nalerías, luNares
turísticos cubiertos, salas de binNo y bibliotecas públicas.
)El 8 de aNosto de 22, el Reglamento de Protección
de la Salud (Coronavirus, 9estricciones en las 9eunio-
nes) (5orte de 0nNlaterra) (Enmienda) de 22 sometió a
141. personas del (yuntamiento de Preston a restric-
ciones en sus movimientos y asociaciones, así como al
cierre de sus neNocios y locales públicos, debido al au-
mento notiÄcado de “casos” hasta 1 personas que die-
ron positivo en las pruebas del :(9:-Co=-2.
)El 2 de aNosto de 22, el Gobierno emitió directrices
para que los ni|os de las escuelas secundarias de 0nNla-
terra lleven la cara cubierta en las zonas comunes.
) 27 de aNosto de 22, el Reglamento de Protección
El
de la Salud (Coronavirus) (9estricciones a la celebración
de reuniones y enmienda) (0nNlaterra) de 22 elevó la
multa por orNanizar reuniones ileNales de más de  per-
sonas a 1. libras.

401
EL CAMINO AL FASCISM

)El 27 de aNosto de 22, el Reglamento de Protección


de la Salud (<so de cubrebocas en un luNar relevante y
en el transporte público) (0nNlaterra) (Enmienda) de 22
elevó la multa por no llevar un cubrebocas cuando sea
obliNatorio a un máximo de .4 libras.
)El 24 de septiembre de 22, el Reglamento de Protec-
ción de la Salud (Coronavirus, uso de cubrebocas en un
luNar relevante y en el transporte público) (0nNlaterra) (En-
mienda) (n¢ ) de 22 hizo obliNatorio el uso de un cubre-
bocas para el personal u otros trabajadores en determi-
nados establecimientos de venta al por menor, hostelería
y ocio, y para cualquier persona que entre en un pub o
restaurante, y elevó los avisos de multa Äja por incumpli-
miento a un máximo de .4 libras esterlinas.
) 28 de septiembre de 22, el Reglamento de Protec-
El
ción de la Salud (Coronavirus, 9estricciones) ((utoaisla-
miento) (0nNlaterra) de 22 elevó el aviso de sanción Äja
por romper la cuarentena a un máximo de 1. libras.
)  de septiembre de 22, la Ley sobre el Coronavirus
El
de 22 fue renovada por primera vez por  votos a
favor y 24 en contra en la Cámara de los Comunes.
)El 14 de octubre de 22, el Reglamento de Protección
de la Salud (Coronavirus, 5ivel de (lerta 3ocal C6=0D-19)
(Medio) (0nNlaterra) de 22, el 9eNlamento de Protección
de la :alud (Coronavirus, 5ivel de (lerta 3ocal C6=0D-19)
((lto) (0nNlaterra) de 22, y el 9eNlamento de Protección
de la :alud (Coronavirus, 3ocal C6=0D-19 (lert 3evel)
(=ery HiNh) (EnNland) 9eNulations 22 facultaron al :e-
cretario de Estado para dividir 0nNlaterra seNún tres ni-
veles de reNlamentación (posteriormente aumentados a
cuatro), con la notiÄcación máxima de sanción Äja por in-
cumplimiento Äjada en .4 libras para los particulares y
1. libras para las empresas.

402
APÉNDICE

)El 1 de octubre de 22, el Reglamento de Medicamen-


tos de Uso Humano (Coronavirus e 0nÅuenza) (Enmienda)
de 22 modiÄcó el 9eNlamento de Medicamentos de <so
Humano de 212 para permitir la autorización temporal
de vacunas C6=0D-19 sin licencia, y amplió la inmunidad
total de responsabilidad civil a los cientíÄcos, empresas
farmactuticas y profesionales mtdicos responsables de
su fabricación, distribución y administración al público.
)  de noviembre de 22, el Reglamento de Protección
El
de la Salud (Coronavirus, 9estricciones) (0nNlaterra) (n¢ 4)
de 22 impuso un seNundo bloqueo nacional en 0nNlate-
rra. (probado por una votación de 1 diputados contra
8 tras un debate de  horas en la Cámara de los Comu-
nes el día anterior, fue la primera vez desde el inicio de la
“crisis” que se presentaba al Parlamento un 9eNlamento
justiÄcado por el coronavirus antes de convertirse en ley.
) 2 de noviembre de 22, el Gobierno asiNnó 4.
El
millones de libras para construir suÄcientes prisiones
para encarcelar a 18. nuevos reclusos (un aumento
del 2 de la población reclusa del 9eino <nido), ade-
más de 27 millones de libras adicionales para contratar
a 2. aNentes de policía más (un aumento del 1 ).
) 2 de diciembre de 22, la Agencia Reguladora de
El
Medicamentos y Productos Sanitarios concedió una au-
torización temporal a la “vacuna” de (95 mensajero de
PÄzerBio5Tech contra el C6=0D-19, tan sólo siete meses
desputs del inicio de los ensayos clínicos que deben Äna-
lizar en febrero de 22.
)  de diciembre de 22, la Orden de Pagos por Daños
El
Causados por Vacunas (Enfermedades EspecíÄcas) de
22 a|adió la C6=0D-19 a la lista de enfermedades con-
tra las que los paNos realizados a personas Nravemente
discapacitadas como resultado de la “vacunación” están

