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Décima Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz


redimiste al mundo

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 33 -36:

Reflexión:

El camino ha terminado pero la burla no. Jesús es despojado de su


última posesión terrena, sus ropas. Expuesto a la vista de todos, sus
heridas son visibles ahora, así como lo son los frutos de nuestro
pecado: la crueldad del hombre y la presencia del mal.

Muestran a Jesús desnudo a la vista de la gente de Jerusalén y de


toda la humanidad. En un sentido profundo, es justo que sea así: él en
efecto se despojó totalmente de sí mismo, para sacrificarse por
nosotros. Por eso el gesto de despojarlo de las vestiduras es también
el cumplimiento de la Sagrada Escritura.

Viendo a Jesús desnudo en la cruz, percibimos dentro de nosotros


una necesidad imperiosa: mirar sin recelo dentro de nosotros mismos,
a ser humildes a los ojos de Dios y de nuestro prójimo.

La décima estación nos invita a despojarnos de la pretensión de


aparentar ser mejores de lo que somos,dejar de lado nuestra soberbia
, para tratar en cambio de ser sinceros y transparentes.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

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