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Cuando Jesús entró en Jerusalén montado en un burro, la gente lo aclama como Rey porque
sabían que los amaba, que le importaban y que les ayudaba a ser buenos.
Algunos se sentían defraudados porque habían pensado que Jesús sería su jefe para expulsar
a los enemigos que ocupaban él país.
Otros creían que había que castigarlo porque se hacía pasar por el Hijo de Dios…
Así fue que, después de cenar con sus amigos para celebrar la Pascua, mientras rezaban en el
Huerto de los Olivos, vinieron los soldados y lo llevaron preso. (Fue Judas, uno de sus
discípulos, el que lo entregó)
Jesús obedece al Padre en todo. Hasta entregar su vida en la cruz por nosotros. Para
rescatarnos del pecado y reconciliarnos con Dios aceptó los sufrimientos y la muerte en la
cruz. Porque resucitando derrotó el mal, triunfó sobre el pecado y la muerte para darnos
vida. Eso es la Redención.
Recorramos con Jesús el Camino de la Cruz para aprender a amar de verdad como El nos
ama…
Jesús fue llevado ante el gobernador romano Pilato. El quería ponerlo en libertad porque no
encontraba de qué acusarlo. La gente influyente pedía que lo crucifiquen, que lo maten por
decir que era el Hijo de Dios.
En la cruz lleva el peso de todos y cada uno de nuestros pecados. Es muy pesada pero El la
lleva con firmeza porque sabe que así nos puede purificar de nuestros pecados. Como Dios
podría haber rechazado la cruz y el sufrimiento pero lo acepta por amor a cada uno de
nosotros.
¿Y nosotros?:
La cruz con amor olvidándose de sí. El peso es inmenso para sus pobres fuerzas de hombre y
cae para levantarse en seguida y continuar la marcha.
Nosotros:
Cuando nos equivocamos o cometemos alguna falta ¿nos levantamos arrepentidos para
seguir adelante?
* Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, * Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Jesús se encuentra con su madre. Ella sufre e! dolor de su Hijo y no puede hacer nada por El.
Nosotros: ¿Sabemos acudir a María, nuestra Madre? ¿Respetamos a los demás como María
respetó a su Hijo?
La cruz pesa y Jesús se deja ayudar por el Cireneo. Jesús reconoce que le faltan fuerzas y
acepta con humildad qué lo ayuden.
Nosotros:¿Nos dejamos ayudar por los demás para salir adelante en las dificultades?
¿Somos sencillos y humildes o nos mandamos la parte de ser más o menos de lo que somos?
Nosotros:
¿Secamos el rostro de Jesús ayudando a nuestros hermanos que están solos, enfermos o
tristes?
A pesar de la ayuda Jesús vuelve a caer. ¡Cuántos pecados y miserias pesar» sobre la cruz!
Pero Jesús vuelve a levantarse. Quiere entregarlo todo, hasta su vida por amor a cada uno de
nosotros.
Nosotros:
Nosotros:
Jesús ya no da más. El camino se ha hecho largo y las otras dos caídas lo destrozaron.
Nosotros estarnos llamados a seguir el mismo camino de Jesús. No tengamos miedo Dios
nos dará fuerzas para hacerlo.
Nosotros:
¿Nos desanimamos cuando se nos hace pesado obrar bien porque nos ofenden y no nos
entienden?
Nosotros:
¿Cómo actuamos?
Nosotros:
Nosotros:
Ante la muerte de Jesús ¿sólo nos da lástima o tratamos de cambiar nuestra vida?
Desde entonces todos tenernos la posibilidad de vivir para siempre en compañía de Dios y de
todos los hombres.
Nosotros:
RESURRECCIÓN
Creemos en Jesucristo, único Hijo do Dios, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de
entre los muertos. Subió los cielos, está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos… y nos preguntará a cada uno de nosotros: