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Visión de La Conquista de Los Vencidos Subir
Visión de La Conquista de Los Vencidos Subir
Enero 2023
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
2
Índice
Índice
Introducción 5
Conclusiones 28
Bibliografía 31
3
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
4
Introducción
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
No para siempre na la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea de plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Cantares mexicanos, fol. 17 r.
Introducción
5
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
Si tan solo se valora una parte de los hechos, no sería una verdad completa. Se
debe, por tanto, valorar la voz de vencedores y vencidos para ahondar en el propio pasado
que teje las raíces de la historia indígena e hispánica.
Suele decirse que la historia la escriben los vencedores, pero eso no significa que
los vencidos no hayan dejado su huella, su sentimiento y su forma de vivir los hechos.
En América, sin embargo, los naturales también dejaron para la posteridad su visión del
trauma de la Conquista. Las culturas azteca, maya e inca, junto con el resto de pueblos
amerindios, dejaron una apreciable cantidad de historias escritas, crónicas donde cuentan
sus vivencias y que nos permiten ser partícipes de este capítulo de la historia.
6
Introducción
espejo»1.
Desde el punto de vista conceptual, este trabajo lleva a cabo un análisis articulado
sobre la base del tópico de la visión del mundo desde la mirada de los vencedores,
buscando, en un intento de ahondar en la complejidad de los hechos, dar una visión clave
sobre la mirada, a veces perdida, de los vencidos.
1
YÁÑEZ, Agustín, «Discurso de bienvenida en el ingreso de Miguel León-Portilla al Colegio Nacional,
23 de marzo de 1971», Miguel León-Portilla: Imagen y obra escogida, Colección México, México,
UNAM, 1984.
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TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
La colonización del Caribe, Mesoamérica y América del Sur por los españoles a
partir de 1492, cuando Cristóbal Colón divisa por primera vez las costas del Nuevo
Mundo, repercutió no solo en la vida, la política y las relaciones internacionales de los
países europeos, sino que influyó profundamente en todas las ramas del conocimiento.
2
LUCENA SALMORAL, Manuel, «Hispanoamérica en la época colonial», en MADRIGAL, Luis Íñigo
(coord.), Historia de la literatura hispanoamericana. Época colonial, 2.ª ed., Madrid, Cátedra, 1992, p. 13.
8
1. Encuentro entre dos pueblos. La Conquista
A pesar de que gran parte de los documentos que avalaban la visión de los
indígenas se quemaron y destruyeron, muchos de ellos, producidos antes y durante la
Conquista, sobrevivieron. Gracias a esto, y a través de la recopilación e interpretación
de estos monumentos históricos y literarios, podemos conocer una imagen más
fidedigna o completa de la vivencia de los hechos.
Los pueblos amerindios tenían una cultura escrita no alfabética, desarrollada por
lo general en pictogramas, jeroglíficos y otros códigos simbólicos. Así, Moctezuma
mandó hacer un relato pictórico de la llegada de los españoles, de manera que podía
saber qué estaba ocurriendo y lo que iban haciendo en la distancia. De igual modo,
durante este proceso de conquista los distintos pueblos fueron representando estos
hechos. Al comparar los relatos en imágenes de los códices, podemos ver que la historia
contada por los españoles en las crónicas de Indias no coincide necesariamente y difiere
a menudo.
Con esto podemos ver cómo la Conquista no solo tuvo carácter militar. El trauma
de la conquista que el hombre blanco ejerció sobre los indios fue mucho más invasivo.
A la derrota militar, hay que añadir muchas imposiciones que resultaron, a la hora de la
verdad, más destructivas, como la obligación a aceptar las creencias religiosas de los
vencedores, la represión de las religiones nativas y la imposición del cristianismo como
culminación de una «conquista espiritual»3.
3
RICARD, Robert, La conquista espiritual de México, México, Fondo de Cultura Económica, 1986.
9
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
El concepto del Otro nos lleva a una reflexión global y anacrónica, la Conquista
de América es, «una historia ejemplar». Todorov plantea una dicotomía:
conocimiento/valoración del otro, que yo nombraría conocimiento /reconocimiento. De
este modo, Cortés entiende al indígena pero no lo valora. Esta dicotomía genera un
juicio negativo, ya que «comprender no va a acompañado de un reconocimiento pleno
del otro como sujeto, entonces esa comprensión corre el riesgo de ser utilizada para
fines de explotación»4.
