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Música en Primaria – Luis Ponce de León

Aprender a escuchar

Luis Ponce de León

1. Introducción 2

2. El oído humano. Anatomía y fisiología 4

3. Introducción a la psicología de la audición 5

4. Desarrollo de la percepción auditiva en los niños 7

5. Educación auditiva y educación ambiental 8

6. Aprender a observar, aprender a escuchar 10

7. El oído y la Educación Musical Willems 11

8. Propuestas didácticas: Audición activa de obras musicales 13

9. Algunas reflexiones para concluir 19

Bibliografía 19

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Música en Primaria – Luis Ponce de León

Aprender a escuchar

1.Introducción
El poeta Alain de Lille, en su obra Anticlaudiano (1183) incluye una preciosa alegoría
que refleja la importancia del sentido del oído. Los sentidos se representan por cinco caballos
que tiran de un carruaje en el que la Prudencia viaja a los cielos. “Vista” es el primero y más
más rápido de los caballos, seguido por “Oído”, “Olfato”, envuelto en la fragancia de flores,
“Gusto” y “Tacto”. El carruaje tiene seria dificultades para llegar a los cielos. Prudencia,
aconsejada por Teología, desata a Oído, y montada en él logra viajar a los cielos.

Figura 1: Alain de Lille (Siglo XII)


Fuente:
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/38/Alanus_de_Insulis_%28Alain_de_Lille%29._Woodcut._Wellcome_
V0000079.jpg/220px-Alanus_de_Insulis_%28Alain_de_Lille%29._Woodcut._Wellcome_V0000079.jpg

Los sonidos están siempre a nuestro alrededor, indicando la presencia de otros


humanos, animales, sucesos... No obstante, la tendencia en la cultura occidental europea
desde el Renacimiento es dar prioridad a la vista, en detrimento de nuestros otros sentidos.
Esto no siempre ha sido así. En la Europa medieval, por ejemplo, se pensaba que el oído era
el sentido a través del cual la palabra de Dios podía ser aprendida (también es cierto que la
mayor parte de la genta era analfabeta en aquel entonces). La historia de Alain de Lille,
sugiere esto de una forma poética.

La importancia del sentido del oído en la educación ha sido resaltada desde hace
siglos. Rousseau, ya en el siglo XVIII, señalaba como objetivos de la enseñanza musical en
la primera edad “la importancia de que se forme un oído fino, sensible al ritmo y a la armonía”
y “que se eduque la voz para que sea igual, justa, suave y musical”.

Figura 2: Jean-Jacques Rousseau (1712-1778)


Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/b/b7/Jean-
Jacques_Rousseau_%28painted_portrait%29.jpg/200px-Jean-Jacques_Rousseau_%28painted_portrait%29.jpg

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En efecto, la educación auditiva y vocal deben comenzar desde los primeros contactos
del niño con el mundo musical. Existe una importante interrelación entre el canto y el
desarrollo auditivo, si tenemos en cuenta que a través del canto se desarrolla el oído interno
de quien la practica, la capacidad de “imaginar” sonidos en nuestra mente, aspecto
fundamental desde los inicios de la educación musical.

En la educación del oído, la discriminación de sonidos, de sus cualidades, constituyen


un requisito previo. El conocimiento a través de la experiencia de las cualidades sonoras de
los objetos supone el primer concepto concreto que el niño aprende en su iniciación a la
música. Conceptos como fuerte-suave, agudo-grave, largo-corto precederán a otros que
permiten la clasificación y ordenación de los sonidos, como subir-bajar o prolongar-acortar.
La utilización en el aula de instrumentos musicales de sencillo manejo, por ejemplo el
instrumental Orff, favorecerá el desarrollo de la sensibilidad auditiva (Ponce de León, 2006).

Figura 3: Instrumental Orff


Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/d/db/Instrumentarium_Orff-
Schulwerk_de_la_soci%C3%A9t%C3%A9_Studio_49.jpg/400px-Instrumentarium_Orff-
Schulwerk_de_la_soci%C3%A9t%C3%A9_Studio_49.jpg

En este tema, además de abordar el proceso de audición, comenzando por el


funcionamiento del aparato auditivo, aspectos básicos de psicología de la audición y el
desarrollo de las capacidades auditivas de los niños, trataremos algunos principios
metodológicos relacionados con la educación del oído. Incidiremos en la relación de la
educación auditiva con otras áreas, entre ellas la educación ambiental. Haremos hincapié en
la audición de obras musicales, una actividad que permitirá acercar a nuestro alumnado a un
abanico de estilos, formas, compositores y obras, incluyendo el folklore y las tradiciones
musicales de distintos pueblos y culturas. Mediante la audición musical, podremos contribuir
a la formación de los alumnos a nivel físico, socio-afectivo, intelectual y psicomotriz.

