Escaneado con CamScannerMITOS GRIEGOS LA ERA DEL ORIGEN Y¥ LOS DIOSES VIO) UBBEL ORIGEN Sucedié mucho antes de que lo cantaran los aedos y que los hombres poblaran las tierras de Grecia. Mucho antes incluso de que los héroes forjaran sus hazafias y los dioses del Olimpo fue- ran hacedores 0 testigos de luchas y prodigios. Porque esto ocu- rrid en un principio cuando solo existfa una pura oscuridad, un vacfo, una nada... El Caos lo llamaron més tarde sabios y poe- tas, y dijeron que fue ese Caos quien engendré a Erebo, con su insondable oscuridad, y ademés a la negra Noche. Y que, enre- dados entre esas tinieblas, nacieron luego el Dia y Eter, el aire luminoso de las alturas. Y fue de aquel Caos primordial de donde surgié también la Madre Tierra. Ancho era su pecho. Tan ancho que Gea —ese fue su nombre— dio a luz a Urano, el cielo estrellado, para que este la contuviese. Fue él quien, desde lo alto, la miré con ter- nura y derramé Iluvia sobre las profundas y ocultas grietas de su madre, y asf se formaron los rfos, los lagos, los mares... Aquella 13 Escaneado con CamScannerlluvia primera fue tan fértil que la Madre Tierra pudo concebir las hierbas y las flores, los arbustos y los drboles. Y después Cred alos animales, desde el mds pequefio hasta el més poderoso, Pero ocurtié que Gea y Urano se unieron como esposos. y de esa unién nacieron ellos: primero, los Hecaténquiros, gigan- tes de cien manos cuyos nombres no deben pronunciarse; des. pués, los brutales Ciclopes, de un solo ojo; por ultimo, los doce Titanes. Monstruosos, violentos, temibles... Era tanta su fuer- za que el propio Urano decidié encerrarlos en los profundos y tenebrosos abismos del Tértaro. Jamds hubieran podido escapar de ese inframundo sin la ayuda de Gea. Incapaz de olvidar lo que Urano les habia hecho a sus hijos, la Madre Tierra conven- cié a los Titanes de que se sublevaran. Fue Crono, el menor de ellos, el que encabezé la rebelién. Armado con una hoz que le dio su madre, el joven titan vencié a Urano. No tuvo piedad. Le quits la vida a su padre después de mutilarlo en su hombria y derramar su simiente al mar. Tal vez fue en ese ultimo momento cuando Urano profetizé a Crono que él también morirfa a manos de uno de sus hijos. “Sangre de tu sangre”, fue quizds lo que dijo, mientras tres gotas de la suya cafan sobre la Tierra y daban origen a las tres Erinias, furias vengadoras que, de ah{ en mds, castigarfan los crimenes como aquel, en el que se asesinaba a alguien de la propia familia. Los Titanes liberaron entonces al resto de sus hermanos y proclamaron a Crono su soberano tinico y absoluto. Pero este —sangre de su sangre— era tan cruel y tan déspota como aquel al que acababa de arrancar la vida. Por eso condené nuevamen- te al infernal destierro a los Ciclopes y alos gigantes de cien manos. Y luego decidié destruir a sus hijos. Escaneado con CamScannerMITOS GRIEGOs DE LOS DIOSES Y LOS MORTALES HISTORIAS DE AMOR, METAMORFOSIS Y CASTIGOPROMETEO Y PANDORA Dicen algunos que los seres humanos también son hijos de la Madre Tierra. Que ella los creé como lo mejor de su vientre y que vivieron bajo el reinado de Crono un tiempo de dicha, sin nada que empafiara esa felicidad, sin preocupacién alguna, sin obligaciones... No existia para ellos la muerte ni la enfermedad ni la vejez, y no sabfan de trabajos ni afanes porque se alimen- taban de frutos silvestres y granos, de la miel que goteaba ince- sante de los Arboles o de la leche de cabras y ovejas. Pero para muchos fue Prometeo quien modelé con arcilla htimeda a aquellos seres semejantes a los dioses, criacuras frigi- lesa las que Eros les infundié con su soplo el espiritu de la vida. Hl titén Prometeo, hijo de Jépeto, hermano de Epimeteo y Atlante, era el mds sabio de su estirpe. Supo prever el resultado dela tebelién contra Crono y decidid pelear del lado de = Convencer a Epimeteo de que lo siguiera, aunque n° ae ‘acer lo mismo con Atlante, que pagé bien caro su error. Escaneado con CamScanneriosa Atenea le ensefid los enigmas de las artes y iad ; ; La propia ¢ 6a la humanidad. Bajo su Protec. as ciencias, que é transmit ombres conocieron : ; vstronom(a, la