4
Vid. TODOROV, Tzvetan, La Conquista de América: La cuestión del otro, México, Siglo XXI editores,
1987, p. 143.
10
2. La doble visión del Otro
Los indígenas del continente que había permanecido desconocido para los
europeos, sólo entran en escena cuando ocurre que "son descubiertos", "son
conquistados", "son cristianizados" y son "colonizados"5.
A su vez, las posiciones encontradas sobre la condición del indio datan de la época
virreinal, van a persistir durante la Emancipación y perduran hasta la época republicana.
La utilización del término indio, surgido del error fundamental de considerar que el
Nuevo Mundo eran las Indias orientales, suponía desde el inicio la percepción de la
supremacía cultural europea. Desde entonces y a menudo, se ha visto al indio como
obstáculo para el desarrollo económico de los países hispanoamericanos y se lo considera
inferior al europeo o el criollo.
La razón por la que el punto de vista del Otro, es decir, la perspectiva de los indios
americanos, no fue recogido en los recuentos históricos de la Conquista deriva
directamente de que fueran considerados pasivos e inferiores, y, por tanto, sin la entidad
suficiente para considerar su punto de vista. No se puso voz a sus conciencias hasta que
algunos personajes históricos y los primeros defensores de los indios creyeron necesario
escucharles y mostrar que eran iguales en derechos y en dignidad: primero ante Dios y
enseguida entre los hombres.
«La concepción del otro remite al concepto mismo de civilización y por ende al
de cultura, al choque y confrontación que se produce en el encuentro con los otros, desde
5
LEÓN-PORTILLA, Miguel, «Encuentro entre dos mundos», Estudios de Cultura Náhuatl, 22 (1992), p.15.
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TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
entonces y hasta nuestros días»6. Sin embargo, no siempre ha sido así, algunas personas
no consideraban al indio como un ser civilizado y con cultura propia: un ejemplo de ello
es el caso de Juan Ginés de Sepúlveda, que, en el curso de su enfrentamiento con
Bartolomé de las Casas en los Debates de Valladolid (1545), los veía más semejantes a
las bestias que a los hombres.
Las divergencias entre las diferentes posturas se dieron desde el momento inicial
de la Conquista, generando polémicas y debates para justificar los distintos puntos de
vista. A continuación, explicaremos las principales vertientes de pensamiento, tomando
como referencias principales a los tres pensadores más influyentes en el naciente Derecho
de Gentes: Francisco de Vitoria, Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda,
quienes, con su opinión, no solo ayudaron a crear una doctrina política sobre el indio sino
que replantearon cuestiones ontológicas, éticas y morales ya debatidas por filósofos de la
Antigüedad y teólogos cristianos. Asimismo, la religión, la presencia de Dios y la Biblia,
impregnan las corrientes principales del debate sobre el indio.
RODRÍGUEZ VILLAFUERTE, Beatriz, «El encuentro con el otro: historia de expansión y conquista», en
6
12
2. La doble visión del Otro
vez se menciona al indio en este sentido; su defensa hubiera significado cuando menos el
repudio teórico de la Conquista, y las autoridades habrían visto con disgusto,
probablemente, semejante actitud. Por esta razón el indio aparece reflejado en la literatura
de forma exótica y pintoresca»7.
Los indios han tenido que soportar toda clase de opiniones de los europeos, tanto
a favor como en contra, como si fueran un experimento expuesto a ojos del resto del
mundo, mediante el que «el otro se veía reducido al estado de objeto»8. En el siglo XVIII,
en el curso de la segunda gran polémica por la humanidad de los indios tras mencionados
los Debates de Valladolid, en el curso de la que Antonello Gerbi denominó la «disputa
del Nuevo Mundo», Voltaire, al igual que harían, por ejemplo, Kant, Hegel o Samuel
Johnson, se mostró un activo defensor de la vida civilizada, desdeñando las virtudes
atribuidas a los salvajes; frente a ellos, algunos se volcaron en su defensa, como Rousseau,
el gran negador de la civilización europea, aun cuando sus hombres naturales tienen solo
una superioridad negativa; ni son lobos, como en Hobbes, ni son corderos, como en
Locke9. Asistimos pues, a un debate entre dos voces que se enfrentan: igualdad y
desigualdad relacionadas con la identidad y la diferencia.
