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INVESTIGACIÓN MEDICO LEGAL EN LOS CASOS DE

DESCUARTIZAMIENTO

Autora: Dra. Ana Patricia Spinetti


Psiquiatra y Médico Legista UMFIC – PFA

La palabra descuartizamiento significa seccionar un cuerpo en cuartos o más


partes. Otros términos utilizados son despedazamiento, seccionamiento o
desmembramiento.

Clasificación del descuartizamiento

Las clases de descuartizamientos varían de acuerdo al tipo de clasificación


utilizada, pero hay en todas ellas algunas disquisiciones útiles que pueden orientar al
investigador acerca de la motivación del crimen.
Por ejemplo, Raimundo Nina Rodrígues describió las formas ofensiva y
defensiva, teniendo en cuenta el elemento psicopatológico. Incluyó las variedades
guerrera, anatómica, sádica y de las multitudes. Nerio Rojas incluyó las formas
antropofágica y accidental.
Otras variedades que tienen valor histórico son los tipos religioso y judicial. Si
bien el descuartizamiento judicial ha quedado en desuso, el religioso, aunque raro,
actualmente puede ser observado en casos de sectas o ritos paganos oriundos de
tradiciones antiguas africanas (“macumbas”, por ejemplo). Este tipo de rituales es más
común que suceda en áreas rurales más que en la ciudad.
El descuartizamiento se ha visto acompañando la canibalización en ciertas
culturas aborígenes o asociado a circunstancias de hambre extremo (guerras, accidentes,
etc.). Sin embargo, la forma psicopática es una de las variedades más frecuentes
actualmente. Muchos asesinos seriales de distintos países del mundo han unido el placer
sexual o sádico al desmembramiento y a la canibalización. Abundan los casos en que,
efectivamente, los asesinos seriales múltiples sienten extremo placer en matar,
descuartizar, comer (no necesariamente en este orden) y conservar partes de los
cadáveres como trofeos que les permiten rememorar los momentos de mayor éxtasis
(ingiriendo o alcanzando placer sexual con los restos).
Otra forma que ha resurgido en la actualidad en una variedad de
descuartizamiento llamado “guerrero”. En estos casos se busca mutilar o descuartizar
para tomar trofeos de las víctimas, como venganza o como forma de intimidación a una
persona o incluso toda una comunidad para generar pánico (“mensaje”). En otros casos,
el descuartizamiento conforma un ritual de iniciación, un bautismo de sangre o prueba
de obediencia para alguien que está empezando en la vida criminal. Esto último es muy
frecuente de ver en Centroamérica y norte de Sudamérica, por ejemplo, en las luchas
entre carteles de droga o entre guerrillas y fuerzas paramilitares, como ocurre
especialmente en Colombia y México.
En el ámbito de la ciudad de Buenos Aires, la mayor parte de los casos de
descuartizamiento han ocurrido en dos tipos de situaciones:
1. El descuartizamiento accidental, es decir, producido por accidentes
generalmente viales;
2. El descuartizamiento criminal, fundamentalmente el tipo defensivo, que ocurre
tras el asesinato de la víctima, siendo el propósito fundamental ocultar el crimen.

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1. Descuartizamiento accidental

Características del lugar del hecho:

• En general, el contexto es el propio de los accidentes, mayormente viales;


• hay, al menos, un vehículo implicado en el accidente: moto, auto, tren, etc.
• se debe analizar la secuencia y mecánica del accidente vial: en los casos de
accidentes de tránsito, el trabajo en el lugar de los ingenieros viales cobra vital
importancia a la hora de determinar la velocidad del rodado o de los vehículos
implicados, la dirección, etc.
• buscar testigos del supuesto accidente: nunca se debe dejar de investigar todo
accidente, por más sencillo que parezca, dado que puede haber existido una
intencionalidad de la víctima en cuanto a generar el siniestro, por ejemplo,
arrojándose al paso del rodado, o del tren, en los casos de suicidio.
• en los casos de accidentes en las vías de ferrocarriles urbanos o subterráneos, se
puede recurrir a las grabaciones de seguridad de las locomotoras, etc.
• buscar siempre indicios de suicidio: revisar las ropas y bolsillos de la víctima
en busca de papeles y objetos personales (relicarios, rosarios, fotos,
medicamentos o prescripciones médicas, etc.), o en los bolsos u otros efectos
que pudieran pertenecerle. A veces los testigos informan al personal policial que
la víctima deja en el asiento de la estación o sobre el andén una cartera, bolsas o
bolsos. Dichas pertenencias pueden pasar desapercibidas si no se realiza una
cuidadosa inspección de los alrededores del accidente. De ser posible, si hay
elementos como para identificar a la víctima en el lugar, debe procederse a
recabar información acerca de los antecedentes médicos y/o psiquiátricos,
eventos biográficos que hayan resultado desestabilizadores en el estado
psíquico, que permitan construir una hipótesis del motivo desencadenante del
presunto suicidio (enfermedades médicas crónicas o dolorosas, incapacitantes,
trastornos psiquiátricos, pérdidas recientes, aniversario de muertes en la familia,
problemas económicos, etc.).
• buscar siempre indicios de homicidio: fundamentalmente, cuando las lesiones
por el atropello tienen escasa o nula vitalidad (es decir, son causadas post-
mortem) debe sospecharse un montaje de la escena del hecho. El examen de los
restos deberá ser minucioso a los fines de detectar la causa de la muerte (por
ejemplo, disparo de arma de fuego, uso de arma blanca). Otra posibilidad es que
la víctima haya sido colocada en las vías del tren (esto ocurre generalmente en
tramos descampados de las vías y/o en la oscuridad de la noche) para que muera
atropellada y quede oculta la naturaleza del crimen. En estos casos, se debe
buscar en las extremidades signos de ataduras o restos de materiales que
pudieran haber servido de ligadura (sogas, cintas adhesivas de tipo embalaje,
precintos plásticos, etc.). Cabe agregar que los protocolos de las autopsias
judiciales siempre incluyen determinaciones toxicológicas a los fines de
investigar presencia de sustancias.

Características médico- legales del descuartizamiento accidental:

Las lesiones resultantes de la mecánica accidental tienen aspectos comunes que


las distinguen, a saber:

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a- son lesiones vitales;
b- se ve un alto número y variedad de traumas: excoriaciones por arrastre,
arrancamiento, contusiones, torsiones, fracturas (expuestas o no), etc.
c- el vehículo puede dejar sus marcas específicas o en su defecto, observarse
manchas de grasa, suciedad, hollín, y otras sustancias propias de los chasis de
los rodados en tegumentos o ropas de la víctima;
d- el estado de las ropas acompaña los destrozos del cadáver;
e- se advierten usualmente rastros de sangre y tejidos biológicos en los vehículos
involucrados en el accidente, como así también el pavimento, los rieles, sobre
los durmientes de las vías, etc. A veces quedan verdaderos regueros de sangre y
partes de cadáver o de vísceras marcando el lugar del impacto y/o el arrastre de
la víctima por largos trayectos.

Ejemplo de descuartizamiento por rodado. No queda duda de que la sección del tronco ha
sido causada por el paso de la rueda de metal sobre el riel. Testigos declararon que la
joven se arrojó a las vías del subterráneo. En la estación se halló el documento de la
víctima.

Descuartizamiento por choque entre vehículos. Resulta fundamental que los peritos de
Ingeniería Vial Forense analicen evidencias como marcas de frenada de neumáticos en la
carretera, los daños de los vehículos que colisionaron, y otros signos para determinar el
origen del accidente. El dosaje de sustancias y/o alcohol en sangre de los actores
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involucrados también resulta de sumaAna
© 2002 importancia,
Patricia así como también las condiciones de
Spinetti
la vía, el clima, visibilidad, etc. (Vista fotográfica: dogguie.com)
Otro caso paradigmático en el
que puede verse el contexto
del accidente vial, además de
la gran cantidad de lesiones y
variedades en cuanto al
mecanismo de producción
(excoriaciones, contusiones,
etc.). Las prendas de vestir
muestran destrozos varios, así
como también las marcas de
polvo, grasa y otras sustancias.

La ampliación de la imagen anterior


muestra la gran irregularidad de los tejidos
a nivel de la amputación, con
deshilachamiento y desgarro de los
músculos en distintos planos, propias del
mecanismo de arrancamiento o avulsión.
Las lesiones fueron causadas en vida de la
víctima: los bordes se ven congestionados,
retraídos y hay sangre y restos de
coagulación. Sin embargo, no hay excesivo
sangrado debido a la retracción arterial que
se ve en casos en que se combina la
presión, compresión y tracción.

