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I] EL NACIMIENTO DE ZEUS Y LA LUCHA CONTRA LOS TITANES Cinco fueron los hijos de Crono. Nacieron de los turbios amores que tuvo con su hermana, Rea. “Sangre de tu sangre”, resonarfa en sus ofdos cada vez que Rea daba a luz a uno de sus hijos, y él los engullfa. Primero fue Hestia. Luego, Démeter y Hera. Finalmente, Hades y Poseidén. El dolor de Rea era infi- nito. E infinita también era su furia. Por eso urdié un plan para que el sexto hijo que iba a nacer no fuera devorado por Crono. Zeus \lamé Rea a ese hijo que parié en soledad y en plena noche, amparada por la brumosa oscuridad de un monte de la Arcadia, donde no se proyectan sombras de criatura alguna. Rea bafié al bebé en las aguas del rfo, lo abrazé contra su pecho y se despidié de él con lagrimas, pero con firmeza. Porque solo de ese modo podria salvarlo. Dicen que Rea pidié ayuda a la pro- pia Gea, y que fue la Madre Tierra la que Ilevé al nifio recién nacido a Creta y lo oculté en una cueva. Alllf lo criaron las nin- 15 Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS fas Io y Adrastea, que lo alimentaron con miel, y Amaltea, mita, d mitad cabra, que lo amamanté junto con Pan, su herma. ‘0. El pequefio Zeus era mecido en una cuna dorada | para que Crono no hallara rastro de ¢| ni tampoco en el mar. Velaban sy mujer, no adoptiv que colgaba de un arbol ni en la tierra ni en el cielo, suefio los curetes, guerreros que golpeaban sus lanzas contra los escudos si el pequefio lloraba, para amortiguar el sonido y evi- tar as{ que Crono lo escuchara. Y es que Rea lo habfa engafiado, st, y le habfa entregado una piedra envuelta en ropas de bebé, que Crono devoré creyendo que era su hijo. Pero el ardid no habfa bastado. “Sangre de tu sangre”, murmuraba el viento, que le trafa a Crono rumores de que su hijo segufa vivo. No pudo hallarlo, sin embargo, hasta que fue demasiado tarde. Mientras tanto, Zeus crecié rodeado del amor de las ninfas, amor que nunca olvidarfa. —Pondré tu imagen en el cielo, entre las estrellas —le pro- metié a Amaltea, su nodriza. Y fue asi como, més tarde, tras una conjuncién de astros, las estrellas dibujaron la figura de la ninfa que se conoce como la constelacién de Capricornio. Pero antes de eso, Zeus tuvo que librar otras batallas. Fuerte y aguerrido, el joven dios llegé a la edad en la que los hombres enfrentan su destino dispuesto a vengarse de su padre. Regresé sigiloso al que debié haber sido su hogar y se reencontré con Rea, Fue ella quien, después de abrazarlo, le proporcioné la pécima que Zeus dio de beber a Crono. Este no distinguié. entre las mieles del brebaje, el sab sae . » ' sabor ponzofioso que poco des- pués le retorcié las entrafias y | od : ; as y lo obligé a vomitar a los hij habfa comido: Hestia, Hera, Dé ijos que » Demeter, Hades y Poseidén... Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO Todos sanos y salvos, y dispuestos a seguir a su hermano Zeus en lo que se avecinaba, “Sangre de mi sangre”, debe de haber pensado Crono al devolver finalmente aquella piedra envuelta en lienzos de nifio que habfa crefdo que era su hijo y al comprender que se cum- plfa el yaticinio de Urano. Diez afios duré aquella guerra que libraron los inmortales. Demasiado viejo para enfrentar la lucha, Crono delegé el mando en su sobrino Atlante. Gigantesco y pavoroso, Atlante habfa gobernado un reino que se extendfa més alld de las columnas de Heracles, un reino que se alzaba sobre los fondos marinos y estaba lejos de toda tierra conocida, un reino que se hundié para siempre en la nostalgia y en las aguas, un reino lla- mado Adéntida. A pesar de las advertencias de su hermano Prometeo, Atlante capitaned a aquellos titanes que se oponfan a Zeus. Pero el joven dios no solo contaba con el apoyo de sus hermanos y de su madre, sino también con el de otros aliados: Océano; Mnemésine, la Memoria; Temis, la Justicia; la temible Estigia y sus hijos Cratos, Bfo, Zelo y, sobre todo, Niké, la Victoria... En esos diez afios el mundo temblé y se estremecid, y nada presagiaba el final de la contienda entre los partidarios de Crono, atrincherados en el monte Ortis, y los de Zeus, cuyo bastién se hallaba en el monte Olimpo. Y tal vez habrfa sido interminable aquella guerra si Gea no hubiera intervenido en favor de su nieto: —Libera a los Ciclopes y a los gigantes de cien manos, que siguen prisioneros en el T4rtaro —le dijo—. Su odio serd tu aliado. Y asf se cumpliré el ordculo, y obtendrés el triunfo. Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS “Sangre de tw sangre”, habré mascullado Crono al ver alos Hecaténquiros y & los Cfclopes retornar del mando de Pesadi. lla al que los habia condenado y unitse a las filas de su hijo, Maestros herreros, los Cfclopes forjaron armas que nunc, antes se habjan visto. A Hades le otorgaron un yelmo con ¢| que podia volverse invisible. A Poseidén, un tridente. Y a Zeus, un rayo con el que se volverfa poderoso, letal, invencible..., Nada pudieron ya hacer sus enemigos contra ellos. Gracias a su casco, Hades logré escabullirse en la propia morada de Crono para robarle sus armas, mientras Poseidén enarbolaba el tridente para distraerlo, Nadie se dio cuenta de que era Zeus el verdadero peligro. Su rayo surcé el cielo, certero y mortifero, y Crono fue abatido. “Sangre de mi sangre”, habré murmurado Crono, mientras el mundo se volvfa fuego y exterminio con la Iluvia de piedras lanzadas por los cien brazos de los Hecaténquiros. Derrotados y maltrechos, Crono y los Titanes fueron deste- rrados al Tértaro, para padecer asf el mismo. exilio que otros habfan