2. 2. 1. Visión de desigualdad
7
HENRÍQUEZ UREÑA, Pedro, «El nuevo mundo en la imaginación de Europa» en CEDOMIL GOIC,
Historia y crítica de la literatura hispanoamericana. Época colonial, Barcelona, Editorial Crítica, 1988, p.
49.
8
TODOROV, op. cit., p. 142.
9
Vid. HENRÍQUEZ UREÑA, op. cit., p. 53.
13
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
opciones en las que estos solo pueden elegir entre dos posiciones de inferioridad: «o se
someten por su propia voluntad, y se vuelven siervos, o serán sometidos por la fuerza, y
reducidos a la esclavitud»10.
Los juicios extremos, tomados como axiomas, fueron determinantes para someter
a los indios a la semiesclavitud de facto de los repartimientos y encomiendas, en un
sistema de relaciones cuasi feudales, para lo que no dudaron en llevar a cabo matanzas en
varias poblaciones indígenas, tal y como podemos ver en el siguiente fragmento de
Bartolomé de las Casas:
10
TODOROV op. cit., p. 159.
11
LÓPEZ DE GÓMARA, Francisco, Historia general de las Indias, Barcelona, Orbis, 1985, p. 181.
12
Vid. GÓMEZ-MÜLLER, Alfredo, La cuestión de la legitimidad de la conquista: Las Casas y Sepúlveda
(trad. Jacob Buganza Torio), Orizaba, Ediciones del Ayuntamiento de Orizaba, 2005, pp. 22-32.
13
ESPADA NINFA, Portillo, Los indios desde la visión de los “vendedores” y los españoles desde la
visión de los “vencidos”, Cochabamba, UNICEN.
14
2. La doble visión del Otro
Esos bárbaros, aunque, como se ha dicho, no sean del todo incapaces, distan, sin
embargo, tan poco de los retrasados mentales que parece no son idóneos para constituir
y administrar una república legítima dentro de los límites humanos y políticos. Por lo cual
no tienen leyes adecuadas, ni magistrados, ni siquiera son suficientemente capaces para
gobernar la familia. Hasta carecen de ciencias y artes, no sólo liberales sino también
mecánicas, y de una agricultura diligente, de artesanías y de otras muchas comodidades
que son hasta necesarias para la vida humana15.
14
Vid. MEJÍA BOTERO, William (comp.), Antología Histórica, Bogotá, Editorial Norma, s. f., pp. 25-26.
15
Ídem.
16
Vid., TODOROV, op. cit., p. 163.
17
Vid., GÓMEZ-MÜLLER, op. cit., p. 23.
18
SEPÚLVEDA, Juan Ginés de, Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios, México,
Fondo de Cultura Económica, 1986, p. 153.
15
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
los indios «son, además, libres e ingenuos… Se les llama siervos, es decir, sirvientes, y
esta servidumbre tomada en sentido amplio fue introducida por la obra del derecho de
gentes, ya que es conveniente para el hombre imperito ser gobernado por el sabio y
experimentado»19.
De esta manera, normaliza la esclavitud como parte del derecho natural y divino.
Sepúlveda trata de justificar los motivos de la guerra justa, evidenciando la superioridad
cultural que autoriza a los españoles al sometimiento de los indios por condición natural,
pudiendo emplear la guerra para someterlos ante una negativa. Esto se apoya en la visión
aristotélica de la imposición del dominio de lo perfecto sobre lo imperfecto. En el plano
religioso señala a los españoles como los más indicados para evangelizar, dada su
devoción y compromiso20.
19
ZAVALA, Silvio, Filosofía política en la Conquista de América (3ª ed. 2ª reimp.), México D.F, Tierra
Firme, 1993, p. 51.