Será fundamental escoger cuidadosamente los ejemplos musicales. Es imprescindible


proporcionar a los alumnos “la mejor música”, cuidando la calidad de las obras, de las
interpretaciones y también de la tecnología que empleemos para la reproducción de ejemplos.

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2. El oído humano. Anatomía y fisiología


Como profesores y profesoras que vamos a desarrollar las capacidades auditivas de
nuestro alumnado (y esto no sólo tiene por qué reducirse a actividades musicales), nos
interesa conocer qué órganos intervienen en la percepción del sonido.

El aparato auditivo está formado por tres partes que reciben el nombre de oído externo,
medio e interno.

El oído externo consta, a su vez, del pabellón auricular y el canal auditivo. El pabellón
auricular, conocido generalmente como oreja, localiza las ondas sonoras y las dirige al canal
auditivo. Este último protege a una membrana, el tímpano, de cuerpos extraños, refuerza la
presión sonora sobre el tímpano y proporciona estabilidad respecto a los cambios de humedad
y temperatura. Al final del canal se encuentra la membrana del tímpano, cuya superficie es
de aproximadamente un centímetro cuadrado.

Detrás del tímpano se sitúa el oído medio. Aquí se encuentra la caja del tímpano, que
está llena de aire, y se comunica con la laringe por medio de la trompa de Eustaquio,
permitiendo mantener en equilibrio la presión a ambos lados del tímpano. La caja del tímpano
contiene tres huesos pequeños llamados martillo, yunque y estribo. Son los huesos más
pequeños del cuerpo humano. Tienen la función de amortiguar las oscilaciones producidas
en la membrana timpánica y las conducen al líquido del oído interno. La ventana oval es una
abertura que comunica el oído medio con el interno.

El oído interno se compone de dos partes denominadas laberinto óseo y membranoso.


El laberinto óseo consta del vestíbulo, que conecta con el oído medio, los canales
semicirculares, huesos en forma de aros que mantienen el sentido del equilibrio, y el caracol
o cóclea, un conducto de sección circular decreciente enrollado en forma de concha de
caracol. La cóclea se divide en dos partes por medio de la membrana basilar, sobre la cual
se encuentra el órgano de Corti formado por fibras nerviosas conectadas al nervio acústico.
Cada frecuencia tiene una zona de máxima excitación: la más próxima a la ventana oval es
sensible a las altas frecuencias, mientras que el extremo final es sensible a frecuencias bajas.

Figura 4: El oído humano


Fuente: https://preparaninos.com/wp-content/uploads/2018/04/partes-del-oído.jpg

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El sonido se transmite a través del tímpano y la cadena de huesecillos, al líquido del


oído interno. Los movimientos de la base del estribo sobre la ventana oval transmiten
oscilaciones a los líquidos del oído interno, endolinfa y perilinfa, que excitan las células
fibrosas de la membrana basilar. El órgano de Corti las transforma en impulsos eléctricos que
se dirigen al cerebro.

3. Introducción a la psicología de la audición

¿Es lo mismo “oír” que “escuchar”? En realidad son verbos muy diferentes. Oír es un
proceso instintivo. Escuchar implica una mayor atención, un esfuerzo consciente, una
motivación. La mayor parte del tiempo los sonidos se oyen, forman parte de un fondo, un
conjunto de sonidos que nos rodean, un paisaje sonoro, de cuya existencia a lo mejor no
somos conscientes. Si hacemos el esfuerzo de escuchar lo que ocurre a nuestro alrededor
nos percatamos de mucho más.

En muchas ocasiones la gente no se percata cómo sería el mundo si fuese silencioso.


La mayoría de las personas tienden a ser más “observadoras” en relación a lo que ven, más
que lo que oyen. Podemos inmediatamente nombrar lo que vemos, pero con frecuencia no
podemos afirmar con seguridad qué escuchamos, incluso si hemos escuchado el mismo
sonido antes. La escucha es una habilidad que ejercitamos poco en comparación con la vista,
no obstante es una de las primeras habilidades que desarrollamos como niños – tan pronto
como cuando estamos en el vientre de nuestra madre (en cambio la agudeza visual de los
recién nacidos es limitada).