2. Descuartizamiento criminal

A. Forma ofensiva:

Ocurre en casos en que el criminal arremete en forma violenta a la víctima,


produciendo todo tipo de daño al cuerpo de modo tal que el despedazamiento se
produce en vida o muy próximo a la muerte. No es usual que esto suceda, aunque se
han registrado algunos casos de reacciones violentas en personalidades de tipo
explosivo, epileptoide o psicopáticas perversas, o personas psicóticas. El Dr.
Vicente Cabello menciona un caso ejemplar de estado de inconciencia por
intoxicación alcohólica en un sujeto que degüella y “carnea” a su hijito pensando
que era un cordero, con amnesia posterior del hecho (tenía recuerdos vagos de haber
arrojado vísceras al río y de que, en algún momento, había perdido una zapatilla).

Descuartizamiento y psicopatía perversa:

El estudio del fenómeno de los asesinos seriales ha encontrado una asociación


frecuente entre fantasías sexuales anormales y el desarrollo sexual disfuncional.
Estos individuos presentan, generalmente, rasgos de introversión y una historia de
maltrato afectivo (ausencia de vínculo o rechazo parental y/o social). De esta manera,

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se va gestando una dinámica de relación anómala tanto en lo social como con las
propias funciones corporales (especialmente el área de la sexualidad). Las relaciones
sexuales “normales” resultan insatisfactorias, en tanto las fantasías evolucionan
progresivamente hacia el sadomasoquismo, agresión sexual violenta, necrofilia o, en
las formas más graves, mutilaciones, amputaciones, y desmembramientos. La
fantasía homicida posee un fuerte componente visual asociado a ideas de
dominación, venganza, control y vejaciones sexuales. Es, pues, un trastorno
progresivo y retroalimentado por los propios crímenes.
Ejemplos típicos y muy conocidos del papel de las fantasías de necrofilia,
descuartizamiento y placer sexual pueden verse en los casos de Jeffrey Dahmer (el
“Carnicero de Milwaukee”) y Andrei Chikatilo (el Carnicero de Rostov). Armin
Meiwes (el caníbal de Rotemburg) relató que entre los 8 y 12 años sus fantasías eran
descuartizar y comerse a los compañeros de escuela que le gustaban.

Esta foto fue tomada por el propio


asesino. J. Dahmer a veces se bañaba en
compañía de los cadáveres. La policía,
al allanar la casa, halló en la heladera los
corazones y las cabezas de muchas
víctimas, varios cráneos, y en la cama,
un cuerpo descompuesto. También se
encontraron centenares de fotografías de
sus víctimas (tanto muertas como vivas),
y restos humanos en bidones y cajas.
Desechaba las partes que no quería
conservar en un gran contenedor con
ácido (Vista fotográfica: asesinos en serie.com).

B. Forma defensiva:

Estos son los casos más frecuentes y de los cuales han quedado más registros en
la historia argentina de los descuartizamientos.

Características médico-legales

1. Son lesiones post-mortem: se producen bastante tiempo después de la muerte.


2. Racionalidad: se nota en el método de ejecución, con frialdad y “limpieza” en
los cortes.
3. Objetivo: evadir el castigo penal. El descuartizamiento permite:

a- deshacerse del cadáver más fácilmente. De lo contrario, moverlo completo se


vuelve una tarea complicada y que aumenta el riesgo de que el autor sea
descubierto. En algunos casos, se procede primero a trozar el cadáver para
luego quemar las partes. Otras veces, los restos son enterrados o arrojados a
lagos, estanques, etc.

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b- impedir la identificación: la cabeza y manos son las partes que más se dañan,
pero además debe tenerse en cuenta que en la cabeza asienta la mayoría de
las lesiones que causan la muerte, ya sea producto de contusiones, degüello,
asfixia o disparo de arma de fuego. De hecho, en numerosos casos, estas
piezas anatómicas nunca se hallan. Algunos delincuentes quitan los pulpejos
de los dedos, o las manos en totalidad, o señales particulares como tatuajes.
En otros casos se ha recurrido a la acción del fuego (hogueras, hornos,
calderas, por ejemplo) para hacer desaparecer los restos, o extraer los dientes
con alicates.