20
Vid. GARCÍA PELAYO, Manuel, «Estudio preliminar» en SEPÚLVEDA, Juan Ginés de, Tratado sobre
las Justas causas de la guerra contra los indios, México, Fondo de Cultura Económica, 1941, pp. 28 y 29.
21
Ibidem., p. 32.
22
Vid. MARTÍNEZ CASTILLA, Santiago, «Juan Ginés de Sepúlveda y la Guerra justa en la Conquista de
América», Pensamiento y Cultura, 9 (2006), pp. 129, 130.
16
2. La doble visión del Otro
se resuelve con dos títulos que garantizan la exclusividad de España para llevar a cabo
esa colonización: la bula papal concedida a los monarcas españoles y el derecho del
primer ocupante, referenciando tanto el plano eclesiástico como el político, ya que el
segundo es necesario para el primero. En consecuencia, el Papa otorga a España la
exclusividad de la predicación de la fe y el dominio de las tierras para poder enfocarse en
su objetivo de evangelización23.
23
Vid. GARCÍA PELAYO, op. cit., pp. 35 y 36.
24
Vid. ZAVALA, op. cit., pp. 55-57.
25
Vid. RODRÍGUEZ VILLAFUERTE, op. cit., p. 146.
26
BARTRA, Roger, El salvaje en el espejo, Barcelona, Destino, 1992, p. 43.
17
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
ciudades (Tlaxcala, Tenochtitlan, Cuzco), serán las costumbres nativas las que se vean
señaladas como salvajes y ofensivas a la ley de Dios: sacrificios humanos, antropofagia,
sodomía, incesto. Así, «los europeos se encontraron con la necesidad de responder al reto
de la adaptación y a la urgencia de introducir cambios en la tierra» 27, para ayudar al
salvaje a «desarrollarse». Su proyecto fue llevar a frailes que educaran en el cristianismo
y evangelizar sus creencias, dejando de lado las propias y la adoración a sus propios dioses
por uno nuevo.
2. 1. 2. Visión de igualdad
ELLIOT, John H., «¿Tienen las Américas una historia común?», Letras Libres (junio, 1999), p. 10.
27
28
Vid. ZEA, Leopoldo, La filosofía americana como filosofía sin más, México, Siglo XXI Editores,
2003. p. 12.
29
TODOROV, op. cit., p. 173.
18
2. La doble visión del Otro
contrario que Sepúlveda, quien asienta sus argumentos sobre las teorías aristotélicas, Las
Casas rompe radicalmente con ellas, al manifestar que Aristóteles estaría quemándose en
el Fuego Eterno y que su figura en nada debía tenerse en cuenta30.
Los seres humanos que allí se encuentran son libres y han vivido con sus
paradigmas y modos, han funcionado así antes de la entrada de los europeos a sus tierras.
Este es el motivo por el que fray Bartolomé de las Casas mantiene:
Si todos los hombres son libres, y siendo los indios parte de este universo, luego
los indios son libres. Y como nadie tiene derecho legítimo de eliminar o coartar la
libertad de los otros, luego los españoles tampoco tuvieron derecho a esclavizar a los
indios, siendo éstos una serie de actos contra la sociedad humana31.
Las Casas no es el único que defiende los derechos de los indios y que proclama
su libertad y el rechazo a la esclavitud, ya que casi en su plenitud los documentos
emanados de la Corona responden a esto. Los reyes negaron a Colón el derecho de
comerciar con ellos como esclavos, e Isabel proclama en su testamento que no deben
sufrir ningún daño en su persona. Asimismo, las Leyes Nuevas de 1542, que abolían la
encomienda a la que estaban sujetos y que debían cumplirse en la totalidad de territorios,
se redactan con el mismo tenor, causando indignación en colonos y conquistadores,
aunque debemos tener en cuenta que la realidad fue otra distinta y que, en la mayor parte
de casos, no se respetaron esos mandatos y la situación del indio continuó siendo la
misma32. El misionero de la orden de los dominicos se convierte así en uno de los
primeros defensores de los indios en 1514, denunciando el trato cruel que se daba a los
indios y engendrando un enfrentamiento claro con Juan Ginés de Sepúlveda.
30
Vid. ZAVALA, op. cit., pp. 80-81.
