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CONCRETIZACIÓN Y AMBIGÜEDAD EN MUGRE ROSA DE FERNANDA

TRÍAS A PARTIR DE LA TEORÍA DE ROMAN INGARDEN


Nota: 4.2

Por Tatiana Alméciga


Una enfermedad extraña producida por un alga en las aguas rioplatenses condena a toda la
comunidad a vivir en aislamiento total con un sistema sanitario colapsado y una producción
alimentaria poco ética e insalubre, todo esto mientras todas las relaciones interpersonales de
la protagonista se desvanecen en ese mundo que ya no es lo solía ser. Mugre Rosa, de la
uruguaya Fernanda Trías, es una distopia donde el caos del mundo exterior es reflejo de la
degradación del estado mental del personaje principal. Una narración discontinua unida
mediante una serie de conversaciones ilógicas que plantean una ruta de sentido para quien
lee. En este texto se analizaráan fragmentos de la obra a la luz del texto La obra de arte
literaria de Roman Ingarden y de este modo dar elementos que ayuden a comprender un
poco más lo que la autora propone con su obra.

Para empezar, se debe tener en claro lo que plantea Ingarden en su teoría, pues para
él la obra de arte literaria es un objeto complejamente estratificado que busca la polifonía a
través de la interacción de estos distintos estratos en el acto de lectura. Para analizar la
novela, en este texto se dará foco al estrato de los objetos proyectados, ya que en este tienen
lugar las indeterminaciones y los espacios vacíos. A lo primero que se debe prestar atención
en la novela es a la construcción de mundo que realiza la autora a partir de diálogos
ilógicos e inconexos que abren cada capítulo del libro y de los cuales no se tiene certeza de
quienes son los interlocutores.

Para Ingarden “los objetos representados en una obra son objetos derivados,
puramente intencionales, proyectados por las unidades de sentido” (Ingarden, 1998), esto
quiere decir que los elementos presentes en una obra tienen cierta configuración debido a
una intención particular por parte de quien escribe para determinar un tipo específico de
lectura, que Ingarden denominara como “lectura estética perceptiva”. Sin embargo,, en la
novela las impresiones respecto a quien está hablando en los diálogos al inicio de cada
capítulo constituyen una indeterminación en sí misma, que da pie para preguntas a quien
lee. Esta acción se puede ver como intencionada por la autora, haciendo de estos espacios
vacíos una cualidad estética destacable del libro. En el caso del diálogo que abre el tercer
capítulo de la novela:

“─ Había una vez.


─ ¿Qué?
─ Había una vez, una vez.
─ ¿Lo que nunca hubo?
─ Lo que nunca más”. (Trías, 2021)
Se pueden señalar algunos elementos que permiten la aplicación de la teoría de
Ingarden en el texto. El primero es la omisión de los nombres de los personajes que
intervienen en la conversación; así mismo, se puede identificar el tono irónico o burlesco
del texto debido al juego de palabras “había una vez, una vez” o al leer la respuesta con la
que cierra la conversación. En este caso, el texto muestra una indeterminación a partir de la
omisión de información relevante para la construcción de un texto tradicional, puesto que
no hay un personaje al cual poner estas palabras en su boca. Este elemento irrumpe en el
flujo de lectura y establece nuevas posibilidades de sentido, a este proceso Ingarden lo
llama concretización.

Más adelante en la novela, en el capítulo trece, hay una conversación entre la


protagonista y su exesposo, Max, la cual tiene el mismo tono irónico e ilógico de las
conversaciones que abren cada capítulo:

“ ─ Pero no te preocupes ─ dijo Max ─.Vos sabés que nunca voy a salir de acá.
─ No hables así ─ dije ─, no digas esas cosas.
─ Mija, usted que es una mujer sensata, váyase mientras puede.
─ Ahí va, escúchalo a Patricio. ¿Por qué no te vas?
─ Lo mismo me pregunta mi madre.
─ Ah, ¿ves? ¡Patricio!, ¡Patricio! Tarde o temprano íbamos a descubrir que mi
suegrita y yo teníamos algo en común.
─ A mí me tienen en común.
─ Es una cruda verdad. Pero en serio, ¿por qué no te vas? Allá necesitan redactores,
alguien que maneje bien el lenguaje y os mantenga desasnados a todos.
─ Cállate, Max. Estás disparatado. ¿Qué dicen los médicos? ¿Cuánto tiempo más
van a tenerte aquí?
─ ¿Para qué quieres saber eso? Si yo salgo de aquí, lo más probables es que no
volvamos a vernos. Vení, déjate de cosas… Vení para acá y háblame un poco” (Trías,
2021)
De este modo sSe puede suponer y deducir, de manera un tanto obvia en la lectura,
que las conversaciones que dan pie a cada capítulo son entre la protagonista y su exesposo.
Sin embargo, lo importante en este caso no es establecer si la conversación es o no entre
ellos, sino entender que se trata de la ruptura una relación de dependencia dañina y, hasta
cierto grado, violenta, demostrado mediante estas conversaciones de tono irónico que rayan
en la pasivo agresividad, un elemento a tener en consideración para entender el estado
mental de la protagonista en el desenlace de la obra.