Restos humanos hallados


en un descampado.
Ejemplo de la sección de
falanges distales para
obstruir la identificación
por huellas dactilares. Se
puede ver que se trata de
lesiones post-mortem.

c- obstaculizar la investigación: al retrasar la aparición del cadáver de la


víctima, y/o su identificación, el delincuente gana tiempo vital para eludir a
la justicia.

A pesar de las ventajas prácticas que ofrece el descuartizamiento, no es un acto


frecuente en la estadística argentina, en comparación con otros países latinoamericanos.
Es difícil de concretar por cuestiones como:

1. Grado de Impresionabilidad: lo cierto es que la mayoría de los homicidas no


descuartizan a sus víctimas. ¿Qué tipo de personalidad debe tener el victimario
para poder ejecutar tal tarea? En Colombia se ha creado la Unidad Especial de
Comportamiento Criminal que hizo una revisión de desmembramientos (19
casos reportados entre 2001 y 2005 en el área urbana de Bogotá). Las entrevistas
a autores detenidos permitieron conocer algunas de las características de sus
personalidades. Generalmente son personalidades psicopáticas, con rasgos
narcisistas, escaso registro emocional y ninguna culpa. Lo hacen con “frialdad”

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de modo tal que sólo buscan deshacerse del cadáver. Aún cuando la víctima
haya sido una persona con quien tuvieron una relación afectiva intensa logran
despersonalizarla sin repercusiones afectivas.

2. Obstáculos técnicos:

 Falta de conocimiento o pericia.


 Falta de elementos apropiados para la tarea.
 Falta de lugar apropiado (por ejemplo, por compartir la vivienda).

Ejemplo de tentativa de sección del tronco y de la profunda impericia del


autor. Este cadáver mostraba además lesiones mutilantes, reflejo del
ensañamiento del autor hacia la víctima. Puede verse con claridad que
las lesiones son post-mortem: falta de infiltración y retracción de los
bordes de las lesiones.

Formas de disponer de los cadáveres descuartizados.

La diseminación de las partes puede darse de muchas formas:

• Por tierra: basurales, vertederos, baldíos, patios, zonas descampadas.


• Por agua: lagos y lagunas, ríos, redes cloacales, tosqueras.
• Otras formas:
 A-Emparedamiento o sepultamiento bajo losas, cemento.
 B-Procesar los restos como comida
 C-Por aire: arrojar los restos desde un aeroplano sobre el mar.

En ciertos casos debe recurrirse a personal auxiliar o especializado para efectuar los
rastrillajes:

• Prefectura; buzos: para el dragado de ríos, lagunas, etc.


• Ingenieros, arquitectos: búsqueda de partes sepultadas bajo cemento o losas;

Dificultades propias de la investigación de los casos de descuartizamiento

Éstas radican básicamente en tres aspectos:

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1. no se cuenta con la escena del crimen original;
2. no se puede identificar el cadáver;
3. escasez de evidencias (armas, huellas, rastros).

El lugar del hecho

Es fundamental la preservación del lugar del hallazgo de los restos. Una de las
primeras tareas a realizar es proceder a la inspección ordenada de la zona a la espera de
encontrar otras partes. Por ejemplo, si aparecen restos en un desagüe, registrar a fondo
el caño, o la laguna. Si aparecen los restos en un basural, deberá explorarse el resto del
vertedero o los de zonas contiguas, siguiendo el patrón de distribución de los camiones
de la recolección. Se trata de una tarea difícil y ardua, dado que a veces las partes son
distribuidas a través de distintos medios.
Además deben consignarse todas características del lugar en cuanto al tipo de
terreno, clima, fauna y flora, por ejemplo. De ser hallados los restos en un río, investigar
la composición y otras características del agua.
En el caso de hallarse restos carbonizados, es importante analizar las cenizas en
su totalidad y explorarlas con distintas técnicas como el tamizado en busca de piezas
dentales, fragmentos de hueso, y otros objetos que pudieran servir para la identificación
de la víctima.
Deben extremarse las precauciones al recolectar los materiales utilizados para
desechar las partes, como bolsas plásticas, telas, costales, equipajes diversos, así como
también ligaduras (sogas, precintos, cintas), prendas de vestir (tipo, etiquetas, calidad),
y objetos personales (broches, hebillas, adornos, etc.).