sufrido Por su causa. ron en Hegar hasta allf, y allf tes de cien manos, luz del sol. Fue Nueve dfas y nueve noches tarda- siguen, custodiados por los gigan- Para que nunca mds puedan volver a ver la Adante el tinico que te, Y desde entonces sostiene espalda, condenado recibié un castigo diferen- el cielo sobre sus hombros y su a soportar para s Ast fue el fin de la era de Crono yd les. ¥ comenzd un tiem, evo: i eden Oh Po nuevo: el del reinado de Zeus y de mpre su peso infinito. te los dioses primordia- Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS |e Sw a DE LOS DIOSES DEL OLIMPO U1 ZEUS, HERA Y LOS DIOSES DEL OLIMPO Victoriosos, Zeus y sus hermanos se repartieron el universo. Poseidén reind desde entonces sobre los mares. Hades goberné el Iébrego mundo subterrdneo. Zeus sefiored en el cielo. Su morada era el monte Olimpo, bafiado por la eterna luz. Alli convivia con los otros dioses: Hera, Hestia, Afrodita, Démeter; y con sus propios hijos: Atenea, Apolo, Artemisa, Ares, Hermes y Hefesto. Doce eran los principales dioses ol{mpicos que pasa- ban el tiempo danzando y disfrutando de la vida. Bellos ¢ inmortales gracias a que se alimentaban con ambrosfa y bebfan néctar, se parecfan, sin embargo, a los humanos. Porque se ena- moraban, sentfan celos, se peleaban, se ofend{fan... Zeus era el rey entre los dioses. Imponente y magnifico, y caprichoso y voluble a la vez, podfa enviar a la Tierra la lluvia o el granizo, la nieve o el rayo, el trueno o la tempestad. Su justi- cia era, sin embargo, admirable. Por eso lo invocaban los hom- bres y le suplicaban su proteccién. Y por eso también acudfan a 21 Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS para que, con su juicio infalible, solucionara los otros dioses, ¢ sus diferencias. sus conflictos y zanjara Zeus eta enamoradizo, y la mayorfa de sus amores fucron turbulentos. Dicen que uno de ellos, tal vez el primero, fue ¢| que sintié por Metis, la hija de Océano, que adopté una y mil formas para escapar del acoso del dios, que la perseguia incan- sable y dvido de poseerla. Cuando al fin la hizo suya, el ordculo vaticind que la ocednide parirfa una hija y, més tarde, un varén, Y que ese hijo destronarfa a Zeus as{ como él habia destronado a Crono, y este, a SU Vez, a Urano. Por eso, el rey de los dioses no dudé en devorar a Metis. Muchos fueron los amores de Zeus: Io y Europa, Leda y Dénae, Démeter y Mnemésime, Temis y Alcmena... Con todas tuvo hijos. Frutos de sus amores fueron las cuatro estaciones; las tres Parcas, que hilaban o cortaban el hilo de la vida de los seres humanos; las Gracias; las nueve Musas; los héroes Perseo y Heracles... Sin embargo, entre tantas amantes y tanta descen- dencia, la tinica que reiné siempre a su lado en el cielo, la que soportaba sus infidelidades, la esposa legitima fue solo una: Hera. Hermanos de sangre, la diosa habfa luchado a su lado contra los Titanes. Luego de destronar a Crono, Zeus intenté en vano conquistarla. Ella se resistié hasta que, cierto dia, en medio de una gan tempestad, él adopt la forma de un pequefio pajaro ae in refigo asus pics, Hera, conmovida, lo protegié y le mises ae Cuando recobré su apariencia, la diosa 4 par de su abrazo encabritado. Se casaron ensegui- a, y no hubo ni habré boda mds f; oe did Todos, tanto los grandes di s fastuosa ni més espléndida. grandes dioses como las deidades menores, acU- Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO. dieron a aquellos festejos. Solo la ninfa Quelone estuvo ausen- te. Su osadfa al rechazar la invitacidn, su descaro al criticar alos novios y su comentario de que en ningtin otro sitio estarfa mds a gusto que en su hogar causaron la furia de Zeus, que la casti- go convirtiéndola en tortuga, muda y condenada para siempre a cargar con su casa a cuestas. Zeus y Hera recibieron los mds exquisitos obsequios por su casamiento, aunque sin duda el mejor fue el de Gea. La Madre Tierra les regalé un drbol con manzanas de oro, que mds tarde custodiarfan las Hespérides, en un jardin en el mism{simo monte Atlas. Hera y Zeus pasaron la noche de bodas en Samos, y hubo tanto amor aquella vez que la noche duré trescientos afios. Pero con el tiempo, las discusiones en la pareja comenzaron a ser constantes y airadas. La diosa, madre de Ares, Hefesto, Hebe y Exis, venerada en todos los hogares como protectora de las muje- tes y de los matrimonios, e invocada en los partos, sufrfa a causa de su veleidoso marido, que la engafiaba permanentemente. Sus celos incontrolables, pero justificados, la impulsaban a urdir las més complicadas intrigas contra él y a acosar sin descan- so a sus amantes. A veces las persegufa para impedirles dar a luz alos hijos bastardos, como ocurrié con Maya, madre de Hermes; ©con Leto, madre de Apolo y Artemisa. Otras veces, para casti- garlas las convertfa en animales, como sucedié con la princesa Io, a quien transformé en vaca. O como pasé con la ninfa Calisto. Bella como pocas, Calisto, que solfa a acompafiar a Artemisa en las cacerfas, desperté la pasién en Zeus, Este la sedujo con engafios y la embarazé. No tardé Hera en enterarse. Despechada Y furiosa, convirtié a Calisto en osa e hizo que la propia Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS Artemisa la matara por error. Conmovido e incapaz de olvidar a la ninfa, Zeus puso su imagen en el cielo, dibujando con las estrellas la constelacién de la Osa Mayor. Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO IV. POSEIDON Tan grande en dignidad como su hermano Zeus, aunque con menos poderfo, Poseidén fue el dios soberano del mar. Su atri- buto era el tridente forjado por los Ciclopes con el que habfa luchado contra los Titanes. Poseidén era capaz de provocar tem- pestades y maremotos, o de serenar las aguas, por lo que era venerado por los navegantes que se aventuraban en sus domi- nios y tem/an naufragar. Como el resto de los dioses, solfa frecuentar el Olimpo e integraba el consejo, aunque posefa su propio palacio bajo el mar, en el que vivia con su esposa, la nereida Anfitrite. Ella era una de las cincuenta bellas hijas del anciano Nereo, que cabal- gaban sobre las olas junto a su padre, montadas sobre delfines y caballos de mar, Fue uno de estos delfines el que logré con- vencer a Anfitrite de que aceptara a Poseidén como marido. Ella ya lo habfa rechazado y habfa hufdo de sus brazos. Tanto defendié el delfin a Poseidén, tan bien hablé de él, que 25 Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS gradecimiento, Poseidén diby- did a casarse, ¥ en a “a forma de delfin que atin hoy Anfitrite acc , la constelacién con joen dl cielo bre. ee edo segiin decfan, él mismo habia Aficionado a las carreras, que, segt ! do, en sus amplios establos Poseidén criaba magnificos y creat ballos blancos con cascos de bron- veloces corceles, como los cal ce y doradas crines que tiraban de su carro de oro, con al que surcaba las olas. Dicen que lo escoltaba un cortejo de criaturas las nereidas y los tritones, seres y divinidades marinas como : tmitad humanos, mitad peces, y que, 2 SU paso, dejaban de soplar los vientos, se apaciguaban las tormentas y se doblegaban los més temibles monstruos del mar. De cardcter dspero, irascible y pendenciero, a pesar de ser el dios del mar, Poseidén codiciaba reinos terrenales y se los dis- otros dioses. Como sucedié cuando compitié con Atenea para conseguir el dominio sobre Atenas y lo perdié porque un tribunal integrado por los otros dioses dictaminé que ella le haba dado a la ciudad un obsequio més valioso que el de 4. Ofendido, el dios levanté olas gigantescas y las envié para inundar la zona como feroz represalia. También intentd arreba- tarle la regidn de la Argdlide a la mism{sima Hera y, al no poder logralo, secé todos los rfos del reino. ‘Su ambicién desmedida lo Ilevé a confabularse con Hera y con casi todos sus compafieros del Olimpo para derrocar a Zeus. Lo sorprendicron dormido y lo encadenaron, pero Zeus se liberd con ayuda de Tetis y castigs severamente a los culpa- bles. Poseidén, junto con Apolo, fue condenado a construir las murallas de Troya. Jamds olvidé esa afrenta y descargé su ira ontra los troyanos, envidndoles calamidades puté sin éxito a cientos de veces ¢ Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO y favoreciendo a sus enemigos durante la extensa guerra en la que se enfrentaron contra los griegos. Igual que Zeus, tuvo infinidad de amorfos con diosas, ninfas y mortales, y fue innumerable también su progenie. Engendré hijos monstruosos y malvados, como el gigante Orién y el cfclo- pe Polifemo, o seres fabulosos como el caballo Pegaso, que nacié de su unién con la gorgona Medusa. Asimismo, metamorfosea- do en caballo, persiguié sin tregua a Démeter, hasta que la pose- y6. Y también se encapriché con la ninfa Escila, de delicada belleza. Tan desbordada fue esta ultima pasién, tanto el arrobo que sentfa al estar enredado entre los brazos de ella, que colmé la paciencia de la celosa Anfitrite. Cansada de las infidelidades de su esposo, envenens las aguas en las que se bafiaba Escila con hierbas misteriosas y mégicas. Pronto la ninfa vio con horror que su cuerpo se transformaba y que all{ donde antes habfa un vientre suave, surgia una piel cubierta de escamas, al mismo tiempo que, allf donde antes nacfan unas piernas torneadas, cre- cfan seis cabezas de feroces perros. Dicen que, incapaz de sopor- tar su aspecto deforme y grotesco, Escila se arrojé por el acantilado frente a las mismisimas costas de Sicilia, con la inten- cién de quitarse la vida. Pero dicen también que se qued6 allf oculta por la vergiienza y, a la vez, furiosa. Por eso se ensafiaba con los marinos que pasaban frente a ella y hacfa naufragar sus hayes estrellindolas contra las piedras, y devoraba a los que cafan al mar, como hizo con Ulises y sus compafieros cuando regresa- ban de la guerra de Troya. Tal vez todo esto sea cierto, porque atin hoy, cuando sopla el viento, suele ofrse entre las rocas un 8emido desgarrado, casi un aullido, como si Escila continuara Escaneado con CamScanner Vv ATENEA Cuentan que, luego de devorar a la ocednide Metis, duefia de todos los conocimientos, Zeus comenzé a padecer una migrafia insoportable. Terribles eran los dolores que soportaba, y més terribles atin, sus quejidos. Tales eran los gritos de Zeus que pedfa que lo libraran de tamafia agonfa que el dios Hermes acu- dié en su ayuda. Enseguida comprendiéd Hermes lo que ocurria y llamé a Hefesto, dios del fuego, para que, con su martillo y su cincel, abriera una grieta en la cabeza de Zeus. Ast se hizo, y de esa hendedura nacié Atenea, Porque la diosa guerrera no fue dada a luz por madre alguna. Hija de Zeus, nacid ya totalmen- te armada, con casco, lanza y escudo, Fue enseguida la predilec- ta de su padre, quien le permitfa usar su rayo como arma. Atenea, que ocupé un lugar en el consejo de los dioses, sabla rine su bravura con su inteligencia, por eso fue diosa tanto ne guerra como de la sabidurfa. Nunca porté armas en tiem- Paz y cientos de veces favorecié con sus recomendacio- Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO, nes a los héroes Persco, Jasén, Belerofonte, Heracles, Ulises..., para que lograran su cometido sin intitiles derramamientos de sangre. Creativa