31
LAS CASAs, Bartolomé de, Del único modo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religión
(trad. Atenógenes Santamaría), México, Fondo de Cultura Económica, 1972, p. 422.
32
Vid. TODOROV, op. cit., pp. 173-174.
19
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
Frente a Sepúlveda, Las Casas otorgó a los indios el uso de la razón y consideró
que su única falta era el desconocimiento de Dios y de la verdad cristiana. Esto confería
al colonizador la responsabilidad última de salvar el alma del indio, una opinión muy
alejada de la de Sepúlveda, cuyos juicios se fundamentaban en la inferioridad intelectual
del indio. Esta línea argumental fue apoyada por Carlos V, quien lo nombró en 1516 como
«protector de los indios», con el deseo de tutelar a los indios y rechazar la esclavitud.
La obra de Miguel León-Portilla, alabada por otros autores como Georges Baudot,
Ángel María Garibay o Eduardo Matos Moctezuma, entre otros, nos permite
indudablemente entender y situar la cultura indígena. Nos adentra de manera única en la
comprensión de su mundo, su particular forma de verse a sí mismos y de contemplar a
MILLÁN, José (coord.), Carlos V y la quiebra del humanismo político en Europa (1530-1558), Vol.1,
Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, p. 43.
34
LEÓN-PORTILLA, Miguel, Visión de los vencidos, 8.ª ed., México, Universidad Nacional Autónoma
de México, 1980, p. V.
20
2. La doble visión del Otro
Este es esencialmente el modo que tenemos de ver los hechos desde la posición
del pueblo subyugado. «A la visión hispánica de los vencedores se contrapone la de los
vencidos o la de aquellos que, como el Inca [Garcilaso], no saben resolver el conflicto
entre ambos mundos y terminan por gravitar sentimentalmente hacia el mundo
sometido»36.
¿Qué mejor que el legado de uno mismo para comprender la propia realidad?
Junto con la cronística española sobre América, hay un heroico esfuerzo de los pueblos
35
MATOS MOCTEZUMA, Eduardo, «Sobre Miguel León-Portilla, Literaturas indígenas de México»,
Estudios de Cultura Náhuatl, 24 (septiembre,1992), p. 510.
36
BELLINI, Giuseppe, «La voz de los nativos», en Nueva historia de la literatura hispanoamericana,
3.ª ed. corr. y aum., Madrid, Castalia, 1997, p. 79.
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TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
dominados, estimulados por frailes y letrados españoles deseosos de saber más sobre sus
culturas, para dar testimonio de sí mismos y sobrevivir así en la memoria de los hombres.
De formas variadas nos brindan, a través de una escritura directa del pueblo, «el reverso
de la conquista»37.
Poemas como este son reflejo de la importancia de mantener los testimonios que
dejan constancia del trauma. A través de elegías y cantos tristes nos acercamos al
momento después de la caída de Tenochtitlan. Estos escritos anónimos nos conceden una
visión en primera persona y nos hacen partícipes de la existencia de sus testimonios de lo
que vieron y vivieron:
Nosotros lo vimos,
nosotros lo admiramos.
Con esta lamentosa y triste suerte
nos vimos angustiados.
[...]
Gusanos pululan por calles y plazas,
y en las paredes están salpicados los sesos.
Rojas están las aguas, están como teñidas,
y cuando las bebimos,
es como si bebiéramos agua de salitre 38.
2. 2. 1. Presagios
Las culturas mesoamericanas que aportan el testimonio de la voz del indígena son
la mexica y la maya. A partir de ellas, podemos averiguar la manera en la que
comprendían el momento que les tocaba vivir y de qué manera consideraban y veían a los
conquistadores. Así, tanto los españoles como los indígenas incorporaron en sus relatos
sucesos singulares, presagios con la finalidad de dar explicación y acreditar sus victorias
37
Vid., OVIEDO, Jose Miguel, Historia de la literatura hispanoamericana: De los orígenes a la
Emancipación, vol.1, Madrid, Alianza, 1995, p. 99.
38
Vid., LEÓN-PORTILLA, op. cit., p.168.
22
2. La doble visión del Otro
y sus derrotas39.
