Está en la página 1de 3

Una vida en victoria

Seguramente has pasado por etapas complicadas, en las que te has querido
rendir y otras en las que definitivamente lo has hecho y te has preguntado: si
Dios está conmigo por qué pareciera que en este momento no está, por qué no
lo siento, por qué me dejo solo, por qué no me ayuda, siento que estoy va de
perder y perder.

Pues bien, todo esto es resultado de que hemos intentado operar desde una
condición caída, desde una condición de pecado.

Efesios 2:1 NBLA

Y Él les dio vida a ustedes, que estaban muertos en sus delitos y


pecados.

Encontramos en la escritura que nuestra condición es de muerte y pecado, en


este contexto la palabra pecado hace referencia a un estado de fracaso, es
decir hemos intentado vivir en victoria estando en fracaso, lo que es imposible.

Por esta misma razón Dios nos hace capaces en él para que entonces ya no
tratemos de vencer o vivir en victoria desde nosotros, sino desde él.

Una vida en victoria no se trata de no equivocarse o de no fracasar en algunas


cosas, se trata de permanecer en un estado de vida victoriosa.

La vida victoriosa es una vida de paz y gozo en el Señor. Es una vida de


comunión constante con el Señor. Es una vida de victoria sobre el pecado,
tales como mal genio, criticar, irritabilidad, quejarse, falta de amor, envidia,
celos, palabras hirientes, malos pensamientos, preocuparse y ansiedad. La
vida victoriosa es una vida que glorifica al Señor, es la única clase de vida que
le glorifica ya que empezamos a entender que vencemos desde Cristo.

Es necesario que la transformación a ese estado de victoria empiece desde


nuestros pensamientos.
1 Corintios 2:16 TLA

16 Como dice la Biblia: «¿Quién sabe lo que piensa el Señor? ¿Quién


puede darle consejos?» Pero nosotros tenemos el Espíritu de Dios, y
por eso pensamos como Cristo.

Hay un momento en nuestras vidas en el que debemos darnos cuenta que


nuestros pensamientos necesitan ser mudados o cambiados. Tenemos 66,000
pensamientos diarios; el 80% de esos pensamientos son negativos y el 94%
de los pensamientos se repiten. Por esta razón, es muy importante comenzar a
cultivar los pensamientos de Cristo en nuestra mente.

Tendemos a pensar en lo malo, porque no cultivamos una mente superior en


nuestro ser. La mente tiene un espíritu; por tal razón, debemos cultivar la vida
en el espíritu para que sea ese espíritu, quien inspire nuestra manera de
pensar, cultivando así nuevos pensamientos. Al no cultivar nuevos
pensamientos nuestra derrota empezará desde muestra mente y por ende en
nuestro entorno.

Cuando nos es alumbrado Cristo inevitablemente es quitado el velo y


empezamos a ser reencontraos con un diseño poderoso que nos permite
entonces experimentar una vida en propósito.

Colosenses 3:10

10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo


creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.

En este versículo se nos está hablando de un nuevo hombre, de renovación,


del verdadero conocimiento y también que nos vamos pareciendo a quién nos
creó. La nueva creación debería tener como virtud, que cada día nuestra vida
sea más semejante a la misma vida de quién nos creó. ¿Por qué cada día en
lugar de parecernos más nos parecemos menos a nuestro Creador? No demos
por hecho algo que inevitablemente requiere desarrollo.

Necesitamos descubrir y conocer cómo funciona la nueva naturaleza. Debemos


interactuar con el poder que nos gobierna; esto provoca experiencia que nos
revela una nueva condición y nuevas capacidades.
Romanos 8:37

37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio
de aquel que nos amó.

El Señor nos hizo vencedores, aun incluso en medio de las adversidades.


Nuestra naturaleza es probada en los escenarios más complejos. Los procesos
nos hacen humildes, pero también prueban que Él es vencedor y triunfador.

Quien vive en victoria dimensiona que posee un espíritu poderoso en Dios.

2 Timoteo 1:7

7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de


amor y de dominio propio.

Una verdad que deberíamos creer, atesorar y multiplicar es el hecho de que


Dios nos dio un espíritu vencedor lleno de poder, amor y dominio.

Sigamos disponiendo nuestras vidas a la trasnformación.

También podría gustarte