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“ARRULLOS DE INFANCIA”
Canciones de Cuna del mundo
Arte de la Palabra - Antroposofía – Pedagogía de Emergencia
Versos de la oralidad - Canciones tradicionales
Juegos rítmicos – Antropología musical
Arrullo,
un trenzado musical /vital entre una melodía y la voz de
un ser amado. Balanceo rítmico de cobijo, seguridad
y amor puro.
“Después del ambiente que ellas crean hacen falta dos ritmos: el ritmo físico de la cuna o
silla y el ritmo intelectual de la melodía. La madre traba estos dos ritmos para el cuerpo y
para el oído con distintos compases y silencios, los va combinando hasta conseguir el tono
justo que encanta al niño” (Federico García Lorca)
ARTE DE LA PALABRA + JUEGO RÍTMICO EN MOVIMIENTO
ARRULLOS ANDINOS
Hemiola, Huayno y Carnavalito
El HUAYNO, WAYÑU o WAYNO, es un género músical y una danza en las regiones andinas de
Argentina, Bolivia, Chile y Perú que tradicionalmente se asocia a las fiestas de la época lluviosa,
entre Noviembre y Abril. El HUAYNO tradicional se caracteriza por una estructura rítmica binaria
(en 2/4 o 4/4) y un sinfín de melodías pentatónicas sincopadas sin semitono ni jerarquía, que puedan
generar tensiones y resoluciones. En el contexto rural, se toca generalmente en comparsas (o tropas)
de flautas, tales como tarkas, quenas y sikus; o bien de instrumentos de cuerda, como charangos,
bandolas y guitarrillas, acompañando un canto femenino caracterizado por sus agudos. El HUAYNO
se integra así a las ceremonias rituales de “sacralización de lo cotidiano” o bien a aquellas que
marcan los ciclos de la vida en el mundo sur-andino.
Si bien se supone que el HUAYNO es una de las músicas más antiguas en el continente americano,
su identidad actual es profundamente mestiza. Al entrar en contacto con la cultura española, el
HUAYNO integra (o transforma) nuevas formas lingüísticas como la copla, nuevos instrumentos
como la guitarra, la mandolina, el charango, la bandurria, el arpa y el violín; y en un cierto aspecto,
una nueva identidad religiosa católica y profana urbana. El HUAYNO se desliga así parcialmente de
su vínculo sacro/ritual andino para volverse progresivamente un género popular, urbano y festivo;
una entidad criolla que también se proyecta hacia a otras regiones, variantes y estilos, tales como el
trote en Chile o el carnavalito en Argentina.
FLOR MORADITA - Huayno
Recopilación de Leda Valladares / Versión Silvia Iriondo
https://www.youtube.com/watch?v=FhcYpfrImBE
Acordes:
Tónica / Subdominante/ Dominante - I / IV / V
Tonalidad Do mayor:
Do mayor / Fa mayor / Sol Mayor
C/F/G
Par par par par Palomita, ay, cholita Par par par par Palomita, ay, cholita
Par par par par Palomita, ay, cholita Par par par par Palomita, ay, cholita
Y a ver veremos, quién me la quita? Y a ver veremos, quién me la quita?
A esa linda chirapita A esa linda chirapita.
C F
A pasos de enamorada, cholita, C F G C
G Par par par par par Palomita, ay, cholita
Flor moradita C F G C
C F Par par par par par Palomita, ay, cholita
Y a la niña más bonita F G C
G C Y a ver veremos, quién me la quita?
ya ahora cuando, Palomita ay … F G C
A esa linda chirapita
El CARNAVALITO es una de las variante del HUAYNO en Argentina, particularmente en la región
Noroeste y, tal como su nombre lo indica, se asocia a las fiestas de Carnaval. El CARNAVALITO
posee inicialmente aspectos musicales similares a los del HUAYNO: rítmicas binarias y escalas
pentatónicas sin semitono. Sin embargo, en general su carácter es más alegre y festivo que el
HUAYNO, soliéndose tocar a un tempo más rápido, acelerándose sobre todo al final de la canción,
como si se tratara de animar el baile y el ambiente de la fiesta en general.
C F
Plantita de Alelí
G C
que bonitos colores tienes
F
Colores de mis esperanzas
G C
Colores de mis ilusiones
(...) existen otras coplas pero elegí estas para el contexto de niños pequeños.
