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De acuerdo con la encuesta realizada por la Universidad Siglo 21, casi siete de cada 10
argentinos de entre 18 y 60 años (68%) están convencidos de que unas copas ayudan
para desinhibirse y dejar los nervios de lado, en especial para conocer a otra persona.
Un 56% dice que consume alcohol si necesita un refuerzo de confianza y coraje para
una cita, los hombres un poco más que las mujeres (61% contra 51%) y, como era de
esperar, los jóvenes más que los adultos.
Son los de entre 18 y 30 años los que menos adhieren a la idea de que el alcohol
promueve lo que el equipo de investigación de la Universidad Siglo 21 definió como
"un patrón de ingesta constante".
Pero ese mismo grupo fue el que más estuvo de acuerdo con que el consumo, "aun en
un bajo nivel", daña la salud. Así lo expresó el 71 por ciento. Sorprendió que la
adhesión más baja a esta creencia surgiera entre los de 51 a 60 años. La diferencia con
el grupo más joven, de entre 18 y 30 años, fue de 29 por ciento.
La encuesta, que se realizó por vía telefónica, incluyó a 1054 personas de siete
ciudades: Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, San Miguel de Tucumán, Comodoro
Rivadavia, Mendoza y Rosario. Los resultados, según explicó Escanés, son
representativos de la población nacional. "Refleja la opinión actual sobre el consumo de
alcohol de nuestra población con un 95% de confianza [estadísticamente]", señaló.
Descontrolados
La encuesta también indagó en qué experiencias habían tenido los participantes con el
alcohol. Poco menos de la mitad, un 44%, respondió que había bebido varias veces
como para llegar a perder el control de la situación. Algo más los hombres que las
mujeres (47,2 versus 40,6%) y más los jóvenes que los mayores: 52,4% entre los 18 y
30 años; 48,1% entre los 31 y 40; 39,3% entre los 41 y 50, y 34,3% a partir de los 51
años.
A la mayoría de los que habían vivido ese descontrol pasajero (87%), la experiencia le
pareció "negativa". Para un 6,3% fue "positiva" y el resto no lo consideró ni bueno ni
malo.
Un 36% dijo haber consumido alcohol como para no recordar lo que había hecho, sobre
todo los hombres con respecto a las mujeres y los más jóvenes. De nuevo, la mayoría
(87,2%) lo consideró "negativo".
"Lo bueno es que beber hasta sentir que se pierde el control o no recordar lo que se
estaba haciendo no es una respuesta socialmente aceptada. Y que si una persona busca
en el consumo poder desinhibirse, que es lo que muestra este estudio, lo reconoce. Esto
ya es un paso adelante", indicó Escanés.