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Poemario

arremolinado

Guillermo Fontes
Título original: “Poemario arremolinado”
Poesía
© Guillermo Fontes Primera
edición junio 2023

Editorial
Ediciones Lenú
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Instagram: @EdicionesLenu

Aclaración: en determinadas expresiones y/o criterios


narrativos, así como el vocabulario utilizado en todo el
texto, se respetaron los gustos y deseos del propio autor.

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Esta obra se terminó de imprimir


en los talleres gráficos de Ediciones del País
S.R.L. en el mes de junio de 2023
Prólogo
Biografía diseccionada

Mi nombre es Guillermo, siempre lo ha sido


desde el principio, un nombre
insignificante, no por su significado en sí,
sino en el hecho que podría ser cualquier
nombre.
Lo que destaca aquí no es el nombre, es el he-
cho.
El momento clave en que ese tóxico se im-
pregnó en mi cerebro y desató el más terrible
de los infiernos.
Hace muchos años ya, apenas empezaba a
entender las letras, las palabras.
Justamente una de las primeras que aprendí
fue Guillermo, mi nombre.
Luego vinieron otras, mamá, papá, mi mamá
me ama, soy un chico bueno…
Una noche estaba nervioso, algo había alte-
rado mi día normal de chico normal, en mi
casa normal de un barrio normal, de un país
para nada normal, (viví de chico en Argen-
tina).
En fin, algo había alterado mi cabeza y no
me dejaba dormir.
Ese fue el día clave, el día D, el día en que mi
cerebro estalló.
Mi madre, amorosa, vino a mi cama, y vién-
dome despierto me ofreció una solución.
Vana ingenuidad la mía, en mi cama tan
normal.
Me ofreció un libro asegurándome que al
leerlo podría dormir.
Craso error el mío en confiar en las palabras
de mi progenitora, fue así como Poe se metió
en mis sueños.
Y luego Bradbury, y luego Verne, y luego
Quiroga, y luego Cervantes.
Desde ese punto exacto de inflexión del uni-
verso mi cerebro explotó, se intoxicó, se en-
venenó con lo que llamamos fantasía.
Desde ese momento mi casa ya no era
normal, ahora era de caramelos y chocolates,
otras veces de paja y otras era un castillo en
las nubes donde solo se podía subir con
guisantes.
Desde ese exacto momento mi nombre era
Guillermo, o tal vez Guillermo Tell, o tal vez
dulcinea, o quizás Fierro o tal vez era yo mis-
mo preguntándome, ¿quién, yo?
Desde esa explosión en mi cabeza mi
mundo ya no era normal, podía recorrerlo
en 80 días, otras veces podía dar la vuelta
sentado en una silla mirando el atardecer a
cada mo- mento mientras disfrutaba la
sombra de un Baobab, otras paseaba
tranquilamente, mientras conversaba con
un humanoide en marte o nadaba por el río
jugando carreras con Huckleberry Finn.
Ya pasaron más de cuatro décadas y aún
sigo soñando, viajando descubriendo, solo
que ahora el que crea los mundos, soy yo.

Guillermo A. Fontes
CAJA FUERTE

Caja fuerte,

caja segura,

caja de música muda,

esa que guarda tesoros,

caja segura, donde ponemos eso.

Eso que vale,

que duele,

que te hace seguir.

La caja que contiene,

contrasta,

11
concuerda,

contradice.

La caja que late,

que sangra,

lo guarda.

Guarda mi sueño,

mi anhelo,

mi esperanza,

mi deseo.

Mi esmeralda perdida,

esa que algún día espero sostener con

mi aliento.

12
Esa esmeralda que solo yo conozco,

solo yo ansío,

esmeralda que mueve mi infinito deseo…

…de mi

finito vivir.

13
CUANDO CAES

Cuando el mundo se viene abajo,

y todo parece despedazarse a nuestros pies,

cuando buscas el ancla salvadora

que te sujete del

abismo y no haya

estaca

a la cual asirse.

Cuando el tormentoso jornal

se precipite sobre tus hombros

14
y sientas las bramuras de la desolación

15
aferrarse a tus espaldas

y buscando a los demás en derredor

parezcan desvanecerse ante tu mirada.

En ese momento, frena.

Detente en el tiempo.

Mira hacia arriba,

y entiende tu herencia,

que esto es prueba

y lo venidero recompensa.

