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Escuela de Teología Santo Tomas de Aquino

Parroquia Don Bosco – San Félix


Catecismo de la Iglesia Católica

Educación Cristiana en la familia venezolana

Aunque muchas personas consideran el educar a los niños en el hogar relativamente como algo
nuevo, la educación cristiana en el hogar ha estado presente desde los primeros tiempos y es lo que forma
la primera base para la introducción o el conocimiento de Dios. La familia es la unidad básica de la
sociedad y es en este entorno donde se construyen los cimientos de la educación y los valores morales
que se inculcan en los niños. Las familias cristianas, en particular, tienen una gran responsabilidad en la
formación y educación de los niños para que puedan crecer con un fuerte sentido de la moralidad, el amor
y la compasión. Los principios y valores cristianos se basan en la fe, la humildad, la honestidad, la
bondad, el perdón, la paciencia, la gratitud, la responsabilidad y el amor. En una familia cristiana, estos
valores se inculcan desde temprana edad a través de la oración, la lectura de la Biblia y la asistencia
regular a la iglesia. La familia cristiana también es un lugar donde se fomenta el amor y el respeto hacia
los demás, la empatía y la compasión.

Es importante destacar que en la actualidad esta cultura o tradición de educación cristiana se está
haciendo cada vez más difícil, debido al enfoque que se está presentando en el secularismo actual, el cual
está haciendo un lado a Dios para vivir por los placeres del ser humano y a la cual la familia y la iglesia
no están ajenos. En la realidad que se presenta en el mundo, y en específico en nuestro país la cultura de
acompañamiento se está viendo afectada por las necesidades básicas de las personas y por tanto los
responsables directos (madre o padre), se encuentran fuera de casa o alejados de comunicar y enseñar lo
más esencia de Dios que es reconocerlo como padre ante sus hijos.

Desde la iluminación de la palabra de Dios, en Proverbios 22, 1-9:


“Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación.
El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los ha creado el Señor. El prudente ve el peligro y lo
evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias. Recompensa de la humildad y del temor del
Señor son las riquezas, la honra y la vida. Espinas y trampas hay en la senda de los impíos, pero el que
cuida su vida se aleja de ellas. Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.
Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores. El que siembra
maldad cosecha desgracias; el Señor lo destruirá con el cetro de su ira.”

Es natural que en la crianza de los hijos se quiera preparar a cada uno de manera similar. Este
pasaje bíblico denota que los padres deben discernir los puntos fuertes especiales e individuales que Dios
le ha dado a cada uno de ellos. A su vez que no se debe condonar ni excusar la terquedad, cada niño tiene
una inclinación natural que los padres pueden desarrollar. Al hablar con maestros, otros padres y abuelos
seremos más capaces de discernir y desarrollar las capacidades de cada hijo. Muchos padres quieren
tomar todas las decisiones por sus hijos, pero esto los daña a la larga y esto se puede evitar solo inculcando
valores que les permita decidir por ellos pero que todo agrade a Dios. Cuando los padres enseñan a sus
hijos a tomar decisiones, no tienen que cuidar cada paso que estos den. Los padres saben que
permanecerán en el buen camino porque ellos solos lo han decidido. Prepare a sus hijos para que escojan
el camino correcto.

Desde la iluminación de la palabra de Dios, en Efesios 6, 1-6:


“Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor porque esto es lo justo, ya que el primer mandamiento que
contiene una promesa es este: Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga
vida en la tierra. Padres, no irriten a sus hijos; al contrario, edúquenlos, corrigiéndolos y
aconsejándolos, según el espíritu del Señor.”

Desde los deberes de los hijos y el papel fundamental que tienen los padres en la educación se
puede forjar actitudes de respeto y de cercanía a Dios, este paje afirma no solo la obligación de criar
sino enseñar la disciplina e instrucción de Señor. La familia es la mejor institución educativa, no hay
nada que sustituya para aprender sobre Dios y sus planes, la familia es la base de la educación cristiana.

La responsabilidad de los padres y representantes es la primera base, sin embargo, la iglesia y


sus miembros activos tienen participación de esta educación desde el acompañamiento a la familia, y
reforzar o enseñar la instrucción de los sacramentos e ir desarrollando el espíritu de compromiso de ser
un cristiano y ejemplo de Jesucristo, desde la catequesis, encuentros formativos y experiencias de vidas
acompañadas a una vivencia en familia.

Dentro de los puntos para ir reforzando la educación cristiana se debe reforzar desde la familia:
 Tiempos de oración común
 La comida y los vestidos son importantes, sin embargo, el acompañamiento y tiempo a
los miembros destaca importancia fundamental.
 Los momentos de compartir en familia permite el desarrollo el desarrollo de la
confianza y por ende la escucha.
 Colocar a Dios como centro de la vida del hogar, hará que por tradición y luego por
experiencia propia sean más cercanos a Él.

La vivencia y el acompañamiento de los miembros de la familia, tiene responsabilidad en la


iglesia local donde la doctrina y el congregarse nos hace más cercano, lo que debe llamar a lo siguiente:
 Velar por el acompañamiento de los fieles encargados de los ministerios (pastoral
familiar, catequesis de adultos, catequesis de niños y jóvenes).
 Catequesis de adultos velar por preparar u orientar los temas hacia la familia con más
frecuencia, desde la experiencia de vida se aviva nuestra fe y esta debe ser compartida.
 Invitación de la pastoral familiar a preparación de talleres y convivencias no solo
orientado a los adultos, sino que también los miembros en general tengan participación.

Se puede concluir que la educación cristiana se complementa y crece en la iglesia, pero depende de una
base fundamenta, la familia.
 La familia provee ambiente de grupo pequeño. En ella se da la oportunidad de conocerse
plenamente y se da el mayor nivel de convivencia.
 En la familia aprendemos a dar y a recibir. En ella aprendemos a compartir y velar por las
necesidades de otros.
 En la familia aprendemos valores espirituales. Cuando crecemos nuestros valores los adquirimos
en la familia, no en la escuela o iglesia. Los padres tienen más influencia con sus hijos que
cualquier otra persona.
 En la familia experimentamos afecto positivo incondicional. Es en ella que aprendemos a amar y
a ser amados por ser quien somos y no por lo que hacemos.
 Los niños aprenden mejor a través del ejemplo. Los niños imitan a sus padres y a los que los
rodean y desean ser como ellos. Los hechos hablan más fuerte que las palabras y los ejemplos
arrastran mientras que las palabras sólo pueden mover.
 La familia determina inicialmente cómo percibimos a Dios. Dios se revela a nosotros como Padre
y la familia influencia nuestra apreciación de Dios desde temprana edad.

Antonio Rojas
Christian Marcano
Alexander Malavé

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