Figura 5: Diferencia entre oír y escuchar


Fuente: http://www.dicesalamanca.com/blog/wp-content/uploads/2015/12/Libro-abierto-de-DICE-PLANTILLA-
escuchar-y-oir.jpg

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Algunos sonidos nos indican que algo está pasando, indican un suceso que debemos
evaluar para decidir si nos afecta y cómo, y decidir si debemos reaccionar (generalmente
oímos que se aproxima un coche antes de verlo).

Los conocimientos previos tienen implicaciones. Un mismo sonido puede tener un


significado distinto en ocasiones distintas y dependiendo de nuestra experiencia. El zumbido
de una máquina puede tener un significado concreto para un técnico y puede ayudarle a
identificar un problema, incluso el origen de un fallo en la misma, mientras que estas sutilezas
pueden pasar desapercibidas para una persona sin conocimientos específicos de mecánica.

Además de diferenciar entre “oír” y “escuchar”, es interesante distinguir entre tres


etapas del procesamiento mental de un sonido: sensación, percepción y cognición.

Cuando hablamos de “sensación” nos referimos a una actividad realizada por un


órgano sensorial. Estaríamos hablando de un nivel bajo de procesamiento, y un hecho
objetivo. Lo podemos asociar con el verbo “oír”: todos los oídos procesan el sonido de una
manera muy similar, enviando señales similares de salida a las regiones altas del cerebro.
Nuestros oídos siempre están procesando sonido, seamos o no conscientes de ellos, incluso
mientras dormimos.

El término “percepción” hace referencia un procesamiento más sofisticado: implica ser


consciente de un estímulo como objeto, diferenciado de otros estímulos. Combinamos
aspectos como altura, intensidad, duración, timbre y localización especial para formar un
“objeto musical” coherente.

Figura 6: Todos vemos la misma imagen (sensación) pero algunos afirmaríamos ver
a una joven y otros a una anciana (diferencias en la percepción)
Fuente: http://www.philosysofia.com/documents/12187/117814/vieja-percepcion.png

Por último, la “cognición” se refiere a la comprensión de esta actividad de escucha. Es


la etapa más subjetiva de todas y la más compleja del proceso. Aunque seamos conscientes
de un sonido, podemos o no asignarle un significado. Las diferencias individuales son
mayores en esta etapa cognitiva, ya que nuestra comprensión depende de nuestras
experiencias previas. Al igual que en el lenguaje, comprender lo que escuchamos implica
encontrar significados, buscar una relación entre el sonido y unos significados dentro de un
contexto dado. En una pieza musical también relacionamos lo que conocemos de la música
o de una pieza específica antes de escucharla. La experiencia previa, memorias, prejuicios,
experiencia afectan cómo escuchamos.

El proceso de escucha es un área de estudio donde confluyen disciplinas muy diversas


como la psicología, filosofía, antropología, sociología, o la teoría de la música. La percepción
auditiva puede ser engañosa: dependerá de la motivación y de la carga afectiva.

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4. Desarrollo de la percepción auditiva en los niños


Bartolomé et. al (2005) siguiendo los planteamientos de Gassier, describen la evolución
de la percepción auditiva en el niño que podemos esquematizar en las siguientes etapas:

• Recién nacido: Es muy sensible a la intensidad de los sonidos. Se excita y sobresalta,


ya antes del nacimiento, ante ruidos fuertes. La música suave, baja y rítmica, así como
la voz de la madre, le proporcionan tranquilidad. Puede percibir sonidos, pero no es
capaz de localizarlos ni mueve su cabeza en la dirección de la fuente sonora. Por todo
ello, no resulta fácil saber cuándo el recién nacido realmente está atendiendo al
sonido. La voz humana y los sonidos del lenguaje son algunos de los sonidos hacia
los cuales tiene predisposición y los imitará en fases posteriores.

• Primer mes: Oye muy bien, pero aún no es capaz de localizar la fuente del sonido. Va
afinando su capacidad auditiva.

• Segundo mes: Es capaz de localizar el origen del sonido y comienza a mostrar interés
por distintos sonidos. Los bebés de tan sólo unos días ya discriminan unas voces de
otras, reconocen voces de familiares, en particular la de la madre. Después de dos
meses de vida pueden distinguir sílabas como “ma” de “na”, “ba” de “pa” y “ga”.

• Tercer mes: Gira la cabeza en la dirección de la fuente sonora, por lo que muestra que
es capaz de localizar el sonido. Comienza a distinguir la voz humana de otros sonidos
y va mostrando una predilección por ella. Esto le permitirá, más adelante, prestar
atención e imitar los sonidos propios del lenguaje.

