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Bendición de hábitos

Señor Jesucristo, tanto amaste a los niños que dijiste: “dejen que
los niños se acerquen a mí, pues de los que son como ellos, es el
Reino de los Cielos”. Bendice estos † hábitos con los que serán
revestidos estos servidores del altar, ayúdalos a que la usen con
reverencia y dignifiquen con su conducta estas vestiduras,
destinadas a las celebraciones sagradas y santificadas por tu
bendición. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

1. Luego se asperja con agua bendita los hábitos.


2. Terminada la aspersión, los monaguillos se revisten con las nuevas vestiduras y el ministro con
las manos extendidas hace la siguiente oración.

Oh Dios, que has enviado al mundo a Jesucristo, tu Hijo, para


salvar a los hombres, bendice † a estos hijos tuyos que hoy se
presentan ante Ti, para que los hagas dignos de servir en el altar y
contribuyan, con su bondad y alegría a revelar, la grandeza del
misterio pascual de tu Hijo, que Vive y Reina por los Siglos de los
Siglos. Amén.

Bendición de los rosarios

Bendito sea Dios, Padre nuestro, que nos concede recordar y


celebrar con fe los misterios de su Hijo. Él nos dé su gracia, para
que, sostenidos por la piadosa súplica del rosario, nos esforcemos
por meditar y conservar continuamente en nuestro corazón los
gozos, los dolores y la gloria de Jesús, junto con María, su madre.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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