Durante los años 1930, el musicólogo Carlos Vega fue uno de los primeros estudiosos que
consiguió grabar y sistematizar la prevalencia del HUAYNO y del CARNAVALITO en Argentina.
Sin embargo, y por otro lado, la popularización del CARNAVALITO se debe también a la anecdótica
creación del clásico “El Humahuaqueño” compuesto en 1941 en Buenos Aires por el guitarrista
porteño Edmundo Zaldívar. Este éxito discográfico fue inicialmente un encargo de los directivos de
la radio El Mundo, quienes deseaban amenizar el ambiente de los cafés porteños con música de
aires norteños... Se dice, incluso, que “El Humahuaqueño” fue compuesto durante un viaje en
tranvía en pleno Buenos Aires. Zaldívar, que nunca había visitado la quebrada de Humahuaca y se
basó en comentarios de recuerdos de sus padres y en algunos instrumentos que conocía
lejanamente, como el erke, el charango y el bombo. Con todo, y pese a lo imaginario de la
iniciativa, esta composición posibilitó la expansión del género, popularizándose por toda Argentina
(y el mundo) como pieza de repertorio de folclor esencial. Actualmente los carnavalitos se tocan en
las peñas y festividades populares en donde se baila en ronda, enganchados y durante horas sin
parar. El conjunto instrumental típico de este carnavalito folklorizado puede componerse por dos
quenas, dos sikus, acordeón, bandoneón, charango, guitarra y bombo.
“En nuestra Argentina existen canciones de fuerza mágica que obran en el Alma como lluvia o
como rayo. Se llaman tonadas, bagualas y vidalas. Condensan la sustancia de siglos y mantienen
milagrosamente su aroma y su savia gracias al estilo silvestre de los cantores campesino. Bagualas,
tonadas y vidalas son de origen indígena. Las Bagualas y tonadas provienen de un cancionero
trifónico y las vidalas son tan variadas en su trama melódica que se escapan de un solo sistema
tonal.
Son las únicas canciones del folclore argentino que se prestan para le canto colectivo y aparecen en
las comparsas carnavaleras de nuestro valles norteños. La comparsa tiene una importancia
fundamentar n los carnavales indígenas, criollos o negros de América. Imanta y fusiona por obra y
gracia del unísono y la percusión. Rodando por callejones perdidos de nuestras aldeas hace cantar a
todos sin dividirlos en réprobos o elegidos de la afinación y les permite sentirse pueblo, ser alma
colectivo bajo el hechizo de la canción. Estos grupos de cantores practican el canto rústico que
responde a una desbordante necesidad de expansión. Más libre que ninguno, el canto agreste es
también el más rico en posibilidades expresivas, porque todo le está permitido, desde el grito hasta
el quejido, y es capaz de calmar cualquier ansiedad vital…
Si el investigador aporta sus pesquisas, el maestro de escuela resulta indispensable para que un
material de reliquias fogueado por los siglos, siga circulando vivo en boca de generaciones actuales
y futuras. La música urbana le ofrece a la escuela un tentador repertorio polifónico no siempre al
alcance de la musicalidad común; en cambio, el campo y la montaña que siempre han sido de
fuentes generosas de esencias musicales y poéticas, nos muestran una costumbre ejemplar, un hecho
ancestral y todavía contemporáneo, ideal para iniciarse en el mundo de la expresión musical: el
canto colectivo al unísono y con percusión. En los campos de América se practicaba el canto rústico
que calza a la perfección con la necesidad de grito que hay en el chico y con el oculto deseo del
adulto…
La escuela no sólo debe atender a lo que pasa en las ciudades; debe rastrear nuestras sabias
costumbres campesinas incorporándolas como aportes de perdurable vigencia. Libre de trabas, el
canto rústico con un repertorio de reliquias argentinas, puede revitalizar a la escuela, devolverle
fuerzas perdidas y hacerle vivir emociones de profunda alegría y esplendor.
(Leda Valladares Introducción “Canciones Arcaicas del Norte Argentino”.)
“Entre Valles y Quebradas” disco de Leda Valladares & María Elena Walsh
https://www.youtube.com/watch?v=lfyqi8MDjj0