Datos que se deducen del examen médico de los restos.

En lo posible el médico legista determinará, en el lugar del levantamiento:

1. Sexo
2. Edad
3. Talla
4. Raza
5. Mecanismo y causa de la muerte
6. Data de la muerte

Muchas veces se trata de una tarea muy difícil cuando se cuenta con pocos restos
en el lugar. Por ejemplo, la determinación del sexo de una persona sólo con parte de un
pectoral, un miembro superior y algunas vísceras puede no ser definitiva sin
corroborarse luego el sexo cromatínico y de ser posible, mediante el análisis del ADN.
Una vez en la sala de autopsias se podrá proceder a un estudio más exhaustivo
de los restos que permitan su identificación recurriendo al análisis de:

• Huellas dactilares
• ADN (obtenido de pelo, médula ósea, dientes, etc.)
• Piezas dentales
• Radiografías

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• Senos paranasales
• Tatuajes, cicatrices, señas particulares, prótesis.

El estudio de los huesos podrá permitir calcular la edad mediante el análisis de


diversos parámetros como los puntos de osificación, soldadura de suturas craneales,
cambios artrósicos entre otros y a través de la consulta de tablas antropométricas puede
obtenerse la talla y la raza.
La identificación puede surgir de elementos que pueden parecer insignificantes. Por
ejemplo, los familiares de una persona desaparecida identificaron a la víctima por los
pies al reconocer el color de esmalte de uñas de los pies que tenía cuando salió de su
casa, calzada con unas sandalias (cabe destacar que nunca se hallaron la cabeza ni las
manos).

Consideraciones criminológicas

La inspección del lugar del hecho y las observaciones que el médico legista
pueda efectuar acerca de los restos hallados permite arribar a una serie de
consideraciones como:

1. Estado de indefensión de la víctima


2. Ensañamiento,
3. Grado de Planificación del hecho y/o de ocultamiento.

A propósito de varios casos

Se exponen algunos casos como ejemplo ilustrativo de lo expuesto en este


trabajo.

1. Diseminación de restos humanos por tierra.

Típico basural propio de zonas marginales. El accionar propio de cartoneros y


linyeras abriendo las bolsas de residuos culmina en el hallazgo de restos humanos.
En este caso, este descubrimiento hizo que fuera necesario el reconocimiento de
otros vertederos similares en las zonas aledañas. Efectivamente, más partes fueron
halladas en una segunda locación, de similares condiciones a la primera. Las bolsas
eran distintas entre sí, aunque algunas tenían logos de propaganda de negocios.
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Las partes halladas fueron muy escasas. En el lugar del hecho sólo se pudo hacer una
determinación estimativa de edad, sexo, contextura y talla por el tamaño y aspecto
morfológico del miembro superior, seno, y tamaño de vísceras (corazón, hígado y
pulmones). Los pulmones, a su vez, mostraban concordancia de tamaño con la
carcasa torácica. Se estimó, en el momento, que las partes pertenecían a una sola
persona. Se trataba de una mujer adulta joven, tez, trigueña, contextura pequeña,
probablemente con uno o más hijos. No pudo determinarse la causa de la muerte,
pero la data de la misma era reciente (menos de 24 horas).

El autor del crimen utilizó un elemento cortante muy afilado para


alterar los pulpejos de los dedos y obstruir la identificación por
huellas. Sin embargo, el filo permitió realizar cortes muy nítidos y
limpios, de tal modo que personal especializado de la Policía Federal
pudo reconstruir la piel, pudiendo tomar huellas que sirvieron para la
identificación positiva de la víctima. Esto fue vital para la
investigación, dado que no se había hallado aún la cabeza ni otras
partes del cadáver.

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En esta vista puede apreciarse la superficie de sección de una de las
vértebras, usando algún tipo de sierra. Efectivamente, al allanar la
vivienda donde la víctima vivía con su concubino, una zona
humilde de la ciudad, cercana a donde se arrojaron las primeras
bolsas con restos humanos, se hallaron partes restantes del cadáver
bajo una losa de cemento colocada recientemente en el patio
trasero. El vecino del autor informó que la noche previa al día del
hallazgo había escuchado el ruido de una amoladora.