como pocas, inventé instrumentos musicales como la flauta y la tompeta, utensilios para trabajar la tierra, objetos de alfarerfa, el carro, el barco... Fue ella la primera que ensefié los numeros y compartié con las mujeres los secretos del arte de cocinar, hilar y tejer. Dicen que fue esa la causa de su disputa con Aracne, la princesa de Lidia, tan famosa por sus tintes de color purpura como por su destreza con el tejido. Se cuenta que Aracne se atrevié a competir con Atenea en cuanto a habilidad y que, cierta vez, cuando le mostré a la diosa un tapiz en el que reproducia amorfos entre los dioses, Atenea buscé algiin fallo, un defecto, un error en el lienzo, y, al no encontrarlo, se enfu- recié y convirtid a Aracne en el insecto que mds odiaba: la arafia, que desde entonces teje y teje frenética su tela perfecta, sin equi- vocarse jamds. : También conocida como Palas Atenea, dicen que la diosa adopté ese primer nombre para honrar a su mejor amiga y her- mana adoptiva, hija del dios Tritén, que llevaba el mismo nom- bre y que Atenea maté por accidente cuando ambas practicaban con la lanza. Pero también dicen que asf la llamaban porque Palas significa ‘doncella’, y aunque dioses, titanes y gigantes se habrfan casado con ella de buena gana, Atenea eligié ser virgen ya todos rechazé, incluso a Hefesto, que la amaba con locura y Que cierta vez intenté, sin éxito, poseerla a la fuerza. Atenea protegié a los jévenes guerreros, a los artesanos, a los Poctas, a los filésofos... Y bajo su proteccién también estuvo la ciudad que, mds tarde y en su honor, se llamé Atenas. Se la Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS disputé a Poseidén, que codiciaba con ansias los reinos terres. tres, y ambos habrfan llegado a enfrentarse si Zeus no hubiera intervenido convocando al tribunal de los otros dioses para que actuaran como arbitros. ' “Aquel que ofrezca a la ciudad el mejor regalo tendré dere- chos sobre ella”, fue lo que se acordé. Poseidén clavé entonces su tridente en la mismisima colina de la Acrépolis e hizo brotar enseguida un pozo de agua salada que atin hoy puede verse; un pozo en el que, cuando sopla el viento del sur, se oye cadencioso y remoto el murmullo del mar. Atenea, en cambio, golpeé la tierra con su lanza e hizo nacer en aquel suelo yermo el primer olivo cargado de frutos, un drbol que tanto bien dispensé a los hombres de aquellas tierras. Por eso ella fue la ganadora, y en su honor la ciudad adopté su nom- bre y erigié el Partenén, un santuario para venerarla alli, en lo mds alto de la Acrépolis. Escaneado con CamScanner VI AFRODITA Bella entre las bellas, Afrodita nacié de la blanquisima espu- ma que se formé cuando Crono mutild en su hombrfa a Urano y su simiente cayé al mar. Desnuda, montada sobre una caraco- la marina, Afrodita llegé a la orilla de la isla de Chipre. Alli, las Estaciones, hijas de Temis y de Zeus, la vistieron y la engalana- ron con joyas. Perfecta, radiante, escultural.... Nadie ni en la Tierra ni el Olimpo podfa igualar a la diosa del amor y de la her- mosura, que tenfa el don de encender la mas poderosa de todas las fuerzas primordiales, la que desata el deseo y despierta la pasidn erdtica. Seductora y temible, a sus antojos se hallaban sometidos todos los seres vivos, desde los inmortales hasta los frégiles humanos, Afrodita cefifa siempre su talle con un cintu- rén mdgico que otras diosas codiciaban, pero que raras veces Prestaba, porque tenfa el secreto poder de lograr que todos se enamoraran de su portadora. Ella, que habria podido clegir entre cientos de candidatos divi- Escaneado con CamScanner MIT UNG) nos o mortales, fue, sin embargo, obligada por Zeus a contracy matrimonio con el més feo de todos: Hefesto. Aftodita acepté ¢| mandato de Zeus de casarse con el dios rengo, que trabajaba hdbilmente en la fragua, pero entregé su corazén y sus favores a otros. Ares, el pendenciero e impetuoso dios de la guerra, fue uno de ellos. Ambos se citaban a escondidas y se amaban en secreto. Hefesto ignoraba el engafio de su esposa, hasta que, cierta noche, los amantes permanecieron enredados en sus caricias mds tiempo que de costumbre. Helios los descubrié en cuanto se desperté y fue a contdrselo a Hefesto. Ofendido y furioso, el dios artesano forjé a puro golpe de rencor y de martillo una fina red de bronce, tan delicada y suave como un hilo de telarafia, pero irrompible a la vez. La tendié en su propio lecho matrimo- nial y anuncié a su esposa que partirfa de viaje. Alli encontré atrapados a los amantes al volver. Y asf, desnudos y avergonza- dos, los exhibié frente a los otros dioses para humillarlos y hacer ptiblico su deshonor. Buscaba de este modo escarmentar a su veleidosa e inconstante esposa para que no volviera a serle infiel nunca mas. Pero no fue asf. Afrodita lo traicioné una y mil veces. Cedid ante los galantes coqueteos de Poseidén y le dio dos hijos. Yacié junto a Hermes y tuvo con él a Hermafrodito, un ser con ambos sexos. Se entregé a Dionisio y dio a luz a Priapo, un ser de enor- me fealdad, que, sin embargo, fue alabado mds tarde como dios de la fertilidad. Por otro lado, nadie sabfa con certeza quién era el padre de Eros, su hijo mds famoso, aunque muchos suponen que fue fruto de los amores ileg{timos con Ares. El nifio mima- do del Olimpo, travieso y juguetén, solfa acompafiarla y herfa 32 Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO con sus flechas a dioses y humanos por igual, segtin los desig- nios de su madre o sus propios caprichos, y los hacfa enamorar- se a veces para bien y a veces con mala fortuna. Afrodira también vivié