Ver una gente venida por el agua (lo que ellos nunca habían visto, ni oído que
se pudiese hacer, de traje tan extraño del suyo, tan denodados y animosos, […] con
tanta autoridad y osadía, como si todos los naturales fueran sus vasallos. Así mismo se
admiraban y espantaban de ver los caballos y lo que hacían los españoles encima de
ellos… A los españoles llamaron teteuh, que quiere decir dioses 40.
Los más antiguos testimonios fueron los cantares compuestos por los cuicapicque
o poetas nahuas supervivientes. Además de los poemas, existen relaciones netamente
indígenas, como el manuscrito conocido como Anales históricos de la Nación Mexicana,
escrito en náhuatl por autores anónimos de Tlatelolco, donde aparece por primera vez la
destrucción de la cultura mexica, tal como lo vieron algunos supervivientes. Se debe tener
en cuenta también tanto la relación de la Conquista que redactaron varios estudiantes
indígenas de fray Bernardino de Sahagún de Tlatelolco, en la que reflejan los informes de
los indios testigos de la Conquista, como los principales testimonios pictográficos que
reflejan la historia a través de la pintura. Además de las ya mencionadas, existen otras de
menor extensión así como los testimonios de los indígenas aliados con Cortés
descendientes de los que le apoyaron en la derrota de los aztecas 41.
Al igual que los conquistadores tenían unos prejuicios y mitos sobre lo que
encontrarían y veían ante sus ojos, los nativos también tenían sus creencias y mitos, con
lo que intentaban dar interpretación a los hechos que repentinamente estaba sucediendo
39
Vid. OLIVIER, Guilhem, «Indios y españoles frente a prácticas adivinatorias y presagios durante la
conquista de México», Estudios de Cultura Náhuatl, 37 (2006), p. 169.
40
BENAVENTE, Fray Toribio de, Historia de los indios de la Nueva España; apud LEÓN-PORTILLA, op.
cit., p. XV.
41
Vid. LEÓN-PORTILLA, op. cit., pp. XIV-XXIII.
23
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
en sus vidas, la irrupción de esos «hombres desconocidos venidos de mas allá de las aguas
inmensas»42.
Cuando los nativos vieron a los europeos pensaron en un principio que hombre,
caballo y armadura constituían un solo ser y también se sorprendieron de los artefactos
que escupían bolas de piedra y hacían llover fuego. Para los indios estos hombres fueron
confundidos en un principio con «dioses». Más tarde fueron considerados «enemigos
barbudos».
42
Ibidem., p. XXVII.
43
Ibidem., pp. 2-11.
24
2. La doble visión del Otro
le presentó las primeras noticias de la llegada de unas «torres o cerros pequeños que
venían flotando por encima del mar donde se encontraban gentes extrañas de carnes muy
blancas más que nuestras carnes, todos los más tienen barba larga y el cabello hasta la
oreja les da…». Inquieto Moctezuma, mandó ir a ver esa misteriosa llegada, y no pudieron
hacer otra cosa que confirmar la presencia de esas dos «torres» con extraños hombres de
carnes blancas. Pensaban que el recién llegado era Quetzalcóatl, «nuestro principe»44, por
lo que les regalaron dones.
2. 2. 2. Encuentro
Surge el primer choque con los españoles en el combate con los otomíes de
Tecoac, y, tras la derrota de estos, los tlaxcaltecas decidieron recibir a los forasteros en
son de paz y aliarse con ellos, con la secreta esperanza de ver derrotados a sus enemigos
los aztecas.
44
Ibidem., p. 20.
25
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
de todo tipo que lo deja en un plano de inferioridad que difícilmente puede sortear para
tratar de encauzar su vida por otros derroteros, pues la libertad se ausenta de manera
irremediable. ¡Ay de los vencidos…!, dijo Breno, jefe galo, quien para levantar el sitio
de Roma pidió cierta cantidad de oro la cual le fue entregada, pero pronto se dieron cuenta
los cónsules romanos encargados de entregar el rescate por su ciudad que las balanzas en
que se pesaba el oro estaban manipuladas, por lo que elevaron su protesta ante Breno.
Éste dejó caer su pesada espada sobre las balanzas y espetó la terrible frase que ha pasado
a ser proverbio pleno de realidad: Vae victis 45.