• Cuarto mes: Logra identificar sonidos familiares. Es capaz de localizar la dirección


exacta de sonido.

• Quinto mes: Se fija en la persona que habla. Comienza a diferenciar los tonos de la
voz. Es sensible a la música. Discrimina tonos y las inflexiones de la voz.

Figura 7: Bebé escuchando


Fuente: http://static.consumer.es/www/imgs/2016/04/bebe-oye-bien-arti.jpg

Cabe destacar la importancia fundamental de la educación sensorial desde la escuela


infantil. Únicamente a través de las sensaciones podemos llegar a los conceptos y a las
definiciones de todo aquello que nos rodea.

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5. Educación auditiva y educación ambiental


Enseñar a respetar el silencio y a combatir la contaminación acústica es un reto que
puede servir como nexo entre la materia de música y otras áreas del currículo.

El tema de la contaminación acústica es, sin duda, de gran importancia para cualquier
ciudadano que viva en entornos como la gran ciudad, y se trata de un tema que incluso atañe
a los propios músicos. En primer lugar, el ruido es un fenómeno que molesta especialmente
a un músico, y puede dañar el sentido del oído, su principal herramienta de trabajo. Al mismo
tiempo es un elemento que en el siglo XX ha sido utilizado como punto de partida para la
composición musical en la llamada “música concreta”..

Como dice Schafer en su libro Limpieza de oídos:

“El ojo puede ser cerrado a voluntad, mientras que el oído está siempre abierto. [...]
Su única protección es un elaborado sistema psicológico que filtra sonidos indeseables
para permitir que nos concentremos en aquello que realmente deseamos escuchar [...]
Al multiplicarse las fuentes sonoras de nuestro medio ambiente acústico... el oído
podría embotarse y comenzaría a dejar de ejercer el derecho individual de reclamar el
cese de los sonidos desagradables” (Schafer, 1967, p. 12)

La contaminación acústica es un problema en varias ciudades de España. Te


invitamos a que leas el siguiente texto de Juan Enrique Gómez extraído del artículo “Ruidos
en la ciudad, contaminación acústica urbana” publicado en el periódico Ideal de Granada.
Granada ocupa uno de los primeros puestos en la lista de las ciudades más ruidosas de
España. El artículo podría ser un recurso para utilizar en el aula como punto de partida con
los alumnos del último curso de Educación Primaria. Podríamos pedir a los alumnos que
enumerasen las fuentes de ruido que tienen lugar en la ciudad, según el artículo. ¿Cómo las
compararías? ¿Cómo las ordenarías de mayor a menor importancia? ¿En qué te has
basado para compararlas? ¿Añadirías alguna otra fuente, que tal vez te afecte a ti
personalmente?

Enlace al artículo: https://waste.ideal.es/ruidosciudad.htm

El problema de la contaminación atmosférica es una preocupación de la que


todossomos conscientes. Sabemos que la formación del “smog” (gases, humos, polvo,
radiaciones y microbios), especialmente en los grandes complejos industriales, provoca serios
inconvenientes.

En el texto que acabas de leer aparece otro agente contaminante: el ruido. En las
últimas décadas se ha producido un importante incremento del ruido ambiental, debido al
aumento de la densidad de la población, la mecanización de las actividades humanas y la
utilización masiva de vehículos de motor.

¿Qué consecuencias puede tener el ruido excesivo? A lo mejor hayas experimentado


una sordera temporal después de escuchar por un largo período de tiempo una banda de
música. Esto es sólo uno de los efectos nocivos que tiene el ruido excesivo. Listamos a
continuación otras consecuencias importantes:

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• Causa dolor al oído (por encima de 120 dB), e incluso a niveles superiores a 140 dB,
puede romper el tímpano y ocasionar sordera permanente.
• Provoca la pérdida gradual de la audición e interfiere en el sueño y la capacidad de
concentración.
• Puede originar alteraciones fisiológicas en el sistema cardiovascular (aumento de la
tensión arterial, alteraciones del ritmo cardiaco).
• Puede provocar trastornos en el aparato digestivo y aumento de secreción de
adrenalina (conducta más agresiva).
• Daña el sistema nervioso.

Figura 8: Mapa de ruido en Granada


Fuente: https://granadaimedia.com/wp-content/uploads/2014/09/mapa-dentro-650x452.jpg

¿Qué podemos hacer para mitigar la contaminación sonora? En el artículo se mencionaba


una estrategia para controlar la contaminación sonora: establecer niveles máximos y realizar
mediciones para no permitir que se superen estos límites. Según el texto, no parece que sean
del todo efectivas. Otras estrategias posibles pueden ser las siguientes:

• Planificar las vías de mayor circulación fuera de las zonas residenciales.