intensas pasiones terrenales. Amé con desesperacién al rey Anquises, con quien engendré al héroe Eneas. Sin embargo, fue otro hombre, Adonis, quien la encan- dilé y le robé el corazén. Adonis era un joven cazador. Tan deslumbrante era su belle- za que Afrodita se enamoré perdidamente de él. Se convirtié en su amante y abandoné el Olimpo solo para seguirlo por mon- tes y bosques, y protegerlo de los peligros durante las cacerfas. Pero no era la tinica que amaba a Adonis. Perséfone, esposa de Hades, que reinaba en el sombrfo mundo de los muertos, tam- bién habfa cafdo prendada por el joven cazador. Dicen que fue ella la que le conté a Ares que Afrodita preferfa las caricias de un simple ser humano antes que las de él. Y dicen que fueron tan- tos los celos de Ares que se transformé en un jabalf y persiguié a Adonis mientras cazaba. Lo atacé enfurecido hasta matarlo. Adonis murié frente a Afrodita, y cada gota de su sangre se con- virtié en una anémona que Afrodita empapé con infinitas lagri- mas. El alma de Adonis descendié entonces a las Iébregas profundidades del Tértaro, junto a Perséfone. Desolada, Afrodita se presenté ante Zeus. “No dejes que Adonis se quede para siempre junto a Perséfone. Permitele estar conmigo al menos una parte del afio”, le suplicé entre sollozos. Zeus se condolié ante su peticién y accedié a que Adonis Permaneciera junto a Pers¢fone la mitad mas frfa y melancélica del afi, y que el resto de los meses fuera el compafiero de Afrodita. Por eso, cada afio, la primavera anuncia el regreso de 33 Escaneado con CamScanner al ee Vil APOLO Deslumbrante y magnifico, gufa del dorado carro de Helios, el sol, Apolo fue venerado como dios de la luz y del dia. Ely su hermana gemela, Artemisa, nacieron de lo amores ilegitimos entre Zeus y la hija de dos Titanes llamada Leto, de la que el rey de los dioses se enamoré. Transformados ambos en codor- nices, gracias al propio poder de Zeus, Leto y él pudieron amarsc lejos de miradas indiscretas y de la vigilancia de la celo- sa Hera. Sin embargo, la diosa se enteré y, cuando supo que Leto estaba encinta, envié a la temible serpiente Pitén a perse- guirla. —Que no pueda dar a luz en ningtin sitio del mundo donde brille el sol —ordené furiosa. Leto tuvo que huir montada sobre las transparentes alas del viento del sur. En ningun sitio la aceptaban por miedo a desatar la ira de la diosa Hera. El viento finalmente la condujo hasta una isla pequefia y desierta: Delos. Alf nacieron sus hijos; primero, Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO Artemisa, y nueve dfas més tarde, tras padecer Leto insoporta- bles dolores de parto, el resplandeciente Apolo. Tal vez porque enseguida Temis lo alimenté con néctar o ambrosfa, el dios crecié muy rapido, y cuentan que al cuarto dia pidié un arma. Fue el propio Hefesto quien le proporcioné el arco mds perfecto y las flechas més certeras, Con ellas, partié al pais de los Hiperbéreos, en el mism{simo fin del mundo, donde no se conocfa enfermedad alguna ni dolor ni vejez. Y al regresar dio muerte a la temible serpiente Pitén, que habia perseguido a su madre. Lo hizo junto al santuario consagrado a Gea, la Madre Tierra, en Delfos, que a partir de ese momento quedaria bajo su dominio y proteccién. Dicen que fue Pan, el viejo dios con patas de cabra, el que le revelé los secretos del arte de profetizar. Y que Apolo otorgé ese don a la pitonisa, sacerdotisa del ordculo que se hizo famoso en toda Grecia, porque hasta él acudieron de todas partes para conocer el futuro y la voluntad divina. Apolo, resplandeciente de gracia y belleza, dios oracular y luminoso, que hacfa germinar las semillas y los frutos, y trafa cada afio el calor y el verano del remoto pats de los Hiperbéreos, era también considerado el dios de la armontfa, de las letras, de las artes, de la mtisica... Rodeado por las cdrites, que derrama- ban las gracias a su paso, Apolo tafifa su lira de siete cuerdas en las fiestas y los banquetes del Olimpo y acompafiaba la danza de las nueve musas, hijas de Zeus que inspiraban a todo artista. Cuentan que cierta vez el sdtiro Marsias, que tocaba una flau- ta especial creada por Atenea, osé compararse con el dios. Apolo entonces lo desafié a una competencia. —Que las musas decidan quién es el mejor —ordené Apolo. La melodfa que ambos interpretaban era maravillosa, pero Escaneado con CamScanner puso a Marsias que tocara con el ine mento al revés, como él mismo lo hizo dando vuelta su lin que cantara al mismo tiempo, algo imposible para Marsias, a perdié la competencia y page el atrevimiento con su vida. El mds hermoso de los dioses jams toms esposa, pero tuvo, como su padre, infinitos amorfos y romances, y num a hijos. Varias ninfas despertaron su pasién, pero muchas lo recha. zaron, como ocurrié con Dafne, que huyé de sus brazos y supli- cé la ayuda de la Madre Tierra. Esta la transformé en un érbol de laurel, y para recordarla, Apolo siempre llevaba una guirnal- da hecha con hojas de esa planta. Con la musa Talia engendré a los coribantes, bailarines gue- rreros, y se dice que, de sus amores con Calfope, musa de la nacié el mas grande de todos los mtisicos de Grecia: enseguida Apolo le pro} poesia, Orfeo. Apolo también vivié intensas pasiones con mujeres mortales, como ocurrié con Coronis, a quien castigé por su infidelidad convirtiéndola en pajaro. Ella fue la madre de su hijo Asclepio, que recibié de su padre el don de sanar los cuerpos. Educado por el sabio centauro Quirén, Asclepio fue un experto en el arte de curar y de purificar contra todo mal, por lo que fue alabado como el fundador de la medicina. Dicen que