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Meditación Día 6
Meditación Día 6
L a Santísima Trinidad es una familia, una familia santa que desea que tú seas
miembro de ella. Para hacer esto posible, ha establecido una réplica trinitaria
en la tierra — una trinidad terrena. La trinidad en la tierra está formada por Jesús,
María y San José. En cierto sentido, ellos son la primera iglesia. Pertenecer a esta
familia te preparará para participar de la familia eterna de Dios en el cielo.
No hay duda de que San José fue revestido con todos los dones y gracias necesarias para el cargo que el
Padre Eterno quiso encomendarle con respecto a todas las necesidades domésticas y temporales de Nuestro
Señor y la dirección de su familia formada sólo por tres personas que representan para nosotros el
misterio de la adorable Santísima Trinidad. No es que haya una verdadera comparación a este respecto,
excepto en relación a Nuestro Señor quien es una de las Personas de la Santísima Trinidad porque los
otros eran creaturas; con todo, podemos seguir afirmando que fue una trinidad terrena que representaba
de alguna manera a la Santísima Trinidad.
En esta afirmación, San Francisco de Sales nos enseña una verdad muy
importante articulando hermosamente que la trinidad de Nazaret (Jesús, María y
José) representa la Trinidad celestial (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y que, por lo
tanto, se compone sólo de tres personas. En otras palabras, Jesús no tuvo ni
hermanos ni hermanas biológicas, y esto es lo que la Iglesia Católica siempre ha
enseñado; pero la Iglesia también ha enseñado siempre que la Trinidad celestial y
la trinidad terrena desean que seas miembro de su familia ¡a través de la adopción!
Hay que aclarar, sin embargo, que jamás serás una persona divina. Tú y yo
no somos Dios y jamás lo seremos, pero Dios quiere atraernos hacia su vida
familiar trinitaria y divina mediante la adopción espiritual, lo cual sucede cuando
somos bautizados. Como miembros del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia,
quedamos insertados en la familia terrena de Dios, la Sagrada Familia, y esta
participación nos prepara para pertenecer a la Sagrada Familia celestial.
Qué honor fue [para San José] entrar en una alianza con la familia del Padre celestial, convertirse en
la tercera persona de la trinidad creada.
— Beato Guillermo José Chaminade
*Del libro CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ – LAS MARAVILLAS DE NUESTRO PADRE ESPIRITUAL- Donald H. Calloway,
Mic.