• Instalar barreras acústicas (pantallas antirruidos y plantaciones densas de árboles) en
zonas de mucho tráfico rodado.
• Insonorizar los edificios.
• Usar, en ciertas profesiones, protectores del oído.
• Promover una educación ambiental, fomentando el gusto por el silencio y por los
sonidos naturales y musicales.

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6. Aprender a observar, aprender a escuchar


Pilar Lago, Luis Ponce de León y Cristina Sánchez dedican un apartado en Manos a la obra,
¡y a trabajar! (2012) a la importancia de la observación, y a cómo se asocia este término al
sentido de la vista, cuando en esta actividad podrían estar presentes otros sentidos
fundamentales, como es el del oído. El sentido del oído debe estar presente no sólo en la
clase de música, sino a la hora de profundizar en otras áreas de conocimiento:

“En nuestra cultura hay un claro predominio de lo visual. En la escuela se nos prepara
ante todo para interpretar y crear adecuadamente mensajes visuales, sobre todo
textuales. Desafortunadamente, podemos estar desperdiciando información
realmente valiosa de nuestro entorno por no dedicar la suficiente atención a otros
estímulos que nos llegan por otras vías, como puede ser el oído. ¿Por qué en la clase
de Ciencias Naturales se nos enseña a diferenciar características físicas de distintas
especies que podemos distinguir a través de la vista, pero no se nos invita a analizar
y discriminar los sonidos que emiten? ¿Por qué en clase de Literatura es frecuente
aprender a analizar poesía leyendo los textos, destacando los recursos estilísticos que
allí aparecen, leyendo ensayos críticos que comentan los versos, pero rara vez
escuchando los versos? ¿Por qué no fomentar la escucha de esos poemas, recitados
por profesionales de este campo, comentando posteriormente de qué manera varía
entre ellos la forma de entonar esos versos, y cómo las cualidades sonoras de lo
recitado influyen en el mensaje final que llega al receptor? Lo auditivo puede ser
fundamental en muchas disciplinas y en la vida en general. El proceso educativo debe
prepararnos para ser observadores “integrales”, lo cual incluiría ser buenos oyentes
también.” (Lago, Ponce de León y Sánchez, 2012)

Como ejemplo de propuesta didáctica, siguiendo esta reflexión, podríamos trabajar en


Ciencias Naturales sobre los pájaros, comparando aspectos visuales de distintas especies y
descubriendo otros aspectos sobre los mismos, por ejemplo, su hábitat o alimentación. Con
la ayuda de recursos Web (por ejemplo https://www.canto-pajaros.es/), podríamos escuchar
y diferenciar el canto de las diferentes especies. Como actividad complementaria, empleando
reclamos de pájaros podríamos realizar actividades como las siguientes:

• El profesor hace sonar un reclamo. Los alumnos deben imitar el sonido.

• El profesor muestra la imagen de la especie que corresponde al sonido producido por


cada reclamo y aporta una información significativa sobre cada una.

• Los alumnos con los ojos cerrados escuchan el sonido de uno de los reclamos y deben
identificar de qué reclamo se trata.

• Los alumnos se colocan en un círculo y un alumno se sitúa en el centro con los ojos
cerrados. Varios de los alumnos del círculo tendrán un reclamo y lo harán sonar de
forma intermitente. El alumno del centro debe localizar dónde está sonando uno de
los reclamos (por ejemplo, el que corresponde al ruiseñor).

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Figura 9: Reclamos de pájaros


Fuente: https://images-na.ssl-images-amazon.com/images/I/41dT2d86byL._AC_UL160_.jpg

En el programa de radio “La observación mediante la atención auditiva. Vamos a


escuchar” Pilar Lago y Luis Ponce de León inciden en la importancia de la educación del oído
dentro y fuera de la clase de música:

https://canal.uned.es/video/5a6f2f33b1111f4e7f8b48fb

7. El oído y la Educación Musical Willems


La educación del oído ha sido una de las mayores preocupaciones de los pedagogos
musicales más importantes. A modo de ejemplo, nos gustaría centrarnos en la importancia
que otorga el pedagogo belga Edgar Willems (1890-1978). Willems hincapié en los
preliminares de El oído musical en el hecho de que cualquier niño, hasta aquel del que se dice
que “no tiene oído”, puede ser preparado para seguir con aprovechamiento las lecciones de
música. Según Willems, el don auditivo es un conjunto formado por la sensorialidad auditiva,
la sensibilidad afectivo-auditiva y la inteligencia auditiva, y que en cada niño habrá que insistir
más en una y otra dimensión.