Atenea misma le dio dos frascos con sangre de la gorgona Medusa, sangre 2” poderosa que, con solo una gota, podia matar a un humano 9 resucitar a los muertos. Asclepio la usé para devolver la vide Y enfadé de este modo a Hades, que presenté sus quejas ante Zeus. Este castigé a Asclepio fulmindndolo con un ray mor i: A.su vez, Apolo vengé a su hijo matando a los Ciclopes, 8 gados de fabricar los rayos de Zeus. Pero Asclepio no descen Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO alas oscuras profundidades del Tértaro. Poco después de haber- lo matado, Zeus le devolvié la vida y le otorgdé la inmortalidad, y colocé entre las estrellas su imagen, la cual sostiene la serpien- te curativa. Escaneado con CamScanner Vill ARTEMISA Asi como Helios, el sol, tiene a su contraparte Selene, la luna, as{ Apolo tenfa a su hermana gemela, Artemisa. Hija de Zeus y de Leto, Agil y activa, siempre iba armada con arco y flecha, y guiaba un carro plateado ungido por ciervos, uno de los anima- les que la simbolizaba. La seguia una jauria de feroces sabuesos que le habia regalado el dios Pan. Tal vez porque ayudé a su madre a dar a luz a su hermano y vio su padecimiento durante el parto, ya de pequefia le pidié a Zeus que le otorgara la virginidad eterna. Esto y mucho mds le concedié su padre a Artemisa, que er invocada por las parturientas al momento de dar a luz y se 6on- sideraba protectora de la naturaleza y de toda criatura inocente: recién nacidos, nifios pequefios, adolescentes, doncellas inclu- so crfas de animales, Sin embargo, esta contradictoria y bella diosa adoraba cazar y, para ello, vagaba permanentemente por florestas, arboledas, montes y rfos, acompafiada por un séquito 38 Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO de Hamadriades, ninfas de los bosques y las aguas, a las que exi- pfa la misma puteza y castidad que ella practicaba. Inflexible y letal, era temible a la hora de castigar a aquellos que la ofendian, como ocurrié con la orgullosa reina Niobe, que se jacté de ser mejor que Leto porque tenfa siete hijos y siete hijas. A todos ellos mataron sin piedad, Apolo y Artemisa, para vengar a su madre. Otra victima de su rigido cardcter fue Acteén, un cazador que la descubrié por casualidad mientras se bafiaba en un manantial. Para evitar que presumiera ante sus amigos de haber- la visto desnuda, Artemisa lo transformé en un ciervo y envidé a su jaurfa a despedazarlo. El rey griego Agamenén también conocié su furia. Listo para emprender la guerra contra Troya, la poderosa armada griega no podfa zarpar, pues Artemisa hab{a enviado vientos contrarios. Dispuesto a todo, el cruel Agamenén acepté el pedido de Artemisa de sacrificar a su propia hija, Ifigenia, para apaciguar su ira y cambiar los vientos. Sin embargo, Artemisa salvé a Ifigenia a ultimo momento. La envolvié en una nube, se la llevd y la nombré suma sacerdotisa de uno de sus templos. Artemisa se las ingenié siempre para huir de sus admirado- tes y de todos los que ansiaban poseerla. Cuentan que cierta vez el dios fluvial Alfeo se enamoré de ella y la persiguié sin éxito por toda Grecia, hasta que una noche decidié sorprenderla durante una fiesta que la diosa celebraba con sus amigas.’ Artemisa tenfa sus sospechas, y tanto ella como las jévenes desu séquito se embadurnaron la cara con barro blanco, por lo que Alfeo no pudo distinguir quién era Artemisa y se marché frus- trado entre las risas y las burlas de las muchachas. Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS Dicen que sf amé a un pastor de extraordinaria belleza lla- mado Endimién. Pero no fue Artemisa, sino Selene quien cada noche bajaba a contemplarlo mientras dormia. Conmovido por ese amor tan casto, Zeus accedié a mantener a Endimién en un suefio sereno y eterno, y Selene lo oculté en lo mds profundo del bosque, alli donde solo s sus rayos, como una caricia, podfan alcanzarlo. Escaneado con CamScanner IX ARES Hijo de Zeus y de Hera, de cardcter inestable y agresivo, Ares era el dios de la guerra. A diferencia de Atenea, que también era guerrera, pero siempre hacia primar la sabidurfa y la prudencia ante los conflictos armados, la sed de sangre de Ares era insacia- ble y disfrutaba de las matanzas, de las batallas y de los saqueos. Precedido por su hermana Eris, diosa de la discordia, que difun- dia rumores, despertaba celos y envidias y siempre provocaba conflictos para iniciar una contienda, Ares no favorecfa a nin- guna ciudad y tomaba partido por uno u otro bando segtin su _ capricho, Por ser tan cruel y violento, no era honrado entre los hom- bres ni gozaba del favor de los otros dioses, que lo odiaban, con excepcién de Eris, de Hades (que recibfa insaciable en las tinie- blas del Tértaro a los guerreros cafdos por su causa) y de Afrodita, que sentfa por él una irresistible, ilfcita y perversa Pasién. Con ella tuvo varios hijos: dos de ellos, Deimos, el 41 Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO. IX ARES Hijo de Zeus y de Hera, de cardcter inestable y agresivo, Ares erael dios de la guerra. A diferencia de Atenea, que también era guerrera, pero siempre hacia primar la sabidurfa y la prudencia ante los conflictos armados, la sed de sangre de Ares era insacia- ble y disfrutaba de las matanzas, de las batallas y de los saqueos. Precedido por su hermana Eris, diosa de la discordia, que difun- dia rumores, despertaba celos y envidias y siempre provocaba conflictos para iniciar una contienda, Ares no favorecfa a nin- guna ciudad y tomaba partido por uno u otro bando segtin su capricho, Por ser tan cruel y violento, no era honrado entre los hom- bres ni gozaba