16
INCAPACIDAD

Cuando los prejuicios

como pre heridas

como precuelas

como preconceptos

como prisiones

de nuestros mundos,

de nuestros corazones,

nos incapacitan

tal como dijo Nin:

la única anormalidad

17
la única discapacidad

es

nuestra incapacidad de amar.

18
MEDIA NARANJA

Dicen que los opuestos se atraen,

que la diferencia de las energías y

caracteres se complementan

en las faltas del carácter de las personas.

Dicen que los opuestos se atraen,

para salvar diferencias

para completar la famosa otra mitad.

Y así vamos por la vida

tratando de completarnos en la otra

persona.

19
Así quise completarme

buscando la otra

mitad,

buscando la figura opuesta de mi persona

para que el todo se realice.

En cambio, solo logré choques y caos.

No hay otra mitad,

somos enteros.

Y hasta que lo entendamos,

seguiremos fracasando.

Porque estamos buscando lo inexistente,

lo que en realidad no necesitamos.

20
UNIDOS

Libertad cual sonoro tintineo

para quienes respiran su elixir

cual daga envenenada

desnuda,

para quienes nos pretenden oprimir.

Libertad, la preciada joya

que al tenerla la obviamos

que al perderla sufrimos

pero día a día respiramos.

21
Ajetreados por la maña

al chocarnos mutuamente

advertimos en nuestra muerte

que solo unidos trabaja.

Que el sueño de la individualidad

albedrio preciado, herencia celestial

nunca puede realmente funcionar

si olvidamos nuestra reciprocidad.

Así que solo paz y libertad

como humanos, como hermanos,

22
podemos lograr sin trepidar

si juntos, el camino trazamos.

Solo entonces, con unida paciencia

en yugo forjado en común

cual habitantes de este mundo

tendremos libertad e independencia.

23
MI JACARANDÁ

Aunque no te parí, te siento.

Aunque no te conocí, te conozco.

Porque cuando te soñé,

en mis pergeñes,

por más que eludía

tu figura era ley.

El suave revolotear de tus hojas

que se mueven llevadas por el viento,

acarician el pavimento suavemente

y hacen soñar y soñar a mi mente.

24
Cubriendo su lecho entero

cual alfombra violeta incandescente,

los chicos corren por encima y

cantan

mientras tú, jacarandá, los consientes.

Ahora los inviernos han

pasado, tus ramas lucen

añosas,

mis manos arrugadas,

tus raíces se hunden en el suelo

y las mías surcan otros cielos.

25
Pero nuestra savia seguirá corriendo,

en este tiempo y en el que está viniendo.

26
T.E.G.

Cómo poder crecer, madurar,

cuando todo en él me llama.

A pesar de las canas ganadas,

aun sus tambores conquistan

porque el tiempo en sí pasa,

mas la emoción palpita...

Sin pensar en el reloj,

o quién viene o quién no,

cuando lo saco del cajón,

27
su viejo y pálido armazón,

como somnoliento lirón,

me entrega todo su fervor.

A pesar de ver cerca mi vejez

con hijos, amigos y tropel,

sin dudarlo cada vez,

ya sea noche, o tarde, o tal vez,

siempre vuelve a aparecer,

mi viejito y querido TEG.

28
FUERZA

Cuando el alma cruje

como crujen los maderos

que al ser azotados

por vientos certeros

liberan los dolores

por los años contenidos.

Cuando el alma sangra

como sangran los árboles

que al cortar sus ramas

29
cual piezas cristalinas

vierten su vital savia

cual llanto sufrido.

Cuando por esto pasas,

y te sientas morir,

ve a tu obscuridad

y agita tu esencia,

que aun en las tinieblas

uno quiere vivir.

30
MEMORIAS

La presión estrecha el cráneo,

reconstruyendo los frágiles huesos,

sintiendo como crujen en sigilo

ese silencio que aturde, enceguece, suplica,

suscita una catarata de sin sentidos

al caernos dentro de su infinidad absoluta.

Mudez que emite destellos,

luciérnagas que pasan fugaces,

dejando agitada del el alma.

Dentro de la memoria

31
esos retratos pintados con sangre.

Enmarcados en suspiros.

¿Será la ausencia de aquellos?

¿Quiénes se niegan a irse?

¿Quiénes soy, sin ser yo?

Aquellos que resplandecen,

ELLOS SOY,

esos anidan en mi alma

floreciendo en mis existencias,

aquellas en las que existo a pesar de mí.

32
EL CUCURUCHO

Y sí;

nunca se había curado con una pastilla,

ni con un curita,

ni con una inyección.

Pero el dolor era tal que no me dejaba

pensar,

subía por la oreja hasta el cerebro como una

flecha

y bajaba hasta la nuca como una catarata.

33
Me dijo ven, siéntate

yo dudé, pero no pensé

la cabeza quería explotar

un diario lo enrolló

como quien va a servir un helado, un

cucurucho,

perfecto, afinado.

Lo miré, me reí

dijo algo que no entendí,

puso el cono en mi oreja y sacó el

encendedor.

Lo acercó al borde y lo prendió.

34
La llama salía cual volcán

mientras su mano aventaba la chimenea

no sé cómo

no sé cuándo

no sé porqué

mi cabeza se calmó, el dolor huyó.

Una sonrisa esbozó

y se fue.

Ahí me quedé, sin curita,

sin pastilla, sin

inyección.

35
“MILAGRO”

El milagro se espera, se ruega.

Que el tiempo se alargue, que la ciencia, la

certeza, la destreza, la pericia del hábil cirujano,

la fiel enfermera,

el estoico anestesista,

modifiquen las agujas,

detengan las arenas

que la mano pueda atrasar, cada momento,

certeramente,

un rato más…

36
QUIERO DECIRTE

Las rojas ciruelas,

frías, turgentes,

esas, guardadas,

sacras,

solemnes.

En el hielo de tu guarida

guardadas cual tesoro,

apartado, preciado;

para otro tiempo, otra vida.

37
Furtivamente, en silencio,

me deslicé por la ladera,

mientras ríos de nervios,

humedecían mis dedos.

Aquella noche, esas comí,

saboreé, fundí.

Esas por siempre;

cicatrizarán en mi alma.

38
FATIGA

El aire inunda el espacio

mojando todo,

como si no importara su eco,

aturdiendo los sentidos

con su silencio.

La noche despierta.

La fatiga ahoga.

El agua inunda el espacio

secándolo.

39
RECUERDOS

Recuerdos, nostalgias,

y en mi cabeza rueda una vuelta más,

aquellas imágenes

que no se quieren borrar.

Aquellas memorias brotan en mi

cabeza como un manantial abierto,

donde la fuerza de las imágenes hace que

surjan

como un chorro incontrolable de emociones.

40
Al escuchar esa voz en el teléfono,

ese timbre inconfundible,

que a pesar de los treinta años de distancia

de la última vez que la vi,

encendieron mis labios

en un rio de sangre interno

el cual elevó la temperatura de estos

como si fuera fuego dentro mío.

En ese momento una grieta se abrió

en el tiempo

y las décadas pasadas

se esfumaron en un instante.

41
Texturas, aromas, emociones

fluyen en mis venas y laten con pasión.

Te pienso

y te recito,

me verás volver

como un ave de presa,

me verás volver con el alma en pedazos.

A mi mente viene esa pregunta traicionera,

¿y sí?...

Y si esa despedida nunca se hubiera escrito,

¡NUNCA!,

42
y si la pila de cartas y

recuerdos que me devolviste

en la estación de Ramos Mejía

la hubiera guardado en vez de arrojarla a

las vías…

Quizás releer los sentimientos

plasmados hubiera activado el reloj otra

vez,

quizás hubiera comprendido,

quizás hubiera tomado el tren

para buscarte.

43
Buenos Aires se ven ve,

tan distante;

el reloj corre,

los párpados se vuelven más pesados,

pero mi corazón sostiene la tirada,

soñando,

espiándote,

exclamándote.

Ahora que lo pienso

rememoro tu sonrisa,

tus ojos puros,

44
sensuales,

tu respiración en mi

oído, como una suave

brisa que acaricia mi

cuello y

recorre mi espalda para levantar

como una gallina los pelos de mi piel.

Recordar tus curvas escondidas,

tus laderas cálidas y húmedas, tus olas que

palpitan

al ritmo de tu alma.

45
Tus pechos tersos,

inmaculados,

esas cerezas que llaman

de forma desesperada,

aun más …

que la manzana del final.

Esos senos como cerezas,

y te escribo,

te sueño:

y te busqué,

y te encontré,

y cruzamos las miradas.

46
Y en mi cuerpo aparecieron

esas sensaciones que extrañaba,

que adoraba.

Y el momento quedó suspendido

en el tiempo

entre el ayer y el mañana.