Es importante aclarar que no es lo mismo la educación musical que el estudio de una


técnica instrumental. De hecho, Willems defendía la importancia de luchar contra una
educación instrumental en los conservatorios apoyada excesivamente en recursos ajenos a
la música, como la memoria visual, el nombre de las notas, o del tacto (que no deben sustituir
a la memoria sonora). La importancia del virtuosismo en el S. XX ha dado lugar a una
educación musical que promueve lograr una lectura rápida, pero sin asegurar que ésta pase
por el interior, por el oído interno. No siempre se da la suficiente atención a la audición interior
en la práctica instrumental, a crear y sentir una imagen sonora antes de dar órdenes a los
dedos. Por eso mismo es imprescindible que el niño cuente con una educación musical que
haga hincapié en el desarrollo auditivo.

Figura 10: Edgar Willems


Fuente: https://enclavedesi.com/wp-content/uploads/2017/05/8320311_orig-275x247.png

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“Tener oído” y “tener musicalidad” son dos aspectos que debemos distinguir, sin bien
la audición es una de las bases de la musicalidad. Es necesario desarrollar la agudeza
auditiva antes de abordar el cultivo de la musicalidad y el estudio del solfeo, trabajando dos
dimensiones complementarias: en primer lugar la diferenciación de sonidos sucesivos
(distinguir movimientos sonoros, alturas, intervalos), y posteriormente la percepción de
sonidos simultáneos (disociar los sonidos en un acorde o en un agregado).

Willems plantea que el problema de la audición puede enfocarse teniendo en cuenta


tres aspectos, que están unidos entre sí, pero que merece la pena estudiar por separado para
comprender su naturaleza:

• La receptividad sensorial auditiva (sensación, memoria fisiológica - me impregno,


siento). Mediante la educación podemos despertar, dirigir y desarrollar el
funcionamiento del órgano del oído. La finura de percepción puede llegar en el ser
humano hasta aproximadamente dos centésimas de tono en lo que concierne a la
altura del sonido. La sensorialidad tiene que proveer a la inteligencia de datos puros,
exactos y no falsificados por la intromisión prematura del intelecto.

• Sensibilidad afectivo-auditiva (necesidad, deseo, emoción, memoria anímica,


imaginación – escuchar: acto más activo y subjetivo) El cultivo de las emociones
encuentra su lugar en el estudio de todo lo concerniente a la melodía: la escala, los
intervalos melódicos, las canciones, las pequeñas improvisaciones y desde los
primeros contactos con el material auditivo, despertando en el niño el amor por el
sonido.

• Inteligencia auditiva (comparación, juicio, memoria intelectual, conciencia sonora e


imaginación constructiva - entender) Los nombres de las notas son útiles para
despertar y desarrollar la inteligencia musical, pero conllevan el peligro del
intelectualismo musical: el alumnado corre el riesgo de manejar más los nombres
(audición interior de las etiquetas, los nombres de las notas) que los elementos
sonoros en sí mismos (audición interior de los sonidos). De aquí la importancia de unir
el nombre, el término musical, con el elemento concreto al que sirve de etiqueta.

Willems propone los siguientes pasos generales en el desarrollo auditivo:

1) Hacer que el niño experimente el sonido: entrenarlo a escuchar bien. Para ello son
necesarios los juguetes musicales y el material sonoro creado o reunido con este fin
(incluso creado por el propio niño).

Figura 11: Juguetes sonoros


https://www.mundohuron.com/195-home_default_2x/trixie-juguete-plastico-con-cascabel-pelota-cilindro.jpg

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2) Despertar en el niño el amor al sonido, el deseo de reproducir lo que ha oído y


familiarizarlo con el campo melódico haciendo que cante bellas canciones,
desarrollando la memoria auditiva, recurriendo a su imaginación auditiva y
despertando en él el deseo de crear, de improvisar.

3) Despertar la conciencia sensorial, afectiva y mental del mundo sonoro. La escritura y


la lectura se insertarán poco a poco en la experiencia sonora sensorial y afectiva.
Introduciremos al niño en el campo armónico mediante el intervalo y los acordes de
tres y cuatro sonidos.

