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4G0039 APU Problemas Juridicos v1-0
4G0039 APU Problemas Juridicos v1-0
la Información
Función del derecho y del análisis jurídico. Subsistemas penal y civil. Perspectiva del
profesional de las TI. Los delitos informáticos. La responsabilidad civil por ejercicio de la
profesión y por emprendimientos. La propiedad intelectual y la protección del software. El
ámbito jurídico y el ámbito judicial.
Esa respuesta se debe a que se considera que el derecho es algo que hay que estudiar tal
como se puede estudiar biología, matemáticas o historia. Pero existe una diferencia
esencial entre esas disciplinas y el derecho, y también en lo que entendemos por “saber”
o “estudiar” cuando hablamos de unas o de la otra.
Por ejemplo, podemos prever qué sucederá si arrojamos a alguien por la ventana de un
piso alto. Escucharemos sirenas de ambulancias, luego, otras sirenas de la policía, llegarán
señores con un uniforme característico que nos conducirán a determinado lugar y nos
harán preguntas, no nos dejarán salir, pasado algún tiempo estaremos frente a un
tribunal, podremos elegir abogado o nos designarán uno, se debatirá sobre las razones de
mi acción y finalmente un señor, una señora o un grupo dictarán una “sentencia” que
terminará seguramente con nosotros en una prisión.
Imaginemos ahora que el profesor de la asignatura Derecho nos dice que eso es un error,
que en realidad el homicidio, es decir, matar a otro ha dejado de ser un delito que si lo
cometemos nada pasará. Por más profesor que fuera, no le creeremos, y si nos lo dicen
todos los profesores de la Facultad de Derecho tampoco les creeremos. Es decir, pese a
que hemos afirmado que de derecho nada sabíamos, enfrentados ante la opinión de los
Muchas veces hemos estudiado cosas que las hemos olvidado y hemos tenido que
aprenderlas de nuevo. Sin embargo, los conocimientos jurídicos que poseemos estamos
seguros que no los olvidaremos. Por más tiempo que pase, siempre sabremos que el
homicidio es un delito, aun cuando no podamos decir qué entendemos por “delito”.
Del mismo modo, se puede demostrar que sabemos muchísimas cosas más, no solamente
que matar es delito. Tenemos sólidos conocimientos sobre la propiedad, la libertad, el
hurto, las deudas, las penas, los testigos, etc., etc. La experiencia de comprobar estos
conocimientos en alguien que no ha estudiado formalmente “Derecho” lleva a resultados
asombrosos.
Tampoco podremos aclararnos en qué etapas de nuestra vida es que hemos adquirido ese
conocimiento, porque obviamente ha sido aprendido. No sabemos si desde la infancia,
enseñado por nuestros padres, en el colegio, en el trato con nuestros amigos, en las
películas o en todos esos lugares a la vez.
Así considerado, el derecho es el conjunto de conocimientos que nos ha permitido vivir sin
demasiados sobresaltos. Es indispensable y todas las personas lo poseen en mayor o
menor medida.
Entonces, ¿para qué, sin ser estudiantes de abogacía, debemos estudiarlo como una
asignatura si es que tanto sabemos?
De todos modos, aun con conocimiento incierto, podemos establecer reglas claras de
nuestro propio comportamiento profesional.
Para que pueda haber análisis jurídico de caso debe haber una historia -real o ficcional-.
De otro modo, es imposible. Si nos preguntamos ¿el spam es delito?, podemos negarlo,
afirmarlo, condicionarlo, establecer distintas categorizaciones, etc., pero no podemos
realizar un análisis jurídico de caso porque no hay caso.
En los últimos años se han incorporado al sistema los llamados “delitos informáticos”. Lo
curioso de la situación es que la mayoría de los profesionales de la informática
desconocen cuáles son e incluso su misma existencia es lo que torna su actividad
sumamente peligrosa.
Resulta indispensable conocer con toda precisión cuáles son esas acciones que ahora se
han convertido en delitos (antes no lo eran), por tres razones: la primera, para no
cometerlos por ingenuidad, la segunda, para que no se realicen en nuestro ambiente de
trabajo y podamos advertir de ello a subordinados o superiores administrativos, y tercero,
para que en caso de que se produzcan por actos de terceros podamos responder de la
manera adecuada, ya sea formulando las denuncias o por medio de otros procedimientos.