2. Caso de diseminación de restos humanos por agua

En la costanera, personal de recolección de residuos de la ciudad


vio una bolsa semihundida en las aguas, cerca de la escalinata. Al
sacar la bolsa del agua pudieron vislumbrar restos humanos. Se
pudo determinar en base a los horarios de recolección de la basura y
otros datos que los restos debieron ser desechados el domingo a
última hora o madrugada del lunes.

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En el interior de una gran bolsa de residuos se hallaron piezas
humanas en un costal. A simple vista, se advertía que los restos
hallados habían sido cocidos. En la planta del pie se observaban
ampollas, así como la piel de una parte (vista en la fotografía
inferior) se halla ennegrecida por la acción del calor intenso.

Al examinar todas las piezas halladas en el costal, se pudo concluir


que no sólo habían sido cocidas, sino que los miembros habían sido
despojados de sus partes blandas, como puede apreciarse en la vista.
Los miembros fueron desarticulados, en tanto el torso fue
seccionado sin poder determinarse con exactitud el tipo de
instrumento utilizado (posiblemente una sierra).

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La cabeza presentaba, como el resto de las
piezas, signos de la acción del calor. Pero
además permitía establecer la causa de la
muerte: traumatismo encéfalo-craneal.
Efectivamente, en la región frontal puede
observarse una herida contusa de gran
magnitud y profundidad tal que el hueso
muestra fractura y hundimiento quedando
expuesta la masa encefálica. En los párpados
superiores, especialmente el izquierdo, se
aprecian los respectivos hematomas,
secundarios al traumatismo craneal.
También puede observarse una lesión
contuso-cortante entre cejas. Respecto de
la identificación, se podía determinar que se
trataba de un hombre adulto, de raza
oriental, talla mediana. Si bien no había
manos, podía contarse con la cabeza para
determinaciones futuras sobre la identidad.

En un cesto de residuos de la costanera, próximo al lugar donde se hallaron los restos,


llamó la atención a personal policial que entre los desperdicios sobresalía el extremo
de un cinturón de cuero. Al tirar del extremo se pudo recuperar un pantalón de hombre
cuyos bolsillos fueron revisados en busca de elementos que permitan una
identificación. La talla del pantalón era compatible, a primera vista con la talla
estimada del cadáver.

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En los bolsillos del pantalón fueron halladas numerosas tarjetas comerciales, además
de una cédula policial, como se ve en la vista fotográfica. Efectivamente, pertenecía a
un ciudadano chino, coincidiendo con las características del cadáver. Entre las tarjetas
se halló una de un restaurante. Efectuada la consulta pertinente con la autoridad
judicial, se dispuso en muy breve tiempo el allanamiento al local para continuar con la
investigación.

En los fondos del restaurante, se revisaron primeramente los contenedores de


residuos. En varias bolsas pudieron hallarse algunas prendas de vestir, además de
restos humanos, toallas con sangre, una almohada y hasta una cuchilla de gran
tamaño. La basura ya estaba preparada para que los recolectores la retiraran en la
forma habitual. De haberse tardado más en el procedimiento, se hubieran perdido
importantes elementos del crimen.

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Aparecieron la pelvis y muslos de un hombre, a juzgar por los genitales externos, y varias
piezas de partes musculares. Estos restos, a diferencia de los hallados en la costanera, no
habían sido sometidos al calor. Además ya se observaban signos de putrefacción
incipiente, que orientaron a determinar la data de la muerte alrededor de las 24 horas.

Entre las muchas prendas que acompañaban los restos humanos, se hallaron
costales que concordaban, en apariencia, con el tipo de bolsa hallada en la
costanera. Estos detalles son de gran relevancia a la hora de determinar si los
restos hallados pertenecen a una sola persona o más, o forman parte del mismo
crimen, especialmente cuando se hallan restos en varias locaciones. De ser
necesario, también podía compararse la talla de uno de los pies con la de los
zapatos.

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El restaurante contaba con varios pisos y cocinas.
Estas cocinas resultaban ambientes ideales para la
tarea del descuartizamiento, tanto por la
abundancia de espacio como de elementos
(grandes cuchillas, hornos profesionales). Si bien
se hallaban regularmente limpias y ordenadas, en
los peldaños que ascendían al último piso, se
observaron manchas y goteado de sangre. En el
altillo, en una dependencia particular, residía el
dueño del restaurante.

