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Bautismo del Señor

Lectura: Mc 1,7-11

En aquel tiempo, proclamaba Juan:

«Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies
para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero Él los bautizará
con el Espíritu Santo».

En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir
del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre Él como una paloma; y una
voz desde el cielo dijo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en Ti tengo puesta toda mi predilección».

Meditación:

El Bautista, además de predicar un bautismo de penitencia, anunciaba la llegada del Mesías. De Él


afirma que es más poderoso y que bautiza en el Espíritu Santo. De este modo, “ocultamente, les
declaraba que éste era el Dios verdadero al decir: "Yo os bautizo en el agua, pero El os bautizará en el
Espíritu Santo". ¿Quién puede dudar, pues, que nadie además de Dios puede dar la gracia del Espíritu
Santo?” (SANTO TOMÁS DE AQUINO, Catena Aurea). “¿Qué cosa hay diferente entre el agua y el
Espíritu Santo, que era llevado sobre las aguas? El agua es misterio del hombre, pero el Espíritu es
misterio de Dios” (Ídem).

Respecto al bautismo, “el evangelista se fija sobre todo en la manifestación, por parte de la Trinidad,
de Jesús como Hijo y como Mesías. Así lo indican la voz del Padre desde los cielos y el descenso del
Espíritu… La tradición entendió el descenso del Espíritu Santo en forma de paloma como un signo de
paz y de reconciliación ofrecido por Dios a los hombres en Cristo” (SAGRADA BIBLIA tomo 5, Nuevo
Testamento, EUNSA, Pamplona, 2008, 2ª edición página 252).

“En consonancia con ese significado, la apertura de los cielos evoca el cumplimiento del deseo de
restauración definitiva que tenía el pueblo, cuando le pedía a Dios: Ojalá abrieras los cielos y bajases (Is
63,19)… como una puerta de acceso de los hombres con Dios” (Ídem).

“Por la gracia del perdón somos purificados con el sacramento del bautismo en las fuentes del amor a
Dios y al prójimo. Ascendiendo por la esperanza contemplamos los secretos celestiales con los ojos de
un corazón puro. Recibimos después al Espíritu Santo, que baja hasta aquéllos en quienes reina la
mansedumbre, la contrición, la humildad y la sencillez de corazón, y permanece en ellos con la caridad
que nunca se debilita. Y la voz del Señor desde los cielos se dirige a nosotros, amados por Dios (Mt 5,9):
"Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios", y entonces se complace en
nosotros el Padre con el Hijo y el Espíritu Santo, esto es, cuando formamos un espíritu con Dios”
(SANTO TOMÁS DE AQUINO, Catena Aurea).

 ¿Dejo a Dios que muestre su poder en mi vida, permitiéndole que transforme mi corazón con
las gracias que más necesito? ¿Soy dócil a sus inspiraciones trabajando en mi propia
conversión?

 ¿Me doy cuenta de la presencia y acción del Espíritu Santo en mi vida?

 ¿Procuro vivir en paz y reconciliado con Dios y con mis hermanos?

Oración:

Le agradecemos a Dios Padre la gracia infinita de habernos adoptado como hijos suyos en el bautismo.
Le pedimos a nuestra Madre, nos ayude a ser fieles al compromiso asumido.

Contemplación:

Centrarnos en el Corazón de Dios Padre que se complace en su Hijo. Así y todo, nos lo entrega por
amor.

Acción:

Vivir reconciliado con todos, al menos en mi interior, rezando por los que me han ofendido.

pleandrobl@gmail.com

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