medicina y la arquitectura, Ta navegacién y |g alte Y fue Prometeo quien llegé a interceder en fayor de ellos cuando la ira de Zeus intentdé exterminarlos. Pero entonces algo ocurrid. Dicen que fue en Sicién, al norte del Peloponeso, donde Zeus y Prometeo se encontraron. Iba a ofrecerse un toro en sacrificio, y debfan decidir qué parte serfa para los dioses y cual, para los humanos. Tal vez Prometeo quiso fayo- recer una vez mds a los hombres. Tal vez solo quiso burlarse del rey del Olimpo. Lo cierto es que fue él quien desollé al animal y corté la piel en dos. Con una envolvié los huesos y la grasa inservible. Con la otra, la carne magra y sabrosa, que cubrié, sin embargo, con visceras y entrafias, para darle un aspecto desagradable y poco tentador. Puso ambas frente a Zeus y le pidié que eligiera. —Esta —sefialé el dios, sin saber que escogfa aquello que era intitil para comer y que desde entonces serfa la tinica oftenda que los dioses recibirfan de los hombres, Zeus no perdoné el engafio. —Comerén carne cruda —pgrité furioso y privé a la raza humana del fuego, Frias eran las noches sin sus llamas. Frfas y oscuras, Tan frfas exe ue la Penumbra, las fieras acechaban a los hom- ‘ Podfan siquiera cocinar su comida. Prometeo | . . a 08 vela suftir, por lo que, una vez mas, acudié en —Atenea, a que Promet lost y dominaron las matemAticas y |g cidn, los h Oa entrar al Olimpo —suplics, y ella accedié © s¢ escabullera en la motada de los dioses. “er Escaneado con CamScannerAllt, el util robé una chispa del fuego del carro de Helios, el sol. La llevé oculta dentro de una cafia y se la obsequié a la humanidad. Terrible fue esta vez la venganza de Zeus cuando se enterd, Mand6 encadenar a Prometeo en las heladas y solitarias alturas de una montafia del Céucaso y envié allf a un buitre para que le devorase el higado. No habfa fin para su dolor, porque cada noche, el higado crecfa de nuevo, y el ave, voraz e impiadosa, volvia a comerlo. Sin embargo, Zeus no se conformé con este eterno castigo € increpé a Prometeo: —Te alegras por haber robado el fuego, pero grandes dolo- res sobrevendrén para los hombres venideros. Fue entonces cuando encargé a Hefesto, dios del fuego, que modelara en arcilla un cuerpo semejante al de las diosas, con delicada figura de doncella, y ordené a los cuatro vientos que le infundieran vida. Asf fue creada la primera mujer, la mujer més hermosa vista jamd4s por ojos humanos: Pandora. Tal fue su nombre, que significaba /a que recibe todos los regalos, porque todos los dioses le otorgaron dones y encantos tinicos como la gracia, el encanto, la persuasién... Bella entre las bellas, Pandora no solo recibié virtudes. Hera la volvid curiosa, y Hermes le otorgé astucia, sf, pero también cinismo y maldad. Zeus envié a Pandora como un regalo para el hermano de Prometeo, Epimeteo. Este, torpe y temeroso del castigo que el dios le habfa impuesto al titan, desoy6 la advertencia de su her- mano, “Nada aceptes que provenga de Zeus”. Epimeteo desposé a Pandora y, en la boda, recibié, misterio- 67 Escaneado con CamScannerMITOS GRIEGOS so y siniestro, otro obsequio de los dioses. Algunos cuentan qu . : le era un dnfora. Otros mencionan una caja. Fuera lo que fuera 1 estaba bien cubierta, completamente cerrada. —No la abras —le advirtieron—. Y los hombres serén fel. ces para siempre. Y ast fue por un tiempo, hasta que Pandora, incapaz de soportar la curiosidad con la que Hera le habfa envenenado el alma, pese a las mil y una advertencias de su marido, destapé aquel regalo. En forma de nube negra y pestilente, salieron de alli todos los males que los hombres hasta ese entonces desco- nocfan, todos los males que a partir de ese momento aquejan a la humanidad: Ia tristeza, la vejez, el cansancio, la enfermedad, el dolor, Ia locura, los vicios, las mds bajas pasiones, la soledad, la muerte... Asustada, Pandora colocé otra vez la tapa en su lugar, pero ya era demasiado tarde. Los males se habfan esparcido por todo el mundo, y dentro de la caja solo permanecfa la esperanza, lo tinico que les ha quedado a los seres humanos para soportar la adversidad. Escaneado con CamScanner