El colchón mostraba una gran mancha de sangre, cerca de la cabecera.


Además, como puede verse en la vista fotográfica, había un patrón de
salpicaduras de sangre de alta velocidad en las paredes lateral y de la
cabecera. No debe olvidarse que entre los restos humanos se hallaron una
almohada y ropa de cama embebida en sangre. Esta escena marca el lugar
del ataque a la víctima, la posición en que esta se hallaba y el estado de
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indefensión al momento (acostado, dormido, tal vez).
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El colchón mostraba más manchas
de sangre en la cara inferior. Cabe
destacar que era un colchón de
gran espesor, por lo cual, para que
la sangre atravesara desde la
superficie hasta llegar a manchas
el suelo, la víctima debió pasar
algunas horas hasta que
finalmente pudieron disponer de
los restos, una vez que el
restaurante se hallara cerrado.

En esta vista fotográfica puede


verse la sangre bajo el camastro.
En una pequeña maleta colocada
sobre el suelo, se halló una
importante suma de dinero, así
como también se recuperaron
otros montos guardados en
distintos lugares de la
dependencia.

En los casos examinados, puede verse como los restos humanos fueron
dispuestos combinando varias formas. En el primer caso, hubo diseminación por tierra
y el resto de las partes fueron ocultas bajo tierra y una capa de losa en el patio de la
vivienda de la víctima. En el segundo caso, se recurrió al río, no contando con que la
bolsa con los restos se hundiera parcialmente. Otro error fue desechar el pantalón de la
víctima en el cesto de basura, con tarjetas y otros objetos que sirvieron para una
identificación. Así mismo, gracias a un procedimiento policial y judicial precoz, se pudo
impedir que el resto del cadáver se perdiera como parte de los residuos comunes del
restaurante.
En ambos casos, se pudo identificar a las víctimas gracias a distintos elementos
y, de esta manera, se pudo llegar a los lugares donde los ataques habían sido cometidos,
recabándose importantes indicios que permitieron reconstruir las secuencias criminales
de homicidio, descuartizamiento y ocultamiento de pruebas.
Es por ello, que resulta primordial lograr la identificación del cadáver lo antes
posible. De no poder lograrse una identificación rápida, en las primeras horas (huellas,
documentos, identificación por parientes), deberá procederse a la consulta de listas de
personas desaparecidas (División Búsqueda de Personas, Policía de provincia) para
cotejar las señas de la persona hallada con las de los desaparecidos, y poder contactar a
familiares que aporten más datos. No debe olvidarse, que en muchos casos, las víctimas
son ultimadas por familiares o convivientes. En todo caso, la investigación de casos

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complejos como los descuartizamientos, obliga a un trabajo multidisciplinario y de alta
cientificidad.

Autor
Dra. Ana Patricia Spinetti
Médica Psiquiatra y Legista
Lic. en Docencia Universitaria
Integrante de la Unidad Médico Forense de Investigación Criminal
Policía Federal Argentina

Referencias

Bonnet E.P.F. Medicina Legal, López Libreros Ed., Buenos Aires, 2 tomos, 1980.
Cabello V. P. Psiquiatría forense en el derecho penal. Hammurabi, Bs. As., 2000.
DSM IV, Manual diagnóstico y estadístico de desórdenes mentales, publicado por la
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Gisbert Calabuig J. A. Medicina Legal y Toxicología 4° Edición. Editorial Masson,
1991.
Lossetti O, Trezza F. y Patitó, J. A. Cuadernos de Medicina Forense. Año 2, Nº3, Pág.7-
15). Accidentes de tránsito: consideraciones médico-legales, lesionológicas y
tanatológicas.
Patitó & otros, Tratado de Medicina Legal y Elementos de Patología Forense, Editorial
Quórum, 2003.
Raffo, O. Tanatología. Investigación de homicidios. 2006.

Schwartz, A.E. The Man Who Could Not Kill Enough: The Secret Murders of
Milwaukee's Jeffrey Dahmer.

Fotografías: Archivo de la División Fotografía Policial, Policía Federal Argentina.

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