En todo este recorrido no podemos olvidar la ventaja que supone que el profesorado
tenga una actitud en su trabajo que busque la alegría del trabajo en el aula, que fomente la
curiosidad por explorar los sonidos en el aula y en el exterior, un trabajo basado en una
realidad: que la música y la vida, la naturaleza humana, están indisolublemente unidas.

8. Propuestas didácticas: Audición activa de obras


musicales

Pascual (2012) cita a Aaron Copland (1955), a la hora de plantear cómo la escucha de
una obra musical se produce en tres planos:

• Plano sensual: La actividad de escucha es placer, evasión y disfrute. Es el estadio


más simple de la audición y propio de aficionados a la música.
• Plano expresivo: Se aprecian significados que no podrían comunicarse con palabras.
En particular, tiene lugar en la música descriptiva, música que puede relacionarse con
historias, y también en la música para cine.
• Plano musical: Se perciben, además, las notas musicales y el conjunto de parámetros
musicales (melodía, timbre, armonías, ritmo, etc.).

Los niños escuchan con facilidad en el plano sensorial y descriptivo, y en un nivel más
elemental en cuanto al plano musical.

Figura 12: Sesión de audición musical en un aula de Educación Infantil


Fuente: http://arablogs.catedu.es/repositorio/1903/audicion_musical_010.jpg

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A la hora de plantear posibles propuestas didácticas relacionadas con la educación del


oído, podríamos referirnos a actividades que ya han sido sugeridas en otros momentos del
curso, por ejemplo, las actividades encaminadas a trabajar los distintos parámetros del sonido,
las actividades relacionadas con la identificación de los instrumentos musicales y las
actividades de movimiento. En este apartado incidiremos en la audición de obras musicales.

A la hora de seleccionar fragmentos musicales para su audición en el aula Pascual (2012)


presenta criterios como los siguientes:
• La integración y globalización con otros aspectos de la programación del área y con la
educación vocal y rítmica
• Buscar un repertorio variado, incluyendo músicas de estilos musicales diversos

La duración de los fragmentos debe ser breve, especialmente en las primeras etapas, de
acuerdo con los períodos de tiempo en los que el niño pueda mantener una atención
continuada. Los fragmentos se escucharán varias veces, planteando el profesor nuevos
interrogantes, retos y actividades a realizar durante cada escucha. Algunos de los
interrogantes pueden ser:
• ¿Te ha gustado el fragmento? ¿Qué te hace sentir? ¿A qué te recuerda?
• Si la música acompañase una película, ¿qué estaría pasando? ¿Qué título le
pondrías?
• En el caso de que incluya letra: ¿Qué dice la letra? ¿Cuántas veces se repite esta
frase?
• ¿Puedes marcar el pulso en tus rodillas mientras escuchas? ¿De qué otra manera se
te ocurre marcar el pulso con tu cuerpo? ¿Cómo es la velocidad del pulso, el tempo?
¿Es rápido, lento, cambia en algún momento?
• ¿Qué instrumentos escuchas?
• ¿La intensidad es fuerte, suave, varía en algún momento? ¿Lo puedes expresar con
tu cuerpo?
• ¿Cómo dibujarías lo que suena?

Pascual (2012) propone ejemplos de audiciones correspondientes a cada uno de los planos
de escucha mencionados, entre los que se encuentran los siguientes:

Plano sensorial:
• Adagio de Albinoni (Para descubrir sensaciones y sentimientos)
• Te deum de Charpentier (para percibir el carácter alegre y/o triste de un fragmento
musical)

Plano descriptivo:
• En un mercado persa de Kételbey (Para evocar personajes)
• “Ballet de los polluelos” de Cuadros de una exposición de Mussorgski (Para evocar
animales
• El aprendiz de brujo de Dukas (Para imaginar escenas e historias)

• Plano musical
• “Un cuco en el fondo del bosque” en El carnaval de los animales de Saint-Saëns (Para
reconocer secuencias melódicas)
• La quinta sinfonía de Beethoven – Primer movimiento (Para apreciar contrastes de
intensidad)
• “Gallos y gallinas” en El carnaval de los animales de Saint-Saëns (Para apreciar
sonidos breves)
• “La tortuga” en El carnaval de los animales de Saint-Saëns (sonidos largos)

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Figura 13: Títeres para un teatro infantil basado en “El carnaval de los animales” (Títeres Cachirulo)
Fuente: http://redaragon.elperiodicodearagon.com/img/upload/39292_g.JPG

Algunas actividades que podemos proponer con fragmentos musicales como los anteriores
serían:

• Comentar aspectos especialmente significativos del contexto de la obra, el momento


de la historia en que fue compuesto o de la vida del compositor
• Acompañar la escucha con el movimiento, con gestos diferentes en secciones distintas
de la obra o una coreografía sencilla.
• Tocar instrumentos durante la escucha. Marcando el pulso, acentos, o realizando un
ostinato rítmico en determinadas secciones o momentos de la obra.
• Dibujando una partitura gráfica o musicograma que represente aquello que
escuchamos.
• Proponiendo una escenificación, ayudando a contar una posible historia que
corresponda al fragmento escuchado.