403
EL CAMINO AL FASCISM

limitados a un único PaNo por Da|os Causados por =acu-


nas de 12. libras.
)El  de diciembre de 22, la Agencia Reguladora de
Medicamentos y Productos Sanitarios concedió una
autorización temporal a la “vacuna” de vectores víricos
(straAeneca6xford para la C6=0D-19, cuyos ensayos
deberán Änalizar en febrero de 22.
)  de enero de 221, el Reglamento de Protección de
El
la Salud (Coronavirus, 9estricciones) (n¢ ) y (Todos los
niveles) (0nNlaterra) (Enmienda) de 221 impuso un tercer
bloqueo nacional en 0nNlaterra.
) 8 de enero de 221, la Agencia Reguladora de Medi-
El
camentos y Productos Sanitarios concedió una autoriza-
ción temporal a la “vacuna” de (95 mensajero Moderna
50H para el C6=0D-19, cuyos ensayos deben Änalizar en
diciembre de 222.
)El 1 de febrero de 221, el Reglamento de Protección
de la Salud (Coronavirus, viajes internacionales) (0nNlate-
rra) (Enmienda) (n¢ 7) de 221 impuso multas Äjas de has-
ta 1. libras por no someterse a una prueba 9T-PC9 o
permanecer en cuarentena a la entrada de los países de la
“lista roja” desde los que estaba prohibido viajar a 0nNlaterra
y Gales, con una pena de prisión de hasta 1 a|os por iden-
tiÄcar incorrectamente el país del que se había reNresado.
)El 8 de marzo de 221, la “Hoja de ruta para salir del
bloqueo”, publicada por el Gobierno, establecía cuatro
pasos para levantar las restricciones al contacto social, la
educación, los viajes, los neNocios, las actividades y los
eventos durante los tres meses siNuientes, a condición de
que la población británica cumpliera masivamente el pro-
Nrama de “vacunación” C6=0D-19, retrasándose el cuar-
to paso cuatro semanas hasta que un número suÄciente
de personas se hubiera inyectado al menos una vez.

404
APÉNDICE

)El 2 de marzo de 221, la Ley sobre el Coronavirus de


2020 fue renovada por seNunda vez por una votación de
484 diputados a favor frente a 7 en contra en la Cámara
de los Comunes.
) 29 de marzo de 221, el Reglamento de Protección de
El
la Salud (Coronavirus, 9estricciones) (Pasos) (0nNlaterra)
de 221 elevó los avisos de sanciones Äjas por infrinNir
las restricciones de cierre a un máximo de . libras
por intentar abandonar el 9eino <nido sin una excusa ra-
zonable, .4 libras por reuniones de más de 1 perso-
nas y 1. libras por reuniones de más de  personas.
)El 1 de abril de 221, Salud Pública de Inglaterra se fu-
sionó con el proNrama de Pruebas y 9astreo del 5H: y el
Centro Conjunto de BioseNuridad para formar la (Nencia
de :eNuridad :anitaria del 9eino <nido.
)El 7 de mayo de 221, la Agencia de Seguridad Sanita-
ria del Reino Unido puso a disposición de las empresas
privadas y las instituciones públicas el 5H: C6=0D Pass
para su uso como condición de viaje, entrada o servicio.
)El 28 de junio de 221, el Consejo Nacional de Jefes de
Policía informó de que, en los 1 meses transcurridos en-
tre el 27 de marzo de 22 y el 2 de junio de 221, había
emitido  5otiÄcaciones de :anción -ija por Nrandes con-
centraciones que conllevaban una multa de 1. libras.
) 1 de aNosto de 221, la Agencia de Seguridad Sa-
El
nitaria del Reino Unido y el :ervicio 5acional de :alud
anunciaron que los menores de 1 a|os no necesitarían el
consentimiento paterno para ser inyectados con la “vacu-
na” de PÄzerBio5Tech si son “competentes para GillicR”.
)El 1 de septiembre de 221, los Jefes Médicos de Inglate-
rra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte autorizaron la inyec-
ción de una dosis de la “vacuna” de (95m de PÄzerBio5-
Tech a ,1 millones de ni|os británicos de entre 12 y 1 a|os.

