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Luisa Picarreta
PRIMERA HORA
Oh dulce Mamá, después de haber girado y vuelto a girar para pedir a la Trinidad
Sacrosanta, a los ángeles, a todas las criaturas, a la luz del sol, al perfume de las flores, a las
olas del mar, a cada soplo de viento, a cada llama de fuego, a cada hoja que se mueve, al
centellear de las estrellas, a cada movimiento de la naturaleza un “te bendigo”, vengo a Ti y
uno mis bendiciones a las tuyas.
Dulce Mamá mía, veo que recibes consuelo y alivio por esto, y ofreces a Jesús todas
mis bendiciones en reparación de las blasfemias y maldiciones que Él recibe de las
criaturas.
Pero mientras te ofrezco todo, oigo tu voz temblorosa que dice: “Hijo, bendíceme
también a Mí.”
Oh dulce amor mío, Jesús, bendíceme también a mí junto con tu Mamá, bendice mis
pensamientos, mi corazón, mis manos, mis obras, mis pasos, y junto con tu Mamá bendice
a todas las criaturas.
Oh Madre mía, al mirar el rostro del adolorido Jesús, pálido, triste, desgarrador, se
despierta en Ti el recuerdo de los dolores que dentro de poco Él deberá sufrir. Adivinas su
rostro cubierto de salivazos y lo bendices, la cabeza traspasada por las espinas, los ojos
vendados, el cuerpo desgarrado por los azotes, las manos y los pies traspasados por los
clavos, y adonde quiera que Él está a punto de ir, Tú lo sigues con tus bendiciones, y junto
contigo lo sigo también yo. Cuando Jesús sea golpeado por los azotes, coronado de espinas,
abofeteado, traspasado por los clavos, dondequiera encontrará junto a tu “te bendigo”, el
mío.
Oh, Jesús, oh Madre, os compadezco; inmenso es vuestro dolor en estos últimos
momentos, el corazón de uno parece que arranque el corazón del otro. Oh Madre arranca
mi corazón de la tierra y átalo fuerte a Jesús, a fin de que estrechado a Él pueda tomar parte
de tus dolores, y mientras os estrecháis, os abrazáis, os dirigís las últimas miradas, los
últimos besos, estando yo en medio de vuestros dos corazones pueda recibir vuestros
últimos besos, vuestros últimos abrazos. ¿No veis que yo no puedo estar sin Vosotros, no
obstante mi miseria y mi frialdad?
Jesús, Mamá, tenedme estrechada a Vosotros, denme vuestro amor, vuestro Querer,
saetead mi pobre corazón, estrechadme entre vuestros brazos, y junto contigo, oh dulce
Madre, quiero seguir paso a paso al adorado Jesús con la intención de darle consuelo,
alivio, amor y reparación por todos.
Oh Jesús, junto a tu Mamá te beso el pie izquierdo suplicándote que quieras
perdonarme a mí y a todas las criaturas por cuantas veces no hemos caminado hacia Dios.
Beso tu pie derecho, perdóname a mí y a todos por cuantas veces no hemos seguido
la perfección que Tú querías de nosotros.
Te beso la mano izquierda pidiéndote nos comuniques tu pureza.
Beso tu mano derecha, bendíceme todos mis latidos, pensamientos, afectos, a fin de
que validados por tu bendición todos se santifiquen, y junto conmigo bendice también a
todas las criaturas, y sella la salvación de sus almas con tu bendición.
Oh Jesús, junto a tu Mamá te abrazo, y besándote el corazón te ruego que pongas en
medio de vuestros dos corazones el mío, a fin de que se alimente continuamente de vuestros
amores, de vuestros dolores, de vuestros mismos afectos, deseos y de vuestra misma Vida.
Así sea.
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SEGUNDA HORA