Continuando con el análisis, Mugre Rosa no solo genera indeterminaciones respecto


a quiéenes intervienen en los diálogos, sino que también respecto a la enfermedad de
Mauro, el niño al que la protagonista cuida. En la novela la primera alusión que se hace
sobre Mauro es en una conversación entre Max y la protagonista donde él pregunta "¿El
nene gordo por el que me dejaste?”, de ahí solo se sabe que es gordo, pero no se cuenta
nada más. Más adelante, cuando Mauro llega a su casa acompañado de un chófer, ella dice
“supongo que le daba curiosidad saber cuánta plata había que ofrecerle a alguien para que
aceptara hacerse cargo de un niño que no distinguía entre un dedo y una morcilla”, en este
punto la información empieza a complementarse, pero no se tiene certeza aún de la
condición de Mauro.

No es sino hasta el capítulo diecisiete que la protagonista dice “el niño está enfermo,
estuve a punto de decir, y fue ahí que me di cuenta: necesitaba justificarlo, necesitaba
convertirlo en un síndrome para aplacar el nerviosismo ajeno y, supongo, también el mío.
(…) Él sería, para siempre, el recipiente de la enfermedad”, a pesar de que en este
fragmento es explícita la condición de enfermo de Mauro, no hay ninguna explicación sobre
esta. Más adelante la reflexión que haría la narradora sería esta “la enfermedad nunca les
perteneció a quienes jamás conocieron el agujero del hambre en su propio estómago, el
llamado irrefrenable a masticar paredes, a tragar basura”, sin embargo aquí entra en juego
la ambigüedad, dando pie a lo monstruoso en el texto, pero sin llegar al terror.

Como lo explica Allyson Mackey, el texto se construye de este modo “para


involucrarse no solo con injusticias sociales y criticar modelos de producción, sino también
para señalizar un camino hacia una ética de cuidado multiespecie. A través de protagonistas
liminales que representan y desafían modelos antropocéntricos, (…) [se] demuestra una
naciente y liminal conciencia antropocénica” (Mackye, 2022). De este modo, las
indeterminaciones en cuando a la caracterización de Mauro se ven justificadas en cuanto a
las reflexiones que suscitan los pocos detalles sobre su condición.

La última indeterminación tomada en cuenta en este análisis es la falta de nombre en


la protagonista, pues a pesar de que la historia es narrada en primera persona y la
focalización está centrada en su experiencia de mundo, nunca se hace ninguna alusión ni a
su nombre, ni a su físico, planteando así un espacio vacío que da pie a reflexiones de orden
psicológico. A la protagonista–narradora solo se conoce mediante sus relaciones con otros,
por eso ninguna de esas relaciones es arbitraria. Max, su exesposo, es, como explica Lorena
Amaro, el recuerdo vivo de su infancia, pues al conocerse desde niños configuran una
relación, como ya se ha explicado antes, de dependencia casi violenta en donde se fuerza un
vínculo por la nostalgia de toda una vida compartida.

Por otro lado, la relación problemática entre la protagonista y su madre narcisista en


la cual se refleja una profunda incomprensión de la segunda hacia la primera, buscando así
su anulación como sujeto, como se puede evidenciar en el siguiente fragmento: “yo sé lo
que ella quería: que abandonara todo, mi trabajo, mi sueño y hasta mis nervios. Que saliera
corriendo a buscarla, asustada y palpitante, habiendo comprendido por fin la importancia de
su existencia, y así ella podría sentir que las cosas estaban, otra vez, en su debido orden”.

Por último, la relación con Mauro permite conocer la faceta como cuidadora de la
protagonista y de este modo es posible entender cómo piensa y siente la narradora en las
situaciones a las que se ve inmersa con el niño. Además, la relación con la infancia no es
arbitraria, puesto que también toma sentido en cuento a sus otros dos vínculos, su exesposo,
que conoce desde la infancia, y su madre, una persona negligente con ella en su niñez; de
este modo Mauro se convierte en sujeto de reivindicación de estos vínculos.
En resumen, la novela Mugre Rosa de Fernanda Trías se constituye como una
novela polifónica a la luz de la teoría de Ingarden debido a que es una obra estratificada que
permite hacer análisis complejos de la misma. En el estrato puntual de los objetos
proyectados, la obra juega con ocultar y revelar información en la lectura, dinamizando así
el relato. Además se concretizan esos lugares indeterminados en reflexiones suscitadas por
el mismo texto muy diversas, apelando a una lectura activa de la obra donde se articulan
varias discusiones alrededor de la niñez, las relaciones amorosas, la relación con la madre,
la enfermedad, el sistema de salud, la producción alimentaria, el medio ambiente y el
encierro. Del mismo modo, esta obra demanda de una lectura activa por parte de lo que
Ingarden llama un “lector esteta” que consiga articular los datos insinuados de manera sutil
en la obra, con reflexiones y discusiones más amplias en otros contextos.

Bibliografía

Amaro., L. (2021). Infancias monstruosas: Debimos ser felices, de Rafaela Lahore, y


Mugre rosa, de Fernanda Trías. Mistral: Journal of Latin American Women’s
Intellectual & Cultural History 1, 20-34.
Ingarden, R. (1998). EL estrato de los objetos representados . En R. Ingarden, La obra de
arte literaria (págs. 269 - 291). Ciudad de México : Aguilar, Altea, Taurus,
Alfaguara .
Mackye, A. (2022). Aguas ambiguas: encarnando una conciencia antropocénica a través del
ecogótico rioplatense. Revista CS, 36, 247-287.
Trías, F. (2021). Mugre Rosa. Bogotá: Penguin Random House.

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