Muchos profesionales están convencidos de que ciertas acciones no deberían ser delitos,
tienen un convencimiento originado en sus principios ideológicos. Pero un profesional
debe poder distinguir lo que cree que debe ser de lo que debe saber que es.
El subsistema penal existe para sancionar conductas con el objetivo de que no se repitan
ni respecto a la persona hallada responsable ni en la sociedad, mediante el ejemplo. Es de
derecho público, es fundamentalmente el Estado el que tiene interés en la persecución
penal.
EL SUBSISTEMA CIVIL
Así como en el sistema penal es el Estado fundamentalmente quien tiene interés en la
persecución, en el sistema civil son los particulares.
El objetivo es determinar si alguna persona tiene que pagarle dinero a otra persona.
“Persona” es una antiquísima palabra latina y se utilizaba para significar la máscara que en
el teatro utilizaban los actores. La máscara identificaba a los personajes y los
caracterizaba. Las personas son los que “juegan” dentro del sistema jurídico.
En este subsistema se produce lo que señalamos antes respecto a que las razones por las
que se debe pagar se han modificado y aún no han llegado a la cultura social. En el sistema
del Código Civil las razones para pagar eran dos: porque alguien había producido un daño
a propósito o porque lo había hecho por torpeza (culpa, negligencia, etc.). Hoy, las causas
de tener que asumir daños producidos se han ampliado enormemente y a esas causas las
llamaremos -como veremos en su momento- causas objetivas.
Asimismo, en los últimos años se ha desarrollado una manera distinta de estudiar los
problemas. Tradicionalmente, para resolver un caso se atendía a la justicia del caso en sí,
de los participantes del conflicto. Hoy se tiende a tener una visión más amplia y a
considerar las razones de las consecuencias de la resolución. Esto ha sido impulsado
fundamentalmente por los conflictos desatados con motivo de las aplicaciones
informáticas.
Las preguntas no son sobre las mejores prácticas o las prácticas perfectas, sino sobre las
prácticas exigibles.
Esto tiene dos dificultades. La primera es la falta de acuerdo sobre esos modelos y la
dificultad de comprensión de quienes deban tomar las decisiones al evaluar las conductas
reales (los jueces); la segunda, la velocidad de cambio de las tecnologías que no nos
otorga el tiempo necesario para establecer acuerdos sobre esos modelos
Pero, hasta hace pocos años, los problemas de propiedad intelectual atañían solamente a
los artistas famosos y a su entorno, como las editoriales o los expositores.
Esto nos ha dejado en una situación muy particular. Tratamos con una clase de objetos
inmateriales (las obras intelectuales son siempre inmateriales) cuyo régimen jurídico
desconocemos o, lo que es peor, compartimos las confusiones al uso, como aquella que
cree que obra intelectual es todo aquello que se realiza con el esfuerzo del intelecto, o
que las ideas están protegidas, o que se pueden patentar.
Pero existe además un subsistema que podemos denominar “ámbito judicial”, compuesto
por jueces, árbitros, mediadores, fiscales, etc. Es el subsistema que se activa a partir de los
conflictos jurídicos. Existe una enorme cantidad de recursos que se estructuran para
resolver los conflictos, sean estos entre particulares o entre el Estado y los individuos.
Con sus propias reglas de funcionamiento, son los encargados de aplicar las normas y
establecer las consecuencias de la falta de adecuación a ellas de las conductas.
Desde una perspectiva ingenua suele creerse que los jueces solamente aplican las normas.
Entonces, a partir de una norma vigente del tipo: “Si… entonces…”, se trataría de verificar
si se ha cumplido la condición o las condiciones para ordenar que se ejecute la
consecuencia.
b) Las reglas hacen referencia a realidades que pueden ser muy confusas. Un
concepto puede ser muy difícil de identificar, como el caso de un “arma
blanca”, que por supuesto no es una pistola pintada de blanco.
d) Las reglas siempre deben ser interpretadas. Las reglas mismas no dicen
nada, sino que dicen lo que los jueces dicen que dicen después de que se
ha escuchado a fiscales y abogados. Y la forma de interpretarlas variará
según las concepciones ideológicas que posean quienes lo hagan.
Más allá de esto, el profesional de la informática deberá pulir la metodología para llegar a
conclusiones satisfactorias, aprender a valorar conductas y a realizar sistemas o tareas
jurídicamente seguras. Y para aprender a hacerlo, como en tantas cosas, lo más
importante es la actitud, una actitud que trate de evitar resolver de manera no
profesional.