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49- Resume el origen y evolución del catalanismo, el nacionalismo vasco

y el regionalismo gallego.

El catalanismo surgió debido a las transformaciones socioeconómicas


vividas por Cataluña desde el último tercio del siglo XVIII. Inspirado por el
Romanticismo de la época, desde 1830 surgió un movimiento cultural
conocido como Renaixença, cuyo objetivo era recuperar el catalán para la
literatura y el ámbito culto y que desarrolló un discurso orgulloso por la
modernización económica. En 1887 su funda la Lliga de Catalunya para
defender el derecho catalán frente a las tendencias uniformizadora del
estado canovista. Esta Lliga se convirtió en Unió Catalanista liderada por
Enric Prat de la Riba que sirvió para redactar las Bases de Manresa,
documento básico del nacionalismo conservador basado en el
federalismo, la defensa de valores tradicionales y religiosos y la exigencia
de un mayor autogobierno. No será hasta 1901 cuando se funde el primer
partido catalanista, la Lliga Regionalista con Prat de la Riba y Francesc
Cambó.

El nacionalismo vasco surgió de dos hechos: la guerra carlista y la


industrialización. La cuestión foral fue uno de los ejes de confrontación
entre el Estado liberal y las provincias vascas, especialmente tras el fin de
la tercera guerra carlista en 1876 y la abolición de los fueros. Además, las
transformaciones sociales y políticas habían motivado la aparición de un
movimiento de recuperación de la cultura y la lengua vascas. La
industrialización incrementó las necesidades de mano de obra cubierta
por inmigrantes llegados de otras regiones de España lo que motivo
planteamientos xenófobos inspirados por el darwinismo social de la
época. Todo ello generó el caldo de cultivo necesario para que el discurso
conservador, religioso, tradicionalista y etnicista de Sabino Arana triunfará
en sectores burgueses y rurales del País Vasco. Sabino Arana fundó el
Partido Nacionalista Vasco (PNV) con un carácter independentista aunque
a su muerte en 1903 los preceptos del PNV se moderaron ligeramente
abriéndose dos grandes corrientes, una favorable a la independencia y
otra que abogaba por el autonomismo.
El regionalismo gallego, como el resto de los nacionalismos o
regionalismos periféricos, tuvo poca implantación, hasta que en 1890 se
creó la Asociación Regionalista Gallega de Santiago, aunque su actividad
política no comenzó hasta el siglo XX. Su líder más destacado fue
Castelao. También había nacido de un movimiento de recuperación
cultural de origen romántico llamado Rexurdimento en el que destaca
Rosalía de Castro.

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