Y cuando cae el tiro [del cañón], una como bola de piedra sale de sus entrañas:
va lloviendo fuego, va destilando chispas, y el humo que de él sale, es muy pestilente,
huele a lodo podrido, penetra hasta el cerebro causando molestia [...] Pues si va a dar
contra un cerro, como que lo hiende, lo resquebraja, y si da contra un árbol, lo destroza
hecho astillas, como si fuera algo admirable, cual si alguien le hubiera soplado desde el
interior. [...] Los soportan en sus lomos sus “venados”. Tan altos están como los techos
[...] Por todas partes vienen envueltos sus cuerpos, solamente aparecen sus caras. Son
blancas, como si fueran de cal. Tienen el cabello amarillo, aunque algunos lo tienen
negro. Larga su barba es, también amarilla; el bigote también tienen amarillo [...] Pues
sus perros son enormes, de orejas ondulantes y aplastadas, de grandes lenguas colgantes;
tienen ojos que derraman fuego, están echando chispas: sus ojos son amarillos, de color
intensamente amarillo [...] Cuando hubo oído todo esto Moctezuma se llenó de grande
temor y como que se le amorteció el corazón, se le encogió el corazón, se le abatió con
la angustia 46.
Podemos encontrar similitud con las referencias que nos encontramos en las
MATOS MOCTEZUMA, Eduardo, «Voces que fueron, voces que son…», en Vivir la historia. Homenaje
45
26
2. La doble visión del Otro
crónicas de los Andes, como la de Titu Cusi Yupanqui, gobernante incaico del siglo XVI,
quien relató cómo vivieron sus antepasados la llegada de los españoles, considerados
como Viracochas, hijos del creador divino:
Decían que habían visto llegar a su tierra ciertas personas muy diferentes de
nuestro hábito y traje, que parecían viracochas, que es el nombre con el cual nosotros
nombramos antiguamente al Creador de todas las cosas, diciendo Tecsi Viracocham, que
quiere decir principio y hacedor de todo; y nombraron de esta manera a aquellas personas
que habían visto lo uno porque diferenciaban mucho nuestro traje y semblante y lo otro
porque veían que andaban en unas animalías muy grandes, las cuales tenían los pies de
plata: y esto decían por el relumbrar de las herraduras 48.
48
INCA TUTI CUSI YUPANGUI, Relación de la Conquista del Perú y hechos del Inca Manco, 2 vol.
[1570], en GARCÍA CABRERA, Juan Carlos (Comp.), Colección de libros y referentes a la Historia del Perú,
Lima, 1916, pp. 8-9.
27
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
Conclusiones
A través de este trabajo hemos podido recoger enfoques a preguntas pocas veces
formuladas, como qué pensaron y experimentaron los naturales del Nuevo Mundo a la
llegada de los conquistadores. Sus textos, pinturas y códices y las relaciones españolas
conforman las dos caras distintas del hecho histórico de la Conquista. y nos revelan toda
la información imprescindible para entender la historia completa a través de la obra de
Miguel León-Portilla, nuestra principal fuente, en una obra de referencia en los estudios
históricos y antropológicos de la América precolombina, considerada por el poeta
mexicano Jose Emilio Pacheco como «un gran poema épico de los orígenes de nuestra
nacionalidad […], un libro clásico y una obra indispensable para todos los mexicanos».
28
Conclusiones
Sin entrar en juicios de valor sobre los hechos, el objetivo del trabajo no es emitir
opiniones para tomar bandos ni partidos sino plantear la necesidad, ante cualquier hecho
de la historia, de conseguir la información completa que nos ayude a plantear, conocer y
entender las distintas visiones de los hechos. Esto es lo que nos dará poder para revisar
las actitudes y tener en cuenta todos los aspectos de la Conquista.
29
TFG. Visión de los vencidos: la perspectiva del Otro en la Conquista de América
Bartolomé de las Casas en lucha por los derechos de los indígenas 1541-1556», en Estudios de Cultura
Náhuatl, 26 (1996), p. 479.
30
Bibliografía
Bibliografía
LEÓN-PORTILLA, Miguel, Visión de los vencidos, 8.ª ed., México, Universidad Nacional
Autónoma de México, 1980.
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