del favor de los otros dioses, que lo odiaban, con excepcidn de Eris, de Hades (que recibfa insaciable en las tinie- blas del Tértaro a los guerreros cafdos por su causa) y de Afrodita, que sentfa por ¢l una irresistible, ilfcita y perversa pasién. Con ella tuvo varios hijos: dos de ellos, Deimos, el 41 Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS terror, y Fobos, el miedo, eran compafieros inseparables de Ares, No as{ Harmonta, que, lejos de parecerse a su belicoso padre, habfa heredado el cardcter de su bella y erdtica madre, lo mismo que otro hijo que se le atribuye con la diosa del amor: Eros, No fueron estos los tinicos descendientes del combativo Ares, También eran hijas suyas las Amazonas, mujeres guerreras que montaban caballos salvajes y cortaban uno de sus pechos solo para poder utilizar mejor el arco. Ares fue el progenitor, ademés, de otros personajes funestos y de reyes sanguinarios como Didémedes, que gobernaba la salvaje comarca de Tracia y alimen- taba a sus yeguas con carne humana. Su desmesura y su viril brutalidad no le ayudaron, sin embar- go, a salir siempre victorioso en los enfrentamientos. Todo lo contrario. Muchas veces quedaba expuesto en situaciones humi- lantes, como ocurrié cuando Hefesto lo sorprendié cometien- do adulterio con la esposa de él y ambos quedaron atrapados en la red que el habil dios artesano habfa tendido en su lecho. O como sucedié cuando los hijos gigantes de Aleo lo capturaron y lo dejaron prisionero durante trece meses en una vasija de bron- ce, hasta que, ya cuando estaba medio muerto, Hermes consi- guid rescatarlo. En dos ocasiones fue vencido por Heracles y regres6 aterrado a refugiarse en el Olimpo. Y Atenea lo hirid en varias oportunidades, ya que, a pesar de su fuerza, Ares no era invulnerable. La diosa también solfa ponerlo en ridfculo, como cuando le arrojé una enorme piedra que lo golped y lo hizo huir del campo de batalla gimoteando lastimosamente de la mano de Afrodita. Ares despreciaba el tribunal de los dioses como posibilidad de resolver un litigio, pero no obstante, tuvo que comparecer 42 Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO ante ¢l acusado de asesinar a un hijo de Poseidén, en lo que constituy6 el primer juicio por homicidio. Fue en la misma coli- na donde Ares habfa derramado la sangre del ofensor que este ultimo habfa intentado violar a su hija Alcipe. Como nadie habfa presenciado el incidente y Alcipe confirmé el testimonio de su padre, Ares fue absuelto, y desde entonces, en ese sitio conocido como Areépago, colina de Ares, se erigié un tribunal para juzgar y castigar los crimenes de sangre. Escaneado con CamScanner X HERMES Fruto de los amores ilegitimos entre Zeus y Maya, hija de Atlas, Hermes nacié en una gruta del monte Cilene y ensegui- da mostré su astucia y su habilidad para movilizarse, cualidades por las que fue elegido como mensajero de los dioses. Apenas Maya le dio la espalda al bebé, este comenzé a crecer répidamen- te, se desembarazé de los pafiales, salté de la cuna y se escabu- Ilé fuera de la caverna para vivir aventuras. Dicen que fue en ese momento cuando atrapé una tortug? ¥; Con su caparazon, fabricé un instrumento musical: la lira, que soné con una melodfa tinica y nueva. Poco después, robé cin- Cuenta vacas del rebafio confiado al cuidado de su hermano Apolo, que se hallaba entretenido en ocupaciones més galantes. Para no dejar huellas, enyolvié sus propios pies y las pezufias S las bestias con trozos de corteza atados con hierbas, y las con a Jo através de toda Grecia. Luego regresé a la cuna, a dormit com expresién de absoluta inocencia. Allf lo encontré Apolo, 44° Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO. debié hacer uso de sus artes adivinatorias para descubrir el enga- fio. Lo acusé ante Maya y exigié que le devolvieran sus anima- les. —Pero miralo —lo defendié su madre—. Si es tan solo un nifio frdgil e indefenso... Fue Zeus quien lo obligé a devolver lo que habfa robado. Ante él se presenté Apolo llevando al nifio. Lejos de enojarse, Zeus rié a carcajadas con los graciosos embustes y las desvergon- zadas mentiras que inventaba su hijo. Finalmente, Hermes con- fesé su culpa y condujo a Apolo al sitio donde habfa escondido sus vacas. Fascinado con el sonido de la lira que Hermes tocé durante el camino, Apolo le propuso que se quedara con el ganado a cambio de que le regalara el instrumento. Ingenioso y creativo, Hermes inventé poco después la sirin- ga flauta de Pan, que también le pidid Apolo, en su calidad de dios de la miisica. A cambio, le entregé su cayado de oro y lo nombré protector de los pastores. Dios mediador, gracias a su elocuencia, a su don de persua- sién y a su inteligencia, Zeus lo eligid como heraldo de los dio- ses y le entregé el sombrero y las sandalias aladas con las que volaba mds veloz que el mism{simo viento. Protegia a comer- ciantes y mercaderes, y velaba por la seguridad de los viajeros y de los caminos. Pero también amparé a ladrones y estafadores, ya que lo divertfan los engafios y triquifiuelas que ¢l mismo solfa hacer, como las que puso en juego para liberar a Ares de los gigantescos Aléolas. O las que utilizé para enfrentar y vencer a Argos, el gigante de cien ojos que la celosa Hera habfa puesto como custodio de Io, amante de Zeus. O aquellas con las que logré poner a resguardo al pequefio Dionisio. Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS Se decfa que él habfa inventado el alfabeto, la astronomfa, la gimnasia, el boxeo... Y que era el dios de la suerte, por lo que cualquier objeto que alguien encontraba era considerado hermaion, ‘regalo de Hermes’. Encargado por el propio Hades de escoltar a las almas de los muertos hasta el Tértaro, era capaz de cumplir con diligencia, presteza y diplomacia las misiones més dificiles. Mediador entre dioses y humanos, fue él quien le ordené a Calisto que permi- tiera partir a Ulises y quien le revelé el secreto de la planta mdgi- ca, que liberé a este héroe de los hechizos de Circe. Fue él quien protegié mil veces a Heracles y le proporcionéd su espada, y quien le dio a Perseo el casco de Hades y las sandalias aladas para vencer a Medusa. Vivié muchas aventuras amorosas y tuvo varios hijos. Uno de ellos fue el que tuvo con Afrodita y que tomé su nombre de ambos padres. Hermafrodito era un joven de gran belleza, que desperté el amor de una ninfa llamada Salmdcide. Cierta vez, al descubrir a Hermafrodito mientras se bafiaba en un lago, ella lo abrazé con fuerza y rogé a los dioses que sus cuerpos nunca se separasen. Su stiplica fue escuchada, y desde entonces formaron un solo ser con doble naturaleza; mitad hombre, mitad mujer, Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO ed DEMETER Hija de Crono y Rea, diosa de la agricultura y de la fecundi- dad de la tierra, era una de las divinidades ms antiguas. Fue ella la que les regalé a los humanos un bien mds que preciado: los cereales, no solo para que se alimentaran, sino para que apren- dieran a laborar los campos y pasaran del estado salvaje a la cul- tura y la civilizacién. Cindida y amable, protectora de los campos sembrados y de la naturaleza, solo traté con dureza a Erisict6n, que se atrevid a talar drboles de un bosque sagrado para construir con la madera un salén para sus banquetes. Como no accedié a detenerse a pesar de los ruegos de la diosa, Démeter lo condend a pasar hambre eternamente. Y asf, Erisictén comfa y comia sin saciarse jamds. Pocos fueron los amores de Démeter. De su unién con el titan Yasio, a quien se entregé en un campo arado tres veces, nacié su hija Pluto, la abundancia. Acosada por Poseidén, que deseaba poseerla, Démeter tomé la forma de una yegua. Pero no logré 47 Escaneado con CamScanner MITOS GRIEGOS engafiar al dios del mar, que se convirtié en caballo y la hizo suya, De esa unién nacieron Arién, un corcel fabuloso, y la Ninf Despofna, cuyo nombre solo era pronunciado por los iniciados en los misterios que se llevaban a cabo en el templo erigido en sy honor, en Eleusis. Sin embargo, su hija preferida y bien amada fue, sin duda, Perséfone. También llamada Core, bella como pocas, Perséfone nacid de los turbios amores que mantuvieron Démeter y su hermano Zeus. Tan hermosa era la joven que Hades, al verla, se enamoré perdidamente y fue a pedirle permi- so a Zeus para casarse con ella. El rey de los dioses no quiso ofen- der a su hermano con una negativa, pero sabia que Démeter jamés accederfa a que su hija adorada fuera condenada a perma- necer en las negtas profundidades del reino de los muertos. —Ni te doy ni te niego mi consentimiento —contesté Zeus con habilidad. Tal vez fue esta respuesta ambigua la que le dio valor a Hades. Tal vez fue solo su amor... Lo cierto es que, un dia, mientras la joven Perséfone recogfa flores en una pradera de Sicilia, cerca del monte Etna, la tierra se abrié a sus pies, y de la profunda grieta surgié un carro tirado por negros caballos que rapté a Perséfone y la arrastré al sombrfo dominio de Hades. En vano grité la muchacha pidiendo auxilio mientras desaparecfa de la faz de la Tierra. Valles y montafias repitieron el eco de sus lamentos, que Ile- garon a ofdos de Démeter. La busco con desesperacién. La buscé incansablemente. La buscé hasta el limite de sus fuerzas, Durante nueve d{fas y nueve noches, sin comer ni beber, Démeter recorrié el mundo gritando el nombre de su hija. Fue inutil. No hallé rastro alguno. Entonces le llegaron los rumores, Escaneado con CamScanner LILIANA CINETTO. Primero fue la vieja bruja Hécate la que se lo dijo. Luego, ‘Triptdlemo. Finalmente Helios, el sol, que todo lo ve. _Hades tiene a Pers¢fone. Tremenda fue la furia de Démeter. Tan grande que se negé a regresar al Olimpo para cumplir con sus funciones divinas y, en cambio, continué vagando por el mundo. —Que los drboles no den frutos, que las plantas no florezcan, que las semillas no germinen y que no crezca ni la mds pequefia de las hierbas hasta que me devuelvan a mi hija —ordend. Y la tierra se volvié yerma y desolada, y reiné el hambre entre los mortales. Intitiles fueron los mensajes que Zeus le envié a Démeter a través de Iris y otros dioses al ver que la vida huma- na podfa extinguirse. Démeter se refugié en Eleusis, cuya hos- pitalidad agradecié luego ensefidndole a arar y a sembrar a Triptdlemo, hijo del rey, a quien también le entregé un carro tirado por serpientes aladas y cargado con espigas de trigo para que extendiera su cultivo por todo el mundo. Ante la obstinada negativa de Démeter, Zeus accedié a su pedido. —Podrés tener otra vez a tu hija a condicién de que no haya probado atin el alimento de los muertos —sentencié y envid a Hermes hasta el Tértaro a pedirle a Hades que liberara a la joven. Este tiltimo; fingiendo cumplir la orden de su hermano, urdié una estratagema e hizo que Perséfone, que hasta el momento se habfa abstenido de probar cualquier alimento, comiera siete granos de granada. Poco duré la alegria de madre e hija al volver a abrazarse. Cuando Démeter supo que Perséfone habfa probado la comida de los muertos y estaba obligada a Tegresar junto a Hades, renové su maldicién contra la tierra. Escaneado con CamScanner

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