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¿Qué requiere el Perú para ser un país desarrollado?

Para empezar... Un país desarrollado es aquel que ofrece una mejor calidad de vida tanto
para sus habitantes como para la naturaleza misma en los cuales las actividades
económicas son aquellas responsables
para la producción de bienes o
servicios, que satisfacen las
necesidades de la sociedad con la
finalidad de conseguir un beneficio.
¿Pero cómo eso afecta en el desarrollo del
Perú? - Las actividades económicas del
Perú es el medio por el cual la
republica obtiene la mayoría de los
ingresos que permiten subsistir a sus ciudadanos. Después de vivir una de las crisis
económicas más fuertes que hubo en América Latina en las últimas dos décadas del siglo
XX, la economía peruana se encuentra en un crecimiento acelerado y decidido.
La principal actividad primaria y económica del Perú es la agricultura ya que a lo largo de
toda su historia, desde la época precolombina del Imperio inca, la agricultura ha sido el
motor de la economía peruana. Desde hace más de un milenio, productos como la papa y
el maíz han sido recolectados y consumidos en la zona.
También el arroz, el camote, la quinua, la maca, el cacao y el caf é son muy cosechados,
además de productos que solo se dan en partes frías como el trigo, la manzana y la pera.
El lugar donde más está desarrollada y tecnificada la agricultura es en las zonas costeras,
debido a que el terreno es más llano y propio para la cosecha de alimentos, mientras que
en la Amazonía y la región Andina la agricultura es más de tipo extensivo.

En las actividades económicas secundarias del Perú los sectores que más resaltan son la
industria textil y de vestido, la producción de alimentos (lácteos, bebidas, dulces,
pescado), productos químicos y farmacéuticos, industria textil y la siderurgia.

Siendo así en las actividades terciarias los principales sectores de estas actividades son el
comercio, turismo, banca, servicios financieros, educación, salud, transporte,
entretenimiento, seguridad, restaurantes, hotelería y comunicaciones. Uno de los sectores
más destacados es el turismo.

Aunque la pregunta que titula este artículo podría apuntar hacia un lugar común o tener
una respuesta fantasiosa, lo cierto es que hoy como nunca antes estamos en camino de esa
posibilidad. Es probable que piense que no es así cuando ve una acumulación de
violencia en los noticieros de la mañana, cuando la corrupción no es castigada por las
instituciones ni por los electores, o cuando se topa con el rostro de la pobreza en cualquier
esquina o cuando ve a gente como usted perdiendo el control en el tráfico de las seis de la
tarde. Es posible, pero con mejores condiciones. Y en esa tarea, el crecimiento econ ómico
es una condición necesaria pero no suficiente para alcanzar el desarrollo.
Para Rolando Arellano, presidente de la consultora Arellano Márketing, es muy fácil
decir que queremos ser un país del primer mundo sin antes haber definido qué significa
eso para los peruanos. La mayoría de la gente puede pensar que ser del primer mundo es
ser como Estados Unidos. Y allí hay un problema de visión –señala Arellano– porque ese
primer mundo está integrado por países que no han sabido administrar su desarrollo. Se
ha notado no solo por la crisis financiera internacional, sino también porque en varios de
ellos se ha sobrepasado el límite en el que la riqueza proporciona bienestar.
La gente tiene qué comer, pero come de más y es obesa. La gente tiene trabajo, pero
conseguir más dinero se convierte en el objetivo de su vida, y así su rutina se vuelve una
neurosis. Son sociedades donde la razón de ser del consumo es el consumo mismo, y no el
camino para otras cosas.
Ser un país del primer mundo no significa ser como ellos, sino vivir en una sociedad en la
que el bienestar se retroalimenta y llega a la mayoría. “El gran error es pensar que el
modelo de hacia dónde queremos llegar como país ya está dado y que solo hay que correr
y correr para llegar a él”, dice Arellano.
El Perú debería alcanzar un modelo propio, y el economista Carlos Parodi, investigador
de la Universidad del Pacífico, sugiere que se debería tomar como referencia lo que han
hecho países con una estructura productiva parecida a la peruana, como Australia o
Noruega, por ejemplo, que son países primarios exportadores, pero donde el bienestar –
que todos puedan cubrir sus necesidades básicas con amplitud– sí está distribuido en toda
su población. “Hay que ver lo que hicieron y darnos cuenta de que también es posible
hacerlo aquí. ¿Por qué ellos sí funcionan? Porque tienen instituciones eficientes y con
credibilidad. Cuando una sociedad pierde confianza es difícil solucionar el camino al
desarrollo, pero no imposible”, señala Parodi. Arellano añade que no nos toca copiar a
otros países, porque nunca vamos a ser líderes. “Si vas a copiar ya hay otro país que lo
viene haciendo mejor y hace mucho tiempo”.
Está claro que con la disciplina fiscal que tenemos no es suficiente. Subir puntos
porcentuales y mejorar indicadores no deberían ser el objetivo de la economía sino el
bienestar social, y la deuda pendiente del país es conectar lo económico con lo social.
Hasta ahora cuando el entorno exterior anda mal, nos va mal también, por eso hay que
entender que el desarrollo es un proceso que debe comenzar desde adentro. “Para eso se
necesita un liderazgo político, que tenga metas y un equipo listo para aplicarlas, y que
estas metas no sean solo macroeconómicas”, dice Parodi.

“Tenemos que ser una sociedad de iguales, no en resultados pero sí en oportunidades.


Solo eso es lo que nos va a llevar al primer mundo”, resalta Carlos Parodi. Es posible ser
un país desarrollado, pero hay que actuar sobre instituciones: con orden y reglas de juego
en las que todos confiemos. El Perú mejoró siete posiciones en el ranking del índice de
desarrollo humano y se ubicó en el puesto 82 de 189 países del mundo, de acuerdo con el
informe Global sobre Desarrollo Humano 2019 del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD).

A pesar de todo, yo si tengo de esperanza de que el Perú podrá decir que ya no es un país
subdesarrollado sino un país desarrollado y no lo lograremos solos pues si nos ponemos a
pensar el Perú no está donde está por si solo sino se debe a la colaboración de todos tanto
como de estado como de población en general ya que supimos aprovechar las actividades
económicas al máximo retribuyéndole a la naturaleza por todo lo que nos ofrece en el
territorio peruano.

Martin Tolentino Villegas 5to “b”

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