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El culto a los muertos es una práctica ancestral que se ha llevado a cabo en diversas
culturas a lo largo de la historia. Consiste en honrar y recordar a los seres queridos
que han fallecido, así como a los antepasados. Esto se realiza a través de una serie de
rituales, ofrendas y ceremonias destinadas a mantener viva la memoria de los
difuntos. Estas prácticas pueden variar significativamente de una cultura a otra, pero
generalmente involucran la construcción de altares con ofrendas de comida, bebida,
objetos personales y la celebración de festividades especiales.

Uno de los ejemplos más conocidos de esta tradición es el Día de los Muertos en
México. Durante esta festividad, las familias crean altares en sus hogares o en tumbas,
adornándolos con fotografías de los fallecidos, flores como cempasúchil, velas y
objetos que representan los gustos y personalidad de los difuntos. Se cree que, durante
el Día de los Muertos, los espíritus de los seres queridos regresan al mundo de los
vivos para disfrutar de las ofrendas. Además, las tumbas se limpian y decoran, y las
familias pasan tiempo juntas compartiendo historias y recuerdos.

El culto a los muertos puede también tener connotaciones religiosas en algunas

culturas, como en el cristianismo, donde se celebran festividades como el Día de
Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos. En estas fechas, se realizan misas y
oraciones en memoria de los fallecidos. En resumen, el culto a los muertos es una
forma de preservar la memoria de aquellos que ya no están con nosotros, y se
manifiesta de diferentes maneras en todo el mundo, brindando consuelo a quienes
siguen vivos y manteniendo vivo el legado de los que se han ido.