A modo de ejemplo, proponemos una actividad de audición musical activa a partir de la Danza
de los sables de Aram Khachaturian (1903-1978).

• El profesor propone gestos y movimientos acordes con los motivos que se suceden en
la obra y los alumnos los imitan.
• Los alumnos representan gráficamente lo que sucede en las distintas secciones de la
obra.
• Con la ayuda de un musicograma los alumnos escuchan la obra y diferencian sus
secciones

Figura 14: Musicograma


Fuente: https://2.bp.blogspot.com/-_RzqLwgcxDc/WCFr-Mur8JI/AAAAAAAAHgc/VMJ9u3flio8xW-
QSCovYVfhDFqCtLPrVgCLcB/s400/maxresdefault.jpg

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Música en Primaria – Luis Ponce de León

• Los alumnos se dividen en grupos. Cada grupo se encarga de un instrumento musical


diferente que participará (por ejemplo, marcando el pulso) en una de las secciones de
la obra (se puede realizar primero con la ayuda del musicograma y luego sin él).

¡Para alumnos más mayores de Educación Primaria podemos proponer que formen parte de
la orquesta o de la banda! Podemos pedirles, por ejemplo, que toquen ritmos concretos con
percusión corporal y, posteriormente, instrumentos de percusión, mientras escuchan una obra
musical.

Mostramos un ejemplo concreto basado en el tema “Johnny B. Goode” de Chuck Berry. Los
alumnos pueden formar parte de la banda, leyendo una partitura rítmica.

Figura 15: Chuck Berry


Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/2/20/Chuck_Berry_1957.jpg/250px-Chuck_Berry_1957.jpg

Podemos dividir la clase en grupos, cada uno de los cuales tocará un instrumento de
percusión distinto en una sección concreta del tema. Los siguientes ritmos para acompañar
las distintas secciones de la obra están extraídos de la obra “Odi Rock” de L’Épingle (2009),
que precisamente plantea partituras rítmicas sencillas para acompañar grabaciones de temas
populares:

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Música en Primaria – Luis Ponce de León

Figura 16A: Partitura rítmica para acompañar el tema “Johnny B. Goode”


Fuente: L’épingle (2009, p.42)

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Música en Primaria – Luis Ponce de León

Figura 16B: Partitura rítmica para acompañar el tema “Johnny B. Goode” (II)
Fuente: L’épingle (2009, p.43)

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Música en Primaria – Luis Ponce de León

9. Algunas reflexiones para concluir

¿El conocimiento profundo sobre el proceso de escucha tiene alguna repercusión en el


placer que sentimos al escuchar música? ¿En qué medida los conocimientos teóricos y
descubrimientos científicos sobre audición y percepción pueden afectar a la forma de crear y
escuchar la música?

¿Qué importancia tiene en nuestra vida la audición de fragmentos musicales? ¿Cuándo


oímos y cuándo escuchamos? ¿Qué tipo de música preferimos? ¿Por qué?

Nuestro principal objetivo debe ser que los alumnos disfruten escuchando música y
proporcionarles la oportunidad de conocer todo un abanico de estilos. De esta forma les
permitiremos que puedan disfrutar el día de mañana del arte de la música, de forma activa o
como oyentes.

Bibliografía

Bartolomé, M.R., Blas, A. & Gutiérrez, D. (2005). Educación infantil I. McGraw Hill Interamericana.

L’épingle, C. (2009) Odi Rock. Francia: Fuzeau.

Lago, P., Ponce de León, L. y Sánchez, C. (2012) Manos a la obra y ¡a trabajar! (Prácticas pedagógicas)
Madrid: Editorial Club Universitario.

Pascual Mejía, P. (2002). Didáctica de la Música. Educación Infantil. Madrid: Pearson.

Ponce de León, L. (2006). El lenguaje musical en las enseñanzas artísticas. Madrid: CCS.

Schafer, M. (1970). Limpieza de oídos. Buenos Aires: Ricordi.

Willems, E. (2001) El oído musical. [Traducción de Mª Carmen Medina] Barcelona: Paidos.

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