Pero el alma

ya no vibró como antaño,

ni la piel se erizó como en mis sueños;

y el deseo de correr

47
y fundirme en tus brazos

se fue desvaneciendo,

paso a paso

mientras me iba acercando.

De pronto en un instante, comprendí.

Comprendí que las cartas

se volaron por algo,

que la despedida

fue después de los encuentros,

esos encuentros

que se fueron apagando

48
para dar paso al desencuentro,

desencuentro que dio paso a la despedida.

Que el tren partió

sin yo correrlo,

y ahora que te veo

comprendo

que no fue cobardía,

fue coraje.

49
MAÑANA

Escuché, vi, comprendí,

quizás escuché lo que oigo, sin poder oír,

quizás vea lo que es, sin llegar a ver.

Quizás comprenda, casi sin comprender.

Pero todo el ayer de hoy, me impulsa al

presente de mañana.

50
CIUDAD FURIA

Recuerdos, nostalgias,

y en mi cabeza rueda

una vuelta más,

aquellas imágenes

que no se quieren borrar.

Texturas, aromas, emociones

fluyen en mis venas y laten con pasión.

Te pienso y recito,

me verás volver

51
como un ave de presa

me verás volver con

el alma en pedazos.

Buenos Aires se ve,

tan distante

ese destino de furia es

lo que me lleva a buscarte.

Ese destino de furia es

lo que me lleva a encontrarte.

52
IMPULSO

Ante la premura, presta

grita el alma su bravura.

Oyendo el silencio de su sonido

soñando cual estridente vacío.

Tienta al destino, cual vidente,

oráculo de su venida.

53
MAMÁ MÍA

Es esta, the real life?

O solo es, fantasy?

Pero las dos se confunden,

sin saber cuál queda,

cual desvanece.

¿Cómo saber?

La fantasía envejece.

y la real permanece.

54
Mamá,

Just killed un hombre

y aun así sin comprender

el sonido pega en la cabeza.

Letal.

Y quizás no lo maté, quizás lo desperté.

Pero el gatillo resuena

con fuego frío, fugaz.

Too late my time viene.

Y un nuevo tiempo despierta.

La salida de la niñez.

55
La adolescencia despabila.

Oh mamá mía, mamá mía,

mamá mía, iré después,

y regresaré siendo el mismo.

Y volveré siendo otro.

Quizás seré yo, otra vez.

56
AMADA

La amada.

Mi amada.

Amada.

Al llegar la mañana,

tu mano sobre mi pecho.

tu pierna sobre mi pierna.

Amada.

Mi amada.

Al llegar la jornada,

57
tu sonrisa sobre mi ojos

tu mirada en mi mirada,

y en mis oídos.

El alegre aleteo de tu alma.

La amada.

Mi amada.

Amada.

Y tus dedos entrelazados,

tus yemas jugando con mis yemas,

y con mi boca.

Y con tu boca.

58
Y mis yemas jugando con tus yemas.

Y con tu boca.

Y con tu espalda.

Y con tu savia.

Amada

Mi amada.

Que estás conmigo en las noches,

Cuando la soledad,

me abruma,

entonces siento tus labios,

59
quemando los míos.

Y tu aliento, soplando mi aliento.

Como en Fernández,

fundiéndonos más allá de nuestros cuerpos,

de nuestras almas.

La amada.

Mi amada.

Amada.

Aun sigo en la cama.

Soñando.

60
DESTINO

Locura, chiflura, insania,

el aire se vuelve intenso

color rojo, ardiente.

Tratando de callar mi mente,

soplo,

el destino se distancia.

61
CARICIA

Así como un capuchón

que te abraza, te protege,

cual colcha que cubre tus hombros.

En el frío de los más tristes días.

Así se siente ese brazo

esa caricia, esa mirada.

Que al nacer descubriste a tu lado

y al crecer te fuiste escapando

volviendo la vista atrás

62
no para ver si te seguía

para ver si te

dejaba.

Admirándola.

Admiración que profesas, rezas,

que palpitas en lo más profundo.

Que al mirarla a los ojos te adentras en su

alma.

Y te sumerges en ese amor

incondicional, eterno, infinito.

Ese amor que te acompaña.


63
En las buenas y en las difíciles.

En las corridas y en el sosiego.

En el núcleo de la tempestad,

y en la calma de una brisa veraniega.

Y te preguntas,

¿cómo será Dios?

Volviendo la vista atrás,

al mirarla a los ojos,

vislumbras la respuesta.