405
EL CAMINO AL FASCISM

)El 27 de septiembre de 221, el Gobierno publicó la “Pro-


puesta de certiÄcación COVID obligatoria en un esce-
nario de Plan B”, un documento político que obliNaba no
sólo a cubrirse la cara, sino tambitn a lo que denominó
“certiÄcación de estatus C6=0D”, seNún la cual el acceso a
aspectos de la vida pública en el 9eino <nido estaría supe-
ditado a la prueba no de inmunidad frente al :9(:-Co=-2
producida por anticuerpos o incluso una prueba neNativa,
sino de estar “totalmente vacunado”, lo que deÄnió como
un “ciclo de dosis” de número y contenido indeÄnidos.
) 19 de octubre de 221, la Ley sobre el Coronavirus
El
de 2020 fue renovada por tercera vez sin votación en la
Cámara de los Comunes.
)El 9 de noviembre de 221, el Secretario de Estado de
Sanidad y Asistencia Social anunció al Parlamento que el
personal del :ervicio 5acional de :alud que se neNara a
ser inyectado con una “vacuna” contra el C6=0D-19 sería
despedido de su trabajo.
) 11 de noviembre de 221, el Reglamento de la Ley de
El
Sanidad y Asistencia Social de 2008 ((ctividades reNula-
das) (Enmienda) (Coronavirus) de 221 hizo obliNatorio un
“curso completo” de “vacunas” contra el C6=0D-19 para
todos los trabajadores de residencias de ancianos y para
aquellos que entraran a trabajar en residencias de ancianos.
)  de febrero de 222, la Agencia Reguladora de Me-
El
dicamentos y Productos Sanitarios concedió una autori-
zación temporal a la “vacuna” con adyuvante proteínico
5ovavax para el C6=0D-19, cuyos ensayos deben Änali-
zar en julio de 22.
)El 1 de abril de 222, el Departamento de Sanidad y Asis-
tencia Social adjudicó el contrato para desarrollar el pase
C6=0D del 5H: a la empresa danesa de informática 5et-
company 3td. El alcance de los trabajos para el proyecto

406
APÉNDICE

establecía! ºEsto permite una respuesta rápida sicuando el


Gobierno invoca un mandato. :i un ciudadano está total-
mente vacunado, exento por razones mtdicas o ha parti-
cipado en un ensayo clínico, podrá optar a un pase “para
todas las sedes” (obliNatorio). :i un ciudadano sólo tiene in-
munidad natural o resultados neNativos en las pruebas, sólo
podrá optar a un pase “para luNares limitados” (voluntario)”.
) 28 de abril de 222, la Ley de Sanidad y Asistencia
El
Sanitaria de 2022, como parte del Plan a 3arNo Plazo del
5H:, impulsó la privatización y externalización del :ervi-
cio 5acional de :alud, otorNó al :ecretario de Estado au-
toridad sobre el 5H: y convirtió 42 sistemas inteNrados
de asistencia en orNanismos estatutarios con poder sobre
la puesta en marcha y el Nasto del 5H: en 0nNlaterra.
)El 28 de abril de 222, la Ley de Policía, Delincuencia,
Sentencias y Tribunales de 2022 facultó a la policía para
imponer condiciones a las manifestaciones y protestas
públicas, incluido el luNar donde se celebran, y que no
causen “malestar”, “molestias” o “perturbaciones”, cuyo
incumplimiento se tipiÄcó como delito penal castiNado
con hasta 1 a|os de prisión" concedió a la policía acce-
so a los historiales educativos y sanitarios privados, así
como la facultad de detener y reNistrar a los ciudadanos
sin motivo" y tipiÄcó como delito la invasión de terrenos
de propiedad privada.
) 28 de abril de 222, la Ley de Nacionalidad y Fronteras
El
facultó al ministro del 0nterior para revocar, sin notiÄcación
previa, la ciudadanía británica a cualquier persona que no
hubiera nacido en el 9eino <nido, que tuviera doble na-
cionalidad, que fuera considerada una amenaza para la
seNuridad nacional o cuyo comportamiento se conside-
rara “inaceptable”" y criminalizó a los solicitantes de asilo
que lleNaran al 9eino <nido por vías no autorizadas.

407
EL CAMINO AL FASCISM

)El 28 de abril de 222, la Ley de Revisión Judicial y Tribu-


nales de 222 facultó a los tribunales de justicia para sus-
pender y limitar las impuNnaciones de la leNalidad de las
decisiones y acciones del Gobierno británico y de otros
orNanismos públicos, así como su reparación.
)( 28 de septiembre de 222, la Agencia Reguladora de
Medicamentos y Productos Sanitarios había recibido
44.171 informes de 1.17.4 lesiones tras la inyección
de una “vacuna” C6=0D-19, incluyendo 2.272 muertes en
los 7 días siNuientes a la inyección, con un número des-
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