64
No sé cómo será.

Pero se siente igual.

Igual que vos, mamá.

65
ENCASILLADOS

El tiempo huye,

la mente planea, precipita,

como cae el cometa que impávidamente

surca el firmamento

esa bóveda nocturna,

donde las doncellas se recluyen en sus torres.

Torres custodiadas,

hijas predilectas,

joyas vigiladas,

66
bajo la atenta mirada de sus guardianes.

La caballería al trote

marcando su paso,

estrépito.

Las más blancas filas,

se oscurecen con las sombras.

Mientras las umbrías resplandecen

mostrando el brillo de su negrura.

Ella, rápida, astuta,

sin límites ni direcciones,

67
mueve su silueta entre los demás,

mientras certera, sin piedad,

su daga corre por donde quiere.

Él con paso lento,

sin pausa, sin prisa.

Cuando todo parece en su declive,

siente fuerte el grito,

como explotando desde el alma.

Allá su amada, su compañera,

con el brillo del filo apenas visible,

68
teñido de escarlata,

descarga una vez más su embate

esa angustia contenida,

ese grito,

jaque mate.

69
SEPTIEMBRE

Séptimo nacido, noveno consagrado,

ese tris, donde la vida afloja la marcha

para disfrutar la inspiración que

tenía en suspenso gélido.

Inclemencia del alma, abarrotada,

Estrangulanda estrangulada

mientras los helados vendavales huyen,

brota febo renaciendo de su letargo

rebosante de amor, fuego, pasión,

encendiendo la respiración, contenida.

70
CULTIVO

Cultivo una rosa,

blanca

blanca como la mente,

blanca,

como el frío eterno,

de nieve blanca,

que…

sin quererlo,

cierra las heridas…

Quemando.

71
LATIDOS

La noche cayó, áspera

con su inmensidad

tan vasta que sofoca.

La mente vuela corre,

divaga perdida entre recuerdos

y anhelos improbables.

El aire se entrecorta.

La vista se humedece.

72
Y solo escucho los latidos.

Esos latidos, certeros,

que retumban en los sesos inconfundibles.

No son míos, son tuyos.

73
AYER

Ayer, una foto

una imagen perfecta

una persona mejor

un trazo roto.

Ayer, un recuerdo

un suspiro enceguece

reclama, en silencio

el aire vertiendo.

74
Ayer, entiendo

a lo lejos,

mis problemas

eran recuerdos.

Hoy comprendo,

mis problemas

tajantes,

mueren siniestros.

75
LA LUNA

Me rendí a tus pies, esa noche que

me trajiste la luna.

La observé meciéndose suavemente,

cada vez más pálida,

cada vez más lánguida.

Sin notarlo siquiera, ese sueño de amor

eterno se evaporó,

al saber que el amor a alguien no justifica

prisión alguna.

76
Ahora la tengo en mis manos, le doy la

papilla, la mimo,

pero la luna ya no está donde debiera,

así como yo tampoco.

77
BATATAS

Hace calor, no importa.

El horno sí está para bollos,

o papas,

o batatas.

Esas batatas chiquitas,

que aún sin crecer,

conservan su impronta.

Hace calor, no importa.

El agua caliente,

78
silbando… despierta al mate,

ese mate vigoroso,

que, obviando la temperatura,

se apronta humeando.

Hace calor, no importa,

como hacía siempre…

cada vez que el viejo,

en su tarde libre,

encendía el fuego

y apresuraba la olla.

79
Hace calor, no importa.

Aunque ya no esté,

con cada cebada,

con cada batata asada en el horno;

vuelve su imagen,

a mi alma, cual ceniza,

cual retoño.

80
ÍNDICE

Prólogo 5

Biografía diseccionada 7

CAJA FUERTE 11

CUANDO CAES 14

INCAPACIDAD 16

MEDIA NARANJA 18

UNIDOS 20

MI JACARANDÁ 23

T.E.G. 25

FUERZA 27

MEMORIAS 29

EL CUCURUCHO 31

MILAGRO 34

QUIERO DECIRTE 35

FATIGA 37

RECUERDOS 38
MAÑANA 48

CIUDAD FURIA 49

IMPULSO 51

MAMÁ MÍA 52

AMADA 55

DESTINO 59

CARICIA 60

ENCASILLADOS 64

SEPTIEMBRE 68

CULTIVO 69

LATIDOS 70

AYER 72

LA LUNA 74

BATATAS 76

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